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Revista Complejidad Nº 0

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Número inicial de la Revista Complejidad primera época que fundó la corriente de pensamiento complejo en América Latina.

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    P U B L I CAC IN T R IME S T RA L AO 1 - N RO . 0 - J UN IO - AGOS TO - 1 9 9 5

    EDITORIAL 2

    SOBRE LA INTERDISICIPLINARIEDAD 4 Edgar Morin

    LA EMERGENCIA DE UNA INTELIGENCIA PLANETARIA 9 Basarab Nicolescu

    TRANSDISCIPLINARIEDAD EN ACTO 13 Ral D. Motta

    SUPUESTOS 15 Alejandro Ruiz Balza

    CONVERSACIN CON SAMUEL HUNTINGTON 16 Vittorio Orsi

    IGNORANCIA Y ENTROPA 20 Alberto Ford Hurtado

    SIMULACROS 23 Vernica Celery

    CONTEXTOS TURBULENTOS 24 ngel Petriella

    GERENCIAMIENTO PBLICO? 27 Luisa Rohr

    CIRUGA MENOR 34 Hermes Clavera

    POESA = CELEBRACIN 35 Ral D. Motta

    QU PAS CON TUS SUEOS? 37 Isaac Bleger

    LOS EFECTOS DE LA DISTENSIN 38 Fernando Marino Aguirre

    CUMBRE DE DESARROLLO SOCIAL 42 Gisela Wisniacki

    LECTURAS 44

    Publicacin originada en el Programa de Animacin Per-manente de Redes de Pen-samiento Complejo en Am-rica Latina y el Caribe, de la Asociacin para la Coopera-cin Internacional (ACI).

    DIRECTOR Ral D. Motta

    COORDINADOR GRAL Alejandro Ruiz Balza

    SECR. DE REDACCIN

    Fernando Marino Aguirre

    COLABORADORES

    Edgar Morin - Basarab Nicolescu - Vittorio Orsi -

    Alberto Ford Hurtado - ngel Petriella - Luisa Rohr - Isaac Bleger - Vernica Celery - Gisela Wisacki - Gustavo Coppola - Hermes Clavera -

    Alberto Vil - Susana Ditisheim - Alberto Solari

    Derechos reservados, prohibida su reproduccin total o parcial sin autorizacin. Registro de la pro-piedad intelectual en trmite. Las notas firmadas representan la opinin de los autores y no nece-sariamente la de la revista. Co-rrespondencia a Rodrguez Pea 554 2 "C" - (1020) Buenos Aires. Tel./ Fax: 54-1-497851.

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    EDITORIAL

    La complejidad como metfora signa la pasin por lo mltiple y lo sin-gular. La vivencia irreductible de los acontecimientos infiltra la sereni-dad de lo simple, pero lo simple como lo puro, es el producto de una actividad mutilante de lo real y la expresin de la pereza de la inteli-gencia frente a la fugacidad de los acontecimientos y la multiplicidad de opciones que ofrece la vida.

    El paso de lo simple a lo complejo no es solamente un cambio de pers-pectiva, o una puesta en guardia frente a las simplificaciones inscriptas en el mpetu irreflexivo y en la ansiedad generada por lo diverso y lo inacabado.

    Tampoco la complejidad es lo opuesto a lo simple, sino ms bien una alternativa al reduccionismo y su consecuente ceguera.

    El pensamiento complejo incorpora las disyunciones, y las opciones ex-cluyentes transmutndolas en cada caso, en complementariedad vir-tual, desmontando las complicaciones generadas por una lgica dema-siado ingenua para comulgar con la totalidad.

    Pero as como distinguir no es aislar, tampoco religar y "transligar" es confundir y totalizar. La totalidad es imposible como verdad. Los erro-res y horrores de este siglo son la parte sensible de esta certeza.

    La necesidad de tejer los lazos existentes en los distintos niveles de la realidad no implica confundir complejidad con completitud, por ello la visin holstica es, en realidad, la otra cara de la visin reductiva.

    La ciberntica y la sistmica muchas veces han ocultado su virtud trans-disciplinaria detrs del mpetu del anlisis, perdiendo de vista aquello que es parte de su fundacin: la ambigedad del trmino totalidad, la volatilidad de la idea de orden y lo fantasmal de la nocin de sistema.

    La pasin por lo absoluto es presa del resentimiento cuando lo singu-lar, lo incierto y lo incompleto ofenden la creencia en la unidad simple de lo diverso.

    La complejidad no es un fundamento, no es una palabra solucin, es un princi-pio regulador, que no pierde de vista, no permite adormecer ni anestesiar las vi-vencias del tejido fenomnico en que estamos inmersos. No es el pensamiento ni el gobierno de lo real, es la imposibilidad de volver sobre los pasos de la experiencia y las resoluciones de la modernidad frente a la respon-sabilidad actual de tener que construir los futuros posibles de la prime-ra civilizacin planetaria.

    La civilizacin planetaria se reconoce en el hecho concreto de que la mayora de los conflictos, de los problemas y desafos del presente son fenmenos interiores y corresponden a un mundo satelizado y errante. Las diferencias econmicas, polticas, religiosas, nacionales, raciales e ideolgicas se han acentuado, pero a su vez estn siendo absorbidas en el movimiento interdependiente y complejo de lo planetario.

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    Las diferencias entre oriente y occidente, el norte y el sur, las derechas y las izquierdas, lo artificial y lo natural, la conservacin y la revolucin, el socialismo y el capitalismo, la paz armada y la guerra fra, los colores de los hombres, la pobreza y la riqueza, lo local y lo global, la salud y la enfermedad, el empleo y el desempleo, recorren y son recorridas por una mutacin radical que encierra una crisis de escalas sin precedentes: cambios de signos y de tiempos.

    El principio mismo y el significado de estas diferencias transitan por una dimensin borrosa y discontinua. Dos elementos de esa mutacin se retroalimentan entre s: la complejidad de la planetarizacin y la planetarizacin de la complejidad.

    Esta retroalimentacin demanda una sincronicidad indita entre la di-versidad de acciones, decisiones y responsabilidades locales en un con-texto global.

    Pero para lograr una articulacin compleja de lo global como contexto de lo singular y lo diverso es necesario pensar de nuevo los principios que han fundado nuestras sociedades y repensar las grandes tradicio-nes polticas a la luz de la experiencia del siglo XX.

    Construir una civilizacin basada en la libertad, la solidaridad, la igual-dad y la tolerancia es comenzar a navegar las sendas de la primera re-volucin mundial. El regreso de los hombres perdidos entre los signos y las cosas, es el regreso del amor y del dilogo.

    Si el otro nombre del SIDA es la promiscuidad informativa, y la otra cara de la crisis ambiental es la irresponsabilidad productiva, entonces no se trata slo del escndalo de ver amenazada la continuidad de la especie, sino que es preciso cuanto antes asumir la urgente necesidad de la profundizacin de la democracia y de la reforma del pensamiento contemporneo.

    Distintos signos sealan que el movimiento ha comenzado, la prolifera-cin de redes informales para la revitalizacin de los lazos sociales, se-alan un nuevo protagonismo y la bsqueda de una renovada partici-pacin basada en una ciudadana con plena conciencia de su responsa-bilidad global.

    La creciente autoreflexin y autocrtica en el mbito cientfico, los in-tentos de iluminar los espacios transdisciplinarios y transculturales se-alan el advenimiento de un nuevo dilogo entre ciencia, filosofa, poe-sa y religin.

    Esta revista quiere ser un testimonio ms del comienzo de la reconstitu-cin de la unidad en la diversidad de las culturas y de la resurreccin de la persona. La cura de nuestro mundo es doble porque la regeneracin de la poltica requiere la reinvencin del amor. o

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    SOBRE LA INTERDISCIPLINARIEDAD

    Edgar Morin Este trabajo de Edgar Morin, publicado en el Boletn No. 2 del Centre International de Recherches et Etudes Transdisciplinaires (CIRET), sirvi de introduccin y animacin para la organizacin del 1er. Congreso Internacional de Transdisciplinariedad. En l se encuentran definiciones, distinciones y ejemplos que alumbran las diferencias y similitudes entre nter, multi y transdisciplina. Pero seala, tal vez, algo ms importante y complejo: la necesidad de ecologizar las ideas y sus organizaciones. La disciplina es una categora organizacional en el seno del conocimiento cientfico; ella instituye all la divisin y la especializacin del trabajo y ella responde a la diversidad de los dominios que re-cubren las ciencias. Si bien est englobada a travs de un conjunto cientfico ms vasto, una disciplina tiende naturalmente a la autonoma, por la deli-mitacin de sus fronteras, la lengua que ella se constituye, las tcnicas que ella est conducida a elaborar o a utilizar, y eventualmente por las teo-ras que le son propias. La organizacin discipli-naria fue instituida en el siglo XIX, particular-mente con la formacin de las universidades mo-dernas, luego se desarroll en el siglo XX con el impulso de la investigacin cientfica; esto quiere decir que las disciplinas tienen una historia: naci-miento, institucionalizacin, evolucin, dispersin, etc.; esta historia se inscribe en la de la universi-dad que a su vez est inscripta en la historia de la sociedad; de tal modo que las disciplinas surgen de la sociologa de las ciencias y de la sociologa del conocimiento y de una reflexin interna sobre ella misma, pero tambin de un conocimiento ex-terno. No es suficiente pues encontrarse en el in-terior de una disciplina para conocer todos los problemas referentes a ella misma.

    VIRTUD DE LA ESPECIALIZACIN Y RIESGO DE LA HI-PERESPECIALIZACIN

    La fecundidad de la disciplina en la historia de la ciencia no ha sido demostrada; por una parte ella opera la circunscripcin de un dominio de com-petencia sin la cual el conocimiento se fluidificara y devendra en vago; por otra parte, ella devela, extrae o construye un objeto no trivial para el es-tudio cientfico: es en este sentido que Marcelin Berthelot deca que la qumica crea su propio ob-jeto. Sin embargo la institucin disciplinaria en-traa a la vez un riesgo de hiperespecializacin del investigador y un riesgo de cosificacin del ob-jeto de estudio donde se corre el riesgo de olvidar que este es extrado o construido. El objeto de la disciplina ser entonces percibido como una cosa en s; las relaciones y solidaridades de este objeto

    con otros, tratados por otras disciplinas, sern de-jadas de lado, as como tambin las ligazones y so-lidaridades con el universo del cual el objeto es parte. La frontera disciplinaria, su lenguaje y sus conceptos propios van a aislar a la disciplina en relacin a las otras y en relacin a los problemas que cabalgan las disciplinas. El espritu hiperdis-ciplinario va a devenir en un espritu de propieta-rio que prohibe toda incursin extranjera en su parcela del saber. Se sabe que en el origen la pala-bra disciplina designaba un pequeo fuste que serva para autoflagelarse, permitiendo por lo tan-to la autocrtica; en su sentido degradado la disci-plina deviene en un medio de flagelacin a los que se aventuran en el dominio de las ideas que el especialista considera como de su propiedad.

