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C O N T A C T O S Diciembre 2.012

Diciembre de 2012 Nº 12


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Y a pasó la euforia y el fervor que se concentro en la tan es-

perada, por muchos con exagerado entusiasmo, Huelga General, con-vocada por los Sindicatos para arreglar un montón de cuestiones referentes principalmente a la eco-nomía y al bienestar social. Al final, como suele ocurrir, nada de nada; continuamos igual; el desgaste, y el gasto y pérdida por parte de mu-chos, o mejor dicho, de los españo-les, no ha dado resultados apeteci-dos. En las manifestaciones muchos de los “protestantes” enronquecieron por sus continuos gritos, otros iban de comparsa y otros aprovecharon la ocasión, (es su costumbre) para hacer de las suyas; no saben hacer otra cosa. Yo lo único que presencié, lo demás me lo han contado o lo vi por la te-le, fue lo que narro a continuación: Cruzando por Zocodover, esa mañana del día 14 de Noviembre, me crucé con cinco o seis jovencitas que entusiasmadas cantaban a “grito pelao” esa edificante y toni-ficante hermosa estrofa: “que le den por culo, matarile….”. Imaginaos el cacao que se apoderó de mi mente, puesto que yo iba en mi interior entonando esa, no me-nos aleccionadora y didáctica can-ción (bailable) de: pun, catapún

chin pun, el gallo sube, echa su … y se sacude, etc.”. El resultado fue que baje las escale-ras del Arco de la Sangre conto-neándome ensimismado en tan agradable música; hasta tal punto que le di una palmada en la espalda a la estatua de Cervantes y me en-contré diciéndole: “¿Qué opina us-ted Don Miguel de todo lo que pasa por esta su tierra? ¿Mola o no mo-la, colega?”. No se si me mandó a tomar el jarabe de las jóvenes can-toras o me recomendó a Sancho para que me sacara de dudas. Fue-ra como fuera tiré calle abajo, aho-ra ya un poco mas lucido, pensando que era un día serio; era la Huelga General. ¿A que me suena esto de Huelga, me preguntaba poco después? Será mejor que no lo diga, por si las moscas. Y “mosqueao” llegué a pensar: “mira que si mi coche me llama “desmemoriao” y “cacharro viejo” porque mas de una vez, como hoy, lo dejo abierto”. Y es que la mente se hace un lío y en ocasiones confunde “huelga” con “juerga”. O, ¿no será que son primas hermanas? ¿Qué opináis vosotros? Me voy a quedar con el matarile, rile… y con el pum, catapún… Me dan movimiento

PEDRO

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EDITA Centro de Mayores

TOLEDO I

REDACCIÓN

COORDINA: Alicia Sevillano Sevillano COLABORAN: Pedro Corchero Moisés Carrasco Escribano Domingo Fernández Dguez. Antonio Martín Salamanca Felipe Garrido Briceño José Luis Galán Víctor Díaz Domínguez Benito García Martínez Portada y contraportada: A. Maldonado Domingo Fdez. Dguez. Fotografía Benito del Moral Galán Enmaquetación y composición: Domingo Fernández Dguez. Dirección: C/ Santa Fe, 2 45001 TOLEDO Tfno. 925 223 916 www.centrodemayorestoledo1.com

En estas Fiestas Navideñas tan entrañables, la Dirección del Cen-tro y todo su personal, así como la redacción de esta modesta Re-vista CONTACTOS, les deseamos SALUD Y FELICIDAD.


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DEL SUEÑO DEL NIÑO JESUS

EN SU HUIDA A EGIPTO Dormido está y tienen que marchar… con urgencia les dijo que se fueran el Ángel, y que no se detuvieran hasta a Egipto, salvados ya, llegar!

Pues duerme, ¿cómo al niño despertar, si ni todas las nanas hoy sirvieran? ¡Oh, si en la paz así las almas fueran cánticos que a la guerra hacen callar!

Se abre el jubón la madre, con cariño allí, dormido aún, posa su niño, se monta en la borrica y ¡a partir!

Si rezan, lo hacen bajo, de tal suerte que el niño no los oiga y no despierte, y ahí, ¿dónde mejor pueda el dormir? Jubón: amplia vestidura de lujo, ancha y cómoda, que llevaban con orgullo nuestras abuelas, y les llegaba desde los pechos a la cintura…. quizá esa fue la cuna del niño Jesús esa atormentada noche, para Él, plácida y maternal!

BENITO GARCIA MARTINEZ

VILLANCICO

DE LA PAZ “Villancico de la paz,” es tu cuna y es tu amor este niño, que está en flor! I Él te recoge en manojos la fimbria de tu vestido, para que no sea herido ni por espinas ni abrojos!, Él te da su abrazo fiel, devuélveselo tú a Él, pues, ve con qué suavidad es tu cuna y es tu amor, villancico de la paz, este Niño que está en flor! II Será rey perdonador, y, escupido, lavará con el agua, que saldrá de su pecho, nuestro error... hasta dar a los sayones gratis todos sus perdones! no temas su majestad, que es tu cuna y es tu amor, Villancico de la paz, este Niño que está en flor! III La madre su pecho estruja para más así saciarlo, y hacia el cielo empuja para más alimentarlo, y, así, para siempre el suelo quede hecho hermano del cielo! Ángeles, ¡alto cantad que es la cuna y el amor, vedlos juntos, de la paz, este Niño que está en flor!

BENITO GARCIA MARTINEZ


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¡H ola, mal genio!

Aunque sospecho que mi saludo no te hace ni chispa de gracia lo hago porque te barrunto un tanto tirante conmigo. Y si es así ¿puedo saber por qué? El úni-co que puede amoscarse soy yo, puesto que yo no te he fallado y de cuando en cuando te pongo al corriente de lo que pasa por estas tierras y sobre los sufridos que refriegan el trasero por el suelo día tras día; digo, que nunca he tenido ninguna noticia tuya, ni siquiera en los sueños que cada noche me bombardean de cosas, algunas de las cuales resultan ex-trañas, que no comprendo, y otras encantadoras, que me hacen cre-cer la euforia y ponerme a tono, para el día siguiente.

Soñando ya despierto, pienso que tu cabreo se debe a lo que en mi última carta te contaba o te habla-ba de las bañistas despelotadas. Me refería a lo que influían en mi salud, llámalo estado de ánimo… Etc. Etc. Ten por seguro que yo sé que cuando la “espichaste”, perdiste el título de “viejo verde” que orgulloso ostentabas y que aquel mismo día perdiste los es-polones de gallo, de los que alar-deabas. Todo se acaba, viejo, y lo digo por algo de experiencia que voy poco a poco cogiendo. Cuan-do ya no veo las cosas, que en-candilas, siento que lo “verde” se me azulea. Claro que esto me puede ocurrir porque estamos ya en invierno y los fríos “agarrotan la “salud” que retoza en el cuerpo hasta que llega la primavera con la pancarta de “la sangre altera” y despierta lo agarrotao”.

Hay un refrán que dice: “quien te ha visto y quién te ve”, valedero

para hombres y mujeres. Estas últimas, también van perdiendo esa “salud” (que yo llamo) que te ponía “saltarín” de hambre reteni-da. Manejan mejor el freno y el embrague que los hombre y por eso duran más. (Me refiero a las de nuestra quinta o cercanas, por que las de ahora, (no todas), no se privan de nada.)

Sin embargo, es notorio lo que cuesta reconocer nuestro declive. Lo digo porque mis compatriotas se vuelcan en bailar y cantar, con-torneándose, algo de moda como es el: “pun, catapún, chimpúm, el gallo sube, echa su… y se sacu-de”. En el centro del carro se po-ne, el gallo, que se pavonea, aun-que yo diría que algo “acojonao”; ¿el por qué? Bueno… quizás ve que se acerca la Navidad y ya se sabe lo que le ocurre a muchos machos de esas aves de corral.

Volviendo a mi carta. Te hablo un poco de la Crisis que se ha “afincao” aquí, echando buenas raíces; también presiento que di-rás aquello de “a mí, plin etc.” Y en eso te doy la razón.

Te todos modos, por si alguien te pregunta dile que es una enferme-dad y como muchos acaba en “is” por ejemplo: tuberculosis, bron-quitis, artrosis, celulitis, cirrosis, baguitis, etc. ¡Ah! Por cierto, que esta ultima que nombro “la bagui-tis es la más común (siempre lo fue), y la que menos se cura, aun-que, eso sí, no deja secuelas. -¿Qué qué es esto de “secuelas”? pues que no deja señales ¿De acuerdo?

