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Revista Núm. 245-Medio Ambiente. Marzo-Abril 2014
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Una de las recomendaciones consignadas en el documento final de la Cumbre de Río +20, sobre Desarrollo Sostenible, fue la de abordar la reducción del riesgo asociada a la ocurren-cia de desastres, así como el aumento de la resiliencia de las sociedades ante su ocurren-cia, con un renovado sentido de urgencia.
Por: Ángela Gómez Rodríguez,Directora de Asuntos Regulatorios y Ambientales
desastresPapel del sector privado
en la gestión del riesgo de
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LA REVISTA DE LOS EMPRESARIOS DE COLOMBIA
Una de las recomendaciones consignadas en
el documento final de la Cumbre de Río +20,
sobre Desarrollo Sostenible, fue la de abor-
dar la reducción del riesgo asociada a la ocu-
rrencia de desastres, así como el aumento de la res-
iliencia de las sociedades ante su ocurrencia, con un
renovado sentido de urgencia. En ese orden de ideas,
el Desarrollo Sostenible y la erradicación de la pobre-
za, deben ser parte integral de las políticas, planes,
programas y presupuestos de las distintas instancias
administrativas y de gobierno, y considerarse dentro
de los futuros marcos legales correspondientes1. El
sector privado constituye una parte fundamental en
ésta labor, pues se encuentra en posición de influir
en la gestión de riesgos mediante el aprovechamiento
de las estrategias comerciales operativas, tales como
la gestión de la cadena de suministro y la planifica-
ción de la continuidad del negocio, que promueven
la sostenibilidad corporativa y el valor del accionista.
Un vistazo a la situación mundial de los riesgos de desastres
De acuerdo con el Informe de Riesgo Mundial de
20122, que se basa en información de los países so-
1 Documento Final de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible Río +20. Naciones Unidas. 20-22 de junio de 2008.
Item 186.2 Alliance Development Works, United Nations University , The Nature
Conservancy. Worl Risk Index 2012.
bre su población expuesta a amenazas naturales tales
como terremotos, tormentas, inundaciones, etc., así
como la vulnerabilidad que la caracteriza, obtenida a
partir del cálculo de la probabilidad de sufrir daños en
su infraestructura, o sus condiciones económicas, in-
cluyendo el deterioro de las condiciones de nutrición
de sus habitantes; su capacidad para atenuar con-
secuencias negativas a través de su gobernabilidad y
nivel de preparación ante las emergencias, por parte
de sus servicios médicos), y la medición de la capa-
cidad de adaptación al cambio climático, entre otros
eventos, se evidencia que un gran número de países
en vías de desarrollo se encuentran dentro del grupo
de mayor riesgo ante situaciones de desastre.
Siendo claro que los desastres interrumpen la
continuidad del desarrollo, y que, a su vez, éste re-
traso aumenta el riesgo ante las situaciones de desas-
tre, el informe señala a la gestión del riesgo como la
Fuente: Alliance Development Works, UNU, TNC.World Risk Index 2012.
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herramienta clave para contrarrestar dicha situación. El desarrollo de los países, entonces, debe tener lugar en consideración de una adecuada gestión del riesgo para ser realmente sostenible.
De otro lado, la Evaluación Global sobre Reduc-ción del Riesgo de Desastres 2013, de Naciones Uni-das
3, señala que:
Entre 2002 y 2011, se produjeron 4.130 desastres que fueron registrados, resultantes de riesgos na-turales en todo el mundo, en los que fallecieron 1’117.527 personas y se registraron pérdidas por más de 1.195 millones de dólares
4.
La mayoría de las personas y recursos están ubi-cados en zonas de alto riesgo. La proporción de la población mundial que vive en zonas inundables ha aumentado en un 114%; la población que vive en zonas costeras expuestas a ciclones aumentó en un 192% en los últimos 30 años. Aproximada-mente la mitad de las ciudades más grandes del mundo, con una población entre 2 y 15 millones, están ubicadas actualmente en zonas altamente vulnerables a la actividad sísmica, y la rápida ur-banización seguirá incrementando la exposición al riesgo de desastres
5.
