REVISTA

GRUPO de usuarios

Comunidad Terapéutica Haize Gain

08/2013 - 11/2013 y

TXEMA FERNANDEZ, responsable

del taller CRECE dialogando.

DIÁLOGOS EN HAIZE-GAIN

Aitor, ione, jorge, egoitz, Arturo,

haritz, maiane, césar, xabi, Sergio,

iñigo, ion, unai, azkerne, danel,

Joseba, David, joanes, luis, mª jose,

Arantxa, andoni, Susana, reda, lucía,

josé manuel, Juanjo, Gorka, unai,

Ismael, rosa, alvaro, oier, patxi,

santi, ander e igone

¡GRACIAS! por vuestra colaboración; por vuestras opiniones; por

tomaros con ánimo, ilusión e interés este taller; por poner voz y corazón a las cuestiones que se han ido planteando a lo largo de las 12 sesiones de este proyecto.

Sin vosotros el taller CRECE DIALOGANDO sería solo un proyecto, una carpeta más.

Un abrazo de corazón, se os quiere y recuerda “a tod@s”.

TXEMA.-

INTRODUCCION

Estamos con vosotros para comentaros una nueva experiencia educativa con el grupo dentro de los talleres que habitualmente desarrollamos en la Comunidad Terapéutica. Me refiero al taller “CRECE dialogando” que nuevamente desarrollamos a lo largo de estos 3 últimos meses. A veces nos complicamos la vida queriendo hacer talleres muy desarrollados, con cantidad de materiales a trabajar, con multitud de dinámicas y elementos de trabajo, y me sorprendo cada vez que pongo en marcha este taller de como una frase y 4 preguntas dan tanto de sí en el desarrollo de este espacio y como los usuarios participan y disfrutan de estos elementos tan sencillos. Como en todo taller, detrás de esta aparente sencillez, hay objetivos claros de trabajo:

> Dialogar de forma distendida sobre diferentes temas y experiencias que cada participante ha tenido a lo largo de su vida.

> Soltarse y romper las barreras que impiden el diálogo en el grupo (miedos, vergüenzas, sentimientos de inferioridad, presión grupal, falta de reflexión,...).

> Que los diferentes temas planteados ayuden a desarrollar el proyecto personal con el que cada uno ha venido a Haize Gain.

> Pasar un rato agradable, divertido, no forzado, que mejore las condiciones grupales, el conocimiento de las personas del grupo,...

> Trabajar sobre diferentes valores (confianza, grupo, comprensión, apoyo, escucha, compartir, reflexionar,...) quizá no muy de moda en esta sociedad, pero muy vivos en la Comunidad Terapéutica.

La metodología de trabajo también es muy sencilla: > Un juego de animación, para calentar motores, quitar miedos, ponerse en

disposición,... > La frase, que es el elemento que incita al diálogo y al desarrollo de los

objetivos anteriores. > La reflexión personal, guiada por 4 preguntas que nos centran en el tema y

en nuestras experiencias. > El diálogo, donde voluntaria e individualmente cada miembro del grupo nos

cuenta su reflexión en un clima de escuchar, compartir experiencias, conocernos, aprender,...

Durante todo este desarrollo, 2 personas del grupo ejercen de secretarios tratando de recoger de la mejor manera posible lo que se va comentando, opinando, debatiendo,... Con todo este material, da a la luz por 1ª vez esta revista:

“DIALOGOS EN HAIZE GAIN” que recogerá lo hablado y lo vivido en el taller. Supongo que será un bonito recuerdo de este taller, de las experiencias vividas y del trabajo compartido para todos los que en él hemos participado.

Hasta el momento, la valoración de este taller es totalmente positiva, y todos los participantes recomiendan seguir con el taller para otros grupos, lo cuál indica que este taller, vale y aporta. Con este ánimo y valoración positiva, seguro que este taller es un habitual de los recursos educativos de la Comunidad Terapéutica.

LAS FRASES

0 “Para obtener una autoestima saludable debemos

concentrarnos en nuestros éxitos y olvidarnos de

nuestros fracasos”

1 “ La calidad de tu vida dependerá de tu actitud, y con

una mala actitud, te perderás un montón de las cosas

buenas que la vida puede ofrecerte”

2 “Para que los cambios tengan un valor verdadero deben

ser consistentes y duraderos”

3 “Vive tratando de realizar muchas de las cosas que

siempre has soñado y no te quedará tiempo para sentirte

mal”

4 “Nunca te quejes del ambiente o de quienes te rodean,

hay quienes en tu mismo ambiente supieron vencer”

5 “Pensamos con frecuencia, que los errores son un

fracaso, pero, en realidad, podemos verlos como una

herramienta valida que nos permita aprender, crecer,

hacer cambios y superar las limitaciones”

6 “El noventa y nueve por ciento de los fracasos

corresponde a personas que tienen la costumbre de poner

excusas”

7 “Fija tus ojos hacia delante en lo que puedes hacer, no

hacia atrás en lo que no puedes cambiar”

8 “Nadie puede ser feliz si no se aprecia a si mismo”

9 “Pasar tiempo con gente equivocada disminuye, de forma

espectacular, tus posibilidades de éxito. de hecho, si

andas por ahí durante bastante tiempo con un manojo de

perdedores, hay muchas probabilidades de que llegues a

ser uno de ellos”

10 “¿Qué te gustaría hacer si supieses que no vas a

fracasar?”

11 “Si siempre haces lo mismo, siempre obtendrás lo mismo.

piensa que hay personas que no viven 365 días al año,

sino que viven el mismo día 365 veces”

12 “Afronta tu camino con coraje, no tengas miedo a las

críticas de los demás, y sobretodo, no te dejes

paralizar por tus propias críticas”

“Para obtener una autoestima saludable debemos

concentrarnos en nuestros éxitos y olvidarnos de nuestros

fracasos”

Rompemos el hielo de este taller con el tema de la autoestima. La 1ª cuestión que debatimos está en relación a cómo estamos de autoestima. Como os podéis imaginar las opiniones son variadas y para todos los gustos, pero sobretodo se manifiesta la opinión de que la autoestima personal está en un nivel muy bajo y con el hecho de estar en tratamiento y haciendo y valorando las cosas de otra manera, esta va en aumento. El hecho de dejar la vida de antes, empezar a conocerse, hacer las cosas mejor, empezar a valorarte y sentirte bien día a día, estar en tratamiento, … son condiciones que ayudan y mucho a que la autoestima vaya en aumento. También hay opiniones extremas, donde personas del grupo manifiestan tener una autoestima alta, siempre vinculada al personaje que han representado en el mundo de la drogadicción, a personas que hablan de una autoestima baja, señalando todo lo que han perdido desde su forma de hacer y funcionar (familia, amistades, dignidad,…) empezando en este momento vital desde cero. Hablan también de la valoración de la autoestima según el día, sintiéndose como un termómetro, unas veces valorándose y queriéndose, otras con sentimientos muy negativos y de quererse muy poquito. Insisto en una idea importante, en Haize Gain comienzan a valorarse un poco más y el sentimiento de mejoría personal y autoestima creciente es importante. En este tema de la autoestima, hablamos también de donde nos concentramos a la hora de revisarnos personalmente, en los éxitos o en los fracasos. Aquí también existe

