Revista Arte Joven 5

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  • 7/25/2019 Revista Arte Joven 5

    1/8

    llmero 4

    M a d r i d

    1 .

    0

    d e Junio

    d e

    1901.

    5 cntimos

    P l O B A R O J A

    LTER

    ATO

    1Por Pabto:Rm Pica .

    .)

    S U h l l A R I O

    T EX TO

    PARADOX,

    por J.

    MARTNEZ

    RtJIZ.

    l \ I O ~ S T R U O S

    por

    Po

    BAROJA.

    GOT

    AS DE

    TINT

    A,

    por ALRERTO LOZA '\0.

    EL

    PROPAGANDISTA,

    por

    FRANCISCO DE

    A

    SOLER.

    PENACHO EL MENTlROSO,

    por

    JUA?\

    Gc-ALBERTO NEssr.

    EK

    EL

    SUEXO,

    por PEDRO BARRA \TES.

    UN GRAN

    NOVELISTA

    COLABORACIN ESPONTANEA.

    LOS PECES,

    por C A ~ H L O BARGIELA.

    etratos

    de

    los Seores

    Pfo BAROJA,

    ] MARTNEZ

    RUIZ,

    ALBERTO LOZ..\ZO,

    FRA \CISCO

    DE

    A

    SOLER,

    P.

    Rl.JIZ

    PICASSO,

    }LAN GUALBERTO NESSI.

    EVELIO

    TORENT,

    CA?>liLO BARGIELA

  • 7/25/2019 Revista Arte Joven 5

    2/8

    ARTE JOV EN

    Silvestre Paradox ha salido esta maana en el

    tren

    mixto

    para Valencia. ARTE JoVE:\ sien te

    viva

    simpata

    por

    Paradux.

    La Redaccin en

    masa

    ha bajado a a estacin

    de

    Atocha a

    despeJir al grande

    hombre

    .

    Al grande hombre .. al pobre hombre. Paradox lo es

    todo: genial inep to, a udaz irresoluto, creyente y escptico,

    procaz

    e

    iogenuo, s1mbolo

    de

    todas

    las

    bieoandanzas

    y

    com

    pendio

    de todas las desdichas.

    Hastiado

    de la eterna mono-

    toma del eterno :Madrid, Paradox acaba

    de

    marcharse. Con

    Paradox sale

    de

    Madrid modestamente en un cochc

    de

    terce-

    ra, el ltimo

    de

    los caballeros andantes dc

    esta

    manchcga

    ticrra. Atormentado

    por

    el ansia de la vcrdad, infatigable per-

    J. MARTNEZ RUIZ

    u e

    rato

    .

    (Retrato por

    R,

    Baroj.)

    seguidor del suprotmo misterio, el buen Silvestre sc aleja de

    nosotros, sus amigos queridos, en busca

    de

    nuevas y pasmo-

    sas a v e n t u r a ~ Paradox ha pasado

    por

    todos los medios y ha

    vivido todos los estados psicolgicos.

    Ha

    sido bohcmio litc-

    rario, ha escrito una obra de filosofia trascendental,

    ha

    iuven-

    tado

    un barco submarino y ha construdo una ratone a elc-

    trica. Filsofo

    y

    artista,

    su

    espritu irresoluto

    y

    avido, grande

    en

    sus miserias y peque110 en sus triunfos, es reflcjo del esp-

    ritu avido irresoluto del siglo. Placcntcra y dolorosa ironia

    sc escapa

    de su

    vida extraordinaria

    y

    nos impele

    a

    amarlo ..

    Y porque lo amamos, la Rcdaccin dc ARTE

    Jon:::->

    le

    ha

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    Sofa8 e finta

    ALBSRTO LOZANO

    Poe ta y Uitera to.

    Retrato

    por

    R.

    B

    aroja.

