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199 ¡ARGENTINA… DESPIERTA! Editorial LA COORDINACIÓN ENTRE LO PÚBLICO Y LO PRIVADO COMO DESAFÍO PARA LA SOCIEDAD Eduardo Fracchia LA OMNIPOTENCIA DEL ESTADO ES LA NEGACIÓN DE LA LIBERTAD INDIVIDUAL Juan Bautista Alberdi EMPRESA Primavera 2010

Revista EMPRESA 199

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Nº 199 de la Revista EMPRESA de ACDE - Primavera 2010

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Primavera 2010 Página 1

199

¡ArgentinA… despiertA!

Editorial

LA coordinAción entre Lo púbLico

y Lo privAdo como desAfío pArA

LA sociedAdEduardo Fracchia

LA omnipotenciA deL estAdo

es LA negAción de LA LibertAd

individuALJuan Bautista Alberdi

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EMPRESAP r imave r a 2010

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SUMARIOEMPRESA

Tarifa ReducidaConcesión Nº 1453

Franqueo PagadoConcesión Nº 1277

Número 199Septiembre/Octubre/Noviembre 2010

Publicación de ACDE Buenos AiresAsociación Cristiana de Dirigentes de Empresa

Afiliada a la Federación ACDEUNIAPAC de Argentina

directorEduardo Aceiro

consejo de redacciónEduardo Alsina

Celso Enrique ArabettiPablo BevilacquaTomás Donovan

Carlos GaraventaRodrigo Goñi Moreno

Héctor Mario Rodríguez

consejo editorialAdolfo AbláticoLuis M. Bameule

Enrique Del CarrilHoracio Diez

Gabriel Mayor

editorEduardo Otsubo

Asistente de direcciónPatricia D’Agostino

premio santa clara de Asís 2002

Los artículos reflejan el punto de vista del autor y no necesariamente

el de ACDE

Registro Propiedad Intelectual 731.023Precio del ejemplar: $12.- (S/envío postal)

suscripción por 4 números(cuatro números, incluye envío postal) Buenos Aires, Interior: $ 80.- Países Limítrofes: U$S 60.- Resto de América: U$S 70.- Europa: U$S 80.- Suscripción estudiantes: $ 50.- Suscripción donación: $ 200.-

Publicación propiedad de ACDE Buenos Aires

Bolívar 425 - (C1066AAI) Buenos Aires

República ArgentinaTel./Fax: (54 11) 4331-0251

E-mail: [email protected]

5 Editorial ¡Argentina…despierta!

6 Reportajes Carlos Custer el trabajo es el gran desafío

de la sociedad moderna

14 Opinión La libertad de prensa Claudio Escribano

16 Sociedad La Argentina y el bicentenario:

los liderazgos ausentes Carlos Pérez Llana

27 Sociedad ¡Argentina; siempre por-venir! Sergio Bergman

30 Economía Las regulaciones en el sector de los alimentos

¿Por qué faltó manteca en las góndolas? Ezequiel de Freijo

36 Economía La economía de la miseria

Los “Términos del Intercambio” no lo explican todo Jorge Hayzus

40 Sociedad ¿oferta o demanda? Ernesto Rey

42 Economía La coordinación entre lo público y lo privado

como desafío para la sociedad Eduardo Fracchia

47 Sociedad riesgo, corto plazo

y calidad de las instituciones Tomás Aberastain

50 Política La omnipotencia del estado

es la negación de la libertad individual Juan Bautista Alberdi

56 Desde España La patria Miguel Aranguren

58 Empresa una nueva corriente:

buen negociador y buen tipo Francisco Ingouville

61 Del archivo La empresa frente al desempleo Pierre de Calan

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¡Argentina…despierta! “…Conozco tus palabras y que no eres ni frío ni caliente; mas porque eres tibio,

y no eres caliente ni frío, estoy para vomitarte de mi boca”.

(Carta a la Iglesia de Laodicea; Apocalipsis 3, 14-16)

Somos la “Argentina del sapo en el agua caliente” que se va cocinando hasta morir sin reac-cionar ante la certeza del peligro. Lentamente, nos acostumbramos y aceptamos lo que nadie con sentido común y espíritu de supervivencia debe conceder. Es así como nuestra indiferen-cia es el caldo de cultivo para que el narcotráfico y la violencia que genera se hayan instalado en la Argentina como una infección cancerígena, conmoviéndonos un día con un episodio de crimen y violencia inusitada que, pronto, es relegado hasta que aparece otro hecho similar que nos sobresalta, pero no nos saca de la inaceptable pasividad.

La experiencia vivida en otros países latinoamericanos debería servirnos para comprender hacia dónde lleva el flagelo del narcotráfico. En Colombia, desde mediados de los años 60, la pobreza y desigualdad facilitaron la alianza entre la guerrilla y el negocio de la droga, con su ola de asesinatos y secuestros extorsivos, que derivó en el control de una parte importante del territorio del país por estas organizaciones terroristas, convirtiéndolo en uno de los más violentos del orbe y con creciente corrupción sistémica. El resultante clima de negocios para-lizó la inversión, y la economía sufrió considerablemente. Colombia, con bajo consumo, llegó a ser el primer país productor de cocaína, destinada a EE.UU.

A comienzos de esta década, el Gobierno de Colombia tomó la firme decisión política de erradicar el flagelo. Con la ayuda de EE.UU., dentro de la legalidad, y manteniendo la estabilidad democrática, emprendió una guerra frontal contra el narcotráfico utilizando las fuerzas armadas y de seguridad. Los efectos de esa decisión no se hicieron esperar y, desde 2002, la inversión aumentó un 50% a me-dida que disminuye la violencia y el Gobierno recupera territorio y mejora la seguridad.

La retirada de Colombia llevó a que, en Méjico, los carteles de la droga se arraigaran y prospera-ran con el tráfico de cocaína. La guerra entre estos por el control territorial y del lucrativo negocio de tránsito de drogas a EE.UU., frente a una actitud pasiva del Gobierno, generó creciente violen-cia, inseguridad, control narco de una parte del territorio del país y el aumento de la corrupción. Allí también, en 2006, el Gobierno inició una guerra contra el narcotráfico con sus fuerzas arma-das y de seguridad. La respuesta del crimen organizado fue más brutal y violenta con abundante utilización de sicarios asesinos, armamento pesado, inteligencia y técnicas cada vez más sofistica-das, lo cual acrecentó la inseguridad de la ciudadanía.

En Río de Janeiro, donde las favelas eran controladas por los narcos, el Gobierno -dentro de una política integral de lucha contra el crimen organizado- ha iniciado un lento pero firme proceso de pacificación de estos asentamientos, primero combatiendo con dureza para eliminar los narcotra-ficantes y puntos de ventas mediante la utilización de la Policía Militar de élite, para luego continuar la acción mediante cuerpos de Policía Pacificadores, independientes y no contaminados. Ello se refleja en una tarea comunitaria de apoyo a los vecinos, junto con la realización de obras de infra-estructura que implican más salud, más educación y el fomento del empleo.

¿Qué hacemos en la Argentina? Hace diez años consumía droga sólo el 1% de la población y éramos un país de tránsito. Hoy, no sólo somos un punto de tránsito “fácil” y de “bajo

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riesgo”, sino que, además, nos hemos convertido en un país de producción y consumo no sólo de cocaína, sino también de drogas sintéticas y del devastador “paco”, que rápidamente destruye el cerebro de nuestros niños y jóvenes. Además, somos un país de “fácil” lavado de dinero pues no respetamos la normativa del GAFI, organismo mundial que tiene por objeto su combate. Ofrecemos un “combo” de pobreza, marginalidad, clientelismo, inseguridad e impunidad, atractivo para los narcotraficantes desplazados de otras naciones cuyos carteles, con su secuela de violencia y fomento del sicariato, ya están presentes en nuestro territorio. O sea que, a diferencia de otros países latinoamericanos, aquí tenemos todo: el consumo, el tránsito, la producción y la instalación de los grandes carteles con sus enfrentamientos y sus vínculos con la corrupción y el poder.

Somos ingenuos. Dentro de esta preocupante realidad hemos despenalizado el consumo de drogas invocando principios plausibles de defensa del derecho a la privacidad. Pero esta medi-da -que en países más organizados puede ser opinable- se torna en una realidad patética y no es parte integral de una política de combate al flagelo, que incluya la prevención y la represión legal. Hoy todas las estimaciones coinciden en que los porcentajes mencionados se han incre-mentado significativamente, a punto tal que nuestro país está considerado el de mayor consu-mo per cápita de cocaína de América Latina -el segundo a nivel mundial- y el primero entre los países latinoamericanos en el consumo de marihuana. El 47% de los varones en barrios preca-rios, la primera línea de acción del narcotráfico, consumen “paco” con un incremento del 200% en dos años. Y las villas crecen; la “31” ha duplicado su tamaño desde el 2001.

La experiencia dice que el narcotráfico es una máquina de multiplicar daño y violencia, de descerebrar y matar a nuestros jóvenes y de destruir el tejido social. Si llega a tornarse en narcoterrorismo, ya no respetará la vida de nadie y demolerá todo atisbo de seguridad física para pobres y ricos. El lavado de dinero copará toda la actividad productiva con prácticas ex-torsivas asfixiantes y la inmediata corrupción de los Poderes del Estado, la Policía, el Servicio Penitenciario y al ciudadano común.

Es un enemigo cuyas principales armas no son las balas, sino el dinero que compra debilida-des y multiplica víctimas silenciosas para la droga; que desarrolla una epidemia -devenida en pandemia- de la cual no se vuelve con facilidad pues, como un cáncer galopante desemboca en metástasis que crece y se multiplica en todo el tejido social.

Esta tragedia no se limita al daño físico y mental de la víctima o a su, cada vez más frecuente muerte. Al igual que en otras adicciones, invade la familia y las amistades; todos entran en el círculo siniestro que rodea al drogadependiente pues genera más y más dependencia, pro-voca imitación como ninguna otra enfermedad social, y desarrolla violencia sin límites que no repara en los vínculos sociales y familiares. Las familias de las víctimas del narcotráfico saben poco o nada sobre qué hacer, se aturden o se esconden en el problema; “el sapo se acos-tumbra al agua hirviendo”; la violencia doméstica también aparece; todo se mezcla en una hecatombe que además copa barrios, donde la falta de esperanza o de guía, de ejemplo o de sanción construye marginalidad creciente y fortalezas para el narco-crimen organizado.

Prosperan así revendedores, también esclavos de la droga, que actúan en lugares bajo la máscara de la diversión y el entretenimiento, y alojan tráfico continuo y creciente. Así el fe-nómeno de un remedo malévolo de la economía de mercado aplica sus principios mediante acciones para aumentar el consumo, eliminar violentamente competidores, eludir barreras aduaneras y permitir el tráfico internacional de la maligna mercancía, con apoyo en un país totalmente contaminado.

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La falta de decisión política, el vacío institucional de un Estado ausente, fronteras porosas, pistas clandestinas, escasa o nula radarización, cuestionados controles fronterizos y de ae-ropuertos, falta de equipamiento a la altura del enemigo, programas harto insuficientes e inconstantes de prevención lleva a que hoy, en muchos ciudadanos, surge la sospecha de una perniciosa relación entre el narcotráfico y la política. Este estado de ánimo solo podría disiparse si se definiera una política de Estado integral, con una firme decisión y voluntad de llevar adelante una guerra sin cuartel a este flagelo. La fuerza sin decisión política y justicia es impotente; de nada sirve actuar si el delito sale rápidamente por otra puerta, si los millones acumulados por el narcotráfico no fuesen muchas veces una enorme caja chica para reclutar y comprar espacios de impunidad o de seguridad, para infectar y vender más enfermedad, más carcinógenos.

Una política de estado implica elaborar y poner en marcha un plan coordinado e integral para reprimir con la ley la delincuencia organizada. Es necesario afectar Tribunales y Fiscalías, que actúen en forma vinculada en todo el país, dotándolos de medios humanos y materiales que le den agilidad y rapidez a la investigación, y juzgamiento de este tipo criminal que rompe las formas tradicionales por el poder económico que lo sustenta y la violencia que desarrolla. Esos órganos jurisdiccionales deben contar con el apoyo y la subordinación de una policía científica especializada, bien paga y dotada de medios adecuados para la prevención, investi-gación y represión firme dentro de la ley enmarcada en un sistema ágil de cooperación inter-nacional. También el plan debe propender a la reforma del sistema carcelario y de los institu-tos de internación y tratamiento a los adictos, a fin de asegurar el aislamiento de los jefes de los carteles y la rehabilitación de los delincuentes menores y los adictos.

A los efectos de provocar la decisión y contribuir a poner en marcha un plan como el que co-mentamos, nos toca como dirigentes una importante misión. Despertarnos, ayudar a otros a despertar, erguirnos y reclamar la firme decisión política, y la acción de la fuerza y de la justicia incorruptible, decidida, sabedora que esto no es una batalla sino una guerra larga y brutal contra este Jinete del Apocalipsis que es la droga. Como cristianos, empresarios, dirigentes sociales y ciudadanos no podemos callar nuestras voces; por el contrario, debemos ser agentes provocado-res de unión y apoyo a quienes tienen la misión de desarticular la propagación de la tragedia.

Los empresarios conocemos los gigantescos costos, en vidas y recursos, de la inseguridad y la extorsión, provocados por el pésimo clima de negocios que genera el crimen organizado del narcotráfico y narcoterrorismo. La durísima experiencia de Colombia, desde los años 60, es un ejemplo claro que debemos tener presente.

ACDE y sus socios precisan cerrar filas con autoridades, líderes de la comunidad y organiza-ciones que estén dispuestas a contribuir en la elaboración de un plan integral necesario para dar esta batalla. Inteligencia, determinación y valor debe ser nuestro aporte y compromiso quizás por los próximos 10 años.

Un primer logro alentador ha sido la sanción, a fines de 2009, de la ley de educación y pre-vención sobre el consumo de drogas generada en el marco del Programa “Habitantes a Ciudadanos”, con la participación de reconocidas entidades empresariales, financieras, rurales, obreras, académicas y de ONGs, incluidas ACDE y Credos. Lamentablemente, esta ley aún no cuenta con su debida reglamentación para su implementación, lo cual nos enseña que el esfuerzo no debe limitarse a la sanción de nuevas leyes porque muchas ya existen, sino a que las mismas sean aplicadas por organismos renovados y preparados para esta nueva realidad, que es la delincuencia organizada del narcotráfico.

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r e p o r t a j e s

Graduado en Ciencias del Trabajo (Bruselas). Miembro

del Consejo Directivo Nacional de ATE. Fue diputado nacional y

Embajador argentino en el Vaticano.

Coordinador Nacional de la

Constituyente Social. Delegado argentino

al “FORO Consultivo Económico y Social”

del MERCOSUR y Miembro del

“Pontificio Consejo de Justicia y Paz”, y del CARI. Consejero Internacional de la

CTA.

El trabajo es el gran desafío de la sociedad moderna“El trabajo es el instrumento clave para el desarrollo, tanto personal como colectivo”, señala Carlos Custer, durante la entrevista concedida a EMPRESA. Frente la realidad de una sociedad que pareciera segregar a los desocupados como parte normal de su vida, Custer adhiere a la necesidad de recrear nuevas formas de trabajo. Sus palabras se sostienen en el convencimiento de que si no se resuelve esta problemática, no podremos consolidar una sociedad democrática viable.

El perfil de sindicato y del líder gremial, la necesidad de una mayor responsabilidad individual y colectiva, el concepto de desarrollo integral, la problemática del trabajo y la pobreza, y el aporte que la visión cristiana puede dar a la persona del dirigente sindical fueron las cuestiones centrales sobre la que giró este encuentro.

carlos custer

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Emergente de una corriente sindical, forja-da en su compromiso social junto a Mons. Jorge Novak, la presencia de Custer juega un rol protagónico en la organización y crecimiento de la CTA. Y su tarea se pro-yecta en el plano nacional e internacional como un referente en el mundo laboral. Graduado en Ciencias del Trabajo, en Bru-selas, fue secretario general de la Confe-deración Mundial del Trabajo, acompañado por el propio Lech Walesa, y embajador argentino en el Vaticano. Para los que formamos parte de ACDE, este dirigente gremial guarda el testimonio del contacto personal y de trabajo con Enrique Shaw, en Cristalerías Rigolleau.

Nos recibió en la sede de la asociación de Trabajadores del Estado, de la avenida Belgrano, en el barrio de Congreso. Su amabilidad y calidez se complementa con el entusiasmo que despierta cuando se pone en debate el papel del sindicato, el valor de los trabajadores y la necesidad de una política de desarrollo a nivel país.

Custer, mucho se habla de una necesa-ria diferenciación entre política sindicial y sindicatos politizados. ¿Cuál es su mirada al respecto?

Custer: - Creo que por política debe enten-

derse todo lo relativo al bien común, a la

problemática de la sociedad. Por lo tanto,

los sindicatos no deben tener sólo una

visión corporativista, ni deben ser correa

de trasgresión del gobierno, de los partidos

políticos o de los empresarios. Y aquí se

marca la diferencia entre lo que es política

con mayúscula y partidismo.

¿Qué perfil de sindicato demanda la socie-dad argentina?

- El sindicato debe responder a los intereses

corporativos de sus miembros, es su prime-

ra obligación, pero también a aquellos que

no tienen trabajo –como, por ejemplo, los

jubilados- porque es, ante todo, una organi-

zación de la clase trabajadora. Y tiene que

actuar en función de una visión global de la

sociedad.

Es misión del sindicato responder a los

principios de la justicia social, de la solida-

ridad y, también más especificamente, a los

valores e intereses de los trabajadores. Debe

asimismo tener capacidad de diálogo y de

concertar con los distintos sectores sociales

en función del desarrollo del bien común.

No hay que reducir al sindicato a que sea

sólo una máquina de reivindicaciones so-

ciales, porque eso es una visión muy corpo-

rativista. Es su principal preocupación, pero

no la única obligación.

¿Cómo se entiende esto?

- El sindicalismo ha atravesado a lo largo

de su historia circunstancias muy diversas.

En muchas épocas, por ejemplo, su objetivo

principal era defender la democracia y los

derechos humanos, y no tanto defender los

salarios. A pesar de las diferentes circuns-

tancias, el sindicato siempre ha sido una

herramienta de progreso social, de justicia y

de solidaridad.

r e p o r t a j e s

Custer: “No vamos a cambiar todas las cosas

si no ayudamos a que cambie el hombre. Pero

tampoco el cambio individual del hombre,

si no es fuerte, intenso, comprometido, va a

cambiar las reglas de la sociedad. Y nosotros

tenemos que hacer ese esfuerzo: cómo impulsar

esta responsabilidad personal y colectiva”.

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Página 8 EMPRESA Nº199

Las sociedades democráticas de mayor de-

sarrollo se han constituido, en parte, gracias

al movimiento sindical. No olvidemos que

los mártires de Chicago, por los que cele-

bramos el 1º de mayo, fueron ahorcados por

reivindicar las 8 horas de trabajo.

Entonces, el sindicato siempre ha sido un

factor de progreso social y de equilibrio

al poder económico dominante, luchando

históricamente contra la explotación y la

injusticia.

¿Y si tuviera que definir el perfil de dirigente sindical?

- Lo primero que tiene que hacer el diri-

gente sindical es instaurar la democracia

en su organización, luchar para la toma de

conciencia de sus representados y, a su vez,

ser un legítimo representante de los traba-

jadores que se están organizando.

También debe capa-

citarse. El dirigente

debe conocer de

presupuestos na-

cionales, de políti-

ca, de distribución

de la renta, de la

problemática de las

exportaciones, de

la competitividad…

Esto es imprescindi-

ble para que pueda

cumplir bien su rol

y defender a los tra-

bajadores. Y siem-

pre agrego algo no

menor: tiene que ser un ejemplo en cuanto

a su conducta y a la coherencia porque, pre-

cisamente, es él quien se erige en defensa

de los más débiles y más pobres.

Nosotros tuvimos un gran dirigente, Ger-

mán Abdala, quien decía: “El problema más

difícil es vivir como se habla”. Uno no puede

predicar discursos de la nueva sociedad y

de una nueva economía, y tener negocios

en la trastienda.