un punto de coincidencia en el grupo relacionado con concentrase en mirar los fracasos, no como una manera de hundirse, sino como una manera de revisar, ver las deficiencias y desde ahí tirar para adelante y construir. También se repite la idea de que dan poca importancia a todas aquellas cosas que hacen bien, con una vivencia de obligación, como algo que debe de ser así y punto. Los éxitos son un buen elemento de referencia y motivación cuando uno está mal, ayudan a sobreponerse y a darse cuenta de que se puede y han hecho las cosas bien en otros momentos, y esto es lo que hay que recuperar. Por otro lado, desde esa autoestima baja que uno siente y sobre todo en los ambientes y con las personas que han convivido antes del tratamiento, fijarse en las meteduras de pata, en lo que uno ha destrozado, en la repetición constante de errores, en remover y remover lo negativo,… hacen que quedarse anclado en el fracaso sea habitual. Dejando este fracaso a un lado y tratando de mirar en positivo, tratamos de hablar y recoger los éxitos que cada uno ha tenido en su camino. Cuesta mucho ponerles nombre y sobretodo se recalca la idea de que el mejor éxito es el momento actual, estando en Haize Gain, tratando de trabajar por una vida mejor a todos los niveles. Se recuperan las ganas de hacer cosas, de estar vivos, se empiezan a percibir aspectos positivos que en momentos anteriores no se veían, se empieza a disfrutar de la vida con sus alegrías y sus tristezas, en definitiva, se empieza a hablar tímidamente de triunfo. En aquellos usuarios padres ó madres, los hijos han sido un éxito, un motor, a pesar de ser conscientes de que en muchos momentos no les han cuidado de la manera adecuada. También en este mundo de relaciones, se considera un éxito el mantener las relaciones positivas que además sigan creyendo en ti. Finalmente, y metidos un poco más en harina, tratando de concretar hechos y situaciones de éxito, pueden poner nombre a algunas de las cosas que han hecho positivamente y que refuerzan su autoestima en este momento tan importante de sus vidas. Pueden reconocer como éxito el hecho de vivir tranquilamente, mantener amistades y familia, ser uno mismo, sentir que los demás me quieren, el momento de cambio actual, estar de una pieza después de las barbaridades que han hecho, ser agradecidos con las personas que les han ayudado, saber hablar de sus dificultades y problemas siendo capaces de pedir ayuda, respetar a los demás y que les respeten,… Y más en lo concreto en actividades y hechos concretos: ser campeón de baile a lo suelto, hacer el Camino de Santiago, sacar el carnet de conducir, subir a Igueldo en bici, sacar el acceso a un grado superior que me permitirá crecer profesionalmente,…

“La calidad de tu vida dependerá

de tu actitud, y con una mala

actitud, te perderás un montón de

las cosas buenas que la vida

puede ofrecerte”

Como podéis ver, en este nuevo tema, hablamos

de la calidad de vida y la mala actitud ante las cosas que nos suceden y hacemos en nuestra vida. Inicialmente tratamos de ver como conectaba esta frase con la historia personal de cada uno. Una vez más, unanimidad en la respuesta ya que todos coincidimos en que la mala actitud trae muchas pérdidas (personales, amistades, laborales, familiares, de valores,…) y la calidad de se torna horrorosa. Con una mala actitud, se pierden amigos, se pierden las cosas importantes para cada uno, uno se vuelve hostil con todo aquello que le rodea, uno se abandona y deja aparcadas cosas vitales, llegando en momentos a la destrucción. La actitud, o más en concreto, el cambio de actitud es uno de los objetivos de trabajo importantes en el paso por el tratamiento en Haize Gain. Parece que con una actitud negativa, los aspectos negativos de la vida poco a poco se nos van pegando (mala fama, no conocer personas que merezcan la pena, ó, como uno dice “la vida se retuerce”) y todo lo que tengo a mi alrededor, pierde sentido. Este cambio de actitud del que hablamos, es difícil, pero no imposible. Se ve

claramente que con una buena actitud las cosas se recuperan, la vida va mejor, tiene otro sentido, uno empieza a disfrutar de todo aquello que seguramente siempre le ha rodeado. Entrando en lo concreto, muchas son las pérdidas por una mala actitud. Libertad, tiempo positivo para estar con los tuyos, no disfrutar de la vida, trabajo, relaciones, abrirte a nuevas posibilidades y opciones de

vida, la confianza de las personas en cualquiera de los ámbitos sociales en los que uno se desarrolla, tiempo, bienestar personal, amor propio, pareja,… En definitiva, no disfrutas de la vida, te arrepientes de muchas cosas que no has hecho ó has abandonado, no construyes, odias lo que tienes a tu alrededor, el ánimo desaparece y provocas cosas que no te gustan (soledad, cárcel, desánimo, odio,…). Mirando atrás y también al futuro, con buena actitud, la calidad de vida mejora considerablemente. Uno se siente bien consigo mismo y esto permite avanzar en muchos aspectos (familia, amigos, trabajo, personalmente,…). Eres capaz de vivir experiencias nuevas, diferentes, divertidas. Te sientes tranquilo, estás contento contigo mismo, te sientes satisfecho personalmente y tienes ganas de recuperar el tiempo perdido. Duermes mejor, empiezas a perdonarte por todo lo que te has hecho y has roto a tu alrededor. Recuperas tus principios, la ilusión, cercanía y cariño de los que te quieren, personas nuevas y personas de antes que siempre han estado ahí. A día de hoy, estando en Haize Gain, actitud y calidad de vida van mejorando pasito a pasito, con esfuerzo y con trabajo, es una tarea que no es nada fácil. Aprendes, dejas el pasado a un lado para empezar a ver un futuro mejor. Estás con una actitud abierta y positiva, de dar y sobretodo de recibir (de los tuyos, de los compañeros de grupo, de los profesionales,…). Recuperas personas y sobretodo recuperas a tu mejor amigo (“tú mismo”). Uno se torna optimista, con ganas de descubrir lo que la vida nos depara, te

sientes vivo y te das cuenta de que todo este trabajo no termina aquí, hay que seguir en esta dirección cada día, recorriendo camino.

“Para que los cambios tengan un valor verdadero deben ser

consistentes y duraderos”

Toca hablar en este tema de los cambios. La primera cuestión a debatir es si el momento actual en el que quieren hacer un cambio en su vida es de verdad, real o forzado por las circunstancias. Mayoritariamente las circunstancias pesan en este cambio pero al final la decisión de seguir en tratamiento y de trabajar por ese cambio se va tornando más personal y voluntaria. Estar en tratamiento es un beneficio para cada uno y poco a poco el cambio parece que se va sintiendo. Cuando uno se va viendo de otra forma, se gusta, siente una paz importante, va recuperando un tono anterior porque lo que ha vivido dentro del mundo de la droga produce hartazgo. En este momento hay sensaciones de miedo, de no poder, de volver a repetir los mismos fallos del siempre, de no saber muy bien cómo hacer ese cambio, se tienen dudas, … pero sin duda las cosas se plantean de otra manera, hay otra actitud y hay disposición. Todo ello cuestiones muy importantes en este momento de cambio. En el antes, hay sensaciones negativas, estar perdido, ser rebelde, estar a la defensiva, sentimientos de miedo y fracaso, de presión, no ser capaz de poner remedio a las cosas que a uno le pasan. En el ahora, las cosas se plantean de otra manera, uno está abierto, va descubriendo quién es, empieza a encontrarse con sensaciones positivas, actúa de otra manera, quiere reforzar las actitudes que llevan por el buen camino, mejora su calidad de vida,… en fin que va sintiendo ese cambio como algo de verdad, que ha salido de uno mismo, que necesitaba, que era urgente. Pero ese cambio tiene que ser consistente y duradero, no se quieren repetir fracasos de antes y para ello hay muchas cosas a tener en cuenta, muchas cosas por hacer. Asumir responsabilidades, tomar decisiones, madurar, actuar consecuentemente, quererse más, cuidarse, no maltratarse,… Alguien comentaba de forma muy cariñosa, “el adulto que hay dentro de mi protegerá al niño que llevo dentro”. Una vez más para que este cambio sea posible y duradero se habla de ir pasito a pasito, ser consciente de las limitación es, de las virtudes y de los defectos, coger ilusión para vivir y ser consciente de que uno se merece ser feliz. Hay que ser persistente, tomarse los problemas en serio, poner en práctica y afianzar aquello que se va aprendiendo, ser constante, optimista, apoyarse en los que nos quieren bien y nos van a ayudar en esta complicada tarea.

