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REVISTA INTERNACIONAL DESTACAMOS: 1 1964 VACLAV SLAVIK, NORMAN FREED Y MURAD KUATLI La unidad, garantía de las victorias de los comunistas de todo el mundo GIOCONDO DÍAS Algunos problemas de la lucha de clases en el Brasil KONNI ZILLIACUS Las fuerzas inglesas de Izquierda JACQUES DUCLOS El Partido Comunista francés en la lu- cha por la paz, el pan y la democracia

Revista Internacional - Nuestra Epoca N°1 - enero 1964

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Nuestra Epoca N° 1 - enero 1964 - Revista Internacional Revista Internacional(Problemas de la Paz y del Socialismo)PUBLICACION TEORICA E INFORMATIVADE LOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS

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Page 1: Revista Internacional - Nuestra Epoca N°1 - enero 1964

*,Qué ha dicho el Partido Comunista de Chile y cuál ha sido su invariableconducta ideológica sobre los asuntos que se debaten hoy

en el movimiento comunista internacional?

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EL PARTIDO COMUNISTA DE CHILEY EL MOVIMIENTO COMUNISTA

INTERNACIONAL

REVISTA INTERNACIONAL

D E S T A C A M O S :

1

1964

VACLAV SLAVIK, NORMAN FREEDY MURAD KUATLI

La unidad, garantía de las victoriasde los comunistas de todo el mundo

GIOCONDO DÍASAlgunos problemas de la lucha declases en el Brasil

KONNI ZILLIACUSLas fuerzas inglesas de Izquierda

JACQUES DUCLOSEl Partido Comunista francés en la lu-cha por la paz, el pan y la democracia

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¡Proletarios de todos los países, unios.!

C O L A B O R A N EN E S T E N U M E R O

J A C Q U E S D U C L O SMiembro dei Buró Político y secretario del Comité Central del PartidoComunista FrancésJ A I M E P É R E ZMiembro ded Comité Ejecutivo y secretario del Comité Central del Partido Comunistadel UruguayV A C L A V S L A V I KMiembro del Comité Central del Partido Comunista de ChecoslovaquiaN O R M A N F R E E DMiembro suplente del Comité Central- del Nacional dej. Partido Comunistade CanadáM U R A D K U A T L IPublicista sirioE S T H E R V I L E N S K AMiembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de IsraelG I O C O N D O D Í A SDestacada personalidad social brasileñaA L C I R A DE LA P E t f AMiembro del- Comité Ejecutivo del Partido Comunista de la ArgentinaP E D R O M O T T A L I M APublicista brasileñoH U G O B A R R I O S K L E EPublicista guatemaltecoR A M Ó N A M A Y A A M A D O RPublicista hondurenoJ O S É C A R D O N A H O Y O SMiembro del Comité Central del Partido Comunista do ColombiaJ U A N V I A N AMiembro del Comité Central del Partido Comunista do ColombiaK J E L D O E S T E R L I N GPeriodista danésM I R O S L A V L A BPeriodista checoK O N N I Z I L L I A C U SPublicista inglés, diputadoH Y M I E F A G A NPeriodista inglés

Nuestra ÉPOCAR E V I S T A I N T E R N A C I O N A L

(32) \ 1964AÑO III — ENERO

S U M A R I O

V. SLAVIK, N. FREED y M. KUATLI — La unidad, garantía de lasvictorias de los comunistas de todo el mundo 3

J. PÉREZ — El PCUS en la vanguardia del movimiento comunista mundial 11K. OESTERLING — La paz, las armas nucleares y la política .G. DÍAS — Algunos problemas de la lucha de clases en Brasil .E. VILENSKA — Importante tarea de los trabajadores de Israel . .A. DE LA PEÑA, P. MOTTA LIMA, H. BARRIOS KLEE, R. AMAYA-

AMADOR y J. CARDONA HOYOS — Los pueblos de América Latinadefienden sus derechos

192632

39

EN LOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS

J. DUCLOS - - El PC francés en la lucha por la paz, el pan y la demo-cracia <S> E. GARCÍA -- Hacia un gran Partido Comunista de masasen España <$> M. LAB — La iniciativa popular <$> J. VIANA — Expe-riencias de un comité regional del PC de Colombia <S> Pleno del CCdel Partido Comunista de Alemania

NUESTROS COMENTARIOS

J. THOMAS - -E l «mundo libre» y el crimen de Dallas 3> H. FAGAN —Lo que ha demostrado la Conferencia de los laboristas . . . .

NUESTRAS ENTREVISTAS

La voz de un continente en pie

TRIBUNA DE PROBLEMAS ACTUALES

En torno a la unidad de la clase obrera en los países capitalistas des-arrollados

NOTAS Y CORREO DE LA REDACCIÓN

J. ROZAK -- Grecia después de las elecciones <$> P. SÁNCHEZ — El gol-pe de Estado en Honduras, provocación yanqui <S> K. ZILLIACUS —Las fuerzas inglesas de izquierda

47

60

67

70

33

CONTRA LA REPRESIÓN Y LAS PERSECUCIONES DE LOSDEMÓCRATAS

A. PEDRONCINI - - Derogar los decretos antipopulares ...... 94

LIBROS Y REVISTAS

M. KREMNIOV — África elige. SELNES -- Amanecer en Islandiael camino del progreso 97

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La unidad, garantía de las victorias delos comunistas de todo el mundo

por VACLAV SLAVIK, NORMAN FREEDy MURAD KUATLI

JLi A SOLIDARIDAD INTERNACIONAL delo.s proletarios de todos los países, la solida-ridad de todos los trabajadores y la unidadde las filas comunistas en el ámbito nacionalc internacional son la indispensable y másimportante premisa de la lucha victoriosacontra el imperialismo, por la paz la inde-fn>ndencia nacional, la democracia y el socia-lismo.

En los documentos conjuntos de los parti-dos comunistas y obreros aparecen definidos< • ! contenido y los principios de la unidad delos partidos comunistas. En la Declaración dela Conferencia de representantes de los parti-dos comunistas y obreros celebrada en 1960 sedice:

Los intereses de la lucha por la causa- dela clase obrera exigen una cohesión cada vezmayor de las filas de cada Partido Comunis-ta y del gran ejército de los comunistas detodos los países, su unidad de voluntad y de•¿clon.

El supremo deber intemacionalista de cadap.- i r t ido marxista-leninista es la solicitud porrl fortalecimiento constante de la unidad delm o v imiento comunista internacional.

La defensa decidida de la unidad del movi-mien to comunista internacional sobre la base

! • • los principios del marxismo-leninismo y delinternacionalismo proletario y la inadmisión< ! « cualquier acto que pueda socavar esta uni-dad , constituyen una condición necesaria dei i victoria en la lucha por la independencianacional, la democracia y la paz, por resolverCOI) éxito las tareas de la revolución socialista\ d < > la edificación del socialismo y el comu-n i ,rno. La vulneración de esos principios pue-de debilitar las fuerzas del comunismo».

La necesidad vital de la unidad del movi-miento comunista dimana del papel que en elproceso histórico desempeñan los comunistas,que personalizan la tendencia más revolucio-naria del desarrollo, a la que está vinculadoel futuro de la humanidad. De todas las fuer-zas políticas, los comunistas son la verdaderafuerza ascensional.

El primer centenario de la fundación de laI Internacional, que se cumple en este año,muestra brillantemente el impetuoso avancedel movimiento comunista. En la Liga de losComunistas, creada por Marx y Engels en1847, sólo se agrupaban al principio unos 400miembros. Al primer Congreso de la I Inter-nacional, celebrado en 1866, nada más asis-tieron delegados de cuatro países. Hoy, encambio, son cerca de 90 las naciones en quehay partidos comunistas, que cuentan en susfilas con más de 42 millones de militantes.

No se ha conocido en la historia movimien-to alguno que se propagara con un empujetan arrollador como el movimiento comunista.

En torno a los comunistas, que han erigidoen una tercera parte del globo terrestre lasociedad socialista, se agrupan millones detrabajadores en el mundo capitalista. Firmesy seguros, los comunistas marchan en lasprimeras filas de los infatigables combatien-tes por la independencia nacional y luchan porel progreso social y el radiante porvenir detodos los pueblos.

El gran lema de Marx y Engels «¡Proleta-rios de todos los países, unios!», que en vidade Lenin alcanzó la nueva formulación, apro-bada por él, de «¡Proletarios de todos los paí-ses y pueblos oprimidos unios!», alza a la lu-cha contra el capitalismo a centenares y cen-

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VAOLAV SLAVIK, NORMAN FREED Y MURAD KUATLI

tenares de millones de personas en nuestroplaneta.

En el curso de las resueltas acciones polí-ticas que emprenden las capas trabajadorasmás conscientes contra la burguesía monopo-lista y en -el proceso de la espontánea protestasocial de la inmensa mayoría de la humani-dad contra los desenfrenados y cínicos ultra-jes de los ultrarreaccionarios y de los manía-cos atómicos al sentir y a los anhelos da lospueblos, nuevos millones de personas se per-catan de que sólo bajo la dirección de loscomunistas podrán crear una sociedad singuerras ni opresión. Los pueblos tienen en al-ta estima el esfuerzo abnegado de los comu-nistas para librar ya en nuestra época a lahumanidad de los horrores del -exterminiotermonuclear.

La propia vida y la experiencia diaria ha-cen ver a los hombres que sin la acción re-volucionaria de los comunistas el mundo nosería como es actualmente, ni ante la huma-nidad se abrirían tan concretas y esplendo-rosas perspectivas.

A cada nuevo paso de la historia aumentala responsabilidad de los comunistas por losdestinos de la civilización. Cada nuevo virajeen la vida de la sociedad multiplica las ta-reas planteadas ante ellos, lo cual quiere de-cir que el problema del fortalecimiento de launidad del movimiento comunista adquiereuna creciente importancia vital, tanto en elámbito nacional como en el internacional. Almismo tiempo amplíase el contenido de launidad y se desarrollan y enriquecen susformas, sin que sufran alteración los princi-pios generales de la misma.

Al analizar el contenido de la unidad delmovimiento comunista deben tenerse en cuen-ta en igual medida la experiencia revolucio-naria acumulada por él y las perspectivas dela solución de las tareas planteadas por lahistoria, y cuya complejidad y diversidad au-mentan constantemente.

En las relaciones mutuas de los partidoshermanos que luchan por el Poder ocupan ellugar principal los problemas relativos a lacomunidad de ideas, al intercambio de la ex-periencia de la lucha de clases y al apoyomoral, y político en determinadas circunstan-cias,, dentro de las posibilidades que el prole-tariado y los comunistas logran arrancar enlas condiciones de dominio de la burguesía. Sesobreentiende que estos rasgos de las rela-ciones mutuas no son estáticos, sino que sedesarrollan y perfeccionan a medida que au-menta la experiencia revolucionaria, en elcurso de la ofensiva contra el imperialismo.

En las relaciones entre los partidos comu-nistas que han alcanzado el Poder se man-tienen plenamente los principios de la comu-nidad de ideas, pero surgen nuevos proble-mas, derivados del interés común en la edi-ficación del socialismo y el comunismo, en ladefensa de las conquistas de la revolución yen el desarrollo directo e inmediato de lacooperación y la ayuda mutua más amplias.El intercambio de experiencias adquiere nue-vo contenido y nuevas formas. Sobre los par-tidos instalados en el Poder recaen deberesinternacionales comunes y muy responsablesque determinan el carácter de sus relacionescon los partidos de los países capitalistas yque hacen singularmente imperiosa la unidad,ya que los partidos sólo pueden cumplir esosdeberes mediante su acción conjunta.

El marxismo-leninismo no ha consideradonunca la unidad del movimiento comunistacomo algo acabado e inmutable. Los partidoscomunistas son un organismo vivo, que sedesarrolla y actúa en una compleja y con-tradictoria situación social. Influyen sobrelos procesos sociales, pero a la vez experi-mentan la presión de distintas fuerzas socia-les. De ahí que la unidad comunista hayasido enfocada y se enfoque siempre como unproceso continuo. Esta unidad se forma yprospera en la lucha contra los embates dela derecha y de la «izquierda», en el esfuerzopor superar las contradicciones y dificultadessuscitadas por causas objetivas y subjetivas,como, por ejemplo, el culto a la personalidady otras. La piedra de toque de la unidad hasido siempre la fidelidad al marxismo, lacapacidad de los partidos comunistas parallevar a las masas a intensas acciones revo-lucionarias en la lucha por el triunfo del so-cialismo.

El movimiento comunista internacional hafortalecido su unidad después de la forma-ción del sistema socialista mundial. Al mis-mo tiempo, en el seno de los partidos se halibrado una resuelta lucha contra las dife-rentes tendencias oportunistas: sectarias, dog-máticas, revisionistas, etc., en apariencia dis-tintas e incluso contradictorias a veces, perotodas ellas de la misma naturaleza social y,prácticamente, nutridas en cierto modo unasde otras. Cada partido ha definido con juiciopropio la orientación principal de la luchapor la unidad.

En el movimiento comunista internacional

LA UNIDAD, GARANTÍA DE LAS VICTORIAS DE LOS COMUNISTAS DE TODO EL MUNDO

surgió como peligro principal el revisionismode derecha, impulsado en primer término porla reacción pequeñoburguesa ante las dificul-tades aparecidas en el desarrollo de la revo-lución socialista. Es sabido que la burguesíamonopolista, después de sufrir serias derrotasque implicaron la ruptura revolucionaria dela cadena del imperialismo en una serie depaíses de Europa y Asia, intentó detener lamarcha de la historia y golpear sobre el co-munismo tanto a escala internacional comoen la mayoría de los países capitalistas.

En el movimiento revolucionario y en la ac-tividad de los partidos comunistas tambiénrepercutieron seriamente las consecuencias delculto a la personalidad y las inevitables difi-cultades que atravesó el movimiento comunis-ta en la lucha por la superación de esas con-secuencias, lucha iniciada después del XXCongreso del PCUS, que abrió una nueva fa-se en el movimiento comunista.

Los revisionistas de derecha intentaban im-poner a los partidos comunistas su concep-ción reformista de pasividad y de conciliacióncon el capitalismo contemporáneo. Decían quelos cambios que se operan en el seno del ca-pitalismo bajo la influencia del desarrollo delas fuerzas productivas, así como también lacreciente actividad del movimiento obrero enKeneral y del sindical en particular, han he-cho que se modifique la naturaleza del régi-men capitalista, lo cual significa, según ellos,que la línea orientada hacia la transforma-ción revolucionaria de la sociedad ha caduca-do. A juicio de los revisionistas, la soluciónde los problemas sociales candentes de ordennacional e internacional sólo es hacedera porla vía de la integración gradual y pacífica< l c l capitalismo en el socialismo. Los revisio-nistas impugnaban igualmente los principiosde l centralismo democrático en la organiza-« - i o n de los partidos marxistas-l-eninistas, cu-ya justeza ha sido contrastada en la prácti-< i , y trataban de disgregar a los partidosdesde dentro.

La actividad antipartido de los revisionis-fue un verdadero hallazgo para los reac-

<-ior ia r ios . Estos soñaban con dividir los par-i u los comunistas valiéndose de los revisionis-

con quebrantar su unidad, desplazar deMUS posiciones al comunismo y sepultarlo en

litiva. Los marxistas-leninistas desplega -una intensa ofensiva contra los revisio-

18, tanto en el seno de algunos partidosOOmo en escala internacional.

Numerosos documentos de los partidos co-m ú n ¡-tas y obreros acreditan hoy que los

>og revisionistas, después de una porfiada

lucha, han sido desbaratados en el sentidoideológico y político y en el aspecto orgánico.Ha quedado demostrada la inconsistencia desus concepciones, que no han resistido laprueba de la vida; los propios revisionistashan desaparecido en su mayoría- de la escenapolítica. La amenaza a la unidad desde esteflanco ha sido liquidada.

Sin embargo, en los últimos tiempos haaparecido en el horizonte un nuevo peligro,nosotros diríamos que muy serio, para la uni-dad del comunismo internacional. Este peligroha surgido como consecuencia de la actividadde los revisionistas de nuevo cuño, ahora de«izquierda», que han sometido a revisión elmarxismo-leninismo y los documentos pro-gramáticos del movimiento comunista inter-nacional —las Declaraciones de 1957 y 1960—,encubriéndose con consignas izquierdistas yseudorrevolucionarias, y han impuesto la po-lémica a los partidos marxistas-leninistas.

Como es sabido, abrieron esta polémica, **•realidad, los artículos publicados en la pren-sa del Partido chino y recogidos posterior-mente en el folleto titulado ¡Viva el leninis-mo I Más tarde, bajo el pretexto de que exis'ten distintas interpretaciones de las Decla-raciones de 1957 y 1960, los camaradas chi-nos extendieron el círculo de los problemasen litigio y se pronunciaron contra- los docu-mentos concordados en orden a todas lascuestiones importantes de la estrategia y latáctica expuestas en ellos. La expresión con-centrada de los puntos de vista de los diri-gentes chinos apareció en la Carta del CCdel Partido Comunista de China del 14 dejunio de 1963 que ha sido considerada por lospartidos comunistas como una tentativa paraimponer una nueva línea general al movi-miento comunista internacional.

La discusión como análisis de distintas opi-niones en el marco de los documentos con-juntamente elaborados por los partidos co-munistas no sólo es admisible, sino deseable,porque contribuiría a desarrollar el pensa-miento marxista, a intensificar la acción po-lítica de los partidos y a cohesionar más aúnsus filas. Un movimiento político no puedeexistir sin ese intercambio de ideas.

Por desgracia, en el curso de la discusiónse vio muy pronto que sus iniciadores se apar-taban de las Declaraciones de 1957 y 1960.Luego la discusión se ha convertido en unalucha política de carácter escisionista en elseno del movimiento comunista. Han sidovioladas groseramente las normas, las tradi-ciones y los principios de las relaciones en-tre los partidos. Contra algunos partidos her-

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6 VACIíAV SLAVIK, NORMAN FREED Y MURAD KUATM

manos se ha lanzado la gratuita acusaciónde que son revisionistas e, incluso, de que es-tán confabulados con los imperialistas.

Las divergencias entre los partidos se hanreflejado perniciosamente en las relacion-esinterestataies de los países socialistas. Delmismo modo, se han creado dificultades -enla labor de las organizaciones internacionalesde masas, en las que los comunistas desem-peñan un importante papel.

Para las relaciones normales entre los par-tidos y para la unidad de las filas comunis-tas representa una seria amenaza la concep-ción según la cual un Partido Comunista, eri-giéndose en supremo mentor, proclama suderecho a determinar por sí mismo si los de-más partidos son marxistas-leninistas o revi-sionistas, internacionalistas o nacionalistas,revolucionarios o reformistas, y capaces o node aplicar el marxismo-leninismo a las con-diciones concretas de sus países y de dirigirla lucha revolucionaria del proletariado y delas grandes masas populares.

Esta concepción absolutamente errónea ysubjetivista es extraña a los principios delmarxismo-leninismo, abre las puertas a laingerencia en los asuntos internos de otrospartidos y a la actividad escisionista dentrode ellos y preconiza, en realidad, la idea deun partido-élite, situado por encima de losdemás partidos. La determinación del carác-ter revolucionario y de la naturaleza marxis-ta-leninista de un partido y de su fidelidjadal pueblo es prerrogativa, ante todo, de laclase obrera y de todos los trabajadores delpaís dado.

Las infundadas acusaciones contra unos uotros partidos comunistas han servido de se-ñal para los escisionistas. En algunos paíseshan surgido ya grupos fraccionalistas, redu-cidos pero muy alborotadores, que han ini-ciado intensamente un trabajo de¡ división.Tales son, por ejemplo, los grupos antipartido«El trabajo progresista», «Acero y martillo»y algunos otros, que integran renegados yelementos aventureros, los cuales abogan porla creación de un «nuevo partido marxista»en Estados Unidos; el grupo de E. Hill, que,con ayuda exterior, realiza una labor pertur-badora contra el Partido Comunista de Aus-tralia; la s-ecta escisionista de J. Grippa, quecontrapone su línea a la voluntad del Parti-do Comunista de Bélgica.

Últimamente han intensificado asimismo losataques contra el Partido Comunista del Bra-sil los grupitos de los renegados Amazonas,Grabois y Pomar, que se erigen en el «autén-tico» «Partido Comunista del Brasil».

En Suiza, un grupo de 6 u 8 renegados po-líticos y aventureros pretenden formar unavariante corregida del Partido Suizo del Tra-bajo, partido marxista, y declaran que pre-cisamente ellos representan al verdadero Par-tido Comunista.

Se tiene noticia de que también en otrospaíses se trata de crear análogos grupos es-cisionistas.

Los nuevos grupos formados son minúscu-los. Pero no es óbice para que declaren im-portunamente y a voz en grito su propósitode constituirse en una variante corregida delos partidos existentes. A menudo, para ca-muflar sus turbios designios, especulan conlas tradiciones revolucionarias y usurpannombres conocidos y respetados. En este gé-nero de grupos antipartido se amalgaman pa-ra la lucha contra los partidos comunistasgentes de toda laya, -desde renegados hastaextremistas de izquierda, desde liquidacionis-tas de derecha, que intentaron repetidas ve-ces acabar con las organizaciones comunis-tas, hasta elementos sectarios extremos.

No nos es posible examinar todos los as-pectos del trabajo de zapa de los divisionis-tas, pero sí quisiéramos subrayar especial-mente que, además de la acción manifiestacontra los partidos, existen formas emboza-das de actividad antipartido que representanun peligro especial para el movimiento co-munista.

Da mucho que pensar la circunstancia deque estos grupos, débiles, reducidos y faltosde vigor, dispongan de cuantiosas posibilida-des materiales y editen con grandes tiradasliteratura fraccionalista.

A los marxistas nos causa hondo pesar quelos escisionistas, que socavan la unidad delos partidos y hacen caso omiso de la volun-tad de sus miembros, sean calificados por laprensa china de verdaderos comunistas revo-lucionarios. En cambio, a los partidos comu-nistas y a su dirección se les tacha arbitra-riamente de revisionista, de cómplices delimperialismo e incluso de agentes directossuyos.

Esto se hace con destacamentos tan com-bativos del movimiento revolucionario comolos partidos comunistas de EE. UU., Italia,Francia, España, Chile, Irak, India y muchosotros países, que en difíciles condiciones sos-tienen una valerosa lucha contra la burguesíamonopolista y por la paz la democracia y elsocialismo.

A los marxistas nos pone en guardia tam-bién que los escisionistas y sus ideas sean elfoco de atracción de todos los que quieren

UNIDAD, GARANTÍA DE !LAS VICTORIAS DE LOS COMUNISTAS DE TODO EL MUNDO

luchar contra los partidos comunistas o difa-mar a la comunidad de los Estados socialis-tas. I>esde los nacionalistas burgueses o losirritados filisteos hasta los elementos aven-tureros, todos procuran solapar su averiadamercancía anticomunista con frases seudorre-volucionarias.

Tampoco ocultan su júbilo los trotskistas.Saludan las discrepancias en el movimientocomunista y se alegran de la aparición degrupos escisionistas, los apoyan, confían enque aumentará su número y ya acarician laidea de la unificación internacional de todaslas fuerzas que atacan la unidad de las filascomunistas.

Expresan su gozo también los círculos re-accionarios de los países capitalistas, quehacen un ruidoso reclamo de los grupos esci-sionistas y de los «nuevos partidos comunis-tas», coadyuvan a difundir sus materialesimpresos y les facilitan la radio y la televi-sión para que propaguen sus concepciones.Entretanto, los auténticos comunistas luchanen la clandestinidad o encuentran enormesdificultades para su trabajo, coartándoselespor todos los medios el ejercicio d-e los dere-chos democráticos.

Dada esta situación, nos vemos obligadosasimismo a exponer nuestro pensamiento conrespecto a la teoría que pretende demostrarla necesidad de la creación de partidos co-munistas paralelos como una variante corre-gida de los ya existentes. ¿Es admisible, des-de las posiciones de la teoría revolucionaria,el planteamiento del problema de la existen-cia de dos partidos comunistas? ¿Acaso sepuede, rigiéndose por el marxismo-leninismo,favorecer o aceptar tácitamente la formaciónde grupos y de partidos comunistas paralelos?

La teoría marxista-leninista y el largo si-glo de experiencia de lucha consciente de cla-se del proletariado dan una precisa e inequí-voca respuesta negativa a esa pregunta. Elmarxismo-leninismo es una teoría universal,coherente e íntegra, y no puede haber dos omás variedades del marxismo ni en escalainternacional ni en el área nacional. En unpaís no pueden existir al mismo tiempo doso más partidos comunistas.

Tampoco resiste la crítica el intento defundamentar la necesidad de crear partidoscomunistas paralelos invocando que existeuna mayoría «equivocada» y una minoría«que posee la verdad», o remitiéndose a al-gunas analogías históricas, como, por ejem-plo, a la lucha de Lenin contra los oportu-nistas de la II Internacional.

Tales analogías están levantadas sobrearenas movedizas, sobre terreno pantanoso,pues es bien sabido que la lucha de los leni-nistas contra la II Internacional se desplegócuando los dirigentes de la misma traiciona-ron abiertamente a la clase obrera y se in-clinaron hacia la conciliación con la burgue-sía. Pero en la actualidad se acusa de revi-sionistas a los destacamentos combativos yauténticamente revolucionarios de la claseobrera, a los partidos comunistas, que com-baten heroicamente contra el capitalismo, en-cabezan la lucha de la clase obrera por elderrocamiento del capitalismo monopolista yactúan como verdaderos internacionalistas le-ninistas.

El marxismo-leninismo tiene en cuenta elpapel decisivo de la práctica en la determi-nación del lugar histórico y del alcance detal o cual corriente política, Y es cabalmentela práctica de la lucha de clases la que con-firma de manera clara e inequívoca el au-téntico carácter revolucionario de la actividadteórica y política de los partidos comunistasy obreros. Es esta misma práctica la quemuestra en toda su desnudez la verdaderanaturaleza de los nuevos grupos y «partidos».Cualesquiera que sean las ideas revoluciona-rias que esgriman verbalmente estos grupos,en la vida social sólo sirven de instrumentode la burguesía en la lucha contra el comu-nismo.

Los marxistas, al tiempo que ven la seriaamenaza que representan las actividades es-cisionistas, están muy lejos de exagerar ydramatizar las divergencias en el movimientocomunista mundial y no tienden a sobreesti-mar el verdadero papel de los grupos anti-partido.

Millones de comunistas han mostrado unvivo interés por la polémica. En el curso dela discusión, los partidos comunistas han in-formado a sus miembros de toda la gama deproblemas en litigio. Los partidos han ana-lizado ampliamente las orientaciones funda-mentales de la política y de la estrategia yla táctica del movimiento comunista. Los co-munistas han criticado las erróneas concep-ciones sustentadas sobre estos problemas,concepciones que están en pugna con los do-cumentos de las Conferencias de Moscú, yhan apoyado decididamente las Declaracionesde 1957 y 1960, bajo cuya bandera se agru-pan y cohesionan a fin de asestar nuevosgolpes a su enemigo: la burguesía mono-polista.

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8 VACLAV SIAVIK, NORMAN FREED Y MURAD KÜATII

II

La reacción mundial confía en que las dis-crepancias surgidas en el seno del movimien-to comunista internacional distraigan a loscomunistas de la lucha de clases contra elcapitalismo. Entre los políticos burgueses hayno pocos agoreros que aseguran que las di-vergencias actuales se acentuarán, que el mo-nolítico mundo socialista quedará dividido enagrupaciones contrapuestas y que ello permi-tirá al capitalismo mantener sus posiciones eincluso extenderlas.

Mas estos pronósticos están condenados alfracaso. Nuestro optimismo tiene por base laexperiencia histórica y el profundo convenci-miento de los comunistas en la necesidad vi-tal de la unidad. Los partidos comunistastienen plena conciencia de su misión comovanguardia revolucionaria de la clase obreray de todos los trabajadores. No olvidan niun instante que su enemigo principal es laburguesía monopolista y saben perfectamenteque la prenda del éxito en la ofensiva contrael imperialismo internacional reside en el for-talecimiento de las filas de todo el movimien-to comunista mundial.~Ea lógica del movimiento revolucionario y

las tareas impostergables de la lucha por lapaz, la democracia y el socialismo no sóloexigen imperiosamente la superación de lasdiscrepancias actuales y el reforzamiento dela unidad, sino que crean también nuevasposibilidades para cohesionar a los países so-cialistas y fundir a los partidos comunistas,a todos los comunistas, en un compacto ejér-cito de infatigables luchadores por el progre-so histórico. La necesidad objetiva de la uni-dad se abre y se abrirá camino indefectible-mente.

A la par que se esfuerzan por robustecerla unidad de sus filas sobre la base del mar-xismo creador y por defender contra todoslos ataques y desviaciones la teoría revolu-cionaria y la línea general elaborada colecti-vamente, los partidos comunistas realizanuna gran labor encaminada a forjar ideoló-gicamente y cohesionar en el aspecto orgáni-co a sus militantes.

A este propósito, los partidos se guían porel principio de que los comunistas deben co-nocerlo todo y participar activamente en laaplicación y la determinación de la línea po-lítica. En muchos partidos se han abiertonumerosas discusiones en el transcurso de lascuales son debatidos importantes problemas

de carácter teórico y objetivos prácticos dela lucha revolucionaria. Gracias a este afáncreador, la actividad de los partidos comunis-tas s-e ha enriquecido. Después de aprobadaslas correspondientes decisiones, fruto de ladiscusión, cada organización y cada comunis-ta luchan con mayor firmeza por convertir-las en realidad.

A fin de fortalecer la unidad del Partidose recurre a la experiencia práctica del país,para mostrar los peligros del dogmatismo ydel revisionismo, del sectarismo y del aven-turerismo pequeñoburgués. Cuando algunos co-munistas tienen incomprensiones, dudas y va-cilaciones, las organizaciones no escatimantiempo, paciencia ni energías para convencera estos cantaradas de que sus concepcionesson equivocadas. Las organizaciones del Par-tido ayudan a superar los errores y a em-prender el justo camino de la lucha activa.

Los partidos comunistas dedican especialatención a la educación ideológica de los jó-venes comunistas en el espíritu del marxismo-leninismo, les enseñan a ver tras las frasesseudorrevolucionarias de los escisionistas sunaturaleza capituladora.

A la vez que luchan por la unidad, los par-tidos comunistas van venciendo las reminis-cencias del sectarismo y del aislamiento, vanmejorando el trabajo entre vastos sectores dela población y en las organizaciones de ma-sas.

Simultáneamente, los partidos combaten re-sueltamente contra todos los individuos y to-dos los grupos que infringen la disciplina dePartido y los principios leninistas de organi-zación, que no desean someterse a los acuer-dos adoptados colectivamente por el Partidoy tratan de desarrollar una actividad frac-cional.

Después de analizar atentamente los proce-sos que tienen lugar en el movimiento comu-nista mundial y los argumentos utilizados enel curso de la discusión, teniendo en cuentala experiencia recogida en la lucha contrael revisionismo y el dogmatismo, podemosafirmar sin miedo a equivocarnos que parasuperar las discrepancias y cohesionar el mo-vimiento comunista mundial es preciso forta-lecer y desarrollar el internacionalismo prole-tario, aplicando sus principios en la vida in-terna de los partidos, en las relaciones entreellos y en todo el trabajo de masas. Comohan demostrado los acontecimientos de losúltimos años, pese a todas las diferenciasaparentes entre las distintas desviaciones, sunaturaleza común se manifiesta cada vez conmás precisión y claridad. Esa naturaleza co-

!LA UNIDAD, GARANTÍA DE LAS VICTORIAS DE LOS COMUNISTAS DE TODO EL MUNDO

mún es el nacionalismo, como reacción al so-juzgamiento nacional propio del mundo bur-gués o como alternativa a las normas im-puestas al movimiento comunista durante elperíodo del culto de la personalidad, normasque eran una traba a la acción independientede los partidos.

El proceso, sano y objetivamente necesario,de fortalecimiento de la independencia de lospartidos es aprovechado por los nacionalistaspara lograr sus fines egoístas y para impul-sar a los partidos a traspasar ese límite, nosiempre muy perceptible, pero políticamentemuy claro, que marca la separación entre laindependencia, vitalmente necesaria, y el ais-lamiento que aparta a los partidos del mo-vimiento comunista. Es evidente que los na-cionalistas tratan de aprovechar este procesopara dividir al movimiento en compartimien-tos nacionales.

En tales condiciones, los partidos comunis-tas, según se desprende de los documentos,conceden especial importancia no sólo a lapropaganda de las ideas del internacionalismoproletario, sino también a la educación desus militantes en el espíritu de estos princi-pios, aprovechando los ejemplos concretos desolidaridad proletaria internacional. Los ver-daderos internacionalistas consideran que sudeber práctico es apoyar el movimiento re-volucionario en cualquier lugar del globo.Cuando se cernió sobre Cuba el peligro deuna intervención del imperialismo norteame-ricano, todo el mundo fue testigo de una efi-caz manifestación del internacionalismo pro-letario: en ayuda del heroico pueblo cubanoacudieron los proletarios de todos los países,los pueblos de los Estados socialistas y, antetodo, los pueblos de la URSS.

El internacionalismo proletario no sólo pre-supone la igualdad de los partidos comunis-tas en la elaboración de la línea general delmovimiento revolucionario, sino también unaigual responsabilidad en la aplicación d-e di-cha, línea, en el fortalecimiento de la unidaddel comunismo mundial. Si aceptamos que enel movimiento comunista no hay partidos di-rigentes ni partidos dirigidos, ello quiere de-cir que cada partido debe luchar activamen-te contra todo lo que contribuye a debilitarla unidad, contra todos los que se dedican adividir el ejército de los comunistas. Dentrode los partidos^ cada comunista educado enel espíritu del internacionalismo proletarioconsidera un deber suyo combatir por la uni-dad de su Partido y mostrar con hechos lasolidaridad con todo el movimiento comunis-ta mundial.

Una condición inexcusable de la lucha con-tra las tendencias divisionistas en el movi-miento comunista mundial es la superaciónen sus destacamentos de todas las consecuen-cias y manifestaciones del culto de la perso-nalidad. El nacionalismo a que nos hemosreferido galvaniza las manifestaciones delculto de la personalidad, y éstas, a su vez,refuerzan las tendencias nacionalistas.

La superación de las funestas consecuenciasdel culto, el máximo fomento del trabajo co-lectivo en la vida del Partido, el desarrolloconsecuente de la democracia interna y elincremento de la actividad de los militantespreservan a los partidos de esos azares his-tóricos en que un individuo puede ejercer unainfluencia negativa sobre sus actividades, ala vez que constituyen el antídoto más eficazcontra los escisionistas y el método decisivopara superar las confusiones y los errores.Así se asegura también la influencia directade los comunistas en la elaboración de la po-lítica del Partido y su participación prácticaen la tarea de convertir las consignas polí-ticas en realidades. Al dar ancho campo ala actividad de los comunistas se favorece laformación de nuevos cuadros de dirección, seacrecienta el papel y la significación de losdirigentes capaces de recoger, con criteriomarxista-leninista, la experiencia de las ma-sas y de elevar la combatividad de los par-tidos.

Los comunistas saben muy bien que la lu-cha revolucionaria es el medio mejor y másseguro de robustecer la unidad del Partido yde elevar su capacidad de actuar enérgica-mente. En esta lucha las masas contrastanlas distintas concepciones teóricas, aceptandolas correctas y rechazando las falsas. «Laverdadera educación de las masas —decíaLenin— no puede ir nunca separada de la lu-cha política independiente, y sobre todo, dela lucha revolucionaria de las propias masas».1

La actividad revolucionaria cotidiana de loscomunistas, cada uno de sus éxitos en latransformación revolucionaria de la sociedad,es un paso real hacia el fortalecimiento de launidad. En la práctica esto se expresa en quese amplía la colaboración entre los partidoscomunistas de los países capitalistas desarro-llados en la lucha contra los monopolios in-terestatales; en que se fortalecen y amplíanlos vínculos de la clas-e obrera de dichos paí-ses con el ascendente movimiento de libera-ción nacional de los pueblos, dando así origena nuevas formas de lucha conjunta contra

1 Obras Completas, t. XXIII, pág. 243, Ed. Cartago.

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10 VACLAV SLAVIK, NORMAN FBEED Y MURAD KUATLI

el imperialismo en el espíritu del internacio-nalismo proletario; en que se enriquecen 103métodos concretos de lucha por la unidad dela clase obrera en los distintos países; en queadquiere un carácter cada vez más creador elenfoque de los problemas económicos y políticospor los partidos comunistas de los países so-cialistas; en que se perfecciona la democraciasocialista; en que se tornan más atrayentesy más vivas las formas de la labor políticaentre las masas trabajadoras; en que se ha-ce más activa la pacífica política exterior delos países socialistas. Estos éxitos, que hanpermitido asestar golpes muy fuertes al an-ticomunismo, ya han extendido en algunoscasos la influencia de los comunistas sobreamplios sectores de las clases trabajadoras,y en otros casos crean para ello nuevas po-sibilidades.

No cabe la menor duda de que el balancede la lucha de los comunistas sería muchomás positivo y sus realizaciones ejerceríanmás efecto en las masas y tendrían una ma-yor fuerza moviliz'adora si no hubiesen sur-gido las dificultades originadas por serias dis-crepancias.

La lucha contra el peligro de escisión noconsiste en hacer llamamientos abstractos ala unidad, sino en participar de manera ac-tiva en la solución» desde posiciones comu-nistas, de los problemas teóricos y prácticosplanteados por el desarrollo histórico en to-das las esferas de la vida social.

Cada partido marxista-leninista, cada comu-nista está preocupado por las consecuenciasque ya han ocasionado las discrepancias pues-tas de manifiesto. Al mismo tiempo los par-tidos se dan perfecta cuenta de que si s>e man-tienen las discrepancias, y más aún si seagravan, se causará al movimiento comunistaun serio perjuicio. ¡Eso no debe ocurrir!

El papel y la significación del movimientocomunista, de su unidad, no sólo son com-prendidos por la clase obrera, sino que yaempiezan a resultar evidentes para todas laspersonas progresistas del mundo. La atenciónde toda la humanidad se centra en la dis-

cusión que se está llevando a cabo en -el mo-vimiento comunista y en los problemas plan-teados por la misma.

En los últimos tiempos, un número cada vezmayor de partidos comunistas formulan suspropuestas acerca del modo de superar lasdiscrepancias en el movimiento comunistamundial.

Los partidos comunistas consideran que -elprimer paso que debe darse en -este sentidoes el cese de la polémica pública y la elec-ción de otras formas de discusión, sobre unabase bilateral o multilateral, de los problemassurgidos, pues las proporciones alcanzadaspor la polémica sólo pueden alegrar a los ene-migos del comunismo. Se promueve la ideale convocar una Conferencia de los partidoscomunistas después de una minuciosa prepa-ración.

Otra condición ineludible de la unidad esel cese de los ataques a los partidos y de laingerencia en sus asuntos internos, el aban-dono de todas las formas y métodos de lalabor de zapa, la renuncia a prestar apoyode ningún género a los grupos escisionistasy a sus publicaciones.

En asta situación adquiere una importanciade primer orden la actividad de cada partidomarxista-leninista, su aportación a la luchapor la unidad, por la aplicación de los do-cumentos elaborados colectivamente, por eldesarrollo creador de la teoría y la prácticarevolucionaria, por el progreso hacia el co-munismo.

La lucha por la unidad del movimiento co-munista mundial no puede ser monopolio deningún partido o grupo de partidos. Es laobligación internacional, el supremo deberhistórico de cada Partido Comunista sin ex-cepción, de todo el comunismo internacional.El movimiento comunista mundial se encuen-tra actualmente en una de las etapas deci-sivas de su desarrollo. Estamos firmementeconvencidos de que logrará superar las dis-crepancias y acrecentará su unidad y su po-derío.

El PCUS en la vanguardiadel movimiento comunista mundial

por JAIME PÉREZ

L OS IMPERIALISTAS, a raíz de la actualpolémica, plantean que el movimiento comu-nista mundial está en crisis. Hace 46 añosque vienen hablando de crisis del comunismo,pero la realidad histórica demuestra que ellosconfunden sus sueños con la realidad. El mo-vimiento comunista ha pasado en su avancepor muchas duras pruebas y de todas ellasha salido más templado y vigorizado aún.Ello es todavía más justo para nuestra épo-ca, en que los hechos objetivos más que laspalabras demuestran un auge sin precedentesdel movimiento comunista y obrero en todoel mundo, un avance poderoso de las fuerzasdel sistema socialista, que se conjuga con lalucha de todos los combatientes por la paz,la democracia, la liberación nacional y el so-cialismo.

Estamos seguros de que el pueblo soviético,que construyó el primer Estado socialista delmundo, cumplirá en los plazos previstos elprograma de la edificación del comunismo.Esto sacudirá la conciencia de millones y mi-llones de personas y acelerará aún más el pro-ceso revolucionario mundial. Sobre la basedel avance del comunismo, de la defensa dela paz y del auge del proceso revolucionariode liberación, estaremos en condiciones de li-quidar definitivamente el pleito histórico conel imperialismo. No existe fuerza capaz deimpedir nuestra* histórica victoria. Cierto esque de la unidad de nuestro movimiento de-penderá la rapidez de esta victoria.

Por ello, los comunistas del mundo enterono pueden menos de sentir una seria preocu-pación ante la polémica abierta últimamenteen nuestro movimiento, y en el curso de lacual se ponen en duda las tesis fundamenta-

les de las dos Declaraciones aprobadas portodos los partidos comunistas y obreros.

Los partidos co-COMO SE ELABORO munistas han de-LA ORIENTACIÓN finido su orien-G13NERAL DEL tación por losMOVIMIENTO documentos deCOMUNISTA 1957 y 1960. EllosINTERNACIONAL son el programa

del movimientocomunista mundial. Ellos reflejan la opiniónde todos los partidos comunistas.

La elaboración de estos documentos se rea-lizó de la siguiente manera: De acuerdo conlos deseos expresados por los partidos her-manos, el CC del PCUS llevó a cabo un in-tenso trabajo de organización para prepararla Conferencia de 1957. Elaboró y presentópreviamente a los partidos comunistas y obre-ros del sistema socialista un proyecto de do-cumento que más tarde sirvió de base parala Declaración. El proyecto de declaraciónfue presentado conjuntamente por el PartidoComunista de la Unión Soviética y el PartidoComunista de China a examen de la Con-ferencia. Las delegaciones de los partidos co-munistas de los países capitalistas, en el cur-so de la Conferencia,, hicieron sus observa-ciones y enmiendas al proyecto. Así, pues, enla preparación de e'ste histórico documentointervinieron todas las delegaciones que es-taban presentes en Moscú. Aunque la Decla-ración la firmaron los representantes de los12 países socialistas, en realidad fue resul-tado del esfuerzo creador y de la discusióncolectiva de los representantes de casi seten-ta partidos hermanos.

Posteriormente la Declaración fue refren-

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dada por todos los partidos comunistas yobreros, adquiriendo el significado de un do-cumento programático del movimiento comu-nista mundial.

En la Declaración de 1960, llamada Decla-ración de los 81 partidos, el documento ini-cial fue preparado sobre la base de una co-misión donde participaron más de 20 parti-dos, que se pusieron a trabajarlo idea poridea, tesis por tesis, frase por frase, palabrapor palabra y luego el proyecto de esta de-claración fue presentado al pleno de los 81partidos para su aprobación.

Quiere decir que en estos dos documentosse resumieron teóricamente toda la prácticadel desarrollo del movimiento comunista con-temporáneo, las luchas revolucionarias de lasmasas. En ambos documentos fueron contem-pladas las experiencias generales del movi-miento y las particulares de cada partido.Esto permitió realizar toda una serie de de-ducciones importantes relativas a las vías dela edificación del socialismo, a la coexisten-cia pacífica, a la posibilidad de conjurar laguerra en la época actual, etc.

Como se ha dicho ya, en esta elaboraciónde los documentos en pie de igualdad inter-vinieron todos los partidos, y desde luego ensus tesis tuvieron una participación mayor lospartidos que habían hecho la revolución, osea que podían sumar a esos documentos laexperiencia práctica de la toma del Poder, dela construcción del socialismo.

Todos los parti-POB QUE dos comunistasLOS COMUNISTAS tienen en uno uVEN EN EL PCUS otro grado expe-LA VANGUARDIA riencia de la lu-

cha de clases;pero la historia determinó que las experien-cias más valiosas s-ean las del Partido Co-munista de la Unión Soviética. Fue precisa-mente en la vieja Rusia zarista donde seprodujo el primer resquebrajamiento de lacadena del imperialismo. Esta revolución serealizó bajo la dirección del Partido Comu-nista marxista-l-eninista, El PCUS tiene elmérito histórico de haber demostrado que elproletariado puede tomar el Poder y construirla sociedad socialista. El PCUS ha elaboradoteóricamente y resuelto en la práctica loscomplicadísimos problemas de la construcciónsocialista y con ello ilumina el camino ds losdemás países.

También a la URSS le correspondió la- par-te más pesada en la defensa de la revolu-ción. Cuando sobre el mundo entero se cer-nieron las nubes del peligro pardo, fue la

Unión Soviética quien entabló una lucha amuerte contra el fascismo. La segunda gue-rra mundial le costó millones de vidas hu-manas, el país sufrió una destrucción de-vastadora como ninguna nación ha sufrido.La historia demostró que sólo una poderosapotencia socialista era capaz de derrotar alfascismo. Hoy el pueblo soviético ha empren-dido bajo la dirección del Partido Comunistala edificación de la sociedad comunista yabre con firmeza el camino hacia el comu-nismo para toda la humanidad. Al mismotiempo que desenvuelve a un ritmo inusita-damente rápido su economía y eleva el nivelde vida del pueblo, la Unión Soviética prestauna ayuda inapreciable a todos los países queintegran hoy el sistema socialista mundial,como también a las naciones que una vez ro-tas las cadenas de la esclavitud colonial sehan puesto a formar sus Estados indepen-dientes.

Nosotros, latinoamericanos, vemos y senti-mos más de cerca la ayuda prestada a Cu-ba. El camarada Arismendi ha dicho con ra-zón que después de la Revolución Cubanatodo ha cambiado en América Latina, y noes para menos. Contamos hoy en nuestrocontinente con una Cuba socialista. Para mi-llones de latinoamericanos que veían a laURSS a través del lente deformado de lapropaganda imperialista, la ayuda generosay desinteresada de la URSS a Cuba produjoun sacudimiento muy profundo en su con-ciencia. Es de lamentar que no todos sepanque esta ayuda a Cuba no es más que unaexpresión parcial del colosal esfuerzo que laURSS realiza para ayudar en todos los as-pectos a los países del socialismo, a las na-ciones que se han liberado del yugo colonialo están en vías de liberación.

Refiriéndose a la desinteresada ayuda dela Unión Soviética, Fidel Castro subrayó que«se comprende en toda su grandeza el gestode un país que, en defensa de una pequeñanación —a muchos miles de millas de dis-tancia—, puso en la balanza de los riesgosde una guerra termonuclear el bienestar al-canzado en cuarenta y cinco años de trabajocreador y de inmensos sacrificios. El PaísSoviético, que en la Gran Guerra Patria con-tra el fascismo perdió muchas más vidas queel total de la población de Cuba para defen-der su derecho a existir y crear las enormesriquezas con que hoy cuenta, no vaciló enarriesgarse a una dura guerra en defensa denuestro pequeño país. La- historia no conoceun ejemplo igual de solidaridad. ¡Eso es elinternacionalismo, eso es el comunismo!»

EL PCUS EN LA VANGUARDIA DEL MOVIMIENTO COMUNISTA MUNDIAL 13

Además de la ayuda que presta la UniónSoviética a otros países y pueblos, tiene so-bre sus hombros la pesadísima carga de ladefensa de todo el sistema socialista a tra-vés del perfeccionamiento de las armas nu-cleares. Si bien todos nos alegramos de lasuperioridad técnica-militar de la URSS so-bre los países imperialistas [y éste es sinduda un factor principal de la paz], no esmenos cierto que tal superioridad exige cuan-tiosas erogaciones no productivas del pueblosoviético.

O sea que la Uñón Soviética, durante todasu gloriosa historia, ha demostrado en lapráctica cómo se hace la revolución, cómose construye el socialismo, y ahora avanzateórica y prácticamente en la construcción delcomunismo.

La Unión Sovié-NO SE PUEDE SER tica y el PCUS,COMUNISTA Y A LA a lo largo de 46VEZ ANTISOVIÉTICO años, f u e , r o n

siempre el blancopreferido de la calumnia del imperialismo, detoda la reacción, y también por esta razón laactitud frente al Partido de Lenin, la actitudfrente a la URSS, ha sido una piedra de toquepara todos los comunistas a lo largo y a loancho del mundo. No se puede ser antisovié-tico y ser comunista. Nosotros, los comunistasde Uruguay, consideramos que asestar un gol-pe contra el PCUS, es dirigirlo contra todoel movimiento comunista internacional.

No obstante, hay gentes que sostienen queeso era justo hasta la formación del sistemasocialista, pero que luego dé formado el sis-tema socialista, esto ha dejado de ser jus-to* Con tal afirmación, estas gentes dan laespalda a la Declaración de los 81 partidos,que tiene un punto expreso en relación a loque supone para todo el movimiento comu-nista el Partido Comunista de la Unión So-viética. Esta Declaración destaca lo siguiente:«Los partidos comunistas y obreros declaranunánimes que la vanguardia, por todos reco-nocida, del movimiento comunista mundial hasido y seguirá siendo el Partido Comunistade la Unión Soviética, el destacamento de ma-yor experiencia y más templado del movi-mien to comunista internacional. La experienciadel PCUS, acumulada en la lucha por la vic-toria de la clase obrera» en la construcción< l < » l socialismo y en el despliegue de la cons-trucción del comunismo en toda la línea, revis-t r una importancia de principio para todo elnMovimiento comunista internacional. El ejem-p l o del PCUS y su solidaridad fraternal ins-

n a todos los partidos comunistas en su

lucha por la paz y el socialismo y representanla aplicación práctica de los principios revolu-cionarios del internacionalismo proletario. Loshistóricos acuerdos del XX Congreso del PCUSno sólo tienen una gran importancia para elPCUS y para la edificación comunista en laURSS, sino que dieron comienzo a una nuevaetapa en el movimiento comunista internacio-nal y han contribuido a impulsar su desarro-llo sobre la base del marxismo-leninismo».

El reconocimiento del papel eminente delPCUS en el desarrollo histórico de la huma-nidad no obedece a consideraciones coyuntu-rales del momento, no es un simple y noblereconocimiento de los méritos de los comunis-tas soviéticos y de todo el pueblo soviético.Para cada comunista ésta ha sido y siguesiendo una cuestión de principio de la lucharevolucionaria. Más aún, cuando el comunis-mo haya triunfado en toda la1 Tierra, la hu-manidad igualmente guardará un sentimientode gratitud hacia el pueblo que fue el primeroen demostrar en la práctica lo que es la re-volución socialista y se ha transformado enel escudo seguro para todos los pueblos queluchan por su independencia.

Es bueno agregar aquí que la delegación dela URSS en la Conferencia de 1960 propusono incluir en el texto de la Declaracón la for-mulación anterior que expresaba: «el PCUSes la cabeza del movimiento comunista» y lamodificó realizando una argumentación deprincipios muy elevada, en el sentido de quetodos los partidos son independientes e igua-les, no hay superiores ni inferiores, todos ellosresponden en la misma medida de los destinosdel movimiento comunista, de sus victorias yde sus reveses. Cada partido es responsableante la clase obrera y los trabajadores de, supaís y ante todo el movimiento obrero y co-munista internacional. Fueron los partidos co-munistas hermanos, entre otros el Partido Co-munista de Uruguay, los que consideraronimprescindible inscribir la formulación sobreel papel de vanguardia del PCUS que hoy rezaen la Declaración de 1960.

Los méritos del PCUS responden a los he-chos históricos, no se reducen ni aumentan endependencia de una u otra valoración subje-tiva. Independientemente de lo que digan al-gunos irresponsables, la URSS marcha en lapráctica al frente de la lucha contra el impe-rialismo y del movimiento de la humanidadhacia el comunismo, monta la guardia de lasconquistas de la revolución mundial. Pero pa-ra nosotros, los comunistas, es muy importan-te la formulación sobre el papel de vanguar-dia del PCUS. Esto refuerza nuestro optimis-

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LAS DECLARACIONESDE 1957 Y 1960 Y LALINEA DEL XXCONGRESO DEL PCUS

mo y nuestra seguridad en cuanto a la solidezdel socialismo mundial, en cuanto a la firme-za inabatible del baluarte material del progre-so histórico de la humanidad. No se puedeeducar cuadros marxistas-leninistas fieles alinternacionalismo proletario y a los interesesde sus pueblos sin rendir tributo, en todo loque valen, a los méritos históricos del PCUSy a su papel en el proceso revolucionario mun-dial.

En el ú l t i m otiempo, la pren-sa china hace unavaloración erró-nea del XX Con-greso del PCUS,

critica sus conclusiones fundamentales y has-ta intenta contraponer las decisiones del Con-greso a las Declaraciones de 1957 y 1960.

Nosotros, los comunistas de Uruguay, nopodemos estar de acuerdo con esto. En nues-tra lucha todos nosotros sentimos la bienhecho-ra influencia del XX Congreso del PCUS, ve-mos claramente la relación directa entre lalínea política elaborada en el XX Congreso yla orientación general del movimiento comu-nista mundial. A nuestro juicio, cronológica,histórica y teóricamente el XX Congreso delPCUS fue premisa ineludible de las Conferen-cias internacionales de los comunistas de 1957y 1960.

El XX Congreso planteó una serie de cues-tiones de principio de extraordinaria impor-tancia para todo el movimiento comunista, de-finió el contenido fundamental de la época,mostró que la situación de hoy se diferenciaradicalmente de la de antes de la SegundaGuerra Mundial, en la que la URSS -era el úni-co país socialista. Basándose en la nueva co-rrelación de las fuerzas de clase en la arenainternacional, en el creciente poderío econó-mico y militar del sistema socialista, el XXCongreso hizo la conclusión relativa a la po-sibilidad de impedir el estallido de una nuevaguerra mundial y fundamentó la importanciasingular de realizar una política de coexisten-cia pacífica en las condiciones actuales, dadala presencia de las armas nucleares. Ambastesis fueron incluidas en las Declaraciones de1957 y de 1960.

Han pasado cerca de ocho años del XX Con-greso y la vida ha confirmado la justeza desus tesis. El imperialismo, durante este pe-ríodo, no ha cejado en sus propósitos de agra-var la situación internacional, ha recurrido atodos los medios, ha colocado incluso al mun-do al borde de la guerra, pero no la ha podidodesatar. Y cabe preguntar entonces: si es cier-to, como dicen algunos, que el problema de

la paz y de la guerra lo definen sólo losEstados Mayores de los imperialistas, ¿quéha pasado estos años? ¿Se han vuelto máshumanos los imperialistas? Es evidente queno. Nosotros rechazamos que el imperialismohaya cambiado su esencia criminal y explo-tadora; lo que ha cambiado, sí, es la correla-ción de las fuerzas en el plano mundial, lo queha cambiado es el contenido de nuestra época,y el imperialismo no puede ya determinar losacontecimientos como un señor absoluto. Estaconstatación no amengua en nada su peligro-sidad siempre latente; da, sí, una perspectivamás amplia y optimista a los pueblos del mun-do, que así ven posible a través de su luchaobtener la victoria de la paz sobre las fuerzasde la guerra.

Un importante lugar en las decisiones delXX Congreso del PCUS ha ocupado el pro-blema de la superación del culto a la perso-nalidad de Stalin y sus consecuencias. La va-lerosa denuncia de este culto por parte delPCUS, como lo dijo nuestro Partido en aquelmomento, no sólo no rebajaba al PCUS, sinoque, por el contrario, lo calificaba mucho máscomo la vanguardia del movimiento comunis-ta, porque demostraba su firmeza de princi-pios. El PCUS había previsto, claro está, quela crítica abierta de los errores derivados delculto a la personalidad la intentarían apro-vechar los enemigos con fines antisoviéticos.Sin embargo, guiándose por las consideracio-nes de principio, por los intereses de la luchapor el comunismo y los intereses del movimien-to comunista mundial, dio este paso.

La crítica al culto de la personalidad permitió que floreciera luego el pensamientocreador no sólo en el PCUS, sino a lo largoy lo ancho del movimiento comunista mun-dial. Además, al hacer la denuncia del cultoa la personalidad, el XX Congreso restableciólas normas leninistas en las relaciones entrelos partidos comunistas. El XX Congreso tra-zó la línea para la democratización ulterior dela vida del Partido y del Estado, determinó loscaminos para profundizar y perfeccionar eldemocratismo socialista.

Aparece claro que entre las tesis de ambasDeclaraciones y las del XX Congreso existeuna identidad esencial. Por tanto, quienes so-levantan contra el XX Congreso, reconocensu divorcio con los puntos de vista comunesa todo el movimiento comunista.

En la Declara-LA COEXISTENCIA ción de 1960 sePACIFICA ES UNA dice: «Los eomiu-FOBMA DE LUCHA nistas consideranDE CLASES que su misión

histórica no

EL, PCUS EN UV VANGUARDIA DEL MOVIMIENTO COMUNISTA MUNDIAL 15

consiste en suprimir la explotación y la mi-seria en escala mundial y en excluir para siem-pre de la vida de la sociedad humana la po-sibilidad de cualquier guerra, sino en librar ala humanidad ya en la época actual de los ho-rrores que supondría una nueva conflagraciónmundial. Los partidos comunistas de todos lospaíses consagrarán todas sus fuerzas y ener-gías al cumplimiento de esta gran misión his-tórica».

Esta frase sintetiza el profundo contenidohumanista de nuestras ideas, la actitud de cla-se hacia la guerra atómica, la certidumbreabsoluta en nuestra victoria-.

Los comunistas siempre han estado contralas guerras de agresión. En ellas están inte-resados los imperialistas, los fabricantes dearmas, aquellos que aspiran a dominar a losdemás pueblos, los que intentan parar la mar-cha de la historia por medio de la violencia.La clase obrera y los pueblos no necesitanuna nueva guerra mundial para lograr la vic-toria. En lo que dependa de nosotros recha-zamos tal camino. Rechazamos cualquier afir-mación, toda idea de que la destrucción delimperialismo sea automática. Este proceso se-rá un proceso difícil, doloroso, pero sin dudacada pueblo lo realizará en su propio país. Enla cabeza de esta lucha estarán los partidoscomunistas marxistas-leninistas.

No ce debe pensar que los puebles hacen lasrevoluciones por gimnasia revolucionaria. Lashacen porque el capitalismo es incapaz de traerla felicidad a los pueblos; sólo el socialismo yel comunismo la pueden aportar. Por eso laprimera tarea internacionalista de un partidocomunista en el Poder es resolver la correctaedificación del socialismo, la elevación del ni-vel de vida de su pueblo, mostrar con el ejem-plo concreto a la gente de los países capita-listas que efectivamente es mejor el régimensocialista que el capitalista.

Sin embargo, algunos órganos de prensa ha-blan del «aburguesamiento» de la sociedad so-viética por el desarrollo de las fuerzas pro-ductivas y la elevación del nivel de vida delpueblo en la URSS. Como confirmación de unaacusación tan monstruosa, y yo diría tan dia-bólica, no se aduce ningún argumento convin-cente, ningún hecho; simplemente no existen.

Lo que a nosotros nos extraña es otra co-sa. ¿Cómo re puede acusar de «aburguesamien-i ' » al pueblo que fue el primero en el mundoID realizar la revolución socialista y en edi-

i- el Estado de obreros y campesinos, que«Mirante más de tres años, pasando por hambre

f ivaciones, defendió con las armas en lam a n o al Poder soviético en el período de la

guerra civil y de la intervención militar ex-tranjera? ¿Cómo se puede acusar al puebloque en el período de los primeros quinqueniosaceptó conscientemente considerables limita-ciones materiales para crear la base económicadel socialismo, cumpliendo su tarea nacionaly el deber internacional?

