Revista Ejercito nº 866

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  • 7/28/2019 Revista Ejercito n 866

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    DOCUMENTO 25 aos del Mando de Artillera Antiarea

    ARTCULOS El Comit Militar de la OTAN: Esencia de la Alianza Doctrina y Tctica

    MAYO DE 2013AO LXXIV

    NMERO 866

  • 7/28/2019 Revista Ejercito n 866

    2/132

    ndiceEDITORIAL 4Sistema PATRIOT en uego

    EDITA

    PUBLICIDAD: Ibersystems, 104

    DIRECCINDirector

    General de BrigadaLorenzo LVAREZ ARAGN

    Subdirector, Je e de Colaboraciones y AdministracinCoronel Jos Luis RUIZ BARANCO

    Je e de EdicionesCoronel Jos Juan VALENCIA GONZLEZ-ANLEO

    CONSEJO DE REDACCINCoroneles

    Melndez Jimnez, Domnguez del Valle,Pouts lvarez, Garca-Mercadal,

    Molina Pineda de las Infantas, Garca y Prez,Muoz Blzquez y Arizmendi Lopz

    Tenientes CoronelesUrteaga Tod, Borque Lafuente,Dez Alcalde y Jarillo Caigueral

    ComandantesHernndez Calvo, Martnez Gonzlez,

    Villalonga Snchez,Guerra Gil y Urbina Redondo

    Subofcial MayorBlanco Gutirrez

    NIPO:083-13-005-3 (Edicin en papel)NIPO:083-13-004-8 (Edicin en lnea)

    Depsito Legal: M. 1.633-1958ISSN:1696-7178

    Correctora de EstiloPaloma Prado Caballero

    Servicio de DocumentacinEmilia Antnez Monterrubio

    Corrector de PruebasCapitn Jos Manuel Riveira Crdoba

    Diseo Grfco y MaquetacinIgnacio Moreno Piqueras

    Ana Maria Gonzlez PerdonesLaura Bevia Gonzlez

    M Eugenia Lamarca MontesInmaculada del Valle Olmos

    Fotocomposicin, Fotomecnica e ImpresinCENTRO GEOGRFICO DEL EJRCITO

    Colaboraciones CorporativasASOCIACIN ESPAOLA DE

    MILITARES ESCRITORES

    Promotor de PublicidadEDITORIAL MIC C/ Artesiano s/n.

    Polgono Industrial Trabajo del Camino,24010 Len

    Telf.: 902 271 902 / Fax: 902 371 902Email: [email protected]

    [email protected]

    Fotogra as: MDEF,DECET, MAAA,

    Colmeiro y Alberti

    REVISTA EJRCITOC/. Alcal 18, 4. 28014 MADRID

    Telf.: 91-522 52 54. Telefax: 91-522 75 53

    Interior de Contraportada:Y nada ms desorganizador que este vaivn violento entre la debilidad...131

    NUESTRAS INSERCIONES

    Libros de De ensa 126

    DOCUMENTO

    Boletn de Suscripcin 7Normas de Colaboracin 26

    Nota a los Lectores 6

    Catlogo de Publicaciones de la Administracin General del Estadohttp://publicacionesofciales.boe.es

    25 AOS DEL MANDO DE ARTILLERA ANTIAREAPresentacin JUAN VICENTE CUESTA MORENO.General de Brigada. Artillera. DEM. Jefe del Mando de Artillera Antiarea. 28

    El Mando de Artillera Antiarea. 25 aos de historia.MANUEL MARTNEZ RAMREZ.Teniente Coronel. Artillera. DEM. 31

    Integracin, sosteniemiento y proyectosde uturo en los Sistemas AntiareosMIGUEL GMEZ SANTOS.Coronel. Artillera. 39

    El Mando de Artillera Antiara en laDe ensa del Territorio Nacional JOAQUN BROCH HUESO.Teniente Coronel. Artillera. DEM. 47

    La Artillera Antiarea en la proteccin de UnidadesIGNACIO OJEDA GONZLEZ-POSADA.Teniente Coronel. Artillera. DEM. 55

    La Artillera Antiarea en el Siglo XXIIGNACIO FUENTE COBO.Coronel. Artillera. DEM. 63

    GIosario de Siglas y Acrnimos 70

    Publicidad Revista 79Fundacin Museo del Ejrcito 105

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    ARTCULOS SECCIONES

    La Revista Ejrcito es la publicacin pro esional militardel Ejrcito de Tierra. Tiene como fnalidad acilitar elintercambio de ideas sobre temas militares y contribuira la actualizacin de conocimientos y a la cultura. Estabierta a cuantos compaeros sientan inquietud por lostemas pro esionales. Los trabajos publicados representan,nicamente, la opinin personal de los autores.

    Redaccin, Administracin y Suscripciones: Seccin de Publicaciones de la JCISAT. C/. Alcal 18, 4.28014 MADRID. Tel .: 91-522 52 54. Tele ax: 91-522 75 53. Pg. WEB: www.ejercito.mde.es, E-mail:[email protected]; revistaejercito@tele onica.net. Suscripcin anual: Espaa 12,02 euros;Europa:18,03 euros; resto del mundo: 24,04 euros. Precio unidad: 2,4 euros.

    (IVA y gastos de envo incluidos)LA VIGENCIA DE LOS PRECIOS

    REFERIDOS SER DURANTE EL AO 2013

    MAYO 2013 AO LXXIV. NM. 866

    Sumario Internacional 129

    Rincn de Historia MilitarLa mentira del Maine Jos Enrique Lpez Jimnez.Teniente Coronel. Ingenieros. 117

    Observatorio Internacional de Con ictosGolpe en la Repblica Centroafricana CARLOS ECHEVERRA JESS.Pro esor de Relaciones Internacionalesde la UNEDCorea del Norte: Un problema inquietanteALBERTO PREZ MORENO.Coronel. In antera. DEM. 113

    Grandes Autores del Arte MilitarJulio Fernando Guilln y TatoContraalmirantePEDRO RAMREZ VERDN.Coronel. In antera. DEM. 119

    Hemos LedoAprovechando el sol para el combateVacuna contra el estrs del combateR.I.R 120

    Informacin Bibliogr caEl Arte de la Guerra en el mundo antiguoSEAL TEAM SIX. Memorias de un

    rancotirador de las Fuerzas especiales 127

    Cine BlicoRio grandeAlmirante YamamotoFLPEZ 124

    La carga de CaballeraELADIO BALDOVN RUIZ.Coronel. Caballera. DEM 96

    El primer Dunkerque:La batalla de Elvia. Retirada ymuerte del General MooreFRANCISCO JOS SEQUEIRO LEIRA.Capitn de Corberta. 106

    Mortero embarcado automatizado:Posibilidades de empleo ANTONIO ESTEBAN LPEZ.Teniente Coronel. In antera. DEM.88

    El Arte de la Guerra:Una asignatura pendiente JOS LUIS GMEZ BLANES.Comandante. In antera. 80

    El comit militar de la OTAN:

    Esencia de la Alianza JUAN NGEL MARTN VILLALN.Teniente General. DEM. 72

    Nueva alimentacin en campaaRAFAEL TINAHONES GARCA.Teniente Coronel. Caballera. 18

    Doctrina y TcticaFELIPE QUERO RODILES.General de Divisin. DEM. 8

    FE DE ERRATAS Comunicado por CGTAD error en datos de autores remitidos de los siguiente artculos del Num 864 Extraordinario Marzo, debern leerse:

    -EUROCUERPO en A ganistn. Autor: VCTOR PUJOL DE LARA. Teniente Coronel. In antera. DEM.-ISAF y su apoyo a la mujer a gana. Autor: VIRGILIO SORIANO AZORN. Brigada. Artillera Antiarea y de Costa.-Las Operaciones Areas en el Teatro A gano. Autor: CARLOS JAVIER GARCA GUARNIZO. Comandante. Artillera. DEM.

    La edicin papel del citado nmero de la Revista se emiti sin las pginas 87-88 por problemas grfcos. Las citadas pginas se pueden consultar o bajar de lasversiones electrnicas de dicho nmero en los histricos de la Revista Ejercito alojados en INTRANET e INTERNET.

    Publicaciones Militares del ET 122

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    Editorial

    El 1 de mayo de 1988 se crea, en

    el Ejrcito de Tierra, el Mando

    de Artillera Antiarea (MAAA). Con

    este motivo el Documento, en este

    nmero de mayo, repasa su historia,

    detallando aspectos principales de

    su organizacin y de la evolucin de

    sus unidades y materiales antiareos.

    Tambin se analiza el proceso de la

    integracin del MAAA dentro del

    Sistema de De ensa Area del territorio

    nacional y su papel en la proteccin de unidades. El artculo nal aborda

    el uturo de este Mando y de la Artillera Antiarea en el siglo XXI.

    La Revista abre con un interesante artculo en el que su autor realizauna de ensa de la tctica como campo de conocimiento esencialdel militar. Doctrina y Tctica es una refexin sobre el largo

    proceso de decaimiento de los estudios tcticos y la esperanza de su

    recuperacin con la aparicin de la nueva Doctrina de Empleo de lasFuerzas Terrestres, en cuya Introduccin se subraya, como di erencia

    con otras doctrinas anteriores, su vocacin inequvocamente tctica.

    El artculo Nueva Alimentacin en Campaa refexiona sobre lasmejoras que deben acometerse para per eccionar la actual alimentacinen operaciones, ya que no solo han cambiado los tipos de conficto, sino

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    que tambin lo han hecho las pre erencias alimentarias de nuestros jvenes

    combatientes y lo que actualmente puede o recer la industria agroalimentaria.

    En El Comit Militar de la OTAN: Esencia de la Alianza, su autor defendeque no se debe utilizar un proceso de trans ormacin para alterar aspectosesenciales del Comit Militar de la Alianza, organismo que se ha mostrado

    necesario y e caz para asesorar con objetividad, rapidez e independencia,

    as como para lograr consenso sobre el empleo de uerzas OTAN.

    El artculo El Arte de la Guerra: Una Asignatura Pendiente comoanuncia claramente su ttulo propone una asignatura sobre elarte de la guerra, sugiriendo cul debe ser su propsito, caractersticas,

    mtodos y contenidos. Se basa en las ideas pedaggicas del re ormador

    del Ejrcito prusiano Gerhard Johann von Scharnhorst (1755-1813).

    El siguiente trabajo, Mortero Embarcado Automatizado: Posibilidades deEmpleo, analiza las caractersticas del modelo CARDOM, adoptado porel Ejrcito espaol.

    Los dos ltimos artculos estn dedicados a narrar di erentes hechoshistricos, cuyas conclusiones permiten al militar de hoy extraer leccionesprovechosas.

    La Revista cierra con sus habituales Secciones Fijas, como siempre amenas

    y enriquecedoras para el lector.