    LA MIRADA EXTRA-DISCIPLINARIA

    La apertura es por lo tanto necesaria. Ocurre que aun una mirada naif de un amateur, ajeno a la disciplina, aun ms a toda disciplina, resuelve un problema cuya solucin era invisible en el seno de la disciplina. La mirada naif que no conoce evi-dentemente los obstculos que la teora existente impone a la elaboracin de una nueva visin, puede, frecuentemente, pero a veces con razn, permitirse esta visin. As Darwin por ejemplo, era un amateur esclarecido, como ha escrito Lewis Mumford: "Darwin haba escapado a esta especia-lizacin unilateral profesional que es fatal para una plena comprensin de los fenmenos orgni-cos. Para este nuevo rol, el amateurismo de la preparacin de Darwin se revel admirable. Aun-que fuera a bordo del Beagle en calidad de natu-ralista, no tena ninguna formacin universitaria especialista, aun en tanto que biologista no tena la menor educacin anterior, salvo en tanto que in-vestigador apasionado de animales y coleccionista de colepteros. Estando entonces exento de fija-cin y de inhibicin escolar, nada le impeda el despertar ante cada manifestacin del desarrollo viviente". De la misma manera el meteorlogo Wegener, observando ingenuamente la carta del Atlntico Sur remarc que el oeste de frica y el

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    Brasil se ajustaban el uno con el otro. Relevando las similitudes de fauna y de flora, fsiles y actua-les, de una parte y de otra del ocano l haba ela-borado en 1912, la teora de la deriva de los con-tinentes, lgicamente refutada por los especialistas por parecer tericamente imposible, undenkbar, ha sido admitida cincuenta aos ms tarde particu-larmente despus del descubrimiento de la tect-nica de las placas. Marcel Proust deca: "un verda-dero viaje de descubrimiento no es el de buscar nuevas tierras sino tener un ojo nuevo". Jaques Labyrie nos ha sugerido el teorema siguiente, que sometemos a verificacin: "Cuando uno no en-cuentra la solucin en una disciplina, la solucin viene desde afuera de la disciplina".

    USURPACIN Y MIGRACIONES INTERDISCIPLINARIAS

    Si los casos de Darwin y de Wegener son excep-cionales, podemos decir muy rpidamente que la historia de la ciencias no es solamente la de la constitucin y de la proliferacin de las disciplinas sino tambin aquella de la ruptura de las fronte-ras disciplinarias, de la usurpacin de un proble-ma de una disciplina sobre otra, de circulacin de conceptos, de formacin de disciplinas hbridas que van a terminar por atomizarse, en fin, es tambin la historia de la formacin de complejas y diferentes disciplinas que van a ir sumndose a un tiempo que aglutinndose, dicho de otro modo, si la historia oficial de la ciencia es la de la discipli-nariedad, otra historia ligada e inseparable, es la de la inter-trans-poli-disciplinariedad.

    La revolucin biolgica de los aos cincuenta na-ci de la usurpacin, contactos y transferencias entre disciplinas, en los mrgenes de la fsica, de la qumica y de la biologa. Son los fsicos como Schrdinjer que han proyectado sobre el orga-nismo biolgico los problemas de la organizacin fsica. Despus, los investigadores marginales in-tentaron descubrir la organizacin del patrimonio gentico a partir de las propiedades qumicas del ADN. Podemos decir que la biologa celular ha nacido de un concubinato ilegtimo. Ella no tena ningn status disciplinario en los aos cincuenta y no lo ha adquirido en Francia ms que despus de los premios Nbel de Monod, Jacob y Lwoff. Esta biologa molecular, entonces, se autonomiz, des-pus tuvo tendencia a cerrarse y ella misma ha devenido imperialista, pero como diran Chan-geux y Kipling es otra historia.

    MIGRACIONES

    Ciertas nociones circulan y, a menudo, atraviesan clandestinamente las fronteras sin ser detectadas por los aduaneros. Contrariamente a la idea, fuer-temente extendida, que una nocin no tiene ms pertinencia que en el campo disciplinario donde

    ella ha nacido, ciertas nociones migrantes fecun-dan un nuevo campo donde ellas van a enraizarse, aun al precio de un contrasentido. B. Mandelbrot llega hasta a decir que "uno de los tiles ms po-derosos de la ciencia, el nico universal, es el con-trasentido elaborado por un investigador de talen-to". De hecho, un error en relacin a un sistema de referencias puede devenir en una verdad en otro tipo de sistema. La nocin de informacin, emanada de la prctica social, ha tomado un sen-tido cientfico preciso, nuevo, en la teora de Shannon, despus ella ha migrado a la biologa para inscribirse en el gen, all ella se ha asociado a la nocin de cdigo, salido del lenguaje jurdico, que se ha biologizado en la nocin de cdigo ge-ntico. La biologa molecular olvida a menudo que sin esas nociones de patrimonio, cdigo, in-formacin, mensaje, de origen antropo-socio-morfo, la organizacin viviente seria ininteligible.

    Ms importante son los transportes de esquemas cognitivos de una disciplina a la otra: as Claude Lvi-Strauss no hubiese podido elaborar su an-tropologa estructural si no hubiese tenido en-cuentros frecuentes en Nueva York en bares. Pa-rece que con R. Jakobson haban ya elaborado la lingstica estructural, ms an, Jakobson y Levi-Strauss no se hubiesen reencontrado si no hubie-sen sido el uno y el otro refugiados de Europa, el uno habiendo huido algunos decenios antes de la revolucin rusa, el otro haba abandonado la Francia ocupada por los nazis. Innombrables son las migraciones de ideas, de concepciones, las sim-biosis y transformaciones tericas debidas a las migraciones de cientficos perseguidos de las Uni-versidades nazis o stalinianas. Es la prueba misma que un antdoto poderoso al encierro y al inmovi-lismo de las disciplinas viene de grandes trastor-nos ssmicos de la Historia (por lo tanto los de una guerra mundial), de trastornos y torbellinos socia-les que al azar suscitan encuentros e intercambios, los que permiten a una disciplina esparcir una si-miente de donde nacer una nueva disciplina.

    LOS OBJETOS Y PROYECTOS NTER Y POLIDISCIPLI-NARIOS

    Ciertas concepciones cientficas mantienen su vita-lidad porque se oponen al encierro disciplinario. As es en la historia de la Escuela de los Anales que es ahora extremadamente honrada despus de haber ocupado un lugar marginal en la Uni-versidad. La historia de los Anales se constituy en y por ella oper una penetracin profunda de la perspectiva econmica y sociolgica en la histo-ria, despus una segunda generacin de historia-dores incorpor profundamente la perspectiva antropolgica, como lo testimonian los trabajos de Duby y Le Goff sobre la Edad Media. La historia as fecundada no puede ser ms considerada co-

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    mo una disciplina stricto sensu, es una ciencia his-trica, multifocalizada, polidimensional, donde las dimensiones de las otras ciencias humanas se en-cuentran presentes y donde la perspectiva global, lejos de ser perseguida por la multiplicidad de las perspectivas particulares, es requerida por ellas.

    Algunos procesos de complejizacin de campos de investigacin disciplinaria recurren a disciplinas muy diversas al mismo tiempo que a la poli-competencia del investigador. Uno de los casos ms llamativos es el de la prehistoria, cuyo objeto, a partir de los descubrimientos de Leakey en -frica austral (1959), ha sido la hominizacin, pro-ceso, no solamente anatmico y tcnico, sino tam-bin ecolgico (el reemplazo del bosque por la sa-bana), gentico, etolgico (concerniente al com-portamiento), psicosociolgico, mitolgico (rastros de lo que puede constituir un culto a los muertos y creencias en el ms all). El prehistoriador de hoy (que se consagra a la hominizacin) se refiere por una parte a la etologa de los primates supe-riores para tratar de concebir como se pudo haber hecho el pasaje de una sociedad primtica avan-zada a las sociedades hominianas, y por la otra parte a las sociedades arcaicas, punto de llegada de ese proceso, estudiadas por la antropologa. La prehistoria recurre de ms en ms a tcnicas muy diversas en particular para la datacin de las osa-mentas y los utensilios, el anlisis del clima, de la fauna y de la flora, etc.. Asociando esas diversas disciplinas a su investigacin, el prehistoriador deviene policompetente, y cuando Coppens, por ejemplo, presenta el balance de su trabajo, resulta una obra que trata de las mltiples dimensiones de la aventura humana. La prehistoria es hoy una ciencia policompetente y polidisciplinaria. Este ejemplo muestra qu es la constitucin de un ob-jeto a la vez nter, poli y transdisciplinario que permite crear el intercambio, la cooperacin, la policompetencia.

    LOS ESQUEMAS COGNITIVOS REORGANIZADORES

    Del mismo modo, la ciencia ecolgica se ha consti-tuido sobre un objeto y un proyecto poli e inter-disciplinario a partir del momento donde no so-lamente el concepto de nicho ecolgico, sino el de ecosistema (unin de un biotipo y de una bio-cenosis) ha sido creado (Tansley 1935), es decir, a partir del momento donde un concepto organi-zador de carcter sistmico ha permitido articular los conocimientos ms diversos (geogrficos, geo-lgicos, bacteriolgicos, zoolgicos y botnicos). La ciencia ecolgica ha podido no solamente utilizar los servicios de diferentes disciplinas, sino tambin crear cientficos policompetentes teniendo adems la competencia de los problemas fundamentales de este tipo de organizacin.

    El ejemplo de la hominizacin y la del ecosistema muestran que, en la historia de las ciencias, hay rupturas de encierros disciplinarios, de sobrepa-samiento o transformaciones de disciplinas por la constitucin de un nuevo esquema cognitivo, lo que Hanson llamaba la retroduccin. El ejemplo de la biologa molecular muestra que esos sobrepa-samientos y transformaciones pueden efectuarse por la invencin de hiptesis explicativas nuevas, lo que Pierce llamaba la abduccin. La conjuncin de nuevas hiptesis y del nuevo esquema cogni-tivo permiten articulaciones, organizativas o es-tructurales, entre disciplinas separadas y permiten concebir la unidad de lo que estaba hasta entonces separado.

    As es en lo que hace al cosmos, que era presa de disciplinas parcelarias, y regresa triunfalmente despus del desarrollo de la astrofsica, despus de las observaciones de Hubble sobre la dispersin de las galaxias en 1930, el descubrimiento de las irradiaciones isotrpicas en 1965, y la integracin de los conocimientos microfsicos de laboratorio para concebir la formacin de la materia y la vida de los astros. Desde entonces la astrofsica no es ms slo una ciencia nacida de una unin cada vez ms fuerte entre fsica, macrofsica y astronoma de observacin; es tambin una ciencia que ha hecho emerger de ella misma un esquema cogni-tivo cosmolgico: aquel que permite religar entre ellos conocimientos disciplinarios muy diversos para considerar nuestro universo y su historia, y de golpe introduce en la ciencia (renovando el in-ters filosfico de ese problema clave) lo que pa-reca hasta ese momento surgir solamente de la especulacin filosfica.

