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65 Resumen El constructo denominado “información” es un concepto poderoso y privilegiado, pero al mismo tiempo elusivo y difuminado. El problema de Wiener plantea dilu- cidar la naturaleza fragmentada de este concepto, apartándola de una visión mera- mente fisicalista que niega su condición hilemórfica. El artículo examina cuestiones circundantes y tangenciales en relación al estatus ontológico de la información, y plantea una noción noética con respecto a este concepto de forma tal, que sirva de base para las ciencias y los estudios de la información. El objetivo no es agotar la discusión sino estatuir un análisis acucioso —a partir de la mirada de la filosofía de la información— que articule uno de los diálogos inconclusos de la bibliotecología. Palabras clave: Teoría de la información, fundamentación de la bibliotecología, fi- losofía de la información. Review of the Wiener’s Problem or of Ontological Status of Information Abstract The construct called “information” is a powerful and privileged but elusive and blu- rry concept. Wiener’s problem tries to elucidate the fragmented nature of this con- cept, taking it apart from a merely physicalist point of view denying its hylemorphic condition. This paper examines surrounding and tangential issues regarding the on- tological status of information and states a noetic notion on such concept, therefore serving as a basis for informational studies and science. The target is not only ending the discussion but stating a meticulous analysis, - from the information philosophy perspective- articulating some of the unfinished library science discussions. Keywords: Information theory, library science fundamentals, information philosophy. Revisión del problema de Wiener o del estatus ontológico de la información Ariel Antonio Morán Reyes Maestía en Bibliotecología y Estudios de la Información Licenciatura en Filosofía (Universidad Nacional Autónoma de México) [email protected] Cómo citar este artículo: Morán-Reyes, A. A. (2015). Revisión del problema de Wiener o del estatus ontológico de la información. Revista Interamericana de Bi- bliotecología, 38(1), 65-78. Recibido: 2014-02-06 / Aceptado: 2014-08-18 Rev. Interam. Bibliot. Medellín (Colombia) Vol. 38, número 1/enero-abril 2015 pp. 65-78 ISSN 0120-0976

Revisión del problema de Wiener o del estatus ontológico de la información

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El constructo denominado “información” es un concepto poderoso y privilegiado, pero al mismo tiempo elusivo y difuminado. El problema de Wiener plantea dilucidar la naturaleza fragmentada de este concepto, apartándola de una visión meramente fisicalista que niega su condición hilemórfica. El artículo examina cuestiones circundantes y tangenciales en relación al estatus ontológico de la información, y plantea una noción noética con respecto a este concepto de forma tal, que sirva de base para las ciencias y los estudios de la información. El objetivo no es agotar la discusión sino estatuir un análisis acucioso —a partir de la mirada de la filosofía de la información— que articule uno de los diálogos inconclusos de la bibliotecología.

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    Resumen

    El constructo denominado informacin es un concepto poderoso y privilegiado, pero al mismo tiempo elusivo y difuminado. El problema de Wiener plantea dilu-cidar la naturaleza fragmentada de este concepto, apartndola de una visin mera-mente fisicalista que niega su condicin hilemrfica. El artculo examina cuestiones circundantes y tangenciales en relacin al estatus ontolgico de la informacin, y plantea una nocin notica con respecto a este concepto de forma tal, que sirva de base para las ciencias y los estudios de la informacin. El objetivo no es agotar la discusin sino estatuir un anlisis acucioso a partir de la mirada de la filosofa de la informacin que articule uno de los dilogos inconclusos de la bibliotecologa.

    Palabras clave: Teora de la informacin, fundamentacin de la bibliotecologa, fi-losofa de la informacin.

    Review of the Wieners Problem

    or of Ontological Status of Information

    Abstract

    The construct called information is a powerful and privileged but elusive and blu-rry concept. Wieners problem tries to elucidate the fragmented nature of this con-cept, taking it apart from a merely physicalist point of view denying its hylemorphic condition. This paper examines surrounding and tangential issues regarding the on-tological status of information and states a noetic notion on such concept, therefore serving as a basis for informational studies and science. The target is not only ending the discussion but stating a meticulous analysis, - from the information philosophy perspective- articulating some of the unfinished library science discussions.

    Keywords: Information theory, library science fundamentals, information philosophy.

    Revisin del problema de Wiener o del estatus ontolgico de la informacin

    Ariel Antonio Morn ReyesMaesta en Bibliotecologa y Estudios de la InformacinLicenciatura en Filosofa(Universidad Nacional Autnomade Mxico)[email protected]

    Cmo citar este artculo: Morn-Reyes, A. A. (2015). Revisin del problema de Wiener o del estatus ontolgico de la informacin. Revista Interamericana de Bi-bliotecologa, 38(1), 65-78.

    Recibido: 2014-02-06 / Aceptado: 2014-08-18

    Rev. Interam. Bibliot. Medelln (Colombia) Vol. 38, nmero 1/enero-abril 2015 pp. 65-78 ISSN 0120-0976

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    Mi propsito es dar cuenta de cuerpos que han sido transformados

    en formas de una clase diferente.

    Publio Ovidio Nasn, Metamorfosis

    1. Introduccin

    La revolucin de las computadoras, la diversidad de fenmenos informativos y las Tecnologas de la Infor-macin y la Comunicacin (TIC) han generado recien-temente una multiplicidad de problemas conceptuales, confusiones y vacos, muchas nuevas ideas y temas in-ditos, adems de varias y nuevas formas de revisitar viejas teoras y tpicos demeritados. Entre estos y otros problemas, se encuentra la redefinicin de un concepto clave como es el de informacin. Algunos investiga-dores contemporneos sostienen que las revoluciones tecnolgicas estn definidas por un mvil informativo, es decir, que dichos fenmenos son explicados a partir del constructo llamado informacin. Esta nueva com-binacin de confusin informativa y territorio virgen constituyen el tipo de tierra reclamable que la filosofa est tpicamente llamada a explorar y urbanizar. Las necesidades recurrentes de la sociedad de la informa-cin, desde hace algunas dcadas, decantaron en nue-vas estrategias perceptivas y organizativas que coloca-ron el estudio abocado a definir qu es informacin en el centro de un debate filosfico, una nueva fuerza en el escenario filosfico, (Bynum, 2010, p. ; Moor, ) como la calificaron Terrell W. Bynum y James H. Moor, y que como ya se mencion no slo revis viejas cuestio-nes, sino que identific otras de gran novedad.

    Uno de los problema de la naturaleza de la informacin se encuentra presente en la amplia gama de acepciones que existen sobre esta, principalmente, porque cada una se fundamenta en una concepcin terica diversa, lo que resulta en una intrincada raigambre de relaciones con sus conceptos afines. Claramente, la informacin es an un concepto difcil de alcanzar, por lo que establecer su estatus ontolgico no es la menor de las tareas.

