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Revista Percepciones No. 3

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Revista cultural siendo parte de tunika.mx, trabajando en el desarrollo de elementos que ayuden a nuestra sociedad a percibir nuestro tiempo de manera positiva.

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Page 1: Revista Percepciones No. 3

Internacional 14Mayo 2012 percepciones

08Junio 2012 percepciones07 sociedad 09Junio 2012 percepciones0 6Junio 2012 percepciones

La indiferencia en el ser humano con respecto a su propio ser y a sus cambios representa, desde mi perspectiva, el acabose de la singularidad del hombre. Que el hombre deje de ser espontáneo, lo lleva a ser un “ser” que se determina, esta determinación repre-senta su �n ya que signi�ca su inmovilidad. El hombre es acción, movimiento; pero desde hace un tiempo ha decidido sacri�car gran parte de estas cuestiones a cambio de confort, esto con la �nalidad de esforzarse menos y desgastarse lo menos posible; en algún senti-do moverse lo menos posible.

Retomemos ahora la idea de la responsabilidad y el cambio. El

hecho de hacerme responsable de estos cambios, de este darme

cuenta y dar cuenta de mi metamorfosis, me signi�ca tener

conciencia y hacerme consciente de mis transformaciones a través de

las acciones que realizo.

En estos tiempos evadimos involuntaria-mente y en algunos casos, voluntariamente, el hecho de hacernos conscientes de nuestras acciones y por tanto responsables de los mismos. El tema de la conciencia en las accio-nes humanas representa para mí una cuestión capital en las transformaciones humanas. El hombre debe ser consciente de sus metamor-fosis para poder dar cuenta de ellas y así lograr un mejor desarrollo de su ser.

No todos queremos darnos cuenta de estas transformaciones porque quizás no las com-prendemos ó tal vez porque nosotros no cambiamos sino que más bien nos cambian.

En la actualidad hay circunstancias que cam-bian al hombre sin que este se dé cuenta y que lo llevan a realizar cambios programados por otros individuos que quieren aprovecharse de estas transformaciones. Un ejemplo de esto es el marketing indiscriminado que intenta mol-dear una �gura única del hombre, que utilice tal o cual marca y que piense de una determi-nada manera; encerrar al hombre y terminar con su singular forma de ser: el ser que cambia.

Así pues tenemos que este tipo de circunstancias que comienzan a mol-dear a un hombre ad hoc y lo despo-jan de esa espontaneidad y de sus posibilidades de ser, pasan para muchos inadvertidas y son tomadas con toda naturalidad por parte de las personas, las cuales comienzan a realizar, tal vez, su última transforma-ción, la de mimetizarse con estas ideas y entonces el cambio deja de serlo y se convierte en inmovilidad.

El hombre debe entonces despertar de este letargo, activarse ante esta inmovilidad y comenzar a pensar, el pensamiento es acción, la re�exión es praxis. Spinoza nos recuerda en el II axioma de la segunda parte de su libro Ética que “El hombre piensa” y por ende debe tener conciencia de sus acciones y re�exionar sobre ellas. La re�exión consciente de su ser lo lleva a responsabilizarse del mismo y entonces poder darse cuenta de su metamorfosis y así de esta forma ayudar a sus iguales para que inicien su re�exión propia y a través de ella apropiarse o re-apropiarse de su ser y por ende, de sus transformaciones.

La responsabilidaddel cambio

La responsabilidaddel cambio

2da. parte

Foto por: Archivo Túnika, metamorfosis

Como dijimos en un

principio el hombre

cambia sin embargo,

este cambio ¿puede

cesar? Qué es lo que

hace que este cambio

ya no se dé.

Como dijimos en un

principio el hombre

cambia sin embargo,

este cambio ¿puede

cesar? Qué es lo que

hace que este cambio

ya no se dé.

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Internacional 14Mayo 2012 percepciones

08Junio 2012 percepciones07 sociedad 09Junio 2012 percepciones

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

Al hablar del movi-miento estudiantil del”# yo soy 132” recordamos el ataque de los halcones a aquel movi-miento estudiantil antecesor, que se presentó en la marcha del silencio del 10 de junio de 1971. Recordamos el signi�ca-do y la importantísima reper-cusión de las movilizaciones juveniles en la lucha por la transformación democrática de México; cuando hoy en día los estudiantes siguen pidien-do democratización sobre todo de los medios de comuni-cación como la televisión.

También recordamos en la marcha del 10 de junio la

brutalidad del régimen priísta para responder a la vigorosa y pací�ca protesta estudiantil con sendas masacres. Y lo hacemos manteniendo la bandera de la justicia contra la impunidad. Recordamos este acontecimiento trágico, en el contexto del movimien-to “# yo soy 132”, movimiento esperanzador en muchos sentidos, que, aunque dife-rente al de aquella época, nos hace recordar con renovado aliento algunos aspectos:

Recordamos de aquellos movimientos, el empodera-miento que presentaron –donde mezclaban la alegría

01 Sociedad

Antecesores

y la irreverencia—los jóvenes en las asambleas, las brigadas y las manifestaciones; lo cual fue respondido con extrema violencia por el gobierno, primeramente por Díaz Ordaz en 1968 y después por el gobierno de Luis Echeverría en 1971.

Así con todo el aparato repre-sivo en contra y con un cerco mediático total, cada acción del estudiantado adquirió una acción épica. No existían las redes para comunicarse, pero sí una red de mimeógrafos en las que se producían miles de volantes. En esa época, se gestó y se desplegó entre los

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08Junio 2012 percepciones07 sociedad 09Junio 2012 percepciones

02Mayo 2012 percepciones

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No más “batallones Olimpia”, no más” halcones”: grupos de

choque violento contratados por el gobierno para masacrar a los

estudiantes de aquellos años.

jóvenes un espíritu solidario que propició de manera pronta, una reacción abusiva y represiva por parte de la policía y del ejercito; lo cual, incitó de manera inmediata protestas juveniles multitudi-narias; esto si que fue un verdadero desafío para el régimen autoritario.

El zócalo que, se había carac-terizado por llevarse a cabo en él actos o�ciales con “acarrea-dos”, ahora, a partir de ese momento, pasó a constituirse en el lugar de reunión de las manifestaciones por la demo-cracia; ahí veíamos manifesta-ciones estudiantiles con rótu-los y pancartas en contra de la policía, del ejército y del gobierno; consignas y frases que decían:

“Nada con la fuerza, todo con la razón”, “Libros sí, bayonetas no”, “No somos uno, no somos cien; prensa vendida, cuéntanos bien”.

En todos estos actos, los estu-diantes con toda valentía y con la seguridad que les permitía su juventud, manifes-taban sus ideales haciendo la V de la victoria con la mano.

Ahora, de manera esperanza-dora surge en nosotros el

actual movimiento estudiantil “#yo soy 132”, protestando contra la desinformación de televisa y contra la estigmati-zación que ese y otros medios hacen a quienes se oponen a la imposición de un candidato a la presidencia y que repre-senta al viejo régimen autori-tario que ha usado siempre la violencia contra la disidencia.

Los jóvenes estudiantes son ahora, otra vez, portadores del malestar acumulado en la sociedad; malestar contra todas las políticas neolibera-les que han llevado a la pobreza, a la exclusión y a la desesperanza a muchos.

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

El vínculo solidario que se dio en este movimiento actual del “# yo soy 132” entre estudian-tes de instituciones públicas y privadas, es un rasgo muy importante para la gente consciente, en este caso los estudiantes: porque saben que a todos nos afectan los resulta-dos de las políticas neolibera-les, saben que el futuro es desesperanzador tanto para los que no han podido estu-diar, como para los que sí lo han hecho; por eso impulsan un cambio de rumbo hacia la justicia, hacia la democracia verdadera, a abatir la corrup-ción y la impunidad.

Seguir pugnando por el casti-go a los responsables de la represión de 1968 y de 1971 sería un buen puente entre los estudiantes de aquel entonces con los estudiantes del “# yo soy 132”.

Por: José de Jesús Calderón Hernández

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08Junio 2012 percepciones07 sociedad 09Junio 2012 percepciones

Foto por: Ulric Collette

03 Sociedad

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La Primavera Mexicana

España como país colonialista que ha sido desde los tiempos de la conquista, es fiel a

la política de los países imperialistas de aplicar castigos ejemplares a aquellos

países que no se alineen a sus políticas económicas; utilizando en ellos: métodos de bloqueo, procesos desestabilizadores,

estrangulamiento económico, magnicidios o golpes de Estado.

,Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

Al hablar del movi-miento estudiantil del”# yo soy 132” recordamos el ataque de los halcones a aquel movi-miento estudiantil antecesor, que se presentó en la marcha del silencio del 10 de junio de 1971. Recordamos el signi�ca-do y la importantísima reper-cusión de las movilizaciones juveniles en la lucha por la transformación democrática de México; cuando hoy en día los estudiantes siguen pidien-do democratización sobre todo de los medios de comuni-cación como la televisión.

También recordamos en la marcha del 10 de junio la

brutalidad del régimen priísta para responder a la vigorosa y pací�ca protesta estudiantil con sendas masacres. Y lo hacemos manteniendo la bandera de la justicia contra la impunidad. Recordamos este acontecimiento trágico, en el contexto del movimien-to “# yo soy 132”, movimiento esperanzador en muchos sentidos, que, aunque dife-rente al de aquella época, nos hace recordar con renovado aliento algunos aspectos:

Recordamos de aquellos movimientos, el empodera-miento que presentaron –donde mezclaban la alegría

01 Sociedad

No más “batallones Olimpia”, no más” halcones”: grupos de

choque violento contratados por el gobierno para masacrar a los

estudiantes de aquellos años.

Antecesores

y la irreverencia—los jóvenes en las asambleas, las brigadas y las manifestaciones; lo cual fue respondido con extrema violencia por el gobierno, primeramente por Díaz Ordaz en 1968 y después por el gobierno de Luis Echeverría en 1971.

Así con todo el aparato repre-sivo en contra y con un cerco mediático total, cada acción del estudiantado adquirió una acción épica. No existían las redes para comunicarse, pero sí una red de mimeógrafos en las que se producían miles de volantes. En esa época, se gestó y se desplegó entre los

jóvenes un espíritu solidario que propició de manera pronta, una reacción abusiva y represiva por parte de la policía y del ejercito; lo cual, incitó de manera inmediata protestas juveniles multitudi-narias; esto si que fue un verdadero desafío para el régimen autoritario.

El zócalo que, se había carac-terizado por llevarse a cabo en él actos o�ciales con “acarrea-dos”, ahora, a partir de ese momento, pasó a constituirse en el lugar de reunión de las manifestaciones por la demo-cracia; ahí veíamos manifesta-ciones estudiantiles con rótu-los y pancartas en contra de la policía, del ejército y del gobierno; consignas y frases que decían:

“Nada con la fuerza, todo con la razón”, “Libros sí, bayonetas no”, “No somos uno, no somos cien; prensa vendida, cuéntanos bien”.

En todos estos actos, los estu-diantes con toda valentía y con la seguridad que les permitía su juventud, manifes-taban sus ideales haciendo la V de la victoria con la mano.

Ahora, de manera esperanza-dora surge en nosotros el

actual movimiento estudiantil “#yo soy 132”, protestando contra la desinformación de televisa y contra la estigmati-zación que ese y otros medios hacen a quienes se oponen a la imposición de un candidato a la presidencia y que repre-senta al viejo régimen autori-tario que ha usado siempre la violencia contra la disidencia.

Los jóvenes estudiantes son ahora, otra vez, portadores del malestar acumulado en la sociedad; malestar contra todas las políticas neolibera-les que han llevado a la pobreza, a la exclusión y a la desesperanza a muchos.

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

El vínculo solidario que se dio en este movimiento actual del “# yo soy 132” entre estudian-tes de instituciones públicas y privadas, es un rasgo muy importante para la gente consciente, en este caso los estudiantes: porque saben que a todos nos afectan los resulta-dos de las políticas neolibera-les, saben que el futuro es desesperanzador tanto para los que no han podido estu-diar, como para los que sí lo han hecho; por eso impulsan un cambio de rumbo hacia la justicia, hacia la democracia verdadera, a abatir la corrup-ción y la impunidad.

Seguir pugnando por el casti-go a los responsables de la represión de 1968 y de 1971 sería un buen puente entre los estudiantes de aquel entonces con los estudiantes del “# yo soy 132”.

Por: José de Jesús Calderón Hernández

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Foto por: Ulric Collette

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También tenemos a los jóvenes estudiantes de Chile, que con su “Movi-miento Estudiantil” protestaron por la privatización de la educación.

Para sorpresa de muchos también tene-mos un movimiento que surge en nuestro país donde nadie se podía imaginar lo que ocurriría, y que sería en el apático México, ¡Sí! en el país donde no sucede nada, donde el mexicano todo lo aguanta, ¡Ahí! en el lugar menos pensado, y que sería en la UIA (Universidad Ibero Ameri-cana), una Institución, donde la Ideología Universitaria dista de preocuparse por los problemas sociales, esto ocurrido en la memorable fecha del 11 de mayo (M-11) y así surgió, el movimiento estudiantil “#YoSoy132”.

Cuando Enrique Peña Nieto, candidato a la presidencia de México, realizando un acto de proselitismo, fue cuestionado por los estudiantes de la UIA por los crímenes cometidos en San Salvador Atenco, duran-te su gestión como gobernador del Estado

Por: José de Jesús Calderón Hernández

de México. En ese momento, los jóvenes también le reclamaron los turbios nego-cios que hizo con televisa, para que esta lo apoyara en su campaña de proselitismo político a la presidencia; además de lo anterior, los universitarios reprobaron la falta de equidad y de neutralidad de Televisa y llenos de indignación, gritaron consignas como: “Enrique Peña no te queremos”, o… “Atenco no se olvida”, o “Televisa vendida”.

stas manifestaciones de recha-zo hacia el candidato, impulsaron a éste a asumir una actitud represiva e intimidato-ria hacia los jóvenes, al calificarlos de “porros, manipulados y acarreados”; además de quererlos amedrentar al decir-les que ya los tenían identificados. A todo esto, los estudiantes al día siguiente, con toda valentía, se identificaron con su credencial ante los medios públicos, diciendo: Nosotros somos los 131 identifi-cados de Peña Nieto y, “no somos porros, ni acarreados, ni manipulados”.

La reacción a este vergonzoso acto represivo por parte de Enrique Peña Nieto no se hizo esperar, ya que estudiantes de otras escuelas públicas y privadas, apoya-dos por mucha gente de la sociedad civil dijeron: “ellos son el # 131” y “nosotros somos el # 132”. Estas expresiones de solidaridad generaron de manera conmo-vedora el movimiento “# yo soy 132” cuya forma de operar es básicamente a través de las redes de Internet.