Respecto a ella, un día, con su carga de guasa, le fui a preguntar al Dionisio, el del sastre de nues-tro pueblo, que tal le iba “la ba-

guitis”, ya que él padecía tal en-fermedad. Cuando sucedió esto, tú aun vivías, algo “jodio” pero vivías. El Dionisio, alias “el can-sao” tenía fama de desarrollar mucha “agricultura”, más que los ratones coloraos; tenía un cacho de “arradio” y se oía todos los días un “programa”: el Alcagüe-te” que ilustraba mucho.

Cuando le pregunte, se subió los pantalones hasta los sobacos, lan-zo a una mosca que había en su puerta “Aposa” dos salivazos, se llevo la mano a la entrepierna en plan de tanteo, y con aquella voz, que recordaba un pedo en un boti-jo me dijo: “baguitis” es palabra sinagoga de “Gandulitis” y a mí me va “como anillo al dedo” “En resumen, que esta enfermedad le era “productiva”, según decía. –No se me olvida que todo el rato estuve agarrao al quicio de la puerta , porque cada vez que sol-taba una palabra, iba acunada por un tufo de morcilla cebollera, con ajos en desuso y algarrobas con tocino; menos mal que yo iba co-miendo castañas asadas, que si no doy de bruces allí mismo.

Pero el “jodio” ya había cogió fama de “ilustrao”. Supe que un día fue el hijo del Cerilo, mandao por su padre, a que le aclarara y le hiciera la cuenta del aceite, que él tocaba, de las maquilas que co-braban los socios de un molino de aceitunas, donde tenía unas accio-nes. Le planteó así la cuestión: por cada parte entera se maquillan 60 cuartillos y mi madre tiene una media tercia de una quinta que la dejo mi “agüela” Petra. Ya ves, abuelo, que un muchacho de la escuela podía dar la solución. La quinta de 60 son 12; la tercia de 12, son 4, y la media de 4 son 2 cuartillo, que era lo que le tocaba.

CARTA A MI ABUELO


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Pues el Dionisio, después de escupir y tocarse la entrepierna, sentao como estaba empringó 6 papeles, de un cuaderno que le dio el Cerilin; lo empringó con un lápiz del tiempo de Sancho Panza, con garabatos y rayas y como final se despachó diciendo que el aceite que les tocaba era “pi menos erre al cuadrado” ¡Ahí queda eso!

Y se quedó tan pancho. ¡Que

paciencia! ¿Qué me dices ahora abuelo? ¿Cómo sabrá el gazpa-cho con ese aceite pi menos erre al cuadrado?

Algún día lo probare si alguien se atreve a prepararlo. ¿Te gus-tan las historias de gente “soná” del pueblo?

Un abrazo de tu nieto.

PEDRO

(Como verán los lectores, uso algunas palabras tal como allí se decían entonces; ahora ya la gente, la mayoría, es más culta)

T enía un proyecto que era el de cono-cer ,dos comunidades en nuestra tie-rra de la Mancha, como es conocer la

extracción del carbón bajando a esas mi-nas ,y una población, que vive todo lo que rodea al teatro. Vamos a empezar por la población de Alma-gro, para conocer a sus gentes y andar por sus calles y visitar sus casas. Se siente en el ambiente y se respira las figuras escritas por muchos autores contemporáneos, que han sido representados en el singular Teatro de Comedias de la villa de Almagro También disfrutaremos de su gastronomía , en su famosa berenjena, y otros platos clási-cos de esta tierra de la Mancha. Hay que intentar venir ,visitar Almagro, pu-diendo asistir ,a alguna representa-ción teatral de los autores clásicos ,que te-nemos ,pues hay que sentirse orgullosos de ellos, pues nos hacen disfrutar de la comedia o drama gracias por ello. También tendremos la satisfacción de esta visita a Almagro, es paladear su cocina de la tierra en sus distintos establecimien-tos ,ubicados en estas construcciones con-

servadas con todo su bien hacer de otros tiempos pasados Resumen hay que ir a conocer Almagro. La otra zona a conocer de esta tierra llamada zona de la Mancha, es la población, de Puer-tollano . Su emblema es la minería con su extracción del carbón ,lo que represento , para su eco-nomía y su dedicación a este sacrificado tra-bajo , que en un principio fue con unos me-dios muy escasos ,y ,con el paso del tiempo fueron mejorando ,pero aun así era una dedi-cación laboral muy fuerte. En esta visita que estamos haciendo, bajan-do a la mina andando por esas galerí-as ,viendo esos raíles donde están situadas las vagonetas con su máquina, v es la herra-mienta con la que trabajaban estas perso-nas ,el sonido ambiente ,que intenta introdu-cirte en ese quehacer día a día, terminas en esta visita teniendo un respeto y admiración por las personas que se han dedicado a esta vivencia tan singular.

Víctor Díaz Domínguez

VIVENCIAS DE DOS MUNDOS DISTINTOS :


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DIÁLOGOS de un toledano con ... Un fraile de San Juan de los Reyes

E l día 15 de noviembre, un grupo de socios del Hogar número 1 de nuestro To-

ledo, fuimos al Monasterio de San Juan de los Reyes, pues el P. Marcos nos iba a rela-tar lo que acaeció en el verano de 1936, a 22 frailes franciscanos de Castilla, a los cuales el Papa Benedicto XVI los beatificó en Roma, (por su martirio) el 28 de Octubre de 2007, y cuyos restos reposan en la iglesia de este Monasterio. Todo el relato fue en-frente del cuadro que representa a los 22 frailes que fueron ase-sinados, y la explica-ción que nos dio el P. Marcos (el cual ha ter-minado de escribir un libro, sobre este suce-so), la verdad que a mí me impresiono todo el relato y le doy las gra-cias en nombre de to-dos por el tiempo que nos dedicó, este pe-queño fraile. Terminado el relato pasamos todo el grupo al claustro bajo por la puerta de la Verónica, también llamada de la Santa Faz, y ahí, el grupo se dispersó en grupitos, después subimos al claustro alto, el cual tiene las mismas dimensiones y estructura que el claustro bajo, excepto la altura, que se reduce a 4,6º me-tros, todos admiramos su fabulo-so artesonado mudéjar, que es de madera de alarce y sus adornos llevan las iníciales “Y-F” de Isa-bel y Fernando.

Terminada la visita salimos unos cuantos del grupo a la calle y co-mo Alicia me había pedido varias veces que si me atrevía a expli-carles algo sobre el Monasterio,

la contesté que les explicaría el Calvario que hay en la puerta de entrada. Aunque ya era un poco tarde comencé con mi relato, al cual le resumí un poquillo, y aprovecho desde esta revista de CONTACTOS para dar las gra-cias a todos por escucharme. Al marcharse todos, vi nueva-mente al P. Marcos y le sugerí que si podía entrevistarle para la revista que se publica en el Hogar, él no puso ninguna pega, y me invitó a pasar a su despa-

cho. Le enseñé las fotografías del Calvario y el pelícano, me dijo que me sentase y comienza cuan-do quieras: — Padre Marcos ¿por qué nom-

bre es conocida esta puerta? — Popularmente se la conoce co-mo “Puerta del Pelícano”, la cual estaba anterior-mente situada en la entrada o “Portería del Mo-nasterio” que en-tonces ése era su verdadero nom-bre. — Padre, según estas fotografías que yo conservo, la entrada no es la misma que ahora, ¿no es así? — Efectivamente, amigo, la entrada al Monasterio es-taba ubicada, en esta misma facha-da Este, pero en-frente de la calle del Ángel, for-mando un saliente

del edificio, como puedes com-probar en las fotografías que me has enseñado. Te digo más, en su frontal tenía una pequeña placita, que antiguamente debió estar protegida por una reja o barandi-lla. Esta antigua portería que vemos en la foto, te muestra el aspecto que presentaba a finales del siglo XIX o comienzos del XX, cuan-do era la entrada al Museo Pro-vincial, que estuvo durante unos años ubicado en el claustro bajo


