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José Miguel Palacio Fernández Director General de Operaciones Financieras l pasado 9 de octubre la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), presentaron el informe so- bre “El Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo 2012”. Publicado cada año desde 1999 –con excepción de 2007-, el documento guarda una singular importancia ya que ofrece de manera puntual la estimación y la propor- ción de las personas que padecen desnutrición, las regiones en donde se concentran y las políticas recomendadas para reducir esta situación, que sigue siendo, un enor- me flagelo para importantes sectores de la población mundial. Este año, el trabajo expone importantes cuestiones que no sólo merecen ser co- mentadas, sino que muy probablemente abrirán paso a nuevas investigaciones que ofrezcan claridad sobre el tema, pero sobre todo, que marquen el camino de nuevas políticas públicas y un programa de acción, al que necesariamente deberán suscri- birse todos los gobiernos, los organismos no gubernamentales y los organismos multinacionales, si es que queremos avanzar en el cumplimiento de uno de los Ob- jetivos del Desarrollo del Milenio, que es reducir a la mitad -entre 1990 y 2015- el porcentaje de personas que padecen hambre. Como una primera aproximación y de acuerdo a nuevas estimaciones, se señala que entre 2010-12 el número de personas que padecen desnutrición es de casi 870 millones, de las cuales la gran mayoría habita en países en desarrollo. Si bien estos datos indican que el avance en la reducción del hambre ha sido más positivo de lo que se esperaba, también es importante señalar, que los mayores progresos se alcanzaron hasta antes de 2007/08 y que desde entonces, la lucha por reducir la subnutrición ha sido más lenta. A pesar de que la FAO enfatiza que se han hecho importantes mejoras en la meto- dología para calcular el problema del hambre, está consciente de que todavía faltan mecanismos que permitan registrar los efectos que las bruscas variaciones de los precios o la desaceleración económica han tenido sobre amplias zonas del orbe. El informe pone el acento, en el hecho de que el crecimiento económico es ne- cesario pero no suficiente para acelerar la reducción del hambre y la malnutrición. Es decir, que éste debe ser incluyente, de nada sirven altas tasas de crecimiento si no redunda en una mejora de la nutrición y de las condiciones de vida de los más necesitados. De igual forma mantiene la firme convicción de que el crecimiento agrícola es parti- cularmente eficaz para reducir el hambre, ya que la mayoría de los pobres extremos dependen de la agricultura y las actividades conexas para una parte significativa de sus medios de vida. Como se ha señalado en diversos foros, sigue siendo inaceptable que en el mundo actual -tan llena de oportunidades sin precedentes a nivel tecnológico y económico, por decir lo menos-, siga habiendo personas subnutridas. Hoy se poseen los cono- cimientos y los medios para eliminar esta forma de inseguridad, trabajemos en ello. Publicado en InfoAserca

Revista Claridades Agropecuarias, número 230, octubre 2012, pp. … · 2012-11-20 · Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), presentaron el informe so-bre “El Estado de

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José Miguel Palacio FernándezDirector General de Operaciones Financieras

l pasado 9 de octubre la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), presentaron el informe so-

bre “El Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo 2012”.

Publicado cada año desde 1999 –con excepción de 2007-, el documento guarda una singular importancia ya que ofrece de manera puntual la estimación y la propor-ción de las personas que padecen desnutrición, las regiones en donde se concentran y las políticas recomendadas para reducir esta situación, que sigue siendo, un enor-me flagelo para importantes sectores de la población mundial.

Este año, el trabajo expone importantes cuestiones que no sólo merecen ser co-mentadas, sino que muy probablemente abrirán paso a nuevas investigaciones que ofrezcan claridad sobre el tema, pero sobre todo, que marquen el camino de nuevas políticas públicas y un programa de acción, al que necesariamente deberán suscri-birse todos los gobiernos, los organismos no gubernamentales y los organismos multinacionales, si es que queremos avanzar en el cumplimiento de uno de los Ob-jetivos del Desarrollo del Milenio, que es reducir a la mitad -entre 1990 y 2015- el porcentaje de personas que padecen hambre.

Como una primera aproximación y de acuerdo a nuevas estimaciones, se señala que entre 2010-12 el número de personas que padecen desnutrición es de casi 870 millones, de las cuales la gran mayoría habita en países en desarrollo. Si bien estos datos indican que el avance en la reducción del hambre ha sido más positivo de lo que se esperaba, también es importante señalar, que los mayores progresos se alcanzaron hasta antes de 2007/08 y que desde entonces, la lucha por reducir la subnutrición ha sido más lenta.

A pesar de que la FAO enfatiza que se han hecho importantes mejoras en la meto-dología para calcular el problema del hambre, está consciente de que todavía faltan mecanismos que permitan registrar los efectos que las bruscas variaciones de los precios o la desaceleración económica han tenido sobre amplias zonas del orbe.

El informe pone el acento, en el hecho de que el crecimiento económico es ne-cesario pero no suficiente para acelerar la reducción del hambre y la malnutrición. Es decir, que éste debe ser incluyente, de nada sirven altas tasas de crecimiento si no redunda en una mejora de la nutrición y de las condiciones de vida de los más necesitados.

De igual forma mantiene la firme convicción de que el crecimiento agrícola es parti-cularmente eficaz para reducir el hambre, ya que la mayoría de los pobres extremos dependen de la agricultura y las actividades conexas para una parte significativa de sus medios de vida.

Como se ha señalado en diversos foros, sigue siendo inaceptable que en el mundo actual -tan llena de oportunidades sin precedentes a nivel tecnológico y económico, por decir lo menos-, siga habiendo personas subnutridas. Hoy se poseen los cono-cimientos y los medios para eliminar esta forma de inseguridad, trabajemos en ello.

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SEGuRIDAD ALIMENTARIA: PRIORIDAD DEL G20 CONTRIBuCIÓN DE LAS EXPERIENCIAS DE MÉXICO 3

CICLO OTOÑO/INVIERNO

GRANOS Y OLEAGINOSAS 13

MAÍz 14 SORGO 16

FRIJOL 18 TRIGO 19

CICLO PRIMAVERA/VERANO

GRANOS Y OLEAGINOSAS 22

MAÍz 23 SORGO 32

FRIJOL 36 SOYA 42

TRIGO 46

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