    Hay, en fin, casos de hibridacin extremadamente fecundos; puede ser que uno de los momentos ms importantes en la historia cientfica hayan si-do los encuentros que operaron en plena guerra en los aos 40, y despus en los aos cincuenta, entre ingenieros y matemticos; ellos hicieron confluir los trabajos matemticos inaugurados por Church y Turing y las investigaciones tcnicas pa-ra crear mquinas autogobernadas, las cuales han conducido a la formacin de lo que Wiener ha llamado la ciberntica, integrando la teora de la informacin concebida, en el marco de la com-paa Bell de telfonos, por Shanon y Weaver. Un verdadero nudo gordiano de conocimientos for-males y de conocimientos prcticos se formaron, entonces, en los mrgenes entre las ciencias y en los mrgenes entre ciencia e ingeniera. Ese cuer-po de ideas y de conocimientos nuevos se ha des-arrollado para crear el reino nuevo de la in-formtica y de la inteligencia artificial. Su irra-diacin se ha difundido sobre todas las ciencias, naturales y sociales. Von Neuman y Wiener son

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    los ejemplos tpicos de la fecundidad de los esp-ritus policompetentes cuyas aptitudes podan apli-carse a prcticas diversas y a la teora funda-mental.

    EL MS ALL DE LAS DISCIPLINAS

    Estos ejemplos, rpidos, fragmentarios, recorta-dos, dispersos, quieren insistir sobre la sorpren-dente variedad de las circunstancias que hacen progresar las ciencias rompiendo el aislamiento de las disciplinas, sea por la circulacin de los con-ceptos o de los esquemas cognitivos, sea por las usurpaciones y las interferencias, sea por las com-plejizaciones de disciplinas en campos poli-competentes, sea por la emergencia de nuevos es-quemas cognitivos y de nuevas hiptesis expli-cativas, sea, en fin, por la constitucin de con-cepciones organizativas que permiten articular los dominios disciplinarios en un sistema terico co-mn.

    Hoy, hace falta tomar conciencia de este aspecto que es el menos esclarecido en la historia oficial de las ciencias y que es un poco como la cara os-cura de la luna. Las disciplinas estn plenamente justificadas intelectualmente a condicin de que ellas guarden un campo de visin que reconozca y conciba la existencia de las relaciones y solidarida-des. Ms an, ellas no estn plenamente justifica-das a menos que ellas no oculten las realidades globales. Por ejemplo, la nocin de hombre se en-cuentra fragmentada entre diferentes disciplinas biolgicas y todas las disciplinas de las ciencias humanas: el psiquismo est estudiado de un cos-tado, el cerebro de otro, el organismo de un ter-cero, los genes, la cultura, etc.: se trata efecti-vamente de aspectos mltiples de una realidad compleja, pero que no toman sentido si no son re-ligados a esta realidad en lugar de ignorarla. Uno no puede, ciertamente, crear una ciencia unitaria del hombre, que en s disolvera la multiplicidad compleja de lo que es humano. Lo importante es no olvidarse de que el hombre existe y no es una ilusin naf de humanistas precientficos. Se llega-ra si no a un absurdo (en realidad ya hemos lle-gado all en ciertos sectores de las ciencias huma-nas donde la inexistencia del hombre ha sido de-cretada puesto que este bpedo no entra en las ca-tegoras disciplinarias).

    Otra consciencia, aquella a la cual Piaget llamaba el crculo de las ciencias que establece la interde-pendencia de facto de las diversas ciencias, es igualmente necesaria. Las ciencias humanas tratan del hombre, pero ste es no solamente un ser ps-quico y cultural, sino tambin un ser biolgico, y las ciencias humanas estn de cierta manera enrai-zadas en las ciencias biolgicas, las cuales estn en-raizadas en las ciencias fsicas, ninguna de ellas, evidentemente, reductibles la una a la otra. Sin

    embargo, las ciencias fsicas no son el pedestal l-timo y primitivo sobre el que se edifican todas las otras; estas ciencias fsicas, por fundamentales que sean, son tambin ciencias humanas en el sentido que aparecen dentro de una historia humana y de una sociedad humana. La elaboracin del concep-to de energa es inseparable de la tecnificacin e industrializacin de las sociedades occidentales en el siglo XIX. Por lo cual, en un sentido, todo es f-sico, pero al mismo tiempo, todo es humano. El gran problema es, entonces, encontrar la difcil va de la entre-articulacin entre las ciencias que tienen cada una, no slo su propio lenguaje, sino conceptos fundamentales que no pueden pasar de una lengua a la otra.

    EL PROBLEMA DEL PARADIGMA

    En fin, se debe ser consciente del "Problema del Paradigma". Un paradigma rige sobre los espritus porque instituye los conceptos soberanos y su re-lacin lgica (disyuncin, conjuncin, implicacin, etc.) que gobiernan de un modo oculto las con-cepciones y las teoras cientficas se efectan bajo su imperio. Por lo tanto, hoy emerge, de un modo esparcido, un paradigma cognitivo que comienza a poder establecer los puentes entre las ciencias y las disciplinas no comunicantes. En efecto, el re-ino del Paradigma del Orden por exclusin del desorden (que expresaba la concepcin determi-nista-mecanicista del Universo) se ha fisurado en muchos lugares. En diferentes reas, la nocin de orden y la nocin de desorden demandan, cada vez ms apremiadamente, a pesar de las dificulta-des lgicas que ello plantea, a ser concebidas de forma complementaria y no ms solamente anta-gonista: la relacin ha aparecido sobre el plano terico en Von Neuman (teora de autmatas au-to-reproductores) y von Frster (order from noise1); ellas se han impuesto en la termodinmica de Pri-gogine mostrando que los fenmenos de or-ganizacin aparecen en condiciones de turbulen-cia; ella se implanta bajo el nombre de caos en meteorologa, y la idea de caos organizador ha devenido fsicamente central al partir de los tra-bajos de David Ruelle. As, de diferentes hori-zontes, llega la idea de que orden, desorden y or-ganizacin deben ser pensados juntos. La misin de la ciencia no es ms el perseguir el desorden de sus teoras, sino de tratarlas. No se trata ms de disolver la idea de organizacin, sino de concebir-la e introducirla para federar las disciplinas parce-larias. He aqu porqu un nuevo paradigma est, puede estar, en tren de nacer...

    LA PERESTROIKA CIENTFICA

    Volvamos sobre los trminos de interdisciplina-riedad, de multi o polidisciplinariedad y de trans-disciplinariedad que no han sido definidos porque son polismicos y etreos. Por ejemplo, la inter-

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    disciplinariedad puede significar pura y sim-plemente que diferentes disciplinas se sientan en una misma mesa, en una misma asamblea, como las diferentes naciones se renen en la ONU sin poder hacer otra cosa que afirmar cada una sus propios derechos nacionales y sus propias sobera-nas en relacin a las usurpaciones del vecino. Pe-ro interdisciplinariedad puede tambin querer decir intercambio y cooperacin, lo que hace que la interdisciplinariedad puede devenir en alguna cosa orgnica. La polidisciplinariedad constituye una asociacin de disciplinas en virtud de un pro-yecto o de un objeto que le es comn; mientras que las disciplinas son llamadas como tcnicas es-pecializadas para resolver tal o cual problema, en otros momentos, por el contrario, estn en pro-funda interaccin para tratar de concebir este ob-jeto y este proyecto, como en el ejemplo de la hominizacin. En lo que concierne a la transdis-ciplinariedad, se trata a menudo de esquemas cognitivos que pueden atravesar las disciplinas, a veces con una virulencia tal que las coloca en di-ficultades. De hecho, son complejas cuestiones de nter, de poli, y de transdisciplinariedad que han operado y han jugado un rol fecundo en la histo-ria de las ciencias; se debe retener las nociones claras que estn implicadas en ellas, es decir, la cooperacin, y mejor, articulacin, objeto comn y mejor, proyecto comn.

    En fin, no es slo la idea de nter y de transdis-ciplinariedad lo que es importante. Debemos "eco-logizar" las disciplinas, es decir, tomar en cuenta todo lo que es contextual comprendiendo las con-diciones culturales y sociales, es decir, ver en que medio ellas nacen, plantean el problema, se escle-

    rosan, se metamorfosean. Es necesario tambin lo metadisciplinario, el trmino "meta" significando superar y conservar. No se puede quebrar aquello que ha sido creado por las disciplinas; no se pude quebrar todo encierro, hay en ello el problema de la disciplina, el problema de la ciencia como el problema de la vida: es necesario que una disci-plina sea a la vez abierta y cerrada.

    En conclusin, para qu serviran todos los sabe-res parcelarios sino para ser confrontados para formar una configuracin respondiendo a nues-tras demandas, a nuestras necesidades y a nues-tros interrogantes cognitivos.

    Hace falta pensar tambin que aquello que est ms all de la disciplina es necesario para la dis-ciplina, para que ella no sea automatizada y fi-nalmente esterilizada, lo que nos reenva a un im-perativo cognitivo formulado ya hace tres siglos por Blas Pascal, justificando las disciplinas mien-tras tena un punto de vista metadisciplinario: "siendo todas las cosas causadas y causantes, ayu-dadas y ayudantes, mediatas e inmediatas, y todas entretenindose por un lazo natural e insensible que liga las ms lejanas y las ms diferentes, yo considero imposible conocer las partes sin conocer el todo, tanto como conocer el todo sin conocer particularmente las partes". l invitaba, de cierto modo, a un conocimiento en movimiento, a un conocimiento en una nave que progresa yendo de las partes al todo y del todo a las partes lo que es nuestra ambicin comn.o

    1 El orden por el ruido (N. del T.).

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    LA EMERGENCIA DE UNA INTELIGENCIA PLANETARIA

    Entrevista a Basarab Nicolescu La complejidad del saber se torna necesaria para la emergencia de una inteligencia planetaria capaz de plantear nuevos desafos. Basarab Nicolescu, uno de los fundadores en Francia de la Asociacin Transdisciplinaria, en 1992, del grupo de Reflexin sobre la transdisciplinariedad junto a la UNESCO y actualmente presidente del CIRET (Centre International de Recherche et Etudes Transdisciplinaires), defiende esta idea afirmando que la referida inteligencia planetaria slo puede resultar de una enti-dad colectiva. Y dice: "En nombre de la transdisciplinariedad, slo hay respuestas locales que se pueden auto-organizar en una Red Planetaria". Complejidad: Simplemente, la exis-tencia de una red planetaria consti-tuida a partir de "respuestas locales", no llevar a una transferencia del centro de poder ?

    Basarab Nicolescu: Una pregun-ta formulada de esa manera, se coloca en una lgica clsica bina-ria, que es la lgica de la falsedad y la verdad absoluta. Soy francs de origen rumano y puedo com-parar dos experiencias histricas diferentes: la de un sistema tota-litario y la de un sistema demo-crtico. En Francia, el poder cen-tral coexiste con una vida asocia-tiva de una riqueza extraordina-ria a nivel local. Estas asociacio-nes no quieren el poder, quieren simplemente la investigacin y el estudio de los problemas, in-tentando darles respuestas loca-les. Respuestas que sirvan a todo el planeta. No se trata de un jue-go de poder.

    Cx: Asimismo, slo ser bien acep-tado por los pases verdaderamente democrticos, o no?

