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194 CRISIS Y RESURGIMIENTO Editorial EL VALOR DEL EQUILIBRIO ECONóMICO, CULTURAL Y MORAL EN TIEMPOS DE CRISIS Robert A. Sirico LA IDENTIFICACIóN DEL INDIVIDUO CON LA ORGANIZACIóN Marcos Gallacher EMPRESA Invierno 2009

Revista EMPRESA 194

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Nº 194 de la Revista EMPRESA de ACDE - Invierno 2009

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Page 1: Revista EMPRESA 194

Invierno 2009 Página 1

194

Crisis y resurgimiento

Editorial

el valor del equilibrio

eConómiCo, Cultural y moral

en tiempos de CrisisRobert A. Sirico

la identifiCaCión del individuo Con la organizaCión

Marcos Gallacher

194

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20

09

EMPRESAI n v i e r no 2009

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SUMARIOEMPRESA

Tarifa ReducidaConcesión Nº 1453

Franqueo PagadoConcesión Nº 1277

Número 194Invierno 2009

Publicación de ACDE Buenos AiresAsociación Cristiana de Dirigentes de Empresa

Afiliada a la Federación ACDEUNIAPAC de Argentina

directorCarlos G. Garaventa

Consejo de redacciónEduardo Aceiro

Celso Enrique ArabettiPablo Bevilacqua

Héctor Mario Rodríguez Gabriela Urey

Consejo editorialLuis M. Bameule

Enrique Del CarrilHoracio Diez

Gabriel Mayor

editorEduardo Otsubo

asistente de direcciónPatricia D’Agostino

premio santa Clara de asís 2002

Los artículos reflejan el punto de vista del autor y no necesariamente

el de ACDE

Registro Propiedad Intelectual 731.023Precio del ejemplar: $12.- (S/envío postal)

suscripción por 4 números(cuatro números, incluye envío postal) Buenos Aires, Interior: $ 80.- Países Limítrofes: U$S 60.- Resto de América: U$S 70.- Europa: U$S 80.- Suscripción estudiantes: $ 50.- Suscripción donación: $ 200.-

Publicación propiedad de ACDE Buenos Aires

Bolívar 425 - (C1066AAI) Buenos Aires

República ArgentinaTel./Fax: (54 11) 4331-0251

E-mail: [email protected]

3 Editorial Crisis y resurgimiento

6 Reportajes Robert A. Sirico

11 Institucional la dirigencia y su responsabilidad

frente a las advertencias Eduardo López Rivarola

14 Institucional visión 2010 pensando en la argentina del bicentenario Mariano Bravo

22 Empresa la identificación del individuo

con la organización Marcos Gallacher

26 Trabajo el futuro del trabajo o el trabajo

del futuro. perspectivas Juan Schaer

29 Empresa la segunda Carrera profesional el plan de carrera a partir de los cuarenta años Mariano Vilallonga Elorza

34 Economía ¿qué es el campo? un jeroglífico indescifrable

para el matrimonio gobernante Félix Sammartino

38 Economía Crisis económica y estrategias

a largo plazo para la argentina Patricio Millán

49 Economía reflexiones económicas de alberdi Javier Villanueva

51 Reflexiones la incongruencia del materialismo Alberto Benegas Lynch (h)

54 Ética la dimensión ética del liderazgo Patricia Debeljuh

56 Empresa Crisis y responsabilidad empresaria Carlos Garaventa

60 Desde España la hija del ministro Miguel Aranguren

62 Sociedad Contra el igualismo Teófilo González Vila

64 Oración por la Patria

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e d i t o r i a l

Invierno 2009 Página 3

Crisis y resurgimiento

“...el inmenso don de la Constitución hecho a nosotros (requiere) en lo

sucesivo inmovilidad y sumisión; inmovilidad por parte de ella y sumisión

por parte de nosotros”.

“La vida y conservación del pueblo argentino dependen de que su Constitución sea

fija; que no ceda al empuje de los hombres; que sea un ancla pesadísima a que esté

asida esta nave que ha tropezado en todos los escollos, que se ha estrellado en

todas las costas, y que todos los vientos y todas las corrientes han lanzado”.

(Fray Mamerto Esquiú, en su Sermón pronunciado en la Iglesia Matriz

de Catamarca, el 9 de julio de 1853).

El apóstol de la Constitución, Fray Mamerto Esquiú, en un notable sermón -algunos de cuyos párrafos transcribimos al inicio de esta nota editorial- instaba a los católicos a acatar la Constitución recién sancionada en Paraná.

Eran épocas difíciles para la Argentina, que salía de una larga crisis política signada por el enfrentamiento entre unitarios y federales que desembocó en la tiranía de Juan Manuel de Rosas. El triunfo de Urquiza y el Tratado de San Nicolás, firmado por todos los goberna-dores provinciales que antes respondían a Rosas, fueron los antecedentes de la Constitu-ción de 1853, luego reformada en 1860 con la incorporación de Buenos Aires a la Nación Argentina.

Fray Mamerto Esquiú marcó claramente cuál era el deber del ciudadano: someterse a la Constitución, que asegura la inmovilidad de las reglas de juego y nos libra de la arbitrarie-dad de los tiranos. Decía en otro párrafo de su sermón: “Los hombres deberán postrarse ante la ley y así se librarán de someterse frente a los tiranos”.

Bajo este lema, luego de la incorporación de Buenos Aires y enriquecido por la fundacio-nal obra de Juan Bautista Alberdi, Las Bases, se desarrollaron las presidencias de Mitre, Sarmiento y Avellaneda que, no sin dificultades, construyeron las bases de nuestra organi-zación política y dieron paso a la Generación del 80, cuando nuestro país, amparado por la seguridad jurídica que Esquiú predicó en aquel memorable sermón, se constituyó en tierra de promisión para todos los habitantes del mundo que quisieron habitar el suelo argentino, porque permitía trabajar y prosperar al amparo de la ley.

Hoy, nuevamente, nuestro país sufre una crisis moral y política cuyas causas son muy pro-fundas, y no es el caso analizar en estas breves líneas. Además nuestra Nación forma par-te de un mundo globalizado donde también golpea otra crisis, la del sistema de mercado,

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Página 4 EMPRESA Nº194

que puede ser una oportunidad para la Argentina dado su perfil productivo, la inteligencia de su gente y las necesidades de alimentos que reclaman otras naciones.

Las manifestaciones más claras de esta crisis política y moral propia están a la vista en la coyuntura electoral que culminará el 28 de junio, y tienen su origen en un compor-tamiento del Gobierno que, justamente, contradice los consejos de Esquiú: éste predi-caba la inmovilidad de las normas jurídicas y el sometimiento del hombre a las mismas. Por el contrario, un proceso electoral destinado a la renovación parcial de las Cáma-ras legislativas se ha convertido en un plebiscito con sabor a “todo o nada” mediante alteraciones a la ley, en su letra y en su espíritu, para acomodarlas a necesidades de coyuntura. El adelantamiento inexplicable de las elecciones, entre gallos y medianoche, mediante la reforma de una ley fundamental como es la electoral, y las denominadas “candidaturas testimoniales” son un ejemplo claro de subordinación de las normas a las conveniencias políticas.

En este escenario, la oposición parece coincidir en la necesidad de afianzar la seguridad jurídica desde el Congreso mediante el control al Poder Ejecutivo y el aseguramiento de la división de poderes. No obstante, la lucha electoral exhibe un cruce de imputaciones mu-tuas y enfrentamientos que confunden y en nada ayudan a darle tranquilidad al ciudadano sobre la necesaria coordinación de esfuerzos que demandará la integración de los nuevos legisladores en el Congreso, en cuya actuación están depositadas todas las esperanzas de que sea pilar en la construcción de un país previsible que genere confianza en inverso-res y trabajadores, como base del desarrollo de empresas sustentables. Las tres grandes alianzas que se disputarán la renovación parcial de Legisladores en las próximas elecciones tienen ideas y propuestas, quizás perfectibles, pero estas no se difunden y menos aún se debaten en un clima de diálogo y búsqueda de consensos, como sí ocurre en Chile, Uru-guay y Brasil y en cualquier país medianamente serio.

Porque el resurgimiento desde la crisis que hoy estamos viviendo en el orden interno, con la oportunidad que nos brinda el mundo, sólo podrá producirse si los argentinos, siguien-do los consejos de Esquiú, nos hacemos esclavos de la Constitución y de la ley. Ello requie-re que con urgencia se desarme el brete establecido con cuatro pilares que, como puntos cardinales, hoy han herido gravemente a nuestro sistema constitucional de democracia representativa, republicana y federal, y que sostienen el autoritarismo: los “superpoderes” otorgados por el Congreso al Poder Ejecutivo para cambiar a su antojo las asignaciones presupuestarias, derogándolos; la falta de un debido control a los Decretos de Necesidad y Urgencia, imponiendo su obligada ratificación por ley en un plazo perentorio y en su defecto su automática caducidad; la desequilibrada constitución del Consejo de la Magis-tratura a favor del estamento político y del oficialismo, modificándola para afianzar la cues-tionada independencia de la Justicia en lugar de constituirse en una amenaza constante a los Jueces; y finalmente, el unitarismo fiscal de facto, sustituyéndolo por un verdadero fe-deralismo fiscal que impida la actual situación donde desde el Poder Central se construye una red de sometimiento y subordinación de los gobiernos provinciales mediante la dádiva a los amigos y el retaceo de fondos a quienes enfrentan al oficialismo.

Ante la grave realidad que enfrentamos, ¿cuál es nuestra necesidad y nuestro deber como ciudadanos y empresarios, y en particular si nos consideramos cristianos? Esquiú habló a sus fieles, muchos de los cuales dudaban sobre una Constitución que proponía la libertad de cultos en un país de raíces y tradición católica. Predicó el mensaje de que la subordinación a la ley justa tiene un valor evangélico y que el orden que de ella

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e d i t o r i a l

emana permite ejercer la libertad creadora que Dios otorgó a los hombres. Hoy, frente a un panorama que parecería desalentador, más que nunca debemos poner nuestros esfuerzos y medios económicos para re-construir el país sobre las bases de Esquiú y Alberdi creando un estado de derecho para protección de todos, incluyendo a los más débiles.

Nuestros políticos se sentirán forzados a construir esta seguridad si la sociedad, comen-zando por los empresarios, les pasa el men-saje de lo que esperamos de ellos en forma clara y contundente. El empresario es, además de ciudadano, un líder social; una figura funda-mental en esa sociedad por su capacidad de gestión para coordinar el esfuerzo del trabajo, el capital y demás recursos, para generar va-lor, contribuyendo así al desarrollo económico y social.

Estamos frente a elecciones legislativas; no, ejecutivas. Tampoco debemos caer en la trampa de que se trata de una elección plebiscitaria, porque no lo es. Los argenti-nos necesitamos ante todo un cambio en nuestras conductas. Ese es el diagnóstico correcto. Es una decisión moral. Los em-presarios como líderes que somos nece-sitamos dar muestras de ejemplaridad. En estas elecciones, tenemos una oportunidad para privilegiar los valores por sobre las preferencias ideológicas y la capacidad de gestión. La nueva integración del Congreso, que surgirá de las próximas elecciones, es una herramienta fundamental para el cam-bio. Se impone hoy a los ciudadanos ejercer con lucidez la responsabilidad del voto, pero allí no termina nuestra misión. Si criticamos las “candidaturas testimoniales”, porque son instrumentos electorales en donde sus can-didatos veladamente anuncian que se des-entenderán de la voluntad ciudadana, com-prendamos que tampoco nosotros debemos desentendernos de las instituciones hasta las nuevas elecciones sino que corresponde asumir nuestras responsabilidades cívicas de participación y control ciudadanas.

presidente Adolfo Ablático

vicepresidente 1º Mariano Bravo

vicepresidente 2º Eduardo López Rivarola

secretario Pablo Taussig

pro secretario David Bertagni

tesorero Tomás Elewaut

pro tesorero Federico Quintana

asesor doctrinal Alejandro Llorente

director ejecutivo Alejandro Tonnelier

vocales

José Antonio ArandaDiego Botana Luis CedrolaJuan José EzamaEnrique Federico Carlos GaraventaOscar Girola Guillermo LiperaPatricio PintoAlejandro PreuscheMaría Cristina Quinteiro Pablo RoviraltaJuan Carlos SagardoyburuJuan Pablo Simón PadrósManuel SolanetIgnacio UrangaPaula ValenteFrancisco von Wuthenau

Consejo DireCtivo a C d e B u e n o s A i r e s 2 0 0 9

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Página 6 EMPRESA Nº194

r e p o r t a j e s

robert a. sirico

“El valor del equilibrio económico, cultural y moral en tiempos de crisis”

Licenciado en en Teología (Univ.

Católica de América). Co-fundador y presidente del

Acton Institute. Miembro de la Mont

Pelerin Society y la Academia Americana

de Religión. Actualmente es

presbítero de la Iglesia Católica de St. Mary en

Kalamazoo, Michigan.

Agradecemos la colabora-ción de la Lic. Cecilia G.

de Vázquez Ger, Directora Ejecutiva del Instituto

Acton Argentina para la realización de la entrevista.

* El Instituto, fundado en 1990, recibe su nombre

en honor a John Emerich Edward Dalberg Acton, primer Barón Acton de

Aldenham (1834-1902), el “historiador de la libertad”.

“La caída económica tiene un rol en la restauración del adecuado equilibrio, no solo en términos económicos sino también en aspectos culturales y morales. Estimula el ahorro y la prudencia al invertir, y le recuerda a la gente que lo importante no es tener todo lo que se pueda sino usar inteligentemente los recursos, de modo tal que sean compatibles con los valores fundamentales”, señala el presidente del Acton Institute*, entidad de reconocido prestigio por su misión de promover una sociedad y una economía libres, en el marco cultural de virtudes morales y a la luz de la ética cristiana.

Durante una entrevista que concediera a EMPRESA, Sirico comparte su visión económica y espiritual de la crisis actual, advierte acerca de los errores cometidos y de medidas que no debieran repetirse y, finalmente, aporta una mirada esperanzadora que nos permita entender también el rol del cristiano en este tiempo.

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Invierno 2009 Página 7

Desde una visión económica, ¿qué lectura realiza de la crisis actual?

Sirico: - Desde un punto de vista económi-

co, la crisis es por completo innecesaria. A

diferencia de lo que Marx y Keynes dijeron,

y de lo que mucha gente cree, no existe

nada inherente a la economía de mercado

que la lleve a ciclos recurrentes de auges y

caídas. Entender esto requiere remontar-

nos a la tradición clásica de la economía

política, originaria de la España de los siglos

XV y XVI, que migró luego hacia Francia e

Inglaterra para culminar en la obra de Jean

Baptiste Say en el siglo XIX1. El aspecto

central de esta tradición es que las señales

que dan los precios, entre ellos, las tasas

de interés, proveen la mejor información

posible y disponible en lo concerniente a las

condiciones económicas. No son perfectas.

Pero tienden hacia la estabilización de la

oferta y la demanda de manera consistente

con las preferencias de los consumidores y

la disponibilidad de recursos.

Cuando observamos estos ciclos recurren-

tes, lo apropiado es examinar de qué forma

las señales en los precios han engañado a

los productores y a los consumidores. Y el

primer culpable aquí es el principal director

de la oferta monetaria, denominado banco

central.

¿El gobierno de los Estados Unidos adhiere a este razonamiento?

- Funcionarios dentro de la administra-

ción Obama están empezando a reconocer

que la crisis corporiza realmente una falla

en la planificación monetaria. Lo que no

admiten es que esa planificación moneta-

ria no es una característica de la econo-

mía de mercado, sino una parte del apara-

to del Estado planificador y una invención

relativamente moderna, que falla una y

otra vez. Su intento fallido es mejorar los

resultados del sistema vigente durante

los siglos XVIII y XIX. Aquél estuvo radica-

do en modelos de mercado en los cuales

el dinero era administrado de la misma

forma que lo son otros bienes y servicios

en la economía: a través de instituciones.

Entre ellas cabe destacar la propiedad

privada, los contratos, el intercambio y la

libre asociación dentro de un marco jurí-

dico sólido.

En efecto, períodos superpuestos de mala

política se han combinado para crear una

serie de auges insostenibles, que se trans-

forman en caídas una vez que se vuelve

obvio que ciertos sectores como el inmobi-

liario están sobre expandidos. Tampoco creo

que, una vez que la crisis se desata, exista

algún camino cierto para evadir la realidad

que debemos enfrentar, alternativo a que

los sectores sobre dimensionados deban

volver a retroceder a niveles más realistas.