Que añoranza de aquel movimiento épico de jóvenes del año de 1968 quienes de una manera rústica, informaban a la gente las mentiras del gobierno y de la Prensa; a través de movilizaciones y de volantes escritos con “mimeógrafo”; y así

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como en aquella época estos jóvenes fueron amenazados por el entonces presi-dente Gustavo Díaz Ordaz, cuando dijo: “Los estudiantes son unos intolerantes, apláquense o los enseñaremos a respe-tar”, relacionamos las palabras de Enri-que Peña Nieto, sin mucha diferencia de las de Don Gustavo, cuando en su afán de justificarse por los crímenes de Atenco, dijo: “…asumo personalmente la respon-sabilidad que tomé para restablecer el orden y la paz en el legítimo derecho que tiene el Estado Mexicano de hacer uso de la fuerza pública”.

na imagen televisiva es tan impactante que, tan sólo con el acto de ver, se anula la capacidad de discurrir; la fuerza arrolladora de la imagen rompe el sistema de equilibrios: porque descontex-tualiza. La televisión viene a constituirse como la autoridad y en consecuencia induce a opinar de una manera equivoca-da; ya sea en la elección de los candidatos o en la forma de ayudar a vencer al ven-cedor. En esta forma, el enemigo a vencer, no son los políticos, somos nosotros mismos, por nuestra falta de conciencia, porque pensamos en nuestro beneficio propio y no en el de todos en su conjunto.

El “#yo soy 132” es un ejemplo que cautiva y enorgullece. ¡México gritó me-diante las voces de los jóvenes!. La prima-vera Mexicana ha florecido con las voces de los jóvenes de la Ibero; pese a las amenazas del gobierno y al desprestigio que está haciendo en ellos la televisión. Como dijera el poeta Pablo Neruda:

“Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener

la primavera”

04Junio 2012 percepciones

La primavera árabe tuvo su inicio, cuando un universitario Tunecino, despro-visto de dinero por la falta de oportunida-des para acomodarse en un campo de su profesión, tuvo que dedicarse a la venta de frutas y verduras; frustrado por la cruda situación de pobreza que ha dejado el Neoliberalismo, optó por la forma más impactante de hacerse escuchar ante todos, y que fue… la de inmolarse en presencia de muchas personas que esta-ban a su alrededor.

Esta tragedia detonó una insurrección local, que prendió la imaginación de más de 360 millones de árabes; suscitándose

Llamamos “Primavera Árabe” a un despertar radical de la conciencia del mundo árabe que le permitió deshacerse de algunos dictadores, y desatar al mismo tiempo transformaciones profundas que le permitieron ser escuchados por el resto del mundo.

alzamientos populares en países como Túnez, Egipto, Libia y lo más sorprendente de todo, es que cautivó a grupos de jóve-nes de otros países, que a través de movi-lizaciones sociales pacíficas han protesta-do contra el depredador modelo econó-mico que nos rige a nivel mundial.

Así tenemos a los jóvenes de España que se auto nombraron los “Indignados”, éstos protestaron muchas veces en la plaza principal de España, por el desem-pleo y por la falta de oportunidades de trabajo para los jóvenes; después surgie-ron los “Ocupas” en Estados Unidos, cuya estrategia ha sido la de plantarse en las sedes de los grandes centros financieros del mundo, principalmente “Wall Street”.

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

Al hablar del movi-miento estudiantil del”# yo soy 132” recordamos el ataque de los halcones a aquel movi-miento estudiantil antecesor, que se presentó en la marcha del silencio del 10 de junio de 1971. Recordamos el signi�ca-do y la importantísima reper-cusión de las movilizaciones juveniles en la lucha por la transformación democrática de México; cuando hoy en día los estudiantes siguen pidien-do democratización sobre todo de los medios de comuni-cación como la televisión.

También recordamos en la marcha del 10 de junio la

brutalidad del régimen priísta para responder a la vigorosa y pací�ca protesta estudiantil con sendas masacres. Y lo hacemos manteniendo la bandera de la justicia contra la impunidad. Recordamos este acontecimiento trágico, en el contexto del movimien-to “# yo soy 132”, movimiento esperanzador en muchos sentidos, que, aunque dife-rente al de aquella época, nos hace recordar con renovado aliento algunos aspectos:

Recordamos de aquellos movimientos, el empodera-miento que presentaron –donde mezclaban la alegría

01 Sociedad

No más “batallones Olimpia”, no más” halcones”: grupos de

choque violento contratados por el gobierno para masacrar a los

estudiantes de aquellos años.

Antecesores

y la irreverencia—los jóvenes en las asambleas, las brigadas y las manifestaciones; lo cual fue respondido con extrema violencia por el gobierno, primeramente por Díaz Ordaz en 1968 y después por el gobierno de Luis Echeverría en 1971.

Así con todo el aparato repre-sivo en contra y con un cerco mediático total, cada acción del estudiantado adquirió una acción épica. No existían las redes para comunicarse, pero sí una red de mimeógrafos en las que se producían miles de volantes. En esa época, se gestó y se desplegó entre los

jóvenes un espíritu solidario que propició de manera pronta, una reacción abusiva y represiva por parte de la policía y del ejercito; lo cual, incitó de manera inmediata protestas juveniles multitudi-narias; esto si que fue un verdadero desafío para el régimen autoritario.

El zócalo que, se había carac-terizado por llevarse a cabo en él actos o�ciales con “acarrea-dos”, ahora, a partir de ese momento, pasó a constituirse en el lugar de reunión de las manifestaciones por la demo-cracia; ahí veíamos manifesta-ciones estudiantiles con rótu-los y pancartas en contra de la policía, del ejército y del gobierno; consignas y frases que decían:

“Nada con la fuerza, todo con la razón”, “Libros sí, bayonetas no”, “No somos uno, no somos cien; prensa vendida, cuéntanos bien”.

En todos estos actos, los estu-diantes con toda valentía y con la seguridad que les permitía su juventud, manifes-taban sus ideales haciendo la V de la victoria con la mano.

Ahora, de manera esperanza-dora surge en nosotros el

actual movimiento estudiantil “#yo soy 132”, protestando contra la desinformación de televisa y contra la estigmati-zación que ese y otros medios hacen a quienes se oponen a la imposición de un candidato a la presidencia y que repre-senta al viejo régimen autori-tario que ha usado siempre la violencia contra la disidencia.

Los jóvenes estudiantes son ahora, otra vez, portadores del malestar acumulado en la sociedad; malestar contra todas las políticas neolibera-les que han llevado a la pobreza, a la exclusión y a la desesperanza a muchos.

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

El vínculo solidario que se dio en este movimiento actual del “# yo soy 132” entre estudian-tes de instituciones públicas y privadas, es un rasgo muy importante para la gente consciente, en este caso los estudiantes: porque saben que a todos nos afectan los resulta-dos de las políticas neolibera-les, saben que el futuro es desesperanzador tanto para los que no han podido estu-diar, como para los que sí lo han hecho; por eso impulsan un cambio de rumbo hacia la justicia, hacia la democracia verdadera, a abatir la corrup-ción y la impunidad.

Seguir pugnando por el casti-go a los responsables de la represión de 1968 y de 1971 sería un buen puente entre los estudiantes de aquel entonces con los estudiantes del “# yo soy 132”.

Por: José de Jesús Calderón Hernández

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También tenemos a los jóvenes estudiantes de Chile, que con su “Movi-miento Estudiantil” protestaron por la privatización de la educación.

Para sorpresa de muchos también tene-mos un movimiento que surge en nuestro país donde nadie se podía imaginar lo que ocurriría, y que sería en el apático México, ¡Sí! en el país donde no sucede nada, donde el mexicano todo lo aguanta, ¡Ahí! en el lugar menos pensado, y que sería en la UIA (Universidad Ibero Ameri-cana), una Institución, donde la Ideología Universitaria dista de preocuparse por los problemas sociales, esto ocurrido en la memorable fecha del 11 de mayo (M-11) y así surgió, el movimiento estudiantil “#YoSoy132”.

Cuando Enrique Peña Nieto, candidato a la presidencia de México, realizando un acto de proselitismo, fue cuestionado por los estudiantes de la UIA por los crímenes cometidos en San Salvador Atenco, duran-te su gestión como gobernador del Estado

de México. En ese momento, los jóvenes también le reclamaron los turbios nego-cios que hizo con televisa, para que esta lo apoyara en su campaña de proselitismo político a la presidencia; además de lo anterior, los universitarios reprobaron la falta de equidad y de neutralidad de Televisa y llenos de indignación, gritaron consignas como: “Enrique Peña no te queremos”, o… “Atenco no se olvida”, o “Televisa vendida”.

stas manifestaciones de recha-zo hacia el candidato, impulsaron a éste a asumir una actitud represiva e intimidato-ria hacia los jóvenes, al calificarlos de “porros, manipulados y acarreados”; además de quererlos amedrentar al decir-les que ya los tenían identificados. A todo esto, los estudiantes al día siguiente, con toda valentía, se identificaron con su credencial ante los medios públicos, diciendo: Nosotros somos los 131 identifi-cados de Peña Nieto y, “no somos porros, ni acarreados, ni manipulados”.

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Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

Al hablar del movi-miento estudiantil del”# yo soy 132” recordamos el ataque de los halcones a aquel movi-miento estudiantil antecesor, que se presentó en la marcha del silencio del 10 de junio de 1971. Recordamos el signi�ca-do y la importantísima reper-cusión de las movilizaciones juveniles en la lucha por la transformación democrática de México; cuando hoy en día los estudiantes siguen pidien-do democratización sobre todo de los medios de comuni-cación como la televisión.

También recordamos en la marcha del 10 de junio la

brutalidad del régimen priísta para responder a la vigorosa y pací�ca protesta estudiantil con sendas masacres. Y lo hacemos manteniendo la bandera de la justicia contra la impunidad. Recordamos este acontecimiento trágico, en el contexto del movimien-to “# yo soy 132”, movimiento esperanzador en muchos sentidos, que, aunque dife-rente al de aquella época, nos hace recordar con renovado aliento algunos aspectos:

Recordamos de aquellos movimientos, el empodera-miento que presentaron –donde mezclaban la alegría

01 Sociedad

No más “batallones Olimpia”, no más” halcones”: grupos de

choque violento contratados por el gobierno para masacrar a los

estudiantes de aquellos años.

Antecesores

y la irreverencia—los jóvenes en las asambleas, las brigadas y las manifestaciones; lo cual fue respondido con extrema violencia por el gobierno, primeramente por Díaz Ordaz en 1968 y después por el gobierno de Luis Echeverría en 1971.

Así con todo el aparato repre-sivo en contra y con un cerco mediático total, cada acción del estudiantado adquirió una acción épica. No existían las redes para comunicarse, pero sí una red de mimeógrafos en las que se producían miles de volantes. En esa época, se gestó y se desplegó entre los

jóvenes un espíritu solidario que propició de manera pronta, una reacción abusiva y represiva por parte de la policía y del ejercito; lo cual, incitó de manera inmediata protestas juveniles multitudi-narias; esto si que fue un verdadero desafío para el régimen autoritario.

El zócalo que, se había carac-terizado por llevarse a cabo en él actos o�ciales con “acarrea-dos”, ahora, a partir de ese momento, pasó a constituirse en el lugar de reunión de las manifestaciones por la demo-cracia; ahí veíamos manifesta-ciones estudiantiles con rótu-los y pancartas en contra de la policía, del ejército y del gobierno; consignas y frases que decían:

“Nada con la fuerza, todo con la razón”, “Libros sí, bayonetas no”, “No somos uno, no somos cien; prensa vendida, cuéntanos bien”.

En todos estos actos, los estu-diantes con toda valentía y con la seguridad que les permitía su juventud, manifes-taban sus ideales haciendo la V de la victoria con la mano.

Ahora, de manera esperanza-dora surge en nosotros el

actual movimiento estudiantil “#yo soy 132”, protestando contra la desinformación de televisa y contra la estigmati-zación que ese y otros medios hacen a quienes se oponen a la imposición de un candidato a la presidencia y que repre-senta al viejo régimen autori-tario que ha usado siempre la violencia contra la disidencia.

Los jóvenes estudiantes son ahora, otra vez, portadores del malestar acumulado en la sociedad; malestar contra todas las políticas neolibera-les que han llevado a la pobreza, a la exclusión y a la desesperanza a muchos.

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

El vínculo solidario que se dio en este movimiento actual del “# yo soy 132” entre estudian-tes de instituciones públicas y privadas, es un rasgo muy importante para la gente consciente, en este caso los estudiantes: porque saben que a todos nos afectan los resulta-dos de las políticas neolibera-les, saben que el futuro es desesperanzador tanto para los que no han podido estu-diar, como para los que sí lo han hecho; por eso impulsan un cambio de rumbo hacia la justicia, hacia la democracia verdadera, a abatir la corrup-ción y la impunidad.

Seguir pugnando por el casti-go a los responsables de la represión de 1968 y de 1971 sería un buen puente entre los estudiantes de aquel entonces con los estudiantes del “# yo soy 132”.

Por: José de Jesús Calderón Hernández

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La indiferencia en el ser humano con respecto a su propio ser y a sus cambios representa, desde mi perspectiva, el acabose de la singularidad del hombre. Que el hombre deje de ser espontáneo, lo lleva a ser un “ser” que se determina, esta determinación repre-senta su �n ya que signi�ca su inmovilidad. El hombre es acción, movimiento; pero desde hace un tiempo ha decidido sacri�car gran parte de estas cuestiones a cambio de confort, esto con la �nalidad de esforzarse menos y desgastarse lo menos posible; en algún senti-do moverse lo menos posible.

Retomemos ahora la idea de la responsabilidad y el cambio. El

hecho de hacerme responsable de estos cambios, de este darme

cuenta y dar cuenta de mi metamorfosis, me signi�ca tener

conciencia y hacerme consciente de mis transformaciones a través de

las acciones que realizo.

En estos tiempos evadimos involuntaria-mente y en algunos casos, voluntariamente, el hecho de hacernos conscientes de nuestras acciones y por tanto responsables de los mismos. El tema de la conciencia en las accio-nes humanas representa para mí una cuestión capital en las transformaciones humanas. El hombre debe ser consciente de sus metamor-fosis para poder dar cuenta de ellas y así lograr un mejor desarrollo de su ser.

No todos queremos darnos cuenta de estas transformaciones porque quizás no las com-prendemos ó tal vez porque nosotros no cambiamos sino que más bien nos cambian.

En la actualidad hay circunstancias que cam-bian al hombre sin que este se dé cuenta y que lo llevan a realizar cambios programados por otros individuos que quieren aprovecharse de estas transformaciones. Un ejemplo de esto es el marketing indiscriminado que intenta mol-dear una �gura única del hombre, que utilice tal o cual marca y que piense de una determi-nada manera; encerrar al hombre y terminar con su singular forma de ser: el ser que cambia.