¿Cómo avanzar en el fortalecimiento de un movimiento sindical distinto cuando no se reconoce siquiera -como es el caso de la CTA- su personería gremial?

- La negativa del actual gobierno, o de los

gobiernos anteriores, de negar la personería

jurídica gremial a la CTA es un gravísimo

error. Esto viola los Convenios de la OIT

sobre organización sindical y libertad de

asociación, que nuestro país está obligado a

cumplir porque está suscripto a esta organi-

zación internacional.

Que además son convenios incorporados

a la Constitución Nacional, a partir de la

reforma del 94. Por eso el gobierno argenti-

no está en falta, porque niega la personería

jurídica gremial en función de una ley, que

es anticonstitucional porque contradice los

Convenios Internacionales, los Convenios

de las Naciones Unidas y de los Estados

Americanos.

El artículo 14 bis de la Constitución asegura

el libre ejercicio y la libertad sindical sin

ningún tipo de discriminación. De hecho, el

Ministerio de Trabajo, al entregar personería

jurídica a algunas entidades y a otras no,

se guarda una serie de poderes al priorizar

una organización contra otra. Lo que ha

hecho esto es que la CGT se oponga a que

le den personería gremial a la CTA y que el

Gobierno no acceda; a pesar de que la CTA,

con todos los padrones al día, tiene hoy

1.400.000 afiliados.

Pero la Corte Suprema de Justicia ha dado ra-zón a la CTA en su reclamo por la personería...

- Ciertamente. Como la Corte ha reconoci-

do los derechos fundamentales de la CTA,

más allá de que el Gobierno no le otorgue

la personería, la Central, si bien no tiene

todavía derechos en la negociación colecti-

va, puede actuar casi en plenitud como si

la tuviera.

Vivimos en este tiempo, una suerte de discusión semántica y mediática acerca del

r e p o r t a j e s

No hay que reducir al sindicato

a que sea sólo una máquina

de reivindicaciones sociales porque

eso es una visión muy corporativista.

Es su principal preocupación,

pero no la única obligación.

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progresismo social y de las políticas que profundizan este modelo…

- A mi me sorprende la preocupación por

este “progreso social” en un país donde

existe una injusta distribución de los

ingresos. Pese al crecimiento en la renta-

bilidad del país, ha aumentado la brecha

entre los pobres y los ricos. La décima

parte de la población se queda con el 38%

de los ingresos. Y el decil más pobre no

llega a recibir el 3% de los ingresos. Esto

es casi inexplicable: ¿Por qué en un país,

que crece económicamente, se agranda la

brecha entre ricos y pobres?

Algo tiene que ver la política fiscal…

- Es verdad. Tenemos una de las políti-

cas fiscales más regresivas del mundo. El

impuesto a las ganancias es muy frágil y

las soportan mayormente los sectores más

r e p o r t a j e s

El SINDICAlISMO EN lA ARGENTINA

Los inicios del movimiento sindical argentino se remontan a

la época de la gran inmigración (europea, principalmente). Los

inmigrantes, en su mayoría anarquistas, fueron los precursores

que crearon y organizaron las primeras organizaciones

gremiales. La acción e importancia sindical fue creciendo

conjuntamente con el desarrollo industrial de un país que

afloraba como un proyecto destacado en la región.

Años después fueron tomando fuerza los comunistas y

socialistas. A principios de siglo se consigue hacer reconocer

los primeros beneficios y derechos sociales para los

obreros. En 1930 nace la CGT, Confederación General del

Trabajo, a partir de la fusión de la Unión Sindical Argentina

(anarcosindicalistas) y la Confederación Obrera Argentina

(socialista) logrando la unidad del movimiento obrero.

La CGT se consolida como una verdadera organización de

masas gracias a Perón, quien organiza la política social y las

transformaciones económicas de su gobierno apoyándose

en ella. La entidad queda mayoritariamente identificada hasta

nuestros días con el Partido Justicialista o peronismo.

El sindicalismo -con las contradicciones propias de la “liturgia

peronista”- acompañó el proceso de inestabilidad democrática

de nuestro país con luchas por el poder, proscripciones,

intervencionismos y divisiones internas; muchos hombres del

sindicalismo fueron también reconocidos por su compromiso

y su lucha a favor de los derechos humanos y las libertades

cívicas. Con el advenimiento de la democracia, Alfonsín envía al

Congreso un importante proyecto de Ley de Reordenamiento

Sindical que cambiaba la estructura tradicional del movimiento

obrero argentino, pero esta iniciativa fue finalmente rechazado

por la Cámara Alta.

En los años 90, el sindicalismo en general perdió protagonismo

de manera notoria. El movimiento obrero no sólo padeció la

ruptura, sino también una pérdida altísima de credibilidad.

La alternancia en los cuadros directivos de los gremios ha sido

mínima a lo largo de estos años, sobreviviendo, a manera de

coto de caza, los mismos dirigentes.

En contraposición a este modelo de gestión sindical, en

1992 nace una nueva central de trabajadores, ocupados y

desocupados (CTA), fundada sobre tres conceptos esenciales:

la afiliación directa, una democracia plena y la autonomía

política. Desde ese momento, la CTA no ha encontrado por

parte del gobierno de turno la posibilidad de alcanzar su

personería gremial.

La CTA se debate actualmente en líneas internas entre una

posición crítica y una claramente opositora al Ejecutivo. Por

su parte, la CGT ha consolidado su presencia como brazo

activo de la actual administración; conducida por el líder del

gremio de los camioneros, caracterizada por un fuerte afán

de captación y afiliación de miembros a su propio sindicato,

y sumergida en los beneficios y peligros de un compromiso

directo con el gobierno de turno.

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Página 10 EMPRESA Nº199

débiles porque se grava preferentemente el

consumo y no las ganancias.

El otro problema es la concentración de

las riquezas. Y el negocio rápido, donde el

único objetivo es la rentabilidad, sin pensar

en función del desarrollo del país. Esa es la

diferencia entre la rentabilidad y el desa-

rrollo.

El desarrollo es algo mucho más integral:

implica el crecimiento económico, pero im-

plica también el crecimiento y el desarrollo

social. Y hasta ahora, esas dos cosas las

tenemos divorciadas porque hemos asistido

a un ciclo de crecimiento económico sin

desarrollo social…

Que estemos preocupados con que los tra-

bajadores quieran tener mejores condicio-

nes de vida, cuando vemos que la rentabili-

dad financiera, minera y otras es enorme…;

a mi me parece una contradicción.

El sindicalismo ha puesto el foco en la dis-tribución de la riqueza, pero poco pone el acento en cómo generarla…

- La generación de

la riqueza gene-

ralmente la hacen

aquellos sectores

que tienen los

capitales para

poder invertir; o es

el Estado, cuando

toma grandes obras

públicas o impulsa

medidas de desarro-

llo. El sindicalismo,

específicamente, no

tiene una respon-

sabilidad en la generación de riqueza, sino

que representa a aquellos que la producen,

que son los trabajadores. Pero la decisión de

inversión no forma parte de las responsabi-

lidades de los sindicatos.

No obstante, yo quisiera responder con una

respuesta más global: la Argentina carece

de un plan de desarrollo. Cualquier país

medianamente organizado tiene un plan de

desarrollo que va más allá de un gobierno.

No tenemos una cultura que busque la con-

certación, y no existen mecanismos para

generarla como los países desarrollados.

Este tipo de ausencias nos lleva a que

nuestro desarrollo sea desordenado. Por

ahí se invierten recursos en sectores donde

no sería necesario. A veces la estabilidad

pasajera hace que hagamos inversiones que

a los pocos años ya no tienen continuidad.

Esto es la falta de una visión, y yo quisiera

que todos los actores sociales asumieran

una mayor responsabilidad.

Hoy nuestro país vive una tercera genera-ción de niños que no vieron ni a su padre ni a su abuelo trabajar…

- El trabajo es el gran desafío de la socie-

dad moderna. Recuerdo como si fuera hoy

la pregunta que me formulara Juan Pablo

II, en el Jubileo de los Trabajadores en el

Vaticano, en el 2000: “¿Qué vamos a hacer

con el trabajo humano?” Nunca me voy a

olvidar la preocupación que reflejaba su

rostro por esta problemática, y que pun-

tualmente pone de manifiesto en Sollicitu-

do rei socialis. El trabajo es el instrumento

clave para el desarrollo tanto personal

como colectivo.

No hace mucho, un gran académico ame-

ricano, Jeremy Rifkin, escribió una obra

llamada El fin del trabajo. Para él, si no hay

un cambio de concepción, no va a haber

trabajo para todos. Y la Argentina ya está en

un momento en el que prácticamente cris-

talizó que hay un sector que trabaja y un

sector que no trabaja; y que no va a traba-

jar nunca ni él, ni sus hijos, ni sus nietos.

Este es el peor desafío que tiene la sociedad

que segrega a los desocupados como parte

normal de su vida, y va a terminar, como

dice Rifkin, en una suerte de apartheid.

Si no se resuelve el tema del trabajo, no

r e p o r t a j e s

“El problema más difícil es vivir como

se habla”. Uno no puede predicar

discursos de la nueva sociedad

y de una nueva economía,

y tener negocios en la trastienda.

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Primavera 2010 Página 11

r e p o r t a j e s

habrá una sociedad democrática viable. Vie-

nen los parches, damos subsidios, pero se

va perdiendo la cultura del trabajo. En esto,

es cierto que hay nuevas formas de trabajo,

pero creo que las empresas no van a alcan-

zar a darles ocupación a todas las personas

y esto es lo que tenemos que reemplazar

con creatividad. El Estado en primer lugar; y

también los sectores sociales.

Hay que crear nuevas formas de trabajo,

porque no se puede obligar a una empresa

a contratar 200 obreros más si ya funciona

con los recursos humanos que tiene.

¿Cómo reformulamos la forma del trabajo humano?

- Rifkin tiene algunas pistas y dice que tiene

que ver con la economía no rentística. Hay

otras formas de trabajo y son los trabajos

sociales, por ejemplo: el acompañamiento

de ancianos, los entrenadores de jóvenes…

La Argentina debe tener cerca de 800.000

voluntarios que trabajan en ONG. A ello se

suman las amas de casa, aunque nos cueste

reconocerlo…Vamos a tener que crear otras

formas de trabajo, que no van a ser sólo las

que conocemos. El trabajo es una de las for-

mas para aportar a la construcción colectiva.

Recordemos que la doctrina social de la Iglesia

dice que hay un valor objetivo del trabajo, que

es la producción. Pero hay un valor subjetivo

que tiene que ver con quién hace el trabajo.

Es más importante quién lo hace que lo que

hace. Esto es clave. A mi me gustaría mucho

que los empresarios cristianos se acuerden

de que el valor subjetivo del trabajo es más

importante. Dentro de la rentabilidad de una

empresa, que es elemental, no hay que dejar

de tener en cuenta la importancia del trabajo

humano. Es básico para una sociedad moder-

na y futura. Si no, vamos a un apartheid de los

que van a trabajar y los que no van a trabajar.

Y debe estar implícita esta idea de compartir:

no puede ser que la rentabilidad nos ciegue

a la ganancia, dejando de lado el medioam-

biente y la persona humana… Hay que tener

objetivos más globales, porque no podemos

tener empresas prósperas en una ciudad que

va hacia la autodestrucción.

No creo que los desocupados sean delin-

cuentes, pero es verdad que la desocupa-

ción y la miseria son un caldo de cultivo

para la droga y la delincuencia, que no es

otra cosa que la resultante de una sociedad

fracturada.

lA hUMANIDAD DE ENRIqUE ShAw

Lo conocí y soy testigo en su causa de beatificación. De Enrique puedo

afirmar sobre el sentido del respeto al trabajador en su empresa. Era el

tipo que dejaba la oficina y sabía qué le pasaba a la mujer de uno de los

empleados, por ejemplo. Para él, la gente no era un número. En el 59, hubo

una gran crisis y él mandó una circular a la empresa diciendo que había

que reducir gastos: que había que hacer lo imposible para reducir la mayor

cantidad de gastos posibles, pero lo único que no se podía reducir era en

gastos de personal; no se podía prescindir ni suspender a ningún trabajador.

Hoy, lo primero que hacen los empresarios es reducir el personal.

la empresa como comunidad de personasEnrique insistía mucho con esta idea del sentido de la empresa como

comunidad de personas. Que la empresa reconoce jerarquías, pero es una

comunidad de personas donde cada uno, aún el más modesto, tiene un espacio

para decir lo que piensa y participar. Lo importante era que la empresa no

le diera pérdidas, pero siempre respetando a las personas. “Yo soy el gerente

general, pero acá todos tienen que sentirse valorados, y hacer el trabajo

sintiendo que lo hacen para ellos mismo, y no como si fueran un número”.

Carlos Custer

Page 14: Revista EMPRESA 199

Página 12 EMPRESA Nº199

¿Cómo trabajar en forma conjunta empre-sariado, sindicalismo, y organizaciones socia-les y gobierno para generar más empleo y fomentar una verdadera cultura de trabajo?

- Creo que hay necesidad de una mayor

concertación política, económica y social

en los diferentes niveles: empezando por la

empresa como unidad de servicio, y lle-

gando a la política nacional para ver dónde

podemos crear organismos de diálogo y

de concertación. Lo segundo, como decía

Enrique Shaw, es que las empresas debe-

rían tratar de ser comunidad de personas y

no simplemente una jerarquía donde uno

decide y los demás obedecen.

¿Cuál es el aporte enriquecedor que la vi-sión cristiana le brinda a esta problemática?

- Es muy grande. Y creo que el mundo

político, sindical y social debiera tener una

mirada sobre la doctrina social de la Iglesia.

Destaco algunos puntos:

• El bien común: el primer objetivo es este.

• La dignidad de la persona humana: consi-

derar a cada persona como un hermano.

• La pluralidad en el trabajo: debe estar so-

bre todos los elementos de la producción.

• El destino universal de los bienes: Dios

ha creado los bienes para que lo gocen

todos los hombres y no sólo para que una

mayoría los confisque en detrimento de

una minoría.

• El sentido de la solidaridad, que parte de

la concepción de que somos hermanos, de

la solidaridad y de la justicia social.

• La empresa como comunidad de personas.

En Alemania, por ejemplo, hay una ley de

cogestión en donde los empleados partici-

pan de las decisiones de la empresa.

¿Y a la propia persona del dirigente sindical?

- Tanto para el dirigente empresarial como

al sindical: la coherencia y la moral perso-

nal y colectiva. Yo creo que el problema más

grave de los argentinos es cultural: todos

necesitamos asumir mayor responsabilidad

personal y colectiva.

No vamos a cambiar todas las cosas si no

ayudamos a que cambie el hombre. Pero

tampoco el cambio individual del hombre,

si no es fuerte, intenso, comprometido, no

va a cambiar las reglas de la sociedad. Y

nosotros tenemos que hacer ese esfuerzo:

cómo impulsar esta responsabilidad perso-

nal y colectiva.

Si cada uno mejorara en la responsabilidad

personal, deberíamos ver una mejora en

la responsabilidad colectiva. Importa ser

bueno, pero también importa luchar para

que la sociedad sea mejor, porque nosotros

tenemos que tratar que lo que pretendemos

mejorar de nosotros mismos también se ex-

prese en la mejora colectiva, en las formas,

en los gestos, en los mecanismos.

Soy bastante optimista porque creo que en

la Argentina hay muchas reservas mora-

les. Hay tantas organizaciones sociales y

fundaciones que trabajan por recuperar a

los chicos…Considero que en este punto, la

que tiene más deuda es la clase dirigente:

política, social, sindical. Si la clase dirigente

tuviera mayor amplitud para cambiar las

cosas, creo que hay un pueblo que tiene la

voluntad de hacerlas.

Eduardo Otsubo

r e p o r t a j e s

Custer: “Cualquier país medianamente

organizado tiene un plan de desarrollo que va más

allá de un gobierno. No tenemos una cultura que busque la concertación, y

no existen mecanismos para generarlos como los

países desarrollados”.

Page 15: Revista EMPRESA 199

Primavera 2010 Página 13

Page 16: Revista EMPRESA 199

Opinión

La libertad de prensa consiste en poder decir

lo que otros no quieren que se diga a través

de un medio de comunicación masiva. Es

así de simple. Y, si no fuera por ese elemento

amplificador que es un medio, estaríamos ha-

blando de libertad de expresión, que es el gé-

nero al cual aquella pertenece como especie.

La libertad de prensa requiere, por un lado,

ciudadanos dispuestos a informar sin res-

tricciones sobre lo que ocurre y, por el otro,

que el ordenamiento legal en vigor garantice

el ejercicio pleno de ese derecho. La ley está:

pocas instituciones hay más liberales que la

gran Constitución de 1853/60. En cuanto al

segundo aspecto, va de suyo que se necesitan

jueces dispuestos a hacer cumplir la ley y

gobernantes que no entorpezcan el derecho

de publicar informaciones y juicios por más

contradictorios que resulten con sus propios

intereses políticos y personales.

En general, las limitaciones parciales o to-

tales, directas o indirectas contra la libertad

de prensa provienen de los gobiernos, de

todo tipo de gobiernos. Pueden ser de iz-

quierda, como los que están asentados en

La Habana o Teherán; de derecha, como lo

fue el del generalísimo Franco, en España;

o populista y burocrático, como el de Vladi-

mir Putin, en la Rusia moderna.

La verdad es que quien quiera y disponga de

un poder de coacción suficiente puede res-

tringir la plenitud de ese derecho. Es lo que

en realidad sucede cuando un grupo mafioso

silencia a la prensa. En los últimos tiempos,

ningún gobierno en el mundo ha matado, que

se sepa, mayor número de periodistas que los

sicarios del crimen organizado. Han acabado

Claudio Escribano

Abogado. Fue subdirector

del diario La Nación.

Página 14 EMPRESA Nº199

Page 17: Revista EMPRESA 199

La libertad de prensacon la vida de cientos de periodistas en Méxi-

co y Colombia en los últimos diez años y no

sólo como consecuencia de reyertas políticas,

sino a raíz de pleitos por el narcotráfico.

Los gobiernos de facto niegan, por principio, la

libertad de prensa y lo sabemos de sobra en la

Argentina. Pero, con el mismo grado de expe-

riencia, podemos afirmar que nada garantiza

que un gobierno, democrático por sus oríge-

nes, se desenvuelva después con absoluta ile-

gitimidad en materia de libertad de prensa. Es

lo que ocurrió con el gobierno del general Pe-

rón, en particular entre los años 1948 y 1955.

Los pasos clásicos en el cercenamiento de la

libertad de prensa han sido la clausura de pe-

riódicos, el asesinato de periodistas o la vola-

dura de las instalaciones de las empresas pe-

riodísticas. A veces, esos pasos -tan rotundos,

por así decirlo- han estado precedidos por

intimidaciones hechas con la voluntad de no

llegar tan lejos con los procedimientos, pero

sí con los fines propuestos.

Cuando he hablado en el párrafo precedente

de “periódicos de la oposición”, lo he hecho

en uso de la acepción que aprobarían en

cualquier tiempo los mandones del caso. Un

periódico independiente ha sido siempre para

ellos equivalente a un medio de la oposición.

Las formas de persecución a la prensa tien-

den a ser en la actualidad, con excepción

de países como México y Colombia, menos

brutales y más sutiles, pero no menos perver-

sas. Los jueces amigos, como los empresarios

“amigos”, se prestan para cualquier cosa y,

sin duda, se prestarán para los oficios que

requieran los gobernantes que sucedan a los

que están ahora en el poder. Se inventan cau-

sas judiciales, se persigue por todas las vías

administrativas posibles a la prensa indepen-

diente, se procura humillar a los periodistas

disidentes, se premia con fondos exorbitantes

de los recursos públicos a la prensa adicta o

profesionalmente complaciente. Y se usufruc-

túan, de manera escandalosa, los servicios de

información pública del Estado para los fines

propagandísticos del gobierno de turno.

Desde el punto de vista clásico y convencional,

en la Argentina hay libertad de prensa. Desde

el punto de vista del arsenal de recursos más

modernos, por así llamarlos, con los cuales los

Estados tienden a doblegar a la prensa inde-

pendiente, la Argentina lo ha experimentado

todo en los últimos siete años. Ha sido éste un

período en absoluto distinto, y para peor, en re-

lación con el ciclo institucional que se abrió en

1983 con la restauración democrática.