    La palabra informacin puede ser utilizada de varias maneras y tiene un significado ciertamente complejo, y respetar esa conceptualizacin compleja es parte del cometido de la filosofa de la informacin. La literatura

    filosfica refiere, en general, que el trmino informa-cin naci a partir de la sumatoria del trmino latino informtio (o informato) y el sufijo -cin que indica una accin final. El uso de la informtio estuvo muy empa-rentado con las antiguas palabras griegas eidos () y morph () que significan literalmente forma, figura, tipo, imagen, slo que utilizadas generalmente en terrenos dismiles: la una, en un sentido filosfico, dar forma al pensamiento, conformar, configurar o, bajo la perspectiva wittgensteiniana, figurar lgicamente (Wittgenstein, 2010, p. 54); la otra, en uno tcnico y material, como cuando Hefestos forjaba y daba forma a los metales. El verbo transitivo formo, -are expresa: dar forma, conformar, construir, organizar, moldear, educar. La raz inform- conlleva la idea de infundir una forma en el receptor de la accin, forma que es una organizacin, una configuracin, estructura (de con-tenidos). Por ejemplo, en Plinio el Viejo se encuentra una mxima que versa: formare vitam et mores juventitis, que significa formar e instruir a otro (Plinio, 1976, p. 30). En el Thesaurus lingu latin (colosal instrumento terminolgico de iniciativa alemana), se manejan como trminos semnticamente relacionados al de informatio los de instructio y compositio.

    El hecho de que la informatio haya mantenido una afi-nidad con los conceptos eidos y morph, indica quiz un carcter dual de la informacin, es decir, objetiva y sub-jetiva a la vez (eidos como una concepcin ideal y morph como una fsica). Aqu est presente un hilemorfismo: son dos caras de una misma moneda. Empero, existe un sentido para morph de tipo filosfico, pero que igual-mente mantiene un carcter material. Esta forma filo-sfica remite a los recursos en que se vierte la expresin filosfica, tanto en lo referido al gnero filosfico como a su estilo correspondiente. Es decir, esta variante de la forma filosfica (morph) sera una manifestacin de la primera forma (eidos), puesto que no se puede dar la expresin sin la forma; hay una implicacin necesaria, lo cual afianza la idea de dualidad. Esto es similar al len-guaje interno (verbum internum) y lenguaje externo (verbum externam) del que habla San Agustn en El maestro o sobre el lenguaje: el primero yace en la mente, ya que es el de los conceptos, y el segundo es el de las voces y la escritura (Agustn, 2003). Para Beuchot (1991), el segundo ven-dra a ser la manifestacin del primero. Cabe mencio-nar, como acotacin, que tambin existen las imgenes habladas, la edola legmena ( ), que,

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    en un sentido platnico, buscan engaar y desorientar, y que son artfices de poetas y sofistas, por lo que seran, ms bien, imgenes fabricadas, artilugios, o desinformacin.1 9

    La tradicin latina y medieval sostuvo que la informatio tena una consistencia dual en cuanto a su significado: dar forma a algo material as como comunicar conoci-miento a una persona (Weizscker, 1962, p. 42-43). La informatio es la accin y el objeto del informare, que sera un bosquejo, una anticipacin de algo. Por ello, para Cicern la informacin era una representacin anticipa-da, una prolpsis () de las imgenes configuradas. En Cicern (1959) se lee: Unius verbi imagine totius sententi informatio in te gignatur necesse est, es decir: con una sola palabra configurada en sus caracteres visibles, no puede menos que producirse en nosotros la representacin [in-telectiva] de un pensamiento completo (p. 358).

    En consonancia con la cosmovisin romana, Santo To-ms de Aquino vea a la informatio en dos sentidos: uno sensorial (informatio sensus) y otro intelectivo (informatio intellectus) (Toms de Aquino, 1973). Ambos eran conce-bidos como procesos de representacin o reproduccin de las formas, traer de nuevo al objeto tal y como se nos present. La imagen es todo aquello que sobreviene de las apariencias de lo percibido, y por ende, las repre-sentaciones que creamos en el pensamiento. O sea, que tanto la imagen percibida como la imagen pensada son obje-tos de la conciencia. Esta tradicin escolstica perma-neci hasta la cimentacin del empirismo y el mtodo cientfico, con Bacon (1826), quien ya haba reconocido una diversidad de informacin (p.380) (diversitate in-formatio), es decir, varias formas de informacin.

    2. El dilogo inconcluso de la realidad

    informativa

    La filosofa de la informacin es una disciplina creada por Luciano Floridi investigador en el Oxford In-ternet Institute de la Universidad de Oxford que se

    1 Para una definicin mucho ms clara entre los conceptos de di-sinformation y misinformation (es decir, desinformacin y malin-formacin), debe revisarse la versin castellana del documento intitulado originalmente Steps forward in the philosophy of in-formation de Floridi (2012a) y el uso que le dan Karlova y Lee (2011) en su escrito.

    ha convertido en una disciplina relativamente nueva y de vital importancia, pues se define como la vertiente filosfica que investiga de forma crtica la naturaleza conceptual y los principios bsicos de informacin, in-cluyendo su dinmica, utilizacin y las ciencias que la estudian, adems de la elaboracin y la aplicacin de la teora de la informacin y las metodologas de clculo a los problemas filosficos.

    La filosofa de la informacin ha madurado y ha dejado de ser vista como un estudio ineludiblemente vincula-do al trabajo de Floridi y se ha convertido en un pro-grama de investigacin con toda suficiencia. En pocas palabras, se est erigiendo en este rubro una sucesin de teoras relacionadas entre s, de tal manera que unas se generan partiendo de las anteriores. Se ha definido el ncleo duro de este programa de investigacin, adems de que son indemnes las diferentes hiptesis auxiliares que conforman el cinturn protector.

    A raz de esto, Floridi (2004a) arguye que la bibliote-cologa debera desarrollar su fundamentacin concep-tual en trminos de la filosofa de la informacin, inclu-sive la consider como una filosofa de la informacin aplicada (p. 658), aunque hay que precisar que una fi-losofa aplicada no es lo mismo que una filosofa prag-mtica y mucho menos que una filosofa teortica. Puede decirse que la pragmtica y la teortica son los extremos (la prctica y la teora), y la filosofa aplicada realiza ambas dimensiones: se hace cargo del problema en la prctica pero tambin lo articula conceptualmen-te. Esto implica que, desde la mirada de la filosofa de la informacin, la bibliotecologa no es slo un cmulo de conocimientos tcnicos y mtodos prcticos, sino que tambin elabora explicaciones, conceptos y teo-ras, aplica deductivamente sus principios y desarrolla enunciados descriptivos sobre estos, haciendo una re-presentacin objetiva de las ideas. Concretamente, Flo-ridi (2002) define a la bibliotecologa como:

    La disciplina que estudia los documentos, sus ciclos de vida y los procedimientos, tcnicas y dispositi-vos por los cuales estos se implementan, gestionan y se regulan. La bibliotecologa aplica los principios fundamentales y tcnicas generales de la filosofa de la informacin para resolver problemas prcticos y tratar con fenmenos especficos y concretos. A su vez, lleva a cabo investigaciones empricas de prcti-cas orientadas a servicios (por ejemplo, con fines de

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    conservacin, valorizacin, educacin, investigacin, comunicacin y cooperacin), contribuyendo as al desarrollo de la investigacin bsica de la filosofa de la informacin (p. 46).