Así pues tenemos que este tipo de circunstancias que comienzan a mol-dear a un hombre ad hoc y lo despo-jan de esa espontaneidad y de sus posibilidades de ser, pasan para muchos inadvertidas y son tomadas con toda naturalidad por parte de las personas, las cuales comienzan a realizar, tal vez, su última transforma-ción, la de mimetizarse con estas ideas y entonces el cambio deja de serlo y se convierte en inmovilidad.

El hombre debe entonces despertar de este letargo, activarse ante esta inmovilidad y comenzar a pensar, el pensamiento es acción, la re�exión es praxis. Spinoza nos recuerda en el II axioma de la segunda parte de su libro Ética que “El hombre piensa” y por ende debe tener conciencia de sus acciones y re�exionar sobre ellas. La re�exión consciente de su ser lo lleva a responsabilizarse del mismo y entonces poder darse cuenta de su metamorfosis y así de esta forma ayudar a sus iguales para que inicien su re�exión propia y a través de ella apropiarse o re-apropiarse de su ser y por ende, de sus transformaciones.

La responsabilidaddel cambio

La responsabilidaddel cambio

2da. parte

Foto por: Archivo Túnika, metamorfosis

Como dijimos en un

principio el hombre

cambia sin embargo,

este cambio ¿puede

cesar? Qué es lo que

hace que este cambio

ya no se dé.

Como dijimos en un

principio el hombre

cambia sin embargo,

este cambio ¿puede

cesar? Qué es lo que

hace que este cambio

ya no se dé.

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Internacional 14Mayo 2012 percepciones

08Junio 2012 percepciones07 sociedad 09Junio 2012 percepciones

Por: José de Jesús Calderón Hernández

La reacción a este vergonzoso acto represivo por parte de Enrique Peña Nieto no se hizo esperar, ya que estudiantes de otras escuelas públicas y privadas, apoya-dos por mucha gente de la sociedad civil dijeron: “ellos son el # 131” y “nosotros somos el # 132”. Estas expresiones de solidaridad generaron de manera conmo-vedora el movimiento “# yo soy 132” cuya forma de operar es básicamente a través de las redes de Internet.

Que añoranza de aquel movimiento épico de jóvenes del año de 1968 quienes de una manera rústica, informaban a la gente las mentiras del gobierno y de la Prensa; a través de movilizaciones y de volantes escritos con “mimeógrafo”; y así

U

como en aquella época estos jóvenes fueron amenazados por el entonces presi-dente Gustavo Díaz Ordaz, cuando dijo: “Los estudiantes son unos intolerantes, apláquense o los enseñaremos a respe-tar”, relacionamos las palabras de Enri-que Peña Nieto, sin mucha diferencia de las de Don Gustavo, cuando en su afán de justificarse por los crímenes de Atenco, dijo: “…asumo personalmente la respon-sabilidad que tomé para restablecer el orden y la paz en el legítimo derecho que tiene el Estado Mexicano de hacer uso de la fuerza pública”.

na imagen televisiva es tan impactante que, tan sólo con el acto de ver, se anula la capacidad de discurrir; la fuerza arrolladora de la imagen rompe el sistema de equilibrios: porque descontex-tualiza. La televisión viene a constituirse como la autoridad y en consecuencia induce a opinar de una manera equivoca-da; ya sea en la elección de los candidatos o en la forma de ayudar a vencer al ven-cedor. En esta forma, el enemigo a vencer, no son los políticos, somos nosotros mismos, por nuestra falta de conciencia, porque pensamos en nuestro beneficio propio y no en el de todos en su conjunto.

El “#yo soy 132” es un ejemplo que cautiva y enorgullece. ¡México gritó me-diante las voces de los jóvenes!. La prima-vera Mexicana ha florecido con las voces de los jóvenes de la Ibero; pese a las amenazas del gobierno y al desprestigio que está haciendo en ellos la televisión. Como dijera el poeta Pablo Neruda:

“Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener

la primavera”

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

Al hablar del movi-miento estudiantil del”# yo soy 132” recordamos el ataque de los halcones a aquel movi-miento estudiantil antecesor, que se presentó en la marcha del silencio del 10 de junio de 1971. Recordamos el signi�ca-do y la importantísima reper-cusión de las movilizaciones juveniles en la lucha por la transformación democrática de México; cuando hoy en día los estudiantes siguen pidien-do democratización sobre todo de los medios de comuni-cación como la televisión.

También recordamos en la marcha del 10 de junio la

brutalidad del régimen priísta para responder a la vigorosa y pací�ca protesta estudiantil con sendas masacres. Y lo hacemos manteniendo la bandera de la justicia contra la impunidad. Recordamos este acontecimiento trágico, en el contexto del movimien-to “# yo soy 132”, movimiento esperanzador en muchos sentidos, que, aunque dife-rente al de aquella época, nos hace recordar con renovado aliento algunos aspectos:

Recordamos de aquellos movimientos, el empodera-miento que presentaron –donde mezclaban la alegría

01 Sociedad

No más “batallones Olimpia”, no más” halcones”: grupos de

choque violento contratados por el gobierno para masacrar a los

estudiantes de aquellos años.

Antecesores

y la irreverencia—los jóvenes en las asambleas, las brigadas y las manifestaciones; lo cual fue respondido con extrema violencia por el gobierno, primeramente por Díaz Ordaz en 1968 y después por el gobierno de Luis Echeverría en 1971.

Así con todo el aparato repre-sivo en contra y con un cerco mediático total, cada acción del estudiantado adquirió una acción épica. No existían las redes para comunicarse, pero sí una red de mimeógrafos en las que se producían miles de volantes. En esa época, se gestó y se desplegó entre los

jóvenes un espíritu solidario que propició de manera pronta, una reacción abusiva y represiva por parte de la policía y del ejercito; lo cual, incitó de manera inmediata protestas juveniles multitudi-narias; esto si que fue un verdadero desafío para el régimen autoritario.

El zócalo que, se había carac-terizado por llevarse a cabo en él actos o�ciales con “acarrea-dos”, ahora, a partir de ese momento, pasó a constituirse en el lugar de reunión de las manifestaciones por la demo-cracia; ahí veíamos manifesta-ciones estudiantiles con rótu-los y pancartas en contra de la policía, del ejército y del gobierno; consignas y frases que decían:

“Nada con la fuerza, todo con la razón”, “Libros sí, bayonetas no”, “No somos uno, no somos cien; prensa vendida, cuéntanos bien”.

En todos estos actos, los estu-diantes con toda valentía y con la seguridad que les permitía su juventud, manifes-taban sus ideales haciendo la V de la victoria con la mano.

Ahora, de manera esperanza-dora surge en nosotros el

actual movimiento estudiantil “#yo soy 132”, protestando contra la desinformación de televisa y contra la estigmati-zación que ese y otros medios hacen a quienes se oponen a la imposición de un candidato a la presidencia y que repre-senta al viejo régimen autori-tario que ha usado siempre la violencia contra la disidencia.

Los jóvenes estudiantes son ahora, otra vez, portadores del malestar acumulado en la sociedad; malestar contra todas las políticas neolibera-les que han llevado a la pobreza, a la exclusión y a la desesperanza a muchos.

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

El vínculo solidario que se dio en este movimiento actual del “# yo soy 132” entre estudian-tes de instituciones públicas y privadas, es un rasgo muy importante para la gente consciente, en este caso los estudiantes: porque saben que a todos nos afectan los resulta-dos de las políticas neolibera-les, saben que el futuro es desesperanzador tanto para los que no han podido estu-diar, como para los que sí lo han hecho; por eso impulsan un cambio de rumbo hacia la justicia, hacia la democracia verdadera, a abatir la corrup-ción y la impunidad.

Seguir pugnando por el casti-go a los responsables de la represión de 1968 y de 1971 sería un buen puente entre los estudiantes de aquel entonces con los estudiantes del “# yo soy 132”.

Por: José de Jesús Calderón Hernández

02JUNIO 2012 percepciones

0 6Junio 2012 percepciones

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07 sociedad

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

Al hablar del movi-miento estudiantil del”# yo soy 132” recordamos el ataque de los halcones a aquel movi-miento estudiantil antecesor, que se presentó en la marcha del silencio del 10 de junio de 1971. Recordamos el signi�ca-do y la importantísima reper-cusión de las movilizaciones juveniles en la lucha por la transformación democrática de México; cuando hoy en día los estudiantes siguen pidien-do democratización sobre todo de los medios de comuni-cación como la televisión.

También recordamos en la marcha del 10 de junio la

brutalidad del régimen priísta para responder a la vigorosa y pací�ca protesta estudiantil con sendas masacres. Y lo hacemos manteniendo la bandera de la justicia contra la impunidad. Recordamos este acontecimiento trágico, en el contexto del movimien-to “# yo soy 132”, movimiento esperanzador en muchos sentidos, que, aunque dife-rente al de aquella época, nos hace recordar con renovado aliento algunos aspectos:

Recordamos de aquellos movimientos, el empodera-miento que presentaron –donde mezclaban la alegría

01 Sociedad

No más “batallones Olimpia”, no más” halcones”: grupos de

choque violento contratados por el gobierno para masacrar a los

estudiantes de aquellos años.

Antecesores

y la irreverencia—los jóvenes en las asambleas, las brigadas y las manifestaciones; lo cual fue respondido con extrema violencia por el gobierno, primeramente por Díaz Ordaz en 1968 y después por el gobierno de Luis Echeverría en 1971.

Así con todo el aparato repre-sivo en contra y con un cerco mediático total, cada acción del estudiantado adquirió una acción épica. No existían las redes para comunicarse, pero sí una red de mimeógrafos en las que se producían miles de volantes. En esa época, se gestó y se desplegó entre los

jóvenes un espíritu solidario que propició de manera pronta, una reacción abusiva y represiva por parte de la policía y del ejercito; lo cual, incitó de manera inmediata protestas juveniles multitudi-narias; esto si que fue un verdadero desafío para el régimen autoritario.

El zócalo que, se había carac-terizado por llevarse a cabo en él actos o�ciales con “acarrea-dos”, ahora, a partir de ese momento, pasó a constituirse en el lugar de reunión de las manifestaciones por la demo-cracia; ahí veíamos manifesta-ciones estudiantiles con rótu-los y pancartas en contra de la policía, del ejército y del gobierno; consignas y frases que decían:

“Nada con la fuerza, todo con la razón”, “Libros sí, bayonetas no”, “No somos uno, no somos cien; prensa vendida, cuéntanos bien”.

En todos estos actos, los estu-diantes con toda valentía y con la seguridad que les permitía su juventud, manifes-taban sus ideales haciendo la V de la victoria con la mano.

Ahora, de manera esperanza-dora surge en nosotros el

actual movimiento estudiantil “#yo soy 132”, protestando contra la desinformación de televisa y contra la estigmati-zación que ese y otros medios hacen a quienes se oponen a la imposición de un candidato a la presidencia y que repre-senta al viejo régimen autori-tario que ha usado siempre la violencia contra la disidencia.

Los jóvenes estudiantes son ahora, otra vez, portadores del malestar acumulado en la sociedad; malestar contra todas las políticas neolibera-les que han llevado a la pobreza, a la exclusión y a la desesperanza a muchos.

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

El vínculo solidario que se dio en este movimiento actual del “# yo soy 132” entre estudian-tes de instituciones públicas y privadas, es un rasgo muy importante para la gente consciente, en este caso los estudiantes: porque saben que a todos nos afectan los resulta-dos de las políticas neolibera-les, saben que el futuro es desesperanzador tanto para los que no han podido estu-diar, como para los que sí lo han hecho; por eso impulsan un cambio de rumbo hacia la justicia, hacia la democracia verdadera, a abatir la corrup-ción y la impunidad.

Seguir pugnando por el casti-go a los responsables de la represión de 1968 y de 1971 sería un buen puente entre los estudiantes de aquel entonces con los estudiantes del “# yo soy 132”.

Por: José de Jesús Calderón Hernández

02JUNIO 2012 percepciones

La responsabilidaddel cambio

La responsabilidaddel cambio

2da. parte

Foto por: Archivo Túnika, metamorfosis

Como dijimos en un

principio el hombre

cambia sin embargo,

este cambio ¿puede

cesar? Qué es lo que

hace que este cambio

ya no se dé.

Como dijimos en un

principio el hombre

cambia sin embargo,

este cambio ¿puede

cesar? Qué es lo que

hace que este cambio

ya no se dé.

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08Junio 2012 percepciones

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

Al hablar del movi-miento estudiantil del”# yo soy 132” recordamos el ataque de los halcones a aquel movi-miento estudiantil antecesor, que se presentó en la marcha del silencio del 10 de junio de 1971. Recordamos el signi�ca-do y la importantísima reper-cusión de las movilizaciones juveniles en la lucha por la transformación democrática de México; cuando hoy en día los estudiantes siguen pidien-do democratización sobre todo de los medios de comuni-cación como la televisión.

También recordamos en la marcha del 10 de junio la

brutalidad del régimen priísta para responder a la vigorosa y pací�ca protesta estudiantil con sendas masacres. Y lo hacemos manteniendo la bandera de la justicia contra la impunidad. Recordamos este acontecimiento trágico, en el contexto del movimien-to “# yo soy 132”, movimiento esperanzador en muchos sentidos, que, aunque dife-rente al de aquella época, nos hace recordar con renovado aliento algunos aspectos:

Recordamos de aquellos movimientos, el empodera-miento que presentaron –donde mezclaban la alegría

01 Sociedad

No más “batallones Olimpia”, no más” halcones”: grupos de

choque violento contratados por el gobierno para masacrar a los

estudiantes de aquellos años.

Antecesores

y la irreverencia—los jóvenes en las asambleas, las brigadas y las manifestaciones; lo cual fue respondido con extrema violencia por el gobierno, primeramente por Díaz Ordaz en 1968 y después por el gobierno de Luis Echeverría en 1971.

Así con todo el aparato repre-sivo en contra y con un cerco mediático total, cada acción del estudiantado adquirió una acción épica. No existían las redes para comunicarse, pero sí una red de mimeógrafos en las que se producían miles de volantes. En esa época, se gestó y se desplegó entre los

jóvenes un espíritu solidario que propició de manera pronta, una reacción abusiva y represiva por parte de la policía y del ejercito; lo cual, incitó de manera inmediata protestas juveniles multitudi-narias; esto si que fue un verdadero desafío para el régimen autoritario.

El zócalo que, se había carac-terizado por llevarse a cabo en él actos o�ciales con “acarrea-dos”, ahora, a partir de ese momento, pasó a constituirse en el lugar de reunión de las manifestaciones por la demo-cracia; ahí veíamos manifesta-ciones estudiantiles con rótu-los y pancartas en contra de la policía, del ejército y del gobierno; consignas y frases que decían:

“Nada con la fuerza, todo con la razón”, “Libros sí, bayonetas no”, “No somos uno, no somos cien; prensa vendida, cuéntanos bien”.