La libertad de prensa es un derecho estra-

tégico, esto es, que de su suerte tiende a

depender el destino inmediato de los demás

derechos. Esto lo saben de verdad los em-

presarios con suficiente dignidad para decir

lo que piensan y con suficiente inteligencia

como para defender la libertad de prensa.

Pero deben saberlo también los cínicos cuya

identidad pulula en las crónicas de la acti-

vidad económica y financiera bajo el triste

disfraz de “fuentes que pidieron preservar el

anonimato denunciaron que…”.

Invierno 2010 Página 15

Page 18: Revista EMPRESA 199

Página 16 EMPRESA Nº199

e m p r e s as o c i e d a d

La Argentina y el bicentenario: los liderazgos ausentes

carlos pérez Llana

La historia argentina se caracterizó por la escasez de dirigencia, ya sea política, social o empresarial, que privilegiara las construcciones a largo plazo sobre la coyuntura. Cuando ha tenido este tipo de liderazgos, ha sido por instantes, circunstancialmente, y no por una regla de conducta. Sin dudas, si queremos aprovechar las oportunidades futuras, esto es algo que debe modificarse.

En esta línea Pérez Llana nos invita a recorrer la historia de los grandes liderazgos, las condiciones para su surgimiento y la realidad de una Argentina diezmada en este desarrollo por haber realizado lecturas erróneas sobre las últimas décadas de un mundo en constante cambio, y sobre los nuevos desafíos geopolíticos y económicos.

Carlos Pérez llana es Doctor en Ciencia Política y Diplomáticas. Ex-embajador en Francia. Autor de numerosos artículos y libros; su último trabajo es para romper el aislamiento. Vicerrector académico de la Universidad Siglo XXI, y profesor en la universidad Torcuato Di Tella. Versión periodística editada de la exposición realizada en el XIII En-cuentro Anual de ACDE. “Argentina después del Bicentenario: los liderazgos para el progreso” (junio de 2010).

Para poder explorar las condiciones históri-

cas, políticas y sociales que crean el marco

para la aparición de los nuevos liderazgos,

quisiera profundizar en tres cuestiones

base: en qué condiciones internacionales se

parieron este tipo de liderazgos; cuáles son

los condicionamientos actuales que, desde

la política, existen para su surgimiento y, fi-

nalmente, qué datos nos ofrece la Argentina

para dicho surgimiento.

las elites de Japón y Francia

Cuando se aborda la literatura sobre la

ciencia política, encontramos innumera-

bles casos en los que ha habido una clase

política que, ante determinados desafíos,

pudo hacer una lectura del mundo para

adaptarse a los cambios. El caso típico es el

de Japón, un país agrícola, con una estruc-

tura muy fracturada, que vive una reforma

de modernización en la era Meiji; período

en que se mantiene la identidad y al mis-

mo tiempo se occidentaliza el país. Como

ejemplo, el samurai Sakamoto, uno de los

hombres clave en aquel momento, hoy es

una leyenda viva del país. Para el Japón mo-

derno aquella elite sigue siendo válida.

También podemos nombrar a Francia, en la

segunda mitad del siglo XIX, superada por

Gran Bretaña en la producción de acero,

hierro y carbón, y por Alemania -en aquella

época Prusia- después de que unifica su mer-

cado a través de una reforma arancelaria. Ese

fue el rol histórico de la elite francesa, que

se hace cargo del poder a partir del Segundo

Imperio, más allá del fracaso final que fue la

derrota frente a Bismarck en 1870.

la guerra de Suez

En el siglo XX, y mucho más cercano a nues-

tro tiempo, nos encontramos con la guerra

de Suez, punto de partida de la historia de la

Unión Europea. En 1956, Gran Bretaña, Fran-

cia e Israel pelean contra el Egipto de Nasser,

que había nacionalizado el canal de Suez.

¿Cuál es la lectura que, finalmente, hacen la

elite francesa y británica de este conflicto?

Ambos países habían pasado de ser potencias

Page 19: Revista EMPRESA 199

Primavera 2010 Página 17

globales a regionales. “He dejado de ser, hay

una potencia emergente: tengo que aliarme

con ella. No a Europa; sí a la OTAN, sí a Esta-

dos Unidos”, fue la opción británica. Por eso

es que cuando se crea la Comunidad Econó-

mica Europea, Gran Bretaña no toma parte.

La otra opción fue la francesa: “He dejado

de ser, no tengo dimensión, no tengo masa

crítica, pero puedo ser algo más si hay Euro-

pa”. De allí podemos deducir que el proyecto

estratégico de la Unión Europea es una parte

de la producción de la elite francesa. Y no es

casual que el tratado de Roma se firme al año

siguiente de la derrota de estas dos ex poten-

cias mundiales en la guerra de Suez.

El desafío de cambiar

Mucho más actual, en 1980, nos encontramos

con Deng Xiaoping en Pekín. ¿Cuál es el análi-

sis que conduce a China a la reforma económi-

ca? La Unión Soviética, el enemigo ideológico,

histórico y geopolítico, había invadido Afganis-

tán el año anterior, en 1979. Estados Unidos

tuvo ocupada su embajada 444 días en Tehe-

rán. China salía del atraso y del aislamiento,

con la revolución cultural. Y lo que la rodeaba

eran los entonces llamados tigres asiáticos, que

eran economías exitosas. En ese mapa, Deng

entiende que hay que cambiar; modifica las

alianzas y empieza a crear un nuevo modelo

económico, no un nuevo modelo político.

En los años 90, las elites que habían sido mar-

ginadas, y muchas de ellas habían sido toma-

das prisioneras o tenían roles secundarios en

los países que venían del comunismo en Eu-

ropa central, tienen frente a la nueva realidad

-que es el colapso de la URSS y la transición

al poscomunismo- un mandato de cambio, y

ese mandato era básicamente incorporarse a

la OTAN y sumarse a Europa.

la explicitación de Delors y la llegada del euro

En esa década, cuando era evidente que la

Alemania reunificada no iba a ser lo mismo

en términos del

anclaje con Europa,

existían las dudas.

Y surge nuevamen-

te la concepción

estratégica france-

sa, en este caso a

través del ministro

Delors, del gobier-

no de Mitterrand,

secretario de la Co-

misión Europea. Él

hace explícita una

frase: O hay una

Europa “alemani-

zada” o hay una

Alemania “europei-

zada”, y para que

Alemania se euro-

peíce llega el euro.

El euro es una con-

cepción estratégica francesa tratando de

retener a Alemania dentro de Europa -con-

cediéndole que en esa moneda soberana

habría criterios que se tenían que cumplir,

lo que hoy se está debatiendo en Europa-

para que Alemania cediera en el altar de

la soberanía europea lo que era el eje de

su identificación moderna: el marco. Esta

también es una decisión de un sector de la

clase dirigente europea que frente a ese te-

mor realiza una reflexión común, lo que da

origen finalmente al tratado de Maastricht,

fundamento del euro.

El caso India

Y por último, rescataría a la India como

ejemplo de una percepción de desafío y de

qué hacer frente a una realidad externa

cambiante, como fue la desaparición de la

Unión Soviética.

La India no era miembro de la comunidad de

estados socialistas, pero mantenía gran parte

de su comercio con el mundo comunista. Y

tenía una estructura en manos básicamente

del Estado que, en términos internacionales,

s o c i e d a d

Pérez Llana: “El salto lo podríamos dar si

logramos parir liderazgos que provengan del grupo que asocia lo interno con

lo externo, que es creativo, que es moderno, y que entiende que el futuro está en el futuro, y no que el futuro es mejor

pasado”.

Page 20: Revista EMPRESA 199

Página 18 EMPRESA Nº199

se definía como no alineada. Desaparecido su

aliado, limitaba con dos enemigos históricos

con los cuales había guerreado: el Pakistán

islámico y China, un país con el cual tiene liti-

gios y una guerra perdida.

¿Qué hace la India?

El desafío del cambio

internacional lleva

a una ruptura de la

lógica de los ante-

cedentes. El mismo

partido que había

creado la India con-

temporánea y había

hecho la alianza con

la Unión Soviética es

quien tiene a su car-

go construir esta In-

dia, bajo el liderazgo

del primer ministro

Singh, quien había

sido el ministro

de Economía de la

dinastía Nehru en

aquella época.

En síntesis, un breve paseo histórico que

nos dice que, ante cambios del contexto in-

ternacional, una clase dirigente lúcida trata

de adaptarse poniendo en evidencia un li-

derazgo de reconstrucción.

Condiciones para el surgimiento de los liderazgos

¿Qué condiciones existen para el surgi-

miento de estos liderazgos? Una primera

aproximación al tema es compartir algunas

cuestiones de contexto acerca de la política

en el mundo de hoy:

Muertas las utopías, las religiones terres-

tres, el principal problema, en un contexto

de globalización, que tiene la política en tér-

minos operativos es que todo es presente. Y

el problema es que la política sin futuro es

muy difícil de hacer pues la política vende,

justamente, futuro, promesas. En un mundo

instantáneo todo es gestión y cuesta muchí-

simo tomar decisiones. Vivimos el reinado

del corto plazo.

Puede haber una idea de venganza de la po-

lítica luego de la crisis del 2008 y la actual

crisis fiscal, pero la política para liberarse

de los mercados debe pelear contra los défi-

cits. Si hay déficit, la política depende de los

mercados. Y este es un tema central.

Muertas esas utopías, un dato muy impor-

tante que tiene la política es que las viejas

conducciones y los viejos relatos están en de-

terioro, están en desuso, pero han resurgido el

nacionalismo y el fundamentalismo religioso.

los liderazgos existentes

En este contexto, enumeremos algunos lide-

razgos existentes.

Iniciaría este recorrido con una salvedad para

el caso de Asia. Los liderazgos asiáticos son

liderazgos no democráticos, autoritarios. La

única democracia en pleno funcionamiento

es la India. Y más aún, se percibe que el éxito

económico está hecho para que superviva di-

cho régimen. Son liderazgos que no se hacen

con valores. Están basados exclusivamente en

el éxito. Esta es una realidad muy triste, pero

tenemos que observarla porque es aquella

parte del mundo que crece y que tiene más

protagonismo en la agenda internacional.

Hay que tener presente que en ese mundo

asiático, lo que básicamente uno está contem-

plando es China. Y lo que tenemos frente a

nosotros es una China que dice sostener el as-

censo pacífico, que no quiere ser la Prusia de

Bismarck, pero que tiene obviamente una se-

rie de interrogantes acerca de cómo va a usar

ese poder a futuro. Lo que está claro es que el

compromiso chino por la gobernabilidad in-

ternacional o global todavía no se observa.

Por su parte, Europa vive -dentro de un

clima no tan claro de cierto pesimismo o

de resignación- la muerte del Estado de

Muertas las utopías, las religiones

terrestres, y en un contexto de

globalización, el principal problema que

tiene la política en términos operativos

es que todo es presente. Y el problema

es que la política sin futuro es muy

difícil de hacer pues la política vende,

justamente, futuro, promesas.

e m p r e s as o c i e d a d

Page 21: Revista EMPRESA 199

Primavera 2010 Página 19

bienestar; que tuvo su primera caída por la

globalización; porque el Estado de bienestar

fue un intento de optimizar al capital y al

trabajo. Pero cuando aparece Asia, el tra-

bajo no se encarece sino que se devalúa, y

el modelo de Estado de bienestar europeo

comienza a crujir. La crisis de 2008 y la ac-

tual están matando por segunda vez a ese

Estado de bienestar.

Esta Europa, que nosotros estamos viendo

hoy, tiene también la tentación histórica:

la de Gran Bretaña, volviendo a los Estados

Unidos; y la de Alemania, de cortarse sola.

Pero lo que está claro en Europa es que la

capacidad de producir liderazgos globales

ha decrecido, y el debate es qué tipos de

liderazgos locales es capaz de sacar esta Eu-

ropa de su impasse.

Estados Unidos, una potencia sin socios

En este recorrido surge Estados Unidos, que

se presenta como una potencia sin socios.

No hay nadie que lo acompañe y su poder

no es suficiente. Esa superpotencia militar

y económica, que para algunos entra en

declinación y para otros no, tiene un pro-

blema político clave que tiene que ver con

su política interna y externa: ha nacido en

su panorama político una fuerza que corre

a la derecha del partido republicano y que

uno la puede simbolizar como tea party. Este

grupo, que tiene una visión hiperconserva-

dora, y en algunos casos fundamentalista

religiosa, le impide al país hacer política de

Estado; le impide llegar a acuerdos al sis-

tema político norteamericano. Y esto, que

para cualquier país es malo, para Estados

Unidos, y para el mundo, es muy malo.

Y profundizo en el liderazgo actual de este

país, describiendo algunos impedimentos

importantes en la gestión. En primer lugar

el rol de los lobbies. El presidente Obama

preside una confederación de lobbies que

le impiden o retardan, entre otras cosas,

tomar decisiones internas, como los progra-

mas de salud o energéticos, y que le obsta-

culizan en el armado de una política exte-

rior. Es el drama de Estados Unidos hoy en

el conflicto Israel-Palestina. A ello se agrega

la inexistencia de acuerdos bipartidistas,

de un interés nacional percibido en común

y con un alto nivel de desinformación del

pueblo norteamericano.

las erróneas lecturas de la Argentina

Quisiera hacer foco en la Argentina. Nues-

tro país, obviamente, tiene dos dificultades

para poder producir las condiciones de un

liderazgo diferente: tiene una mala lectura

del mundo y no percibe los desafíos.

Todos los datos enumerados hablaban de

un mundo diferente y de la percepción de

los desafíos.

Voy a las lecturas. En primer lugar, la Ar-

gentina a lo largo de las últimas décadas ha

hecho una muy mala lectura del mundo.

Enumero algunas:

• Cuando termina la Primera Guerra Mun-

dial y se crea la Sociedad de las Naciones,

s o c i e d a d

Lo que está claro en Europa es que la

capacidad de producir liderazgos globales ha

decrecido, y el debate es qué tipo de liderazgos

locales es capaz de sacar esta Europa de su

impasse.

(Foto: Presidente del gobierno español,

Rodriguez Zapatero, y primer ministro

italiano Silvio Berlusconi)

Page 22: Revista EMPRESA 199

Página 20 EMPRESA Nº199

el gobierno argen-

tino puso condi-

ciones increíbles

para integrarse a

esa sociedad -que

obviamente no fue-

ron aceptadas- y la

Argentina quedó

fuera del primer

ensayo de crear un

orden mundial de

posguerra.

• Nuestra clase di-

rigente no advirtió

y siguió mirando al

mundo con una vi-

sión europea cuan-

do ya existía Esta-

dos Unidos. El can-

to del cisne de esa

visión es el tratado

Roca-Runciman.

• Durante el mundo de la preguerra y de

la guerra, el país tuvo un neutralismo

malsano, que sabemos estaba orientado y

simpatizaba con el Eje.

• Durante la Guerra de Corea, el gobier-

no peronista de entonces creyó que ahí

nacía el embrión de la Tercera Guerra

Mundial y que la Argentina volvería a

tener un rol destacado como productor

de alimentos que nos iba permitir re-

construir las reservas del Banco Central.

Tampoco tuvimos una buena lectura del

mapa de la posguerra.

• Y cerraría con Malvinas.

Es decir, la experiencia histórica muestra

que la Argentina ha hecho una muy mala

lectura del mundo. Y tampoco ha existido

una visión de los desafíos que nos lleven a

decir “tengo que cambiar de alianza”, “tengo

que romper el aislamiento”, “tengo que ela-

borar una política exterior que realmente

concilie posibilidades externas con necesi-

dades internas”.

Adaptarse a un nuevo mapa mundial

Hoy nos encontramos ante una situación

muy particular. En medio del movimiento

de las placas tectónicas de la geopolítica

y la geoeconomía internacional, está claro

que el poder está cambiando. La realidad es

imposible de ocultar, y es el mundo asiático.

No tiene sentido hoy tener veinte o treinta

funcionarios en América Central; con dos

bastaría. Redimensionar totalmente nuestra

estructura y nuestro instrumento de políti-

ca internacional debe ser un objetivo, adap-

tándose al nuevo mapa mundial.

Y en segundo lugar, nos guste o no, hay una

realidad que es Brasil. Que puede ser un

peligro; ante el desafío hagamos antibrasi-

lerismo o veamos la oportunidad: a nuestro

lado hay una potencia emergente.

La Argentina se encuentra frente al desa-

fío de la irrelevancia o de la desaparición

en términos de protagonismo. Estamos en

el sexto lugar entre los países que captan

inversión extranjera en América latina, pe-

leando con Perú.

Un liderazgo de reconstrucción tiene que

tener en cuenta qué hacer frente a esta

realidad global y qué hacer frente a nuestro

vecino. Y todos sabemos que los países no

se mudan y, consecuentemente, vamos a

seguir siendo vecinos.

Pero en este camino nos encontramos con

dos supuestos nefastos que parecieran es-

tar instalados en parte de la sociedad: la

vocación y la sensación de que la Argentina

es capaz de vivir con lo suyo; y el gran ape-

go a la teoría conspirativa: si nos va mal es

porque hay una conspiración externa que

impide la realización de nuestros fines.

El salto lo podríamos dar si logramos parir

liderazgos que provengan del grupo que

asocia lo interno con lo externo, que es

creativo, que es moderno, y que entiende

que el futuro está en el futuro y no que el

futuro es mejor pasado.

Nos encontramos con dos supuestos

nefastos que parecieran estar

instalados en parte de la sociedad:

la vocación y la sensación de que

la Argentina es capaz de vivir con

lo suyo; y el gran apego a la teoría

conspirativa: si nos va mal es porque

hay una conspiración externa que

impide la realización de nuestros fines.

e m p r e s as o c i e d a d

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e m p r e s as o c i e d a d

¡Argentina; siempre por-venir!

sergio bergman

“No te metas, nos enseñaron para cuidarnos. Hoy, si no nos metemos, nos perdemos nosotros y nuestros hijos. Nada es más peligroso que la anomia, la anestesia, la

indiferencia, la tarea analítica y editorial de sugerir cómo otros deberían hacer la Argentina que merecemos”, afirma Bergman.

Para el autor, nuestro país siempre tiene futuro; y hace memoria de un pasado, para no repetirlo en el presente. Pero está ausente del único tiempo fértil, que es el aquí y el ahora. De allí nos anima al compromiso, a iniciar el camino de ser más ciudadanos que

habitantes. Y agrega: “En el Bicentenario, si hay algo que aprendimos es que sabemos de qué se trata. El desafío, ahora, es si seremos capaces de hacerlo”.

En el bicentenario de la Revolución de Mayo

nos convocamos a celebrar. Sin embargo,

una dimensión de frustración y amargura

contrasta con la espontánea manifestación

popular que nos convoca a todos a ocupar

lo público de las calles haciendo fiesta de la

patria bicentenaria. El festejo es legítimo; y

por ello, nos debemos una pausa ante las ur-

gencias de la coyuntura. Celebrar la estruc-

tura de saber que, en visión compartida, la

Argentina es potencia del porvenir; es decir,

es siempre esperanza de un futuro mejor.

Nada puede revertir la ecuación eterna de

tener absolutamente todo para ser esa gran

Nación que nos debemos; como, al mismo

tiempo, asumir que si eso no sucede, no es

por otros sino por nosotros. La Argentina

siempre tiene futuro y hace memoria de un

pasado, para no repetirlo en el presente. Pero

está ausente del único tiempo fértil, que es

el aquí y el ahora. Es decir, hacer hoy lo que

ya no repetimos del ayer; acercándonos a un

mañana mejor, por lo que hacemos y no por

lo que aspiramos ni por lo que nos lamenta-

mos al ser pasivos espectadores.

Una Argentina que siempre es porvenir,

asume que tiene futuro, pero este nos inter-

pela con angustia –el día después de la fies-

ta- porque no sucede. ¿Por qué Argentina

siempre está por venir?

hacer del pasado presente repetido

Una posible interpretación -que es, también,

interpelación- es asumir que la Argentina

está quebrada en su presente, ya que siem-

pre está volviendo al pasado, no para recor-

darlo, sino para sobreactuarlo. Abusando,

quien está en el poder, de editarlo con una

sola versión, que sin negar su verdad, cance-

la toda otra interpretación. Asumiendo que

quienes gobiernan ya no son representantes,

sino ganadores y vencedores que imponen

una única mirada, que como verdad inape-

lable cancela toda discusión; afirmando que

esa verdad parcial es total.