El internacionalismo proletario del pueblosoviético se manifestó sobre todo durante elperíodo de la Segunda Guerra Mundial. El pue-blo roviético luchó en esta guerra contra elfascismo no tan sólo en defensa de su Patria,sino también por la libertad de los pueblos deEuropa y Asia, por la salvación de toda la hu-manidad ante la amenaza de ser avasalladapor el fascismo. Decpués de la Segunda Gue-rra Mundial la Unión Soviética dedicó todossus esfuerzos a fortalecer el sistema mundialdel socialismo y a sostener el movimiento deliberación nacional.

En el período actual la primera tarea inter-nacional del PCUS y del pueblo soviético e:la lucha por la edificación del comunismo enla URSS lo que responde a los intereses delsistema socialista mundial, a los interes-as delproletariado internacional y de toda la huma-nidad. Los éxitos de la Unión Soviética en laconstrucción del comunismo ganan cada vezmás nuevos partidarios en los países capita-listas, estimulan el desarrollo del proceso re-volucionario. Criticar en tal situación al PCUSpor la elevación del nivel de vida del pueblosoviético, hablar de su «aburguesamiento» sig-nifica un intento de asestar -el golpe no sólocontra el PCUS, sino contra todo el movi-miento comunista mundial.

Los marxistas-leninistas subrayan que lapolítica de coexistencia pacífica es la línea es-tratégica para todo el período del paso del ca-pitalismo al socialismo en la escala universal.Elkr, indican que la coexistencia pacífica creatodas las condiciones y presupone todos lostipos de la lucha de clase del proletariado yde la lucha de los pueblos oprimidos por suliberación, salvo una sola: la guerra entre losdos sistemas mundiales.

¿Quiénes se resistían a esta política y se si-guen resistiendo? Los imperialistas porque noles interesa la coexistencia pacífica, porqueellos se dan cuenta que cada día que pasa esun día ganado para la paz, que cada año quepasa se les hace más difícil desatar la gue-rra. Al imperialismo, a las clares dominantesles interesa la guerra fría. Les interesa laguerra fría porque en ese cuadro es más fácilpara ellos llevar la lucha contra la clas-e obre-ra contra los pueblos, contra la democracia.A su vez, a los pueblos les interesa la política

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de coexistencia pacífica, porque la política decoexistencia pacífica les facilita a los pueblosla lucha revolucionaria.

Cierto que de la Primera Guerra Mundialsurgió la Unión Soviética, que de la SegundaGuerra Mundial surgió el sistema socialistamundial. Pero sacar de aquí la conclusión deque para que aparezcan nuevas revolucioneshace falta una tercera guerra, es no compren-der nada de lo que ocurre en el mundo. Estoles sucede a los dirigentes chinos y también aquienes intentan demostrar, distorsionando laverdad, que la política de coexistencia pacíficase contradice con el apoyo a los pueblos queluchan por su emancipación, se contradice conla lucha de clases.

La Unión Soviética apoya las guerras jus-tas de ios pueblos no sólo con declaracionesy manifestaciones, sino con ayuda material,como se ha demostrado en más de una oca-sión. «Son muchos los pueblos que -en su luchaemancipadora han utilizado nuestras armas yhan conquistado la victoria, han conseguidosacudirse la opresión colonial —ha dicho Ni-kita Jruschov—. Las guerras de los puebloscoloniales por su liberación son guerras sa-gradas, y por eso hemos estado, estamos yestaremos siempre al lado de los pueblos queluchan por su independencia».

El XX CongresoSOBRE LAS FORMAS del PCUS, conti-DE DESARROLLO miando sobre unDE LA REVOLUCIÓN alto nivel teóri-

co el debate yaentablado en una serie de partidos hermanosy generalizando la nueva experiencia de la lu-cha de clases en el mundo capitalista y susnuevas condiciones históricas, creadas por elfortalecimiento del socialismo, expresó su pun-to de vista sobre las formas de las revolucio-nes contemporáneas. El XX Congreso señalóque las formas de la revolución se hacen cadavez más diversas, que en determinados paísesy bajo determinadas condiciones se pueden darlas posibilidades de realizar las transforma-ciones revolucionarias por la vía pacífica.

El XX Congreso reiteró la tesis marxista-leninista según la cual corresponde a cadapueblo escoger el camino, pacífico o no, deacuerdo a las condiciones concretas de su país,y los partidos deben dominar y estar prepa-rados ideológica y prácticamente para todas lasformas de lucha. Pero un gran significado deprincipio lo tuvo la argumentación de las pers-pectivas de ampliación de las formas pacíficasdel desarrollo de la revolución.

Durante muchos años la propaganda impe-rialista había mostrado a los comunistas como

partidarios de la violencia por la violencia, co-mo partidarios de una revolución cruenta porla sangre y no por la revolución. Aquello erauno de los argumentos que ellos agitaban con-tra nosotros, y aunque siempre explicábamos,una y otra vez, que luchábamos por la revo-lución porque traería la felicidad para el pue-blo y no para un pequeño puñado, ellossiempre colgaban esa venda ante los ojos demillones de seres, a lo largo de todo el mundo.

Justamente el XX Congreso, al promover elproblema de las vías de la revolución, permi-tió arrancar esta bandera mentirosa de manosde las clases dominantes, para mostrar que,por el contrario, son ellos los responsables dela violencia siempre y, en cambio, nosotros nodeseamos la violencia, lo que nosotros desea-mos es la revolución. En algunos casos, esarevolución podrá ser hecha con las armas yen otros será más o menos pacífica. Esto nolo podemos determinar de antemano y, en de-finitiva, la violencia será responsabilidad dela burguesía, por la resistencia que oponga ala revolución en marcha.

La tesis sobre el ampliamiento de las pers-pectivas de solución pacífica de las tareas re-volucionarias, sobre la necesidad de elegir lavía pacífica o la no pacífica según las con-diciones concretas, la apoyaron todos los par-tidos y esto fue expresado en las Declaracio-nes de Moscú.

Hemos dicho, a texto expreso, en el Progra-ma que rige la vida del Partido Comunista deUruguay aprobado en 1958 que aspiramos aque el proceso revolucionario en nuestro paíssea el menos doloroso. ¿Por qué? ¿Porque nosduele la suerte de los Nardone, de los CésarBatlle, de los Rodríguez Larreta? ¡No! Porquenos sentimos responsables de la suerte de laclase obrera, del pueblo. Pero, a la vez, sa-bemos que estamos en América Latina, sabe-mos que en América Latina mangonea el im-perialismo norteamericano, tiene sus ejércitosy sus misiones militares y, por lo tanto, elPartido, si quiere ser un partido revoluciona-rio, tiene que estar preparado para transitartodos los caminos. Y si las clases dominan-tes recurren a la violencia, debemos saber res-ponderles al frente de las masas utilizando lasvías que correspondan.

En el año 1956, en el Pleno ampliado enque nuestro Partido discutió los materiales delXX Congreso del PCUS, hubo una voz que selevantó y dijo que no estaba de acuerdo conla resolución que en aquel momento votába-mos, en razón de que no era bastante clara.La resolución —según este compañero— de-bía decir que únicamente por la vía pacífica

EL PCUS EN LA VANGUARDIA DEL MOVIMIENTO COMUNISTA MUNDIAL 17

nosotros haríamos la revolución. Los demásparticipantes del Pleno no estuvieron de acuer-do con esta propuesta. Porque si nosotros di-jéramos que nuestro Partido marchará única-mente por la vía pacífica, haríamos reformis-mo de la más pura especie.

El XVIII Congreso de nuestro Partido es-tableció que estamos en un proceso de acu-mulación de fuerzas. Ello determina nuestrapolítica hacia las masas y en la construcción< l r l Partido. Si nosotros creyéramos que eseproceso de acumulación de fuerzas ce pudieraacelerar con alguna medida «espectacular» loharíamos sin vacilación alguna, porque no haynadie en nuestro país que tenga más ansiasde hacer la revolución que el Partido Comu-nista. Para eso surgió nuestro Partido. He-mos expresado nuestro total acuerdo con lafrase de la segunda Declaración de La Haba-na que dice que el primer deber de un revo-lucionario es hacer la revolución. En eso es-tamos empeñados con pación revolucionariaa la vez que evitamos confundir nuestros sen-timientos, nuestras aspiraciones, nuestros an-helos, con la etapa en que vivimos, pues siconfundimos esto no seríamos marxistas-le-ninistas, seríamos charlatanes baratos o pe-ligrosos aventureros, y no revolucionarios.

Sin embargo, la tesis históricamente progre-sista del PCUS y otros partidos cobre el am-pliamiento de las perspectivas de la revolu-ción pacífica en determinadas circunstanciasl ú e utilizada para acusar al PCUS de revisio-nismo, de renuncia al apoyo a la lucha re-volucionaria de las masas. Todos los marxis-ti is , todos los revolucionarios de verdad esta-I M M muy alegres cuando Fidel Castro en su

urso del 26 de julio de 1963 dio respuestaI «imenes en forma calumniosa intentan pre-

' i i l a r a la URSS como opuesta a la revolu-i de los pueblos: «Nosotros sabemos por

r i encía y por convicción que todo pueblohaga lo que ha hecho el pueblo cubano

ini el apoyo decidido de la Unión Soviética• todo el campo socialista».U9 resoluciones del XX Congreso del PCUS"ii acogidas por todos los partidos her-IO8 como un aporte importante en la lu-

por la revolución, como el comienzo de« • t a p a de viraje en el movimiento comu-

i . Una alta apreciación del significado' ! « • ! XX Congreso del PCUS la dio particular -

íte el VIII Congreso del PCCh en 1956 cu-<'Iliciones son consideradas por todos

»mimistas como vigentes, ya que no hubo• i I X Congreso. « E l X X Congreso d e l PCUS,• * i < I M , i < i o en febrero último —dijo en su in-

ne d camarada Liu Shao-chi—, ha sido

un gran acontecimiento político de importan-cia mundial. No solamente ha adoptado elSexto plan quinquenal, de proporciones gigan-tescas; ha adoptado orientaciones y directivaspolíticas de gran importancia para el ulteriordesarrollo de la obra del socialismo; ha cri-ticado el culto a la personalidad, que ha te-nido graves consecuencias en el Partido, ytambién ha preconizado distintas medidas pa-ra impulsar la coexistencia pacífica y la coope-ración internacional, lo que constituye unanotable contribución al relajamiento de la ten-sión internacional». O sea, aquí está valoradaen forma positiva la, actitud del PCUS frentea los problemas de la coexistencia pacífica, dela posibilidad de evitar una nueva guerra,etc., es decir, los problemas que fueron plan-teados por el XX Congreso del PCUS. En esemismo informe leemos más adelante: «Es ine-vitable que la humanidad, en su lucha por lapaz y el progreso, recorra un camino espino-so; pero la tendencia general de la evoluciónd2l mundo conduce a un porvenir radiante. Loque hace falta es que todos los países socia-listas y todas las fuerzas de la paz y la de-mocracia en todos los países ce unan estre-chamente y conjuguen sus esfuerzos; sólo asíse verá indefectiblemente coronada por la vic-toria la lucha por la paz mundial y por elprogreso de la humanidad.

Nuestra línea invariable en los apuntos in-ternacionales es la lucha por la paz en todoel mundo y por el progreso de la humanidad».

Invitamos a los lectores a que confrontenlas resoluciones del XX Congreso del PCUScon las materiales aprobados en el VIII Con-greso del PCCh, a ver dónde está la diferen-cia. Esta comparación muestra que cuandolos camaradas chinos ocupaban una posicióncorrecta, no tuvieron divergencias; pero al ocu-par una posición incorrecta, ya las tienen contodo el movimiento comunista.

La discusión, im-puesta al movi-miento comunis-ta, ha confirma-

do la verdad de que desviaciones teóricas, nocorregidas oportunamente, a lo largo del tiem-po se transforman en graves errores prácti-cos.

Los partidos comunistas, fieles al marxis-mo-leninismo, no han hecho y no hacen cam-paña contra China. Por el contrario, todo loque se conoce del pueblo chino y del PCCh esfruto de la solidaridad de los partidos comu-nistas. Por la solidaridad del PCUS y del res-to de los partidos comunistas es que Chinano fue agredida directamente por el imperia-

CERREMOSNUESTRAS FILAS

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18 J A I M E P É R E Z

lismo y comenzó a obtener éxitos en su des-arrollo económico. Gracias a esa solidaridadse formó una corriente de simpatía a Chinaen grandes sectores de la opinión pública mun-dial. Si no hubiera sido por los partidos co-munistas, las grandes masas mundiales ten-drían sólo la visión deformada de China queofrece la propaganda burguesa. Esta labor delos partidos comunistas es el cumplimiento denuestro deber internacional.

Nuestro Partido, fiel a las Declaraciones de1957 y 1960, defiende con firmeza la línea delmovimiento comunista internacional. Recogi-mos con satisfacción la propuesta del camara-da Jruschov en el VI Congreso del Partido So-cialista Unificado de Alemania sobre el cesede la polémica abierta. Desgraciadamente ladirección china no cumplió con este anhelo ycontinúa sus ataques en forma pública, a lavez que intenta fraccionar a los partidos co-munistas apoyándose en elementos expulsa-dos. Nosotros condenamos estas actitudes re-ñidas con las más elementales normas comu-nistas. La aspiración más cara a los comunis-tas es cesar la polémica pública, no alegrarel corazón de los enemigos, dedicar todas lasenergías a la lucha contra el imperialismo yla reacción. Pero esto exige también tal com-prensión por parte de los camaradas de la

dirección del Partido Comunista de China.Quien recuerde a, Lenin, sabe que no se puedepermanecer impasible frente a lo más sagra-do: la unidad del Partido. El hecho de que ennuestro país los dogmáticos no han tenidosuerte no significa rebajar nuestra vigilanciani nuestra responsabilidad frente al conjuntodel movimiento del cual somos parte.

Se vislumbra ya el triunfo de nuestras ideasen escala universal. El imperialismo sueña conla división de nuestras filas para retardar eldía de la victoria. Cerremos filas junto alPCUS y al conjunto de los partidos comunis-tas en la defensa firme y consecuente de losprincipios establecidos en las Declaraciones deMoscú. Sólo por tal camino podemos defendernuestra unidad.

Nuestro Partido considera que en la defen-sa de los principios marxistas-leninistas nopuede haber neutrales. Por ello desde el pri-mer instante hemos tomado posición firmejunto al PCUS y al conjunto del movimientocomunista mundial. L,a neutralidad sólo puededebilitar nuestro movimiento y favorecer a losdivisionistas. La firmeza en la defensa de losprincipios fundamentales del marxismo-leni-nismo por parte de todos los partidos es lacondición esencial para la unidad.

La paz, las armas nucleares y la política

:L A GUERRA es la continuación de la po-lítica por otros medios», dijo en su tiempo elgeneral prusiano y teórica del arte militar(Uau~ewitz. Estas palabras expresan, a jui-cio de los marxistas, una determinada inter-conexión dialéctica entre la guerra y la polí-t i c a . Sin embargo, hay quien a este respectorazona de la siguiente manera: Si la guerra esla continuación de la política del imperialis-mo, política impuesta por su carácter agre-sivo, cualquier medida tendente a asegurar la• o 'xistencia pacífica, el desarme y la evitaciónde la guerra mundial no será, mientras sub-sista el imperialismo, más que un buen d-eseo.Por tanto —sigue el mismo razonamiento—,los partidarios de estas medidas siembran ilu-

• n»nes y parten de una concepción que des-conoce el carácter clasista de la guerra y lanaturaleza agresiva del imperialismo.

Tal modo de ver las cosas abre, natural-mente, ancho campo para acusar a los mar-xistas-leninistas de «revisionismo moderno»,

tra ic ión a la causa de la lucha revolucionariade los pueblos», etc.

Ningún marxista dice que la naturaleza delimperialismo haya cambiado. El imperialismo

le siendo agresivo, y esta circunstancia• "Mdiciona su política. Las guerras injustas,di agresión y expoliación siguen siendo una• < > i i t i n u a c i ó n de la política imperialista.

La política del imperialismo nos ha llevadomas de una vez al borde de una nueva guerram u n d i a l , pese a lo cual se consiguió mante-ner la paz -en la Ti-erra. Así ocurrió, por ejem-plo, durante la crisis del Vietnam en abril deL954, durante la crisis de Suez en el otoño deL956 y durante la crisis del Caribe en octubre-n o v u ' m b r e de 1962. Fueron los momentos más

res y decisivos del período de postguerra.iodos estos casos los imperialistas habían

i . i h u r a d o ya planes concretos para una «gue-

por KJELD OESTERLING

rra grande» y habían emprendido las corres-pondientes acciones políticas. No obstante, la«gran guerra» no tuvo lugar.

Es evidente que el papel principal corres-ponde aquí al cambio de la correlación defuerzas en el plano internacional en favor dela paz y el socialismo. Pero, además, tambiéntiene una excepcional importancia el que laguerra mundial moderna constituya un fenó-meno cualitativamente nuevo, no sólo desdeel punto de vista de los armamentos, sino tam-bién desde el ángulo de los métodos y las for-mas de la política. Los dos bandos disponenhoy día de suficiente cantidad de armas nu-cleares y de medios de transporte de las mis-mas para aniquilarse mutuamente. Durante lacrisis del Vietnam, Edén y otros representan-tes d-3l imperialismo inglés, al oponerse a lapropuesta de Bulles de recurrir a las armasatómicas, utilizaron como principal argumentoel potencial militar de la Unión Soviética. Elpropio Edén se vio obligado a retirarse de la'escena política cuando se olvidó de tales con-sideraciones durante la crisis de Suez.

Bajo la influencia de los dos factores queacabamos de señalar, s-e acentúa el procesode diferenciación en el campo imperialista, s-eagudiza la lucha entre los «realistas» y los«frenéticos». Los realistas están llegando a laconclusión de que, dada la actual correlaciónde fuerzas en el mundo, la guerra termonu-clear ya no es para ellos una política «ven-tajosa». Por eso buscan «nuevas fronteras»,incluyendo aquí el reconocimiento de la nece-sidad de aplicar ciertos elementos de la polí-tica de coexistencia pacífica. Al hacer estaapreciación es preciso tener en cuenta, natu-ralmente, que lo que les guía es la preocupa-ción por los intereses imperialistas y no la in-quietud por los destinos de la paz mundial.Pero una cosa resulta evidente, y es que a

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20 K J E L . D O E S T E B X I N G

nadie le puede ser indiferente que sean los rea-listas o los frenéticos quienes determinen lapolítica exterior de tal o cual país.

Los dogmáticos complican la lucha por lapaz con su interpretación unilateral y equivo-cada de la correlación de fuerzas y con surenuncia de hecho a examinar la cuestión delos cambios introducidos en el material de gue-rra por las armas nucleares y los cohetes.¿Se trata de cambios cuantitativos o nos ha-llamos en presencia de cambios cuantitativos?

Nuestra opinión es que las armas nucleareshan introducido cambios cualitativos en el artemilitar. Tampoco cabe duda de que la in-fluencia de tales armas en los métodos y lasformas de la política tiene en muchos aspec-tos un nuevo carácter cualitativo.

Por vez primera en la historia de la hu-manidad, las dos potencias nucleares, antes delcomienzo de un posible conflicto, han acumu-lado una cantidad de potentes cargas explosi-vas más que suficiente para destruir a paísesy pueblos enteros, para convertir a muchaszonas de nuestro planeta en estériles desier-tos. Los actuales medios para transportar esasarmas hasta sus objetivos permiten golpearprácticamente cualquier lugar de la Tierra.Vemos, por consiguiente, que ya ahora existela posibilidad técnica de exterminar a la hu-manidad. Esto ante todo.

En segundo lugar, las armas nucleares ylos correspondientes medios de transporte noconstituyen solamente «la última palabra enarmamentos». Su propia producción y la efi-caz utilización de los mismos sólo es posibleen la actualidad sobre la base de los últimosadelantos de la ciencia y la técnica, lo cualexige una extraordinaria coordinación de lostrabajos de investigación científica, la pre-paración de cuadros en especialidades total-mente nuevas, una gran especialización de laproducción y enormes inversiones. Ningún tipode armas había exigido hasta ahora tal con-centración de'recursos humanos y materiales.

En tercer lugar, las armas nucleares repre-sentan una concentración sin precedentes detrabajo «muerto». Al mismo tiempo, puedenser utilizadas con una participación relativa-mente muy limitada de trabajo «vivo». Unoscuantos miles de «combatientes directos y acti-vos» pueden causar destrucciones que no seríancapaces de ocasionar ejércitos de millones dehombres equipados con armas clásicas.

En cuarto lugar, los cohetes con cargas nu-cleares concentran una extraordinaria fuerzaexplosiva, un poder destructivo sin preceden-tes, un enorme radio de acción y la posibili-dad de alcanzar el objetivo a velocidades nun-

ca vistas. A todo esto vienen a sumarse lasconsecuencias de la radiactividad que sigue ala explosión nuclear. Con la particularidad deque hasta ahora no existe ningún medio efi-caz de defensa, capaz de asegurar a la hu-manidad el restablecimiento de una vida nor-mal, en un plazo relativamente corto, tras laterminación del conflicto bélico. En unas cuan-tas horas, o a lo sumo en unos días, las ar-mas nucleares pueden ocasionar mayores des-trucciones que todas las guerras juntas libra-das hasta hoy día.

En quinto lugar, el carácter de la guerranuclear condiciona una nueva estrategia mili-tar. En caso de guerra, los golpes serían ases-tados no tanto contra las fuerzas armadasdel adversario como contra los principales cen-tros industriales, contra zonas y aún paísesenteros. Esto conduciría al exterminio de unaparte considerable de la población civil. Talha sido, en cierta medida, la tendencia mani-festada ya en algunas operaciones durante laSegunda Guerra Mundial. Según la opinión denumerosos especialistas militares, esta tenden-cia sería la predominante en todas las opera-ciones de importancia de una Tercera GuerraMundial, en la que se emplearían las armasnucleares. Desaparece en lo fundamental opor completo la diferencia entre el frente y laretaguardia, entre las zonas que son teatro deoperaciones militares y aquellas en que no serealizan tales operaciones.

Ahora bien, puesto que serían otros el ca-rácter y las consecuencias de una futura gue-rra, ¿significa esto que quede anulado el pa-pel decisivo de las masas populares?

Hay quien dice que los «revisionistas mo-dernos», al exagerar la importancia de lasnuevas armas, cometen el error de minimizarel papel de las masas populares en las con-diciones actuales. Pero a la vez que se hacetal afirmación, de hecho se silencian las pe-ligrosas consecuencias de la utilización de lasarmas termonucleares. Todo lo cual viene aintegrarse, como elemento importante, en la«fundamentaron teórica» de los ataques con-tra la política de coexistencia pacífica.

Las masas populares son la fuerza decisivade la historia. Hasta cierta punto es correctala tesis de que no se debe «exagerar el papelde las nuevas armas», aunque todo dependede la interpretación que se dé a la misma.Lo que hace falta para elaborar una políticaacertada no es una simple constatación deverdades abstractas y de contradicciones«irreales», sino la comprensión de cómo ejerceactualmente el hombre su papel decisivo enla historia, de cuál es la interconexión entre,

LA PAZ, LAS ARMAS NUCLEARES Y LA POLÍTICA 21

la actividad del hombre y el nivel alcanzadohoy día por las armas bélicas.

De hecho se acrecienta el papel de las ma-sas populares [nos referimos a las masas delmundo capitalista y del socialista], pues ellasson las únicas capaces de prevenir una gue-rra termonuclear mundial e impedir de estemodo un posible exterminio universal. Peroal cambiar algunas de las condiciones en quese despliega la lucha de las masas populares,es preciso tener muy en cuenta todas lasnuevas circunstancias, todos los cambios enla estrategia y la táctica de la lucha por lapaz.

Ante todo debe señalarse que la conjuraciónde una guerra termonuclear mundial es con-dición indispensable de la existencia de lahumanidad y de la rápida transformación dela vida sobre la base de los principios socia-listas. No se puede olvidar que el socialismoy el comunismo son formas de civilización su-periores al capitalismo. Es difícil imaginarque el movimiento de lo inferior a lo supe-rior pueda realizarse sobre las ruinas quequeden de la civilización universal después deuna guerra termonuclear. Es evidente que, enlas condiciones actuales, las discusiones acer-ca de si un conflicto nuclear habrá de signi-licar el exterminio de toda la humanidad odo sólo una parte de ella, son discusiones-•ibstractas y poco menos que estériles.

No hace mucho llegó a nuestras manos lacircular que una organización trotskista nor-teamericana había repartido por casi todosins países del mundo. En ella se afirma quei . » perspectiva del aniquilamiento universal

va a las masas y debilita su voluntad delucha . Eso sería efectivamente así si no hu-

• otra salida, si no existiese la seguridad< ! i > vencer al imperialismo sin recurrir a laguerra, si no se buscasen vías y recursos pa-

vitar el choque bélico, para impedir quelos imperialistas realicen su peligrosa políti-ca de equilibrios al borde de la guerra y pue-dan arrastrar al mundo al abismo de un

nieto termonuclear.si examinamos la realidad viva y la con-

;irnos como un proceso contradictorio, en• i que son posibles los estancamientos pasa-

e incluso los retrocesos parciales, lacomprensión del carácter y de las consecuen-

de una posible guerra mundial ya ha• lado como resultado general —y cada vez lo

más—• una extraordinaria reanimación« ! < • las acciones políticas de las masas contrala guerra y contra todos los planes y todasi ' medidas cuya finalidad es preparar el

I M . i finamiento de una conflagración uni-

versal. Este ascenso del movimiento de lasmasas contra la guerra no fue conseguidoocultándoles la verdad acerca de los horroresde la guerra nuclear, sino justamente por ha-ber hecho llegar esta verdad a la concienciade los pueblos, a la vez que se les ofrecíauna alternativa positiva.

Es de destacar asimismo que la naturalezade las armas nucleares y el carácter de lastareas planteadas ante la industria, la cien-cia, la enseñanza, etc. por la producción dedichas armas ha elevado el papel de las ma-sas populares organizadas en Estados. Nosreferimos a esa parte de las masas popularesdel mundo que constituyen la población de laURSS y demás países socialistas. Ellas pue-den emprender acciones diplomáticas y deotra índole a través de su Estado, ejerciendouna influencia de la mayor eficacia sobre elcurso de los acontecimientos internacionales.De este modo, el imperialismo y su políticade preparación de una guerra mundial sonatacados por todos los costados.

La política de coexistencia pacífica creacondiciones favorables para la lucha de las ma-sas, contribuye a la cohesión de las mismasy hace de la fuerza económica, política y mi-litar de las masas populares organizadas enEstados un factor decisivo de paz, que, jun-tamente con las demás fuerzas pacíficas^ varetirando poco a poco del orden del día lasolución militar del problema de la guerra yla paz.

A la luz de todo esto resulta evidente quecuanto se diga acerca del «monopolio nuclear»soviético es una necedad. Y no sólo porqueello significa colocar a la Unión Soviética enun mismo plano con las potencias imperia-listas, sino también porque la URSS no pro-duce las armas nucleares bajo el influjo deun deseo subjetivo de sus dirigentes, sino envirtud del hecho objetivo de ser el país so-cialista más avanzado y económicamente másdesarrollado. Las armas modernas de que hoydispone el pueblo soviético acrecientan aúnmás el papel de la URSS en la salvaguardiade la paz y en el sucesivo desarrollo del pro-ceso revolucionario mundial.

En las actuales condiciones, la causa de lapaz y de la construcción del socialismo no sebeneficia en nada con la extensión de las ar-mas nucleares a otros países. ¿No es sabido,acaso, que la Unión Soviética aplica con res-pecto a los demás Estados socialistas, en losproblemas relativos a su defensa, una políti-ca diametralmente opuesta a todos los tiposde relaciones existentes en el campo ¡de losimperialistas?

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22 K J E L D O E S T E R i L I N G

El nuevo carácter material y técnico de laguerra y sus nuevas consecuencias para lahumanidad imponen la necesidad de impulsarnuevas formas de lucha de los pueblos e in-tensificar el papel que desempeñan en la po-lítica mundial las masas organizadas en Es-tados. Y en esto no cabe limitar ce a la 'ex-periencia de las guerras pasadas o de lasguerras de un determinado tipo.

Así, por ejemplo, a los imperialistas les re-rulta mucho más fácil atenuar la influenciade las masas sobre un limitado número depersonas encargadas de manejar las armasnucleares y los cohetes que preservar de lainfluencia exterior a millones de hombres ves-tidos de uniforme. Muy dudosa sería la sig-nificación de una «réplica clásica» de las ma-sas populares de los países imperialistas co-mo la lucha contra la guerra mundial termo-nuclear después de iniciada ésta. Esa luchapodría desempeñar su papel, podría limitar laguerra si se desplegase antes de que ésta sur-ja. Quien quiera ayudar a las masas debe te-ner el valor de reconocer que muchas de laspersonas que se proponen luchar contra laguerra nuclear cuando ya haya estallado notendrán probablemente otro medio de expre-sar su protesta que un último e inútil gestocontra el letal dentello de la bomba H.

Es antes de que comience la guerra, preci-samente ahora, cuando los pueblos debendesempeñar su papel decisivo en la luchacontra el peligro bélico. Partiendo de esta ba-se sobran por completo las perjudiciales e in-fundadas manifestaciones contra la unidaden la lucha por la paz que hubimos de oír enla reunión celebrada en Varsovia por el Con-sejo Mundial de la Paz y que posteriormentehan sido ampliamente aprovechadas por losreaccionarios círculos imperialistas.

Suponer que -el camino principal que condu-ce a la paz es la agudización de todas lascontradicciones y el exacerbamiento artificialde la lucha de clases, porque en el «momentodecisivo» las masas habrán de lanzarse a lalid de todas maneras, es engañarse a sí mis-mo y engañar a los pueblos. Probablementesería demasiado tarde para que los comunis-tas llamasen a las masas a la lucha si éstasno hubiesen venido luchando ya, si no fueseuna realidad la política de coexistencia pací-fica, si no existiese la fuerza de la UniónSoviética y de los demás países socialistas,si no existiese el poderío nuclear soviético, to-do lo cual ha permitido preservar la paz yha creado condiciones favorables para el des-pliegue de las acciones antibélicas de lospueblos.

Hoy día la correlación de fuerzas en elmundo va tomando un cariz a todas lucesdesfavorable para el imperialismo y la reac-ción. La guerra termonuclear mundial ya notiene sentido para una parte de los imperia-listas como medio racional de realizar su po-lítica. Así lo evidencia, por ejemplo, la posi-ción de aquellos sectores del imperialismonorteamericano que en los últimos años ejer-cen una influencia predominante sobre la ac-tual 'política de los Estados Unidos, pese aque esta política se aplique con vacilaciones,en forma muy poco consecuente y cediendocon frecuencia a la presión de los ultras. Pe-ro ningún proceso objetivo se desarrolla lisay llanamente, sino que tiene que abrirse pa-so superando toda suerte de eventualidades.Las vacilaciones no constituyen un argumen-to contra la política de coexistencia pacífica,pero ponen de manifiesto la complejidad yprofundidad del proceso de reagrupamiento defuerzas en el campo imperialista. Y es estaprofundidad de las contradicciones en el senodel campo imperialista lo que proporciona alas fuerzas de la paz nuevas posibilidades deinfluir en dicho proceso y nuevos recursospara intensificar la lucha contra la extremareacción.

La nueva correlación de fuerzas en el mun-do y el nuevo carácter del posible conflictono proporcionan, por sí solos, una garantíaautomática y absoluta contra el desencadena-miento de una guerra nuclear mundial. Losimperialistas, inclu:o los «realistas», puedensobreestimar sus fuerzas. La «tentación» deser los primeros en asestar el golpe aumentaa medida que se acrecientan el poder des-tructivo de las nuevas armas y la velocidadde su traslado hasta el objetivo. La posibi-lidad de una respuesta inmediata de la URSSde extraordinario poder de destrucción con-tiene sin duda alguna a los círculos agresi-vos. Pero en un momento dado esta «tenta-ción» puede ser superior a los dictados de larazón, sobre todo si los encargados de deci-dir son los frenéticos y éstos creen que «nose puede desperdiciar la ocasión», pues la co-rrelación de fuerzas ha cambiado definitiva-mente en detrimento suyo.

Hay otras circunstancias que también pue-den jugar su papel. La guerra mundial con-temporánea, con armas nucleares y cohetes,presupone unas formas específicas de orga-nización del aparato militar, para las que serequiere un alto nivel técnico y una precisacoordinación de las acciones de muchas per-conas, que excluya cualquier género de erro-res o casualidades [téngase en cuenta que el

!LA PAZ, lAS ARMAS NUCLEARES Y LA POLÍTICA 23

tiempo que transcurre entre la señal en lapantalla del radar anunciando el lanzamientode un cohete intercontinental portador de labomba H y la explosión en el objetivo máslejano es de unos 15 minutos]. De aquí el pe-ligro de que la fatal decisión definitiva so-bre el comienzo de las acciones bélicas puedaser tomada por un grupo de especialistas yrepresentantes de la reaccionaria camarillamilitar, sin tiempo suficiente para consultarcon la dirección política.

La prensa informó de que, hace unos cuan-tos años, el Mando Conjunto norteamericano -canadiense de la Defensa Antiaérea de Amé-rica del Norte [NORAD] recibió la falsa se-ñal de «cohetes soviéticos en el aire». El Man-do Conjunto sólo disponía de un minuto paratomar una decisión de la que dependían losdestinos de la- paz y de centenares de millo-nes de personas. Por fortuna se llegó a laconclusión de que las señales habían silo fal-samente interpretadas. Por cierto que enaquel momento el Primer Ministro NikitaJruschov se encontraba en Nueva York, asis-tiendo a la reunión de la ONU.

Tampoco están excluidas las «casualidades»que pueden provocar la guerra. Más de unavez en estos últimos años, aviones norteame-ricanos portadores de bombas nucleares sehan estrellado contra el suelo, incluso en lospropios Estados Unidos. Por lo menos en unodo los casos de desprendimiento fortuito deuna bomba atómica llegaron a fallar todoslos dispositivos destinados a evitar la explo-sión por accidente, menos unos.

Para convertir en realidades las posibilida-des existentes de evitar la guerra mundial nobasta el simple aumento del poder defensivo• le la URSS y demás países socialistas. Unapolítica verdaderamente realista y revolucio-n. ' ir ia debe conjugar todas las formas de lu-Oba, todas las medidas concretas capaces deMminorar la tensión o disminuir el peligro deguerra a causa de un «accidente», así comoHMlucir al mínimo las posibilidades de losfrenéticos. En este orden de ideas destaca enprimer plano el problema del desarme gene-r . i l y completo. Esta es la razón de que lai Dion Soviética y otros países socialistasapl iquen simultáneamente las dos líneas como

esión de una política única orientada a.mpedi r la guerra.

IVro, como ya hemos indicado, la natura-le/a del imperialismo sigue siendo la misma.I ,OH imperialistas no abandonan los prepara-t l v o s bélicos, no renuncian a la carrera de

armamentos. Se realizan grandes esfuer-/ < > : ; para crear armas nucleares de «pequeño»

calibre. Los círculos reaccionarios sacan arelucir incesantemente distintas doctrinas so-bre las guerras «limitadas» o las guerras«combinadas», en las que se utilicen tanto lasarmas nucleares como las convencionales. Si-guen las especulaciones en torno a la llama-da bomba neutrónica, que aniquilaría sólo alos hombres sin destruir las instalaciones in-dustriales. Realízase una bárbara propagandade la guerra bacteriológica.

Por otro lado, nuestra argumentación re-sultaría demasiado simplista si no recordáse-mos que las armas nucleares no han supri-mido por ahora la necesidad de tener ejérci-tos «convencionales» con tropas muy numero-sas. Los imperialistas no pueden prescindirde los ejércitos equipados con las armas clá-sicas, pues los utilizan en las guerras quesostienen sin cesar para asegurar su domina-ción en distintos países. Es lo que ha ocu-rrido después de la segunda guerra mundialen Corea, Vietnam y Argelia. Los imperialis-tas también necesitan tener grandes ejércitospara imponer el militarismo en sus paísesy como fuente de beneficios para los mo-nopolios.

Ante la creciente presión ejercida por lasfuerzas democráticas y progresistas, los im-perialistas tratan de crear «ejércitos profesio-nales» privilegiados^ o por lo menos «unidadesespeciales», que según suponen podrían sermantenidos con más facilidad al margen dela influencia de las masas. Tales ejércitosexisten ya, particularmente, en varios paíseslatinoamericanos.

Todo este ajetreo febril en el campo de ladoctrina militar y de la política del imperia-lismo tiende evidentemente a mantener en lasnuevas condiciones la guerra como instru-mento de la política. No cabe duda de quetales acciones representan un gravé peligropara la paz, por cuanto los imperialistas de-positan determinadas esperanzas en la posi-bilidad de seguir realizando así su chantajepolítico y económico contra los países socia-listas, de presionar con amenazas y la agre-sión directa a las fuerzas de los movimientosobrero y de liberación nacional. También con-sideran que ello empeora las condiciones delucha de las masas en los países capitalistasy crea a la vez un medio ambiente favorablepara el desarrollo del nacionalismo y del mi-litarismo.

¿Qué actitud deben adoptar las masas anteeste aspecto de la política del imperialismo^?Es evidente que deben intensificar su presión;sobre las fuerzas del imperialismo, poniendo1

en juego todos los medios de lucha, coñipren-¿

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24 K J E L D O E S T E R L I N G

didos los diplomáticos. Un ejemplo de ello noslo ofrece el Tratado de Moscú sobre la pro-hibición parcial de los ensayos nucleares.¿Convendría a los pueblos seguir otro cami-no? Indudablemente, no. Ello supondría norolo la continuación de las pruebas de armasnucleares, con todas sus peligrosas conse-cuencias para la humanidad, sino tambiénla división y desorganización de todo el fren-te de lucha por la paz. Además, ¿acaso noresultará más fácil prohibir los demás tiposde ensayos nucleares y llegar luego a la in-terdicción total de las armas nucleares, cuan-do la opinión pública mundial ha ratificadoya sus propósitos y ello ha tenido su expre-sión concreta en un documento firmado porla aplastante mayoría de los países del glo-bo? ¿Qué es más fácil: tomar una fortalezabien defendida estando fuera de sus murosy exhortando a su inmediata y total destruc-ción, o proseguir la lucha cuando ya se hapenetrado en su interior y le siguen a unomuchos mires de hombres —millones en estecaso— animados por el éxito inicial y deci-didos a acabar con el mal? Lo mismo podríadecirse respecto a otros problemas básicos dela lucha por la paz, en que los éxitos par-ciales pueden servir de poderoso estímulo ala intensificación de la lucha por los objetivosfinales.

Es peligroso apartarse de la realidad viva,de las apremiantes tareas de la lucha de lasmasas contra la guerra, dejándose guiar porunos «principios revolucionarios» abstractos.Sólo superando estas erróneas concepciones escomo las masas populares podrán ejercer conmayor determinación y eficacia su decisivopapel, luchar con más energía contra el im-perialismo y contra sus preparativos parauna guerra termonuclear mundial.

Cabe -esta pregunta: ¿Sigue en vigor la fór-mula de Clausewitz de que la guerra es lacontinuar/ion de la política por otros medios?¿Qué rignifican en realidad estas palabras?En ellas se subraya la idea de que si se pro-duce la guerra, ésta será la continuación deuna determinada política. Pero no quiere de-cir que la «continuación» de una determinadapolítica haya de ser obligatoriamente la gue-rra.

Como hemos dicho más arriba, para unaparte de los imperialistas la guerra termo-nuclear mundial ha dejado de ser ya un re-curro racional o una «continuación» de lapolítica imperialista. Claro que si, pese a to-do el empeño de las fuerzas de la paz, losfrenéticos consiguieran imponerse y desenca-denaran una guerra termonuclear mundial,

tal guerra sería también una prolongación dela política imperialista. Pero en el momentode la crisis cubana, a la humanidad no teera indiferente que en el Poder ce encontraseKennedy o un representante de los ultras.

Ahora bien, la guerra mundial no es laúnica forma de guerra. En el mundo quenos rodea están sosteniendo luchas armadasde liberación, por ejemplo, el pueblo de An-gola y el de Vietnam del Sur. Las accionesmilitares de los colonialistas portugueses ynorteamericanos son una continuación de supolítica de rapiña y violencia. La lucha deliberación del pueblo argelino fue la conti-nuación de su política de liberación y tuvo,por eso, el carácter de una lucha justa.

Mas, también ha habido casos en que elmovimiento de liberación de los pueblos opri-midos «continuó» hasta la conquista de la in-dependencia política sin tener que recurrir ala guerra, como fue el caso de Ghana o Gui-nea. El año pasado fue atajado el intentonorteamericano de agredir a Cuba. Tenemosaquí un nuevo aspecto de la cuestión.

La vinculación dialéctica entre la guerray la política, expresada en la fórmula deClausewitz, sólo es válida en una sociedaden que la guerra es todavía posible y, en oca-siones, inevitable. Por el contrario, la socie-dad socialista no necesita la guerra comomedio indispensable de lograr sus objetivos.

Claro es que mientras existan regímenessociales distintos pueden darse casos —se handado ya— en que el imperialismo impongalas formas de lucha política que le son pro-pias. Esta es la razón de que los países so-cialistas -estén preparados en todo momentopara defender sus conquistas y de que lospueblos que luchan por su liberación no pue-dan alcanzar a menudo sus objetivos sin re-currir a las armas.

Petro aún antes del triunfo total del so-cialismo, cuando sus leyes empiezan a ejer-cer una influencia cada vez más profunday cabal sobre el curso de los acontecimientosmundiales, el régimen socialista ya está encondiciones de «imponer» sus formas de lu-cha política a los imperialistas, de conseguirel arreglo pacífico de los problemas litigio-sos, de atajar la intervención imperialista eimpedir la exportación de la contrarrevolu-ción, de aliviar la tirantez creada artificial-mente, etc.

El triunfo definitivo sobre la guerra estáligado a la victoria del socialismo en el mun-do entero. Y es que la guerra tiene un ca-rácter y un origen de clase. Pero, en la lu-cha por preservar a la- humanidad de una

LA PAZ, LAS ARMAS NUCLEARES Y LA POLÍTICA 25

guerra mundial cuando aún subsiste el im-perialismo, sólo una interpretación pasiva delas tareas del socialismo o la falta de feen sus fuerzas, por muy «ultrarrevoluciona-rias» que sean las palabras con que esto seencubra, pueden hacer seguir una política que

no tenga en cuenta la nueva correlación defuerzas ni el carácter cualitativamente dis-tinto de las nuevas armas. La política que,por el contrario, tiene en cuenta y aprovechalas nuevas condiciones, es la más justa y lamás revolucionaria.

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Algunos problemasde la lucha de clases en Brasil

Nosotros, los comunistas brasileños, tene-mos como objetivo supremo el establecimien-to de la sociedad socialista. Únicamente en•el socialismo el pueblo brasileño logrará nosólo su emancipación nacional definitiva, sinoasimismo su completa liberación social. Mien-tras tanto, la sociedad brasileña se ve fre-nada en su desarrollo por la expoliación im-perialista, principalmente la norteamericana,y por el monopolio de la propiedad de latierra en manos de la clase latifundista.

Las tareas fundamentales que tiene plan-teadas hoy el pueblo brasileño son: conquis-tar la emancipación del país del dominio im-perialista, eliminar la- atrasada estructuraagraria, asegurar amplias libertades demo-cráticas y mejorar las condiciones de vida delas masas populares. Los comunistas, juntocon todas las demás fuerzas patrióticas yprogresistas, luchan con tesón por la realiza-ción de estas transformaciones, considerándo-las como una etapa previa y necesaria en elcamino hacia el socialismo.

Por tanto, estas tareas no son las de unarevolución socialista, sino las de una revo-lución nacional y democrática. Sabemos per-fectamente que -entre una y otra etapa dela revolución no existe una muralla china.El Partido está convencido de que los rit-mos de transición no se pueden predetermi-nar arbitrariamente. No obstante, en la épo-ca actual, más que en cualquier otra, si losdiversos movimientos de las masas oprimi-das y descontentas están bien dirigidos y sila vanguardia de la clase obrera sabe con-ducirlos por los cauces de la lucha revolu-cionaria de masas, el ritmo de transición se-rá más rápido.

Lenin siempre instó al movimiento comu-

por GIOCONDO DÍAS

nista internacional a concentrar sus esfuerzosy su atención en «buscar las formas de pasara la revolución proletaria o de abordarla»1.Esta comprensión es la que orienta y sitúala posición de los comunistas brasileños enorden a las reformas de estructura exigidaspor los intereses de nuestro pueblo. Entende-mos que cada vez es más imperiosa la ne-cesidad de imprimir un nuevo curso al des-envolvimiento económico y político del país.Ese curso debe basarse en la conquista desoluciones nacionales y democráticas que,aunque parciales, estén fuera de los marcosde la subordinación al imperialismo y a losintereses retrógrados de los latifundistas. Lalucha de las masas por «sas soluciones per-mite golpear las posiciones del imperialismoy de sus agentes internos, acumular fuerzasrevolucionarias, modificar la correlación defuerzas en favor del pueblo, constituir un go-bierno nacional y democrático y preparar lascondiciones para realizar transformacionesradicales que garanticen la plena emancipa-ción política y económica de Brasil, abriendo«1 camino para la construcción del socialismoen nuestra patria. La conquista de estos ob-jetivos exige, a la vez, una lucha constantecontra las tentativas de conciliación con elimperialismo y el latifundismo.

Todas las fuerzas progresistas de Brasildiscuten hoy la necesidad de reformas de es-tructura. Entre ellas hay, naturalmente, di-vergencias. Los comunistas consideran nece-sario definir sus posiciones a fin de unir entorno a un programa revolucionario a todaslas fuerzas nacionales y democráticas. En es-

ALGTJNGS PROBLEMAS DE LA LUCHA DE CLASES EN BRASIL 27

1 Obras Completas, t. XXXI, pág. 87. Bdit. Cartogo,Buenos Aires.

I í> programa deben constar las reformas que< > n Brasil llamamos de base, así como otrassoluciones de carácter positivo que concurran;i la conquista de estas reformas y a la crea-ción de un gobierno que exprese los intereses<le las amplias masas trabajadoras y de otrascapas progresistas de la población.

Este amplio conjunto de medidas tiene porobjeto acabar con la expoliación de Brasil porlos monopolios norteamericanos, poner fin ala subordinación de nuestra economía a losintereses imperialistas y crear las premisasque posibiliten nuestro desarrollo independien-te, de conformidad con las necesidades y as-piraciones del pueblo brasileño. He aquí lasreformas -estructurales que preconizamos.

La reforma delREFORMA DEL SISTEMA sistema de cam-DE CAMBIO Y DEL, bio debe tenerCOMERCIO EXTERIOR como objetivo

conseguir el equi-librio de la ba-

lanza de pagos, detener el proceso de des va-lorización del cruzeiro y paralizar las presio-nes inflacionistas provenientes del exterior.Para ello urge una política orientada en -el¡•entido de impedir la evasión de los recur-sos de cambio y aumentar la capacidad pa-ra importar sin que el país contraiga gran-des deudas exteriores. Los puntos principalesde esa reforma serían los siguientes:

El monopolio de las operaciones de cambiodebe corresponder al Banco d-e Brasil [esta-tal], con la eliminación completa del merca-do libre de divisas y la fijación exclusiva porel Gobierno del tipo de cambio. De este mo-do será posible terminar con los fraudes decambio y con las remesas clandestinas debeneficios al extranjero.

Control riguroso de las transferencias decalores y de bienes de ciudadanos brasileñosal exterior, a fin de impedir que una par^importante de la- riqueza nacional sea de-positada en otros países, cuando en BrasiJhay escasez de recursos de inversión.

La política de comercio exterior debe im-pedir el empeoramiento de la relación de in-torcambio que resulta de la baja de preciosexteriores de nuestros productos de exporta-ción, elevar los ingresos de divisas y asegu-rar las importaciones de los productos esen-ciales para el proceso de desarrollo. Esta po-l í t i c a se tradrcirá en:

- política de defensa de los presos exte-riores de nuestros productos primarios me-diante acuerdos internacionales con los paísesinteresados. Estímulos de las exportaciones.¡:emoción de los obstáculos puestos al inter-

cambio bilateral con los países socialistas eintensificación del comercio con el campo so-cialista. Con el fin de aumentar las expor-taciones a los países socialistas es precisoampliar las importaciones de equipos indus-triales, materias primas y combustible prove-nientes de esos países, dentro de un criteriode competición de nuestro país con las co-rrientes tradicionales del comercio exteriorbrasileño;

— monopolio estatal de las exportacionesde café a fin de impedir las maniobras es-peculativas de las firmas exportadoras, con-troladas en gran parte por el capital extran-jero, principalmente el norteamericano. Re-forzamiento del control estatal sobre los de-más capítulos importantes de nu-estra expor-tación, especialmente cacao, algodón y mine-rales, a fin de reducir e ir eliminando la in-fluencia de los monopolios imperialistas;

control drástico de las importaciones,con el establecimiento de un régimen de li-cencia previa y de provisión de divisas, dan-do rigurosa prioridad a las adquisiciones deequipos industriales, materias primas y com-bustible, imprescindibles para el desarrollo denuestra economía. Prohibición de las impor-taciones de artículos de lujo o superfluos yd-e aquellos productos que puedan ser fabri-cados en el país, incluidos algunos tipos deequipo industrial.

RESTRICCIÓNDEL CAPITALMONOPOLISTAEXTRANJERO

Sólo la elimina-ción completa delas actividadesdel capital mo-nopolista extran-jero puede con-

ducir a la plena emancipación 'económica deBrasil. Entretanto, desde ahora es posibleuna orientación en el sentido de restringir sucampo de acción, eliminar algunos de los as-pectos más nocivos de su influencia en laeconomía nacional y, de este modo, crear con-diciones más favorables para el des-anvolvi-miento independiente del país.

En este sentido defendemos la inmediataaplicación de las siguientes medidas:

- registro obligatorio de los capitales ex-tranjeros invertidor -en Brasil, con la perma-nente y efectiva fiscalización de sus activi-dades;

- nacionalización de las compañías extran-jeras de energía eléctrica y telecomunicacio-nes, teniendo presentes las necesidades de laseguridad nacional y el papel que desempe-ñan en la vida del país. La indemnizacióna los propietarios deberá ser pagada en tí-tulos de la deuda pública y establecida según

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28 G I O C O N D O D Í A

el costo histórico, después de un riguroso cóm-puto de los lucros ilegales obtenidos por esasempresas. Siguiendo el mismo proceso, des-pués se procederá a la nacionalización de lasempresas imperialistas de la industria de laalimentación, particularmente los frigoríficos,las fábricas de harina y de leche en polvo;

-• supresión de la actividad d-e los trustsinternacionales en el sector petrolífero a tra-vés de las siguientes medidas: concesión aPetrobrás [empresa -estatal brasileña] del mo-nopolio de importación de petróleo y sus de-rivados; nacionalización de las refinerías par-ticulares;

- modificación de la política de emprés-titos 'exteriores, con vista a salvaguardar lasoberanía nacional y asegurar el desarrolloindependiente del país. Denuncia de todos losacuerdos que lesionan los intereses nacionales,por ejemplo, los que han sido impuestos por•el Fondo Monetario Internacional;

— restricción -efectiva de la acción del capital'extranjero en el terreno del crédito, a- fin dereservar el mercado de capitales a la inicia-tiva brasileña e incrementar las inversionesgenuinamente nacionales. Prohibir que losbancos -extranjeros reciban depósitos en Bra-sil y que los bancos estatales concedan cré-ditos y fianzas a empresas extranjeras o ad-quieran acciones de éstas.

La aplicación de estas medidas está estre-chamente vinculada a la reforma tributaria,que debe ir encaminada a aumentar la ren-ta pública y a establecer el equilibrio pre-supuestario, con la finalidad de eliminar elfoco de inflación representado por el déficitdel presupuesto federal.

Conjugada con la reforma tributaria, la po-lítica financiera del Gobierno deberá estardirigida a elevar las inversiones necesariaspara el normal desarrollo 'económico del país,sobre todo mediante la movilización de recur-sos no inflacionistas, evitando un brusco des-censo de los gastos públicos y la contraccióndel consumo popular.

REFORMA AGRARIAY MEDIDASPARA MEJORARLA SITUACIÓNDE LOS CAMPESINOS

La reforma agra-ria tiene comoobjetivo funda-mental la elimi-nación del lati-fundio y el for-talecimiento de

las economías campesinas en sus formas in-dividuales o asociadas, así como el estableci-miento de la propiedad estatal en la agricul-tura, lo que permitiría dar tierra a todos losque la trabajan, en particular a los campe-sinos sin tierra o deficientemente dotados. Só-

lo una reforma agraria radical podrá eliminarlas trabas que impiden el desarrollo de lasfuerzas productivas en el campo brasileño,aumentar rápidamente la producción de ali-mentos y materias primas y crear las condi-ciones para elevar el nivel de vida de lasmasías campesinas y ampliar el mercado in-terior.

La ley debe establecer un límite máximo de500 hectáreas de propiedad territorial, cuales-quiera que sean las condiciones de utilizaciónde la tierra. Las tierras que sobrepasen estelímite serán expropiadas. Únicamente en ca-sos excepcionales se podrá establecer un lími-te mayor de propiedad agrícola, que la leydebe especificar, teniendo en cuenta áreas decultivo y pecuarias para cuyo aprovechamien-to eficiente sea necesario mantener una ex-tensión superior a la establecida. Las tierrassujetas a expropiación, pero cuya unidad eco-nómica sea conveniente preservar, deben serentregadas a las cooperativas de trabajadoresagrícolas, que contarán con la debida ayudatécnica y financiera dea Estado. Una parte deellas podrá ser destinada a haciendas de pro-piedad estatal.

Se tomará como base de la reforma agrariala expropiación y distribución de las propieda-des de los latifundistas. La reforma agrariadebe iniciarse en las zonas más próximas alos centros urbanos y a las principales víasde comunicación, o sea, allí donde la mayoríade la tierra es propiedad de latifundistas yexisten enormes extensiones no aprovechadaso ma) aprovechadas. En cuanto a las tierraspúblicas, aquellas que efectivamente sean cul-tivadas por las agricultores deben ser entre-gadas gratuitamente a éstos y expedidos loscorrespondientes títulos de propiedad en el másbreve plazo. No obstante, la mayor parte deestas tierras constituirá el fondo de reservadel Estado, y teniendo presentes el desarrollode la economía agropecuaria y las crecientesnecesidades del país en alimentos y materiasprimas deben crearse en ellas haciendas mo-delo de propiedad estatal o cooperativa.

La indemnización de las tierras expropiadasdeberá efectuarse en títulos rescatables a lar-go plazo [no inferior a 20 años] y a un inte-rés bajo [o superior al 5% anual], sin inclu-sión de cláusula alguna de reajuste del valorde los títulos. Una reforma constitucional de-be suprimir del artículo 141, párrafo 16, laexigencia de «previa indemnización en dinero»por las expropiaciones consideradas de utilidadpública o de interés social. La fijación delmonto de indemnización debe basarse en el va-lor registrado para fines de pago del impues-

ALGUNOS PROBLEMAS DE LA LUCHA DE CLASES EN BRASIL29

O territorial, teniéndose en cuenta la mediavalor declarado en los tres años anterlo-a la aprobación de la ley agraria.

La reforma agraria debe asegurar a cada• nnpesino la propiedad, a título gratuito, demi lote de tierra [el llamado lote familiar]• .ipaz de garantizar la subsistencia de su fa-milia y condiciones mínimas de bienestar. Laextensión del lote se determinará de acuerdoDon las condiciones de cada región, la natura-leza de las tierras y el tipo de cultivo. Los< ampesinos que estén en condiciones de cul-t i v a r una extensión superior a la del lote fa-miliar pueden adquirir, a largo plazo y a bajointerés, una parcela adicional hasta un límiteestablecido por la ley. La reforma agraria de-i > - garantizar el derecho del campesino a lapropiedad de la tierra. Sin embargo, el acceso« i u los labradores del Noreste del país a latierra deberá estar vinculado a formas colec-tivas de explotación, cuya necesidad está dic-

la por factores de orden económico.La ley de reforma agraria debe prescribir

< i u e las tierras sujetas a contratos de arren-damiento o de alparcería sean expropiadas yentregadas, dentro de los límites de extensiónestablecidos por la ley, a los campesinos quelas cultivan.

Es preciso modificar el párrafo 29 del artícu-lo 156 de la Constitución Federal, que permitela alienación o concesión de tierras públicas,hasta 10.000 hectáreas sin previa autorización« i d Senado, y de extensión ilimitada con lacorrespondiente autorización. La ley debe es-tablecer el límite máximo de 500 hectáreas pa-ra alienación o concesión de tierras de domi-nio público.

Al mismo tiempo que se libra la lucha poruna reforma agraria radical es posible con-cretar inmediatamente medidas parciales quemejoren la situación de las masas campesinase incrementen la producción de alimentos y dematerias primas:

- reglamentación legal y por escrito delos contratos de arrendamiento y aparcería.La renta no deberá exceder del 20% del va-lor de la producción. Fijación en cinco años«le los plazos mínimos de los contratos. Pró-rroga automática del arriendo por un plazoitfual, cuando el propietario no solicite la tie-

arrendada para explotarla él directamen-te. Los arrendatarios y aparceros deben tenergarantía contractual de indemnización por lasmejoras que hayan realizado en la tierra, así< - < > i n o derechos asegurados contra los desahu-

arbitrarios;- entrega inmediata de títulos de propie-

dad a los campesinos que trabajan la tierra

que han ocupado y defensa rigurosa de los de-rechos de los campesinos contra aquellos quese proclaman ilegítimamente propietarios detierras;

— impuesto territorial rural fuertementeprogresivo, con aumento de la carga tributa-ria sobre las grandes propiedades, en propor-ción al área total y a la parte no cultivada;exención fiscal para las pequeñas propiedadesde tipo familiar;

— ayuda financiera directa de los bancosoficiales a los pequeños cultivadores, propieta-rios o no, de modo que el crédito agrario ofi-cial no sea monopolio de los grandes hacen-dados;

— estímulo del cooperativismo entre los pe-queños y medios labradores; fijación de pre-cios mínimos compensadores que estimulen laproducción; garantía de transporte eficiente ybarato para los productos alimenticios; con-cesión de créditos para la adquisición de ape-ros agrícolas; abastecimiento de semillas, abo-nos e insecticidas a los pequeños y mediosagricultores;

- combatir la acción especuladora de losintermediarios con el establecimiento de unavasta red de depósitos y silos estatales y conla mejora del sistema de transporte;

- aplicación efectiva de la legislación labo-ral existente, haciéndola extensiva a los obre-ros agrícolas, así como medidas inmediatasgubernamentales para impedir su violación.Elaboración de un Estatuto que establezca unalegislación laboral obrera adecuada a los tra-bajadores rurales. Providencias legales quereglamenten la sindicalización rural, con laplena garantía de organización libre y autóno-ma de los asalariados y semiasalariados delcampo y el reconocimiento oficial inmediatode los sindicatos rurales.

El desarrollo de las regiones del Noreste deBrasil está estrechamente relacionado con lasolución de la cuestión agraria, con la reali-zación de la reforma agraria. Teniendo encuenta las desigualdades regionales del des-arrollo económico-social y, en particular, lagravedad de la situación en el Noreste, es ne-cesario emprender un programa efectivo parasolucionar este problema de interés nacional.El programa de desarrollo del Norte debe es-tar orientado a asentar a los campesinosnordestinos en zonas de suficientes precipita-ciones atmosféricas y de tierras fértiles, a em-prender obras de regadío en las tierras de se-cano y a promover la industrialización de estaparte del país a base de los recursos nacio-nales .

