<<Queridos jóvenes amigos, el Señor os está pidiendo ser profetas de esta nueva era, mensajeros de su amor,

capaces de atraer a la gente hacia el Padre y de construir un futuro de esperanza para toda la humanidad>> BENEDICTO XVI 20-07-08

<<Hemos visto la Iglesia como es verdaderamente: Cuerpo de Cristo, comunidad viva de amor, en la que hay gente de toda raza, nación y lengua, de cualquier edad y lugar, en la unidad nacida de nuestra fe en el Señor resucitado>>

BENEDICTO XVI 20-07-08

Y la próxima…..

¡¡¡ MADRID 2011!!¡¡¡ MADRID 2011!!¡¡¡ MADRID 2011!!

H ola me llamo Ana y vengo de la parroquia de Santiago Apóstol de Torrejón de Ardoz. La verdad es que al principio no pensaba dar este testimonio, pero animando a mi hermana para que lo hiciera me hice la pregunta ¿y por qué yo no? Pensa-ba que no era adecuada para darlo ya que mi hermana siempre hablaba, pero yo no. Al final pensé: Curry me está mandando este correo a mí de parte del Señor, invitándome a dar este testimonio, como el día de la clausura me invitó a estar cerca del Papa, eligiéndome a mí entre otras personas. A Sydney fuí con la idea de ver al Papa y llenarme del Espíritu Santo, pero lo que me ha dado el Señor es más de lo que podía imaginar. Lo pensé y al final comprendí que quería que yo evangelizara, como nos dijo el obispo de Honduras, Madariaga: “¡Ay de mí sino evangelizo!” (palabras de San Pablo). También pensé que si no daba este testimonio de qué me había servido ir a Sydney, tenía que ser testigo y mostrar a la gente el amor de Cristo. En este viaje he visto la ayuda entre los jóvenes de dis- tintos países, que sin conocerse ni nada te ayudan. También que el amor de Cristo llega a todas partes y provoca manifestacio-nes de amor al prójimo, sobre todo entre los volunta- rios. He visto crecer mi amor y mi de-voción a Cristo con cada vez persona que contaba su vocación porque he visto con mis pro-

pios ojos que Cristo nunca te abandona. También ha crecido mi amor a la Iglesia, porque hasta este viaje no me había fijado que los obispos disfrutan tanto o más que no- sotros con estos encuentros y que el Papa sea una persona tan alegre. Todo esto me plantea que el amor de Cristo tapa todos los sufrimientos que hay en nuestro corazón.

He descubierto a Cristo por ejemplo, pensando que no nos llovió en la vigilia del sábado y que hizo muy bueno porque Él quiso, mientras que al día siguiente por la noche llovió. Lo he visto en cada una de las ayudas que me prestaron o recibí de todo el mundo. Re-cuerdo una ocasión en la que estábamos bajando las escaleras y había una chica que estaba lesionada, mi hermana, en un acto de amor, le tendió la mano para que pudiese bajar las escaleras mejor. Nosotras no conocíamos a esa chica pero sentíamos que había que ayudarla.

Me encontré con el Señor contemplando la naturaleza. En la excursión que tuvimos, aunque costará subir las cuestas; en la belleza de los Doce Apóstoles, a pesar de la lluvia tan fuerte, y por último viendo las maravillas que creó el Señor en las Blue Mountains.

Quiero mostrar mi agradecimiento a Rapo ya que él me ha enseñado mucho en este viaje: su amor a Cristo y su entrega a los demás. Como cuan-do no fue a las Blue Mountains para no dejar a nuestro obispo sólo, o cuando se perdió una mañana de paseo por ir a buscar los billetes al aeropuer-to. También se lo quiero mostrar a todo el grupo que por unas cosas o por otras me han hecho pasar unos días fabulosos y sin ellos yo no sé si aho-ra tendría el amor que tengo a Cristo. Espero veros a todo el grupo y también a todos los jóvenes de esta diócesis en Madrid 2011. Donde podamos

disfrutar de la visita del Papa a nuestro país y a nuestra comunidad, para que nos enseñe a mostrar el amor de Cristo al mundo.

¿Quieres conocer otros testimonios? ¡Entra en la web de la Delegación y

descúbrelos!