    BN: El nico peligro que la Transdisciplinariedad represen-ta es para los pases totalitarios, eso es verdad. La Transdiscipli-nariedad responde a la necesi-dad vital del hombre, en cuanto ser individual, de comprender donde est, lo que pasa en el mundo y es consecuencia de to-do lo que hacemos, para hacer frente a los desafos. Progreso en nombre de qu? La Transdis-ciplinariedad responde a este gnero de cuestiones y es sobre todo para los casos extremos, ya

    sea para el subdesarrollo o para el superdesarrollo econmico. Los que estn entre no tienen tan-ta necesidad, con urgencia, de Transdisciplinariedad. Para los pases muy desarrolla-dos, puede servir de medio para estudiar el problema de la com-prensin del mundo, de la trans-formacin de las mentalidades y de las nuevas actitudes del mun-do actual. Estos pases tienen ab-soluta necesidad de hacerlo, porque una tecnociencia sin va-lores slo puede llevar a la cats-trofe. La Transdisciplinariedad tiene tambin un papel fundamental a desempear en los pases sub-desarrollados sobre todo te-niendo en cuenta el ejemplo reciente de los pases del Este, donde el subdesarrollo es econmico, democrtico y tam-bin poltico. Y porqu? Porque los pases en vas de construccin tienen necesidad de un nuevo sistema de valores. De una visin. La Transdisciplinariedad se aplica, con carcter de urgencia, a los dos extremos, en el superdesarrollo y en el subdesarrollo econmico, por-que ambos tienen necesidad de un nuevo sistema de valores. Cx: Por lo tanto, la situacin de cri-sis mundial torna indispensable el pensamiento transdisciplinario?

    BN: Creo que la humanidad siempre estuvo en crisis y siem-pre encontr una forma de su-perarlas. Creo que tambin aho-ra va a encontrar una forma de vencerla. La cuestin es saber a

    qu precio. Un milln de muer-tos fue el precio que hubo que pagar por los sistemas totalita-rios comunista y nazi. Un milln de hombres muertos en nombre de una experiencia y de un sis-tema de valores que pretenda ser el mejor. Pero una crisis siempre estuvo presente. Siem-pre se mat a lo largo de los si-glos. En nombre de la Religin, del Estado, del Poder. La crisis siempre existi.

    Cx: El capitalismo no construy c-maras de gas ni campos de concen-tracin, pero su filosofa de desarro-llo, no ha puesto al planeta en ries-go de destruccin?

    BN: Es indiscutible, pero no creo que haya sido el sistema capitalis-ta. Lo que est por destruir el planeta actualmente es la falta de una visin planetaria. Se est asistiendo a una aceleracin de la Historia. Una aceleracin fabu-losa desde el punto de vista tc-nico, tecnolgico y de las tecno-ciencias. Es fabuloso que vivamos el da-a-da sin ya siquiera darnos cuenta de eso. Nos habituamos rpidamente a un movimiento que cambi la faz de la tierra en el intervalo de algunos decenios, como los medios de transporte, de comunicacin y con el poder fabuloso que el hombre tiene so-bre la tierra y sobre su especie. Y todo este poder, en nombre de qu? Esta es la verdadera cues-tin. Si se quiere, es una crisis de valores, una mutacin de valo-res. Enfrentamos una desorde-nada aceleracin.

  • BASARAB NICOLESCU

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    Cx: Aceleracin de qu?

    BN: Es ah donde tocamos el fondo del problema. Es cual-quier cosa que va ms all de to-dos los sistemas. Es la tecnocien-cia, ella est presente en la esen-cia del sistema en que aparece.

    Cx: Qu es la tecnociencia?

    BN: Es el casamiento contra na-tura entre la tcnica y la ciencia. Es decir, el pensamiento, el co-nocimiento de la naturaleza y de la tcnica son el medio para con-quistar el ambiente y dominar el mundo. Y esto se volvi contra el propio hombre. Para m, que soy un ignorante en poltica, la ver-dadera causa de la cada inespe-rada del sistema sovitico se debe al hecho de que la tecnociencia encontr una fortaleza donde no poda entrar, cuando poda ayu-dar a mejorar la vida de las per-sonas. La tecnociencia es una fuerza internacional, planetaria, que est ms all de los pases, de las ideologas y tambin de la Transdisciplinariedad. Es total-mente irracional, porque tiene un nico objetivo: la eficacia. La eficacia a todo costo.

    Cx: Tambin contra el Hombre?

    BN: Sobre todo contra el hom-bre. Puede decirse que el sentido que determina el desarrollo de la tecnociencia es que todo lo que puede ser hecho ser hecho. Es una frase aterradora. Asimismo contra el hombre, contra la espe-cie, contra el planeta.

    Cx: Y ser hecho en beneficio de quien?

    BN: El problema es que no es en beneficio de nadie. Es el espritu irracional de este movimiento. Se admite que es en beneficio de las grandes transnacionales, las grandes empresas, las grandes sociedades, pero por otro lado la crisis econmica esta ah. Es un crculo vicioso. Es preciso re-flexionar sobre esto. Cuando todo lo que pueda ser hecho haya sido hecho, el planeta ser arrasado, el ambiente ser insoportable. Quin va a vender, qu a quin?

    Cx: Quin decide o decidi esto?

    BN: Nadie. Es ese el aspecto irracional. No es en nombre de una conspiracin. No es en nom-bre de una decisin. Es en nom-bre de una inconsciencia. Parte sobre todo de una indecisin, de una falta de decisin. La decisin debe ser respecto de un sistema de valores.

    Cx: En nombre de qu es que se hace todo esto?

    BN: El poder o est en las manos de los polticos, o de los capitalis-tas, o de los cientistas. Llegados a este punto, por lo visto, no est en manos de nadie.

    Cx: Dnde est el poder?

    BN: El poder es dado a aquellos a quienes est destinado. Es de-cir, a toda la gente. Es ste el verdadero sistema democrtico. A cada uno en su dominio de competencia. Esto en relacin al presente. El futuro no me inter-esa, porque el futuro est conte-nido en el presente. Lo que me interesa es el momento actual. Podemos imaginar miles de es-cenarios para el futuro, mas es difcil imaginar el ahora.

    Cx: Entonces, a quin es que el po-der debe ser dado?

    BN: Diramos que a la jerarqua y a la ausencia. Una disciplina je-rrquica estratificada del poder y, al mismo tiempo, una distri-bucin de poder en una especie de sistema al mismo tiempo ver-tical y horizontal.

    (Despus de haber dado como ejemplo de poder vertical, el que se encuentra concentrado en un rey, presidente de la repblica o partidos polticos, Ba-sarab Nicolescu refiere al caso de las sociedades primitivas y de algunas civilizaciones llamadas tradicionales como ejemplo de poder horizontal.)

    BN: Pienso que ahora hay una obligacin de crear cualquier co-sa que sea al mismo tiempo hori-zontal y vertical. Alguna cosa que distribuya el poder por todas las capas de la poblacin. Es una cuestin de lugar. Si alguien en-

    cuentra su propio lugar, en el poder en la sociedad, en la fami-lia, en la colectividad, el poder le ser dado, no tiene necesidad de tomarlo. Actualmente, el poder es dado a una clase a la cual lla-mamos polticos y que, por me-jores que sean sus intenciones, es sobrepasada por los movi-mientos de conocimiento actual. No puede ser omnisciente.

    Cx: Entonces, un poltico en el po-der toma decisiones en nombre de qu competencias? En nombre de la Biologa, de la Cosmologa Cunti-ca, de la Fsica? Cmo puede hablar del ser humano, si no tiene la posibi-lidad de calificar su propio incons-ciente y subconsciente de que est hecho el ser humano?

    BN: Es por todo esto y sin dema-gogia que hablo de un poder dis-tribuido, un poder de participa-cin, cada uno en su lugar. Creo que, en el futuro, las organiza-ciones locales a un nivel es-trictamente poltico, cultural, cientfico, de la organizacin de la vida de todos los das, van a tomar un lugar cada vez ms preponderante, para redistribuir el poder de manera que sea al mismo tiempo saludable para la clase poltica -porque tiene una base- y para la poblacin, que va a ver aplicado verdaderamente lo que desea.

    Cx: Ser de esa forma que se van a redefinir los nuevos valores?

    BN: No s lo que son los nuevos valores antes de procurarlos. No se puede dar una receta antes de reflexionar sobre ella. De ah la modestia y la ambicin de la in-vestigacin transdisciplinaria.

  • LA EMERGENCIA DE UNA INTELIGENCIA PLANETARIA

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    Ella no tiene una receta pronta a consumir para determinada cri-sis, determinado problema de sociedad, industria, economa. No es as como funciona. Es un medio de reflexin de la investi-gacin y al fin de esa investiga-cin se encontrarn las solucio-nes, pero pedir las soluciones an-tes de la reflexin y la investiga-cin, eso sera substituir un tota-litarismo por otro totalitarismo, un poder por otro, una ideologa por otra. La transdisciplinarie-dad no es ni una ideologa, ni una religin, ni una filosofa. Es una actitud. Una actitud de complicidad planetaria.

    TRANSDISCIPLINARIEDAD: EL RECHAZO DE UN DISCURSO

    TOTALITARIO

    (En una de sus muchas comunica-ciones durante el 1er. Congreso Mundial de Transdisciplinariedad, llevado a cabo en Lisboa, del 2 al 6 de noviembre de 1994, Basarab Ni-colescu apunt la adopcin de la Transdisciplinariedad como forma de hacer nacer una metaciencia, a la que llam ciencia de la realidad.)

    Cx: A qu llama metaciencia? Que pretendi decir con ciencia de la realidad?

    BN: La Transdisciplinariedad tiene siempre dos aspectos im-portantes. Hay un aspecto del discurso que debe ser racional. No vale la pena hacer un discur-so irracional, sea para el prop-sito que fuese. Eso no es la trans-disciplinariedad. Por lo tanto, el discurso debe ser fundado en el rigor, en la lgica, tal vez hasta en una nueva lgica, a la de los pares que se excluyen y, en el discurso, puede pensarse en la aparicin de un metadiscurso, que funda una metaciencia, un metadiscurso que atraviesa las diversas disciplinas al nivel del lenguaje. Este es uno de los as-pectos de la transdisciplinarie-dad.

    Cx Podemos preguntarnos, final-mente, qu es el metadiscurso? O si ste no podr transformarse en la ciencia de las ciencias, en la lgica de la lgica, por lo tanto en un discurso globalizante, que ser una nueva forma de espritu totalitario?

    BN: No, porque hay un segundo aspecto esencial en la transdisci-plinariedad que es el respeto por el hombre interior. Es el Hom-bre en todo su misterio, toda su vida interior, todo lo que l es de inconsciente, de subconsciente, de fundamento de su conciencia que no puede ser tocado por na-die a no ser por l mismo. Cada uno de nosotros tiene el secreto de su ser en s mismo. Y no, en tanto hay un cierto rigor en la imposibilidad de tocar el sentido de s mismo sino por s mismo y una imposibilidad de trans-formar, cuando se es riguroso, el discurso transdisciplinario -que digamos es un discurso meta-cientfico, un metadiscurso- en un discurso moralizante, totali-zante y tambin totalitario.

    Cx: Y dnde se encuentra al hombre interior?

    BN: Retomando las palabras de San Pablo y del maestro Eckhart, respetar que el ser interior esta en el mismo plano y en equilibrio el hombre interior y el exterior. Es el hombre exterior quien se halla en la ciudad al nivel de lo colectivo, de la nacin, del plane-ta entero. Pero al mismo tiempo hay otro universo, tan fabuloso como lo fsico, que es el universo interior, que actualmente pasa por una crisis de valores, por una mutacin necesaria de valores y que se ha vuelto negligente. Se habla del Big Bang, de la maravi-lla de las galaxias, del milagro del mundo exterior, pero hay tam-bin un milagro del mundo in-terior que la civilizacin occiden-tal releg completamente.