Acción propuesta a nivel mundial
El “Marco de acción de Hyogo 2005-2015” fue adoptado y aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas durante la Conferencia Mundial so-bre la Reducción de los Desastres Naturales de 2005. Dicho marco fue el resultado de un proceso iniciado en 1990, con la declaración del Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales por par-te de ésta Asamblea.
El documento aprobado6 es el acuerdo internacio-
nal que orienta a los gobiernos, las comunidades y al sector privado en la promoción de la cultura pre-ventiva y la gestión de desastres, con el objetivo de minimizar la pérdida de vidas humanas, los daños económicos y ambientales ocasionados por amenazas naturales, y el fortalecimiento de la resiliencia a los
3 UNISDR (2013).Del riesgo compartido a un valor compartido. Un argu-mento empresarial a favor de la reducción del riesgo de desastres. Informe de Evaluación Global sobre la Reducción del Riesgo de Desastres. Ginebra – Suiza. Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de
Desastres (UNISDR)4 Información calculada a partir de información en la base de datos interna-cional EM-DAT: 5 Informe de Evaluación Global de UNISDR de 2011: “Revelar
el riesgo, redefinir el desarrollo”6 Conferencia Mundial sobre la Reducción de los Desastres. Kobe, Hyogo,
Japón, 18 a 22 de enero
desastres en los niveles administrativos regional, na-cional y local. El documento establece, además, cinco prioridades de acción que trazan orientaciones prác-ticas para todos los actores clave en la reducción del
riesgo de desastres.
1. Velar por que la reducción de los riesgos de de-
sastre constituya una prioridad nacional y local do-
tada de una sólida base institucional de aplicación.
2. Identificar, evaluar y vigilar los riesgos de desas-
tre y potenciar la alerta temprana.
3. Utilizar los conocimientos, las innovaciones y la
educación para crear una cultura de seguridad y de
resiliencia a todo nivel.
4. Reducir los factores de riesgo subyacentes.
5. Fortalecer la preparación para casos de desastre
a fin de asegurar una respuesta eficaz a todo nivel.
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Si bien, hasta ahora, los esfuerzos realizados en los distintos niveles administrativos, tendientes a la reducción del riesgo de desastres y el refuerzo de la resiliencia, están aumentando, y actualmente se cuen-ta con una mayor compresión y un nivel más avanza-do de implementación de los enfoques y prioridades para la gestión del riesgo , el objetivo es avanzar en la consecución del Desarrollo Sostenible sin que ellos signifique un aumento en la la vulnerabilidad y la ex-posición a desastres naturales de las sociedades en desarrollo. Por esta razón, actualmente se está traba-jando en el Marco de Hyogo con posterioridad a 2015, para darle continuidad con un enfoque en aquellos aspectos que requieren de mayor atención.
Hasta ahora se han planteado varias posibilidades de darle tal continuidad, como por ejemplo, mediante
el establecimiento de un conjunto de estándares nor-
mativos, un marco con un régimen, un instrumento
jurídico para la reducción del riesgo de desastres, o
una combinación de las anteriores. Actualmente, di-
cho proceso se encuentra en etapa consultiva al inte-
rior de cada país, con el fin de que se pueda presentar
un borrador que pueda ser aprobado en la próxima
Conferencia Mundial sobre la Reducción de los Desas-
tres Naturales, en 2015.
Evaluación de la Gestión de Riesgo de Desas-
tres a nivel mundial
Como parte de la implementación del Marco de
Acción de Hyogo, se estableció que la Oficina de las
Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de De-
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sastres (Unisdr, por su sigla en inglés) preparara re-
visiones periódicas sobre los avances con respecto a
la consecución de los objetivos y prioridades estable-
cidas en el Marco. En consecuencia, la Unisdr elabora
desde 2009, y cada dos años, un informe de evalua-
ción global sobre la reducción del riesgo de desastres,
que constituye una revisión y un análisis profundo de
las amenazas naturales que afectan a la sociedad ac-
tual.
Se han elaborado hasta ahora 3 informes. Los dos
primeros: el GAR-09, “Riesgo y pobreza en un clima
cambiante”, y el GAR-11, “Revelar el riesgo, replantear
el desarrollo”, se centraron, principalmente, en las
políticas públicas y en el papel de los gobiernos nacio-
nales y locales en la reducción del riesgo de desastres.
