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Miguel Delibes y e CASTILLA HABLA La obra literaria de Miguel Delibes puede contribuir de forma significativa al conocimiento de la realidad agraria de la meseta cas- tellana. Los temas de sus libros y el lenguaje que en ellos utiliza tienen una clara referencia rural y agraria a la vez, que reflejan cos- tumbres y prácticas que son pura esencia de la vida en el campo. Como ejemplo, recogemos aquí, de su libro « Castilla habla», de la colección Ancora y Delfín de Ediciones Destino, el capítulo titu- lado «El dehesón del Encinar», precedido de la propia introducción que el autor hace del libro. Para entendernos Las voces aparentemente elementales de un pastor, un caracolero, unos modestos labradores, un molinero, un capador, un piñero, etc., aparte su riqueza de expresión, que he procurado conservar intacta, apuntan con frecuen- cia sabiamente a los ancestrales pro- blemas de Castilla y León: sequía, pobreza del suelo, individualismo, des- población, envejecimiento, contamina- ción, abandono oficial, desconfianza... La menesterosidad, en suma, de una región que en el pasado alumbró mun- dos y que hoy se nos muestra acha- cosa, mal comunicada, pagana de un incipiente desarrollo, siquiera la incom- prensión periférica haya venido consi- derándola en el último medio siglo, como expresión del centralismo español. Por supuesto este libro no es una novela, pero tampoco un estudio cientí- fico, apoyado en datos y estadísticas, sino algo a mi juicio más elocuente: un libro vivo donde la realidad castellana nos es expuesta por sus propios prota- gonistas, los más humildes vecinos de nuestros pueblos y aldeas. Esto no quiere decir que la lectura de estas páginas constituya un simple pasatiempo sino que de los monólogos de estos supervivientes de un éxodo aún incon- cluso, pueden sacarse provechosas ense- ñanzas, primer paso para plantearnos con sinceridad y conocimiento de causa el futuro de esta región a raíz de la incorporación de España a Europa. M. D. Nació en Valladolid en 1920. Cursó las carreras de Derecho y Comercio y más tarde ejerció como catedráti- co de Derecho Mercantil y periodis- ta. Extraordinario novelista, se dio a conocer con La sombra del ciprés es alargada. Premio Nadal 1947. Otros premios en su haber son el Nacional de Literatura (1955). el Fastenrath (1957), el de la Crítica (1962). el Príncipe de Asturias de las Letras (1982) y el de las Le iras de Castilla y León (1985). En 1973 fue elegido miembro de la Real Aca- demia de la Lengua. De la colección Ancora y Delfín, tomo 598, de Ediciones Destino. Introducción y páginas 156 a 162. EL DEHESON DEL ENCINAR Del otro lado de Gredos, trepando por los puertos de La Menga y El Pico, deslizándose, luego, por el tobogán de Villarejo hasta Arenas de San Pedro, entre Candeleda y Oro- pesa, casi en la línea que separa las dos Castillas, se encuentra el Debe- són del Encinar. El cronista llevaba lustros —antes de morir don Miguel Odriozola en 1974— con la ilusión de visitar este rincón, vasta y ondu- lada pradera moteada de encinas y alcornoques centenarios, donde don Miguel creó, hace más de cuarenta años, su centro de cría de cerdo ibé- rico. El sabio genetista aspiraba a seleccionar y difundir esta raza, la mejor adaptada a las condiciones de las dehesas de encinas y alcornoques del suroeste de la Península. Para ello barajó, en principio, cuatro sole- ras típicas: Ervideira y Caldereira — portuguesas— y las extremeñas Pue- bla y Campanario. El profesor Odrio- zola inició sus experiencias con las piaras en pastoreo, pero, tras el brote de peste porcina africana de 1963, optó por la estabulación. Este es el origen de las edificaciones — naves de cría, unidades de cubrición, mataderos— que, con las viviendas de los veinte empleados, salpican de blanco el verde apetitoso de la finca en primavera. Al pie de la Residencia —centro del complejo— reciben al cronista Jaime Rodrigáñez y Luis Silió, que con María Teresa Dobao forman el trío de investigadores que hoy tienen a su cargo esta piara experimental. Con ellos, un hombre de mirada franca y ancha sonrisa, Julián Fernández, que inició de niño la aventura junto a don Miguel y hoy es el encargado del centro: —Esto empezó a funcionar allá por el año 1944, si no antes, que me recuerdo que se trajeron las cerdas de Portugal y, a continuación, vinie- ron las Pueblas. Unas y otras se lle- varon al Quinto de Mengacenal al cuidado del tío Pedro, el suegro de DE EXTE SION AGRARIA, 511987. S IEMBRE-OCTUBR

Revista de extensión agraria · 2009-08-06 · llevaban tres días paridas, salían al campo, dos horas por la mañana y dos por la tarde, y a los lechones, atendidos por mujeres,

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MiguelDelibes

y e

CASTILLA HABLALa obra literaria de Miguel Delibes puede contribuir de forma

significativa al conocimiento de la realidad agraria de la meseta cas-tellana. Los temas de sus libros y el lenguaje que en ellos utilizatienen una clara referencia rural y agraria a la vez, que reflejan cos-tumbres y prácticas que son pura esencia de la vida en el campo.