En este aspecto de cambiar, es importante tomarse las cosas con calma, no tener prisas, no pensar que porque uno ha empezado un camino rápidamente va a llegar al final. No se concibe un cambio de este calibre con rapidez, hay que ir poco a poco

haciendo hábitos. Las cosas con rapidez normalmente no salen bien, hay que vivirlas con intensidad, dedicándoles tiempo, al fin y al cabo estamos hablando de la vida misma. Lo que si hay que hacer con rapidez es tomar la decisión de embarcarse en un proyecto de este tipo, siendo tajantes, de lo contrario uno puede dar marcha atrás y seguir en la misma miseria de siempre.

Aquellos que tienen experiencia de programas terapéuticos saben de la importancia de la calma y de llenar la mochila sin prisa para hacer el mejor camino posible. En el transcurso del tratamiento se van sintiendo los cambios, son de verdad, pero hay que seguir reafirmándolos, trabajando en ellos para mantenerlos y que como dice la frase sean “consistentes y duraderos”. Los cambios que comento a continuación son los que los usuarios sienten que van desarrollando en su tiempo de tratamiento. Control de la impulsividad; cambiar y reafirmar una actitud más positiva y constructiva; ser uno mismo; tomar las decisiones en serio; ser constante en el trabajo; coger ilusión; no dejar las cosas para otro momento; coger una rutina; dejar las drogas; centrarte en la familia; exteriorizar los sentimientos (no guardarlos porque llevan a estar mal con uno mismo y con el entorno), tomar y tener un orden de prioridades (quererse, ser uno mismo, hacerse caso,…), comunicarse; tener ganas de vivir; ser valiente para cambiar, para vivir; decir no a muchas cosas; en definitiva, aprender a vivir con todo lo bueno y lo malo que pone la vida a nuestra disposición.

“Vive tratando de realizar muchas de las cosas que siempre

has soñado y no te quedará tiempo para sentirte mal”

En esta ocasión tocó hablar sobre los sueños y su realización. La primera cuestión a abordar tuvo que ver con los sentimientos que despertaba en cada persona el no hacer ó no conseguir aquello que soñaba. Todo el grupo conectó con sentimientos negativos relacionados con la amargura, la desmotivación, la sensación de fracaso y frustración, la impotencia o la rabia. Todo ello se relacionaba con un malestar personal por no poder hacer y conseguir aquello que a uno le gusta. A todo esto se le unía además una dosis importante de dejadez y abandono cuando no se conseguía lo deseado. Resultó muy curioso el ver como a nadie el no conseguir sus sueños le despertaba sentimientos

más positivos relacionados con el ir detrás de ellos como el afán de superación, el planteamiento de objetivos o la valoración personal por buscar recursos y medios para conseguir aquello con lo que uno sueña. De todas formas, si que todos coinciden en que los sueños en sí mismos son parte de la vida, placenteros y vitales. Una gran parte del grupo sí que tenía la sensación de que pelea para que los sueños se cumplan y no se queden en eso, sueños o proyectos. Si uno quiere las cosas que sueña, hay que poner ganas y empeño y desde ahí nada es imposible. Alguien comentaba que podía sentirse frustrado por no conseguirlos, pero inútil al no intentarlo y desde ahí ir detrás de lo que se busca es importante, utilizando diferentes caminos, opciones, alternativas y no intentándolo solamente una vez y desistir. También había personas que se manifestaban poco peleonas, como sin ilusión y desde esta actitud, los sueños se quedaban en eso, puros sueños. El hecho de estar en tratamiento si que influye en la gestión de los sueños y en su búsqueda, ya que antes, en el mundo que les ha tocado vivir, parece que la ausencia de sueños era importante. Como nada en esta vida es gratuito, los sueños requieren de trabajo personal para llevarlos adelante y esto es lo que tratamos de desgranar a continuación. Para lograrlos, es importante el trabajo diario y estar centrados. Otra disposición

importante es la de tener una actitud mental positiva (pelear, no dudar de las capacidades propias, no tener miedo, y levantarse cada vez que uno tropieza, como se suele decir, no morir en el intento). También es importante compartir los sueños y proyectos con los de tu alrededor, sobretodo porque te pueden ayudar en su consecución. Y finalmente es fundamental pisar tierra y ser realista teniendo la certeza de que los puedo alcanzar si trabajo por ellos.

Para terminar, conectado a esta parte de ser realista, hablamos a continuación de cuáles eran los sueños que cada uno perseguía. Daría la sensación de que por tratarse de un colectivo tan particular, los sueños y los proyectos de estas personas podrían ser diferentes a los de cualquier otra persona. Pues nada más lejos de la realidad, ellos persiguen lo que cualquier persona normal y corriente persigue en esta vida. Ser responsable; ser feliz (yo y mi entorno); tener familia; estar rodeado de las personas que quiero; tener lo imprescindible; trabajo; amar la rutina y el día a día; ser mejor persona cada día sin perder mis principios y valores; ver una oportunidad en cada dificultad; ser menos egoísta; hacer felices a los de mi alrededor; hacer lo que me gusta; tener tranquilidad en mi vida; que cada sueño sea un reto; valorar lo que tengo, las pequeñas cosas,…

“Nunca te quejes del ambiente o de quienes te rodean, hay

quienes en tu mismo ambiente supieron vencer”

Debatimos en este nuevo tema sobre la responsabilidad personal y la queja permanente. En primer lugar valoramos donde ponemos las responsabilidades de los acontecimientos de la vida de cada uno, en los demás o haciéndonos cargo de todo ello. Mayoritariamente el grupo tiene la sensación de haberse responsabilizado de sus cosas, de su vida, de sus actos, aunque también ha habido lugar para la queja, una queja dirigida hacia el mundo por sentirse incomprendidos (el mundo no me quiere, yo

no quiero al mundo). Hay conciencia de que nadie les ha obligado a meterse en las situaciones que han vivido en sus carnes. En la mayoría de los casos lo han hecho porque han querido, aunque luego no han sabido cómo pararlas o como evitarlas. A parte de esa responsabilidad sí que detectan o hablan

de factores que les han llevado a sus situaciones de vida, y las quejas vienen más por este lado, por la vida que han llevado. En momentos sí que hay situaciones que han podido con ellos (“me he comido marrones que no eran míos”) y de estas si que hay una queja clara y evidente. Las quejas fundamentalmente van dirigidas a personas con las que han compartido su entorno (pareja, padres, profesores ó la sociedad en general). Todos son bastante conscientes de que la queja no sirve para nada, no ha permitido cambiar las cosas y cada uno ha hecho lo que ha querido o lo que buenamente ha podido al intentar un cambio de vida. En algunos momentos, cuando esa queja se ha manifestado a personas concretas, la única utilidad que ha tenido ha sido de desahogo, de válvula de escape. A veces incluso esta queja lo único que ha hecho es aumentar la rebeldía. Al final la queja y la falta de responsabilidad en resolver los problemas o dificultades les a aportado situaciones negativas (denuncias, prisión, empuje a un tratamiento en el mejor de los casos). Cuando uno coge el toro por los cuernos y se hace cargo de sus cosas, los sentimientos que se desarrollan son francamente positivos, provechosos, de control sobre la vida, de orgullo por el trabajo bien hecho. Hay sentimientos de responsabilidad y autonomía, de liberación por quitarse un peso de encima. Uno se siente satisfecho y orgulloso, tranquilo y con la sensación de las cosas bien hechas. Se empiezan a dar cuenta de las cosas que tienen encima y desde ahí se puede empezar un cambio de vida y tener una sensación de control, de madurez y ánimo para ir trabajando todos los días en su realidad. Al final uno tiene la sensación de que hace aquello que tiene que hacer. Para terminar el desarrollo de este tema hablamos de las experiencias personales que ellos tienen sobre personas que en su mismo ambiente y con similar estilo de vida supieron vencer, desarrollar sus capacidades personales, solventar sus dificultades y vivir una nueva vida. Son conscientes de experiencias de todo tipo, positivas y