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del Monasterio. — Entonces P. Marcos, el Monas-terio perdió una parte de su fachada Este, ¿no es así? — Ese espacio, querido amigo, per-mitió ensanchar la calle de Reyes Católicos, y por otra parte absorbió la antigua calle del Mármol que es-taba situada al Sur de la iglesia y de la zona conventual. Entonces el Ayuntamiento de tu Toledo nos ce-dió todo el recorrido de dicha calle del Mármol, la cual pasó a formar parte de las instalaciones conven-tuales. — Padre, este Calvario quien fue el que lo realizó, ¿Juan Guas o Enri-que Egas? Pues algunos escritores dicen que fue Juan y otros que fue Enrique. — He de decirte que las trazas del Monasterio fueron hechas por el arquitecto Juan Guas y el estilo es gótico pero con importantes ele-mentos mudéjares, sin embargo, la decoración con motivos heráldicos

y escultóricos fueron realizados por los hermanos Antón y Enrique Egas, y yo querido amigo, creo o más bien te diré, que esta “Puerta del Pelícano” fue realizada por En-rique. — Entonces, Padre, de aquella por-tada, ¿lo único que se conserva es este Calvario? — Así es amigo, pero lo han colo-cado en la misma fachada Este, pe-ro con distinta orientación, reinsta-lado sobre lo que hoy es en la ac-tualidad la entrada del turismo a los claustros. — Padre Marcos, ¿puede explicar-me el Calvario para mis lectores? — Esto, querido amigo, es lo últi-mo que voy a explicarte, no porque tu compañía me desagrade, sino que aquí en el Monasterio tenemos nuestras horas para rezos y para comer, y el tiempo apremia. — De acuerdo Padre. — Os diré, que este grupo escultó-rico es del siglo XVI, sus esculturas

son de estilo flamenco. Contiene esa bella cruz hexagonal, flanquea-da por la Virgen y San Juan Evan-gelista y la cruz está rematada por esa especie de canastilla a modo de nido en cuyo interior hay un pelica-no con sus polluelos. — ¿Cuál es su significado?, Padre. — Como ves, el simbólico animal hiere con su pico su propio pecho hasta hacer brotar sangre con la cual alimenta a sus polluelos. Su significado es: El símbolo del amor de Jesucristo, que se sacrifico por todos nosotros y se nos da a comer como manjar espiritual para nuestra salvación. Terminada la entrevista me despedí del Padre Marcos, dándole las gra-cias por el tiempo que me había concedido y le deseé éxito en su libro. MOISES CARRASCO.

SABÍAS QUE ….SABÍAS QUE …. ¿Qué significa decir “melón”? Entre las acepciones de esta palabra el diccionario oficial da al término signi-ficado que no se ajusta a la realidad: “Melón”. Figurado y familiarmente, persona torpe y bellaca”. Lo de torpe se entiende, lo de bellaco, no. Se dice en puntos de Andalucía a la persona ruin y desmayada; también en Nava-rra. Este insulto conoce otras formas derivadas que inciden en la condición de torpe que en tales criaturas sobresa-le o destaca como “meloncito”. Con el melón se alude a la cabeza del indivi-duo gorda pero huera o vacía, volumi-nosa, pero sin seso, cabeza que tiene forma amelonada. “Más liado que la pata de un roma-no” Esta es una duda razonable, pues la frase alude a cierto tipo de sandalia, la cáliga romana, que se ajustaba a la

pierna con una serie de correaje o co-rreas finas de cuero que podían llegar hasta las proximidades de la rodilla, donde se anudaban. Estaba fuertemen-te sujeta a la planta del pie permitien-do todo tipo de movimientos. En senti-do figurado se dijo que uno estaba tan liado como la pata de un romano, dan-do a “liado” el sentido de “ocupado”, “metido en faenas” y “atareado”. ¿Por qué se llaman “conservatorios de música”? Al fin de fomentar el estudio de las artes, los gobiernos crearon escuelas destinadas a su preservación y estudio. “Conservar” del latín servare, tuvo entre otros el sentido de “salvar”. En origen, la institución de este nombre se dedicó a resguardar los conocimientos musicales, así como las artes escéni-cas, por ejemplo, el canto y la danza. Se estudiaba música y declamación en

Grecia y Roma, donde ya había con-servatorios. ¿Decirle a uno “aprovechategui” es grave? Es un insulto menor relacionado con la persona aprovechona. En la ribera de Navarra despreciativamente se predica de quien siempre barre para adentro o arrima el ascua a su sardina. En Ma-drid, Canarias y otros lugares de Espa-ña se denomina así al caradura y fres-co. ¿Con tilde puede escribirse “ópimo”? Este adjetivo suele verse atraído por el superlativo “óptimo”, origen de la con-fusión y error. Aunque es un error que se comete con frecuencia, se debe evi-tar acentuar “opimo” . MOISES CARRASCO ESCRIBANO.


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M i tío José hizo la “mili” en una de las capitales de

la Tierra de María Santísima, es decir, en Sevilla. Allí siendo “chorche” se enamoró de una andaluza de Morón de la Fronte-ra, que estaba de “chacha” en la capital. Yo la recuerdo ahora y no me extraña que Cupido cuan-do lanzó la flecha a mi tío acer-tara plenamente, pues mi tía Mari Fe era ¡guapísima! Y con una gracia –como dicen en esa tierra- que no se puede aguantar. Tuvieron tres hijos, Sergio, Car-men y Jesús, éste de la misma edad que yo. Todos los años las vacaciones de verano, íbamos toda la familia unos días a Mo-rón de la Frontera a casa de mis tíos. Corría el año 1950 (contaba yo doce años de edad) y sucedió lo siguiente: Mi padre por su traba-jo ese año no podía coger el per-miso en verano y entonces, no podíamos irnos a pasarlo con mis tíos a Morón de la Frontera. Antes de ir a su trabajo, mi pa-dre se acerco por la mañana a la calle de la Plata que es donde estaban las oficinas de Telefóni-ca para poner una conferencia a mi tío y avisarle que ese año no le daban las vacaciones, y no podíamos ir a pasar el mes de agosto con ellos. Pero mi tío José le dijo que me mandasen en el tren hasta Sevilla que ellos me esperarían allí. La verdad que mis padres estaban reacios a mandarme solo, pero al final accedieron por fin hice el viaje “solito”. En aquella época, apre-ciados lectores de la revista CONTACTOS, recordareis que en los trenes siempre iba una pareja de la Guardia Civil. Re-

cuerdo que cogimos el autobús que bajaba a la estación de la empresa Pérez Díaz en la plaza de Zocodover. Al llegar a la es-tación de ferrocarril, mis padres se dirigieron a la pareja de la Benemérita, yo a todo esto con mi maletita de madera en la ma-no, les explicaron –parece que les estoy oyendo- que el “niño” iba solo hasta Sevilla y que tenía que coger el tren en Atocha a las diez. La Benemérita tan eficaz como siempre, les dijeron que no se preocupasen que en Ma-drid se lo dirían a los compañe-

ros que iban hasta Sevilla y que me dejarían en manos de los fa-miliares que fuesen a recoger-me, y así sucedió. Pero vayamos a la historia de Antonio el Barrendero: Dormí con mi primo Jesús en la misma habitación, él en la litera

de arriba y yo en la de abajo. Al día siguiente a las 7 de la maña-na mi primo me despertó y me dijo: dentro de un minuto vas a escuchar las siguientes palabras: ¡La madre que parió a las vacas! Las vacas y las cabras pasaban todos los días por la calle de mis tíos, -según mi primo Jesús- eran enemigas naturales de An-tonio el Barrendero, mejor di-cho, sus enemigos eran los ex-crementos de unas y otras. Sali-mos los dos a la puerta de casa, y efectivamente Antonio el Ba-

rrendero dijo la céle-bre frase: ¡La madre que parió a las vacas! Y mirándonos nos dijo: ¿Estáis viendo? Las cabras son otra cosa pues echar unas boli-tas negras y secas, que la verdad, niños, no me dan mucho trabajo, cagarrutas de nada, que se barren con facilidad. ¡Pero hijos! Es que la de las vacas ¡son la leche!, tan grande es lo que echan que no hay quien pueda andar por la calle. Antonio el Barrende-ro, todos los días re-petía su letanía inter-

minable, (¡La madre que parió a las vacas…!). Él tenía el turno de doce de la noche hasta las siete de la mañana. Vivía al lado de casa de mis tíos era muy sim-pático y muy habilidoso, pues él mismo se fabricaba las escobas con ramas de brezo: la verdad

ANTONIO EL BARRENDEROANTONIO EL BARRENDEROANTONIO EL BARRENDEROANTONIO EL BARRENDERO


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que a mí me gustaba verle con que arte hacia las escobas en el patio de su casa, él me decía con esa gracia andaluza: ¿¡eh!? Tole-dano, a que en Toledo no saben hacerlas. Eso de que se metan con Toledo y los toledanos, me sentaba muy mal, y mi contesta-ción fue, pues no lo sé, pero se-guramente las hacen mejor que usted, y mi primo Jesús le dijo: — No se te ocurra meterte con los toledanos, pues él deja de ser tu amigo. Él se hechó a reír y me dijo que era una broma. Además de barrendero municipal en turno de noche, se ayudaba para sacar adelante a su “prole”, ejerciendo de blanqueador duran-te la tarde. Su mujer asistía a las casas y así iban saliendo con la reata de churumbeles que tenían, un total siete niños. –Como no había “tele”… pues eso- Como blanqueador Antonio el Barrendero, estaba muy solicita-do y le bastaba, para cubrir sus medios días de brocha, escobón y escalera, con los avisos de los vecinos de su misma calle. En el