    Cx: Y esto se relaciona con la "ace-leracin" a la que haca referencia anteriormente?

    BN: La aceleracin de la que habl anteriormente es esen-cialmente de la tecnociencia. Esta exigencia cada vez mayor del mundo exterior, este ritmo cada vez ms infernal en nombre de una eficacia apropiada que hace que el hombre interior se torne en especie de embrin ya muer-to. El desequilibrio del hombre exterior con el hombre interior nace de la decadencia de las na-ciones, cuando el hombre inter-ior es muy fuerte en relacin con el exterior, hay decadencia. Fue por eso que hubo una decaden-cia de las sociedades llamadas tradicionales. Cuando el hombre exterior es demasiado fuerte en relacin al interior hay tambin decadencia. Fue por eso que hubo una cada del imperio so-vitico, que -segn mi opinin- es otro aspecto del problema, porque el hombre exterior fue empujado hasta el lmite de la divinizacin, el hombre fue transformado en Dios.

    Cx: El hombre se convirti en la ni-ca finalidad de este planeta, pero qu hombre?

  • BASARAB NICOLESCU

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    BN: El hombre exterior. El hombre interior fue destruido en la esencia de tal forma que se dio la homogeneizacin. Es el que es semejante, lo que es como lo otro. La igualdad comprendi-da en el sentido imbcil y simpli-ficado. Es por eso que yo rechazo tambin la palabra crisis. Prefie-ro hablar de imitacin y de acele-racin, porque estamos en una poca fabulosa, de una novedad extraordinaria, donde nos en-contramos en la fase de cons-truccin, ya no estamos en la fase de negociacin, de crtica, de po-lmica. Para m, esa poca ya pa-so. Lo que me interesa ahora es la construccin.

    Cx: Cmo lleg a plantearse la ne-cesidad de una metaciencia? Fue a travs de sus investigaciones en el marco de la Fsica cuntica?

    BN: Creo que la autenticidad de la investigacin transdisciplina-ria resulta de una necesidad inte-rior de la propia competencia, de los propios medios de accin. No resulta de un deseo sentimental o espiritual, de orden espiritual o potico. Cuando se llega a un punto en que ya no se compren-de y se pretende comprender, se parte para el espacio donde las personas se puedan encontrar, ya sea que vengan de la Ma-temtica, de la Fsica Cuntica, de la Poesa, de la Pintura, de la Filosofa, o de la Religin. Todos los sistemas seran destruidos o

    se autodestruiran desapare-ciendo unos atrs de otros. Creo que esto sucede porque hubo un proceso en movimiento ascen-dente. Hay un ascenso, no un problema. El ascenso se da cuando hay una evolucin que es, al mismo tiempo, personal y social en equilibrio y creo que vamos a ser confrontados con es-te tipo de problemas en este momento.

    Cx: Muchos de los fsicos cunticos estn por encontrarse con la mstica, con el problema de Dios. Que opina Ud. al respecto?

    BN: Pienso que se es uno de los grandes peligros de los desvos. Cuando se lee que ciertos fsicos cunticos confan en ciertas in-tuiciones del pensamiento budis-ta, pienso que es un gran absur-do. Cuando dicen que el seor tal, astrofsico, cosmofsico o cosmologista cuntico descubri la necesidad de Dios, se es uno de los peores absurdos que exis-ten. Porque el problema de Dios, como -en otro plano- el proble-ma del amor y del sentimiento, escapa a la metodologa cientfi-ca. Pero all s, hay un encuentro.

    Cx: Porqu hay un encuentro?

    BN: Porque hay complementa-riedad, por ejemplo entre la Ciencia y la Tradicin. Yo mismo escrib un libro sobre Jacob Bohme, un gran mstico de la poca de Galileo y del origen cristiano de la ciencia moderna,

    no para negar el valor de la Tra-dicin, lejos de eso. Si bien esto ltimo ha de ser tenido en cuen-ta, yo digo que hay un gran peli-gro de desvo en esta fusin de diferentes campos de conoci-miento en nombre de una espe-cie de objetivo semntico, epis-temolgico, filosfico que no lle-va a nada. Es preciso un gran ri-gor en el dilogo entre la Ciencia y la Tradicin, y un gran respeto mutuo. Hay un miedo funda-mental que remonta a la poca de Galileo. Cuando se intent reprimir la fusin del subcons-ciente, se intent reprimir el pro-blema del encuentro entre la Ciencia y la Religin. El dilogo entre disciplinas y entre la Cien-cia y la Religin debe hacerse en el respeto de lo que es el otro, sa-biendo que la Tradicin y la Re-ligin deben, tal como los cientis-tas, experimentarse de acuerdo a sus propias metodologas. Lo que es importante, es decidir si hay medios que permitan a un f-sico decir cosas que un religioso jams puede demostrar, como los religiosos dicen cosas que un cientista jams tendr posibili-dades de demostrar. Tienen que respetarse. Se trata de un en-cuentro que se hace en otro lu-gar, no en el campo de compe-tencia del cientista o del religio-so, sino ms all, que es precisa-mente el dominio transdiscipli-nario.o

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    TRANSDISCIPLINARIEDAD EN ACTO

    Ral D. Motta En el transcurso del 1 Congreso Internacional de Transdisciplinariedad, realizado entre el 2 y 5 el noviembre de 1994, en el Convento da Arrbida, Portugal, el Prof. Ral D. Motta fue invitado a expo-ner la experiencia que se estaba llevando a cabo en el Cono Sur respecto a la conformacin de una Red Social Informal, dentro del espacio reservado en el Congreso para los proyectos vinculados a la Transdisciplinariedad en Acto. A continuacin transcribimos la ponencia presentada en dicha oca-sin: "Creacin y desarrollo de una red social informal de carcter transdisciplinario para la percep-cin de la mutacin mundial." Agradezco a los organizadores del Congreso por darme la posibilidad de estar con ustedes.

    Mi comunicacin es testimonial, voy a informar sobre la experiencia del desarrollo de una Red Social Informal de carcter transdisciplinaria y transgeneracional autoconvocada para la percep-cin y el entrelazamiento de miradas sobre la mu-tacin global en curso.

    Centramos la mirada y la reflexin en el proceso de retroalimentacin entre la complejidad y la planetarizacin del mundo.

    Esta planetarizacin de la complejidad y esta complejidad de la planetarizacin es vivida y ob-servada por nosotros como la emergencia de un estado de intemperie espiritual y social conectado con una metamorfosis y una explosin de signos.

    Tenemos la sensacin de encontrarnos en un es-tado de inminencia en un contexto turbulento.

    En funcin de esto, nos interrogamos por la cali-dad de la decisin y la accin tanto individual co-mo socioorganizacional, en relacin con la frag-mentacin, despiste, encabalgamiento, aisla-miento, estallido y reconfiguracin de los sistemas de organizacin social. De esta preocupacin sur-gieron los siguientes interrogantes:

    Cmo percibir y modelar escenarios futuros?

    Ser posible una sincronizacin entre la gober-nabilidad global y la local a travs de un bucle vir-tuoso?

    Cmo construir vnculos que permitan recuperar la conexin entre la ciencia, la poltica, la tica, la cultura y la tecnologa, y su necesaria presencia dinmica en los espacios de gobernabilidad, en las empresas y en el estado?

    Cmo alimentar y fortalecer la presencia de la responsabilidad y la vigilia en la accin en un mundo bajo el impacto del tiempo real y del es-pacio informtico virtual y reticulante?

    Dentro de este contexto, creemos que es impres-cindible la actitud transdisciplinaria como una ac-

    titud responsable de la palabra y la accin en un momento singular.

    Al respecto, creemos que no es posible el enrai-zamiento de la actitud transdisciplinaria sin una conversin interior que abra el alma hacia la otre-dad y la diversidad interior y exterior.

    Por otro lado, vemos que la percepcin de los sig-nos mutacionales que encierra el bucle com-plejidad/planetarizacin es determinante para la gobernabilidad de las distintas dimensiones y pla-nos del sistema mundial.

    Sin embargo, existe una ceguera persistente para reconocer el vnculo de la accin y la decisin en el juego de la complejidad de la percepcin de la complejidad.

    Esto se observa en la asimetra existente entre la escala de los problemas y las soluciones que se ofrecen, la mayora de las cuales son indiferentes a la dinmica de la interdependencia compleja existente en el juego global/local/global.

    Todas las actividades de la red en estos diez aos han sido la investigacin, la generacin de espa-cios de reflexin y tambin un programa de di-seminacin de estos interrogantes y sus supuestos en distintos espacios decisionales. El objetivo es buscar la emergencia de la demanda de nuevas ac-titudes para afrontar el desafo, entre ellas la acti-tud transdisciplinaria.

    Este esfuerzo es acompaado por un trabajo de animacin para la generacin de redes sociales que permitan entrelazar a las personas en un con-texto de violenta reconfiguracin de los sistemas y signos de pertenencia.

    El resultado ha sido una creciente demanda que exigi la materializacin de un rostro o mscara. As, con temor, surgi una asociacin no guber-namental dedicada a la reflexin prospectiva den-tro del contexto del bucle complejidad/pla-netarizacin.

  • RAL D. MOTTA

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    La creacin de este espacio permiti que jvenes, profesionales, cientficos, empresarios y educado-res comiencen a autoorganizarse fuera de los es-pacios hiperespecializados.

    As comenzamos a sembrar estas temticas en es-pacios decisionales como por ejemplo:

    1. La Direccin Nacional de Formacin Superior del Instituto Nacional de la Administracin Pbli-ca (INAP) de la Presidencia de la Nacin.

    La experiencia fue muy positiva, y lo prueban cuatro hechos:

    A. La esforzada indiferencia de parte de los po-lticos que tenan cargos pblicos en el estado.

    B. La atencin y demanda de parte de las empresas para crear un espacio de reflexin conjunta frente a los hechos y los desafos existentes.

    C. La creciente conciencia de la imposibilidad de gobernar desde el tabicamiento y la hiperes-pecializacin existente en la administracin p-blica y la ceguera resultante.

    D. La demanda indita del personal superior para crear espacios de encuentros para comenzar a construir un dilogo transdisciplinario entre la di-versidad de profesiones y conocimientos exis-tentes en cada uno de ellos y la experiencia acu-mulada durante su gestin.

    2. La posibilidad de desarrollar un programa de reflexin sobre la crisis de gobernabilidad en el contexto de la creacin de los Cascos Blancos de las Naciones Unidas en relacin con las acti-vidades de la Gendarmera Nacional Argentina.

    3. La creacin de una red de organismos no gu-bernamentales para el seguimiento del impacto del Cambio Climtico Global, como una proble-mtica natural a la actitud transdisciplinaria y de participacin social.

    En todos los casos y actividades se percibe la re-lacin entre la creciente complejidad y la sensa-cin de inminencia que se muestra tanto en las crisis estructurales como en la emergencia de es-pacios de lucidez.

    Existe una creciente demanda por la construccin de una potica del mundo emergente. Por ello, creo que la transdisciplinariedad fortalecida por la dinmica de redes horizontales y abiertas es uno de los caminos para construir puentes (el lugar de Hermes) entre las disciplinas y las visiones del mundo.