    )

    Empiezas bien: anoche tus mejores

    amigos

    comentaban con franqueza

    vicios tuyos y errores;

    provocaste ca'umnias y rencores,

    y eso casi es vencer; as se empieza

    Dtjo el mejor un chiste mu} sangriento,

    que premiaran

    con

    risas los testigos,

    y yo escuche contento;

    su envidia demostraba tu t1lento;

    si no, para

    qu

    sirven los amigos?

    . , \ ~ r a l l / I , lu..r s ~ J u l l s l t i J t c l i i ~ J H

    j l r l t i 6 ~ 1

    /UIHAII

    Ev. SA < J ~ A N

    cArte:t puse

    por

    lema en mi bandera,

    r me lanc

    al

    combate dccidicto;

    mi espritu y mi cuerpo se han curtido

    en esta lucha vil y traicionera.

    Solo, voy persiguiendo una quimera,

    y pobre morir, como he vivido;

    bohemio sin hogar, avesin nido ..

    i aun

    tendr

    quien me rece cuando muera.

    Mas a m qu me importa d mundo entero?

    No

    soy la luz; ro soy un enviado

    para

    dar testimonio verdadero

    de todo lo ideal y lo increada.

    Luz es amor, belleza y pesa,

    y en

    esa

    luz se

    abrasa

    el al ma ma.

    Lo mismo que miramos por

    la

    noche

    lucir en el espacio Jas estrellas,

    mira Dios con deleite ~ e s d e el cielo

    en el mundo brillar las almas buenas.

    Junto a a mfa Dios busca la tuya;

    busca la tuya ..

    pe

    ro no la encuentra.

    ,

    Arte Joven.

    De

    juez inexorable y competente

    la sociedad estpida blasona;

    perdona Dios, pcro ella ilO perdona

    si es pobre aquel que juzga delincuente.

    Si es rico, poderoso influyente,

    con su dinero su honrar ez abona

    porquc siendo dtstinta la persona

    considera la falta diferente.

    Lo

    que resulta en uno denigrantc,

    no censura en el otro

    ni

    lo afea.

    El vicio es como prenda que al instante

    toma

    su

    condicin

    de

    quien la emplea:

    si

    viste un rico el frac, es elegante;

    si se lo ponc un pobre .. ya

    es

    librea.

    i:

    Lo que es igual

    a

    m,

    }'O

    lo combato;

    lo que

    a

    m es superior,

    ro

    lo venero;

    yo tengo un manantial de amor divino

    para

    el

    dbil y el p

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    Arte

    Joven.

    cxplotado

    obrero; haciendo lo que usted me propone

    seda

    el

    mas infame de los tradores.

    - Ta ,

    ta.

    tal. . no se alarme usted, amiguito; no me venga

    usted

    con

    cucntos. Yo lc propongo un negocio y usted no cree

    FRANCISCO

    DE A. SOL:SR

    l l i tera o.

    Retrto

    por P. Ruiz. Picasso)

    '

    tos que ocasione la celebracin del mitin los

    pagar

    yo

    tam

    bin.

    -Pues adis; y cuente usted que ha triunfado.

    - De usted dependc, amiguito

    Y

    el propagandista Xicolas Peralta y

    el

    fabricante

    D.

    ~ 1 a

    nuel Ruiz se despidicron como buenos amigos, dirigindosc el

    primeroa preparar el acordado mitin, y quedandose clsegundo

    calculando los beneficios que le reportaria aquel

    negocio

    caso

    de que el iablo no : ; ~ metiera

    a

    enredarlo.

    l

    Acababa

    en

    aquel instante el nlitin y los animos estaban

    excitad1sirnos. Se acord la huclga si los fabricaotes no au

    mentaban los jornales.

    El compmioo i c o l a s Peralta, con elocuencia persuasiva, ha

    ba d ~ m o s t r a d o

    la

    cxplotacin ignominiosa de

    que eran

    \ fcl

    mas los pobres obreros.

    Doce horas de trabajo y doce re:tles de jornal .. Era irri

    sorio . . real la hora ...