Este informe se elabora en colaboración y en consulta
con una amplia variedad de actores, tales como agen-
cias de las Naciones Unidas, gobiernos, instituciones
académicas y de investigación, entes donantes, orga-
nizaciones técnicas y especialistas.
El tercer informe (GAR-13)7, “Del riesgo com-
partido a un valor compartido”, presenta los motivos
por los que un mayor riesgo de desastres, represen-
ta un grave problema para la comunidad empresarial
en distintos ámbitos, y expone la forma en que las
inversiones empresariales, que en realidad buscan
fortalecer la competitividad y productividad de éstas,
podrían contribuir de forma inadvertida a incrementar
el riesgo.
Algunos de los resultados mencionados en este
Tercer informe son los siguientes:
Las pérdidas directas que ocasionan los desastres
son al menos un 50% más altas que las que se co-
munican en el ámbito internacional.
Durante los últimos 30 años, las pérdidas directas
causadas por desastres en 40 países de ingresos ba-
jos y medios ascendieron a US$ 305.000 millones.
Los desastres repercuten directamente en el desem-
peño empresarial y menoscaban la competitividad y
la sostenibilidad a más largo plazo. Una vez que un
desastre causa la pérdida de un negocio, es posible
que éste no vuelva a recuperarse nunca más.
Las cadenas de suministro que se globalizan gene-
ran nuevas vulnerabilidades, que pueden perjudi-
car a las compañías de mayor tamaño dependien-
tes de ellas.
Los negocios pierden recursos vitales cuando los
desastres dañan la infraestructura básica de un
país. La mayoría de los 1.300 negocios encuesta-
dos en diversas ciudades de las Américas señaló
que las interrupciones en el suministro de electrici-
7 UNISDR (2013).Del riesgo compartido a un valor compartido. Un argumento empresarial a favor de la reducción del riesgo de desastres. Informe de Evalua-ción Global sobre la Reducción del Riesgo de Desastres. Ginebra – Suiza. Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres - UNISDR. ()
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El riesgo del capital natural compromete la riqueza del futuro. El riesgo de desastres incluye la pérdida y la erosión del capital natural, factor éste que ge-nera graves consecuencias para los negocios, los hogares y la riqueza de un país. Por ejemplo, los incendios forestales ahora generan consecuencias en todos los continentes, con pérdidas acumulati-vas que, sólo en el caso de los ecosistemas tropica-les, posiblemente superen los 3 billones de dólares americanos anuales.
Oportunidad empresarial para aportar en favor de la reducción del riesgo de desastres
La reducción del riesgo de desastres se convier-te entonces en uno de los mayores desafíos para el Desarrollo Sostenible. La gestión del riesgo requiere de un trabajo conjunto e integral entre los sectores público y privado, por ejemplo, para la incorporación de mecanismos de fortalecimiento, sistemas de plani-
ficación, de inversión en infraestructura y de protección social.
Partiendo del hecho de que en el futuro se harán nuevas inversiones empresariales multimillonarias en regiones expuestas a las amenazas, determinando así, en gran medida, el riesgo futuro asociado a los de-sastres, y ya que en la mayoría de las eco-nomías la inversión pública representa solo entre el 15% y el 30% de la formación bruta de capital fijo, la forma en que se efectúe el otro 70%-85% de la inversión afectará la ma-nera en la que se efectúe la prevención y mi-tigación del riesgo de desastres. La UNISDR propone al sector privado mundial algunas acciones en dicho sentido y que se mencio-nan acontinuación
7:
Incorporar dentro de la gestión corporati-va del riesgo de la empresa, no solo los riesgos financieros, económicos, jurídi-cos y de mercado, sino los asociados a los desastres. Es más rentable la gestión prospectiva del riesgo, en la planificación de las inversiones, que tener que corregir riesgos una vez realizadas las inversiones.
dad y de agua, al igual que en las telecomunicacio-
nes, representan sus principales preocupaciones.
Las pequeñas y medianas empresas están espe-
cialmente expuestas al riesgo . Un sólo desastre
podría eliminar todo o gran parte del capital em-
presarial de los pequeños negocios.