    Para ello creo necesario dos cosas:

    1. Comprender que el mundo se gasta (como dice la sabidura precolombina) y hay que inventarlo todos los das.

    2. Asumir el mensaje de esta frase que quiero compartir con todos ustedes, escrita por Juan de Mairena, un personaje apcrifo, un heternimo de Antonio Machado.

    "Vivimos en un mundo esencialmente ap-crifo, en un cosmos o poema de nuestro pensar, ordenado o construido todo l so-bre supuestos indemostrables, postulados de nuestra razn, que llaman principios de la lgica, los cuales, reducidos al principio de identidad que los resume y resume a todos, constituyen un solo y magnfico su-puesto: el que afirma todas las cosas, por el mero hecho de ser pensadas, permane-cen inmutables, ancladas, por decirlo as, en el ro de Herclito. Lo apcrifo de nues-tro mundo se prueba por la existencia de la lgica, por la necesidad de poner el pensamiento de acuerdo consigo mismo, de forzarlo, en cierto modo, a que slo vea lo supuesto o puesto por l, con exclusin de todo lo dems. Y el hecho -digmoslo de pasada- de que nuestro mundo est to-do l cimentado sobre un supuesto que pu-diera ser falso, es algo terrible, o conso-lador. Segn se mire. Pero de esto hablare-mos otro da."o

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    SUPUESTOS

    Alejandro Ruiz Balza

    Por supuesto nacer es un salto mortal

    Nos estamos muriendo... y mal Por supuesto respiramos por prejuicio

    Creemos en la vida til

    Por supuesto existir es un plagio

    Duramos el tiempo de nuestras creencias

    Por supuesto el tiempo es una ilusin

    (ya Don Antonio deca que hoy es siempre todava)

    Por supuesto No somos amigos

    parientes amantes

    Y somos cmplices De una conspiracin contra nosotros mismos

  • 16 - Cx

    CONVERSACIN CON SAMUEL HUNTINGTON

    Vittorio Orsi Terminar su ltimo libro, Colisin entre civilizaciones, le est llevando al profesor Samuel Hun-tington ms tiempo del previsto. El complicado mosaico de la realidad mundial se modifica, coli-siona y cruje a tal velocidad que hace difcil la decisin del punto final. Sin embargo, junto a su es-posa Nancy (quien ha colaborado con el gobierno sudafricano en la formacin profesional de fun-cionarios gubernamentales) desafiaron el fro invierno de Harvard para encontrarse con nosotros en el italiansimo restaurante Giannino. EL DOBLE DISCURSO

    Vittorio Orsi: Un nmero cada vez mayor de personas perciben que los Estados Unidos, como nacin, ya no se consideran "custodios de la demo-cracia en el mundo, y no actan como tales...

    Samuel Huntington: La libertad y la democracia, fuera de los Es-tados Unidos, estn ntimamente ligadas a la fuerza que el "poder" de ese pas ejerce en los asuntos internacionales. Histricamente, los Americanos han credo en la "validez univer-sal de sus valores". An con con-tradicciones, internas y externas, se puede afirmar que donde Es-tados Unidos actu, lo hizo en favor de esos ideales y no en su contra. Esto hizo "confiable" la poltica exterior norteamericana y tuvo sin duda el mximo logro cuando despus de la segunda guerra mundial indujeron a Alemania y Japn (tambin a Ita-lia y Austria) a adoptar las insti-tuciones democrticas. Han habido gobiernos America-nos (como el de Kennedy y Car-ter) que tuvieron un especial respaldo para su poltica exterior porque lograron "inspirar" a la ciudadana: la validez para Esta-dos Unidos y el mundo de los ob-jetivos por los cuales "convena" custodiar la democracia. La doble exigencia de la comu-nidad americana que desea el "mnimo de gobierno" interna-mente y el "mximo del poder" de su autoridad externa, ha lle-vado en el tiempo a creciente in-certidumbres de cundo y cmo era conveniente para los Estados Unidos intervenir.

    VO: Pero el mundo se decepciona cuando Estados Unidos no cumple su rol, como en el caso de la ex-Yugoslavia, independientemente de la conveniencia de que intervenga en el conflicto, o no.

    SH: Amrica sigue siendo vista por el mundo como una nacin "diferente", identificada en la causa por la democracia. La gen-te comprende por ejemplo que Francia persiga sus intereses na-cionales, econmicos, militares y polticos, sin contemplaciones ideolgicas o de valores. Nada de eso se acepta de los Estados Uni-dos. La brecha entre las prcticas de las instituciones y los ideales americanos se agranda o achica segn el momento histrico. Hoy la tolerancia hacia esa brecha, cuando interrelacionamos con el mundo, es grande. Los derechos individuales, la in-dependencia de los poderes, la alternancia en el poder... son ob-jeto de un doble discurso que no deja de asombrarme sobre todo en los medios de prensa que re-piten "no hagamos un doble dis-curso para nuestro pas y otro para los dems", pero luego lo hacen. Esta administracin, que aplica un especie de frmula de "universalidad elemental" para el mundo, ha magnificado esta si-tuacin. Tratando por ejemplo con los pases musulmanes, ve-mos hasta qu punto eso no fun-ciona. Argelia es el caso ms evi-dente. Por un lado promocio-namos la democracia y por otro estamos muy asustados de qu va a pasar con ella all.

    CASABLANCA

    VO: Acabo de estar en Marruecos y he asistido a la conferencia que ha llevado a la declaracin de Casa-blanca. Pareciera que el reclamo por el progreso econmico de las comuni-dades de Norfrica obliga a sus go-biernos a un "voluntarismo democr-tico", aun cuando sus regmenes es-tn en las antpodas de esa propues-ta. Cree Ud. que las "elites" en el poder desarrollarn un proceso de democratizacin y liberalizacin eco-nmica para responder a las deman-das de la comunidad?

    SH: Mi respuesta es, no. Sin du-da, en el caso de Israel, el reco-nocimiento de la agresividad de sus vecinos, su nmero y la cer-teza de que otra "Guerra del Gol-fo" es imposible, le ha hecho re-plantear diametralmente su pol-tica. Saben que no se lograr una relacin perfecta y feliz, pero es-tn decididos a hacerla soporta-ble.

    VO: Creo que unir bajo un propsito y conductas comunes a todos los ra-bes es una misin casi imposible. Veo a los pases rabes moverse ms bien desordenadamente dentro de un escenario de posibles confrontacio-nes. Turqua e Irak, guerreros he-rederos de la "tradicin otomana", movindose hacia el Este podrn en-contrar aceptacin en las repblicas turcas del "commonwealth ruso": de Norfrica a Turqua y de all hasta Paquistn, un largo y diverso arco de repblicas islmicas. Cmo ve usted una alianza alemana-turca en el movimiento "hacia el este" en la perspectiva de un nuevo eje Mosc-Berln?

    SH: Creo que Irak se considera heredera del Imperio Otomano y que cuando se construy su in-

  • CONVERSACIN CON SAMUEL HUNTINGTON

    Cx - 17

    dustria blica, incluyendo la atmica, lo hizo sin duda para afirmar el poder del Islam. Pero lo veo ahora dividido interna-mente y pequeo en compara-cin por ejemplo con Irn. Ms bien veo a este pas as como a Turqua y Pakistn cumpliendo un rol decisivo en el encolum-namiento de las fuerzas islmi-cas. El desarrollo atmico de Pa-quistn es una gran preocupa-cin, no slo para la India.

    INDIA

    VO: Sin duda el hinduismo sufre el desafo de los fundamentalistas isl-micos. Esto se hizo evidente desde la revolucin iran y la islamizacin del general Za en Paquistn. Pero veo a India jugar un papel importante y bien diferenciado en el futuro de la regin. Cmo visualiza Ud. su de-sarrollo poltico-econmico y sus re-laciones con China, Japn y las naciones del Pacific Rim y de la re-gin del Mekong?

    SH: La preocupacin mayor de la India es su rivalidad con Chi-na. ste ser el tema central en el futuro de la regin. Cuando es-cuchamos sobre el salvajismo chino en Burma y sus asen-tamientos al sur de ese pas, comprendo su aprensin. Por otro lado, otros pases del sudes-te asitico como Singapur, hacen grandes inversiones en India y el intercambio regional crece.

    VO: En mi percepcin la India re-presenta, en el largo trmino, el me-jor aliado y la mejor oportunidad de "hibridacin" para la cultura occi-dental. La "sntesis" posible entre las tres culturas que subyacen en la In-dia, la propia, la del Islam y la occi-dental con su aporte de valores, po-dr contribuir en el tiempo, a hacer de la India un poder de equilibrio en la regin.

    SH: No creo posible ninguna convergencia entre la cultura is-lmica y la hind. En cuanto a la cultura occidental, su penetra-cin es relativa. Un colega mo, experto en la regin, acaba de terminar un libro sobre la histo-

    ria militar en India. Remon-tndose a dos mil aos atrs, has-ta hoy, se preguntaba porqu la cultura hind no fue capaz de producir ejrcitos efectivos. En parte se explica por el sistema de castas. Durante la ocupacin bri-tnica, los ingleses organizaron su propio ejrcito sin ninguna in-tervencin de los militares hin-des ni interrelacin con la so-ciedad. Posteriormente, todos los aspectos sociales y militares fue-ron "indianizados". Algunos de los artculos que pu-bliqu, anticipando mi prximo libro La colisin de las civilizacio-nes, fueron criticados por mi in-terpretacin del tema de la transculturacin entre India y Occidente y las estadsticas que aport como referencia. En este siglo, el ingls (como lo fue el francs en el siglo pasado) es el idioma de intercambio entre pases y culturas diferentes, so-bre todo para negociar. Pero el ingls no es el idioma ms habla-do del mundo. En realidad, l-timamente, su penetracin ha disminuido. En el caso de India, en los ltimos cuarenta aos, el 3 % de la poblacin que habla in-gls no ha aumentado. A veces las estadsticas nos sorprenden. Hay interrelaciones culturales entre minoras muy pequeas, que no afectan al 90 % de la po-blacin. Con el actual ndice de-mogrfico, la India, en el ao 2000, pasar a ser el pas ms poblado del mundo.

    VO: Yo me refera sobre todo a la transferencia de "valores" de Occi-dente, como ser: la nocin del indivi-duo, el respeto a la ley y los acuerdos, que sin duda afectan los negocios, pero tambin la convivencia. La In-dia por el inters en su propio destino no puede sino acrecentar su relacin con nosotros.

    SH: Sin duda. Justamente acabo de regresar de una reunin anual en Beijing donde se anali-zaron las condiciones y oportu-nidades de negocio en la regin del "Pacific Rim". Evaluando los mercados de India y China, la

    conclusin a la que se lleg es que los chinos no respetan los contratos. Todo lo convenido en el momento de firmar, si unos meses despus deja de ser consi-derado de su inters, lo invalidan con la mayor arbitrariedad. Los hindes, por influencia del lega-do britnico, no slo respetan si-no que entienden los acuerdos en trminos occidentales.

    ALEMANIA Y RUSIA

    VO: Volviendo a Rusia. Mi percep-cin es que el "axis Alemania-Rusia" es un escenario probable. La dimen-sin de mercado ruso y la magia del Este constituyen una atraccin fuerte para los intereses de las comunidades germanas y tambin de aquellas que se aglutinan alrededor de Alemania: Polonia, checos y eslovacos, Hun-gra, Austria, Eslovenia. Los alema-nes en Rusia han integrado por si-glos la burocracia rusa. El creci-miento de China y del Sudeste Asiti-co, los vnculos de integracin regio-nal en el continente americano, in-ducirn el acercamiento entre estos dos polos.