Pilar Gálvez

San Juan Evangelista

Torrejón

María Mateos

Santiago Apóstol

Torrejón

Horten Hernaz

San José

Patones

Ya leyendo el lema del campamento, creo que poco más se puede decir. Sin fin: una vida eterna junto a

Jesús, pero también un campamento sin fin.

Participaron parroquias de toda la diócesis colaborando en la catequesis, talleres, oraciones, Eucaristías,

juegos, preparación de comida… todo lo que se pudiera e hiciera falta.

Fueron nueve días muy intensos en los que incluso viajamos en el tiempo, y aunque esos días ya pasaron,

tanto monitores como niños queremos seguir viviendo como en Barbatona: con Jesús y con María, y sobre todo

transmitiendo a los demás que Jesús está vivo y nos ama. Una vida sin fin…

Alba Camacho Moreno

Santa María del Castillo - Campo Real

Arciprestazgo de Arganda

Un grupo de 81 niños, 15 educadores, 3 cocineras y un

sacerdote, todos ellos de la parroquia de San Diego, hemos vivido estos doce días

en una casa de colonias, en el pueblo de Arenys de Mar, Barcelona, muy cerquita

de la playa. Durante todos estos días hemos pasado mucho tiempo juntos, hemos

jugado, nos hemos divertido, nos hemos bañado en la playa y en la piscina,

hemos reflexionado, orado, descansado, cantado…

Todos nosotros hemos aprendido muchas cosas, los pequeños de los mayores

y viceversa, ¡como no! Nuestro principal objetivo este año era conocer algo más

sobre la figura de San Diego de Alcalá, patrón de nuestra parroquia, que no sólo

fue un fraile del siglo XV, sino todo un santo a seguir en pleno siglo XXI. Y este fin

creemos que se ha conseguido. Los chavales han podido

conocerlo más de cerca, su caridad, su sencillez, su

humildad. Pero está claro, siempre hay que seguir

trabajándolo en Alcalá.

Durante estos días hemos participado de las fiestas

y gentes del pueblo de Arenys, todo un regalo para

todos. Sólo nos queda decir que estamos muy orgullosos

de todos los que hemos compartido estos días en

familia, de esas oraciones, de esas reflexiones, de esas

acciones de gracias, peticiones de cada uno de los chicos

que dejaban a Jesús acompañarles en sus vidas al

menos durante todos estos días. Esperemos que

también le den la mano cada día de sus vidas.

Jesús Alumbreros

San Diego - Alcalá de Henares

El lema del campamento de nuestra parroquia

Santos Juan y Pablo de San Fernando de Henares fue: INDIANA JONES "En busca del tesoro escondido".

Durante doce días, los chavales de entre 9 y 14 años tuvieron distintas catequesis, juegos y otras actividades

con las que se pretendía que encontraran el tesoro verdadero, y se dieran cuenta de que no era otro que la

Eucaristía y el Misterio de la misma, que celebrábamos diariamente. Fueron doce días de convivencia y de

crecimiento en común, en lo personal, pero sobre todo en lo espiritual, y en los valores cristianos.

Sandra Llorente

Santos Juan y Pablo – San Fernando de Henares

Entre los días 7 y 14 de Julio la Parroquia de San Juan Bautista de Arganda del Rey realizamos un campamento

en el lugar denominado Llometa de Llavata, situado en el término municipal de la valenciana localidad de Lliria, a

cuatro pasos de Villamarchante, localidad natal de nuestro Obispo Don Jesús. Las edades de los que allí estábamos

comprendían desde los diez años (recién hecha la 1ª Comunión) hasta los quince (con el sacramento de la

Confirmación a las puertas). Entre catequistas y niños, éramos un número cercano a la cincuentena.

Nada más llegar, y con un esfuerzo encomiable, plantamos las tiendas de campaña en las que debíamos dormir

durante todo el campamento. Día tras día, las actividades se fueron realizando en base a un horario fijo: hubo juegos

de competición a los que denominamos olimpiadas, y algún que otro relajante baño en la piscina. Antimo, nuestro

sacerdote coadjutor, nos instruyó con tres eucaristías a lo largo de todo el periodo y hubo dos días enteros para que

quien lo deseara pudiera pasar por “la lavadora”, esto es, el sacramento de la Reconciliación.