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    6 REVISTA EJRCITO N. 856 JULIO/AGOSTO 2012

    Desde el primer nmero de 2013 la Revista se est editando en papelreciclado, lo cual no solo est motivado por la necesaria racionalizacindel gasto en la produccin de publicaciones, sino tambin y especialmente

    buscando contribuir a la mejora del medio ambiente minimizando en lo posiblela explotacin de materias primas.Las nuevas tecnologas permiten el acceso a la revista va online aumentando

    exponencialmente el nmero de personas que pueden consultarla, lo que asu vez contribuye al consiguiente ahorro de papel. Adems, a travs de lasdirecciones que a continuacin se sealan, con diferentes formatos, se puedenconsultar todos los nmeros anteriores de :

    INFORMACIN PARA LOS LECTORES

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    SEGURIDAD Y DEFENSANIVEL OPERACIONAL Y TCTICO

    INSTRUCCIN Y ADIESTRAMIENTOORGNICA Y LEGISLACIN

    PERSONALLOGSTICA

    CIENCIA Y TECNOLOGAARMAMENTO, MATERIAL E INFRAESTRUCTURA

    EJ RCITO Y SOCIEDADGEOGRAFA E HISTORIA

    CULTURA

    #En cumplimiento de la Ley Orgnica 15/1999, de Proteccin de Datos de Carcter Personal, la Seccin de Publicaciones de la Subdireccin de AsistenciaTcnica (SUBAT) procesa los datos personales de los suscriptores, incluyndolos en el chero correspondiente de la Revista Ejrcito. Todo suscriptor puedejercer sus derechos de acceso, recti cacin, cancelacin y oposicin dirigindose por escrito a la Secretara Tcnica de la JCISAT, C/ Prim, 6 Madrid (28004).

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    DOCTRINA Y TCTICA

    Felipe Quero Rodiles.General de Divisin. DEM.

    La tctica siempre ue undamento y razn deser de la carrera de las armas, por ello en los estu-dios tcticos se concentra siempre la ormacin delos combatientes y unidades, y las inquietudes delos militares de carrera. El resultado ue claramente

    ruct ero, como as lo corroboran los xitos denuestros cuadros de mando y unidades en cuartelesgenerales y operaciones internacionales.

    Sin embargo, desde hace unos aos se observaun importante decaimiento del inters pro esionalpor la tctica que merece atencin, no en balde

    es el elemento sustancial del pensamiento military nada hace pensar que vaya a dejar de serlo.Nuestro Ejrcito necesita y merece que sus cuadrosde mando y sus unidades sigan manteniendo elalto nivel de preparacin pro esional que siempretuvieron.

    La publicacin de una nueva Doctrina nos invitaa una primera re exin sobre su contenido tcticoque, por razones de extensin, vamos a limitar alos tres aspectos ms esenciales: su carcter, losprincipios y los medios.

    Primera Guerra Mundial

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    Nivel Operacional y Tctico

    EL CARCTERLa Doctrina PD1-001Empleo de las Fuerzas

    Terrestres, que est en vigor desde diciembre de2011, devolvi la esperanza de recuperacin dela tctica como valor pro esional principal, alsubrayar en su Introduccin que se di erencia dela anterior por su marcada vocacin tctica .1

    Es indudable que la uncin militar, desde suorigen, tiene un claro carcter tctico, como as lo corroboran los ms prestigiosos estudiososdel arte militar. Por ejemplo Guibert, que con-sidera la tctica como la ciencia misma de laguerra; Almirante, quien la entiende como el artede disponer y mover las tropas ordenadamente;Clausewitz, que le otorga la categora de teora

    del empleo de las tropas en el combate; o Vi-llamartn, que la defne como el propio arte decombatir.2 Y no cabe imputar que estos criterioshan quedado des asados porque la guerra hacambiado, ya que mandos y polticos importan-tes continan valorando la tctica como pieza

    undamental. Por ejemplo el general Clark, paraquien el xito en Irak en la Segunda Guerra delGol o ue debido a la preparacin de las unida-des, evidentemente tctica, no humanista, lin-gstica o cientfca3; o el Secretario de De ensade EEUU Robert Gates que, en West Point, en

    ebrero de 2011, subray la necesidad de recu-perar la capacidad de combate inter-armas.4

    El concepto de tctica ue elizmente defnidocomo el arte de disponer, mover y emplear lastropas sobre el campo de batalla con orden, rapi-dez y recproca proteccin, teniendo en cuenta:misin, terreno, enemigo y medios propios .5 Y puesto que la razn de ser de los Ejrcitos esimponerse por la uerza al enemigo, habr queconvenir que el ms genuino acto militar es laaccin tctica, por lo que, y en consonancia con

    ello, el carcter de toda doctrina de empleo de lauerza ha de ser eminentemente tctico.Lo que otorga carcter tctico a una accin

    son las tres condiciones de su defnicin, esdecir, empleo de unidades armadas, situacinde con rontacin armada y oposicin armadade un enemigo, de orma que la carencia dealguna de ellas niega el carcter tctico deuna accin. Tales son los casos, por ejemplo,de desfles, exposiciones de material, jornadasde puertas abiertas, o ayudas humanitarias,lucha contra el uego orestal, asistencia a la

    poblacin en catstro es, etc., aunque en todasellas intervengan unidades militares.

    Una primera cuestin que plantear a la nuevaDoctrina es la de continuar manteniendo la au-sencia de su carcter tctico del ttulo, decisin

    que se adopt en la Doctrina de 1996 y que se justifc por la necesidad de superar el nivel tctico. Esta supresin ue mantenida por laDoctrina de 1998 y 2003, aunque de orma msartifcial que real, puesto que las tres recogieronla defnicin, prcticamente literal, de tcticacomo base de su contenido.6 Todo parece apun-tar a que la supresin ue un artifcio para darcabida a actuaciones de carcter no-tctico: a lasoperaciones no-blicas. En la nueva Doctrina lasupresin contrasta uertemente con su anuncia-da vocacin tctica.7

    Es obvio que la actividad ms esencial y ge-nuina de toda organizacin ha de regirse por unanorma undamental y que, en el caso de la milicia,es la Doctrina. Ha de contener entonces los enun-ciados a los que han de ceirse las actuacionesms esenciales del Ejrcito: regir el combate. LaDoctrina concepta, defne y ordena los preceptosy elementos constitutivos de la accin militar enel combate y la orma de aplicarlos, por lo quesu carcter es inequvocamente tctico. As lo

    La actividad ms esencial ygenuina de toda organizacin ha deregirse por una norma fundamentalque, en el caso de la milicia, es la

    Doctrina

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    reconocieron en su ttulo las sucesivas Doctrinashasta la de 1980 incluida.

    Es cierto que ltimamente el concepto tctico

    se ha ampliado en gran medida, pero sin des-merecer de lo dicho. El Diccionario de la RealAcademia, siguiendo la lnea conceptual militar,contempla la tctica con carcter general, comoel arte que ensea a poner en orden las cosas, o mtodo o sistema para ejecutar o conseguir algo, defnicin que dio lugar al reconocimientode tcticas fnancieras, comerciales, deportivas,criminales, etc. Pero una cosa es evidente: dela misma orma que las actividades ajenas a lasfnanzas, aunque estn realizadas por econo-mistas, no son tctica fnanciera, y tampoco estctica utbolstica la que trata actividades ajenasal tbol, aunque estn realizadas por utbolistas,no es tctica militar la actividad ajena a la accingenuina, al combate.

    Una segunda cuestin que interesa resaltar dela nueva Doctrina es que no di erencia entre ac-ciones claramente tcticas (acciones o ensivas,de ensivas, de proteccin y seguridad), y otraspalmariamente no tcticas (reconciliacin entre

    adversarios, desarrollo de instituciones polticas,sociales, legales y econmicas, bienestar de ciu-dadanos, catstro es y calamidades pblicas).8

    Es lo cierto que en las operaciones interna-cionales actuales se emplean con recuenciaunidades militares en acciones no tcticas, ensituaciones y ante riesgos no propiamente milita-res, invocando como justifcacin la seguridad yla proteccin, lo que plantea serias dudas acercade que estas acciones tengan que ser tratadaspor una doctrina tctica. Parecera ms acertadoque la regulacin conceptual y preceptiva delas actuaciones no tcticas uesen objeto de unanormativa especfca, no tctica, y, en todo ca-so, complementaria de la Doctrina, pero no del

    mismo rango normativo pro esional.

    En evitacin de con usiones, ambigedadesy malignas interpretaciones, y en benefcio dela relevante importancia de su uncin, seraconveniente que la Doctrina se dedicase estric-tamente a la uncin genuina militar, al aspectotctico de la accin militar, del combate, y quelas actuaciones no tcticas de unidades militares,del tipo apoyo humanitario o emergencia encatstro es, se rigiese por esa norma especfca.

    En el momento en que la situacin o el riesgo lodemanden, la actuacin pasara al orden tcticoy a ser regida por la Doctrina, puesto que, de lamisma manera que una doctrina nica no pue-de resultar igualmente efcaz para dos ejrcitosdistintos, tampoco lo puede ser para accionestcticas y no tcticas, aunque se lleven a cabopor unidades del mismo ejrcito.

    Las uentes de una Doctrina son la ciencia yel arte militares, pero tambin lo son las leyesnacionales, las lecciones aprendidas de lahistoria militar nacional y universal, el derecho

    El concepto de tctica fuefelizmente de nido como elarte dedisponer, mover y emplear las tropassobre el campo de batalla con orden,rapidez y recproca proteccin,teniendo en cuenta: misin, enemigo

    y medios propios

    UNIFIL, Libano

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    Nivel Operacional y Tctico

    internacional y las leyes, usos y costumbresde guerra. Adems de que su contenido seacoherente con la estrategia nacional y con loscompromisos internacionales, ha de ser sobretodo autntica y respetuosa con los valores,tradiciones, idiosincrasia y costumbres de losciudadanos.

    Una tercera cuestin que plantearle a la nue-va Doctrina es su re erencia alnivel tctico. Elconcepto de nivel tctico de uso habitual enel lenguaje militar ue ormalmente estable-cido por la Doctrina de 1996, como aquel en elque se lleva a cabo la conduccin de las bata-llas y combates para alcanzar los objetivos tc-ticos. La limitacin a la conduccin no resulta

    muy a ortunada puesto que el nivel incumbe atodos los aspectos de la accin tctica y a todaunidad, grande o pequea, con independenciadel escaln de mando, por lo que quizs hubie-se sido ms acertada la re erencia a la ejecucintctica , ya que toda unidad, de cualquier nivelorgnico, cuando combate, opera en el niveltctico.

    La nueva Doctrina ampla el mbito del niveltctico y lo considera como el que correspondea la conduccin de acciones militares claramentetcticas (o ensiva y de ensiva), y a la de accionespalmariamente no-tcticas o, al menos, dudo-samente tcticas (estabilizacin y apoyo). Unavez ms, esta ampliacin del concepto denivel tctico parece deberse a la intencin de abarcaren un solo texto todas las actuaciones militares,tcticas y no-tcticas, pero conobvio deterioro del conceptode tctica y en cierta contra-diccin con la vocacin de lanueva Doctrina.