    La filosofa de la informacin ofrece adems, entre otras cuestiones, una explicacin mucho ms fehaciente de lo que el concepto de informacin representa y, por lo tanto, coadyuva a hacer mucho ms turgentes nuestras visiones del mundo. Este concepto el de informa-cin debe representar la complejidad de la realidad humana, tal y como lo expresan Weizscker (1962) o Bawden (2007), y ser explicado de forma pautada por revoluciones informativas, como lo hace Beavers (2013) o el propio Floridi (2014), en su libro The fourth revolu-tion: How the infosphere is reshaping human reality.

    En 2004, en su artculo Open problems in philosophy of information, Floridi (2004) estableci cules eran, en su consideracin, los problemas que tena por delan-te la filosofa de la informacin, mismos que partan de premisas tales como que la informacin es una cuestin central para la fundamentacin de campos como la in-teligencia artificial, las ciencias cognitivas, la epistemo-loga y la filosofa de la ciencia. Entre algunos de estos problemas pendientes pueden mencionarse:

    El desarrollo de una lgica de la informacin que pueda formalizar satisfactoriamente la relacin A es informado de que P, que es diferente de la lgica epistmica2 que concreta la relacin A sabe que P y de una lgica doxstica3 que formaliza la relacin A cree que P (Adams, 2010).1011

    La respuesta al cuestionamiento Cmo pueden los datos significativos adquirir sus valores de verdad?.

    2 La lgica modal, como una versin particular de la lgica modal, se ocupa del razonamiento formal sobre el conocimiento, ya sea como nociones comunes o como un conocimiento distribuido. Tiene aplicaciones en numerosos campos, tales como la filosofa, los estudios computacionales, la inteligencia artificial, la econo-ma o la lingstica (Floridi, 2011; Kacprzak y Penczek, 2005).

    3 La lgica doxstica es una vertiente de la lgica modal que se ocupa del razonamiento acerca de las creencias. Generalmente, una lgica de este tipo utiliza la expresin el razonador C cree que P es verdadero (Floridi, 2011, p. 228) para significar que el conjunto se refiere al conjunto de creencias de c.

    La cuestin de una revisin del concepto informacin.

    Especficamente, sobre el problema de la naturaleza de la informacin, Floridi seal que aquella opinin de que no existe informacin alguna sin la implemen-tacin fsica (un soporte) es un supuesto que se hace inevitable cuando se trabaja en la computacin, ya que la informtica debe tener en cuenta necesariamente las propiedades fsicas y los lmites de los portadores de la informacin. No obstante, recalca la necesidad de re-solver de una forma no lineal el denominado problema de Wiener o sobre el statutum ontologicum de la infor-macin.

    En su artculo de 2011 Floridis open problems in phi-losophy of information: Ten years after (que en reali-dad se publica siete aos despus y no diez), Gordana Dodig-Crnokovic y Wolfgang Hofkirchner revisitan la publicacin de 2004 de Floridi sobre los avances que haban tenido en aquellos problemas abiertos que deba resolver la filosofa de la informacin (Ddig-Crnokovic & Hofkirchner, 2011). Acerca del problema de Wiener, y desde su visin computacional, estos autores parten de la premisa de que el universo no es sino una cadena de procesos derivados de los patrones estructurales, y por lo tanto, lo que existe son slo patrones reales. En-tonces, para comprender dichos patrones como infor-macin, se puede inferir que la informacin es una cate-gora ontolgica fundamental. Dos aos antes, Charles Ess haba sealado que la filosofa de la informacin de Floridi es, ante todo, una ontologa una que toma a la informacin como la categora ontolgica prima-ria y constitutiva. De tal manera que ser es ser una entidad informativa (Ess, 2009, p. 160). Por tanto, la informacin puede ser considerada como una forma del ser inmanente.

    Para Dodig-Crnokovic y Hofkirchner (2003), lo que el ser humano sabe sobre el universo es lo que obtiene de las ciencias, mismas que rastrean los patrones reales. Empero, las consideraciones de la investigadora sueca y el especialista austriaco parecen cortas o, mejor di-cho, reduccionistas, en el entendido de que sintetizan su planteamiento en la afirmacin: la informacin debe ser considerada como la estructura fsica ms funda-mental (p. 20). Estos autores mantienen una tnica similar al realismo expuesto por el fsico Tom Stonier (de quien Hofkirchner es ferviente estudioso), acerca

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    de que la informacin es la estructura del universo y que, por tanto, existe independientemente del pensa-miento humano. Stonier (1990) defini la informacin de manera objetiva, como una propiedad bsica del uni-verso, a partir de la identificacin de sistemas de proce-samiento de informacin auto-organizados, denomina-dos por l como races fsicas de la inteligencia. Para Stonier (1990), la informacin es energa y, al igual que la energa, que tradicional y operacionalmente se defi-ne como poseer la capacidad de realizar un trabajo, la informacin se define como la capacidad de organizar un sistema (p. 11, 17).

    Personalmente, creo que los trabajos de Dodig-Crnko-vic (2003), en solitario, son mucho ms venturos y no tan restrictivos; en realidad, ella no cambia su postura pero s explaya mucho ms la explicacin de sus plan-teamientos. Por ejemplo, en un artculo sobre el mismo tema, y del mismo ao, seala que:

    La tecnologa que impuls el primer Renacimiento fue la imprenta. Hoy da, es la informtica y la comuni-cacin las que permiten un acceso ms rpido y con mejores herramientas. Lo que las hace atractivas es el humanismo, el mismo que fuera la fuerza en el cora-zn del primer Renacimiento, y que colocara las nece-sidades y aspiraciones humanas en el centro de todos los esfuerzos. La tecnologa y la ciencia, incluso desde una perspectiva humanista, sern el mayor reto por venir (Dodig-Crnkovic, 2003, p. 534).

    Crane (2008) quien actualmente ostenta la Ctedra Knightbridge en la Universidad de Cambridge expli-ca que el pensamiento evidentemente implica el proce-samiento de informacin, lo que significa que tomamos la informacin de los alrededores, hacemos cosas con ella y la usamos para actuar en el mundo. Una baja in-certidumbre, por otro lado, est inexorablemente vin-culada a conductas de informacin cuyo objetivo es el conocimiento, por ejemplo, los preceptos del sentido comn por el que la mayora de nosotros vivimos in-mersos en la vida cotidiana, o de dar sentido a la vida (Crane, 2008).