negativas. Sobre las negativas decir que de alguna manera motivan para no repetir y para no llevar el mismo rumbo de personas que se han quedado en el camino, que han recaído muchas veces y se convierten en consumidores de tratamientos no dándole la vuelta a su historia. En el otro extremo, están las personas de su ambiente que han superado esta historia, amigos que empezaron con ellos y han pasado del tema, con hijos, con trabajo,… incluso personas que han dejado la toxicomanía por su cuenta y son ejemplos para que ellos puedan hacer lo mismo. También hay historias de amistades que en el mismo ambiente que ellos no han consumido, han llevado una vida sana y en este momento son un apoyo en el proceso de cambio que han iniciado. Hay también quién puede reconocer con cierto dolor que consideraba a sus amistades no consumidoras como unos “pringaos”, y a día de hoy, dice que les aplaude por cómo han sido capaces de desarrollar su vida. Todas estas experiencias positivas sirven de motivación sana para ver que el cambio es posible.

“Pensamos con frecuencia, que los errores son un fracaso,

pero, en realidad, podemos verlos como una herramienta

válida que nos permita aprender, crecer, hacer cambios y

superar las limitaciones”.

Nos enfrentamos a un bonito tema en el que tratamos si los errores son un fracaso o una oportunidad de éxito y crecimiento, algo que manejamos diariamente en el trabajo de Comunidad Terapéutica. La primera cuestión a trabajar fue la definición de error. Inicialmente la descripción es negativa, asociada a equivocación, mala decisión, resultado no deseado,… Hacer algo que no se debería hacer, que termina haciéndote daño a ti mismo o a alguien, elegir un mal camino que no ayuda a mejorar. Una definición más elaborada que nop dejó a nadie indiferente fue la de que un error era pasar de la parte adulta de cada uno y dejar salir al niño caprichoso que hay en cada uno de nosotros. Y finalmente. Algunos en un tono más constructivo y muy en consonancia con la frase a trabajar comentaban que sin errores a la vida le faltaría todo porque no aprenderíamos cosas nuevas y no tendríamos experiencias negativas. Seguimos trabajando en el tema, analizando si los errores ayudan ó hunden más en el pozo. Hubo opiniones para todos los gustos. En muchos casos hunden, sobre todo si son repetitivos, reincidentes. Empeoran las cosas, provocan sentimientos de fracaso, si no se hace nada con ellos. Por otro lado se es consciente de que son oportunidades de mejorar, de cambiar y aprender, en definitiva ayudan y mucho en este momento de tratamiento, donde uno puede pensar y desde ahí intentar cambios. Gracias a ellos te vas haciendo más duro, más sabio, vas aprendiendo. Siguiendo en esta línea hablamos de cambios a partir de un error, y la verdad es que hay conciencia de mucho cambio personal, se ve que hay otros caminos y otras formas

de enfrentar las dificultades, lo cual señala la capacidad de decidir que tenemos. Ayudan a ver quién he sido y a trabajar por quién quiero ser. La repetición de errores ayuda a pensar antes de actuar y no a actuar en automático y luego lamentarse. Son una oportunidad de mejora, ayudan a tomar decisiones serias y también a estar preparado para afrontar mejor el siguiente. Al cometer un error, es importante también saber pedir perdón y perdonarse uno mismo cuando ha fallado, ser noble en este sentido, inteligente. En definitiva, son un elemento de superación, de elección de un camino hacia una vida digna, feliz al lado de los que uno quiere. Como en otros temas, tratamos de ver también experiencias positivas surgidas de un error y la verdad es que había muchas e interesantes. Casi todos destacaban el beneficio de estar ó de volver a Comunidad Terapéutica después de un cúmulo de errores (recaídas, abandono personal, vida destructiva,…) teniendo una vez más la oportunidad de reflexionar, pensar sobre su vida… En otras ocasiones se da la pérdida de todo (familia, pareja, hijos,…). El miedo que surge ayuda a reaccionar, a rescatar a gente y a conocer a personas que merecen la pena. Después de muchos y graves

errores alguno de ellos acabó en prisión y desde allí a podido reconducir su situación personal y venir a tratamiento y para reconducir su vida después de un montón de conductas autodestructivas.

En el día a día, ya en el tratamiento, también se cometen errores y las intervenciones educativas que se hacen ayudan a ver las equivocaciones enseñando a actuar de formas más sanas y positivas, aprendiendo de todas las personas del Centro que están alrededor (compañeros y profesionales).

“El noventa y nueve por ciento de los fracasos corresponde

a personas que tienen la costumbre de poner excusas”

Un poco en consonancia con el tema anterior, hablamos en esta ocasión de si ponemos excusas para justificar los fracasos o somos capaces de responsabilizarnos de ellos. Llegamos a la conclusión de que en muchas ocasiones sí que aparecen las excusas como una forma de no hacerse cargo de lo que a uno le pasa. Salen en automático para no reconocer un fracaso y cuando uno está en pleno proceso de consumo son muy habituales. Inicialmente pueden hacerte sentir mejor, pero a la larga, siempre traen la vuelta. En otras ocasiones, el propio sentimiento de incapacidad es un buen método de excusarse, grave cuando uno no intenta aprender. Parece que si las situaciones son de gravedad, importantes, de peso, de implicación con otras personas, le verdad y el hacerse cargo de los errores y fracasos prevalece.

Poner excusas estanca el crecimiento de cada uno y genera muchos sentimientos de malestar. Justificarse en una excusa no deja avanzar ni actuar sobre los fracasos. Hay también quién como forma de excusa, sin implicar a nadie, guardaba los problemas en un cajón y cuando lo abría el sentimiento de ansiedad que se generaba era importante. Al final, un problema pequeño se hacía grande y hacía reventar el cajón sacando todos los problemas a la luz con las consiguientes consecuencias adversas Las excusas que se ponen son variadas. Echar la culpa a otros, dejar las responsabilidades para otro momento en el cuál todo termina sobrepasándonos. Otras veces la excusa se enmascara en malestar y depresión, ó se le quita hierro a las situaciones, ó se disfraza como ya hemos dicho antes de incapacidad. Parece que la mentira es también un recurso muy empleado, todos se justifica sabiendo conscientemente que no se va a hacer nada para cambiar las situaciones. En el momento actual, de tratamiento y trabajo personal, uno va aprendiendo a hacerse cargo de las cosas, entre ellas los fracasos, admitiendo pequeñas responsabilidades, cogiendo seguridad y aumentando la autoestima. Una actitud seria, de compromiso, ayuda a hacerse cargo de los fracasos para transformarlos en algo mejor. El hacerse cargo de… produce una sensación importante de cambio que gusta y genera bienestar. Muchas veces las excusas se producen en momentos en los que uno siente gran malestar y no puede con su vida. Según uno va cambiando, va madurando, se va enfrentando a las adversidades, va recuperando un yo y un chip anterior, más sano. Va disfrutando de un cierto éxito según va abordando los problemas, va viendo más soluciones que aportan tranquilidad y ganas de seguir trabajando por uno mismo.