    En este contexto, la nueva

    Doctrina contempla que laoperacin de estabilizacin seundamenta en un uso equi-

    librado de las capacidadescoercitivas y constructivas (?) de una fuerza militar para con-tribuir a establecer un entornoseguro y estable, facilitar la re-conciliacin entre adversariosde mbito local y regional, y apoyar el establecimiento y desarrollo de las instituciones

    polticas, sociales, legales y econmicas , y nola considera operacin de combate.9 En def-nitiva, las acciones de estabilizacin implicannegociar, reconciliar, asesorar, etc. y tienen unclaro carcter no-tctico, por lo que su inclusinen el nivel tctico no resulta adecuada. Solopor el argumento justifcativo de la seguridad yproteccin, bien por imposicin bien por disua-sin, cabe considerar un carcter parcialmentetctico. Ms con orme con la vocacin tcticade la Doctrina, sera concretarlo a la seguridady proteccin en dichas operaciones y no a latotalidad de las mismas.

    En cuanto a las acciones de apoyo, se estableceque son las que acilitan o crean las condicionesnecesarias para realizar acciones o ensivaso de ensivas (de evidente carcter tctico), de

    Militares Espaoles en UNPROFOR, Bosnia i Herzegovina

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    estabilizacin (ya comentadas), y de colaboracincon las autoridades civiles para proporcionarseguridad y bienestar de los ciudadanos. Como enlas de estabilizacin, incluye acciones de carctertctico (disuasin o imposicin), de apoyo encatstro es, calamidades y otras necesidadespblicas de proteccin civil (de claro carcterno tctico) y de apoyo a las Fuerzas y Cuerposde Seguridad del Estado para la lucha contrael terrorismo, con un carcter de re uerzo msque tctico. De acuerdo con lo citado, parecerams acertado y con orme al carcter tctico dela Doctrina, considerar tcticas las acciones deseguridad y proteccin, subsidiarias la de carcterno-tctico y proteccin civil, y de re uerzo elapoyo a las uerzas policiales.10

    LOS PRINCIPIOSEl combate siempre se rigi por afrmaciones

    categricas que, a modo de axiomas, actan deguas impulsoras, insustituibles e indiscutibles delacto tctico, haciendo posible la accin ordenada

    y e iciente de todos los elementos que intervienenen el combate.11 Nuestra Doctrina de 1924 aco-gi ya estos axiomas como afrmaciones prima-rias o sin re erencias anteriores, es decir, como

    principios. 12Para unos ueron principios de la guerra , para

    otrosdel arte de la guerra , pero siempre princi-pios undamentales para a rontar el combate y labatalla. Dado que su carcter es eminentementetctico, probablemente habra sido ms acertadodenominarlos principios tcticos . El debate sobresu mbito y dimensin es antiguo y tambin poco

    relevante 13, pero de lo que no hay duda es de queconstituyen la base y undamento de toda accinde combate.

    Inicialmente se consideraron tres principios(voluntad de vencer, accin de conjunto y sor-

    presa) y se les otorg la categora de inmuta-bles, es decir, invariables e independientes deprocedimientos, objetivos, medios y circunstan-cias del momento, lo que, en principio, resultaper ectamente coherente con el concepto deprincipio pero excesivo para lasorpresa , declaro carcter ejecutivo y, por tanto variable.Estos tres principios inmutables se mantuvie-ron en la Doctrina de 1956 y se contemplarontambin otros tres principios derivados ( libertad de accin, aprovechamiento del xito y econo-ma de fuerzas ), en cierta contradiccin con lacondicin primaria del principio. Por el respe-to que la Doctrina merece, quizs habra sidoms acertado suprimir lasorpresa de los tres

    undamentales, de claro carcter ejecutivo ycircunstancial, incluir en estos lalibertad de

    Todo este proceso (variacinde los principios en las sucesivasDoctrinas) pone de mani esto unaespecie de conceptuacin inestabley dubitativa en materia de principios,tanto en sus enunciados como en su

    carcter y categora

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    Nivel Operacional y Tctico

    accin, y prescindir de los derivados por esemismo carcter.

    En 1971, en la leccin inaugural del VI Cursode Mandos Superiores de la Escuela Superiordel Ejrcito, su General Director o reci dos in-teresantes re exiones sobre los principios: surelacin con lo que denomin las constantes delacto humano positivo (querer, poder y sabe r); yel enunciado de tres principios undamentales(voluntad de vencer , libertad de accin y accinde conjunto). 14

    Las Doctrinas de 1976 y 1980 recogieron bue-na parte de estas re exiones, enunciando tresprincipios undamentales del arte de la guerra(voluntad de vencer, libertad de accin y capa-cidad de ejecucin), basados sin citarlas enlas constantes del acto humano (querer, poder ysaber), pero mantuvieron la contradiccin de losprincipios derivados (siete en la de 1976 y seisen la de 1980), agravada por el enunciado deprincipios logsticos en ambas.15

    Las Doctrinas de 1996 y 1998 mantuvieron lostres citados como principios de la guerra, perosin categora de undamentales que quizs no

    uese necesario por su ttulo y deteriorandosu condicin de orientadores doctrinales al re-trasar su posicin en el texto.16 Mantuvieron losprincipios derivados como principios operativosy los principios logsticos, agravando aun msla cuestin con el enunciado de otros princi-

    pios generales de las operaciones no-blicas. LaDoctrina de 2003 mantuvo los tres principios

    undamentales como principios del arte de laguerra y mantuvo todos los dems.17

    La nueva Doctrina mantuvo la categorade undamentales de los tres principios del arte militar, pero tambin los operativos (diez,entre los que se hayan lasorpresa y la unidad de esfuerzos ), reconociendo expresamente lacontradiccin al subrayar que corresponden msa la bsqueda de soluciones que a enunciadosaxiomticos. Tiene en cambio el acierto desuprimir los principios logsticos.18

    Todo este proceso pone de manifesto unaespecie de conceptuacin inestable y dubitativaen materia de principios, tanto en sus enunciadoscomo en su carcter y categora. A pesar de serlos presupuestos sustentadores de las accionesde combate y orientadores doctrinales, da laimpresin de que no estuvieron sufcientementepensados y parecen ms ruto de expresionessugerentes.19 La Doctrina, por su undamentalimportancia, ha de estar cimentada en el rigor ymantenerse al margen de tendencias, corrientesde opinin o sugerencias del momento, por loque todo es uerzo que se haga en este sentidorepercutir muy positivamente en la solvencia deltexto doctrinal espaol, de nuestro pensamientomilitar y en la efcacia tctica de nuestros man-dos y unidades.

    Pintura La c a rg a d e l Fa r n e sio , Augusto Ferrer Dalmau

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    Hay que subrayar el acierto en mantenercomo primer principio lavoluntad de vencer ,donde radica el impulso espiritual ms slido

    para combatir, superando las reservas al uso dela uerza, a la violencia y, por tanto, al sentidode la victoria. Su alcance y contenido son muysuperiores alquerer del acto humano , puestoque no se trata de la voluntad de hacer bien lascosas o de cumplir con efciencia la misin, sinode un frme y persuasivo deseo de imponerseal enemigo por la uerza, cuantas veces seanecesario y superando toda resistencia.20 Es elpresupuesto moral insustituible para el combateporque implica e inquebrantable en la victoria,en la justicia y legitimidad de la causa por laque se lucha, y confanza en nuestras unidadesy en sus capacidades. No hay valor que puedasustituirlo.

    Otro acierto de la nueva Doctrina es mantenercomo segundo principio lalibertad de accin,valor militar universal por cuanto supone deenerga imprescindible para crear condiciones

    avorables o aprovechar las existentes para re-solver satis actoriamente el combate. Implicacapacidad de decidir, preparar y ejecutar lasacciones de combate necesarias, y a pesar de la

    voluntad del adversario, lo que le convierte encondicin indispensable para alcanzar el xito,superando con creces el poder de las constantesdel acto humano.

    Sin embargo, no parece un acierto mantenercomo principio undamental lacapacidad deejecucin porque toda capacidad, en la medidaque habilita para aplicar modos, ormas y medios,es ms una condicin ejecutiva y procedimentalque un principio Quizs podra sustituirse por elprincipio de unidad, axioma tambin undamentaly universal, que implica unidad de mando y

    de accin de todos los que intervienen en elcombate, incluyendo laaccin de conjunto y launidad de esfuerzos, o sustraerlo toda vez que noes necesaria una tripleta de principios doctrinales

    undamentales.

    LOS MEDIOSLos medios de combate se ueron confgurando

    a lo largo de la Historia con orme lo demand labatalla, asentndose como estructuras tcticasque, debidamente combinadas en su accin, ha-can posible la victoria. Sumeria, en la poca delcombate en las distancias muy cortas, de la luchacuerpo a cuerpo, cre una estructura especializa-da que, con el tiempo, se denomin In antera.

    Los persas sintieron la necesidad de la rapidezen el combate y utilizaron el caballo, lo que diolugar a una estructura especializada en la veloci-dad que, con el tiempo, se denomin Caballera.La plvora hizo posible la creacin de las armasde uego que, superando el e ecto de las mqui-nas de guerra medievales, inici la destruccin adistancia y dio lugar a la aparicin de la que sedenomin Artillera. Y fnalmente, la necesidadde proteccin, de dar paso a las unidades propiasy difcultar el de las del enemigo, dio lugar a laestructura especializada en el obstculo y la orti-fcacin, los Ingenieros o Zapadores.

    Esas especifcidades para el combate hicieronorecer unas cualidades morales, tcticas y

    Ejrcito Persa

    El espritu de Arma constituye unaespecie de ADN esencial para elcombate, hasta el extremo de que silas Armas desaparecieran y hubieseque volver a combatir, habra querecrearlas urgentemente, con el

    riesgo de la improvisacin

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    orgnicas en los componentes de cada una deellas, surgiendo el espritu de Arma como sntesisde cualidades y caractersticas insustituibles, porlo que, desde su mismo origen, las Armas no sonintercambiables, y si se intercambian ser porimposicin de la situacin o por utilizarlas en unaaccin no tctica. Esas cualidades y caractersticasimprescindibles para la accin tctica se ueroncon ormando como preciados valores y signosdistintivos de identidad, imprimiendo a susunidades de una dimensin especial y haciendode su conjunto un grupo especfco, las Armascombatientes, de contenido muy di erente al delos dems Cuerpos del Estado. El espritu de Armaconstituye una especie de ADN esencial para el

    combate, hasta el extremo de que si las Armasdesaparecieran y hubiese que volver a combatir,habra que recrearlas urgentemente, con el riesgode la improvisacin.