Me impresiona

que, aquí, la

mayoría de los

esfuerzos del

gobierno hayan

operado tra-

tando de negar

realidades y, por

lo tanto, em-

peorando todo.

Nótese que las

políticas contra-

cíclicas comenzaron en 2007 y en 2008,

y hoy nos encontramos con indicadores

cada vez peores. Casi llegó la hora de que

la gente reconozca que esas soluciones no

funcionan.

La casa construida sobre arena. El caso Madoff y los fraudes. ¿Cómo cataloga usted los planes de Obama, Geithner y Bernanke, orientados a resolver el bloqueo de la con-fianza y el crédito mediante la impresión de cantidades exorbitantes de dinero de papel o fiduciario?

- Si el dinero creciera en los árboles, como

sus planes de estímulo parecen suponer, el

dinero valdría tanto como hojas caídas; es

decir, no valdría nada. No se puede fabricar

r e p o r t a j e s

Si el dinero creciera en los árboles, el

dinero valdría tanto como hojas caídas,

es decir, no valdría nada. No se puede

fabricar riqueza imprimiendo billetes.

1. N. del T.: J. B. Say (1767-1832) Escritor y Académico francés cuya obra principal, Tratado de Economía Política (1803), plantea que la depresión económica no es atribuible a una falta generalizada de demanda, sino a una sobreproducción temporal en algunos mercados - Británica ® “Enciclopedia Universal Ilustrada”.

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Página 8 EMPRESA Nº194

riqueza imprimien-

do billetes. Esto no

es nuevo. Se pro-

baron estos esque-

mas en el mundo

antiguo y fallaron

una y otra vez. Se

probaron durante

la Gran Depresión,

luego de la Segunda

Guerra Mundial y

también en la dé-

cada de 1970. Este

enfoque destruyó la

moneda en la Alemania durante el período

de entreguerras y la llevó a la dictadura. La

moneda en Rusia estaba en pleno proceso

de destrucción antes de la Revolución Bol-

chevique. Yendo más atrás en el tiempo, lo

mismo ocurrió en Francia antes que Napo-

león tomara el poder.

¿Puede darse en Estados Unidos una relación entre esta emisión descontrolada de papel moneda y el surgimiento de una dictadura?

- No, no creo que esto vaya a ocurrir en

EE.UU., o al menos rezo para que no sea

así. En cualquier caso es un camino tonto,

un hecho reconocido, por lo menos, en el

mundo católico desde los siglos XII y XIII.

Entonces, ¿por qué hacen eso los gobiernos?

Es un recurso más. Es muy lamentable que

los funcionarios de EE.UU. hayan caído en

este camino.

Una era de consumo alocado generó innu-merables burbujas, las que al pincharse con-dujeron al estancamiento. ¿Tratar de evitar las conductas conservadoras de las familias y las empresas frente a esta coyuntura es el cami-no político correcto para administrar la crisis? ¿Qué le decimos a las nuevas generaciones, enormemente endeudadas, tanto por el lado del sector público como del privado?

- No hay modo de que los EE.UU. emerjan

de esta crisis sin ningún dolor. También creo

que el camino actual está promoviendo

una clase de cinismo en la generación más

joven, la idea de que, en vez de enfrentar

nuestras responsabilidades, debemos recu-

rrir a tácticas para evitar afrontar el error.

De todas maneras, un buen signo que esta-

mos viendo es que sube la tasa de ahorro2. Y

puede observarse también que el endeuda-

miento privado está bajando. Las personas

se han vuelto repentinamente reticentes a

exprimir sus tarjetas de crédito y a obtener

nuevas hipotecas. Todo esto es para bien.

Por otro lado, la acumulación de deuda

pública es increíble, nunca antes tuvimos

esa experiencia. Nadie cree que esta deuda

se pueda pagar mediante formas legítimas.

Existe una perspectiva real, por primera vez

en más de cien años en EE.UU., de que esa

deuda resulte depreciada por la inflación o

directamente defaulteada.3 Es trágico que

lo último sea el mejor camino, teniendo en

cuenta todas sus consecuencias.

Seguramente las futuras generaciones ve-

rán en retrospectiva estos años como un

período de irresponsabilidad grave4 de parte

del gobierno.

Muchos líderes y sociedades de América Latina quieren encontrar en el viejo socialis-mo un camino progresista hacia el bienestar

r e p o r t a j e s

LoS dIRIgenTeS de eMPReSA

Los hombres de negocios deben también desarrollar una visión integral de su vocación de manera que observen no solamente la base del proceso, sino también su aspecto ético. Y, tienen la obligación de ser parte de una fuerza para el bien político de la sociedad, no para solventar la creación de influencias políticas destructivas, sino para apoyar las que se encuentran dentro del marco de los valores cristianos. Deben ejercer una influencia cultural positiva, especialmente en estos tiempos cuando la juventud busca líderes del mundo empresarial como modelos.

Robert A. SiricoDe su libro El Alma de la Libertad. Página 50

Creo que fue Chesterton quien dijo

que una vez que las personas dejan

de creer en Dios, creerán en algo, y

parte de ese algo es el socialismo, que

transforma al Estado en un dios.

Page 11: Revista EMPRESA 194

Invierno 2009 Página 9

y la libertad. ¿Qué reflexión le merece esta tendencia?

- El socialismo es una idea que deambula

desde el mundo antiguo y nunca se va del

todo; no importa cuantas veces fracase y

que lleve a calamidades innombrables. No

sé cómo explicar esto, excepto refiriéndome

a la religión. Creo que fue G. K. Chesterton5

quien dijo que una vez que las personas de-

jan de creer en Dios, creerán en algo. Parte

de ese algo es el socialismo, que transforma

al Estado en un dios.

Volverá a fallar otra vez, como ocurrió

siempre. Referido a los católicos que abra-

zan el socialismo, pienso que esta es una

evidencia de falla por no haber incorporado

seriamente las enseñanzas de la economía.

La economía enseña los límites del mundo

real, los renuncios y alternativas vinculados

con cualquier elección humana y la imposi-

bilidad de la utopía. Es una ciencia legítima

que tiene mucho para mostrarnos. Todos

los líderes católicos deben tomar estos con-

ceptos con seriedad.

Desde una mirada espiritual, ¿qué nos está dejando esta crisis?

- Un auge económico artificial puede tener

efectos culturales y espirituales corrosi-

vos. Puede llevar a la gente a creer que se

pueden conseguir las mejores cosas de la

vida sin sacrificio. La gente se endeuda en

demasía. Desarrolla una mentalidad consu-

mista, aferrándose a los bienes materiales

y a los placeres de todo tipo sin examinar

cuidadosamente sus costos. Existen otros

efectos del auge artificial que son más suti-

les; como la recompensa por pensar a corto

plazo, a expensas del planeamiento a largo

plazo, y un castigo general a la virtud mien-

tras se recompensa la irresponsabilidad.

En ese sentido también pienso que la caída

económica tiene un rol en la restauración

del adecuado equilibrio, no sólo en térmi-

nos económicos sino también en aspectos

culturales y morales. Estimula el ahorro y la

prudencia al invertir y le recuerda a la gen-

te que lo importante no es tener todo lo que

se pueda, sino usar inteligentemente los re-

cursos, de modo tal que sea compatible con

los valores fundamentales.

La caída de este ciclo de auge puede ser

muy dolorosa y hay muchas víctimas, como

los desempleados y las personas que viven

de las jubilaciones que son injustamente

dañadas. Pero en general y a largo plazo,

puedo ver también ciertos beneficios como

el posible reencendido de un amor por las

cosas permanentes. Creo que el Papa hace

una referencia a esto, que una declinación

económica nos puede recordar que todas

las cosas de este mundo pasarán y que es

mejor asirse a lo que es verdadero y eterno.

En tiempos de crisis abundan sentimientos de tristeza que hacen más difícil pensar acerca del futuro; parece como si todo se derrumbara. Respecto de esto, ¿cómo pode-mos ayudar a las personas para que vuelvan a creer y no se sientan desesperanzadas?

- Desde los mismos comienzos de la cul-

tura católica, se evidencia con énfasis la

Sirico: “La economía enseña los límites del

mundo real, los renuncios y alternativas vinculados

con cualquier elección humana y la imposibilidad

de la utopía. Es una ciencia legítima que tiene mucho para mostrarnos.

Todos los líderes católicos deben tomar estos

conceptos con seriedad”.

r e p o r t a j e s

2. N. del T.: La tasa de ahorro es el cociente entre lo que se ahorra (lo que no se consume) y el total del ingreso de la población. Antes de la crisis, esa cifra era negativa: gasto superior a ingreso, para el agregado total de la población de EE.UU.3. N. del T.: Desafortuna-damente, para Argentina, este neologismo es bastan-te frecuente, no necesita-mos traducirlo. 4. N. del T.: El autor utiliza el adjetivo “grave” que, en tal uso, significa lo traducido. Sin embargo, vale notar que, como sus-tantivo, la palabra significa en español “sepultura”. ¿Juego de palabras?5. N. del T.: Gilbert Keith Chesterton (1874-1936): Hombre de letras británico, convertido al Catolicismo en 1922. Su más conocida creación es la serie de novelas detecti-vescas protagonizadas por el Padre Brown, sacerdote detective -Británica ® “Enciclopedia Universal Ilustrada”.

Page 12: Revista EMPRESA 194

Página 10 EMPRESA Nº194

necesidad de estudiar la vida de los santos

y de los mártires. ¿Por qué lo hacemos?

Precisamente para que podamos tener mo-

delos para el futuro y podamos ver cómo

personas importantes lidiaron con terribles

crisis durante la vida. Sé que ha habido una

declinación en el estudio de los santos y

los mártires, pero debemos retomar nueva-

mente su análisis.

Nuestro tiempo, en realidad, no es tan malo

comparado con el pasado y sus crisis. Me

imagino que los mártires cristianos de los

comienzos estarían complacidos de con-

templar la caída del precio de las acciones

y la presión para pagar la cuota de la hipo-

teca, en vez de observar a los leones en los

coliseos y las matanzas masivas.

Un predicador católico habla de cómo este

mundo siempre será un “valle de lágrimas”

y en los tiempos actuales rememoramos

esto. Si abrazamos la Verdad, tendremos

esperanza, y siempre debemos recordar que

a los cristianos no se nos permite la deses-

peración. El cristiano pone su esperanza en

Cristo y es una Esperanza de salvación. Si

hacemos esto, perseveraremos.

Pablo Bevilacqua eduardo otsubo

Héctor Mario Rodríguez

r e p o r t a j e s

LoS LíMITeS AL eSTAdo y eL RoL de LA SoCIedAd CIvIL

La escasez de recursos, la debilidad humana y el pecado original son partes de nuestra condición existencial, de las que solo el reino de Dios nos puede liberar. La sola libertad no puede arrogarse tal poder. Lo que sí puede hacer es lo que la historia atestigua que la libertad de mercado ha logrado con gran habilidad: maximizar los recursos para alcanzar el mayor beneficio posible para la humanidad. La obligación del Estado es, entonces, asegurar, proteger y ejecutar los derechos de los individuos para maximizar su potencial creativo. Alexis de Tocqueville escribió: “La noción de los derechos no es sino la concepción de la virtud aplicada al mundo de la política”. Más allá de esto es mejor dejar la promoción de la virtud a la sociedad natural, es decir, a las esferas de la autoridad de la Iglesia, la familia, la comunidad y las exigencias de la tradición.

Robert A. Sirico“Hacia una sociedad libre y virtuosa”, Acton Institute

Sirico: “Existe una perspectiva real, por

primera vez en más de cien años en EE.UU., de

que esa deuda resulte depreciada por la

inflación o directamente defaulteada. Es trágico

que lo último sea el mejor camino, teniendo

en cuenta todas sus consecuencias”.

Page 13: Revista EMPRESA 194

Invierno 2009 Página 11

la dirigencia y su responsabilidad frente

a las advertencias

eduardo López Rivarola es vicepresidente segundo de ACde y ex presidente del encuentro Anual de ACde 2008.

eduardo lópez rivarola

En la apertura del Encuentro anual de ACDE

2008, compartimos un fragmento de una

poesía escrita por John Donne: “Ningún

hombre es una isla, completa en sí misma;

cada hombre es un trozo del continen-

te, una parte del todo; si un terrón fuese

arrastrado por el mar (y Europa es el más

pequeño), sería lo mismo que si fuese un

promontorio, una finca de tus amigos o

tuya propia; la muerte de cualquier hombre

me disminuye, porque yo estoy involucrado

en la humanidad…”.

La estrofa continúa así: “… y, en conse-

cuencia, no envíes nunca a preguntar por

quien doblan las campanas: doblan por ti”

(1). Donne escribió estas líneas cuando pa-

decía una enfermedad que se sospechaba

podía conducirlo a la muerte y mientras,

desde su lecho, escuchaba el repicar de las

campanas de una iglesia próxima cada vez

que se realizaba allí un responso. Impac-

ta y conmueve la imagen por cuanto nos

relaciona con el padecimiento del otro y

nos conduce a la lógica de un organismo

complejo, que nos incluye y abarca nece-

sariamente. También nos interpela a todos,

como ciudadanos, a la reflexión respecto

de nuestro comportamiento y nuestra

participación –cada uno desde la posición

que tenga en la sociedad-, y de acuerdo a

nuestro compromiso con el “bien común”,

muchas veces aludido y distorsionado por

igual. Para aquellos que tenemos algún rol

de conducción en organizaciones, repre-

senta también una mayor responsabilidad,

toda vez que hemos sido formados para

anticipar situaciones y para tomar deci-

siones basadas en unas pocas premisas

concretas y en la interpretación de señales

y advertencias.

En los últimos tiempos, hemos sido tes-

tigos de múltiples llamados de atención

respecto del sano equilibrio que debe

mantener una sociedad. Muchas cam-

panas han tañido con gran sonoridad en

nuestra Nación, algunas parecen esperar

su momento para hacerse escuchar. Una

que sin lugar a dudas se destacó hace

unos años fue el llamado “corralito”, que

institucional

Page 14: Revista EMPRESA 194

Página 12 EMPRESA Nº194

institucional

al afectar los intereses de una gran parte

de la población, logró sacudir indiferen-

cias varias y plantear fuertes reclamos por

derechos avasallados. La sociedad toda se

puso de acuerdo y pareció reeditar aquel

“nunca más” fundacional de nuestra joven

democracia, esta vez dirigido a preservar

el patrimonio de muchos. Otras campanas

también nos advirtieron recientemente.

La famosa y triste resolución que buscaba

variabilizar las retenciones a productos

del agro condujo a que organizaciones his-

tóricamente irreconciliables formaran un

bloque homogéneo basado en la defensa

de la actividad del sector en su conjunto. El

apoyo de la gente de la ciudad fue masivo,

también inédito.

No parecen, en

cambio, haber sido

escuchadas otras

campanas de igual

o mayor gravedad:

la desarticulación

del sistema de ju-

bilación privada,

ratificado en forma

masiva y volun-

taria pocos meses

antes, con las

riesgosas conse-

cuencias en el uso

de los ahorros de

millones para apo-

yar sectores de la economía sin ningún

tipo de control, y en la designación de

directores en empresas que en la mayoría

de los casos le restan valor a las mismas;

la intromisión de organismos del Estado

en sectores de la economía, con la sos-

pechada intención de asfixiar empresas

luego compradas por una nueva clase de

empresarios cercanos al poder; la compra

de medios de comunicación y la mordaza

impuesta a periodistas que buscan una

expresión libre, en algunos casos su liso,

burdo y llano despido. Solo ejemplos de

un número creciente de medidas de in-

tervención directa que favorecen el creci-

miento de grupos económicos cuyo mayor

mérito es la amistad antes que el desem-

peño y las capacidades.

Fueron, y son también, una advertencia

los crecientes rumores de la posible im-

plementación de un control por parte del

Estado en la comercialización de granos,

primer paso de un posible desbarranco en

una de las páginas más negativas que po-

damos imaginar para el desarrollo de una

sociedad libre. También el demorado -por

prudencias electorales- proyecto de radio-

difusión que tras el ingenuo argumento de

la televisación gratuita de partidos de fút-

bol seguramente encierre tantas sorpresas

como el proyecto que destrozó el sistema

de las AFJP.

Son muchas las campanas, muchas las ad-

vertencias. Pocas y aisladas las respuestas

de los representantes de sectores empresa-

rios y sociales. Prácticamente inexistentes

y sin peso, los análisis sobre las implican-

cias que medidas de este alcance puedan

tener en la economía del país y los efectos

esperados en un horizonte que supere el

año en curso.