Cuesta hacerse cargo de los fracasos, hay mucho que aprender, mucho que controlar. Uno se deja orientar, hace caso, confía y desde ahí se cogen fuerzas para avanzar. Se pierde la sensación de culpabilidad que se transforma en dosis de responsabilidad. Hay una

parte de quererse, de aceptarse y todo ello posibilita estar en el camino y la dirección correctas. Hay otras muchas circunstancias que tienen que ver con los fracasos y no solamente las excusas. Un elemento importante es el de no pedir ayuda, hacer las cosas solo, sin contar con nadie, sentirse omnipotente cuando esto no es realidad. Otro factor importante tiene que ver con la dejadez, el pasotismo y no enfrentarse a las situaciones, en muchas ocasiones por no saber cómo gestionar las cosas y hacer elecciones que no aportan ningún beneficio. Muchas veces los fracasos tienen que ver con los demás, con no pensar las personas que se eligen y dejarse arrastrar por ellas no sacando nada en claro. también después de muchas situaciones negativas se van perdiendo las ilusiones, no se da la cara y se deja todo para otro momento (que nunca llega) y uno termina escondiéndose y aislándose de todo y de todos. Para finalizar y como ya decíamos en otro tema muchas veces no se piensa antes de actuar, se hacen las cosas desde la rabia, el dolor, los impulsos, la agresividad y así el fracaso está

asegurado repercutiendo más y más en la autoestima, en no quererse y aislarse más en el mundo de la droga.

“Fija tus ojos hacia delante en

lo que puedes hacer, no hacia

atrás en lo que no puedes

cambiar”

Hablamos en esta sesión del pasado y del futuro y que es lo que supone esta mirada en el presente, en el día a día. Hay total coincidencia en el grupo de que en este momento, lo más importante es mirar hacia adelante, teniendo en cuenta las cosas del pasado para potenciar lo positivo y no volver a repetir en la medida de lo posible lo negativo, lo que se ha hecho mal, lo que a hecho tanto daño en lo personal y en el entorno. En definitiva, mirar lo de atrás tiene que servir para cambiar, para no quedarse estancados, aunque en la mayoría de las ocasiones este pasado deja marca para siempre. Mirar hacia adelante es una forma de progresar, de hacer lo que uno quiere hacer, de tener ambiciones y ponerse pequeñas metas. Hay que mirar hacia delante y dejar de machacarse por las cosas negativas del pasado.

Si nos quedamos estancados o con la mirada puesta en el pasado muchas veces no avanzamos. Sentimientos de culpa, decisiones que no fueron las correctas, miedos (con la familia, amistades,…), errores, desorden, dejadez, malas actitudes, que le dejan a cualquiera paralizado. Nuevamente aparece el tema de hacer sin pensar en las consecuencias. Si me quedo en el atrás aparece el miedo al fracaso, tantas veces

presente, el pesimismo que no deja ver las cosas como son, te lamentas de todo lo que te han dicho y a lo que no has hecho caso y para soportar todo esto, que genera tanto dolor, el consumo “ayuda” a tapar toda esta realidad y no hacerte cargo de ella. Hay que sobreponerse a todo esto y vivir el presente con esperanza, con esas ganas de cambio de las que tanto vamos hablando e ir enfocando día a día el futuro. Hay que disfrutar cada momento del ahora, vivir día a día sin lamentarse de lo que pudo haber sido. Hay que estar convencido de que toda esta historia se puede superar, primero por mi y después por mi entorno. Hay que corregir errores, con mucho trabajo personal, estando activo y receptivo a todo y a todos. Tener ilusión, ganas de hacer cosas, no olvidarse del pasado, de lo que me aporta para vivir el presente y tener un futuro mejor. Hay que valorar lo que uno tiene y como ya hemos dicho antes no lamentarse en lo que pude tener o ser. Hacer planes consistentes, pensando, pero haciendo al mismo tiempo y pidiendo ayuda cuando sea necesario, dejándose orientar. Al final, todo o casi todo depende de nosotros. Hay también quien tiene muchas incertidumbres en el momento actual ya que las acciones del pasado dejan temas

judiciales por definir que evidentemente pueden transformar el futuro e imposibilitar hacer planes a corto o medio plazo. Poniendo la mirada en un futuro cercano hay ganas de tirar para adelante y solucionar los temas pendientes a pesar de las dificultades y las dudas. Hay expectativas de cambio. Hay afán de superación, ganas de pelear con las dificultades, ganas de trabajar y de obtener buenos resultados. Hay optimismo, ilusión, criterios reales de ver la vida, ganas de asumir responsabilidades y grandes dosis de felicidad (personales, familiares, con las amistades,…) por este cambio que se está emprendiendo. Hay tranquilidad, ganas de minimizar los problemas, ganas de recuperar el tiempo y las cosas perdidas. Todo lo negativo vivido hace aprender y coger respeto a muchas situaciones a las que antes no se les daba importancia. No se quiere mirar mucho a un futuro lejano, importa vivir día a día, disfrutando de lo que uno es y tiene, sabiendo que el bienestar personal depende fundamentalmente de uno y del camino por el que opte continuar.

“Nadie puede ser feliz si no se aprecia a sí mismo”

Toca dialogar en este momento sobre la felicidad, palabra con mucho contenido y a la que generalmente todos vamos buscando. El primer punto de debate tenía que ver con la sensación de felicidad que tenemos. La verdad es que cuesta contestar afirmativamente, hay dudas, no se tiene muy claro esto de la felicidad, se habla de sentirse a gusto en momentos de la vida, y a pesar de los intentos de afirmar esto como realidad, cuesta. Parece que el hecho de estar haciendo en este momento un cambio contribuye a la felicidad frente al sentimiento de sentirse desgraciado anteriormente. En este momento todo va a mejor, aunque a veces hay altibajos. Parece que la felicidad tiene

que ver con momentos puntuales de la vida y que la felicidad de los de alrededor, también con la tarea bien hecha y con sentirse uno a sí mismo centrado, en un camino positivo. En cuanto a la sensación de

quererse a uno mismo, hay respuestas de todo tipo, pero la sensación generalizada pasa por la opinión de no quererse demasiado a uno mismo aunque se intenta. El momento actual sí que parece que supone un punto y aparte, un trabajar por quererse y valorarse y poder empezar a sentirse una buena persona. El quererse a uno mismo está condicionado muchas veces por lo que los demás piensan de mí. Si no me valoran, yo tampoco lo hago, y al final uno se cree una persona negativa. Una apuesta importante en este momento sería empezar a pasar de los que no me valoran, hacerlo uno mismo y que esta actitud sea una constante en la vida. Importante elevar

el nivel de autoestima, este es uno de los objetivos del trabajo en Comunidad. Importante conocerse poco a poco y pensar que a pesar de todas las situaciones que uno ha vivido y ha provocado puedo ser una buena persona y puedo sentir que aquellos que quiero me parecían también a mí. El nivel de quererse también tiene que ver con cuanto meto la pata y con cuanto me fastidio a mí mismo (“si realmente me quiero, me aprecio, no me haría tanto daño”).