Como ejemplo, recogemos aquí, de su libro «Castilla habla», dela colección Ancora y Delfín de Ediciones Destino, el capítulo titu-lado «El dehesón del Encinar», precedido de la propia introducciónque el autor hace del libro.

Para entendernos

Las voces aparentemente elementalesde un pastor, un caracolero, unosmodestos labradores, un molinero, uncapador, un piñero, etc., aparte suriqueza de expresión, que he procuradoconservar intacta, apuntan con frecuen-cia sabiamente a los ancestrales pro-blemas de Castilla y León: sequía,pobreza del suelo, individualismo, des-población, envejecimiento, contamina-ción, abandono oficial, desconfianza...La menesterosidad, en suma, de unaregión que en el pasado alumbró mun-dos y que hoy se nos muestra acha-cosa, mal comunicada, pagana de unincipiente desarrollo, siquiera la incom-prensión periférica haya venido consi-derándola en el último medio siglo,como expresión del centralismo español.

Por supuesto este libro no es unanovela, pero tampoco un estudio cientí-fico, apoyado en datos y estadísticas,sino algo a mi juicio más elocuente: unlibro vivo donde la realidad castellananos es expuesta por sus propios prota-gonistas, los más humildes vecinos denuestros pueblos y aldeas. Esto noquiere decir que la lectura de estaspáginas constituya un simple pasatiemposino que de los monólogos de estossupervivientes de un éxodo aún incon-cluso, pueden sacarse provechosas ense-ñanzas, primer paso para plantearnoscon sinceridad y conocimiento de causael futuro de esta región a raíz de laincorporación de España a Europa.

M. D.

Nació en Valladolid en 1920. Cursólas carreras de Derecho y Comercioy más tarde ejerció como catedráti-co de Derecho Mercantil y periodis-ta. Extraordinario novelista, se dioa conocer con La sombra del cipréses alargada. Premio Nadal 1947.Otros premios en su haber son elNacional de Literatura (1955). elFastenrath (1957), el de la Crítica(1962). el Príncipe de Asturias delas Letras (1982) y el de las Le irasde Castilla y León (1985). En 1973fue elegido miembro de la Real Aca-demia de la Lengua.

De la colección Ancora y Delfín,tomo 598, de Ediciones Destino.Introducción y páginas 156 a 162.

EL DEHESON DEL ENCINARDel otro lado de Gredos, trepando

por los puertos de La Menga y ElPico, deslizándose, luego, por eltobogán de Villarejo hasta Arenas deSan Pedro, entre Candeleda y Oro-pesa, casi en la línea que separa lasdos Castillas, se encuentra el Debe-són del Encinar. El cronista llevabalustros —antes de morir don MiguelOdriozola en 1974— con la ilusiónde visitar este rincón, vasta y ondu-lada pradera moteada de encinas yalcornoques centenarios, donde donMiguel creó, hace más de cuarentaaños, su centro de cría de cerdo ibé-rico. El sabio genetista aspiraba aseleccionar y difundir esta raza, la

mejor adaptada a las condiciones delas dehesas de encinas y alcornoquesdel suroeste de la Península. Paraello barajó, en principio, cuatro sole-ras típicas: Ervideira y Caldereira —portuguesas— y las extremeñas Pue-bla y Campanario. El profesor Odrio-zola inició sus experiencias con laspiaras en pastoreo, pero, tras elbrote de peste porcina africana de1963, optó por la estabulación. Estees el origen de las edificaciones —naves de cría, unidades de cubrición,mataderos— que, con las viviendasde los veinte empleados, salpican deblanco el verde apetitoso de la fincaen primavera. Al pie de la Residencia

—centro del complejo— reciben alcronista Jaime Rodrigáñez y LuisSilió, que con María Teresa Dobaoforman el trío de investigadores quehoy tienen a su cargo esta piaraexperimental. Con ellos, un hombrede mirada franca y ancha sonrisa,Julián Fernández, que inició de niñola aventura junto a don Miguel yhoy es el encargado del centro:

—Esto empezó a funcionar allápor el año 1944, si no antes, que merecuerdo que se trajeron las cerdasde Portugal y, a continuación, vinie-ron las Pueblas. Unas y otras se lle-varon al Quinto de Mengacenal alcuidado del tío Pedro, el suegro de

DE EXTE SION AGRARIA, 511987. S IEMBRE-OCTUBR

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lE S, CONVOCATORIAS, NOMBRES...