En todos estos actos, los estu-diantes con toda valentía y con la seguridad que les permitía su juventud, manifes-taban sus ideales haciendo la V de la victoria con la mano.

Ahora, de manera esperanza-dora surge en nosotros el

actual movimiento estudiantil “#yo soy 132”, protestando contra la desinformación de televisa y contra la estigmati-zación que ese y otros medios hacen a quienes se oponen a la imposición de un candidato a la presidencia y que repre-senta al viejo régimen autori-tario que ha usado siempre la violencia contra la disidencia.

Los jóvenes estudiantes son ahora, otra vez, portadores del malestar acumulado en la sociedad; malestar contra todas las políticas neolibera-les que han llevado a la pobreza, a la exclusión y a la desesperanza a muchos.

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

El vínculo solidario que se dio en este movimiento actual del “# yo soy 132” entre estudian-tes de instituciones públicas y privadas, es un rasgo muy importante para la gente consciente, en este caso los estudiantes: porque saben que a todos nos afectan los resulta-dos de las políticas neolibera-les, saben que el futuro es desesperanzador tanto para los que no han podido estu-diar, como para los que sí lo han hecho; por eso impulsan un cambio de rumbo hacia la justicia, hacia la democracia verdadera, a abatir la corrup-ción y la impunidad.

Seguir pugnando por el casti-go a los responsables de la represión de 1968 y de 1971 sería un buen puente entre los estudiantes de aquel entonces con los estudiantes del “# yo soy 132”.

Por: José de Jesús Calderón Hernández

02JUNIO 2012 percepciones

La indiferencia en el ser humano con respecto a su propio ser y a sus cambios representa, desde mi perspectiva, el acabose de la singularidad del hombre. Que el hombre deje de ser espontáneo, lo lleva a ser un “ser” que se determina, esta determinación repre-senta su �n ya que signi�ca su inmovilidad. El hombre es acción, movimiento; pero desde hace un tiempo ha decidido sacri�car gran parte de estas cuestiones a cambio de confort, esto con la �nalidad de esforzarse menos y desgastarse lo menos posible; en algún senti-do moverse lo menos posible.

Retomemos ahora la idea de la responsabilidad y el cambio. El

hecho de hacerme responsable de estos cambios, de este darme

cuenta y dar cuenta de mi metamorfosis, me signi�ca tener

conciencia y hacerme consciente de mis transformaciones a través de

las acciones que realizo.

En estos tiempos evadimos involuntaria-mente y en algunos casos, voluntariamente, el hecho de hacernos conscientes de nuestras acciones y por tanto responsables de los mismos. El tema de la conciencia en las accio-nes humanas representa para mí una cuestión capital en las transformaciones humanas. El hombre debe ser consciente de sus metamor-fosis para poder dar cuenta de ellas y así lograr un mejor desarrollo de su ser.

No todos queremos darnos cuenta de estas transformaciones porque quizás no las com-prendemos ó tal vez porque nosotros no cambiamos sino que más bien nos cambian.

En la actualidad hay circunstancias que cam-bian al hombre sin que este se dé cuenta y que lo llevan a realizar cambios programados por otros individuos que quieren aprovecharse de estas transformaciones. Un ejemplo de esto es el marketing indiscriminado que intenta mol-dear una �gura única del hombre, que utilice tal o cual marca y que piense de una determi-nada manera; encerrar al hombre y terminar con su singular forma de ser: el ser que cambia.

Así pues tenemos que este tipo de circunstancias que comienzan a mol-dear a un hombre ad hoc y lo despo-jan de esa espontaneidad y de sus posibilidades de ser, pasan para muchos inadvertidas y son tomadas con toda naturalidad por parte de las personas, las cuales comienzan a realizar, tal vez, su última transforma-ción, la de mimetizarse con estas ideas y entonces el cambio deja de serlo y se convierte en inmovilidad.

El hombre debe entonces despertar de este letargo, activarse ante esta inmovilidad y comenzar a pensar, el pensamiento es acción, la re�exión es praxis. Spinoza nos recuerda en el II axioma de la segunda parte de su libro Ética que “El hombre piensa” y por ende debe tener conciencia de sus acciones y re�exionar sobre ellas. La re�exión consciente de su ser lo lleva a responsabilizarse del mismo y entonces poder darse cuenta de su metamorfosis y así de esta forma ayudar a sus iguales para que inicien su re�exión propia y a través de ella apropiarse o re-apropiarse de su ser y por ende, de sus transformaciones.

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Internacional 14Mayo 2012 percepciones

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Foto por: Ulric Collette

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También tenemos a los jóvenes estudiantes de Chile, que con su “Movi-miento Estudiantil” protestaron por la privatización de la educación.

Para sorpresa de muchos también tene-mos un movimiento que surge en nuestro país donde nadie se podía imaginar lo que ocurriría, y que sería en el apático México, ¡Sí! en el país donde no sucede nada, donde el mexicano todo lo aguanta, ¡Ahí! en el lugar menos pensado, y que sería en la UIA (Universidad Ibero Ameri-cana), una Institución, donde la Ideología Universitaria dista de preocuparse por los problemas sociales, esto ocurrido en la memorable fecha del 11 de mayo (M-11) y así surgió, el movimiento estudiantil “#YoSoy132”.

Cuando Enrique Peña Nieto, candidato a la presidencia de México, realizando un acto de proselitismo, fue cuestionado por los estudiantes de la UIA por los crímenes cometidos en San Salvador Atenco, duran-te su gestión como gobernador del Estado

Por: José de Jesús Calderón Hernández

de México. En ese momento, los jóvenes también le reclamaron los turbios nego-cios que hizo con televisa, para que esta lo apoyara en su campaña de proselitismo político a la presidencia; además de lo anterior, los universitarios reprobaron la falta de equidad y de neutralidad de Televisa y llenos de indignación, gritaron consignas como: “Enrique Peña no te queremos”, o… “Atenco no se olvida”, o “Televisa vendida”.

stas manifestaciones de recha-zo hacia el candidato, impulsaron a éste a asumir una actitud represiva e intimidato-ria hacia los jóvenes, al calificarlos de “porros, manipulados y acarreados”; además de quererlos amedrentar al decir-les que ya los tenían identificados. A todo esto, los estudiantes al día siguiente, con toda valentía, se identificaron con su credencial ante los medios públicos, diciendo: Nosotros somos los 131 identifi-cados de Peña Nieto y, “no somos porros, ni acarreados, ni manipulados”.

La reacción a este vergonzoso acto represivo por parte de Enrique Peña Nieto no se hizo esperar, ya que estudiantes de otras escuelas públicas y privadas, apoya-dos por mucha gente de la sociedad civil dijeron: “ellos son el # 131” y “nosotros somos el # 132”. Estas expresiones de solidaridad generaron de manera conmo-vedora el movimiento “# yo soy 132” cuya forma de operar es básicamente a través de las redes de Internet.

Que añoranza de aquel movimiento épico de jóvenes del año de 1968 quienes de una manera rústica, informaban a la gente las mentiras del gobierno y de la Prensa; a través de movilizaciones y de volantes escritos con “mimeógrafo”; y así

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U

como en aquella época estos jóvenes fueron amenazados por el entonces presi-dente Gustavo Díaz Ordaz, cuando dijo: “Los estudiantes son unos intolerantes, apláquense o los enseñaremos a respe-tar”, relacionamos las palabras de Enri-que Peña Nieto, sin mucha diferencia de las de Don Gustavo, cuando en su afán de justificarse por los crímenes de Atenco, dijo: “…asumo personalmente la respon-sabilidad que tomé para restablecer el orden y la paz en el legítimo derecho que tiene el Estado Mexicano de hacer uso de la fuerza pública”.

na imagen televisiva es tan impactante que, tan sólo con el acto de ver, se anula la capacidad de discurrir; la fuerza arrolladora de la imagen rompe el sistema de equilibrios: porque descontex-tualiza. La televisión viene a constituirse como la autoridad y en consecuencia induce a opinar de una manera equivoca-da; ya sea en la elección de los candidatos o en la forma de ayudar a vencer al ven-cedor. En esta forma, el enemigo a vencer, no son los políticos, somos nosotros mismos, por nuestra falta de conciencia, porque pensamos en nuestro beneficio propio y no en el de todos en su conjunto.

El “#yo soy 132” es un ejemplo que cautiva y enorgullece. ¡México gritó me-diante las voces de los jóvenes!. La prima-vera Mexicana ha florecido con las voces de los jóvenes de la Ibero; pese a las amenazas del gobierno y al desprestigio que está haciendo en ellos la televisión. Como dijera el poeta Pablo Neruda:

“Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener

la primavera”

Aquí es cuando la filosofía puede ayudar a estas transformacio-nes del ser, a través de las reflexiones que hace sobre el hombre en todos sus contextos, puede despertar a las personas y hacerles ver la riqueza que poseen en su ser.

Sin embargo hay quienes pre�eren evadir esta re�exión porque implica responsa-bilidad a lo que el hombre actual huye en la medida de su posibilidad; pre�ere renunciar a su ser antes de hacerse cargo de él. Por eso es que la mercadotecnia tiene su auge en estos tiempos y logra llevarnos a un consumismo voraz que represente una entrega implícita de su ser y por ende de sus posibilidades, lo que lleva a que un grupo de personas pueda mani-pular los cambios de las personas a placer terminando con esa característica proteica del ser humano.

Aquí es cuando la �losofía puede ayudar a estas transformaciones del ser, a través de las re�exiones que hace sobre el hombre en todos sus contextos, puede despertar a las personas y hacerles ver la riqueza que poseen en su ser. LA POSIBILIDAD DE SER, ES LA RIQUEZA DEL HOMBRE.

De esta manera podemos ver que el hombre es un ser rico; para poder hacerse acreedor a esta riqueza debe pagar la cuota, la cual repre-senta el hecho de hacerse consciente y por lo tanto responsable de estos cambios. No hay excusa, el hombre que quiera transformarse y desarrollarse dentro de su historia y dentro de la historia de su comunidad debe re�exionar, pensar, decir, actuar; diría yo: pensar lo que dice y hacer lo que piensa, para que estos actos lo transformen y que contribuyan a transformar a sus congéneres. Nicol dice: “Que cada obra encierra la posibilidad de algo distin-to” y es así, que cada acción del hombre se vuelva la oportunidad de un nuevo desarrollo. Finalmente digamos que la creatividad humana debe poder convertir su ser.

Nicol Eduardo, op. Cit. Pág. 126

Por: Jair Villagrán

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

Al hablar del movi-miento estudiantil del”# yo soy 132” recordamos el ataque de los halcones a aquel movi-miento estudiantil antecesor, que se presentó en la marcha del silencio del 10 de junio de 1971. Recordamos el signi�ca-do y la importantísima reper-cusión de las movilizaciones juveniles en la lucha por la transformación democrática de México; cuando hoy en día los estudiantes siguen pidien-do democratización sobre todo de los medios de comuni-cación como la televisión.

También recordamos en la marcha del 10 de junio la

brutalidad del régimen priísta para responder a la vigorosa y pací�ca protesta estudiantil con sendas masacres. Y lo hacemos manteniendo la bandera de la justicia contra la impunidad. Recordamos este acontecimiento trágico, en el contexto del movimien-to “# yo soy 132”, movimiento esperanzador en muchos sentidos, que, aunque dife-rente al de aquella época, nos hace recordar con renovado aliento algunos aspectos:

Recordamos de aquellos movimientos, el empodera-miento que presentaron –donde mezclaban la alegría

01 Sociedad

No más “batallones Olimpia”, no más” halcones”: grupos de

choque violento contratados por el gobierno para masacrar a los

estudiantes de aquellos años.

Antecesores

y la irreverencia—los jóvenes en las asambleas, las brigadas y las manifestaciones; lo cual fue respondido con extrema violencia por el gobierno, primeramente por Díaz Ordaz en 1968 y después por el gobierno de Luis Echeverría en 1971.

Así con todo el aparato repre-sivo en contra y con un cerco mediático total, cada acción del estudiantado adquirió una acción épica. No existían las redes para comunicarse, pero sí una red de mimeógrafos en las que se producían miles de volantes. En esa época, se gestó y se desplegó entre los

jóvenes un espíritu solidario que propició de manera pronta, una reacción abusiva y represiva por parte de la policía y del ejercito; lo cual, incitó de manera inmediata protestas juveniles multitudi-narias; esto si que fue un verdadero desafío para el régimen autoritario.

El zócalo que, se había carac-terizado por llevarse a cabo en él actos o�ciales con “acarrea-dos”, ahora, a partir de ese momento, pasó a constituirse en el lugar de reunión de las manifestaciones por la demo-cracia; ahí veíamos manifesta-ciones estudiantiles con rótu-los y pancartas en contra de la policía, del ejército y del gobierno; consignas y frases que decían:

“Nada con la fuerza, todo con la razón”, “Libros sí, bayonetas no”, “No somos uno, no somos cien; prensa vendida, cuéntanos bien”.

En todos estos actos, los estu-diantes con toda valentía y con la seguridad que les permitía su juventud, manifes-taban sus ideales haciendo la V de la victoria con la mano.

Ahora, de manera esperanza-dora surge en nosotros el

actual movimiento estudiantil “#yo soy 132”, protestando contra la desinformación de televisa y contra la estigmati-zación que ese y otros medios hacen a quienes se oponen a la imposición de un candidato a la presidencia y que repre-senta al viejo régimen autori-tario que ha usado siempre la violencia contra la disidencia.

Los jóvenes estudiantes son ahora, otra vez, portadores del malestar acumulado en la sociedad; malestar contra todas las políticas neolibera-les que han llevado a la pobreza, a la exclusión y a la desesperanza a muchos.

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

El vínculo solidario que se dio en este movimiento actual del “# yo soy 132” entre estudian-tes de instituciones públicas y privadas, es un rasgo muy importante para la gente consciente, en este caso los estudiantes: porque saben que a todos nos afectan los resulta-dos de las políticas neolibera-les, saben que el futuro es desesperanzador tanto para los que no han podido estu-diar, como para los que sí lo han hecho; por eso impulsan un cambio de rumbo hacia la justicia, hacia la democracia verdadera, a abatir la corrup-ción y la impunidad.

Seguir pugnando por el casti-go a los responsables de la represión de 1968 y de 1971 sería un buen puente entre los estudiantes de aquel entonces con los estudiantes del “# yo soy 132”.

Por: José de Jesús Calderón Hernández

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Page 11: Revista Percepciones No. 3

Internacional 14Mayo 2012 percepciones

08Junio 2012 percepciones07 sociedad 09Junio 2012 percepciones

02Mayo 2012 percepciones

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Foto por: Ulric Collette

05

También tenemos a los jóvenes estudiantes de Chile, que con su “Movi-miento Estudiantil” protestaron por la privatización de la educación.

