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Si se da el momento o se cruza en el ánimo la intención de redactar es necesario completar los siguientes pasos: • Despejar un lugar para escribir cómodamente • Conseguir un lápiz con buena punta y color, una hoja blanca y pura donde mi pulso se deslice en trazos suaves y fuertes • Liberar la imaginación de su habi- tual encierro para que vuele alto y una vez que descienda …aterrizar en el papel derramando las emociones • Dejar que las palabras resuenen en el aire y en el corazón hasta que se encuentre la música con el alma… la sintonía justa • Disfrutar… • Senr la vida a flor de piel o la muerte sin enten- der • Mirar el espacio infinito e imaginariamente volar para darle luz a sus Instructivo para escribir Contenido: El Tiempo 2 El Hermano de John Milláis 4 Artículo interior 6 Artículo interior 3 Artículo interior 4 Artículo interior 5 Artículo interior 6 Club Literario de la Biblioteca del Poder Judicial del chaco 30 DE JULIO DE 2015 VOLUMEN 1, Nº 1

Revista del Club Literario

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Page 1: Revista del Club Literario

Si se da el momento o se cruza en el ánimo la intención de redactar es necesario completar los siguientes pasos: • Despejar un lugar para escribir cómodamente • Conseguir un lápiz con buena punta y color, una hoja blanca y pura donde mi pulso se deslice en trazos suaves y fuertes • Liberar la imaginación de su habi-tual encierro para que vuele alto y una vez que descienda …aterrizar en el papel derramando las emociones • Dejar que las palabras resuenen en el aire y en el corazón hasta que se encuentre la música con el alma… la sintonía justa • Disfrutar… • Sentir la vida a flor de piel o la muerte sin enten-der • Mirar el espacio infinito e imaginariamente volar para darle luz a sus

Instructivo para escribir

Contenido:

El Tiempo 2

El Hermano de John Milláis 4

Artículo interior 6

Artículo interior 3

Artículo interior 4

Artículo interior 5

Artículo interior 6

Club Literario de la Biblioteca del Poder

Judicial del chaco

30 DE JULIO DE 2015 VOLUMEN 1, Nº 1

Page 2: Revista del Club Literario

El tiempo, latido de la vida en sus innumerables expresiones.

En las manos, la sabiduría del tiempo.

En la lluvia, en el titilar de las estrellas,

en el aleteo sincronizado de las aves.

Late la vida, signo del tiempo, en nuestro interior humano,

en el tic tac de los corazones,

en los rostros arrugados.

Rayos y truenos, como los elogios, efímeros,

luego, todo vuelve a lo cotidiano,

al transcurrir regular de la vida.

Estrellas que titilan, símbolo de eternidad de aquello que nunca

acaba,

de lo que no tiene principio ni fin,

del anhelo de estar nuevamente en el regazo de mi padre,

donde todo me parecía posible e inevitablemente eterno.

Bandada de pájaros,

como acontecimientos que se anuncian,

expectantes esperamos de la Providencia si serán buenos o no…..

El fuego se consume,

yo, en éste páramo de espinas,

sin erguirme,

de rodillas en el tiempo.

Las aves marchan,

el cielo de estrellas se vuelve en rayo,

no escucho tus pasos, se alejaron.

El tiempo del silencio ahogó mi sueño.

Sos un portal al pasado

que nos habla sin palabras

y nos guiña sin ver,

mientras contás la historia de todos

y la tuya también.

El tiempo

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“Incluya aquí una

frase o una cita

del artículo

para captar la

atención del

lector”.

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Como una gota de rocío atravesada por mil haces de luz, inicio la marcha, cancina e inexorable, hacia el final de mi vida, al abismo que yace, más allá del pétalo de esta flor. Transcurre el tiempo como un río de arena densa y caliente, cuando la tristeza llega a casa. Corre ligero, cantando alegre como un arroyo, cuando son buenas las noticias. Fluye manso, transparente, cuando estamos juntos en armonía, solos, en p a z. El tiempo, como la vida de una mariposa, dura un instante. Ella brota de su gris capullo que la envuelve con colores vivos a la luz del día, es la v i d a. Como un rayo que en ocasiones rompe estructu-ras.