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30G I Q C O N D O D Í A S

LAS REFORMAS DEESTRUCTURA Y LAREVOLUCIÓNBRASILEÑA

Al fijar nuestraposición ante lasreformas básicas,los comunistasbrasiljeños consi-deramos que la

conquista de esas reformas depende esencial-mente de lias luchas del pueblo, de la cohesióny del poderío del frente único nacional y de-mocrático y d-el papel que en él desempeñenlas fuerzas revolucionarias más consecuentes,sobre todo la clase obrera, los campesinos yotras capas populareis.

Estimamos que, actualmente, en la luchapor las reformas de estructura, la tarea másimportante de las fuerzas de vanguardia con-siste en dar una amplitud y un vigor mayorescada- día, a la presión de las corrientes nacio-nales y democráticas. En este sentido -es comoconcebimos la posibilidad del camino pacíficode la revolución brasileña.

En este plano, podemos afirmar que nues-tro pueblo ya ha alcanzado considerables éxi-tos parciales. En los dos últimos años doshuelgas generales de los trabajadores, apoya-das por los estudiantes y vastas capas de lapoblación, impidieron que las fuerzas proim-perialistas y más reaccionarias implantasenen el país una dictadura abiertamente al ser-vicio de los trusts norteamericanos y de loslatifundistas.

Estamos convencidos de que si la presiónde las masas trabajadoras y populares, así co-mo de todas las fuerzas que se oponen a laexpoliación imperialista y a la explotación la-tifundista, se ejerce a niveles de combatividady de organización cada vez mayores, el pueblobrasileño podrá imponer la adopción de lasreformas básicas. Esto significa que si pre-conizamos las reformas estructurales como so-lución inmediata a los problemas en que sedebate la sociedad brasileña es que estamospreconizando una salida de lucha de grandesmasas, estamos apoyando una Knea políticaauténticamente revolucionaria. No admitimosotra política que la que tiene por base la mo-vilización, la organización y la acción de lasmasas.

En las circunstancias presentes, esa presiónde las masas está íntimamente vinculada a laidea de la formación de un gobierno nacionaly democrático, que se comprometa ante el pue-blo a poner en práctica un programa en elque figuren, concretamente, las reformas debase, la emancipación económica del país y laconsolidación y ampliación de las libertadesdemocráticas, además de una política exterior

independiente, orientada al mantenimiento dela paz mundial.

Nosotros interpretamos esas reformas y so-luciones positivas como un elemento auxiliarde gran importancia para la conquista de losobjetivos finales de la clase obrera, puestoque en las condiciones concretas tie Brasilcontribuyen a desarrollar la lucha d j clases ya alcanzar las tareas esenciales de nuestrarevolución. Por tanto no las consideramos deninguna manera como resultado del entendi-miento general» entre todas las clases o co-mo «acuerdos en las alturas . Son las masaslas que desempeñan el papel decisivo, y la lu-cha de masas obligará a las clases gobernan-tes a adoptar determinadas r e f o r m a s y a ha-cer concesiones parciales.

Nuestra época se diferencia radicalmente deaquella en que la revolución de Upo democrá-tico tenía, en lo fundamental, un carácter an-tifeudal. Hoy, en nuestro país la revoluciónestá enfilada, desde su inicio, no sólo contralas supervivencias feudales, sino contra el im-perialismo y sus agentes internos. En otraspalabras, la lucha por las reformas de estruc-tura se enfrenta, en esencia, con el mismoenemigo contra el que va dirigida la revolu-ción de la clase obrera por la emancipaciónsocial. Esto significa que se han aproximadomás los dos tipos de revolución. En estas con-diciones, la lucha por la solución de las ta-reas democráticas y socia l is tas puede tam-bién no tomar la forma de dos revolucionesdistintas, sino constituir dos etapas de un soloproceso revolucionario.

Con la lucha por las reformas de estruc-tura y soluciones positivas procuramos prepa-rar las condiciones para la realización com-pleta de las tareas revolucionarias que nosplantea la actual etapa histórica. Esa luchaconstituye también una forma de desarrollarla actividad revolucionaria de las masas. Ypara que no sea confundida con el reformis-mo, partimos del principio de que esa luchasólo puede ser eficaz si está apoyada en unamplio movimiento de masas.

Estamos convencidos de qua el justo des-envolvimiento de la lucha por la realizaciónde las tareas democráticas y antiimperialis-tas será un golpe muy serio asestado a lasfuerzas imperialistas y latifundistas. E inclu-so no teniendo un carácter socialista, esa lu-cha no contribuirá a fortalecer el poder de lasactuales clases dominantes, sino, al contrario,se volcará cada vez más contra sus intereses.Hoy, a diferencia de lo que sucedía en el pa-sado, cuando la burguesía luchaba contra elrégimen feudal, ninguna transformación de-

ALGUNOS PROBLEMAS DE LA LUCHA DE CLASES EN BRASIL 31mocrática sustancial refuerza a las clases do-minantes, sino que representa para eñas unapérdida de posiciones económicas y políticas.De ahí la necesidad de guiarnos por la valora-ción de la situación general, del grado actualde desarrollo social y político del mundo, de

la correlación de fuerzas de clase en la arenainternacional, para no sobrectimar las fuerzasdel enemigo y no subestimar nuestras fuerzasy las enormes posibilidades de éxito que la lu-cha por las reformas de estructura ofrece aldesarrollo de la revolución en nuestro país.

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Importante tareade los trabajadores de Israel

A L REFERIRSE A ISRAEL, la prensaburguesa presenta a menudo este país como el«hogar de la democracia» -en el Cercano Orien-te. Tal afirmación se basa sobre todo en lacircunstancia de que, a diferencia de otros mu-chos países de esta zona, el nuestro posee losatributos formales de la democracia parla-mentaria. De aquí la necesidad de examinara fondo los procesos que tienen lugar en Is-rael y analizar la lucha que sostienen las fuer-zas cocíales en torno del problema de la de-mocracia .

Los hechos demuestran que también en Is-rael, en la nueva etapa de la crisis generaldel capitalismo, se están acentuando fenóme-nos sociales que se hallan en pugna con lademocracia burguesa oficialmente proclamada.La ofensiva de la reacción israelí contra losderechos democráticos ha sido desplegada entodo el frente y se expresa en la sistemáticalimitación de los poderes del Parlamento aldecidir la solución de los más importantes pro-blemas de la política interior y exterior; en elreforzamiento del poder ejecutivo y la am-pliación de sus atribuciones a expansas de lasatribuciones de los organismos legislativos; enloi continuos intentos de modificar la ley elec-toral, sustituyendo el sistema proporcional porel mayoritario; en el mantenimiento de lasdisposiciones extraordinarias de las autorida-des coloniales inglesas y la promulgación deleyes políticas tendentes a liquidar las liber-tades democráticas; en la ingerencia cada vezmayor del Estado en los conflictos laboralescomo parte opuesta a los intereses de los tra-bajadores; en el deseo de frenar el libre des-arrollo de la lucha de clase del proletariado.

En el informe del Comité Central al XIVCongreso del Partido Comunista de Israel, pre-

por ESTHER VILENSKA

IMPORTANTE TABEA DE LOS TRABAJADORES DE ISRAEL 33

sentado por Samuil Kikunis, secretario gene-ral del CC, se decía: «La política de someti-miento al imperialismo y al capital monopo-lista extranjero e israelí, aplicada por elGobierno Ben Gurion, no sólo menoscabanuestra independencia y quebranta nuestraeconomía nacional, sino que además pone -enpeligro nuestra seguridad y los intereses vi-tales de la clase obrera y de las grandes ma-cas populares. Lo que está en juego es la de-mocracia israelí. Como enseña el leninismo ylo confirma toda la experiencia histórica-, don-de los monopolios ejercen el dominio económi-co, la reacción dirige la política».

POR EL, DERECHO DE HUELGA

Aunque en Israel está reconocido formal-mente el derecho de huelga, en realidad, cuan-do un grupo de trabajadores inicia la lucha endefensa d-e sus intereses, lo::- gobernantes re-curren a todos los medios a su alcance paraoponerse a ellos, aplicando la presión econó-mica, las amenazas de de:pido y las medidaspolicíacas. Esta política responde a los inte-reses del capital monopolista y es apoyadapor la mayoría reaccionaria de la direccióndel Histadrut [Federación de Sindicatos]. Elmovimiento obrero israelí ha conocido en es-tol últimos años no pocos casos de tal proce-der antidemocrático. He aquí algunos de ellos.

Durante la huelga general de advertenciacontra la creciente carestía de la vida, reali-zada en febrero-marzo de 1962, la policía ata-có a los huelguistas reunidos en la Plaza deElit, en Kamat Gan, y detuvo a decenas deciudadanos que fueron entregados a los tribu-nales .

El personal de vuelo de la compañía estatal

de aviación El-Al declaró en marzo del pa-sado año una huelga para conseguir que fuerasatisfecha su exigencia de mejoramiento delos seguros sociales. En lugar de entablar ne-gociaciones con los huelguistas, la administra-ción recurrió a medidas extraordinarias, ame-nazándoles con el despido si no se reintegra-ban al trabajo. Al mismo tiempo, el Gobiernoentregó los servicios de vuelo a una compañíainglesa, que puso en los aviones pilotos ex-tranjeros rompehuelgas.

Hace dos años, cuando los ingenieros decla-raron la huelga en apoyo de sus demandassalariales, el Gobierno obligó a los ingenierosde los servicios públicos a continuar el traba-jo. De este modo ejerció una fuerte presiónsobre el movimiento, lo que se halla en con-tradicción con el derecho de huelga oficial-mente reconocido.

Atentando contra el derecho de huelga, elGobierno impone severas sanciones a los fun-cionarios públicos que recurren al paro. Lospatronos amenazan con el despido a los miem-bros de los comités obreros que exhortan a lostrabajadores a luchar en defensa de sus de-rechos [como ocurrió, por ejemplo, durante lahuelga declarada en la fábrica de galletasFrumin, en abril del año pasado]. El objetivocíe semejante política es minar la organiza-ción de los obreros, debilitar su espíritu com-bativo y apartar a las masas de la lucha.

Pero la experiencia del movimiento obrerode nuestro país muestra que ningún «castigodisciplinario» es capaz de frenar el desarrollode la lucha de clases de los trabajadores. Así,en 1962 se declararon en Israel 146 huelgas,en las que participaron 37.665 obreros y em-pleados. El total de jornadas de trabajo per-didas fue de 243.000. En comparación con el;n io anterior, estas cifras representan un au-mento del 14% para el número de huelgas, del12% para el de huelguistas y del 72% paraI M S jornadas de trabajo perdidas. Conviene se-

¡r, como hecho sintomático, que la mayo-i M de las huelgas no fueron aprobadas por elMistadrut, pese a lo cual más de la mitad ter-minaron habiendo obtenido los huelguistas unaMtisfacción total o parcial de sus reivindica-

10S.

A medida que se va haciendo más mani-i a la naturaleza antidemocrática del capi-inonopolista, los obreros van intensificando

l . i lucha en defensa de sus derechos y de lashu-rtades democráticas. La batalla por la de-nme racia se inicia en las fábricas, en los lu-gares donde los capitalistas —apoyados a me-

:i N. Época

nudo por la actual mayoría de la dirección delHistadrut— despliegan su ofensiva contra lasatribuciones de los órganos de representaciónobrera en las empresas. En el curso de estoscombates la clase obrera se va convirtiendoen el exponente de los intereses de todos lostrabajadores.

LA POLÍTICA EXTERIOR Y ELPARLAMENTO

Presionados por el capital monopolista, losgobernantes israelíes van limitando día trasdía las atribuciones del poder legislativo. Lascuestiones más importantes —la paz y la gue-rra, las relaciones entre el país y los Estadosimperialistas y la política exterior en general—no son resueltas por el Parlamento y ni si-quiera por el Gobierno en su conjunto, sinopor la camarilla militarista vinculada al exPrimer Ministro Ben Gurion.

Así, el acuerdo de facilitar armas a Alema-nia Occidental [clara manifestación del apoyoprestado por los círculos gobernantes de Israela la realización de los planes de los militaris-tas germanos] fue adoptado por el Gobiernoen 1959, sin previa discusión en el Parlamentoy sin la aprobación de éste. La población is-raelí no se enteró de este acuerdo a travésde un informe del Gobierno al Knesset [Par-lamento], sino por la noticia publicada en larevista germanooccidental Der Spiegel.

El Gobierno firma acuerdos internacionalessin someter su aprobación al Parlamento. Unejemplo lo tenemos en el «tratado de ayudamutua defensiva» firmado entre Israel y Es-tados Unidos y por el cual nuestro país haasumido una serie de compromisos militares. Afines de 1962, ante la exigencia de la oposi-ción de que dicho acuerdo fuera discutido enel Knesset, los gobernantes contestaron dicien-do que el Gobierno no estaba obligado a so-meter esta cuestión al Parlamento.

Según declaración del contralor del Estado,las sumas destinadas al reactor atómico cons-truido en nuestro país no fueron incluidas enel presupuesto. Esta circunstancia, así comolas noticias publicadas por la prensa occiden-tal respecto a la participación de la RepúblicaFederal Alemana en la construcción del reac-tor, hacen suponer con harto fundamento quela obra ha sido financiada por el Gobierno deBonn. Israel ha empezado a fabricar cohetes,hecho que entraña un grave peligro. Todo estose hace sin previa discusión en el Parlamento.

En el país ha provocado una verdadera tem-

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34 E S T H E B V l i L E N S K A

pestad la noticia de que el Gobierno de Bonnsuministra cohetes a Egipto, prueba de que losmilitaristas alemanes se proponen utilizar elterritorio del Cercano Oriente -en beneficio dela agresiva política de la OTAN. Entretanto,el Gobierno de Israel, batiendo todos los re-cords de servilismo ante los imperialistas, in-vitó en calidad de «huésped de honor» aStrauss, ex Ministro de la Guerra del Gobier-no de Bonn y representante del más extrema-do revanchismo alemán, un hombre al que laprensa occidental califica de «nuevo Hitler»y que está obsesionado por la idea de una gue-rra nuclear contra la Unión Soviética y otrospaíses socialistas.

Este acto de Gobierno demuestra el profun-do desprecio que sienten los círculos milita-ristas de Isra-ei por el pueblo, por la opiniónpública israelí y mundial, por la lucha de lasmasas populares en defensa de la paz. Vastossectores de la población israelí han expresadoairadamente su indignada protesta contra lavisita de Straus. En mayo de 1963 tuvieronlugar multitudinarias manifestaciones en Tel-Aviv, Haifa y Jerusalén, a través de las cua-les el pueblo mostró que condena resueltamen-te los actos de la reacción, opuestos a losintereses de la paz y la democracia.

La colaboración con el militarismo germa-no-occidental y la orientación general de lapolítica israelí hacia «el Occidente imperialista,orientación entroncada con la línea antidemo-crática del Gobierno dentro del país, provocanla resistencia de extensos sectores de la opi-nión pública israelí. El cambio de orientacióny la aplicación de una política exterior neu-tralista encaminada a mejorar las relacionescon la Unión Soviética contribuirían en me-dida no desdeñable a robustecer las posicio-nes de Israel en el plano internacional y adar mayor solidez a los pilares democráticosdentro del país.

HAY QUE ACABAR CON ELSOJUZGAMIENTO DE LAPOBLACIÓN ÁRABE

La opresión nacional a que está sometida laminoría árabe en Israel es una de las mani-festaciones más -elocuentes de la forma -en quelos gobernantes pisotean la democracia, inclu-so en sus formas burguesas. La administraciónmilitar, que concentra en sus manos todo elpoder en las zonas árabes, es un organismode opresión que ejerce un dominio arbitrariosobre todos los aspectos de la vida de la po-blación árabe. Expulsa de sus tierras a losfelaes, priva a los árabes de toda libertad demovimiento, etc.

Los círculos gobernantes justifican la exis-tencia de la administración militar en las zo-nas de población árabe diciendo que es unmedio de garantizar la seguridad, impuestopor la ausencia de relaciones pacíficas -entreIsrael y los países árabes. En un principio,los únicos que se opusieron a este régimenopresivo fueron los comunistas, pero con eltranscurro del tiempo nuevos y nuevos secto-res sociales se han ido percatando del dañoque ocasiona a la democracia en Israel el sis-tema de la administración militar. Al ser dis-cutido este problema en el Knesset, la mitadde los diputados se pronunció a favor da laabolición de dicho sistema, y la propuesta he-cha en este sentido fue rechazada por un colóvoto de mayoría [57 contra 56 |.

El amplio frente de las fuerzas sociales queexigen la abolición de la administración mili-tar comprende cinco partidos: el Partido Co-munista, el MAPAM, el Ahdut Ha'avoda, elPartido Liberal y el Herut, asi como intelec-tuales y estudiantes no adheridos a ningúnpartido y determinados grupos de aquellospartidos que votaron contra la mencionadapropuesta. Este hecho muestra la avanzadamadurez política de la opinión publ ica y esuna prueba de que se compren.I • mejor la re-lación existente entre el menoscabo de los de-rechos de la minoría árabe y el P.-I¡S.;TO de unadictadura. Las asambleas públicas, las mani-festaciones, el envío de d e l - K m - i o n e s al Parla-mento y la misma discusión <le este problemaen el Knesset testimonian que va tos secto-res están cada vez más dlspue toa a lucharenérgicamente hasta conseguir que se suprimaen el país la opresión n a c i o n a l .

LA LEY DE «SEGURIDAD IH-IL KSTADO»

La ley de «S-eguridad del Estado es una delas más reaccionarias y usurpator ias , es unal e y q u e pone e n entredicho ! < > < i Techos funda-mentales de los c i u d a d a n o - ; \ i : l s libertadesdemocráticas. En ella lo mismo S€ calificande «traición» delitos cono el r . ; piona je qu-e lasideas políticas en puKna con la posición delGobierno. El objetivo de es t a ley no es sal-vaguardar la seguridad dvl K s t a d o , sino la delos gobernantes. En v i r t u d d- I artículo 24,cualquier contacto con agen tes extranjeros escastigado con penas que oscilan entre 15 añosde reclusión y cadena perpetua. Si el acusado,sin sospechar nada de algún ciudadano ex-tranjero, trató de establecer contacto con él,pero no llegó a establecerlo, de todos modoses considerado culpable de «contactos conagentes extranjeros». Si llegó a entrar -en con-tacto, pero no puede dar ninguna explicación

IMPORTANTE TABEA DE !LOS TRABAJADORES DE ISRAEL, 35

satisfactoria de su conducta, se considera cul-pable de haber transmitido informaciones se-cretas a dicho agente. Según esta ley no esel fiscal el que tiene que demostrar la culpa-bilidad d-el acusado, sino éste quien ha de pro-bar su inocencia, lo cual re halla en contra-dicción con las normas habituales del Derechoprocesal.

La ilógica e intolerable severidad de esta leydraconiana quedó patentemente demostradadurante el juicio contra Aharon Cohén, miem-bro del Comité Central del MAPAM. Segúnmanifestó durante el proceso el miembro delTribunal Supremo Landau, «aún en -el casode que el tribunal esté convencido de que elacusado no ha transmitido al agente ningunainformación recreta, pero ha rechazado comoinverosímil su -explicación acerca de las cau-sas que le impelieron a -establecer contacto conel ag-ente, deberá dictarse un veredicto de cul-pabilidad por transmisón de informas secre-tos . . . » Es evidente que ni siquiera la preocu-pación por la seguridad del Estado puede jus-tificar s-emejante deformación de los mediosuniversales de prueba de la culpabilidad enun proceso judicial.

Al ser discutido en el Knesset el "proyectode Ley de «Seguridad del Estado», los únicosque votaron en contra fueron los comunistas,quienes advirtieron que la misma podría serutilizada contra todos los que se oponen a lapolítica del Gobierno y que, s la vez, entra-ñaba un serio peligro para los derechos delindividuo y la democracia en general. El pro-ceso contra Cohén vino a demostrar cuántarazón tenían al hacer esta advertencia. Loabsurdo de la ley quedó de manifiesto cuan-do uno de los magistrados votó por la abso-lución del acusado, mientras otros dos decla-raban que la sentencia condenatoria tenía co-mo única base la extraordinaria severidad dela ley.

Sectores sociales muy amplios exigen la mo-dificación de esta ley, que impide a los ma-gistrados juzgar de acuerdo con su conciencia.A finales de 1962, cuatro minorías parlamen-tarias propusieron que la ley fuera modificadaen un sentido democrático. La opinión públicadel país se da cada vez más cuenta del carác-ter reaccionario de esta ley draconiana y actúacada día más unida frente a los atentados del(íobierno contra la democracia.

RELACIÓN ENTRE EL MILITARISMOY EL ANTIDEMOCRATISMO

Los medios militaristas de Israel tratan deintroducir cambios de naturaleza reaccionaria« • n el régimen social del país y quieren sus-

tituir el sistema proporcional por el mayori-tario para impedir que las fuerzas de la de-mocracia y la paz puedan tener representaciónen el órgano legislativo nacional. La declara-ción conjunta hecha por los cinco primeros je-fes del Estado Mayor General en favor de lasupresión dsl sistema proporcional y publica-da en la prensa israelí a comienzos de 1963,simboliza la indisoluble vinculación entre elmilitarismo y el antidemocratismo.

Esta opinión unánime de todos los jefas delEstado Mayor General ce reduce en esencia a-exigir la sustitución de la democracia parla-mentaria por un régimen que estructure la co-munidad nacional al modo militar, de maneraque la vida civil quede regulada por las órde-nes de una camarilla castrens-e. Ben Gurionllegó a decir en el Knesset que ciertas perso-nas [«no fascistas» en opinión suya] le habíanaconsejado que implantase un poder no supe-ditado al Parlamento y modificas-e sin la apro-bación de éste el sistema electoral.

El peligroso carácter del militarismo israelíse pu:o en -evidencia con motivo del llamado«asunto Lavon», gran aventura emprendida en1954 en la política exterior por un grupo demilitares cercanos a Ben Gurion y que costóla vida a muchas personas. Como se aclaróposteriormente, la aventura había sido inicia-da sin -el conocimiento del entonces Ministrode Defensa, P. Lavon, al que luego se tratóde implicar mediante documentos apócrifos,falsos testimonios, etc. La comisión investiga-dora estableció que Lavon no había tenidonada que ver con el asunto, pero Ben Gurionse negó a presentar un informe completo antela Comisión parlamentaria de Asuntos Exte-riores y Seguridad y a dar cuenta a sus pro-pios ministros, al-egando razones de «seguri-dad». El «asunto Lavon» vino a confirmaruna vez más que los problemas políticos demayor importancia para el país son resueltospor una camarilla militar, que se coloca nosólo por encima del Parlamento, sino tambiénpor encima del Gobierno.

Con el pretexto de la «seguridad», los círcu-los gobernantes de Israel aplican una políticaantinacional y antiobrera, que se manifiestaen la hipertrofia del presupuesto militar, enla connivencia política y militar con el Go-bierno de Bonn y en la promulgación d-e leyesque restringen los derechos democráticos. Perola aureola que rodeaba en el pasado al con-cepto de «seguridad del Estado» se va eclipsan-do cada vez más, sobre todo desde que se hizopúblico y notorio que la camarilla castrense,con la aparente razón de proteger la seguri-dad d-el Estado, ha recurrido a tergiversacio-nes e incluso al crimen directo en la vida po-

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lítica del país. Círculos cada vez más ampliosde la población van dejando de estar hipno-tizados por este concepto y se incorporan a lalucha contra 'el peligro de una dictadura dela casta militar.

EN DEFENSA DE LA LEGALIDAD

Hoy es el día en que Israel no tiene aúnsu Constitución, y las esferas gobernantes seniegan a elaborar una Ley fundamental parael país. Siguen en vigor las disposiciones ex-traordinarias de las autoridades coloniales in-blesas, pese a que ya en los primeros días dela existencia del Estado el Knesset adoptó unacuerdo en el que se señalaba que tales dis-posiciones estaban reñidas con los fundamen-tos de la democracia y debían ser derogadasrSin embargo, no han sido abolidas y conti-núan formando la base jurídica de las senten-cias dictadas por consejos sumarísimos y delmantenimiento de una rigurosa censura.

Un ejemplo típico de violación de la libertadindividual por los gobernantes nos lo ofreceel proyecto de ley que autoriza a los organis-mos de seguridad a montar servicios de escu-cha secreta. A tal efecto se instalaron apa-ratos de escucha en los domicilios de diputa-dos comunistas, del diputado y ex Ministro delPartido Liberal P. Bernstein, del diputado M.Yaari, líder del MAPAM, y de otros muchos.La comisión interna del Knesset, que examinóesta cuestión, constató que «en el pasado sedieron casos fde escucha. — N. de la R.] querebasaban claramente el marco de los intere-ses directos de la seguridad».

Los atentados a la democracia son insepa-rables de la creciente dependencia de los círcu-los gobernantes respecto del imperialismo enla vida económica, política y militar. Un claroejemplo de esta relación nos lo ofrece el trá-gico caso del Dr. Soblen, que había abando-nado Estados Unidos, solicitando asilo políticoen Israel. El Gobierno israelí lo expulsó delpaís y lo devolvió a Esta'dos Unidos [pese aque entre dicho país e Israel no existe unacuerdo de extradición de refugiados políti-cos]. Esta medida fue tomada bajo la presióndirecta de la Embajada norteamericana enIsrael. Según confesó el propio B>en Gurion,el embajador norteamericano le había visitadopara plantearle el asunto del Dr. Soblen. Lacoincidencia de la llegada del detective norte-americano McShane a Israel con la fecha se-ñalada para la extradición de Soblen y elacuerdo entre el Gobierno y los servicios deinteligencia norteamericanos respecto a la ho-ra de salida y dirección de vuelo del avión que

le transportaba, así como el hecho de habertratado de ocultar a la opinión pública israelítoda esta historia, prueban la dependencia delGobierno de nuestro país respecto del Gobier-no norteamericano. Y como escandaloso con-traste, mientras que a uno de los mayores cri-minales del mundo, a A.dolfo Eichman, se leconcedía el derecho a tener abogados para sudefensa en el juicio, este derecho fue denegadoal Dr. Soblen, hombre que por motivos políti-cos había huido de Estados Unidos, que du-rante la guerra había desplegado una activi-dad antinazi y que, como judío, podía, d-eacuerdo con las leyes israelíes, entrar libre-mente en nuestro país.

La extradición del Dr. Soblen provocó unaverdadera tempestad de indignación en la opi-nión pública del país. La lucha por los dere-chos cívicos se fundió en este caso con la lu-cha por el honor y la dignidad del Estado,por el respeto de la soberanía nacional, por elrepudio de la presión que ejercen los impe-rialistas sobre la política de Israel.

A DESPECHO DE LA POLÍTICAANTICOMÜNISTA

El anticomunismo es uno de los principalesinstrumentos de la ofensiva de los militaristasisraelíes contra la democracia. Los esfuerzosrealizados por éstos para socavar la fuerza yla influencia del Partido Comunista y paraaislarlo responden a los propósitos del capitalmonopolista, cuya intención es separar a lostrabajadores de su destacamento de vanguar-dia.

Muchos hechos de la realidad israelí mues-tran que el boicot aplicado al Partido Comu-nista se extiende con el transcurso del tiempoa otras fuerzas de la oposición. Hace unoscuantos años, escudándose en la «seguridaddel Estado», los círculos gubernamentales pri-varon a los comunistas de representación enla Comisión parlamentaria de Asuntos Exte-riores y Seguridad. Posteriormente, Ben Gu-rion mantuvo la tesis de que en esta cuestióntampoco se podía confiar en otras fuerzas po-líticas. Este fue el pretexto, como ya hemosindicado, de su negativa a presentar ante dichaComisión un informe completo sobre el «asun-to Lavon».

Pero los adalidades del anticomunismo nologran aislar a los comunistas. La colabora-ción entre el Partido Comunista y otras fuer-zas democráticas se desarrolla con buen éxi-to. La experiencia de la lucha por la aboliciónde la administración militar en las zonas ára-bes del país demuestra que es posible agluti-

IMPOBTAJííE TABEA DE LOS TBABAJADORES DE ISRAEL 37

nar a amplios sectores, tanto para las accionesaisladas —mítines y manifestaciones— comopara largas campañas conjuntas dentro y fue*ra del Parlamento.

Pese al anticomunismo de los medios gu-bernamentales, el movimiento obrero ha hechograndes progresos en la unidad de acción, yno sólo en empresas aisladas, sino en ramasenteras de la economía e incluso en el ámbitode todo el país. La huelga del 25 de diciembrede 1962 contra la congelación de salarios, pre-vista por un decreto del Gobierno, abarcó ala mayoría de los centros industriales del país.

Las capas medias también se organizan pa-ra luchar en defensa de sus intereses lesiona-dos por la política del Gobierno. Así lo de-muestra, entre otras cosas, la Conferencia delos representantes de todos los sectores labo-rales del campo, que se pronunció por la limi-tación de las importaciones de productos agrí-colas, lesivas para la economía de los campe-sinos, así como en favor de la concesión decréditos a largo plazo por el Gobierno, lo quepermitiría a los campesinos liberarse de lausura, y por la reducción de las cargas fis-cales.

Otro ejemplo de la creciente unidad ha sidoel Congreso pro desarrollo de las relacionesculturales con la URSS, celebrado en Tel-Aviva comienzos de 1963, en el que tuvieron re-presentación círculos muy diversos.

Los intentos de los gobernantes de restrin-gir la democracia tropiezan con la resistenciacada vez mayor de las masas populares, queluchan no sólo en defensa de las normas de-mocráticas ya existentes, sino también por elrobustecimiento y desarrollo de la democraciaen general.

LA DIMISIÓN DEL GOBIERNOBEN GURION

La renuncia presentada por B-en Gurion amediados del pasado año no fue voluntaria,sino que constituyó un reflejo de la crisis delsistema dictatorial imperante bajo su Gobier-no. Ben Gurion se vio obligado a abandonarla presidencia del Gobierno ante la crecienteresistencia- a su política por parte de vastossectores de la opinión israelí.

Es preciso señalar que la coalición guber-namental tiene una base bastante restringida[68 de los 120 diputados al Knesset]. De aquíque en tiempos de Ben Gurion, cada vez queéste trataba de imponer su política apelandon. la disciplina de la coalición, la votación envi Knesset en torno a una serie de importan-tes problemas daba lugar con frecuencia a ladivisión de los votos en partes casi iguales

entre la coalición y la oposición. Así ocurrióal votarse sobre el problema de la administra-ción militar, sobre las conclusiones de la co-misión ministerial encargada' de estudiar elcaso de la extradición del Dr. Soblen y sobreel artículo 24 del famoso proyecto de «Seguri-dad del Estado», también sé pusieron de ma-nifiesto serias discrepancias durante la discu-sión de ciertos problemas relacionados con lapolítica exterior.

El Partido Comunista de Israel siempre pro-pugnó la destitución de Ben Gurion, expli-cando a las masas la responsabilidad de suGobierno por la crisis de la política israelí. Larealidad na venido a demostrar la justeza delanálisis de la situación hecho por el PartidoComunista. Ben Gurion se vio obligado aabandonar la jefatura del Gobierno, lo quecreó condiciones más favorables para la pro-secución y el desarrollo de la lucha por la de-mocracia.

El nuevo jefe del Gobierno, Levi Eshkol, hainsinuado que se proponía introducir algunoscambios en la política israelí. Pero en lapráctica ha venido cediendo continuamente an-te la presión de los ultras, que ocupan posi-ciones claves en -el aparato militar y policíaco.Este es el origen de la contradicción que seobserva entre las palabras del Gobierno y laaplicación de su política.

En política internacional, el nuevo Gobier-no continúa colaborando con la OTAN.

El Gobierno israelí ha firmado el Tratadode Moscú de prohibición parcial de los ensa-yos nucleares, pero al mismo tiempo sigue opo-niéndose a que el Cercano Oriente se convier-ta en una zona desatomizada.

Conviene señalar, no obstante, que Eshkol,a diferencia de Ben Gurion, ha declarado es-tar dispuesto a considerar la participación deIsrael -en la solución del problema de los re-fugiados árabes. Además, durante el conflictofronterizo con Siria, el nuevo Gobierno no re-currió a las acciones militares y apeló al Con-sejo de Seguridad. Sin embargo, a Eshkol,como Ministro de Defensa, se le ha autorizadoa emprender acciones militares en el caso deque así lo exija la «situación».

En el Gobierno se está librando una batallaentre las fuerzas más moderadas y los círcu-los rabiosamente militaristas, que se proponen«acumular fuerzas» para cercenar aún máslos ya restringidos derechos democráticos. Lascontradicciones en el seno del partido gober-nante se han agudizado al extremo. Eshkol hadeclarado que está dispuesto a examinar elproblema de la abolición de la administraciónmilitar en las zonas pobladas por árabes, peroa él se oponen S. Peres y M. Dayan, que re-

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38 E S T H E B V I L E N S K A

presentan a los militaristas más extremados,sosteniendo la tesis de que la administraciónmilitar e¡s indispensable para la seguridad delpaís.

Mas a la vez el nuevo Gobierno ha recurridoa una serie de medidas antidemocráticas, co-mo son el despido de los maestros árabes ele-gidos por la «Lista Democrática», apoyada por•el Partido Comunista, como candidatos a de-legados de Congreso de la Unión de Maestros;a negativa a celebrar elecciones municipalesen una serie de aldeas árabes y la anticipaciónde las elecciones a la Municipalidad de Kufr-Yossif dirigida por ediles comunistas y otrosdemócratas; la prohibición del Congreso or-ganizado por -el Comité Hebreo-Árabe de Tai-bee en defensa de los derechos de la pobla-ción árabe.

El Gobierno Eshkol sigue aplicando una po-lítica antiobrera y antipopular, expresada enel incesante aumento de la carestía de la vida,en la congelación de los salarios, en la supre-sión de los pluses de carestía para los obre-ros, en el menoscabo de los derechos socialesde los funcionarios públicos, etc.

Ben Gurion se ha retirado, pero su políticaes mantenida hasta hoy día. La prosecuciónde esta política antipular no puede por menosde acrecentar la resistencia de la opinión pú-blica israelí y de llevar a una intensificaciónde su lucha contra la política del nuevo Go-bierno.

La defensa de la democracia incumbe a las

masas populares de Israel. El reforzamientode la lucha en defensa de los derechos de lostrabajadores y de las capas medias, en defen-sa de la democracia y de la paz permitiráconseguir que a la eliminación de Ben * Gurionsiga la eliminación de su política.

La participación de sectores cada vez másamplios en la lucha por la democracia es paraellos una escuela política de primordial impor-tancia. En el curso de la lucha los trabajado-res van cobrando conciencia de la importanciavital que tiene la defensa de la democracia,pero a la vez se van dando cuenta de que elrégimen social existente limita las posibilida-des de dicha lucha. El combate en defensa dela democracia y por su ampliación dentro delmarco de este régimen no se halla en pugnacon la lucha por transformaciones sociales bá-sicas, sino que, por el contrario, contribuye aldesarrollo de la misma. «. . . Así como es im-posible un socialismo victorioso que no reaJli-zara la democracia total, así no puede prepa-rarse para la victoria sobre la burguesía unproletariado que no libre una lucha revolu-cionaria general y consecuente por la demo-cracia» i.

1 V. I. Lenin, Obras Completas, t. XXII, pág. 151,Edit. Cartago. Buenos Aires.

Los pueblos de América Latinadefienden sus derechos

por ALCIRA DE LA PEÑA, PEDRO MOTTA LIMA,HUGO BARRIOS KLEE, RAMÓN AMAYA-AMADOR

y JOSÉ CARDONA HOYOS

H.L AÑO 1963 ha sido de intensas luchas enAmérica Latina, suscitadas por condicionesobjetivas. La pretensión reaccionaria de bus-car las causas fuera de los países del conti-nente no engaña a nadie.

Los bajos salarios, la desocupación crecien-te y la carestía hacen más duras las ya agu-das condiciones de vida de los obreros y delas extensas capas medias, que son objeto deuna cruel explotación y en quienes descansaprincipalmente la carga tributaria de estospaíses. Los impuestos directos e indirectos es-tablecidos apenas si afectan los cuantiosos be-neficios de monopolios extranjeros y de capi-talistas y terratenientes locales, que disponendel Poder y de subterfugios para evadirlos.El ingreso medio per cápita anual es de 120dólares. El Banco Interamericano de Desarro-llo afirma que en 1963 alrededor de la mitadde los 20 millones de familias existentes enlas regiones rurales cuentan con niveles de in-greso por debajo de los mínimos aceptables.

Las masas laboriosas de las ciudades y delcampo no quieren resignarse con esta situa-ción y combaten por sus derechos. Huelgasexigiendo el pago de salarios atrasados, por suaumento y por el establecimiento de otrasprestaciones hubo en Argentina, Brasil, Uru-guay, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Gua-temala, etc. Contra la carestía de la vida semanifestaron las poblaciones en Brasil, Chile,Colombia y otros países. En Perú, en la re-gión de Cuzco, y en Ecuador, campesinos in-dios ocupan tierras; de igual manera procedencampesinos en Pernambuco, Paraíba, Estadode Río y otras regiones del Brasil y en losEstados de Coahuila, Durango y Chihuahua en

México. En este país, en Torreón, los cam-pesinos desfilan portando carteles con leyen-das como ésta: «Hay hambre en el campo»,pidiendo tierras y créditos agrícolas. Esta de-manda de tierras extiende su eco por todo elcontinente.

El movimiento popular reviste caracterespolíticos cada vez más marcados. Son testi-monio de ello las grandes acciones popularesen Brasil, donde se acentúa cada vez más lainfluencia de un potente movimiento obrerobajo la dirección única de su CGT, en ampliofrente democrático y nacional que cuenta, in-clusive, con apoyo entre las fuerzas armadas.Las huelgas políticas de ámbito nacional, conla participación de tres millones de huelguis-tas, han sido el factor decisivo en el fracasode las tentativas de golpes reaccionarios. Lomismo puede decirce de Argentina, dondeacaba de tener lugar, auspiciado por la Con-federación General del Trabajo, partidos po-líticos y organizaciones democráticas, un pa-ro general de actividades laborales y unagran concentración ante el Congreso Nacio-nal, para reclamar la derogación de las leyesrepresivas y otras reivindicaciones económico-sociales.

Así, pues, la lucha de 1963 es parte de unproceso que no culmina en este año. La vic-toria de la Revolución Cubana marca unanueva etapa en el aceleramiento de la bata-lla de los pueblos latinoamericanos por la in-dependencia y la dignidad nacionales, por elrescate de las libertades y derechos ciudada-nos. La Revolución Cubana es la aurora enel despertar de un continente que se muevepor el impulso de las aspiraciones de sus pue-

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blos a una vida más noble. De ahí la pre-ocupación de sus enemigos por apagar la luzque irradia el ejemplo de Cuba.

Por eso ahora, cuando se cumple el quintoaniversario de la heroica Revolución Cubana,cuando ésta sigue señalando el irreversiblecamino de las revoluciones de liberación na-cional hacia el socialismo, los pueblos deAmérica Latina perciben cada vez más níti-damente la .trascendencia: de su ejemplo y lanecesidad de su defensa.)

El primero de agosto de 1963, el asesinadoPresidente Kennedy, refiriéndose al plan dela «Alianza para el Progreso», habló en unaconferencia de prensa, de una «revolución»para América Latina. En efecto, la necesidadde una revolución es una verdad que se pal-pa en el ambiente continental. Lo dudoso esque la revolución que los pueblos desdan sepueda «programar» desde Washington.

Esa supuesta «revolución democrática pací-fica» sería, según palabras del senador norte-americano Hubert Humphrey, «un aconteci-miento único en la historia1, particularmenteen regiones donde la opresión, la explotación,la pobreza y la discriminación se hallan es-tablecidas desde hace muchas generaciones».Pero, como ha dicho el gobernador del Esta-do de Nueva York, Rockefeller, «la "Alianza,para el Progreso" no -es alianza ni progreso».Por lo tanto, no ha pasado de ser una pro-mesa panamericana más de reformas, quechoca con la oposición oligárquica y monopo-lista y con la desconfianza de las masas, queven en este plan yanqui una nueva forma deperpetuar su dominio en América Latina.

La política neocolonial del imperialismoyanqui, que por un lado ofrece demagógica-mente modificaciones sin derramamiento desangre, trata, a la vez, de asegurarse con me-didas que tienen como objetivo primordial con-tener el avance de la lucha democrática.

La conferencia de Kennedy con los presi-dentes centroamericanos en San José, CostaRica [marzo, 1963], seguida de la de minis-tros del Interior con representantes del De-partamento de Estado de EE. UU. en Mana-gua, Nicaragua; los acuerdos emanados de laOrganización de Estados Americanos, sobrecontrol de pasaportes y coordinación de acti-vidades contra la «subversión comunista»; loscursillos antiguerrilleros de Panamá; las ope-raciones «Fraternidad», «Unitas IV» y «Amé-rica» de los ejércitos y fuerzas navales lati-noamericanos bajo la dirección de oficialesyanquis, señalan los claros objetivos de lapolítica imperialista.

Pero no sólo son los imperialistas yanquis

los que tratan de contener el desarrollo de lalucha por la democracia en América Latina.Temerosas de que las reformas de la «Alian-za» canalicen la acción de los pueblos, lasoligarquías locales, en connivencia con losmonopolios yanquis, asaltan el Poder inclusoen aquellos países en donde había regímenesque iban a remolque de la reacción, comoHonduras y Ecuador, o en aquellos donde rei-naba un reformismo inofensivo, como en laRepública Dominicana i.

Ante el crecimiento del movimiento popu-lar, la reacción sobresaltada trata de imponerabiertamente el terror, liquidando las pocaslibertades democráticas existentes hasta hacepoco tiempo. Por ejemplo, en Ecuador, Gua-temala, Honduras, República Dominicana yEl Salvador, a lo largo de los dos últimosaños se han registrado golpes militares diri-gidos a liquidar definitivamente los derechosdemocráticos de los ciudadanos; en Venezue-la, este proceso avanza a plena marcha; enHaití, el régimen reaccionario de Duvalierhace ya tiempo que privó a los ciudadanos detoda posibilidad de influir en la elección delos gobernantes y en las acciones de éstos.En aquellos países donde el temor a una re-volución inminente todavía no se percibe, pe-ro es potencial en el batallar de las fuerzasdemocráticas, las represiones se aplican enlos marcos de un supuesto estado de legali-dad, como en México.

Bajo la batuta de los imperialistas yan-quis, las oligarquías criollas desatan las másbárbaras represiones en América Latina, Losmanoseados y gastados mitos sobre el «mun-do libre», la «democracia occidental» y la«cultura cristiana» son apenas subterfugiospara ocultar la escarnecedora y sangrientafarsa que amenaza con cubrir de terror yabominación al continente bolivariano.

Las débiles libertades democráticas se tor-

1 Explicando los motivos de su derrocamiento, el expresidente Juan Bosch dice: «Mi gobierno había es-tado oficiando por sólo cinco meses y medio y aunquetodavía no habíamos alcfanzado un programa que dieratrabajo al desempleo [cuyo número es de 400.000 enuna población de 3,3 millones], estábamos haciendomuchas cosas para restaurar la economía nacional». . .«Estábamos comprometidos en grandes estudios y lareforma agraria había alcanzado el punto de que 330familias se habían establecido cerca de La Herraduraen tierras del Estado». [Socialist International Infor-mation, 46, dea 16 de noviembre de 1963].

LOS PUEBLOS DE AMERICA LATINA DEFIENDEN SUS DERECHOS 41

nan cada día más un ambiente insoportablepara los millonarios nacionales y extranjerosque explotan las riquezas y el trabajo de lasgentes de esta región. La llamada «democra-cia representativa» es, en la generalidad delos casos en América Latina, un huero cas-carón. Todo cuanto es esencial en el clásicodemocratismo burgués está aquí ausente o vaen camino de desaparecer. Incluso el mismo«Estado de derecho» ha sucumbido en un altoporcentaje ante el aparato militar, que es elsupremo recurso del imperialismo y de lascastas cuando quiera que se encuentran dete-nidos o limitados por los estatutos legales.Es cierto que en varios casos subsiste algunaforma suya, pero casi siempre es una paro-dia montada sobre la trágica realidad de unavasta opresión de las masas laboriosas. Yasí, la célebre alianza panamericana, cuyosintegrantes son todos signatarios de la De-claración Universal de los Derechos Huma-nos, de la ONU, en la práctica es un sistemaorganizado para la violación de los principiosbásicos de la Declaración.

¿En qué consiste, entonces, la «democraciarepresentativa»? En el establecimiento de re-gímenes reaccionarios sobre la base de elec-ciones amañadas o en medio de una situa-ción bajo estricto control militar. Son el ca-so de México, en donde el monopolio del Po-der se ejercita con la imposición de los can-didatos del partido gubernamental y con ar-teras disposiciones anticonstitucionales queimpiden la concurrencia a las elecciones delas fuerzas más representativas de la izquier-da; o el ejemplo de Colombia, en donde unbipartidismo legalizado en una Constituciónad hoc no permite participación en el proce-so electoral más que a los dos partidos quese turnan monopolísticamente en el gobierno;o el caso de El Salvador, en donde disposi-ciones arbitrarias convierten el «diálogo cívi-co» electoral en monólogo gubernamental-re-accionario, con la asistencia de un solo can-didato, el del gobierno; o el ejemplo de Perú,con el encarcelamiento de comunistas y otrosdemócratas; o de Argentina, en donde, deconformidad con el «Estatuto de los PartidosPolíticos» y de otras leyes represivas, se anu-lan casi todos los derechos democráticos delpueblo1; el caso de Paraguay y Nicaragua,en donde continúan las mismas dictaduras.

Así constituidos los «poderes» del Estado, elCongreso es dócil instrumento del Ejecutivo, ylos tribunales, el «poder judicial», aplicadoresde una legislación reaccionaria emanada de

un Congreso «representativo» de los interesesextranjeros y oligárquicos.

Pero aun este tipo de «democracia repre-sentativa» constituye ya una red que atrapaa la reacción más cerril. Y por eso, contratales limitadas libertades que permiten des-envolver alguna acción de masas [en los de-bates electorales y en algunas otras escasascircunstancias] embisten los golpes de Esta-do, como en los casos de Guatemala, Ecua-dor, Honduras2 y República Dominicana.

El «gorilismo» depone a los sumisos gober-nantes que, después de haber cumplido fiel-mente el programa antinacional que les tra-zaron desde Washington, no pueden articularya la continuidad antidemocrática en suspaíses. Sin embargo, los sucesores de Arose-mena, Villeda Morales e Ydígoras Fuentestambién presumen de ser pilares de la «de-mocracia». Lo mismo dice la pandilla milita-rista que derribó al Presidente Bosch en laRepública Dominicana, que para demostrarque es un régimen de «leyes» el suyo ha re-currido a restablecer la Constitución de lanefasta y sombría «era de Trujillo».

El sangriento gobierno de Stroessner llevaun decenio defendiendo la «democracia repre-sentativa», sembrando todo el territorio delParaguay de muerte, miseria y desolación. Elhecho de que medio millón de paraguayos vi-van en el destierro [de una población de1.800.000 habitantes] es un dato bren elocuen-te sobre la manera de cómo ese régimen prac-tica las garantías y los derechos humanos.

En una palabra, los órganos del Poder pú-blico han sido eliminados en casi todos lospaíses por el Ejecutivo, o padecen una opro-biosa mediatización que los hace incapacespara ejercer contrapeso alguno a la voluntadpresidencial. Y el resto del viejo formulismojurídico que aún sobrevive no es sino el ca-mino de cauteloso leguleyismo en su marchahacia la dictadura desembozada.

Tal es el caso de Colombia, donde aún exis-ten Parlamento y tribunales sujetos a ciertasnormas «constitucionales». Algunas formali-dades exteriores de la «democracia represen-tativa» parecen a salvo. Pero a poco que seexamine el sistema se descubre que es unaauténtica dictadura de las camarilla! oligár-quicas. La misma «alternación presidencial»,en virtud de la cual cada cuatro años la má-xima posición del Estado pasa de manos deuno de los partidos a las del otro, tiene porobjeto eliminar la deliberación popular y laselección de sus gobernantes. El ropaje «civi-

1 Véase en este número el artículo de A. Pedroncini. 2 Véase en este número el artículo de P. Sánchez.

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42 A. DE LA PEÑA, P. MOTTA LIMA, H. BARRIOS, R. AMA Y A-AMADOR Y J. CARDONA

lista» de este régimen no es ninguna virtudrepublicana: es una hipocresía que le permiteejecutar «ordenadamente» la violencia contralas masas populares.

Ni uno solo de los gobiernos mencionadosreconoce en la práctica los derechos huma-nos. Los encarcelamientos arbitrarios e inde-finidamente prolongados, en particular contralos campesinos, son ya algo consuetudinario.Otro tanto ocurre con el sistema de juzga-miento por vía policíaca, que tanto sirve pa-ra reprimir a los trabajadores como para li-quidar el papel del órgano judicial. Con fre-cuencia se impone la pena de muerte tras unbrevísimo juicio castrense. Las matanzas decampesinos realizadas por agentes oficiales ypor bandas de reaccionarios apoyados por elgobierno, no se dan tregua.

Leyes especiales, con increíble irrisión im-puestas bajo el signo de la «defensa de lasinstituciones democráticas», existen en Argen-tina, Guatemala, El Salvador, Paraguay, etc.,para privar de derechos y perseguir a los co-munistas y otros adversarios de los gobiernos.

Como en todas partes del mundo tambiénen nuestro continente la barbarie y el terrorse escudan tras el símbolo contemporáneo deregresión y oscurantismo de1! «anticomunis-mo». Desde luego, la reacción golpea tan ru-damente como puede a los comunistas, com-batientes de vanguardia por los intereses delos trabajadores y de la nación, pero, con elmismo pretexto, trata de eliminar y destruira todas las fuerzas democráticas.

En la mayoría de los países latinoamerica-nos no existe una sola entidad de masas que,al tratar de defender los principios elementa-les de la democracia, no haya tenido que so-portar la aplicación de la política «anticomu-nista». Muchas veces ni siquiera es necesarioser demócrata para padecerla. Las faccionesreaccionarias apelan a denominar indiscrimi-nadamente «comunista» a todo el que, porcualquier causa, estorba sus designios. A talextremo que, sobre todo cuando ya el terrores desenfrenado, la amenaza del «anticomu-nismo» se convierte en una verdadera pesadi-lla hasta para las personas más alejadas delas luchas políticas.

Por «comunistas» han sido asesinados mi-llares y millares de trabajadores liberales enColombia; por ello mismo sufren los más vi-les tratamientos liberales y comunistas quese encuentran como presos políticos en Hon-duras desde el golpe militar de octubre. Lomismo sucede en otros países del continente.

Por temor a que sus prédicas sobre temassociales llegaran eventualmente a alentar al

comunismo, se le clausuró en Colombia unprograma de radio a un sacerdote católico, ya otro, en Guatemala, se le amenazó de can-celarle un programa por televisión porque afu-erza de hablar contra el comunismo hacíapensar demasiado a su auditorio sobre temaspolíticos de actualidad.

II

Las fuerzas antidemocráticas intentan ex-tender ese proceso reaccionario y represivo atodo el continente, mediante maniobras y gol-pes de Estado. Sin embargo, a esa tendenciadel imperialismo y de la reacción se contra-pone la lucha popular por la consolidación dela legalidad democrática, como en Brasil, Chi-le y Uruguay, o por su reconquista paulati-na, como en Argentina y Perú. Una cosa esel propósito de los monopolios y de los te-rratenientes, y otra muy distinta es la volun-tad de lucha de los pueblos, que respondencon la violencia a la violencia allí donde lareacción hace imposible el desarrollo pacífico,como en Venezuela, Paraguay, Guatemala,Nicaragua, etc.

La tendencia a la unificación continentalbajo el signo reaccionario tiene un propósitodefinido: mantener por el terror las posicionesque la evolución histórica y la conciencia delas masas están a punto de echar a pique.

Ante el hecho concreto de la feroz represióncontra los movimientos políticos y sociales essarcástico recordar los compromisos interna-cionales sobre los derechos humanos. Con elfin de impedir la participación de las masaspopulares en la vida pública, casi todos losgobiernos latinoamericanos utilizan formas desilenciamiento diversas: desde la cencura decomunicaciones y del pensamiento escrito yhablado, hasta la masacre, pasando por losmás inicuos métodos de tortura.

La prensa comunista y la del movimientoobrero independiente es en esos países, casisiempre, ilegal o tiene que apelar a fórmulasde ocultamiento que limitan en grado sumo lasposibilidades de su influencia. En contadospaíses [Brasil, Chile, Uruguay] se le recono-cen sus derechos, aunque no siempre «coinci-de» la autorización para editarla con la «vo-luntad» policíaca de dejarla circular. Se dancasos, como el reciente de Colombia, en que,ante las maniobras rabulescas del gobiernopara eliminarlo, nuestros camaradas se venforzados, con los consiguientes perjuicios, a

LOS PUEBLOS DE AMERICA LATINA DEFIENDEN SUS DERECHOS 43

cambiar apresuradamente el nombre de su se-manario.

El derecho de reunión, de organización yde manifestación pública es cada vez másminimizado. D-e hecho no existe en toda laAmérica Central. En el resto de los países,con contadas excepciones, si no está abolido,hay que someterse para su ejercicio al cum-plimiento os requisitos que lo convierten enimpracticable. Las autoridades se reservan lafacultad de señalar la hora, duración, rutadel desfile, lugares para los discursos, e in-cluso, la de cambiar súbitamente las disposi-ciones previamente convenidas. Para reprimirlas manifestaciones que se producen a pesarde las prohibiciones, o las que siendo permi-tidas, ha logrado descomponer mediante susprovocaciones, la policía apela al terror bes-tial. Y esto no es meramente metafórico: lasalambradas, los gases lacrimógenos, las car-gas de caballería y el mortífero empleo decachiporras y fusiles son coadyuvados con laacción de feroces perros amaestrados.

Cada huelga, aun en -el caco de ser reco-nocida como lícita, debe enfrentar la violen-cia patronal y policial. Los patronos prolon-gan indefinidamente la solución del arreglode los conflictos laborales para desgastar lasenergías de los obreros. El gobierno es cóm-plice en tales hechos. Las provocaciones con-tra los trabajadores parados s-e dirigen siste-máticamente a crearles irritación e incitarlosa cometer actos desesperados.

Contra los dirigentes políticos y sindicalespende siempre la amenaza reaccionaria. In-cluso se llega a fraguar las provocacionesmás perversas para tomarlas como funda-mento de la represión y eliminar, por la víade la cárcel, de la tumba o del miedo, a loscuadros proletarios. Esto es lo que ocurrióhace poco en la huelga de los petroleros deColombia *. En México, en aplicación de lafórmula sobre el «delito de disolución social» 2

guardan prisión numerosos dirigentes ferro-viarios, del magisterio y políticos, a raíz deun movimiento de los trabajadores del ferro-carril nacional.

En el momento en que se escriben estas lí-neas purgan en penitenciarías de Venezuelasu arnor y su fidelidad al pueblo un gran nú-mero de líderes comunistas: Jesús Faría, Gus-tavo y Eduardo Machado, Guillermo García

1 Véase el núm. 10 de 1963 de NUESTRA ÉPOCA.2 FórmuLa jurídica inventada por el régimen «revo-

1 u ionario» mexicano para sofocar el movimiento obre-ro y democrático.

Ponce, Héctor Rodríguez Bauza y otros, asícomo dirigentes del Movimiento de IzquierdaRevolucionaria. La privación de la libertadde estos dirigentes es una violación ademásal orden público de la nación, dada su inves-tidura de parlamentarios.

En la feroz represión contra el pueblo de-satada por los militares ecuatorianos, los di-rigentes comunistas Pedro Saad, Enrique GilGilbert y otros han ido a la cárcel. En Ecua-dor mismo, a causa de malos tratos y pési-mas condiciones sanitarias en que fue colo-cado, falleció el camarada Newton Moreno,cuya muerte es una acusación contra losopresores de su pueblo.

En la República Dominicana son encarce-lados dirigentes y militantes revolucionariosa consecuencia del miedo cerval que experi-menta la reacción ante la creciente resisten-cia de las masas y de sus desesperadas ten-tativas de aplastarla.

La ferocidad de Stroessner, en Paraguay,es uno de los espectáculos más crueles queconoz'ca la historia de América. El ametra-llamiento de domicilios como método parahacer capturas de opositores políticos es co-rriente. En uno de esos asaltos bandidescosfue herido, y asesinado posteriormente, cuan-do ya estaba preso, el camarada WilfredoAlvarez Jara, miembro de la Comisión Polí-tica del CC del Partido Comunista Paragua-yo, La brutalidad de las torturas a que sonsometidos hace temer siempre por la suertede los presos políticos. Así han permanecidobajo constante peligro de muerte desde hacevarios años el maestro Antonio Maidana ynumerosos patriotas comunistas y febreristas.La reacción no respeta a mujeres y niños, aquienes se encarcela y obliga a trabajos in-humanos bajo el látigo de los salvajes capa-taces. Tal es el caso de Ofelia de Peralta yde sus hijos.

La sádica crueldad toma especiales carac-terísticas cuando la represión se enderezacontra los campesinos. En Colombia, Guate-mala, Ecuador y Nicaragua se suceden unostras otros los asesinatos, en una siembra ru-ral del terror que sirve de inmediato a laextensión del latifundio. Asustados por el te-rror^ los campesinos venden sus parcelas aprecios irrisorios o huyen abandonando sustierras, que los latifundistas se apropian. EnColombia se hacen esfuerzos para destruir lasorganizaciones agrarias que en distintos mo-dos combaten por la posesión d-e la tierra. Yel sadismo llega hasta el extremo de que loscampesinos víctimas de los bandidos son de-capitados y mutilados para después exhibir

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los horripilantes trofeos. De esta barbarie nose libran ni ancianos, mujeres y niños. Lafamilia del dirigente campesino mexicano Ru-bén Jaramillo fue liquidada por elementos delejército.

En Venezuela, Rómülo Betancourt, apoyán-dose en policías de la dictadura de Pérez Ji-ménez y en expertos torturadores batistianosfugitivos de Cuba, pretende someter al heroi-co pueblo venezolano al dominio imperialistay a que acepte a perpetuidad el saqueo de susriquezas naturales y la pérdida de su sobera-nía nacional. Este gobierno acaba de prota-gonizar unas supuestas elecciones bajo el sig-no de la más tremenda- violencia de las fuer-zas armadas y del matonismo gubernamental.Simultáneamente con el terror desatado en elinterior del país, la opinión fue amedrentadacon la amenaza de invasión por las tropaspanamericanas que realizaban maniobras enel vecino territorio colombiano. Así, lo que seexpresó en las urnas no fue la voluntad delpueblo, sino la del monopolio petrolero y delbetancurismo antinacional.

En El Salvador, la represión golpea inclusoa ancianos dirigentes obreros, como lo estádemostrando actualmente con Miguel Mármol,destacado activista del movimiento sindical ycampesino desde 1930, quien fue en esa época«fusilado» por la dictadura de Hernández Mar-tínez; no lo remataron por pura casualidad,gracias a lo cual logró salvar la vida y curarsus heridas. Ahora la nueva tiranía que man-cilla a su patria vuelve a ensañarse con él, en-carcelándolo a pesar de su edad y su estadode salud.

El «revolucionario» gobierno de México man-tiene en prisión, por «disolución social», a vir-tud de la imposición de penas infamantes, aeminentes personalidades que son gloria na-cional, como el pintor David Alfaro Siqueirosy el anciano periodista Filomeno Mata.