    Precisamente, sobre la naturaleza de la informacin y la accin humana, el filsofo de la ciencia, Len Oliv, sentencia que:

    La informacin est constituida por datos que repre-sentan estados del mundo. La informacin se acumu-la, se transmite y puede utilizarse. Y si bien no existen datos en s mismos ni informacin en s misma sino los datos y la informacin en general, siempre los son al menos para un potencial intrprete y usuario. La informacin se vuelve valiosa cuando intervienen agentes intencionales que valoran esa informacin y la incorporan a su acervo de conocimiento, con lo cual se afectan tanto su visin del mundo como sus capacida-des para la accin y en especial para la transformacin de su entorno (Oliv, 2007, p. 49).

    Wiener (1981) arguy que:

    El proceso de recibir y utilizar informaciones consis-te en ajustarnos a las contingencias de nuestro medio y de vivir de forma efectiva dentro de l. Las necesi-dades y la complejidad de la vida moderna plantean a este fenmeno del intercambio de informaciones demandas ms intensas que en cualquier otra poca; la prensa, los museos, los laboratorios cientficos, las universidades, las bibliotecas y los libros de texto han de satisfacerlas o fracasarn en sus propsitos. Vivir de manera efectiva significa poseer la informacin adecuada. As, pues, la comunicacin y la regulacin constituyen la vida interior del hombre, como de su vida social (p. 19).

    La filosofa de la informacin busca como lo enun-ci Nietzsche (2004) destruir a martillazos los do-los falsos, principios y dogmas para que, a partir de los escombros, moldear de nueva cuenta al hombre y su mundo, algo a lo que Floridi denomina la re-onto-logizacin del mundo. Esta reconcepcin ontolgica del mundo es una transformacin de la naturaleza, una filosofa de vida y una nueva forma de comprender el complejo mundo que habitamos a partir de una reali-dad informativa, como mirar a los objetos como objetos de informacin. La tecnologa ha producido un cam-bio informacional que va de lo semntico a lo ntico, situacin que da lugar a esta semantizacin del ser. El filsofo de la bibliotecologa, Nitecki (1995), vea en la tecnologa el ms grande peligro y, a la vez, la ms gran-de posibilidad para la humanidad, y es por ello que no podemos denostarla pero tampoco cimentar el funda-mento de las ciencias de la informacin en las transfor-maciones que produce

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    3. Naturaleza de la informacin

    Al momento de conceptualizar lo que la informacin significa, es ineludible recordar la teora matemtica de la comunicacin (o conocida simplemente como teora de la informacin) de Shannon y Weaver, quie-nes definieron informacin a partir de cantidades fsi-cas bsicas de energa, de ah que al agotamiento de la transmisin de seales o prdida de informacin se le denomine entropa. Esta teora parte de la idea de que el universo est organizado en una jerarqua de niveles de informacin, as que est relacionada con las leyes matemticas que rigen la transmisin y el procesamien-to de datos, o sea, con la comunicacin.

    Pero la explicacin de la informacin no puede ser re-ducida slo a entidades fsicas, a una realidad material; es un concepto complejo, para algunos fragmentado y para otros similar a un concepto-ganza del que se puede disponer para un acceso privilegiado a los dems con-ceptos. Floridi (2002) dice que la informacin es un concepto tan poderoso y escurridizo que puede estar asociado con varias explicaciones, en funcin de las ne-cesidades e intenciones (p. 137).

    En la misma poca en que Shannon formul su mode-lo, se abri una nueva rea de investigacin cientfica con la aparicin de la ciberntica, a cargo del filsofo y matemtico Norbert Wiener, con ayuda de colabora-dores como los mexicanos Arturo Rosenblueth y Efrn del Pozo, la cual buscaba entender la comunicacin en animales y mquinas, para posteriormente articularla y redisearla. Unos aos antes, Cassirer (1989) haba sealado que entre el sistema receptor y el efector, que se encuentran en todas las especies animales, hallamos en como eslabn intermedio algo que podemos sea-lar como sistema simblico. Esta nueva adquisicin transforma la totalidad de la vida humana (p. 47).

    Wiener y sus colaboradores de la Universidad de Har-vard exploraron elementos comunes al funcionamiento de las mquinas y el sistema nervioso, para desarrollar as un sistema conceptual que abarcase todo el campo del control de las comunicaciones y la informacin en las mquinas y los seres vivos. Esto lo llev a cuestio-nar la definicin de informacin ofrecida por Shannon y, por tanto, a reconfigurarla (de ah que al problema sobre el estatus ontolgico de la informacin se le de-

    nomine tambin como el problema de Wiener). El fun-dador de la ciberntica desech las formulaciones sim-ples de causalidad lineal que buscaban circunscribir al concepto de informacin en un mundo reduccionista de realidad objetiva, al mostrar el mecanismo de retroa-limentacin que opera naturalmente en todos los seres vivos, permitiendo adaptaciones y ajustes en su propio organismo y con su entorno. En descargo de Shannon, es posible que l no estuviera ajeno a estos aportes, y en particular que no desconociera el reciente concep-to de retroalimentacin. Sin embargo, su propsito se vio acotado por las necesidades de la compaa para la que trabajaba (los Laboratorios Bell), por lo que llev su estudio por un camino sumamente reducido, lo que le impidi obtener un provecho mayor de estos nuevos enfoques. De hecho, en sus ltimos aos pareci recular sobre su postura fisicalista4 y seal:12

    A la palabra informacin se le ha dado diferentes sentidos por varios escritores de la teora de la infor-macin. Slo algunos de estos son suficientemente tiles en ciertas aplicaciones para merecer un mayor estudio y reconocimiento permanente. No es de espe-rar que nicamente un concepto de informacin pue-da explicar satisfactoriamente las numerosas aplica-ciones posibles de este campo general (Shannon, 1993, p. 180).

    Wiener (1981) llama informacin al contenido que es objeto de intercambio con el mundo externo, mientras nos ajustamos a l y hacemos que se acomode a noso-tros (p. 19). La informacin est constituida por datos organizados (contenido) ms una cierta carga de esta-do de probabilidad. El padre de la ciberntica, busc refutar a autores como Shannon (1993) y Stonier (1990) y seal que:

    El cerebro mecnico no segrega el pensamiento, como lo hace el hgado con la bilis, como lo han reclama-do materialistas anteriores, ni tampoco concebirlo bajo la forma de energa, ya que el msculo pone su actividad. La informacin es informacin, ni materia ni energa. Ningn materialismo que no admita esto puede sobrevivir hoy (Wiener, 1985, p. 165).

    4 Crane (2008) aduce que el fisicalismo es el punto de vista en que todo es fsico o bien todo es determinado por lo fsico (p. 365).