Para sorpresa de muchos también tene-mos un movimiento que surge en nuestro país donde nadie se podía imaginar lo que ocurriría, y que sería en el apático México, ¡Sí! en el país donde no sucede nada, donde el mexicano todo lo aguanta, ¡Ahí! en el lugar menos pensado, y que sería en la UIA (Universidad Ibero Ameri-cana), una Institución, donde la Ideología Universitaria dista de preocuparse por los problemas sociales, esto ocurrido en la memorable fecha del 11 de mayo (M-11) y así surgió, el movimiento estudiantil “#YoSoy132”.

Cuando Enrique Peña Nieto, candidato a la presidencia de México, realizando un acto de proselitismo, fue cuestionado por los estudiantes de la UIA por los crímenes cometidos en San Salvador Atenco, duran-te su gestión como gobernador del Estado

Por: José de Jesús Calderón Hernández

de México. En ese momento, los jóvenes también le reclamaron los turbios nego-cios que hizo con televisa, para que esta lo apoyara en su campaña de proselitismo político a la presidencia; además de lo anterior, los universitarios reprobaron la falta de equidad y de neutralidad de Televisa y llenos de indignación, gritaron consignas como: “Enrique Peña no te queremos”, o… “Atenco no se olvida”, o “Televisa vendida”.

stas manifestaciones de recha-zo hacia el candidato, impulsaron a éste a asumir una actitud represiva e intimidato-ria hacia los jóvenes, al calificarlos de “porros, manipulados y acarreados”; además de quererlos amedrentar al decir-les que ya los tenían identificados. A todo esto, los estudiantes al día siguiente, con toda valentía, se identificaron con su credencial ante los medios públicos, diciendo: Nosotros somos los 131 identifi-cados de Peña Nieto y, “no somos porros, ni acarreados, ni manipulados”.

La reacción a este vergonzoso acto represivo por parte de Enrique Peña Nieto no se hizo esperar, ya que estudiantes de otras escuelas públicas y privadas, apoya-dos por mucha gente de la sociedad civil dijeron: “ellos son el # 131” y “nosotros somos el # 132”. Estas expresiones de solidaridad generaron de manera conmo-vedora el movimiento “# yo soy 132” cuya forma de operar es básicamente a través de las redes de Internet.

Que añoranza de aquel movimiento épico de jóvenes del año de 1968 quienes de una manera rústica, informaban a la gente las mentiras del gobierno y de la Prensa; a través de movilizaciones y de volantes escritos con “mimeógrafo”; y así

E

U

como en aquella época estos jóvenes fueron amenazados por el entonces presi-dente Gustavo Díaz Ordaz, cuando dijo: “Los estudiantes son unos intolerantes, apláquense o los enseñaremos a respe-tar”, relacionamos las palabras de Enri-que Peña Nieto, sin mucha diferencia de las de Don Gustavo, cuando en su afán de justificarse por los crímenes de Atenco, dijo: “…asumo personalmente la respon-sabilidad que tomé para restablecer el orden y la paz en el legítimo derecho que tiene el Estado Mexicano de hacer uso de la fuerza pública”.

na imagen televisiva es tan impactante que, tan sólo con el acto de ver, se anula la capacidad de discurrir; la fuerza arrolladora de la imagen rompe el sistema de equilibrios: porque descontex-tualiza. La televisión viene a constituirse como la autoridad y en consecuencia induce a opinar de una manera equivoca-da; ya sea en la elección de los candidatos o en la forma de ayudar a vencer al ven-cedor. En esta forma, el enemigo a vencer, no son los políticos, somos nosotros mismos, por nuestra falta de conciencia, porque pensamos en nuestro beneficio propio y no en el de todos en su conjunto.

El “#yo soy 132” es un ejemplo que cautiva y enorgullece. ¡México gritó me-diante las voces de los jóvenes!. La prima-vera Mexicana ha florecido con las voces de los jóvenes de la Ibero; pese a las amenazas del gobierno y al desprestigio que está haciendo en ellos la televisión. Como dijera el poeta Pablo Neruda:

“Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener

la primavera”

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

Al hablar del movi-miento estudiantil del”# yo soy 132” recordamos el ataque de los halcones a aquel movi-miento estudiantil antecesor, que se presentó en la marcha del silencio del 10 de junio de 1971. Recordamos el signi�ca-do y la importantísima reper-cusión de las movilizaciones juveniles en la lucha por la transformación democrática de México; cuando hoy en día los estudiantes siguen pidien-do democratización sobre todo de los medios de comuni-cación como la televisión.

También recordamos en la marcha del 10 de junio la

brutalidad del régimen priísta para responder a la vigorosa y pací�ca protesta estudiantil con sendas masacres. Y lo hacemos manteniendo la bandera de la justicia contra la impunidad. Recordamos este acontecimiento trágico, en el contexto del movimien-to “# yo soy 132”, movimiento esperanzador en muchos sentidos, que, aunque dife-rente al de aquella época, nos hace recordar con renovado aliento algunos aspectos:

Recordamos de aquellos movimientos, el empodera-miento que presentaron –donde mezclaban la alegría

01 Sociedad

No más “batallones Olimpia”, no más” halcones”: grupos de

choque violento contratados por el gobierno para masacrar a los

estudiantes de aquellos años.

Antecesores

y la irreverencia—los jóvenes en las asambleas, las brigadas y las manifestaciones; lo cual fue respondido con extrema violencia por el gobierno, primeramente por Díaz Ordaz en 1968 y después por el gobierno de Luis Echeverría en 1971.

Así con todo el aparato repre-sivo en contra y con un cerco mediático total, cada acción del estudiantado adquirió una acción épica. No existían las redes para comunicarse, pero sí una red de mimeógrafos en las que se producían miles de volantes. En esa época, se gestó y se desplegó entre los

jóvenes un espíritu solidario que propició de manera pronta, una reacción abusiva y represiva por parte de la policía y del ejercito; lo cual, incitó de manera inmediata protestas juveniles multitudi-narias; esto si que fue un verdadero desafío para el régimen autoritario.

El zócalo que, se había carac-terizado por llevarse a cabo en él actos o�ciales con “acarrea-dos”, ahora, a partir de ese momento, pasó a constituirse en el lugar de reunión de las manifestaciones por la demo-cracia; ahí veíamos manifesta-ciones estudiantiles con rótu-los y pancartas en contra de la policía, del ejército y del gobierno; consignas y frases que decían:

“Nada con la fuerza, todo con la razón”, “Libros sí, bayonetas no”, “No somos uno, no somos cien; prensa vendida, cuéntanos bien”.

En todos estos actos, los estu-diantes con toda valentía y con la seguridad que les permitía su juventud, manifes-taban sus ideales haciendo la V de la victoria con la mano.

Ahora, de manera esperanza-dora surge en nosotros el

actual movimiento estudiantil “#yo soy 132”, protestando contra la desinformación de televisa y contra la estigmati-zación que ese y otros medios hacen a quienes se oponen a la imposición de un candidato a la presidencia y que repre-senta al viejo régimen autori-tario que ha usado siempre la violencia contra la disidencia.

Los jóvenes estudiantes son ahora, otra vez, portadores del malestar acumulado en la sociedad; malestar contra todas las políticas neolibera-les que han llevado a la pobreza, a la exclusión y a la desesperanza a muchos.

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

El vínculo solidario que se dio en este movimiento actual del “# yo soy 132” entre estudian-tes de instituciones públicas y privadas, es un rasgo muy importante para la gente consciente, en este caso los estudiantes: porque saben que a todos nos afectan los resulta-dos de las políticas neolibera-les, saben que el futuro es desesperanzador tanto para los que no han podido estu-diar, como para los que sí lo han hecho; por eso impulsan un cambio de rumbo hacia la justicia, hacia la democracia verdadera, a abatir la corrup-ción y la impunidad.

Seguir pugnando por el casti-go a los responsables de la represión de 1968 y de 1971 sería un buen puente entre los estudiantes de aquel entonces con los estudiantes del “# yo soy 132”.

Por: José de Jesús Calderón Hernández

02JUNIO 2012 percepciones

0 6Junio 2012 percepciones

La indiferencia en el ser humano con respecto a su propio ser y a sus cambios representa, desde mi perspectiva, el acabose de la singularidad del hombre. Que el hombre deje de ser espontáneo, lo lleva a ser un “ser” que se determina, esta determinación repre-senta su �n ya que signi�ca su inmovilidad. El hombre es acción, movimiento; pero desde hace un tiempo ha decidido sacri�car gran parte de estas cuestiones a cambio de confort, esto con la �nalidad de esforzarse menos y desgastarse lo menos posible; en algún senti-do moverse lo menos posible.

Retomemos ahora la idea de la responsabilidad y el cambio. El

hecho de hacerme responsable de estos cambios, de este darme

cuenta y dar cuenta de mi metamorfosis, me signi�ca tener

conciencia y hacerme consciente de mis transformaciones a través de

las acciones que realizo.

En estos tiempos evadimos involuntaria-mente y en algunos casos, voluntariamente, el hecho de hacernos conscientes de nuestras acciones y por tanto responsables de los mismos. El tema de la conciencia en las accio-nes humanas representa para mí una cuestión capital en las transformaciones humanas. El hombre debe ser consciente de sus metamor-fosis para poder dar cuenta de ellas y así lograr un mejor desarrollo de su ser.

No todos queremos darnos cuenta de estas transformaciones porque quizás no las com-prendemos ó tal vez porque nosotros no cambiamos sino que más bien nos cambian.

En la actualidad hay circunstancias que cam-bian al hombre sin que este se dé cuenta y que lo llevan a realizar cambios programados por otros individuos que quieren aprovecharse de estas transformaciones. Un ejemplo de esto es el marketing indiscriminado que intenta mol-dear una �gura única del hombre, que utilice tal o cual marca y que piense de una determi-nada manera; encerrar al hombre y terminar con su singular forma de ser: el ser que cambia.

Así pues tenemos que este tipo de circunstancias que comienzan a mol-dear a un hombre ad hoc y lo despo-jan de esa espontaneidad y de sus posibilidades de ser, pasan para muchos inadvertidas y son tomadas con toda naturalidad por parte de las personas, las cuales comienzan a realizar, tal vez, su última transforma-ción, la de mimetizarse con estas ideas y entonces el cambio deja de serlo y se convierte en inmovilidad.

El hombre debe entonces despertar de este letargo, activarse ante esta inmovilidad y comenzar a pensar, el pensamiento es acción, la re�exión es praxis. Spinoza nos recuerda en el II axioma de la segunda parte de su libro Ética que “El hombre piensa” y por ende debe tener conciencia de sus acciones y re�exionar sobre ellas. La re�exión consciente de su ser lo lleva a responsabilizarse del mismo y entonces poder darse cuenta de su metamorfosis y así de esta forma ayudar a sus iguales para que inicien su re�exión propia y a través de ella apropiarse o re-apropiarse de su ser y por ende, de sus transformaciones.

La responsabilidaddel cambio

La responsabilidaddel cambio

2da. parte

Foto por: Archivo Túnika, metamorfosis

Como dijimos en un

principio el hombre

cambia sin embargo,

este cambio ¿puede

cesar? Qué es lo que

hace que este cambio

ya no se dé.

Como dijimos en un

principio el hombre

cambia sin embargo,

este cambio ¿puede

cesar? Qué es lo que

hace que este cambio

ya no se dé.

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Internacional 14Mayo 2012 percepciones

08Junio 2012 percepciones07 sociedad 09Junio 2012 percepciones

02Mayo 2012 percepciones

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Foto por: Ulric Collette

05

También tenemos a los jóvenes estudiantes de Chile, que con su “Movi-miento Estudiantil” protestaron por la privatización de la educación.

Para sorpresa de muchos también tene-mos un movimiento que surge en nuestro país donde nadie se podía imaginar lo que ocurriría, y que sería en el apático México, ¡Sí! en el país donde no sucede nada, donde el mexicano todo lo aguanta, ¡Ahí! en el lugar menos pensado, y que sería en la UIA (Universidad Ibero Ameri-cana), una Institución, donde la Ideología Universitaria dista de preocuparse por los problemas sociales, esto ocurrido en la memorable fecha del 11 de mayo (M-11) y así surgió, el movimiento estudiantil “#YoSoy132”.

Cuando Enrique Peña Nieto, candidato a la presidencia de México, realizando un acto de proselitismo, fue cuestionado por los estudiantes de la UIA por los crímenes cometidos en San Salvador Atenco, duran-te su gestión como gobernador del Estado

Por: José de Jesús Calderón Hernández

de México. En ese momento, los jóvenes también le reclamaron los turbios nego-cios que hizo con televisa, para que esta lo apoyara en su campaña de proselitismo político a la presidencia; además de lo anterior, los universitarios reprobaron la falta de equidad y de neutralidad de Televisa y llenos de indignación, gritaron consignas como: “Enrique Peña no te queremos”, o… “Atenco no se olvida”, o “Televisa vendida”.

stas manifestaciones de recha-zo hacia el candidato, impulsaron a éste a asumir una actitud represiva e intimidato-ria hacia los jóvenes, al calificarlos de “porros, manipulados y acarreados”; además de quererlos amedrentar al decir-les que ya los tenían identificados. A todo esto, los estudiantes al día siguiente, con toda valentía, se identificaron con su credencial ante los medios públicos, diciendo: Nosotros somos los 131 identifi-cados de Peña Nieto y, “no somos porros, ni acarreados, ni manipulados”.

La reacción a este vergonzoso acto represivo por parte de Enrique Peña Nieto no se hizo esperar, ya que estudiantes de otras escuelas públicas y privadas, apoya-dos por mucha gente de la sociedad civil dijeron: “ellos son el # 131” y “nosotros somos el # 132”. Estas expresiones de solidaridad generaron de manera conmo-vedora el movimiento “# yo soy 132” cuya forma de operar es básicamente a través de las redes de Internet.

Que añoranza de aquel movimiento épico de jóvenes del año de 1968 quienes de una manera rústica, informaban a la gente las mentiras del gobierno y de la Prensa; a través de movilizaciones y de volantes escritos con “mimeógrafo”; y así

E

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como en aquella época estos jóvenes fueron amenazados por el entonces presi-dente Gustavo Díaz Ordaz, cuando dijo: “Los estudiantes son unos intolerantes, apláquense o los enseñaremos a respe-tar”, relacionamos las palabras de Enri-que Peña Nieto, sin mucha diferencia de las de Don Gustavo, cuando en su afán de justificarse por los crímenes de Atenco, dijo: “…asumo personalmente la respon-sabilidad que tomé para restablecer el orden y la paz en el legítimo derecho que tiene el Estado Mexicano de hacer uso de la fuerza pública”.

na imagen televisiva es tan impactante que, tan sólo con el acto de ver, se anula la capacidad de discurrir; la fuerza arrolladora de la imagen rompe el sistema de equilibrios: porque descontex-tualiza. La televisión viene a constituirse como la autoridad y en consecuencia induce a opinar de una manera equivoca-da; ya sea en la elección de los candidatos o en la forma de ayudar a vencer al ven-cedor. En esta forma, el enemigo a vencer, no son los políticos, somos nosotros mismos, por nuestra falta de conciencia, porque pensamos en nuestro beneficio propio y no en el de todos en su conjunto.