pueblo de mis tíos tenían la ma-nía del encalado anual, lo mismo de las fachadas, que de las habi-taciones de las casas y no se con-cebía que se pasara un año, sin cambiar la fisonomía de los pisos con la cal. Él era, como el capi-tán de un ejército, pues él hacia todo, cambiaba los muebles de lugar, como expulsaba las poli-llas, chinches, pulgas, etc. etc. Al ritmo acompasado de mojar la brocha, Antonio el Barrendero, cantaba, con no mucho caudal de voz, pero eso sí, con la cara sin descomponerse. En las habitacio-nes vacías resonaba su voz como suele sonar en las habitaciones deshabitadas repitiéndose el eco de un lado a otro. Este señor, todos los días antes de meterse en la cama por la ma-ñana, se pasaba por la taberna de su calle y se echaba una copa de aguardiente “pal cuerpo”, él nos decía, que era para matar “el gu-sanillo mítico que muere y rena-ce cada día como el ave fénix”, y así terminaba su noche de traba-jo, pero siempre con la misma cantinela de ¡la madre que pario

a las vacas! Y ¿estáis viendo?, las cabras son otra cosa… Antes de finalizar el mes de agosto, salí de Sevilla para Ma-drid, también fui acompañado por los civiles. Al llegar a Ma-drid a la estación de Atocha, allí estaban mis padres esperándome y nos fuimos a coger el autobús de Galiano que salía entonces de Drumen hasta nuestro Toledo. Y así terminaron las vacaciones de ese año, pues en septiembre comenzaban las clases en el cole-gio de don Alejandro Benayas y yo no podía faltar. Pero siempre recordaré a Anto-nio el Barrendero por su gracia, simpatía, y como yo siempre le daba la “vara” hablando de mi Toledo, el mosqueado me dijo: ¡Niño!, que Morón de la Fronte-ra, también tiene su historia, pues ten en cuenta, que se llama así porque estuvo en la raya del re-ino de Granada, ¡Casi ná!.

MOISÉS CARRASCO ESCRIBANO

Tu casa puede sustituir al mundo, pero nunca el mundo, puede sustituir a tu casa.-

Proverbio alemán.- Trabaja en impedir delitos, para nunca necesi-tar castigos.-

Confucio.- Cuando el fanatismo ha gangrenado el cerebro, la enfermedad es casi incurable.-

Voltaire.- No solamente es ciega la fortuna, sino que vuelve también ciegos, a aquellos a quienes acaricia.-

Cicerón.- El secreto de no hacerse fastidioso consiste en sa-ber: cuando detenerse.-

Voltaire.-

Uno de los peores males que puede tener el hombre es: el de la Intolerancia

Garrido.- La casualidad nos da casi siempre, lo que nunca se nos hubiera ocurrido pedir.-

Lamartine.- Hay en los celos más amor propio que Amor.-

Rochefoucauld.- El ateo es preferible al fanático; el primero obede-ce, el segundo, mata.-

Napoleón.-

Es una gran suerte tener pocos parientes.- Menandro

Felipe Garrido Briceño

CITAS CELEBRESCITAS CELEBRESCITAS CELEBRESCITAS CELEBRES


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E sta, apreciados lectores, de la revista CONTACTOS, es una triste historia de un

conocido mío del Paseo de la Rosa, con el que me une una gran amis-tad. Tener en cuenta que a cual-quiera de nosotros nos puede suce-der lo mismo, pero vayamos al re-lato:

Este señor está en un geriá-trico, como muchos otros mayores, a los que sus hijos les han dicho: “en esta residencia vais a estar me-jor que en casa” ¡MENTIRA!

El 28 de agosto cumplió 85 años y fuimos a felicitarle a la residencia geriátrica, mi esposa, y yo. Esta residencia está en un pueblo de aquí de la Sagra. Os diré, que la residencia esta formidable y los ancianos están muy bien atendidos, algunos me conocían y me decían: a toda mi familia nos has vendido muchos pares de zapatos. Yo les pregunté:

— ¿Qué tal os tratan?

— Perfectamente hijo, “pero como en casa de uno en ninguna parte”, pues ya sabes lo que dice el refrán, “en tu casa hasta el…”

A este conocido mío- le voy a lla-mar Luis, pues no quiero decir su nombre- le esperamos en la cafete-ría del geriátrico, y le llevamos uno de los últimos libros que han edita-do sobre Toledo, él es muy toleda-no y le gusta mucho leer libros y sobre todo los que hablan de su Toledo, como él nos dice.

En cuanto le avisaron, Luis pasó a la cafetería, nos dio un abrazo y le felicitamos, a él se le saltaban las lágrimas. Estuvimos charlando aproximadamente casi dos horas, y una de las frases que nos dijo du-rante nuestra amena conversación,

frase que a mí me llegó muy hon-do, me dijo así:

— Amigo Moisés, “la vejez es al-go que no podemos remediar, pues se va metiendo poco a poco en nuestro débil cuerpo”

Este amigo mío, la verdad que es muy sabio, pues otra de las frases que nos dijo y que nos impactó bastante, fue ésta: “amigos míos que triste es la soledad de la gente mayor” y eso es algo que debieran evitar nuestros familiares (él no

quiso decir, nuestros hijos) pues cada día que paso en esta residen-cia, solo encuentro SOLEDAD, pero en grandes cantidades.

Al fallecer su esposa, (la llamaré Asunción) al año sus hijos le ingre-saron en esa residencia geriátrica, lejos de su Toledo, pues ellos –por lo visto- no podían hacerse cargo de él, pues ellos trabajan y residen en Cataluña (ESPAÑA)

En la charla que mantuvimos con él, nos dijo muy apenado y triste que su destino es la planta superior de la residencia, que es donde tras-ladan a los ancianos que ya no pue-

den valerse por sí solos, y eso que-ridos amigos, significa que nos suben a “LA ULTIMA PARA-DA”.

Nuestro amigo Luis nos dijo:

— ¿Veis ese señor?, pues mañana ya le suben a esa dichosa planta.

— ¿Y eso por qué?

— Pues porque ha perdido la ra-zón, y se pasa todo el día asomado a la ventana, y vive convencido de que está viajando en tren. Y ése otro que veis en la puerta de entra-da, pues está ahí todo el santo día esperando a que vengan sus fami-liares a verle.

Yo, amigo Moisés, sufro el tedio de la residencia, fíjate, que a veces he planeado una escapada que rompa con la rutina. Y nos confe-só, con otra frase, que a mí se me saltaron las lagrimas, pues nos dijo así: amigos míos “el terror que qui-ta la vida es el olvido que inspira el Alzheimer”.

Al despedirnos de él, se abrazó nuevamente a nosotros, sus ojos estaban llorosos, y nos confeso, con una pena tremenda, que noso-tros habíamos sido la primera visi-ta que había recibido este año.

Le hemos prometido que vendre-mos a verle siempre que podamos, por lo menos dos veces al mes.

Una vez en casa reflexioné y la verdad que me alegra haberle hecho tan feliz con tampoco en esas dos horas que le acompañe-mos, pero me he hecho ésta pre-gunta y os la hago también a voso-tros:

¿Será la vejez hoy día un tabú?

MOISÉS CARRASCO ESCRIBANO

LA ÚLTIMA PARADA


11

P elayo era un amigo mío al cuál conocí en el Co-legio de la Medalla Mila-

grosa, que aún subsiste en la calle Núñez de Arce. Este ami-go era un apasionado del cine. Los dos íbamos a las sesiones matinales del cine Moderno, él como más pudiente pagaba las entradas, a los dos nos gustaban las del Oeste, (ahora se dice “Western”) de aquellos vaqueros incansables, indómi-tos y justicieros, luchadores invictos y salvadores de aque-llas rubias plateadas de ojos sombreados, tímidas y angeli-cales. Los chiquillos aplaudi-mos en honor del héroe ameri-cano, pues nos asombrába-mos cuando le veíamos aban-donar su caballo blanco a ple-no galope y saltar triunfal, al tren que llevaba a los forajidos, y rescatar del peligro a la rubia de ojos asombrados.

A Pelayo nunca le dejaban sa-lir a jugar después del colegio. Ni mucho menos ir al cine por la tarde. Su madre me pedía casi a hurtadillas, que le lleva-ra a la “matinée”, a mí, la ver-dad que nunca me costó un gran esfuerzo complacerla, porque Pelayo era una buena persona, el vivía en la Puerta Llana, al lado del almacén de vinos que allí hubo. Este chico pertenecía “a familia con ja-món en la alacena”, (esto ocu-rría en el año 1950) fue de los primeros en tener cuarto de baño y aparato de radio.