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    Con Wiener (1985) y la ciberntica, se dio una peque-a revolucin tecnolgica, iniciada por la inteligencia artificial de Alan M. Turing, misma que consisti en domar y controlar aquella tecnologa y ciencia apli-cada que para muchos ni sus propios creadores enten-dan, de hecho ciberntica significa arte de gobernar la nave, es decir, regular el comportamiento, tanto de una mquina como de un ser humano (al transformar la in-formacin en mensajes con sentido, a travs del sistema nervioso central y el cerebro), y esto implica tambin autorregularse (Wiener, 1981). Turing utiliz algunas veces, de forma socarrona, una cita de Shakespeare en la que anunciaba que es una diversin el hacer que los ingenieros sean catapultados por sus propios morteros (Shakespeare, 1996, p. 686). Wiener (1988) sentenci en mltiples ocasiones que la tecnologa adverta un peligro detrs del sueo de progreso, lo que implica-ba un alto grado de responsabilidad: El mundo futuro supondr ms bien un esfuerzo cada vez ms exigen-te contra los lmites de nuestra inteligencia, y no una cmoda hamaca en la que tumbarnos mientras cuidan de nosotros nuestros esclavos robticos (p. 48). En consonancia, Skolimowski (1983) adujo que la tecno-loga nos despoja sistemticamente de responsabilidad, representa la victoria del mal. Pues si todo se nos hace, si no podemos ejercer nuestra responsabilidad, ya no somos humanos (p. 91).

    Algunos escritores confunden la transformacin de un medio con el ascenso de la barbarie, y otros, por el con-trario, observan esta mutacin como un proceso inevi-table, enriquecedor y revolucionario. Precisamente, al inicio de la dcada de los aos treinta, se dio la reflexin filosfica acerca del cambio que la era de la informacin y su impacto tecnolgico traeran a la vida cotidiana en todos los mbitos. Dichas digresiones discursivas estu-vieron encabezadas por tericos como Adorno y Ben-jamin (1999), asociados comnmente a la Escuela de Frankfurt. Por un lado, Benjamin, quien siempre estuvo fascinado por las posibilidades que el futuro anunciaba, crey que las reproducciones mecnicas deban servir, por ejemplo, para llevar las grandes obras de arte a cual-quier persona en cualquier lugar del mundo. Para Ador-no, esto significaba una tergiversacin del contenido y de la informacin impregnada en las muestras artsti-cas, por ejemplo, un alejamiento que generaba una des-personalizacin de la obra, adems de que se propiciaba el ejercicio de la falsificacin. Como se puede observar,

    las vicisitudes de las plataformas tecnolgicas no es, en realidad, una cavilacin terica tan reciente.

    A diferencia de Adorno o Benjamin, Heidegger (2006) no se centr en una postura, pero s estableci puntual-mente que la tecnologa era capaz de develar al ser, de desocultarlo, pero tambin de ocultarlo: la tcnica es un destino, dentro de la historia del ser, de esa ver-dad del ser que reside en el olvido (p. 54). Heidegger (2006) ve a la tcnica no solo desde la etimologa grie-ga tchne (), sino tambin como uno de los modos de la , esto es, del hacer que se manifieste lo ente (p. 54).

    Esta clase de discusiones en los terrenos de la filosofa son los que evidencian la exhaustividad del concepto informacin y rechazan su linealidad conceptual. Algu-nos autores ven a la informacin como un constructo complejo, sobre todo en el plano biolgico, fundamen-tando sus propuestas en disertaciones sobre la evolu-cin. Morin (2004), por ejemplo, en su epistemolo-ga de la complejidad, nos recuerda que es notable constatar que, en la organizacin biolgica de los seres multicelulares, cada clula contiene la informacin del todo (p. 6). Doyle (2004), autor britnico, comienza por definir a la informacin como una realidad fsica, pero culmina con una concepcin sobre ella de tipo abstracta o subjetiva. Segn l, la informacin se ani-da en la corteza sensorial primaria, por lo que es una construccin del cerebro en s, una parte del procesa-miento sensorial. No obstante, segn l, una de las fun-ciones del reloj neuronal se disoci de la sensibilidad, por lo que, en un sentido muy profundo, la informacin es irreal (Doyle, 2004, p. 63-64). Doyle (2004) toma prestado el concepto de tecnicidad y lo define sucinta-mente como la capacidad de deconstruir y reconstruir la naturaleza (p. ), similar al de Heidegger (2006), que es ocultar o desocultar al ser, puesto que podra ser que la naturaleza ocultase su esencia precisamente en la cara que presenta al dominio tcnico del hombre (p. 29).

    Algunos autores se han advocado a tomar parte en la discusin de si la informacin es una entidad objetiva o una configuracin meramente ideal. Fresco (2012) sos-tiene la existencia de esta dualidad de entidades ideales y materiales, o sea, de nuestros conceptos intuitivos de la informacin y los conceptos ms tcnicos de la mis-

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    Segn Simondon (2009) en su muy importante obra de principios del siglo XX, La individuacin a la luz de las nociones de forma y de informacin, la idea de informacin expone las cuatro causas aristotlicas (la material, la formal, la motriz y la formal), mismas que subyacen en la materia y que dar forma (es decir, in-formar), es una operacin que se da tanto en el plano natural como en el artificial, sin que sean necesarias tanto la conciencia como la fuerza humana.

    Quiz el peligro latente de una teora que verse sobre una naturaleza dual (objetiva/subjetiva) reside en caer en una explicacin al estilo de Proudhon sobre una doble naturaleza o una distincin interna. Cuando el revolucionario francs intent describir el proceso que convierte al valor de uso en valor de cambio, en su Filosofa de la miseria, concibi una especie de transubstan-ciacin que explicaba, de manera misteriosa, el paso de una realidad material a una ideal, un recurso sumamen-te denunciado por Marx (2004) en su clebre contes-tacin La miseria de la filosofa. No obstante, existen ex-plicaciones dialcticas que son bastante interesantes. Quiz la explicacin del concepto de informacin pue-da ser formalizado de la misma manera en que Hegel (1978) explic lo que era el trabajo en la Fenomenologa del espritu: la objetivacin de una capacidad que, empe-ro, es experimentada como subjetivacin.