La responsabilidad de la clase dirigente no

puede tener como horizonte su vida activa,

debe proyectarse y velar también por ase-

gurar las bases para el crecimiento de las

futuras generaciones. Su campo de acción

no debe limitarse tampoco al sector en

el que opera y donde tiene sus intereses.

Mientras el hombre de campo no se pre-

ocupe por mantener las condiciones para

el crecimiento de la industria, en algún

momento va a sufrir las consecuencias, él

o sus hijos. Toda vez que el industrial sea

indiferente al resguardo de condiciones

mínimas para el funcionamiento del sector

financiero podrá beneficiarse con tasas de

interés bajas, pero a corto plazo ya que en

el largo no quedará seguramente “dinero

genuino y libre para prestar”. Si en general

los dirigentes y referentes de cada sector

de la economía proceden sólo en función

de los beneficios que esperan obtener en

su propio negocio y se desentienden por

completo de lo que sucede con los demás,

La responsabilidad de la clase dirigente

no puede tener como horizonte su

vida activa, debe proyectarse

y velar también por asegurar

las bases para el crecimiento

de las futuras generaciones.

Page 15: Revista EMPRESA 194

Invierno 2009 Página 13

institucional

tarde o temprano sentirán un impacto, di-

recto o indirecto; y una gran soledad frente

a futuros atropellos. Mientras tanto toda

la población padece, en particular los más

desprotegidos.

Nuestra Nación sabe de numerosas oportu-

nidades en las cuales la lógica del “sálvese

quien pueda” condujo irremediablemente

a que la sociedad en su conjunto perdiera

mientras unos pocos –los más cercanos al

poder y más lejanos a los principios republi-

canos- lucraban a expensas de los demás.

En esta instancia de la historia que nos toca

transitar, será crucial el rol que asuma la

clase dirigente. En particular la dirigencia

empresaria, tanto en el debate como en la

defensa y el apoyo a un conjunto de reglas

que pongan coto a posibles excesos, que

preserven la armonía y que garanticen el

respeto a la propiedad privada como princi-

pio de una economía basada en la libertad y

el desarrollo humano.

Las Instituciones de la Nación abrevan

también de las asociaciones intermedias,

las cuales son necesarias para su buen

funcionamiento; savia que las mantiene

sanas y fuertes. La tan justamente recla-

mada calidad institucional a nivel de los

tres poderes de nuestra República no será

mejor que la calidad institucional de las

asociaciones intermedias, construida ésta

sobre diálogos francos y acuerdos legí-

timos que preserven intereses y apoyen

el bien de la sociedad en su conjunto. La

colaboración, la construcción de espacios

de trabajo entre distintos sectores de la

economía, el entendimiento sincero de las

distintas cámaras y asociaciones empre-

sarias y el fortalecimiento de los lazos en-

tre sus principales referentes serán tam-

bién condición, y no sólo consecuencia, de

una mejor oportunidad de crecimiento y

mejora institucional.

Las campanas están sonando, y advierten.

No hace falta preguntar por quién doblan,

sabemos que lo hacen por nosotros, por to-

dos nosotros.

En esta instancia de la historia que nos toca

transitar, será crucial el rol que asuma la clase dirigente. En particular

la dirigencia empresaria, tanto en el debate

como en la defensa y el apoyo a un conjunto de reglas que pongan coto a posibles excesos, que preserven la armonía y

que garanticen el respeto a la propiedad privada como principio de una

economía basada en la libertad y el desarrollo

humano.

(Foto: Vista del Encuentro Anual de

ACDE 2008)

Page 16: Revista EMPRESA 194

Página 14 EMPRESA Nº194

visión 2010pensando en la argentina del bicentenario

Mariano Bravo es Ingeniero Industrial (UBA). ex Presidente de Union Carbide Argentina y Consejero Consultor del Consejo de Administración de la UCA. vicepresidente Primero de ACde.

mariano bravo

En el año 2000, dentro de ACDE, surgió la ne-

cesidad de formular un proyecto con miras

al bicentenario que sentara las bases para

salir de la situación en la que se encontraba

el país, imaginando un futuro mejor. Decía-

mos en el enunciado del documento:

ACde propone una visión de país

En circunstancias en las que nuestra sociedad

vive momentos de angustia y desasosiego, los

dirigentes de empresa de ACDE nos hemos con-

vocado para pensar el país que queremos para

el futuro. Al hacerlo hemos tratado de evitar la

evasión, el fatalismo y el voluntarismo. Quere-

mos centrar el debate más allá de la coyuntura,

en la Argentina que deseamos poder vislumbrar

para cuando celebremos el segundo centenario de

nuestra vida independiente.

En los años 2003 y 2004, se formaron seis

comisiones que abarcaron distintos temas

de esta Visión (Forma de Gobierno-Organi-

zación Económica-Crecimiento Económico

y Desarrollo Social-Integración Social-

Educación-Integración con el mundo). Estas

comisiones estaban conformadas por socios

de ACDE y por invitados, especialistas en

los temas mencionados, cercanos a nuestra

institución. Entregaron sus conclusiones

como cursos de acción, mencionando en

qué casos ACDE podía liderar los mismos y

en cuáles podía acompañar o tener una ac-

ción menos activa. Al año siguiente se reali-

zaron actividades siguiendo algunos de los

cursos de acción de liderazgo, la mayoría

de ellos destinados a los dirigentes de em-

presa. A partir de ese momento, varias acti-

vidades de ACDE estuvieron motivadas por

nuestra Visión 2010, aunque esto no fuera

mencionado de forma explícita. Dentro de

ellas podemos mencionar los siguientes

programas, la mayoría de ellos vigentes en

la actualidad, en los que ACDE participa:

• “De Habitantes a Ciudadanos”. Coordinado

por la Comisión Justicia y Paz del Episco-

pado.

• “Responsabilidad Social Empresaria y Trabajo

Decente”. Coordinado por el Ministerio de

Trabajo.

• “Crear Riqueza con Inclusión”. En conjunto

con AMIA y Cáritas.

En el 2008 se llevó cabo una reunión con los

coordinadores responsables de las comisio-

nes mencionadas para actualizar los cursos

de acción y definir el rol de ACDE. Una de las

formas que surgió fue la que, dados nuestro

prestigio y falta de compromiso gremial,

ACDE podía ser un “lugar de encuentro” en

el tendido de puentes con otros sectores, que

tuvieran impacto en el mejoramiento de los

temas abordados por nuestras comisiones.

el desarrollo de vínculos de confianza a través de proyectos comunes

En el “tendido de puentes” se tuvo muy en

cuenta la posibilidad de una participación

activa del grupo de ACDE Joven, porque en

institucional

Page 17: Revista EMPRESA 194

Invierno 2009 Página 15

institucional

esa faja etaria se encuentran las semillas de

esperanza para lograr nuestro objetivo de un

país mejor. En la actualidad hemos avanza-

do en nuestras relaciones con organizacio-

nes empresarias no gremiales con las que

compartimos valores (AACREA, IDEA, AEA),

llegando a la conclusión de que la mejor ma-

nera de desarrollar vínculos de confianza es

a través de proyectos comunes. Con ese mo-

tivo se organizaron, junto con IDEA y AEA,

desayunos con los candidatos por la Ciudad

y la Provincia de Buenos Aires para las elec-

ciones legislativas del 28 de junio.

En este acercamiento con IDEA, surgió la

posibilidad de vincular a nuestro grupo Jo-

ven con el grupo similar de IDEA. En rápida

reacción el presidente de IDEA Joven invitó

a directivos de nuestro grupo a su Encuen-

tro Anual, mencionando específicamente

en su discurso de apertura la relación con

ACDE Joven, con la que esperaba trabajar en

proyectos específicos.

A pesar de las

dificultades del

momento, pen-

samos continuar

con todas las ac-

ciones que, a tra-

vés del tendido

de puentes con

diversos sectores

de importancia,

nos permitan

compartir con-

sensos y dirimir

disensos, en un

clima de confian-

za que elimine

las barreras al

diálogo que han

caracterizado a

los dirigentes de

nuestro país. De esta forma creemos con-

tribuir a un país mejor y a una sociedad

más justa.

Talcahuano 736 piso 5ºC1013AAP - Buenos Aires

República Argentina

Tel/fax (54-11) 4373-5966Líneas rotativas

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Estudio RIMOLDI

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Aviso VIP_A4.ai 28/04/2009 11:07:08 a.m.

Page 24: Revista EMPRESA 194
Page 25: Revista EMPRESA 194

Invierno 2009 Página 23

e m p r e s ae m p r e s a

la identificación del individuo

con la organización

marcos gallacher

“El grado de identificación del individuo con la organización es el principal determinante del grado con el cual el individuo coopera con el grupo en el que interactúa. Esta

cooperación resulta una condición necesaria para que el grupo alcance niveles altos de productividad”, señala Gallacher al concluir que la identificación humana con el grupo

inmediato resulta entonces una condición necesaria para el progreso.

El autor demanda de empresarios y dirigentes una tarea fecunda y sostenida en esta cooperación. Del logro de esta identificación, sostiene, depende la eficiencia con la cual las organizaciones llevan a cabo sus tareas y, por lo tanto, la efectividad con los que la

sociedad toda emplea los recursos con que cuenta.

Marcos gallacher es Profesor de organización empresaria (UCeMA).

El encuentro anual de ACDE 2009 focaliza su

atención en los desafíos que enfrentan los

dirigentes argentinos, actúen estos en em-

presas privadas, organizaciones

no-gubernamentales, organizaciones públi-

cas o eventualmente asociaciones políticas o

gremiales de distinto tipo. El tema elegido re-

sulta importante: los dirigentes, a través de

mecanismos de influencia orientan la acción

humana en la órbita inmediata en la cual

actúan. Para bien o para mal, los resultados

logrados por el grupo son en función del tipo

de influencia al cual se lo ha expuesto.

Esta nota centra atención en procesos a

través de los cuales la dirigencia logra que

los integrantes de la organización se identi-

fiquen con el accionar de ésta. Dicha identi-

ficación se manifiesta de varias maneras, sin

embargo el resultado final puede sintetizarse

como sigue: el grado de identificación del

individuo con la organización es el principal

determinante del grado con el cual el indivi-

duo coopera con el grupo en el que interac-

túa. Esta cooperación resulta una condición

necesaria para que el grupo alcance niveles

altos de productividad. De la proposición

anterior podemos inferir lo siguiente: a nivel

“macro”, el bienestar alcanzado será conse-

cuencia del grado en que las organizaciones

que componen la economía logren, de parte

de sus integrantes, cooperación efectiva. La

identificación humana con el grupo inme-

diato resulta entonces en una condición ne-

cesaria para el progreso.

A finales del siglo XIX, el problema de la

identificación era de poca importancia: la

mayor parte de los individuos realizaba

tareas en organizaciones pequeñas. En mu-

chos casos, existía un vínculo directo entre

el propietario de la empresa y los pocos em-

pleados que la componían. Las tareas eran

sencillas. No existía mayor presión gremial.

Estas fueron las condiciones en las que se

llevó a cabo –en los países del norte de Eu-

ropa- la Revolución Industrial, período du-

rante el cual ocurrió (nuevamente en estos

países) un incremento anual de ingreso per

cápita, ordenes de magnitud mayor que el

ocurrido en los diez mil años anteriores (un

prolijo análisis de este fenómeno es presen-

tado por Gregory Clark en su obra A Farewell

to Alms – A Brief Economic History of the World).

Page 26: Revista EMPRESA 194

Página 24 EMPRESA Nº194

En el siglo XXI, las

condiciones cam-

biaron en forma

marcada. Muchos

individuos realizan

tareas en organiza-

ciones compuestas

por miles de em-

pleados. Las tareas

realizadas son com-

plejas y, por otro

lado, una profunda

división del trabajo

dentro de las or-

ganizaciones tiene

como consecuencia

estrecha interde-

pendencia entre

individuos, grupos o

sectores. Pero ade-

más, en la actuali-

dad, presiones de diverso tipo han creado un

clima de desconfianza -cuando no de con-

flicto- entre la empresa y sus integrantes.

Conflicto como freno a la identificación

El grado con el cual el individuo se identifica

con la organización depende de múltiples fac-

tores. Por de pronto, diversas organizaciones

compiten por la “lealtad” de un mismo indivi-

duo. En algunos sectores de la economía, las

asociaciones de trabajadores intentan -mu-

chas veces con éxito- que el individuo adopte

como propios los objetivos del gremio al cual

pertenece. El individuo ve entonces su bienes-

tar más asociado a la dureza negociadora del

gremio, que a su propio desempeño dentro de

la organización, o al desempeño de esta en el

mercado en el que opera.

El accionar gremial en pos de la identifi-

cación individual cuenta con algunas ven-

tajas: en una situación de conflicto con la

empresa, el gremio puede impedir -por la

fuerza- que operarios acudan a trabajar.

O puede impedir que la empresa acuda al

mercado para reemplazar a aquellos que

llevan a cabo medidas de fuerza. Este meca-

nismo -si bien criticable- resulta altamente

efectivo. La empresa, por el contrario no

puede forzar a nadie a que trabaje. En el

mejor de los casos, y sujeto a restricciones

legales, puede decidir despedir a aquel que

considera no justifica el salario erogado.

En una situación como la anterior, el logro de

la identificación con la empresa resulta com-

plejo cuando no imposible. El resultado es

predecible: costos de organización elevados,

trabas a la introducción de mejoras, descon-

fianza permanente entre partes. Este tipo de

situación puede ser contrastada con otras

donde existe marcada cooperación entre

trabajadores, por un lado, y la empresa por

otro. El desempeño del sector automotriz en

Japón en el período de posguerra constituye

un claro ejemplo de esto. En efecto, el “siste-

ma japonés” se basa en una serie de cambios

en la forma en la que se organizan las tareas

dentro de la planta misma: mayor partici-

pación de trabajadores en micro-decisiones,

células de trabajo, jerarquización de la tarea,

liderazgo a todos los niveles, etc.

En Japón, el individuo se identifica con la

organización para la cual trabaja. El sistema

no está exento de críticas. Por ejemplo, algu-

nos argumentan que la empresa japonesa es

el equivalente moderno al feudo del medioe-

vo: la estrecha relación (y alta dependencia)

del individuo con la organización quita en

última instancia libertad a este. Sea cual

fuere el caso, a nivel “macro” esta estrecha

colaboración entre capitalistas, por un lado,

y trabajadores por otro ha permitido que ha-

bitantes de un país destrozado por la guerra,

sin mayores recursos haya logrado en menos

de medio siglo convertirse en uno de los paí-

ses mas ricos del planeta.

Liderazgo e identificación organizacional

En la Argentina, la identificación del indivi-

duo con la empresa se ve dificultada por dos

factores básicos. El primero trasciende a la

e m p r e s a

Gallacher: “La tarea de liderazgo en pos de la

identificación no deja de requerir un compromiso

moral que no siempre está presente.”

Page 27: Revista EMPRESA 194

Invierno 2009 Página 25

empresa misma, y se relaciona con la percep-

ción ciudadana del rol de la empresa y de los

mercados en una economía moderna. Al res-

pecto -y en forma justificada o no- un amplio

abanico de la población siente desconfianza

hacia el rol de los mercados en la organiza-

ción de la sociedad. En parte esta percepción

es consecuencia de insistentes mensajes de

parte del gobierno, no solo del actual sino de

muchos que han actuado en (por lo menos)

el último medio siglo. La influencia de los

mensajes emitidos por el gobierno no debe

subestimarse: mal que nos pese, la historia

del siglo XX demuestra que éstos tienen en la

propaganda un eficaz instrumento de mani-

pulación de las preferencias.

Lo anterior puede ser enfrentado sólo a

través del accionar conjunto del sector

empresario. Sin embargo, enormes dificul-

tades deben ser vencidas hasta que esto sea

posible. Por de pronto, la “acción colectiva”,

en parte, tropieza con el problema de como

lograr colaboración por parte de empresa-

rios y empresas que consideran que resulta

mas eficiente dejar que el esfuerzo lo reali-

cen otros. El problema del free rider aparece

aquí en toda su fuerza. Pero por otro lado

-y aún cuando parezca sorprendente- la

mayor parte de los integrantes del sector

empresario mismo no está en condiciones

de hacer una defensa intelectualmente

vigorosa de la razón de su existencia. La

empresa es vista como una posibilidad de

progreso personal, no como un instrumento

que contribuye a la generación de riqueza

para la sociedad toda. En la Argentina de

hoy, y con respecto a este tema, las empre-

sas y los empresarios están en una posición

intelectual indiferente, o en el mejor de los

casos defensiva. Como consecuencia de lo

anterior, muchos integrantes de nuestras

organizaciones no están identificados en

absoluto con el accionar de las mismas.