Pero los -encarcelamientos en América Lati-na no s-8 detienen en las personalidades y enlos cuadros políticos y sindicales. En realidadse dirigen contra las masas mismas. Por esocuando los viLes testaferros al servicio del im-perialismo y de las oligarquías ya no tienenespacio para más presos políticos en cárcelescomunes, establecen campos de concentración,en donde, a las palizas y tormentos que apli-can los verdugos oficiales, se suman los su-frimientos que imponen las inclemencias na-turales en una vida a la intemperie. Camposde concentración se han establecido en Arme-ro [Colombia], en Orchila [Venezuela], enLa Fortaleza [Honduras], y muchos otros enParaguay, Ecuador, etc.

IIICada vez que las fuerzas de un pueblo se

unen y luchan por un objetivo determinado,logran éxitos y avanzan hacia la conquista d-enuevas victorias. La aspiración a la democra-cia, a la libertad y a la legalidad, la condenade los atropellos e injusticias, la repulsa a laaplicación de torturas y al asesinato del opo-sitor político, mueven la adhesión de los másdiversos y alejados sectores, de las personali-dades y agrupaciones políticas y sociales conlas más encontradas concepciones y posiciones.El cáncer de las cruentas dictaduras reacciona-rias latinoamericanas puede no sólo ser loca-lizado, sino liquidarse definitivamente. La ex-periencia comprueba que los avances de la uni-dad de acción de todas las fuerzas patrióticas,por el respeto a los derechos humanos, con-tiene el desborde represivo reaccionario.

Los comunistas, en contra de lo que afir-man la reacción y los reformistas de toda layaque hacen el juego al imperialismo, desean sin-ceramente el pleno desenvolvimiento de la de-mocracia y de la legalidad en nuestros países.No es que les atemorice el estado de repre-sión en que han vivido los partidos -en décadas,ya que se ha comprobado que nunca, ni -en lasépocas de más férrea dictadura, fue posibleliquidarlos.

La vida legal brinda a las fuerzas democrá-ticas, especialmente a la vanguardia del pro-letariado, las condiciones necesarias para li-garse con las grandes masas, sus organiza-ciones y sus batallas. Esto es lo que más alec-ciona, desarrolla la conciencia de clase, infundeconfianza, en la propia fuerza, da vigor a lospartidos comunistas y obreros y a las orga-nizaciones de masas.

«La ironía de la historia universal lo ponetodo patas arriba —decía ya Engels -en su in-troducción a Las luchas de clases en Franciade 1848 a 1850, de Marx—. Nosotros, los "re-volucionarios", los "elementos subversivos",prosperamos mucho más con los medios lega-les que con medios ilegales y la subversión.Los partidos del orden, como ellos se llaman,se van a pique con la legalidad creada porellos mismos» *.

Así, es una verdad históricamente compro-bada que las embestidas reaccionarias se rea-lizan con el pretexto «anticomunista», pero susalcances siempre rebasan los límites de la van-guardia de la clase obrera. Quienes un día

1 Carlos Marx y Federico Engels. Obras Escogidas,pág. 85. Edit. Cartago, Buenos Aires, 1957.

LOS PUEBLOS DE AMERICA LATINA DEFIENDEN SUS DERECHOS 45

antes fueron indiferentes al llamamiento delos comunistas a detener unidos la avalanchareaccionaria, alucinados por el canto de sirenadel «anticomunismo», comparten luego con loscomunistas la cárcel, la celda de torturas. Deesta manera, al plantearnos el objetivo con-creto de combatir por la legalidad democrática,debemos tener siempre presentes las palabrasdel Manifiesto Comunista cuando dice: «Loscomunistas trabajan -en todas partes por launión y el acuerdo entre los partidos demo-cráticos de todos los países». En las condicio-nes actuales es justo el acuerdo con todos losgrupos y asociaciones y personalidades quetienen la misma disposición de lucha.

Consecuentes con esta orientación, cuandoel fascismo amenazó a la humanidad, en els-eno del movimiento obrero internacional lavoz de los comunistas resonó clara y termi-nante. Dimitrov, en su informe al VII Con-greso de la Internacional Comunista, señalóque ésta «no pone para la unidad de acciónninguna clase de condiciones, con excepciónde una elemental, aceptable para todos losobreros, a saber: Que la unidad de acción vayaencaminada contra el fascismo, contra la ofen-siva del capital, contra la amenaza de guerra,contra el enemigo de clase. He aquí nuestracondición». Y lo que entonces era válido parala unidad de clase contra el enemigo común,es ahora válido, estableciendo las distancias,para la unidad de todos los demócratas y pa-triotas, a quienes los comunistas no ponenmás condición que la de combatir juntos con-tra la ofensiva reaccionaria y por el restable-cimiento de la democracia y la libertad agre-didas en América Latina por la tendencia delimperialismo a asegurar su dominio en el con-tinente.

Nacionalmente, la unidad de todos los par-tidos democráticos y de todas las fuerzas so-ciales y personalidades, bajo la consigna dela lucha contra la dictadura reaccionaria y susmétodos brutales, es posible. Así lo prueba laexperiencia ya mencionada del Brasil, Argen-tina y otros países. Gran ejemplo de la unidadde acción y sus consecuencias positivas lo de-muestra el cohesionado movimiento obrero ypopular en Chile, que está librando una granbatalla por la legalidad y por las reivindica-ciones de las masas. En Guatemala jugó unimportante papel la «Unión patriótica guate-malteca por la libertad de los presos políticosy retorno de los desterrados», que obtuvo nopocos éxitos. Y así muchos otros ejemplos sepueden presentar en nuestros países.

Ante el acrecentamiento de las represionesimpuestas por la política neocolonialista de losmonopolios norteamericanos a los pueblos de

América Latina, las masas no se muestranpasivas -en ningún lugar.

En las repúblicas centroamericanas, lasacciones de masas son reprimidas con la vio-lencia, pero los pueblos no se han intimidado.Obreros, campesinos, estudiantes e intelectua-les se agrupan, actúan, protestan por las con-diciones políticas y sociales imperantes. EnPanamá, las acciones de masas y los senti-mientos patrióticos se proyectan hacia la uni-dad nacional del pueblo contra las condicionesdiscriminatorias y de explotación emanadas dela injusta posesión del Canal de Panamá porlos EE. UU. Esta reivindicación nacional desoberanía tiene capacidad movilizadora en lasmás amplias capas de la población y exige unalucha constante por las libertades democrá-ticas .

En la República Dominicana, a pesar de lascondiciones tan duras impuestas por los mili-tares, la lucha de masas por elevar un régi-men democrático y nacional tiene diversas for-mas. El Partido Socialista Popular, puesto enla ilegalidad, se esfuerza por obtener la uni-dad de acción de esas fuerzas democráticasque están en pie de lucha, como premisa in-dispensable para futuros éxitos.

Las masas populares en Colombia han rea-lizado numerosas acciones durante el últimoaño. Así lo evidencian las manifestacionesconjuntas de diversos grupos de izquierda enciudades como Bogotá, Cali, Ibagué y Cúcuta.La batalla por la plenitud de derechos delPartido Comunista se abre camino multitudi-nario y llega ya al Congreso Nacional. El mo-vimiento huelguístico [petróleo, oro, cemento,metalúrgicos, textiles, magisterio, transporteaéreo, etc.] no sólo ha reivindicado mejoraseconómicas: ha combatido también por hacerreal el derecho de asociación, el de manifes-tación y un auténtico ejercicio democrático.Los campesinos que luchan por la tierra, lle-gando hasta la ocupación de ella en algunoscasos, exigen también las libertades públicas.La masa estudiantil, especialmente de la ca-pital, ha librado vigorosas acciones por la de-fensa de la cátedra libre, la vigencia de losprincipios sobre los cuales se fundó la Univer-sidad Libre y por una verdadera autonomíauniversitaria que ponga a los institutos supe-riores a salvo de la ingerencia yanqui en lavida cultural colombiana.

Y así en Perú, Bolivia, México, etc., las ma-sas están en lucha por sus reivindicacionesinmediatas, qu-e guardan una relación directacon las demandas del movimiento nacional li-berador.

Las acciones de solidaridad con los pueblos

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que luchan por la defensa de los derechos hu-manos, siendo activa y permanente, puedenconvertirse, nacionalmente, en fuertes movi-mientos sociales, de masas y extensos, am-pliamente representativos. La colidaridad per-mite extender la lucha de las fuerz'as demo-cráticas y sumar a éstas a diferentes capassociales y vastas masas. La conculcación deprincipios legales, el irrespeto a la integridadpersonal, los abusos de poder, etc., enardecenla conciencia de todos los hombres y mujeresque ven en estos hechos no sólo el ataque a-un individuo, a un grupo o a un partido polí-tico, sino la amenaza de su extensión a todoel pueblo.

La solidaridad internacional con los pueblosque luchan en situación difícil, ha desempe-ñado y desempeña en América Latina un pa-pel relevante en la tarea por contener la re-presión criminal de la reacción en el Poder.Las Ligas antiimperialistas que proliferaronen este continente en las décadas del 20 y 30,fueron un instrumento efectivo en apoyo a laacción patriótica de Augusto César Sandino enNicaragua por batir la intervención armada delimperialismo. Actualmente la frolidaridad conel heroico pueblo paraguayo detiene en granmedida la brutalidad del régimen de StrO'?ssnery obliga a regímenes como el de Nicaragua,Ecuador, Guatemala, República Dominicana, aescuchar la voz de la opinión pública, a con-tener sus procedimientos criminales con lospatriotas encarcelados e incluso a ponerlos enlibertad.

Los medios modernos de comunicación [ra-dio, televisión, prensa] acercan a los pueblos,haciendo posible que no pasen inadvertidas pa-ra ellos las acciones punitivas de la reacción.De ahí que cuando militares golpistas comael actual jefe del gobierno de Honduras quie-ren eludir su responsabilidad en el asesinatoy encarcelamiento de patriotas, aduciendo quequienes protestan desde el exterior carecen deinformación veraz, ignoran cínicamente la ex-tensa divulgación mundial de cus vandálicosactos, que levantan oleadas de indignación.Esta es una muestra del valor práctico de lasolidaridad internacional, fuerza de que se po-drían citar numerosos casos en que la solida-ridad logró arrancar de las manos de la re-acción a patriotas y revolucionarios.

La experiencia nos dice que es posible im-pulsar internacionalmente, y en el caso deAmérica La.tina continentalmente, la solidari-dad de los demócratas con ios pueblos opri-midos y que luchan por cu liberación. Cadavez se va haciendo más necesario darle a estasolidaridad un carácter más orgánico, que res-ponda en la misma medida a la propensiónimperialista por organizar continentalmente larepresión contra los pueblos. Es indispensableoponer a la acción represiva de las fuerzasreaccionarias, la acción combativa de todos losdemócratas y de todos los pueblos en defensade la integridad personal, del derecho a la de-mocracia y a la libertad.

El Pariido Comunista Francés en la luchapor la paz, el pan y la democracia

El año 1963 se ha caracterizado en Fran-cia por un pujante desarrollo de las luchaspopulares en favor de la paz, el progresosocial y la democracia.

La firma del Tratado de Moscú sobre laprohibición parcial de los ensayos nuclearesha impulsado la combatividad por la paz.

A iniciativa del Movimiento de la Paz1 secomenzó una campaña de peticiones en prode la adhesión de Francia al Tratado deMoscú. Al suscribir las peticiones presenta-das a su consideración, centenares de miles( i e francesas y franceses han afirmado y afir-man la adhesión del pueblo de Francia alTratado de Moscú, y por lo mismo su oposi-ción a la fuerza de choque atómica que estácreando ahora el poder degolista.

La potencia del movimiento de masas enfavor de la paz ha permitido la constituciónde un amplio Comité temporal contra la fuer-za de choque y por el desarme general y con-trolado. En él participan el Partido Comunis-ta Francés, el Partido Socialista [SFIO], elPartido Socialista Unificado [PSU], el Parti-do Radical Socialista, el Movimiento de laPaz, la CGT, el Sindicato Nacional de Maes-tros, la Federación de Educación Nacional,agrupaciones de jóvenes y muchas otras or-ganizaciones. El Comité prevé continuar suactividad y organizar una gran manifestaciónnacional que será el proseguimiento de lasacciones que, del 17 al 24 de noviembre, mo-vilizaron en diferentes ciudades de Francia yen París a más de 250.000 personas.

De esta manera se ha manifestado clara-mente la voluntad del pueblo francés de exi-gir la adhesión de Francia al Tratado deMoscú, el desarme general y controlado y deoponerse a la fuerza de choque atómica.

Estas acciones y las que se preparan in-quietan al poder degolista, que piensa seguirla vía funesta que ha elegido. Ayudan al pue-blo francés a comprender mejor las profun-das razones de las dificultades inherentes ala política y a la existencia del régimen depoder personal.

Cada vez es mayor el número de francesas

y de franceses que comprenden la ligazón di-recta existente entre las fabulosas sumas de-rrochadas en la carrera de armamentos ató-micos y la-3 dificultades económicas, la subidade precios, el bloqueo de los salarios, la mí-sera situación de las escuelas y de las uni-versidades, la agravación de la crisis de vi-vienda.

Un periódico degolista se vio obligado aescribir, criticando la lucha de las fuerzas dela paz: «Así, pues, resulta mucho más cómo-do afirmar, como se hace, y no sin éxito, quesería suficiente suprimir "la fuerza de cho-que" para que las escuelas y las viviendascrezcan como las setas. Hay que reconocerque este argumento prende».

Los mantenedores del poder personal reco-nocen de esta manera que los sofismas ten-dentes a justificar la carrera de armamentosatómicos, aunque con ellos se consigue enga-ñar a. demasiados franceses, pueden ser efi-cazmente combatidos.

Esto exige una tenaz lucha ideológica, yaque hay que demostrar que la política de po-der personal, lejos de ser un factor de acre-centamiento del prestigio de Francia, conduce,por el contrario, a su aislamiento en el planointernacional.

Al mismo tiempo, que la acción unida porla paz, se desarrollan las luchas reivindica-tivas. E^tas luchan han sido particularmenteimportantes en los servicios públicos y entrelos funcionarios, pero también tienen lugareu el sector privado.

Según cálculos válidos, el número de jor-nadas laborales perdidas por lan huelgas as-cendió a 9 millones sólo en 1963. Esta es lacifra más elevada después de las grandeshuelgas de agosto de 1953.

¡Qué lejos está esto de la afirmación op-timista de De Gaulle cuando declaró con cier-ta jactancia que en Francia había habido en1961 sólo un millón de días de huelga, argu-mentando sobre esta base que las huelgas son«anacrónicas» y que la lucha de clases es una¿moción anticuada»!

El descontento no se limita a la clase obre-

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ra. Entre los campesinos han tenido lugargrandes manifestaciones contra la política delGobierno encaminada a liquidar centenares derniles de pequeñas y medianas explotacionesagrícolas familiares.

Los campesinos se niegan a pagar las con-secuencias de una política de aceleración delas contradicciones capitalistas en el campo,quieren poner fin a la disparidad de preciosde los productos agrícolas e industriales, queasegura a los monopolios capitalistas sustan-ciales beneficios.

El mes de noviembre se ha significado porla gran huelga de estudiantes y profesores.Las universidades se han pronunciado contrala nefasta política degolista que asfixia laenseñanza, las investigaciones científicas, lacultura.

En respuesta a la lucha nacional de losuniversitarios, que quieren salvaguardar y de-sarrollar el patrimonio cultural de Francia,las autoridades emplearon como argumentosesenciales las amenazas y las porras dé lapolicía.

Así, en todos los dominios, se confirma elverdadero carácter del poder personal, expre-sión del dominio reforzado de los monopolioscapitalistas.

La pujanza- y la diversidad del movimien-to de protesta de las masas populares ponenen primer plano la necesidad de terminar conel régimen de poder personal.

Es cierto que no todos los que están des-contentos de la política degolista y que loexpresan en numerosas acciones, se dan cuen-ta de la necesidad de cambiar de sistema.

Por eso el Partido Comunista Francés tra-ta de descubrir las causas profundas del le-gítimo descontento de las masas, a saber, elpoder personal y su nefasta política, y se es-fuerza por mostrar a las masas una salidademocrática a la situación creada por el ré-gimen degolista.

Para ello el Partido desarrolla su progra-ma por una verdadera democracia, muestralos puntos comunes que existen sobre losgrandes problemas de política interior y ex-terior en los programas del Partido Comu-nista, del Partido Socialista y de otros parti-dos democráticos.

La idea de una Asamblea Constituyente ele-

gida por sufragio universal y a base de larepresentación proporcional, para elaborar unaConstitución democrática, progresa. Esta ideaha sido aceptada incluso por los dirigentes delPartido Socialista [SFIO].

Claro es que la necesidad de la nacionali-zación de todos los monopolios de facto no escompartida en la actualidad por los otros par-tidos democráticos. Pero el Partido Socialista,por ejemplo, demanda, como el Partido Co-munista, la nacionalización de los bancos co-merciares, lo que afectaría a bancos ligadosdirectamente al Poder, como el Banco Roth-schild, el Banco de París y de los Países Ba-jos, el Banco de la Unión Parisina, el BancoLazará, etc.

La nacionalización de los monopolios defacto, en el cuadro de una verdadera demo-cracia, contribuiría al aislamiento de los gru-pos monopolistas, a debilitar su poderío y adestacar el papel de la clase obrera en la vi-da del país. Esta concepción se abre caminoen la conciencia de las masas.

El número y la importancia de los puntosde coincidencia que figuran en los programasde los partidos democráticos, ciertamente ha-cen posible la elaboración de un programa co-mún de las fuerzas obreras y democráticasopuestas al poder personal.

La elaboración de un tal programa contri-buiría a dar una amplitud excepcional a lalucha de la clase obrera y del pueblo de Fran-cia para poner fin al poder de los monopoliosy para crear una democracia verdadera y es-table que goce del apoyo de las más ampliasmasas de nuestro pueblo.

Partiendo de este punto de vista, el Plenodel Comité Central del Partido, reunido losdías 5 y 6 de octubre, decidió emprender unagran campaña nacional para desarrollar y ex-poner la necesidad de elaborar un programacomún a todos los partidos y organizacionesdemocráticas con miras a poner fin al poderpersonal.

El éxito de los numerosos mítines y mani-festaciones organizados con este objeto mues-tra que una tal actividad está en correspon-dencia con la voluntad de la clase obrera yde las fuerzas democráticas. Desarrollandoesta gran lucha por la paz, el pan y la de-mocracia, el Partido se encamina hacia suXVII Congreso Nacional.

Jacques DUCLOS

Hacia un gran Partido Comunista de masas en EspañaFechada en una cárcel franquista el día 20

de abril de 1963, cuando fue conocido el mons-truoso asesinato de nuestro camarada Julián

remos hacerte llegar un saludo sentido y emo-cionado. Hemos seguido día tras día las vi-cisitudes de los últimos momentos de Julián.truoso asesinato de nuestro canituraua uuno,n ^oj.uu.u.^=, ^ *~~

Grimau, recibió la esposa del héroe la siguien- Nos quedamos atónitos ante las manifiestasír^fekn/Mrvnac! ripi rpp-imp.n. al oroüio tiempo queJ..^W V-UJI^VA»^,***^^

carta: intenciones del régimen, al propio tiempo que«En estos días tan dolorosos para ti, que- nos entusiasmaba la enérgica firmeza de unte carta:

EN LOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBBEKOS

hombre ante una muerte cierta. No éramoscomunistas. Nos faltaba el argumento finalque viniese a precipitar la decisión de pedirnuestro ingreso en el Partido Comunista deEspaña.

El día que se nos comunicó el trágico finde tu compañero Julián, sentimos la necesi-dad espontánea e individual de cubrir con nues-tra presencia el hueco irreparable que Juliánhabía dejado en el Partido que precisamentepor ser el más nacional viene siendo el másperseguido. Su actitud y su sacrificio nos haabierto definitivamente los ojos y ha conse-guido, con el último gesto de su vida, lo quesus ejecutores trataron con toda fuerza deimpedir: que el pueblo estreche sus filas, quede todas partes surjan hombres dispuestos atener el honor de pertenecer a un partido quecuenta con una multitud de hombres decididosa luchar contra la opresión, por una vida me-jor y por una sociedad justa».

Esta emocionante carta está firmada pordos jóvenes, uno obrero, otro estudiante, queactualmente se encuentran condenados en unacárcel de España, por actividades antifran-quistas.

En esos Irnismos días posteriores al crimen,otro intelectual español, también encarcelado,se dirigió a la sufrida y valerosa compañerade nuestro inolvidable camarada solicitandoel ingreso en el Partido de Grimau. «Por miparte —dice nuestro camarada— puedo deci-ros que el nombre de Julián Grimau irá uni-c'o a mí hasta la muerte. Si yo, como tantosotros compatriotas, he pedido el ingreso ensu causa, al saber su sacrificio, y guiado porsu ejemplar vida, a su causa consagraré misenergías mientras viva. Y estoy seguro —ter-mina diciendo este nuevo camarada— que conél, con vuestro y nuestro Julián, iremos ainaugurar el alba para nuestro sufridopueblo».

Cartas semejantes, llenas de emoción, desinceridad y de entusiasmo revolucionario, so-licitando el ingreso en el Partido y en la Ju-ventud Comunista, han recibido la compañeradel héroe y nuestro Partido en gran cantidad,después del odioso crimen cometido en Madridcon el patriota preclaro y miembro del ComitéCentral de nuestro Partido Julián Grimau.

A la promoción «Asturias» comenzada enoctubr-e de 1962 se enlazó otra promoción es-pontánea que llevaba el nombre de nuestrocamarada. Millares de hombres y mujereshan ingresado en el Partido o en la Juventuden estos últimos meses. Al mismo tiempo sehan constituido gran cantidad de nuevas or-ganizaciones en las fábricas, en los pueblosy en las universidades y otros centros de en-señanza.

Todos los camaradas recientemente ingresa-dos vienen con el deseo de contribuir perso-nalmente a la preparación y organización dela huelga general política, que es en este mo-mento el objetivo más inmediato que se pro-pone nuestro Partido. En la célula de la Ju-ventud Comunista de Sama de Langreo, que

4 -N. Eipoca

lleva el nombre de Julián Grimau, solicitaronsu ingreso un joven estudiante y otro obrero,de 16 y 17 años respectivamente. En su pe-tición escrita decían lo siguiente: «Para ven-gar la muerte dé nuestro entrañable Julián,lucharemos por la organización y el completodesarrollo de la huelga general política. Ju-lián será vengado con los efectos de lamisma».

Entre los millares de nuevos camaradas es-tán en primer lugar obreros de la ciudad ydel campo, pero también muchos estudiantese intelectuales. La inmensa mayoría de losnuevos ingresos lo han hecho en las organi-zaciones existentes en los diferentes lugaresdel país. Pero hay también muchos trabaja-dores emigrados que se han adherido al Par-tido y a la Juventud Comunista en los dife-rentes países de Europa, donde existe unaemigración económica. Son también muchoscentenares los que se han dirigido por cartaa Radío España Independiente solicitando suingreso en las filas de los comunistas espa-ñoles.

En general, sin que esto quiera decir quenos damos por satisfechos, podemos afirmarque la campaña de reclutamiento comenzadaen octubre pasado con la promoción «Astu-rias» e incrementada considerablemente des-pués del sacrificio de Grimau, ha constituidoun éxito considerable que va a permitir y fa-cilitar la realización de las grandes tareaspolíticas de nuestro Partido. Es evidente quenuestra organización, al incrementarse connuevos militantes, se ha fortalecido polí-ticamente.

No nos es posible, por razones de la clan-destinidad, dar datos precisos. Pero lo quevamos a decir a continuación permitirá ha-cerse una idea del reforzamiento del Partidoen estos últimos meses. En una sola organi-zación, probablemente la más numerosa en laactualidad, han ingresado en el Partido y enla Juventud Comunista más de dos mil nue-vos camaradas. Otra organización que conta-ba antes de la promoción «Asturias» con qui-nientos militantes, tiene actualmente cerca demil doscientos. En Madrid, la ciudad que vionacer a nuestro inolvidable camarada Gri-mau, donde fue detenido y martirizado hastala muerte, han venido al Partido y a la Ju-ventud gran cantidad de nuevos militantesobreros y estudiantes e intelectuales, que secuentan por centenares. En Asturias la heroi-ca, donde el pasado verano estuvieron enhuelga decenas de miles de mineros, son tam-bién varios centenares los trabajadores quese han adherido al Partido y a la Juventud.Y así en todas partes, en Cataluña, en Le-vante, en Andalucía y Extremadura, en Cas-tilla, Aragón, Galicia y Euzkadi.

Gracias a la campaña de reclutamiento nosencontramos hoy, a pesar de las dificultadespropias de la clandestinidad, con importantesempresas industriales donde la organizacióndel Partido y de la Juventud encuadra a másde cien comunistas, lo que significa una fuer-

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50 EN LOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS

za muy considerable. En no pocos pueblos, lasorganizaciones del Partido cuentan con cien odoscientos militantes. También se han produ-cido cambios cuantitativos y cualitativos muyserios en las universidades españolas y enotros centros d-e enseñanza.

¿Quiénes son estos nuevos camaradas? Elanálisis y estudio de los que han venido alPartido o a la Juventud en estos meses últi-mos es muy aleccionador.

Destacan en primer lugar los jóvenes tra-bajadores y estudiantes. La inmensa mayoríade los recientes ingresos no pasan de lostreinta años. Hay que decir que en todas lasorganizaciones de nuestro Partido predominancon mucho las nuevas generaciones, que nosolamente son simples militantes de bas-e, si-no que ocupan cargos de gran responsabili-dad en los comités de empresa, de pueblos,de otros lugares de trabajo, así como en loscomités locales, comarcales y provinciales.Muchos de los jóvenes que pidieron su ingre-so después del fusilamiento de Julián Grimau,son hijos de asesinados por el régimen. Estosmuchachos y muchachas sienten un odio ili-mitado por este régimen fascista que ha oca-sionado tantas lágrimas, culpable del atrasode nuestra patria. Esta juventud es una fuer-za extraordinaria, plena de fe en la victoria,combativa y dispuesta a poner fin al -estadoactual de coras. Pero entre los jóvenes quesolicitaron su ingreso en el Partido y en laJuventud hay también multitud de ellos quevienen de familias que combatieron contra laRepública. La justa política de nuestro Parti-do ~ tendente a terminar con la divisoria esta-blecida durante la guerra civil y que Francoestaba muy interesado en perpetuar, ha facrlitado considerablemente este fenómeno tanpositivo. Y todos esos jóvenes, los unos y losot^os, conviven perfectamente en «1 seno delPartido, luchan juntos con abnegación por^reparar la huelga general, se ayudan mutua-mente y se comprenden a la perfección.

He aquí el resultado de la política de recon-ciliación nacional que defiende y aplica nues-tro Partido desde 1956, que está permitiendoaunar esfuerzos, fundir en un mismo anheloa todos los españoles, que independientementedel lado -en que combatieron ellos o sus padres durante la guerra civil, han tomado con-ciencia de la monstruosidad que es la dicta-dura del general Franco y del anacronismoque supone -este régimen defensor de los in-tereses de la oligarquía financiera y terrate-niente. En el seno de nuestro Partido se fun-den hoy admirablemente decenas de miles deespañoles que animados por un espíritu com-bativo se preparan para dar la batalla deci-siva a la dictadura sangrienta que nos oprime

Otra experiencia interesante de la campañade reclutamiento es la incorporación al Par-tido de muchos trabajadores e intelectualesque pertenecieron anteriormente a otras orga-nizaciones obreras y democráticas y muy par-ticularmente al Partido Socialista Obrero Es-

pañol, a la Confederación Nacional del Tra-bajo y a grupos de las Javentudes ObrerasCatólicas y de las Hermandades Obreras deAcción Católica. Un veterano militante socia-lista, dirigiéndose al Partido, solicitaba su in-greso con estas palabras: «Llevo muchos añosmilitando en el Partido Socialista. Pero con-sidero que ha llegado el momento de conti-nuar mi accjón revolucionaria en el únicoPartido que actúa heroicamente por conquis-tar los objetivos que a mí me llevaron al Par-tido Socialista. Ese Partido es el Comunista».Otras cartas 'emocionantes hemos recibido decamaradas anarquistas y de trabajadores ca-tólicos. Hay que decir que buena parte de es-tos nuevos ingresos son hombres prestigiosos,con un largo historial de lucha y con graninfluencia entre las masas. También nuestrapolítica justa ha facilitado en gran medida laincorporación al Partido de estos hombres quehan dado erte paso después de una larga ydifícil meditación. Nosotros, todos nuestroscamaradas, viejos y jóvenes militantes, les re-cibimos con los brazos abiertos y nos esfor-zaremos por crearles las mejores condicionespara que sientan de verdad que entre nos-otros están continuando su vida de revolucio-narios y que no son considerados como adve-nedizos, sino que tenemos -en cuenta su vete-ranía de revolucionarios.

También son numerosas las mujeres y lasmuchachas que se han adheridlo al Partido ya la Juventud. La incorporación a la activi-dad política de las mujeres españolas es unhecho evidente y de gran importancia y sig-nificación. Además de las militantes de basede las células femeninas, centenares de muje-res -encuentran ocupando puestos de respon-sabilidad, demostrando, en ellos iniciativa,competencia y -espíritu de Partido. El factoresencial de la creciente actividad de las mu-jeres es la agudización de la situación políticaen el país, la maduración progresiva de lascontradicciones del régimen y la elevación dela combatividad de las masas y en particu-lar de las mujeres. Desde Asturias se dirigea Radio España Independiente una mujer as-turiana con las siguientes palabras: «Soy as-turiana y tengo a mi marido en huelga, Ten-go hijos y los quiero con todo mi corazón.Quisiera que todas las mujeres de los huel-guistas nos uniéramos a nuestros maridos ylucháramos todos juntos hasta morir si fuerapreciso. Que no haya ningún asturiano quese deje engañar por este mal Gobierno. Nodejéis a vuestros maridos ir al trabajo mien-tras no tengamos sindicatos libres y ponganen libertad a todos los detenidos que son mar-tirizados por quien pudiéramos llamar verdu-go de Asturias, que es el comisario de poli-cía Ramos. Saludo a la vez al Partido Comu-nista y felicito a todos los mineros asturianosque tan fielmente luchan por nuestro pueblo.¡Viva Asturias y sus valientes luchadores!»

Eso mejor que nada demuestra el espírituque anima a buen número de mujeres espa-ñolas, y no solamente a las mujeres trabaja-

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doras, sino a las intelectuale- y universitarias.Todo esto prueba que el Partido de masas

que concebíamos en el VI Congreso, con mu-chas decenas de miles de militantes, -está con-virtiéndose en una magnífica realidad. La re-presión policíaca y las dificultades de todogénero con que nos enfrentamos diariamentelos comunistas españoles no pueden impedirque se cumpla ese exaltante objetivo. La pro-moción «Asturias» y el ejemplo grandioso deJulián Grimau han robustecido considerable-mente las filas de los comunistas de España.Los hechos demuestran elocuentemente la jus-teza de nuestra política de organización apro-bada por el VI Congreso, que planteaba laposibilidad de un Partido Comunista con de-cenas de rníles de miembros en un régimen dedictadura fascista en franca descomposición.Sin ese gran Partido que estamos creando, nopodríamos hacer frente a las grandes e his-tóricas tareas que tenemos delante.

Nuestros militantes están generalmente muyvinculados a las masas, son hombres y mu-jeres con una vida social activa y saben, ca-da día mejor, combinar las formas legales yextralegales de lucha. E~-. así, en los hechosde cada día, cómo el Partido asegura de ver-dad su papel dirigente.

En nuestro Partido existe una gran unidaden torno a su política justa y a su ComitéCentral. Nuestro Partido y todos sus miem-bros son fieles al internacionalismo proleta-rio y s-e educan en los principios creadores delmarxismo-leninismo. Nosotros estamos orgu-llosos de sentirnos totalmente identificados yaprobamos la lucha que sostiene el gran pue-blo soviético, dirigido por su Partido Comu-nista, por salvaguardar la paz y construir elcomunismo. Nada ni nadie podrá debilitarnuestra unidad, que es cada día más coliday consciente.

Este crecimiento del Partido nos obliga amantener formas de organización muy flexi-bles y originales, que están a la vez determi-nadas por las condiciones concretas de nue~~tro país. Permitimos incluso la afiliación di-recta de determinados camaradas que por susituación especial no pueden o no convieneque estén encuadrados en una organizaciónde ba~e. Gracias a esto, muchos eanmradasactúan eficazmente y con el máximo posiblede garantías de seguridad.

También mantenemos una separación odescentralización de unas organizaciones conotras, no sólo entre unas y otras provincias,sino incluso en ?l interior de una misma ciu-dad. Las organizaciones de la Juventud Co-munista actúan desligadas de las organizacio-nes del Partido. Los problemas que crea estaseparación y decentralización tratamos de re-solverlos desde arriba con la intervención delCC y de otros organismos responsables.

Pero los resultados obtenidos no son toda-vía suficientes. Es evidente que necesitamosmarchar hacia adelante con más rapidez yaudacia, sin caer, naturalmente, -en aventure-rismos. Existe aún no poco sectarismo en

ciertos camaradas responsables, jóvenes yadultos, que entorpecen inconscientemente eldesarrollo de la organización. Con estos ca-rnaradas tenemos que sostener una lucha cor-dial, pero constante, con el fin de ayudarlesa ver claro, a comprender los cambios ope-rados en nuestro país, que no solamente per-miten, sino que hacen indispensable una con-cepción verdaderamente revolucionaria y crea-dora como es la de convertir nuestra orga-nización en un poderoso Partido d-e masas.

Los resultados obtenidos en el campo, con-cretamente entre los campesinos pobres y me-dios, nos estimulan a ser mucho más cuida-dosos y consecuentes para incrementar nues-tra organización y nuestra influencia entreesos millones de españoles, que son una granfuerza -en nuestro país. El Partido Comunistade España, quo defiende la consigna de «Latierra para quien la trabaja», *es al mismotiempo el mejor defensor de loo intereses delos campesinos trabajadores, de sus propieda-des y de sus justas reivindicaciones. Esos su-fridos campesinos de Castilla, de Galicia, deLevante, de Andalucía y Extremadura, -expo-liados por la política económica de la dicta-dura, se van dando cuenta de que los comu-nistas, contrariamente a lo que dicen losfranquistas, somos sus únicos defensores.Nuestro Partido no es únicamente el Partidode los obreros industriales y agrícolas. Estambién el Partido de los campesinos traba-jadores, que sufren y penan, pero que tam-bién luchan, en los campos de España. En es-te importante sector podemos y debemos ob-tener mayores resultados.

Actualmente avanzamos hacia grandes ac-ciones de masas en nuestro país. La huelgapolítica de los mineros de Asturias y León,-en la que han participado 40.000 trabajadoresy en la que las mujeres han alentado y sos-tenido a los huelguistas con admirable cora-je y abnegación, ha confirmado que la pers-pectiva de la huelga general política es co-rrecta y real, y que esta perspectiva la hahecho suya el sector que hoy marcha a lacabeza de la clase obrera española.

Después de las huelgas de Asturias, el Co-mité Central, cuyo Pleno ampliado se celebroen los primeros días de noviembre del anopasado, ha comprobado con satisfacción elfortalecimiento numérico, político y organiza-tivo del Partido. Los golpes terroristas dela dictadura han producido dolorosas bajas ennuestras filas y en los órganos dirigentes dejPartido, pero —se constató en el Pleno— nohan conseguido debilitarlo.

Ante los comunistas -están planteadas ta-reas sumamente responsables y complicadas.Estamos seguros de que sabremos afrontarlasy darles la solución adecuada. No cabe dudaque en este camino, lleno de obstáculos, a ve-ces tropezaremos. Los comunistas se formanen la lucha —esa es la mejor escuela—,aprendiendo en sus aciertos y en sus errores,es decir, en la propia experiencia.

Una cosa está clara para todos nosotros: la

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necesidad de hacer un Partido cada día más nuestro país, alcanzar lo que tanto ansia lafuerte, no sólo por el número de sus miem- inmensa mayoría de los españoles, esto es, elbros, sino por su alto nivel ideológico, su fi- restablecimiento de la democracia, etapa in-delidad y abnegación -en la lucha. Así podre- dispensable para marchar más allá, hacia elmos, junto con todo nuestro pueblo, junto con socialismo,todas las demás fuerzas democráticas de Eduardo GARCÍA

La iniciativa popular[Notas de Checoslovaquia]

A cada paso puede verse en Checoslovaquiala iniciativa de las masas. Este típico fenó-meno de la sociedad socialista no es privati-vo de personas o grupos aislados. Descansasobre una sólida base: la propiedad social delos medios de producción, él objetivo comúnde la construcción del socialismo y del co-munismo y la auténtica igualdad y la frater-nal colaboración entre los hombres. Por lotanto, el surgimiento de la iniciativa popularestá determinado directamente por el propiorégimen social y por las nuevas relacioneshumanas.

La iniciativa creadora de las masas no só-lo es fruto de la nueva sociedad, sino tam-bién una premisa de su desarrollo. La cons-trucción de esta sociedad exige la participa-ción directa de millones de personas.

En empresas y talleres y en diversos sec-tores de la actividad económica es ya co-rriente que en las asambleas de producción sediscutan diferentes problemas del desarrollode la industria y del trabajo de toda la co-lectividad y de algunos de sus miembros porseparado. Sólo en 1962 se celebraron más deun millón de asambleas de este carácter. Es-to es exponente del gran interés que mues-tran los trabajadores por la producción, pormejorar la organización de la misma y porelevar el nivel técnico. A lograrlo contribuyenla resuelta y amplia crítica de las deficien-cias, como también las propuestas que se ha-cen en dichas asambleas.

La emulación socialista desplegada en elpaís por la superación de los planes y la bús-queda de nuevos métodos y de formas másperfectas de organización laboral son la ex-presión más generalizada de la nueva actitudhacia el trabajo. Tres millones y medio detrabajadores participan voluntariamente endistintas formas de emulación, que les repor-tan beneficio a ellos mismos y sirven de pro-vecho a toda la sociedad.

Una de las formas de la emulación es elmovimiento por conquistar el honroso títulode colectividad de trabajo socialista. Estemovimiento, que se ha extendido ampliamen-te entre el pueblo, no sólo abarca la produc-ción, sino que trasciende también a la fiso-nomía moral de los trabajadores. Para con-

quistar este título de honor no basta con tra-bajar bien. Es preciso además que los miem-bros de la colectividad laboral eleven sus co-nocimientos y calificación profesionales, me-joren su formación cultural y observen ejem-plarmente las normas de la moral socialista.A este movimiento se han incorporado más deun millón de trabajadores.

El trabajo con espíritu creador y la inicia-tiva de las masas se ven reflejados tambiénen -el movimiento de los racionalizadores e in-ventores. En el transcurso de cuatro años[1959-1962] los trabajadores checoslovacospresentaron 1.227.722 propuestas encaminadasa mejorar y racionalizar la producción. Las618.947 propuestas que ya han sido aplicadashan permitido economizar unos 5.000 millonesde coronas. Esta economía, además de bene-ficiar a la sociedad, es provechosa para lospropios racionalizadores, que reciben premiosal ser puestas en práctica sus sugerencias.

El invierno de 1962-63 fue muy crudo enChecoslovaquia. Los intensos fríos repercutie-ron sensiblemente en el funcionamiento de lascentrales eléctricas y de las empresas. Sinembargo, la iniciativa y el entusiasmo de lostrabajadores han permitido recuperar el tiem-po perdido a comienzos de año. Haciéndoseeco del llamamiento del CC del Partido Co-munista de Checoslovaquia a aumentar laproducción, el personal de las empresas indus-triales asumió el compromiso de obtener en1963 una producción equivalente a 1.200 mi-llones de coronas por encima de la previstaen el plan. A finales de septiembre este com-promiso se había cumplido ya en el 70,5%: elpaís recibió por encima del plan mercancíasvaloradas en 846 millones de coronas.

A iniciativa de obreros miembros de la Uniónde la Juventud Checoslovaca, en las empresas,cooperativas rurales e instituciones se hanconstituido numerosos grupos que ostentan loanombres poco comunes de «omnipresentes» y«reflectores». Estos grupos de jóvenes incul-can el sentido de la buena administración enel ámbito de la producción. Denuncian las de-ficiencias en la industria,, en el comercio y enla organización de los servicios y procuransubsanarlas, ayudan a acelerar la aplicaciónde las propuestas racionalizadoras y luchanpor una elevada calidad de la producción.

EN LOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS 53

EL, PARTIDO, ORGANIZADOR DE LAACTIVIDAD CREADORA DE LASMASAS

La iniciativa popular se manifiesta bajo de-terminadas formas que ya han arraigado pro-fundamente en la vida de los trabajadores.Mas estas formas del movimiento no surgie-ron de manera espontánea. Han plasmado yse han desarrollado con el apoyo del Partido,de sus organizaciones; las impulsa y anima elabnegado trabajo de los comunistas.

En la actualidad se está operando en elPartido un proceso que se distingue, entreotras cosas, por la búsqueda de vías que per-mitan mejorar la actividad de sus organiza-ciones y aprovechar más plenamente la ener-gía y la capacidad de cada comunista a finde cumplir con todo éxito las tareas de laconstrucción del socialismo. Al buscar estasvías se ha visto con claridad que los conoci-mientos y las aptitudes de cada comunistasólo podrán aprovecharse de la mejor mane-ra cuando se les encomienden tareas concre-tas de partido. Esta idea se ha visto expre-sáTda en la iniciativa de los comunistas de laregión de Moravia Meridional, que han lan-zado esta consigna: «A cada comunista, unatarea concreta en la producción material».

Las organizaciones del Partido envían a loscomunistas a trabajar -en los sectores reza-gados de la producción y les encargan de tra-bajos determinados en lo tocante al desarrolio de la técnica, a la elaboración e implan-tación de la nueva tecnología, a la -elevaciónde la productividad del trabajo y al mejora-miento de la calidad de la producción. ASÍ escomo el Partido ayuda a superar las dificul-tades en la economía, influye en la direcciónde la misma y orienta la abnegación y el en-tusiasmo de los trabajadores hacia los luga-res donde son más necesarios. Los miembrosdel Partido aprenden los nuevos procesos tec-nológicos, organizan el trabajo en los secto-res rezagados y, al mismo tiempo, elevan sucalificación. Es lógico que les secunden lostrabajadores sin partido. Así, pues, está sur-giendo un movimiento masivo que ejerce pro-fundo influjo tanto sobre la producción comosobre las relaciones entre los hombres.

La actividad organizativa concreta, cuandotiene como base el buen conocimiento de laproducción industrial y agrícola y las condi-ciones específicas de cada lugar, ayuda avencer las dificultades de la producción, im-prime concreción y claridad a la labor de lasorganizaciones del Partido, haciendo que seamás rápida y eficaz y esté bien orientada. Laconvicción de que pueden mostrar plenamentesus aptitudes en un sector determinado de laproducción también sirve de gran estímulo alos comunistas. De este modo, al participar<>n el cumplimiento de las impostergables ta-reas encaminadas a mejorar la producción,llevan a la práctica el llamamiento del CCf i - i ' l Partido: obtener en 1963 más producciónpor encima del plan.

El llamamiento del CC del PCCh «Por unaactitud socialista1 hacia el trabajo, por el ho-nor obrero, por el honor del campesino» hadespertado entusiasmo entre millones de tra-bajadores de la ciudad y del campo.

Respondiendo a este llamamiento, un gru-po de ingenieros y técnicos comunistas de lafábrica CKD, de Praga, ha presentado unproyecto de desarrollo técnico de esta granempresa de construcciones mecánicas de lacapital checoslovaca. Los ingenieros y técni-cos, junto con los obreros, están realizandouna intensa labor preparatoria para la com-pleta modernización de algunos talleres de es-ta empresa. Su ejemplo se ha extendido aotras empresas del país.

CAMPO ABIERTO A LAINICIATIVA CREADORA

Muchos trabajadores de Checoslovaquia ha-bitan lejos de las empresas donde trabajan.Su vida cultural y social y la vida de sus fa-milias está concentrada, generalmente, en laszonas residenciales. Y aquí podemos observarnumerosas manifestaciones de la iniciativapopular. Una forma tradicional de esta ini-ciativa, surgida en los años de posguerra, es•el movimiento voluntario por la urbanizaciónde ciudades y pueblos. Este movimiento, quenació como una forma de ayuda mutua pararemediar los destrozos de la guerra, abarcahoy día a centenares de millares de ciudada-nos. En 1962 trabajaron gratuitamente 145millones de horas, cumpliendo labores estima-das en 1.870 millones de coronas. Con el con-curso voluntario de los ciudadanos s-e hanconstruido 28 gimnasios, más de 800 canchasdeportivas, 145 casas de la Cultura, 39 edifi-cios para los comités nacionales locales, sehan tendido 80 kilómetros de tuberías paraconducción de aguas y 931 kilómetros de ca-minos, *etc.

La participación de cada ciudadano en es-tos trabajos, útiles para toda la sociedad,también lleva el signo de la acción impulsorade las organizaciones del Partido. En las ba-rriadas urbanas actúan las organizaciones delPartido que agrupan a los comunistas domi-ciliados en ellas. Son en general miembros delPCCh no ocupados en la producción, por ejem-plo, amas de casa y pensionistas. Entre elloshay magníficos organizadores de las masas.

Cuando se va por las calles de Praga y deotras grandes ciudades de Checoslovaquia sal-tan a la vista unas pequeñas placas fijadasen las fachadas de muchas casas. En esasplacas se dice que los inquilinos de la casaaseguran colectivamente la conservación d-ela misma. Cuidan de que todo esté en ordeny se reúnen para aconsejarse sobr-e cómo con-tribuir a la urbanización de su barriada. Confrecuencia, sus conversaciones se convierten encharlas políticas sobre los últimos aconteci-mientos en el país y en el extranjero.

Es evidente que también aquí empieza aformarse una colectividad de personas no in-

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diferentes a las preocupaciones y necesidadesde los deniá^ y que aunan sus esfuerzos y co-nocimientos para consagrarlos al bien común.Así, pues, el socialismo brinda el más va^tocampo de acción a la voluntad, el talento yla capacidad del hombre.

En nuestro país, donde los trabajadores, jó-venes y adultos, aprenden a ver todos los fe-nómenos en su concatenación, a descubrirsus eausai y prever sus efectos, el nivel po-lítico es bastante -elevado, Las formas me-diante las cuales se estimula la participaciónde los ciudadano.3 en la solución de las ta-reas políticas presentan hoy un carácter dis-tinto del que ofrecía en un reciente pasado,cuando no había televisión, que ahora, a lapar de la radio, constituye en nuestro país unmedio corriente de información y de recreocultural de cada familia. Los medios de in-formación masiva influyen cada vez más en•el pensar y el sentir de los trabajadores.

Las organizaciones del Partido lanzan ypropagan las más diversas consignas, en con-sonancia con las exigencias de la actividadde unos u otros sectores laborales. Por ejem-plo, en la agricultura se ha difundido am-pliamente la consigna «¡Cada trabajador ca-lificado de la agricultura debe conocer el ma-nejo del tractor!» Esta consigna impulsa enlas cooperativas y en las haciendas del Es-tado la formación de grupos especiales demotocultores que se orientan a mecanizar ensus sectores de trabajo todas la-3 faenas, des-de la siembra hasta la recolección. Esta me-dida permite utilizar grandes reservas, comolo muestran los siguientes datos: a finales delprimer trimestre de 1963 ya se habían cons-tituido en el campo 2.016 grupos de ese tipo,integrados por el 4%, más o menos, de todoslos trabajadores ocupados en la agricultura,y que labraron el 30% de las tierras de sem-bradura.

A fin de desarrollar la iniciativa no bastacon aprovechar la experiencia de vanguardiaque ya se posee, sino que es importante y ne-cesario buscar constantemente nuevos méto-dos. Asimismo reviste gran alcance la publi-cación en la prensa y la transmisión por radioy televisión de informaciones sobre ei mejoraprovechamiento de la nueva técnica, de losprocesos tecnológicos y de la organización deltrabajo más avanzada, lo que de ordinariova ligado a la economía de tiempo, de mate-riales y de energía eléctrica. Bajo -el influjode los ejemplos positivos de quienes van envanguardia aparecen nuevas formas de tra-bajo colectivo y se fortalecen las relacionesde fraternal ayuda mutua.

Sobr-e esta base ha surgido y ha encontra-do amplio eco, por ejemplo, el método laboraldel trabajador ganadero Trousil, miembro delPartido. Durante largo tiempo ensayó y per-feccionó un sistema de cuidado de las vacas,buscando las raciones de pienso más adecua-das. Fue comprobando su idea a través delos días, no cejó en los -ensayos, observó conla mayor atención todos los procesos del tra-

bajo y sus resultados, los analizó y sacó lasdebidas conclusiones, llegando en definitiva aobten?r un nuevo método de trabajo cuyaaplicación ha permitido elevar la productivi-dad del ganado -en toda la, región de MoraviaSeptentrional.

Los ensayos y las búsquedas con sentidocreador no sólo son necesarias en el dominiode la ciencia, sino también en los trabajosque a primera vista parecen sencillos y co-rrientes y en los que, apreciadas las cosassuperficialmente, diríase que nada puede cam-biarse.

Como ha dicho el camarada Trousil, lo másdifícil es empezar a dudar de los métodos detrabajo aceptados generalmente, librarse dela ciega imitación de las costumbres y tradi-ciones establecidas y comenzar a buscar nue-vas y mejores vías.

El Partido hace uso de toda su influenciapara despertar e impulsar en todos los tra-bajadores un espíritu audaz, el afán de per-feccionamiento de los hábitos laborales, desuperación constante de los resultados conse-guidos. El Partido les exhorta continuamentea buscar con ánimo creador nuevos métodosy formas. Los trabajadores comprenden cadavez mejor que el desarrollo no puede inte-rrumpirse, que el ritmo del progreso dependede ellos rnrmos. Esto les llena de orgullo yles hace cobrar conciencia de que con susaportaciones al incremento de la producciónmarchan al lado de los mejores hombres denuestro tiempo.

Sin ^embargo, el desarrollo general de lainiciativa no es un proceso liso y llano. Amenudo, en diversos lugares, como por ejem-plo, en las cooperativas agrícolas, tropiezacon la resistencia del egoísmo individual o degrupo; en algunas partes surge una lucha porlos beneficios personales por el prestigio y porlos intereses locales.

El proceso de afirmación de lo nuevo, delo progresivo, pasa a través de numerososzigzags, que el Partido salva contraponiendoal egoísmo personal y a los estrechos inte-reses locales los intereses de toda la so-cie-dad. Por regla general, vence precisamente -as-ta concepción social, ya que de su parte es-tán la verdad y -el bien de toda la sociedady responde a la lógica del desarrollo. La ten-dencia general muestra que la experiencia devanguardia y el ensayo de nuevos métodoscomo medio para superar -el ego:smo local yla estrechez pequeñoburguesa se abren pasoresueltamente, sirviendo de seguro instrumen-to de lucha contra lo viejo, contra el conser-vadorismo.

La fuerza del ejemplo es un factor esencialdel desarrollo de la iniciativa popular. Elbuen ejemplo invita a imitarlo. Su contenidopositivo llama la atención, mientras que elejemplo negativo pone en guardia, hace pa-rarse a pensar. Por ello uno y otro tienen

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una significación política y educativa. A am-bos les pertenece determinado papel en la la-bor política. Aducir solamente, de una formarutinaria, numerosos ejemplos positivos, ocul-tando tras ellos las deficiencias y los fenó-menos negativos, es ir a contrapelo d«e la fi-losofía y la experiencia del hombre sencillo ypuede ejercer una influencia desmovilizadora.

Al mismo tiempo tenemos en cuenta que elejemplo positivo constituye un gran impulsopara las masas populares, que aprenden agobernar el Estado, a asimilar la nueva cul-tura laboral y la nueva moral. Esto puedeapreciarle en la fuerza de atracción de lasnuevas formas del trabajo en las -empresasindustriales y en las cooperativas agrícolas.De ahí que la experiencia positiva desempeñe

actualmente un gran papel y ocupe un con-siderable lugar en la información y en laspublicaciones políticas.

La iniciativa creadora es siempre una ma-nifestación voluntaria de los afanes y de lasaptitudes del hombre. No puede ser impuestapor medio de directivas, decde arriba. No escasual, pues, que la iniciativa popular hayaadquirido tan vastas proporciones en Checos-lovaquia. Ello es expresión de que los traba-jadores ven en la construcción del socialismouna obra entrañable, vital para ellos. Y es-tán dispuestos a no escatimar esfuerzos paraconseguir nuevos éxitos en la creación de lanueva vida.

Miroslav LAB

Experiencias de un comiié regionaldel Partido Comunista de Colombia

En la estructura orgánica del Partido Co-munista de Colombia figura el comité regio-nal, organismo que se ha convertido en elsoporte principal de las tareas y orientacio-nes del Comité Central. En la pr-esente notasintetizamos las experiencias de uno de estoscomités. Se trata de una ciudad densamentepoblada, bastante industrializada, con un nu-meroso estudiantiado y grandes capas de ar-tesanos y empleados.

Fue a principios de 1958 cuando se cons-tituyó en esta ciudad el primer comité regio-nal. Todavía estaba -en el Poder la Junta Mi-litar que había dejado en su fuga el dictadorRojas Pinilla. El Partido avanzaba tímida-mente hacia su trabajo legal y abierto, debi-do en parte a que según la Reforma Consti-tucional del primero de diciembre de 1957,sólo se reconocía a los dos partidos llamadostradicionales [el Liberal y el Conservador],aunque ne había abolido el decreto de ilega-lizaeión contra el Partido Comunista, Porotro lado, porque la organización era suma-mente reducida y aislada de las masas, cues-tión que no dejaba de influir en la mentali-dad clandestina que predominaba por en-tonces.

En aquel comité regional, la composiciónera de mayoría artesanal y pequeñoburguesa,pero el núcleo principal s-e trazó desde el pri-mer momento la tarea de vencer la ficologíade la ilegalidad y emprender el reclutamientomasivo de nuevos militantes. Dos tendenciaspeligrosas afloraban -entonces en -el seno delregional: una, sectaria, que se oponía al re-clutamiento masivo alegando que -era mejor

poquitos, pero buenos», concepción que tenía^ius raíces eri los largos años de trabajo clan-destino e ilegal en las condiciones de un par-t i d o débil orgánica e ideológicamente y, para

complemento, aislado y sin vínculos de masas.Esta misma concepción argumentaba que losque no habían luchado en la clandestinidad oen la resistencia no -eran de confiar, que se in-troducirían espías -en las filas del Partido, yque había, pocos dirigentes «probados» paraatender el crecimiento d-el Partido.

La otra tendencia, oportunista de derecha,pretendía convencer de que como la ReformaConstitucional había escamoteado los dere-chos del Partido y había dejado a los comu-nistas en condiciones de inferioridad al poderelegir, pero no ser elegidos, era necesario, de-cían, «disfrazarse» de liberales, ocultando elnombre del Partido, cosa que coincidía conla táctica de la gran burguesía, que se habíaorientado por no nombrar para nada al Parti-do Comunista, en vista del prestigio que éstehab'a conseguido en su justa línea de resis-tencia a la dictadura. Hay que señalar queesta tendencia provenía de los mismos elemen-tos que en 1956 habían logrado que el comitémunicipal [era el organismo intermedio] apro-bara con escasos votos en contra la proposi-ción de organizar las «células piloto», segúnlas cuales la militancia sería dividida en«activos» y «pasivos». Una vez establecida estadiferencia, los «activos» tomados de varias cé-lulan compondrían una «célula piloto» y los«pasivos» quedaban fuera de la organizacióncomo «simpatizantes». Este acuerdo no pudoabrirse paso realmente porque la base hizo re-sistencia y se opuso resueltamente. La prime-ra Conferencia regional en 1958 condenó estatentativa de liquidación. Pero la tendenciaoportunista volvió a manifestarse, proponien-do una «reforma» de la estructura, pidiendoel «autonomismo» por lo menos en las comi-siones auxiliares del comité regional, de ma-nera que cada una de ellas pudiera realizar su

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trabajo sin el control político de la dirección.Esta nueva exigencia también fracasó. A ladiscusión se le acompañaba de tareas prácti-cas, señalándole a cada dirigente su respon-sabilidad, siguiendo la, orientación del reclu-tamiento masivo, la vinculación con las ma-sas y la formación de nuevos dirigentes.

Hasta la fecha se han realizado cuatro con-ferencias regionales, que han hecho los balan-ces del trabajo y han elegido sus comités dedirección. Los resultados están a la vista: elPartido ha crecido en unas 15 veces en rela-ción a lo que era a principios de 1958; la or-ganización en las fábricas y empresas se hafortalecido a un nivel apreciable, lo mismoque la vinculación al movimiento sindical yobrero. La- autoridad del Partido ha crecido,cosa comprobada a través de tareas abiertasen las puertas de las fábricas, en los barrios,universidades y en los diálogos ideológicos pú-blicos que se han librado con los estudiantesdel socialismo cristiano, en los que los comu-nistas han expuesto sus principios, han dis-tribuido miles de «cartas populares», propa-ganda, revistas, etc., con gran acogida popu-lar y reclutando nuevos miembros para elPartido.

En "el movimiento sindical se ha librado unafirme lucha ideológica de principios, no sólocontra los elementos aburguesados que reci-ben orientaciones de la gran burguesía y delimperialismo yanqui, sino también contra losque despliegan actividad abierta anticomunis-ta, buscando dividir y fomentar confusionesreformistas en el movimiento obrero. Aquítambién el comité regional ha obtenido avan-ces importantes, porque ha podido sacar de lainfluencia perniciosa a muchos obreros y di-rigentes que hoy gozan de mucha autoridaden -el movimiento sindical y entre los obrerosde fábricas, mientras los oportunistas de to-dos los matices son cada vez más desacredi-tados por sus propios actos en el desarrollode las luchas de la clase obrera. Pero, ade-más, el comité regional desarrolla una serialucha ideológica a fin de esclarecer el papelde los dirigentes sindicales del Partido en lalucha de la clase obrera con el fin de cam-biar la mentalidad sindicalista simple paraacompañarla de la labor política y de la cons-trucción del Partido. En este sentido progresaun equipo cada vez más numeroso de diri-gentes formados en esta idea.

El comité regional ha ganado una buenaexperiencia acerca de la política de alianzascon otros sectores políticos. En 1958 se hizoel primer ensayo con lo que se llamó FrenteLiberal del Pueblo, movimiento primario quesurgía como oposición a los exclusivismosconstitucionales que le dieron al Frente Na-cional de la gran burguesía y los latifundis-tas todas las ventajas del juego político par-tidista. Por entonces, la verdad es que toda-vía no s-e había desarrollado una auténtica co-rriente liberal democrática o de izquierda, por-que el Frente Liberal del Pueblo era un mo-vimiento puramente electoral en el que pre-

dominaban los elementos «manzanillos»1, opor-tunistas y no pocos «disfrazados». El elemen-to político con vínculos populares era escaso.

Esta experiencia se ha ido enriqueciendo enel proceso político. Y no obstante las diversasdificultades que supone una política de alian-zas en las que los comunistas colombianos po-demos elegir, pero no podemos ser elegidos,lo cierto es que en la actualidad un buen sec-tor democrático del liberalismo, de la izquier-da, se opone al anticomunismo y trabaja enmuchas acciones en alianza con el Partido.La política de alianzas se basa en fuerzas po-líticas que coinciden en determinados proble-mas nacionales o regionales y unen sus efec-tivos para realizar luchas concretas. Así su-cedió en las elecciones de 1960 y 1962, en lasque los comunistas apoyamos con sinceridady con gran despliegue las listas del Movimien-to Revolucionario Liberal [MRL], opuestas alliberalismo oficialista, que comparte el Podercon el conservantismo.

El comité regional, al explicar a la militan-cia la conveniencia de desarrollar esta políticay de fortalecerla, parte de que, en primer lu-gar, todo esto puede alcanzarse si el Partidoal mismo tiempo no descuida su propio des-arrollo masivo, si no olvida elevar su nivelideológico y político. Si el Partido es cada vezmás fuerte orgánicamente, con más influenciapopular y con más cultura marxista-leninista,•entonces las alianzas, a no dudar, serán mássólidas y más amplias.