    Otra forma particular de hacerlo consiste en expli-car el plano de realidad de la informacin a partir de

    un proceso de objetivacin/desobjetivacin. Para esto, debe considerarse que la informacin transita por dos estados o momentos: el primero, cuando la mente hu-mana la asimila, procesa e interpreta, o sea, la transfor-ma en conocimiento, el cual consiste en un conjunto de estructuras informacionales que, al interiorizarse en el sujeto, se integran a los sistemas de relacionamien-to simblico de ms alto nivel (los que tienen que ver con la permanencia); el segundo se da cuando el cono-cimiento se posa sobre un objeto que la condensa, como cuando se registra la informacin en un documento, mismo que acta como fuente de informacin a travs del lenguaje. Una fuente de informacin puede ser cual-quier objeto o sujeto que genere, contenga, suministre o transfiera informacin. La informacin condiciona la generacin y la gestin del nuevo conocimiento y po-sibilita la formalizacin de este ltimo; en esto reside el sentido pragmtico de la informacin, es decir, en su materializacin en noticias, informes de investigacin, objetos u otros que permiten la generacin y comunica-cin del conocimiento.13

    Husserl (1999) parte de las ideas de que la teora de la significacin del sentido est desarrollada a partir del fenmeno de la expresin, y de que una expresin es objetiva cuando liga su significacin tan slo con su contenido vocal aparente (pp. 36-40). Por expresin hemos de entender todo discurso y toda parte del dis-curso, as como todo signo que, esencialmente, sea de la misma especie (Husserl, 1999, p. 36-40).5 Entonces, puede decirse que la informacin se objetiva, primera-mente, a partir de las necesidades de informacin de un usuario que son estados que surgen a parir de las determinaciones de las propiedades esenciales del sujeto, mismo que la encuentra en un documento o typos (), el cual la condensa bajo la forma de una expresin enunciativa o texto, es decir, objetiva el lgos (). En un plano general, el lgos es el trmino con el que se designa a la razn o una de las expresiones de la razn (el orden de las palabras o cosas), como por

    5 Cabe aclarar que para Husserl (1999) existen dos sentidos del signo: el indicativo o seal y el significativo o expresin. El pri-mer sentido es aquel que le confiere al signo la propiedad de in-dicar o sealar algo, esto es que para que una situacin objetiva sea seal es necesario que ejerza una funcin indicativa. A esto se le puede argir que existen ciertos signos que, adems de la funcin indicativa, tienen significacin. Es aqu donde entra el papel del segundo sentido, que se ejemplifica en la expresin, o sea, en la palabra o en el enunciado.

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    ejemplo: razonamiento, definicin, palabra, frmula o principio.

    El lgos ha tenido una multiplicidad de connotaciones, ya sea para los estoicos, los escolsticos, los neopla-tnicos, los cristianos, etc.; sin embargo, algunas de estas visiones podran ser tiles para representar al constructo informacin, aunque sea slo de mane-ra metafrica. Por ejemplo, bajo la visin de Plotino (1988), bien podra equiparase al concepto de infor-macin (como configuracin en el pensamiento) con el de lgos. La principal razn para decir esto es que en el concepto de lgos se renen las ideas de razona-miento, discurso y sentido. Plotino considera al lgos (alma) como una emanacin de la inteligencia de la cual obtiene su existencia. El alma es reputada como la segunda de las tres hipstasis y procede de este po-der intelectual, pero slo en parte, ya que tiende hacia la expresin o manifestacin de otro orden. Aunque el alma emana de esta primera hipstasis, parte de ella misma para pasar a la razn en acto (Plotino, 1988, p. 333-349). Para Plotino (1988), por encima del alma humana est la inteligencia y por debajo las regiones de lo material, los terrenos de la expresin o razn en acto. Curiosamente, para Floridi la hipstasis es el cuarto enfoque conceptual que se sugiere para ser aplicado al estudio de la informacin, vista como un cmulo de datos significativos.

    4. Advenimiento de la filosofa de la

    informacin

    La perspectiva expresada en este documento sobre la fi-losofa de la informacin no es el anunciamiento de una nueva epifana para el mundo moderno o la salvacin de la sociedad de la informacin de esa entropa que puede ser equiparable con la brecha digital. Tampoco es menester sembrar una discusin unipersonal en tor-no a si la magnum opus de Luciano Floridi, The philosophy of information, ser aceptada pero sobre todo entendi-da, como sucedi con algunas otras obras y su poca aceptacin editorial inicial, por ejemplo con el Tractatus lgico-philosophicus de Wittgenstein (a pesar del apoyo de Bertrand Russel), o las malinterpretaciones hacia la Crtica de la razn pura de Kant. Tampoco pretendo hil-vanar una serie de insinuaciones apologticas. Sin em-bargo, debo decir que la polmica y las malinterpreta-

    ciones que surgen con la aparicin de una gran obra no es algo raro o que sea ajeno a la historia de la ciencia. Tal situacin la ejemplifica Fichte (1984) en la Segunda introduccin a su Doctrina de la ciencia:

    Puede parecer arrogante y despectivo para otros que uno aparezca y diga: hasta este momento, y entre una multitud de dignas y doctas personas que han dedi-cado su tiempo y sus fuerzas a la interpretacin de cierto libro, han entendido este libro ms que de un modo enteramente absurdo; todos han encontrado en l justamente el sistema opuesto al sistema expuesto, el dogmatismo en lugar del idealismo trascendental; yo slo lo entiendo bien. Pero en realidad esta arrogancia es slo aparente, pues cabe esperar que en adelante tambin otros entiendan as el libro y el nico no siga siendo el nico (p. 106-107).

    Ya en la Primera introduccin, Fichte (1984) haba se-alado que Kant [] es un libro cerrado, y lo que se ha ledo en l es justamente aquello que no ajusta dentro de l y que l quiso refutar (p. 27). Sobre Floridi se ha dicho que su conceptualizacin no puede ser tomada con la pretensin de una teora general de la informa-cin, ya que se basa en la teora matemtica de Shan-non. No obstante, Floridi (2011) no se basa en esta, ms bien la retoma como lo hace con otras teoras, y de hecho la considera slo como uno de siete enfoques para aproximarse al concepto de informacin, a saber: el enfoque de la teora matemtica de la comunicacin; el enfoque algortmico; el enfoque probabilstico; el en-foque modal de transporte; el enfoque sistmico; el en-foque deductivo; el enfoque semntico. Pero, a partir de lo mencionado anteriormente, qu tratamiento le da Floridi a la concepcin de informacin de Shannon? En realidad, debe establecerse que slo recapitula la par-te de informacin semntica de aqul. Aunque hay que decir que para Shannon (1948) este aspecto de la infor-macin era irrelevante. A pesar de esto, Shannon (1948) determin que el mensaje real es uno seleccionado en-tre un conjunto de posibles mensajes (Floridi, 2009).

    Este problema tan irrelevante para Shannon (1948), es representado por bibliotecarios como Nitecki (1985) o Herold (2003) como un continnum, expresado como , mismo que tambin es descrito y desarrollado por Flo-ridi (2011) de la siguiente manera: la informacin est conformada por datos sintcticamente bien conforma-

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    dos y an no interpretados (los que son propiamente el objeto de estudio de la teora de la informacin de Sha-nnon). Estos datos pueden ser semnticos (la informa-cin acerca de la realidad) y ambientales (en este nivel se encuentra el campo de accin de la filosofa de la in-formacin). Los datos en el mbito semntico son ins-tructivos (informacin de la realidad) o factuales. Los datos factuales pueden ser falsos o verdaderos (estos ltimos son propiamente la informacin). Los datos falsos pueden bifurcarse en desinformacin y malin-formacin dependiendo de la intencin. La informacin semntica falsa que se difunde con el fin de engaar a su receptor se le denomina desinformacin, y aquella en la que no existe dicha intencin es la malinformacin. La informacin verdadera, una vez contextualizada, pue-de ser transfigurada a conocimiento. El factor de con-textualizar o dar sentido especfico a la informacin es importante para entender este proceso. Como muestra, actualmente, el concepto de informatividad (utilizado en la esfera lingstica-computacional, por ejemplo) no podra ser expresado mejor que de esta manera, ya que adems de ser entendido a partir de la textualidad, es parte de un proceso de comunicacin en la que se com-bina con la situacionalidad y la intertextualidad.