De esta forma, no tenemos futuro, ya no por

olvidar el pasado, sino por hacer del pasado,

presente repetido.

Las apelaciones a la justicia tienen la con-

notación de ajuste de cuentas y solo sed

de venganza, cuando en lugar de las ins-

tituciones y sus valores, se interponen las

interpretaciones de los ganadores, que con-

funden justicia con venganza.

Page 30: Revista EMPRESA 199

Página 28 EMPRESA Nº199

La Argentina siempre está por venir; hasta

que asumamos toda la verdad como cuer-

po colectivo de una memoria completa y

plena, denunciando, al mismo tiempo, que

toda verdad parcial es una mentira.

El provenir presente está en la deuda interna del bien común

Asimismo, debemos reconocer que la Argen-

tina es porvenir en potencia, cuando sabemos

que son pocos los países en el mundo que

tienen todos los recursos naturales y los ta-

lentos humanos que nuestra Nación tiene.

Pero también, reconocemos que esta potencia

no se despliega para el bien común, sino de

manera casi exclusiva y excluyente para el

ámbito privado. Es por esta misma razón, que

el porvenir pendiente siempre está en la deu-

da interna del bien común.

Una dimensión asimétricamente vergon-

zosa con el bienestar de muchos de los que

somos privilegiados de vivir en la Argentina

privada; una Argentina que no está por

venir, sino que vino para nosotros, los que

bendecidos por la posibilidad de educación,

salud, vivienda, capital y proyecto privado

nos alarmamos por la enfermedad, la des-

nutrición, la falta de techo, las villas mise-

rias, la pobreza, el asistencialismo -depen-

diente en esclavitud territorial y electoral- y

la falta de proyecto.

Cuando ya son tres generaciones que con-

viven hacinadas en los cinturones urbanos,

sostenidas ya no en la emergencia, sino en

la estrategia de los planes descansar; como

en la intermediación parasitaria de someter

a quienes necesitan del subsidio al arbitrio

partidario y mezquino de quienes los asig-

nan o reparten. Y no para emancipar, sino

para oprimir y esclavizar a los que no quie-

ren, no saben o no pueden salir a la única

libertad -la que da la igualdad social en la

justicia- que establece en los valores que

hacen instituciones en una democracia; que

siendo república, vive en la ley.

Actuar con convicción y como herencia en la acción

Pasar el por venir como tiempo futuro, al

porvenir que es presente, requiere de tener

presente el pasado, pero sin eludir las obli-

gaciones que debemos asumir hoy.

No te metas, nos enseñaron para cuidarnos.

Hoy, si no nos metemos, nos perdemos

nosotros y nuestros hijos, Nada es más

peligroso que la anomia, la anestesia, la

indiferencia, la tarea analítica y editorial de

sugerir cómo otros deberían hacer la Argen-

tina que merecemos. Merecemos dejar el

por venir como futuro, y hacerlo venir por

nosotros mismos en lo que hacemos –ya no

por hablar o pensar bien-, sino por actuar

con convicción y como herencia en la ac-

ción. Afirmando las creencias en lo que nos

compromete como agentes de redención y

salvación; ya no de toda la Nación, pero sí

de la Argentina que “sos vos”.

Para que un porvenir llegue y deje de venir a

futuro, necesitamos retomar el origen; y afir-

mar que tenemos destino. Porvenir que viene

y deviene en nosotros, en el tiempo vital de

dejar una huella y una siembra, que los que

siguen deberán tanto continuar como cose-

char. Enfermos en valores como estamos, la

terapéutica del diagnóstico que compartimos,

requiere de educación; formación, que no es

información; y ejemplaridad, que no es vayan

y hagan, sino vamos y hacemos.

e m p r e s as o c i e d a d

Bergman: “La Argentina está quebrada en su

presente, ya que siempre está volviendo al pasado, no para recordarlo, sino

para sobreactuarlo. Abusando, quien está en el poder, de editarlo con una sola versión, que sin negar su verdad, cancela toda otra interpretación”.

Page 31: Revista EMPRESA 199

Primavera 2010 Página 29

Es en este plano -el de los valores en la educa-

ción traducidos en insumo para la virtud, y en

la escala de calibrar, en justa proporción- lo

que ofrendamos en testimonio personal y en

obligación cívica y social, y lo que aportamos

a la Argentina del porvenir. Un clamor ciuda-

dano, en el que ya no nos quejamos, sino que

nos ofrendamos y consagramos a hacer y ser

nuestra parte. El insumo vital y espiritual de

una Nación es su gente. Para cambiar la Ar-

gentina -y que deje de ser por venir en tiempo

potencial, para ser porvenir en tiempo pre-

sente- debemos hacer el esfuerzo de cambiar

a los argentinos. Como comienzo, nada mejor

que asumir que no hay argentino más difícil

de cambiar, que vos.

Comenzar por uno mismo

¿Por dónde comenzar, sino por uno mismo?

¿Qué podemos esperar afuera que no suce-

da dentro? ¿Cuándo fue que las sociedades

y las culturas cambiaron en términos de va-

lores, a través de procesos sociales, que fue-

ron impulsados e instalados como opción

por una minoría transformadora que, sin

esperar la aprobación de la mayoría salió a

la acción concreta de instituir los cambios

sostenidos por algunos, como norte posible

al rumbo de todos?

Si vamos a esperar a que todos lo hagamos,

nunca va a suceder. Si vamos a suponer

que si solo nosotros lo hacemos va a ser

suficiente, tampoco lograremos la transfor-

mación. Para lograrlo, necesitamos el sus-

trato, que son los valores que en origen, nos

constituyen como Nación; y que, al mismo

tiempo, son destino en realización.

La tarea, entonces, es retomar el origen.

Volver al texto, en nuestro contexto, y sin el

pretexto de que somos acreedores de dere-

chos. Asumimos las obligaciones cívicas de

instituir por ciudadanía activa una realidad

participativa, y ya no delegativa; donde la

política y el poder vuelven a su curso noble

y transformador de realidades, iluminados

por los ideales de las utopías instituidas en

nuestro preámbulo

de la Constitución

-que son materia de

catequesis cívica-,

para retomar una

espiritualidad como

ciudadanos que

hacemos de la ley

el pacto de trascen-

dencia; en donde el

país ya no es mero

territorio comparti-

do, sino un horizonte

hacia el cual nos dirigimos todos los argen-

tinos, unidos.

Quebrados como estamos por evasión cívi-

ca, debemos modificar dos ecuaciones de

la aritmética de las virtudes ciudadanas. A

saber: más ciudadanos que habitantes, más

buenos que malos; y, fundamentalmente,

superar a los malos que trabajan bien, por

los buenos que no hacen nada -o lo hacen

muy bien asilados y desarticulados, por lo

que sus esfuerzos se diluyen- mientras las

asociaciones ilícitas instalan un imaginario

colectivo: al ser altamente eficientes en ha-

cer el mal, aparentan ser muchos más que

los buenos, los que, eclipsados, no siempre

se llegan a ver.

En el Bicentenario, si hay algo que aprendimos

es que sabemos de qué se trata. El desafío,

ahora, es si seremos capaces de hacerlo.

Que se vayan todos no fue la solución. Que

nos metamos todos puede funcionar.

Sumate. La visión en valores de nuestra Cons-

titución se hace compromiso en la acción de

la virtud del ciudadano que hay en vos. Una

Argentina Ciudadana te espera. Para que en el

próximo Centenario, el porvenir haya llegado.

No mires para otro lado, busca en tu interiori-

dad y animate a participar.

El futuro no es el tiempo que viene, sino lo

que hacemos juntos hoy, para que lo que

soñamos, suceda. El futuro es hoy, ese futu-

ro sos vos.

e m p r e s as o c i e d a d

Una Argentina Ciudadana te espera.

Para que en el próximo Centenario, el

porvenir haya llegado. No mires para

otro lado, busca en tu interioridad y

animate a participar.

notas1. “Apoplithorismospho-bia”, Mark Thornton, The Quarterly Journal of Aus-trian Economics (Winter 2003).2. La relación entre el paro y la tasa de variación de los salarios monetarios en el Reino Unido, 1861-1957, A. W. Phillips, Económica (noviembre 1958).

Page 32: Revista EMPRESA 199

Página 30 EMPRESA Nº199

e m p r e s ae c o n o m í a

Las regulaciones en el sector de los alimentos¿Por qué faltó manteca en las góndolas?

ezequiel de freijo

El autor pone en tela de juicio el efecto de las políticas instrumentadas por el gobierno y analiza las recetas que llevaron adelante otros países frente al alza de los precios de las materias primas, permitiendo el desarrollo de todas las actividades económicas.

“Las políticas de restricción a las exportaciones no solo nos han hecho perder buena parte del market share del comercio internacional de productos alimenticios, sino que tampoco sirvieron para contener los precios al consumidor”, señala de Freijo. Y agrega: “De la información procesada, ningún país en el mundo impuso, como la Argentina, retenciones a las exportaciones en forma permanente y generalizada”.

Los argentinos nos hemos acostumbrado a

convivir con un alto grado de autoritarismo

y falta de diálogo. Nos parece casi normal

que se frenen las exportaciones de carnes,

o que el índice de precios del INDEC refleje

menos de la mitad de su verdadero valor;

por eso ya no nos sorprenden noticias como

que se prohíbe la importación a algunos

productos de la noche a la mañana y que,

por ello, nuestros principales socios estraté-

gicos como Brasil, China o la Unión Europea

están poniendo reparos en las relaciones

comerciales.

También nos hemos acostumbrado a no

encontrar azúcar o manteca en el super-

mercado, y hasta nos parece ocurrente que

para evitar el corte de gas por falta de pago,

en una empresa papelera alquilada por el

gobierno, se haya obstaculizado el acceso al

medidor poniéndole encima cuatro troncos

de madera.

Sin embargo, esta modalidad de imponer

las políticas publicas, sin poder justificar

para qué se llevan adelante, ya está mos-

trando su fracaso: un deterioro del aparato

productivo y un aumento de precios al con-

sumidor.

Se ha construido una falsa idea de que el

aumento de los precios internacionales de

los commodities atenta contra la seguridad

alimentaria de nuestro país, con el objetivo de

tapar el verdadero fin netamente fiscal de las

políticas instrumentadas bajo este lema.

Este artículo pretende poner en discusión el

efecto de las políticas instrumentadas por

el gobierno, y analizar las recetas que lleva-

ron adelante otros países frente al alza de

los precios de las materias primas, permi-

tiendo el desarrollo de todas las actividades

económicas.

la oportunidad histórica para Argentina

En la última década, el mundo presenció un

importante incremento de los precios inter-

nacionales. Entre enero de 2003 y junio de

Ezequiel de Freijo es Contador Público Nacional (UB). Master en Economía y Ciencia Política ESEADE. Actualmente trabajo como Analista Economico de la Sociedad Rural Argentina. Socio de ACDE.

Page 33: Revista EMPRESA 199

Primavera 2010 Página 31

2008, el valor del Índice de Materias Primas de

FAO se incrementó 103% y, si bien desde 2008

a la fecha por efecto de la crisis global, los

precios han bajado, todavía hay una diferen-

cia de un 67% respecto de los niveles de 2003.

En el mismo sentido, los precios de los ce-

reales se incrementaron un 143%, los acei-

tes un 117%, las carnes un 46% y los lácteos

un 154% entre 2003 y 2008. En la actualidad,

los precios (siempre respecto de 2003) son

un 57% más altos para cereales, un 70%

para aceites, 43% y 129% para carnes y lác-

teos respectivamente.

Estas variaciones impactan en los precios

al consumidor de cada país en función de

su estructura productiva, su población y la

adecuación de la demanda local. También

las políticas públicas cumplen un rol impor-

tante en esto.

Las naciones exportadoras netas de ali-

mentos son las grandes beneficiadas por

el cambio en los términos de intercambio,

esto significa, por ejemplo, que en nuestro

país con una menor cantidad de granos se

podría comprar más tecnología, innovación,

perfeccionar la educación, la salud y me-

jorar las condiciones de vida de sus habi-

tantes. Por su parte los países importadores

netos deben hacer un esfuerzo para que los

nuevos precios no resientan la demanda.

Tal como lo detalla un estudio realizado por

CIPPEC, “Impacto y respuestas de políticas

a la inflación de alimentos en América La-

tina”, para capear este contexto, los países

aplicaron políticas públicas transitorias de

tipo comercial, controles de precios, reduc-

ción de impuestos o medidas orientadas al

consumo doméstico, entre otras.

Respecto de las medidas comerciales, 43

países, principalmente importadores netos

de alimentos, impulsaron reducciones en

los aranceles y tarifas de importación. Por

ejemplo, Marruecos redujo los derechos de

importación del trigo del 130% al 2.5%, y Ni-

geria redujo los del arroz del 100% al 2.7%.

El trabajo muestra

que algunos paí-

ses, especialmente

aquellos que no

son exportadores

netos de alimentos,

aplicaron restric-

ciones temporarias

a las exportaciones

y controles de pre-

cios a algunos pro-

ductos sensibles.

Por ejemplo, China

restringió transito-

riamente las expor-

taciones de arroz y

maíz, India limitó

provisoriamente los

envíos al exterior

de leche en polvo,

Bolivia trabó las ex-

portaciones de aceite de soja. Sin embargo,

ningún país en el mundo impuso, como la

Argentina, retenciones a las exportaciones

en forma permanente y generalizada.

ÍNDICES DE PRECIOS Al CONSUMIDOR DE AlIMENTOS y BEBIDAS EN DIFERENTES PAÍSESÍndice Base 100 = Ene 2006

Fuente: IEE-SRA en base a CEPAl y Dirección de Estadísticas de Santa Fe y San luis

60

80

100

120

140

160

180

200

220

240

ene-

06

may

-06

sep-

06

ene-

07

may

-07

sep-

07

ene-

08

may

-08

sep-

08

ene-

09

may

-09

sep-

09

ene-

10

Argentina BrasilChile MéxicoPerú UruguayArg INDEC CBA Argentina

Rango 20 -40 %

Rango 112% y 131%

e m p r e s ae c o n o m í a

Page 34: Revista EMPRESA 199

Página 32 EMPRESA Nº199

Otro grupo de países aplicaron medidas

orientadas al consumo doméstico como li-

beralización de stocks a precios subsidiados,

suspensión de impuestos al valor agregado y

otros impuestos, y controles administrativos

de precios o restricciones al comercio privado.

Como resultado,

muchos países lo-

graron aminorar la

inflación en alimen-

tos, que entre enero

de 2007 y junio de

2008 tuvo incre-

mentos de entre

el 20% y el 40%. El

caso de Argentina

es diferente, puesto

que los precios al

consumidor no solo

han crecido más

que el resto de los

países durante 2007

y parte de 2008, sino

que los precios con-

tinuaron con una fuerte tendencia creciente

hasta hoy, acumulando un aumento del

131%, cosa que no sucedió en los países que

aplicaron las medidas mencionadas.

En conclusión, los aumentos de precios de

los alimentos argentinos se multiplicaron

por más de cinco respecto de los mismos

aumentos de precios en Perú, se triplicaron

respecto de los precios de Brasil, México y

Chile, y se incrementaron una vez y media

más que los de Uruguay.

Por lo tanto, las alzas desmedidas de los

precios de los alimentos en la Argentina se

deben a otras causas, distintas del aumento

de los precios internacionales, ya que los

países vecinos han logrado contener la in-

flación, produciendo más alimentos, como

es el caso de Brasil y Uruguay.

Por otra parte, se puede observar que el

aumento del precio internacional de las

materias primas no tiene una correlación

directa respecto del aumento de los precios

de los alimentos al consumidor, puesto que

el valor de estos últimos tienen otros com-

ponentes que varían en forma distinta al de

los precios de los commodities. Por ejemplo,

el componente del trigo en el precio al con-

sumidor del pan es de sólo el 9%, el resto

está conformado por salarios, electricidad,

impuestos, alquileres y otros insumos.

Visiones distintas ante una misma oportunidad: una odiosa comparación

Resulta interesante observar la política bra-

sileña frente a estos fenómenos, que permi-

tió a los productores aprovechar la oportu-

nidad del contexto internacional acoplando

los precios, pero a la vez, trató de moderar

dicho efecto mediante la reducción de la

carga tributaria (en el caso del trigo y la

harina de trigo), la liberación de stocks de

alimentos por parte de la Compañía Nacio-

nal de Alimentos de Brasil (CONAB); prin-

cipalmente para el caso de porotos y arroz,

aunque también lo han hecho en menor

medida con la leche en polvo.

Acompañaron a estas medidas, el refuerzo

de una red de protección social por medio

de planes de transferencias condicionadas,

como el programa “Bolsa Familia” que cu-

e m p r e s ae c o n o m í a

EVOlUCIóN DEl VAlOR DE lA CANASTA BáSICA DE AlIMENTOS ENTRE DICIEMBRE DE 2001 y MARzO DE 2010 -en función del funcionario responsable por las políticas de precios, en $-

Fuente: IEE-SRA en base a INDEC y Dirección de Estadística de Santa Fe

Las políticas públicas instrumentadas

estuvieron lejos de ser eficientes, puesto

que al mismo tiempo que generaron

fuertes desincentivos a la producción,

minaron la vinculación de las cadenas

productivas, lo que redundó en una

caída de la oferta de alimentos.

Page 35: Revista EMPRESA 199

Primavera 2010 Página 33

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República Argentina

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Estudio RIMOLDI

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brió 11 millones de familias y cuyo gasto to-

tal se incrementó un 53% entre 2007 y 2009,

alcanzando los 6.309 millones de dólares.

Una reacción diametralmente opuesta tuvo

el gobierno argentino, tomando esta oportu-

nidad como una amenaza.

Así bajo el supuesto argumento de des-

acoplar los precios internos de los inter-

nacionales, se manipularon los registros

de exportación, los precios FOB índices, se

migró el sistema de registración automá-

tica de las exportaciones a un sistema de

administración de la oferta exportable en

base a una confusa matriz agroalimentaria,

se cerraron las exportaciones de carnes, se

cupificaron las ventas externas de cereales,

se otorgaron compensaciones discreciona-

les que distorsionaron las señales de precio

y fueron un importante foco de corrupción,

se aumentaron los derechos de exportación,

las listas de precios de la hacienda pusieron

al borde de la quiebra al Mercado de Liniers,

y se impusieron restricciones a la oferta

como el peso mínimo de faena, entre otras

medidas.

Estas distorsiones aplicadas desde media-

dos de 2006 han generado importantes

restricciones de oferta. Ejemplos de esto

son el área sembrada con trigo de la última

compaña agrícola, que fue la más baja de

los últimos 111 años, y la caída del stock ga-

nadero, que fue del 18% hacia fines de 2009.

Las señales de precios no solo han distor-

sionado las decisiones de inversión sino

que, al mismo tiempo, han generado fuertes

desequilibrios dentro de las cadenas de va-

lor. Para citar algunos ejemplos, en el caso

de los quesos, el cierre de las exportaciones

en 2008 alteró las relaciones de fuerzas en

favor de la comercialización por el exceso

de quesos en el mercado; los molinos ha-

rineros y las usinas lácteas obtuvieron im-

portantes beneficios por comprar el trigo o

leche sin la competencia de la exportación;

e m p r e s ae c o n o m í a

Page 36: Revista EMPRESA 199

Página 34 EMPRESA Nº199

al igual que el caso de las planta frigoríficas

que elaboran carnes termo procesadas, que

se beneficiaron por la baja del precios de las

vacas, durante los meses de descarte, por

las restricciones a la exportación de carne.

Las distorsiones de precios relativos de los

productos han impulsado decisiones de limi-

tar la producción de algunos productos e in-

centivar artificialmente la de otros negocios.