En las tareas de solidaridad con la Revo-lución Cubana, el comité regional ha realizadonumerosos actos de masas y ha divulgado mi-les de folletos y materiales que recogen laverdad de las conquistas del pueblo cubano,procurando ligar estas tareas a las tareas re-volucionarias del pueblo colombiano, y en con-sonancia con la línea general de nuestro Par-tido en el actual momento de su lucha na-cional. Puede decirse que en la actualidad ladefensa de la Revolución Cubana es la basepara ir definiendo entre un movimiento pa-triótico y democrático sin anticomunismo ycon posiciones claras frente al imperialismo,y los oportunistas que al amparo de la solida-ridad con Cuba no descuidan su labor antipar-tido, realizan actividades provocadoras y fo-mentan el fraccionalismo.

Existe también una valiosa experiencia -enotras actividades. La labor de las células defábrica o empresa es dirigida por un selectoequipo de la dirección y otros camaradas deabsoluta confianza. Esta medida fue tomadaen el momento en que algunos dirigentes ymilitantes pequeñoburgueses, so pretexto deque querían «proletarizarse», lograron accesoa ciertas células de fábrica adonde llevaronsu espíritu de grupo y tendencias extremistas

1 «Manzanillos» liama el pueblo a los políticos bur-gue,ses inescrupulosos. Son gentes sin principios y pa-ra obtener una curul se valen de toda clase de manio-bras y de falsas promesas.

EN LOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS57

de «izquierda» consistentes en querer mante-ner a los obreros en huelga permanente, ele-vando, las peticiones en la medida que progre-saban las negociaciones de un pliego, pro-nunciando discursos ultrarrevolucionarios enlas asambleas sindicales donde se discutíanasuntos económicos, desconociendo los intere-ses inmediatos de los trabajadores, creandoconfusiones en el seno de las asambleas.

La medida adoptada por el comité regionalfue absolutamente justa; de no haberlo hecho,los daños de aventurerismo sindical hubieransido enormes. La medida va aflojando, porquecrece la conciencia de los mismos militantesobreros, quienes ayudan a ejercer la vigilan-cia.

En el actual comité regional se puede apre-ciar la diferencia de clase así, nueve miembrosson obreros de fábrica o dirigentes sindicales,siete profesionales revolucionarios, cuatro in-telectuales y un artesano. Es bueno aclararque los denominados intelectuales del regionalson camaradas s-encillos, cuyas profesiones sontécnicas o sociales, por cuya razón -están vin-culados al trabajo diario de la producción ya las luchas de ma-sas. Con este equipo, la or-ganización regional comunista puede ligar supolítica al movimiento obrero y sindical, a lasmas populares y al trabajo interno del Par-tido, qus por cierto demanda muchos esfuer-zos.

El comité regional encarga a cada uno desus miembros de un frente concreto de tra-bajo, a base del principio de dirección colecti-va. Esto va acompañado de las comisionesauxiliares del regional, que se ocupan de po-ner en práctica las orientaciones generales delPartido. Ilustremos un ejemplo: la comisiónde organización está compuesta por el secre-tario regional de organización y de todos lossecretarios de organización de los comités dezona [organismos intermedios entre las célu-las y el comité regional]. Esta comisión dis-cute los problemas de organización del Parti-do, planifica las tareas que le encomienda elregional o las que por su iniciativa sean acor-dadas por la dirección. El s-ecretario de or-ganización regional rinde cuentas de sus fun-ciones al comité ejecutivo del regional o alPleno Regional, según sea la magnitud de lastareas.

La comisión sindical la componen todos losmiembros del comité regional que están vin-culados a los sindicatos, más otros camara-das obreros de confianza que no siendo dela direcció:n están ligados a la clase obrera.Esta comisión es la qus planifica las tareasdel Partido en el movimiento sindical, bus-cando para ello nuevas relaciones sindicales yatrayendo nuevas fuerzas con sistemas senci-llos y prácticos como los siguientes: encabe-zando la iniciativa en los sindicatos para apo-yar las demandas obreras, tanto dentro de lasfábricas como entre la población en general;orientando la solidaridad moral y material pa-ra que los sindicatos apoyen a los obreros en

huelga no importa la central sindical a la quepertenezcan; relacionando a los obreros con loscampesinos, logrando que muchas regionescampesinas colaboren con víveres, lo que haimpedido en buena parte que los patrones aco-rralen a las familias de los obreros en huelgapor falta de alimentos; organizando la educa-ción de los obreros en cursos de historia delmovimiento obrero, contra el reformismo, so-bre economía, filosofía, gramática, aritmética,etc., según los niveles; organizando conferen-cias públicas para obreros y trabajadores engeneral buscando los temas que ayuden a ele-var la conciencia acerca del papel históricodel proletariado y de su vanguardia, etc.; or-ganizando reuniones de militantes del Partidoen las fábricas y con funcionarios sindicalescomunistas a fin de precisar siempre la laborde los comunistas entre la clase obrera, lucharcontra la ideología burguesa, contra el refor-mismo en los sindicatos, e insistiendo en ligarla labor sindical y económica con las tareasde construcción del Partido.

Cuando la comisión ha tenido tino y ha po-dido orientar los intereses obreros a los de lasamplias masas, la clase obrera ha jugado supapel dirigente, ganando autoridad y respaldopopular. El Partido ha reclutado así muchosmilitantes.

El comité regional dirige muchos comités dezona que han sido organizados en diversos sec-tores de la ciudad. Esta forma de organiza-ción ha progresado porque el Partido se haido desarrollando. Esto se explica porque ennuestras condiciones, primero hay qua crearlos organismos de base para después fundarla zona de Partido. Los comités de zona loseligen las asambleas de células de un mismosector y son ellos los que le responden al co-mité regional por -el trabajo y la orientaciónpolítica en la zona.

La tarea de organizar estos comités zona-les ha sido sumamente difícil y más difíciltodavía es su consolidación, debido a que lamilitancia es fundamentalmente nueva, demodo que los elegidos para el comité no tienenexperiencia, lo que exige del comité regionalasistencia permanente. Por otra parte, la polí-tica de «puertas abiertas» sostenida por elregional facilitó el reingreso al Partido deviejos practicantes del fraccionalismo, mu-chos marginados de años atrás, cuestión querespondía en la práctica a la idea de ampli-tud de la nueva política del regional. Los re-ingresados honestos militan y se desarrollan,pero los incorregibles repitieron sus prácticasgrupistas, ocasionando enormes daños -en al-gunos comités de zona.

El comité regional -estimula la iniciativa delos comités de zona y les permite cierta auto-nomía para el desarrollo de sus tareas, perono les permite que se pasen a una zona dis-tinta en donde existe otro comité.

Los comités de zona son una magnífica es-cuela de dirección. Lo atestigua el hecho deque en el actual comité regional ocupan cargos

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de dirección siete miembros que han sido for-mados -en los comités de zona.

La atención de la bas-e se divide en dos par-tes: una, a cargo de los comités de zona paralas células de barrio; otra, a cargo de un equi-po selecto para las células de fábrica y -em-presas. Las dos formas están íntimamentecontroladas y orientadas por el comité regio-nal. Con esta organización, el comité regio-nal procura unir la acción de la cías3 obreracon la de las capas trabajadoras de los ba-rrios.

Todavía es mucho lo que hay que hacer. Va-rios comités de zona no están consolidados,porque ci bien es verdad que funcionan orga-nizativamente, en cambio la consolidaciónideológica y política es una tarea más com-pleja, que no será alcanzada sino medianteuna labor educativa y persistente.

Algunas tareas, como la venta y divulga-ción de la prensa del Partido, no son sufi-cientes. Las brigadas que ocasionalmente sa-len a vender el periódico a los barrios popula-res, tienen éxito y se entusiasman momentá-neamente, pero esta labor no es sistematiza-da, lo que reduce las posibilidadeG de mayorcirculación de la prensa partidaria.

Los avances obtenidos dejaron muy atráslas tendencias insanas surgidas al comienzomostrando que aquellos militantes o dirigen-tes que hicieron la lucha ideológica desde po-siciones unitarias se han desarrollado y go-zan de aprecio en el Partido, mientras que los

que hacían la lucha interna para dividir alPartido fueron aislados. Hoy estos elementoshan renunciado a las tareas revolucionariaspara colocarse en posiciones burocráticas enel Gobierno del Frente Nacional de la granburguesía.

Claro que también hoy existen tendenciaserróneas, pero no podemos decir que sean lasmicmas. Por ejemplo, ahora se está practican-do una lucha ideológica y política con los ca-maradas que se oponen a la construcción deun Partido Comunista de masas, porque, se-gún ellos, -eso de «partido de masas es anti-leninista», que Lenin luchó por un Partido de«profesionales» revolucionarios, etc. Estas ma-nifestaciones sólo se expresan en pequeños sec-tores de la militancia pequeñoburguesa, perolas discusiones se realizan desde posicionesideológicas, al mismo tiempo que se trazan ta-reas prácticas de reclutamiento.

El comité regional está viviendo su primeraetapa en el proceso de construcción del Par-tido de masas, y su papel principal por ahoraes el siguiente: consolidación y ampliación delequipo dirigente; consolidación y desarrollo delas numerosas organizaciones de base en fá-bricas y empresas, así como de los comités dezona; elevar la capacidad ideológica y políticade todos los cuadros, viejos y nuevos, así co-mo de toda la militancia; fortalecer y ampliarlos vínculos con las organizaciones de masas,particularmente con los sindicatos.

Juan VIANA

Plenos de comités centrales

PARTIDO COMUNISTADE ALEMANIA

En noviembre pasado se ce-lebró un Pleno del ComitéCentral del Partido Comunis-ta de Alemania. El camaradaWiüi Mohn pronunció el in-forme presentado por el BuróPolítico del CC. El primer se-cretario del CC del PC A, ca-marada Max Reimann, hizoun informe sobre el tema«Nuestra lucha por el aliviode la tensión, la democraciay él bienestar social».

En los informes y en lasintervenciones de los< partici-pantes en el Pleno señalóseque la propia vida ha confir-mado la justeza de las con-clusiones y resoluciones delúltimo Congreso del FCA so-bre el combate por la paz yla democracia, el lugar de los

comunistas en esa pugna, laagudización de la lucha declases en la RFA y en ordena que el lugar fundamentalpara el establecimiento de launidad de acción de la claseobrera son las empresas y lossindicatos.

La firma del Tratado deMoscú sobre la prohibiciónparcial do Ias< pruebas de ar-mas nucleares ha sido ungran éxito de los partidos co-munistas y obreros, de toólaslas fuerzas de la paz y de lahumanidad entera. La Repú-blica Democrática Alemana—el Estado alemán obrero ycampesino— ha sido uno deJo© primeros países que hafirmado el Tratado de Moscú.Bajo la presión de la políticade los Estados socialistas yde la lucha de los partidariosde la paz en la RFA, los mi-

litaristas germaiiooccidenta-les también se han visto obli-gados a firmar el Tratado deMoscú. Esto significa, dijo elcamarada Reimann, que en lalucha por la paz «no han si-do estériles la actividad delos sindicatos, la abnegadaactuación de los adversariosde las armas nucleares, lasmarchas pascuales en señalde protesta contra el arma-mento atómico, los llama-mientos de los representantesde la vida social y espiritual».

En las intervenciones delPleno se adujeron numerososejemplos de las acciones des-plegarlas por los partidariosde la paz en la RFA en apo-yo del Tratado de Moscú, co-mo manifestaciones, proyec-ción de películas, difusión deoctavillas, recogida de firmasal pie de llamamientos, mar-

1.OS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS 59

chas con antorchas, etc. Lonuevo, a diferencia del añopasado, ha sido que en la or-ganización de muchas accio-nes han participado los sindi-catos y que en los mítines hanintervenido destacados diri-gentes sindicales. Han hechoasimismo su aporte a la lu-cha por la paz los jóvenes,que se han destacado sobretodo por su actividad en oca-sión de la Semana Interna-cional de la Juventud cele-brada en Stuttgart y del Con-greso Juvenil de Baden-Wur-tembcr, en el que participa-ron 8.000 obreros metalúrgi-cos. Todo e&to evidencia quecada vez es mayor la posibi-lidad de incorporar a la ju-ventud a una lucha más enér-gica por la paz y la demo-cracia.

De nuestro Partido, de laclase obrera y de todos loshombres amantes de la pazen la RFA, dijo el camaradaReimann, depende que Ale-mania Occidental siga entor-peciendo el alivio de la ten-sión internacional o, por elcontrario, apoye los sucesivospasos hacia la distensión y elentendimiento mutuo en .Ale-mania.

En las intervenciones délosoradores se subrayó la cre-ciente fuerza y el prestigio in-ternacional de la RDA. Aello han contribuido y contri-buyen la propuesta de concer-tar un acuerdo de inteligenciay de buena voluntad, hechapor el camarada W. Ulbrichten el VI Congrego del PSTJA,y el cumplimiento del progra-ma de la construcción desple-gada del socialismo en laRDA, En todas partes aumen-tan las fuerzas que insistenen el reconocimiento de la Re-pública Democrática Alemanay en la normalización de lasrelaciones prácticas entre losdos Estados alemanes. El co-nocimiento directo de los éxi-tos de la RDA por los ciuda-danos de la RFA podría serla mejor manera de cooperaral acercamiento y a unas bue-nas relaciones entre los dos.Estados. W. Ulbricht ha di-cho recientemente: que cadaciudadano de la RFA visítelaRDA. La tarea de los comu-nistas consiste en interesar-

les en que frecuenten la RDA,y después ayudarles a ouecuenten la verdad a sus ami-gos y conocidos.

En relación con el cambiode gobierno en la RFA el Ple-no subrayó que el PC A diri-ge el golpe principal contralas fuerzas más agresivas delcapital monopolista, contra losinstigadores que representanla política de dichas fuerzasen los partidos dirigentes re-accionarios y en el Gobiernode Bonn. Esto contribuirá alproceso de diferenciación enel campo de la burguesía, co-mo resultado de lo cual entrela población desapareceránlas ilusiones respecto al Go-bierno Erhard, cuyos objeti-vos no se diferencian, de losdel Gobierno de Adenauer. Setrata de las armas nucleares,de los planes revanchistas, delas pretensiones de anexionarla RDA a la RFA, de supri-mir la democracia mediantelas leyes de excepción y deliquidar los derechos sociales.

El Pleno dedicó una granatención a la mudad de acciónde la clase obrera, sobre todoen las empresas y en los sin-dicatos. El Partido ha logra-do determinados éxitos en elcumplimiento de esta tarea.«Los obreros de Mannheim—-dijo el camarada Reimann—nos han demostrado cómo de-ben desarrollarse los aconte-cimientos. El 7 de noviembre,a las tres de la tarde, 70.000obreros cebaron el trabajo einiciaron la huelga. Abando-

i naron sus empresa-s y desfi-laron con banderas rojas enuna gran manifestación en laque, pese a la lluvia torren-cial, participaron más de 40mil trabajadores. Los tran-vías de Mannheim pararonpor un cuarto de hora. A lasicolumnas fabriles se unieronlos taxistas ide toda la ciu-dad».

Los trabajadores de Man-nheim se manifestaron bajolas consignas de «¡La econo-mía monopolista significa su-bida de precios!», «¡Preciosestables y fuera los tanques!»,«¡Abajo los SS y las leyes deexcepción!» Al final, los ma-nifestantes entonaron la can-ción proletaria de combate«¡En pie, camaradas!». Esta

potente acción, llena de espí-ritu de lucha de clase, fue elresultado de la acción conjun-ta de comunistas y socialde-mócratas en las empresas yen los sindicatos.

Muchos- socialdemócratasponen en entredicho la juste-za de la línea de entendimien-to de los líderes derechistasdel PSA con las altas esferasde los partidos gobernantes.Se dan cuenta de que esta lí-nea no corresponde a los in-tereses de la clase obrera ydel resto de los trabajadores.Actualmente, algunos funcio-narios ¡dirigentes del PSA seplantean asimismo la cuestiónde qué actitud adoptar en losucesivo ante la política delPSA.

«Estamos convencidos —dijoel camarada Reimann— deque hoy es posible no sóloconversar, sino también des-plegar acciones conjuntas decomunistas y socialdemócra-tasu Lo fundamental para elloes el interés común en el man-tenimiento de la paz, en con-jurar el rearme atómico y ladictadura que se desprende dela declaración del estado deexcepción, en la defensa de losderechos democráticos, en lasatisfacción de las reivindica-ciones económicas y socialesde los trabajadores». Las di-vergencias entre el PC A y elPSA no deben constituir unentorpecimiento para el acuer-do entre los dos partidos so-bre las acciones unidas. Entanto los socialdemócratas nose muestren dispuestos a con-certar un acuerdo con los co-munistas, al menos unos yotros deben luchar juntos porlas mismas reivindicaciones.

El Pleno aprobó unánime-mente el informe presentadopor el Buró Político y el in-forme del camarada Max Rei-mann, así como también adop-tó una resolución sobre lasdivergencias de la direccfóndel Partido Comunista deChina con el movimiento co-munista internacional.

El CC del PCA dirigió unmensaje de salutación a todoslos combatientes' por la pazencarcelados y perseguidos yexigió del Gobierno de Bonnla amnistía para las víctimasde las persecuciones políticas.

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El "mundo libre" y el crimen de Dallas

El bárbaro asesinato del Presidente John F.Kennedy ha estremecido y conmovido al mun-do entero. Este insólito suceso ha planteadomuchas graves interrogaciones, ante el pueblode Estados Unidos y los pueblos de otros paí-ses. Ante todo, ¿cómo ha podido perpetrarsetan brutal acto de terror político en un paísque tiene fama de civilizado y 'que pretendedirigir el «mundo libre»? ¿Qué sucede en Es-tados Unidos, si allí no es posible garantizarla vida y la seguridad del jefe del Estado yprotegerle contra las balas de los asesinos?¿Quiénes han cometido este crimen y quiéneshan guiado la mano del asesino o de los a/se-siiios? Finalmente, ¿qué curso seguirá el nue-vo Presidente Lyndon B. Johnson en políticaexterior e interior? ¿Continuará por la vía desu antecesor, que en una serie de casos valorócon sentido realista la situación política y lacorrelación de fuerzas en el mundo contem-poráneo y se orientó hacia la solución de im-portantes problemas internacionales por mediode negociaciones? Estas preguntas no son dic-tadas por la curiosidad. Están en juego lasperspectivas de Estados Unidos y las líneas di-rectrices del desarrollo de la política mundial.

Las sanas fuerzas democráticas de Norte-américa insisten en que se haga una investi-gación a fondo, en que se averigüen todos loshechos relacionados con el asesinato del Pre-sidente. Confían en que una investigación com-pleta no sólo permitirá descubrir sin lugar adudas a los verdaderos culpables del monsi-truoso crimen, sino que, a la vez, servirá deestímulo para que se operen importantes, cam-bios en la vida política de Estados Unidos.Aunque en la actualidad no se puede dar res-puesta a todas esas interrogaciones que ade-lanta a primer plano el asesinato de JohnKennedy, sí es posible y necesario desenmas-carar a las fuerzas* que se esconden detrás delcrimen y señalar los cauces y las tendenciasdel probable desarrollo de los acontecimientos.

El magnicidio fue perpetrado en Dallas [Te-jas], cindadela de los ultras norteamericanos.Fue precisamente allí: en el semillero de lareacción y del neofascismo, donde imperan elgangsterismo político, la corrupción, el racismo

y el anhihumanismo. Allí no es difícil encon-trar ejecutores «ideológicamente» maduros pa-ra cualquier atentado, sobre todo cuando setrata de ahogar aspiraciones de progreso y dedemocracia.

De Tejasi se suele decir que es el «Estadodel oro fluido», del petróleo. Es, además,, el lu-gar de residencia de los millonarios de la in-dustria ganadera. El petróleo de Tejas engrasalas ruedas de los ultras. El difunto senadorMcCarthy era el favorito de la oligarquía pe-trolera y de los acaudalados ganaderos. Ahoraactúan allí insolentemente, con el visto buenode las autoridades, el doctor Fred Schwarz,jefe de la organización denominada CruzadaAnticomunista de los Cristianos; Kobert Welch,que preside la Sociedad John Birch; la or-ganización conocida bajo el nombre de los Té-janos para América, que cuenta con el apoyode la sociedad Hijas de la Revolución Ame-ricana, y otras» organizaciones terroristas, fas-cistas y racistas. Los monopolios de Tejas noestán solos en su siniestra actividad conspira-tiva. Obran de consuno con otros/ representan-tes del gran business norteamericano. Sin sudinero, los ultras carecerían de fuerza.

Nada más que un mes. antes del asesinatodel Presidente Kennedy, los ultraderechisitasorganizaron una tumultuosa manifestación con-tra Adlay Stevenson durante su visita a Da-llas. Por esas mismas fechas un grupo de ul-tras formó piquetes en la sala donde habló eljuez Warren. Portaban carteles en los que seleía: «¡Linchad a Warren!» «¡Expulsad a Wa-rren!» ¿Puede sorprender, pues, que Stevensony el gobernador Connally trataran de hacerdesistir a Kennedy del viaje a Dallas? El mis-mo día en que el Presidente llegó a la capitaltejana, el D a l l a s Mo r n i n g N e w s . ,archirreaccionario periódico local, publicó enuna de sus páginas una «salutación» a Kenne-dy, insertada dentro del marco negro de lasesquelas de defunción. En ella se decía: «Bienvenido a Dallas, señor Kennedy, a la ciudadque rechazó su filosofía y su política en 1960y que en 1964 la volverá a rechazar más ex-presivamente que antes». A la vista de esto,¿quién puede dudar de cuáles son las fuerzas

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responsables del asesinato y a quién puede ex-trañar que el crimen se cometiera precisamen-te en Dallas?

Cuando la radio norteamericana anunció almundo el asesinato de Kennedy, nadie dudóde que este crimen había sido obra de los ul-tras. Sin embargo, el cuadro cambió cuandopoco después fue detenido y acusado de haberdado muerte al Presidente el «xnarxista» LeeHarvey Oswald. Viose claramente que se es-taba tramando una conjura para encubrir alos verdaderos culpables y atizar una nueva olade histeria anticomunista, antisoviética y an-ticubana. Todo hacía pens-ar que se fraguabala variante norteamericana de un proceso se-mejante al del incendio del Reichstag. Eso erajustamente lo que necesitaban los ultras, losneofascistas, los racistas de la Sociedad John'Birch'' y sus caudillos ideológicos, el generalWalker y el senador Goldwater. Eran palma-rios los indicios de una operación provocadoraplaneada de antemano y emprendida para sus-citar el pánico y acrecentar de ese modo lasposibilidades de las fuerzas ultraderechistas dearribar al Poder en EE. UU.

Pero los organizadores de esta siniestra con-jura han fallado en sus cálculos. La Norte-américa de 1963 no es la Alemania de 1933.El mundo no es hoy el mismo que era hacetreinta años. Desde que se pegó fuego alReichstag como preludio del incendio univer-sal, en nuestro planeta se han producido pro-fundas transformaciones.

Los hechos posteriores al magnicidio se handesarrollado tan velozmente, las diversas ver-siones de las «pruebas» han sido tan contra-dictorias y la policía de Dallas ha desplegadouna actividad tan burda, que incluso la pren-sa reaccionaria burguesa ha dejado de creeren la absurda fábula de una «nueva amenazacomunista».

El monstruoso caleidoscopio de los sucesosinmediatos al crimen vino a embrollar defini-tivamente todo el asunto. Antes de que se hu-biera presentado oficialmente contra Oswaldla acusación por el asesinato que se le impu-taba, a él mismo le dio muerte el gángsterJack «Ruby», dueño de un club nocturno. Lascircunstancias en que se perpetró este nuevohomicidio se desarrollaron ante los ojos demuchas personas, que pudieron ver cómo lapolicía de Dallas había organizado el trasladode Oswald a la cárcel. Todo se desarrolló conarreglo al plan concebido: Oswald fue muertoy calló para siempre.

Existía, por lo visto, el peligro de que Os-wald dijese ante el tribunal los nombres de losverdaderos responsables del asesinato del Pre-sidente. No en vano en cuanto murió Oswald,el jefe de policía de Dallas anunció gozoso alos enviados de la prensa, la televisión y la ra-dio: «Señores, todo ha concluido». El inusitadoapresuramiento de las autoridades tejanas pa-ra cancelar el crimen había sido calculado deantemano. Era una burda tentativa más para«•ncubrir a los auténticos culpables, un intentodo impedir que se esclarecieran las circunstan-

cias determinantes del asesinato y fuesen des-enmascaradas las fuerzas responsables de suconsumación.

La investigación sucesiva del crimen, llevadaa efecto por las autoridades federales de Es-tados Unidos, ha mostrado que Oswald era unanticomunista. Los comunistas de EE. UU. handeclarado en forma categórica que Lee Os-wald no fue nunc ,a miembro del PartidoComunista y que no tenía a b s o l u t a m e n -te n a d a id e c o m ú n con el comunis-mo. Al mismo tiempo que exigían una investi-gación exhaustiva de todas las circunstanciasque habían concurrido en este infame asesi-nato, señalaban el deletéreo clima de cuyacreación son responsables los ultras.

En su deliberación, el Partido Comunista deEE. UU. ha subrayado que «tales actos deviolencia y de terror son diametralmente opues-tos a la política y al programa del PartidoComunista». En la declaración se dice tam-bién que nadie de los que propugnan o prac-tican actos de terror y de violencia puede sermiembro del Partido Comunista. En los mo-mentos de conmoción y de tristeza, los comu-nistas de EE. UU. hacían este llamamiento:«¡Defended a Norteamérica! ¡Castigad a losasesinos! ¡Unios en bien de la democracia!»Con estas exhortaciones expresaban los senti-mientos patrióticos, democráticos y humanosdel pueblo norteamericano.

Por supuesto, los comunistas no sobrestimanla política del finado Presidente. Señalan suinconsecuencia, su contradictoriedad, sus con-cesiones a la presión de las fuerzas reacciona-rias. Sin embargo, Kennedy se caracterizaba,en un grado mucho mayor que sus antecesoresde la postguerra, por un enfoque sensato yrealista de la solución de los problemas inter-nacionales en litigio; comprendía, aunque nosiempre con claridad, la necesidad de la co-existencia pacífica, de la colaboración pacíficaentre los Estados de distinto régimen social.Lo principal es que John Kennedy se daba per-fecta cuenta de que una guerra termonuclearmundial era absurda y funesta. De ahí quediera ciertos pasos y realizara algunas accio-nes políticas orientados hacia la distensión in-ternacional. La medida más efectiva en estadirección fue, sin duda, la firma del Tratadosobre la prohibición de las pruebas nuclearesen tres medios. Al pronunciarse en apoyo deeste tratado, Kennedy declaró que el mismo«evitaba la expansión de las armas nuclearesa otros países y que, por tanto, infundía es-peranzas en la creación de una comunidadmundial más pacífica y sólida».

Los frenéticos de Norteamérica y los magna-tes del gran business, que atacaban con furorla política exterior del joven Presidente, nocomprendían que él no era sino un clarividen-te defensor del régimen capitalista, un calcula-dor y sensato mandatario de la clase gober-nante de su país. En sus ataques al Presiden-te, los frenéticos y los ultras formaban bloque -con los racistas sureños, que no podían per-

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donar a Kennedy sus muy modestos planespara aliviar la suerte de la minoría negra enNorteamérica y su propósito de hacer aprobaren el Congreso la ley de derechos civiles.

En la creación de un clima hostil en tornoal Presidente Kennedy desempeñaron gran pa-pel algunas agrupaciones monopolistas, a lasque inquieta la posibilidad de restricciones enla carrera armamentista por efecto de la dis-tensión internacional.

Tampoco fue escogido casualmente el mo-mento del asesinato. Se aproximan las elec-ciones de un nuevo Presidente, y las probabi-lidades de Kennedy eran bastante considera-bles. En cambio, en las filas de sus adversa-rios se libraba una lucha encarnizada paraelegir el candidato capaz de enfrentarse a JohnKennedy.

Los ultras no podían resignarse a la pers-pectiva de ver Presidente a Kennedy cincoaños más. Incluso los tímidos pasos adelantedel Gobierno de Kennedy eran inaceptablespara estos apóstoles de la reacción y de laguerra. Se opusieron obstinadamente al Tra-tado de Moscú sobre la proscripción parcial delas pruebas nucleares e hicieron todo lo posi-ble para impedir su ratificación por el Sena-do. Han combatido con rigor la limitada leyde derechos civiles, firmemente dispuestos aestorbar incluso un lento proceso de nivelaciónde los derechos de los. blancos y los negros.ILos ultras se resistían a toda concesión a laclase obrera, a toda medida de asistencia so-cial. Luchaban contra la ampliación del co-mercio con la Unión Soviética y otros paísessocialistas. Les asustaba la tendencia hacia ladistensión internacional y el debilitamiento dela guerra fría, hacia el arreglo negociado delos problemas en litigio. Les dolía en el almael desarrollo de los intercambios culturales ycientícos con la Unión Soviética y otros paí-ses socialistas. Les exasperaba todo paso en-caminado hacia el desarme.

El asesinato de John Kennedy ha puerto aldesnudo ante todo el mundo el trágico cuadrode descomposición y decadencia de la sociedadnorteamericana, de la clase gobernante enEE. UU. Ha sido, pues, la atmósfera de vio-lencia y de amenazas creada por los frenéticosla que, quiérase o no, instigó al asesino y lemovió a disparar sus balas.

Estados Unidos han alcanzado un nivel re-lativamente alto de producción por habitante.Pero esto no ha resuelto el problema del de-sarrollo de la persona humana, los problemasde la libertad y de la moral del individuo.Sucede precisamente todo lo contrario. EnEE.UU. se atraviesa una profunda crisis enel terreno de la ideología y de la valoracióndel hombre. La avidez de ganancias nubla to-das las mentes y mueve las pasiones. El am-biente de bandolerismo y de crimen y la his-teria anticomunista, antinegra y militarista

emponzoña el aire que respira la gente. Estediabólico clima lo promueven las fuerzas queforman el llamado «complejo industrial-béli-co». De esas fuerzas habló más de una vezJohn Kennedy.

Martin Luther King, uno de los dirigentesmás destacados de la «revolución negra de1963», ha dicho con gran acierto:

«Para ver el futuro es. necesario conocer elpasado. El asesinato del presidente, sin entraren el exacto esclarecimiento de la identidaddel homicida, se ha cometido en una situa-ción en que en nuestro país vienen aumentan-do a lo largo de los últimos años los actosde violencia y de odio.

Hemos sido testigos de cómo en las iglesiasse mataba a niños, de cómo se asesinaba porla espalda a hombres, en circunstancias muyparecidas, por cierto, a las de la muerte delpresidente Kennedy. De ahí surge una conclu-sión inevitable: nos hallamos ante una enfer-medad social que, si no fijamos la atenciónen ella o la dejamos avanzar, como ha ocu-rrido, llevará en germen un mortal peligro».

Se sobreentiende que en Norteamérica nosólo hay gangsters, racistas y maníacos ató-micos. La inmensa mayoría del pueblo norte-americano desea la paz, la justicia y la de-mocracia. Se enorgullece de sus institucionesy tradiciones democráticas. La desesperacióny el rencor de los ultras, y sus partidarios re-flejan el miedo de la reacción ante el crecien-te vigor de las fuerzas pacíficas y democrá-ticas de Estados Unidos. Este vigor se ponede manifiesto en los variados combates sos-tenidos en distintos frentes, en la luc,ha porlos derechos civiles, por el trabajo y por lapaz.

El pueblo norteamericano reclama que elejército de EE.UU. abandone Vietnam Meri-dional. Desea el establecimiento de relacionesnormales con Cuba, la ampliación del comer-cio con los países socialistas, el mejoramientode la asistencia social, mayores posibilidadesde instrucción para la juventud, etc. En todasestas reivindicaciones se advierte la presenciade las sanas fuerzas democráticas de Norte-américa.

Los norteamericanos formarán juicio sobreel nuevo presidente por su actitud hacia lasaspiraciones del pueblo y presionarán sobre suGobierno, como presionaron sobre el GobiernoKennedy, para que no ceda ante las amena-zas y las violencias de los ultras. Saludaráncada paso por el camino de la paz y de lademocracia. En su claro llamamiento «¡De-fended a Norteamérica! ¡Castigad a los cul-pables! ¡Unios en bien de la democracia!», loscomunistas de EE.UU. han marcado la orien-tación y la línea política que deberán seguirseahora y en el futuro próximo.

J. THOMA&

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Lo que ha demostrado la Conferenciade los laboristas

Del 30 de septiembre al 4 de octubre se reunióen Scarborough la Conferencia Anual del Par-tido Laborista, a la que asistieron 1.200 de-legados de los sindicatos, de los comités sec-toriales, regionales y territoriales del partidoy de otros organismos afiliados, como la So-ciedad Fabiana, que apoyan los fines y obje-tivos del Partido Laborista.

La Conferencia seNUEVO AMBIENTE celebró en unosEN UNA NUEVA momentos en queSITUACIÓN se habían produ-

cido importantescambios en el frente político.

Los doce años de Gobierno conservador hanllevado al país a un estancamiento económico.La desocupación ha llegado a su máximo ni-vel desde los años 30. La política de guerra fríaha exigido enormes gastos militares que han in-ferido un grave daño al país. Pese a las loasde los conservadores, la «fuerza nuclear inde-pendiente de disuación» no es más que un mi-to. Inglaterra sigue sometida a una humillan-te dependencia de Estados Unidos.

Las crecientes dificultades para la mayoríade la población, el bajo nivel de los salariosy de las pensiones, la amenaza cada vez máspalpable de la automatización, generadora deldesempleo y que afecta no sólo a los obrerosindustriales, sino también a los «cuellos blan-cos» —empleados y profesionales—, la subidade los alquileres y la escasez de viviendas sonotros tantos factores que han enfrentado a lamayoría del pueblo con el Gobierno conserva-dor. Así lo han evidenciado en repetidas oca-siones las elecciones parciales y las distintasconsultas a la opinión pública. La desilusióny el disgusto se han apoderado también delas capas medias de la población, que veníanconstituyendo el apoyo tradicional de los con-servadores. [Aunque estas capas, según handemostrado varias elecciones parciales de losúltimos tiempos, se han inclinado hacia losliberales y no hacia los laboristas].

Pero ante todo y sobre todo hay un nuevoelemento sumamente esperanzador. Nos refe-rimos a los cambios operados en la situacióninternacional. Ha sido concluido el Tratadosobre la prohibición parcial de lasi pruebasnucleares. La primera brecha, aunque sea pe-queña, ha sido abierta en el muro de la gue-rra fría.

Las probabilidades de los laboristas de en-cabezar el futuro Gobierno son en los mo-mentos actuales excepcionalmente favorables.Esta seguridad constituyó el elemento domi-nante en la Conferencia. La nueva situacióny las perspectivas del triunfo electoral hanprovocado una doble reacción en el movimien-to laborista. Por un lado, una militancia más

elevada y una mayor conciencia de clase, cla-ramente manifestadas en el Congreso de lasTrade Unions, que se reunió poco antes de laConferencia. Los delegados se negaron a apro-bar la resolución oficial en apoyo de la con-gelación de los salarios. Se aprobó en cambiola resolución propuesta por Ted Hill, líder delSindicato de Caldereros, en la que se conde-naba la congelación de salarios. El Congresoadoptó, además, varias resoluciones propug-nando la nacionalización del transporte porcarretera, de las industrias de aviación, delacero, de construcciones navales, material eléc-trico y del automóvil. Una moción sobre lasemana laboral de 40 horas —vieja reivindi-cación de la clase obrera inglesa— fue acogi-da con un «sí» tan unánime que no hubo ne-cesidad de recurrir a la votación.

Pero la perspectiva de las elecciones —ydel triunfo en ellas— dio lugar a otras acti-tudes, en cierto modo peligrosas. Nos referi-mos al movimiento casi instintivo de «cerrarfilas» ante el contraataque de la clase gober-nante en las elecciones generales. Si el mo-vimiento obrero ha de luchar, debe hacerlounido, estrechando filas. Tal ha sido siemprela actitud de la clase obrera, actitud que seha acentuado ahora con la proximidad de laselecciones¡. Harold Wilson y los demás lídereshacen continuos llamamientos a la unidad sobrela base de su línea política. Acudir a las elec-ciones generales con las filas divididas, ponerde manifiesto la existencia de discrepanciasen el partido, sobre todo en cuestiones tanimportantes como los problemas internacio-nales y la defensa del país, significaría, dicen,buscar a ciencia cierta una desgracia y con-vertir en derrota una victoria segura.

Se comprende que la dirección del partidohaya adoptado esta actitud. Pero este llama-miento fue apoyado también por el grupo«Victoria para el Socialismo», el más impor*tante del ala izquierda laborista y el que lle-vó el peso de la lucha contra Gaitskell. Laizquierda ha exhortado a los obreros a nocrearle obstáculos a Wilson y dejar para desi-pués de las elecciones generales las discusio-nes sobre la política del Gobierno laborista,Se ha dado a entender a los obreros: que loverdaderamente importante ahora no son es-tos problemas, sino la obtención de una ma-yoría laborista en las elecciones generales.

Todo esto ha dado ímpetu al movimiento deunidad en torno de una política discutible.

Con el fin de señalar los peligros/ de talactitud, John Gollan invitó a los obreros, ennombre del Partido Comunista, a reconsiderarla situación. Después de señalar que la victo-ria de los laboristas en las próxima» eleccio-nes tiene, en efecto, extraordinaria importan-cia, Gollan mostró las peligrosas consecuen-

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cias que sobrevendrían si los laboristas obtu-viesen la mayoría en el Parlamento sobre labase de una política errónea y unos principiosequivocados. El abandono, en nombre de launidad, de la lucha de principios por una lí-nea política correcta equivale a «causar ungrave daño a todo el porvenir del movimien-to obrero», dijo Gollan. Y advirtió tambiénque la renuncia a la lucha por una políticacorrecta robustecería las posiciones del aladerecha. Los acontecimientos han venido ademostrar que tenía razón. Desde el comienzomismo de la Conferencia, la dirección se de-dicó a ejercer presión sobre el curso de losdebates. Su llamamiento «No volquéis el bote»se convirtió en el s l ogan de la Conferencia.

Es ya tradicióndel Partido La-

POLITICA EXTERIOR borista celebrar laY DEFENSA DEL, PAÍS víspera de la

Conferencia unmitin con participación de los delegados, enél cual el líder del partido pronuncia un dis-curso que «marca la tónica». Wilson insistióesta vez en los problemas de la política exte-rior y de la defensa. En la mes¡a presidencialaparecía Willy Brandt, como símbolo del pro-ceso de unificación de la socialdemocracia eu-ropea y de que está en marcha lo que a juiciode Wilson es la creación de una Europa so-cialdemócrata.

Harold Wilson trata de ganar al PartidoSocialdemócrata Alemán para las concepcio-nes laboristas, particularmente en lo que serefiere el reconocimiento de facto de la Re-pública Democrática Alemana y en orden acrear en el «clima tan tenso de Europa Cen-tral» una zona desnuclearizada y áreas dedesarme controlado. Su opinión es que, «si nose producen cambios en la correlación de fuer-zas entre el Este y el Oeste», tales medidas«aliviarían considerablemente la tensión enesta parte del mundo... y contribuirían acrear condiciones favorables para la forma-ción de una Alemania democrática unida».

Harold Wilson aparece más estrechamenteunido al movimiento obrero que su predecesorGaitskell. En la Conferencia respaldó la pro-puesta de prohibir la venta de armas a Áfricadel Sur, propuesta que fue recogida en la co-rrespondiente resolución. Wilson apoya la lu-cha del pueblo español y quiere que la Repú-blica Popular China esté representada en laOrganización de las Naciones Unidas. A jui-cio suyo, «un programa dinámico e imagina-tivo de comercio entre el Este y el Oeste po-dría ser una poderosa ayuda para la paz».Todo esto, en efecto, es propugnado por él.Pero hay en su política otra faceta.

En la Conferencia anunció su propósito deseguir la línea general de política exteriorsentada por Gaitskell, aunque su interpreta-ción de ciertos aspectos de dicha política seadistinta.

Wilson no quiere la diseminación de las ar-mas nucleares y se opone a que Inglaterratenga un arma nuclear «independiente». Man-tiene el criterio de que debe dejarse a Esta-dos Unidos el monopolio y la dirección de la

política nuclear, incluyendo las bases atómi-cas en Inglaterra. También considera que Ale-mania Occidental debe tener los mismos de-rechos que los demás miembros de la OTANal decidir las cuestiones de la política nuclear,pero a condición de que el Gobierno norte-americano ejerza el control de todas las ar-mas nucleares.

En este punto, Wilson ha modificado cla-ramente y en forma sustancial su actitud ha-cia Alemania Occidental. En el curso de dosdebates celebrados por el Parlamento en 1963,declaró «oponerse total, resuelta e inequívoca-mente y en todas las circunstancias a cual-quier sugestión de que Alemania Occidentalu Oriental pueda, directa o indirectamente, po-ner el dedo en el gatillo de las armas nu-cleares o tener alguna responsabilidad, direc-ta o i n d i r e c t a , en la decisión de empleardichas armas». Pero en su discurso la vísperade la Conferencia ya no mencionó la respon-sabilidad « i n d i r e c t a » , refiriéndose tansólo a que «el hecho de dotar a Alemania deun poder nuclear independiente» sería un acto«irreversible». No habló para nada del con-trol «indirecto».

Cabe señalar que, después de la aperturade la Conferencia, la presidencia trató de evi-tar a todo trance los debates sobre cuestionesde política internacional y defensa. En lugarde las 26 resoluciones sobre estos problemasenviadas a la Conferencia se elaboraron eincluyeron en la agenda tres «resoluciones su-marias», después de una larga discusión delComité Organizador de la Conferencia con losdelegados de las organizaciones autoras delas resoluciones. Pero al empezar la Confe-rencia, el presidente de dicho Comité anunciótranquilamente que en vista de la falta detiempo las resoluciones no serían sometidasa debate, que estos problemas habían sidodiscutidos repetidas veces en estos últimosaños y que en el mundo no había ocurrido na-da nuevo que hiciese necesario el debate entorno a los mismos.

Igual actitud fue adoptada ante la resolu-ción sobre las nacionalizaciones. Este era otroproblema que podía haber dividido a la Con-ferencia, por lo que el Comité Organizador senegó a conceder tiempo para su discusión. Lanacionalización, dijo el presidente, ha sidodiscutida muchosi años y ya «existe un pro-grama de acición». ¿Para qué gastar más tiem-po en tan «espinoso problema»?

Varios delegados pidieron a la Conferenciaque rechazara estas propuestas, pero sus es-fuerzos» resultaron vanos. No consiguieron elapoyo de ninguno de los líderes de los gran-des sindicatos, tales como Frank Cousins, cu-yos votos juegan el papel decisivo en la Con-ferencia. En consecuencia fue aprobada poraplastante mayoría la propuesta de no discu-tir las nacionalizaciones, la política exteriorni los problemas de la defensa.

Algunos delegados hablaron de contradiccio-nes en la posición de Wilson ante estas cues-tiones. Sus repetidos llamamientos a la crea-ción de una zona desnuclearizada en Europay al reconocimiento de facto de la RDA con-

NUESTROS COMENTARIOS 65

cuerdan mal con su apoyo al fortalecimientode la OTAN. Wilson habla de la necesidad deexplorar las posibilidades de una negociaciónfructífera con la URSS sobre el desarme con-trolado, diciendo que la Unión Soviética deseala coexistencia pacífica y que es preciso apro-vechar las nuevasi posibilidades que ofrece elTratado sobre la prohibición de los ensayosnucleares. Pero a renglón seguido apoya elpunto de vista oficial de los conservadores,según el cual «no debemos bajar la guardia»,sino procurar la reorganización de la OTANpara hacerla mási eficaz.

Estas contradicciones tienen su razón deser. Ante el eje Bonn-París con exclusión dela Gran Bretaña, ante la incesante presióneconómica y política de Estados Unidos, antela agravación de los problemas económicosresultantes de la política de guerra fría, cadavez es más apremiante la necesidad de llegara acuerdos con la URSS e incrementar el co-mercio con ella. Por eso, es de esperar queWilson desarrolle los aspectos positivos de suenfoque de los problemas internacionales.

Mas, por otra parte, si los laboristas siguenencadenados a la estrategia nuclear de laOTAN y a su política de guerra fría, defen-dida por George Brown y otros líderes del aladerecha del Partido Laborista, ello pondrá enpeligro la existencia de esa magnífica socie-dad basada en la ciencia, cuyos perfiles fuerontrazados ante la Conferencia con tanta bri-llantez por Harold Wilson. Si los laboristasno renuncian a la política bipartidista en lascuestiones internacionales y de la defensa,sustituyéndola por una política propia de paz,que acabe con la subordinación a los EstadosUnidos, con las bases de submarinos equipa-dos con cohetes Polaris y otras bases norte-americanas; si no renuncian a las armas nu-cleares, todos sus planes de progreso de In-glaterra bajo un Gobierno laborista no val-drán lo que el papel en que han sido escritos.

En cuanto lapresidencia pudo

OTROS PROBLEMAS controlar la Con-ferencia, lo de-

más fue coser y cantar. Los delegados se de-jaron apartar del debate sobre la nacionaliza-ción de las industrias básicas, aceptando lapromesa de Wilson de que serán nacionaliza-das la industria del acero y el transporte poragua y por carretera, aunque no precisó enqué condiciones. La exigencia de que fueranacionalizada la industria de la construcciónfue rechazada, lo mismo que la nacionaliza-ción de la tierra.

Algunos delegados de base abogaron va-lientemente por una política más activa, poruna política de la clase obrera. Exigieron elcierre de las escuelas «públicas», que son enrealidad escuelas privadas para los ricos, einstaron a realizar reformas radicales en laprevisión social. Pero sus proposiciones fueronrechazadas.

Los principales debates giraron en torno delproblema de la planificación, comprendida la«política de ingresos». A pesar de que, comohemos dicho ya, el Congreso de las Trade

5—N. Época

Unions se negó a apoyar la política de con-gelación de salarios, también aquí ejerció suinfluencia el Comité Ejecutivo Nacional. LaConferencia aprobó una política que, de he-cho, supone un apoyo a la congelación de sa-larios. Para dorar la pildora, Frank Cousinspropuso para esta política el nombre de «cre-cimiento planificado de los salarios». La «po-lítica de ingresos» de los laboristas compren-derá «el control de salarios y sueldos, de losdividendos, de los beneficios [incluyendo losde carácter especulativo] y de los subsidiosde la seguridad social».

Pero los delegados señalaron que no secomprendía cómo iban a ser controlados losdividendos en una economía capitalista. J. Ca-llaghan, que habló en nombre del Comité Eje-cutivo Nacional, ni siquiera trató de respondera esta pregunta, pero aceptó que los benefi-cios y los dividendos eran «muy difíciles» decontrolar, y dijo que «los laboristas 110 sabíanaún cómo habría de ejercerse dicho control».

La incapacidad de los laboristas para con-trolar los dividendos fue señalada también porTed Hill, quien dijo que ningún Gobierno la-borista podrá tener éxito a menos que defien-da los salarios y las pensiones. Manifestó quesólo prestará su apoyo a una «política de in-gresos» que abarque a todos los tipos de in-gresos. Y añadió: «Si no podéis congelar losdividendos, no habléis de congelar los sa-larios».

Pese a todas lasmaniobras y a

PERSPECTIVAS los intentos deDEL MOVIMIENTO bloquear la dis-LABORISTA cusión de tantos

y tan importan-tes problemas, en la Conferencia de Scarbo-rough volvieron a tener brillante confirma-ción las aspiraciones socialistas de los traba-jadores ingleses. Ha sido este ardiente deseode convertir a Inglaterra en un país socialis-ta el que impulsó a los delegados a aceptarlas posiciones de la dirección sin las protes-tas habituales. La base quiere la derrota yla eliminación de los conservadores y harátodo cuanto sea preciso para conseguirlo. Ac-tualmente, cuando, después de doce años deoposición, el objetivo parece estar al alcan-ce de la mano, no quiere que ningún obs-táculo se alce en su camino.

Esta es la razón de la impaciencia mani-festada por los delegados frente a quienesplanteaban cuestiones de orden o insistían enun esclarecimiento de la línea política, Creíansinceramente que la discusión de talescuestiones llevaría la división al seno de laConferencia, por lo que tal debate deberíaser pospuesto para después de la derrota delos conservadores, para cuando los laboristasestén en el Poder. Las filas deben mantener-se unidas para derrotar al atrincherado ene-migo tory, Las discusiones deben aplazarsepara después de la victoria. Sostenerlas an-tes de la bátala sería debilitar las fuerzaspropias.

Los delegados ardían en deseos de retornarcuanto antes a sus lugares de origen e ini-

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66 NUESTROS COMENTARIOS

ciar la edificación de los cimientos de esanueva Inglaterra. ¿Para qué perder el tiem-po en discusiones!? Llevan discutiendo desde1959. Ahora Wilson ha conseguido establecerla unidad. Los delegados tienen confianza enél y lo aceptan como jamás aceptaron aGaitskell. ¡Adelante, pues, hacia la victoria yel socialismo!

«Un rasgo extraordinario de esta Conferen-cia —escribía uno de los periódicos burguesesingleses— es el entusiasmo por los principiossocialistas. Parece ser que Hugh Gaitskellluchó en vano por hacer más moderadas lasconcepciones de los delegados». Nada máscierto podía haberse dicho de la Conferencia.Los delegados aclamaron cualquier discursocombativo en favor del socialismo. Silencio-sos y molestos ante las soflamas de los dere-chistas, acogían con clamorosos aplausos laspalabras de los representantes del ala izquier-da que exhortaban a luchar contra el capi-talismo.

Cuando subió a la tribuna un pensionistade 78 años y lanzó un apasionado llama-miento a combatir por una Inglaterra socia-lista, todos los delegados puestos en pie le tri-butaron una cálida ovación, «¡He luchado to-da mi vida —dijo-— y antes de morir quierover a Inglaterra socialista!...» «¿Por quénosotros, los/ viejos, no hemos de poder vivirbajo el socialismo como vosotros, los jóve-nes?» Y terminó diciendo: «Un Gobierno la-borista habrá de ser un Gobierno socialista ono será nada».

La presente situación brinda a los laboris-tas posibilidades excepcionales de triunfar enlas elecciones. La renuncia de Macmillan y laforma en que Home ha sido impuesto al paísno han hecho más que aumentar sus pro-babilidades.

La apremiante demanda de la hora actuales. el cese de la guerra fría y la supresión delas armas nucleares. Ahora existe la posibi-lidad real de avanzar por la senda que haabierto el Tratado de interdicción de laspruebas nucleares, la posibilidad de asegurarla coexistencia pacífica de los países de dife-rente régimen social, con un gradual y ex-tenso entendimiento entre el Este y el Oestey una nueva política en el comercio mundialbasada en dicho entendimiento. La alianza yla amistad con los países recién liberados dela dependencia colonial constituye tambiénuna urgente necesidad, claramente reconocidapor la Conferencia.

El pueblo necesita hoy, más que nunca, unapolítica verdaderamente nueva, análoga a laya propuesta por el Partido Comunista. Lalucha en pro de la alternativa representadapor una política eficaz responde a las exigen-cias y los sentimientos de la hora actual.Elévase el nivel de conciencia de la clase

obrera, aumenta su combatividad. Como lohan demostrado las elecciones en Francia eItalia, en la Europa Continental crecen tam-bién los sentimientos genuinamente unitariosentre los obreros, y las fuerzas democráticas.

El ascenso del movimiento de liberaciónnacional acrecienta la combatividad de lasfuerzas de izquierda. El poderío del mundosocialista ejerce una influencia cada vez másintensa sobre las masas populares.

El programa propuesto como alternativapor el Partido Comunista subraya que la ba-se objetiva de la desigualdad entre las cla-ses, del estancamiento relativo de la indus-tria, de la falta de planificación y del caoseconómico es el dominio de 500 monopolios in-gleses. Si no son nacionalizados seguirán do-minando en la vida económica y política delpaís con los laboristas, como han venido ha-ciéndolo con los conservadores. De ahí quepara alcanzar incluso los limitados objetivosde política interior planteados en la Confe-rencia, y en particular para poner en prácti-ca una auténtica y amplia planificación, seapreciso quebrar el poder de los monopolios yllevar a cabo una nacionalización en vastaescala.

Las resoluciones aprobadas por el Congre-so de las Trade Unions darán evidentementeun impulso aún mayor a las acciones de laclase obrera. Esta no ha rechazado la polí-tica de congelación de salarios en el Congre-go de las Trade Unions para aceptarla en laConferencia laborista, cualquiera que sea elnombre que se le ponga. La clase obrera notiene la intención de permanecer pasiva anteel creciente peligro que representan los gran-des monoplios con su política de automatiza-ción y de despidos en masa.

Los comunistas comparten con los delega-dos a la Conferencia de Scarborough la ideade que el objetivo supremo del momento esapartar a los conservadores del Poder. Lasiguiente etapa práctica en la lucha es laconstitución de un Gobierno laborista, aunqueno menos importante es la política que esteGobierno haya de aplicar. La propugnada porel ala derecha no puede ser jamás la basedel éxito de un Gobierno laborista. Si los la-boristas se proponen ser reelegidos para unnuevo quinquenio cuando terminen los cincoaños de su próximo ejercicio del Poder, de-ben comprender que la aplicación de la polí-tica derechista no les brindará probabilidadesde éxito. La experiencia de 1945-1951 ha sidobien elocuente a este respecto.

Para asegurar el triunfo sobre los conser-vadores en las elecciones se requiere el refor-zamiento de todas las formas de la l u c h ade m a s a s y una c a m p a ñ a n a c i o n a lp a r a a p a r t a r a los. t o r i e s del Po-d e r . Esto y la atracción ejercida por unapolítica que constituya una auténtica alterna-tiva serán las condiciones para que la victo-ria en las próximas elecciones marque un vi-raje en la evolución política de Inglaterra.

H. FAGAN

La voz de un continente en pie

En la sesión del Consejo Mundial de la Paz celebrada en Varsovia del 28 de noviembre ai2 de diciembre de 1963, un corresponsal de REVISTA INTERNACIONAL se* entrevistó con M a r * . ,c e l i n o Dos S a n t o s , caracterizada personalidad del movimiento de liberación nacio-nal de las colonias portuguesas, secretario de relaciones exteriores del Frente de Liberaciónde Mozambique. Dos Santos habló de la aportación que hace el movimiento de liberación na-cional de África a la lucha por la paz, por !«a coexistencia pacífica, por el desarme general ycompleto.

A continuación insertamos un extracto de esta entrevista.

L¿OS PUEBLOS de África han entrado enla etapa culminante de la lucha por la libe-ración nacional. En el continente aumentasin cesar el número de Estados independien-tes. El imperialismo se ve obligado a cederuna posición tras otra, aunque no está dis-puesto a capitular de manera total, y contodas sus energías y todos sus medios tratade mantenerse en el continente africano.

Entre los imperialistas más «recalcitrantes»figuran los colonialistas portugueses, Utilizan-do los métodos de opresión más bárbaros,apoyados en las bayonetas y en las bombasde napalm, mantienen bajo su férula a másde 11 millones de africanos que viven en An-gola, Mozambique, la llamada Guinea Portu-guesa, las islas de Cabo Verde, Santo Toméy Príncipe.

Citemos algunos hechos que caracterizan labarbarie de los colonialistas portugueses.

En la isla de Santo Tomé, cuya poblacióntotal no pasa de 60.000 habitantes, cerca demil patriotas fueron muertos por negarse arealizar trabajos forzados.

En 1959, más de 50 portuarios fueron ase-sinados en la Guinea Portuguesa por haberreivindicado aumento de su mísero salario.

Bajo las balas de los destacamentos repre-sivos portugueses sucumbieron centenares decampesinos de la región de Mueda [Mozambi-que! por haber exigido que se les concedierael derecho a cultivar sus propias tierras.

En julio de 1960, varios centenares de pa-triotas fueron masacrados en Angola por re-clamar la libertad de uno de los líderes delmovimiento de emancipación nacional que seencontraba ilegalmente detenido.

Sólo en un breve período —de febrero ajunio de 1961—, la agresiva guerra colonial

en Angola, que todavía continúa, segó másde 50.000 vidas humanas.

Los hechos demuestran que el colonialismoportugués no está solo, que cuenta con pode-rosos aliados. Portugal lleva a cabo una po-lítica represiva contra nuestros pueblos conel apoyo de los países de la OTAN. Y no escasual que representantes de algunas poten-cias occidentales consideraran necesario expre-sar su aprobación al discurso pronunciado porel dictador Salazar en agosto de 1963, en elque ensalzó la política colonial portuguesa.

Aunque de palabra manifiestan estar deacuerdo con el derecho de autodeterminaciónde los pueblos coloniales africanos, potenciasoccidentales como Estados Unidos, Inglate-rra, Francia y Alemania Occidental susten-tan en la práctica posiciones que muestranpalpablemente su complicidad con la políticade opresión que el Gobierno portugués aplicaen África.

En lugar de emprender acciones positivasen apoyo de los pueblos que luchan por suemancipación, los Estados Unidos, Inglaterray Francia se encubren con bellas palabras.Consideramos que la posición de las poten-cias occidentales es amoral. No podemos to-lerar que en nuestros días algunos gobiernosrecurran a toda clase de argucias para de-fender un sistema tan antidemocrático comoel régimen colonial de Portugal. Ha llegadola hora de que las potencias occidentales eli-jan entre la amistad con nuestros pueblos yel apoyo al Gobierno fascista portugués.

Es evidente que el imperialismo mundial ensu conjunto se interpone en el camino denuestra libertad. La OTAN suministra armasa Portugal para la guerra en Angola. Lasbombas de napalm que utilizan los destaca-

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68 NUESTRAS ENTREVISTAS

mentos punitivos en la Guinea Portuguesa,llevan la marca «made in USA». La OTANayuda a Portugal a construir aeródromos mi-litares en Mozambique.

La lucha contra el colonialismo y el impe-rialismo es para nuestros pueblos una nece-sidad históric¡a. La experiencia de esta justay noble lucha muestra que en las condicionesactuales el colonialismo portugués puede seren definitiva derrotado únicamente con lasarmas. En el transcurso de la larga nochecolonial, repetidlas veces y en las más diver-sas formas hemos expresado nuestro des-acuerdo con el dominio extranjero. Ahora,pasando a través de la etapa de la resisten-cia pasiva, hemos iniciado un combate deci-sivo para derrocar el yugo portugués.

El objetivo que nos planteamos es destruirtotalmente las relaciones de tipo colonial, li-quidar la explotación de nuestros pueblos y elsaqueo de nuestros recursos naturales por losmonopolios extranjeros. Queremos ser dueñosde nuestro destino y gozar íntegramente delfruto de nuestro trabajo.

En el transcurso de la lucha hemos hechotodo lo posible para que el conflicto entre laadministración colonial y nuestros pueblos,conflicto cuya solución histórica sólo puedeser alcanzada por nuestros pueblos c,on la in-dependencia nacional, sea resuelto por mediospacíficos, En reiteradas ocasiones hemos in-tentado hacer que el Gobierno portugués en-tablara negociaciones, con la única condiciónprevia de reconocer nuestro derecho a la au-todeterminación y a la independencia nacio-nal. Sin embargo, el régimen fascista colo-nial de Salazar ha demostrado que no es> ca-paz de comprender la realidad de nuestrostiempos, Los colonialistas prefirieron la víasangrienta. Al negarse a reconocer nuestroslegítimos derechos, hicieron inevitable el con-flicto armado.

Algunos se preguntan: ¿Pueden hombres co-mo nosotros, hombres que libran una luchaarmada en sus países, participar en una re-unión que discute problemas de manteni-miento de la paz? A los amigos nuestros quea veces, dudan de la justeza de nuestra pre-sencia en la reunión, debemos responderlesque no conocen suficientemente bien el carác-ter de los problemas concretos de la lucha porla paz en nuestros días.