    Los

    mas e:-

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    Penac

    ho

    el

    mentiroso

    Haba

    desaparecido la yegua del Sr. Alonso el posadera.

    Durante tres dfas recorri el chico

    de

    la posada todos los

    vcdcuetos y barrancos del monte

    sin topar con

    la yegua.

    El cuarto dfa, al amanecer, saU con el muchacho y con el

    guarda jurada en busca del animal perdido.

    El guarda era mozo listo si se

    trataba de

    cosas que l

    6 a

    su

    amo atanan; para asunto ajeno, se couverta en un paz-

    guato. Marchaba a mi lado, la escopeta

    al

    hombro; interrum-

    piendo a

    cada

    iostaote

    su

    paso cansino, se detena a cerrar

    los zarzos en la entrada

    de

    las heredades, me enseaba las

    toperas de los prados y

    quena

    explicarme sobre el terreno

    cmo los

    topos

    hacen sus galerfas subtemneas.

    El chico del Sr. Alonso se incomodaba al ver nuestra in-

    dolencia, y desahogaba

    su

    mal humor agitando los cencerros

    que llevaba

    para atraer

    a la yegua extraviada.

    Llegamos a un bosque de pinos y ya ibamos

    internarnos

    en l, cuando el chico suspendi un momento la cencerrada,

    y nos dijo:

    -Vamos a casilla del vaquera? Puede que sepa dnde

    esta

    esa

    condenada yegua.

    -

    Vamos alia-con

    est el guarda.

    Torcimos a la izquierda y caminamos buen trecho por el

    lindero del bosque. Al desembocar en un prado vi una

    casu-

    cha por cuya chimenea salfan borbotones de humo.

    - Cmo cuece el puchero de Penachol Vera usted que

    t ipo-

    dijo el guarda.

    Llegamos a a puerta de Ja choza; el vaquera, sentado en

    un banquillo, compona una abarca agujereada con pedazos

    de suela vieja.

    -Buenos

    d1as, Penacho-dijo el guarda.

    -Buenos

    dfas, Sr. Eltas- rectific el muchacho.

    -Buenos

    das, Sr.

    Eltas-repet

    yo, pensando que le sera

    mas

    agradable

    al vaquera la salutacin del chico que la del

    guarda.

    A

    la

    paz

    de

    Dios, seores-respondi Penacho sin

    moverse del asiento. Luego se agach para alcanzar un pcda-

    zo

    de

    cucro que

    estaba

    a remojo en una cazuela, sin duda para

    que adquiriera Aexibilidad.

    De zapatera?-pregunt el guarda.

    -Sf , hombre, s. Maldito

    sea

    el que invent este calzada,

    :;e rompe en seguida .. Pero sintese usted, seorito-me dijo

    seiialandome una cesta volcada. Luego

    aadi:-Mira

    t,

    guarda, estas abarcas las merqu hace tres meses en el Gala-

    pagar para venir al mQnte. Va ves cmo estan-y nos mos-

    traba un cacho

    de

    suela negra carcomida por el uso.

    - Y que mc costaran 1pero que mucho dinerol

    -Como

    cuanto?

    -Pues si mal no recuerdo, diez pe/as

    - Pero hombre-exclam

    el

    guarda-, stas las llevo yo

    hacc un ao y las compr por diez ras en el Galapagar

    tam.

    bin.

    -Pues me robaran sin duda, aunque es verdad que tengo

    el

    pi e mas

    grande

    que t-di jo Peoacho mirando su pie

    des

    cal1.0 envudto en tiras de Jana parda.

    -Cuatro veces mas

    grandel-dijo

    el guarda.

    -Bah

    guasn, tiis tabaco? '

    :\lc apresur a darle un pitillo al vaquera y ot ro al guarda.