Un ejemplo de esto es la mayor área sembra-

da con soja respecto del resto de las activi-

dades agrícolas, cuyo resultado lo absorbe la

demanda internacional. El ejemplo inverso es

el faltante de manteca. Durante los últimos

veinte años, con un kilo de queso cuartirolo

se podían comparar 3.7 paquetes de manteca

de 200 gramos, pero desde que el precio de la

manteca está regulado se pueden adquirir 5,4

paquetes. Producto de esta distorsión de pre-

cios relativos en la manteca, las usinas optan

por destinar la grasa de la leche a elaborar

otros productos y, por tanto, el que sufre las

consecuencias es el consumidor.

Por ultimo, las políticas de restricciones a

las exportaciones no solo nos han hecho

perder buena parte del market share del

comercio internacional de productos ali-

menticios, sino que tampoco sirvieron para

contener los precios al consumidor, puesto

que desde 2006 se observa un incremento

del 100% de la Canasta Básica de Alimentos

(CBA). Cabe mencionar que en el mismo

período la CBA de San Pablo, Brasil se incre-

mentó un 42%.

Seguiremos tapando el medidor con los troncos de madera o encontraremos manteca en el supermercado

La oportunidad que tuvo nuestro país de

aprovechar un contexto global favorable

sólo sirvió para cubrir las necesidades fis-

cales del gobierno y para hacer frente a la

expansión inédita del gasto público, que en

2010 representa el 44% del PBI.

Las políticas públicas instrumentadas es-

tuvieron lejos de ser eficientes puesto que,

al mismo tiempo que generaron fuertes

desincentivos a la producción, minaron la

vinculación de las cadenas productivas, re-

dundando en una caída de la oferta de ali-

mentos. Además, sirvieron para tensar más

el consumo, generando mayor aumentos de

precios que en otros países.

Muy bueno es el testimonio de las políticas

públicas aplicadas en Chile, Uruguay y Brasil

que impulsaron el crecimiento equilibrado de

sus economías, aprovechando las oportuni-

dades del contexto, para traducirlo en: creci-

miento económico, inversión, generación de

empleo genuino, precios controlados, cuentas

fiscales ordenadas y acceso al crédito inter-

nacional con tasas de interés favorable a los

negocios y un tipo de cambio que apuntó a

mantener el valor de la moneda y, por lo tan-

to, el nivel de ingreso real de la gente.

Ese debería ser el camino a seguir por Argen-

tina para volver a la senda del crecimiento,

retornando a la normalidad de los mercados

para recuperar el sistema productivo, que -le-

jos de seguir yendo al supermercado para no

encontrar manteca- nos permita generar el

marco de negocios necesario para atraer in-

versiones y generar empleo, única vía genui-

na que garantizará la seguridad alimentaria a

todos los argentinos.

e m p r e s ae c o n o m í a

Las alzas desmedidas de los precios de los

alimentos en la Argentina se deben a otras causas, distintas del aumento de

los precios internacionales, ya que los países vecinos han logrado contener la

inflación, produciendo más alimentos, como es el caso de Brasil y

Uruguay.

Page 37: Revista EMPRESA 199
Page 38: Revista EMPRESA 199

Página 36 EMPRESA Nº199

e m p r e s ae c o n o m í a

la economía de la miseriaLos “términos del intercambio” no lo explican todo

Jorge Hayzus

“¿En qué forma podríamos dirigir una política de rehabilitación y recuperación para que la tierra sirva de base a una “economía de subsistencia”, que supere las condiciones de indigencia y de miseria reinantes, para vergüenza de los más favorecidos?”, se pregunta Hayzus.

En esta línea, el autor nos propone como iniciativa disparadora –en el contexto de un resurgimiento de la actividad primaria en la economía mundial- un trabajo mancomunado de los gobiernos nacionales, provinciales y municipales con el objeto de favorecer el “regreso a la tierra”, la “vuelta al pago”, que no es otra cosa que ofrecer a las poblaciones hacinadas y sin futuro de los conglomerados suburbanos la posibilidad de “volver a empezar”, reinsertándose en regiones y tierras de nuestro país que tienen todo por hacer.

Jorge R. hayzus es Abogado (UBA). Bachellor of laws (yale University). Ex docente en la UCA y el ESEADE. Miembro de la Academia de Mercado de Capitales (USAl). Socio vitalicio ACDE.

Desde la CEPAL, en Santiago de Chile, nues-

tro celebrado Raúl Prebisch difundió los

estudios que demostraban la inferioridad

de condiciones que afectaba a los países

productores de bienes primarios (commodi-

ties, principalmente alimenticias) frente a

los países industrializados. La razón era que

los precios de exportación de dichos bienes

eran relativamente bajos, mientras los pro-

ductos industriales se vendían caros. Los

países que debían abastecerse en el exterior

lo hacían porque carecían de industrias

propias, y como el costo de dichas importa-

ciones era alto, se veían forzados a restrin-

girlas, lo cual limitaba sus posibilidades de

desarrollo.

Desde hace unos años, se han invertido los

“términos del intercambio”, debido a que la

competencia entre productores de bienes

industrializados les ha obligado a mantener

sus precios, en tanto que los proveedores de

materias primas y alimentos han visto cre-

cer la demanda y subir el nivel de precios.

En menos de cuarenta años, el barril de pe-

tróleo aumentó de 3,50 dólares a 30, 60, 90,

120 hasta 150 dólares, y hoy se cotiza entre

75 y 80. Cierto que mientras tanto, el poder

de compra del dólar bajó sustancialmente

por la inflación interna en Estados Unidos.

En materia de cereales pasó lo mismo. El

trigo y el maíz tuvieron un “precio sostén”

en los Estados Unidos desde los años trein-

ta, tratándose de un país con amplios sal-

dos exportables.

El resurgimiento del sector primario en la economía

Hoy la demanda a nivel mundial ha cre-

cido tanto, con la participación de China,

que los precios se han vuelto muy remu-

Page 39: Revista EMPRESA 199

Primavera 2010 Página 37

nerativos. Lo prueba la avidez del Gobier-

no argentino en llevarse una buena tajada

de los valores de exportación, bajo el eu-

femismo de “retención”, que es el equiva-

lente de los tipos de cambio diferenciales

establecidos al comienzo de la primera

presidencia de Perón.

Mientras tanto, las políticas de estímulo a la

industrialización vernácula se habían hecho

sentir en el desplazamiento de la población

desde las áreas rurales (castigadas por los

términos adversos del intercambio) hacia

las ciudades, donde crecían las fábricas.

Por una parte, despoblación del “campo”,

por otra, aglomeración en suburbios y “vi-

llas de emergencia”. Las escasas obras de

infraestructura se hicieron en función de

la concentración urbana y las áreas rurales

quedaron cada vez más rezagadas.

Así que en la actualidad, la Argentina pade-

ce las consecuencias sociales de la indus-

trialización forzada en su momento por la

limitación de importaciones, mientras la

tecnificación de las explotaciones agrícolas

y ganaderas hace resurgir hasta niveles

sorprendentes la participación del “sector

primario” en la economía del país. Si antes

había que tratar de salir del “primario” para

entrar en el “industrial”, sinónimo de desa-

rrollo, ahora puede pensarse en industrias

y servicios que acompañen en términos

tecnológicos a la vigorosa actividad de las

áreas rurales.

Y mientras tanto, ¿qué se hace con el atraso

acumulado en muchas regiones del país y

con el ardiente problema de las aglomera-

ciones urbanas? Durante mucho tiempo, los

economistas se referían a las poblaciones

retrasadas, o sea en estado pre-industrial,

como sujetas a una “economía de subsis-

tencia”. Tal vez haya llegado el momento de

definir los caracteres y las condiciones de

esa economía, dado que parecían asegurar

por lo menos la subsistencia. Ojalá pudie-

sen darse de nuevo los factores –al alcance

de la población desvalida- para que ésta

sobreviva.

El drama de los conglomerados suburbanos

Pues el tema del

“desarrollo” (dicho

en el espíritu de

los años sesenta)

arrastra consigo

algo que hoy es

más que subdesa-

rrollo: es miseria y

estancamiento, es

desnutrición, enfer-

medad y muerte.

Las voces de alarma

se han dejado oír,

y de lo que se trata

no es examinar las

estadísticas a lo largo del tiempo, sino “hacer

algo” para que la angustiosa situación evo-

lucione para mejor. Hasta ahora las políticas

públicas se han inclinado hacia los planes de

asistencia en dinero, mientras una intensa

actividad privada se dirige hacia los centros

médicos, los programas alimentarios y el es-

tímulo a la acción comunitaria.

En general, resulta difícil conjugar subsisten-

cia con trabajo, siendo que sin trabajo no hay

progreso, pues se asocia trabajo con empleo y

la subsistencia con el ingreso de dinero. Y para

muchas personas resulta difícil conseguir em-

pleo, así se trate de tareas ocasionales (“chan-

gas”). Con una calificación específica, o sea una

base de conocimientos prácticos, avanzan las

tareas bien remuneradas, como ser las de las

empleadas domésticas, los técnicos en repa-

raciones, los artesanos que operan por cuenta

propia. Pero allá afuera, en los conglomerados

suburbanos, lo que más se ve es gente desvali-

da, personas que muy poco pueden hacer por

sí mismas en su propio beneficio. Las carencias

repercuten sobre niños y jóvenes, augurando

un porvenir mediocre, cuando no desastroso,

para el conjunto de la Nación.

Se acabó “la Argentina, país rico”. Un siglo

de deterioro económico -como lo describe

Cortés Conde en un artículo publicado por

e c o n o m í a

Hayzus: “En general, resulta difícil conjugar

subsistencia con trabajo, siendo que sin trabajo no hay progreso, pues se asocia trabajo con

empleo y la subsistencia con el ingreso de dinero”.

Page 40: Revista EMPRESA 199

Página 38 EMPRESA Nº199

La Nación, el 14 de mayo del 2010- deja

huellas demográficas y culturales muy

profundas. Si todavía abundan los recursos

naturales, no están siendo aprovechados en

el sentido de la igualdad de oportunidades

y con efectos sobre el bienestar general. De

allí que quepa preguntarse: ¿Qué estamos

haciendo con la tierra, ese “bien de capital”

que nos proveyó la naturaleza y que tanto

ayudó al despegue en tiempos remotos?

¿En qué forma podríamos dirigir una polí-

tica de rehabilitación y recuperación para

que la tierra sirva de base a una “economía

de subsistencia”, que supere las condiciones

de indigencia y de miseria reinantes, para

vergüenza de los más favorecidos?

El regreso a la tierra

A título de hipótesis,

sugiero retomar el

camino de los pobla-

dores norteamerica-

nos que marcharon

hacia el Oeste para

ocupar las tierras

vírgenes y labrar su

porvenir en granjas

unifamiliares. Ya

lo hicieron, a fines

del siglo XIX, los

colonos inmigrantes

europeos. Lo hacen

hoy, los bolivianos y

paraguayos que se afincaron en tierras labo-

rables para producir verduras y frutas que

abastecen a la población urbana, que crían

gallinas y tienen para comer.

Advierto desde ya las dificultades que se

oponen a un cambio de vida en las familias

precariamente instaladas en los suburbios

de las grandes ciudades, en donde pueden

“prenderse” de un cable de electricidad para

gozar de la televisión, aunque les falte agua

corriente y cloacas. Pero quiero imaginar-

me que algunas de esas familias, antes que

esperar una vivienda digna, podrían respon-

der a una oportunidad de salir al campo y

ponerse a trabajar en provecho propio.

En esos términos, el “asistencialismo”, que

no cambia nada en el fondo, se reorientaría

hacia la gradual descongestión de los conglo-

merados urbanos ofreciendo a sus moradores

los medios para “empezar de nuevo” con una

perspectiva alentadora. Nada podrá suplir el

esfuerzo propio y la fe en un porvenir mejor,

pero con el mismo dinero de “Planes”, que

siguen prolongando un doloroso statu quo,

podría alentarse un cambio de actitud.

El próximo Censo Nacional dará algunas

indicaciones acerca de qué ha pasado con

las Provincias que cayeron debajo del pro-

medio general en cuanto al crecimiento de

su población, cuántas lo superaron, en qué

medida avanzó la concentración urbana y,

en especial, cuál es el estado actual de los

24 Partidos de la provincia de Buenos Aires

que rodean a la Capital Federal.

Con estos datos podrían reunirse autoridades

de las Provincias y del Gobierno Nacional

para explorar juntas la posibilidad de accio-

nes coordinadas en el sentido de favorecer “el

regreso a la tierra”, “la vuelta al pago”. Segu-

ramente hay municipalidades de pueblos chi-

cos que se interesarían en reinstalar familias

con voluntad de progreso. Tierras sin uso po-

drían ser arrendadas a largo plazo y divididas

en chacras de 4,6 y 8 hectáreas, equipadas

con molinos de viento para bombear agua.

Los expertos en cultivos de huerta y los asis-

tentes sociales abreviarían los plazos para la

ambientación de las personas y la puesta en

marcha de producciones en pequeña escala.

Apenas se alcanza a esbozar un tal progra-

ma socio-económico, pero lo dicho aspira

a suscitar la esperanza de que es posible

revertir el deterioro, por más que sus ma-

nifestaciones vayan a perdurar toda una

generación. Lo importante es empezar el

proceso inverso, con cursos de acción que

consigan apoyo popular y provean las opor-

tunidades de “cambio para mejor” que los

más avisados sabrán aprovechar.

e c o n o m í a

Nada podrá suplir el esfuerzo propio y

la fe en un porvenir mejor, pero con el

mismo dinero de “Planes”, que siguen

prolongando un doloroso statu quo,

podría alentarse un cambio de actitud.

Page 41: Revista EMPRESA 199
Page 42: Revista EMPRESA 199

Página 40 EMPRESA Nº199

Sociedad

En los albores del Bicentenario, las transgre-

siones en materia institucional y la falta de

valores republicanos, han sido y siguen sien-

do una característica distintiva de nuestra so-

ciedad. La aparición transitoria de líderes que

venden una oferta diferente en sus discursos,

y luego se mimetizan con la oferta tradicional

del “vale todo” en sus conductas, ha fracasado

por derecha y por izquierda.

En buena parte de nuestra sociedad, no hay

demanda de República y, por lo tanto, lo

razonable es que la oferta que hoy tenemos

se adapte a esa frágil demanda. La raza

“político argentino”, que podría extenderse

salvo honrosas excepciones, a las dirigen-

cias sindical y empresaria, tiene que ver con

esta pobre demanda ciudadana.

Ejemplos cotidianos confirman que los

políticos tienen una razón irrefutable que

justifica su accionar. A buena parte de la

población le importa un bledo que algunos

se candidateen para nunca asumir. La con-

fesión de una estafa electoral parece no te-

ner entidad de estafa electoral y ni siquiera

merece un castigo social generalizado.

El saqueador más significativo, por décadas,

ha sido el Estado Nacional, sin importar

quién ejerza el gobierno ni la conducción

máxima del poder judicial. Mientras, como

sociedad, de modo inmediato, no percibimos

circunstancias que nos afecten el bolsillo o

nuestras vidas, el “vale todo” es tolerable.

La dirigencia empresaria, que hasta hace muy

poco aplaudía y ahora duda, a corto plazo cri-

ticará. Un ex ministro de este gobierno afirmó

Ernesto Rey

Docente universitario. Consultor de empresas. Socio ACDE, IAEF.

Página 40 EMPRESA Nº19

Page 43: Revista EMPRESA 199

¿Oferta o Demanda?que a la Presidente le mienten sus ministros y

secretarios, pero en el mismo artículo halagó

al padre de ese estilo como un ejemplo de

buena presidencia. Estos testimonios nos se-

ñalan, por un lado, que todas las universida-

des -y no solo las públicas- deben revisar sus

planes de estudio. Si no trabajamos profun-

damente con el sistema educativo, en lugar

de formar estudiantes estaremos formando,

en el mejor de los casos, emigrantes.

La pobreza y la falta de educación republi-

cana siguen siendo funcionales a toda la

clase dirigente, y los incentivos perversos al

manejo del poder continúan vigentes para

empresarios, sindicalistas o políticos.

Si algo podemos y debemos aportar antes

del 2010 es al debate y a las propuestas

sobre qué demanda queremos como ciuda-

danos. La oferta política se adaptará a esa

nueva realidad. Debemos consensuar reglas,

respetarlas y sancionar su incumplimiento.

El uso de la mentira y las falsas estadísticas

no deben ser alternativas del oficialismo

ni de la oposición. Podremos tener delin-

cuencia, que deberemos combatir con la ley,

pero es inadmisible que aceptemos convivir

con impunidad.

El beneficio tan mágico y transitorio del

“vale todo”, que ha sido materia prima

esencial de nuestra decadencia, debe termi-

nar. No hay ninguna razón divina para estar

condenados al éxito, pero tampoco estamos

condenados al fracaso que pronostican los

gurúes del apocalipsis. Todos deberemos

comprometernos en esta tarea.

La verdadera razón, que nos debería mo-

tivar a ser optimistas, es que el cambio

depende de todos y cada uno de nosotros.

Sin importar nuestra tendencia ideológica,

debemos trabajar por el comienzo de un

cambio en la demanda republicana. Si esta-

blecemos incentivos que sean contundente-

mente favorables al deber ser y al bienestar

general, la rapidez del cambio nos asom-

brará. El círculo virtuoso nos arrasará, pues

tenemos innumerables oportunidades para

mejorar nuestra calidad ciudadana.

Con creatividad, tiempo, esfuerzo y honesti-

dad, dejaremos así a nuestros hijos y nietos

los cimientos de un país con posibilidades

de desarrollo en paz y libertad.

Invierno 2010 Página 41

Page 44: Revista EMPRESA 199

Página 42 EMPRESA Nº199

e m p r e s ae c o n o m í a

La coordinación entre lo público y lo privado como desafío para la sociedad

eduardo fracchia

“La crisis argentina en su origen más profundo es sociopolítica e institucional, que económico-financiera. Por lo tanto, cabe una reflexión que vaya más a fondo que un repaso tradicional del tablero de control de variables macroeconómicas desajustadas ante una sucesión de shocks”, afirma Fracchia.

En esta línea, el autor nos invita a reflexionar acerca de la importancia de la cooperación y de la coordinación entre lo público y lo privado para fundamentar el bienestar económico, haciendo foco en un punto de debate: ¿Cuál debiera ser el grado y alcance de esta coordinación?

“El argentino no se identifica con el Estado

porque el argentino es más un individuo que un ciudadano”.

Jorge Luis Borges

Eduardo Fracchia es Ingeniero Industrial y licenciado en Economía (UBA). Director área Economía IAE - Universidad Austral.

La coordinación entre el sector privado y el

público es clave si se pretende aprovechar

toda la dinámica del capitalismo que se

despliega en la economía moderna. Esta

meta no supone una utopía. El benchmarck

lo encontramos en países que lo han conse-

guido o que están inmersos en este proceso

de cambio. El propósito de este texto es su-

gerir algunos puntos de posible mejora en

esta agenda, que es bien amplia, y reflexio-

nar sobre cómo las empresas pueden ser

protagonistas de este diálogo constructivo

entre Estado y mercado.

La interacción entre lo público y lo privado

permite comprender cómo, cada vez más en-

tre los empresarios y ejecutivos, se despierta

un interés más genuino por los problemas y

desafíos que presenta el entorno en nuestro

propio país. En esta oportunidad parecería

que esta inquietud supera la mera mejora

del negocio particular, más asociada al lobby

sectorial. La crisis de 2001 es un aconteci-

miento que invita, en especial a la comunidad

empresarial, a reflexionar en esta dimensión

en la que el “yo argentino” que caracteriza

nuestra conducta social, según la conocida

expresión popular, debe ser superado por la

de “argentinos a las cosas”.

La crisis argentina en su origen más pro-

fundo es sociopolítica e institucional, que

económico-financiera. Por lo tanto, cabe

una reflexión que vaya más a fondo que un

repaso tradicional del tablero de control de

variables macroeconómicas desajustadas

ante una sucesión de shocks.

El debate sobre la frontera entre el Estado y el mercado

La importancia de la cooperación y la coor-

dinación público-privada para fundamentar

Page 45: Revista EMPRESA 199

Primavera 2010 Página 43

el bienestar económico es una cuestión

aceptada sin mayor discusión. El debate se

presenta, en todo caso, en el grado y alcan-

ce de esta coordinación.