••n

David, hasta que se hicieron adultaspara la cubrición. Entonces no habíanaves, ni nada de lo que usted ve, yse improvisaron ahí unos corrales enel tejar. Teóricamente la cubrición sehacía en los papeles, pero cuandouna cerda salía en celo, mi padre lle-gaba y decía: «Don Teodoro, lacerda número tal ha salido en celo».Don Teodoro, entonces, se arrimabaal papel y decía: «Pertenece al verra-co número tal». Y allí íbamos con lacerda, la echábamos el verraco yhasta que la cubría, un día, dos días,tres días, según. Y, luego, la pari-dera, los 111 días, que me recuerdoque por aquel entonces, en la Casade los Pobres, había unas cochique-ras viejas, donde teníamos que estardía y noche, hasta el parto, fuera dela nave, a la intemperie. Como verá,todo de artesanía. Más tarde vino laconstrucción de naves, donde huboque meter las otras parideras, perotodavía sin el piso echado. O sea, sehicieron primero las naves de cría y,después, la nave de verracos. Poraquel entonces vino don Miguel yadjudicó una nave a cada porquero.Me recuerdo que entonces teníamosun sueldo de ocho o nueve pesetas yhabía que estar día y noche, las vein-ticuatro horas, trajinando. Eso sí,con el jornal nos daban casa, luz yleña. Cerdo, no señor, no nos deja-ban tener, pero sí un burro, doscabras y unas gallinas. Pero al mon-tarse el centro, como había que

pesar todos los piensos y tal, por unpor si acaso, se suprimieron los ani-males y nos daban lo que decían laexcusa, que me parece que eranveinticinco kilos de tocino a cambiode las gallinas y doscientos kilos demagro a cambio del burro y de lascabras. Entonces las cerdas, en cuantollevaban tres días paridas, salían alcampo, dos horas por la mañana ydos por la tarde, y a los lechones,atendidos por mujeres, se les sacabatambién a los parques. Las cosasfueron más o menos bien hasta queel año 63 se presentó el primer brotede peste africana. ¡Qué desgracia,oiga! Las mujeres lloraban por losrincones y los hombres ni sabíamoslo que hacer. Los cerdos andabancabizbajos, como baldados, diría yo,sin ganas de comer y fiebre de másde 40 grados. Cerdas hubo, abocadasa parir, que tuvimos que matar abase de almanadas, o sea, golpessecos en la cabeza, porque era peli-groso hacer sangre. Y el resto queno murió, ahí quedó, se iban hacien-do los partos y se marcaban dondese hacían, pero no se tocaban. Losapestados, en cambio, se quemabancon gas-oil, se arrojaban a una zanjay se cubrían con cal viva. Una tra-gedia. Y aquí nosotros aislados, osea, al que había cogido dentro nopodía salir y al que había cogidofuera no podía entrar, que me recuer-do que Moisés ni pudo ir al hospitala ver a su mujer que acababa de dar

a luz. Hasta que unos meses mástarde se le ocurrió a don Miguel laoperación Arca de Noé, es decir,trasladar unas piaras a una isla enlas marismas del Guadalquivir parasalvar la semilla de la peste, ¿entien-de? Pero, ¿qué paso? Pues pasó, nimás ni menos, que de las '60 cerdasy 20 machos que llevamos allí nosalvó ni uno. A los seis meses llególa peste por el agua, que había genteignorante que echaba al río los gua-rros muertos. Así que llamé a donJaime y me dijo que a los de lasegunda tanda les diera de beber deuna cisterna nueva, con agua deLebrija, del pueblo, ¿sabe? Pero algúnverraco había bebido ya en el río ytampoco hubo remedio. Menos malque salvaron los que quedaron aquíy montamos con ellos otra Arca deNoé en el Bercial y con ellos salva-mos la semilla.

Don Miguel Odriozola, una espe-cie de quijote anglosajón, que se jac-taba de haberse sumergido en inviernoen todos los ríos y manantiales deEspaña, y humanizaba su mente cien-tífica con divertidos inventos como elde la mesa-carretilla para tomar datosmientras seguía a la piara por elmonte, adelantó en el Dehesón aJaime Zuzuárregui, otro ingeniero,que permaneció en la finca cerca decuarenta años y murió con las botaspuestas, fulminado por un derramecerebral en el porche de su casa.