A pesar de esa dificultad de sentirse felices que destacábamos al principio y de esa sensación de no quererse en momentos, si que fuimos desgranando las cosas positivas que uno reconocía en sí mismo y que ayudaban a quererse un poco más cada día. Sobre todo se descubrían valores personales en los que muchos de ellos coincidían. Ser trabajadores, sensibles, decir las cosas a la cara, ser sinceros, tener la capacidad de escuchar al otro, tener sentido del humor, afán de superación, valores,… El hecho de estar aprendiendo muchas cosas personales en el tratamiento también va ayudando a quererse un poco más. Ayudar a los demás, tener disciplina, estar en proceso de aprendizaje, reconocerse en lo positivo, tener la conciencia tranquila, aprender a querer y a quererse, saber vivir sin sustancias, saber decir no,… son otros elementos que ayudan a estimarse. Y sobre todo, el tener ganas de cambiar de una vez por todas. Además del análisis de la frase, hicimos una tarea extra que tenía que ver con escribir por parte de todos, las cosas que nos gustaban de cada persona del grupo. Una vez realizada esta tarea, tratamos de ver si individualmente nos reconocíamos en lo que nos decían los demás. Se destacaba mucho la emoción por saber lo que los otros piensan de uno ya que en muchas ocasiones no estamos acostumbrados a que nos valores o nos digan lo positivo que tenemos. Uno casi siempre piensa que le van a valorar peor o no se espera que le digan cosas tan buenas. Con todo ello, se respiraba un buen ambiente, de agradecimiento fundamentalmente. En líneas generales si que se reconocían en lo que los otros les decían, aunque algunas cosas si que generaban sorpresa, sobre todo las relacionadas con sentimientos de transmitir tranquilidad en personas que interiormente estaban muy inquietas. Finalmente comentaban que si las valoraciones fueran de familiares ó amigos, no les sorprendería tanto lo dicho.

“Pasar tiempo con gente equivocada disminuye, de forma

espectacular, tus posibilidades de éxito. De hecho, si

andas por ahí durante bastante tiempo con un manojo de

perdedores, hay muchas probabilidades de que llegues a ser

uno de ellos”

Tema importante el que abordamos en esta ocasión, que da mucho juego y que tiene opiniones muy controvertidas. Se trata de las relaciones que establecemos, con qué personas, cuanto nos aportan y cuanto nos perjudican,…

En primer lugar tratamos de ver a qué les suena el contenido de esta frase en el desarrollo de su vida. Todos coinciden en que es una frase con mucho criterio de realidad pero de la que cuesta asumir el contenido ya que es verdadero en la mayoría de las ocasiones, el andar con malas compañías o con personas inadecuadas, termina

influyendo, aunque para todos también es real y queda claro que lo han elegido así, que no se trata de una imposición de nadie. Es un tema que remueve en muchos momentos, lo dicen los amigos que te quieren bien, te lo dice al familia en infinidad de ocasiones, es un tema muy abordado en muchos de los espacios del programa terapéutico,… Al final, te juntas con quién tiene el mismo objetivo

que tú (drogarse). El término “perdedores” escuece, molesta, duele, porque al final son las únicas personas con las que te has vinculado, como digo por diferentes motivos y razones, y también es como reconocerse uno mismo perdedor. Hay quien ha sido capaz de mantener un doble juego y estar con gente “equivocada” y con gente “normalizada” pudiendo elegir qué hacer con unos y con otros, pero al final termina arrastrándote el grupo humano menos adecuado (te arrastran, te dejas arrastrar, no vas a buen puerto, vives un mundo de mentiras,…). Una vez metido en estas relaciones, es muy complicado darle la vuelta y esta es una de las cosas que cuesta trabajar a la hora de normalizar tu vida, estar en tratamiento,… a pesar de que las consignas en este sentido son muy claras. Tratando de buscar razones de porqué mantenerte en este tipo de relación, es evidente que empatizas con estas personas, no te encuentras solo, te sientes de alguna manera arropado, cosa que con un entorno no consumidor sería muy difícil establecer, mantener,… Puede que también uno se deje llevar, influir por la situación, falten ciertas dosis de personalidad y esto hace que te metas en este engranaje de relación poco provechosa. Otro motivo podría estar relacionado con el poco cuidado personal (al final, todo te da igual con tal de no sentirte solo). Generas desconfianzas y hay un alejamiento recíproco entre ti y las personas que te apoyan y te quieren, como decíamos antes te dejas llevar y arrastrar hacia otros modos y modelos de relación, siempre teniendo en cuenta que lo haces porque tú quieres, tú tomas la decisión de con quién quieres estar. Eres consciente de donde te llevan estas relaciones (pérdida de confianza, autodestrucción, problemas personales, temas judiciales,…) pero te mantienes en este camino en contra de todo y de todos. Muchos motivos para quedarte encasillado en este tipo de relación. Inseguridad, no conoces otra cosa y te da miedo lo nuevo estando cómodo con determinadas personas, no piensas en las consecuencias que te acarrea este tipo de relación, incluso en momentos disfrutas y te gusta lo que haces en este ámbito. A veces te vinculas con estas personas como modo de repulsa ante las situaciones que te ha tocado vivir ya que te aceptan incondicionalmente, no hay críticas, no

hay reproches, y al final, por mucho que la frase hable de un grupo de perdedores, el que termina perdido, perdiendo y perdiéndose eres tú mismo. Frente a esto, hay todo un trabajo de cambio de relaciones que hay que hacer y son muchas las dificultades, miedos y esfuerzos a realizar para encauzarlo y llevarlo a buen puerto. Este es uno de los grandes objetivos que se trabaja en la inserción, con mucho peso y con mucha importancia ya que si se vuelve al mismo círculo de amistades, el riesgo de recaída y de tirarlo todo por la borda es importante por muy claras que se tengan las cosas. Entre las dificultades que fuimos hablando a la hora de ubicarse en un grupo

normalizado, comentábamos el tema de la baja autoestima que uno va acumulando a lo largo de su tortuoso camino. Te quieres poco, piensas que los demás no te aceptan y que nunca vas a ser capaz de ubicarte en una relación diferente. En muchas ocasiones hay que empezar desde cero, romper radicalmente con todo lo anterior, y este es un esfuerzo muy grande. Las dificultades en muchas ocasiones te las generas tú mismo ya que los que son verdaderos amigos, han

estado ahí, esperándote, queriendo ayudarte y no lo has visto o no te has dado cuenta ó por mil motivos más no has dado pasos para enfocarte hacia esa relación más sana. El hecho de sentirte menos, con menos cultura, con menos capacidad de diálogo, también influye a la hora de relacionarte, te quedas al margen, como más cohibido y la relación se dificulta más, ves más inconvenientes que ventajas, te sientes más cómodo en los otros círculos y terminas abandonando lo positivo para ti. Tú mismo te etiquetas de rarito y tiras todo por tierra. Hay un ambiente de optimismo en este cambio de relaciones porque muchas veces las personas que realmente aportan y tienen sentido han tenido siempre las puertas abiertas, han querido significar un punto de compañía y han estado presentes todo el tiempo, aunque no lo hayamos sabido ver. Esta es una baza que hay que aprovechar sin dudar para ponerse en un camino de relaciones más sanas, más provechosas, más positivas, que realmente merecen la pena y pueden aportar mucho en este momento de cambio.

¿Qué te gustaría hacer si supieses que no vas que no vas a

fracasar?

Abordamos en esta ocasión un tema con el cuál muchas de las personas que están en tratamiento conocen bien porque les ha acompañado en diferentes momentos de su vida, el fracaso ó el miedo la mismo.