La segunda razón que frena la identificación

del individuo con la organización tiene que

ver con el nivel “micro”, es decir con el con-

junto de reglas explícitas o implícitas que

guían las relaciones internas. Al respecto,

resulta frecuente el

uso abusivo de prác-

ticas de tipo “torneo”

entre individuos,

donde los premios

(sean estos ascen-

sos, incrementos de

remuneración, via-

jes) son establecidos

no ya como resul-

tado de performance

absoluta, sino como

resultado de compa-

ración de performan-

ce entre individuos:

el más productivo se

lleva un “premio”, y

el resto “no se lleva

nada”. Estas situa-

ciones “de suma

cero” tienen conse-

cuencias nefastas

sobre colaboración humana e identificación

con la tarea. Pero existen aspectos “micro”

aún más relevantes. En particular, la tarea de

liderazgo en pos de la identificación no deja

de requerir un compromiso moral que no

siempre está presente.

La identificación del individuo con la orga-

nización también aumentará cuando este

perciba que la organización a la cual pertene-

ce cuenta con prestigio. Este prestigio es un

activo que capitalizan en su favor aquellos

que desempeñan tareas en la organización y

tiene, inclusive, una componente económica:

al menos en parte, la movilidad de un indivi-

duo entre organizaciones puede depender del

prestigio que el individuo ha adquirido duran-

te su paso por determinadas organizaciones.

Como resumen final, empresarios y diri-

gentes tienen mucho que hacer en lograr

creciente identificación de individuos con el

grupo y la organización a la cual pertene-

cen. Del logro de esta identificación depen-

de la eficiencia con la cual las organizacio-

nes llevan a cabo sus tareas y, por lo tanto,

la efectividad con los que la sociedad toda

emplea los recursos con que cuenta.

e m p r e s a

Resulta frecuente el uso abusivo

de prácticas de tipo “torneo” entre

individuos, donde los premios (sean

estos ascensos, incrementos de

remuneración, viajes) son establecidos

no ya como resultado de performance

absoluta, sino como resultado de

comparación de performance entre

individuos.

Page 28: Revista EMPRESA 194

Página 26 EMPRESA Nº194

Trabajo

El permanente análisis de la situación

laboral mensual nos ha mostrado, con

claridad, que nuestro país no puede

sustraerse a la compleja crisis que hoy

enfrenta el mundo en su conjunto y

que aislarse, lejos de ser una solución,

acrecienta y dificulta la posibilidad de

implementar políticas de saneamiento

económico laboral, inclusivas para la

población en general.

Nos hemos permitido para esta nota

tomar prestado el titulo del próximo

Congreso Interamericano de Gestión

Humana (CIGEH), que planteará, des-

de perspectivas diversas (sociológicas,

filosóficas, económicas y políticas), los

retos que se nos presentan como socie-

dad para enfrentar la crisisen procura

de encontrar nuevos modelos de tra-

bajo que permitan superar ese perma-

nente conflicto entre empresa y trabajo.

Mas allá de los resultados de las próxi-

mas elecciones legislativas de junio, la

profundidad estructural del problema

del empleo en la Argentina demanda

de acciones que, si bien tienen como

responsable primario al gobierno, no

pueden ser eludidas por otros actores

políticos, empresarios y gremiales.

el empleo decente en empresas sostenibles

De eso se trata el futuro del trabajo; es

decir, del empleo decente en empresas

sostenibles. Y para ello todos deben

maximizar esfuerzos evitando la infor-

malidad laboral, creando condiciones

que incentiven la inclusión, dando

aliento a la inversión en la formación y

el desarrollo de las personas, y respal-

dando con seguridad jurídica las condi-

ciones de trabajo que pactan los actores

sociales en sus negociaciones laborales.

Ahora bien, también los empresarios y

los sindicatos deben salir de la discu-

sión, a corto plazo, de actualizar sala-

rios y de eludir discusiones que tienen

que ver con el trabajo del futuro. Cues-

tiones tales como: trabajo a distancia,

flexibilidad de horarios, obligatoriedad

de la formación, compatibilidad entre la

vida laboral y la familiar, etc., deben es-

tar siempre en las discusiones de traba-

jo, anticipándose a situaciones muchas

veces previsibles, pero que se eluden a

la hora de la negociación, a fin de evitar

conflictos que luego explotan con una

carga imposible de controlar.

Lamentablemente, como hemos podido

observar en la solución de los conflictos,

sean estos por aumentos de salarios,

suspensiones o despidos, no ha existido

en las partes voluntad para resolver las

cuestiones de fondo y en el casi 100%

de los mismos se ha recurrido a meca-

nismos de dilación o a acuerdos transi-

torios que ponen foco en el corto plazo

postergando la toma de decisiones para

un próximo semestre, como si de mane-

ra mágica llegaran a resolverse proble-

mas que nunca fueron enfrentados ni

fueron resueltos por los involucrados.

Juan Schaer

Abogado (UBA) Intl Executive Program, INSEAD (Francia).

Programa Alta Dirección, IAE (Argentina) Ex Director Corporativo

RRHH Telecom Argentina. Presidente Consejo Consultivo

de la Asociación de Dirigentes de RH de Argentina. Partner Horton

International.

Page 29: Revista EMPRESA 194

Invierno 2009 Página 27

El Futuro del Trabajo o El Trabajo del Futuro PerspectivasLa perspectiva de una difícil recuperación

Muchos economistas dicen que existen

signos de recuperación en el exterior de la

actual crisis global, y que esto se verá refle-

jado hacia el último trimestre del 2009.

¿Puede lo mismo repetirse en la Argentina? La

respuesta no parece positiva porque quienes

enfrentaron en serio la crisis contaron con

ciudadanos que entendieron que debían limi-

tar su consumo y ahorrar, comerciantes que

bajaron sus precios y redujeron sus utilidades,

bancos que asumieron sus responsabilidades

y aceptaron las nuevas reglas del juego im-

puestas por sus gobiernos, y sindicatos que

acompañaron responsablemente las solu-

ciones, sin dejar de lado sus compromisos de

clase e ideológicos.

El marco de negociación, salvo escasas excep-

ciones de acuerdos que se atrevieron a correr

el riesgo de acordar con el horizonte puesto

al menos en el plazo de un año, ha sido el

de dejar todo para el segundo semestre. La

posibilidad, entonces ahora cierta, de que los

conflictos se intensifiquen son cada vez más

evidentes, obligando a las partes a alejar sus

posiciones antes que acercarlas y a las auto-

ridades del Ministerio de Trabajo a procurar

acuerdos que luego pueden ser objetados en

la justicia laboral; aumentando las contin-

gencias de las empresas; creando inseguridad

en los trabajadores; alentando de este modo

a la informalidad laboral como modo, por

cierto erróneo, de bajar costos laborales; in-

crementando las cargas para quienes están

dentro de la economía formal y empobre-

ciendo de modo insoluble nuestro sistema de

seguridad social.

Otro dato que no puede eludirse es la falta

de capacidad de Argentina para obtener fi-

nanciación a tasas razonables o para atraer

capital de inversión, renuente a venir al

país por nuestras constantes muestras de

incoherencias legislativas que cambian de

rumbo de modo inevitable al modificar las

condiciones preexistentes, que originaron

decisiones que, con el tiempo, se convierten

en pérdidas económicas no por reglas de

competencia, sino por hechos políticos im-

pensables en cortos periodos de tiempo.

Es decir, nuestra recuperación será mucho

más difícil y por lo tanto deben esperarse

problemas laborales de magnitud, que se

irán acrecentando hacia fines del tercer

trimestre a medida que los acuerdos transi-

torios pactados durante el primer semestre

del año comiencen a vencer.

Por lo tanto, es necesario e imprescindible

que los empresarios actúen proactivamen-

te, con propuestas superadoras que alienten

a la responsabilidad social en términos de

formación, desarrollo, condiciones de tra-

bajo y cualquier otra medida que sirva para

confrontar la discusión a corto plazo, dando

a sus empleados un horizonte que llene ex-

pectativas relegadas en este presente.

Page 30: Revista EMPRESA 194
Page 31: Revista EMPRESA 194

Invierno 2009 Página 29

e m p r e s ae m p r e s a

La Segunda Carrera Profesionalel plan de carrera a partir

de los cuarenta años

mariano vilallonga elorza

¿Existe una situación laboral ideal para mí? ¿Es posible reenfocar mi trayectoria profesional a partir de los cuarenta años? ¿Cómo se puede conocer y lograr mi situación

ideal?

A partir de estos interrogantes, el autor comparte los desafíos que plantea esta segunda etapa laboral y adhiere a la implementación del Plan de Carrera como la herramienta

de gestión que nos ayuda a trazar la trayectoria profesional más conveniente para nosotros y, por tanto, a determinar nuestra situación laboral ideal a largo plazo.

Mariano vilallonga elorza es Licenciado en Ciencias económicas y empresariales. especialidad en dirección Financiera Universidad Comercial de deUSTo (Bilbao). Socio director gesdirección.

“He llegado a la mitad de mi vida profesional

y pienso que he conseguido una situación

laboral bastante buena… Sin embargo, siento

la necesidad de dar un giro importante a mi

trayectoria profesional”, me comentaba un

amigo directivo de una entidad financiera.

Cada vez es más frecuente encontrarse con

gente que, al llegar a una edad madura, ma-

nifiesta sus deseos de reenfocar su trayec-

toria profesional. No creo que ello se deba

a la típica y tópica “crisis de los cuarenta”,

sino a una nueva exigencia de la sociedad

compleja y polifacética en la que vivimos. Si

en el siglo pasado, lo habitual y conveniente

era contar con una única carrera profesio-

nal, el siglo actual probablemente exija un

planteamiento más articulado. En la actua-

lidad, quizá la actitud más prudente a la

hora de plantear nuestra trayectoria profe-

sional, sea previendo dos tramos bien dife-

renciados: un primer tramo con el objetivo

específico de llevar a cabo una exploración

y posicionamiento profesional; y otro pos-

terior, cuyo objetivo sea el despliegue total

de nuestras cualidades hasta lograr nuestra

mayor y mejor realización.

Nuestra situación laboral ideal a largo plazo

(nuestra segunda carrera profesional) no

es aquella que nos hace más ricos, ya que

el cementerio está lleno de gente rica que

terminó sus días con un importante grado

de frustración. Ni la que nos hace más po-

derosos, ya que contamos con numerosos

casos, como el de Hitler, que ilustrarían

cómo el poder puede acarrear a su vez un

importante grado de frustración. No, nues-

tra situación laboral ideal ha de ser aquella

que nos permita sacar lo mejor de nosotros

mismos.

Ahora bien, la segunda carrera (nuestra ma-

yor realización) exige la primera (una buena

exploración). El paso de una a otra habrá

que hacerlo en el momento y de la forma

adecuada.

La primera Carrera Profesional: explorar posibilidades

Podemos considerar como primera carrera

profesional los diez o quince años siguien-

tes a terminar nuestros estudios. Es enton-

Page 32: Revista EMPRESA 194

Página 30 EMPRESA Nº194

e m p r e s a

ces cuando tenemos experiencias profesio-

nales en situaciones laborales diferentes y

comprobamos verdaderamente cuales son

nuestros puntos fuertes y débiles.

Esta primera etapa tiene una gran trascen-

dencia, ya que el aprendizaje que en ella se

produce será más importante incluso que

el tipo de estudios que hayamos realizado,

el prestigio de la facultad en la que nos

hayamos licenciado o las calificaciones aca-

démicas que hayamos obtenido durante la

carrera universitaria.

Normalmente sólo a medida que vamos

experimentando con nuestro entorno,

además de conocer éste, nos vamos co-

nociendo mejor a nosotros mismos: qué

cualidades tenemos, qué nos gusta y no

nos gusta, cuáles son nuestras limita-

ciones, etc. De esta manera podemos ir

dibujando el entorno laboral ideal sin caer

en ingenuidades. Es el momento de trazar

nuestra segunda –y definitiva- carrera

profesional.

La Segunda Carrera profesional: disfrutar trabajando

Llega un momento en nuestra vida en el

cual hemos de plantearnos como prioritario

algo que hasta ese momento ha sido sólo

secundario: disfrutar trabajando.

La segunda carrera profesional es aquella

en la que disfrutar y trabajar han de ir de la

mano. Se caracteriza porque, no solo disfru-

tamos mientras trabajamos (sentido de rea-

lización: por el trabajo bien hecho), sino que

trabajamos en lo que disfrutamos (sentido

vocacional: estar llamado a.

Vilallonga Elorza: “Llega un momento en nuestra

vida, en el cual hemos de plantearnos como

prioritario algo que hasta ese momento ha sido

sólo secundario: disfrutar trabajando.”

elementos Primera Carrera Segunda Carrera

objetivovisión del entorno y Posicio-namiento Profesional

disfrutar trabajando

enfoque Aprendizaje práctico-teóricodesplegar todas nuestras cualidades

Mediosdesempeño de diversos pues-tos

Competencias

Metodología ensayo y error error calculado

Conocimiento del entorno visión amplia y real oportunidades y amenazas

Conocimiento de nosotros Puntos fuertes y débilesCómo complementar nuestras carencias

CUAdRo 1. CoMPARATIvA enTRe PRIMeRA y SegUndA CARReRA PRoFeSIonAL

Page 33: Revista EMPRESA 194

Invierno 2009 Página 31

Todos estamos llamados a (o hemos nacido

para) realizar un trabajo de una manera

irrepetible y excepcional. No tanto por su

contenido (un Einstein nace cada trescien-

tos o cuatrocientos años en la historia de

la física), sino por la manera de llevarlo a

cabo: con lo mejor de nosotros mismos,

convirtiendo lo que hacemos en algo irrepe-

tible y maravilloso.

Y es que sólo cuando disfruta

mos con el trabajo que realizamos, lo-

gramos trasmitir una ilusión, satisfac-

ción, convencimiento y entusiasmo que

suena a auténtico. Y eso mismo es lo

que nos impulsa a obtener lo mejor de

nosotros mismos.

Al plantearnos nuestra segunda carrera

profesional y compararla con nuestra ac-

tual situación laboral, podemos llegar a

cuatro conclusiones:

a. Llegar a la conclusión de que lo más

conveniente es seguir en mi situación

laboral sin cambiar nada en particular,

simplemente tomar conciencia de mis

áreas de mejora como paso previo para

su conquista.

b. Mantener básicamente mi situación

laboral, pero con algunos cambios que

se ajusten mejor a la reformulación de

prioridades que

he realizado y me

permitan alimentar

mejor mis raíces vi-

tales-profesionales.

C. Reconvertir en pro-

fundidad mi situa-

ción laboral para

dotarla de un nuevo

contenido (funcio-

nes, áreas, etc.) más

acorde a mi perfil.

d. Cambiar completa-

mente de puesto, de

trabajo y de empresa.

Plan de Carrera Profesional

Es curioso que en las Escuelas de Nego-

cio, normalmente se exija a los alumnos

la realización de un Business Plan para

una empresa que ni existe ni existirá en

la mayoría de los casos. Sin embargo, en

ninguna Escuela de Negocios se pide a los

alumnos la realización de un Personal Plan

como directivos de empresa a largo plazo.

Se trata, sin embargo, de algo que tiene

una enorme trascendencia para cada uno

ellos.

e m p r e s a

En ninguna Escuela de Negocios

se pide a los alumnos la realización

de un Personal Plan como directivos de

empresa a largo plazo, y sin embargo,

se trata de algo que tiene

una enorme trascendencia.

Page 34: Revista EMPRESA 194

Página 32 EMPRESA Nº194

e m p r e s a

El Plan de Carrera Profesional es la herra-

mienta de gestión que nos ayuda a trazar

la trayectoria profesional más conveniente

para nosotros y, por tanto, a determinar

nuestra situación laboral ideal a largo plazo.

Esa situación laboral ideal puede básica-

mente delimitarse de dos modos: en tér-

minos de mínimos o de máximos. Será de

mínimos cuando lo hacemos por reducción

a lo absurdo, determinando aquellas cir-

cunstancias que

no somos capaces

de tolerar. Será de

máximos cuando

podemos describirla

en positivo y con

abundancia de de-

talles.

Para elaborar un

verdadero Plan de

Carrera, nos harán

falta tres elementos:

conocer nuestras

raíces profesionales

(anclas de carrera),

lograr un enfoque

de carrera adecuado

y realizar el correspondiente plan de acción

(ver Cuadro 2).