I I

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ECHOS, CONV

Ambos recogieron sus observacionesfundamentales en sendos libros, cuyaedición patrocinaron las FundacionesMartín Escudero y Juan March. Dela fusión de las cuatro razas inicialessurgió el pelirrojo Torbiscal, mientrasconservaban en pureza una de ellas,la Puebla, marranos negros, lampi-ños, el famoso «pelón guadianés»,prácticamente desaparecido. Hoy, lapiara del Dehesón es la preferida porlos ganaderos, que cruzan, a veces,con el Duroc-Jersey. En los tresúltimos años, el Dehesón del Encinarha suministrado más de dos mil qui-nientos reproductores de cerdo ibé-rico a ochenta y tantas ganaderías.Su rendimiento óptimo en paletas yjamones —según datos de los mata-deros de Jabugo— y su aptitud paracampear por topografías de encinas yalcornoques ponen a este cerdo pordelante de los ibéricos de otrasprocedencias.

—El establecimiento de unidadesde cubrición lo planeó don Miguel asu modo. Me recuerdo que un díame preguntó: «Julián, ¿qué puedesaltar un cerdo?». Y lo que yo ledije: «Un metro o metro y medio atodo tirar». Y el replicó: «Puesentonces que levanten las tapias detres metros». ¿Se da cuenta? DonMiguel era así, no le gustaban lascosas a medias. De modo que dividiólas unidades con paredes de tresmetros para evitar que un animalentrara en una cochiquera que no lecorrespondía. Y para garantizar lapaternidad, candó las puertas y las

precintó, de forma que hasta paralimpiar había que saltar la tapia. Yallí se estaban en la cochiquera,durante veinticinco días, siete cerdascon su macho. Al cabo de estetiempo se quitaba el precinto, seabría el candado y se sacaba a losanimales, mejor dicho, se sacaba almacho, pues las hembras aguardabanotros tres días por si se había produ-cido algún equívoco. Don Miguel, yale digo, era muy escrupuloso paraesto de la genealogía. Andando eltiempo, las cerdas parían y nosotrosrecogíamos a los lechones en unoscajones y cada dos horas les llevá-bamos a mamar. Había que enseñar-les a coger teta, pues cada lechón seacostumbra a una teta, y ya sabeusted que no todas las cerdas tienenlas mismas, que por lo regular serándiez, pero yo las he visto con ocho yhasta con catorce tetas. De modoque cada porquero tenía una naveasignada y yo, que por entoncescumplí los diez años, echaba unamano a mi padre, pero me dormía,no aguantaba tantas horas sin dor-mir; en cambio mi padre, que gloriahaya, recostaba la frente en la ventana,de pie, ¿se da cuenta?, hasta que oíagruñir a los lechones y entonces mevoceaba: «¡Arriba, muchacho, hayque darlos de mamar!». Y yo, mediodormido, los ponía a mamar, pero,por lo regular, la mamada demorabauna hora, de manera que yo dormíacuando dormía, una de cada dos.¿Juntarlos, dice? Imposible, no señor;don Miguel temía, y con razón, que

la madre los aplastara o no acertarana coger teta, o sea, había que vigilar-los. A la semana sí, los lechonesespabilaban y podía unos dejarloscon la madre sin mayor reparo.Luego, don Miguel y don Jaimecrearon un premio para el lechón demayor peso, quinientas pesetas, ¿seda cuenta?, de forma que todos nospreocupábamos de alimentar bien ala cerda para que tuviese leche y, devez en cuando, les echábamos a loslechones a escondidas unos puñaditosde pienso para que medrasen más.¿Trampa dice? Según se mire, oiga,que al fin y al cabo todos hacíamoslo mismo y todo iba en beneficio delganado. Semanas después venía eldestete y el «desfile» que yo llamaba.Don Miguel y don Jaime nos decíanun día: «Venga, hay que ver a losverracos». Y, uno a uno, se lostraíamos hasta la mesa-carretilla yellos hacían sus anotaciones, qué séyo, el largo del animal, la altura, elpelo, el tamaño de la cabeza, esascosas. Después se ponían con lascerdas y hacíamos otro tanto, y laque les gustaba se quedaba parareproductora y, la que no, se des-echaba. Y luego, fmalmente, les toca-ba el turno a los lechones, que donMiguel quería verlos a todos, inclusoa los alguacilillos que decíamos, losabuelos, los más desmedrados. Yreclamaban las camadas, una a una,por el número de los padres, o sea,por los verracos. Y cuando acababancon uno, empezaban con el otro,otro padre, quiero decir, hasta queterminaban con la paridera. Y asíque concluíamos, don Miguel seencerraba en la Residencia a estu-diar, que en esos casos no quería oírni un pájaro, que me recuerdo quehabía entonces aquí un chico unpoco retrasado que le llamábamosAnción, y qué sé yo qué pájaroreclamaba, pero lo hacía tan recio ycon tal propiedad que teníamos queencerrarle con llave bien lejos paraque no le molestase. Don Migueltenía un carácter un poco fuerte, síseñor, pero todo el mundo le quería,que lo que tenía de nervioso lo teníade buena bondad, a ver si nosentendemos.