El quid de la cuestión radica en que, alluchar por la liquidación del colonialismo por-tugués, debilitamos el sistema imperialista.La liberación de pueblos enteros del yugo co-lonial priva al imperialismo de una granfuente de beneficios y por tanto debilita lasfuerzas de la guerra. Luchando por la des-trucción total del colonialismo, nuestros pue-blos cumplen, en las condiciones de hoy, sudeber histórico en el movimiento general detodos los pueblos en defensa de la paz. Así,pues, la lucha contra el colonialismo portu-gués constituye en primer lugar una aporta-ción real nuestra a la causa de la paz.

Sin embargo, esto no significa que estemosal margen de otras formas del movimientopor la paz, de la corriente general de lucha

contra la destructora guerra termonuclear.Comprendemos que en el mundo de hoy, detan impetuoso desarrollo de la ciencia y dela técnica, los medios de exterminio en masahan alcanzado un nivel tan espantoso que suempleo representa una amenaza a la propiaexistencia del género humano. La encarnizadalucha contra el colonialismo, en la que nues-tros pueblos soportan duros sacrificios, es lalucha por una nueva vida, por la paz y lafelicidad. No podemos imaginarnos un futuroluminoso sobre las ruinas de la civilizaciónmundial, en una atmósfera envenenada porlas lluvias radiactivas.

No creemos que una guerra mundial noafectaría a África, y consideramos que la lu-cha por la paz no es un privilegio de la razablanca, amarilla o negra. Estimamos que esuna obra común de toda la humanidad. Poreso los africanos presentes en la sesión deVarsovia votaron unánimemente a favor deldocumento propuesto por la presidencia lla-mando a todos los hombres de buena volun-tad a unirse en la más noble lucha de nues-tro tiempo: la lucha por la paz.

*--»L COLONIALISMO es una fuente perma-nente de guerras injustas, de guerras de

rapiña. Nuestros pueblos son explotados yoprimidos por los imperialistas extranjeros.Mientras exista el yugo foráneo no podremoshablar del establecimiento de una paz firmeen África. Nuestro camino hacia la paz mar-cha inevitablemente a través de la derrotatotal del colonialismo portugués.

Mas al afirmar que los pueblos esclaviza-dos no pueden vivir en paz con los opresores,no negamos en manera alguna la política decoexistencia pacífica en escala mundial. Com-prendemos la política de coexistenca pacíficacomo una forma de lucha de los dos siste-mas sociales y económicos existentes en elmundo: el socialismo y el capitalismo. Estaforma excluye la guerra como medio de so-lucionar las cuestiones litigiosas entre ambossistemas. Sin embargo, de ningún modo con-sideramos la coexistencia pacífica en la are-na internacional como una coexistencia entreoprimidos y opresores.

Algunos identifican erróneamente el mante-nimiento de la paz mundial con las exhorta-ciones a mantener el statu quo. Su concepciónes profundamente equivocada. En efecto, ¿cuá-les son las principales fuerzas que se pro-nuncian hoy por la paz en el mundo entero,por el cese de la guerra fría y por el desar-me general y completo? Son las mismas fuer-zas que marchan en la vanguardia del movi-miento por la transformación revolucionariadel mundo, por la liberación nacional de lospueblos coloniales, por suprimir la explotacióndel hombre por el hombre. En la lucha porla paz se funden en un solo torrente los paísesdel campo socialista, el proletariado interna-cional y el movimiento de liberación nacional.

África tiene hoy planteadas grandes y ur-gentes tareas. Deberá suprimir para siempretodas las formas de colonialismo, alcanzar la

NUESTRAS ENTREVISTAS69

unidad y el auge económico y cultural delcontinente. Mas al resolver esas tareas seríainsensato no pensar en los problemas que in-quietan a la humanidad en su conjunto. Loque sucede en el mundo afecta también di-rectamente a África. No podremos cumplirnuestras tareas internas sin hacer nuestraaportación a la solución |de los problemasmundiales, a la lucha por la coexistencia pa-cífica, por el mantenimiento de la paz univer-sal, por frustrar los criminales planes agre-sivos del imperialismo. La lucha de los pue-blos de África debilita la fuerza del imperia-lismo y le obliga a realizar concesiones, aaceptar la política de coexistencia pacíficaque le es impuesta por el socialismo.

¿Qué reporta la coexistencia pacífica a lospueblos de África? En primer lugar atenúael peligro de guerra termonuclear mundial. Enuna atmósfera de coexistencia pacífica de losdos sistemas y de solución de todas las cues-tiones litigiosas por medios pacíficos se limi-tan sustancialmente lasi posibilidades imperia-listas de desencadenar y hacer las llamadasguerras locales, de sostener una lucha arma-da contra el movimiento de liberación nacio-nal. La coexistencia pacífica sanea la situa-ción internacional, crea condiciones en las quecada agresión y cualquier acto de barbarieo de violencia constituyen una disonanciarespecto al tono general de las relaciones in-ternacionales y originan una viva reacción dela opinión mundial.

La voz de la opinión mundial, la voz de lospueblos es cada día más potente y segura yeso no pueden dejar de tenerlo en cuenta losimperialistas. La salvaje política racista deSalazar llena de ira e indignación a los pue-blos. La cuestión de las colonias portuguesasno desaparece del orden del día de las re-uniones internacionales. Más de una vez hasido discutida en la ONU. Tampoco la ha sos-layado en sus resoluciones la presente sesióndel Consejo Mundial de la Paz, al destacarque un sagrado derecho de nuestros puebloses emanciparse del yugo colonial, condenadopor todo el mundo, y que las acciones delGobierno portugués contra los pueblos afri-canos representan un atentado contra la pazen África y crean un peligro para la paz enel mundo entero.

L' A LUCHA por el desarme general y com-pleto es una parte integrante de la política decoexistencia pacífica. Los conflictos militarescon los colonialistas contribuyen en gran mo-do a que se tenga una idea errónea sobre laimportancia del desarme general y completopara el África combatiente. Los pueblos afri-

canos en lucha saben bien lo que significanlas armas y cuánto trabajo cuesta conseguir-las. Los imperialistas quisieran, naturalmente,que el desarme significara la renuncia de loscombatientes de la libertad a las armas y elmantenimiento de la superioridad militar delos colonialistas, que les permite continuarsojuzgando a los pueblos. Las fuerzas de li-beración nacional y los ejércitos de los nue-vos países independientes sólo poseen una ín-fima parte del potencial militar mundial. Eldesarme general y completo implica en pri-mer término la destrucción de la gigantescamáquina bélica de los Estados altamente des-arrollados.

Las victorias que obtuvo y obtiene el mo-vimiento libertador sobre el imperialismo sonlogradas en unas condiciones de superioridadmilitar del imperialismo sobre los pueblos quetratan de manumitirse del yugo colonial. Es-tas victorias han sido y son determinadas engran medida por la correlación mundial defuerzas, que ha cambiado en favor de la paz,de la libertad y del socialismo. Son determi-nadas por la pujanza de todo el proceso re-volucionario mundial.

En su lucha los pueblos de África cuentanno sólo con sus propias fuerzas, sino tambiéncon el fraternal apoyo de los pueblos de lospaíses socialistas, con la solidaridad de laclase obrera internacional y de los pueblosque en otros continentes están en pie de lu-cha. Todos estos factores contribuyeron altriunfo del heroico pueblo argelino. Estos fac-tores infunden también seguridad en nuestroscorazones, abren la perspectiva de la victoriafinal de los pueblos de las colonias portugue-sas, que en el sentido militar son incompa-rablemente más débiles que el imperialismolusitano, armado hasta los dientes, y que ade-más se apoya en sus aliados de la OTAN.

El triunfo final del movimiento de libera-ción nacional y la liquidación del colonialismoson Inevitables, están predeterminados por lamarcha de la historia. Pero el precio de estetriunfo no sería tan caro y el número de víc-timas del pueblo sería bastante inferior si elimperialismo fuera más débil en el sentidomilitar. Por esta razón, incluso las medidasparciales de reducción de armamentos favo-recen la causa de la liberación de los pueblosafricanos.

En lo que respecta al desarme general ycompleto, significaría en realidad el final delcolonialismo, que siempre se ha mantenido ycontinúa manteniéndose en algunas zonas delmundo, y en particular en nuestros países,sólo y exclusivamente por la fuerza de lasarmas.

Arrancar esas armas de manos de los im-perialistas es facilitar y acelerar la eman-cipación de los pueblos.

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Tribuna de problemas actuales

En torno a la unidad de la clase obreraen los países capitalistas desarrollados

El principal obstáculo para el logro de losobjetivos de la clase obrera de los países ca-pitalistas sigue siendo la división de sus fi-las, La Conferencia de Moscú de representan-tes de los partidos comunistas y obreros[1960] subrayó que los comunistas se pro-nuncian resueltamente por superar esta di-visión. Están firmemente convencidos de quela unidad de acción es la garantía funda-mental para resolver felizmente los proble-mas planteados ante el movimiento obrerode Occidente, es la prenda de nuevas victo-rias de los trabajadores en la lucha por lapaz, la democracia y el socialismo.

Hoy día las condiciones internacionales yel desarrollo interior de los países imperia-listas facilitan nías que nunca los progresosde la unidad de las filas de la clase obrera.Los grandes movimientos masivos de los úl-timos años en Italia, Francia, Japón, Bélgi-ca, Alemania Occidental, España, Finlandiay otros países han denotado el desarrollo denuevos procesos unitarios. Puede decirse queestas acciones, reflejo de la exacerbación deviejos conflictos sociales y de la acumulaciónde otros nuevos, han tenido éxito a medidaque en el curso de la propia lucha de las ma-sas se alcanzaba uno u otro grado de /cola-boración entre los diversos destacamentos delmovimiento obrero.

Los partidos comunistas de los países ca-pitalistas desarrollados han adquirido unacopiosa experiencia de lucha por la unidad,experiencia en la que están expresadas laspeculiaridades concretas del movimiento obre-ro en sus respectivos países. En los mate-riales recibidos en nuestra Redacción se abor-dan diferentes aspectos de esta experiencia,

se hace ver la necesidad del intercambio deinformación sobre las realizaciones y las di-ficultades de la lucha por la unidad y seplantean problemas de principio, trascenden-tales para avanzar por la vía de la unidad,Se trata ante todo de problemas importantesen función de las n u e v a s p o s i b i -l i d a d e s y p e r s p e c t i v a s quese abren en nuestra época para lograr la-'unidad de la clase obrera, de los obs tácu-l o s que entorpecen esta unidad y de la bús-queda d e m e d i o s p a r a f r a n -q u e a r l o s .

Por supuesto, el debate fructífero y efi-ciente en torno a estos problemas requiere laparticipación de representantes de otras ten-dencias del movimiento obrero, entre ellas lasocialdemócrata. Los comunistas, se dice enJa Declaración de 1960, «están dispuestos asostener discusiones con los socialdremóclrkrtas, segures de que es el mejor medio deconfrontar los puntos de vista, las ideas y laexperiencia acumulada, con el fin de acabarcon los prejuicios arraigados, superar la es-cisión entre los trabajadores y establecer lacolaboración».

Al tiempo que publica en este número losmateriales recibidos de Alemania Occidental yde Finlandia1, nuestra Redacción invita alos lectores de REVISTA INTERNACIONALa los activistas de los partidos comunistas yobreros de los sindicatos, a comunistas y nocomunistas, a exponer su opinión sobre losproblemas planteados, Confiamos en que elloservirá de impulso para un ulterior debate,que será una útil aportación al desarrollo dela unidad del movimiento obrero.

LA ACTITUD DE LOS COMUNISTAS DE ALEMANIA OCCIDENTAL

1. Nuevas posibilidades

En Alemania Occidental, el período de de-bilitamiento de la conciencia d9 clase del,proletariado, surgido por -efecto de la prolon-gada coyuntura •económica y del desenfrenodel antioomunismo, del chovinismo y del es-píritu de revancha, está siendo re-emplazado

por un período en el qus los intereses econó-micos, sociales y democráticos de la clase obre-ra, bajo el influjo de la nueva correlación defuerzas en el mundo y de la agravación delas contradicciones de clase, -entran en cho-

1 Los materiales se insertan ¡con ligeras reducciones.

TORNO A LA UNIDAD DE L.A CLASE OBRERA EN LOS PAÍSES CAPITALISTAS DESARROLLADOS 71

que cada vez más violento con el sistema mo-nopolista estatal. Aumenta el interés del pro-letariado por los problemas cardinales del mo-vimiento obrero. Además, gracias a la exis-tencia de la RDA, todo lo relacionado con lalucha por el socialismo y la creación del régi-men socialista es objeto de la lucha políticacotidiana.

Las condiciones interiores en medio de lascuales se desarrolla hoy la lucha de clases dela RFA están determinadas, de un laido, porel dominio de los gigantescos monopolios y delo~: grupos militaristas más reaccionarios yagresivos ,y, de otro lado, por las aspiracio-nes de paz, democracia y seguridad social delpueblo. En el marco de -esta contradicciónexisten crecientes posibilidades de acción con-junta de diferentes clases y capas de la po-blación .

La lucha huelguística de los trabajadoresmetalúrgicos en la primavera de 1963 inauguróuna nueva etapa del movimiento obrero en laRFA. Al mismo tiempo que intensifican lacarrera armamentista y la militarización, loscírculos imperialistas y militaristas intentan—en las condiciones de una agudización de lalucha competitiva en el mercado mundial—descargar el peso de su política sobre lias es-paldas de la clase obrera y obligarla a queacepte el bloqueo de los salarlos. La huelgade los metalúrgicos ha- mostrado que pasaronya los tiempos en que la clase obrera germa-noocoidental podía alcanzar con relativa fa-cilidad victorias económicas. Más ha puestode relieve también la creciente disposición dela clase obrera a defender cus intereses vita-les. Un rasgo distintivo de la huelga fue launidad y el combativo espíritu de cías a de to-dos los que participaron en ella, incluidos losobreros extranjeros.

La profundización de las contradicciones en-tre loo monopolios y las masas populares, quetan bruscamente se puso de manifiesto duran-te la huelga de los metalúrgicos, ha hecho sur-gir ante la clase obrera toda una serie de pro-blemas sustanciales, como son, entre otros, elde la actitud de los sindicatos hacia los mo-nopolios y el aparato estatal da Bonn y el delpapel de los sindicatos en la sociedad. Estosnuevos fenómenos que se producen en la RFAse han visto reflejados, por ejemplo, en la dis-cusión sobre el nuevo programa de la Uniónde Sindicatos Alemanes [USA]. Las organi-zaciones sindicales de base presentaron al Con-greso -extraordinario de la USA [Dusseldorf,noviembre de 1963] más de un millar de pro-puestas y adiciones al proyecto de programa.Ellas acreditan el afán de los activistas sin-dicales por determinar con más precisión lalínea de la lucha antimonopolista de sus or-ganizaciones, por contraponer un programa dereformas democráticas a los planes autorita-rios de los monopolios y por conseguir quelos sindicatos intervengan más enérgicamenteen favor de la política de distensión interna-cional .

El interés general en el mantenimiento dela paz es el principal factor político que agru-

pa a la mayoría de la población de la RFA:a los obreros, campesinos e intelectuales.

Mientras que antes Adenauer y los agresi-vos círculos monopolistas lograban, atizandoel anticomunismo -e invocando la «amenazadel Este», contener la lucha de la clase obreracontra la remilitarización y por el manteni-miento y la garantía de la paz, en el últimotiempo se observa la aparición de nuevos as-pectos en el enfoque de los problemas de laguerra y la paz por la clase obrera. En liga-zón con los esfuerzos internacionales encami-nados a lograr la distensión y el desarme, enel seno del movimiento sindical germano -occidental se ha exigido que también la UFAhaga su aportación a estos esfuerzos. En sudeclaración sobre la situación internacional yen su llamamiento «A todas las personas debuena voluntad», -el VI Congreso de la USA[Hannóver, 1962] reclamó que no sea desecha-do ningún medio para zanjar por vía pacíficalas divergencias existentes. No hay ningúnproblema, se decía en estos documentos, queno pueda ser resuelto mediante negociaciones.La guerra como instrumento de la política notiene razón de ser. En estas exigencias se venreflejados ya ciertos elementos de la políticade coexistencia pacjfica. En ello, pues, hay algonuevo, porque antes el problema del manteni-miento de la paz se planteaba en la mayoríade los casos sólo de una manera general.

El Tratado de Moscú sobre la prohibiciónparcial de las pruebas nucleares ha impelidotambién a la clase obrera germanooccidentala definir su actitud a este propósito. Los sin-dicatos saludaron este tratado y exigieron quelo firmara la RFA. Bajo la presión de todala opinión pública, las esferas gobernantes notuvieron más remedio que hacerlo así. Y aun-que los dirigentes del Partido Comunista deChina afirmen que el tratado condena a lasmasas a la pasividad, nuestra experiencia per-mite demostrar todo lo contrario. El Tratadode Mo~cú ha infundido esperanzas a las masaspopulares de Alemania Occidental. Para laRFA ha tenido, por lo menos, dos efectos: s-eha intensificado 'la acción de las masas y apa-recen más claras las tareas concretas de lalucha por la paz. El Tratado de Moscú es unimportante estímulo para la acción manco-munada de los comunistas, los socialdemócra-tas y los sindicatos en la lucha por la políticade coexistencia pacífica.

El influjo del Tratado de Moscú se mani-fiesta en diversas formas. Constituyen un granpaso adelante el acuerdo del sindicato de tra-bajadores de la industria química condenandoel rearme atómico de la Hundeswehr y el re-suelto apoyo de este sindicato a la marcha dePascua contra el rearme atómico señjaladapara 1964. Esta decisión ayudará a que en lamarcha de Pascua participe una amplia masade miembros de los sindicatos y, como resul-tado de ello, a organizar acciones más inten-sas en la lucha contra el, rearme atómico dela RFA. El año pasado los sindicatos, por vezprimera, también participaron activamente enla organización y celebración de la Jornada

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72 EN TORNO A LA UNIDAD DE LA CLASE OBRERA EN LOS PAÍSES CAPITALISTAS DESARROLLADOS

antibélica, que tuvo lugar -el I9 de septiembre.La falta de claridad en la actitud hacia la

RDA es. la mayor dificultad con que se tro-pieza para seguir robusteciendo y cohesionan-do las fuerzas pacíficas y democráticas. Paranosotros, en Alemania Occidental el aspectomás importante de la nueva correlación mun-dial de fuerzas reside en la existencia de laRDA y en las relaciones entre la clase obrerade la RDA y de la RFA. Hoy el peligro deguerra exige imperiosamente la aplicación deuna política de coexistencia pacífica entre losdos Estados alemanes. La condición funda-mental para que haya paz en Alemania es elreconocimiento de la existencia de dos Esta-dos alemanes y la coexistencia pacífica entreellos. Consideramos que nuestra tarea primor-dial estriba en establecer también en torno aeste problema, y sobre la base de la" decisio-nes de los sindicatos, la colaboración de so-cialdemócratas, comunistas, cristianos y tra-bajadores sin filiación política definida. Enalgunas resoluciones presentadas por las or-ganizaciones de base al Congreso extraordina-rio de la USA se exige enfocar con sentidopráctico el problema de las relaciones entrelos dos Estados alemanes. Por lo tanto, tam-bién en esta cuestión se registran los prime-ros avances en el seno del movimiento sindi-cal.

Vemos, pues, que la existencia de la RDAconfiere un matiz específicamente nacional alos problemas de la unidad de acción de laclase obrera alemana. El Partido Comunistade Alemania se esfuerza por hacer compren-der a Xa clase obrera germanooceidental quela construcción del socialismo en la RDA res-ponde también a sus propios intereses y quela clase obrera de la RDA, que ejerce en ellael Poder, desempeña un papel decisivo en ladeterminación del futuro de toda Alemania.El envío a la RDA de las delegaciones obre-ras más diversas, a fin de que estudien lo quesignifica prácticamente el Poder de los obre-ro y campesinos y la edificación del socialis-mo y puedan persuadirse de que la RDA apli-ca un política de paz, en contraposición a lapolítica agresiva del imperialismo alemán, esuno de los métodos que empleamos para man-tener y reforzar los lazos que unen a toda laclase obrera alemana. A la elaboración de ta-reas combativas conjuntas de toda la claseobrera alemana y a la discusión de las cues-tiones ideológicas contribuyen grandemente lasconferencias de obreros alemanes que se cele-bran en Leipzig dos veces al año durante lasferias de primavera y de otoño.

2. La plataforma de la unidad de acción

La clase obrera tiene una plataforma con-creta para la unidad de acción; las resolucio-nes de la Unión de Sindicatos Alemanes. Enel VI Congreso de la USA triunfaron en por-fiada pugna las fuerzas cuya actitud respectoa muchos problemas contiene importantes ele-mentos de una política obrera y sindical in-

dependiente. Nos referimos a las reivindicacio-nes sindicales orientadas en defensa de la paz,contra el rearme atómico, hacia la garantíade la democracia y de la justicia social, con-tra el peligro de una dictadura, que dimana delas llamadas «leyes de excepción», contra laliquidación de las conquistas sociales y en de-fensa de la independencia del movimiento sin-dical. Esta línea encuentra apoyo ante todo enlos tres principales sindicatos de industriaadheridos a la USA: el sindicato de metalúrgi-cos, el sindicato de trabajadores del transportepúblico y de comunicaciones y el sindicato detrabajadores de las industrias química, pape-lera y de cerámica. Dicha línea se ha vistoexpresada asimismo en el nuevo programa dela USA, aprobado en el Congreso extraordi-nario de Dusseldorf. Las principales reivindi-caciones del programa son de carácter anti-monopolista1 y constituyen importantes puntosde partida para seguir desarrollando una fun-damental crítica de clase del despótico domi-nio de los monopolios.

El programa reitera la necesidad de unadinámica política de salarios. En él se procla-ma como una de las tareas centrales la luchapor la conquista del derecho a participar enla dirección de la economía y de la sociedad.La paz y la democracia son declaradas prin-cipios ineludibles de la política sindical. En lasdiversas partes del, programa figuran nume-rosas reivindicaciones sociales y democráti-cas que los comunistas apoyamos plenamente,como, por ejemplo, las de ocupación completa,derecho al trabajo, inviolabilidad del derechode huelga, libre actividad de los sindicatos, sa-lario igual por igual trabajo, vacaciones re-tribuidas más prolongadas, mejora de las me-didas de protección del trabajo, instrucción es-colar de diez grados, abolición del arbitrajeobligatorio, etc.

También es muy importante la reivindica-ción de que se distribuyan equitativamente losingresos y la propiedad. La USA no sólo pro-pugna la participación de los trabajadores enla riqueza nacional que se crea, sino ademásen la ya existente. El medio para alcanzarloreside en una política dinámica en cuestionessalariales que asegure una mayor participaciónde los obreros y empleados en el producto so-cial. Estas demandas crean grandes posibili-dades para la lucha de la clase obrera pormejores condiciones de existencia y contra elsaqueo del pueblo por los monopolios. Muchasde ellas han sido formuladas bajo la influen-cia de las grandes conquistas de los obrerasy campesinos de la RDA y reflejan el cam-bio operado en la correlación de fuerzas enel mundo y particularmente en Alemania.

Pero debe tenerse en cuenta además la in-fluencia de los líderes de derecha del PartidoSocialdemócrata Alemán y de la USA, que tra-tan de desviar a los sindicatos del cumpli-miento de sus tareas de clase. Las dos líneasexistentes en el movimiento sindical aparecenexpresadas también en el programa de la USA.Ante todo no se ve en él una posición clasic-

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ta respecto al problema de la reunificaciónde Alemania. Exige que se realice el derechodel pueblo alemán a la autodeterminación, sinexplicar qué es la verdadera autodetermina-ción. Como es sabido, los monopolios y el Es-tado monopolista falsifican este concepto, in-terpretándolo como revanchismo y como liqui-dación de la RDA.

En el programa han encontrado eco igual-mente las ideas de los partidarios de la «po-lítica mancomunada» con la Unión Democrá-tica Cristiana y la Unión Social Cristiana yde convertir a los sindicatos en un «factor deorden». El principal portavoz de estas ideases Leber, presidente del sindicato de obrerosde la construcción, canteros y peones en gene-ral. Que el programa obedece a un compro-miso lo demuestra, entre otros, el hecho deque a diferencia del programa de Munich apro-bado en 1949, «expresa su conformidad conlos principios de la economía mercantil y dela concurrencia capitalistas. Las numerosascontradicciones de que adolece el programa re-veilan también que está basado en el compro-miso.

Pero aún tomando en consideración este ca-rácter del programa de la USA puede apre-ciarse que muchas de sus reivindicaciones seacercan o incluso coinciden con nuestros obje-tivos sobre la ampliación de la democracia yel mejoramiento de la situación social de laclase obrera, expuestos en la Declaración pro-gramática del último Congreso del Partido Co-munista de Alemania. Las reformas socialesy democráticas que proponen los sindicatos—y que nosotros queremos conseguir median-te la acción conjunta con los camaradas so-cialdemócratas y los miembros cristianos y sinpartido de los sindicatos— pueden servir depunto de arranque para la lucha por futurasreformas más profundas. En el curso de estalucha, gracias a la nueva experiencia adqui-rida, se fortalecerá la unidad y se elevará laconciencia de clase de los obreros germano-occidentales, acrecentándose, como resultadode ello su espíritu combativo.

Advirtamos que por primera vez en la his-toria del movimiento obrero alemán los sindi-catos están situados a la izquierda del PSAtanto por el contenido de su programa comopor el planteamiento de las tareas prácticas.Ello obedece a que algunos líderes de derechadel PSA se han embarcado en la nave de lapolítica reaccionaria de los monopolios. En suhostilidad al comunismo y al Poder obrero ycampesino en la RDA, estos líderes derechis-tas del PSA van tan lejos que se dan la manocon los antiguos dirigentes hitlerianos de laeconomía de guerra y los ultrarreaccionariosStrauss, Brentano y Von Hassel.

El proceso de diferenciación ideológica en elseno del PSA transcurre en una forma muycontradictoria. Muchos miembros y simpati-zantes del Partido Socialdemócrata, pese a al-gunas vacilaciones, siguen creyendo en generalque la táctica de la dirección del partido harátriunfar a éste y conducirá a cambios favo-rables en la RFA. En ello se dejan sentir an-

te todo la nociva repercusión de la propagandaanticomunista y las falsas ilusiones respectoa la coyuntura y al Estado germanoocciden-tal. Sin embargo, una peculiaridad de la si-tuación consiste en que si hasta ahora la granmasa de miembros del PSA sigue aceptandopasivamente en el partido la línea políticade sus líderes de derecha, en la USA esos mis-mos socialdemócratas se orientan ya hacialas soluciones propuetas por el movimientosindical y despliegan cierta actividad. La de-cantada «política mancomunada» con la UniónDemocrática Cristiana y la Unión Social Cris-tiana, seguida por los líderes de derecha delPSA, está en plena contradicción con los in-tereses de la clase obrera y de todos los tra-bajadores. Esta contradicción se ha acentua-do después de la Conferencia de Essen delPSA sobre cuestiones de la política económica[1963] y de la aprobación de los principios dela llamada economía mercantil libre y de lalucha competitiva. En la acción encaminadaa aplicar las resoluciones sindicales, los miem-bros y los funcionarios del PSA van compren-diendo cada vez mejor el divorcio que existeentre la política de la dirección derechista delPSA y los intereses de la clase obrera. Así,pues, aparecen nuevas posibilidades para ais-lar a los líderes de derecha del PSA en elcurso de la lucha por la realización d-e las de-cisiones sindicales, para conseguir que el PSArenuncie a la política mancomunada con laUnión Democrática Cristiana y la Unión So-cial Cristiana y para formular una nueva po-lítica Socialdemócrata.

Una nueva orientación de la política social-demócrata o, por lo menos, el surgimiento deuna fuerte oposición en el seno del PSA nosólo facilitarían el desarrollo del movimientoobrero, sino que son verdaderamente necesa-rios en la actualidad. Desde la firma del Tra-tado de Moscú, en el PSA se han intensificadolas discusiones sobr-e la contribución a la dis-tensión internacional y al desarme. Tambiénes objeto de debate el problema de la defensade la democracia. En esta polémica, que llegahasta la dirección del PSA, influye positiva-mente ahora la actitud adoptada por la mayo-ría de los partidos socialdemócratas europeosa'cerca de la distensión y del entendimientointernacionales.

El Partido Comunista de Alemania consi-dera que la solución de las tareas democráti-cas en la RFA creará también mejores condi-ciones para luchar por los objetivos finales dela clase obrera y será parte sustancial de lalucha por el socialismo. A medida que la claseobrera y las amplias masas populares vayanviendo más claramente que el obstáculo fun-damental lo constituyen el militarismo y elpoder del capital monopolista que lo protege,la lucha por la paz y por la garantía de losderechos democráticos se convertirá en luchapor la supresión del podar del militarismo ydel capital monopolista y por la instauraciónde un régimen democrático y pacífico apoyadopor el pueblo. El desarrollo y el fortalecimien-to de la unidad obrera y la alianza y la acción

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conjunta de todas las fuerzas populares lle-varán animismo a un cambio radical de lacomposición y de las funciones del Parlamen-to y a la formación de un Gobierno popular.El régimen democrático y pacífico surgido delmovimiento popular contra el militarismo y eldominio de los monopolios se apoyará en laclase obrera, los campesinos, los intelectuales,la^) capas medias urbanas y los círculos pa-cíficos de la burguesía,

El nuevo régimen democrático, después dehacer saltar las bases del dominio de los mo-nopolios, dejará abierto el camino para las re-formas más profundas que desda 1945 vieneexigiendo la inmensa mayoría de nuestro pue-blo. Estas reformas son: la nacionalizaciónde los grandes consorcios industriales y ban-carios, su sujeción a la dirección y al controldemocráticos y -el reconocimiento del plenoderecho de los consejos de producción y de lossindicatos a participar en la dirección de lasempresas y del conjunto de la economía. Aho-ra -en -el movimiento sindical germanoocciden-tal empiezan a darse ciertas condiciones parala realización de estas tareas democráticas.El nuevo programa de la USA exige que seamplíe la propiedad social y que pasen a serde propiedad social las empresas que dominanen -el mercado y -en la economía, como mediode control sobra el poder económico. El sin-dicato de trabajadores de la industria químicareclama la nacionalización de las ramas cla-ves de la industria, la ampliación del derechode participación en la dirección de la econo-mía y el establecimiento de la planificacióneconómica. Reivindicaciones análogas o par-e-cidas presentan los sindicatos de metalúrgicosy de mineros. En la D«eclaración programáticadel PCA, aprobada en su último Congreso, seexpresa la esperanza de que el movimiento endefensa de la paz y de los derechos constitu-cionales en la RFA pueda plantearse en elfuturo, merc-ed a su experiencia y combativi-dad crecientes, objetivos democráticos más ele-vados y de más largo alcance.

Estamos seguros de que la clase obrera yla inmensa mayoría de la población germano-occidental, basándose -en las nuevas experien-cias y en los resultados de su lucha, comba-tirán por estos objetivos y —siguiendo el ej-em-plo de la RDA socialista— por el socialismo.Para nosotros no ofrece duda que las luchaspor las reformas democráticas, por la trans-formación del régimen social y por el socialis-mo -en la RFA están ligadas muy *e~trecha-mente a la, construcción del socialismo -en laRDA y a la lucha por el restablecimiento dela unidad de Alemania a través de la confe-deración entre la RFA y la RDA. Esta pers-pectiva impone también nuevos formas de uni-dad de acción de la clase obrera alemana.

3. L,a política y las formas de la unidadde acción

En la RFA sólo hay sindicatos únicos. Estosignifica que en un sindicato están agrupadoslos trabajadores comunistas, socialdemócratas,

cristianos y sin partido. Tal unidad sindicalconstituye una gran realización, y la tareade robustecerla es común a los trabajadoressocialdemócratas, comunistas, cristianos y sinfiliación política determinada.

Ahora bien, en la USA hay diversas corrien-tes ideológicas. La línea más peligrosa parael desarrollo de la lucha sindical y de la po-lítica de clase en los sindicatos es la que siguaLeber. Este y sus partidarios aplican en lossindicatos la política del grupo W-ehner-Erler,de la dirección del PSA, y tratan de conver-tir el movimiento sindical en un «factor deorden» en el marco del sistema monopolista-•estatal. La tendencia acaudillada por Lebertiene puntos de contacto con la llamada «doc-trina social católica», cuya esencia consisteen correr un velo sobre las contradicciones declase, debilitar la lucha de clases y adaptarlos sindicatos a la política de los monopolios.

La tendencia reformista ejerce una gran in-fluencia ideológica en los sindicatos. Sirve depunto de arranque a una línea que, en gene-ral, es anticapitalista y antimonopolista. Perolos representantes de esta tendencia, al de-mandar reformas sociales y democráticas, ape-lan al Gobierno y a!l Parlamento. No creen losuficiente en las mar as, y por ello hacen pocopara movilizarlas a fin de imponer las deci-siones sindicales. El influjo de esta ideologíareformista se refleja sobre todo en las opinio-nes formadas sobre el Estado germanoocci-dental. El concepto que se tiene acerca de loscaminos y las formas para conseguir la reali-zación de las decisiones sindicales dimana delas grandes y falsas ilusiones existentes to-davía.

La lucha sindical exige constantes discusio-nes ideológicas que es preciso sostener con un•espíritu de camaradería. El deber de los co-munistas estriba en coadyuvar al desarrollode la conciencia socialista en los sindicatos,apoyándose en la propia experiencia de losobreros. En la lucha práctica por el logro delas reivindicaciones sociales y democráticaspromovidas por el movimiento sindical y quereflejan los intereses comunes de la clase obre-ra, aparece cada vez más latente la inconsis-tencia de las ideologías promonopolista y re-formista,. Un elocuente ejemplo de ello es laúltima huelga de los metalúrgicos de Baden-Wurtemberg, que ha descargado un sensiblegolpe sobre la teoría de la «coparticipación so-cial». Esta huelga ha marcado el comienzode choques más fuertes y abiertos con la po-lítica sindical de Leber. Por lo tanto, la Juchapor la realización de las decisiones sindicalescrea simultáneamente una base para elevarla conciencia de clase en los sindicatos.

El sistema de escuelas sindicales ofrecetambién campo propicio para combatir ideoló-gicamente las concepciones extrañas a la claseobrera. Una participación más amplia de loscomunistas en la labor de estas escuelas creamejores posibilidades para discutir los pro-blemas fundamentales de la política sindical.

En los últimos años, en algunas ciudadesde la RFA se han fundado sociedades cultu-

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rales socialistas. En ellas se estudian, partien-do de la teorja marxista, las cuestiones actua-les de la actividad en las empresas y en lossindicatos. Estas sociedades culturales, que to-davía no cuentan con gran número de oyen-tes, de tiempo en tiempo publican sus confe-rencias y las difunden entre los obreros. En es-ta labor creemos ver una buena oportunidadpara establecer contactos -entre las distintascorrientes del movimiento obrero.

La tarea de intensificar entre la clase obre-ra la influencia ideológica orientada a desarro-llar la conciencia socialista de clase revistegran importancia también porque actualmentetrabajan en la industria germanooccidental,codo con codo con sus compañeros alemanes,unos 800.000 obreros extranjeros. La actitudde los obreros alemanes hacia los obreros ex-tranjeros depende del nivel de su concienciade clase. El bajo grado de desarrollo de laconciencia de clase re pone de manifiesto confrecuencia en actitudes de tipo nacionalistacon respecto a los obreros emigrados. Esto nosólo dificulta la lucha de los propios obrerosalemanes, sino también la incorporación de lo>1

trabajadores extranjeros al movimiento sindi-cal.

Durante la huelga de los metalúrgicos deBadén-Wurtemberg en la primavera de 1963,los obreros inmigrantes se solidarizaron ple-namente con los huelguistas. En algunas em-presas formaron comités de huelga y -editaronmateriales informativos. Los obreros extran-jeros asisten cada vez en mayor número a lasmanifestaciones sindicales de protesta y a lasmarchas de Pascua contra el rearme atómico.A veces han sido los iniciadores de accionespolíticas, tales como las manifestaciones deprotesta contra el asesinato del patriota espa-ñol Julián Grimau. Así, pues, en la RFA sedesarrollan formas de acción conjunta sobrela base de la sjVüdaridad internacional. La es-trecha colaboración con los obreros extranje-ros es a la vez un buen punto de partida pa-ra establecer contactos entre los sindicatos desus países y los sindicatos germanooccidenta-les y para que se consulten mutuamente, conlo cual se logra su acercamiento.

En los organismos directivos de la USA seabrigan grandes ilusiones acerca de la Comu-nidad Económica Europea [CEE]. Sin embar-go, el cuadro ideal de la «Europa unida» con-trasta, cada vez más con las consecuenciasprácticas de la política de la CEE. De ahí queen la prensa sindical germanooccidental seoigan ya las primeras voces de alarma.Se están dando las condiciones para la nego-ciación entre los sindicatos nacionales sobre elapoyo solidario a la lucha de los trabajadoresen cada país y sobre la aprobación de un pro-grama da acción conjunta de todas las centra-les sindicales de los países de la CEE, Estaidea fue sugerida, por ejemplo, en el VI Con-greso de la USA.

Mas a este propósito también el anticomu-nismo es el obstáculo principal para 3a cola-boración. La consigna de «ninguna colabora-

ción con los comunistas», extendida a todos lospaíses d-e la CEE, significa para la clase obre-ra germanooccidental la renuncia al apoyo delas más fuertes centrales sindicales de los paí-ses vecinos y, por consiguiente, d-e los sindi-catos cristianos y otras organizaciones sindi-cales que actúan conjuntamente con esas gran-des centrales obreras. Sin embargo, ese crite-rio, como puso de relieve la huelga de los mi-neros franceses, puede ser superado mediantela resuelta acción de los miembros de los sin-dicatos. La huelga de los mineros francesescausó gran impresión entre la clase obreragermanooccidental, suscitando un gran movi-miento de solidaridad en el seno de los traba-jadores. El aparato central de la USA y lasdirecciones de los sindicatos de industria notuvieron más remedio que expresar tambiénsu solidaridad con los huelguistas.

La experiencia adquirida en nuestro paísacredita que empiezan a crearse condicionesmás favorables para la unidad de acción, sobrela base de los sindicatos únicos, orientada arealizar una política obrera independiente enios sindicatos y en el propio PSA. El PartidoComunista de Alemania se esfuerza por apro-vechar las nuevas tendencias aparecidas en elmovimiento obrero germanooccidental paraelevar la conciencia de clase de los trabaja-dores, superar la ideología hostil a la claseobrera y desarrollar la conciencia socialista.Por supuesto, sería muy importante conocer loque opinan sobre estos problemas los cama-radas de los partidos hermanos.

4. Las perspectivas próximas

El curso de los acontecimientos en -el últi-mo tiempo permite deducir fundadamente queen el próximo futuro so acentuará la luchade las masas por las reivindicaciones econó-micas, sociales y democrática^. El año pasado,la elevación de salarios lograda por medio dela lucha ha quedado otra vez por bajo delaumento del llamado producto social y del alzade lOíS precios. Para muchos obreros esto sig-nifica la reducción del salario real. Indignasobre todo a los trabajadores el incesante en-carecimiento de la leche y los alquileres. Enrelación con ello, ya se observa cierta acti-vidad de los sindicatos, y -en muchos lugareslos obreros exigen pluses de carestía de lavida.

El aumento de salarios, completamente in-suficiente, conseguido el año pasado al revi-sarse los convenios sobre tarifas intentan anu-larlo ahora los monopolios mediante la supre-sión de los llamados «gastos sociales» de lasempresas y la revisión de las tarifas de lossalarios a destajo. Ello acentúa el desconten-to de los obreros. Por añadidura, existe la de-nominada «cartera social» del Gobierno, quecomprende, entre otros proyectos de ley, unamedida tan reaccionaria como la reforma delas Cajas de enfermedad.

En diversas ciudades de la RFA se han ce-lebrado grandes mítines en los que los tra-bajadores han expresado su protesta contra

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la nueva ofensiva de los monopolios, de la queforman parte la «cartera social», las «leyesde excepción» y los crecientes gastos en ar-mamento. Esto demuestra que se ele,va la con-ciencia de clase y se va comprendiendo másprofundamente la conexión entre estas cosas.En ello vemos premisas concretas y actualespara la acción conjunta de los socialdemócra-tas y los comunistas, sobre todo en los sin-dicatos.

Allí donde ios comunistas han llevado a lapráctica en su actividad sindical esta orien-tación del PCA, han logrado vincularse mássólidamente con las masas sindicares.

En el período de la discusión del proyectode nuevo programa pudo observarse que losargumentos y las propuestas de los comunis-tas eran reconocidos y aprobados en un gradomucho mayor que en tiempos pasados. Mu-chas discusiones entre los comunistas y lossocialdemócratas, por muy porfiadas que ha-yan podido ser, se han sostenido en un acen-tuado clima de enfoque práctico. Sin embar-go, esta orientación del Partido no ha caladoaún en todos los comunistas. Muchos cama-radas no han roto todavía con los hábitos sec-tarios. No se guían por lo que se puede reali-zar directamente ahora, no ponen en primerplano lo que hay de común y son poco acti-vos en la búsqueda de contactos con los her-manos de clase socialdemóoratas. De la po-lítica del grupo Wenner-Erler en la direccióndel PSA responsabilizan a la masa de dichopartido, y en el mejor de los casos sólo estándispuestos a colaborar con algunos socialde-mócratas de izquierda. Estos comunistas con-sideran que forman la oposición en los sindi-catos únicos y no ligan su crítica a propues-tas constructivas para la realización de losacuerdos sindicales.

De otro lado, hay camaradas que se orien-tan exclusivamente a defender reivindicacio-nes económicas y sociales, rechazan las dis-cusiones ideológicas y sólo participan en la lu-cha por la consecución de las decisiones sin-dicales en la medida que ella es organizadapor la dirección superior de los sindicatos. Apesar de las dificultades derivadas de su si-tuación ilegal, el Partido Comunista de Ale-mania procura vencer estas tendencias izquier-distas y derechistas intensificando el trabajoideológico en el seno del Partido y haciendover con ejemplos prácticos cómo se actúa jus-tamente en los sindicatos en el espíritu delPartido.

Para lograr la unidad de acción de la cla:-eobrera desempañan un importante papel losdelegados sindicales en las empresas y losconsejos de producción. Los delegados sindi-cales son el eslabón de enlace entre el sindi-cato y el personal de la empresa; transmitenlas exigencias de éste al sindicato y, recípro-camente, dan a conocer al personal las de-cisiones sindicales y lo movilizan para conse-guir que sean aceptadas.

A los delegadas sindicales les corresponde

cumplir una gran tarea en la preparación yrealización de las acciones masivas. Como en-tre los delegados hay trabajadores comunis-tas, socialdemócratas, cristianos y sin partido,con ello se asegura la incorporación de todoel persona;! de las empresas a la lucha sindi-cal. Durante las huelgas, los delegados inter-vienen como fuerza movilizadora y dirigente.De la unidad entre los delegados sindicalesdepende principalmente la unidad de toda lacolectividad laboral.

Otro factor importante para la acción con-junta son los consejos de producción. En laselecciones a los mismos- nuestro Partido luchapor la confección de listas sindicales únicas.De este modo se desarrolla y robustece la ideade la unidad en las empresas y los sindicatos.Al mismo tiempo, las listas únicas son unapremisa fundamental de la acción conjuntade los consejos de producción en beneficio detoda la colectividad laboral, como órganocombativo de la misma. Ya al participar enla confección de una lista sindical única actua-mos contra toda tentativa de escisión.

En la organización de la unidad de accióntambién desempeñan un gran papel los comi-tés de huelga, que se constituyen sobre la basede la colaboración de los delegados sindica-les, los consejos de producción y los órganosdirectivos locales d£ los sindicatos. La huelgade metalúrgicos de Baden-Wurtemberg ofre-ció magníficos ejemplos de cómo la acertadacomposición de los comités de huelga asegurala unidad de acción.

A impulsar la acción conjunta contribuyenen extraordinaria medida las conferencias dedelegados sindicales y de consejos de produc-ción en escala distrital, comarcal y de todoel país. Estas conferencias, que son convo-cadas por los sindicatos, analizan la situaciónde la clase obrera y sus reivindicaciones y hansido con frecuencia puntos de partida de accio-nes sindicales.

En la lucha de la clase obrera y de otrascapas de la población por la paz y las reivin-dicaciones económicas, sociales y democráticashan surgido diversas formas de acción, comolos comités de «lucha contra la muerte alómi-ca», el movimiento de las marchas de Pas-cua, los comités locales en defensa de los de-rechos democráticos, los comités de lucha con-tra las bases de cohetes y en defensa de loscampesinos contra la confiscación de tierraspara fines militares, las sociedades campesi-nas de lucha contra las consecuencias de lapolítica de la CEE, etc.

En su Declaración programática, nuestroPartido subraya que la acción conjunta de to-das las fuerzas populares exige la igualdadde derechos de las diferentes organizacionesy de los ciudadanos. No debe ocurrir que unostengan más derechos y deberes que otros, yasean socialdemócratas, comunistas, cristianos,liberales o pacifistas.

La ampliación y el éxito de la lucha de to-das las fuerzas populares dependen en gradodecisivo de la actividad política y de la uni-

dad de acción de la clase obrera. El PCA se-guirá impulsando las nuevas formas de lu-cha por la paz, la democracia y la justiciasocial, sin escatimar energías para que la cla-

se obrera desempeñe realmente en esta luchasu función de fuerza rectora.

HUGOMiembro del CC del PCA

POR LA UNIDAD DE ACCIÓN DE L A CLASE OBRERA DE FINLANDIA

1. La división del movimiento obrerofinlandés

El Partido Comunista de Finlandia luchaen unas condiciones singularmente complejaspor el restablecimiento y la consolidación dela unidad del movimiento obrero. Existen enel país tres partidos políticos con base en laclase obrera y dos centrales sindicales, másgrupos sindicales autónomos. Otras varias or-ganizaciones obreras de masas se encuentranasimismo divididas.

La dirección del Partido Socialdemócratade Finlandia [PSF], al perder después de lahuelga general de 1956 el control de la UniónCentral de Sindicatos de Finlandia [UCSF],se vio privada del respaldo de las fuerzas enlas que se había venido apoyando a lo largode decenios. Habiendo fracasado en sus in-tentos de recobrar sus anteriores posicionesen el seno de la UCSF, la dirección del PSFdecidió en noviembre de 1960 crear la Agrupa-ción Sindical Central de Filandia [ASCF]. Conanterioridad, dentro del movimiento socialde-mócrata había surgido una fuerte tendenciaescisionista. La oposición, existente desde ha-cía largo tiempo, se constituyó en partido in-dependiente con el nombre de Unión Socialde-mócrata de Obreros y Pequeños Agricultores[USOPA]. Una parte de los diputados social-demócratas formaron una minora oposicio-nista en el Parlamento. En las últimas elec-ciones generales [año 1962] el movimiento so-cialdemócrata estuvo representado por dospartidos, el PSF y la USOPA, que obtuvieronel 19,7 y el 4,4% respectivamente del total delos votos emitidos.

Las divergencias entre los líderes del mo-vimiento socialdemócrata tienen frecuente-mente un carácter personal y otras veces es-tán relacionadas con los métodos de trabajo.Pero también afectan a cuestiones tales co-mo la actitud hacia la Unión Soviética, elMercado Común Europeo, ios problemas de lapaz. Han surgido agudas divergencias respectoa cuáles agrupaciones burguesas debe orien-tarse la socialdemocracia en su política dealianzas. En estos casos las contradiccionesrevisten un carácter de principios, son pro-fundas en ambos partidos socialdemócratas,repercuten en la vida y en la actividad de lasorganizaciones de masas e influyen en sus mi-litantes de base.

Esta situación conduce con frecuencia a ladesintegración de las organizaciones obrerasde masas e impide la movilización y la orga-nización de los trabajadores.

El proceso de fraccionamiento de las basesorgánicas del movimiento obrero ha consoli-dado las posiciones del gran capital en su luchacontra los intereses de las masas trabajado-ras. Esto se evidencia aunque sólo sea porel hecho de que el salario real de los obrerosha disminudo en los últimos años. Según da-tos de la patronal, en el período comprendidoentre 1956 y 1962 el costo de la vida se elevóen el 47%, mientras que el salario sólo subióun 34,7%. Todas las ventajas del aumento dela productividad del trabajo fueron para loscapitalistas. En 1963 la carestía de la vidase elevó de nuevo en un 6%, como mínimo.

La profundización de la escisión del movi-miento obrero fue asimismo la causa funda-mental de que los partidos obreros perdieranla mayoría en las elecciones parlamentariasde 1962 y de que la representación de las or-ganizaciones socialdemócratas en el Parla-mento se redujera de 51 diputados a 40.

La actual división de la clase obrera se de-be al tannerismo, o sea a la línea de la di-rección del ala derecha del PSF de colabora-ción con la gran burguesía, de apoyo a lasposiciones de ésta en las cuestiones principa-les de política interior, exterior y económica.

A Tanner y a sus correligitfharios no se lesdebe identificar con el Partido Socialdemó-crata y sus simpatizantes. Cuando los comu-nistas critican a esta corriente ultraderechis-ta ello no significa que recriminen a todos lossocialdemócratas ni a la totalidad de loslíderes del PSDF como prosélitos de Tanner.Sin embargo, no podemos cerrar los ojos anteel hecho de que el tannerismo ha ejercido yejerce un gran influjo en la actividad prácticay en el programa de este partido.

El programa del Partido Socialdemócrataafirma que «el sistema capitalista se basa yaen la propiedad estatal y en el modo de pro-ducción social, y que la orientación de su des-arrollo es la economía planificada socialista».Según Tanner y sus seguidores, en Finlandiaya no existe la explotación y todo lo que sediga respecto a las contradicciones entre elproletariado y los capitalistas ha pasado demoda. El objetivo fundamental de su activi-dad lo ven en la lucha contra el comunismoy el socialismo, lo que viene a convertirlos encómplices de los representantes ultraderechis-tas de la burguesía, en enemigos de la amis-tad y la colaboración entre Finlandia y laUnión Soviética.

El punto culminante de esta política fue elbloque concertado por la dirección del PSFcon el Partido Coalicionista, el más reaccio-

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EN TORNO A LA UNIDAD DE LA CLASE OBRERA EN LOS PAÍSES CAPITALISTAS DESARROLLADOS

nario de todos los partidos burguesa, así co-mo también con otras fuerzas burguesas deextrema derecha, en ocasión da las eleccionespresidenciales celebradas a comienzos de 1962.El propósito fundamental que perseguía estebloque era cambiar el curso de la política ex-terior del país.

«En vista de que todos los componentes delbloque electoral mantienen la misma posiciónen este punto concreto —manifestó poco an-tes de las elecciones el secretario del PSF, K.Pitsinki—, no tiene mucha importancia cuálde los candidatos del bloque triunfe en esteo aquel distrito».

Semejante línea, claro está, -es acogida con•entusiasmo en loa círculos derechistas, queson quienes cosechan los frutos del rumbo tan-neriano seguido por la dirección del PSF. So-bre este particular ha escrito con bastantefranqueza en su libro T. Yunnila, uno de losmás empedernidos reaccionarios, ex diputadodel Partido Coalicionista y director de Ban-co: « . . .En el momento presente, la funda-mental divisoria política en nuestro país nopasa entre la "burguesía" y los ''socialistas",sino entre los partidarios de la democraciaoccidental y nórdica, de un lado, y los parti-darios de los comunistas y sus simpatizantes,de otro... En la lucha por la conquista de lasconciencian de los obreros industriales, sólolos socialdemócratas pueden constituir la granfuerza que se contraponga a los comunistas.Si la soc'aldemocracia' pierde esta, batalla ellopuede significar el fin de la democracia enFinlandia. De ahí que yo, que soy un conser-vador burgués, me vea precisado a decir quenos hace falta un partido socialdemócrataunido, combativo y que apoye decididamentela democracia nórdica».

Y pese a que la maniobra del bloque elec-toral terminó de manera bien deplorable, pues-to que se disgregó en vísperas de las eleccio-nes y el PSF, que participaba en él, sufrióuna seria derrota Den el colegio de compro-misarios obtuvo 36 puestos contra 72 en lasanteriores elecciones presidenciales], el alatanneriana del Partido Socialdemócrata no h'idesistido de sus antiguas concepciones y acti-tudes.

La colaboración de los comunistas ron elala ultraderechista tanneriana del PSF, o seacon los heraldos de la guerra fr'a, aliados delos grupos burgueses más reaccionarios y an-tidemocráticos, es imposible. Por el contrario,la premisa para las acciones conjuntas estribaen la lucha contra tales concepciones y acti-tudes. Hay que explicar esto a los obreros ydemostrarles que la política de los socialde-mócratas ultraderechistas entorpece la unidadde acción de los trabajadores y la defensad-e sus intereses de clase.

2. Posibilidades, y vías de lucha por launidad

A pesar de la política anticomunista y dis-gregadora que practica la dirección tanne-riana del PSF y de la división orgánica del

movimiento obrero no se puede decir que ennuestro país no hay unidad de acción de lostrabajadores. Pese a etea división el anhelode unidad de acción c-e acentúa y tiene su ex-presión sobre todo en la lucha económica con-junta de los trabajadores. [Aunque, como yase ha dicho, la división orgánica, claro está,debilita esta lucha].

Las acciones de masas de ios trabajadoresy, en particular, los abiertos choques de clasehabidos a finales de 1962 y comienzos da 1963han desempeñado un importante papel en lavida política y económica del país. Ello com-prueba la agudización de las contradiccionesde clase y asimismo los grandes cambios ope-rados en la situación de los funcionarios delEstado y empleados de entidades privadas,quienes por primera vez en la historia, del paíshan participado ampliamente en la lucha abier-ta de clases L. Cerca de 400.000 obreros y100.000 empleados lanzáronse simultáneamentea un movimiento por mejores salarios, que cetradujo en huelgas, manifestaciones, trabajolento, grandes campañas de solidaridad conlos huelguistas, etc. Estas acciones, que fus-ron el movimiento más amplio y más com-bativo de los trabajadoras desde la huelgageneral de 1956, demostraron la disposición ycapacidad de las masas para luchar a pesarde las desfavorables condiciones derivadas dela división orgánica.

Testimonio de la consolidación de la ideade la unidad de acción son asimismo las dis-cusiones que sobre este tema y la actitud res-pecto a los comunistas tienen lugar en loscírculos socialdemócratas. En junio de 1963,en vísperas del Congreso del Partido Social-demócrata y durante el mismo muchos social-d?mócratas refiriéronse a la necesidad dela colaboración. Incluso en las páginas delórgano central del PSF ce habló de una «pru-dente colaboración con los comunistas a finde defender los intereses de toda la claseobrera», como posición que el Partido deb'a.adoptar ante la situación creada. La destitu-ción de V. Leskinen, dirigente del PSF, acor-dada por el Congreso, demuestra que los mi-litantes de base están descontentos de la po-sición escisionista que mantienen los elemen-tos derechistas. La política del PSF respectoa la Unión Soviética fue en -el Congreso.

La construcción del socialismo y del comu-nismo en los países socialistas, y en particularen la Unión Soviética, contribuye a acentuarla tendencia unitaria, La razonable políticade coexistencia pacífica que aplica la UniónSoviética ej-erce también una influencia po~i-

1 Entre 1950 y 1960, el número de obreros industria-les en Finlandia aumentó en 2,5%, o sea, en 49.000;y el de los empleados en 42,8%, es decir, en 137.000,mientras que la cantidad do trabajadores de la agri-cultura y la selvicultura se redujo en 21%, o sea en191.000. Los nuevos empleados son fundamentalmentelos df; retribuciones bajas, lo que ha venido a aproxi-mar aún más a esta categoría al resto de los asala-riados .

EN TORNO A LA UNIDAD DE LA CLASE OBRERA EN LOS PAÍSES CAPITALISTAS DESARROLLADOS 79

tiva en los socialdemócratas, -e incluso en susdirigentes. La dirección de la USOPA, que enlos problemas interiores y económicos sigueuna política casi análoga a la del PSF, tieneuna actitud más favorable hacia la Unión So-viética y hacia el movimiento de la paz. Porejemplo, la USOPA ha participado en la re-ciente recogida de firmas para el Llamamien-to del Pueblo Finlandés en apoyo de la co-existencia pacífica [mientras que sólo unoscuantos dirigentes y organizaciones del Par-tido Socialdemócrata se sumaron a esta cam-paña].

El programa del PSF no es un programamarxista. Y en los postulados programáticosde la USOPA hay asimismo mucho de erró-neo. No obstante, en ellos se pueden encontrarnumerosos puntos de coincidencia con el pro-grama de los comunistas en cuestionen polí-tico-sociales, por ejemplo, en orden a la re-ducción de la jornada laboral, a la revisión delsistema tributario, a las medidas culturales,etc. Sobre la base de estas reivindicaciones,los comunistas procuran conseguir la máxi-ma amplitud de la unidad de acción -en el Par-lamento, los organismos comunales, las em-presas, los sindicatos, etc.

Aunque por su contenido estas reivindica-ciones no pueden ser calificadas de socialis-tas, los comunistas concedemos una enormeimportancia a la unidad de acción en la luchapor su satisfacción, puesto que comprendemosque muchas cuestiones ideológicas pueden seresclarecidas en el transcurso de la lucha con-junta por objetivos inmediatos. En primer lu-gar, los trabajadores se percatan de que ellostienen intereses comunes, opuestos a los in-terese^ y a los posiciones de los capitalistas.Las acciones conjuntas ayudan a establecerrelaciones de camaradería entre socialdemó-cratas y comunistas, permiten ir poniendo fina. ]as ofensas mutuas, etc. Toda acción unita-ria en apoyo de una reforma, por ínfima querea, contribuye a alejar a los obreros del in-flujo de las tendencias anticomunistas y esci-sionistas, ya que el propio desenvolvimientode la lucha demuestra a los trabajadores que•esas reforman pueden ser obtenidas sólo a basede sus acciones mancomunadas.

3. El problema de la unidad sindical

Próximamente expira en Finlandia el plazode los contratos laborales que afectan a másde medio millón de obreros y empheados yque deben ser renovados a comienzos de 1964.Los trabajadores se preparan para una nue-va etapa de lucha por aumentos de salarios.

La división orgánica del movimiento sindi-cal dificulta -en gran medida estos prepa-rativos.

La mayor central sindical del país, queagrupa a los obreros industriales, sigue sien-do la UCSF. Está integrada por 24 sindica-tos, que cuentan con unos 220.000 miembros.La mayoría de los comunistas y partidariosde la USOPA están afiliados a esta central.Una expresión del anhelo de unidad de los

obreros es que, pese a las exhortaciones delPSF, muchos trabajadores adheridos al; PSFcontinúan militando en la UCSF.

Varios sindicatos desgajados de la UCSFse han quedado al marguen de las centralessindicales. Estos sindicatos «independientes»son ocho y cuentan con 50 ó 60.000 miembros.

La Agrupación Sindical Central de Finlan-dia, creada por iniciativa del PSF y que fun-ciona bajo su dirección, está integrada por17 sindicatos con unos efectivos que oscilanentre 55 y 60.000 afiliados. La ASCF ce basaen la sindicación de obreros de un mismosigno político. En su programa se dice quepara los puestos directivos de la agrupaciónno s-e debe elegir a «antidemócratas», es de-cir, a obreros comunistas.

Por último, además de estas centrales sin-dicales, compuestas casi exclusivamente deobreros, existen varios sindicatos más a losque pertenece una gran parte de Jos funcio-narios públicos y empleados de empresas pri-vadas.