El “#yo soy 132” es un ejemplo que cautiva y enorgullece. ¡México gritó me-diante las voces de los jóvenes!. La prima-vera Mexicana ha florecido con las voces de los jóvenes de la Ibero; pese a las amenazas del gobierno y al desprestigio que está haciendo en ellos la televisión. Como dijera el poeta Pablo Neruda:

“Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener

la primavera”

10 Creación Literaria

¿Cómo nace un colibrí?

Había una vez un "Había" que nació.

CuentosPor: alejandro FrancoPor: alejandro Franco

La luz que da una mujer al mundo, en el momento que nace su bebé, escapa por la ventana del hospital, y de a poco, sin que nadie la vea, comienza a subir al cielo. Entonces, cuando se ha alejado del murmullo de la ciudad y los pleitos del mundo...Dios la mira, y sabe que es la luz que había estado esperando; le sonríe. Le da otra forma; la vuelve colibrí. Es por eso que cuando veas un colibrí deberías alegrarte y estar atento;-estoy seguro- algo maravi-lloso está por ocurrir.

Los cuentos se conocieron. Se leyeron y se gustaron. Decidieron unir sus letras; formar un libro. Así que le pidieron a un escritor que los casara. Nueve páginas después tuvieron un bebé y lo llamaron "Había". Lo papás lo miraban y sonreían con todos sus acentos. No sabían por qué; pero sentían que su hijo sería el inicio de muchas, muchas historias...

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

Al hablar del movi-miento estudiantil del”# yo soy 132” recordamos el ataque de los halcones a aquel movi-miento estudiantil antecesor, que se presentó en la marcha del silencio del 10 de junio de 1971. Recordamos el signi�ca-do y la importantísima reper-cusión de las movilizaciones juveniles en la lucha por la transformación democrática de México; cuando hoy en día los estudiantes siguen pidien-do democratización sobre todo de los medios de comuni-cación como la televisión.

También recordamos en la marcha del 10 de junio la

brutalidad del régimen priísta para responder a la vigorosa y pací�ca protesta estudiantil con sendas masacres. Y lo hacemos manteniendo la bandera de la justicia contra la impunidad. Recordamos este acontecimiento trágico, en el contexto del movimien-to “# yo soy 132”, movimiento esperanzador en muchos sentidos, que, aunque dife-rente al de aquella época, nos hace recordar con renovado aliento algunos aspectos:

Recordamos de aquellos movimientos, el empodera-miento que presentaron –donde mezclaban la alegría

01 Sociedad

No más “batallones Olimpia”, no más” halcones”: grupos de

choque violento contratados por el gobierno para masacrar a los

estudiantes de aquellos años.

Antecesores

y la irreverencia—los jóvenes en las asambleas, las brigadas y las manifestaciones; lo cual fue respondido con extrema violencia por el gobierno, primeramente por Díaz Ordaz en 1968 y después por el gobierno de Luis Echeverría en 1971.

Así con todo el aparato repre-sivo en contra y con un cerco mediático total, cada acción del estudiantado adquirió una acción épica. No existían las redes para comunicarse, pero sí una red de mimeógrafos en las que se producían miles de volantes. En esa época, se gestó y se desplegó entre los

jóvenes un espíritu solidario que propició de manera pronta, una reacción abusiva y represiva por parte de la policía y del ejercito; lo cual, incitó de manera inmediata protestas juveniles multitudi-narias; esto si que fue un verdadero desafío para el régimen autoritario.

El zócalo que, se había carac-terizado por llevarse a cabo en él actos o�ciales con “acarrea-dos”, ahora, a partir de ese momento, pasó a constituirse en el lugar de reunión de las manifestaciones por la demo-cracia; ahí veíamos manifesta-ciones estudiantiles con rótu-los y pancartas en contra de la policía, del ejército y del gobierno; consignas y frases que decían:

“Nada con la fuerza, todo con la razón”, “Libros sí, bayonetas no”, “No somos uno, no somos cien; prensa vendida, cuéntanos bien”.

En todos estos actos, los estu-diantes con toda valentía y con la seguridad que les permitía su juventud, manifes-taban sus ideales haciendo la V de la victoria con la mano.

Ahora, de manera esperanza-dora surge en nosotros el

actual movimiento estudiantil “#yo soy 132”, protestando contra la desinformación de televisa y contra la estigmati-zación que ese y otros medios hacen a quienes se oponen a la imposición de un candidato a la presidencia y que repre-senta al viejo régimen autori-tario que ha usado siempre la violencia contra la disidencia.

Los jóvenes estudiantes son ahora, otra vez, portadores del malestar acumulado en la sociedad; malestar contra todas las políticas neolibera-les que han llevado a la pobreza, a la exclusión y a la desesperanza a muchos.

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

El vínculo solidario que se dio en este movimiento actual del “# yo soy 132” entre estudian-tes de instituciones públicas y privadas, es un rasgo muy importante para la gente consciente, en este caso los estudiantes: porque saben que a todos nos afectan los resulta-dos de las políticas neolibera-les, saben que el futuro es desesperanzador tanto para los que no han podido estu-diar, como para los que sí lo han hecho; por eso impulsan un cambio de rumbo hacia la justicia, hacia la democracia verdadera, a abatir la corrup-ción y la impunidad.

Seguir pugnando por el casti-go a los responsables de la represión de 1968 y de 1971 sería un buen puente entre los estudiantes de aquel entonces con los estudiantes del “# yo soy 132”.

Por: José de Jesús Calderón Hernández

02JUNIO 2012 percepciones

0 6Junio 2012 percepciones

La indiferencia en el ser humano con respecto a su propio ser y a sus cambios representa, desde mi perspectiva, el acabose de la singularidad del hombre. Que el hombre deje de ser espontáneo, lo lleva a ser un “ser” que se determina, esta determinación repre-senta su �n ya que signi�ca su inmovilidad. El hombre es acción, movimiento; pero desde hace un tiempo ha decidido sacri�car gran parte de estas cuestiones a cambio de confort, esto con la �nalidad de esforzarse menos y desgastarse lo menos posible; en algún senti-do moverse lo menos posible.

Retomemos ahora la idea de la responsabilidad y el cambio. El

hecho de hacerme responsable de estos cambios, de este darme

cuenta y dar cuenta de mi metamorfosis, me signi�ca tener

conciencia y hacerme consciente de mis transformaciones a través de

las acciones que realizo.

En estos tiempos evadimos involuntaria-mente y en algunos casos, voluntariamente, el hecho de hacernos conscientes de nuestras acciones y por tanto responsables de los mismos. El tema de la conciencia en las accio-nes humanas representa para mí una cuestión capital en las transformaciones humanas. El hombre debe ser consciente de sus metamor-fosis para poder dar cuenta de ellas y así lograr un mejor desarrollo de su ser.

No todos queremos darnos cuenta de estas transformaciones porque quizás no las com-prendemos ó tal vez porque nosotros no cambiamos sino que más bien nos cambian.

En la actualidad hay circunstancias que cam-bian al hombre sin que este se dé cuenta y que lo llevan a realizar cambios programados por otros individuos que quieren aprovecharse de estas transformaciones. Un ejemplo de esto es el marketing indiscriminado que intenta mol-dear una �gura única del hombre, que utilice tal o cual marca y que piense de una determi-nada manera; encerrar al hombre y terminar con su singular forma de ser: el ser que cambia.

Así pues tenemos que este tipo de circunstancias que comienzan a mol-dear a un hombre ad hoc y lo despo-jan de esa espontaneidad y de sus posibilidades de ser, pasan para muchos inadvertidas y son tomadas con toda naturalidad por parte de las personas, las cuales comienzan a realizar, tal vez, su última transforma-ción, la de mimetizarse con estas ideas y entonces el cambio deja de serlo y se convierte en inmovilidad.

El hombre debe entonces despertar de este letargo, activarse ante esta inmovilidad y comenzar a pensar, el pensamiento es acción, la re�exión es praxis. Spinoza nos recuerda en el II axioma de la segunda parte de su libro Ética que “El hombre piensa” y por ende debe tener conciencia de sus acciones y re�exionar sobre ellas. La re�exión consciente de su ser lo lleva a responsabilizarse del mismo y entonces poder darse cuenta de su metamorfosis y así de esta forma ayudar a sus iguales para que inicien su re�exión propia y a través de ella apropiarse o re-apropiarse de su ser y por ende, de sus transformaciones.

La responsabilidaddel cambio

La responsabilidaddel cambio

2da. parte

Foto por: Archivo Túnika, metamorfosis

Como dijimos en un

principio el hombre

cambia sin embargo,

este cambio ¿puede

cesar? Qué es lo que

hace que este cambio

ya no se dé.

Como dijimos en un

principio el hombre

cambia sin embargo,

este cambio ¿puede

cesar? Qué es lo que

hace que este cambio

ya no se dé.

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Internacional 14Mayo 2012 percepciones

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02Mayo 2012 percepciones

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Foto por: Ulric Collette

05

También tenemos a los jóvenes estudiantes de Chile, que con su “Movi-miento Estudiantil” protestaron por la privatización de la educación.

Para sorpresa de muchos también tene-mos un movimiento que surge en nuestro país donde nadie se podía imaginar lo que ocurriría, y que sería en el apático México, ¡Sí! en el país donde no sucede nada, donde el mexicano todo lo aguanta, ¡Ahí! en el lugar menos pensado, y que sería en la UIA (Universidad Ibero Ameri-cana), una Institución, donde la Ideología Universitaria dista de preocuparse por los problemas sociales, esto ocurrido en la memorable fecha del 11 de mayo (M-11) y así surgió, el movimiento estudiantil “#YoSoy132”.

Cuando Enrique Peña Nieto, candidato a la presidencia de México, realizando un acto de proselitismo, fue cuestionado por los estudiantes de la UIA por los crímenes cometidos en San Salvador Atenco, duran-te su gestión como gobernador del Estado

Por: José de Jesús Calderón Hernández

de México. En ese momento, los jóvenes también le reclamaron los turbios nego-cios que hizo con televisa, para que esta lo apoyara en su campaña de proselitismo político a la presidencia; además de lo anterior, los universitarios reprobaron la falta de equidad y de neutralidad de Televisa y llenos de indignación, gritaron consignas como: “Enrique Peña no te queremos”, o… “Atenco no se olvida”, o “Televisa vendida”.

stas manifestaciones de recha-zo hacia el candidato, impulsaron a éste a asumir una actitud represiva e intimidato-ria hacia los jóvenes, al calificarlos de “porros, manipulados y acarreados”; además de quererlos amedrentar al decir-les que ya los tenían identificados. A todo esto, los estudiantes al día siguiente, con toda valentía, se identificaron con su credencial ante los medios públicos, diciendo: Nosotros somos los 131 identifi-cados de Peña Nieto y, “no somos porros, ni acarreados, ni manipulados”.

La reacción a este vergonzoso acto represivo por parte de Enrique Peña Nieto no se hizo esperar, ya que estudiantes de otras escuelas públicas y privadas, apoya-dos por mucha gente de la sociedad civil dijeron: “ellos son el # 131” y “nosotros somos el # 132”. Estas expresiones de solidaridad generaron de manera conmo-vedora el movimiento “# yo soy 132” cuya forma de operar es básicamente a través de las redes de Internet.

Que añoranza de aquel movimiento épico de jóvenes del año de 1968 quienes de una manera rústica, informaban a la gente las mentiras del gobierno y de la Prensa; a través de movilizaciones y de volantes escritos con “mimeógrafo”; y así

E

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como en aquella época estos jóvenes fueron amenazados por el entonces presi-dente Gustavo Díaz Ordaz, cuando dijo: “Los estudiantes son unos intolerantes, apláquense o los enseñaremos a respe-tar”, relacionamos las palabras de Enri-que Peña Nieto, sin mucha diferencia de las de Don Gustavo, cuando en su afán de justificarse por los crímenes de Atenco, dijo: “…asumo personalmente la respon-sabilidad que tomé para restablecer el orden y la paz en el legítimo derecho que tiene el Estado Mexicano de hacer uso de la fuerza pública”.

na imagen televisiva es tan impactante que, tan sólo con el acto de ver, se anula la capacidad de discurrir; la fuerza arrolladora de la imagen rompe el sistema de equilibrios: porque descontex-tualiza. La televisión viene a constituirse como la autoridad y en consecuencia induce a opinar de una manera equivoca-da; ya sea en la elección de los candidatos o en la forma de ayudar a vencer al ven-cedor. En esta forma, el enemigo a vencer, no son los políticos, somos nosotros mismos, por nuestra falta de conciencia, porque pensamos en nuestro beneficio propio y no en el de todos en su conjunto.

El “#yo soy 132” es un ejemplo que cautiva y enorgullece. ¡México gritó me-diante las voces de los jóvenes!. La prima-vera Mexicana ha florecido con las voces de los jóvenes de la Ibero; pese a las amenazas del gobierno y al desprestigio que está haciendo en ellos la televisión. Como dijera el poeta Pablo Neruda:

“Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener

la primavera”

Cuentitos

11Junio 2012 percepciones

Toda su vida creyó que sufría dislexia. Era falso, pero ella no lo sabía.Cuando las letras veían la mirada de esa mujer se enamoraban. Empezaba una batalla campal entre ellas, esto las dejaba desacomodas; haciendo imposible la lectura del texto.Ellas -también- querían ser las primeras en entrar a su mirada.

Había una vez un tipo con tal mala suerte que encontró a la mujer de sus sueños segundos antes de despertar.

Pétalos de su boca

Mala suerte al despertar

Pronto habría una competencia en su rostro.Durante todo el día el corazón había hecho los preparativos. Llegó el momento y las lágrimas empezaron a correr. El sueño perdió.

Corren las lágrimas

El hombre lobo no es más que otro incom-prendido amante de la luna. Yo, lo entiendo.

Hombre Lobo

-Estoy ahí para todos, día tras día, y cuando los necesito escapan corriendo a refugiarse...- dijo el cielo muy triste, y siguió lloviendo solo.

Tarde de lluvia en la ciudad

Ella le dio espacio, y eso sólo sirvió para com-prender que él seguía siendo todo su tiempo.