    Mientras Penacho lo sobaba entre sus callosos dedos, le

    contemplaba yo con verdadera curiosidad. Era el vaquero

    mocetn robusto, grueso; su

    cara

    redonda pareda un sol sucio;

    desde las greftas, cubiertas por el en orme y grasiento sombre-

    ro merino, bajaban

    a

    encuadrar su rostro rollizo unas patillas

    dc

    boca de hacha asperas y negras, que lc daban aspecto

    de

    un

    Jos

    Mara gordo. Vestfa chaquetn

    de

    grueso pao pardo

    remendado en los codos con tela no menos burda, pero de

    distinta color; pantalones a media picrna, remendados tam-

    bin en la rodillera, sujetos por la faja

    de

    color verdoso, y

    encima dc la faja ceiHa

    la

    honda

    de

    correa.

    Arte Joyen.

    El vaquera encendi el cigarro y empez a machacar

    un

    pedazo

    de

    suela con un martillo.

    El

    guarda

    se tumb6 en el suelo, me gui un ojo y dijo:

    -Y dime Penacho, qu hay

    de

    mujeres?

    La

    cara del vaquero irradi6 satisfaccin, abandon suela,

    martillo, todo, y

    con

    tono confidencial pregunt al guarda:

    -Sabes

    t la Colora? Pues l otro da estuvo aqu.

    -Demonio-exclam el guarda con fingida sorpresa-.

    iBueno se pondra Antonio si lo llega a saber. Si quiere casar-

    se con Ja Colora para Advientol

    -Pues

    s , galan. Vaya

    un

    mico que se lleva ese pelelel

    - Vamos hombre, que t siempre has de ser as

    -Pe ro qu? Si no lo puedo remediar Que teogo gancho,

    hombre, que t engo gancho Porque ya sabras t

    por

    que

    sali

    la Panerada

    de

    ca del amo,

    PABLO RUIZ

    PICASSO

    Pintor.

    Retnto

    por el mismo)

  • 7/25/2019 Revista Arte Joven 5

    6/8

    Arte

    Joven.

    JUAN GUALBERTO NESSI

    lltterrato

    .

    Retrato por R.

    Baroja

    )

    Aign

    Ho,

    eh?-dije

    yo.

    - Y

    gordo.

    Gracias

    a

    que la

    scftora

    me

    estima,

    porque

    tam bin a ella ..

    Pero ahora

    que

    recuerdo-dijo el guarda-, si la Colora

    >C fu hace seis

    meses

    a servir a Madrid

    -Calla , hombre, calla-dijo Penacho moviendo la cabeza

    como

    quien se equivoca- ,

    vaya una memoria que tengo.

    Si

    uo fu la Colora,

    hombrc, si

    fu la

    Paca

    la del tfo

    Ramn.

    - Y a deca yo-exclam el

    guarda.

    El chico

    del posadero

    se

    impacientaba con la charla, y

    desde la

    puerta

    de

    la

    choza

    nos propinaba una

    cencerrada

    morrocotuda.

    Asom6

    en

    esto

    la

    cabeza

    y nos dijo:

    --Vamos

    no vamos a buscar Ja yegua?

    -Qu buscas, la potranca de tu padre?

    S,

    que hace cuatro

    das

    que

    no

    la

    vemos

    por

    ninguna

    parte.

    -Pue s un momento antes de l'egar ustcdes, estaba la

    yegua

    en

    el barranco con las potras del pueblo.

    - Vaya,

    vamos

    a buscarla-dije

    yo.

    El

    guarda se

    incorpor desperezandose.

    -Bueno, Penacho, que siga

    la

    obra de

    zapatera.

    A la paz

    de Dios, seores-dijo

    el

    vaquera,

    y sigui6

    martillando la suela.

    Sali

    mos de la

    choza

    y el chico tom hacia el barranco,

    pera el

    guarda

    Ie detu\o.

    - A dnde vas t?

    -Pues al barranco.

    -Mi ra

    que eres tanta; iremos arriba

    y puede

    que encon

    tremos

    tu yegua.

    - P e r o

    si

    Penacho dice

    que

    alla-dijo

    el chico

    senalando

    la

    hondonada

    -P o

    r

    lo

    mi

    sm

    o

    vam

    os

    a

    ir all-respondi el guarda, y

    seftal la direccin contraria.