• Raíces Profesionales: son las caracterís-

ticas básicas que describen a una persona

de cara a su vida profesional y delimitan el

marco laboral en el que se encontrará más

cómoda para desarrollarse.

• Enfoque de Carrera: describe el contenido

de nuestro trabajo más adecuado a largo

plazo: 10-15 años vista. Para ello, necesita-

remos apoyarnos en algunas herramientas

como son: el análisis retro-proyectivo de

nuestras diferentes situaciones laborales,

nuestros impulsos profesionales más fuer-

tes y la lista de lo imprescindible.

• Plan de Acción: por último, necesitaremos

realizar un análisis externo de la situación

(oportunidades y amenazas), y otro interno

(fortalezas y debilidades) para confeccionar

la consiguiente hoja de ruta que nos con-

duzca a la situación deseada.

La vida nos enseña constantemente que

el puesto de trabajo más conveniente para

nuestras características existe, aunque no

llega como un regalo caído del cielo, sino

que hay que trabajarlo. Y quien lo hace del

modo correcto, lo consigue más pronto que

tarde.

El Plan de Carrera Profesional es aquella

herramienta de gestión que nos ayuda a trazar

la trayectoria profesional más conveniente para

nosotros y nos ayuda a describir nuestra situación

laboral ideal

CUAdRo 2. eLeMenToS deL PLAn de CARReRA PRoFeSIonAL

• AnClAs dE CARRERA- Raíces Profesionales - Marco Laboral Adecuado

• EnfoquE- Análisis Retro-proyectivo- Lo Irrenunciable- Impulsos Profesionales

• PlAn dE ACCión- dAFo - Personal- Metas SMART - Calendario / Hoja de ruta

Page 35: Revista EMPRESA 194
Page 36: Revista EMPRESA 194

Página 34 EMPRESA Nº194

e m p r e s ae c o n o m í a

¿qué es el campo? un jeroglífico indescifrable para el matrimonio gobernante

félix sammartino

“¿Hay margen en estos momentos para estar enfrentado a un actor económico que es responsable del 60% de las exportaciones?”, plantea como cierre de nota Sammartino.

Frente a un contexto internacional, marcado por el aumento de la demanda mundial de alimentos, a partir del crecimiento y peso de la economía asiática, la realidad de nuestro país -para el autor- se expresa en un estado de incertidumbre a corto plazo, donde los productores actúan con la máxima prudencia y mantienen la liquidez a toda costa.

Finalmente, comparte su visión crítica de la administración Kirchner. Y puntualiza: “Más allá de la cuestión ideológica, hay un problema de fondo del matrimonio gobernante: no terminan de entender qué es el campo”.

Félix Sammartino es Ingeniero agrónomo. Fue fundador de la revista Infortambo y gerente general de expoagro. Actualmente es Prosecretario de Redacción en la sección Campo del diario la nación.

A veces se hace especialmente difícil en-

tender el optimismo que tienen algunos ex-

tranjeros con respecto al futuro de nuestro

país. Más cuando desempeñan altos cargos,

como es el caso del director general de Dow

Agroscience, Jerome Peribere, quien hace un

año, en medio del conflicto entre el campo

y el gobierno -en la casa matriz de esta em-

presa ubicada en Indiana, Estados Unidos-

me decía: “Para encontrar las soluciones

correctas lo mejor es hacerse las preguntas

más simples. ¿Es Argentina un exportador

neto de materia prima alimenticia? ¿Si

o no? Obviamente, sí. Por su fenomenal

productividad y su cercanía a los puertos.

Argentina produce los alimentos más bara-

tos del mundo. ¿Se le puede dar la espalda

a esto? Obviamente, no. La obligación de

cualquier gobierno es promover y ayudar

en nuevas inversiones, las que junto con la

tecnología y las mejores tierras que ustedes

tienen resulta en ecuación mundialmente

imbatible”.

La lógica de Jerome Peribere, compartida

por gran parte de la sociedad, no tiene

fisuras, pero pareciera que es inaplicable

en el actual gobierno kirchnerista. El op-

timismo de Peribere contrasta entonces

con el clima de pesimismo que vive hoy el

sector agropecuario. Existe la creencia ge-

neralizada de que el mundo saldrá de una

de las crisis más grandes de los últimos

años, antes de que la economía nacional

vuelva a normalizarse. Nadie puede ase-

gurarlo, pero pareciera que lo peor de la

hecatombe mundial ya pasó. “Nosotros

tenemos ahora a Keynes y su receta, algo

Page 37: Revista EMPRESA 194

Invierno 2009 Página 35

que en los años 30 se desconocía y se ter-

minó aplicando muy tarde”, me recordaba

un encumbrado banquero.

Y como era previsible, los alimentos son

los primeros que comenzaron a rodar. Al

fin y al cabo, se puede prescindir de mu-

chas cosas antes que del plato de comida.

A corto plazo los precios de los granos

mantienen la tendencia alcista. Básica-

mente, el consumo está superando los pro-

nósticos más optimistas y encuentra stocks

mundiales bastante ajustados. Además,

están los inversionistas que fogonean las

subas al apostar por los commodities como

refugio de valor. Y la demanda mundial

de alimentos sigue siendo la expresión del

mundo que cambió radicalmente a par-

tir del crecimiento y peso de la economía

asiática. Asia consume más carne. No sólo

China, también Tailandia, Indonesia y el

sureste asiático.

Para entender lo que ocurre en Asia, se pue-

de decir que tiene la población más grande

y la más pobre del mundo. Ahora, bien,

¿qué es lo primero que hace un muy pobre

cuando mejora su nivel de vida? Lo primero

que hace es agregar un pedazo de carne en

su plato de arroz.

Pensemos lo que esto significa: cerca de 200

millones de personas que se agregan todos

los años al consumo mundial de proteínas.

Existe, por lo tanto, un serio desafío a partir

del aumento desproporcional de la deman-

da contra la oferta mundial de proteínas.

Además se observa -y esta es una cuestión

que no siempre se tiene en cuenta en los

análisis- un crecimiento sostenido de la

urbanización. Ciudades que se extienden

y terminan comiendo hectáreas de campo.

Vale un ejemplo: en los últimos diez años,

en China, 7 millones de hectáreas han pa-

sado a urbanizarse. En Francia, cada año se

urbanizan 55.000 hectáreas, que para un

país con las dimensiones de Francia es mu-

chísimo. Esta muestra es suficiente como

para pensar que la urbanización es un

fenómeno de mayor escala de la que habi-

tualmente se piensa. Y además, la suma de

nuevas áreas se encuentra restringida por

el impacto ambiental que significa la tala

de bosques.

Si comparamos estos factores con el au-

mento de la producción, vemos que se está

produciendo un gran bache. Un problema

para los mil millones de personas que se

alimentan con menos de dos dólares dia-

rios. El aumento de la producción de trigo

por año no llega al 2%. Con el maíz y la soja

sucede algo parecido.

A corto plazo, los mecanismos de corrección

son los precios. A largo plazo es, sin duda, la

tecnología la que va a corregir este bache.

La incertidumbre de los próximos meses

Sin embargo, estas certezas de largo alcan-

ce no compensan la incertidumbre actual

a corto plazo. ¿Qué harán entonces los pro-

ductores? Son mayoría los que piensan que

se deberá actuar con la máxima prudencia

y mantener la liquidez a toda costa. En una

palabra, la vieja fórmula de “desensillar

hasta que aclare”. Por lo tanto, pocas inver-

siones en capital fijo.

e c o n o m í a

El final de la pulseada entre el campo y el

gobierno, que terminó con el voto “no positivo” del

vicepresidente Julio Cobos, cambió el mapa político y estableció a fuego en

la sociedad argentina la creencia que dice que:

“Si al campo le va bien, a país le puede ir mejor”.

Page 38: Revista EMPRESA 194

Página 36 EMPRESA Nº194

Sucede exactamente al revés de lo que

ocurrió años atrás cuando el agro se había

convertido en una verdadera locomotora de

crecimiento y distribución.

Vale recordar que devaluación mediante,

y después de mucho tiempo, apareció la

renta en la mayoría de los establecimien-

tos rurales. Con esa renta, principalmen-

te obtenida gracias a la agricultura, en

particular gracias al “yuyo” de la soja,

el campo inició un círculo virtuoso que

parecía que nunca se iba a acabar. Los

productores agropecuarios pagaron las

deudas, sembraron más hectáreas, reno-

varon la maquinaria agrícola, vaciaron las

concesionarias que ofrecían las ya famo-

sas 4x4, arreglaron sus casas y compraron

departamentos en las grandes ciudades.

La renta se distribuyó por todo el país y

mucha terminó convertida en ladrillos y

metros cuadrados. En este sentido, la me-

jor descripción de lo ocurrido, quizás sea

el boom inmobiliario que se produjo en la

ciudad de Rosario.

El país se puso de pie y como el Lázaro de

la Biblia comenzó a caminar. Todos, desde

el empleado metalúrgico hasta el albañil,

se beneficiaron con el efecto multiplicador

y distributivo de la renta agropecuaria.

Hasta que llegamos a marzo del año pasa-

do, cuando el matrimonio K decidió dar un

nuevo y definitivo manotazo a esa renta de

efectos milagrosos con el proyecto de las re-

tenciones móviles. El final de esa pulseada,

con el voto “no positivo” del vicepresidente

Julio Cobos, cambió el mapa político y es-

tableció a fuego en la sociedad argentina

la creencia que dice que: “Si al campo le va

bien, a país le puede ir mejor”.

el problema de no entender de qué se trata

Más allá de la cuestión ideológica, hay un

problema de fondo del matrimonio gober-

nante: no terminan de entender qué es el

campo.

Para la presidenta, por lo que expresa en sus

discursos hablados, lo que siempre represen-

ta un inconveniente cuando no se domina la

materia, el campo es una actividad en la que

no se transpira, no se apuesta y siempre se

gana. Y siempre se gana mucho, se debería

agregar. Efectuó la más errónea de las des-

cripciones de la actividad cuando dijo que:

“Es un sector carente de riesgo, sin necesidad

de capital intensivo y con poca ocupación de

mano de obra”. Y, para colmo de males según

el credo oficial: “Se transforma en uno de los

más rentables”.

¿Qué dirán los agricultores del norte de

Santa Fe o del Chaco con sus sojas escuá-

lidas de 9 quintales golpeadas por la seca?

¿Qué pensarán los tamberos a las cinco de

la mañana mientras transcurre el primer

ordeño del día?

En esta forma de pensar al campo, no exis-

ten las subas y las bajas del mercado, no

hay granizo que se lleva las cosechas, ni se-

cas, ni inundaciones, no hay tampoco fábri-

e c o n o m í a

Sammartino: “¿Hay margen en estos

momentos para estar enfrentado a un actor

económico que es responsable del 60% de

las exportaciones?”

Page 39: Revista EMPRESA 194

Invierno 2009 Página 37

cas de maquinaria, ni investigadores, ni em-

presarios que entierran todo los años buena

parte del patrimonio en semillas a pocos

centímetros del suelo con la esperanza que

germinen. En la visión de la presidenta Cris-

tina Kirchner, existen rentistas que tienen

la vaca atada.

Esta falta de comprensión a la actividad,

que contiene también algo de subestima-

ción, se traduce en la falta de política agro-

pecuaria y en el cambio constante de las

reglas de juego. Vale recordar que la suba de

las retenciones se instrumentó a pocas ho-

ras de levantar la cosecha gruesa anterior.

Y los que estuvieron tres años engordando

novillos se encontraron en determinado

momento con el cierre de las exportaciones.

Lamentablemente, la lista de los cambios

de las reglas de juego que ocurrieron en los

últimos años es demasiado larga. Y con este

sistema es muy difícil atrapar las oportu-

nidades que se

disponen a par-

tir del potencial

agroalimentario

del país y de la

demanda mun-

dial antes men-

cionada.

El autismo que

sufre el Gobier-

no le impide

por ahora en-

tender que es

imprescindible

una vuelta de

página para sentarse con los dirigentes y

empresarios del sector a resolver una larga

lista de problemas pendientes. ¿Hay margen

en estos momentos para estar enfrentado a

un actor económico que es responsable del

60% de las exportaciones?

e c o n o m í a

La urbanización es un fenómeno de

mayor escala de la que habitualmente

se piensa. Y además, la suma de nuevas

áreas se encuentra restringida por el

impacto ambiental que significa la tala

de bosques.

Page 40: Revista EMPRESA 194

Página 38 EMPRESA Nº194

e m p r e s ae c o n o m í a

Crisis económica y estrategias a largo plazo para la argentina

patricio millán

Patricio Millán es doctor en economía (Harvard University) e Ingeniero Civil (Univ. de Chile). es director del departamento de economía y Profesor Titular de Política económica (UCA). Trabajó como economista en el sector de desarrollo Humano y Alivio de la Pobreza, del Banco Mundial y fue representante de dicha institución en la Argentina.

Las últimas proyecciones del Fondo Mo-

netario Internacional -que fueron dadas

a conocer hace unos pocos días- indican

que la crisis económica mundial continua

avanzando. La caída del PIB en las econo-

mías avanzadas fue del 7,5% en términos

anuales en el último trimestre del 2008 y se

estima que será del 3,8% en el 2009. En los

países emergentes, la caída del último tri-

mestre del 2008 fue del 4% y la estimación

para el 2009 arroja un magro crecimiento

del 1,6%, sobre la base de que China crece-

rá por lo menos en un 6,5%. De acuerdo a

estas proyecciones, América Latina en su

conjunto, y la Argentina en particular, expe-

rimentaran en el 2009 un descenso del PIB

del 1,5% y del 2,0% respectivamente.

Todos los países han adoptado políticas

para enfrentar la crisis económica y -como

es necesario- el énfasis se ha puesto en las

medidas de corto plazo. En las economías

avanzadas la restructuración del sistema

financiero era imprescindible y se ha bus-

cado aumentar la liquidez de las institucio-

nes, identificar y separar los activos tóxicos

y recapitalizar las instituciones débiles pero

viables. Los instrumentos de la política

monetaria también han sido utilizados con

este propósito y las tasas de interés han

sido reducidas a niveles sin precedentes.

Aunque no existe la misma unanimidad,

muchos países también han usado políticas

fiscales para estimular la economía a corto

plazo. Esto ha ido desde una aceleración en

la ejecución de los proyectos públicos exis-

tentes hasta un aumento de la inversión

pública en infraestructura y en la imple-

mentación de rebajas impositivas, además

de diversos programas de garantías y subsi-

dios para proteger a los deudores y estimu-

lar el crédito y el empleo.

Las crisis económicas son un gran desafío,

pero son también una gran oportunidad

Sin perjuicio de la necesidad de enfrentar

los problemas económicos y sociales del

momento actual, las crisis son también una

oportunidad para implementar las reformas

estructurales necesarias para asegurar un

mayor desarrollo y crecimiento del país a

mediano y largo plazo. Muchas veces estas

reformas no se implementan porque faltan

los incentivos y la decisión para ello, y la

necesidad no se siente tanto cuando al país

le va relativamente bien. En los periodos de

crisis, los verdaderos líderes no olvidan el

“Las crisis son también una oportunidad para implementar las reformas estructurales necesarias para asegurar un mayor desarrollo y crecimiento del país a mediano y largo plazo”, enfatiza Millán.

En la nota, el autor reconoce su impacto en la Argentina, subraya las potencialidades que tiene el país en este difícil contexto y demanda por la implementación de una estrategia a largo plazo, que debe acompañar las medidas inmediatas para disminuir los efectos de esta crisis económica global.

Page 41: Revista EMPRESA 194

Invierno 2009 Página 39

largo plazo y buscan mejorar la situación

estratégica y las posibilidades futuras del

país, junto con enfrentar los problemas de

la coyuntura inmediata. Un ejemplo es el

caso de los Estados Unidos, donde el Presi-

dente Obama ha decidido impulsar ahora

la reforma del sector salud y enfrentar los

problemas del medio ambiente y la investi-

gación, sin por supuesto descuidar los pro-

blemas de la crisis económica.

La perspectiva a largo plazo en medio de la

crisis es evidentemente más necesaria en

los países emergentes que en los avanzados.

En los avanzados, ha existido un proceso

sostenido de desarrollo y los problemas es-

tructurales importantes son aquellos que

pueden perturbar la mantención de la si-

tuación alcanzada o que reflejan las nuevas

preocupaciones de la sociedad. En cambio,

en los países emergentes, los problemas

estructurales que son necesarios solucionar

son aquellos que impiden un desarrollo

decidido y per-

manente que

permita modi-

ficar el nivel de

vida actual de

la mayoría de la

población y eli-

mine la pobreza

y la exclusión

social.