Las catequesis giraron sobre la vida de los Santos: nuestro patrón San Juan Bautista, como ejemplo de santo

Mártir; San Francisco, como ejemplo de Santo reformador y fundador de una orden mendicante; San Francisco

Javier, como ejemplo de Santo misionero; y la madre Teresa de Calcuta, como ejemplo de Beata.

También tuvimos la ocasión de acercarnos a la localidad de Benidorm, donde pudimos disfrutar de las fantásticas

e históricas atracciones de Terra Mítica; allí, todos

y cada uno de nosotros lo pasamos pipa, y no

quedó una sola atracción en la que no nos

hubiéramos montado.

Y al fin llegó el final del campamento, y de

nuevo de vuelta para Arganda; algunos de los

más pequeños que lloraban el primer día por

separarse de sus padres, lloraban de nuevo por

tener que volver. Fue un viaje feliz y entrañable,

con algunos problemillas típicos de cualquier

campamento —como el de una noche pasada por

agua, por ejemplo—, pero nada que no se pudiera

superar desde la serenidad y el amor de Dios.

Un saludo para todos.

Félix Moratilla

San Juan Bautista - Arganda del Rey

Parroquias de Santiago Apóstol

de Alcalá y de Torrejón

Educación afectiva y sexual para adolescentes Basado en la obra: “Aprender a Amar” de la Dra. Nieves González Rico.

Organiza: Delegación de Infancia y Juventud de la Diócesis de Alcalá de Henares. Imparte el curso: El Centro Diocesano de Orientación familiar (COF) Dirigido a: Catequistas y agentes de pastoral mayores de 18 años. Objetivo: Formar una red de monitores y capacitarles para trabajar en el campo de

la afectividad humana con adolescentes. Duración del curso: 53 horas. Sábados por la mañana de 10 a 13 h. Comienzo: mes de noviembre. Bloques temáticos del curso:

Ética General de la sexualidad. (12 h.) La figura del adolescente. Metodología. (6 h.) Biología de la reproducción humana. (10 h.) Desarrollo práctico de las actividades. (21 h.)

Unidad 1: Conocerme y valorarme. Dos sesiones. Unidad 2: Mi cuerpo está cambiando. Dos sesiones. Unidad 3: Asumir mis cambios como algo positivo Dos sesiones. Unidad 4: La sexualidad me permite amar con al cuerpo. Dos sesiones. Unidad 5: La sexualidad me permite transmitir la vida. Dos sesiones. Unidad 6: Mi familia, mis amigos, crecer con el grupo Una sesión. Unidad 7: Nuevas emociones y sentimientos Dos sesiones.

Taller de preguntas. (4 h.) Inscripción: Gratuita, en el COF. Lunes, miércoles y jueves de 18:30 a 20:00 h. Plazas limitadas. Recogida de inscripciones hasta el día 24 de octubre. Se atenderán por orden de llegada Tel. 91 883 12 73, cofalcala@telefonica.net. www.cofalcala.com

Este verano, del día 13 al 18 de agosto, los jóvenes de Cursillos de Cristiandad hemos disfrutado de una convivencia en Covadonga. ¡Qué días tan estupendos!

Lo que en un principio se presentaba como un plan formidable, con el paso del tiempo y conforme se acercaba la fecha de partir para tierras asturianas, empezó a no parecerme tan buena idea; y las enormes ganas iniciales que tenía poco a poco se fue-ron desvaneciendo… Pero el Señor, que sabe lo que nos conviene, se encargó de que finalmente estuviese allí junto a otros 21 jóvenes más. Y valió la pena.

Fueron unos días en los que pudimos compaginar diversión (deporte, visitas culturales, playa…) con momentos de ora-ción, de recogimiento y de formación. Al ser éste el año de San Pablo, patrono de los cursillistas, pensamos que en nuestras va-caciones no podíamos dejar de tenerle presente. Sus cartas a los Corintios fueron la base de nuestros ratos de formación. Y cómo no, al celebrarse el Año Jubilar de las Cruces en Oviedo, tuvimos también la oportunidad de ganar la indulgencia plenaria.