    Es evidente que el valor de las Armas tambinse ve deteriorado en estos tiempos. La Doctrina de1956 contemplaba las cuatro Armas combatientescon la misin de librar conjuntamente el combate,dndole a la In antera la merecida categora deArma principal del combate.21 Las Doctrinas de

    1976 y 1980 mantuvieron las cuatro Armas peroomitiendo su misin de combate, y la segundade ellas consider la sustitucin de las unidadesde las Armas por agrupamientos tcticos comoorganizaciones operativas normales, sin asumirque las organizaciones uncionales son estructurasexcepcionales, para misiones especfcas ylimitadas en tiempo y espacio.22

    Las Doctrinas de 1996 y 1998 siguieronmanteniendo las cuatro Armas pero tambin sinconsiderar su misin de combate y sustituyendola categora de la In antera de Arma principaldel combate por la de Arma de la maniobra.En consonancia con lo establecido en la LeyReguladora del Rgimen del Personal 23, la Doctrina

    de 2003 agrav la cuestin integrndolas comomeras Especialidades en un nico Cuerpo Generalde las Armas, e insinuando que la Especialidadasimilaba, en algunos casos, el concepto de Arma.

    Por ltimo la Doctrina de 2011 acierta al des-estimar el concepto de Especialidad y contem-plar cinco Armas (por desdoblamiento de la deIngenieros), pero sigue sin atribuirles la misin delibrar conjuntamente el combate, persiste en suposicin muy retrasada en el texto y las contempla

    Guerra de Irak

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    como simples depositarias de valores tradiciona-les, de identidad, de espritu y del modo de ser,as como del sentir y vivir la contribucin al xitode la misin, sea esta de combate o no. Se agravael deterioro al considerar que solo las pequeasunidades estn ormadas no son sobre la basede las Armas, y mantiene la desaparicin de lasdivisiones y brigadas de In antera y de Caballerainiciada ya en la Doctrina de 1976.24

    Las unidades de Operaciones Especiales, con-cepto aparecido en los textos doctrinales de 1996,son tratadas en la nueva Doctrina subrayando latrascendencia de sus resultados en las operacio-nes estratgicas, operacionales y tcticas, lo quepuede llevar a algunos a la equivocada conclusin

    de que son una nueva especie de Arma o Especia-lidad undamental, cuando estn calculadas, or-ganizadas y equipadas solo para realizar accionesencubiertas y discretas, particularmente tiles parala guerra irregular, la lucha contra el terrorismointernacional o la contrainsurgencia.25

    En el apuntado deterioro de la tctica ahondanlas leyes de De ensa Nacional y de la CarreraMilitar. La primera, al no contemplar las Armas

    y sus unidades, y concebir dos estructuras di e-renciadas (orgnica y operativa).26 La segunda, alomitir toda re erencia a las Armas, incluso en ladenominacin del cuerpo nico, Cuerpo Generaldel Ejrcito de Tierra.27

    El deterioro del valor tctico de los medios decombate es evidente y sera conveniente recon-siderarlo cuanto antes. La idea de que la guerraest superada, o de que la utura guerra ser muydi erente a la tradicional no pueden ser ms per-versas al inducir a la idea de que la Doctrina hade ser di erente, o que su carcter ya no tiene porqu ser tctico, o que las Armas, ya no necesa-rias, sern como depsitos de capacidades quese organizarn uncionalmente en cada caso. Sin

    remontarnos demasiado en la Historia, bastarrecordar cmo Estados Unidos ue sorprendidopor la Primera Guerra Mundial sin estar preparadopara ello, vindose obligado a improvisar unida-des para enviarlas a Europa y, solo veintin aosdespus, cuando pareca que la guerra no volveraa producirse comenz la Segunda, y Estados Uni-dos volvi a tardar aos y necesitar algn acicatepara estar en condiciones de a rontarla.

    Fuerzas Especiales

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    Hoy nadie puede asegurar que la guerra novolver a producirse, que ser esencialmentedi erente o que no tendr lugar en determinadocontinente, especialmente cuando varias de laspotencias emergentes parecen desear pugnar porla hegemona universal y rearman sus FuerzasArmadas. En un plazo de tiempo prudencial, lospases occidentales pueden verse involucradosy obligados a acudir con sus uerzas militaresdonde la situacin lo demande, para lo que ser

    undamental que sus unidades estn per ectamentepreparadas, dotadas y dispuestas, siendo el primerpaso contar con una Doctrina tctica adecuada.

    CONCLUSIN

    A modo de conclusin se puede afrmar que lavocacin tctica que proclama la nueva Doctrinaes un magnfco sntoma esperanzador de recu-peracin del valor de la tctica como principalvalor pro esional militar. Las carencias, ambige-dades, generalidades o defciencias que todavaencontramos en ella pueden ser subsanadas, ymerecen serlo, sin menoscabo del importantsi-mo papel que este texto desempea.

    Aspectos como la inclusin del carcter tcticoen su ttulo, la re exin, maduracin y depuracinconceptual de los principios, su ajuste a lo relacio-nado con el combate o la recuperacin del valortctico de las Armas combatientes, todos per ec-tamente consonantes con su vocacin tctica sonretos que pueden y deben ser abordados con rigor.

    Todos los es uerzos que se hagan en esta di-reccin sern recompensados con el resultadofnal de un texto doctrinal muy pensado, rigu-roso, vigoroso y moderno, como el que nuestroEjrcito necesita y merece.

    NOTAS1

    Doctrina PD1-001, de 2011.2 Poirie, Lucien.Las voces de la estrategia. Edi-ciones Ejrcito 1988. Pg .227; Almirante, Jo-s. Diccionario Militar . Ministerio de De ensa,1989. Tomo II. Pg. 971; Clausewitz, Karl von.De la Guerra. Ediciones Ejrcito,1978. Pg. 92;Villamartn, Francisco. Nociones del Arte Militar .Ministerio de De ensa, 1989. Pg. 41.

    3 Clark, Wesley.Qu ha fallado en Irak? Crtica.Barcelona, 2004. Pg. 83.

    4 Fras Snchez, Carlos Javier. Iraq y A ganistn:dos con ictos del pasado. Revista Ejrcito

    N 847. octubre, 2011: Los Estados Unidosno volvern a derribar un rgimen poltico

    para ejecutar despus la compleja tarea dereconstruccin []Subray la necesidad derecuperar la capacidad de combate interarmasde alta intensidad.

    5 Estado Mayor Central.Reglamento tctico deInfantera . Ministerio del Ejrcito. Tomo I. 1955.Pg.1

    6 DO1-001 de 1996, DO1-001 de 1998 y DO1-001 de 2003. En el prra o 3.3.c de las tres.

    7 DO1-001 Doctrina de Empleo de la Fuerza Te-rrestre. 1996. Introduccin. p. XVIII.

    8 PD1-001 Captulos 2 y 6.9 PD1-001 Prra os 3.4.c, 64 y 65.10

    10 PD1-001. Pg. 6-7.11 Ya en el siglo V a C Sun Tzu habl de cinco pun-tos doctrinales undamentales para vencer. VerSun Tzu. El arte de la guerra. Revista Ejrcito.Suplemento. Madrid, 1980. Pg. 9.

    12 lvarez-Arenas, Eliseo.Idea de la guerra .Editorial Naval. Madrid, 1984. Pg.83.

    13 Rojo, Vicente.Elementos del arte de la guerra .MINISDEF. Madrid, 1988. Pg.67 y ss.

    14 Vega Rodrguez, Jos M. La floso a y el mandomilitar. Revista Ejrcito. N 374, marzo 1971.

    15 Doctrina DO-001 de 1976 Art. 1, 2 y 74 y Doc-trina DO-001 de 1980 Prra os 1.1, 1.2 y 18.4.

    16 Doctrina DO1-001 de 1996, Prra o 3.5;Doctrina DO1-001 de 1998, Prra o 3.5Y.

    17 Doctrina DO1-001 de 2003, Prra os 3.4, 10.3y 15.2

    18 Doctrina PD1-001 de 2011. Prra os 3.2, 3.3y 9.3.

    19 lvarez-Arenas, Eliseo. Op. Cit. Pg. 82.20 Clausewitz, Karl von. Op. Cit. Pg. 27.21 Doctrina Provisional de Empleo Tctico de las

    Armas y los Servicios. 1956. Arts. 11 y 12.22

    Doctrina DO-001 de 1976 Arts. 18 y ss. yDoctrina DO-001 de 1980 Pr 5.1 y ss, y 5.10.23 Ley 17/89 de 19 de julio,Reguladora del

    Rgimen del Personal Militar Profesional. Art .13.24 Doctrina PD1-001 de 2011. Captulo 4, Prra os

    4.4.2 y 4.4.a.25 Doctrina PD1-001 de 2011. Captulo 4. Prra o

    4.3. b.(1) ( ).26 Ley Orgnica 5/2005, de 17 de noviembre,de

    la Defensa Nacional . Art. 11. Art. 16.27 Ley 39/12007, de 19 de noviembre, de la Carre-

    ra Militar . Art. 26.n

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    INTRODUCCINTradicionalmente la alimentacin del soldado

    ha sido constante preocupacin de los je es deunidad, no solo por su lgica importancia en elrendimiento y actividad de los combatientes, sinopor el indudable e ecto en su bienestar y mo-ral. Por tanto, el proporcionar una alimentacin

    equilibrada y adecuada a la especial actividadde las unidades debe ser un objetivo prioritarioen cualquier operacin.

    Teniendo en cuenta, por un lado, las di e-rentes actividades en las que pueden participarnuestras unidades a lo largo del espectro de uncon icto, en el que se puede evolucionar desde

    operaciones de apoyo a la paz hasta uncombate generalizado; y, por otro, losavances experimentados por la industriaagroalimentaria, se debe buscar un equi-librio entre ambos que permita propor-

    cionar a nuestros combatientes una mejoralimentacin adaptada a cada situacin.

    NIVELES DE ALIMENTACINEN OPERACIONES

    Recogiendo de orma esquemtica lasdi erentes situaciones tcticas en las queactualmente pueden verse involucradasnuestras unidades, se pueden di erenciarcinco niveles para asignar la alimenta-cin ms adecuada segn las necesidadesoperativas de las unidades (Cuadro 1).Alimentac in en c ampaa

    N UEVA ALIMENTACINEN CAMPAA

    Ra ael Tinahones Garca. Teniente Coronel. Caballera.

    Los ejrcitos avanzan sobre sus estmagosNapolen Bonaparte

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    Logstica

    Nivel 1 : Situaciones tcticas de alta intensidadsin pausas operacionales (patrullas de reconoci-miento de larga duracin, largas detenciones deconvoyes debido a la colocacin de IED y posi-bles emboscadas, etc) en las que es imposible ladistribucin de comida en caliente y el comba-tiente no puede calentar su racin individual. En

    este nivel, la comida ser principalmente a basede raciones individuales de combate (RIC) conmens ros, raciones de combate autocalenta-bles o raciones colectivas de patrulla.

    Nivel 2 : Situaciones tcticas con pequeaspausas operacionales, en un contexto an de altaintensidad (observatorios, puestos de tiro, etc), enlas que el combatiente puede calentar su RIC. Eneste nivel, la comida se realizar principalmentea base de RIC con mens que se pueden calen-tar y, dependiendo de la duracin de las pausasoperaciones, podr distribuirse comida caliente

    o ser re orzadas las RIC conpan y ruta resca.

    Nivel 3 : Situacionestcticas con largas pausasoperacionales en las que sesuelen establecer destaca-mentos avanzados alejadosde la base principal, conrutas de abastecimiento noseguras o demasiado largasque condicionan el sumi-nistro de productos rescos.En este nivel se podrn des-plegar cocinas de campaapara poder calentar racio-

    nes colectivas precocina-das y realizar por tanto lacomida en caliente.