Doña Porfiria –así se llamaba

su madre- con su pelo teñido de rubio platino, a lo Jean Har-low, me recibía siempre que iba a jugar con su hijo, con la mas agradecida de las sonri-sas, la cual jamás he vuelto a encontrar en nadie. Me colma-ba de atenciones y me daba unas meriendas fabulosas, a base de lonchas amarillas de queso de bola de importación, (que ella compraba en la tien-da de ultramarinos de casa Marín que hubo en la cuesta de Belén) también un chocola-te delicioso, (nada que ver con aquel chocolate Nieto que nos daban en casa) el cual estaba empedrado de almendras, ca-ramelos adoquines y de café con leche, chocolatinas, las cuales en aquella época no las había visto en mi vida, peladi-llas…

Cuando doña Porfiria salía a despedirme a la puerta, me daba un beso caliente en la mejilla y me recordaba siempre que volviera más pronto la próxima vez, me decía: Moi-sés, cuanto menos tardes en venir, mejor. Ella sabia poner un acento especial en su grati-tud por la compañía que yo le hacía a su hijo, pero eso sí, sin llegar ella a caer en el vasalla-je. Pelayo me decía que a su madre le gustaba yo para ami-go, pero la verdad que yo era un amigo intermitente, pues me gustaba jugar con mis otros amigos en la plaza del Ayuntamiento, y ahora des-pués de tantos años que ya han pasado me pesa no haber jugado más días con él. Tengo

la sospecha de que, en la infancia de mi amigo, no hubo más niños que yo.

Para mí, la culpable fue su ma-dre, pues no le dejaba que tu-viese amistad con otros niños que antes no la entraran a la “tía jodía” por el ojo, pues ella decía que no era cosa de mez-clar a su hijo con cualquiera y que no era cosa de aceptar compañías infantiles para su retoño a tontas y a locas.

Algunos días antes de ir al co-legio, iba con Pelayo al con-vento de las Gaitanas, a com-prar recortes de hostias, unas láminas blanquísimas, troque-ladas con redondeles, que se nos pegaban al paladar crujían como los barquillos de canela. Por cinco centímos, recibía-mos un paquetón voluminoso lleno de recortes de hostias, hoy lo llaman obleas y suena mejor, pero entonces lo deno-minábamos así.

La operación de comprar esos recortes, se envolvía de misterio hasta tenerlas en nuestras manos y, más aún, al consumirlas después. El cere-monial de adquirirlas, que te-nía pinta de aventura sigilosa, de contacto con lo desconoci-do, hablando con la monjita sin rostro, aún recuerdo como cru-jía el torno, cuando la voz mis-teriosa, muy suave, nos decía:

— Ave María Purísima.

— Sin Pecado Concebida, -respondíamos los dos al mis-mo tiempo-.


12

Ni a Pelayo, ni a mí, nos era fácil olvidarnos de la liturgia, para comernos los recortes de obleas. No sabíamos como comerlos, sencillamente como si se tratara de una galleta o, disolviéndolas en el paladar con saliva, y tragarlas luego, como se hace al comulgar. La verdad, que creíamos que era una profanación, vamos un sacrilegio, pues no nos pare-cía posible que pudiéramos masticar las blancas láminas, sin caer, de plano en el infier-no. No comprendíamos como les estaba permitido a las monjas, vender recortes. No-sotros teníamos nuestro razo-namiento que era el siguiente: si la noche de la víspera de comulgar, no debíamos ingerir nada después de cenar, hasta el momento de la sagrada co-munión y, no beber siquiera agua durante la noche, so pe-na de ir al infierno de cabeza y, luego sin embargo, sin nin-gún miramiento, nos lo vendí-an a nosotros. Nos resultaba difícil comprenderlo, y no sa-bíamos donde empezaba lo justo y donde lo incierto.

El pobre Pelayo, para su des-gracia, pertenecía a esa espe-

cie de hijo

único, eter-

namente

vigilado por

la madre,

preocupa-

da hasta el

infinito de

que a su

niño no le

sucediera

en la vida

ninguna

herida físi-

ca ni espiri-

tual. A mi amigo le hubiera

convenido mas recibir una pe-

drada en la espalda, manchar-

se de barro la camisa ir por

moreras a San Bernardo, co-

ger almarcigas y majoletas en

Corral Rubio, bañarse en el

Charcón o en la Boca mina

que había en lo que hoy es el

barrio de Santa Teresa, y por-

que no, decir ¡coño! De vez en

cuando, pero no fue así.

Yo me pregunto ahora, que hubiera pasado, si un día con-migo hubiera venido Pelayo de una “drea” con los chicos de San Justo, que eran nuestros enemigos, o si se hubiera roto el pantalón…

Me imagino la cara de sorpre-sa que pondría doña Porfiria cuando viera aparecer a su niño medio en cueros, la cabe-za despeinada y lleno de man-chas.

A mí, Pelayo me caía muy bien, y no era por compasión por lo que yo iba con él a su casa, o fuera su único amigo en el colegio. Fijarse, que sal-vo que yo me reuniera con él en el recreo, pues, Pelayo siempre estaba solo, nadie se

le acercaba, ni tan siquiera a darle un empujón o un mam-porro o una colleja, él pasó por el colegio entre la más absolu-ta indiferencia de los demás compañeros, que ni para me-terse les servía. En el recreo siempre estaba triste, y era tan grandullón, para su edad, tan alto, anchote y fofo, que pare-cía un osito de peluche melan-cólico tomándose la merienda en el recreo, a solas, apoyado sobre una de las columnas, viendo jugar a los demás ni-ños, chillando y alborotando…

No sé qué habrá sido de él, pues se marcho con sus pa-dres a su tierra pues eran de Avilés, al principio nos escri-bíamos, luego solamente para los cumpleaños, después para felicitarnos las pascuas y al final dejamos de comunicar-nos. Aunque hace muchos años ya, he intentado por to-dos los medios ponerme en contacto con Pelayo, pero ha sido imposible espero que al-gún día nos encontremos, si Dios quiere.

MOISÉS CARRASCO ESCRIBANO.


13

H oy traemos a las páginas de nuestra revista, la Historia de

D. Francisco de Rojas y Guevara (Conde de Mora) En el año 1570, motivado a la cri-sis económica que atravesaba la Corona, el rey Felipe II, se ve obli-gado a vender bienes para finan-ciar las luchas contra los turcos y la conquista del reino de Túnez, y también el mantenimiento de los ejércitos en Flandes, Lombardia y otros. Con tal motivo, Felipe II, con acuerdo de los de su Consejo de Hacienda concepto con D. Francisco de Rojas y Guevara, Señor de la Villa de Layos, vecino y regidor de Toledo, venderle la Villa de Mora, por la cantidad de setenta millones de maravedíes. Esta venta se realizó a las 4 de la tarde del día 26 de Julio de 1570, en la plaza pública de la Villa de Mora, para lo cual se reunió a to-dos los vasallos para conocimien-to de la Real Provisión de su Ma-jestad. D. Francisco de Rojas y Guevara, en aquella época era la concentra-ción del poder político, cultural y económico de la nobleza toleda-na. A pesar de ser un linaje de segunda categoría y no poseer títulos nobiliarios de alcurnia, hay que buscarlos en el puesto clave que había ocupado uno de sus antecesores, El Comendador cala-travo D. Francisco de Rojas, uno de los grandes juristas en el Dere-cho de gentes durante el gobierno de los Reyes Católicos, donde sirvió en delicadas misiones diplo-máticas por Europa, especialmen-te ante la Corte Papal. En aten-ción a sus habilidades en e mundo de la diplomacia, se le concedió las tercias y pedido del Señorío de Layos. En el año 1613 el Rey Felipe III, honró a Francisco de Rojas Guz-mán con la concesión del titulo de Conde de Mora y sus sucesores en el citado mayorazgo. A princi-pio del siglo XVII, D. Francisco de Rojas y Guzmán estuvo al frente

de los Señoríos de Layos y Mora, y de todo lo que le pertenecía, donde se enriqueció y amplió sus grandes posesiones. Tenía here-dades en Almonacid, Mascaraque, Nambroca, Burguillos, Cobisa, Layos y Toledo y era propietario de la gran finca de El Castañar con mas de 14000 fanegas de tie-

rra en Mazarambroz. El Conde de Mora, tenía en Layos una casa-palacio, con su molino de aceite y notables olivares y vi-ñedos. En Cobisa, tenían 16 ca-sas en el barrio Nuevo, donde se las conocía como Barrio del Con-de de Mora. A principio del siglo XVIII (1709) D. Joseph Antonio de Rojas Esco-bar Aguilera (Conde de Mora) ca-só con Isabel Ana de Vargas, hija del Marqués de Vargas que osten-taba el marquesado de la Torre Esteban Hambran, entrocándose las dos casas, donde fueron pro-curadores en Cortes en Toledo, buscando mas privilegios, o lo que es casi lo mismo, más nobleza. A mediados del siglo XVIII, D. Ber-nardo de Calatrava. Pertenecía a la Real Junta de Comercio y Sú-per Intendente General de la mis-ma y Presidente de la Compañía de Comercio de Sedas, que fue creada en el año 1749. Llegaría la decadencia de los Condes de Mora a principio del siglo XIX, con la Guerra de la In-dependencia, donde en el año 1811, las Cortes de Cádiz, abolie-ron los derechos Jurisdiccionales, y los Señoríos pasaron a ser me-