A la vuelta, haciendo balance de lo vivido pensé: “¿Y yo me lo quería perder?” Pero lo importante es que al fi-nal vencí la pereza y las pocas ganas de ir y estuve allí. Y el Señor y nuestra Madre la Virgen, que nunca defrau-dan, se encargaron de llenar el corazón de todos. Poder compartir la fe con otros jóvenes es siempre una pre-ciosidad. Reír, pasarlo bien, divertirse…, es mejor aún si cabe si sabes que con los que te acompañan compar-tes lo más importante: el amor a Jesús y a María. La experiencia de Covadonga me ha hecho volver a darme cuenta de esta gran maravilla.

Victoria Galán Sánchez-Seco Movimiento de Cursillos de Cristiandad

Este verano tuvimos la gracia de poder realizar una peregrinación 8 jóvenes de nues-tra Parroquia Santos Juan y Pablo junto con el Párroco, y poder visitar entre otros lugares Turín, Asís y Roma, donde pudimos ganar el Jubileo en este importante Año Paulino. Sin duda uno de los atractivos de nuestra peregrinación fue Medjugorje (Bosnia). Impresionante, es la palabra con la que podría describir nuestra estancia allí, ya que, desde el primer momento en que llegamos, pudimos notar la mano de Dios y cómo la Virgen nos guiaba, igual que lo hace siempre en nuestras vidas. Med-jugorje es un pueblo pequeño, pero que recibe al año alrededor de un millón de pe-regrinos de todas partes del mundo, sin duda porque allí viven algo que les cambia la vida: el Encuentro con Cristo presentado por María. pudimos asistir a la Exposición del Santísimo que se hace todos los días en la expla-nada de la parte trasera de la Iglesia a las 10 de la noche. Delante del Santísimo, y con personas de lugares tan distintos y distantes a nosotros, pudimos adorar juntos a Cristo y experimentar cómo nos habla en el silencio, a cada uno con las circunstan-cias de su vida. Nuestro primer día completo allí fue muy intenso espiritualmente, ya que pudimos hacer el Vía Crucis en uno de los montes que rodean Medjugorje y rememorar la Pasión de Jesús, y ofrecerle nuestros pequeños sufrimientos. Por la tarde pudimos disfrutar del centro del pueblo, que es la Parroquia, donde celebramos la Eucaristía y rezamos el Rosario. Fue muy emotivo rezar el Rosario, cada uno en su idioma, y poder comprobar cómo María, nuestra Madre, nos quiere congregar a todos para llevarnos a Jesús. Otro de los detalles impresionantes de Medjugorje, fue comprobar porqué dicen que es el Confesionario del Mundo, y es que alrededor de la Parroquia hay sacerdotes confesando todo el día en muchos idiomas, y con grandes filas de gente esperando el Perdón de Dios. En Medjugorje se habla mucho de las conversiones, y nosotros tuvimos la gracia de ser acogidos por una persona que se convirtió allí y pudimos experimentar el Amor de Dios a través de ella. Sin duda fue increíble escuchar su testimonio, y cómo teniendo su vida resuelta económicamente, estaba vacía espiritualmente. Su matrimonio estaba en crisis y sus hijos habían caído en la droga y el alcohol. Cuando descubrió Medjugorje fue sin pensarlo y tuvo una conversión tan profunda, que vendió todo lo que tenía en Estados Unidos para ir a vivir allí con su familia y levantar una casa para acoger a los peregrinos que van allí. Sin duda nuestra breve estancia en Medjugorje ha sido un tiempo de gracia y bendición de Dios a través de nuestra madre María, y también una oportunidad única de aprender a convivir y aumentar nuestros lazos de unión.