    SH: Y porqu no lo inverso. Ver-los como rivales. Alemania tiene su zona de influencia y Rusia el suyo. Yo veo que los sentimien-tos de los pases vecinos a ambos son, por lo menos, ambivalentes. Estuve en Polonia en 1990 en una entrevista de dos horas con el presidente Jaruslewsky. l es-taba "consternado" por la posible "amenaza alemana". Kohl haba hecho esas declaraciones estpi-das y ambiguas sobre Alemania y los lmites con sus vecinos. Dar-hendorf, quien me acompaaba, le dijo "pero seor presidente, Alemania ya no es la misma... ha cambiado". Jaruslewski tena re-cuerdos imborrables de los ale-manes y tambin de los rusos.

    VO: Para m, los intereses comunes frente a los otros tendern a prevale-cer. Alemania, el buen socio tecno-lgico, buscar asociarse con el buen socio nuclear, Rusia, para realizar y afirmar el poder en la regin eura-sitica. Difcil imaginar los roles de Francia e Inglaterra en este proceso.

  • VITTORIO ORSI

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    En este momento, todos aparecen dis-puestos a asociarse con todos, inde-pendientemente de sus ideas y con-ducta. La gente de "Microsoft" hace arreglos con China que no aceptara en ningn otro lugar del mundo. A China se le vende desde sistemas elc-tricos hasta telefona celular. Estuve en Beijing y Shanghai con la gente de Siemens y Brown Boveri, que tie-nen all una presencia importante. Ellos tratan de venderles lo ms que pueden a los chinos, manteniendo la ganancia en dlares y monitoreando los lmites de su inversin real en China, para no ser sorprendidos por un cambio en las reglas del juego.

    SH: Tengo en Inglaterra un amigo periodista especializado en la regin. El considera que China est aflojndose pero que, a pesar de las disidencias entre las provincias y entre los mismos sucesores polticos, no se que-brar. Las provincias tendrn cada vez mayor poder y autono-ma y el gobierno de Beijing lo aceptar para no daar la uni-dad del sistema. Como dije en una reciente entrevista, creo que China va a buscar siempre una mayor presencia. Por dos mil aos, China fue el poder domi-nante en el este asitico (hasta 1850), luego fue subordinada por el Oeste y por Japn. Los chinos se sienten humillados. Por lo cual, quieren reconquistar lo que consideran su posicin natu-ral en el mundo. Esto tendr consecuencias desestabilizadores en el largo tiempo. Pero China es an bsicamente una sociedad rural. Si contina desarrollndo-se econmicamente, en algn punto obrarn las fuerzas mode-radoras. Afortunadamente, no slo moderarn el comporta-miento externo de China, sino que creo conducirn a un mayor pluralismo. Sin embargo, la pro-pensin de China a excederse suceder primero. Ciertamente, una de las caractersticas domi-nantes posteriores a la guerra fra es la bsqueda de "identi-dad": sucede en todas partes. En China, se ve la bsqueda tambin

    de la religin. El nuevo inters por la cristiandad es una expre-sin de eso. Pero lo predominan-te en esa bsqueda ser el nacio-nalismo chino, que los llevar fi-nalmente a ser esa fuerza deses-tabilizadora a la que me refera antes.

    VO: S, pero antes deben ponerse de acuerdo internamente. Cuando las posiciones se fortalezcan, alguien tomar las riendas. El poder en Chi-na es vertical. Sobre un mil doscien-tos millones de habitantes, tienen una "elite" de cuarenta y ocho millones de inscriptos en el partido que ocupan y actan con su organizacin vertical en todas las esferas del poder.

    SH: Le cuento que Segal, mi amigo ingls, no pudo asistir a la reunin de Beijing donde era orador, porque los chinos no le dieron la visa. La censura fun-ciona a la perfeccin. Yo inici el Foro al que asistieron los jerarcas gubernamentales y principales hombres de negocios chinos di-ciendo "l no est aqu, gracias a ustedes".

    VO: Ser interesante observar tam-bin lo que suceder en Corea. En las dos Coreas probablemente inte-gradas, ser difcil que sea manteni-da la influencia norteamericana. Con el tiempo, la nueva Corea tende-r a alinearse con China, su vecino natural.

    SH: Por eso lo importante es se-guir manteniendo lazos estre-chos.

    VO: S, pero lo decisivo ser la acti-tud de Japn y que relacin de fuerza tendr con China.

    SH: China ser la fuerza domi-nante del Sudeste Asitico, como lo fue en el pasado durante si-glos, hasta mediados del siglo XIX. Habitualmente, en Europa hubo siempre tres o cuatro po-deres dominantes que se balan-ceaban unos a otros. China do-minar las economas de toda la regin.

    VO: Es probable que en el tiempo, aun cuando Japn intente mantener

    una alto grado de autonoma, China no lo permita.

    BRASIL Y EL MERCOSUR

    SH: Me gustara que me cuente un poco sobre la situacin del Brasil. Parece que las ltimas elecciones crearon all una situa-cin muy interesante.

    VO: La eleccin del presidente Car-doso y su equipo de gobierno, gente calificada, honesta y abierta al mun-do, me hace ser optimista respecto al Brasil. Este pas es sin duda la fuer-za centrpeta del Cono Sur. Cardoso, Frei y Caldera, representan una l-nea poltica reformista en Latino-amrica: posicin distinta con res-pecto a los otros pases del subconti-nente. SH: Sigo con atencin los cam-bios en la regin: la democratiza-cin de los aos 80, las reformas econmicas y la apertura de las economas que llev a la integra-cin en el "Mercosur", que avan-za rpidamente.

    VO: S. Afirmando la importancia de la geografa, es probable que Bra-sil importe este ao 1995, de su veci-na Argentina, ms que desde los Es-tados Unidos. Gran parte del xito del subcontinente depende principal-mente de la habilidad de Brasil y Chile, en su relacin con Estados Unidos y con los otros pases del sub-continente, especialmente Argentina despus de la crisis de Mxico. Es ne-cesario establecer una red de protec-cin y una mayor decisin para la convergencia poltica y econmica entre los pases del Cono Sur. No se-r fcil.

    SH: El otro da le que Cardoso es el primer presidente brasileo que domina el espaol. El idioma es el primer paso de la integra-cin... Adems, fue un reformis-ta de izquierda, por lo tanto debe tener buen entendimiento sobre el tema de la pobreza que es muy grande en Brasil.

    SUDFRICA

    Nancy Huntington: Me parece un caso semejante al de Joe Slo-

  • CONVERSACIN CON SAMUEL HUNTINGTON

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    vo, en Sudfrica. Un intelectual que viene de la izquierda, ya en el poder, se convierte en la fuer-za moderadora que posibilita la transformacin. Este lder negro fue quien consigui la transicin de cinco aos hasta la democrati-zacin plena de Sudfrica. Su muerte fue llorada por los blan-cos, quienes hicieron en el fune-ral una apologa impensable, hasta hace muy poco tiempo. Vi-vimos sin duda grandes cambios.

    SH: Mandela ha sido muy inteli-gente al mantener un cierto fre-no en las reformas, que en ver-dad casi no han empezado. Pero contuvo as la violencia y la gente se mantiene optimista. Su tran-quilidad y gradualismo gan la confianza de la poblacin que camina con los dedos cruzados esperando que la salud lo acom-pae por los prximos cinco aos. Todo es an frgil y preca-rio en Sudfrica.

    VO: Hoy tienen la ventaja de que sus materias primas como el oro, los di-amantes, el carbn, se cotizan en alza en los mercados.

    NH: S, pero los sudafricanos se sienten humillados de que estos "valores" los representen. Ellos quieren ser una potencia de "alta tecnologa".

    VO: Su situacin en frica es, sin embargo, excepcional. Tienen como principal capital una "elite" de seis millones de blancos, personas muy preparadas: un contraste con el resto del continente para quienes pueden ser el "modelo de cambio".

    NH: Por el momento, todo exce-so est moderado. Buthelezi ha hecho el ridculo de s mismo, se ha suicidado polticamente. No s si vieron por televisin un in-cidente que protagoniz y trans-cendi al mundo. Estaba graban-do en un estudio de TV, cuando se enter en el "set" de al lado un opositor analizaba crticamente su posicin. l y su guardia inva-dieron el estudio vecino a los golpes. Todo fue al aire y But-helezi muri polticamente.

    Mandela lo oblig a pedir dis-culpas pblicas. Como l, mu-chos en Sudfrica todava consi-deran que una persona de opi-nin diferente no es un opositor, sino un enemigo y se creen con derecho a destruirlo.

    VO: Recuerdo que en nuestro en-cuentro del ao pasado, usted estaba preocupada por la formacin de una izquierda violenta en la juventud su-dafricana.

    NH: Hay dos generaciones for-madas por las izquierdas. Hoy la protesta y los actos de violencia en colegios y universidades con-tinan, pero hay como un pacto entre todos para que no tras-ciendan. Dan una oportunidad a la democracia no propagan-deando la violencia.

    "CLASH OF CIVILIZATIONS"

    VO: Para despedirnos, qu ruidos de "colisin entre civilizaciones" es-cucha usted avecinarse?

    SH: Bueno, hay ruidos de coli-siones de diversos tipos. El que se oye en los Balcanes contra los musulmanes... los sangrantes bordes del mundo islmico, los del Asia Central... percibo que el conflicto en Tbet con China se agravar en el futuro y sin duda la competencia econmica en el Sudeste Asitico tambin. China, Japn, la probablemente unifi-cada Corea. Quizs una de las preguntas ms interesantes de hoy es: hasta qu punto habr unidad de intereses entre China y Japn para cooperar u oponer-se a Occidente? Seguramente se aliarn por el tema de los dere-chos humanos, pero creo que su alianza ser limitada. No veo un axis China-Japn.

    VO: Sin embargo, la geografa sigue importante. Los chinos fuera de Chi-na se interrelacin naturalmente con Indonesia y los pases del Mekong.

    SH: S, pero tienen tambin memora comn de imperdona-bles agresiones. Mientras haya memoria de violencias y arbitrios de coreanos hacia chinos, de ja-poneses hacia chinos, de chinos hacia tibetanos, la armona no ser posible. Por eso China est haciendo en Tbet lo que Rusia hizo en Lituania y Estonia. Con la "limpieza tnica" pronto los ti-betanos sern minora en Tbet y quizs venga el olvido.

    NH: Por suerte yo ya no estar por aqu.

    Ewa D. Orsi: Yo cuando estuve en la regin me repeta constan-temente, gracias a Dios que soy occidental!

    VO: Por eso mi esperanza sobre la India. Ellos pueden ser la "ltima frontera".o

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    IGNORANCIA Y ENTROPA

    Alberto Ford Hurtado

    El trabajo propone una revalorizacin de la ignorancia basada en un concepto definido de entropa. A la ignorancia se la asocia con incertidumbre, es decir, la parte de los procesos en general, y cogni-tivos en particular, de menor valor agregado. Se sugiere la nocin de "infoignorancia" como la in-formacin que porta la ignorancia capaz de jugar un rol autoorganizante en la dialgica "ignoran-cia/saber". Se formula la tesis de que en la base de los procesos de intercambio desiguales las igno-rancias/incertidumbres se pagan a precio vil y se venden a precio de oro luego de ser transformadas en certezas/saberes.