    Nivel 4 : Situacionestcticas con largas pausasoperacionales en las que sesuelen establecer destaca-mentos avanzados alejadosde la base principal y conrutas de abastecimientoseguras en las que es posi-ble un suministro uido deproductos rescos. En estenivel, las cocinas desplega-das podrn calentar las ra-ciones colectivas, re orzar-

    las con productos rescos ( ruta, verdura, yogures,etc) e incluso con eccionar los propios alimentos(ejemplo claro de la situacin actual de los pues-tos avanzados de combate en A ganistn).

    Nivel 5 : Situaciones de estabilizacin (casoactual del Lbano) en las que es posible exter-nalizar el servicio de alimentacin y poder dis-

    tribuir los alimentos en caliente a los di erentesdestacamentos.En algunas situaciones particulares (opera-

    ciones especiales, zonas tropicales, ambientescontaminados, etc) se dispondr de raciones yre uerzos ad hoc para cada una de ellas.

    ALIMENTACIN ACTUAL EN OPERACIONESLa actual alimentacin de nuestras Fuerzas Ar-

    madas en operaciones se basa principalmente enel empleo de raciones de combate y en la con ec-cin de alimentos bien a cargo de empresas civiles

    Cuadro 1. Niveles de alimentac in en ope rac iones

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    en las que se ha externalizado este servicio, bienmediante los pelotones/equipos de alimentacinde las unidades.

    RACIONES DE COMBATEEl STANAG 2937 Survival Emergency and Indi-

    vidual Combat Rations-Nutritional Values and Pac-king recoge los requerimientos mnimos que de-ben tener los di erentes tipos de raciones militares.

    En nuestras Fuerzas Armadas actualmente sedispone de raciones individuales de combate,raciones colectivas precocinadas, raciones indi-viduales de emergencia y raciones de re uerzo.

    RACIONES INDIVIDUALESDE COMBATE (RIC)Este tipo de raciones constituyen una comida

    completa, sufciente, adecuada y variada con unaporte energtico y calrico que cubre todas lasnecesidades nutricionales de un combatiente/da(Cuadro 2). Contienen tanto el desayuno como elalmuerzo y la cena.

    No deberan ser empleadas ms all de 30 dasseguidos en operaciones, no solo por las posiblesconsecuencias perjudiciales para la salud, sinoprincipalmente por el e ecto negativo en la moralde los combatientes.

    Las RIC en dotacin en nuestras unidades dis-ponen actualmente de cinco mens variados msdos para musulmanes. Todos estos mens, ex-cepto uno, contienen alimentos que requieren sucalentamiento previo antes de su ingesta (sopas,

    legumbres, etc).A estos mens hay que aadir adems la racin

    diaria de pan consistente en dos paquetes de 100gramos de pan galleta que suponen un aportesuplementario de 1.649 kilojulios, 9,70 protenas,9,48 gramos lpidos y 67,59 gramos de hidratosde carbono.

    Los mens que necesitan un calentamiento pre-vio no son adecuados para situaciones tcticas delnivel 1 de alimentacin, ya que el combatiente nodispondr de tiempo para ello ni a veces la propiasituacin tctica le permitir hacerlo (la llama y elhumo pueden delatar su posicin). Por tanto, seradeseable disponer de una mayor variedad de RIC

    con mens ros.RACIONES COLECTIVAS PRECOCINADAS

    Al igual que las anteriores raciones, stas debenconstituir tambin una comida completa,su iciente, adecuada y variada para loscombatientes.

    Actualmente se estn empleando en A ganistnraciones de este tipo, elaboradas para diez plazas,que disponen de una variedad de hasta de diezmens:

    Men n 1. Cocido madrileo y albndigas depollo con guarnicin.

    Men n 2. Ensalada de pasta con atn yhamburguesas de vacuno con tomate.

    Men n 3. Ensalada campera y pollo enescabeche.

    Men n 4. Macarrones boloesa de pollo ysalchichas, tipo alemn, con tomate.

    Men n 5. Fabada asturiana y magro de cerdocon pisto.

    Men n 6. Espagueti boloesa y pollo esto ado. Men n 7. Ensalada de alubias con atn y

    Racin individual de combate Cuadro 2. Caractersticas de los mens de las RIC

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    Logstica

    codillo conftado. Men n 8. Canelones de carne con bechamel yesto ado de ternera.

    Men n 9. Patatas guisadas con carne de cerdoy atn con tomate.

    Men n 10. Menestra de verduras y salchichas,tipo alemn, con tomate.

    Los resultados han sido tan satis actorios queest en estudio aumentar la o erta a diecisis,manteniendo una proporcin adecuada entreplatos calientes y ros.

    El principal inconveniente de estas raciones esque requieren el empleo de cocinas de campaapara su calentamiento, lo que les hace inviablesen niveles como el 1 o el 2.

    RACIN INDIVIDUAL DE EMERGENCIAEste tipo de racin est prevista y calculada

    para mantener la capacidad operativa del com-batiente por un perodo de tiempo de al menos24 horas, en el caso de que el suministro regularde alimentos sea interrumpido (Cuadro 3).

    Estas raciones, de pequeo volumen, contie-nen alimentos comestibles y digestibles (chocola-te, turrn, carne desecada, etc), sin necesidad deaadir agua o de calentarlos. Tambin contienentabletas o sistemas de depuracin de agua. Loscambios constantes en los gustos alimenticos denuestros jvenes combatientes hacen necesariauna actualizacin permanente de los alimentosde estas raciones.

    RACIONES DE REFUERZOEste tipo de re uerzos a las RIC, con un gran

    aporte calrico, se emplean en situaciones en lasque la preocupacin es sobrevivir.

    Son raciones de pequeo volumen (515,4cm3) que deben contener al menos 100 gramos

    de hidratos de carbono. El contenido de estasraciones debe igualmente ajustarse a los gustoscambiantes de nuestros jvenes.

    ALIMENTOS COCINADOSEN OPERACIONESLa con eccin de alimentos en operaciones

    a partir de productos rescos puede realizarsebien con medios nicamente militares, bienmediante una empresa externalizada, siendoesta ltima opcin la ms comn en los esce-narios actuales.

    ALIMENTACIN PROPORCIONADAPOR UNA EMPRESA EXTERNALIZADA

    La alimentacin en operaciones puede exter-nalizarse mediante el empleo de empresas o UTE(unin temporal de empresas) que satis agan lasnecesidades de nuestras uerzas. Dado que enTN esta es la opcin ms comn, la experienciaacumulada en las bases y acuartelamientos enpermanencia debe servir para mejorar el servicioo recido en operaciones. Estas empresas, ademsde la con eccin de los alimentos a partir deproductos rescos, podrn distribuirlos con suspropios medios a las unidades desplegadas a lolargo del teatro (por ejemplo, el Lbano). Estosaspectos debern tenerse en cuenta en los con-tratos que se frmen con las empresas, que nosolo habrn de disponer de los medios adecua-dos para cocinar sino para mantener la cadenade ro y para distribuir los alimentos cocinadosen unas condiciones ptimas.

    En algunos casos, normalmente relacionadoscon la seguridad del teatro de operaciones, lasempresas pueden cocinar pero no realizar la dis-tribucin de alimentos en caliente, este cometidose realiza con medios militares (A ganistn).

    Racin individual de emergencia

    Cuadro 3. Carac tersticas de las rac ionesindividuales de emergencia

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    El hecho de externalizar la alimentacin nodebe ir nunca en detrimento de esta capacidadmilitar que sigue teniendo un papel undamentalen operaciones.

    ALIMENTACIN CONFECCIONADAPOR MEDIOS MILITARES

    Dentro de las FAS es muy importante man-tener y mejorar la capacidad de con eccin dealimentos, ya que en el amplio espectro de loscon ictos habr siempre situaciones en las quela alimentacin no podr ser externalizada.

    Las unidades deben disponer por tanto delpersonal, material y procedimientos que les per-mitan emplear estas capacidades en TO, siendosu instruccin y adiestramiento un aspecto esen-cial para este tipo de apoyo.

    Desde el punto de vista de personal, vuel-ve adquirir gran importancia la Especialidad de

    Hostelera y Alimentacin (HAM) de la Escalade T ropa y la ormacin especfca de los sub-ofciales del Cuerpo General con el objetivo decubrir los puestos tcticos en los pelotones dealimentacin.

    En cuanto a los materiales, se hace necesariauna buena distribucin o adquisicin de mediostanto para la con eccin de alimentos (cocinas decampaa de di erentes capacidades) como parael mantenimiento de la cadena de ro (conte-nedores rigorfcos de di erentes capacidades).

    Por otro lado, actualmente las unidades nocuentan con ningn medio especfco para ladistribucin de alimentos en caliente en el nivelbrigada. Tan solo disponen de termos que no per-miten una adecuada distribucin de la comidacon eccionada ya que, debido muchas veces almal estado de las rutas de abastecimiento y/o alexcesivo tiempo que trascurre desde que la comi-da se elabora hasta que se consume, esta no llegaa los destacamentos en las mejores condicionespara su consumo.

    Por tanto, sera deseable que las unidadeslogsticas a nivel brigada dispusieran de este tipode medios (contenedores isotermos con bandejaspara mantenimiento del calor) conservando losactuales termos para la distribucin de alimentosen caliente a nivel batalln.

    MEJORAS EN LA ACTUALALIMENTACIN EN CAMPAA

    Las caractersticas de los actuales con ictosdemandan una evolucin en la alimentacin encampaa. Partiendo de la actual alimentacin,

    Raciones de refuerzo

    Cuadro 4. Contenido de la rac in de refuerzo

    Cuadro 4. Caractersticas de la racin de refuerzo

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    Logstica

    descrita en el anterior apartado y que sigue sien-do vlida en algunas de las situaciones tcticas

    del amplio espectro de estos con ictos, es nece-sario dotar a las unidades de otro tipo de alimen-tacin que supla la actuales carencias y que hoyen da o rece el sector alimentario con creces.

    RICAUTOCALENTABLES Las RIC autocalentables disponen de alimen-

    tos en conserva que se calientan sin necesidad deningn medio externo como el gas, electricidado microondas. El sistema de autocalentado sueleser un ingenio que emplea calor disipado en unareaccin exotrmica entre productos qumicos.Al poner en marcha el sistema, y transcurridosde cinco a ocho minutos, comienza a notarseel calor que alcanzar su punto ms lgido (90aprox) a los 15 minutos.

    Este tipo de raciones se han demostrado efca-ces en circunstancias especfcas ya que permitena los combatientes comer caliente en situacionesdi ciles (convoyes detenidos en los que el per-sonal permanece por seguridad varias horas sinpoder salir del vehculo MRAP, viajes de largaduracin en medios areos, puestos de vigilancia

    nocturnos, etc).Actualmente se est probando y valorando laadquisicin de este tipo de RIC.