    Comenzamos

    a

    subir una lama; el guarda

    se

    puso

    a

    mi

    lado.

    - 1

    fa visto

    sted qu demonio de hombre-m e dijo-.

    Se pasa tres y cuatro

    meses

    sin Yer a un cnsttano,

    pera

    en

    cuanto tropieza con alguna le suelta

    todo

    el costal de menti

    ras

    que

    se le

    han

    ocurrido.

    Caminabamos un gran trecho hablando del \'aquero, cuan-

    do el chico, que iba dclante. comenz a gritar:

    -Anda Los cuervos, los cuervos

    Vimus.

    una

    inmcnsa

    bandada de cucr\'os

    que

    alzaba

    el

    vuelo graznando.

    -Demonio,

    a

    que

    se

    estan

    comiendo a la yegua -dijo

    el

    guarda

    echando a correr.

    Le segu1, y al llegar

    detnis

    c le un pei\asco \'imos

    que

    efcc-

    t\amente la

    yegua

    del posadera, a la

    que

    reconocieron

    el

    chico y el guarda, cstaba

    muerta

    y media devorada por los

    cuervos.

    \ ' e usted?-mc

    dijoel

    guarda-Penacho decta que hace

    un memento hnba visto a a yegua con las potras del pueblo

    y

    lo menos

    h ~ c e dos

    das

    que

    cspich. Lo

    bueoo es que Pe-

    nacho

    se ha quedada

    convencido

    de que

    la

    ha

    Yisto

    esta ma-

    iiana.

    AN GUAI.BERTO

    NESSI.

    EN EL SUEO

    Parra m i amigo Pedrro de Oahtez.

    Por bosques t:1pizados de Yerdura

    caminamos los tres.

    Elias

    delante:

    una, de gloria y dt.' placer radiante,

    pletrica de amor y de ternura;

    otra, llena de fnebre amargura,

    la palidez nardo en el ~ e m b l a n t e

    el dolor en el alma fulgcrante,

    el desgaire en la blanca vestidura.

    cQuines sois?-grito con af:in vehemente.

    La dulce ninfa de sin par belleza:

    c

    Soy-dice-la

    :Esperanza refulgente.

    lnclinando su

    p:l.lida

    cabeza,

    la otra responde trabajosamente

    con apagada voz: cSoy Tristeza.

    Pt:DRO

    BARRAI'\TES.

    EVELIO

    TORENT

    Pintor..

    Retrato

    por

    R. Baroje

    .

  • 7/25/2019 Revista Arte Joven 5

    7/8

    Un g ttan novelistal

    HUna Qttan novela l

    Seor director de ARTE

    }OVEX.

    Muy St>or

    m10: :'fo

    dudo

    -que

    las columnas de su ilustrada

    publicacin,

    libre

    de mezquindades

    indcpendiente,

    as como

    sabe derribar

    los

    pedestale:;

    que ostentan faloc;

    fdolos,

    sabra

    crcgir alto monumeoto a los genios

    desconocidos

    ignora-

    dos,

    por la cnvidia de

    los

    que tienen

    fama

    superior a la que

    merecen.

    Acabo

    de leer

    un libro,

    libro admirable

    y

    grande como

    pocos se han elicrito

    en

    Espaa,

    y ese

    libro,

    esa

    obra genial,

    es

    obra de

    un autor

    espai'iol

    desconocido

    entre nosotros.

    Aqu le ha

    ahogado

    la

    envidia

    de los

    mas y

    las malas

    pa-

    sioncs de t o d o ; ; ~

    pero en

    Francia, nacin generosa

    y grande.

    ha logrado,

    no slo

    numerosos

    premios,

    sino la popularidad

    verdadera, tan ambicionada por

    los que

    emborronan

    pape .