Relatividad

Separados eran pistas que llevaban a caminos sin resolver. Juntos; eran la solución al misterio.

Del amor y sus misterios

Al menos fue una historia corta y nadie salió herido- pensó el dinosaurio de Monterroso al releer su cuento.

El dinosaurio de monterroso

-De grande quiero ser sonrisa. Tu sonrisa.- dijo el niño y se puso a soñar con la princesa del cuento que acababa de escribir

De grande quiero ser...

Por: alejandro Franco

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

Al hablar del movi-miento estudiantil del”# yo soy 132” recordamos el ataque de los halcones a aquel movi-miento estudiantil antecesor, que se presentó en la marcha del silencio del 10 de junio de 1971. Recordamos el signi�ca-do y la importantísima reper-cusión de las movilizaciones juveniles en la lucha por la transformación democrática de México; cuando hoy en día los estudiantes siguen pidien-do democratización sobre todo de los medios de comuni-cación como la televisión.

También recordamos en la marcha del 10 de junio la

brutalidad del régimen priísta para responder a la vigorosa y pací�ca protesta estudiantil con sendas masacres. Y lo hacemos manteniendo la bandera de la justicia contra la impunidad. Recordamos este acontecimiento trágico, en el contexto del movimien-to “# yo soy 132”, movimiento esperanzador en muchos sentidos, que, aunque dife-rente al de aquella época, nos hace recordar con renovado aliento algunos aspectos:

Recordamos de aquellos movimientos, el empodera-miento que presentaron –donde mezclaban la alegría

01 Sociedad

No más “batallones Olimpia”, no más” halcones”: grupos de

choque violento contratados por el gobierno para masacrar a los

estudiantes de aquellos años.

Antecesores

y la irreverencia—los jóvenes en las asambleas, las brigadas y las manifestaciones; lo cual fue respondido con extrema violencia por el gobierno, primeramente por Díaz Ordaz en 1968 y después por el gobierno de Luis Echeverría en 1971.

Así con todo el aparato repre-sivo en contra y con un cerco mediático total, cada acción del estudiantado adquirió una acción épica. No existían las redes para comunicarse, pero sí una red de mimeógrafos en las que se producían miles de volantes. En esa época, se gestó y se desplegó entre los

jóvenes un espíritu solidario que propició de manera pronta, una reacción abusiva y represiva por parte de la policía y del ejercito; lo cual, incitó de manera inmediata protestas juveniles multitudi-narias; esto si que fue un verdadero desafío para el régimen autoritario.

El zócalo que, se había carac-terizado por llevarse a cabo en él actos o�ciales con “acarrea-dos”, ahora, a partir de ese momento, pasó a constituirse en el lugar de reunión de las manifestaciones por la demo-cracia; ahí veíamos manifesta-ciones estudiantiles con rótu-los y pancartas en contra de la policía, del ejército y del gobierno; consignas y frases que decían:

“Nada con la fuerza, todo con la razón”, “Libros sí, bayonetas no”, “No somos uno, no somos cien; prensa vendida, cuéntanos bien”.

En todos estos actos, los estu-diantes con toda valentía y con la seguridad que les permitía su juventud, manifes-taban sus ideales haciendo la V de la victoria con la mano.

Ahora, de manera esperanza-dora surge en nosotros el

actual movimiento estudiantil “#yo soy 132”, protestando contra la desinformación de televisa y contra la estigmati-zación que ese y otros medios hacen a quienes se oponen a la imposición de un candidato a la presidencia y que repre-senta al viejo régimen autori-tario que ha usado siempre la violencia contra la disidencia.

Los jóvenes estudiantes son ahora, otra vez, portadores del malestar acumulado en la sociedad; malestar contra todas las políticas neolibera-les que han llevado a la pobreza, a la exclusión y a la desesperanza a muchos.

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

El vínculo solidario que se dio en este movimiento actual del “# yo soy 132” entre estudian-tes de instituciones públicas y privadas, es un rasgo muy importante para la gente consciente, en este caso los estudiantes: porque saben que a todos nos afectan los resulta-dos de las políticas neolibera-les, saben que el futuro es desesperanzador tanto para los que no han podido estu-diar, como para los que sí lo han hecho; por eso impulsan un cambio de rumbo hacia la justicia, hacia la democracia verdadera, a abatir la corrup-ción y la impunidad.

Seguir pugnando por el casti-go a los responsables de la represión de 1968 y de 1971 sería un buen puente entre los estudiantes de aquel entonces con los estudiantes del “# yo soy 132”.

Por: José de Jesús Calderón Hernández

02JUNIO 2012 percepciones

0 6Junio 2012 percepciones

La indiferencia en el ser humano con respecto a su propio ser y a sus cambios representa, desde mi perspectiva, el acabose de la singularidad del hombre. Que el hombre deje de ser espontáneo, lo lleva a ser un “ser” que se determina, esta determinación repre-senta su �n ya que signi�ca su inmovilidad. El hombre es acción, movimiento; pero desde hace un tiempo ha decidido sacri�car gran parte de estas cuestiones a cambio de confort, esto con la �nalidad de esforzarse menos y desgastarse lo menos posible; en algún senti-do moverse lo menos posible.

Retomemos ahora la idea de la responsabilidad y el cambio. El

hecho de hacerme responsable de estos cambios, de este darme

cuenta y dar cuenta de mi metamorfosis, me signi�ca tener

conciencia y hacerme consciente de mis transformaciones a través de

las acciones que realizo.

En estos tiempos evadimos involuntaria-mente y en algunos casos, voluntariamente, el hecho de hacernos conscientes de nuestras acciones y por tanto responsables de los mismos. El tema de la conciencia en las accio-nes humanas representa para mí una cuestión capital en las transformaciones humanas. El hombre debe ser consciente de sus metamor-fosis para poder dar cuenta de ellas y así lograr un mejor desarrollo de su ser.

No todos queremos darnos cuenta de estas transformaciones porque quizás no las com-prendemos ó tal vez porque nosotros no cambiamos sino que más bien nos cambian.

En la actualidad hay circunstancias que cam-bian al hombre sin que este se dé cuenta y que lo llevan a realizar cambios programados por otros individuos que quieren aprovecharse de estas transformaciones. Un ejemplo de esto es el marketing indiscriminado que intenta mol-dear una �gura única del hombre, que utilice tal o cual marca y que piense de una determi-nada manera; encerrar al hombre y terminar con su singular forma de ser: el ser que cambia.

Así pues tenemos que este tipo de circunstancias que comienzan a mol-dear a un hombre ad hoc y lo despo-jan de esa espontaneidad y de sus posibilidades de ser, pasan para muchos inadvertidas y son tomadas con toda naturalidad por parte de las personas, las cuales comienzan a realizar, tal vez, su última transforma-ción, la de mimetizarse con estas ideas y entonces el cambio deja de serlo y se convierte en inmovilidad.

El hombre debe entonces despertar de este letargo, activarse ante esta inmovilidad y comenzar a pensar, el pensamiento es acción, la re�exión es praxis. Spinoza nos recuerda en el II axioma de la segunda parte de su libro Ética que “El hombre piensa” y por ende debe tener conciencia de sus acciones y re�exionar sobre ellas. La re�exión consciente de su ser lo lleva a responsabilizarse del mismo y entonces poder darse cuenta de su metamorfosis y así de esta forma ayudar a sus iguales para que inicien su re�exión propia y a través de ella apropiarse o re-apropiarse de su ser y por ende, de sus transformaciones.

La responsabilidaddel cambio

La responsabilidaddel cambio

2da. parte

Foto por: Archivo Túnika, metamorfosis

Como dijimos en un

principio el hombre

cambia sin embargo,

este cambio ¿puede

cesar? Qué es lo que

hace que este cambio

ya no se dé.

Como dijimos en un

principio el hombre

cambia sin embargo,

este cambio ¿puede

cesar? Qué es lo que

hace que este cambio

ya no se dé.

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Page 14: Revista Percepciones No. 3

Internacional

08Junio 2012 percepciones07 sociedad 09Junio 2012 percepciones

02Mayo 2012 percepciones

1

Foto por: Ulric Collette

05

También tenemos a los jóvenes estudiantes de Chile, que con su “Movi-miento Estudiantil” protestaron por la privatización de la educación.

Para sorpresa de muchos también tene-mos un movimiento que surge en nuestro país donde nadie se podía imaginar lo que ocurriría, y que sería en el apático México, ¡Sí! en el país donde no sucede nada, donde el mexicano todo lo aguanta, ¡Ahí! en el lugar menos pensado, y que sería en la UIA (Universidad Ibero Ameri-cana), una Institución, donde la Ideología Universitaria dista de preocuparse por los problemas sociales, esto ocurrido en la memorable fecha del 11 de mayo (M-11) y así surgió, el movimiento estudiantil “#YoSoy132”.

Cuando Enrique Peña Nieto, candidato a la presidencia de México, realizando un acto de proselitismo, fue cuestionado por los estudiantes de la UIA por los crímenes cometidos en San Salvador Atenco, duran-te su gestión como gobernador del Estado

Por: José de Jesús Calderón Hernández

de México. En ese momento, los jóvenes también le reclamaron los turbios nego-cios que hizo con televisa, para que esta lo apoyara en su campaña de proselitismo político a la presidencia; además de lo anterior, los universitarios reprobaron la falta de equidad y de neutralidad de Televisa y llenos de indignación, gritaron consignas como: “Enrique Peña no te queremos”, o… “Atenco no se olvida”, o “Televisa vendida”.

stas manifestaciones de recha-zo hacia el candidato, impulsaron a éste a asumir una actitud represiva e intimidato-ria hacia los jóvenes, al calificarlos de “porros, manipulados y acarreados”; además de quererlos amedrentar al decir-les que ya los tenían identificados. A todo esto, los estudiantes al día siguiente, con toda valentía, se identificaron con su credencial ante los medios públicos, diciendo: Nosotros somos los 131 identifi-cados de Peña Nieto y, “no somos porros, ni acarreados, ni manipulados”.

La reacción a este vergonzoso acto represivo por parte de Enrique Peña Nieto no se hizo esperar, ya que estudiantes de otras escuelas públicas y privadas, apoya-dos por mucha gente de la sociedad civil dijeron: “ellos son el # 131” y “nosotros somos el # 132”. Estas expresiones de solidaridad generaron de manera conmo-vedora el movimiento “# yo soy 132” cuya forma de operar es básicamente a través de las redes de Internet.

Que añoranza de aquel movimiento épico de jóvenes del año de 1968 quienes de una manera rústica, informaban a la gente las mentiras del gobierno y de la Prensa; a través de movilizaciones y de volantes escritos con “mimeógrafo”; y así

E

U

como en aquella época estos jóvenes fueron amenazados por el entonces presi-dente Gustavo Díaz Ordaz, cuando dijo: “Los estudiantes son unos intolerantes, apláquense o los enseñaremos a respe-tar”, relacionamos las palabras de Enri-que Peña Nieto, sin mucha diferencia de las de Don Gustavo, cuando en su afán de justificarse por los crímenes de Atenco, dijo: “…asumo personalmente la respon-sabilidad que tomé para restablecer el orden y la paz en el legítimo derecho que tiene el Estado Mexicano de hacer uso de la fuerza pública”.

na imagen televisiva es tan impactante que, tan sólo con el acto de ver, se anula la capacidad de discurrir; la fuerza arrolladora de la imagen rompe el sistema de equilibrios: porque descontex-tualiza. La televisión viene a constituirse como la autoridad y en consecuencia induce a opinar de una manera equivoca-da; ya sea en la elección de los candidatos o en la forma de ayudar a vencer al ven-cedor. En esta forma, el enemigo a vencer, no son los políticos, somos nosotros mismos, por nuestra falta de conciencia, porque pensamos en nuestro beneficio propio y no en el de todos en su conjunto.

El “#yo soy 132” es un ejemplo que cautiva y enorgullece. ¡México gritó me-diante las voces de los jóvenes!. La prima-vera Mexicana ha florecido con las voces de los jóvenes de la Ibero; pese a las amenazas del gobierno y al desprestigio que está haciendo en ellos la televisión. Como dijera el poeta Pablo Neruda:

“Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener

la primavera”

13 Creación Literaria

Tomaron de rehén al horizonteCómplices del atardecer escribían su historia Lejanos de las estrellas y de las mentiras del tiempo...Tomados de los colores de la tarde, se sentían paisaje, se sentían cercaEmpezaban a existir

Primera cita

Se tomó una copa de (arco) irisDesde ese día empezó a escribir letras con texturas de diferentes colores.

Letras de colores

Ella siempre supo como manejar las maneci-llas de su eternidad.Fue él quién nunca aprendió a leer el tiempo.

Reloj para dos

Un huracán se genera cada instante que mira. Escapa de esa mujer, sin pedirle permiso, y va por ahí construyendo: bosques, ciudades y vida.

¡Ese color!

Por: alejandro Franco

Poema de Alberto Blanco

He aquí una pequeña modificación del título del libro de cuentos de nuestro gran escritor Juan Rulfo, en alusión al movimiento estudiantil del 68.

El fuego es el mismo en todas partes,Crepita el corazón, se encienden las vidrierasy una flor de odio se abre paso entre los hombres;noche verde, hojas de humo y pétalos de sangre.

El fuego es el mismo en todo incendio.Se eleva el árbol custodiado por guardianes.del orden al revés, del mundo de cabeza:el árbol de oro negro y frutos infernales.¡Ay , el fuego de siempre al centro de la plaza!

La decisión trivial y el fin de una locura.franqueando el paso a una locura mayor;¡un desatino más protegido por las leyes!Muros quemados y manchas de grasasirenas de la noche profunda y asfixiante:bocas abiertas aullando al astro de hueso.carbonizado en la boca de la hornaza

Miles de años y este fuego sigue vivo…bordoneando la herida con moscas espectrales; flamígera la fiebre, los números danzando.callados y con sombras grotescas de comparsas,

Horror sin fin y el fuego sigue siendo el mismorasgando la túnica nocturna como un rayo:un tajo furioso en el que va por la venganza,una oración maltrecha en labios de un soldado.

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

Al hablar del movi-miento estudiantil del”# yo soy 132” recordamos el ataque de los halcones a aquel movi-miento estudiantil antecesor, que se presentó en la marcha del silencio del 10 de junio de 1971. Recordamos el signi�ca-do y la importantísima reper-cusión de las movilizaciones juveniles en la lucha por la transformación democrática de México; cuando hoy en día los estudiantes siguen pidien-do democratización sobre todo de los medios de comuni-cación como la televisión.