    RACIONES COLECTIVAS PRECOCINADASPARA TRIPULACIONES DE VEHCULOS

    Estas raciones deben tener las mismas caracters-ticas que las raciones colectivas de diez plazas em-pleadas actualmente en operaciones, pero con lapeculiaridad de que se elaboren para cinco plazas.

    Deben constituir una comida completa, su-fciente, adecuada y variada para que los tripu-

    lantes de los vehculos de combate (carros decombate, VCI, MRAP, etc) puedan consumirlasdentro de estos vehculos protegidos sin necesi-dad de bajarse de ellos.

    Para consumir los mens en caliente, los ve-hculos debern disponer de unos sistemas decalentamiento (ollas multi uncin) que em-pleen los propios sistemas elctricos de los ve-hculos (tomas auxiliares). Estas ollas, empleadasya en otros ejrcitos, tienen la capacidad decalentar agua y estas raciones colectivas prepa-radas, tanto con el vehculo estacionado comoen movimiento.

    Actualmente no se dispone de este tipo de ra-ciones para tripulaciones ni de las citadas ollas,

    por tanto sera adecuada su adquisicin.RACIONES Y REFUERZOS AD HOC

    En algunas situaciones tcticas especfcas(climas extremos, despliegues en zonas conta-minadas, etc) ser necesario elaborar racionesad hoc para cada una de ellas, normalmente abase de alimentos deshidratados y lioflizados, obien re orzar las RIC anteriormente descritas conalimentos hipocalricos como los batidos de altocontenido en protenas, las barras energticas,los geles des atigantes o ruta seca.

    Los alimentos deshidratados y lioflizados secaracterizan por haber pasado por un procesoen el que se ha eliminado la mayor parte de sucontenido en agua, lo que avorece la conserva-cin del producto por ms tiempo y, en algunoscasos, proporciona nuevas ormas de consumo.Aunque ambos parezcan lo mismo, existe unadi erencia sustancial entre ellos (Cuadro 5).

    Se han experimentado en el Mando de Ope-raciones Especiales y en la Je atura de Tropas deMontaa unas raciones individuales de com-

    bate ligeras de marcha basadas en alimentoslioflizados y aunque los resultados han sido

    Alimentacin confecc ionada por medios militares

    Raciones autocalentables

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    ptimos, se est analizando actualmentesu posible rentabilidad.

    RACIONES PASTEURIZADASActualmente se est estudiando el

    empleo de este tipo de raciones cuyaelaboracin, en cualquier caso, corre-ra a cargo de las empresas o UTE quetienen externalizado el servicio de ali-mentacin en TO.

    El proceso de pasteurizacin consisteen calentar el alimento a 72 C durante15 o 20 segundos y en riarlo rpidamen-te a continuacin a 4 C. Una vez enva-sada y pasteurizada, la racin se puede

    conservan en ro entre 30 y 120 das.Aunque el periodo de caducidad deestas raciones es ms reducido que el de las ra-ciones colectivas precocinadas, tienen una mayoraceptacin porque parecen recin hechas.

    LA ALIMENTACIN EN LAS COP: UNEJEMPLO ACTUAL EN OPERACIONES

    Actualmente, en los puestos/posiciones avan-zados de combate (COP) en A ganistn, se estrealizando la alimentacin mediante un procedi-miento mixto en el que se combina el consumode RIC y raciones colectivas precocinadas, conre uerzo de alimentos rescos (principalmente

    rutas, verduras, lcteos y embutidos). Esta situa-cin podra encuadrarse en el nivel 4 de alimen-tacin en operaciones descrito anteriormente.

    En cada COP se ha desplegado un equipode alimentacin compuesto por una cocina decampaa, acorde con su entidad, y personal detropa HAM, adems de los medios de

    ro necesarios para el almacenamien-to de los productos rescos.

    Cuando las condiciones de seguri-dad lo permiten, el equipo de alimen-tacin emplea la cocina de campaapara calentar las raciones colectivasprecocinadas o para la con eccin dealimentos sencillos, principalmentebasados en pasta o arroz.

    En cada relevo de personal se pro-cede a la reposicin tanto de racionescomo de productos no perecederos y

    rescos.Las RIC se emplean cuando las

    condiciones de seguridad no permiten coci-nar o cuando las patrullas regresan a la COPal fnal de la jornada.

    La experiencia en estas COP ha permitidodetectar ciertas carencias y se estn promo-viendo algunas mejoras en la alimentacin enoperaciones:

    Es necesario disponer de cocinas de campaa ycontenedores rigorfco con capacidad acordecon la entidad de la COP (seccin, compaa,etc), con los accesorios necesarios (microondas,hornos, etc) que mejoren la vida de loscombatientes en estas situaciones tcticas.

    Los rancheros (HAM) deben estar per ectamenteinstruidos para trabajar en estas condiciones.

    Se debe contar, adems de con las RIC y lasraciones colectivas en dotacin, con:

    RIC con mayor variedad de mens ros y RIC

    Raciones y refuerzos ad hoc

    Raciones pasteurizadas

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    Logstica

    autocalentables para que las patrullas o equiposque se ausenten de la COP durante ms deuna jornada, puedan emplear sus raciones encualquier situacin tctica (puestos de vigilancianocturnos, puestos de observacin, etc).

    RIC ligeras lioflizadas para ausencias de 24horas.

    Raciones colectivas para las tripulaciones delos vehculos RG-31 y LMV para emplear en elinterior de los vehculos en detenciones prolon-gadas, causadas principalmente por amenazasde IED.

    Batidos de alto contenido en protenas, ba-rras energticas, ruta seca, etc para re orzar laalimentacin del combatiente en situaciones

    en que se requiera un mayor gasto energticocomo largas marchas a pie, calor extremo, etc.

    BIBLIOGRAFA Y FUENTES PD1-001 Empleo de las Fuerzas Terrestres. PD3-005 Apoyo Logstico. DIRECTIVA 03/08 (EME-DIVLOG) Concepto Lo-gstico del ET.

    MT7-608 Alimentacin en el Ejrcito de Tierra. Plan de Reorganizacin de las Unidades Logsticasde la Fuerza del Ejrcito (PRULET).

    Pliego de Prescripciones tcnicas (PPT) de las di e-rentes raciones en dotacin en nuestras FAS.

    Lecciones aprendidas en los con ictos actuales enlos que participan las FAS espaolas. n

    Cuadro 5. Diferencias entre alimentos deshidratados y lio lizados

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    N ormas de

    C olaboracin 1. AUTORES:Puede colaborar en la Revista cualquier persona quepresente trabajos originales, inditos y con una redaccin adecua-da que, por su tema, desarrollo y calidad se consideren de intersmilitar.

    2. DERECHOS:Los autores de los artculos se comprometen a respetar los derechos

    de propiedad intelectual que pudieran existir sobre los textos, oto-gra as, grfcos e ilustraciones que presenten para su publicacin,en los trminos establecidos por el Real Decreto Legislativo 1/1996,de 12 de abril.

    3. PRESENTACIN DE LOS ARTCULOS:3.1. Es imprescindible su presentacin en fchero in ormtico,

    ormato DIN A4, letra ARIAL tamao 12 puntos, a dobleespacio.

    3.2. El texto se remitir sin maquetar, incluyendo ttulo que nosuperar las 10 palabras. Los epgra es o subttulos no senumeran.

    3.3. Su extensin no superar las 3.000 palabras, incluyendonotas y bibliogra a si las hubiere.

    3.4. Las notas, si las hubiere, han de ser breves, numeradas y serelacionarn al fnal del texto y no a pie de pgina.

    3.5. La bibliogra a y uentes, si las hubiere, estarn debida-mente documentadas y aparecern al fnal del artculo. Serelacionarn un mximo de diez, entre notas y bibliogra a.

    3.6. El artculo ha de ir acompaado por un resumen del mismocuya extensin no superar las 120 palabras.

    3.7. En caso de agregar correcciones en un texto ya remiti-do, estas tienen que escribirse en color rojo, apareciendotachado el texto al que modifcan.

    4. ILUSTRACIONES:Las otogra as, mapas, grfcos, croquis, cuadros, etc seentregarn en ormato digital (TIFF o JPEG) con un tamao noin erior a 10 x 15 cm (nunca insertadas en Word) y una resolu-cin nativa mnima de 300 ppp. Las ilustraciones se remitirn almargen del trabajo, con indicacin clara y expresa de su situa-cin en el texto, as como con su correspondiente pie. Igual-mente se deber indicar nombre del autor, lugar y echa de surealizacin; en caso de haber sido obtenidas de Internet, sedeber indicar la direccin web de donde proceden.

    5. DOCUMENTACIN:Se remitirn los siguientes datos del autor/es: Nombre y apellidos;si es militar: empleo, arma o cuerpo, ejrcito, y si es DEM o no; ysi es civil, breve currculo, licenciatura o ttulo de mayor categora.Direccin postal de su domicilio, correo electrnico, ax, y /o tel-

    ono de contacto.

    Fotocopia de la cara anterior del DNI o del NIF.

    En caso de no tener la nacionalidad espaola, ha de indicarse cules y remitir otocopia con los datos del pasaporte.Entidad bancaria: Banco o Caja, sucursal, direccin postal, cdi-go cuenta cliente (20 dgitos) o cdigo IBAN si no es de naciona-lidad espaola.Estos datos son exigidos por la Subdireccin General de Publi-caciones del Ministerio de De ensa, aunque su aportacin nocon lleva obligatoriamente la publicacin del artculo. En casode haber remitido todos estos datos con anterioridad y no habersu rido modifcacin alguna, no debe enviarlos.

    6. DOCUMENTOS MONOGRFICOS:Habr un representante designado por los interesados, que seencargar de la coordinacin del trabajo con la Redaccin de laRevista. Generalmente los Documentos constan de presentacin yuna serie de 4, 5 o 6 artculos. La extensin total del Documentono ser superior a las 15.000 palabras. Su tratamiento es el mismoque el citado en los epgra es 3 y 4.

    7. NMEROS EXTRAORDINARIOS:Dependiendo del tema pueden tener distinto tratamiento. Es un-damental, al igual que cuando se trata de un Documento, desig-

    nar desde el primer momento un representante para coordinar eltrabajo con la Redaccin de la Revista.

    8. PUBLICACIN DE TRABAJOS:La Redaccin de la Revista acusar recibo de los trabajos, peroello no compromete su publicacin. La recepcin de un trabajocon todos los apartados debidamente cumplimentados no impli-ca su publicacin.La no cumplimentacin de algn apartado exigido retrasar laposible publicacin del trabajo.

    9. CORRECCIONES:El Consejo de Redaccin se reserva el derecho de corregir, extractaro suprimir alguna de las partes del trabajo siempre que lo considere

    necesario y sin desvirtuar la tesis del autor/es.

    10. DIRECCIN:Los trabajos pueden enviarse por correo electrnico a lasdirecciones:

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    DOCUMENTO

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    La conmemoracin de un aniversario suponehacer una visin retrospectiva del camino an-dado y a la vez atisbar el uturo, y eso es lo quese pretende recoger en este Documento sobreel Mando de Artillera Antiarea (MAAA), queeste ao cumple 25 aos de andadura, desde sucreacin en mayo de 1988.