    La informatividad es el factor de novedad que motiva el inters por la recepcin de un texto. Adems de la cohesin y la coherencia, las normas de la textualidad se erigen mediante la incorporacin de lo nuevo en lo ya conocido (informatividad), mediante la adecuacin a la situacin (situacionalidad) y mediante la interpre-tacin de la dependencia entre textos distintos (inter-textualidad). Para despejar este problema central, es necesario explicar las siguientes nociones:

    La informacin como realidad, tambin conocida como informacin ambiental. Esta perspectiva no se interesa en la utilidad, relevancia, significado, interpretacin o pertinencia de la informacin, sino en el nivel de detalle, disposicin, localizacin y frecuencia de los datos no interpretados.

    La informacin acerca de la realidad o informacin semntica, definida as ya que se piensa en una proposicin verdadera. Aqu se dice que un enunciado es verdadero s y slo si el estado de cosas que expresa se da en la realidad. Esta informacin educe el grado de incertidumbre, a partir de un determinado estado de conocimiento del individuo

    informado. La informacin aqu se encuentra en las estructuras profundas de los documentos y es esencialmente contextual.

    La informacin de la realidad se advoca al gran complejo de asistentes para ayudas e interacciones: instrucciones, la informacin gentica, algoritmos, rdenes o recetas (Floridi, 2011).

    Quiz la expresin informacin semntica falsa pue-da parecer extraa, empero, Floridi (2005) explica que la informacin falsa es tambin un tipo de informacin semntica, como se puntualiza en los siguientes razo-namientos:

    La informacin falsa puede incluir informacin autntica.

    La informacin falsa puede conducir a informacin genuina.

    La informacin falsa puede seguir poseyendo la cualidad de ser informativa, aunque slo sea indirectamente.

    La informacin falsa puede apoyar los procesos de toma de decisiones.614

    La informacin falsa puede ser, en otro escenario, real y relevante.715

    Si la informacin falsa no cuenta como informacin, entonces qu es?

    La accin de informar no requiere de la verdad, y la informacin no tiene por qu ser cierta, pero la mala informacin s requiere de la mentira, as que debe ser falsa.

    Como sucede con el caso del trmino informatividad, es indudable que la informtica ha abierto nuevas opor-tunidades y cambios a la actividad filosfica tradicio-nal, pues ha transformado un conjunto de nociones simples, segn las cuales los filsofos parecen entender conceptos fundacionales tales como mente, percep-

    6 En esta categora de informacin falsa, no est incluido el cono-cimiento informal (como la heurstica), como algunos autores s lo sugieren.

    7 Floridi (2005) considera que aquellos datos significativos, que son slo contingentemente falsos, representan un caso diferente, y podran calificarse como un tipo de informacin. Slo ocurre que habr menos personas previstas para las cuales esta informa-cin sea falsa.

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    cin, experiencia, razonamiento, conocimiento, verdad, tica, entre otras, sin que las expresiones de la razn (palabra, razonamiento, definicin o lgos) se vean trastocados, en el contexto, por ejemplo, de la filo-sofa clsica (Floridi, 2007). Aunque algunos tericos se muestran reacios a la posibilidad de que los estudios in-formacionales puedan coadyuvar a la configuracin de conceptos, tarea inexorablemente ligada a la filosofa.

    Deleuze y Guattari (1993) sostienen que la creacin de conceptos ha sido el papel preponderante de la filoso-fa. Denuncian que la filosofa se ha cruzado con mu-chos rivales con respecto a este papel, en el cual han querido reemplazarla. Primero dicen estuvieron las ciencias del hombre; despus fueron la lingstica y el psicoanlisis, pero el colmo fue cuando el turno le lle-g a la informtica y a las ciencias de la comunicacin, ya que estas:

    Se apoderaron de la propia palabra concepto, y dije-ron: es asunto nuestro, somos nosotros los creativos, nosotros somos los conceptores! Somos nosotros los amigos del concepto, lo metemos dentro de nuestros ordenadores. Informacin y creatividad, concepto y empresa [] Ciertamente resulta doloroso enterarse de que Concepto designa una sociedad de servicios y de ingeniera informtica (Deleuze & Guattari, 1993, p. 16-17).16

    Poco a poco, hemos visto que esta idea de que los fil-sofos son los encargados de la creacin de conceptos ha ido envejeciendo lamentablemente. En la misma sinto-na, Floridi (2003) denuncia que hoy los humanistas se mueven en la lgica simplista del cui prodest scelus, is fecit,8 que no es sino la misma queja que Wittgenstein tena sobre la filosofa, en la cual estableca que los filsofos y tericos generan el mismo lo que se proponen luego a ordenar y ganarse la vida con ello. Parece ser que los informticos hoy hacen lo mismo, como lo dicta la le-yenda urbana que dice que las empresas de seguridad informtica siguen este mvil, y no disean sus softwa-re para combatir los virus verdaderamente peligrosos, sino slo para un puado de ellos. Si llegaran a terminar con todos estos virus se acabara tambin la relacin de beneficio que el negocio proporciona.

    8 Locucin latina que expresa: El provecho del delito lo obtiene el que lo comete, proferida en la tragedia de Sneca Medea, acto I, escena I.

    Los filsofos no se han encargado con suficiencia de la naturaleza del concepto informacin como realidad fi-losfica, lo consideran un objeto terico menos denso en cuanto permite operaciones de reduccin y simplifi-cacin conceptual en el proceso de anlisis. Sin embar-go, en los albores de esta nueva centuria, el concepto de informacin se ha convertido en el problema central para la filosofa ms contempornea (Floridi, 2005, p. 351). Quiz por esto la filosofa de la informacin era considerada hace diez aos todava como una filosofa pobre, empero, la cenicienta emerge a un grado tal que hoy se le vislumbra como una philosophia prima, tanto en el sentido aristotlico (en cuanto a la primaca de su ob-jeto, del cual pretende ser un componente fundamental en cualquier entorno) como en el cartesiano o kantiano (en cuanto a que aspira a proporcionar un enfoque ms valioso e integral para la investigacin filosfica) (Flo-ridi, 2007; 2011). En resumidas cuentas, para el erudito italiano, la filosofa de la informacin:

    [] se puede presentar como el estudio de las activi-dades de informacin que hacen posible la construc-cin, conceptualizacin, semantizacin y, finalmente, la administracin moral de la realidad, tanto natural como artificial. De acuerdo con este punto de vista al-ternativo, la filosofa de la informacin tiene una voca-cin afn a la ingeniera. Y no por casualidad, ya que su elaboracin puede cerrar ese captulo de la historia de la filosofa que comienza con la muerte del ingeniero. Parafraseando a Kant, la filosofa de la informacin es la salida del hombre de su estado deseoso de irrespon-sabilidad demirgica, en la que la humanidad entr con su empobrecimiento teolgico, la muerte de dios (Floridi, 2003, p. 465).

