Número: 1 Febrero 2012

A finales de la década de los

30’s y a inicios de los 40’s la sociedad sufrió cambios que darían un giro completo a la vida como se conocía en aquel entonces. Europa era el foco de atención del mundo y era imposible saber lo todo lo que sucedería en esos años y el impacto que dejarían en las futuras generaciones. Al estallar la guerra con la invasión de Polonia era obvia para más de uno en el mundo, la ofensa vista solo en los tiempos más negros de la humanidad, discriminación, privación de la libertad, tortura, homicidios… una total falta de respeto a la vida de los demás que solo se observaba con impotencia, ante los que manejaban el poder.

Tras años de combate de fuerzas armadas de todo el mundo, se pudo detener la ignominia a la vida y se vio como una necesidad, establecer estándares mundiales de los derechos innatos e inalienables de los seres humanos. En 1948 al poco tiempo de la fundación de la organización de las naciones unidas se estableció la declaración internacional de los derechos humanos.

El fin de los derechos humanos es para enaltecer nuestras cualidades sociales, que todos en el mundo llevemos una vida digna, un escalón muy alto para acercarnos a la paz y bienestar como raza, sin embargo, casi 6 décadas después parece que olvidamos poco a poco, todo aquello que se intentó ganar. En todo el mundo se dan casos de violación a los derechos. Me gustaría empezar a hablar de ellos desde los que se dan en la vida diaria en las regiones en “paz” del mundo, el maltrato en las parejas que va más allá que solo el maltrato a la mujer y nos remite a una nueva era de maltrato de parejas, el maltrato físico a las mujeres de sus parejas nos llevó el año pasado a siete mil hospitalizaciones y no se cuenta con una cifra exacta de muertes en el mismo intervalo de tiempo y de maltrato psicológico de mujeres a hombres en 1 de cada cuatro parejas entre 15 y 22 años, en los casos denunciados en las líneas de apoyo del gobierno afirman que lo más común es el chantaje emocional y de sexo, casos donde las mujeres les dejan en claro a sus hombres que su única aportación a la pareja es el dinero. Estos datos son alarmantes debido a que la tendencia es de aumento, los últimos 17 años el porcentaje de incremento anual esta entre el 30% y 72%. De la muestra más del 50% tiene como estudios completados la secundaria o menos según datos de la CIMAC/SEMlac, esto deja en claro que el problema es de educación, si las personas no saben los derechos que tienen como individuos, difícilmente los pueden hacer respetar. Los más nuevos casos que me han impresionado es el maltrato

psicológico que realizan las mentes menos maduras vía redes sociales, y es en los hogares con acceso a estos medios de tecnología que se debe hacer conciencia del uso apropiado de estos medios, sabemos que está mal empleado cuando cobardemente se viola la privacidad de un individuo, al vender sus datos personales, al poner al público detalles de sus vidas y en los peores casos abuso sexual o medio de distribución de pornografía infantil en la que las redes funcionaron como punto de apoyo. Estas situaciones nos ponen en un punto de estrés, teniendo de un lado la libertad con el peligro de abuso y del otro lado la censura y calma de la web.

Con todos los casos de la invasión de propiedad intelectual, han surgido en varios países del mundo leyes que intentan controlar el internet, casos como la ley SOPA, sinde, ACTA, etc. Pero que son un arma de doble filo, pues a su vez atentan contra uno de nuestros más preciados derechos, el derecho a la libertad de expresión, nuestro país y más propiamente nuestro estado estuvo a punto de ser víctima del yugo de una de estas leyes, elaborada con el objetivo de detener el pánico de la sociedad y la paranoia popular, pero no llego muy lejos por su inmadurez como ley, cubriendo muy pocos aspectos y con su orientación a la censura de nuestras formas de expresión, en una país donde todos gritan es difícil hacerse escuchar y aunque haya sido un pequeño paso me parece un paso enorme en la defensa de nuestra dignidad.

El país y su gente llevan muchos años batallando por defender las libertades, así es el origen de nuestro pueblo y me entristece ver la situación en la que vivimos, nos volvemos rehenes de las personas con poder y se violan nuestras herencias impunemente, se hace difícil tener nuestro patrimonio, mantener un negocio propio sin caer en el vortex de las amenazas y la intimidación, se es culpable a menos que se demuestre inocencia, se deshecha nuestro derecho a deambular libremente, y somos tomados por las autoridades sin darnos a conocer de que somos acusados, una a una se nos ponen barreras que impiden el progreso como una entidad solidaria. De todo este panorama gris, recato el hecho de que seguimos vivos, en un país de riqueza cultural y de recursos impresionante que aquí la gente tiene la oportunidad de forjarse un futuro, si vivimos la vida imponiendo nuestra voluntad de hacer nuestro deseo ver el cambio.

Desviando la atención de los hechos que refieren a nuestro país, quisiera entrar en materia de como los derechos de las tres generaciones son cosa de leyenda en otras naciones, dejando nuestras vidas en posición de un edén. En el oriente medio donde las guerras verdaderas de clase y poder han dejado en un estado salvaje las

civilizaciones, muy lejos del alcance de las naciones

unidas cualquier tipo de apoyo o defensa. Más en específico me llega el caso de

Somalia, Kenia,

Etiopía y Uganda que han caído en un estado de saqueo general, más de doce millones

de personas viven en la hambruna. ¿Qué tanto podemos hablar que haya mejorado el mundo desde la década de los 40’s?, si nuestra raza muere de hambre y vive en chabolas esperando por ayuda, por un milagro que tal vez no llegue, ¿qué tanto pueden valer los derechos en un lugar donde apenas y se pueden aferrar a la vida?. Este escrito no es amenaza, no es una mirada a la miseria o a las injusticias, es una llamada de atención, así como todos tenemos derechos, tenemos la obligación de protegerlos, hacernos valer, mejorar el mundo, los cambios no solo se dan a grandes pasos solamente, lo importante es hacerlos, por pequeños que sean, en nuestra comunidad, a nuestro alrededor, solucionando una cosa a la vez empezando por nuestras vidas, por nuestras familias y conocidos, la comunidad. Nunca dejar que decaiga nuestra humanidad.

Fuentes: http://www.emezeta.com/foto-

revista/

http://rediqarequipa.blogspot.com/2010/07

/nueva-revista-interquorum-nueva.html

http://www.sedem.chiapas.gob.mx/?p=117

http://edudist.uv.mx/eminus/cursos/DVV99

9/DVV999J21/DVV999J21C75/DH/player.ht

ml

http://gomezramos.blogspot.com/2011_07_

01_archive.html

http://convencionjastuxtla.org/sin-

categoria/uso-y-abuso-de-las-redes-sociales/

http://www.unesco.org/education/pdf/34_5

7_s.pdf