Javier Abad Arribas

P. Santos Juan y Pablo

San Fernando de Henares

Íbamos preparadas para lo peor, nos habíamos aprendido bien la terapia que íbamos a hacer, llevábamos un montón de cosas para dejar… ¡y lo que nos encontramos fue tan distinto! Para empezar nos recibieron cantando y con una alegría difícil de descri-bir. Y desde ese momento no hicimos más que recibir. Trabajando con las niñas, haciendo los ejercicios o compartiendo con ellas momentos de juegos y oración (era un momento es-pectacular rezar el rosario en rumano después de comer). Y con las Sisters, ¡qué admirable vocación la de servir a los más pobres de los pobres! No sé que hubiera sido de nosotras sin com-partir con ellas la Eucaristía diaria (en rumano, en inglés o lo que se terciase), sin la hora de Adoración y el rezo del Rosario ante el Santísimo en su pequeña capilla con el reclamo del Cristo: Mi-e sete (Tengo sed, Jn 19, 28). Sin su constante compañía y oración. Además tuvimos el privilegio de asistir a su renovación anual de los votos, otro detallazo del Señor. El último fin de semana, antes de volver, tuvimos también la oportunidad de ir a San Jorge, en este poblado otra comunidad de Mi-sioneras de la Caridad atienden a un poblado gitano húngaro. Pudimos tener un encuentro con ellas y nos contaron muchas cosas de la Beata Madre Teresa de Calcuta y de la congregación. Para terminar jugando con los niños como colofón a nuestra magnífica expe-riencia. El año que viene quizá vuelva y espero que alguno de los que estáis leyendo estas líneas os animéis también. ¡Que Dios os bendiga!

Hace ya algunos meses unas amigas de la facultad me propusieron un plan distinto de verano: unirme a un Campo de trabajo en Rumanía, se trataba de hacer rehabilitación neuropsicológica con niños con lesiones cerebrales. Una de ellas lo había conocido de oídas y no sabían muy bien cómo iba, pero no perdíamos nada por informarnos. Lo que son las cosas… lo organizaba Acción Católica y era una propuesta promovida para ayudar a las Misioneras de la Caridad. Para mí estuvo clarísimo, era una oportunidad privilegiada que el Señor había puesto en mi camino. Así que tras muchos preparativos e ilusión más o menos conteni-da llegó el mes de Agosto y un grupo de siete chicas volamos rumbo a Rumanía. Nuestro destino final estaba en Bacau, a unas cuatro horas en tren de Bucarest, la capital. En esta ciudad las Hermanas tienen acogidas a 25 “niñas” con dis-tintas lesiones cerebrales (bien innatas o bien por falta de estimulación temprana), autistas, paralíticas… que hace casi 20 años sacaron de una especie de psi-quiátrico-orfanato comunista. Por eso lo de “niñas” entre comillas, en realidad ya son mujeres jóvenes, aunque no lo parecen como quedó claro desde el pri-mer momento que llegamos allí.

Pilar Rodríguez Gabriel

P. La Santa Cruz—Coslada

En la semana del 21 al 27 de julio un grupo de diez personas de las parroquias de Nuestra

Señora de la Asunción (Algete) y Santo Ángel (Alcalá de Henares) peregrinamos a Santiago para encontrarnos con Dios en la fe que el apóstol nos dejó, la fe de la Iglesia, la fe en Cristo. Partimos desde Villalba (en la ruta del norte) para poder ganar la Compostela. Durante nuestro peregrinar compartimos experiencias humanas: la vivencia juntos, disfrutar de los paisajes y la solidaridad a la hora de ayudar a los que estaban cansados y doloridos; y también en la fe, con el encuentro diario con Cristo en la Eucaristía y en los demás peregrinos, y en las catequesis que cada día recibíamos.

Como peregrinos, fuimos capaces de com-probar y ver todo lo que Dios había hecho por nosotros y que a pesar de todas las difi-cultades que podían surgir siempre nos acompañaba y velaba por nosotros. La llegada a la catedral de Santiago fue uno de los momentos que mejor recuerdo: ya cansados de andar durante toda la semana entramos en la ciudad de Santiago de Com-postela, pero aún nos faltaban dos kilóme-tros para llegar. Y no solo eso, sino que de-ntro de la ciudad nos esperaban más subidas y bajadas; hasta que por fin en una calle que bajaba (“después

de una cuesta y detrás del bosque”, palabras que oíamos frecuente-mente en el peregrinar) divisamos una de las cúspides de la catedral. ¡Por fin estábamos! Cansados, doloridos, pero llegamos a nuestro desti-no: el encuentro con el apóstol. Ya en la catedral, como culmen de nuestro peregrinar tuvimos un encuentro con Dios. Nos confesamos, rezamos por los peregrinos, por el Papa, y tuvimos la misa del peregri-no.