La Argentina

debe aprovechar

la oportunidad

que presenta la

crisis económica

actual para hacer las reformas estructu-

rales que le permitan establecer las bases

para un mayor desarrollo alargo plazo. En-

tre otras, estas reformas deberían incluir un

mejoramiento sustancial del clima de nego-

cios para que existan adecuados incentivos

a la inversión productiva, una transforma-

e c o n o m í a

Al enfrentar los problemas asociados

a la crisis debemos hacer las reformas

que sean necesarias para mejorar

el clima de negocios, aumentar la

eficiencia del Estado e incentivar la

inserción exportadora del país.

Page 42: Revista EMPRESA 194

Página 40 EMPRESA Nº194

ción del Estado para que sea un elemento

dinámico y eficiente del proceso de desarro-

llo y el establecimiento de un nuevo marco

regulatorio e impositivo que incentive las

exportaciones y re-establezca el liderazgo

de la Argentina a nivel mundial en el área

de la producción agro-industrial.

Un reciente estudio del Banco Mundial

sobre el clima de negocios en el mundo

(Doing Business 2009) indica claramente

las dificultades que existen en la Argentina

para la actividad productiva empresarial.

El país se ubica en el puesto 113 entre 181

países, existiendo deficiencias importantes

en los mecanismos de protección a las in-

versiones, en los trámites y permisos que se

necesitan para exportar y realizar otras ac-

tividades esenciales y sobre todo en el régi-

men tributario y fiscal. Entre otras cosas, la

Argentina presenta la curiosa situación de

que las utilidades de las empresas desapa-

recerían totalmente si ellas pagaran todos

los impuestos estatutariamente estableci-

dos en las normas nacionales, provinciales

y municipales.

Aunque de alguna manera en la Argenti-

na estamos acostumbrados a la ineficien-

cia de la burocracia del sector público y

a la mala calidad de los servicios del Es-

tado, en el mundo son muchos los países

que se han dado cuenta de que esto es un

obstáculo importante para el desarrollo.

La experiencia de varios de ellos indica

que la reforma y modernización del Es-

tado puede ser un importante elemento

dinamizador de la economía, aunque ella

debe ser un proceso continuo y creciente,

y no un acto puntual.

Finalmente, es necesario destacar que todos

los países exitosos de los últimos tiempos

han tenido una clara vocación y comporta-

miento exportador y han aprovechado las

ventajas que brinda el mundo globalizado.

La Argentina debe incorporarse de manera

decidida al grupo de países con alto y soste-

nido crecimiento de las exportaciones. En el

sector agro-industrial, tiene claras y eviden-

tes ventajas comparativas frente al resto

del mundo y el establecimiento de políticas

adecuadas para este sector tendría impor-

tantes efectos multiplicadores en toda la

economía.

La crisis económica global ha llegado a la

Argentina y sus efectos probablemente se

intensificaran en los próximos meses. Es

necesario adoptar medidas que impidan

su propagación y protejan a la población

más vulnerable de sus efectos negativos,

pero las acciones de política económica

que se promuevan deben estar enmarca-

das dentro de una estrategia que permita

retomar y acelerar el desarrollo de largo

plazo del país. “Los árboles no nos deben

impedir ver el bosque”, y al enfrentar los

problemas asociados a la crisis debemos

hacer las reformas que sean necesarias

para mejorar el clima de negocios, au-

mentar la eficiencia del Estado e incenti-

var la inserción exportadora del país. La

implementación de una estrategia a largo

plazo debe acompañar las medidas inme-

diatas para disminuir los efectos de la cri-

sis económica global en la Argentina.

Millán: “La Argentina debe aprovechar la

oportunidad que presenta la crisis económica actual

para hacer las reformas estructurales que le

permitan establecer las bases para un mayor

desarrollo a largo plazo”.

e c o n o m í a

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Invierno 2009 Página 49

e m p r e s ae c o n o m í a

reflexiones económicas de alberdi

Javier villanueva

Javier villanueva es B.A. City College of new york. Phd. (Columbia University). Miembro de la Academia nacional de Ciencias económicas. Profesor (Universidad T. di Tella). Coordinador Académico del doctorado en economía (UCA). Premio Konex de Platino.

Desde joven, con frecuencia, Alberdi mani-

festaba sus preocupaciones por la pobreza y

el atraso económico en que se encontraban,

tanto la Argentina como el resto de los países

de América del Sur. Tenía, profundamente

asentada en su espíritu, la idea de que había

llegado la hora de lograr el deseado avance

económico en los países de la región, ya no

por la “espada” y los conflictos históricos de

la independencia, sino por la acción y el desa-

rrollo de un pensamiento inteligente y civili-

zado, orientado a lograr la superación de los

problemas que restringían el posible acceso a

los beneficios del progreso económico

Muchas veces insistía sobre el tema dicien-

do que los objetivos pudieron haber sido di-

ferentes en otros tiempos pasados, pero que

“hoy deben preocuparnos los fines econó-

micos” (Bases y Puntos de partida). Nuestros

padres, insistía, nos fueron logrando el ac-

ceso a la deseada independencia. “Nos toca

a nosotros lograr el crecimiento”.

El problema central del avance deseado

estaba relacionado con el hecho de que en

nuestros países se disponía de abundantes

tierras y recursos naturales, pero desiertos.

Tales abundancias no podían hacerse pro-

ductivas por carecerse de los otros factores

imprescindibles. Es decir, capital y trabajo

experimentado. Atraer tales factores resul-

taba entonces la clave de las reflexiones

y propuestas alberdianas. Sin embargo, la

atracción y la aplicación de los mismos,

provenientes de fuentes externas, reque-

rían, sin duda, la adopción de firmes medi-

das destinadas a asegurar a los que fueran

llegando, capitales y mano de obra, todo lo

relacionado con la libertad, la seguridad y

los derechos de propiedad.

En una propuesta que efectuara en Chile

para la realización de un Congreso General

Americano, Alberdi insistía en su diagnósti-

co de la pobreza de nuestros países relacio-

nando la misma con la abundancia de tie-

rras. Decía, entonces: “El terreno es nuestra

peste en América…”.

La búsqueda del desarrollo económico

Las Bases y Puntos de Partida, se encuentran

inspiradas por la búsqueda del desarrollo

económico. Allí insistía en señalar que el

sudamericano debía estar formado para

“vencer al grande y agobiante enemigo de

nuestro progreso: el desierto, el atraso mate-

rial…, de nuestro continente”. Insistía ade-

más, en señalar que “esta América necesita

Page 52: Revista EMPRESA 194

Página 50 EMPRESA Nº194

de capitales, tanto como de población…, el

inmigrante exige muchas concesiones y pri-

vilegios. Dádselos, porque el capital es el bra-

zo izquierdo del progreso de estos países”.

En su obra relacionada con los temas del

crecimiento económico (Sistema Económico)

profundizaba y aclaraba sus puntos de vista

económicos. Allí decía que la “Constitución

Federal Argentina contiene un sistema com-

pleto de política económica, en cuanto garan-

tiza por disposiciones terminantes la libre ac-

ción del trabajo del capital y de la tierra como

principales agentes de la producción”.

La formación de la riqueza

En otros párrafos del Sistema remarca que

hay tres elementos que concurren a la for-

mación de las riquezas:

1) Las fuerzas o agentes productores que

son el trabajo, la tierra y el capital;

2) Las formas de la aplicación de tales

fuerzas en: la agricultura, el comercio y la

industria.

3) Los productos

que resultaban de

la aplicación de

tales fuerzas. Es

menester, insistía,

en que se empiece

por salir de pobre

para tener hogar,

instrucción, gobier-

no, libertad, digni-

dad y civilización,

“pues todo esto se

adquiere y conser-

va por medio de

riquezas”.

En otros párrafos

del Sistema seña-

laba que la riqueza

importaba tanto a

la prosperidad de

la nación, como a la existencia de poder. Sin

rentas no hay gobiernos y sin gobierno, sin

población, sin capitales, no hay Estado.

La producción, la distribución y el consumo de riqueza

Dentro del contexto expuesto, el Sistema ha-

cia amplias referencias a las disposiciones de

la Constitución relacionadas con tres temas

centrales: la producción, la distribución y el

consumo de la riqueza. Respecto del primero

de estos temas, insistía en señalar que de los

tres agentes de las fuerzas de producción,

tierra, capital y trabajo, “se puede decir que

la Confederación solo posee el primero” y

que debe atraer los restantes.

Con referencia a la distribución, señalaba

que para “proteger mejor el fin social de la

riqueza” prefería la distribución libre a la

“distribución reglamentaria y artificial”.

En lo que se relaciona con el consumo, divi-

día al mismo en consumo privado y público,

respecto del primero aseguraba: “no tanto

que la riqueza pública sea grande, sino bien

distribuida, bien nivelada y repartida”. En

materia de gasto público debía asignársele

a la educación un papel importante.

el valor de las libertades civiles o económicas

Para cerrar esta breve exposición de las ideas

y propuestas de desarrollo planteadas por

Juan Bautista Alberdi, tanto en las Bases

como en el Sistema transcribimos seguida-

mente unos párrafos de las Conclusiones del

Sistema: “…deseo abundantísimas las liber-

tades civiles o económicas de adquirir, enaje-

nar, trabajar, navegar, comerciar, transitar y

ejercer toda industria, porque veo en nuestro

pueblo las aptitudes convenientes para prac-

ticarlas. Son practicables porque son accesi-

bles al extranjero que trae su inteligencia; y

son las más fecundas porque son llamadas a

poblar, enriquecer y civilizar a estos países.

e c o n o m í a

“La Constitución Federal Argentina contiene un sistema completo de

política económica, en cuanto garantiza por

disposiciones terminantes la libre acción del trabajo del capital y de la tierra

como principales agentes de la producción”.

(Juan Bautista Alberdi)

Page 53: Revista EMPRESA 194

Invierno 2009 Página 51

e m p r e s aref lexiones

la incongruencia del materialismo

alberto benegas lynch (h)

Alberto Benegas Lynch (h) es doctor en economía y doctor en Ciencias de dirección. Integra las Academias nacionales de Ciencias y de Ciencias económicas.

Reproducido del diario La Nación, Buenos Aires, (Agosto 20 de 2008). El artículo ha sido subtitulado.

Casi simultáneamente en la Universidad de

París IX (Dauphine), en la de Cornell, en la

London School of Economics y en Hoover

Institution se acaban de clausurar distintas

jornadas en diversos campos de investiga-

ción de muy diverso tenor e interés acadé-

mico. Muchas de las ponencias centrales

tienen en común manifestaciones inequívo-

cas de materialismo filosófico.

No se trata, claro está, de las preocupaciones

por los aspectos crematísticos de la vida. Se

trata de una tendencia que aflora cada vez

con mayor fuerza en distintas áreas, a veces

de modo explícito y, las más, de modo implíci-

to e incluso de manera inconsciente; es decir,

sin que necesariamente constituya un postu-

lado expreso de quien expone. Son premisas

que se encuentran tácitas en el razonamiento,

pero no siempre se exteriorizan de modo de-

liberado. Sin embargo, se trata del más crudo

materialismo filosófico referido a las caracte-

rísticas del ser humano, lo cual acarrea conse-

cuencias de gran relevancia para el significado

de la sociedad abierta.

Se han escrito ríos de tinta sobre este deba-

te tan medular, pero como he dicho antes,

sigo la fórmula que enseña que un artículo

periodístico -igual que la minifalda- debe

ser tan corto como para atraer la atención y

de un largo tal que cubra el argumento.

La incongruencia del determinismo físico

Me apresuro a escribir que el aspecto car-

dinal de esta controversia estriba en la

incongruencia de sostener que el hombre

está compuesto exclusivamente de kilos de

protoplasma, y que no hay tal cosa como

los estados de conciencia, la psique, la men-

te o el alma. Esta postura se conoce como

“determinismo físico”, y de ser correcta, no

tendrían lugar las ideas autogeneradas, no

sería posible revisar nuestros propios jui-

cios, ni habría tal cosa como proposiciones

verdaderas o falsas puesto que haríamos “la

del loro”. Estaríamos programados a decir

lo que decimos y a hacer lo que hacemos y,

por tanto, no habría libre albedrío o libertad

y, consecuentemente, no tendría sentido la

moral ni la responsabilidad individual.

Una de las tantas refutaciones al determi-

nismo físico se encuentra magníficamente

expuesta en el libro que lleva el sugestivo

título de El yo y su cerebro. Allí, el filósofo de

la ciencia Karl R. Popper y el premio Nobel

“Todo el andamiaje de la sociedad abierta se sustenta en la libertad del ser humano. En su capacidad de elegir y preferir entre distintas variantes, lo cual, desde luego, no

tiene sentido en el mundo del determinismo físico”, señala Benegas Lynch.

El autor comparte su visión crítica del materialismo enfatizando que todo el andamiaje de la sociedad abierta se sustenta en la libertad del ser humano. En su capacidad

de elegir y preferir entre distintas variantes. “El razonamiento y, por tanto, la verdad, suponen la libertad”, agrega.

Page 54: Revista EMPRESA 194

Página 52 EMPRESA Nº194

en neurofisiología, John C. Eccles, muestran

que no somos solo carne y hueso y que no

estamos determinados por los nexos cau-

sales inherentes a la materia; eso es lo que

nos distingue del resto de las especies cono-

cidas. Y lo dicho no tiene que ver con ser o

no ser religioso; Popper es agnóstico y sos-

tiene que los estados de conciencia emer-

gen en el contexto de un proceso evolutivo.

Lo que consig-

namos no debe

confundirse con la

noción de Laplace,

también refutada,

en cuanto a que el

universo es cerra-

do. Por el contrario,

la misma evolución

es consecuencia

de fenómenos no

previstos, e impre-

visibles debido a la

indeterminación

del universo, lo

cual es indepen-

diente del libre

albedrío en el ser

humano. Popper

explica en su artículo “Sobre nubes y relo-

jes” que si esto no fuera así, por ejemplo,

un físico experimentado, completamente

ignorante en temas musicales, al exami-

nar detenidamente el cuerpo de Mozart,

podría inferir y reproducir sus partituras e

incluso, si conjeturara modificaciones en

su alimentación (tipo la sustitución de po-

llo por pescado), podría componer música

que nunca creó Mozart.

Si preguntamos a un determinista físico

si podría argumentar en un sentido dis-

tinto al que viene haciendo, y contesta

por la afirmativa y procede en conse-

cuencia, estaría demostrado el libre albe-

drío. Pero si la respuesta fuera negativa,

no tendría sentido seguir la conversación

puesto que no habría posibilidad de razo-

namiento, de pensamiento propiamente

dicho ni de argumentación ya que solo

puede afirmar lo que está compelido y

programado a hacer, igual que una má-

quina (como ocurre con los correctores

automáticos). No hay debate con un de-

terminista físico, puesto que la discusión

supone libre albedrío.

La sociedad y la libertad del ser humano

Este tema no es una especulación filosófica

menor sino que, como hemos dicho, acarrea

consecuencias de envergadura para la sociedad

abierta. Si no hay libertad, no hay propósito

deliberado, no hay preferencias, valorizaciones

ni elección; en otros términos, no hay acción

humana, solo reacción del mismo modo que

ocurre en el reino animal, vegetal o mineral: a

cierto estímulo opera cierta reacción.

Eccles en su ensayo The Human Brain and the

Human Person escribe: “Es un error pensar que

el cerebro lo hace todo y que nuestras expe-

riencias concientes son simples reflejos de

la actividad cerebral, lo cual constituye una

visión filosófica común. Si eso fuera así, nues-

tros estados concientes no serían más que

espectadores pasivos de las actividades que

lleva a cabo el mecanismo neuronal del cere-

bro. Nuestra creencia de que realmente somos

capaces de adoptar decisiones y que tenemos

control sobre nuestras acciones, no serían

más que ilusiones [...]. Somos una combina-

ción de dos cosas o entidades: nuestro cerebro

por una parte y nuestras propia conciencia

por otra [...]. El cerebro nos provee, como per-

sonas concientes, de las líneas de comunica-

ción desde y hacia el mundo material”.