La mayor parte de los desastres que podrían ocu-rrir todavía no han sucedido. Las pérdidas globales calculadas en relación con los daños ocasionados por terremotos y vientos ciclónicos ascienden a 180 mil millones de dólares americanos anuales. Esta cifra no incluye el cuantioso costo de los de-sastres locales debido a inundaciones, aludes, in-cendios y tormentas, o de las interrupciones de la actividad empresarial. La agricultura también corre un gran riesgo.
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Incluir en la Gestión del Riesgo de Desastres, no
solo la planificación de la Continuidad Empresa-
rial, sino tener en cuenta los riesgos compartidos
y la colaboración con los gobiernos locales de los
lugares en donde se efectúen operaciones.
Extender la gestión del riesgo de desastres a la
cadena de suministros, promoviendo así la ges-
tión en las pequeñas y medianas empresas. La
tendencia de los grandes negocios globales es
el establecimiento de normas para la gestión del
riesgo cuyo cumplimiento se hace extensivo a sus
proveedores.
En el caso de los inversionistas institucionales, es
necesario tener en cuenta el riesgo de desastres
en el momento de efectuar las inversiones, de
manera que no se vayan a ocultar estos riesgos,
ya que el mercado financiero se desconecta cada
vez más de la economía real y la sofisticación de
los instrumentos financieros pueden ocultar estos
riesgos.
En relación con las aseguradoras, el replantea-
miento del aseguramiento se hace necesario en la
medida en que éste no sustituye el tomar medidas
sensatas de inversión con base en la evaluación
del riesgo. Los seguros contribuyen a gestionar
el riesgo de desastres, pero su adquisición debe
someterse a un exámen cuidadoso de los precios
y su disponibilidad. En ocasiones las empresas
pueden llegar a la conclusión de que las primas
de aseguramiento son muy altas, hecho que hace
menos atractiva la inversión, o que, por el contra-
rio, las primas sean tan bajas que se soslaye el
riesgo de invertir en áreas expuestas a amena-
zas. La ampliación de coberturas, es también un
factor a considerar, no solo dirigidas a pérdidas
directas, sino también a sus efectos indirectos.
El establecimiento de alianzas público-privadas
que fortalezcan la gestión de los riesgos, a través
de la inversión en la conservación y restauración
de ecosistemas que presten servicios ambienta-
les de regulación hídrica y estabilidad climática, constituye un ejemplo del tipo de acciones que se pueden adelantar en conjunto con las administra-ciones locales.
La incursión en el mercado de la reducción de riesgo de desastres, convirtiéndolo en una opor-tunidad de inversión y área de desarrollo.
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LA REVISTA DE LOS EMPRESARIOS DE COLOMBIA
Con este abanico de posibilidades de acción
planteadas, el mensaje final para el sector em-
presarial es la invitación a la acción y la promo-
ción de la gestión del riesgo de desastres, de
forma que se cuente con empresas empresas
cada vez más sostenibles, competitivas y resi-
lientes.
Conceptos usados:
Riesgo de Desastres: se considera que este riesgo está en función de las amenazas, el grado de exposición y la vulnerabilidad, y normalmente se expresa como la probabilidad de sufrir pérdidas de vidas, lesiones, destrucción o daños a los bienes de capital y al ambiente, en un periodo dado.
Amenaza (natural o física): hace referencia a fenómenos peligrosos tales como inundaciones, tormentas, sequías y terremotos, que pueden verse agravados por algunos facto-res como la degradación ambiental y el Cambio Climático.
Exposición hace referencia a la ubica-ción de personas, fábricas, oficinas y otros activos y bienes empresariales en zonas propensas a las amenazas.
Vulnerabilidad: se refiere a la sus-ceptibilidad de estos bienes y activos a sufrir daños y pérdidas, debido por ejemplo a: su diseño o construcción de manera inadecuada, falta de man-tenimiento, condiciones de vida inse-guras y precarias, falta de acceso a servicios de emergencia, entre otros.
Resiliencia: se refiere a la capaci-dad de un sistema, comunidad o sociedad potencialmente expuesto
a amenazas, para adaptarse, resistiendo o cam-biando, con el fin de alcanzar o mantener un ni-vel aceptable en su funcionamiento y estructura. Viene determinada por el grado en que el sistema social es capaz de organizarse para incrementar su capacidad de aprender de desastres pasados a fin de protegerse mejor en el futuro y mejorar las medidas de reducción de los riesgos.