Y llegó la hora de volver. La hora de seguir nuestro camino de la vida, puesto que el camino no ha acabado. Le doy gracias a Dios por este peregrinar, porque nos ha permitido realizarlo con éxito, porque en él he me ha acercado un poco más a las personas, y un poco más a Él, y me ha dado fuerzas para continuar mi vida cristiana como mensajero de Cristo. Pido por to-dos los peregrinos que hacen el camino, para que encuentren a Dios todos aquellos que lo hacen por motivos de ocio y culturales, y para que aque-llos cristianos que lo hacen encuentren en Santia-go un pilar que refuerce su fe.

``Empecé a caminar solo, como un largo y kilométrico monó-

logo y me he encontrado que soy mucho más que yo mismo.

Este encuentro ha sido posible gracias a los túes fundamen-

tales del camino de mi vida. Gracias a la necesidad y deseo

del otro. Gracias a la soledad sonora que repetía mi nombre

no como un eco sino con el acento nuevo de otra voz huma-

na. Soy un yo-tú. Gracias a ti.

El roce sudado en común, la comida compartida, la mirada

animante, la huella indicadora de otras personas para quie-

nes no fui algo sino alguien, me hizo aprender a tuificar, a

personalizar. No sólo las personas sino también las cosas.

Un camino se convirtió en un susurro orientador, una cate-

dral de piedra en una voz que me llama por mi nombre, un

santo en un hombre. Al fin sé quién soy, cómo me llamo,

porque he podido escuchar en el silencio de la noche cómo

me llaman. Al responder se inauguró un yo-tú que me hace

mayor que yo mismo sin

dejar de ser quien soy.´´

Daniel Núñez

P. Santo Ángel - Alcalá

P. San Bartolomé - Alcalá

Esta experiencia me ha supuesto conocer otra cultura, redescubrir el valor de todo lo que tengo y las oportunidades que se me brindan, valorar más todo eso que nos parece normal tener en el día a día: familia, amigos, educación, casa… Y corroborar otra vez que sólo quien vive en la voluntad de Dios es totalmente libre y feliz; que decimos sí a Cristo sabiendo que el resultado le pertenece a Él: hemos de ser instrumentos en manos Suyas.

He vivido que nuestra existencia personal ha sido querida por

Dios, bendecida por Él y con un objetivo que Él la ha dado, ha tenido un sentido concreto dentro de la Iglesia, Cuerpo de Cristo.

“Dad gratis lo que gratis habéis recibido”; así quiero para mi

vida y con esta experiencia que “el amor que se entrega, ese Amor, con mayúsculas, sea mi misión”.

Así se dirigía el Papa a miles de jóvenes en la JMJ en Sydney (también a los que estuvimos presentes de otra forma), pocos

días después de mi llegada a tierras dominicanas, y es lo que resume mi experiencia durante este mes allí. Todo cristiano está llamado a vivir y testimoniar a Cristo; compartir a Quien hemos encontrado. Más que dedicar mi verano

a algo, lo he querido dedicar por Alguien a través de las personas con quienes me he encontrado en Consuelo (República Dominicana).

Mi principal labor ha sido la de impartir clases a los niños de esta villa: Lengua y Matemáticas, aunque en un ambiente y en

condiciones totalmente distintas a las de España. Pero, hemos sido nosotras las que hemos aprendido de estos niños: de su inocencia, humildad, sonrisa renovada cada día, ganas de vivir cada momento, abrazos sinceros, deseo de compartir su tiempo contigo, compañía silenciosa… Y todo a pesar de la situación familiar y personal tan dura que muchos tienen y las carencias que viven. Ante todo ello hay una bendición: poder encontrar y reconocer el rostro de Cristo.

Sofía Sánchez López de Pablo

San Pedro Apóstol - Alcalá

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Peregrinamos a COVADONGA

¿Te vienes? 17-18-19 de Octubre

Pregunta en tu parroquia o infórmate en:

infanciajuventud@obispadoalcala.org

5 de OCTUBRE 18:00 h

Parroquia Madre del Rosario en los

Olivos Mejorada del Campo

Concierto… de…

LVDLVD

CONGRESO

DE

FAMILIAS

3—4– 5 de Octubre

¡¡participa como voluntario!!