ras propiedades privadas. En el año 1836, D. Antonio de Ro-jas (Conde de Mora) le vemos arrendando 16 casas que tenían en Cobisa, construidas por sus antepasados en el siglo XVII, don-de tenían numerosas fincas. A principio del siglo XX, todavía los Condes de Mora eran impor-tantes, donde en el año 1926, re-cibieron la visita de los Reyes de España Alfonso XIII y Dan. Victo-ria Eugenia en su finca-palacio del Antiguo Señorío de Layos, donde se inauguró un importante Molino de Aceite. El linaje de los Rojas, eran origi-narios de Vizcaya, donde en el siglo XIII una rama de ésta familia se asentó en tierras toledanas y se fusionaron con familias muzá-rabes. En el seno de estos nobles nace en el año 1446 D. Francisco de Rojas, que fue embajador de los Reyes Católicos, como ya hacemos mención en otro lugar. Los Mayorazgos de los Rojas (Conde de Mora) pasar en el siglo XIX a Dan. Lucía de Rojas (Condesa de Mora) donde se vio obligada hacer frente a las deudas contraídas con anterioridad por importe de 2234560 reales de ve-llón. Debemos de destacar a D. Pedro de Rojas (Conde de Mora) que en la Historia de Toledo. Estos abul-tados libros se encuentran en la Biblioteca de Castilla la Manca (Alcázar) La mayoría de los Rojas, estaban enterrados en la Parroquia de San Andrés de Toledo. ANTONIO MARTIN SALAMANCA Fuentes: El señorío de Mora de Hilario Rodríguez de Gracia. El señorío de Layos de Paulina López Pita. Archivo Histórico de Toledo. Periódico El Castellano de 1926 Historia de Cobisa de A. Martín Salamanca.

HISTORIA DE NOBLES TOLEDANOS (SIGLOS XV-


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En nuestro anterior CONTACTOS manifesté que las Fiestas renuevan las energías tanto mentales como espirituales de quienes las celebran, al congregar en su celebración a los creyentes en su fe y esperanza, (las espirituales) permitiéndoles afianzar, periódicamente, sus creencias. Patente en las fiestas Religiosas quiero hoy escribir sobre la alegre, esperada y añorada FIESTA DE NA-VIDAD que tenemos ya al alcance de la mano. Es la sublime y sin parangón fiesta de los cristianos: El nacimiento de Cristo Redentor, el Hijo de Dios. Desde niño y siempre, el Adviento, la Noche Buena y la Navidad, el 25 de Diciembre, han traído a mi mente la magia y el recuerdo entusiasta de cosas imborrables; el embellecimien-to de las calles con adornos y luces; el Árbol de Navidad igualmente adornado; los múltiples Belenes en los que destaca el Niño recién nacido en brazos de Maria al lado de S. Jo-sé, junto al pesebre que hace de cu-na. Se ven igualmente el buey, la mula, pastores, ovejas, río con lavanderas, perro y otros animales y edificios que la desbordante mente de los cris-tianos ha creído en su fantasía que no podían faltar. Y como no, los Ánge-les, el sol o las estrellas. Me son familiares los muchos Vi-llancicos que se oyen cuya música es agradabilísima a los oídos. ¿Quién no ha oído y tarareado La Nana, El Chiquirritín, Noche de Dios, Entre el buey y la mula, Dime Niño de quien eres o Los caminos que llevan a Belén de Rafael? Son muchos, todos alegres, los que escu-chamos cada año acompañado de

pandereta y castañuelas. No debemos olvidar la tradicional Misa del Gallo, misa de la Noche, dedicada con sublime fervor al re-cién Nacido. Noche de ¡Feliz Navi-dad! Gran cena y brindis con cham-pán. Pero la esencia de la Navidad, no es todo lo que acabo de nombrar: rega-los, música, dulce, champan, brindis y parabienes. No; su esencia es el Hijo de Dios, convertido en Niño que nos va a nacer; la esperanza de los hombres que ansían la Redención que porta ese pequeño Niño. Es la llamada de ilusión y a la esperanza de que a un mundo, oscurecido por las tinieblas llega la Luz, el Mesías prometido; Aquel que puede colmar de dicha el corazón humano que está ciego buscándola en el dinero, el éxito, la fama… y nunca la encuen-tran; y con sus desvaríos, al igual que entonces, niegan albergue para su nacimiento, teniendo que nacer en un establo. Ese fue el palacio del Rey de Reyes y el pesebre con la paja para el ganado, su cuna. Nacer en la mayor pobreza, es un ejemplo a imitar para nos protestar como enajenados cuado algo no fal-ta. Es la humildad de esa Sagrada Familia la que debía estar de moda, en lugar del consumismo sin límites a que el mundo de hoy aspira o prac-tica. Miremos a Belén y al Niño y su Fa-milia. Esa mirada puede ser la causa para espantar el agobio, la angustia con que deseamos atrapar el tiempo que se va y el incierto futuro que está por llegar. No despreciemos, como otros, esta Venida; conectemos ple-namente con ella, pues ese Niño es portador de la gran noticia de que todas las tribulaciones tienen reme-dio si sabemos agradecer a Dios el gran favor que nos hace.

No hagamos de la Navidad una si-mulación como lo ha hecho algún año la misma televisión; un simula-cro de fiesta con un protagonismo mas allá de su verdadera esencia, aprovechando los programas exito-sos para ponerlos un precinto navide-ño pasando de este modo una nueva Navidad, apoyada y escoltada con una serie de anuncios que obsesionan al espectador. Recojamonos en nuestro interior, saboreemos el regalo de ese gran momento y pensemos en un Dios, que se hace Niño, dueño del tiempo y de la eternidad, de la vida, del amor, de la alegría y el dolor, del Universo; y le ofrezcamos cuanto hacemos, nuestro optimismo y nues-tra bondad, todo el trabajo que pudi-mos realizar, al tiempo que le pida-mos perdón por todo aquello, que durante este año que termina, hici-mos mal; descuidos, olvidos, lo que ralentizamos sin motivo aparente, los silencios, el vivir sin entusiasmo, la palabra inútil, la oración que en mo-mentos difíciles tontamente aplaza-mos… Por ultimo pidamos adelantadamente a ese Niño Dios, que nos llega, que en el Nuevo Año que se acerca, si nos deja vivirlo; alegría, salud, fuer-za, prudencia, humildad, sabiduría, bendiciones para nuestras familias; y en el mundo diverso y complicado, para los hombres de buena voluntad, ayuda para seguir sus mandatos. Y paz para los que nos dejaron. ALICIA (LA MONITORA) Y TO-DOS LOS QUE REALIZAMOS LA REVISTA “CONTACTOS” LES DESEAMOS ¡FELIZ NAVIDAD Y PROPERO AÑO NUEVO A TO-DOS!!

N A V I D A D


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H oy, estimados lectores, voy a relataros lo que le ha sucedido a

Iván, el propietario del 2º B. Este chico es un buen chaval, y siem-pre me dice que está muy enamorado de Paloma (que para mi es una “retorcía”). Pero me ha extrañado no verla por aquí últimamente, pero sin embargo, si le he visto a él acompa-ñado de otra Joven, (pues a mí no se me pasa una) pero no se como es, pues solamente la vi pasar al piso de Iván una vez, y fue de espaldas, pero si me fijé, y vi que tenia buenas pier-nas y curvas, por delante no se como será. Y me dije a mi mismo, (no es que yo sea un cotilla) en cuanto le vea le pregunto que es lo que pasa con Paloma, que ahora no la ve por aquí, pues mi Paca me ha dicho, enté-rate bien Genaro que ahí pasa algo en esa pareja. Yo estaba al loro, haber se le veía pasar, y efectivamente, él pasó cuan-do estaba yo limpiando la puerta del ascensor del 2º, y le pregunté: -¿Oye, ahora no veo a Paloma? -Su contestación fue: ¡ni vas a verla más, Genaro! -¿Y eso por qué? -Cosas que pasan en la vida -Ya Iván, ¿pero no puedes con-tármelo? Ya sabes que soy como una tumba. -Está bien, Genaro, se lo expli-caré: -De esto hace ya un mes, íba-mos paseando, como todos los fines de semana hacíamos, y pasamos por la puerta de una tienda de confección de señora y caballero, en el barrio de Santa Teresa en la calle Méjico. Y Paloma muy seria me dice: -Iván, vamos a entrar a este comercio te prometo que va a ser un minuto, y no me voy a probar nada. -Yo, Genaro, después de cinco años de noviazgo, en cosa de com-pras estoy curado de espanto, pero aun así, accedí sin regañadientes, pues yo sabia que por lo menos una hora esperando no me la quitaba na-die. Fíjese Genaro, que Paloma entro muy modosita, apenas se acercaba a