    El antecedente correcto que Floridi establece para su filosofa de la informacin no tiene nada que ver con la plyade de denominativos que pulularon en la dcada de los noventa del siglo pasado, los cuales hacan refe-rencia a una masa amorfa de generalizaciones simb-licas ms o menos afines: filosofa de la computacin, filosofa de la informtica, ciberfilosofa, entre otras ms curiosas. El antecedente sealado por Floridi es tildado como el antecedente prematuro y se trata de la filosofa de la inteligencia artificial. Para l, la inte-ligencia artificial de autores como Turing o Sloman actu como un caballo de Troya, trayendo un marco computacional/informacional mucho ms vasto dentro

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    de la filosofa, revestido con sus propios temas, mto-dos y modelos, y con su particular punto de vista en los conceptos filosficos tradicionales como mente, con-ciencia, experiencia, conocimiento, verdad, etc. Como resultado de la revolucin de la inteligencia artificial, la informacin adquiri el carcter de un fenmeno pri-mario. En la filosofa de la informacin, no obstante, la informacin no es slo un concepto recurrente como en la inteligencia artificial, se convierte ms bien en el con-cepto fundamental.

    En un fascculo de las Philosophical Transactions de la Ro-yal Society de Londres, Floridi (2012b) establece que los trabajos de Turing brindaron, bsicamente, cuatro lecciones a la investigacin filosfica (tres vigentes y una superada), principalmente con respecto a la in-formacin, a partir de la interaccin con una mquina inteligente: a) con Turing se termin de amalgamar un nivel de abstraccin o cmo hacer preguntas tericas; b) la investigacin se centr en los problemas ms im-portantes o qu preguntas tericas se deben hacer; c) se dio el desarrollo de una nueva antropologa filosfica o desde qu perspectiva se deben abordar las cuestiones y; d) el establecimiento de una nueva filosofa de la in-formacin o la forma de entender el mundo de hoy.

    5. Conclusiones9 17

    La filosofa de la informacin representa, inicialmente, una nueva forma de concebir al mundo. Para una con-ceptualizacin como la que se propone en este trabajo, se entiende que los seres humanos no descubrimos ni inventamos el mundo, slo lo diseamos. Lo entende-mos slo en la medida en que entendemos sus mode-los y sus representaciones. El mundo, tal cual lo expe-rimentamos todos los das, es el resultado de nuestro modelo particular alimentado con datos con un cierto grado de nivel de abstraccin.

    La intencin de este trabajo, en diferentes formas, fue dar cuenta de la complejidad y raigambre conceptual que envuelve al constructo denominado informacin

    9 Para una revisin bio-bibliogrfica mucho ms exhaustiva de va-rios eruditos del fenmeno de la informacin mencionados aqu (Floridi, Shannon, Simondon, Deleuze, Wiener, entre otros), recomiendo la ms reciente obra del canadiense Faucher (2013) en especial el Captulo Primero.

    (lo que no implica que sea inasible) y desechar la arcai-ca definicin de que la informacin es un cmulo de da-tos (decir un continuum sera mejor) o un corpus de datos bajo un determinado contexto (cuestin que la misma semntica pondra en entre dicho). Hablar de un con-junto de datos, as nada ms, es casi como decir que una casa se compone solo de un conjunto de materia-les; una cantidad considerable de materiales apilados en la acera no hacen una casa.

    Por ejemplo, en el caso de Rembrandt, el pintor, sus obras no son slo un cmulo de pigmentos y resinas oleicas sobre un lienzo de tejido cruzado de algodn, sino que detrs existe un trabajo intelectivo que le da forma (la informacin es dar forma), una tcnica, un cdigo, la cosmovisin de su poca, etc. En el caso de la informacin, sucede un proceso similar al de la imagi-nacin. La imaginacin no es slo una constelacin de imgenes, sino que en ella ocurre un proceso de sntesis en el que se unifica lo disperso y se emancipa a conoci-miento. Con la casa ocurre un proceso semejante, en el que los materiales son procesados y transformados, a partir de un diseo trazado de una edificacin concep-tual, en un espacio, etc.

    Desde una tnica marxista se dira que adems del c-mulo de materiales habra que agregar el elemento del trabajo, en el cual se transfiere valor a los materiales y cobran forma y un nuevo valor aadido. Mi idea parti-cular es denominar a ese proceso complejo bajo una mirada de la informtica como un continuum, es decir, un proceso de integracin continua y paulatina en el que los datos se van transformando y compilando poco a poco hasta convertirse en informacin.

    No es la intencin de la filosofa de la informacin jus-tificar conceptos heterclitos o conciliar realidades desemejantes que procedan de diversos sistemas para puedan parecer ms verosmiles. Esto, aunque pueda aparentar que va conforme a lo propuesto por la filoso-fa de la informacin, se convierte en realidad en todo lo contario, produce letargo, ya que evita comprometerse con una postura (o, mejor dicho, argumentarla), defi-nirla u ofrecer soluciones. Lo apremiante aqu es que en estudios de este talante, donde se pretenda discernir sobre los conceptos clave de las ciencias de la informa-cin, se debe recurrir, entonces, a las races de lo que ha implicado informacin en el devenir histrico.

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    Queda implcito que la filosofa de la informacin es una filosofa que hilvana gran parte de su tejido discur-sivo en el huso de la modernidad, empero, constante-mente realiza revisiones sobre sus cuestiones y tareas pendientes. La perspectiva acerca de la informacin y la tecnologa que ofrece la filosofa de la informacin puede refrescar las miradas que hoy coexisten dentro de la filosofa de la ciencia, e insertarse en un concierto de voces que compongan una filosofa polifnica ms rica y alejarse de una filosofa anquilosada y esclertica.

    El argumento es que hoy se necesita una filosofa de la informacin, entendida simplemente (en trminos ku-hnianos) como un desarrollo normal en la historia de la filosofa, una importante expansin de la frontera filosfica cuyo tiempo parece haber llegado (Floridi, 2003). Para la bibliotecologa, la filosofa de la informa-cin constituye una filosofa polifnica, ya que no se suma como una voz ms en la discusin de la fundamentacin bibliotecolgica, sino que llega para ser el assolo que or-questa el concierto de voces, la sinfona coral de ideas, algunas de ellas hiptesis auxiliares.

    6. Referencias

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