Una postura minimalista, comprensible en

nuestra región por los excesos y distorsio-

nes generadas por el Estado de bienestar,

muchas veces proclive al populismo, apunta

al “Estado modesto”. Este estado mínimo

debe respetar, básicamente, los derechos

de propiedad (cuestión muy actual en el

debate argentino) asegurando, además, las

funciones tradicionales destinadas a la pro-

visión de “bienes públicos” (educación bási-

ca, salud, defensa, seguridad, etc.).

Desde una postura más amplia e integrado-

ra, se argumenta que el Estado debe tener

un papel más activo, sin que esto necesaria-

mente suponga intervenir de modo directo

en el sistema productivo. Esta posición le

concede al sector público un protagonismo

mayor que se expresa, entre otras cuestio-

nes, en una actitud proactiva para corregir

fallas del mercado y en un mayor grado

de control de aquellas áreas más sensibles

al interés de los consumidores, como es el

caso de los servicios públicos regulados.

Cuando se les pregunta a los propios argen-

tinos por el grado y modo de presencia del

Estado ideal al que aspiran, existe bastante

consenso en la respuesta, en especial desde

mediados de los noventa. Lo que claramen-

te no surge de estas encuestas de opinión es

más demanda de estatismo. Sí, en cambio,

una presencia mayor en su rol de agente de

control y supervisión.

Algunos ejemplos de cooperación en la agenda público - privada

Para que esta discusión se transforme en

agenda, presentamos algunos ámbitos don-

de este mayor grado de diálogo se ve posible

y necesario. Se refieren a cuestiones cuyo

hilo conductor está en los efectos sinérgicos

de la cooperación.

EducaciónLas experiencias exitosas de países de alta

tasa de crecimiento confirman que una de

las iniciativas que más puede aportar para

moderar y encauzar las amenazas de la

globalización, evitando que en la sociedad

se profundicen las tendencias a la mayor

exclusión, es el fortalecimiento de la edu-

cación. El modelo educativo, típico ejemplo

de interacción entre el ámbito público y el

privado, debe ser repensado para afrontar

con éxito la globalización. Particularmente,

es clave potenciar la tarea docente como

propia del agente catalizador de un proceso

que no es automatizable por ser intensivo

en el desarrollo de la reciprocidad y con-

fianza entre los formadores y quienes se

educan.

Existen muchas y buenas ideas en este ám-

bito, pero su implementación se retrasa por

falta de rédito político ya que se trata de

reformas que son necesariamente a largo

plazo. La motivación del sector privado para

impulsar temas de esta agenda es un signo

de madurez ya que los recursos humanos

son la base de la competitividad .

e c o n o m í a

Fracchia: “Como ocurre también con

las empresas, a largo plazo, lo decisivo para

la Argentina es el crecimiento”.

Page 46: Revista EMPRESA 199

Página 44 EMPRESA Nº199

El sistema educativo debe estar cerca y, en

lo posible, anticiparse a los requerimientos

del mercado de trabajo que está en per-

manente transformación. Los esfuerzos

adecuados en el terreno de la educación

básica son de alto impacto para una mejor

distribución del ingreso y de oportunidades.

Sigue todavía vigente y con más fuerza la

expresión de Sarmiento: “Hacer del país una

inmensa escuela”.

Competitividad de las cadenas de valorLas cadenas de valor, los clusters y los distri-

tos industriales típicos en países como Italia

han reemplazado el papel dinámico que el

capitalismo -según la interpretación clásica

de Max Weber- asignó históricamente a la

gran corporación industrial.

Las cadenas de va-

lor son un ejemplo

evidente de esta

necesaria relación

entre Estado y

mercado. Se requie-

re, para su mejor

funcionamiento, la

atención a los obje-

tivos comunes don-

de quien compite es

un sistema comple-

jo representado por

una matriz de rela-

ciones entre actores

privados y públicos.

Estos objetivos de-

ben ser planteados

desde una relación

de cooperación que

supere un mero

juego de suma cero, evitando la apropiación

del valor por parte del Estado de lo genera-

do por el sistema productivo privado.

La visión conjunta del problema desde una

perspectiva cooperativa a partir de una

relación ganar-ganar, donde el Estado re-

duce el costo argentino y el sector privado

asumiendo riesgo está presente, por ejem-

plo, en el desarrollo del complejo sojero,

negocio intensivo en logística y transporte.

El marco regulatorio implementado en los

años noventa para el sector eléctrico es otro

ejemplo de incentivos correctos por parte

del ámbito público para alentar la inversión

y la eficiencia. Como caso testigo actual de

falta de coordinación se puede citar la cade-

na de valor de la carne. Queda pendiente en

este sector mejorar en cuestiones relativas

a la recaudación impositiva, asignación de

la cuota Hilton, en el fortalecimiento de la

marca argentina con productos de calidad ,

entre otras cuestiones.

la negociación internacional para la inserción externaCuando reflexionamos en el plano de la

inserción internacional de Argentina, la

función del Estado se vuelve vital para abrir

espacios y alternativas de crecimiento por

la vía de consolidar o de conseguir nuevos

mercados. En este sentido, en el plano del

comercio de bienes, en particular con los

países centrales, nuestra región se enfrenta,

ahora integrada en la UNASUR, con una

alianza a veces perversa entre Estado y

mercado.

La reciente conformación de este bloque

nos mostrará hasta qué punto puede em-

parejarse un tablero político complejo para

que se pueda aspirar a rentas mayores de

modo más sostenido. Mientras tanto, la ma-

ratón comercial en búsqueda de más mer-

cados sigue y debe ser negociada país por

país, y producto por producto. Compartir la

información y encarar esta agenda de ne-

gociación de modo conjunto facilitará una

inserción mayor del país en el exterior.

¿Es posible pensar en el planeamiento estratégico común?

Las estrategias de crecimiento, tanto para

zonas específicas del país como para su

totalidad, son un ejercicio importante ya

que, como ocurre con las empresas, la

estrategia se vuelve aún más necesaria

cuando existe mayor incertidumbre. Si

e c o n o m í a

Para un país, con una estructura social

con fuerte tendencia a valorar las

cuestiones vinculadas a la equidad

y con gran tradición de movilidad

ascendente y de inclusión social, es

clave encontrar un camino donde la

coordinación entre el interés público y

la dinámica de los negocios se facilite

de modo armónico y complementario.

Page 47: Revista EMPRESA 199

Primavera 2010 Página 45

estas políticas trascienden los tiempos de

un determinado Gobierno de turno, habre-

mos dado en Argentina, un paso hacia la

madurez, ya que es mucha la energía que

se pierde por los cambios motivados por

la mera revisión crítica de lo encarado por

otras administraciones.

La observación simple de esta constante

nos advierte una tendencia muy arraigada

al revisionismo, más afín a veces al cam-

bio irreflexivo que a la puesta en común

de experiencias exitosas. Llama la aten-

ción este hecho cuando se nos observa

desde el exterior. Coincide con la descrip-

ción del ser argentino, hecha por Marco

Denevi en La República de Trapalanda, como

la de un adolescente congénito. El propio

Juan Pablo II nos definió, en 1987, como un

pueblo todavía “joven”. En este sentido, las

transiciones chilena y española son ejem-

plares. El rumbo central adoptado por es-

tos países con independencia del gobierno

es el mismo y no se ha modificado salvo

en matices. La interacción entre lo público

y lo privado se ha dado, en estos casos, de

modo más armónico.

Como ocurre también con las empresas, a lar-

go plazo, lo decisivo para la Argentina es el cre-

cimiento. Si bien existen diversas estimaciones,

hay consenso en que, durante muchos años de

la Convertibilidad, se incrementó la denomina-

da productividad total de factores y es decisivo

volver a poner las bases para que, en el futuro,

se retome esta tendencia. La productividad

total de factores recoge, precisamente, la parte

no explicada por las contribuciones del factor

trabajo o capital en el crecimiento del ingreso

nacional. Esta productividad total de factores

se vincula, en forma estrecha, a la eficiencia

en el uso de los recursos y en la incorporación

de tecnología. Se asocia, en forma directa, a la

capacidad de gestión y de reducción de costos

e c o n o m í a

Page 48: Revista EMPRESA 199

Página 46 EMPRESA Nº199

reales. En el futuro sigue siendo éste un desa-

fío clave, ya que en última instancia la llave

del crecimiento de los países está sustentada

por el monto asignado a la inversión bruta y

por el aumento sostenido de la productividad.

Ética, Estado y mercado: un diálogo cada vez más necesario

La subordinación de la economía a la ética

remite directamente al tema central de este

artículo. Los fines no deben quedar ausentes,

ya que el problema básico de la economía,

la escasez, implica un conflicto que supone

siempre decisiones prudenciales. El papel de

las mujeres y los hombres de empresa es muy

importante en este desafío hacia una socie-

dad con mayor grado de equidad tanto en los

ingresos como en las oportunidades. Al ser la

empresa constructora y difusora de cultura,

en su actividad cotidiana crea y distribuye va-

lor. La ética constituye un impulso estratégico

claro que facilita entender cómo se vincula el

interés público con el privado.

Cabe reconocer que desde el plano de la po-

lítica económica (contribución del Estado)

no hay mejor aporte

para los negocios y

para los ciudadanos

en general, en un

país cuya historia

económica está

muy asociada al

fenómeno del ciclo,

que anticipar estas

fluctuaciones dis-

minuyendo los cos-

tos de los shocks.

Es clave, por otra

parte, dadas es-

tas fluctuaciones,

evitar un riesgo

siempre presente

para el desarrollo

del capitalismo en

países aún en de-

sarrollo, que es su

cuestionamiento en bloque, con actitudes

a veces poco maduras, como si todas las

dificultades fuesen intrínsecas al sistema.

En definitiva, buena parte de la reflexión

crítica sobre los años 90 tiene que ver con la

necesidad futura de una mejor articulación

entre el ámbito público y el privado. Para un

país con una estructura social con fuerte

tendencia a valorar las cuestiones vincu-

ladas a la equidad, y con gran tradición de

movilidad ascendente y de inclusión social,

es clave encontrar un camino donde la co-

ordinación entre el interés público y la di-

námica de los negocios se facilite de modo

armónico y complementario.

Sobre la base de grandes desafíos: educa-

ción para la equidad y la competitividad,

fortalecimiento de cadenas de valor y mayor

inserción internacional, hemos presentado

sólo algunos ejemplos concretos de esta

necesaria coordinación. El objetivo siempre

es apuntar al crecimiento con mayor fortale-

cimiento institucional. La referencia ética al

bien común alienta a una cooperación efec-

tiva que evite comportamientos individua-

listas como son aquellos con los que Borges

identificaba a los argentinos.

e c o n o m í a

Existen muchas y buenas ideas en el ámbito de la educación, pero su

implementación se retrasa por falta de rédito

político ya que se trata de reformas que son

necesariamente a largo plazo. La motivación

del sector privado para impulsar temas de esta agenda es un signo de

madurez ya que los recursos humanos son la

base de la competitividad.

Page 49: Revista EMPRESA 199

Primavera 2010 Página 47

e m p r e s as o c i e d a d

riesgo, corto plazo y calidad de

las instituciones

tomás Aberastain

El corto plazo asociado al riesgo argentino va socavando, por un lado, el espíritu empresarial y, por el otro, el sano espíritu de la política. Atrapa tanto a unos como a

otros, y entorpece su misión en la sociedad.

En este sentido, Aberastain sostiene que es necesario encontrar los caminos que disminuyan el riesgo de invertir en la Argentina. Y tal riesgo tiene un alto componente

cualitativo, que no es otro que el vinculado con nuestras instituciones.

El riesgo, el corto plazo y la calidad de las

instituciones tienen en nuestro país un vín-

culo importante y condicionan el comporta-

miento de los argentinos en cuanto agentes

económicos.

Todo hombre de negocios analiza aspectos

vinculados con el riesgo y la rentabilidad

antes de llevar adelante cualquier inver-

sión. No es necesario decir que la percep-

ción del riesgo, que involucra cualquier in-

yección de fondos, va a condicionar la tasa

de rentabilidad que pretenda por la misma.

La rentabilidad está atada necesariamente

a un componente temporal. Por ejemplo, si

alguien recibiera por su inversión un retor-

no del 20% anual, bastaría con retirar los

intereses durante cinco años para recuperar

la totalidad del capital invertido a valores

corrientes, aunque sin renta adicional. Una

tasa mayor o menor, impactaría en un recu-

pero más veloz o más lento de la inversión.

Si los inversores perciben un alto riesgo,

entonces pretenderán recuperar su dinero

más rápidamente, por lo que, en materia de

tasa de interés, requerirán un porcentaje

mayor. La tasa de rentabilidad es la contra-

cara del plazo de recupero y refleja el riesgo

percibido.

Alto riesgo y corto plazo van de la mano

No todos los países son vistos por los mer-

cados como igualmente riesgosos. Siguien-

do el razonamiento anterior, resulta claro

entender que un inversor pretenda recu-

perar rápidamente una inversión llevada a

cabo en un país de alto riesgo, y que admita

plazos más extensos para el recupero de co-

locaciones hechas en países cuyo riesgo es

percibido como menor.

Medidos con esta vara entonces, puede

clasificarse a los países en relación a su ho-

rizonte de riesgo. Por lo tanto, existen países

para el largo plazo y países para el corto

plazo.

Alto riesgo y corto plazo son conceptos

que van de la mano. Un país riesgoso es un

país obligado, por tal condición, a vivir en

la inmediatez. Sus habitantes se adaptan

asumiendo una actitud cortoplacista en sus

negocios, actitud que con el tiempo se ex-

Tomás Aberastain es licenciado en Economía. Fue Head de Finanzas Corporativas en Banesto Banco Shaw, Gerente de Banca Corporativa en el Banco de Crédito Argentino y en BBVA Banco Francés. Estructuró fideicomisos financieros para el sector productivo y de infraestructura.

Page 50: Revista EMPRESA 199

Página 48 EMPRESA Nº199

tiende a otros ámbitos de sus vidas. En prin-

cipio abandonan la planificación, incorpo-

rando una mirada que no va no más allá de

lo que pueden abarcar en el presente. Es así

que se vuelven propensos a festejar los re-

sultados inmediatos de sus actos, sin medir

sus consecuencias. Como adolescentes, dis-

frutan noches de borrachera, olvidándose

de la resaca. Cuando piensan en el prójimo,

distribuyen limosnas y no dan trabajo ni

educación. Cuando piensan en sus finanzas,

consumen antes que invertir.

Los inversores suelen manejar sus porta-

folios asumiendo distintos niveles de ries-

go. Tradicionalmente distribuyen un alto

porcentaje de su dinero en colocaciones de

bajo riesgo, con baja rentabilidad y un lento

aunque constante recupero de su capital,

y se reservan un porcentaje menor para

arriesgar en apuestas de rápido retorno.

Un país considerado altamente riesgoso y

cuya economía es pequeña, siempre ob-

tendrá capitales si está dispuesto a ofrecer

rentabilidades suficientemente altas que

se condigan con su horizonte de riesgo,

aunque quedará condenado al corto plazo.

Quienes residen en estos países también

manejan un portafolio de inversiones, solo

que las más riesgosas son precisamente las

que están radicadas en sus países de resi-

dencia y, por esto mismo, su peso relativo

en materia de su distribución suele ser ma-

yor al que recomendaría un portfolio mana-

ger tradicional. Es por eso que estos países

padecen los efectos de la fuga de capitales.

Paradójicamente, los propios residentes

de estas naciones, al aceptar retornos

más lejanos en el tiempo por sus inversio-

nes en el exterior, facilitan en los países

receptores, el desarrollo de emprendi-

mientos que agregan más valor a esas

comunidades y las hacen más estables,

aunque en detrimento de las propias.

la calificación de la Argentina

Asistí a las dos últimas reuniones anuales

convocadas por Moody’s en Buenos Aires.

Como es habitual en estos encuentros, se

escucharon exposiciones relativas a las me-

todologías de evaluación de riesgos para las

deudas emitidas por sectores productivos

y financieros, así como la evaluación de los

riesgos soberanos. En cuanto a la Argentina,

en ambas reuniones se destacó una parti-

cularidad que no se repetía, al menos, en el

resto de la región.

La calificación de la Argentina no alcanza el

grado de inversión, por lo que es considerada

un país de alto riesgo. No voy a poner cifras

en este escrito, pero sorprende ver la compa-

ración de ciertos indicadores con aquellos de

economías calificadas con el mismo riesgo

argentino. Nuestro país es mucho más gran-

de que nuestros socios en el infortunio, sus

habitantes somos más ricos en promedio,

nuestra deuda es razonable si se la compara

con nuestro PBI y no tenemos déficit fiscal.

Finalmente, los vencimientos de deuda in-

mediata son de una magnitud perfectamente

financiable para un país con tales indicado-

s o c i e d a d

Aberastain: “El riesgo, el corto plazo y la calidad

de las instituciones tienen en nuestro país un vínculo importante y condicionan

el comportamiento de los argentinos en cuanto

agentes económicos”.

Page 51: Revista EMPRESA 199

Primavera 2010 Página 49

res. El riesgo argentino para los mercados in-

ternacionales radica fuertemente en nuestra

debilidad institucional. Es fundamentalmente

cualitativo.

Los empresarios argentinos, como tales,

tienen radicadas en el país inversiones

productivas que, por su carácter y su peso

específico en materia de su portafolio, se

asimilan a las que destinarían a países poco

riesgosos. Este conflicto los lleva a intentar

proteger su capital, acortando, en épocas

sensibles, su horizonte de riesgo. Los recur-

sos de los que habitualmente echan mano

son los siguientes: disminuyen el ritmo de

inversiones tendientes a reponer y/o moder-

nizar la capacidad instalada, van hacia la

informalidad con el objeto de reducir costos

laborales y fiscales y ante la pérdida de pro-

ductividad, solicitan subsidios y proteccio-

nes arancelarias para sus productos.

Todo esto los afecta porque choca con su

más íntimo espíritu emprendedor, con los

siguientes agravantes: la falta de inversio-

nes los hace vulnerables; los subsidios y

demás protecciones los hacen dependien-

tes de las autoridades que los otorgan; y

la informalidad les impide reclamar, con

suficiente énfasis, reglas de juego estables y

equitativas.

El ambiente cortoplacista también afecta a

la clase política que concentra su energía

en ganar su lucha por el poder, se encierra

en su propio mundo, confunde oportunidad

política con políticas de estado, y poder con

estatismo. En definitiva, se divorcia del resto

de la comunidad abandonando el uso de las

herramientas adecuadas para solucionar sus

problemas. Entiendo que estas deformaciones

también son opuestas al espíritu del político.

El corto plazo enton-

ces, asociado al riesgo

argentino, va soca-

vando, por un lado,

la empresarialidad

y, por el otro, el sano

espíritu de la política.

Atrapa tanto a unos

como a otros y entor-

pece su misión en la

sociedad.

Es así que es necesario encontrar los cami-

nos que disminuyan el riesgo de invertir en

la Argentina. Los analistas perciben que tal

riesgo tiene un alto componente cualitativo

vinculado con nuestras instituciones. Me-

jorar su calidad supone llevar adelante un

meditado diagnóstico, que nos permita en-

contrar las herramientas con las que, desde

nuestro lugar en la comunidad, podamos

hacer nuestro aporte a su fortalecimiento.

La más eficaz protección de nuestras inver-

siones pasa por alcanzar este objetivo.

s o c i e d a d

La tasa de rentabilidad es la contracara

del plazo de recupero y refleja el

riesgo percibido.

Page 52: Revista EMPRESA 199

Página 50 EMPRESA Nº199

e m p r e s ap o l í t i c a

La omnipotencia del estado es la negación de la libertad individual

Juan bautista Alberdi

“Dejar en manos del Gobierno de la Patria todo el poder público adjudicado a la Patria misma, es dejar a todos los ciudadanos que componen el pueblo de la Patria sin el poder individual en que consiste la libertad individual, que es toda y la real libertad de los países que se gobiernan, que se educan, que se enriquecen y engrandecen a sí mismos, por la mano de sus particulares, no de sus Gobierno”, señalaba Alberdi, durante un acto académico realizado en la Universidad de Buenos Aires.