    En este ejercicio de memoria sobre la trayec-toria seguida desde la creacin de este Mando,es de justicia reconocer la labor realizada porcuantos nos han precedido y han hecho posible

    que este Mando sea una unidad puntera y encontinua evolucin. Son ellos quienes, duranteun cuarto de siglo, de orma deliberada y rme,han venido aportando su mejor voluntad, dedica-cin, conocimientos y experiencia para el mejorcumplimiento de sus cometidos y para el mejoraprovechamiento de nuestros recursos.

    La actuacin del Mando de Artillera Antiarease desarrolla necesariamente en el mbito con- junto; es incuestionable la obligada integracinde nuestras capacidades en el sistema de de ensa

    25AOS

    DEL MANDO DEARTILLERA ANTIAREA Juan Vicente Cuesta Moreno.General de Brigada. Artillera. DEM. Je e del Mando de Artillera Antiarea.

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    area (SDA) nacional, o en su caso, en el aliado,as como la implantacin de los procedimientosnacionales y aliados que posibilitan la contri-bucin de nuestros medios en la de ensa areay en el control del espacio areo, y garantizantanto la interoperabilidad de nuestros sistemascomo la e cacia en su actuacin. Este principiode empleo de la de ensa antiarea, la integra-cin, le con ere a este Mando una singularidadespecial respecto a otras unidades del Ejrcitode Tierra. La participacin del MAAA en la crisis

    de Perejil o en los eventos de alta visibilidad esbuen ejemplo de ello.La misin dual asignada al MAAA, apoyar a la

    Artillera Antiarea de las organizaciones opera-tivas terrestres y proporcionar de ensa antiareaa otras unidades, puntos y zonas, ha supuesto laaplicacin del concepto de Unidad de De ensaAntiarea (UDAA), en la que estn presentestrminos como modularidad, interoperabilidad,polivalencia, etc. Las unidades orgnicas delMAAA, y sus agrupamientos tcticos tipo UDAA,estn organizados y adiestrados para poder tra-bajar tanto en el mbito de las organizacionesoperativas terrestres como directamente para elsistema de de ensa areo conjunto. Esto propor-ciona un paquete de uerzas (la AAA del ET) ca-paz de cumplir ambos cometidos con un mximode fexibilidad y de economa de recursos.

    Es de resaltar el papel central que los Cen-tros de Operaciones de AAA semiautomticos(COAAAS), presentes en las di erentes unidadesde AAA, representan para su e cacia operativa.Desde su entrada en servicio supusieron un salto

    cualitativo no solo en lo relativo a integracinde la AAA en el SDA, sino tambin en cuanto ala posibilidad de colaborar en el control/gestindel espacio areo, algo cada da ms necesarioa medida que se incrementa el uso de la terceradimensin con UAV, helicpteros y otro tipo deaeronaves.

    Si algo ha distinguido siempre a las unida-des del MAAA, ha sido el mantenimiento de lossofsticados y costosos sistemas que opera. Elsostenimiento de nuestros sistemas de armas ha

    sido y es una preocupacin constante. Somosconscientes de su elevado coste, de su com-plejidad y de la necesidad de la obtencin delmximo rendimiento durante su ciclo de vida.Este esmerado cuidado por nuestros materialesse pone de mani esto en la consecucin de laplena operatividad de los mismos hasta llegar altrmino de su vida til. Prueba de ello, son lossistemas ROLAND y ASPIDE que han demos-trado en los ejercicios de tiro del pasado mesde marzo su plena operatividad y efcacia, loque permite plantear con con anza la eventualprolongacin de su vida operativa hasta que sedisponga del sistema sustitutivo, el SHORAD deAlta Movilidad. Como refejo de esta preocupa-cin por el material, tambin hay que destacarlos es uerzos realizados y los avances obtenidosen simulacin y monitorizacin de los sistemasde armas, as como la optimizacin de la efcien-cia de los blancos areos.

    Ms que un mero mando orgnico, el MAAAha sido y es el catalizador y el motor de la Arti-llera Antiarea del ET. Desde el punto de vista de

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    la preparacin, o rece y posibilita oportunidadesde adiestramiento, realiza ejercicios de puestosde mando en los que participan todos los Gruposdel ET, integra en el SDA, gestiona colaboracio-nes areas y peticiones de control del espacioareo, organiza ejercicios de tiro, adiestra a losCOAAAS-Medios y Ligeros (COAAAS-M y L) noorgnicos y apoya con la Unidad de BlancosAreos y la Unidad de Transmisiones del MAAA,a las unidades antiareas del ET. Como perma-nente re erencia respecto al empleo de la AAA,ha ido actualizando permanentemente tcticas yprocedimientos de de ensa area de acuerdo conla experiencia adquirida y los estndares OTANno solo para sus Regimientos sino tambin para

    las otras unidades antiareas no orgnicas. Hasido y es el aglutinante de la amilia de la Arti-llera Antiarea en coordinacin y colaboracinpermanente con el MADOC y en particular conla Academia de Artillera, con la O cina de Pro-gramas de AAA (OP-AAA), con los o ciales delEjrcito de Tierra destinados en el Mando Areode Combate (MACOM) del EA y en rganos de laOTAN y, por supuesto, con las dems unidadesde Artillera Antiarea y sus respectivos mandosorgnicos, sin olvidar la valiosa contribucinde otros organismos como el INTA o el InstitutoTecnolgico La Maraosa.

    Esta labor de coordinacin junto con el es uer-zo del CGMAAA y los Regimientos, plasmadaen ejercicios, jornadas, seminarios y la presen-cia activa y directa o como asesoramiento delMAAA en programas, publicaciones reglamenta-rias, enseanza, cursos, paneles OTAN, elabora-cin de plantillas y otras actividades, le han lleva-do a liderar y contribuir a la creacin de doctrinay procedimientos para toda la Artillera Antiarea.

    En bene cio directo de las grandes unidadesdel ET, no debemos olvidar las labores operativasespec cas de su Cuartel General junto con susRegimientos, en los niveles Cuerpo de Ejrcito/ Mando Componente Terrestre y Divisin, habien-do desarrollado una estrecha y ruct era relacincon el NRDC-SP y el Cuartel General de FuerzasLigeras, y estando en proceso de hacerlo conFuerzas Pesadas. Para el uturo, queda la de -nicin y consolidacin de las aportaciones delMAAA a las nuevas Brigadas Polivalentes.

    Es en el plano operativo donde el MAAA hacentrado sus es uerzos, ms all de sus cometidos

    como mando orgnico, consiguiendo la partici-pacin en todo tipo de operaciones, ejercicios yevaluaciones nacionales e internacionales que sonlos que han proporcionado al MAAA el conoci-miento operativo para liderar y ser el verdaderogenerador de doctrina y procedimientos para todala Artillera Antiarea.

    En cualquier caso, no se puede cerrar esta bre-ve recapitulacin del signi cado del veinticincoaniversario del MAAA sin citar los principalesdesa os que se prevn para el uturo: evolucinde los COAAAS y adaptacin al nuevo modelode mantenimiento de los mismos; implementa-cin de la migracin a LINK-16/LINKPRO (Link Processor ); de nicin e implementacin de un

    sistema de mando y control en tiempo no realpara la AAA; consolidacin de la capacidad an-timisil integrada con la adquisicin de un equipoICC Patriot; implantacin plena de las clulas deDe ensa Area/Control del Espacio Areo (AD/ ASM) de los cuarteles generales de divisin ycontribucin al desarrollo de rganos anlogosen el nivel brigada; pro undizar en el control delespacio areo de las organizaciones operativasterrestres; mantener los sistemas actuales hastala entrada en servicio de sus sucesores como elSHORAD de Alta Movilidad; as como, en gene-ral, adaptar la instruccin y adiestramiento de laAAA en un horizonte de recursos muy reducido.

    Son desa os nada desdeables y que exigirnmucho del MAAA, pero el uturo es siempreun reto al que el Mando de Artillera Antiarease en renta con esperanza y con la garanta deque disponemos del personal ms motivado,entusiasta y preparado, del mejor conocimien-to y experiencia tcnica y operativa, y de losprocedimientos estandarizados y plenamenteinteroperables. De esta manera, la adopcin de

    nuevos sistemas y la adaptacin y ptimo usode los actualmente en servicio asegurarn quela Artillera Antiarea pueda hacer rente a lasnuevas amenazas y seguir cumpliendo su im-portante misin en bene cio de nuestras FAS yde las unidades de nuestro Ejrcito.

    La RevistaEjrcito, con la publicacin de esteDocumento, nos brinda una excelente oportuni-dad para proporcionar un mejor conocimientodel Mando de Artillera Antiarea. Quiero agra-decer la ocasin que se nos ha o recido y esperoque hayamos sabido aprovecharla.n

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    EL MANDODE ARTILLERA ANTIAREA.25 AOS DE HISTORIA

    Manuel Martnez Ramrez. Teniente Coronel. Artillera. DEM.

    LA CREACIN DEL MANDO DEARTILLERA ANTIAREA

    En los aos cincuenta, en plena poca dela Guerra Fra, el Ejrcito espaol contaba conunos 500.000 hombres, gracias al Servicio Mi-litar obligatorio. Era un Ejrcito numeroso perocon un material anticuado. En el ao 1965 ya seemprendi una importante re orma del Ejrcitooperativo, pero no ue hasta los aos ochenta,tras la publicacin del Plan Estratgico Conjuntoen 1978 y la Ley Orgnica 6/1980 de CriteriosBsicos de la De ensa Nacional, cuando se iniciun amplio y pro undo anlisis del Ejrcito quese desarroll en el Plan de Modernizacin delEjrcito de Tierra (Plan META).

    Este plan centr toda su atencin en la Fuer-za, a la que consideraba como la razn deser del Ejrcito. Se la dot de una estructurabasada en dos ncleos: uno constituido por lasCapitanas Generales, como Mandos Operati-vos, y otro constituido por la Reserva Gene-ral. Esta estructura conjugaba la operatividadcon la territorialidad, dando a esta un sentidoestratgico.

    De esta orma, mediante la Instruccin Ge-neral 4/88 del Estado Mayor del Ejrcito, de 1de mayo de 1988, que organizaba la Reserva

    General, se institua el Mando de Artillera An-tiarea (MAAA). Se articul inicialmente en unCuartel General situado en Fuencarral (Madrid)y seis Regimientos. El MAAA se constitua comoun conjunto de unidades preparadas, instruidasy equipadas con la misin de proporcionar co-bertura antiarea a zonas e instalaciones vitalesdel territorio nacional o a unidades que expre-samente se le ordenasen; re orzar a las unidadesantiareas integradas en las grandes unidadesde maniobra; e integrarse en determinadascondiciones en el Mando Areo de Combatepara contribuir a la de ensa area del territorionacional. Adems, se le encomendaron la elabo-racin de los estudios para el establecimiento del

    despliegue de la de ensa antiarea del territorionacional, la con eccin de los programas anualesde instruccin de todas las unidades de ArtilleraAntiarea del Ejrcito, as como los ejerciciosde adiestramiento conjunto y la direccin de losejercicios antiareos que determinara el EME.