A p-esar de la división orgánica, puede se-ñalarse que el número total de afiliados a laUCSF, a los sindicatos «independientes» y ala ASCF es ahora mayor que los efectivoscon que contaba la UCSF en 1957 [hasta laescisión]. Por consiguiente, la escisión no haconducido actualmente a una reducción delnivel de organización del proletariado, aunquees evidente que el movimiento rindical unidose hubiera desarrollado a un ritmo más rá-pido.

Los intereses comunes de todos los traba-jadores exigen que las distintas organizacio-nes no malgasten sus fuerzas en mutuos ata-ques. La tarea fundamental de las centralessindicales y de los sindicatos «independientes»estriba en dirigir conjuntamente la lucha con-tra la explotación capitalista, por salariosmás altos y por mejores condiciones de tra-bajo. Si no se logra la unidad de acción, losobreros no podrán defender con éxito sus in-tereses ni conquistar nuevos derechos.

Los comunistas consideran que es inadmi-sible utilizar la lucha de los trabajadores pormejores salarios como un «medio auxiliar» enel juego político. Cada partido obrero y cadaorganización proletaria debe apoyar de ma-nera incondicional la lucha de los trabajado-res y preocuparse de que la dirección de es-tas organizaciones no altere ni viole las de-cisiones adoptadas democráticamente por lasorganizaciones de base.

Todas las demandas de aumento de sala-rios y de mejora de las condiciones de traba-jo deben examinarse sobre una base demo-crática lo más amplia posible. En cada em-presa y -en todas las organizaciones sindicalesde un mismo sector se debe llegar a acuer-dos que satisfagan a todos los obreros, tantosobre las propias reivindicaciones como sobrelas formas de lucha para verlas satisfechas.Estos acuerdos presuponen amplias discusio-nes -entre los trabajadores y conversacionesentre los dirigentes sindicales, delegados, etc.

Consideramos que una condición previa pa-

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80 EN TORNO A LA UNIDAD DE LA CLASE OBRERA EN LOS PAÍSES CAPITALISTAS DESARROLLADOS

ra estas conversaciones y discusiones debe serla igualdad de derechos de cuantos participenen ellas, la renuncia a toda discriminación, elderecho y la libertad inalienables de cadauno de pertenecer a la organización que esti-me conveniente. La hostilidad hacia los «disi-dentes» no contribuye al éxito de la lucha delos trabajadores.

Por consiguiente, no se puede proclamar launificación de todos los sindicatos bajo unadirección única centralizada como condiciónprevia de la lucha conjunta por mejores sa-larios. En el desarrollo de la lucha contra lapatronal, tos trabajadores comprenderán conmás facilidad y mejor lo importante que esla unidad, la existencia de una sola centralsindical. En el curso de la lucha surgiránasimismo las premisas para el desarrollo dela democracia interna en el movimiento sin-dical, que servirán de garantía contra las res-tricciones y la violación de los derechos delos sindicatos.

4. Algunos aspectos políticos de la luchapor la unidad

Parte de los dirigentes y de los miembrosdel movimiento socialdemócrata temen que launidad de acción venga a reforzar las posi-ciones y la influencia del Partido Comunistaa costa- de los socialdemócratas. Incluso ma-nifiestan que tan pronto como el Partido Co-munista acumule fuerzas, establecerá su pro-pia dictadura. Por esta razón, nuestro Parti-do trata constantemente de explicar a lasmasas trabajadoras su verdadera posición.Ya en 1954, el CC del PCF, en el Llamamien-to «¡Trabajadores, a la unidad de acción!»expresó su criterio de que «el paso de losobreros socialdemócratas a las filas comunis-tas no es, ni mucho menos, el único caminoque lleva a la unidad. Los socialdemócrataspueden servir eficazmente al fortalecimientode la unidad en el seno de sus propias orga-nizaciones, apoyando a aquellos de sus com-pañeros que son honestos paladines de la cau-sa de los trabajadores». En 1960, en su lla-mamiento a la unidad de acción, nuestro Par-tido subrayó de nuevo que «la unidad de ac-ción para defender los intereses y los dere-cho^ de la clase obrera no puede debilitar aningún partido verdaderamente obrero... Laactividad práctica, seria y honrada en defen-sa de los intereses comunes y de los derechosde los obreros es el único venero de fuerzasde un partido obrero, mientras que la colabo-ración con los enemigos de la clase obreraes el camino más seguro para la disgregaciónde las filas de un tal partido y el debilita-miento de su influencia».

En el programa de nuestro Partido se diceque el PCF «desea colaborar eficazmente contodos los partidos que cuenten con el apoyode lan masas trabajadoras, tanto bajo el ca-pitalismo como en -el período de transición alsocialismo y de edificación del socialismo».

Es evidente, por lo tanto, que nuestra po-lítica de unidad de acción tiene un carácter

prolongado y no puede estar basada en «ma-niobras y subterfugios», de lo que los social-demócratas nos acusan a los comunistas. Losintereses de un partido que tiene como obje-tivo la edificación del socialismo no puedenser contrarios a los intereses de otros parti-dos que luchan por la causa de los trabajado-res. Ya en el Manifiesto Comunista se subra-yaba la verdad de que los comunistas no tie-nen intereses distintos a los intereses delproletariado.

Con -este problema está muy estrechamenteligada la discusión sobre las vías y los re-sultados de la lucha por la unidad del movi-miento obrero en las democracias populares.Los líderes socialdemócratas afirman que launificación de los partidos obreros en estospaíses fue conseguida mediante el cese de laactividad y la supresión d'e hecho de los par-tidos socialdemócratas. El estudio y el escla-recimiento a fondo de esta cuestión es muyactual e importante para nosotros.

La discusión sobre la unidad atañe tambiéndirectamente a la actitud hacia los países so-cialistas. A este respecto, en -el Partido So-cialdemócrata —en sus líderes y entre susmiembros de filas— existen las ideas más. di-versas: unas, sumamente negativas; otras,«razonablemente prácticas», «cautelosamentebenévolas», -etc. Nuestro Partido considera quela diferencia de puntos de vista en este pro-blema no debe ser un obstáculo para la uni-dad de acción en otras cuestiones. Al mismotiempo, el PCF muestra que ningún partidoganó nuevos adeptos manteniendo una posi-ción hostil hacia la Unión Soviética y lospaíses socialistas. Los comunistas expresan suhondo convencimiento de que los éxitos delos países socialistas hicieron y hacen másfácil la lucha de los obreros de los países ca-pitalistas y el desarrollo de otros movimien-tos progresistas de nuestro tiempo. Esto seaprecia de manera singular en Finlandia, yaque fue precisamente la victoria de la UniónSoviética sobre Hitler la que hizo posible res-tablecer y ampliar en nuestro país las liber-tades y las instituciones democráticas.

El ejemplo de la edificación cocialista tieneuna importancia inmensa, si no determinante,para todos los pueblos oprimidos. Como ma-nifestó el secretario general de nuestro Par-tido, Ville Pessi, «los éxitos sociales de laUnión Soviética, así como sus éxitos en eldominio de la ciencia y la técnica, hacen máspara extender las ideas socialistas entre lasamplias masas que lo que habría podido ha-cer la "exportación de la revolución", que,como es sabido, el marxismo-leninismo recha-za totalmente».

La actitud hacia la política de coexistenciapacífica de los Estados con diferentes siste-mas sociales desempeñan un importante papelen las acciones conjuntas de los trabajadoresy de las fuerzas democráticas en Finlandia.Las relaciones entre Finlandia y la Unión So-viética constituyen el principal aspecto de lapolítica de coexistencia pacífica en nuestropaís.

EN TORNO A LA UNIDAD DE LA CLASE OBRERA EN LOS PAÍSES CAPITALISTAS DESARROLLADOS 81

En las relaciones entre los dos países tuvolugar un viraje después de que Finlandia fir-mó el armisticio el 19 de septiembre de 1944,La terminación de la guerra y la conclusióndel Tratado de Paz originaron un cambio ra-dical en Finlandia y en las relaciones entrenuestros dos países. Hasta entonces, en los26 años transcurridos desde 1918. Finlandiahabía seguido una política exterior de ene-mistad con la Unión Soviética. Ul único par-tido político que luchó por la amistad entreFinlandia y la Unión Soviética fue el PartidoComunista de Finlandia. Pero actuaba enunas condiciones de rigurosa clandestinidad enmedio de persecuciones y del terror.

En 1948 entre Finlandia y la Unión Sovié-tica fue concluido el Tratado de amistad, co-laboración y ayuda mutua, que, junto con elTratado de Paz, sirve de base para nuestrasrelaciones recíprocas. Al principio, el PartidoSocialdemócrata se pronunció contra el Tra-tado de amistad, colaboración y ayuda mu-tua, pero más tarde, al ser discutido en elParlamento, votó a favor del mismo.

Ahora bien, los 15 años transcurridos hanmostrado que el Partido Socialdemócrata noha variado su anterior orientación en políticaexterior. En realidad, la base -de dicha orien-tación sigue siendo la política de guerra fría,funesta para los intereses de Finlandia. Sepuede también decir que cuanto más fuertesson la Unión Soviética y otros países socia-listas, más hostil es la actitud de los líderesde derecha del Partido Socialdemócrata ha-cia estos países. Como hemos recordado másarriba, en las elecciones presidenciales de1962, en las que la atención se centraba enlas relaciones fino-soviéticas, la dirección delPartido Socialdemócrata formó un bloque conlas fuerzas ultraderechistas con la esperanzade cambiar la política exterior de nuestropaís, basada en la amistad entre Finlandia yla Unión Soviética. Las enérgicas acciones dalas masas populares contra este bloque hizoque se disgregara en vísperas de las elec-ciones.

El XIII Congreso de nuestro Partido cons-tató con toda justeza que «la inmensa mayo-ría de nuestro pueblo apoya la política deamistad y colaboración entre Finlandia y laUnión Soviética». Sin embargo, el Congresohubo de señalar que en el país «existen aúncírculos reaccionarios que realizan una laborde zapa contra estas relaciones amistosas. Lospartidarios burgueses y socialdemócratas dederecha de la orientación dura quieren uncira Finlandia al carro de las potencias impe-ralistas, lo que iría en detrimento de la in-dependencia y de la seguridad de Finlandia».

La política de la dirección socialdemócrata,fomentadora del odio hacia la Unión Soviéti-ca, origina serias divergencias entre los obre-ros. Las discusiones en los medios obreros gi-ran en torno a los problemas vinculados a laactitud hacia la Unión Soviética. Y cuandomás amplias son las relaciones entre Finlan-dia y la Unión Soviética, tanto más disipantoda clase de prejuicios y más coadyuvan aque se mantenga una actitud cada vez más

O -N. Época

positiva hacia la Unión Soviética. En los úl-timos años, el Partido Socialdemócrata se havisto ante el dilema de proseguir su anteriorrumbo antisoviético, lo que amenazaba condebilitar aún más su influencia, o revisar losprincipios fundamentales de su orientación enpolítica exterior.

Hasta ahora la dirección derechista delPSF no ha efectuado ningún cambio de prin-cipos en su política antisoviética. Es ciertoque los órganos de prensa del PSF y su di-rección tienen más cuidado al elegir las ex-presiones cuando hablan de la Unión Sovié-tica. A esto les ha obligado la propia vida.En el Congreso celebrado en el verano de1963 se aprobó una resolución sobre los pro-blemas internacionales, en la que las rela-ciones entre Finlandia y la Unión Soviéticaocupan un lugar bastante importante. El PSFmanifiesta- en esta resolución que ha tratadosiempre de «establecer y reforzar las relacio-nes amistosas entre Finlandia y la Unión So-viética» y que «el Partido Socialdemócrata apoyatodas las medidas dirigidas realmente a aproxi-mar a los pueblos de Finlandia y de la UniónSoviética. Es muy importante que ambas partesdivulguen una información veraz que disipelos prejuicios y contribuya al entendimientomutuo».

Mas desde el Congreso, el Partido Socialde-mócrata no ha mostrado ninguna iniciativani ha dado ningún paso que indique su deseode llevar a la práctica esta resolución. Porotra parte es necesario señalar que, de hecho,el propio Congreso se encargó de desmentircuanto se decía en esa resolución sobre lasrelaciones amistosas entre Finlandia y laUnión Soviética. En efecto, el Congreso anun-ció la «adhesión del PSF» a las declaracio-nes hechas por la Internacional Socialista enFrancfort [1951] y en Oslo [1962] sobre laposición del movimiento socialdemócrata enlos problemas internacionales. La política ex-terior de la dirección del Partido Socialdemó-crata de Finlandia está basada cabalmente enestas declaraciones de carácter antisoviético.

La posición del PSF en las cuestiones d«política exterior y de la guerra y la paz cons-tituye un enorme obstáculo para la unidad deacción de los trabajadores en todos los terre-nos. En su política exterior, nuestro Partidono puede contraer ningún compromiso con lapolítica antisoviética. Esto no iría en benefi-cio de los trabajadores, ya que su verdaderaunidad sólo puede estar basada en una polí-tica de paz y de relaciones de buena ve-cindad.

En el programa del Partido Comunista deFinlandia se dice:

«El Partido Comunista de Finlanda apoyalas aspiraciones emancipadoras de todos losgrupos sociales que sufren la presión de ladictadura del gran capital, y a este fin estádispuesto a colaborar con las organizacionesy con las personas que representen a estos

grupos. El Partido considera que una sólida

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EN TORNO A LA UNIDAD DE LA CLASE OBRERA EN LOS PAÍSES CAPITALISTAS DESARROLLADOS

unidad de acción obrera es una premisa de-cisiva para la satisfacción de reivindicacionesen las que están interesados por igual todoslos obreros con vistas a asegurar la victoriade la causa de la clase obrera».

Los intereses de clase comunes del proleta-riado y la agudización de las contradiccionesentre el proletariado y los capitalistas, espe-cialmente el gran capital, constituyen la baseobjetiva natural de la unidad del movimien-to obrero. Mas la unidad no se desarrolla es-pontáneamente: los obstáculos que se alzanen su camino son muy grandes, la burguesía

está muy interesada en la división del mo-vimiento obrero. Para realizar esta unidad serequiere un esfuerzo consciente de los traba-jadores y de todas sus organizaciones, sobretodo de los partidos obreros, por la unidadde acción. «Ningún esfuerzo —se indicaba enel Llamamiento del CC del PCF sobre la uni-dad [1954]— es excesivo si reduce el abismoque separa a los trabajadores y si contribuyea la gran causa de la unidad».

T. SINISALOP. AURA

Grecia despuésde las elecciones

La palabra «democracia» es de origen grie-go. El régimen político designado por este vo-cablo surgió en la antigua Grecia. Las fuerzasreaccionarias de la Grecia contemporánea, yen especial su partido Unión Nacional Radical[ERE!, que hasta hace poco gobernaba el Es-tado, crearon en el país una tal situación dearbitrariedad y terror contra los comunistas,contra las personalidades de izquierda y con-tra todos los patriotas, que incluso el periódicoAkropolis, próximo a la ERE, hubo de reco-nocer con descarado cinismo: «¡Sí, en Greciano hay democracia!»

Mas el pueblo griego continuó la lucha.Cuando los reaccionarios asesinaron al diputa-do de izquierda Lambrakis explotó la ira po-pular, que originó la dimisión del Gobierno yla fijación de nuevas elecciones al Parlamen-to. Se abrió una encarnizada lucha electoral yel 3 de noviembre de 1963 tuvieron lugar laselecciones, en las que el pueblo alcanzó unaimportante victoria sobre' las fuerzas de la re-acción y sus valederos extranjeros de la OTANy del Mercado Común Europeo. El pueblo as-piraba a desalojar del Poder al partido dere-chista reaccionario ERE y entregó sus votos alos partidos democráticos de la oposición:Unión del Centro y Partido Democrático Uni-do de Izquierda [EDA].

Apartar del Poder al Gobierno de las dere-chas, que durante 11 años habían monopolizadola, dirección del país, no fue cosa fácil. En lascondiciones específicas creadas después de laguerra civil, en pleno apogeo de la guerra fría,las fuerzas reaccionarias montaron un comple-jo y ramificado aparato represivo y terrorista.Utilizando como base ideológica el anticomu-nismo y la doctrina de la guerra fría y apli-cando una política de división nacional y deodio, las derechas no vacilaron en hacer usode este aparato para aplastar cualquier accióndo las masas populares contra su política. Lademagogia, la falsificación del censo y las le-

yes electorales antidemocráticas hicieron elresto.

Mas en estas últimas elecciones, al contrariode lo que había sucedido en 1961, el pueblogriego derribó la barrera del miedo, impidió enlo fundamental la acción del aparato terroris-ta y, entregando sus votos a los partidos de laoposición democrática, hizo ineficaz la falsifi-cación. De esta manera se confirmó que mer-ced a la lucha del pueblo se había creado enel país una nueva situación, que condujo alderrocamiento del Gobierno Karamanlis.

Al mismo tiempo, el pueblo condenó con susvotos la política de la Corte, favorable a lospartidos reaccionarios. Señalemos que en lahistoria de las dinastías reales de Grecia hahabido no pocos casos de violación de los pre-ceptos constitucionales y democráticos en be-neficio de las fuerzas derechistas, habiendollegado incluso a apoyar abiertamente a la dic-tadura fascista de Metaxas. Así, pues, la con-denación de esta política, cuyos rasgos funda-mentales se pusieron de manifiesto con singu-lar fuerza durante los ocho años de gobiernode Karamanlis, es una especie de advertencia.

Al poner fin al duro hoy, el pueblo griego haevitado un mañana aún más difícil. Ha hechofracasar los planes de revisión de la Consti-tución en un espíritu neofascista, revisión quelas fuerzas reaccionarias intentaron imponeral Parlamento anterior y que incluyeron denuevo en su programa electoral. El pueblo im-pidió que se estableciera en el país de formalegal, con el supuesto «beneplácito» de las ma-sas un régimen neofacista.

La importante victoria del pueblo griego esel producto de una prolongada, áspera y he-roica lucha. En esta reñida batalla, en la quetambién participó —sobre todo en el últimobienio— la Unión del Centro, se encontrabanen las primeras filas las fuerzas de izquierda.Con un claro y concreto programa, llenas defe en el derecho y la fuerza del pueblo, fueronellas precisamente, con su espíritu consecuentey abnegado, el alma y la vanguardia de la lu-cha. Cabalmente ellas asumieron la carga fun-damental y soportaron el mayor número desacrificios.

Esto no es una exageración. Sin las fuerzasde izquierda, sin su acertada política y su te-sonera actuación no se habría conseguido eltriunfo sobre la reacción en Grecia. Y por esosu éxito no se determina por el número deactas y de votos obtenidos por el EDA, canti-dad que, dicho sea de paso, está muy lejos dereflejar sus fuerzas reales. El EDA es el ver-dadero triunfador moral y político de las elec-ciones del 3 de noviembre. El Partido Comu-nista de Grecia, que apoyaba al EDA, tambiénentregó todas sus fuerzas a la causa de la vic-toria del pueblo.

Además, la solidaridad democrática interna-cional prestó una sustancial ayuda a esta vic-toria. Las campañas internacionales por la li-beración de los presos políticos y por el res-tablecimiento de la democracia en Grecia, elenérgico repudio en Londres de la pareja realgriega como representantes y mascarones deproa del régimen profacista, la indignación

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84 NOTAS Y CORREO DE LA REDACCIÓN

mundial con motivo del asesinato de Lambra-kis y ante la transformación del aparato es-tatal griego en un mecanismo de represióncontra los adversarios políticos, todo esto indi-ca el incremento y las proporciones de la so-licfaridad mundial. El apoyo internacional ad-quirió singular importancia, ya que era pres-tado a un pueblo que había visto que todas susdesgracias son resultado de la ingerencia del«omnipotente» imperialismo extranjero y desus arbitrarlas maquinaciones. Por otra parte,la solidaridad internacional fue para los inspi-radores y organizadores de la violencia un fre-no en la realización de sus planes. Impidió quese repitiera el golpe electoral de 1961.

¿Qué sentido tiene el veredicto popular?¿Cuál fue el mandato del pueblo al votar porlos partidos de la oposición democrática? Esbien claro. Basta tener en cuenta la políticaque el pueblo condenó: la política de la ERE,que, en rasgos generales, consistió en esquil-mar a los trabajadores en beneficio de losmonopolios nacionales y extranjeros, en subas-tar las riquezas y los derechos nacionales, encontinuar la guerra fría, en convertir Greciaen una plaza de armas de agresión nuclear y,finalmente, en utilizar el terror y la violenciacomo métodos fundamentales para hacer rea-lidad estos objetivos.

A esta política antinacional, el pueblo con-trapuso sus reivindicaciones. En particularexigió:

a] restablecimiento de las instituciones de-mocráticas, del sistema constitucional y de lavida política normal;

b] mejoramiento de la situación material delpueblo y desarrollo económico del país;

c] aplicación de una política exterior de paz.El~piieblo bregó en pro de estas reivindica-

ciones en el curso de la tenaz lucha de masasque precedió - a la victoria electoral y que,abarcando a todas las capas sociales, adquirióenormes proporciones Los partidos de la opo-sición democrática prometieron aplicar unapolítica que asegurase el cumplimiento de es-tas demandas. Por eso, el pueblo les expresósu confianza y les dio fuerzas para la realiza-ción de una tal política.

Si se hubiera respetado la voluntad populary la democracia, habríase formado un gobier-no conjunto de la Unión del Centro y del EDAsobre la base de un" programa mínimo común.Ahora, la dirección de la Unión del Centro in-cluso rehusa el apoyo de las izquierdas a ungobierno de dicho partido, apoyo que el EDApresta con una sola condición: que la Unióndel Centro cumpla sus propias promesas elec-torales. Pero la dirección de la Unión del Cen-tro piensa más en ganarse la benevolencia dela Corte y de los norteamericanos que en losIntereses populares. Trata de aglutinar una«mayoría autónoma» colaborando con un sec-tor del partido derechista condenado por elpueblo. De esta manera crea el peligro de quese falsifique la voluntad popular y hace posi-bles nuevas intrigas de las fuerzas reacciona-rias contra la democracia, contra el pueblo yel país.

Sobre la base de los resultados de la vota-

ción, la Unión del Centro formó un gobiernocapaz de cumplir su cometido únicamente conel concurso de los diputados del EDA, en losque de hecho se apoya. La Unión del Centropodría, reconociendo oficialmente este apoyo,acometer el cumplimiento de sus promesaselectorales. En este caso tendría garantizadauna firme mayoría, más que suficiente paragobernar con seguridad y eficacia.

En lugar de esto, el Gobierno de la Unióndel Centro siguió otro camino. Hizo haber [yen cierto sentido lo ha realizado ya] que ibaa llevar a cabo diversas medidas, principal-mente para aliviar la situación económica delpueblo, presentándolas como cumplimiento desus promesas electorales. Al mismo tiempo, ladirección de la Unión del Centro manifiestaque si el Gobierno no se asegura en el Parla-mento una «mayoría autónoma» [con los vo-tos de los diputados derechistas], se esforzarápor conseguir como «única solución posible»,la celebración de nuevas elecciones a fines deenero. Sin embargo, no ha tomado ningunaclase de medidas para democratizar el apara-to estatal a pesar de que la Unión del Centromanifestó repetidas veces que esta era unacondición precisa para efectuar elecciones li-bres.

El Gobierno no ha hecho nada para incoarproceso a los asesinos de Lambrakis, lo quehabría puesto al descubierto el aparato terro-rista de las derechas incrustrado en organis-mos estatales. No ha disuelto las organizacio-nes neofascistas ni ha abolido ninguna de lasleyes antidemocráticas. Incluso en la cuestiónde los presos políticos, el Gobierno, en un pro-yecto de ley que ha preparado, reconoce la va-lidez de la ley fascista N<? 375 que califica deespionaje a la actividad política. Muchos delos presos son catalogados sin fundamento al-guno como «criminales peligrosos». Todo estopuede conducir a que, incluso después de lavictoria del 3 de noviembre, unos 200 presospolíticos continúen en presidio.

De esta manera, creando artificialmente unacrisis política y arrastrando al país a una nue-va consulta electoral, el Gobierno de la Unióndel Centro deja incólumes las posiciones deci-sivas de las derechas, que pueden utilizarlaspara pasar a la contraofensiva contra los re-sultados de la reciente expresión de la volun-tad popular. Es claro que la dirección de laUnión del Centro, bajo la presión de la Cortey de los «consejeros» extranjeros, se deslizahacia la vía conciliadora en detrimento de losintereses populares. Emprende la senda delanticomunismo y de la antidemocracia e in-tenta excluir de la vida política a las fuerzasmás vivificantes de la nación. Esta es la mis-ma base que sirvió para que tomara cuerpola política antinacional condenada por el pue-blo griego.

El desarrollo de los acontecimientos despuésde las elecciones confirma una vez más cuanerrónea y perjudicial era la posición de quie-nes propugnaban que durante las eleccionestodas las fuerzas de las izquierdas dieran susvotos sin condiciones a la Unión del Centro.Además de que del primer plano de la escena

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política había desaparecido el EDA, único par-tido legal consecuentemente democrático, elpaís se vería ahora ante un desenfrenado an-ticomunismo, cuyos portavoces no cesarían deasegurar que se apoyan en la inmensa mayo-ría del pueblo, en los sufragios de las propiasizquierdas.

La lucha del pueblo constituye una garantíacontra los peligros que crean en la vida polí-tica de Grecia las intrigas de la reacción y delos extranjeros [así como la actitud contempo-rizadora e inconsecuente de la dirección de laUnión del Centro]. No cabe duda que el pue-blo griego, que derrotó a tantos enemigos ysuperó tantas dificultades y que ha consegui-do la primera victoria importante, no permi-tirá que nadie desconozca o tergiverse su vo-luntad. Encontrará fuerzas y medios para con-solidar y ampliar su victoria, imponiendo unviraje democrático que sea punto de arranquede un nuevo período en la vida del país, unperíodo de democratización, de paz y de bienes-tar del pueblo.

Jan BOZAK

El golpe de Estadoen Honduras, provocación yanqui

La opinión pública democrática del mundo hacondenado el nuevo golpe militar dado por elpoder de los monopolios norteamericanos enHonduras el 3 de octubre pasado, como una con-tinuación de la racha de «gorilazos» que en Amé-rica Latina ha venido efectuando el imperia-lismo yanqui a través de sus domesticados ci-payos, en presencia del fracaso de la decantada«democracia representativa».

El golpe militar llevado a cabo por el coronelOsvaldo López Arellano, quien era el jefe de lasfuerzas armadas bajo el régimen liberal de] Dr.Ramón Villeda Morales, fue muy sangriento ylia causado numerosas pérdidas humanas >ygrandes sufrimientos al pueblo hondureno, es-pecialmente a las clases trabajadoras. 800 ciu-dadanos muertos es cifra bastante alta para ungolpe de Estado en un país tan pequeño comoHonduras. Los golpistas habían determinadosembrar el terror a sangre y fuego en aquelloslugares [como San Pedro Sula, Progreso, Puer-to Cortés y otros, incluida la capital] donde lacorrelación de fuerzas era favorable a la demo-cracia y al progreso.

En los dos últimos meses anteriores a octubrecu Honduras primaba un ambiente de agita-< ion política con miras a la celebración de elec-ciones generales de acuerdo a la Constitución.Se elegirían un Presidente, tres Vicepresidentesy 64 diputados al Congreso Nacional.

Los dos viejos partidos tradicionales Liberal yX;ieionalista se habían dividido dando vida an t r . - i s dos agrupaciones más, el Partido Repu-M ¡cano Ortodoxo y el Partido Popular Progre-

L, De esta manera se presentarían cuatro

candidatos a la presidencia. El Partido Comu-nista de Honduras, estando en la ilegalidad, nopodía participar en los comicios con fórmulapropia.

El candidato que contaba con las mayoríasera, indiscutiblemente, el del Partido Liberal go-bernante Lie. Modesto Rodas Alvarado, ex Pre-sidente de la Cámara Legislativa. Con excep-ción del Popular Progresista, los otros partidoshacían su propaganda a base del anticomunis-mo, emulando en procacidad e insultos contralos comunistas con el objeto de ser gratos algobierno norteamericano y obtener su espalda-razo que, en Centroamérica, es lo que decidelas elecciones «democrático-representativas».

Sin embargo, los liberales se veían en el casode tener que hablar de reforma agraria y pro-meter avances democráticos, ya que todavíacuentan con el respaldo de la mayoría del pue-blo hondureno y, por otra parte, el candidatoliberal acentuaba su propaganda contra la oli-garquía nacionalista que durante un cuarto desiglo impuso dictaduras de horca y cuchillo enHonduras, razón por la que las masas, tan gol-peadas entonces, se muestran muy sensibles an-te los ofrecimientos de justicia contra tantosverdugos que impunemente recorren las calles.La mayoría de los hondurenos sigue dando surespaldo al Partido Liberal, que fue un partidode oposición a aquellas dictaduras, aunque élmismo ha estado dirigido por una oligarquíatambién reaccionaria y servidora del imperia-lismo yanqui, tal como lo ha comprobado laadministración de Villeda Morales.

El gobierno de Villeda, que fue elevado porla voluntad popular, traicionó los intereses delas masas entrando en compromiso con el im-perialismo, anulando así toda su actuación ydesperdiciendo la gran oportunidad histórica queel pueblo puso en sus manos para lograr la in-dependencia real del país. Pero debido a la pre-sión de las masas tampoco podía ser del todosordo e indiferente a los reclamos populares ytuvo que tomar algunas medidas democráticas,aunque muy tibias y superficiales.

Las contradicciones surgidas dentro del par-tido gobernante, donde la burguesía nacional ypequeña burguesía radical chocaban con los oli-garcas y terratenientes, y que se extendían has-ta el seno del propio gobierno, no permitían, porsu parte, que el Pentágono obtuviera todo loque deseaba del régimen liberal para acelerarsu programa de fascistización de Centroaméricay obtener de inmediato bases militares en el te-rritorio hondureno desde las cuales poder lan-zar sus proyectadas provocaciones y agresionescontra Cuba. Con todo y que el gobierno Ville-da era anticastrista y había suspendido las re-laciones diplomáticas con Cuba, no tenía lasmanos libres como para llegar a tanto en losplanes norteamericanos de agresión. El propiocarácter civilista, constitucional y, hasta ciertopunto, antimilitarista del régimen le hacía in-servible a los «frenéticos» del Pentágono, que,además, necesitan asegurarse la espalda latino-americana para llevar adelante su política beli-cista con miras a desatar una nueva guerramundial.

Desde antes y en presencia de las no ocultas

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intenciones del imperialismo y de los militareshondurenos, se comprendía que las elecciones nose llevarían a cabo, ya que casi públicamente segestaba el golpe de Estado. Todo el mundo locomentaba y el único que intentó subestimarloy apaciguar al pueblo que estaba dispuesto adefender la constitucionalidad ante los golpis-tas, era el propio Presidente Villeda, quien, envez de apoyarse en las masas que le eran lea-les o que, por principios, podían salir en su de-fensa, buscó el apoyo del Departamento de Es-tado, precisamente de donde no podía llegarlemás que el ofrecimiento hipócrita y la puñaladaen la espalda.

Mientras en el ambiente se desplegaban lasbanderas partidarias en una libre propagandaeleccionaria entre los partidos burgueses y cuan-do bajo ellas se veía venir el golpe de los «go-rilas», el gobierno desató una injustificada ytendenciosa persecución contra los comunistas.El Presidente creía que con acentuar la repre-sión y encarcelar comunistas se iba a ganar elapoyo del Departamento de Estado y que esolo libraría del zarpazo de los «gorilas», en cu-yo «patriotismo» aconsejaba que debía creerse.

El golpe de Estado se llevó a cabo 10 díasantes de celebrarse las elecciones. Sabido es quesus ejecutores fueron los militares hondurenoscon el pretexto de detener la «infiltración co-munista que era grave amenaza para la Repú-blica» y por las «infracciones a la Constitu-ción». Para los militares, las represiones anti-comunistas de la «democracia representativa»ya no bastaban. Los coroneles hondurenos fue-ron los que pusieron en marcha la máquina re-presiva del ejército, entrenada y bien armadapor los «frenéticos» de la misión militar norte-americana en Tegucigalpa.

Pera el golpe fue fraguado evidentemente enel Pentágono, organizado por la misión military aérea y los agentes de la CÍA, y financiadopor la United Fruit Company. Estos son los he-chos reales. Hasta la propia prensa norteame-ricana ha informado de ellos con detalles y bue-na parte de los planes fueron hechos públicoscon anterioridad al día del golpe por el Wash-ington Post.

La posición geográfica de Honduras en Cen-troamérica es de mucha importancia para losfines de dominación y agresión norteamerica-nos. En Salvador, Guatemala y Nicaragua yatenían regímenes militares reaccionarios capa-ces de aplastar con sangre los anhelos reivindi-cativos de los explotados pueblos. Con el golpeen Honduras quedó completo el cuadro princi-pal como en las décadas del 30 y 40, cuandoel imperialismo sostuvo las cuatro más sangui-narias dictaduras en la historia de Centroamé-rica. Faltan ahora en Costa Rica y Panamápara que todo el istmo responda a los planesdel Pentágono con gobernantes vistiendo el mo-dernizado uniforme de los «gorilas».

El otro factor principal interesado en liquidaral tibio y mediatizado gobierno Villeda era laUnited Fruit Company, que tiene en sus manosel 70% de la economía hondurena. Como con-secuencia es un Estado dentro del Estado deHonduras.

La República de Honduras cuenta con dos mi-

llones de habitantes, aproximadamente. De ellosel 83% son campesinos o están ligados econó-micamente al campo. Predomina el latifundio,siendo el mayor terrateniente la United FruitCornpany. Cerca del 47% de las tierras culti-vables corresponden a fincas de más de 100 hec-táreas y a los latifundistas. De éstas hay 66grandes latifundios [con una extensión superiora 2.500 hectáreas] que poseen el 13,2% de lasuperficie de siembra.

El ingreso per cápita en Honduras fue de152,3 dólares en 1959, lo cual da una ínfima ca-pacidad adquisitiva a las mayorías. Según da-tos oficiales correspondientes a 1956, el 6% dela población se alimenta con pan de trigo, elresto con tortillas de maíz, banano o cazabe. El47% de los hondurenos andan descalzos. El73% de las viviendas carece de servicio de agua.Nada tiene de extraño que la mortalidad infan-til pasara de 3.937 en el año 1955 a 4.275 en 1960,según el Demographic Yearbock de las Nacio-nes Unidas de 1961. Pero la United Fruit Com-pany obtiene enormes beneficios y para man-tener su monopolio y control en la economíanacional ha impuesto esta nueva dictadura mi-litar.

El reclamo de tierras de los campesinos, queen muchos lugares del país habían ido a la to-ma de los latifundios incluso en zonas de la em-presa bananera, quiso ser frenado por el régimenliberal por medio de una ley de reforma agra-ria de acuerdo con la «Alianza para el progre-so». Esta ley, aunque era muy tibia y demagó-gica, no dejaba de tener algunos aspectos po-sitivos y al pretender llevarla a la práctica fueobstaculizada por el veto insolente y colonialis-ta de la United Fruit Company. El gobierno, in-digna y miserablemente, se doblegó, y la ley, quehabía sido emitida por el Congreso Nacional,quedó sin validez.

En la propaganda eleccionaria del candidatoliberal se decía que la ley de reforma agrariasería realizada. Y aunque Rodas Alvarado estambién un terrateniente, no podía tener la con-fianza de los monopolistas yanquis por su co-nocido odio para la oligarquía nacionalista [ba-se social y política de la empresa bananera] ypor su posición frente a la reforma agraria. Ro-das Alvarado es de los terratenientes feudalesque ha pasado a capitalista agrario. En conse-cuencia, la United Fruit Company consideró queno debían celebrarse elecciones, sabiendo de an-temano que el candidato liberal obtendría eltriunfo de manera rotunda.

El golpe militar encontró base social en losterratenientes feudales, que no quieren sabernada de reformas en el campo, ni siquiera laspropuestas por la «Alianza para el progreso», yen la burguesía intermediaria, que está estre-chamente ligada a la United Fruit Company ydepende de ella. La base política, la ha encon-trado en el Partido Nacionalista y el Republi-cano Ortodoxo, que representan a esas fuerzassociales. Ambos inmediatamente reconocieron elcuartelazo como medida «patriótica» y fueronllamados a formar gobierno.

Los golpistas esperaban poca resistencia po-

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pular a su acción antihondureña y, no obstante,con anterioridad tomaron todas las medidas queestaban en sus manos. Previamente concerta-ron acuerdos con las camarillas castrenses ve-cinas, de Guatemala y Nicaragua en principal.En caso de necesidad Peralta Azurdia daría, co-mo lo dio, apoyo aéreo al putsch y los Somozaun respaldo con fuerzas de infantería meca-nizada, incluyendo en ellas a los mercenarioscubanos que reciben entrenamiento en Nicara-gua.

Al producirse el golpe en la madrugada deldía 3 de octubre, el método táctico utilizado porlos «gorilas» fue imponer el terror en todo elpueblo, intimidándole con la amenaza de bom-bardeos aéreos y desplegando simultáneamenteasaltos armados a los cuarteles de la GuardiaCivil, a centros de organizaciones políticas y sin-dicales y a los hogares de ciudadanos conoci-dos como comunistas, como dirigentes liberalesy demócratas, como activistas sindicales no adic-tos a la ORIT.

Sin embargo, a pesar de todas sus prevencio-nes, los golpistas encontraron una resistenciamuy vigorosa en el pueblo, dando lugar a vio-lentísimos encuentros. Los asesinatos en frío co-metidos por los militares en la mañana delputsch exacerbaron más los ánimos en las prin-cipales ciudades del país. La lucha fue suma-mente encarnizada, y en San Pedro Sula y Te-gucigalpa los combates callejeros tuvieron uncariz de exaltado coraje y desesperada furia.Lo comprueban así los centenares de muertosen ambos campos beligerantes.

Los sucesivos contragolpes a las tropas regu-lares, el múltiple hostigamiento de las guerri-llas urbanas y rurales en tiempo tan inmediatoal golpe, los ataques a las guarniciones en di-ferentes lugares del país, el hecho de que doszonas militares [la 4* y la 5*] se pronunciarancon mucha reserva y prácticamente no apoya-ran el golpe y la necesidad de recurrir a la co-laboración militar de la Fuerza Aérea guate-malteca para atacar poblados en poder de la re-sistencia; todo ello indica que los golpistas seencontraron con algo no previsto en sus planesy que su éxito no tiene la firmeza deseada porel Pentágono y la CÍA.

Esto lo comprueba también el siguiente deta-llo: el coronel López Arellano declaró el primerdía de su espurio gobierno que sería «gobernan-1o único», más dos días después tuvo que lla-mar a elementos civiles para formar gobiernobajo la presidencia del abogado Roberto Rami-ro/, elemento de los grupos financieros y de laburguesía intermediaria. Naturalmente, este pas_oa t r á s de los militares golpistas no ha sido vo-l u n t a r i o , sino obligado por las circunstanciasdesfavorables que crearon la resistencia arma-da del pueblo y la aparición de guerrillas en elimís.

Mesde el primer momento del putsch los ór-is de Seguridad Pública que controla el FBI

« • n t r a r o n en acción, deteniendo y encarcelandoi millares de ciudadanos liberales, demócratas

• "munistas, hombres y mujeres en todo el país.I M Í S campos de concentración que construyeronlos militares próximos a la frontera nicaragüen-

, < ron abiertos para encerrar a los patrio-

tas. Como el número de éstos fuese mayor alprevisto, gran parte fue tirada al campo, ence-rrada en alambradas sin viviendas, como gana-do, especialmente campesinos del sur y orientedel país. Poco después el jefe golpista dispuso«la libertad de los detenidos por motivos polí-ticos, excluyendo a los comunistas... Los comu-nistas serán remitidos a una prisión especialpor conspirar contra las instituciones del país».

Los funcionarios y dirigentes liberales de de-recha que habían sido detenidos, ya gozan delibertad, pero los liberales de izquierda siguenencarcelados. Las cosas no quedaron ahí: des-pués desataron una sistemática persecución conallanamientos de hogares, ultrajes a las fami-lias, despliegues de bandas armadas, tiroteos in-timidatorios con saldo de personas heridas, in-cluidos niños. Y más ciudadanos honestos estánsiendo detenidos y encarcelados.

Ahora se comprende mejor que algunos de losprincipales objetivos de los militares cipayosson: liquidar el movimiento reivindicador de lossindicatos que estaban bajo la dirección de obre-ros leales a su clase, liquidar al Partido Comu-nista de Honduras, intimidar y golpear a lossectores progresistas de las capas medias y laburguesía nacional y frenar así el movimientode liberación para sostener incólume el podercolonialista norteamericano.

Entre los innumerables hondurenos que hansido apresados después del golpe se encuentrandestacados dirigentes obreros y populares: Dio-nisio Ramos Bejarano, uno de los más firmesy decididos guías del proletariado hondureno,que desde muy joven ha dedicado su vida a lacausa de los trabajadores y cuya salud hoy seencuentra muy quebrantada, máxime con el tra-to inhumano que dan las mazmorras; Luis Ma-nuel Zúñiga, Rafael Alberti, Jorge Su, EfraínGaray, Juan B. Canales, Moisés Moreira, dignospatriotas que no tienen más «crimen» que el deamar a su pueblo y luchar por sus grandes idea-les de liberación.

Queridos dirigentes sindicales como HéctorAcosta Romero, Aníbal Moradel, Félix Falencia,Pablo Sosa, Ramón Moneada, Lizandro Cruz,Modesto Martínez, Ja,vier Arguijo, José Saravia,Emilio Calderini, Antonio Constanza, AníbalCrespo, Felipe López, Jorge Herrera y tantosmás sindicalistas de dirección y de base, por or-den de los patronos han sido depuestos de lossindicatos y encarcelados por los militares.

En la cárcel se encuentra María L. Ramos,detenida en La Ceiba; Edgardo Cáceres, Rolan-do Valerio. Ismael Gutiérrez, Rodil Rivera Ro-dil, Salvador Avilez y numerosos estudiantesmás sufrieron prisión y torturas y han sido lan-zados al exilio junto con muchos profesores uni-versitarios de ideas progresistas.

Obreros y campesinos que de una u otra for-ma se habían pronunciado por la reforma agra-ria y contra los monopolios imperialistas, contralos terratenientes y patronos o demostrado sim-patías por la Revolución Cubana han sufrido ve-jámenes en las prisiones de los pueblos.

El Comité Patriótico para Defensa de los De-rechos Populares en Honduras ha hecho unllamamiento a las fuerzas democráticas in-ternas e internacionales con el fin de detener

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NOTAS Y CORREO DE ¿A REDACCIÓN

la serie de fechorías que realizan las fuerzasdel ejército gobernante y obtener la libertadpara todos los presos políticos sin discrimina-ción, como asimismo para el regreso de losdeportados y exilados junto a sus familiares enel país. Pide la solidaridad internacional pa-ra con las víctimas del régimen espurio quehoy oprime al pueblo hondureno en nombre dela United Fruit Company y del gobierno nor-teamericano.

El golpe militar no pudo haber sorprendidoa nadie, ni al propio Presidente Villeda, quedías antes pedía al pueblo «confiar en el es-píritu democrático de los militares», declara-ción ésta que no podía tener otra finalidadque adormecer al pueblo y hacerlo bajar laguardia. Tal hecho es una complicidad del go-bernante depuesto y el pueblo hondureno debeaducirle las correspondientes responsabilida-des.

El Partido Comunista de Honduras, aún es-tando en la clandestinidad y sufrir en sus miem-bros represiones, persecuciones, encarcelamientosy hasta torturas físicas por los agentes de Se-guridad Pública, se pronunciaba por el man-tenimiento de la constitucionalidad y la de-fensa del régimen en caso de verificarse elgolpe militar. Así lo habían hecho los comu-nistas en el putsch de 1959 y así lo hicieron sinvacilaciones en esta oportunidad, demostrandoa las masas su verdadero patriotismo. Natural-mente que el PCH ha mantenido esas posicio-nes no por el simple hecho de sostener a Ville-da Morales y a su camarilla, sino por no per-der totalmente las conquistas democráticas quetantos sufrimientos y luchas habían costado alpueblo, principalmente a obreros, campesinosy estudiantes, que con sus acciones de masas[y con no poca influencia de los comunistashondurenos] las lograran en la década ante-rior, restaurando las libertades elementales, con-quistando derechos para los trabajadores, inte-grando a la vida política a las mujeres e, in-cluso, logrando el ascenso al poder del propiogobierno liberal.

El PCH ha tenido en esta oportunidad ba-jas muy sensibles en sus filas. Muchos de susmilitantes de base y cuadros se encuentranprisioneros.

En los actuales momentos, no se puede pre-decir concretamente cuál será el destino delnuevo gobierno apoyado en las bayonetas yen el imperialismo; pero, dadas las condicio-nes que existían antes del golpe militar, dadala inmediata respuesta de las fuerzas demo-cráticas a los golpistas en luchas de extrema-da violencia que siguieron al putsch, dada lasituación de abierta represión y desbocado te-rrorismo de los «chafarotes» y su afán de li-quidar hasta los últimos rasgos democráti-cos, todo esto más el nuevo ambiente en el or-den de la correlación de fuerzas en el mundocontemporáneo, inducen a esperar que las lu-chas del pueblo hondureno con participaciónpreponderante de los comunistas, tomen un ca-rácter muy serio y peligroso para el imperia-lismo y su cipayos en Honduras.

Las perspectivas para el campo democráticose presentan favorables objetivamente, aunqueen condiciones sumamente duras que requeri-rán mucho espíritu de sacrificio y una políticaacertada de frente único de parte de los pa-triotas.

La liberación del pueblo hondureno no seráuna empresa fácil, pero con el espíritu de lu-cha que ha sido puesto de relieve frente al gol-pe fascista en obreros, estudiantes, campesinosagraristas e intelectuales democráticos [y hastaen una parte de la burguesía nacional antiim-perialista] no solamente se podrán restituir,como fruto de la lucha tenaz, las libertadesliberales, sino establecer un verdadero régimenpopular que responda a los intereses de las ma-yorías .

Las condiciones objetivas en Honduras abrenel camino para que las fuerzas de la democra-cia y del progreso pasen a una etapa superiorde lucha revolucionaria, mucho más dura, mu-cho más trágica, pero más decisiva. No seríaextraño que, ante las nuevas condiciones, sa-biamente aprovechadas por el pueblo, el im-perialismo busque, como otras veces, una sa-lida demagógica recurriendo a la farsa. No sedebe cerrar los ojos ante su incapacidad demaniobra cuando tiene todavía muchos peonesen los partidos burgueses y en la intelectuali-dad reformista.

Sin embargo, hoy son ya otros tiempos. Lospueblos abren cada vez más sus ojos a la com-prensión real de las cosas. A este proceso deesclarecimiento contribuyen mucho, contra eldeseo de sus ejecutores y planificadores, esosgolpes de Estado propiciados por el imperialis-mo yanqui. Además, y esto es de suma impor-tancia, allí cerca de Centroamérica está elejemplo vivo y palpitante de la revolución so-cialista en Cuba y de su consolidación con elapoyo del campo socialista, y este ejemplo sin-gular se torna una gran fuerza en la determi-nación de lucha por un futuro luminoso en lamente y corazón de los trabajadores y pueblosde Centroamérica y de todo el continente ame-ricano.

Pedro SÁNCHEZ

Las fuerzas inglesas de izquierda«Izquierdas» y «derechas» son conceptos po-

líticos, relativos. Su significación en cada mo-mento dado viene determinada por la actitudde estas fuerzas ante la situación del país, si-tuación que evoluciona y cambia con la marchade los acontecimientos.

Al escribir estas líneas, los tres factores de-terminantes de la situación en el país son:nuestra situación económica; la firma del Tra-tado que prohibe los ensayos nucleares, y fi-

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Este trabajo de colaboración expresa los puntos devista personales del autor, miembro del Partido La-borista [N. de la R.].

nalmente, aunque no en último lugar, la pro-ximidad de las elecciones generales, que debencelebrarse lo más tarde el 8 de octubre de 1964,aunque es casi seguro que tengan lugar antesdel mes de julio. La reacción de las fuerzasde derecha ante estos factores influye en me-dida considerable sobre el alineamiento y laacción de las fuerzas de izquierda.

Al analizar el enfrentamiento de la derechay la izquierda en Inglaterra es preciso tener encuenta las profundas raíces del sistema parla-mentario de gobierno en la historia y en la vi-da de nuestro pueblo, así como la naturalezade nuestro sistema electoral. La democraciaparlamentaria inglesa ha evolucionado desdeuna monarquía casi absoluta y el feudalismo,pasando por la oligarquía resultante de la fu-sión de la vieja aristocracia terrateniente conlos magnates del nuevo capital mercantil y fi-nanciero, para llegar a una democracia indus-trial moderna basada en el sufragio universaly en la libertad de acción para los obreros or-ganizados, a través de sus sindicatos y repre-sentantes políticos. Claro está que el poder dela propiedad y de los privilegios distorsiona ydesfigura nuestra democracia, en la que haymucha desigualdad e injusticia. Pero en Ingla-terra está muy difundida la opinión de que, co-mo dijo Carlos Marx y como repitió el XX Con-greso del PCUS, éste es uno de los países ca-pitalistas en que el paso del capitalismo al so-cialismo puede efectuarse por medios pacíficosy constitucionales, con utilización del Parla-mento.

Nuestro sistema electoral se basa en el prin-cipio de que cada circunscripción elige un di-putado, siendo éste el candidato que reúne elmayor número de votos, aun cuando sea infe-rior al de los obtenidos en conjunto por susrivales. En nuestro país no existe ninguna for-ma de representación proporcional ni segundavuelta. Este sistema hace prácticamente impo-sible que los pequeños partidos puedan conse-guir un acta parlamentaria, sobre todo porqueen las elecciones generales los votantes piensanmás en el futuro Gobierno que en los méritospersonales de los candidatos, por lo que semuestran reacios a «desperdiciar» su voto enfavor de un independiente o del candidato deun partido que no tiene ninguna probabilidadde formar Gobierno.

Al frente de las fuerzas de derecha se hallan,naturalmente, el Gobierno y el partido de losconservadores, sostenidos por las fuerzas del.^ran capital y de los grandes negocios y res-paldados por los que viven de rentas, interesesy beneficios. En los últimos años, los liberaleslian aparecido como serios competidores de loslories en una serie de elecciones parciales. Losliberales se dicen «radicales» y pretenden estara la izquierda del Partido Laborista. Pero éstano es la opinión de los electores: los liberalesarrebatan cuatro votos a los conservadores porcada uno que quitan a los laboristas. El mayordoseo de los candidatos laboristas es que enI M S circunscripciones dudosas la providencia lesdepare un competidor liberal, pues en este casoquedarán divididos los votos que habitualmen-1 < - so emiten en favor de los conservadores,

mientras que difícilmente serán afectados losvotos de la clase obrera y de las izquierdas enfavor de los laboristas.

Los tories aseguran que la pérdida de votosen favor de los liberales en las elecciones par-ciales es una nimiedad, una especie de válvulade escape para los descontentos con el Gobier-no, que sin duda alguna volverán al redil delPartido Conservaá/or\, para no «desperdiciar»sus votos en unas elecciones generales. La ver-dad es que los liberales son más eficaces y con-vincentes que los conservadores cuando apelana aquellos sectores de la clase media y la aris-tocracia obrera calificada que quieren ser pro-gresistas en una sociedad de libre empresa, pe-ro que al mismo tiempo temen la propiedadsocial. A los representantes de esta posición«intermedia» aún les queda por aprender queen la época del capital monopolista sus deseosequivalen a querer ser campeón de natación sinmojarse los pies.

El eterno problema que se le plantea al Par-tido Conservador es cómo ganar los votos de lamayoría no privilegiada sin dejar de ser, enrealidad, el partido de la minoría superprivilegia-da. El problema ha adquirido particular agu-deza en el año anterior a las elecciones, sobretodo a causa de la competencia de los libera-les.

A tenor con esto, en el plano socio-económico,el Gobierno se ha visto obligado a considerarlos problemas de la planificación, la seguridadsocial, los proyectos de edificación de nuevasviviendas de alquiler y a realizar una inves-tigación sobre los abusos y la explotación enla esfera de la construcción de viviendas porempresas privadas. Pero, en el mejor de loscasos, estas medidas llegan tarde y son insu-ficientes, y por otra parte resultan muy sos-pechosas de no ser más que pura demagogiapreelectoral y bonitas frases pronunciadas sinningún deseo serio de adoptar medidas prác-ticas. Tales medidas no atañen al problema delas nuevas y grandes fuerzas productivas na-cidas al conjuro de la «revolución científica»,es decir, por la aplicación de la química, laelectrónica, la automatización y la cibernéticaa la industria y la agricultura. Para aprove-char estas nuevas fuerzas con vistas a la pro-ducción y mantener el pleno empleo es precisointroducir cambios drásticos en las relacionesde propiedad en un sentido socialista.

En el plano de las relaciones internacionales,los conservadores se atribuyen todo el méritodel reciente Tratado de prohibición de las prue-bas nucleares. Al mismo tiempo proclaman queeste gran papel en el liderazgo mundial ha si-do posible gracias a la posesión por Inglaterrade una «fuerza nuclear independiente de disua-ción» [aunque no represente más del 2% de lade los Estados Unidos haya sido conseguida co-mo gracia y favor del Tío Sam y prácticamenteno pueda ser utilizada más que con el consen-timiento de los norteamericanos]. Los conser-vadores afirman que su fuerza disuasiva «in-dependiente» les permite aplicar una políticaexterior propia, Es un modo de beneficiarse deldifundido, fuerte y creciente deseo de los in-gleses, indistintamente del partido a que per-

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90 NOTAS Y CORREO DE LA REDACCIÓN NOTAS Y CORREO DE LA REDACCIÓN 91

tenezcan, de afirmar nuestra independenciafrente a Estados Unidos.

Pero el Partido Conservador está desgarradopor profundas diferencias en orden a la orien-tación política; está desmoralizado por los re-sultados de las elecciones parciales y de lasconsultas a la opinión pública, las cuales mues-tran que los laboristas llevan una ventaja que,de mantenerse, habrá de llevarles al Poder sinla menor sombra de duda.

La Conferencia del Partido Conservador cele-brada el pasado mes de octubre en Blackpoolvino a confirmar los sombríos pronósticos delconservador Evening Standard, que en su nú-mero del 8 de octubre decía: «Da Conferenciadel Partido Conservador se reúne este año enuna atmósfera de incertidumbre y abatimiento.Los socialistas han ofrecido un cuadro de ar-monía y fraternidad. Ya no parecen estar con-denados a una oposición eterna. El Poder yano les alarma ni desplace. Y los conservadores,con un impresionante historial de realizaciones,se encuentran con que han perdido contacto,han perdido la cara y han perdido la seguridad».

El partido más numeroso y el políticamentemás importante de las fuerzas inglesas de iz-quierda es, con mucho, el Partido Laborista.Por su composición es un partido de masas dela clase obrera, con una estructura semifede-rativa debido a la afiliación colectiva de lossindicatos, a los que corresponden las cincosextas partes de los 6 millones de miembros.

Los miembros individuales del partido, agru-pados por circunscripciones electorales, tam-bién son, por lo menos en un 80%, miembrosde las Trade Unions [aunque su número totales de unos 850 000, los miembros individualesconstituyen la parte más consciente y activadel Partido Laborista, la que realiza todo eltrabajo electoral y se encarga de elaborar lamayoría de las resoluciones de la agenda dela Conferencia anual]. "La estructura del Par-tido Laborista es algo intermedio entre un par-tido socialdemócrata y un frente popular, ad-mitiendo gran variedad de puntos de vista yconcediendo considerable libertad de propagan-da y de maniobra no sólo a individualidades,sino a grupos enteros. En sus concepciones elPartido Laborista refleja plenamente el rasgonacional de preferir el practicismo a la doc-trina. Es fuerte en instinto de clase y débil enteoría. Su política es determinada en gran me-dida desde abajo, por la presión de gruposcontendientes, en particular por la batalla con-tinua entre el ala derecha y el ala izquierda.

En los años 50, el Partido Laborista ofrecióalarmantes síntomas de la enfermedad senildel «derechismo». Durante estos años el ala de-recha afianzó sus posiciones en la dirección, ylas disputas habituales entre la izquierda y laderecha acerca de hasta dónde y con qué rapi-dez debía avanzar el partido por un camino conel que todos estaban de acuerdo, se convirtióen una lucha mucho más peligrosa en torno alproblema de cuál era el camino que debía se-guir el partido y cuál debía ser nuestro objeti-vo básico: transformar el capitalismo en socie-dad socialista o tratar de demostrar que los la-boristas pueden administrar el capitalismo con

más eficiencia que los conservadores.La muerte de Aneurin Bevan prolongó la do-

minación del ala derecha. La muerte de Gaits-kell puso fin a dicha dominación. Pero aún envida de Gaitskell el partido comenzó a estre-char sus filas ante la proximidad de las eleccio-nes, aprovechando del mejor modo posible lapolítica de compromisos desarrollada en losaños de lucha. El cambio decisivo sobrevinocuando la presión ejercida desde abajo y lalógica de los hechos convencieron a Gaitskellde que debía rechazar el ingreso de Inglaterraen el Mercado Común en las condiciones ne-gociadas por el Gobierno conservador e insistiren las cinco condiciones del Partido Laboristaque, como sabía muy bien, jamás serían acep-tadas por los Seis, ya que supondrían el fin dela Comunidad Económica Europea.

Harold. Wilson tomó las cosas en el punto enque Gaitskell las había dejado. El partido ad-quirió con él nuevos fuerzas vitales, unidad,confianza y decisión de alcanzar la victoria. Elproblema inmediato con que hubo de enfren-tarse Wilson fue el de conseguir que el ala de-recha se resignase a la pérdida del poder yaceptase su dirección centro-izquierda, que esapoyada por la inmensa mayoría del cuerpo deopinión del país, aunque se encuentra en mi-noría en el grupo parlamentario laborista [sibien durante su elección por éste el centro seunió resueltamente con la izquierda y con al-gunos miembros de la derecha opuestos al Mer-cado Común, para derrotar a George Brown,candidato del ala derecha, que sigue ocupandoel puesto de líder adjunto]. Y afrontó el pro-blema diciendo que seguiría aplicando la polí-tica que ya había sido acordada por el partidocon Gaitskell, a reserva de interpretarla a laluz de la situación cambiante. Esta actitud nodejaba al ala derecha ninguna escapatoria, a lavez que le proporcionaba a él mismo suficien-te capacidad de maniobra para desarrollar losvagos compromisos de la política laborista se-gún lineamientos más combativos y realistas.

En los problemas de la política interior, elPartido Laborista se pronuncia por una am-plia planificación y un extenso control de lavida económica, orientados a la expansión,equipados con un Ministerio de la Produccióny con una utilización mayor que nunca de losservicios de la ciencia y la técnica. Esta po-lítica impone al partido la nacionalización dela industria del acero y le deja las manos librespara proceder a la socialización de la propie-dad privada en las proporciones que considerenecesarias, al objeto de asegurar una aplica-ción eficaz de su política, y para vencer la re-sistencia que puedan oponer a ella los interesesprivados. Se hace hincapié en la extensión yel mejoramiento de la enseñanza, en la moder-nización y desarrollo de la sanidad, en la ple-na gratuidad de la asistencia médica, en la abo-lición de la inicua ley de alquileres de los con-servadores y en la revisión de la ley de plani-ficación urbana y rural, que ha convertido laconstrucción de viviendas en un coto cerradodonde actúa a su antojo el racket que especulacon los apartamentos y los solares. Los labo-ristas se proponen sustituir todo esto por una

política totalmente distinta, basada en la ideade que las casas implican una responsabilidadsocial y no constituyen un campo legitimadode inversión para intereses privados y que latierra necesaria para la edificación urbana de-be ser propiedad pública. Los laboristas recla-man el control de los alquileres y que a lasautoridades locales se les concedan los pode-res y los recursos necesarios para edificar vi-viendas municipales y para implantar el con-trol sobre las casas de propietarios privados queelevan escandalosamente los alquileres o dejanque aquéllas queden convertidas en tugurios.