Tratamos de analizar en primer lugar con qué tenía que ver el fracaso, con miedo ó con las circunstancias personales de cada uno. En la mayoría de las ocasiones tiene que ver con el miedo y la respuesta parecía más o menos unánime. Miedo al qué dirán, a fallar a la gente que apuesta por uno, a caer en lo mismo, a perder todo lo bueno que uno tiene ó ha tenido, al rechazo,… También las circunstancias de cada uno tienen que ver en los fracasos que ha ido cosechando en la vida. Entre estas circunstancias cabe destacar el hecho de no vivir con la familia, actitudes personales que llevan al fracaso, estados de ánimo apagados y poco optimistas, soledad, inseguridades personales, conductas dubitativas, poca fuerza de voluntad, autoestima baja, vida delictiva,

consumo de drogas,… Retomamos el tema de la actitud dialogando en esta ocasión sobre la que uno toma ante algo en lo que ha fracasado. En este momento vital, relacionado con hacer un tratamiento, la actitud es de volver a intentar, volver a arreglar aquello que uno va buscando. Las maneras de volver a construir son diferentes según cada persona. Hay una parte reflexiva donde se trata de

analizar aquello que se ha hecho mal para volver a construir y arreglar las situaciones. Hay que responsabilizarse de lo hecho y dejar la culpa de lado ya que esta no ayuda a avanzar. Hay que trabajar con constancia, intentándolo una y otra vez, sin dejar que el fracaso frustre en lo personal. Importante también el poder y saber pedir ayuda y no menospreciarse por ello, es una opción que muchas veces da resultado y ayuda a tirar para adelante. Hay que ser constante, ir poco a poco y no torturarse pensando cada día en lo que uno ha fracasado. También se sugieren otro tipo de actitudes que no ayudan demasiado a avanzar. Entre ellas hablamos del enfado, la culpa, el tirar la toalla, el sufrimiento, el hecho de guardarse las cosas para uno mismo, ignorar los problemas, mirar para otro lado,… Está claro que todas ellas ahondan aún más en el fracaso y no nos permiten crecer y avanzar en el desarrollo personal. Tratamos de imaginar también qué haríamos si tuviésemos la certeza de no fracasar. Cada uno tenía sus ideas y proyectos ilusionantes en algún otro momento de su vida. Una carrera universitaria (arquitectura, veterinaria, educación social, psicología,…), ser emprendedor y abrir algún negocio (coches, carrocería, tienda de ropa, bar,…), hacer una película, escribir un libro de poesía, actividades de aventura (montar en avión, puenting, paracaidismo), viajar y conocer otras culturas, … En el plano personal, los proyectos tenían más que ver con recuperar la familia, las amistades, un trabajo que llene, cambiar los hábitos negativos con los que uno ha convivido mucho tiempo de su vida, o no depender de ninguna sustancia. A la vista de este listado de proyectos e ilusiones, incidimos una vez más en los miedos reales para realizar todo esto que hemos anotado anteriormente. Una vez más los miedos tenían que ver con el fracaso, con tratar

de intentar todo ello y sumar un fracaso más a la vida. Miedo a sentirse incapaz de trabajar por lo que uno quiere, miedo a no ser constante y desinflase en el intento, miedo a dejarse arrastrar una vez más a la droga después de no conseguir lo deseado tras un trabajo intenso de cambio personal, miedo a volver a sentirse solo, miedo de agobiarse en el camino y

tirarlo todo por la borda. Ser

reflexivo, responsabilizarse, dejar la culpa de lado, intentarlo una y otra vez, no frustrarse,… son actitudes que nos ayudarán a hacer lo que deseamos dejando de lado el fracaso.

“Si siempre haces lo mismo, siempre obtendrás lo mismo.

Piensa que hay personas que no viven 365 días la año, sino

que viven el mismo día 365 veces”

Toca el momento de hablar de la rutina, de hacer lo mismo ó de plantearse alternativas diferentes a cada día. Trabajamos en primer lugar sobre la opinión que transmitía esta frase en cuanto a nuestra manera de funcionar. Parece que todos coinciden en que es una frase muy realista con la que identificarse ya que en general los días son muy rutinarios (los 365 días no son iguales pero sí bastante parecidos). Incluso cuando uno estaba en la movida, la vida era pura rutina, traer dinero, colocarse, ausencia total de objetivos y funcionar siempre igual, todo era sota, caballo, rey. En ocasiones es la propia monotonía la que te lleva al alcohol, la depresión y otras muchas circunstancias negativas por las que se ha pasado. La monotonía lleva al aburrimiento y cada día te metes en la cama pensando qué te ha faltado por hacer pero con pocas ganas de cambiar y de trabajar por algo novedoso. En cuanto a qué hacer para cambiar esa rutina, muchas alternativas y muchas ideas para vivir esos 365 días del año. Hacer planes diferentes, con gente diferente, ampliar el círculo social, nuevos hobbies,… que con quien uno esté y comparta el tiempo aporte cosas nuevas y positivas. Dejar de lado

la droga que realmente lo que propone es monotonía, aburrimiento, destrucción y retomar actividades que a uno le gusten combinándolo con antiguas amistades, familia, trabajo,… No es fácil hacer todo esto pero no se tiene que quedar en ilusión y proyecto, hay que pelear por llevarlo adelante poniendo todos los medios a nuestro alcance. Es importante planificar, no improvisar, ser positivo. Temas como el voluntariado, la ayuda a terceros, son actividades que cambian la rutina y proponen aires diferentes y satisfactorios. Hay que ser realista con los planes, que sean realizables, respondiendo a los imprevistos que seguro que los habrá y no estancarte. Todos tenemos en la cabeza ideas para realizar (de trabajo, de viajes, de formación, de conocimiento de personas y entornos diferentes,…) y es importante no abandonarlas, no ponerse excusas para no hacerlas y es importante gestionar adecuadamente los 365 días del año. A pesar de estas alternativas y más que seguro se han quedado en el tintero, planteamos si es posible vivir cada día de forma diferente. Las opiniones son alternativas entre el sí y el no. Los que piensan que no, ven que es complicado llevar 365 días diferentes. Se quieren hacer muchas cosas pero muchas veces no hay tiempo ni momentos para hacerlas. Es difícil cambiar la monotonía, se puede hacer un esfuerzo por no caer en ella cogiendo buenos y diferentes hábitos, sabiendo que hay

obligaciones y que el día a día cansa. Incluso hay quien piensa que el hecho de hacer cosas diferentes, al final, continuaría convirtiéndose en rutina. En cuanto a los optimistas, ven la importancia de organizarse y sobre todo la necesidad de querer romper con ella. Una forma de romper rutinas es intentar progresar en el día a día, mejorando lo que ayer no te salió tan bien como esperabas. La actitud personal es importante también para que el día sea ameno y llevadero.

Finalmente y para terminar el tema, hablamos de las necesidades para hacer la frase realidad, “vivir 365 días diferentes”. Lo primero parece que tiene que ver con la actitud de querer vivir la vida de una forma diferente a la actual disponiendo de tiempo para uno mismo. Un espacio de reflexión diario también es importante para valorar lo que hago en el día a día y organizar el día siguiente con objetivos a corto y largo plazo. Si no planificas, terminas perdiéndote y no haciendo nada. Dentro de esa actitud hay que cambiar muchos hábitos dañinos que también se han convertido en rutinarios y cambiarlos por ganas, fuerza personal, ilusión, constancia, sentirse recompensado pensando que el esfuerzo que hago por todo ello merece la pena. Importante tener claro que muchos días quizá sean iguales, pero que es importante buscar en ellos alicientes que te satisfagan. Y luchar cada día por mejorar y sentirte mejor contigo mismo. Alguien recordaba una frase que también resulta positiva e importante en esto

de dejar la monotonía de lado. Dice así: “Igual no puedes hacer lo que quieres, pero si es importante que quieras aquello que haces” .

Afronta tu camino con coraje. No tengas miedo a las

críticas de los demás, y sobretodo, no te dejes paralizar

por tus propias críticas”.

En esta ocasión nos centramos en el tema de las críticas y el coraje que hay que poner para afrontar nuestros objetivos deseos e inquietudes.