    Para cumplir estas misiones el MAAA quedconstituido por:

    Cuartel General en Fuencarral (Madrid): Estado Mayor Unidad de Cuartel General Unidad de Blancos Areos (Zaragoza)

    En honor al XXV aniversario del MAAA, las ilustraciones de este artculo

    se han escogido de imgenes de algunos materiales antiareos caones,lanzadores, direcciones de tiro o sensores con los que contaba el MAAA ensus inicios (mayo de 1988) y que ya causaron baja en su plantilla; varias deellas han sido publicadas en la Revista Ejercito (como portadas o imgenes

    interiores) en estos veinticinco aos.

    25 aos del Mando de Artillera Antiarea

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    Regimiento de Artillera Antiarea Nm. 71(Madrid):

    Grupo I/71 con caones 40/70 SFM(Campamento) Grupo II/71 con caones 40/70 SFM (Geta e) Grupo III/71 ROLAND (Campamento)

    Regimiento de Artillera Antiarea Nm. 72(Barcelona): Grupo I/72 con caones 40/70 (Gav)

    Grupo II/72 con caones 35/90 SKG(Zaragoza)

    Regimiento de Artillera Antiarea Nm. 73(Cartagena):

    Grupo I/73 con sistema 35/90 SKG-ASPIDE(Cartagena)

    Grupo II/73 con caones 35/90 SKG (Paterna) GACTA III/73 y USTM (Cartagena) Regimiento de Artillera Antiarea Nm. 74(Jerez de la Frontera):

    Grupo I/74 HAWK (San Roque) Grupo II/74 con caones 35/90 SFM (Jerezde la Frontera)

    Regimiento de Artillera Antiarea Nm. 75(Valladolid):

    Grupo I/75 con caones 40/70 SFM(Villanubla) Grupo II/75 con caones 40/70 (Valladolid) Regimiento de Artillera Antiarea Nm. 76(El Ferrol): Grupo I/76 con caones 40/70 (El Ferrol)Los materiales con los que contaban estas uni-

    dades eran una batera de misiles de gran alturaNIKE (prevista ya su disolucin para el ao 1992)y un grupo de misiles de media altura HAWK;adems, medios para baja y muy baja altura co-mo un grupo de misiles ROLAND, un grupo mix-to de misiles caones ASPIDE-Skyguard-35/90,dos grupos de caones 35/90 (uno con direccin

    de tiro Skyguard: SKG; y otro Super edermaus:SFM) y seis grupos de caones 40/70 (tres deellos con SFM).

    En plena ejecucin del Plan META se redujo eltiempo del Servicio Militar y apareci el modelomixto con soldados de reclutamiento obligatorioy voluntarios. Con la fnalidad de adaptarse aesa situacin surgi el Plan RETO, que consistaesencialmente en una serie de medidas paraa rontar esa disminucin de tropa. Este plan asu-mi una reduccin de e ectivos del 15% e inicila modernizacin de las estructuras orgnicas.

    La nueva situacin estratgica mundial con ladesaparicin de la con rontacin de bloques yel inicio de los con ictos regionales exiga tener

    uerzas permanentemente dispuestas para podergestionar una crisis regional, por lo que ense-guida se vio la necesidad de hacer una re ormams a ondo.

    EL PLAN NORTEEl Plan NORTE (Nueva Organizacin del Ejr-

    cito de Tierra) se desarroll entre 1995 y 1997, enlo que respecta a la reorganizacin de la Fuerza.Supuso una uerte reduccin del Ejrcito paraajustarlo a los e ectivos disponibles y a las nuevasmisiones. Para ello se busc una estructura ade-cuada para cumplir las misiones que se estabanllevando a cabo, lejos del modelo territorial.Adems, con esta re orma se realiz una concen-tracin de unidades en bases y acuartelamientos.Se pas de un ejrcito de guarnicin a otro concapacidad de proyeccin.

    En esa nueva organizacin, la Fuerza se di-vidi en tres ncleos: la Fuerza de Maniobra

    Dibujo del lanzador del sistema NIKE, por Colmeiro,Portada de Ejrc ito de mayo de 1996

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    D O C U M E N T O

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    (FMA), las Fuerzas de De ensa de rea (FDA)y las Fuerzas Especfcas de Accin Conjunta(FEAC), donde se integr el MAAA.

    Dentro de la FMA se crearon dos Regimientos:El RAAA 81 (Marines), encuadrado en el Ncleode Apoyo a la FMA, y el RAAA N 82 (Agoncillo)en el Ncleo de Tropas de la Divisin. Adems,las Brigadas pertenecientes a la Fuerza de AccinRpida disponan de su propia batera antiareacon el sistema de misiles MISTRAL.

    El MAAA, integrado en las FEAC, qued cons-tituido por el Cuartel General, cinco Regimientosde Artillera Antiarea y una Unidad de Transmi-siones. Los cambios orgnicos que se llevaron acabo ueron los siguientes: se disolvi el RAAAN75 de Valladolid (el GAAA I/75 se traslad aCartagena y se integr en el RAAA N73 comoGAAA II/73), se trasladaron el RAAA N72 deBarcelona a Zaragoza y el RAAA N74 de Jereza Sevilla. Adems, para la constitucin del RAAA

    N81, se trans ormaron el GAAA III/71 ROLANDy el GAAA II/73 en GAAA I/81 y GAAA II/81,respectivamente, y se trasladaron a Marines.Tambin se disolvi el Grupo de Artillera deCosta (GACTA) III/73 y la Unidad de Servicios,Transmisiones y Mantenimiento (USTM) de Car-tagena. La principal novedad ue la constitucinde la Unidad de Transmisiones del MAAA con elMando, Plana Mayor de Mando y una compaaen El Pardo y otra en San Roque.

    Como novedad respecto al material, enel ao 1995 los Regimientos 72, 73 y 74

    recibieron una seccin de misiles porttilesMISTRAL cada uno.

    LA MODERNIZACIN DE LOS MATERIALESEn ese momento el MAAA estaba constituido

    por nueve Grupos encuadrados en cinco Regi-

    Organizac in ac tual

    Lanzador HAWK antes de la transformacin a PIP III

    Ejrc it o de oc tubre de 1993

    25 aos del Mando de Artillera Antiarea

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    mientos, pero el material de que disponan eramuy anticuado: cinco Grupos eran de caonesde 40/70, tres de ellos con la direccin de tiroSuper edermaus, y dos de ellos autnomos, sindireccin de tiro.

    Por ello, durante los siguientes aos se iniciel proceso de adquisicin de nuevos materiales,lo que supuso la posterior modernizacin delMAAA.

    As, en el ao 2001 se adquirieron dos bate-ras HAWK, que junto con una de las cuatro yaexistentes en San Roque, pasaron a constituir elsegundo grupo HAWK sobre la base del GrupoII/74. Adems, como cuarto escaln de mante-nimiento especfco del sistema se constituy la

    Unidad de Reparaciones (UR) como UR III/74como unidad independiente del Grupo I/74.Ese ao tambin se cre el grupo MISTRAL

    con el material procedente de las seccionesde misiles porttiles de los Regimientos 72, 73y 74. Este material se entreg al Grupo II/71en sustitucin de los caones de 40/70 conSuper edermaus.

    Entre 2001 y 2002 el Grupo I/71 recibiel material de 35/90 y las direcciones de tiroSkydor. Esta direccin de tiro est diseada parael control de los caones de 35/90 con grandesmejoras respecto a sus predecesoras.

    En el ao 2002 el Grupo II/73 recibi el sis-tema NASAMS tambin en sustitucin de loscaones de 40/70 con Super edermaus. Estesistema es el ms moderno actualmente en ser-vicio en el MAAA y supuso un salto cualitativoen la modernizacin del material tanto por latecnologa empleada como por los avances tc-ticos que permite. El NASAMS est concebidopara llevar a cabo el concepto de uegos en redmediante la integracin en tiempo real de todos

    los sensores y lanzadores, compartiendo toda lain ormacin area.En 2005 se adquiri una batera PATRIOT, pro-

    cedente de las Fuerzas Areas alemanas, comorespuesta al compromiso espaol en la Cumbrede la OTAN celebrada en Praga en 2002, deobtener la capacidad contra misiles balsticos.Esta batera se entreg al Grupo I/74 que pas a

    Can 40/70 Bofors. Ejrc ito de abril de 2002

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    denominarse entonces Grupo HAWK-PATRIOTI/74. Este hecho supuso un importante hito parael Ejrcito al adquirir esta nueva capacidad anti-misil, aunque uese de orma limitada.

    Durante ese perodo de tiempo tambin semejoraron los medios de la Unidad de BlancosAreos con los aviones-blanco ALBA y SCRAB.

    Como variaciones orgnicas se produjeronla disolucin del RAAA N 76 en el ao 2002 yel traslado de la 2 Compaa de la Unidad deTransmisiones de San Roque a Dos Hermanas(Sevilla).

    Como hemos visto en ese tiempo desapa-recieron el sistema de caones de 40/70 y lasdirecciones de tiro Super edermaus: dos grupos

    de caones de 40/70 se disolvieron (GAAA II/72y GAAA I/76) y los otros tres ueron sustituidospor los grupos NASAMS, MISTRAL y HAWK.Tambin se cambi la direccin de tiro Super-

    edermaus del Grupo de 35/90 por la Skydor.Vemos, pues, que durante estos aos se

    produjo una importante modernizacin delMAAA basada en la renovacin de los materialesantiareos.

    LA INTEGRACIN EN LA DEFENSA AREATras la modernizacin de los sistemas de ar-

    mas el gran reto era conseguir la integracin delas Unidades de De ensa Antiarea (UDAA) enel sistema de de ensa area y la mejora de sucapacidad de vigilancia.

    Inicialmente, solo el Grupo HAWK I/74 eracapaz de integrarse por control positivo a travsdel Destacamento SADA-SAM, ubicado en To-rrejn. Este destacamento ue creado en 1984 yperteneca orgnicamente a la Je atura de Artille-ra. En el ao 1992 pas a depender directamentedel Cuartel General del MAAA.

    Posteriormente, como consecuencia de laactualizacin de los Centros de OperacionesAreas, se activaron las capacidades de integra-cin de los sistemas antiareos, crendose losDestacamentos de Enlace de Artillera Antiarea(DENAAA) actualmente en servicio en los tresCentros de Control de la De ensa Area nacio-nales (CRC/ARS)1.

    La necesidad de constituir estos DENAAA ueproducto del salto cualitativo que supuso la en-trada en servicio de los Centro de Operaciones deArtillera Antiarea Semiautomticos (COAAAS),

    tanto el ligero como el medio. La adquisicin delos COAAAS ha posibilitado la materializacindel concepto de UDAA como agrupamiento tc-tico eventual, compuesto por di erentes sistemasde armas de capacidades complementarias demedia y baja altura, misil o can, bajo un man-do nico para el cu