    El

    novelista

    cgregio

    de

    que

    hablo

    sc

    llama D. Jos

    de

    Campos; la

    obra

    que

    me

    inspira estas lneas

    sc

    titula Ella

    Esa obra

    ..

    pero ocupmonos

    antes

    dc

    su

    autor.

    Oh, cun-

    tas

    fatigas,

    cuantos calvados

    se

    adtvinan tras

    las

    lamentacio-

    nes,

    dignas dc Jeremas que

    se

    traslucen

    en el

    bnllante pr

    togo

    del autor

    Lo que

    hahni sufrido

    D.

    Jos

    ante la turba

    multa

    de

    cmicos imbciles

    y

    de

    editores

    estpidos

    antes

    dc

    publicar

    este

    libro Oh,

    la hora ha

    llegarlo

    La rrMnclw es

    un hechol

    E.;tc

    hombre, amigo de Dumas, de

    Zola, y

    dc todos

    los

    grands escritorcs

    franceses,

    pasmense

    ustt:des,

    ha

    sido des-

    deiiado en

    Espai\a

    ste hombre, que en

    edad

    juvenil tiene e s c r i t ~ s

    y

    publica-

    das,

    segn vemos

    en

    las primcras paginas dc Ella , 9 l lO

    'i.'das.

    17

    obras

    de

    historia,

    25

    obrns fl'lllrales.

    3

    m colabo

    raci

    oll, arreglos del

    francs

    al espai\ol

    y

    viceversa; este

    hombre,

    por

    vergenza

    nuestra, es

    desconocido en su

    patria;

    pues

    todas

    esas obras

    se

    han

    publicado y

    lcido

    con

    fruicin

    en

    francs.

    Lo

    que s nos

    extraa

    es que

    tan alto ingcnio se

    denigre

    y

    rehajc hasta emplear su brillantc pluma en

    traduc1r al francs

    obras como .Ht padri11o d ~ c I JUIIC

    y

    Carios que inalau.

    Ah,

    pero

    lo comprendemos

    todo; todo

    Esas

    dos obras

    son

    dc

    dos

    cmicos. Dos

    vilc-; cmicos,

    con

    lo,; cuales

    neccsita

    el

    gran cscritor estar abicn,

    halagarles,

    para

    tcncrlcs propicios

    1nra que

    lc

    estrenen i:\h,

    el gtnin

    no

    ncccsita

    csol

    Tarde

    temprano

    sc

    impondra,

    sin

    ne:ccsidad

    dc que

    el

    genio baje

    centz

    \ o quiero ser pesadv,

    se

    i1or director,

    y

    no doy la

    lista

    dc

    las

    9R obras escritas

    p)r D.

    Jo:-.

    dc

    Campos,

    ni

    dc los 41

    p m i o s obtenidos por

    l,

    dc sd

    e

    la Cruz dc

    la

    Legin de honor

    ha,;ta la oficialidad dc la Ordm d .1/e/imiu.

    Slo dir que el Sr.

    Campos

    sa be ser satrico. Dice de

    esos

    que juegan con el

    vocablo

    y critican sus galicismos:

    cLas frases r

    los

    trminos n:tumbantcs se

    quedan

    para los

    d i ~ c u r s o s sofisticos del que aboga por

    una

    mala causa y son

    el

    recurso dc

    los

    autores que

    no

    pu.den rccurrir a

    otros

    mcdios.

    Duro ah ; eso va derecho para esos autore-; de figuli1las

    que

    solo

    sabenjiauar.

    \

    luego

    escribe

    contra

    ciertos autores dc ~ p i s o d i o s mas

    menos

    reales

    y

    contra otros muchos que

    ya

    sc

    daran

    por

    alu-

    didos:

    cCmo se pucde ser juez de

    lo

    que

    no

    se

    sabe

    hacer,

    y

    qu

    crdito puede tener

    quim

    se apropia la idea y el trab:tjo de

    otros, as como el que se vale de plagios y dc

    tran >formacio-

    nes r d a como suyas obras

    antiguas dc otros autores?

    Asi.

    as1;

    dcsenmascarese

    a

    los

    falsos fdolos.