En 1979, el Dehesón del Encinarpasó al INIA, y el mes de marzo del84 fue transferido a la ComunidadAutónoma de Castilla-La Mancha,coincidiendo casi con la parideranúmero 100 de su historia. En losaños transcurridos, el volumen de

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CONDECORACIONESEl Presidente de la República Federal Alemana ha con-

cedido la Cruz de Gran Oficial de la Orden del Mérito deaquel país al Director General de Investigación y Capacita-ción Agrarias, D. Adolfo Martínez Gimeno, como reconoci-miento a la labor realizada por el mismo en el desarrollo delPrograma de Intercambio Agrario Hispano-Alemán.

La imposición de las correspondientes insignias se efec-tuó por el Embajador de la República Federal de Alemania,en la sede de la Embajada, el día 6 del pasado mes deoctubre.

Recíprocamente y en reconocimiento de su actuación enla misma actividad, S. M. el Rey de España ha dispuesto elingreso en la Orden Civil del Mérito Agrícola, en su catego-ría de Encomienda Ordinario, al Dr. Helmuth Buermann,Consejero Ministerial en el Ministerio Federal de Alimenta-ción, Agricultura y Bosques, y miembro de la delegaciónalemana en la Comisión de Intercambio Agrario Hispa-no-Alemán.

DIA MUNDIAL DE LA

ALIMENTACION

I V

HOS, CONVOCATORIAS, NOMBRES...

datos registrados es de mucho bulto:9.500 fichas de camada, 65.000 fichasindividuales y 4.500 fichas de des-piece, cifras que suponen, sin duda,el mayor esfuerzo realizado en Espa-ña sobre una raza autóctona decualquier especie ganadera. JuliánFernández, el encargado, entorna losojos con cierta añoranza:

—Pero todo esto que le cuentopasó, como todas las cosas pasan enla vida. Hoy día el trabajo en el cen-tro es muy distinto, aunque sea igual,a ver si nos entendemos. Quierodecirle que el fin es el mismo, perolas instalaciones y las condiciones detrabajo son diferentes. Hoy un por-quero no sale por menos de sesentabilletes, tiene vacaciones retribuidas,horas extraordinarias, sus días libresa la semana; en fin, que es otra cosa.Pero aquí, a mi entender, ha habidoun pagano: el ganado. O sea, con lagente y el horario de que dispone-mos se dejan por hacer muchascosas. Blanquear las cochiqueras, pon-go por caso, cada medio año, comose hacía antaño. Hoy las cochiquerasllevan cuatro o cinco años sin blan-quear. Se desinfectan, faltaría más,pero no se blanquean. Y como eso,tantas cosas. Esto no quita para queeste ganado se cotice cada día más yhayamos tenido que establecer unturno de espera, que no creo que meequivoque si le digo que de Sala-manca a Jerez de la Frontera tene-mos pedidos para dos años. • El día 16 de octubre, el Ministerio de

Agricultura, Pesca y Alimentación con-memoró, como en años anteriores, el DíaMundial de la Alimentación.

En esta ocasión, el Comité Nacional delD.M.A. determinó a instancia del Excmo.Sr. Ministro de Agricultura, que la organiza-ción y desarrollo del acto conmemorativose llevase a efecto por la Comunidad deCastilla-La Mancha, que eligió comomarco para su celebración el Palacio deBenacazón, en Toledo.

Con el lema fijado por la F.A.O. «lospequeños agricultores», el Excmo. Sr.Consejero de Agricultura de la Junta deComunidades de Castilla-La Mancha, D.Fernando López Carrasco, inició la jor-nada a la que asistieron distintas persona-lidades del M.A.P.A., así como grupos deagricultores y jóvenes escolares de E.G.B.de las Comunidades de Castilla-La Man-cha, Castilla y León, Galicia y Madrid.