La Conferencia celebrada por el Partido La-borista el pasado otoño en Scarborough aprobóesta política por aplastante mayoría. En el in-forme del Comité Ejecutivo Nacional, titulado«Los laboristas y la revolución científica», y enel discurso de Harold Wilson, que desarrollólas ideas expuestas en dicho informe y ejercióun gran impacto en la opinión pública, fueronplanteados varios problemas nuevos. El Timesdefinió la política laborista diciendo que erauna política que «uncía la ciencia al socialismoy el socialismo a la ciencia». «El período dequince años —dijo Wilson—, desde que nos re-unimos la última vez en Scarborough, en 1960,hasjta mediados de la década del 70, será unperíodo de cambios técnicos, sobre todo en losmétodos industriales, superiores a todo cuan-to ha dado la revolución industrial en los últi-mos 250 años».

Durante este período, Inglaterra, a juicio deWilson, deberá crear 10 millones de nuevospuestos de trabajo, extender considerablementela instrucción superior, especialmente en laciencia y la tecnología, sumir una responsabi-lidad nacional por el aprendizaje profesional yla preparación para nuevos oficios, con man-tenimiento íntegro del salario, de aquellos obre-ros que hayan visto desaparecer sus viejas ocu-paciones bajo los efectos de la automatización.«Por cuanto el progreso técnico —subrayó Wil-son—, abandonado al mecanismo de la indus-tria privada y de la propiedad privada, sólopuede conducir a un aumento de los beneficiospara unos pocos, a un alto nivel de ocupaciónpara los menos y a un desempleo masivo paralos más, la propia automatización habrá deplantear el problema del socialismo, aun en elcaso de que antes no hubiese sido planteadojamás. Y es que el progreso tecnológico sólopuede servir a objetivos nacionales si se con-vierte en parte de nuestra planificación na-cional».

Tal planificación nacional presupondría unaconsiderable extensión de la propiedad públi-ca, tanto en la creación de nuevas industriascomo en la revitalización de las viejas y la mo-vilización de unas y otras para nuevas tareas.Wilson citó el siguiente ejemplo: «Todo el quehaya discutido las perspectivas del comerciocon los líderes soviéticos —como lo hemos he-cho muchos de nosotros— o con los dirigentes< ! • • algunos grandes países de nuestra Com-monwealth, sabe que existe una gran demandap i r a , las nuevas industrias químicas basadas enla investigación inglesa». Un Gobierno laboris-t a , siguió diciendo, asumiría la iniciativa de

constituir un consorcio estatal de la construc-ción de maquinaria para la industria químicaa fin de satisfacer la demanda de Europa delEste y de los países en desarrollo de la Com-monwealth.

Wilson asoció esta idea con los problemaseconómicos que habrá de afrontar Inglaterracuando la actual carrera armamentista sea sus-tituida por un acuerdo general de desarme. Yes que las consecuencias económicas del desar-me no pueden ser afrontadas más que sobre labase de la planificación socialista. Los paísescapitalistas desarrollados mantienen hoy el ple-no empleo gracias únicamente a los grandespedidos militares, y el día que se establecieseuna paz sólida, el pánico se apoderaría de WallStreet y de otras bolsas de valores. Wilson dijoque el Gobierno laborista incluiría en su senoun Ministro de Desarme, entre cuyas obliga-ciones figuraría la de preparar la solución delos problemas económicos que habrán de sur-gir tras el desarme masivo, pisándole los ta-lones.

El rasgo más saliente de la política laboristacon respecto a la Commonwealth es el énfasispuesto en la realización de la planificación na-cional en una forma que le permita tener encuenta la planificación de las economías de lospaíses de la Comunidad británica de Naciones,en la mayoría de los cuales están bastante ex-tendidas la propiedad pública y la planifica-ción, consideradas el único camino para alcan-zar rápidamente al mundo moderno.

La Conferencia de Scarborough aprobó porunanimidad una resolución, en la que se dice:«La elevación del nivel de vida de los dos ter-cios no privilegiados de la población del globoes la más importante tarea político-económicadel presente, la cual exige que el futuro Go-bierno laborista coloque en el primer plano desu programa el incremento de la ayuda a lospaíses subdesarrollados mediante la liberaciónde mano de obra, recursos pecuniarios y ma-terias primas a través del desarme, así comotambién creando mercados garantizados parala venta de los principales productos de dichospaíses mediante compras masivas y acuerdosa largo plazo».

La resolución señala más adelante que el Par-tido Laborista se compromete a prestar plenoapoyo a la ONU en la realización de la «Dé-cada de Desarrollo» y de la Conferencia Mun-dial de Comercio y Desarrollo de las NacionesUnidas. En una resolución especial los labo-ristas condenan el apartheid en África del Sur.En otra resolución, también aprobada por una-nimidad en la Conferencia, se reitera la inten-ción del partido de que el futuro Gobiernolaborista base sus relaciones con otros Estadosen los principios, propósitos y obligaciones dela Carta de la ONU y no en alianzas militares.

En los asuntos internacionales, los laboristashacen ahora especial hincapié en el propósitode duplicar o triplicar en los próximos años elcomercio con los países socialistas, y particu-larmente con la URSS, recurriendo a diversasmedidas, entre ellas a la coordinación de nues-tra planificación con la suya en forma similara la propuesta para los países de la Conmon-

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wealth, siendo de preferir la base multilaterala la bilateral. Esto constituye en realidad unensanchamiento y una readaptación de la po-lítica iniciada ya bajo los conservadores, puesentre los industriales ingleses existe un deseocreciente de ampliar el comercio con los paísessocialistas, deseo que ha hallado su expresiónen el notable informe hecho recientemente por20 destacados hombres de negocios. Pero lo queellos están haciendo en forma privada, me-diante una «planificación conjunta» con las em-presas soviéticas sobre una base quinquenal, loslaboristas se proponen complementarlo o re-emplazarlo con acuerdos intergubernamentalesy ciertos lazos entre la planificación en Ingla-terra y los países de la Commonwealth con losplanes coordinados a través del Consejo deAyuda Mutua Económica.

En el problema del desarme los laboristas sonpartidarios de que Inglaterra haga sus propiaspropuestas para superar las diferencias entrelos planes de desarme soviético y norteameri-cano y de que la prohibición de los ensayosnucleares se haga extensiva a las pruebas sub-terráneas, partiendo de los actuales sistemasnacionales de detección y aplicando una mora-toria para todos los ensayos en tanto se per-feccionan tales sistemas o se llega a un acuerdosobre ciertas formas de control internacional.

En su discurso pronunciado la víspera de laConferencia de Scarborough, Harold Wilson de-dicó gran atención a estos problemas. Al refe-rirse a su visita a Moscú, dijo: «Después denuestras conversaciones de Moscú me he con-vencido de que existe la posibilidad de avanzaren dos direcciones: en primer lugar, conseguirun Acuerdo que ponga fin a la difusión de lasarmas nucleares, y en segundo lugar, convenirlas zonas de desarme nuclear completo y dedesarme convencional progresivo. ¿Por qué nopodríamos llegar ahora al acuerdo de convertirtoda África en una zona, desnuclearizada? Nodebemos transmitir a los nuevos Estados afri-canos los vicios de las llamadas civilizacionesavanzadas. Lo mismo cabe decir en lo que res-pecta a América Latina y los países del Orien-te Cercano y Medio. Volvemos a subrayar laurgente necesidad de llevar a cabo lo que haconstituido siempre uno de los aspectos de nues-tra política: crear, en el área tan tensa deEuropa Central, una zona desnuclearizada conuna inspección efectiva y zonas de reduccióncontroladas de las armas convencionales».

La política exterior laborista propugna unarreglo temporal del problema de Berlín sobrela base de la plena y definitiva aceptación delas fronteras polacas y del reconocimiento defacto del Estado germanooriental, a cambio deun acuerdo en el que tomasen parte las dosAlemanias, así como la Unión Soviética, Polo-nia, Hungría, Checoslovaquia y las potenciasoccidentales, y en el que quedase garantizadala independencia y la libertad de comunicacio-nes de Berlín Occidental, con la participaciónen una u otra forma de la ONU en dichas ga-rantías. Esto, a juicio de los laboristas, deberíair acompañado de la creación de zonas de des-enganche o separación entre las fuerzas arma-das y de un desarme regional negociado sobre

la base del Plan Rapacki, medidas que abriríanel camino a la unificación de Alemania por eta-pas y a través de los esfuerzos de representan-tes de las dos Alemanias, en el cuadro de losacuerdos relativos a Berlín y al desenganchede las fuerzas armadas.

El Partido Laborista ha expresado su totaloposición a cualquier participación de Alemania,directa o indirecta, colectiva o individual, en elcontrol de las armas nucleares, así como a laidea de formar una flota nuclear multilateraly una fuerza nuclear multilateral de la OTAN.Al hablar en el mitin de Scarborough, WillyBrandt, líder de los socialdemócratas alemanes,se vio en la precisión de asegurar que su par-tido se opone al rearme nuclear de Alemania.Pero la masa de los militantes laboristas con-sidera que el Partido Socialdemócrata Alemán/bajo su actual dirección, no es un partido so-cialista —ni siquiera nominalmente— ni unamigo de la coexistencia pacífica. La propiapresencia de Brandt en Scarborough fue acogi-da con gran descontento por muchísimos labo-ristas.

Mas, volvamos al programa de política exte-rior. Los laboristas preconizan el control polí-tico colectivo de la OTAN y rechazan un esta-do de cosas impuesto a Inglaterra por EstadosUnidos, en el que este último país adopta de-cisiones unilaterales que pueden conducir a unaguerra nuclear [como ocurrió durante la crisisdel Caribe]. Pero al rechazar así unas condi-ciones que constituyen de hecho el precio queha de ser pagado por permanecer en la OTANy al promover una política de desenganche quehabrá de conducir a la liquidación de la OTANy del Tratado de Varsovia, el Partido Laboristadeclara a la vez ¡que apoya a la OTAN!

Dicho en pocas palabras, la política exteriorde los laboristas, que expresa el triunfo de laizquierda sobre la derecha tras una lucha devarios años, y su política en las cuestiones dela defensa, impuesta por el ala derecha a des-pecho de los acuerdos de la Conferencia deBrighton de 1962, se contradicen recíprocamentey no pueden ser combinadas en una políticacoherente única. Por añadidura, la propia po-lítica laborista en las cuestiones de la defensaes intrínsecamente contradictoria, pues reclamala igualdad de derechos sobre la base del mo-nopolio nuclear de Estados Unidos en la OTAN,mientras que los norteamericanos se atienen alcriterio de que quien paga al gaitero, encargala música.

No es de extrañar, pues, que Haroid Wilson,al heredar esta política contradictoria, hayapreferido empezar concentrándose en los asun-tos domésticos, donde no existe un conflicto defondo entre la derecha y la izquierda, sino tan.sólo diferencias de grado, y donde es seguroque ambas alas apoyarán a la dirección al de-cidir hasta qué punto ha de aplicarse la polí-tica acordada a la situación existente. Pero, enprimer lugar, las sumas gastadas en arma-mentos son tan grandes y tendrán que aumen-tar en forma tan considerable al aplicar lapolítica laborista de incremento de las fuerzasconvencionales, que es casi seguro que habránde ser cercenadas drásticamente a fin de que

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el partido pueda cumplir las promesas socialesy económicas hechas al pueblo. En segundolugar, la conclusión del acuerdo sobre la pro-hibición parcial de los ensayos nucleares esaprovechada por el Partido Conservador enbeneficio propio con vistas a las elecciones,poniendo por las nubes la significación de es-te progreso y el supuesto papel desempeñadoen él por Macmillan. Los conservadores seproponen hacer amplio uso en la próximacampaña electoral de su pretensión de haberdesempeñado el papel de pacificadores y deque gracias a su «fuerza inglesa independientede disuasión» han conseguido preservar la in-dependencia de Inglaterra y su influencia enlos asuntos internacionales.

Estas pretensiones no tienen, naturalmente,ninguna base, y el Partido Laborista habrá dedenunciarlas, exponiendo su verdadera signifi-cación. Pero al mismo tiempo, el Partido La-borista debe ir más allá que los conservadoresy mostrar por qué y cómo nosotros, apoyán-donos en nuestra política, podríamos llegar aun acuerdo con la Unión Soviética, mantener-nos sobre nuestros propios pies y aplicar unapolítica independiente, guste o no a nuestrosaliados, convenciendo al electorado de querealmente tenemos la intención de conseguirlo.

La izquierda laborista insiste en que todoesto puede lograrse poniendo en práctica elprincipio proclamado por Harold Wilson y porGeorge Brown, líder adjunto del partido, deque la defensa debe ser puesta al servicio dela política exterior. Esto significa, dice el alaizquierda, que podríamos reducir nuestrasfuerzas armadas en la OTAN" a límites simbó-licos, por cuanto nuestra política nos permitenegociar un acuerdo con la Unión Soviéticapartiendo de; nuestros intereses comunes. Nonecesitamos, por ejemplo, fuerzas nucleares dédisuasión para inducir a la Unión Soviética anegociar sobre el Plan Rapacki. Lo que nece-sitamos es una fuerza de disuasión políticafrente a nuestros aliados, cjue rechazan dichoplan. El modo de conseguirlo, sigue diciendola izquierda laborista es llamando la atenciónsobre el hecho de que la OTAN entra en ac-ción tan sólo en caso de «agresión no provo-cada». Esto significa que el Gobierno laboristaestará en su derecho al decir a sus aliadosque mientras éstos sigan aplicando una políti-ca que nosotros consideramos provocadora nodeberán contar con el apoyo inglés a través dela OTAN ni lo tendrán. La piedra de toqueserá el que lleguen o no a un acuerdo connosotros respecto a las bases de la negocia-ción con la Unión Soviética, pues Inglaterrase negaría a verse arrastrada a la guerra porunos aliados que no quieren ponerse de acuer-do con ella respecto a la forma de asegurarla paz.

De la misma manera que Gaitskell cohesio-nó al partido y encontró apoyo mucho másallá de sus filas cuando se pronunció contrael ingreso en el Mercado Común a menos deque fueran aceptadas nuestras condiciones, ylo hizo a despecho de los EE. UU., así ahora,según sostiene el ala izquierda, el Partido La-borista obtendrá un amplio apoyo si convierte

en letra muerta las obligaciones de defensacolectiva de la OTAN en caso de que sean re-chazadas nuestras condiciones. Y esta políticahallaría tal eco entre vastos sectores de lapoblación de Europa Occidental, Estados Uni-dos y Canadá, que el Gobierno laborista ten-dría asegurada la capacidad de regateo nece-saria para inducir a sus aliados a llegar a unacuerdo con nosotros respecto a las bases ra-zonables de unas negociaciones con la UniónSoviética.

La Campaña por el Desarme Nuclear es unaparte apreciable, si bien limitada, de las fuer-zas de izquierda. Este movimiento ha ejercidosin duda un gran impacto en la opinión públi-ca, particularmente en el Partido Laborista yentre los jóvenes, a los que tratan de conquis-tar todos los partidos. Pero él mismo ha li-mitado sus objetivos a la demanda de que In-glaterra renuncie a las armas nucleares y ala participación en alianzas militares que ad-mitan el empleo de dichas armas. Tan sólo úl-timamente ha ampliado su programa con unaserie de reivindicaciones políticas muy simila-res a las del Partido Laborista. El ala izquier-da dice que si el partido acepta la línea queella propone, los laboristas podrán contar du-rante la contienda electoral con la energía yla inventiva de la Campaña por el DesarmeNuclear, así como con la fuerza de atracciónque ésta ejerce sobre la juventud.

El Partido Comunista está bien organizado,es enérgico y activo en aquellos lincamientosen que su posición se acerca por regla gene-ral, aunque no siempre, a la del ala izquierdadel Partido Laborista. Pero sigue siendo unpartido pequeño [unos 35.000 militantes] y, aexcepción de un diputado en los años 30 y dosinmediatamente después de la guerra, no haconseguido tener representación en la Cámarade los Comunes. Esto se explica por las yamencionadas peculiaridades de nuestro sistemaelectoral, por el anticomunismo de las dere-chas y por otras varias causas. En los sindi-catos su papel es mayor, aunque también aquí,está en minoría.

Esto completa nuestro relato acerca de lasfuerzas de izquierda en la Inglaterra de hoy.Es preciso tener presente que dichas fuerzasno son fuerzas estáticas, sino que evolucionana medida que va cambiando la situación en elpaís y en el mundo entero. El Tratado deMoscú sobre la prohibición de los ensayos nu-cleares ha abierto en el muro de la guerrafría una brecha para la penetración del senti-do común y del humanismo. La competiciónelectoral de los partidos, cada uno de los cua-les trata de convencer al electorado de suamor a la paz, demuestra que en el pueblo in-glés ya existe una demanda de paz de indu-dable eficacia política. El resultado de sus es-fuerzos combinados puede ser muy bien unaampliación de la brecha abierta por la prohi-bición de los ensayos en el muro de la guerrafría, hasta convertirla en un gran boquete, através del cual irrumpa la ola ascendente delos anhelos de paz del pueblo y haga cambiarel panorama político.

Konni ZIIXIACUS

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Derogar los decretosantipopulares

Es probable que, para cuando esta nota sepublique, se haya modificado sustancialmenteel actual panorama de la legislación represivaen la Argentina. Sin embargo, puesto que esalegislación expresa la ideología y los objetivospolíticos de las clases y grupos que la impu-sieron, señalaremos brevemente la concepcióngeneral que la inspira.

En los fundamentos del llamado Decreto-leyde Seguridad del Estado, dictado en enero de1963, se recoge la nefasta doctrina del «frenteinterno», repetida hasta el cansancio desde lasmás altas tribunas militares, y en cuya virtudlas fuerzas armadas deben tener por misión nosólo ni principalmente la defensa de las fron-teras geográficas, sino fundamentalmente la delas fronteras ideológicas. De este modo, unpartido político, un sindicato, una organiza-ción cultural, un periódico, pueden convertirseen objetivos bélicos para las fuerzas armadasy ser perseguidos como «enemigos».

Semejante concepción se refleja directamen-te en la situación jurídica del pueblo, ya quesu soberanía y la de los poderes de la Consti-tución se encuentran subordinadas a razonesde «seguridad continental», cuya definición yapreciación quedan libradas a organismos mi-litares en última instancia extranjeros, comola Junta Interamericana de Defensa.

En el espíritu de esta doctrina fueron ela-borados el Estatuto de los Partidos Políticos ylos numerosos decretos de represión del comu-nismo y del peronismo. En los fundamentosdel decreto-ley de represión del comunismo seafirma que, en cumplimiento de compromisosinternacionales, «la República Argentina haadoptado recientemente ante el comunismo unapostura categórica en el plano internacional,que corresponde sea complementada en el pla-no nacional con medidas del mismo carácter».Esta «postura categórica» no es otra que ladecisión, tomada a espaldas del pueblo, de

participar con soldados y equipos argentinosen el criminal bloqueo contra Cuba en octu-bre de 1962.

La total subordinación de la vida nacional alpoder militar se pone así plenamente de mani-fiesto, y exime de todo otro comentario. Locual no quiere decir, desde luego, que ese po-der sea omnipotente, por la sencilla razón deque en nuestro país y en el mundo están endescomposición el sistema y los intereses queél defiende y representa.

Nuestro Partido adapta las formas y el con-tenido de la lucha contra la legislación repre-siva no sólo a las condiciones particularescreadas por la gravedad de la represión, sinotambién y especialmente al objetivo funda-mental que corresponde a la etapa actual dedesarrollo de nuestro país, o sea, a la realiza-ción de la revolución democrática, agraria yantiimperialista.

Partiendo de la apreciación fundamental deque el objetivo básico del aparato represivo dela reacción y de su acción ideológica consisteen aislar a nuestro Partido de los sectores po-pulares, y en particular de las bases radicali-zadas del peronismo en abierto giro a la iz-quierda, nuestro Partido promueve firmemen-te la unidad de acción en los comités unitariosde lucha, por uno u otro de los objetivos dela revolución agraria y antiimperialista. Estaunidad, como todo proceso dialéctico, no sedesarrolla sin contradicciones. Ha alcanzado,pese a todos los obstáculos, niveles altamentecombativos en los momentos críticos del re-ciente proceso político-social. Por ello, son ob-jeto de especial atención los organismos bási-cos del Partido en las empresas, en funciónde que las células desempeñan un papel deci-sivo como centros de organización, moviliza-ción y orientación de las masas en sus luchas,tanto más importantes cuanto que, como se ex-presara en el XXII Congreso del Partido Comu-nista de la Unión Soviética, la acción de lostrabajadores adquiere, de más en más, un ca-rácter político.

Apoyándose en este impulso que llega desde1.a base, crecientemente radicalizada por la cri-sis económica y política, nuestro Partido pro-mueve diversas formas de acción unitaria conlas direcciones de otros partidos y movimien-tos de masas. Han sido experiencias de granvalor en este sentido los Cabildos de la Demo-cracia. Surgidos en momentos de gran repre-sión desatada por el gobierno de Frondizi paraconsumar sus planes de entrega, se propusie-ron la defensa de las libertades públicas fren-te a la represión y a las proscripciones, la li-bertad de los presos políticos, gremiales y con-denados por tribunales militares, y la preser-vación del patrimonio nacional frente al im-perialismo. Contaron con la adhesión de legis-ladores de la Unión Cívica Radical del Puebla[ahora en el poder], del bloque disidente delegisladores del entonces partido oficialistaI Unión Cívica Radical Intransigente] y de re-presentantes de los partidos Comunista, Pero-nista, Socialista Argentino, Demócrata Progre-sista, y de la Federación Universitaria Argen-

CONTRA LA REPRESIÓN Y LAS PERSECUCIONES DE LOS DEMÓCRATAS 95

tina, Movimiento de Unidad y CoordinaciónSindical, Liga Argentina por los Derechos, delHombre y otras entidades.

La reacción, consciente del peligro que paraella representa la movilización de la claseobrera, ha recurrido a todos los medios paradetenerla. Anulación virtual del derecho dehuelga a través de un llamado «decreto regla-mentario»; prohibición de que los trabajadorescalificados como «comunistas» ocupen cargosdirectivos o representativos en organizacionesobreras; disolución del Movimiento de Unidady Coordinación Sindical, declarándolo com-prendido en el decreto de represión del comu-nismo; inhabilitaciones establecidas en el Es-tatuto de los Partidos Políticos, donde se pres-cribe que no podrán ser candidatos a cargospolíticos electivos nacionales quienes desempeñencargos directivos en sindicatos; clausura e inter-vención de sindicatos dirigidos por fieles mili-tantes democráticos y antiimperialistas; descara-da intromisión del aparato represivo en laselecciones sindicales, fomentando la formaciónde listas entreguistas, con la complicidad dela burocracia sindical de derecha; abierta in-tervención del embajador de los EE. UU. en lapolítica sindical, mediante reuniones en lapropia sede de la embajada con los dirigentesdel sector de derecha del sindicalismo peronis-ta, en las cuales se habló concretamente deexcluir a los comunistas de la dirección de lossindicatos.

Precisamente por todo esto se dijo en elXII Congreso de nuestro Partido que «nos-otros, los comunistas, debemos tener plenaconciencia de que en los actuales momentosestamos frente a una clase obrera combativa,que busca el camino de la lucha, que va com-prendiendo la fuerza de su organización, peroque en su central obrera sólo encuentra unadirección frenadora que asume compromisoscon sus enemigos de clase. En tal situación, elMovimiento de Unidad y Coordinación Sindicalestá llamado a jugar un papel aglutinador devoluntades, un importante papel esclarecedor,orientador y organizador, para impulsar desdeabajo la organización de las luchas que seancapaces de vencer la resistencia de arriba».

Y poco después, fue el programa del MUCSel que se reflejó fundamentalmente en el Plande Lucha de la Confederación General delTrabajo, en la Semana de Protesta y en suculminación con el gigantesco paro de mayode 1963. La dirección de derecha fue desborda-da por las bases, organizadas a través de loscomandos unitarios. Y una de las reivindica-ciones fundamentales de esa movilización fueel Capítulo Político del Plan de Lucha, recla-mando el retorno a la Constitución, el levanta-miento del estado de sitio, la derogación de lasproscripciones y de la legislación represiva yl;i eliminación del aparato represivo.

En otros sectores de la vida nacional, la mo-vilización ha sido igualmente efectiva. En laUniversidad, la movilización del estudiantadodemocrático y antiimperialista agrupado en elmovimiento reformista [palabra que no tiene• iqu í la significación política clásica] detuvo

con sus propios medios de defensa a las ban-das armadas* fascistas que se habían entrega-do a toda clase de depredaciones [asesinatosde estudiantes, tiroteos a mansalva, incendiode centros estudiantiles]. Realizó después ac-tos de masas exigiendo la libertad de los pre-sos políticos y la derogación de la legislaciónrepresiva. Su magnitud preparó las condicio-nes para que los sectores más avanzados deestudiantes, egresados y profesores, aplicandouna justa política de alianzas con los sectoresprogresistas del humanismo [movimiento orien-tado por católicos], lograsen derrotar al mac-carthysmo en el Consejo Superior de la Uni-versidad, que recientemente se dirigió a lasnuevas autoridades nacionales reclamando laderogación de la legislación represiva.

Las acciones de masas y los movimientosunitarios ya mencionados contra la legislaciónrepresiva y por la derogación de las proscrip-ciones implican también una defensa de la le-galidad del Partido, puesto que ponen en evi-dencia ante la opinión pública que el antico-munismo y la represión generalizada contratodos los demócratas son históricamente inse-parables.

Pero hay otros aspectos específicos de la lu-cha del Partido por su propia legalidad.

En nuestro país no existe ninguna ley vota-da por el Congreso que proscriba al PartidoComunista. La persecución policial desenfrena-da lo colocó en una ilegalidad de hecho. Lareacción debió acudir al estado de sitio, a losdecretos-leyes de represión y proscripción pa-ra impedir la plena participación de nuestroPartido en la vida institucional de la nación.Ni aun así obtuvo éxitos de importancia, ysufrió en cambio importantes derrotas. Nues-tro Partido obtuvo el pleno reconocimiento desu legalidad por fallos judiciales de todos lostribunales del país en 1957. Concurrió a lasalecciones de convencionales para la AsambleaConstituyente de 1957, y obtuvo varias repre-sentaciones. Expuso ante dicha Asamblea suprograma de la revolución agraria y antiimpe-rialista. La legalidad del Partido, la inserciónde su programa en la realidad nacional, ha-bían recibido así su máxima consagración: laparticipación en el ejercicio del Poder Consti-tuyente.

Posteriormente, en el proceso de entregaabierta al imperialismo por el régimen deFrondizi, se prohibieron por decreto las acti-vidades del Partido y se clausuraron su prensa,y sus locales. Se impidió la participación delPartido en las elecciones. Y con la pretensiónde «legalizar» la proscripción de hecho, el Po-de* Ejecutivo inició hacia fines de 1959 juiciosante todos los tribunales del país para que secancelase su personería y se disolviesen susorganismos nacionales y provinciales. Mas lareacción sufrió en esa contienda una grave de-rrota política e ideológica.

Pasando a la ofensiva, nuestro Partido con-virtió estas investigaciones judiciales en unverdadero proceso al anticomunismo. Demos-tró la falsedad de los cargos largamente pre-parados, puso al descubierto la técnica de fal~

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96 CONTRA IA REPRESIÓN Y LAS PERSECUCIONES DE LOS DEMÓCRATAS

sificación, señaló la simultaneidad del procesode entrega al imperialismo con la persecuciónde los comunistas. Como resultado de esta ba-talla político-ideológica, el Poder Ejecutivo nopudo obtener las sentencias que buscaba. Qui-so entonces lograr para su fobia anticomunis-ta el respaldo de una ley del Congreso, y leenvió en julio de 1961 un proyecto de «ley dedefensa de la democracia». Nuestro Partido sepuso al frente del amplio movimiento de pro-testa contra este proyecto de ley fascista. Ba-jo la tremenda presión de la opinión democrá-tica, el Congreso rehusó tratar el proyecto. Nohay, pues, a pesar de todas las maniobras dela reacción, ley anticomunista aprobada por elCongreso. Sólo existen las aberraciones y ex-travíos de los usurpadores con sus decretoscavernarios.

Los círculos gobernantes no pudieron impe-dir que nuestro Partido se volcara en las ca-lles de todas las ciudades del país, el día dela asunción del mando supremo por el Presi-dente 111 ia, para reclamar el cumplimiento delas promesas preelectorales, respaldando esaexigencia con la fuerza de su movilización, conla claridad de sus consignas programáticas,como símbolo de la legalidad democrática en-frentada con el aparato represivo construidopara perseguir al pueblo en nombre de la «de-mocracia representativa».

La aplicación sistemática del estado de sitioy de los decretos-leyes represivos por la dic-tadura cívico-militar fascista del régimen deGuido elevó a medio millar el número de pre-sos políticos en todo el país. Pero si los des-bordes reaccionarios excedieron todo lo cono-cido hasta entonces por el pueblo argentino,también la movilización de todos los sectoresdemocráticos, alcanzados de una u otra mane-ra por la represión, sobrepasó en extensión yprofundidad las experiencias conocidas. Un or-ganismo de masas profundamente arraigadoen las filas del pueblo' encabezó esa lucha: laLiga Argentina por los Derechos del Hombre.Llegó con su solidaridad a todos los rinconesdel país¡ incluso a las prisiones australes don-de estaban virtualmente sepultados en vidahombres condenados por tribunales militares apenas de prisión de hasta 25 años, Y tuvo elapoyo ferviente de todas las fuerzas de la de-mocracia argentina, entre ellas y en primera

fila el de nuestro Partido, que vieron en su fi-delidad a la causa del pueblo y en su largaexperiencia de lucha contra las dictaduras detoda calaña la mejor garantía para preservarla seguridad física de los encarcelados y parabregar por su libertad sin discriminaciones deninguna clase.

Después de las elecciones de julio de 1963,que llevaron al poder al Presidente Illia, losesfuerzos mayores en la lucha por la legalidaddemocrática se concentraron en la ComisiónNacional por la Derogación de la LegislaciónRepresiva, que agrupa en su seno a represen-tantes de la mayoría de los partidos políticos,sindicatos, federaciones universitarias y secun-darias de estudiantes, organismos de masas ydestacadas personalidades, además de un cali-ficado grupo de legisladores nacionales. A susfines se ha adherido la Confederación Generaldel Trabajo, en cuya sede se realizó la reuniónconstitutiva, a pesar de la presión intimidato-ria de un gigantesco cerco policial puesto enla ocasión al edificio de la central obrera. Di-cha comisión prepara actualmente un congre-so nacional que organice e impulse la lucha ten-diente a liquidar todos los decretos y leyes re-presivas, por lo cual constituye una perspecti-va de canalización hacia el Frente Democrá-tico Nacional. Ello dependerá, desde luego, delgrado de movilización de las masas y de launidad de los sectores objetivamente interesa-dos en la solución de los grandes problemasde la democracia, la independencia nacional yla paz.

Al colocar en lugar fundamental las luchasgenerales por las libertades democráticas, alhacer la crítica de las tesis ultraizquierdistasque menosprecian esta lucha, nuestro Partidose inspira en las mejores tradiciones del mar-xismo-leninismo. «Sería por completo erróneo—afirmaba Lenin— pensar que la lucha porla democracia pueda distraer al proletariadode la revolución socialista, o colocarla en unsegundo plano, restándole importancia, etc. Porel contrario, así como es imposible un socia-lismo victorioso que no realizare la democra-cia total, así no puede prepararse para la vic-toria sobre la burguesía un proletariado queno libre una lucha revolucionaria general yconsecuente por la democracia».

Alberto PEDBONCINI

Amanecer en blandía

El pueblo de Islandia, uno de los más pe-queños del globo, tiene su historia particular.La isla en que vive fue poblada a finales delsiglo IX por oriundos de Noruega y de las co-lonias de los wikingos en Escocia e Irlanda.Procedentes de estos dos últimos países tam-bién llegaron a Islandia los celtas, esclavosentonces de los noruegos. Pero en la isla noexistía un poder estatal que instituyese la es-clavitud, por lo que Islandia se convirtió muypronto en una especie de república gobernadapor un organismo legislativo, el Althing, a cu-yo frente se encontraba un presidente electo.En 1930 celebraron los islandeses el milenariode su Estado.

Las disensiones internas que siguieron a ladescomposición definitiva de la gens en los si-glos XII y XIII pusieron a Islandia bajo lasoberanía de Noruega. A finales del siglo XIV,los pueblos islandés y noruego quedaron some-tidos a la dominación de la Dinamarca feudal.

Esta dependencia de Dinamarca se mantuvohasta 1943. Durante todo este tiempo el puebloislandés hubo de sostener una lucha encarni-zada contra la miseria, los conquistadores ex-tranjeros y el monopolio económico de Dina-marca.

Desde muy antiguo, la parte fundamental del.-i población de Islandia la componían los pes-cadores y ios pequeños campesinos trabajado-res. En la isla no había una clase superior en

rrdadero sentido de la palabra. En vida del . i última generación, la historia del país es

todo la historia del movimiento obrero,if'icada por la lucha de los trabajadores en

• l . - lVnsa de la libertad de su pueblo, contra losK M a dos Unidos, contra las bases militares

americanas en territorio islandés. Es lai por la libertad de los 180.000 habitantes

la isla contra la potencia imperialista másdel mundo,

i destacada figura del movimiento obrero

7 N. Época

islandés es Éinar Olgeirssori, presidente delPartido Socialista Unificado de Islandia [PSUI],fundado en octubre de 1938 al fusionarse elPartido Comunista y el ala izquierda del Par-tido Socialdemócrata para constituir el másimportante partido obrero del país. Hace másde cuarenta años que Olgeirsson participa acti-vamente en la vida política islandesa. Desde1937 viene siendo elegido diputado al Althingy es autor de numerosas obras.

El 14 de agosto de 1962, día de su 60 aniver-sario, fue publicada una selección de artículosescritos por él en los últimos veinte años. Larecopilación se titula Amanecer en nuestropaís i. Es la historia del pueblo islandés du-rante esos cuatro lustros, una historia de lalucha de la clase obrera por la independencianacional, la democracia y el socialismo.

Después de la introducción, en la que se ha-ce una exposición del marxismo y de su signi-ficado para los destinos de la humanidad [ytambién, naturalmente, para el desarrollo so-cial de Islandia en la época actual], el autoranaliza la relación existente entre la libertad,la democracia y el poder estatal. Es un pro-blema que le viene interesando desde hacetiempo. Ya fue el tema de su estudio tituladoI a gens y el poder estatal durante la sobera-nía del pueblo en Islandia, publicado en 1954.Pespués de pasar brevemente revista a la his-toria, Olgeirsson trata el problema del des-arrollo político de su país y señala los hitosprincipales del avance de Islandia hacia la so-ciedad socialista.

La lucha por la democracia siempre ocupóun lugar central en el movimiento obrero is-landés. La Revolución de Octubre marcó el co-mienzo de una etapa decisiva de dicha lucha.Después de la derrota del fascismo, que apor-tó nuevos éxitos del socialismo, la batalla porel poder democrático y la sociedad socialistaprosigue con redoblada energía. En la actuali-dad, el socialismo puede triunfar también porla vía pacífica. Para ello, los islandeses debenaprovechar mejor las posibilidades existentes,deben desarrollar la democracia hasta el final.

¿Cuáles son esas posibilidades?En primer lugar, en Islandia no ha cristali-

zado^ una capa reaccionaria de funcionariospúblicos o de militares, mientras que el rela-tivamente joven capitalismo es débil y estáaislado. Mas por otra parte, ello significa quela democracia debe desarrollarse en Islandiacon la mayor rapidez posible, antes de que di-chas fuerzas consigan penetrar en la vidasocial.

En segundo lugar, según estima el autor, elnúmero relativamente pequeño de habitantesde Islandia favorece el desarrollo de la demo-cracia directa.

En tercer lugar, la historia del pueblo islan-dés, su lucha de seis siglos contra la opresióny la explotación extranjera ha educado y tem-plado a generaciones enteras de trabajadores.El yugo extranjero y la miseria han desperta-

1 E i n a r O l g e i r s s o n. Vort land erí dogun. Reykjavik. Heimskringla, 1962. 286 s.

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98 UlílíOS Y REVISTAS

do en el pueblo firmeza, deseos de igualdad yel sentido de la propia dignidad.

Los campesinos, pescadores y obreros islan-deses no han olvidado hasta hoy día las durascondiciones de tiempos pretéritos y por esoestablecen una relación indisoluble entre su li-bertad y las reivindicaciones de independenciaeconómica, seguros sociales y derechos demo-cráticos. El ansia de libertad toma origen enlas viejas sagas, que cada islandés conoce per-fectamente. El derecho, igual para todos, altrabajo, al pan y a las riquezas culturales esla esencia de sus reivindicaciones concretas. Ysólo un régimen democrático en, su forma másperfecta, sólo el socialismo puede asegurar alpueblo todos esos derechos.

El Partido Socialista Unificado traza en suprograma el camino que habrá de conducir aIslandia al socialismo. Es un camino pacífico,concreto y claro para cada trabajador islan-dés. Hasta ahora el pueblo ha conquistado susderechos no a través de guerras, sino en unalucha en la que sus armas han sido la volun-tad, la iniciativa y la unidad.

El programa económico del Partido marcala senda a seguir para lograr que todos obten-gan la posibilidad de trabajar mediante unaponderada política inversionista y la amplia-ción del comercio exterior, haciéndola extensi-va también a los países socialistas. Las ga-nancias de los capitalistas han de ser someti-das a un riguroso control. Ante todo debe im-pedirse cualquier forma de militarización delpaís.

El capitalismo en Islandia es más débil queen otros países. Por esta razón, la conquista,del Poder por los trabajadores, la nacionaliza-ción de los medios de producción, es un pro-ceso que puede realizarse en Islandia con másfacilidad que en otras naciones. Por esa con-quista hay que luchar, pues el débil capitalis-mo islandés realiza febriles esfuerzos para ro-bustecer su poder bajo la protección de laOTAN y de las bases norteamericanas.

Las otras dos partes del libro de Olgeirsson,tituladas «Liberémonos de las cadenas del co-lonialismo» y «La lucha del espíritu islandéscontra la prepotencia del dólar norteamerica-no», se _ refieren a la lucha contra la políticaestadounidense de mantener las bases en laisla y contra las amenazas del capital mono-polista anglo-norteamericano.

El movimiento obrero islandés ha tenido queenfrentarse a una conjura de las principalespotencias imperialistas del mundo. Cuandodespués de 600 años de dominación extranjeraparecía que Islandia había conseguido por finla independencia nacional, dentro del propiopaís se hallaron fuerzas dispuestas a imponer-nos un nuevo yugo. Los militantes del PSUIllamaron al pueblo a librar nuevas batallas ysus palabras hallaron eco en el alma popular.

¿Qué alternativa podía proponer el PSUI enla lucha contra los monopolios extranjeros?Después de la guerra, Islandia disponía de unfondo de divisas superior a los 500 millones decoronas. Los capitalistas querían adquirir conese dinero automóviles de los últimos modelos,

mientras que los verdaderos patriotas propo-nían que se comprasen barcos pesqueros, bu-ques de carga y equipo para la industria dela pesca. La clase obrera exigió la moderniza-ción y ampliación de las principales ramas iny,dustriales e inversiones en la industria quetuviesen en cuenta los intereses del pueblo yno los de los capitalistas.

Islandia debía hallar nuevos mercados deventa en otros países, comprendidos los paísessocialistas. Al proponer esta alternativa, elPartido Socialista Unificado expresaba las de-mandas del pueblo. El Partido tomó firmearraigo en la conciencia popular, en la vidapolítica del país. Señalaba el camino del pro-greso y organizaba al pueblo para luchar porla paz, contra las bases norteamericanas enterritorio nacional. Mas para vencer la resis-tencia de la reacción y dar satisfacción a es-tas reivindicaciones era preciso luchar. Con-viene tener en cuenta que los partidos obrerosno tienen mayoría en el Althing. No obstante,muchas de sus reivindicaciones fueron satis-fechas tras una lucha decidida y resultaronser beneficiosas para el país.

En 1956 se constituyó un Gobierno de coali-ción, del que formaban parte representantes delPartido ÜTrogresista [partido campesino] y dela Unión Popular [bloque del PSUI y los so-cialdemócratas de izquierda]. Comenzó una lu-cha tesonera, que prosigue hoy día, para obli-gar a ciertas grandes potencias a respetar losderechos territoriales de Islandia. En el cursode esta lucha han llegado a producirse situa-ciones dramáticas, como aquella en que iner-mes pesqueros islandeses tuvieron que enfren-tarse con la flota británica que había violadolas aguas territoriales de Islandia.

Otra medida de gran importancia del Gobier-no coalicionista fue tomada el 28 de marzo de1956, cuando el Althing decidió revisar el acuer-do con Estados Unidos y suprimir las basesnorteamericanas. Pero la colaboración de losdos partidos en el Gobierno terminó antes deque esta decisión hubiese sido llevada a la prác-tica. El líder del Partido Progresista, a la sa-zón jefe del Gobierno, traicionó los intereses dela patria, cediendo en el problema de las basesa la presión de la prensa reaccionaria. El PSUIse vio precisado a retirar sus representantesdel Gobierno.

Después de estos acontecimientos, las con-tradicciones en la vida política del país se ma-nifestaron con mayor agudeza. En la actuali-dad, el problema principal sigue siendo la lu-cha contra la participación de Islandia en laOTAN. El PSUI considera que otras importan-tes tareas del momento son la oposición al in-greso del país en el Mercado Común Europeoy la lucha por mejorar la situación de la claseobrera. En el país se suceden las devaluacionesde la moneda y se atenta continuamente con-tra el nivel de vida de los trabajadores. Peroéstos, con sus batallas salariales, dan una dig-na réplica al capital monopolista. Lógicamentecabe preguntar: ¿cuál sería en la actualidadla situación de los trabajadores islandeses si

MBBOS Y REVISTAS 99

no tuviesen un partido socialista que defiendesus intereses vitales, qué habría ocurrido conla independencia del país?

Vemos, pues, que los acontecimientos de estalucha se entrelazan en una especie de sagamoderna, tan dramática como cualquiera de lasclásicas. El libro de Olgeirsson nos muestra elhonroso puesto que en esa lucha ocupa el Par-tido Socialista Unificado.

Kare SELNES

El camino del progreso

Los problemas del desarrollo de África nosuscitaron nunca tanto interés como el que des-piertan en nuestros días. En el continente afri-cano se está operando un proceso de resurgi-miento nacional de los jóvenes Estados sobe-ranos. Este proceso genera nuevos fenómenospolíticos y sociales que no siempre concuerdancon las ideas ya configuradas ni encajan enlos esquemas clásicos. La clara comprensión deestos fenómenos dependerá en gran parte deldetallado conocimiento que se tenga de la viday de los problemas de África contemporánea yde la profundidad con que se penetre en lasfuentes de los recónditos procesos que se de-sarrollan en los países africanos.

Desde este punto de vista ofrece un gran in-terés el libro África debe unirse*, nueva obradel presidente de Ghana, Kwame Nkrumah, unode los representantes de la generación africanasobre la que ha recaído la misión de inauguraruna nueva época en la vida de los pueblos afri-canos. Kwame Nkrumah inició su actividad po-lítica y revolucionaria hará unos veinte años,ruando África apenas empezaba a erguirse. Esbion conocido su destacado papel en la luchapor la liberación de África.

Una cualidad peculiar de Nkrurnah, comotambién de otros dirigentes progresistas delÁ f r i c a actual, es su profunda preocupación por< 1 destino de todo el continente africano,v no sólo de su propio país. En su nuevo libroe liabla del futuro de toda África, partiendo

«Ir la experiencia de su pasado y de su pre-nte. Nkrurnah escribe que se ha planteado la

i n c a , de . «estudiar la influencia que los siglosde colonialismo han ejercido sobre la vida po-

i , económica y social de África en su con-i u u t o , analizar los acontecimientos en Ghanaobre oí plano más amplio de la revolución

cana y explicar su filosofía política, funda-<l i ni oí convencimiento de la necesidad de la

K \vame Nkrumah. África Must Unite. London,n i - m;mn, 1963. 229 págs.

libertad y de la unidad de Áfr ica . . .» [pág. 11].Nkrumah no abriga la menor duda de que el

sistema colonial ha dado origen a un retraso desiglos en el desarrollo del continente africano.Los colonialistas europeos han dejado a los jó-venes Estados africanos una penosa herenciaexpresada en miseria, hambre y analfabetismocasi total. La industria se encontraba en unestado embrionario. En la agricultura se em-pleaban métodos primitivos; muchas tierras nose labraban, a pesar de que entre el pueblohacían estragos las enfermedades provocadaspor la desnutrición. Las cínicas digresiones so-bre la misión «civilizadora» del «hombre blan-co» en África sólo eran, en esencia, una cober-tura con la que se pretendía disimular el másdesaforado saqueo conocido en la historia y lamás monstruosa explotación de las masas po-pulares que se haya visto en el mundo.

Teniendo en cuenta el peso abrumador de laherencia colonial y las condiciones económicasy sociales existentes en África como consecuen-cia de los largos años de opresión colonial, latarea de liquidar el «subdesarrollo» de los paí-ses africanos y crear en África una sociedadmoderna es, por supuesto, una ingente obra sinprecedente en la historia. Kwame Nkrumahvincula justamente la realización de este em-peño a la opción entre las dos vías de desa-rrollo: la capitalista, y la socialista. En su librodefiende resueltamente la idea de que sólo elsocialismo ayudará a los pueblos africanos asalir de su atraso. « . . . El socialismo •—escri-be— es nuestra única alternativa» [pág. 119].

Como es sabido, un buen número de dirigen-tes africanos ha expresado su propósito de ele-gir la vía socialista de desarrollo. Esto indicano sólo el descenso del prestigio del capitalis-mo, sino también el inusitado aumento del po-derío del sistema socialista mundial y de suautoridad en el ámbito internacional.

Dirigentes de diversas tendencias políticassustentan las concepciones del «socialismoafricano». Algunos de estos dirigentes se sir-ven de los lemas socialistas como pantalla paraencubrir el neocolonialismo; otros ensalzan la«originalidad» de la sociedad africana, afirman-do que ya es una sociedad «sin clases» y que,por ello, no se la puede medir por el rasero delsocialismo científico, del marxismo. Además,los políticos imperialistas, valiéndose de algu-nos complacientes líderes africanos, tratan deencauzar por una vía no revolucionaria, refor-mista, la espontánea disposición antiimperia-lista y anticapitalista de las masas africanas.

Sin embargo, en África hay bastantes ene-migos conscientes del capitalismo que aspiransinceramente a encaminar a los pueblos de suspaíses por la vía del progreso y que por lo mis-mo tienden sus miradas hacia el socialismo, sibien lo conciben a su modo. Entre esos hom-bres está Kwame Nkrumah. «. . .El socialismo—escribe— presupone la propiedad social sobrelos medios de producción, la tierra y los re-cursos naturales y el aprovechamiento de estosmedios con vistas a satisfacer las necesidadesdel pueblo» [pág. 119].

Al exponer su concepción del socialismo,

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100 LÍBEOS Y REVISTAS JJBBOS T REVISTAS 101

Nkrumah habla de las transformaciones cuyarealización puede contribuir a que Ghana em-prenda la vía no capitalista, que en definitivaconduce al socialismo. Escribe que Ghana noposee todavía medios socialistas de producción.Las bases para obtener estos medios de pro-ducción pueden ser creadas mediante la mo-dernización de la agricultura y la industriali-zación del país con el esfuerzo del Estado de-mocrátieo-nacional. Nkrumah es partidario deponer en manos del pueblo los medios funda-mentales de producción y de distribución, vien-do en esta medida la condición principal paracrear una economía socialista planificada.

Nkrumah escribe que la actual política eco-nómica de su Gobierno descansa en la crecien-te participación del Estado en la vida econó-mica del país: se restringe el aumento delcapital privado; se fomenta el desarrollo delos sectores estatal y cooperativo; afiánzase elprincipio de la planificación en la economía;el Gobierno ha comprado a sociedades extran-jeras varias minas, empresas de seguros, comer-ciales y de transportes; se crean nuevas empre-sas industriales y comerciales del Estado. Hansido adoptadas importantes medidas en ordena la sanidad, la instrucción pública, la cons-trucción de viviendas y la asistencia social.

Debe advertirse que las condiciones del pasode Ghana a la vía no capitalista son muy com-plejas. En Ghana la diferenciación de clasesse manifiesta en una forma relativamente acu-sada, las relaciones capitalistas han alcanzadocierto desarrollo y existen elementos de unaburguesía nacional [sobre todo en la agricul-tura]. Por ahora el Gobierno de Kwame Nkru-mah no hace más que restringir las relacionescapitalistas, sin llegar a liquidarlas totalmen-te. Por ejemplo, están autorizadas las inversio-nes privadas extranjeras y la existencia en elpaís de grandes empresas pertenecientes a ex-tranjeros [bajo el riguroso control del Esta-do], se crean empresas mixtas, que son pro-piedad del Estado y de empresarios extranje-ros, y se permite abrir pequeñas empresas acapitalistas ghaneses, siempre que no sean tes-taferros o consocios de empresarios extranje-ros.

Es evidente que las reformas económicas ysociales efectuadas en Ghana no son socialistas,aunque contribuyen a crear las premisas obje-tivas del socialismo. La vía hacia el capitalismono está cerrada aún en el país, tanto más cuan-to que la empresa privada ha echado raíces bas-tante profundas y, bajo ciertas condiciones, pue-den acentuarse las tendencias capitalistas. Enel país se libra una lucha de clases, con laparticularidad de que determinadas posicionesestán en manos de agentes solapados de los co-lonialistas. La resistencia de las fuerzas quepropugnan la vía capitalista puede ser encar-nizada. A juicio de Nkrumah, el éxito de lalucha lo decide la existencia de un partido po-lítico de masas bien organizado, que cuente conel apoyo de todo el pueblo y esté vinculadoconstantemente a él. Ese partido, según Nkru-mah, es el Partido Popular de la Convención

de Ghana, que dirigió al pueblo en la lucha porla independencia.

«. . .La independencia económica de Ghana ysus objetivos socialistas —escribe Nkrumah—no podrán ser conquistados sin una enérgica di-rección del partido» [pág. 128].

Para una serie de nuevos Estados africanoses característico el ejercicio del Poder por par-tidos políticos de masas que agrupan a repre-sentantes de diferentes capas de la población,jua amplitud de su base de masas hay que atri-buirla ante todo a la comunidad de intereses enla lucha contra el imperialismo. La experienciade esta lucha indica que para llevarla felizmen-te a su fin es imprescindible la máxima cohe-sión de todas las fuerzas nacionales, de todos lossectores patrióticos y anticolonialistas, En lasfilas de estos „ partidos ha habido y hay obrerosy campesinos, intelectuales, elementos de la pe-queña burguesía nacional, donde ésta existe, eincluso algunos representantes de los círculosfeudales.

No se puede decir que organizaciones políti-cas como el Partido Popular de la Convenciónde Ghana sean marxistas-leninistas, aunque setracen el objetivo de construir el socialismo.Ello es lógico, si consideramos la composiciónde clase de estos partidos y el reducido papelque desempeña dentro de ellos la clase obrera,hasta ahora relativamente poco numerosa, in-cluso en Ghana.

Mas es indudable que la consecuente aplica-ción de medidas de carácter no capitalista, tan-to en Ghana como en otros países africanos, in-fluirá en el crecimiento numérico y cualitativode la clase obrera, en su formación definitiva,en su papel en la vida política del país y en sucapacidad para agrupar en torno de ella a am-plias masas trabajadoras. La clase obrera deGhana ha adquirido ya una buena experienciaa lo largo de la lucha de liberación nacional y,vistas las cosas en perspectiva, puede perfecta-mente convertirse en la fuerza dirigente de larevolución democrático-nacional, en el factordecisivo para el paso del país a la vía socialista.

Condición indispensable del desarrollo no ca-pitalista es la activa participación de las masaspopulares en la vida política del país, en la de-terminación de su destino. Las medidas adop-tadas en las altas esferas, por muy buenos quesean los propósitos que las dicten, no puedenpor sí solas llevar hasta el fin la revolución de-mocrático-nacional. Esto lo afirma tambiénNkrumah, cuando escribe que el Gobierno debeapoyarse siempre en las masas, consultar alpueblo, prestar oído a sus inquietudes y aspi-raciones.

El pueblo ha sido el protagonista principalen la lucha por liberar a Ghana de la opresióndel imperialismo británico y a él le perteneceel papel decisivo en el combate por la indepen-dencia económica. «La edificación del nuevo Es-tado —escribe Nkrumah— exige algo más quela elaboración de programas y planes y la adop-ción ds instrucciones para aplicarlos. Exige elsincero apoyo del pueblo...» [pág. 1031.

En su libro, Nkrumah subraya los dos obje-tivos principales que, a su modo de ver, defi-

nen la política del Partido Popular de la Con-vención de Ghana para un prolongado período.Se trata, en primer lugar, de la construcción dela sociedad socialista en Ghana, y, en segundolugar, de la creación de las bases para la íuni-dad política y económica de África.

La unidad de África, es uno de los problemascardinales de aquel continente. La unidad delos pueblos africanos se ha ido forjando en elperíodo de la lucha contra la opresión colonialy ha contribuido grandemente al victorioso des-arrollo de esta lucha. Ahora la significación dellema de la unidad ha cobrado más trascenden-cia para los Estados africanos. Deben aunar ycoordinar sus esfuerzos para suprimir definiti-vamente el colonialismo en la tierra africana,alcanzar la independencia económica y oponer-se a las maquinaciones del neocolonialismo.«El mayor peligro con que tropieza África enla actualidad —advierte Nkrumah— es el neo-colonialismo...» [pág. 173].

Los designios neocolonialistas en África seven facilitados por la «herencia» que dejó lapolítica de «balcanización» del continente prac-ticada por los imperialistas en el período de sudominio. Las fronteras de los actuales Estadossoberanos de África fueron demarcadas muy ar-bitrariamente por los colonialistas, haciendo ca-so omiso de los intereses nacionales de los pue-blos aborígenes. Tal división llevaba en germenel surgimiento de futuros litigios y conflictosterritoriales, que hoy se atizan intensamente porlos colonialistas, rigiéndose por el ya probadométodo de «divide y vencerás». Los litigios fron-terizos han originado ya sangrientos choquesentre los nuevos Estados, como hemos podidoapreciar en el ejemplo del conflicto marroquí-argelino. Los únicos que se benefician de estoschoques son los imperialistas, y quienes los pa-decen son los pueblos de África, para los cua-les la unidad es absolutamente necesaria siquieren librarse para siempre del dominio im-perialista.

«La política de balcanización —escribe el Pre-sidente de Ghana—• es un nuevo imperialismo,un nuevo peligro para África... Firmementedebemos cerrar filas contra las fuerzas impe-rialistas, que tratan de conseguir nuestra di-visión y de convertir a África en un campo debatalla entre partes rivales» [págs. 179-193].

Nkrumah escribió su libro antes de que se ce-lebrara la Conferencia de Estados africanos in-dependientes, reunida en mayo de 1963 en Addis-Abeba. En esta Conferencia adquirieron for-ma corpórea, aunque con ciertas salvedades, al-r.unas de las ideas de Nkrumah, Entre otras«osas, se creó la Organización de la Universi-dad Africana, cuya Carta, aprobada por la Con-

icia, proclama la necesidad de coordinar la>n de los Estados africanos en el dominio

di la, defensa y la seguridad, de la política ydiplomacia, de la economía, la ciencia y la

ic.a. En la XVIII Asamblea General de lalos Estados africanos independientes for-

"tt un frente único en relación con impor-cs problemas de la lucha contra el colo-

nio.

Es claro que no se puede cerrar los ojos antelas enormes dificultades que deben vencerse pa-ra que la unidad africana cristalice en una rea-lidad concreta. Son demasiado grandes todavíalas diferencias en el carácter de los regímenessociales, en la orientación de la política interiory exterior de los países africanos y en su des-arrollo económico y social. Los políticos impe-rialistas ponen obstáculos a la conjugación delos esfuerzos de los Estados africanos y procu-ran despojar al movimiento por la unidad afri-cana de su esencia anticolonial y antiimperia-lista. En este movimiento penetran las tenden-cias aislacionistas, estimuladas de mil modospor los falsos «amigos» de los pueblos emanci-pados del yugo colonial, «amigos» que intentanapartar a estos pueblos de las fuerzas progre-sistas, aislarlos del movimiento obrero interna-cional y del campo socialista.

Una actitud que define a Kwame Nkrumahes su clara comprensión del alcance que tienepara África la colaboración con los países so-cialistas, en particular con la Unión Soviética.Nkrumah apela a la experiencia de la cons-trucción del socialismo en la URSS, en la queencuentra muchas cosas útiles y aleccionadoraspara la edificación de la nueva África, sobretodo en la esfera de la economía.

Las concepciones expuestas por el Presidentede Ghana en su nuevo libro no son marxistas,pero reflejan la influencia del marxismo, espe-cialmente en lo que se refiere a la vía no capi-talista de desarrollo para África y a la defini-ción del imperialismo y del neocolonialismo. Elpropio Nkrumah no ha ocultado ni oculta loque ha significado para él el estudio de la fi-losofía marxista-leninista. En su Autobiografíaescribe que en las obras de Hegel, Marx, En-gels y Lenin buscó la solución a los problemasque le preocupaban de la lucha contra el colo-nialismo y el imperialismo. «Sobre todo me cau-saron impresión Marx y Lenin, pues estaba se-guro de que su filosofía puede resolver estosproblemas».

El programa de Nkrumah es de carácter de-mocrático y sólo habla del socialismo como unobjetivo futuro. Su autor, al igual que algunosotros dirigentes africanos, hace concesiones al-go exageradas a la «originalidad» de la sociedadafricana y a la «especificidad del desarrollo»del continente en su conjunto y de cada paísafricano. Se muestra muy cauteloso al tratarde las posibilidades de una consecuente aplica-ción de la teoría económica marxista a las con-diciones de África.

Es lógico que no se pueda hacer tabla rasade la diversidad de condiciones sociales y eco-nómicas existentes en África. Precisamente es-tas condiciones determinan las formas y losmétodos del paso de África al socialismo, que,en efecto, pueden ser muy específicos. Sin em-bargo, el socialismo en sí, como formación eco-nómico-social, cae inevitablemente bajo la acciónde las leyes generales objetivas del desarrollode la sociedad socialista, ya sea en África, enAsia o en Europa.

Como Kwame Nkrumah muestra, de manera

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102 MBBOS Y REVISTAS

convincente en su libro, en muchos países afri-canos existen importantes premisas para pasaral socialismo, salvando la fase capitalista o, porlo menos, la fase del capitalismo desarrollado.La cuestión se decidirá en medio de un reñidoenfrentamiento de fuerzas políticas y de clase,en el curso de la difícil lucha que ya se sostiene

en distintos países africanos. Lucha en la quea las fuerzas democrático-nacionales progresis-tas, uno de cuyos representantes es KwameNkrumah, les corresponde desempeñar un granpapel.

Mijaíl KREMNIOY

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Page 54: Revista Internacional - Nuestra Epoca N°1 - enero 1964

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INTERNACIONAL

REVISTA INTERNACIONAL

D E S T A C A M O S :

1

1964

VACLAV SLAVIK, NORMAN FREEDY MURAD KUATLI

La unidad, garantía de las victoriasde los comunistas de todo el mundo

GIOCONDO DÍASAlgunos problemas de la lucha declases en el Brasil

KONNI ZILLIACUSLas fuerzas inglesas de Izquierda

JACQUES DUCLOSEl Partido Comunista francés en la lu-cha por la paz, el pan y la democracia