esas blusas o camisas que la llama-ban ¡tentándola! Y a esas faldas y pantalones, que a ella la atraían sin remedio. -¿Y que pasó Iván? -Pues ella, poco a poco se fue olvidando de la promesa que me hizo, y a Paloma no la quedo más remedio que pasar a los probadores. -¿Y tu que hiciste? -Yo, Genaro, resoplando, pues la paciencia no me duró ni un cuarto de hora, y harto de soportar esto cada día que salíamos a pasear, decidí aprovechar el tiempo, ya que estaba allí, baje a la planta de caballeros para ver si encontraba algo. Encontré unos pantalones va-queros LEVIS y también una camisa, un chaleco y una americana. La ver-dad que todo me quedaba de fabula. Y pensé, cuando Paloma me vea va a “flipar”, pues con lo patoso que soy yo, según ella, para esto de las com-pras. -Eso no tiene importancia Iván, mi Paca, a mi me dice lo mismo. -Ya, Genaro, pero no es igual ser novio a estar casado ¿no es así? Le diré, querido conserje, que como casi todo en esta vida, mi des-acostumbrado acierto tuvo su truco. -Oye Iván, me estoy perdiendo ahora mismo, ¿Qué es eso del truco? -Que enterón es usted. ¿Se lo explicaré?: -Resulta que una de las depen-dientas de la sección de caballeros, me vio perdido entre los montones de ropa y me ofreció su ayuda, que aho-ra se que termino resultando, muy, pero que ¡muy eficaz! -Iván que cara mas alegre has puesto ¿hay algo mas?, anda, anda pillin, cuéntame todo. -Es-ta bien, Ge-na-ro. Esta de-pendienta se llama Marta, y a parte de su amabilidad, también tiene gran-des encantos, por que no decirlo, me quede merodeando un poco mas, haciendo como que seguía buscando. Entonces Marta, que tonta no es, en-tendió que ya no era la ropa lo que me interesaba.

En ese instante recibí un “sms” de Paloma, el cual decía: “Cariño, vete a casa, creo que voy a tardar un rato, pero mañana cuando nos vea-mos voy a estar guapísima, ya veras”. -¿Qué hiciste entonces? -Por suerte, Genaro, era casi la hora del cierre y me acerque a Marta y la dije que si no la importaba que la acompañase hasta su casa. -¿Y ella te dijo que si? -Que momento Genaro, que momento. Ella se dirigió a sus com-pañeras para que la cubrieran el fin de turno. -¿Pero que hiciste con Paloma? -Ge-na-ro, tenga paciencia que le voy a contar todo. Mientras salía del comercio conteste al mensaje de Paloma. -¡Me tienes en ascuas Iván! -No se impaciente que le diré lo que la dije en el mensaje, fue así: “Seguro que estarás guapísima, pero mañana, ni nunca mas nos veremos, puedes pasarte todo el día de tiendas” La verdad que me he enamorado per-didamente de Marta, y la confesé cuando la acompañaba a su casa que me horroriza ir de compras, y nos hemos hecho novios, ya veras Gena-ro, cuando te la presente, es una ¡Preciosidad! -Iván, ¿entonces a Paloma no has vuelto a verla? -Una noche de las que voy a recoger a Marta al comercio, vi entrar a Paloma. La acompañaba un chico, al cual le vi salir resoplando, solo, apenas un rato después. Hay cosas Genaro que nunca cambian. Después de mi conversación con Iván, pensé: ¡Cuando se lo cuen-te a mi Paca! Se va a poner tan con-tenta, y seguro, pero que seguro, que esta noche tenemos ¡¡FIESTA EN EL AIRE!! mi Paca y yo… Os espero en el próximo relato, que aun es más interesante. MOISES CARRASCO ESCRIBANO

GENARO Y SUS VECINOS GENARO Y SUS VECINOS GENARO Y SUS VECINOS GENARO Y SUS VECINOS (continuación, 2ª parte)


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E n los veinticinco últimos años los pueblos cercanos a Toledo, como Argés, Burgui-llos, Cobisa, Nambroca y otros se han creado numerosas urbanizaciones con toda clase de servicios, carreteras, alumbrados, recogida de basuras, autobuses, etc.… Pueblos como Cobisa que en el años 1980 te-nía 186 vecinos, ahora sobrepasan los 5000 repartidos en trece urbanizaciones que existen sin contar otras que se han quedado com-puestas y sin novios por la crisis. Los pueblos-pueblos, desgraciadamente ya no sobreviven, van paulatinamente desaparecien-do ese contacto diario con los vecinos (a) que antaño nos conocíamos por los montes; Tío Chistera, Tío Lapi, Tío Julio, Tío Esteban, Los Conejos, El Fresquito, El Tío Carraspera, etc.… Todos nos comunicábamos y asistíamos en masa a las fiestas, misas, procesiones, entie-rros… Podemos decir con toda seguridad que el pueblo casi estaban emparentadoslas fami-lias. En las fiestas todo era un jolgorio donde pe-queños, adultos y ancianos participábamos juntos. Los bailes en la plaza protagonizados por alguna pequeña orquesta de pueblos cer-canos, y sin ruidos acústicos eran un éxito asegurado. Estos bailes duraban hasta las tres de la madrugada, marchandose la gente a dor-mir para el día siguiente proseguir la fiesta. Al final se celebraba la pólvora con varios casti-llos que resultaban muy finos y no muy sub-idos de tono. Los gastos de las fiestas los costeaban los ve-cinos, que durante varios meses se encarga-ban una Comisión de Festejos en recoger de casa en casa dinero, donde el Ayuntamiento y la Hermandad colaboraban para pagar a los músicos y la pólvora. Ahora ha cambiado el panorama y el Ayunta-miento y la Hermandad colaboraban para pa-gar a los músicos y la pólvora. Ahora ha cambiado el panorama y el Ayunta-miento debe pagar a mano llena (sin tenerlo) todos los gastos de las distintas atracciones que se han creado y aumentado año tras año. Ya no existen esas agradables veladas para toda la familia. Ahora se traen a Grupos Musi-

cales con súper gigantes altavoces con mu-chos decibelios que tienen al público mayor y pequeño sin dormir. Por si fuera poco, al térmi-no de estos conciertos, se pone en marcha la Macro discoteca atronadora hasta las ocho o nueve de la mañana. Resumen: la juventud termina la mayoría bo-rracha y durmiendo todo el día en casa de los papas que todo esta bien visto por la moda de los jóvenes. Estos vecinos nuevos que han poblado el pue-blo en las nuevas Urbanizaciones con bonitos chalets y fortificados con paredes de tres a cuatro metros, donde la convivencia entre ve-cino brilla por su ausencia. Son Urbanizaciones fantasmas de día, donde no se ve a nadie. Por la noche solo se ven los coches en las puertas, lo mismo en verano que en invierno, donde sus domicilios perma-necen cerrados a cal y canto, durante las vein-ticuatro horas del día. No existe comunicación con nadie y cada uno va a lo suyo. Los nuevos vecinos jóvenes y con sus nuevas mentalidades de vida, han hecho desaparecer aquellos hermosos y añorados años de “pueblos-paletos”, donde eran felices con sus costumbres; costumbres que recordaremos siempre. Esas noches de verano, que la gente sencilla y hospitalaria se salían con sus sillas a las puertas de algún vecino, donde se celebraban animadas tertulias hasta altas horas de la ma-drugada, hasta que el veintecillo serrano hacia su aparición y nos recogíamos a nuestros hogares. Por todo ello, las nuevas generaciones y su forma de vivir, solo nos han traído un aisla-miento total, donde en los pueblos ya no se conocen nadie, y se niegan a dar los buenos días a los nativos. Así funcionan estas Urbanizaciones moder-nas, donde la amistad entre vecinos ha des-aparecido y brilla por su ausencia. Lamentable, pero cierto.

ANTONIO MARTIN SALAMANCA


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Ingredientes para cuatro personas: 150 gramos de espinacas frescas. Dos naranjas. Media cebolla. 50 gramos de piñones. Una cucharada de azúcar. Sal. Aceite de oliva. Dos cucharadas de vinagre balsámico y pimienta. Paso 1: pela las naranjas a lo vivo evitando las partes blancas, retira los gajos y recoge los jugos que

vayan soltando. Paso 2: fríe los piñones en una sar-tén con una pequeña cantidad de aceite. Agrega una cucharadita de azúcar, el vinagre, los jugos que han soltado las naranjas y sigue unos segundos la cocción. Salpi-mienta. Una vez fuera del fuego emulsiona con un chorrito de acei-te. Paso 3: corta la cebolla en juliana fina. Lava las hojas de espinaca, corta los tallos y deja las hojas. Es-curre bien y monta los platos con las espinacas, los gajos de naranja y la cebolla. Aliña con la vinagreta de los piñones.