Siguiendo el orden establecido en elprograma, D. José Antonio RodríguezFraguas, del M.A.P.A., pronunció unadocumentada y puntual disertación sobre

«Los pequeños agricultores», señalandosu importancia en nuestra sociedad y elimportante papel que juegan en el mundoagrario. Posteriormente, D. Esteban Ca-rrero Gallego, joven agricultor de Castilla-La Mancha, como representante de unaExplotación Familiar Agraria, expuso susvivencias en el sector y las ayudas quehabía recibido para poner en marcha losproyectos que le permitieron mejorar suempresa.

Con motivo del Día Mundial de laAlimentación se efectuó la entrega de lospremios a los colegios ganadores delConcurso Escolar sobre el D.M.A. de1986, que correspondieron a:

Primer premio: Ntra. Sra. de la Con-cepción (Madrid).

Segundos premios: Rosalía de Castro(Pontevedra) y Gonzalo de Córdoba (Valla-dolid).

El acto fue clausurado por el Ilmo. Sr.D. Julián Arévalo Arias, Subsecretariode Agricultura, Pesca y Alimentación,que actuó en representación del Excmo.Sr. Ministro.

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CATORIAS, NOMBRES...ECHOS, CONV

PROTEAGINOSAS(Guisantes, habas, haboncillos y altramuz dulce)

A. ORGANIZACION DELSECTOR EN LA C.E.E.

No existe para este sector unaorganización común de merca-dos específica, pero están pre-vistas una serie de medidas espe-ciales que se detallan a conti-nuación.

A.1. Productos que comprende

Las medidas anteriores afectana guisantes, habas, haboncillos yaltramuz dulce.

A.2. Campaña de comercialización

La campaña de comercializa-ción cubre el período compren-dido entre el 1 de julio y el 30de junio del año siguiente.

A.3. Utilización

a) Fabricación de alimentospara el ganado.

b) En alimentación humana oanimal, de distinta forma que laanterior.

A.4. Régimen de precios

Para cada campaña se fijanlos siguientes precios:

Precio umbral de activación(desencadenante de la ayuda).Se refiere a la torta de sojadel 44% de proteínas y sirvepara calcular las ayudas co-rrespondientes al apartado a),punto A.3.

Precio objetivo. Relativo a lasayudas a conceder dentro delapartado A.3. b), es el desea-ble para los guisantes, habas

y haboncillos en el mercadocomunitario.

— Precio mínimo. Se fija a unnivel que permita unos ingre-sos remuneradores al pro-ductor.

— Incrementos mensuales. Lostres precios anteriores expe-rimentan unos incrementos men-suales a partir del tercer mesde la campaña y durante losseis meses siguientes.

A.5. Régimen de ayudas

— Para los productos con pre-cio umbral de activación [apar-tado a) de A.3]. Cuando el pre-cio mundial de la torta de sojaresulte inferior al precio umbralde activación, se concede unaayuda igual al:— 45% de la diferencia entre

ambos precios para los gui-santes, habas y haboncillos.

— 60% de la diferencia entreambos precios para los al-tramuces dulces.

— Para los productos con el pre-cio objetivo [apartado b) deA.3.] Cuando el precio mun-dial de estas especies es infe-rior al precio objetivo, se con-cede una ayuda igual a la dife-rencia entre ambos precios.

A.6. Régimen de intercambioscon países terceros

La protección de la produc-ción comunitaria frente a lasimportaciones de países tercerosse establece mediante el ArancelAduanero Común. Los paísesmediterráneos y países ACP go-zan de preferencias arancelariase incluso de derechos nulos.

B. PERIODO TRANSITORIOPARA ESPAÑA

B.1. Duración

El período transitorio para lasproteaginosas es el general desiete años.

B.2. Aproximación de precios

Los precios españoles (umbralde activación y mínimo) para elaltramuz dulce son inferiores alos comunitarios, por lo quedeberán aproximarse a estos últi-mos en siete tramos. Para elcálculo de dichas aproximacio-nes, que han comenzado en lacampaña 1986-87, se toma cornopunto de partida la diferenciaexistente en 1985-86, que era4,10 ECUs/100 kg.

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Para el resto de los productos,como la diferencia de preciosantes de la adhesión era inferioral 3%, a partir del 1 de marzo de1986 se aplican en España losmismos precios comunitarios.

De acuerdo con lo anterior,los precios para la campaña1986/87 son los siguientes:

España aplicará desde el díade la adhesión las preferenciasarancelarias concedidas por laComunidad a determinados paí-ses terceros.

B.4.3. Intercambios con Portugal

España y Portugal aplicaránun desarme arancelario mutuo almismo ritmo con que cada unode ellos lo hace frente a laComunidad a diez.