Comenzamos hablando de si hacíamos las cosas con fuerza, coraje y decisión. En la mayoría de los casos le respuesta fue “NO” por diferentes

circunstancias. Dudas, inseguridades, nervosismo, indecisión, falta de atención,… En algunos otros casos, los menos, si que había esa fuerza para encauzar los proyectos, con decisión, asumiendo las consecuencias, utilizando la cabeza y pensando en uno mismo. Lo que si era evidente para todos, era la mejoría en este sentido al estar en tratamiento. Uno va encaminando su vida. Vimos también el tipo de críticas que nos paralizan. Sobretodo paraliza la crítica del que no te conoce y del que habla sin demasiado criterio y además las críticas que te hacen cuando estás intentando hacer las cosas bien. Afectan y mucho las críticas repetitivas en relación a “todo lo haces mal”, “a ver cuánto te dura”, “no vas a cambiar, te conozco”,… Al final terminas creyéndote aquello que te dicen, te cansas de todo o lo mandas todo a paseo. Por otro lado, no gusta mucho ver, ser consciente de lo que haces mal aún sabiendo que es verdad y gusta menos si se dice de malas maneras o con ánimo de atacar. A pesar de todo esto y aún sabiendo que son críticas con motivo, hay que saber lo que se quiere, no desanimarse e ir a por ello. Al hilo de esto, hablamos también de los sentimientos que las críticas generan de inutilidad y de baja autoestima, de falta de credibilidad y de que no se nos tome en serio sobre todo si las personas que te lo dicen son conocidas y te importan. Seguimos el tema hablando de la autocrítica que no nos deja evolucionar. Vemos que hay muchos factores que nos impiden avanzar. Por un lado está la sensación de que nunca se hace lo suficiente, de que se puede hacer más. Esto genera miedo, inseguridad, terminando por paralizarte y no hacer nada. Muchas veces están las excusas (que si mi baja autoestima, que si no puedo reaccionar, que si…) . Te excusas en el “no puedo” cuando si te paras a reflexionar un poco, lo intentas y lo haces. Es importante romper con esos atascos que no nos dejan avanzar. En otras ocasiones la pereza, el ser un vago, el acomodo, la inconstancia, nos hacen dejar los proyectos y a uno mismo de lado. Se pueden pensar muchas alternativas, muchas opciones pero se acaba por no hacer ninguna, entrando en la monotonía y el aburrimiento, y dejando a un lado las ilusiones para buscar otra vida. En otras ocasiones, más que la autocrítica, a uno le paralizan las cosas que ha vivido en un mundo de autodestrucción y sin visión de futuro. En el terreno de lo concreto, llegamos incluso a desmenuzar algunas de esas frases que tanto daño hacen y tanto paralizan:

¡Cuánto tiempo he malgastado, que mal he utilizado mis habilidades!

¡No soy fuerte para superar mis problemas!

¡No lo voy a poder hacer!

¡Soy un dejado, por eso fracaso!

¡No me quiero, creo en todo el mundo, estoy para todo el mundo menos para mi!

Finalmente vimos posibilidades de actuación ante las críticas que nos permitiesen avanzar. La verdad es que las opciones comentadas resultan muy positivas, permiten hacerse cargo de las críticas y tirar para adelante que al final es de lo que se trata. En este sentido, vimos que es importante analizar las críticas, darles el valor que merecen y desde ahí cambiar la manera de pensar y actuar. Ser conscientes de lo que tenemos que cambiar y ser constantes, pensar en uno mismo y luchar con fuerza, creyendo en uno y en lo que está haciendo y aunque duela y sufras por dentro,

aguantar y seguir. Hay que tener el pensamiento positivo, ser paciente, pensar en las críticas con tranquilidad y desde ahí, darse cuenta de las cosas y tener ganas de hacerlo bien de una vez por todas. Tenemos que evitar que las críticas nos hagan daño, que nos perjudiquen. Hay que ser un poco echado para delante (en otros aspectos más dañinos ya lo hemos sido), tener coraje y tomar las medidas adecuadas para lograr ese cambio con decisión.

VVaalloorraacciióónn ddeell ttaalllleerr

Para finalizar esta revista me gustaría haceros llegar algunas líneas sobre la valoración del taller, y qué mejores conclusiones que las planteadas por l@s propi@s usuari@s en la encuesta final sobre el mismo.

El 100% de las personas que participaron vieron

adecuada la realización de este taller para

futuros grupos. Las razones que dieron para ello fueron muy variopintas, a saber: sienta bien, trabajamos sobre valores, une/hace grupo, ayuda a dialogar, ayuda en el conocimiento de tus

compañer@s, ves diferentes puntos de vista, te ayuda a reflexionar, te abres sin darte cuenta, hablas sobre ti mism@, ayuda a escuchar, ayuda a valorarte…

A nivel personal, ayudó a las personas a tomar conciencia de sus cualidades, a ser

más sinceros y dar confianza a los demás, a desarrollar la autoestima, a soltarse, a saber más de un@ mism@ y de los demás, a saber expresarse frente a otras personas, a conocerse más, a soltar lo que se lleva dentro, a reflexionar, a acercarme a l@s otr@s...

El 93% de l@s participantes observó cambios en el grupo. El grupo ha ido a

mejor y nos hemos involucrado, se ha visto sinceridad en los planteamientos de cada un@, nos hemos unido ya que hemos hablado y conocido al compañer@, han mejorado las relaciones entre los miembros del grupo, nos hemos ido soltando más, hemos ido mejorando en los debates, al final hay mayor comunicación,…

Y finalmente el 86% de l@s usuari@s consideró que el taller le había ayudado en el desarrollo de sus objetivos personales, razonándolo de la siguiente manera:

he podido hablar de forma distendida sobre diferentes temas, veo las cosas de otra manera y me ha ayudado a venir al tratamiento, me conozco mejor, me ha ayudado a pensar con claridad y a levantar la cabeza, me ha invitado a estar más relajad@, me he podido expresar sin miedo al qué dirán, he podido ser más clar@ con los demás y conmigo mism@, he podido pensar en mí y en cómo he actuado en mi vida, ha mejorado mi autoestima,… A la vista de lo expuesto, no tengo mucho que decir, sentirme satisfecho con el trabajo que he realizado y con lo que el mismo les ha aportado a l@s usuari@s en su desarrollo personal. Todo ello recompensa con creces el tiempo empleado en pensar en el desarrollo de este taller, que personalmente me hace avanzar y crecer también profesional y personalmente. Finalizo la valoración con una tabla de puntuación pasada en diferentes momentos del taller que valora los objetivos del mismo y otros temas del desarrollo del taller.

COMPARATIVA EVALUACION SESIONES

SOBRE LOS OBJETIVOS 1ª

eval

2ª

eval

V.F

Dialogar de forma distendida sobre diferentes temas y diferentes

experiencias que cada miembro del grupo ha tenido a lo largo de

su vida.

4.2 4.6 4.5

Soltarse y romper las barreras que impiden el diálogo

generalizado en el grupo (miedos, vergüenzas, sentimientos de

inferioridad y de no hacerlo bien, presión grupal, nervios, falta

de reflexión,…)

3.8 4.5 4.4

Que los temas planteados ayuden también a desarrollar el proyecto

personal con el que cada uno ha venido a Haize Gain.

4.5 4.6 4.7

Pasar un rato agradable, divertido, no forzado, que mejore las

condiciones grupales, el conocimiento de las personas que

participan,…

4.4 4.6 4.6

Trabajo sobre valores (diálogo, confianza, comprensión, apoyo,

escucha, compartir, reflexionar,…) quizá no muy de moda en la

sociedad actual, pero básicos en un espacio como el de Comunidad.

4.3 4.5 4.6

OTROS TEMAS A VALORAR 1ª

ses

2ª

ses

V.F.

Tu participación 3.8 3.9 3.8

La participación del grupo 4.1 4.1 4.4

El ambiente existente en las sesiones 4.5 4.5 4.5

El trabajo del educador 4.5 4.5 4.7

La función de secretarios con el objetivo de realizar una

“REVISTA”

4.2 4 4.7

(Aunque no está confeccionada) la revista que queremos elaborar

como final del taller “CRECE dialogando”

4.4 4.3 4.7