Preparación. 20 minutos. Calorías por ración. 200 Consejo. Te puedes ahorrar un pa-so comprando las espinacas ya cor-tadas, lavadas y listas para consu-mir. Esta ensalada es para mantener el peso ideal

ENSALADA DE NARANJA Y ESPINACAS

C ontra los mareos. Si sois propensas a sufrir mareos cuando viajáis en coche o en avión,

no salgas nunca de casa sin una cascara de limón a mano. Su olor, inhalado profundamente y con cal-ma, evitara que tus nauseas te estropeen el viaje. Sartenes como nuevas. Conseguiréis que vuestras sartenes queden como recién compradas. Limpiar-las por la parte externa con el mismo producto que utilizáis para la vitrocerámica frotar con un estro-pajo de aluminio y tendréis una sartén casi nueva. Pero, recordar que es solo por fuera. Fruta impecable. Para que tus piezas de fruta no se estropeen ni se pongan feas a la vista por culpa del calor, probar a meter un corcho o dos dentro del frutero donde las colocáis. De esta manera comprobareis que la fruta dura mucho más tiempo. Desatascar el desagüe. Es tan sencillo como efi-caz. Verter un vaso de vinagre del que tenéis en la cocina y, a continuación otro de bicarbonato. Abre

el grifo y deja correr el agua un buen rato. Eso sí, deberá estar muy caliente. Así tendréis soluciona-do el problema. Sin olores. Para evitar que el cubo de la basura desprenda olores desagradables, colocar en el fon-do un lecho de hojas de eucalipto. Vais a ver que además de neutralizar los malos olores, desprende un aroma a limpio de lo más agradable. Langostinos crujientes. Para que los langostinos que cocinéis queden especialmente crujientes, po-nerlos a cocer en una cazuela con agua fría y, una vez empiecen a hervir, pasarlos a un recipiente con agua salada, y que esté también fría. Endurece tus uñas. Una excelente manera de con-seguir que vuestras uñas dejen de ser frágiles y quebradizas es sumergirlas durante diez minutos, un par de veces por semana, en un recipiente con un poco de aceite de oliva tibio. HASTA LA PRÓXIMA, AMIGAS


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PASATIEMPOS por ….. PEDRO Crucigrama HORIZONTALES 1) Seguido del 11 vertical, dos dulces de Navidad unido por la Y. 2) Aireada.-(al revés) Ave palmípeda. 3) Porción. Señor. Asociación de Padres de Alumnos. 4) Indispensable. Antiguo Número. 5) Quinientos. Con-sonante. (Al revés) Vestidura de los religiosos. 6) Orense. (Al revés) Tela de lino o algodón, fuerte. Belio 7) Juntó. Mes del año. 8) Cierto celentéreo urticante, pl. Dádiva. 9) Nombre de varón: Negación castiza. Vocal.

10) Entregas. Una de las capas hipotéticas de la corteza terrestre. Antigua nota, en lugar de DO. 11) Pronombre demostrativo. Yacimiento de sal. VERTICALES 1)Nuestra ciudad. En ingles, fabricado. 2) Bóvi-dos salvajes. En los coches, carros, etc. 3) Grupo de soldados para caso de necesidad. Vocales sin orden de DISIMULA. Vocal. 5) (al revés) nota musical. Con canas. 6) Mono de Borneo. Aguar-diente dulce. 7) Letra. Rieles. Málaga. 8) Repeti-do, gesto burlesco para divertir. Consonantes de LEON. Norte. Oxido de Calcio. 9) Amarra. Pue-blo o ciudad de Jaén. Vocal. 10) Un presidente español (apellido). Articulo indeterminado. 11) parte del .

SOLUCIONESSOLUCIONES al anterior Nº 11

Crucigrama: HORIZONTALES. 1) Amador de los Ríos. 2) Balón. Uno. Oí. 3) Acerico. Como. 4) Napelo. Cures. 5) Dros. Asar. R. 6) Or. Ello. Amón. 7) Nos. Oído. E. a. 8) Anea. Calzado. 9) Redimí. Sadis. 10) oso. 100. Mal. 11) S. Sionita. En. 12) Dors. Ae. Isa.

VERTICALES. A) Abandonaros. B) Macarrones. D. C) Alepo. Sedoso. D) Dorese. Ai. Ir. E) Onil. Lo. Míos. F) R. coalición. G) Dúo. Soda. Día. H) En. Ca. Ols. Te. I) Locura. Zama. J) O. or. Meada. I. K) Somero. Diles. L) Ríos. Naos. Na.

Refranes

1º) El que la sigue la consigue. 2º) Hombre prevenido vale por dos. 3º) Ir por lana y salir trasquilado. OTRO REFRAN. “Sarna con gusto no pica” SACAPALABRAS: “Camaleón” por ejemplo: cama, león, loma, lema, coma, ala, celo, mano, mana, ola, oca, maca, mala, cena, malo, cola, lona, meca, loca, meón, melón, colón, clama, cole, caló, calé…

REFRANESREFRANESREFRANES. . . REFRANES- Pon Vocales 1º) _ l_ s d_ _ z _ n l_ c_ m_ _st_s, m_j_r _nt_s q_ _ d_ sp _ _ s. 2º) _l q_ _ c_ m _ _ b_c_ ll_ n_ p_c_s v_c_s s_ _nv_n_n.

REFRAN- Poniendo silabas o letras en la raya sale uno. Empie_ Bra_ro Re_ne _tivo Per_mino _vegar Pa_bola Pi_cho _guera _che _dulza co_zón

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CHISTEANDO por MOCAES

Una pareja que se va a casar, él de 90 años y ella de 85. Juntos entran en una farmacia y el novio le pre-gunta a uno de los farmacéuticos: —¿Tienen remedios para los problemas de corazón? —Si señor, varios. —¿Y para la artritis? -Por supuesto. —¿Y viagra? —¡Claro, por descontado! —¿Y pastillas contra el colesterol y el azúcar? —Sí señor. — Estupendo. Pues queríamos abrir aquí la lista de

la boda.

Está un viejecito leyendo un libro de sexo, se acerca otro abuelo y le pregunta. — ¿Qué estás leyendo? — Estoy leyendo historia. — Pero si ese libro es de sexo. — Por eso, para mí el sexo ya es historia. Una joven se sube al autobús, y, al ver que ninguno de los hombres que están sentados se levanta para cederle su asiento, dice indignada: — ¡Ya no hay caballeros! Nadie cede su asiento a una mujer embarazada. Un hombre que la oye se levanta. Pero al ver que tiene el vientre completamente plano, le pregunta: — Disculpe, ¿y de cuánto está usted embarazada? — Pues como media hora, pero estoy ¡tan cansada!

Entran tres jóvenes en un bar con una borrachera tremenda y, nada más entrar, uno se cae rodando

al suelo. Los otros dos se acercan a la barra y dicen: -Dos cervezas camarero. -¿Y el del suelo? -¡Ah! él no bebe, que tiene que conducir!

Un chaval con una melena muy larga, va caminando por el arcén de la carretera. De repente un coche se detiene y el chaval pregunta: — ¿Me falta mucho para León? Y el conductor del coche le contesta: — Solamente el rabo.

Va un señor por la acera, se acerca otro y le pe-ga: — ¿Se puede saber por qué me pega si no lo co-nozco de nada? — Por eso, para que me vaya conociendo.

En un velatorio, un conocido de la viuda se acerca a ella y le dice: — Lo siento, señora, lo siento. — ¡No, no, no lo siente, déjelo acostadito!. — ¿Puedo quedarme a dormir en tu casa? — Sí, pero tienes que hacer la cama. — Por supuesto, no hay problema.

— Pues toma, aquí tienes los clavos, la madera y

las herramientas.


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Visita a San Juan de los Reyes

Consejería de Sanidad y Asuntos So-ciales

Servicios Periféricos de Toledo

CENTRO DE DÍA DE MAYORES “TOLEDO I”CENTRO DE DÍA DE MAYORES “TOLEDO I”CENTRO DE DÍA DE MAYORES “TOLEDO I”CENTRO DE DÍA DE MAYORES “TOLEDO I” Dirección: C/ Santa Fe, 2 – 45001 TOLEDO Teléfono: 925 223 916 Fax: 925 210 212 E-mail: [email protected]

Visita a la Academia Militar de Toledo

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REVISTA Diciembre 2012 - centrodemayorestoledo1.com Diciembre 2012.… · se vuelcan en bailar y cantar, con- ... En el centro del carro se po-ne, el gallo, que se pavonea, ... No