IFIMERIE~wa""~11~14911ffirs`EnNTITT"'',""""°""" , CONVOCATORIAS, NOMBRE

CEE a diez ESPAÑA

ECUS/100 kg. ECUS/100 kg. Ptas./tm.

Precio umbral de activación (desen-cadenantes de la ayuda):

Guisantes, habas y haboncillos 50,96 50,96 74.297,6Altramuz dulce 48,50 44,96 65.549,8

Precios objetivos..Guisantes, habas y haboncillos 32,80 32,80 47.821,0

Precios mínimos de compra:Guisantes 28,63 28,63 41.741,3Habas y haboncillos 27,62 27,62 40.268,8Altramuz 32,11 29,90 43.593,0

8.4. Intercambios

B.4.1. Intercambios entre Españay la Comunidad a diez

Los derechos de aduana a laimportación serán suprimidosprogresivamente a lo largo delos siete años de período transi-torio.

Sin embargo, las diferenciasson tan pequeñas que la Comi-sión ha propuesto suprimirlos deuna sola vez.

8.3. Aproximación de ayudas

La ayuda en España será lacomunitaria disminuida en la di-ferencia de precios instituciona-les en la Comunidad a diez y enEspaña y también en la cuantía

de la incidencia de los derechosde aduana aplicados en Españaa la importación procedente deterceros países de los respecti-vos productos.

Las últimas ayudas fijadas paraEspaña son:

B.4.2. Intercambios entre Españay los países terceros

A partir del 1 de marzo de1986 España aplica a sus impor-taciones el Arancel AduaneroComún para las habas y habon-cillos.

Respecto a los guisantes yaltramuces, los derechos de baseespañoles son superiores en másde un 15% a los del ArancelAduanero Común, por lo que seaproximarán a éstos a lo largode los siete años del períodotransitorio.

Ptas /tm.

Fabricación de alimentos para el ganado [A.3 a)]

Guisantes, habas y haboncillos

23.153Altramuces

23.153

Alimentación humana o animal, distinta de la anterior [A.3 b)]

Guisantes

18.654Habas y haboncillos

19.361

REVISTA DE EXTENSIO

SEPTIEMBRE-OCTUBRE

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FRUTALESY ABEJAS

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LA LABOR DE LAS ABEJAS SOBRE LOS FRUTALES,

TRATADA POR PRIMERA VEZ EN UN LIBRO ESPAÑOL

«Frutales y abejas» es el primerlibro escrito por un español sobre laimprescindible labor de las abejasen su función polinizadora de losárboles frutales. El autor es JuanRallo García, investigador y agentede extensión agraria.

El Ministerio de Agricultura, Pescay Alimentación ha editado e incluidoel libro « Frutales y abejas » en suoferta de publicaciones de extensiónagraria. Los destinatarios de estaobra son los apicultores, fruticulto-res y personas interesadas en cono-cer el mundo de las abejas, su vida,costumbres y modernos sistemaspara su utilización en la polinizaciónagrícola.

El El autor, residente enMallorca, es partidariode una mayorutilización de lapolinización, trabajoque en la abeja es másrentable incluso que eldel producto directo

El libro incluye dos anejos: unosobre los frutales que requierenpolinización o que muestran aumen-tos importantes de producción comoresultado de la actividad de las abe-jas y otro sobre los frutales queprecisan polinización anemófila opor el aire.

Aparte de los anejos, «Frutales yabejas» consta de tres partes biendiferenciadas. La primera, que tieneun carácter introductorio, plantea alprincipio la relación existente entrefrutales y abejas, que es de mutuasupervivencia. Los insectos transpor-tan el polen en su cuerpo velludo,asegurando así la polinización yeventualmente la fecundación. Grannúmero de vegetales sólo aprove-chan al máximo su potencial deproducción de frutos y semillas sihan sido visitadas sus flores por losinsectos polinizadores, como son lasabejas.

Si se quiere hacer una valoracióneconómica de los servicios presta-dos por las abejas a la agricultura,según la F.A.O. éstos se cifran enveinte veces el valor comercial detodos los productos que se obtienende la colmena. Juan Rallo afirma enrelación a este tema que «la orien-tación actual de nuestra apiculturatiene predominantemente carácterextractivo (miel, polen, cera, etc.)cuando estas actividades, por elvalor económico que generan, debe-rían figurar como metas secundariasde la polinización».