Es en verdad paradójico que, por ejemplo,

algunas de las teorías que en economía pre-

tenden explicar los fenómenos de la elec-

ción y de las decisiones parten de premisas

deterministas que, naturalmente, niegan la

posibilidad de que existan preferencias. En

buena parte de los estudios científicos se

parte de análisis behavoristas, en especial

sustentados en los trabajos originalmente

expuestos por Burrhus F. Skinner (esencial-

El materialismo no solo demuele

la dignidad del ser humano,

sino que esteriliza la muy benéfica

consecuencia bifronte del pluralismo

y el debate de ideas, tan fértil

e indispensable a efectos de reducir

nuestra colosal ignorancia.

ref lexiones

Page 55: Revista EMPRESA 194

Invierno 2009 Página 53

mente en su libro titulado Beyond Freedom

and Dignity) los que, entre otras cosas, han

tenido gran influencia en ciertas vertien-

tes del derecho penal ya que, según esta

corriente de pensamiento, nadie puede ser

castigado debido que cada persona estaría

compelida a hacer lo que hace y, en conse-

cuencia, no es responsable de su conducta.

John R.Lucas en The Freedom of the Will

escribe que “El determinismo no puede ser

verdadero, porque si lo fuera, no considera-

ríamos los argumentos de los deterministas

como reales, sino como reflejos condiciona-

dos [...]. Solo un agente libre puede ser racio-

nal. El razonamiento y, por tanto, la verdad,

suponen la libertad. Lo mismo acontece con

la deliberación y con la opción moral”.

Todo el andamiaje de la sociedad abierta se

sustenta en la libertad del ser humano. En su

capacidad de elegir y preferir entre distintas

variantes, lo cual, desde luego, no tiene sen-

tido en el mundo del determinismo físico. No

son pocos los profesionales que se declaran

partidarios del liberalismo y exponen con

gran enjundia y elocuencia esa perspectiva,

pero dan por sentadas las premisas sobre las

que descansa esa filosofía, sin considerarlas

y mucho menos escudriñarlas. Es así que se

ofrecen enormes espacios al materialismo

que demuele aquellas premisas una a una

y, con efecto dominó, socava y corroe todo el

referido andamiaje hasta convertirlo en una

mera etiqueta vacía de contenido.

En el ámbito de la psiquiatría, Thomas

Szasz, en prácticamente todas sus obras,

acomete contra la noción de la llamada

“enfermedad mental” al insistir en que la

enfermedad es un proceso interno degene-

rativo que al desarrollarse de tal modo pro-

duce lesiones orgánicas que afectan tejidos

y células; consecuencia de ese mal funcio-

namiento de la estructura corpórea. Sostie-

ne que no hay tal cosa como la enfermedad

de la psique, de las ideas, de los hábitos y

las conductas, lo que debe distinguirse de

los problemas químicos en el cerebro. Szasz

pone de manifiesto que enfermedades como

la tuberculosis, el cáncer o la escarlatina no

son asimilables a proyectos de vida que se

estiman desviados de la media, y que no es

pertinente corregir todo con medicaciones,

como las dirigidas a los neurotransmisores;

lo cual para nada niega los procesos de so-

matización.

En resumen, el materialismo no solo de-

muele la dignidad del ser humano, sino que

esteriliza la muy benéfica consecuencia

bifronte del pluralismo y el debate de ideas,

tan fértil e indispensable a efectos de redu-

cir nuestra colosal ignorancia.

Benegas Lynch (h): “Si no hay libertad, no hay

propósito deliberado, no hay preferencias,

valorizaciones ni elección; en otros términos, no

hay acción humana, solo reacción del mismo modo

que ocurre en el reino animal, vegetal o mineral:

a cierto estímulo opera cierta reacción”.

ref lexiones

Page 56: Revista EMPRESA 194

Página 54 EMPRESA Nº194

Ética

En el management, cada vez está más difundida

la convicción de que la calidad ética de la em-

presa depende, en último término, del talante

humano de quienes la integran y muy espe-

cialmente de sus directivos. Es evidente que

si todas las personas son responsables de sus

actos, el hecho de dirigir a otras conlleva una

carga mayor. Por tanto, la pieza clave en la ética

de la empresa es, sin duda, el conjunto de hom-

bres y mujeres que la dirigen. Es verdad que

sus subordinados son libres y pueden actuar

éticamente o no, a pesar de sus esfuerzos. Pero

dada su posición en la organización, el directivo

puede contribuir muy positiva o negativamente

al ambiente moral de la empresa y a la calidad

de las personas que colaboran en ella.

En efecto, a los altos ejecutivos les compete con-

ducir a la empresa hacia sus fines y guiar los

esfuerzos de todos para alcanzar esos objetivos

comunes, sin olvidar que dirigir implica gobernar

personas, es decir, seres libres. Con frecuencia, so-

bre ellos recae la responsabilidad de convertir los

valores propios de la empresa en los objetivos que

las personas quieran alcanzar individualmente.

Si un directivo tiene mucho ascendiente en-

tre sus empleados no necesitará usar una

presión coercitiva para que sus órdenes sean

cumplidas. Para conseguirlo es importantí-

simo dar ejemplo. Desde este punto de vista,

cobra especial relevancia la talla moral del

directivo. Puede decirse que ya han pasado

los tiempos en que se seguía al líder por lo

que él “sabía hacer”; en la actualidad se le

sigue por lo que “él es”, es decir, por su inte-

gridad de carácter, por sus convicciones mo-

rales, sus principios, por su coraje. Hoy más

que nunca se le pide al líder que sus valores

traspasen las paredes de la cultura organi-

Patricia Debeljuh

Licenciada en Relaciones Industriales (UADE). Doctora en Filosofía

(Universidad de Navarra). Profesora y Directora Académica del área

Responsabilidad Social Empresaria (UADE). Directora Académica de la

Asociación Latinoamericana de Ética, Negocios y Economía (ALENE).

“Etica Empresarial” (Cengage, 2009) es su último libro publicado.

Page 57: Revista EMPRESA 194

Invierno 2009 Página 55

La dimensión ética del liderazgozacional y refleje en sus actitudes que se

siente comprometido con ellos.

Como fruto de este compromiso, el directivo

tiene inevitablemente que plantearse un fin

personal, reconocer cuáles son sus valores

últimos y analizar si su conducta refleja una

coherencia entre esos ideales y su tarea di-

rectiva. A él le compete, en especial, unir la

voluntad de los hombres para la consecución

de propósitos más allá de los fines inmedia-

tos. El liderazgo, por tanto, hunde sus raíces

en la capacidad del directivo de vivir y trans-

mitir los valores. Si, a su vez, se pretende que

el líder eduque a otros en valores, es nece-

sario que él mismo esté entusiasmado con

ellos. Y esto sólo lo consigue quien los vive y

asume en su quehacer cotidiano.

En definitiva, al líder se le reclama una inte-

gridad que lleva a vivir con coherencia entre

aquello que sabe, lo que profesa y lo que, en

definitiva, hace. Esto tiene múltiples aplica-

ciones, por ejemplo: decir la verdad, cumplir

los compromisos y, sobre todo, ser fuente de

ejemplo mediante la práctica de acciones que

manifiesten los valores y creencias que se di-

cen seguir y admirar.

El directivo no podrá despojarse de esa

integridad porque los valores personales

influyen constantemente en la toma de de-

cisiones y reflejan las prioridades que se les

otorgan a la hora de determinar el curso de

acción a seguir. De esta manera, las decisio-

nes que tome no serán fruto o consecuencia

de su habilidad para los negocios, sino más

bien serán sus propios valores personales

los que inclinan la balanza ante las diversas

alternativas de acción.

De ahí que el liderazgo encierre una dimen-

sión ética imposible de soslayar. Cuando un

hombre de negocios quiere ser un auténtico

líder tiene que plantearse el desarrollo de sus

propias virtudes morales. No las necesita tan

sólo para ser una buena persona -como todo

ser humano-. Las necesita profesionalmente

porque sin ellas será incapaz de gobernar

con autoridad y, más pronto o más temprano,

acabará convirtiéndose en un tirano, sin más

instrumento de mando que el puro poder que

emana de un puesto jerárquico. Sin valores

morales acabará diseñando simples estrate-

gias oportunistas. Su organización no llegará

a ser nunca una empresa con misión, cuanto

mucho un grupo inestable de personas domi-

nadas únicamente por intereses individuales

temporalmente coincidentes.

Lo que un directivo no puede hacer es imponer

desde fuera el cumplimiento frío de los valores

corporativos. Lo que se espera de él es que sepa

conducir las motivaciones de cada persona

de acuerdo con los objetivos organizacionales.

Ningún programa de ética puede tener éxito sin

el enérgico liderazgo de la alta dirección y ésta

no puede garantizar altos niveles de conducta

en la organización sin la vigorosa aportación

personal, empezando por el buen ejemplo de

cada uno. Sólo así, con el compromiso de todos,

será posible que los valores corporativos de una

empresa presidan la vida de quienes se saben

interpelados por ellos.

Page 58: Revista EMPRESA 194

Página 56 EMPRESA Nº194

e m p r e s ae m p r e s a

Crisis y responsabilidad empresaria

Carlos g. garaventa

En el contexto actual, resultado de una economía de mercado sin valores éticos y con las consecuencias manifiestas en pérdida de puestos de trabajo, y en la caída del Producto Bruto, de la producción industrial y de las exportaciones e importaciones, Garaventa bucea en busca de respuestas a la crisis desde la responsabilidad empresaria.

El autor rescata los aportes de Bernardo Kliksberg, Amartya Sen y Joseph Stiglitz en la materia, y concluye que la empresa privada será un aliado clave que deberá replantear su agenda, incorporando la gestión ética y responsable como parte fundamental de la estrategia de negocios.

Carlos g. garaventa es doctor en Administración de empresas; Licenciado en economía y C.P.n. Profesor Titular en UCA. director Académico y Profesor de ReC y SMP del Cee de la Universidad de San Andrés. director de Molinos Río de la Plata S.A. director de Forética Argentina. director de la Revista empresa de ACde. Ha ocupado cargos gerenciales en Ledesma S.A.

La crisis financiera y económica iniciada

en los Estados Unidos y luego extendida a

todo el planeta ha puesto de manifiesto que

la gestión de negocios, en la que están au-

sentes los valores que sustentan el bien co-

mún, la ética y la responsabilidad, da lugar

a la destrucción de valor y a la corrupción,

codicia y a los actos de administración reñi-

dos con las buenas prácticas.

Bernardo Kliksberg en “Una Agenda re-

novada de Responsabilidad Empresarial

para América Latina en la era de la crisis”*,

sostiene que el detonante de la crisis fue

el caso AIG, que instaló el gran tema de la

responsabilidad social empresaria y la cri-

sis, a partir de preguntas que han generado

intensos debates sobre nuevas políticas

regulatorias en las principales economías

europeas, asiáticas y emergentes: ¿Cómo se

desplomó la economía americana, la mayor

del mundo, arrastrando en su caída a las

principales economías mundiales? ¿Cómo

pudieron desarrollarse durante años estas

burbujas que pusieron en riesgo los ahorros

de la gran mayoría de los americanos y de

las bolsas mundiales? ¿Qué factores las

posibilitaron y propiciaron? ¿Qué incidencia

ha tenido la RSE en la crisis? ¿Qué deben

pedir los ciudadanos a las empresas en ma-

teria de RSE?

Coincidimos en reconocer que la actual cri-

sis se origina en una economía de mercado

sin valores éticos y que sus consecuencias

se manifiestan en pérdida de puestos de

trabajo, y en la caída del Producto Bruto, de

la producción industrial y de las exportacio-

nes e importaciones. En síntesis, una fuerte

destrucción de valor.

Destaca Kliksberg que se han podido verifi-

car simultáneamente una serie importan-

te de fallas éticas: a) el Estado abandonó

su misión de proteger el interés colectivo

en campos estratégicos y, en nombre del

“fundamentalismo de mercado” –como lo

definió el Presidente de Francia, Nicolás

Sarkozy–, se dejó a la “autorregulación” de

los ejecutivos el comportamiento del mer-

cado “para-financiero”; b) la conducta de

esos mismos altos ejecutivos financieros

puso de manifiesto la presencia de “incenti-

vos perversos” que dieron lugar a la “codicia

desenfrenada”, tal como lo calificara el Pre-

sidente Obama; c) las graves fallas por los

Page 59: Revista EMPRESA 194

Invierno 2009 Página 57

sesgos de las agencias calificadoras de ries-

gos, que avalaron la generación de los ahora

llamados “activos tóxicos”. Todo un estilo de

cultura y comportamiento corporativo con-

trario a la idea de Responsabilidad Social

Empresaria.

Amartya Sen en su presentación sobre “El

papel de la ética empresarial en el mun-

do contemporáneo”*, manifestó que el

año 2008 se caracterizó por la presencia

de numerosas crisis: la de alimentos, la

petrolera y el deterioro de la economía

global, intensificada durante lo que va del

2009, que pone al mundo en riesgo de una

depresión tan intensa como la de 1930 y

que plantea dudas sobre la supervivencia

del capitalismo, y ubica al tema de la ética

empresarial dentro de este contexto. Los

más afectados son los habitantes que se

ubican en la base de la pirámide en sus

respectivos países, en Asia, África o Amé-

rica Latina.

La tecnología, el espíritu emprendedor, las

destrezas, el liderazgo y las buenas prácti-

cas comerciales, junto con sistemas fiscales

eficientes y la seguridad social, son factores

determinantes del éxito de una economía,

pero es imprescindible reconocer que este

depende también de una buena ética em-

presarial. Surge la cuestión sobre la natu-

raleza del capitalismo y la necesidad de

cambios en el modelo en busca de lo que se

está llamando “nuevo capitalismo”, que sea

capaz de generar credibilidad y recuperar la

confianza necesaria para que las personas

puedan concertar acuerdos, con la expecta-

tiva que serán cumplidos, donde no exista

la desigualdad en relación a la información

que disponen las partes -situación propi-

cia para la manipulación-, y donde se den

condiciones de intercambio basadas en la

transparencia en la rendición de cuentas y

en la buena voluntad.

Amartya Sen considera importante distin-

guir dos diferentes clases de conexión entre

la ética empresarial y el éxito económico. La

ética empresarial impacta en forma directa

en la empresa, pero también puede afectar

a otras personas, puesto que la ausencia de

comportamiento ético perjudica intereses

de terceros.

Impacta en forma directa a la empresa,

lesionando su reputación, cuando no res-

peta normas de buena ciudadanía o no da

un buen trato a sus empleados y clientes,

o cuando daña el ambiente, poniendo en

riesgo las condiciones de vida de las gene-

raciones presentes o futuras. Se lesionan así

en forma clara los intereses comerciales de

la propia compañía.

En cuanto a las conexiones indirectas, se

debe tener en cuenta la interdependencia

de intereses de diferentes empresas o ins-

tituciones y, aún cuando puede resultar

difícil identificarlas, se debe considerar el

impacto global que causan las transgre-

siones a la ética empresaria, debilitando la

economía y la existencia de las propias em-

presas e instituciones, por la “acumulación

de daños indirectos causados por las unas a

las otras”; tal como ha ocurrido en la actual

crisis que abarca todo el planeta.

Por su parte, Joseph Stiglitz en su diserta-

ción “La crisis económica global y las pers-

pectivas para América Latina”*, presentó

e m p r e s a

Garaventa: “La actual crisis se origina en una economía de mercado

sin valores éticos y sus consecuencias se

manifiestan en pérdida de puestos de trabajo, y en la caída del Producto Bruto,

de la producción industrial y de las exportaciones e

importaciones. En síntesis, una fuerte destrucción de

valor”.

*. Sesión Inaugural del I Programa Iberoamericano de Formación de Forma-dores en RSE, desarrollado por la “Red Iberoamerica-na de Universidades por la RSE”, 4 de mayo de 2009.

Page 60: Revista EMPRESA 194

Página 58 EMPRESA Nº194

reflexiones sobre los cuatro fenómenos que

enfrenta hoy la economía global.

El primero, el de

la crisis financiera

-para Paulson, so-

lamente un proble-

ma de confianza-,

en el que destaca

que los bancos

otorgaron malos

préstamos en un

mercado inmobi-

liario irreal, gene-

rando una “burbu-

ja” que, al reventar,

puso en evidencia

que las entidades

financieras tienen

hoy enormes pa-

sivos, a los que se

les está inyectando

dinero con relati-

vamente pocos resultados positivos.

El segundo es la crisis económica, porque la

economía comienza a tener un crecimiento

negativo con graves consecuencias sociales.

El tercer fenómeno se manifiesta en los

desequilibrios a nivel mundial a partir del

impacto de las exportaciones de hipotecas

tóxicas y de su caída económica, por parte

de los Estados Unidos.

El cuarto, constituido por los cambios es-

tructurales, más importantes en Estados

Unidos y Europa Occidental que en los paí-

ses en desarrollo.