    D. jos, ya ha llegado la hora de que usted bable

    alto

    No quicro abusar mas de la bondad

    del

    seor

    director.

    :\1ucho

    y bucno

    podra dccir dc

    la novela,

    dc

    c'>ta

    clebre

    no

    vela

    /;'lltz , que ha

    obtenido

    el

    premio

    B.tlzac

    en Franci

    a;

    pcro

    creo

    haccr un

    favor

    al autor

    d.

    an

    lo

    en

    curiosid

    ld a os

    lectorcf.

    EII.1 valc

    mucho;

    p.:ro

    la

    dan

    por

    tnJ

    pcsctas en las

    li-

    breras.

    A

    compraria

    Lc da las gracias

    por

    su

    hospit.11idad, sct1or

    director, su

    afcctsimo seguro servidor,

    q. s. m.

    b.,

    Pr-:11RO

    Rom.Es

    Y

    Su \REZ.

    Con

    gusto publicamos esta carta ruc

    hemos

    recibido,

    y,

    aunque

    IV> conocemos la

    obra

    que tanto sc elogia,

    ponemos

    a

    disposicin

    del

    autor

    dc /Ella.' nucstro peridico.

    LA REDACCI:\.

    ..

    Arte

    .Toven.

    CAMILO BARGIELA

    l l i t e ra

    o.

    (Caricatura por P. Ruiz Picasso.)

    LOS

    PECES

    P

    oemitloa

    slmblica y sarcstica.)

    Era una

    ..

    era una

    ..

    era una

    bella

    tarde de vcrano;

    en los

    campos

    florecidos

    de la

    tierra bulldora

    ~ u s p i r a b a n

    sus endechas

    amarillas

    los clavcles,

    los jazmines, bs violetas y

    las

    rosas.

    Era una, era un:1, era una

    bella

    tarde dc

    verano,

    la pareja somnolenta

    y

    amorosa,

    con las manos,

    con

    las manos enlazadas

    discurra por la senda lacrimosa

    que

    se

    abna lentamentc

    y

    seguia

    y

    se perdta

    en la triste

    Theorta

    dc

    la

    muertc dc

    la

    Sombra,

    en

    la Selva dcsrrei\ada y

    crcpitantc

    por el beso de

    las

    hojas,

    que

    danzaban

    como

    brujas del \\'alpurgis

    "l la noche abrumadora.

    . . .. . ..

    .. . .

    D1ce blando el galan de rostre> efbco:

    cVen conmigo, ven conmigo bajo

    el palio

    dc

    los

    sauces

    y

    en

    la Sombra

    .

    idulcc

    Sombrai

    te

    dir toco

    de amores mis

    nostalgiac;

    y mis

    ansias,

    que me cl:wan en el pccho sm cspinas punzadoras.

    Ven conmigo,

    ven conmigo

    bajo

    el

    palio de

    los

    snnces,

    y wrcmos

    las adelfas, las ninfeas. los

    nclumbos

    y

    los

    mirtos

    seculares.

    . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    . . . . . . .

    .lltNt'ra.-

    :1 c::

    1

    et agud m i ~ t e n o : ; a que

    so tn..:

    con

    sus ondas

    de

    cristales,

    flotan

    r r ~ a s

    Aotan rosas,

    nadan

    cisnes

    y los

    peccs .

    y los peccs ..

    y los

    peces

    y

    los

    peccs culorados del estanque.

    ZE:-:x

    P O R R O ~ D O

    roeta

    dra lec nte, e.,.,pfeado en

    Ja

    fabrica del

    {U.

    Por no

    tabt r

    cstri;:ir:

    CA\IILO BARGIELA.

    lmpreH'n

    I.:

    Aotunlo

    .\lar,v,

    calle: dc: I

    as l'uz.u,

    12

    1

    .\l.u:rlfl.

  • 7/25/2019 Revista Arte Joven 5

    8/8

    ~ A MURCIANA

    Ff