Las raíces de la tiranía, su crítica a la omnipotencia del Estado, el poder del individuo, son algunas de las cuestiones que el autor fue aportando a la reflexión, manteniendo como hilo conductor de este texto, que extractamos, el valor de la libertad del hombre. Especialmente puntualizaba que no son las libertades de la Patria las que han engrandecido a las naciones modernas, sino las libertades individuales con las que el hombre ha creado y labrado su propia grandeza personal, factor elemental de la grandeza de las naciones realmente libres.

Estimado lector, lo invitamos a releer en estás páginas a Alberdi. Seguramente nos permitirá actualizar o descubrir a uno de los pensadores políticos más fecundos y comprometidos de nuestra historia. Justamente, en el bicentenario de su nacimiento.

Extracto, edición y subtitulado del discurso pronunciado en el acto de graduación de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, de la Universidad de Buenos Aires, el 24 de mayo de 1880. En la oportunidad fue nombrado Miembro Honorario de esa Facultad. Este documento es reproducido de sus “Obras Selectas”. Juan Bautista Alberdi nació el 29 de agosto de 1810 en San Miguel de Tucumán, y su madre murió en el par-to. Falleció en la pobreza, en un suburbio de París, el 19 de junio de 1884.

Una de las raíces más profundas de nues-

tras tiranías modernas en Sud-América es

la noción greco-romana del patriotismo y

de la Patria, que debemos a la educación

medio clásica que nuestras universidades

han copiado a la Francia.

La Patria, tal como la entendían los griegos

y los romanos, era esencial y radicalmente

opuesta a lo que por tal entendemos en

nuestros tiempos y sociedades modernas.

Era una institución de origen y carácter reli-

gioso y santo, equivalente a lo que es hoy la

Iglesia, por no decir más santo que ella, pues

era la asociación de las almas, de las perso-

nas y de los intereses de sus miembros.

Su poder era omnipotente y sin límites res-

pecto de los individuos de que se componía.

La Patria, así entendida, era y tenía que ser

la negación de la libertad individual, en la

que cifran la libertad todas las sociedades

modernas que son realmente libres. El

hombre individual se debía todo entero a

la Patria; le debía su alma, su persona, su

voluntad, su fortuna, su vida, su familia, su

honor.

La gran revolución que trajo el cristianismo

en las nociones del hombre, de Dios, de la

familia, de la sociedad toda entera, cambió

radical y diametralmente las bases del sis-

tema social grecoromano. Sin embargo, el

renacimiento de la civilización antigua de

entre las ruinas del Imperio Romano y la

formación de los Estados modernos, conser-

varon o revivieron los cimientos de la civili-

zación pasada y muerta, no ya en el interés

Page 53: Revista EMPRESA 199

Primavera 2010 Página 51

de los Estados mismos, todavía informes,

sino en la majestad de sus gobernantes, en

quienes se personificaban la majestad, la

omnipotencia y autoridad de la Patria.

De la omnipotencia de los reyes a la del Estado o la Patria

De ahí el despotismo de los reyes absolutos

que surgieron de la feudalidad de la Europa

regenerada por el cristianismo. El Estado, o la

Patria, continuó siendo omnipotente respecto

de la persona de cada uno de sus miembros;

pero la Patria personificada en sus monarcas

o soberanos, no en sus pueblos.

La omnipotencia de los reyes tomó el lugar

de la omnipotencia del Estado o de la Pa-

tria. Los que no dijeron: “EI Estado soy yo”,

lo pensaron y creyeron como el que lo dijo.

Sublevados contra los reyes, los pueblos los

reemplazaron en el ejercicio del poder de la

Patria, que al fin era más legítimo en cuanto

a su origen. La soberanía del pueblo tomó el

lugar de la soberanía de los monarcas aun-

que teóricamente.

La Patria fue todo y el único poder de dere-

cho, pero conservando la índole originaria

de su poder absoluto y omnímodo sobre

la persona de cada uno de sus miembros;

la omnipotencia de la Patria misma siguió

siendo la negación de la libertad del indivi-

duo en la república, como lo había sido en

la monarquía; y la sociedad cristiana y mo-

derna, en que el hombre y sus derechos son

teóricamente lo principal, siguió en realidad

gobernándose por las reglas de las socieda-

des antiguas y paganas, en que la Patria era

la negación más absoluta de la libertad.

la libertad sagrada del individuo en las sociedades sajonas

Otro fue el destino y la condición de la

sociedad que puebla la América del Norte.

Esa sociedad, radicalmente diferente de la

nuestra, debió al origen transatlántico de

sus habitantes sajones la dirección y com-

plexión de su régimen político de gobier-

no, en que la libertad de la patria tuvo por

límite la libertad sagrada del individuo.

Los derechos del hombre equilibraron allí

en su valor a los derechos de la Patria, y

si el Estado fue libre del extranjero, los

individuos no lo fueron menos respecto

del Estado. Eso fue en Europa la sociedad

anglo-sajona y eso fue en Norte-América

la sociedad anglo-americana, caracteri-

zadas ambas por el desarrollo soberano

de la libertad individual, más que por la

libertad exterior o independencia del Es-

tado, debida mayormente a su geografía

insular en Inglaterra y a su aislamiento

transatlántico en Estados Unidos.

La libertad en ambos pueblos sajones no

consistió en ser independiente del extran-

jero, sino en ser cada ciudadano indepen-

diente de su Gobierno patrio. Los hombres

fueron libres porque el Estado, el poder de

su Gobierno no fue omnipotente, y el Estado

tuvo un poder limitado por la esfera de la

libertad o el poder de sus miembros a causa

p o l í t i c a

Alberdi: “La sociedad sudamericana estaría

salvada y asegurada en su porvenir de libertad

y de progreso, desde que fuese el egoísmo

inteligente y no el patriotismo egoísta el llamado a construir y edificar el edificio de

las Repúblicas de Sud-América”.

Page 54: Revista EMPRESA 199

Página 52 EMPRESA Nº199

de que su Gobierno no tuvo por modelo el

de las sociedades griega y romana.

Montesquieu ha dicho que la Constitución

inglesa salió de los bosques de la Germa-

nia, en lo que tal vez quiso decir que los

destructores germanos del imperio romano

fueron libres porque su Gobierno no fue

de origen ni tipo latino. A la libertad del

individuo, que es la libertad por excelencia,

debieron los pueblos del Norte la opulencia

que los distingue.

Los pueblos del Nor-

te no han debido su

opulencia y grande-

za al poder de sus

Gobiernos, si no al

poder de sus indivi-

duos. Son el produc-

to del egoísmo más

que del patriotismo.

Haciendo su propia

grandeza particular,

cada individuo con-

tribuyó a labrar la de su país.

El egoísmo bien entendido

Este aviso interesa altamente a la salvación

de las Repúblicas americanas de origen la-

tino. Sus destinos futuros deberán su salva-

ción al individualismo, o no los verán jamás

salvados si esperan que alguien los salve

por patriotismo.

El egoísmo bien entendido de los ciudada-

nos sólo es un vicio para el egoísmo de los

Gobiernos que personifican a los Estados.

En realidad, el afán del propio engrande-

cimiento es el afán virtuoso de la propia

grandeza del individuo, como factor funda-

mental que es del orden social, de la fami-

lia, de la propiedad, del hogar, del poder y

bienestar de cada hombre.

Las sociedades que esperan su felicidad

de la mano de sus Gobiernos esperan una

cosa que es contraria a la naturaleza. Por la

naturaleza de las cosas, cada hombre tiene

el encargo providencial de su propio bien-

estar y progreso, porque nadie puede amar

el engrandecimiento de otro como el suyo

propio; no hay medio más poderoso y eficaz

de hacer la grandeza del cuerpo social que

dejar a cada uno de sus miembros indivi-

duales el cuidado y poder pleno de labrar su

personal engrandecimiento. Ese es el orden

de la naturaleza, y por eso es el mejor y

más fecundo en bienes reales.

De ello es un testimonio la historia de las

sociedades sajonas del Norte de ambos

mundos. Los Estados son ricos por la labor

de sus individuos, y su labor es fecunda

porque el hombre es libre, es decir, dueño

y señor de su persona, de sus bienes, de su

vida, de su hogar. Cuando el pueblo de esas

sociedades necesita alguna obra o mejora-

miento de público interés, sus hombres se

miran unos a otros, se buscan, se reúnen,

discuten, ponen de acuerdo sus voluntades

y obran por sí mismos en la ejecución del

trabajo que sus comunes intereses necesi-

tan ver satisfecho.

En los pueblos latinos de origen los indivi-

duos que necesitan un trabajo de mejora-

miento general alzan los ojos al Gobierno,

suplican, lo esperan todo de su intervención

y se quedan sin agua, sin luz, sin comercio,

sin puentes, sin muelles, si el Gobierno no

se los da todo hecho.

Pero no debemos olvidar que no fue griego

ni romano todo el origen de la omnipoten-

cia del Estado y de su Gobierno, entre noso-

tros sudamericanos. En todo caso no sería

ese sino el origen mediato, pues el inme-

diato, origen de la omnipotencia en que se

ahogan nuestras libertades individuales, fue

el organismo que España dio a sus Estados

coloniales en el Nuevo Mundo, cuyo orga-

nismo no fue diferente en ese punto del que

España se dio a sí misma en el Viejo Mundo.

Así, la raíz y origen de nuestras tiranías

modernas en Sud-América es no solamente

nuestro origen remoto o greco-romano, sino

p o l í t i c a

La libertad en ambos pueblos sajones

no consistió en ser independiente del

extranjero, sino en ser cada ciudadano

independiente de su Gobierno patrio.

Page 55: Revista EMPRESA 199

Primavera 2010 Página 53

p o l í t i c a

también nuestro origen inmediato y moder-

no de carácter español. La España nos dio

la complexión que debía ella misma a su

pasado de colonia romana que fue antes de

ser provincia romana.

la limitación del poder del Estado respecto del individuo

La Patria en sus nociones territoriales ab-

sorbió siempre al individuo y se personificó

en sus gobiernos el derecho divino y sa-

grado que eclipsaron del todo los derechos

del hombre. La omnipotencia del Estado

o el poder omnímodo e ilimitado de la Pa-

tria respecto de los individuos que son sus

miembros tiene por consecuencia necesaria

la omnipotencia del Gobierno en que el

Estado se personifica, es decir, el despotis-

mo puro y simple. Y no hay más medio de

conseguir que el Gobierno deje o no llegue a

ser omnipotente sobre los individuos de que

el Estado se compone, sino haciendo que el

Estado mismo deje de ser ilimitado en su

poder respecto del individuo, factor elemen-

tal de su pueblo.

Si dejáis en manos de la Patria, es decir, del

Estado, la suma del poder público, dejáis

en manos del Gobierno que representa y

obra por el Estado esa suma entera del

poder público. Si lo hacéis por una Consti-

tución, esa Constitución será una máquina

productora de un despotismo tiránico que

no dejará de aparecer a su tiempo, por la

mera razón de existir la máquina que le

servirá de causa y ocasión suficiente. Por

Constitución entiendo aquí, no la ley escri-

ta a que damos este nombre, sino la com-

plexión o construcción real de la máquina

del Estado. Si esta máquina es un hecho de

la historia del país, en vano la Constitución

escrita pretenderá limitar los poderes del

Estado respecto del derecho de sus indi-

viduos; en el hecho esos poderes seguirán

siendo omnipotentes.

Dejar en manos del Gobierno de la Patria

todo el poder público adjudicado a la Patria

misma, es dejar a todos los ciudadanos

que componen el pueblo de la Patria sin el

poder individual en que consiste la libertad

individual, que es toda y la real libertad de

los países que se gobiernan, que se educan,

que se enriquecen y engrandecen así mis-

mos, por la mano de sus particulares, no de

sus Gobiernos.

De las consideracio-

nes que preceden se

deduce que el des-

potismo y la tiranía

frecuente de los paí-

ses de Sud-América,

no residen en el dés-

pota y en el tirano,

sino en la máquina

o construcción me-

cánica del Estado,

por la cual todo el

poder de sus indi-

viduos, refundido y

condensado, cede

en provecho de su

Gobierno y queda en

manos de su institu-

ción. El déspota y el

tirano son el efecto y

el resultado, no la causa de la omnipotencia

de los medios y fuerzas económicas del país

puestas en poder del establecimiento de su

Gobierno y del círculo personal que personi-

fican al Estado por la maquinaria del Estado

mismo. Sumergida y ahogada la libertad

de los individuos en ese caudal de poder

público ilimitado y omnipotente, resulta de

ello que la tiranía de la Patria, omnímoda y

omnipotente, es ejercida en nombre de un

patriotismo tras del cual vive eclipsada la

libertad del individuo, que es la libertad pa-

triótica por excelencia.

Se puede decir con verdad que la sociedad

de nuestros días debe al individualismo, así

entendido, los progresos de su civilización.

En este sentido, no es temerario establecer

que el mundo civilizado y libre es la obra

del egoísmo individual, cristianamente en-

tendido: Ama a Dios sobre todo, enseñó él,

El déspota y el tirano son el efecto

y el resultado, no la causa, de la

omnipotencia de los medios y

fuerzas económicas del país puestas

en poder del establecimiento de

su Gobierno y del círculo personal

que personifican al Estado por la

maquinaria del Estado mismo.

Page 56: Revista EMPRESA 199

Página 54 EMPRESA Nº199

y a tu prójimo como a ti mismo, santifican-

do de este modo el amor de sí a la par del

amor del hombre.

No son las libertades de la Patria las que

han engrandecido a las naciones moder-

nas, sino las libertades individuales con

que el hombre ha creado y labrado su

propia grandeza personal, factor elemen-

tal de la grandeza de las naciones real-

mente grandes y libres.

la libertad de la patria y la libertad del hombre

La libertad del

hombre puede

ser no solamente

incompatible con

la libertad de la

Patria, sino que la

primera puede ser

desconocida y de-

vorada por la otra.

Son dos libertades

diferentes que a

menudo están re-

ñidas y en divorcio.

La libertad de la

Patria es la inde-

pendencia respecto

de todo país ex-

tranjero. La liber-

tad del hombre es

la independencia

del individuo res-

pecto del gobierno

de su país propio.

La libertad de la

Patria es compati-

ble con la más grande tiranía, y pueden

coexistir en el mismo país. La libertad del

individuo deja de existir por el hecho mis-

mo de asumir la Patria la omnipotencia

del país. La libertad individual significa

literalmente ausencia de todo poder om-

nipotente y omnímodo en el Estado y en

el gobierno del Estado

La omnipotencia de la patria es excluyen-

te no sólo de toda libertad, sino de todo

progreso público, porque el obrero favorito

de este progreso es el individuo particular

que sabe usar de su energía y de su po-

der naturales, para conservar y mejorar

su persona, su fortuna y su condición de

hombre civilizado.

La sociedad sudamericana estaría salvada

y asegurada en su porvenir de libertad y de

progreso, desde que fuese el egoísmo inteli-

gente y no el patriotismo egoísta el llamado

a construir y edificar el edificio de las Repú-

blicas de Sud-América.

La omnipotencia de la patria, convertida

fatalmente en omnipotencia del Gobierno

en que ella se personaliza, es no solamente

la negación de la libertad, sino también la

negación del progreso social, porque ella

suprime la iniciativa privada en la obra

de ese progreso. El Estado absorbe toda la

actividad de los individuos, cuando tiene

absorbidos todos sus medios y trabajos de

mejoramiento.

Para llevar a cabo la absorción, el Estado

engancha en las filas de sus empleados a

los individuos que serían más capaces en-

tregados a sí mismos. En todo interviene

el Estado y todo se hace por su iniciativa

en la gestión de sus intereses públicos.

El Estado se hace fabricante, construc-

tor, empresario, banquero, comerciante,

editor y se distrae así de su mandato

esencial y único, que es proteger a los in-

dividuos, de que se compone, contra toda

agresión interna y externa. En todas las

funciones que no son de la esencia del

Gobierno, obra como un ignorante y como

un concurrente dañino de los particula-

res, empeorando el servicio del país, lejos

de servirlo mejor.

La materia o servicio de la administra-

ción pública se vuelve industria y oficio

de vivir para la mitad de los individuos

de que se compone la sociedad. El ejerci-

cio de esa industria administrativa y po-

p o l í t i c a

La omnipotencia de la Patria misma

siguió siendo la negación de la

libertad del individuo en la república,

como lo había sido en la monarquía;

y la sociedad cristiana y moderna, en

que el hombre y sus derechos son

teóricamente lo principal, siguió en

realidad gobernándose por las reglas

de las sociedades antiguas y paganas,

en que la Patria era la negación más

absoluta de la libertad.

Page 57: Revista EMPRESA 199

Primavera 2010 Página 55

lítica, que es mero oficio de vivir, toma el

nombre de patriotismo, pues toma el aire

de servicio a la Patria el servicio que cada

individuo se hace hacer por la patria para

vivir.

Naturalmente toma entonces el semblante

de amor a la Patria -gran sentimiento des-

interesado por esencia-, el amor a la mano

que procura el pan de que se vive. ¿Cómo

no amar a la Patria como a su vida, cuando

es la Patria la que hace vivir?

Así, el patriotismo no es religión como en

los viejos tiempos griegos y romanos, ni es

siquiera superstición ni fanatismo. Es mu-

chas veces mera hipocresía en sus preten-

siones a la virtud, y en realidad una simple

industria de vivir.

Como ella encierra el círculo de la actividad

humana, la libertad individual, que es la ca-

pital libertad del hombre, es la obrera prin-

cipal e inmediata de todos sus progresos, de

todas sus mejoras, de todas las conquistas

de la civilización en todas y cada una de las

naciones.

Pero la rival más terrible de esa hada de

los pueblos civilizados es la Patria omni-

potente y omnímoda, que vive personifi-

cada fatalmente en Gobiernos omnímo-

dos y omnipotentes, que no la quieren

porque es límite sagrado de su omnipo-

tencia misma. Conviene, sin embargo,

no olvidar que así como la libertad in-

dividual es la nodriza de la patria, así la

libertad de la Patria es el paladium de las

libertades del hombre, que es miembro

esencial de esa Patria. Pero ¿cuál puede

ser la Patria más interesada en conservar

nuestros personales derechos, sino aque-

lla de que nuestra persona es parte y uni-

dad elemental?

Por decirlo todo en una palabra final, la li-

bertad de la Patria es una faz de la libertad

del hombre civilizado, fundamento y térmi-

no de todo el edificio social de la humana

raza.

p o l í t i c a

No hay medio más poderoso y eficaz de

hacer la grandeza del cuerpo social que dejar

a cada uno de sus miembros individuales el

cuidado y poder pleno de labrar su personal

engrandecimiento. Ese es el orden de la naturaleza,

y por eso es el mejor y más fecundo en bienes

reales.

Page 58: Revista EMPRESA 199

Página 56 EMPRESA Nº199

Desde España

De aquellos barros…, los lodos de hoy,

que en cuestión de identificación nacio-

nal son muchos y pegajosos. Una pena,

sobre todo cuando pensamos que la piel

de toro la abona tanta sangre desde tiem-

pos de Viriato, aquel valiente pastor que

sucumbió al poder unificador de Roma.

Sangre no de una facción, de un bando,

de una ideología… Sangre de todos, la de

muchos de nuestros abuelos (bisabuelos

de las generaciones más jóvenes), la ma-

yoría buenas personas, algunos auténti-

cos héroes, que entregaron a conciencia

su juventud con tal de que la patria, ese

término que hoy se ha contagiado de un

aire rancio, que no le hace ninguna justi-

cia, permaneciera unida bajo la Historia y

los valores comunes.

El patriotismo forma parte, entre otras

cosas, de las obligaciones del buen ciuda-

dano. No me refiero, por supuesto, al pa-

triotismo partidista. Tampoco al nostálgi-

co, sino a un amor ordenado que obliga,

entre otras cosas, a pagar los impuestos

Miguel Aranguren

Escritor y artista plástico español. Colaborador para El Mundo, Telva,

el Correo y Alba, entre otros medios europeos. La hija del Ministro es su reciente y última novela publicada.

www.miguelaranguren.com.