    El presente trabajo propone una revalorizacin de la ignorancia desde el punto de vista de la entro-pa. Ambas nociones son utilizadas aqu segn significados que no necesariamente coinciden con la idea que habitualmente se tiene de ellas.

    Ignorancia viene del latn "ignorare" que denota falta general de instruccin, ausencia de conoci-miento de un objeto determinado, definicin que revela su condicin de dependencia sumisa en re-lacin al masculino saber.

    Empero, el saber y la ignorancia no siempre fue-ron relacionados de la misma manera. El pensa-miento mecanicista los present como opuestos excluyentes: o se era sabio o ignorante; la dialcti-ca tambin los enfrent, pero en forma comple-mentaria: el saber "negaba" a la ignorancia. La vi-sin sistmica, los une y contextualiza: ve lo que contiene la copa (saber), lo que falta llenar (igno-rancia), pero tambin ve la copa, con lo que tiene y le falta. Los aportes estructuralistas introducen las visuales de la diacrona (pelcula) y sincrona (foto) para evidenciar la evolucin tmporo-espacial del vnculo.

    Entropa viene del griego en (energa) y trepein (volver, dar vuelta). Fue introducido en la fsica en 1850 por Clausius al formular el Segundo principio de la termodinmica. Siempre se prest a equvocos y hasta se le atribuyen ciertas conno-taciones "misteriosas".1 Existe una creencia gene-ralizada que asocia entropa con desorden: estado al que se llegara cuando la evolucin de un siste-ma fsico-qumico alcanza el equilibrio, por ejem-plo, en la muerte; en ese punto la entropa alcan-za su mximo valor. Sin embargo, el estudio de sistemas biolgicos2 ha demostrado lo contrario. Es ms probable encontrar formas complejas de creciente organizacin3 a medida que avanzan los procesos vitales. Aqu se utiliza la entropa referida a la materia-lizacin de las opciones puestas en juego en el re-

    corrido de un proceso determinado. De dos ma-neras: una esttica (la cantidad de opciones reali-zadas de las que dispona cuando se considera que dicho proceso se pone en marcha), y otra dinmi-ca (la velocidad con que esas opciones se van reali-zando).

    Consideremos una vida como proceso: un beb dispone de ms opciones que un moribundo al que slo espera el fin de su existencia. Desde nuestro enfoque, el primero muestra un nivel ms bajo de entropa que el segundo cuya entropa es-t por alcanzar el mximo nivel. Es la funcin de la entropa que hemos llamado esttica o sincrni-ca, porque obra de variable de estado al eviden-ciar su situacin en un momento dado.

    El otro caso -que podemos denominar funcin diacrnica al considerar la entropa como variable de cambio4- tiene que ver con la velocidad de rea-lizacin de esas opciones. Una persona de vida sa-na y creativa va realizando las opciones que dis-pone al nacer (y aprovechando las que presentan las circunstancias), en forma paulatina y ordena-da; la velocidad de su crecimiento entrpico es menor que la de quien hace lo contrario; la vida "disipada" quema su patrimonio en poco tiempo y acelera el acceso a la situacin de equilibrio final.

    Se puede verificar que la entropa no necesaria-mente implica avance al desorden. La mente de la persona que estamos considerando -ahorrativa o dispendiosa- ejercita un aprendizaje que conlleva un grado de organizacin creciente; asimismo lo hace su aparato digestivo, el que se perfecciona para ingerir una dieta ms variada en compara-cin a la leche materna.

    El aumento de la complejidad organizativa pre-supone elecciones permanentes que van sorteando encrucijadas en el camino y, en consecuencia, una disminucin de la cantidad de alternativas de las que se dispona al principio. Es decir, el orden

  • IGNORANCIA Y ENTROPA

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    progresivo tambin ocurre a costa del aumento de la entropa.

    Ahora podemos aproximarnos a una interpreta-cin de la nocin de entropa:

    Una funcin (atributo, cantidad, propiedad, mag-nitud, variable, parmetro, caracterstica, cua-lidad) siempre positiva, que da cuenta de la evolu-cin de las opciones de cualquier proceso, tanto en lo referido a la cantidad de ellas disponibles en un momento dado como a su velocidad de realiza-cin.5

    EL CRCULO COGNITIVO La informacin que porta el saber puede situarse siguiendo un camino recursivo, es decir, el final de cada ciclo reencuentra su origen en un estadio superior: una suerte de espiral ascendente. Ese comportamiento puede asimilarse al ciclo produc-tivo del cereal.

    A las labores culturales (sensibilizacin), le conti-nan la siembra (difusin) y cuidados (controles) adecuados para garantizar su crecimiento (am-plificacin). La cosecha (recopilacin) ser alma-cenada (memoria) para ser luego, una parte moli-da (procesamiento), y el resto utilizada para volver a sembrar (retroalimentacin).

    Si representamos el proceso en el plano a lo largo de una espira desplegada, obtenemos una secuen-cia de lo que pasa desde la siembra hasta la cose-cha.

    Esa evolucin en sus primeras etapas muestran una mayor incertidumbre. Si bien existe la de-terminacin de que la semilla sea planta, las con-diciones que ir encontrando en su crecimiento le imprimirn caractersticas distintivas. Por el con-trario, se evidenciar la certeza de la desaparicin del grano, ya sea destinado a alimento o repro-duccin, en las postrimeras del recorrido. En ese punto se abre un nuevo ciclo.

    De igual modo, un conocimiento bsico puede ser utilizado de diversas maneras en su recorrido y permitir lograr ms de un producto. Por ejemplo, la primigeneidad cientfica puede dar lugar a dis-tintos desarrollos con otros tantos resultados. El saber bsico puede ser considerado as una suerte de "ignorancia tecnolgica".

    En cambio, los saberes tienen menos opciones: son condicionados por sus ineludibles certezas, y utilizados segn su funcionalidad, es decir, la uti-lidad prctica de la informacin que portan.

    EL VALOR DE LA IGNORANCIA

    Si un experto hace una consulta a una red de da-tos puede o no satisfacer su curiosidad, es la con-tingencia considerada normal en estos casos y na-die espera de los bancos de datos otro servicio que no sea el indicado. Sin embargo, la expresin de esa ignorancia pone en movimiento algo ms que una simple respuesta.

    El requerimiento, por ejemplo, puede inspirar a un investigador que est del lado de la red que da las respuestas e inducirlo a una determinada lnea de estudios. Este "servicio" normalmente no es considerado.

    Ignorancia, como hemos visto, puede ser asimi-lada a incertidumbre, y constituye aquella parte de los procesos que tiene menor valor agregado, ms virginidad. Sin embargo, la informacin que porta la ignorancia (infoignorancia?) es lo que le confiere significado, y orienta en gran medida las fases ulteriores de su utilizacin. Adopta as una innegable funcin reconfigurante.

    Las relaciones centro/periferia6 se apoyan en el in-tercambio desigual de "cosas" segn su contenido entrpico. La lista de ejemplos7 es interminable si se lo mira desde esta ptica y pueden dar lugar al siguiente enunciado: La ignorancia/incertidumbre se paga a precio vil y luego, procesada y trans-formada en certezas/saberes, se vende a precio oro.

  • ALBERTO FORD HURTADO

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    Huelga sealar para finalizar nuestro trabajo que no nos mueve ninguna intencin valorativa en re-lacin a las incertidumbres y saberes (ignorancias y certezas), y mucho menos de reformular la teo-ra de la dependencia sobre nuevas bases; a lo sumo puede traslucir algn afn vindicatorio para quien fuera considerada a lo largo de la historia la cara oculta de la luna.o

    1 Max Planck, creador de la teora cuntica, se refiere a la entropa como "nocin bsica de la termodinmica y sin embargo de apariencia misteriosa incluso en la actualidad". (Max Planck, Autobiografa cientfica, Ed. Leviatn, p.11/12). 2 Ver "Thermodynamics of evolution", Ilya Prigogine, Gregoire Nicolis and Agnes Babloyantz, Physics today, November 1972, vol. 25, nro. 11, p.23/28. 3 Orden y organizacin se usan en forma indistinta, aunque no significan exactamente lo mismo. Para Ed-gar Morin "el orden de un sistema est constituido por la organizacin que dispone en un todo los ele-mentos heterogneos" (E. M., El Mtodo, T.I., Edicio-nes Ctedra, Madrid, 1981, p.52). Este mismo autor puede ser consultado en referencia a la relacin trini-taria: "orden-desorden-organizacin" que vincula en bucle estas tres nociones: "el orden, el desorden y la potencialidad organizadora deben pensarse en conjun-to, a la vez en sus caracteres antagonistas bien conoci-dos y sus caracteres complementarios desconocidos". (E. Morin, id. p.69), lo que muestra que entre el or-den y el desorden no hay un camino de ida ni de vuelta, sino una constante interaccin en tiempo real que hace avanzar el proceso hacia formas de comple-jidad creciente. De igual manera, adelantndonos, se podra hablar de un rol autoorganizante de la igno-rancia con respecto al saber. 4 Variable de cambio no significa necesariamente que la entropa pueda ser transmitida de un punto a otro. Lo que una ecuacin adecuada podr describir es la variacin de la funcin entrpica a lo largo de un re-corrido. Un ejemplo ligado a la informacin puede ilustrarnos: un tablero electrnico de aeropuerto: el mensaje se "mueve" a lo largo del tablero, no as las chapitas que van conformando el mensaje, cada una de ellas "informada" sobre si tiene que exponerse del lado blanco o negro. Cada punto tiene una informa-cin determinada y acta segn ella. 5 Una definicin convencional dice "funcin termodi-nmica que es una medida de la parte de la energa contenida en un sistema no convertible en trabajo porque ya fue usada para ello" y se formula E=U-TS donde E es la energa libre, es decir, la energa que resta susceptible de ser transformada en trabajo, U es la energa interna: una medida del potencial inicial del sistema para realizar trabajo, T la temperatura y S la entropa, siendo el trmino TS una medida de la energa que ya ha sido transformada en trabajo y que no puede ser nuevamente utilizada. Otra definicin dice: "nmero de estados multiformes que un sistema puede adquirir en condiciones dadas" (Max Planck, Adnde va la ciencia?, Ed. Losada, Buenos Aires, 1941, p.208/9).

    Desde la definicin adoptada, la fatal irreversibilidad de los procesos hace que la entropa siempre sea posi-tiva. A veces se utiliza el trmino "neguentropa" o en-tropa negativa como equivalente a "informacin". El trmino "neguentropa" fue introducido por Boltz-mann ya en el siglo pasado no de una forma total-mente justificada lo que no invalida la genial vincula-cin hecha despus entre la entropa y la informacin. 6 Cuando hablamos de centro no lo hacemos pensan-do en lo territorial. Siguiendo a Ral D. Motta, visua-lizamos "no un centro generador de flujos, sino un flujo generador de centros", es decir, una concepcin ms abarcativa y afn a las interdependencias dinmi-cas en curso. (Cfr. Motta, Ral D.: "El cambio global en la Agenda Internacional: entre lo global y lo frag-mentario. La responsabilidad mundial en la toma de decisiones local", Program