La agricultura y la apicultura estánirremediablemente unidas. En su libro,Juan Rallo dice que la agriculturamoderna depende en gran medidade la abeja melífera. El noventa porciento de los cultivos alimenticios,esto es, una tercera parte de losalimentos totales que consumimos,proceden directa o indirectamentede plantas entomófilas, que sonaquellas que dependen de la abejamelífera y otros insectos a través dela polinización cruzada.

Como las ventajas de la abejamelifera frente a otros insectos poli-nizadores son relevantes, su deman-da ha aumentado para los modernoscultivos. Actualmente, si se quieretener una polinización eficaz es pre-ciso el uso de abejas, puesto quelas poblaciones naturales de espe-cies silvestres se han reducido deforma drástica, entre otros motivospor el uso indiscriminado de pes-ticidas.

Los ocho capítulos de la segundaparte están dedicados a la abejamelifera, al procedimiento que siguepara recolectar el polen, a la prác-

tica de la polinización por medio de-,';`00\estos insectos y a los peligros quese ciernen sobre ellas. La apictIlturaorientada a la polinización el otr.s: ¿:?i<capítulo importante de esta ,ség.undáparte. Allí se especifican cuM.Akilft. •los papeles a seguir por ca"nebyde los que participan en está-ftetr-vidad.

La tercera parte tiene un temaúnico: la polinización de alguos fru-tales importantes, como el manzano,el peral y el membrillero, el cerezo,el almendro, melocotonero y otros.

Juan Rallo, nacido en Castellón yafincado en Mallorca, es IngenieroTécnico Agrícola y agente de exten-sión agraria del Ministerio de Agri-cultura en las especialidades de fru-ticultura, apicultura y cultivo de hon-gos comestibles. En 1971 fundó enInca la Agencia de extensión agra-ria, desarrollando trabajos de inves-tigación y divulgación. En 1980 fuenombrado «especialista en fruticul-tura» del S.E.A. de Baleares y en laactualidad pertenece a la sección deinvestigación agraria de la Conselle-ria de Agricultura. Entre sus activi-dades realizadas o en fase de expe-rimentación destacan: polinizaciónde almendros, mejora de albarico-queros y almendros de Mallorca,introducción al cultivo del pistachoy la jojoba, reestructuración de losagrios, etc.

Francesca Bordoy

Artículo aparecido en el pe-riódico de Baleares «El Día»de fecha 25 de julio de 1987.

REVISTA DE EXTENSION A A IA, 5/1987. SEPTIEMBRE-OCTUBRE

Page 8: Revista de extensión agraria · 2009-08-06 · llevaban tres días paridas, salían al campo, dos horas por la mañana y dos por la tarde, y a los lechones, atendidos por mujeres,

JUDIAS:

De La Bañeza Del Barco de Avila

Reconocimiento de la D.E.

O.M. 6-111-84O.M. 27-VII-84

CONVOCATORIAS, NOMBRES...

DenominacionesEspecíficas de legumbres ,Z~Desde mucho tiempo atrás, las legumbres han desempeñado un papel funda-

mental en la alimentación española, tanto en el aspecto nutricional como en elgastronómico.

Las legumbres, ricas en proteínas, cubrieron satisfactoriamente las nece-sidades alimenticias en épocas y zonas donde el consumo de carnes y pesca-dos no era habitual. Además, son las protagonistas de una cocina regional delarga tradición, que con aderezos y otros condimentos, ofrecen un valor nutritivoperfecto.

Las legumbres son fundamentalmente ricas en proteínas, pero también propor-cionan a nuestro organismo hidratos de carbono, sales minerales, vitaminas y lacantidad precisa de grasas.

Por estas características, y por la calidad que ofrecen al consumidor, el INDOamplió el régimen de Denominaciones Específicas a las legumbres. En la actuali-dad, gozan de esta protección las judías secas, los garbanzos y las lentejas.

Judías de La BariezaLa zona de producción de las judías

de La Bañeza, se localiza al sur de laprovincia de León.

La superficie dedicada al cultivo delas judías secas supone 18.000 ha todasellas en cultivo único, con una produc-ción total que ronda la cifra de 25.000toneladas. Esta zona elabora judías denotable calidad y renombre, debido alas condiciones climatológicas y geo-gráficas.

Las variedades se cultivan en terre-nos de regadío, con condiciones físicasy químicas que favorecen la obtenciónde granos con excelentes característicasorganolépticas.

Las principales variedades cultivadasson la «Redonda» o «Manteca», dehoja verde oscura, vaina verde y florblanca, muy apreciada por su calidad ypor su riqueza en proteínas y la de«Riñón», cuya vaina es verde clara ysu flor blanca, entre otras.

VIII VISTA DE EXTENS1ON AGRARIA, 5/1987. SEPTIEMBRE-OC