Page 59: Revista EMPRESA 199

La patria que en justicia nos corresponden. Y digo

que es obligación porque se entronca en

el mismo amor que une las familias, esos

lazos comunes que nos empujan a la

fraternidad respecto a los que portamos

la misma sangre. Lo explica muy bien

un empresario vasco en sus memorias:

“Patria es familia, padres, antepasados,

cultura, religión, tierra, lenguaje natu-

ral, historia, sociedad propia, educación,

costumbres, proyectos, sentido moral y

tantos otros componentes de un legado

recibido”. Por tanto, la patria condensa

todo aquello que despierta nuestro sano

orgullo frente a la visión reduccionista de

quienes la interpretan –con venenosos in-

tereses- como un lastre del pasado ligado

a no se sabe qué desfiles.

La patria es la misma para todos, hom-

bres y mujeres de izquierda y de derecha,

sin excluir a nadie. Por eso, la honra y

defensa de la patria bebe de la misma ley

natural que la honra y defensa de la fa-

milia o la hacienda.

Siento que hoy los nacionalistas sean los

únicos que hacen uso de la patria, aun-

que ellos -por diferenciarse, por arrinco-

narse-, no le llamen patria sino nación,

y no a todo el territorio físico, histórico

y moral que les corresponde, sino a su

gallinero, al corral en el que guardan sus

animales de engorde, dándonos a enten-

der que el resto somos un accidente del

que prescindirán en el momento oportu-

no. La culpa en buena parte es nuestra,

por olvidar la patria con la misma deja-

dez con la que hemos abandonado la Ley

Natural.

Page 60: Revista EMPRESA 199

Página 58 EMPRESA Nº199

e m p r e s ae m p r e s a

una nueva corriente: buen negociador y buen tipo

francisco ingouville

“Ante una persona cuya posición está totalmente enfrentada con la mía, parece haber sólo dos caminos: ceder o hacerlo ceder. La negociación creativa propone encontrar otro: crear valor juntos y que los dos obtengamos lo que necesitamos”, señala Ingouville.

El autor nos invita a reflexionar en esta temática, marcando los pasos de esta negociación, con resultados concretos a la vista: “La persona que invita a este camino es considerado un buen tipo por los demás, y es un socio deseable”.

Socio de la consultora Ingouville & Nelson. MPA harvard University

La palabra negociación tiene mala imagen.

Se asocia a manipulaciones, traiciones, inte-

reses mezquinos… La misma palabra “nego-

ciado” sugiere un ilícito. Sin embargo, todos

negociamos desde que nacemos hasta que

morimos. Bien podría llamarse “construc-

ción de consenso” y sonaría mucho mejor.

lo que mata es el supuesto

Los supuestos que tenemos sobre la nego-

ciación a menudo son profecías autorea-

lizadas. En una buena negociación se crea

valor, pero si suponemos que sólo se lo dis-

tribuye, entonces sólo se distribuirá, porque

no haremos ningún intento de crearlo.

De una buena negociación, las partes salen

en mejores relaciones que antes, pero si su-

ponemos que lo único que está en juego es

el dinero y el otro es enemigo, entonces es

difícil que eso ocurra.

En una buena negociación hay confianza

y, por lo tanto, abundante intercambio de

información, de manera tal que cada parte

entiende los intereses de la otra, su situa-

ción, sus necesidades, deseos, temores,

preferencias. Así, se puede ampliar la torta

a repartir y crear formas de satisfacer los

intereses de ambas.

Saber que es posible

Algunas personas sostienen que no se pue-

de aprender a negociar, que es algo innato.

Quisiéramos proponer la idea de que, sean

cuales fueren las habilidades innatas, cual-

quier persona mejorará sus resultados con

sólo hacer conscientes los supuestos que le

impiden negociar lo mejor posible…, y mo-

dificarlos.

Bucay nos hizo notar que se suele atar la

pata de los elefantes a una pequeña estaca

en el piso. Al elefante le sobra fuerza para

arrancarla, pero las primeras veces que lo

intentó era muy pequeño y se convenció de

que era imposible. El animal tiene un su-

puesto equivocado sobre su fuerza en rela-

ción a la estaca. Nunca intentará arrancarla

y por lo tanto no lo logrará. Uno es como

Page 61: Revista EMPRESA 199

Primavera 2010 Página 59

el elefante si aprendió de chico que en los

conflictos unos ganan y otro pierden y, por

lo tanto, ni considera la posibilidad de que

todos ganen.

No ceder, crear

Es muy probable que una persona que vaya

a las negociaciones con actitud de santo

pierda todo en poco tiempo. No estamos

proponiendo abnegación, sino negociación

creativa. Usar la imaginación para encon-

trar maneras de satisfacer nuestros intere-

ses al máximo, y los de la otra parte en for-

ma aceptable (de manera tal en que acepte

el acuerdo en que nuestra satisfacción está

maximizada).

Ser buen tipo gracias a la creatividad

Ante una persona cuya posición está total-

mente enfrentada con la mía, parece haber

sólo dos caminos: ceder o hacerlo ceder.

La negociación creativa propone encontrar

otro: crear valor juntos y que los dos ob-

tengamos lo que necesitamos. La persona

que invita a este camino es considerado un

buen tipo por los demás y es un socio de-

seable.

los pasos de la negociación creativa

Escuchar lo que reclama el otro. Entenderlo

y comprenderlo, que no significa darle la

razón. Indagar las motivaciones o intereses

detrás de esa posición.

Concentrarse en satisfacer intereses, no po-

siciones. Reglar la relación. Crear un buen

clima de trabajo con el otro. Trabajar juntos

en busca de la solución.

Inventar en equipo muchas posibles solu-

ciones para las necesidades de ambos. Si-

guiendo las reglas de la lluvia de ideas, ano-

tar todas y separar el momento de creación

del de evaluación. Terminada la creación de

ideas, elegir las que gusten a ambos.

Sacar los temas conflictivos fuera de la

puja personal para no ensuciar la relación:

no discutir el número, sino el método para

que ese número sea fijado por algún crite-

rio legítimo ajeno a las partes: un criterio

objetivo o un tercero imparcial elegido por

ambos.

Una vez bosquejado un acuerdo, ambas

partes tienen que fijarse si es mejor a lo que

podrían obtener en otro lado. Si no es mejor,

no acordarán y adoptarán aquella otra al-

ternativa solución.

El buen tipo se va para arriba

El negociador creativo nos cae bien porque

nos escucha y nos ofrece, más que un tiro-

neo, una relación de trabajo para beneficio

de ambos. En ese proceso nos valora como

socios y nos ayuda a que demos lo mejor de

nosotros. Separa las personas del problema:

es duro con el problema y blando con la

e m p r e s a

Ingouville: “La negociación creativa reduce el roce,

produce mayor eficiencia, menos desgaste y rotura de piezas, y mejores resultados.

Si pensamos que las piezas representan a las

personas hay un beneficio adicional que da sentido a todo: con negociación

creativa las personas son más felices.”.

Page 62: Revista EMPRESA 199

Página 60 EMPRESA Nº199

personas. Nuestra relación sale fortalecida.

La confianza mutua es un capital y será útil

en el futuro. Aún en los casos en que no se

opta por no acordar, se hace tras abundante

comunicación y de común acuerdo.

Cuando un negociador creativo es parte de

una organización, los demás suelen contri-

buir a que le vaya bien. Todos preferimos

que ese tipo de gente (y no el otro) tenga

poder. Nos da seguridad. Y colaboraremos

para que lo adquiera, hablando bien de

ellos, contribuyendo a que sus proyectos

tengan éxito. Allanándole, en lo que poda-

mos, el camino.

Ser argentino tiene su beneficio

Los argentinos tenemos una ventaja en

cuanto a creatividad, en relación a países

más serios. La constante adaptación a cir-

cunstancias imprevisibles, ha desarrollado

en nosotros una capacidad de innovación

mayor. Nuestra forma de manejar, cons-

tantemente alerta a lo que pueda ocurrir

y preparados para esquivar un conductor

desquiciado, un bache, un caballo o algún

otro imprevisto es una metáfora de nuestro

estilo de vida. Los choques de decenas de

coches en fila que ocurren con frecuencia

en autopistas de países desarrollados, no

son tan comunes en nuestro país. No por-

que manejemos mejor, sino porque estamos

más preparados para inventar soluciones

no programadas.

la negociación creativa, un lubricante

Vista desde arriba, una organización puede

asemejarse a una máquina llena de piezas

en movimiento, engranajes y poleas. Como

en el motor, en la organización hay friccio-

nes. La negociación creativa reduce el roce,

produce mayor eficiencia, menos desgaste

y rotura de piezas, y mejores resultados. Si

pensamos que las piezas representan a las

personas, hay un beneficio adicional que da

sentido a todo: con negociación creativa las

personas son más felices.

De una buena negociación las partes

salen en mejores relaciones que antes,

pero si suponemos que lo único que está en juego es el dinero y el otro es

enemigo, entonces es difícil que eso ocurra.

e m p r e s a

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pierre de calan

La empresa frente al desempleo

Uno de los grandes problemas que cíclicamente enfrenta nuestra sociedad es el desempleo. La globalización ha llevado a que el mismo, ante problemas de crisis

que afectan a la mayor parte de los grandes países, se convierta en un flagelo generalizado, cuya solución, si bien pone a prueba a la sociedad toda, es mayor para

la dirigencia empresaria.

Ningún dirigente de empresa puede desentenderse del problema; y aquí surge la pregunta: ¿Puede afrontarlo aun a costa de la eficiencia de la empresa, sin descuidar

el objetivo básico de una mejor productividad?

Hace un cuarto de siglo, Pierre de Calan, consultor de empresas y presidente de la Comisión Económica de la Liga Europea de Cooperación Económica -LECE, nos ofrecía

cuatro propuestas para tratar de resolver la cuestión del desempleo, e invitaba también a sus colegas a que imaginaran con creatividad qué otros aportes se podían dar, señalando

que se encontrarían tantas soluciones como situaciones se dieran.

Como empresarios y cristianos no podemos desentendernos de las responsabilidades inmediatas en pos de una esperanza futura. El Reino que no es de este mundo, por la acción de los cristianos está en el mundo; y es en ese mundo en el cual cada uno

de nosotros está llamado a preparar el advenimiento de aquel otro Reino.

No estamos invitados a vivir el Evangelio en la empresa dentro de un mundo ideal, sino en medio de las tormentas actuales, en el torbellino de una de las crisis más complejas que he-mos conocido, caracterizada por:

• Crisis coyuntural, que se produjo al acabar una prosperidad excepcionalmente durable y como consecuencia -iba a escribir : en castigo- de haber vivido un largo período de qui-meras, del cual los shocks petroleros nos han despertado brutalmente.

• Mutación profunda, donde se entrelazan y se chocan toda clase de tensiones: políticas, de-mográficas, sociológicas, tecnológicas.

Y el síntoma más violento de esta crisis que vivimos -¿es necesario decirlo?- es la plaga que nuestro mundo busca dolorosamente dominar y frente a la cual, aparece como desarmado: el desempleo.

Ante la amenaza del desempleo, o ante su realidad, los principios para la acción parecen evidentes, si bien su aplicación a menudo es delicada.

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Artículo seleccionado y prologado por Celso Enrique Arabetti. EMPRESA Nº 74, Octubre-Noviembre de 1985

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lA FUNCIóN PRIMORDIAl DE lA EMPRESA

En primer lugar, un dirigente de empresa no tiene el derecho de quebrantar este principio doctri-nario: la empresa no es ni una comunidad natural, ni una comunidad política, cuya función predo-minante sea la realización del bien común de sus miembros; la empresa es una comunidad con un objetivo limitado -como el de una clase, una tropa, un equipo deportivo- y su función principal es esencialmente extravertida: ajustar constantemente el trabajo de las personas que agrupa con la satisfacción de las necesidades de la sociedad a la que sirve: de sus clientes en primer lugar, pero también de sus proveedores, sus distribuidores, sus acreedores, de los servicios públicos, etc.

La técnica económica enseña cotidianamente que una producción sin ventas no tiene valor, y esto se corresponde con la filosofía misma de la empresa. Para el obrero, el trabajo puede ser un fin en sí mismo, pero no lo es para una empresa. La empresa solo puede asegurar el bien común de sus miembros con el cumplimiento de su función en el seno de la comunidad y de conformidad con ello. La presencia misma de una persona en una empresa solo se justifica por su participación en esa función.

UN FAlSO COMPORTAMIENTO SOCIAl

Si enunciáramos lo anterior con una negación, diríamos que, un dirigente de empresa no tiene el derecho de tomar parte en la lucha contra el desempleo sacrificándole la responsabilidad misma que tiene la empresa con respecto a la comunidad. Es decir, no debe conservar deliberada-mente el plantel en pleno sin tener en cuenta, a la vez, el grado de evolu-ción de la técnica y de la metodología y la situación del mercado1.

Se ha llegado a presentar como comportamientos sociales, o como tales se los ha considerado, aquellos que imponían a la empresa que conservase el total de sus efectivos, aun cuando para hacerlo frenaban inconscientemente el mejoramiento de la productividad. Esas actitudes son el prototipo mismo de la conducta falsamente social.

En primer lugar, porque el dirigente que así actúa, sólo por el beneficio inmediato y aparente de su personal, deja de cumplir su misión, que es la de ajustar y equilibrar las diversas exigen-cias que pesan sobre la empresa, muchas de las cuales son externas a la misma.

Por otro lado -desgraciadamente conocemos muchos ejemplos de ello- la falta de coraje o bien una errónea buena intención ante la necesidad de licenciamiento, ha obligado a menudo, por las dificultades en que se coloca a la empresa, a despidos mucho más numerosos, cuando no al despido total.

Finalmente, la conservación superflua del total del personal es una conducta falsamente social porque el stock de desocupados potenciales, que así se constituirá, tarde o temprano será fatalmente reabsor-bido por su transformación en desocupados efectivos, pero ello ocurrirá en plena crisis, o sea en el momento en que los asalariados despedidos tendrán más dificultar para encontrar otro empleo.

No se lucha contra el desempleo mediante el conservadurismo. La historia enseña que, con-trariamente a una creencia muy extendida, el progreso técnico ha sido creador, y no destruc-tor, de empleos, pero también nos enseña que se trata de ocupaciones nuevas.

El medio más eficaz para luchar contra

el desempleo es crear nuevos puestos

de trabajo, no tanto en cantidad como

en naturaleza.

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SOlUCIONES POSITIVAS FRENTE Al DESEMPlEO

Y en este punto, es donde aparecen las soluciones positivas que responden a las exigencias de una conciencia cristiana. Puesto que ningún dirigente de empresa tiene el derecho -y a la larga tampoco po-drá- de proteger el empleo de su personal mediante el inmovilismo, la degradación de la productividad o sacrificándole las responsabilidades propias de la empresa respecto de la comunidad. Un cristiano, ¿puede actuar como Poncio Pilatos en lo que concierne a la suerte de las personas a quienes la evolu-ción de las técnicas y la situación del mercado ya no permiten que se les asegure el puesto de trabajo?

Esas soluciones positivas se dan en número casi ilimitado; son tan numerosas como las situa-ciones particulares de las empresas. No obstante, se las puede agrupar en cuatro tipos:• La expansión cuantitativa• La conversión dentro de la empresa• La capacitación para el cambio• La flexibilización

EXPANSIóN CUANTITATIVA SOBRE BASES SANAS

La expansión cuantitativa es la más seductora porque permite conser-var, en lo esencial, a los asalariados en sus puestos de trabajo. Pero sus ventajas, respecto del empleo, sólo serán durables si se trata de una expansión sana, es decir, fundada sobre un aumento de la clientela, lo que en sí mismo significa un mejoramiento de la calidad y una reduc-ción de los precios. Y esto será consecuencia esencialmente de una mejor productividad, es decir de una reducción de las horas de trabajo por unidad producida. En otros términos, la expansión será sana, y por lo tanto durable, sólo si la creación de nuevos puesto de trabajo es proporcional a la progresión del monto de ventas2.

Esta es la razón por la cual siempre se vuelve a la conclusión de que el medio más eficaz para luchar contra el desempleo es crear nuevos puestos de trabajo, no tanto en cantidad como en naturaleza.

lA CONVERSIóN DENTRO MISMA DE lA EMPRESA

Bajo el término general de conversión, propongo considerar un segundo tipo de soluciones positivas. Se trata de una conversión dentro de la empresa mediante la búsqueda de nuevos productos, servicios, o ramas de actividad.

Sin embargo, esta solución tiene un límite: hay que evitar la dispersión. Una empresa producirá mal demasiadas cosas diferentes; y, por lo tanto, a menudo, más vale tratar de generar nuevos puestos de trabajo creando –la empresa por sí sola o bien en participación con otras- una o más empresas nuevas centradas en esas nuevas actividades.

Esas iniciativas exigen un mínimo de recursos financieros. ¿Cómo no ver, entonces, que el de-ber de un dirigente de empresa es dedicarle a las mismas, dentro de lo posible, los recursos de que dispone en lugar de despilfarrarlos conservando, por algunos meses más, el personal en pleno de las antiguas actividades?

La técnica económica enseña

cotidianamente que una producción

sin ventas no tiene valor, y esto

se corresponde con la filosofía misma

de la empresa.

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e d i t o r i a l

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CAPACITACIóN PARA El CAMBIO

Dado que la movilidad profesional, y a veces geográfica, del personal es una de las claves de la lucha contra el desempleo, un cristiano que es dirigente de empresa debe considerar un tercer tipo de acciones positivas, que consiste en la capacitación de la mano de obra para el cambio. Esto implica:

Preparación psicológica: a veces es difícil encontrar el punto de equilibrio entre suscitar y mantener un cálido espíritu de adhesión a la empresa, con la afirmación de otro sentimiento: el de que no es posible comprometerse en un ejemplo de por vida, ya que en ocasiones no se podrá conservar ese puesto de trabajo o también el empleado puede encontrar mejores oportunidades en otro lado. En eso no hay que ver un drama, sino una evolución normal, como la transferencia de un jugador de un equipo a otro.

Capacitación técnica: las categorías de asalariados a las que el des-empleo afecta más duramente son, por una parte y principalmente, las de los menos calificados y, por otra, las de los demasiados –por así decirlo- especializados en un oficio en vías de desaparición. Elevar la calificación del personal, darle la ocasión de adquirir los complementos para su formación, que facilitarán su adaptación a otros oficios, son acciones a menudo fecundas en materia de lucha contra el desempleo.

hORARIOS FlEXIBlES y El APORTE DE lOS PODERES PUBlICOS

Cuarto tipo de acciones: la flexibilización de las condiciones laborales, particularmente las de los horarios y las referentes a la duración del trabajo. Se ha hablado mucho de la partición del trabajo. Evidentemente es una tontería traducirlo a una operación aritmética de regla de tres simple: si mis obreros trabajan treinta horas en lugar de cuarenta, yo podría darle empleo a un tercio más de personas.

Un asalariado no es una materia fungible que se remplaza indiferentemente por otra; en las pequeñas empresas y en los talleres de las grandes empresas, con un plantel efectivo reducido, es difícil ver la manera de distribuir las licencias para poder fraccionar el empleo. Además, en el momento de reducciones uniformes y autoritarias de los horarios de trabajo, nunca se ha obtenido una disminución proporcional de las remuneraciones: toda reducción de ese tipo desemboca, de hecho, en un alza de los costos de producción.

Por el contrario, es posible contar con otra forma de partición como resultado del desarrollo del trabajo a tiempo parcial, facilitando por horarios flexibles. Para que una empresa esté dis-puesta a acoger esas formas de trabajo, sin que ello implique un alza de los costos, a menudo es necesario llevar a cabo una reorganización profunda que supone un esfuerzo imaginativo.

Es necesario también contar con mayor flexibilidad en el campo reglamentario, de la que tene-mos. Por lo demás, este requisito se puede aplicar a todas las formas de acción positiva que un dirigente de empresa puede intentar para luchar contra el desempleo. Las responsabilidades de los poderes públicos en la materia son considerables. Pero es bueno que, en principio, to-memos conciencia de las nuestras.

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No se lucha contra el desempleo

mediante el conservadurismo. La historia

enseña que, contrariamente a una

creencia muy extendida, el progreso

técnico ha sido creador, y no destructor,

de empleos, pero también nos enseña

que se trata de ocupaciones nuevas..

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