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Como arena en las manos se nos es-capa. Cada sílice se desliza entre los de-dos marcando el tiempo que transcurre lentamente. Detenernos, trascendiendo la tiranía del tiempo biológico, cronológico, calendario. Entre el cielo y la tierra, el arco iris, tiempo eterno y finito. Cálidos atardeceres anuncian el final de un perfecto día.

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Sir John Everett Millais (Southampton, Reino Uni-

do,1829 – 1896), fue un pintor e ilustrador británico, niño prodigio que a los once años se matriculó en la Es-cuela de la Real Academia de Bellas Artes de Londres.

En 1848 creó junto a los artistas Dante Rossetti y William Hunt, la Hermandad Prerrafaelita, trabajando en el estilo de los italianos del Quattrocento (Renacimiento).

Todas sus obras del período prerrafaelista están realiza-das con gran atención por los detalles, destacando la belleza y complejidad del mundo natural.

En 1856 contrajo matrimonio con Effie Gray, y a partir de ello cambió su estilo de pintura, haciéndolo más comer-cial y asequible.

Con el tiempo Millais se ancló en el academicismo, rene-gando incluso de sus compañeros, tan así que, fue elegi-do miembro asociado de la Royal Academy of Arts en 1853, y poco después lo admitieron como miembro de pleno derecho.

En la Academia tuvo una muy activa participación. En 1885 se le otorgó el título de Baronet, siendo el primer artista en obtener un título hereditario.

Dentro de su obra, hay un par sobre la que decidí traba-jar, dentro de un proyecto de arte, realizando un tributo como pintora, ellas son "Alice" y "La dama de honor", sobre las que me gustaría contarles.

"Alice", se trata del retrato de Sophie Grey, quien era la hermanita de su esposa Effie, con la que tuvo gran afini-dad, según leí en algunos sitios de arte, esta proximidad afectiva entre Millais y su cuñada, motivó a esposa Effie a alejarla, pero hasta tanto ello ocurrió, la niña fue su musa en muchas obras de Sir John, a medida que crecía. Ahora bien, es justo decir que según los biógrafos, no hubo na-da certero que indicara que hubiera alguna relación más profunda entre los cuñados. Lo cierto es que de esa rela-ción fuera de la naturaleza que fueran, resultaron her-mosas obras que hoy podemos gozar.

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La otra obra a que refiero es “La Dama de Ho-nor”, y se vincula a una antigua superstición inglesa según la cual, si la dama de honor de una novia pasaba nueve veces un trozo de la torta nupcial a través del anillo podía adivinar el futuro que le deparaba en cuestión de amores. La joven retratada en La Dama de Honor, con expresión absorta, parece estar realizando ese conjuro.

En esta obra, Millais hizo algo innovador: el tratamiento del color, que ahora para nosotros y luego de todo el movimiento pop puede ser usual, pero es sorpren-dente para su época. La larga cabellera, domina el cuadro y lo invade con tonos cálidos anaranjados que se transfor-man en amarillos en su vestido de seda, aunque luego vuelven a tomar protagonismo en la fruta que aparece sobre el plato en primer plano.

El fondo del cuadro marca un contraste violen-

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to y parece empujar a la dama de honor hacia delante y con la mirada fija hacia el frente y a la vez concentrada en el conjuro, parece mostrar un gesto de descaro y de afirmación de lo que, muy convencida, está haciendo.

Destaca la delicadeza del detalle floral del vestido, la pincelada, según los especialistas, es casi impresionista y permite centrar toda nuestra atención en el rostro de la modelo de fuerte e independiente personalidad pero, al mismo tiem-po, de indudable encanto.

Hasta aquí, este breve acercamiento a un maestro de la pintura universal y un movimiento (el prerrafaelismo), del que es probable hayamos visto obras en películas, publicidades, revistas, pero cuyos nombres en general no resultan tan conocidos.

Espero les haya gustado.

Sonrío

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