Al respecto, según Stiglitz, hay que tener en

cuenta que la crisis se generó en Estados

Unidos, pero el dinero actualmente sale de

los países en desarrollo y vuelve a Estados

Unidos. Esto es como consecuencia de: a)

los diferentes grados de confianza en los go-

biernos; b) que las políticas económicas han

discriminado por mucho tiempo a los países

en desarrollo; c) que Latinoamérica y otros

países en desarrollo se verán afectados

por diferentes canales: flujos financieros,

primas de riesgo, flujos de comercio, fuga

de capitales, precios de materias primas y

alimentos. Destaca que el reciente creci-

miento de algunos países de Latinoamérica

se debió al incremento en el precio de los

commodities, pero piensa que este factor va

a disminuir, dado que el crecimiento de Chi-

na –gran consumidor de bienes primarios–

se está desacelerando (del 12% al 7,5%).

En cuanto a las consecuencias sociales de

la crisis, Stiglitz se refiere a la Seguridad

Social y los Programas de Contribución,

señalando que: a) mucha gente perderá sus

jubilaciones y sus ahorros; b) el desempleo,

que considera como una de las consecuen-

cias más importantes por su impacto en

el nivel de tensión social, con tasa mucho

más alta entre los grupos marginados, que

probablemente supere el 20%; c) los proble-

mas morales, manifestados en una serie de

temas que tienen que ver con los valores

y derechos, tal como el acceso a un seguro

médico, planteando una coyuntura en la

que están surgiendo temas sociales muy

importantes.

Termina reflexionando sobre algunas lec-

ciones generales, entre las que menciona:

que han habido cambios fundamentales en

la filosofía económica; que hay que dejar

que los bancos centrales se enfoquen en

la inflación y que busquen políticas para

atacarla; que el Departamento del Tesoro al

asumir activos tóxicos de los bancos lo ha

hecho de manera poco transparente y ha

expuesto a los contribuyentes americanos a

un riesgo muy alto; que los líderes del G-20

advierten que necesitan más regulaciones

sin volver al proteccionismo; que es necesa-

rio reformar la “globalización”, de modo que

tenga en cuenta que los países en desarro-

llo no tienen los recursos para implementar

políticas sociales y fiscales contra cíclicas.

Considera que es buen momento para revi-

sar los principios de la globalización, inclu-

yendo las instituciones mundiales y repen-

sar seriamente la arquitectura financiera

internacional.

e m p r e s a

La crisis financiera y económica ha

puesto de manifiesto que la gestión de

negocios en la que están ausentes los

valores que sustentan el bien común, la

ética y la responsabilidad, da lugar a la

destrucción de valor y a la corrupción,

codicia y actos de administración

reñidos con las buenas prácticas.

Page 61: Revista EMPRESA 194

Invierno 2009 Página 59

Algunas respuestas a la crisis desde la responsabilidad empresaria.

La actual crisis sobre la economía de Amé-

rica Latina está afectando los flujos de capi-

tal, exportaciones, turismo y fuentes de fi-

nanciamiento. Para el 2009, la CEPAL estima

un crecimiento del 1,9% y algunas fuentes

privadas anuncian una caída del PBI. El des-

empleo puede aumentar significativamente

en la región, incrementando como conse-

cuencia los índices de pobreza.

Serán necesarias políticas públicas capaces

de promover la inversión en infraestructu-

ra, transporte y energía. Al mismo tiempo

deberá promoverse el crecimiento de las

pequeñas y medianas empresas y fortalecer

la inversión en educación y salud.

La empresa privada será un aliado clave,

que deberá replantear su agenda, incorpo-

rando la gestión ética y responsable como

parte fundamental de la estrategia de ne-

gocios.

Como lo sugiere Bernardo Kliksberg1, en la

actualidad resulta imperioso que la empre-

sa privada en América Latina responda con

alto nivel de desempeño en temas como:

políticas de personal que respeten los de-

rechos de los integrantes de la empresa y

favorezcan su desarrollo; transparencia y

buen gobierno corporativo; juego limpio

con el consumidor; políticas activas de pro-

tección del medio ambiente; integración a

los grandes temas que hacen al bienestar

común; coherencia entre el discurso de res-

ponsabilidad empresaria y la práctica.

Desde hace unos años, y especialmente des-

pués de la crisis del 2001, se ha instalado

en nuestro país el debate sobre este tema.

Algunas empresas han comenzado a desa-

rrollar acciones concretas, pero se observan

evidencias contradictorias en el contexto

actual: creciente toma de conciencia sobre

su importancia y, simultáneamente, un

cierto grado de escepticismo sobre su apli-

cación real.

La gestión empresaria responsable debe

acercarnos a la Argentina que todos que-

remos: una Nación que pueda vivir en paz

y libertad, económicamente desarrollada,

con instituciones confiables y con una

cultura ciudadana basada en valores y

responsabilidad, es decir con una clara

conciencia sobre la importancia del Capital

Social como fundamento de la convivencia

y el respeto a la dignidad de la persona. Es

en este aspecto donde resulta indispen-

sable el compromiso de los empresarios.

Compromiso que debe manifestarse en

una gestión responsable en todos y cada

uno de los actos o cursos de acción asocia-

dos a la gestión empresaria y a la estrate-

gia, aplicando modelos de desarrollo soste-

nible, que permitan consolidar la confianza

en las instituciones, difundir la cultura

basada en valores, generar el desarrollo de

las personas, crear condiciones para re-

ducir la pobreza y la exclusión social y, si-

multáneamente, cuidar el medio ambiente,

teniendo en cuenta tanto las generaciones

del presente como las del futuro aseguran-

do, al mismo tiempo, la rentabilidad de la

empresa.

e m p r e s a

La tecnología, el espíritu emprendedor, las

destrezas, el liderazgo y las buenas prácticas

comerciales, junto con sistemas fiscales

eficientes y la seguridad social, son factores

determinantes del éxito de una economía, pero es imprescindible reconocer

que este depende también de una buena

ética empresarial.

1. “Una Agenda renovada de responsabilidad empre-sarial para América Latina en la era de la Crisis”. Inédito en publicación, presentado en I Progra-ma Iberoamericano de Formación de Formadores en RSE.

Page 62: Revista EMPRESA 194

Página 60 EMPRESA Nº194

Desde España

Gracias a la generosidad heroica de los

argentinos, Elvira Bossana (trasunto de mi

abuela materna), protagonista de la nove-

la La hija del ministro (Ed. La Esfera de los

Libros), junto a sus padres, sus hermanas

y algún sobrino de muy corta edad, pudo

abandonar Madrid, ciudad de odios cainitas

desde la proclamación de la II República

hasta el final de la Guerra Civil. Fue en el

puerto de Alicante donde esta familia Bos-

sana (faltaban unos cuantos miembros,

repartidos entre las fosas comunes y las

trincheras del ejército sublevado) consi-

guió, por la misericordia de las autoridades

argentinas, embarcarse en el torpedero

Tucumán; un barco que en mi casa siem-

pre despertó admiración y agradecimiento,

ya que de aquel suelo flotante, celeste y

blanco, surgió la garantía de que todos los

descendientes de mi abuela llegaríamos a

disfrutar un día del sol, que es el corazón

de vuestra bandera.

Durante el tiempo que he empleado en

esta aventura literaria, no he salido de mi

asombro al considerar no sólo los horrores

de una guerra, sino de que esa guerra se

produjese entre hermanos y vecinos, entre

compatriotas. Elvira Bossana, durante la

flor de su juventud, en vez de divertirse y

Miguel Aranguren

Escritor y artista plástico español. Colaborador para El Mundo, Telva,

el Correo y Alba, entre otros medios europeos. La hija del Ministro es su reciente y última novela publicada.

www.miguelaranguren.com.

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Invierno 2009 Página 61

La hija del ministroestudiar, se vio empujada por los aconte-

cimientos a la primera línea de una Espa-

ña dividida, en la que se gestó una de las

más dramáticas persecuciones religiosas

de toda la Historia. Sus ojos adolescentes

fueron testigos de desapariciones, juicios

sumarísimos y asesinatos justificados por

la causa revolucionaria. Su propia vivienda

fue asaltada mientras su padre purgaba

el delito de mantenerse fiel al Rey en una

checa estalinista, donde sufrió todo tipo de

vejaciones. Aquella vivienda que había sido

hogar feliz para doce hijos y el remanso

que buscaban los amigos transformó sus

salones y habitáculos en oscuros cuartos de

tortura. La ley y el orden habían desapare-

cido de Madrid, convertida en capital de la

anarquía y la brutalidad.

Me he preguntado muchas veces, gracias

a La hija del ministro, qué se necesita para

que un país caiga por el tobogán aciago

de una guerra civil, de un enfrentamiento

sin cuartel entre personas que, hasta hace

bien poco tiempo, se respetaban y hasta

se manifestaban aprecio por compartir

historia, suelo y bandera. Y los hechos me

responden que es demasiado fácil empujar

las pasiones del hombre: que basta la irres-

ponsabilidad de quienes nos gobiernan, o

de quienes ejercen la oposición política,

para desviar el impulso común, con el que

pretendemos que la sociedad avance, para

transformarlo en un odio sorprendente ha-

cia quienes se estigmatiza con proverbial

capricho. En el caso de la España de los

años treinta, aquel estigma cayó sobre la

Iglesia católica. Fue como si algunos repu-

blicanos necesitaran de un monstruo en

el que verter todas sus pesadillas. Por eso

ardieron con saña tantos templos y tantas

obras artísticas de carácter sacro. Por eso,

el martirologio se multiplicó con miles de

hombres y mujeres que ofrecieron el per-

dón como respuesta a tales agravios.

Todo gobierno precisa conocer con fineza

los resortes de la naturaleza humana. Y la

Historia, en este sentido, es la mejor maes-

tra. Nadie puede jugar con los sentimientos

básicos de la gente. Patria, libertad, vida y

familia son realidades muy delicadas, de

cariz sagrado, con las que no conviene ha-

cer experimentos de alquimia.

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Página 62 EMPRESA Nº194

e m p r e s as o c i e d a d

Contra el igualismo

teófilo gonzález vila

Teófilo gonzález vila es doctor en filosofía. Fue director general de Coordinación y de la Alta Inspección del Ministerio de educación y Cultura de españa. Catedrático de Filosofía y escritor.

La palabra igualismo no está en el Dicciona-

rio. No la busque. Pero me parece necesaria

para designar la realidad a la que la aplico.

Llamo igualismo a la “doctrina” o posición

según la cual la igualdad constituye un bien

absoluto en todos los ámbitos, planos y re-

laciones, en todo momento y lugar, en todos

los aspectos y circunstancias. El igualismo,

en su reverso, condena de manera absoluta

y a priori cualquier desigualdad y, dentro

de este engrudo conceptual, considera que

toda diferencia es injusta desigualdad.

Igualista será, obviamente, el defensor o la

defensora del igualismo.

Pronunciarse contra el igualismo no es,

pues, pronunciarse contra la igualdad sin

más, sino contra una falsa concepción de

la igualdad, la que la convierte en un va-

lor absoluto. Cuando el carácter absoluto

de un valor, en este caso el de la igualdad,

constituye un verdadero dogma (laico) del

pensamiento oficial (y mediáticamente do-

minante), nadie se atreverá a hacer pregun-

tas, distinciones y precisiones que puedan

ponerlo en cuestión. Y, quienes están en

determinados puestos y circunstancias se

manifestarán especialmente fervorosos al

proclamar y defender tal dogma, no sea que

resulten sospechosos de herejía si no ponen

en el empeño particular entusiasmo.

En cierta ocasión, al comenzar una charla

ante un auditorio, en el que, me sospecha-

ba, había bastantes “igualistas”, dije: “Yo

no estoy de acuerdo en que todos seamos

iguales. La prueba de ello está en que todos

ustedes son más altos, guapos y listos que

yo”. No cayó mal la observación. No tenía

que ser verdad en todos los casos. Pero bas-

taba lo dicho para hacer caer en la cuenta

de algo tan sencillo como que la igualdad

será una realidad y un bien en unos casos y

no lo será en otros.

Sustancialmente iguales y accidentalmente diferentes

Luego expuse una doctrina que me parece

fundamental en relación, concretamente

con la igualdad de las personas. Según la

única concepción de persona en la que

puede fundamentarse una convivencia en

verdad humana, la misma ética común

de la justicia y de la democracia, todas

las personas somos sustancialmente

iguales, en cuanto poseemos las mismas

notas esenciales que determinan a un ser

personal; esto es, dotado de inteligencia-

voluntad-libertad. Y somos, en cambio,

accidentalmente diferentes. En el sentido

que aquí resulta adecuado, lo sustancial

es más importante que lo accidental. En lo

sustancial somos iguales, de igual digni-

dad, merecedores de igual consideración y

respeto; por muchas y llamativas que sean

nuestras diferencias accidentales (muy

llamativas son las diferencias accidentales

entre la persona que está tirada en la calle

y la que pasa rodeada de escoltas en un

lujoso coche). Esas diferencias no impiden

la igualdad en su dignidad de personas. Lo

triste del caso está en que lo que se ve y

llama la atención son las diferencias acci-

dentales y tratamos a las personas precisa-

mente según esas diferencias.

Muchos y muchas “igualistas”, que se llenan

la boca de igualdad, no solo no respetan la

igualdad sustancial de todas las personas,

sino que llegan a negarla descaradamente en

aquellas que les resultan extrañas, desagra-

dables, molestas, por causa de diferencias

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accidentales o por las circunstancias externas

en que se encuentran. Esas circunstancias,

por las que no se tiene la misma considera-

ción y respeto a todas las personas, son muy

diversas y varían en importancia: la falta de

higiene, de belleza, de salud, de saberes, el

aspecto raro, la lengua extraña… Hay quienes

llegan a negar sin más la condición esencial

de personas y a considerar sencillamente

eliminables a aquellos cuya diferencia acci-

dental más notoria consiste en estar en una

determinada fase de la propia existencia per-

sonal (la prenatal, la terminal…).

La inmoralidad y la estupidez

Por eso es importante formular claramente

y tener siempre presente la siguiente tesis:

Negar las diferencias accidentales entre

las personas (p.ej.: estatura, color, belleza,

dinero, posición social) por el hecho de que

sean sustancialmente iguales, es el colmo

de la estupidez. Pero negar la igualdad fun-

damental entre las personas por el hecho

de que sean accidentalmente diferentes es

el colmo de la inmoralidad.

A veces la inmoralidad y la estupidez van

juntas. Es más, tengo para mí que una

de las armas más poderosas que mane-

ja con mayor frecuencia el anticristo es

precisamente la estupidez; la estupidez

radicalmente inmoral que supone negar la

realidad. Y cuando digo “realidad” no me

refiero a la que el cínico dice que hemos

de ajustarnos para ser realistas -aunque

sea la realidad a la que se refiere Mounier:

el injusto desorden establecido- sino a la

realidad en el sentido que tiene para Zubiri.

Y añado: Estar contra la realidad es estar

radicalmente contra el Creador y su Cristo.

Hoy hay muchos y muchas “igualistas” que

están, por lo que se ve, “enfadados” con

el Mundo y rabiosamente empeñados en

corregir sus deficiencias (las del Mundo),

por ejemplo: las diferencias sexuales y sus

consecuencias. Y como empeñarse en co-

rregir el mundo es empeñarse en corregir la

realidad de la Creación, es por eso que tal

igualismo inmoral y estúpido es un exce-

lente peón del anticristo. ¡No al igualismo!

¡Sí a la realidad, a la verdad, a la igualdad

sustancial de todas las personas en su igual

dignidad!

s o c i e d a d

Negar las diferencias accidentales entre las personas (p.ej.:

estatura, color, belleza, dinero, posición social)

por el hecho de que sean sustancialmente

iguales, es el colmo de la estupidez. Pero negar la igualdad fundamental

entre las personas por el hecho de que

sean accidentalmente diferentes es el colmo de

la inmoralidad.

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Página 64 EMPRESA Nº194

oración por la patria Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.

Nos sentimos heridos y agobiados.

Precisamos tu alivio y fortaleza.

Queremos ser nación,

una nación cuya identidad

sea la pasión por la verdad

y el compromiso por el bien común.

Danos la valentía de la libertad

de los hijos de Dios

para amar a todos sin excluir a nadie,

privilegiando a los pobres

y perdonando a los que nos ofenden,

aborreciendo el odio y construyendo la paz.

Concédenos la sabiduría del diálogo

y la alegría de la esperanza que no defrauda.

Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,

cercanos a María, que desde Luján nos dice:

¡Argentina! ¡Canta y camina!

Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.

Amén.

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