También recordamos en la marcha del 10 de junio la

brutalidad del régimen priísta para responder a la vigorosa y pací�ca protesta estudiantil con sendas masacres. Y lo hacemos manteniendo la bandera de la justicia contra la impunidad. Recordamos este acontecimiento trágico, en el contexto del movimien-to “# yo soy 132”, movimiento esperanzador en muchos sentidos, que, aunque dife-rente al de aquella época, nos hace recordar con renovado aliento algunos aspectos:

Recordamos de aquellos movimientos, el empodera-miento que presentaron –donde mezclaban la alegría

01 Sociedad

No más “batallones Olimpia”, no más” halcones”: grupos de

choque violento contratados por el gobierno para masacrar a los

estudiantes de aquellos años.

Antecesores

y la irreverencia—los jóvenes en las asambleas, las brigadas y las manifestaciones; lo cual fue respondido con extrema violencia por el gobierno, primeramente por Díaz Ordaz en 1968 y después por el gobierno de Luis Echeverría en 1971.

Así con todo el aparato repre-sivo en contra y con un cerco mediático total, cada acción del estudiantado adquirió una acción épica. No existían las redes para comunicarse, pero sí una red de mimeógrafos en las que se producían miles de volantes. En esa época, se gestó y se desplegó entre los

jóvenes un espíritu solidario que propició de manera pronta, una reacción abusiva y represiva por parte de la policía y del ejercito; lo cual, incitó de manera inmediata protestas juveniles multitudi-narias; esto si que fue un verdadero desafío para el régimen autoritario.

El zócalo que, se había carac-terizado por llevarse a cabo en él actos o�ciales con “acarrea-dos”, ahora, a partir de ese momento, pasó a constituirse en el lugar de reunión de las manifestaciones por la demo-cracia; ahí veíamos manifesta-ciones estudiantiles con rótu-los y pancartas en contra de la policía, del ejército y del gobierno; consignas y frases que decían:

“Nada con la fuerza, todo con la razón”, “Libros sí, bayonetas no”, “No somos uno, no somos cien; prensa vendida, cuéntanos bien”.

En todos estos actos, los estu-diantes con toda valentía y con la seguridad que les permitía su juventud, manifes-taban sus ideales haciendo la V de la victoria con la mano.

Ahora, de manera esperanza-dora surge en nosotros el

actual movimiento estudiantil “#yo soy 132”, protestando contra la desinformación de televisa y contra la estigmati-zación que ese y otros medios hacen a quienes se oponen a la imposición de un candidato a la presidencia y que repre-senta al viejo régimen autori-tario que ha usado siempre la violencia contra la disidencia.

Los jóvenes estudiantes son ahora, otra vez, portadores del malestar acumulado en la sociedad; malestar contra todas las políticas neolibera-les que han llevado a la pobreza, a la exclusión y a la desesperanza a muchos.

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

El vínculo solidario que se dio en este movimiento actual del “# yo soy 132” entre estudian-tes de instituciones públicas y privadas, es un rasgo muy importante para la gente consciente, en este caso los estudiantes: porque saben que a todos nos afectan los resulta-dos de las políticas neolibera-les, saben que el futuro es desesperanzador tanto para los que no han podido estu-diar, como para los que sí lo han hecho; por eso impulsan un cambio de rumbo hacia la justicia, hacia la democracia verdadera, a abatir la corrup-ción y la impunidad.

Seguir pugnando por el casti-go a los responsables de la represión de 1968 y de 1971 sería un buen puente entre los estudiantes de aquel entonces con los estudiantes del “# yo soy 132”.

Por: José de Jesús Calderón Hernández

02JUNIO 2012 percepciones

0 6Junio 2012 percepciones

La indiferencia en el ser humano con respecto a su propio ser y a sus cambios representa, desde mi perspectiva, el acabose de la singularidad del hombre. Que el hombre deje de ser espontáneo, lo lleva a ser un “ser” que se determina, esta determinación repre-senta su �n ya que signi�ca su inmovilidad. El hombre es acción, movimiento; pero desde hace un tiempo ha decidido sacri�car gran parte de estas cuestiones a cambio de confort, esto con la �nalidad de esforzarse menos y desgastarse lo menos posible; en algún senti-do moverse lo menos posible.

Retomemos ahora la idea de la responsabilidad y el cambio. El

hecho de hacerme responsable de estos cambios, de este darme

cuenta y dar cuenta de mi metamorfosis, me signi�ca tener

conciencia y hacerme consciente de mis transformaciones a través de

las acciones que realizo.

En estos tiempos evadimos involuntaria-mente y en algunos casos, voluntariamente, el hecho de hacernos conscientes de nuestras acciones y por tanto responsables de los mismos. El tema de la conciencia en las accio-nes humanas representa para mí una cuestión capital en las transformaciones humanas. El hombre debe ser consciente de sus metamor-fosis para poder dar cuenta de ellas y así lograr un mejor desarrollo de su ser.

No todos queremos darnos cuenta de estas transformaciones porque quizás no las com-prendemos ó tal vez porque nosotros no cambiamos sino que más bien nos cambian.

En la actualidad hay circunstancias que cam-bian al hombre sin que este se dé cuenta y que lo llevan a realizar cambios programados por otros individuos que quieren aprovecharse de estas transformaciones. Un ejemplo de esto es el marketing indiscriminado que intenta mol-dear una �gura única del hombre, que utilice tal o cual marca y que piense de una determi-nada manera; encerrar al hombre y terminar con su singular forma de ser: el ser que cambia.

Así pues tenemos que este tipo de circunstancias que comienzan a mol-dear a un hombre ad hoc y lo despo-jan de esa espontaneidad y de sus posibilidades de ser, pasan para muchos inadvertidas y son tomadas con toda naturalidad por parte de las personas, las cuales comienzan a realizar, tal vez, su última transforma-ción, la de mimetizarse con estas ideas y entonces el cambio deja de serlo y se convierte en inmovilidad.

El hombre debe entonces despertar de este letargo, activarse ante esta inmovilidad y comenzar a pensar, el pensamiento es acción, la re�exión es praxis. Spinoza nos recuerda en el II axioma de la segunda parte de su libro Ética que “El hombre piensa” y por ende debe tener conciencia de sus acciones y re�exionar sobre ellas. La re�exión consciente de su ser lo lleva a responsabilizarse del mismo y entonces poder darse cuenta de su metamorfosis y así de esta forma ayudar a sus iguales para que inicien su re�exión propia y a través de ella apropiarse o re-apropiarse de su ser y por ende, de sus transformaciones.

La responsabilidaddel cambio

La responsabilidaddel cambio

2da. parte

Foto por: Archivo Túnika, metamorfosis

Como dijimos en un

principio el hombre

cambia sin embargo,

este cambio ¿puede

cesar? Qué es lo que

hace que este cambio

ya no se dé.

Como dijimos en un

principio el hombre

cambia sin embargo,

este cambio ¿puede

cesar? Qué es lo que

hace que este cambio

ya no se dé.

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08Junio 2012 percepciones07 sociedad 09Junio 2012 percepciones

02Mayo 2012 percepciones

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Foto por: Ulric Collette

05

También tenemos a los jóvenes estudiantes de Chile, que con su “Movi-miento Estudiantil” protestaron por la privatización de la educación.

Para sorpresa de muchos también tene-mos un movimiento que surge en nuestro país donde nadie se podía imaginar lo que ocurriría, y que sería en el apático México, ¡Sí! en el país donde no sucede nada, donde el mexicano todo lo aguanta, ¡Ahí! en el lugar menos pensado, y que sería en la UIA (Universidad Ibero Ameri-cana), una Institución, donde la Ideología Universitaria dista de preocuparse por los problemas sociales, esto ocurrido en la memorable fecha del 11 de mayo (M-11) y así surgió, el movimiento estudiantil “#YoSoy132”.

Cuando Enrique Peña Nieto, candidato a la presidencia de México, realizando un acto de proselitismo, fue cuestionado por los estudiantes de la UIA por los crímenes cometidos en San Salvador Atenco, duran-te su gestión como gobernador del Estado

Por: José de Jesús Calderón Hernández

de México. En ese momento, los jóvenes también le reclamaron los turbios nego-cios que hizo con televisa, para que esta lo apoyara en su campaña de proselitismo político a la presidencia; además de lo anterior, los universitarios reprobaron la falta de equidad y de neutralidad de Televisa y llenos de indignación, gritaron consignas como: “Enrique Peña no te queremos”, o… “Atenco no se olvida”, o “Televisa vendida”.

stas manifestaciones de recha-zo hacia el candidato, impulsaron a éste a asumir una actitud represiva e intimidato-ria hacia los jóvenes, al calificarlos de “porros, manipulados y acarreados”; además de quererlos amedrentar al decir-les que ya los tenían identificados. A todo esto, los estudiantes al día siguiente, con toda valentía, se identificaron con su credencial ante los medios públicos, diciendo: Nosotros somos los 131 identifi-cados de Peña Nieto y, “no somos porros, ni acarreados, ni manipulados”.

La reacción a este vergonzoso acto represivo por parte de Enrique Peña Nieto no se hizo esperar, ya que estudiantes de otras escuelas públicas y privadas, apoya-dos por mucha gente de la sociedad civil dijeron: “ellos son el # 131” y “nosotros somos el # 132”. Estas expresiones de solidaridad generaron de manera conmo-vedora el movimiento “# yo soy 132” cuya forma de operar es básicamente a través de las redes de Internet.

Que añoranza de aquel movimiento épico de jóvenes del año de 1968 quienes de una manera rústica, informaban a la gente las mentiras del gobierno y de la Prensa; a través de movilizaciones y de volantes escritos con “mimeógrafo”; y así

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como en aquella época estos jóvenes fueron amenazados por el entonces presi-dente Gustavo Díaz Ordaz, cuando dijo: “Los estudiantes son unos intolerantes, apláquense o los enseñaremos a respe-tar”, relacionamos las palabras de Enri-que Peña Nieto, sin mucha diferencia de las de Don Gustavo, cuando en su afán de justificarse por los crímenes de Atenco, dijo: “…asumo personalmente la respon-sabilidad que tomé para restablecer el orden y la paz en el legítimo derecho que tiene el Estado Mexicano de hacer uso de la fuerza pública”.

na imagen televisiva es tan impactante que, tan sólo con el acto de ver, se anula la capacidad de discurrir; la fuerza arrolladora de la imagen rompe el sistema de equilibrios: porque descontex-tualiza. La televisión viene a constituirse como la autoridad y en consecuencia induce a opinar de una manera equivoca-da; ya sea en la elección de los candidatos o en la forma de ayudar a vencer al ven-cedor. En esta forma, el enemigo a vencer, no son los políticos, somos nosotros mismos, por nuestra falta de conciencia, porque pensamos en nuestro beneficio propio y no en el de todos en su conjunto.

El “#yo soy 132” es un ejemplo que cautiva y enorgullece. ¡México gritó me-diante las voces de los jóvenes!. La prima-vera Mexicana ha florecido con las voces de los jóvenes de la Ibero; pese a las amenazas del gobierno y al desprestigio que está haciendo en ellos la televisión. Como dijera el poeta Pablo Neruda:

“Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener

la primavera”

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

Al hablar del movi-miento estudiantil del”# yo soy 132” recordamos el ataque de los halcones a aquel movi-miento estudiantil antecesor, que se presentó en la marcha del silencio del 10 de junio de 1971. Recordamos el signi�ca-do y la importantísima reper-cusión de las movilizaciones juveniles en la lucha por la transformación democrática de México; cuando hoy en día los estudiantes siguen pidien-do democratización sobre todo de los medios de comuni-cación como la televisión.

También recordamos en la marcha del 10 de junio la

brutalidad del régimen priísta para responder a la vigorosa y pací�ca protesta estudiantil con sendas masacres. Y lo hacemos manteniendo la bandera de la justicia contra la impunidad. Recordamos este acontecimiento trágico, en el contexto del movimien-to “# yo soy 132”, movimiento esperanzador en muchos sentidos, que, aunque dife-rente al de aquella época, nos hace recordar con renovado aliento algunos aspectos:

Recordamos de aquellos movimientos, el empodera-miento que presentaron –donde mezclaban la alegría

01 Sociedad

No más “batallones Olimpia”, no más” halcones”: grupos de

choque violento contratados por el gobierno para masacrar a los

estudiantes de aquellos años.

Antecesores

y la irreverencia—los jóvenes en las asambleas, las brigadas y las manifestaciones; lo cual fue respondido con extrema violencia por el gobierno, primeramente por Díaz Ordaz en 1968 y después por el gobierno de Luis Echeverría en 1971.

Así con todo el aparato repre-sivo en contra y con un cerco mediático total, cada acción del estudiantado adquirió una acción épica. No existían las redes para comunicarse, pero sí una red de mimeógrafos en las que se producían miles de volantes. En esa época, se gestó y se desplegó entre los

jóvenes un espíritu solidario que propició de manera pronta, una reacción abusiva y represiva por parte de la policía y del ejercito; lo cual, incitó de manera inmediata protestas juveniles multitudi-narias; esto si que fue un verdadero desafío para el régimen autoritario.

El zócalo que, se había carac-terizado por llevarse a cabo en él actos o�ciales con “acarrea-dos”, ahora, a partir de ese momento, pasó a constituirse en el lugar de reunión de las manifestaciones por la demo-cracia; ahí veíamos manifesta-ciones estudiantiles con rótu-los y pancartas en contra de la policía, del ejército y del gobierno; consignas y frases que decían:

“Nada con la fuerza, todo con la razón”, “Libros sí, bayonetas no”, “No somos uno, no somos cien; prensa vendida, cuéntanos bien”.

En todos estos actos, los estu-diantes con toda valentía y con la seguridad que les permitía su juventud, manifes-taban sus ideales haciendo la V de la victoria con la mano.

Ahora, de manera esperanza-dora surge en nosotros el

actual movimiento estudiantil “#yo soy 132”, protestando contra la desinformación de televisa y contra la estigmati-zación que ese y otros medios hacen a quienes se oponen a la imposición de un candidato a la presidencia y que repre-senta al viejo régimen autori-tario que ha usado siempre la violencia contra la disidencia.

Los jóvenes estudiantes son ahora, otra vez, portadores del malestar acumulado en la sociedad; malestar contra todas las políticas neolibera-les que han llevado a la pobreza, a la exclusión y a la desesperanza a muchos.

Si bien los movimientos sociales no se repiten de la misma manera, en el actual proceso electoral que se desarrolla en el país, las dirigencias del PRI y PAN, con el apoyo de los principales medios, generan una especie de terrorismo informativo

para producir temor hacia cualquier cambio.

El vínculo solidario que se dio en este movimiento actual del “# yo soy 132” entre estudian-tes de instituciones públicas y privadas, es un rasgo muy importante para la gente consciente, en este caso los estudiantes: porque saben que a todos nos afectan los resulta-dos de las políticas neolibera-les, saben que el futuro es desesperanzador tanto para los que no han podido estu-diar, como para los que sí lo han hecho; por eso impulsan un cambio de rumbo hacia la justicia, hacia la democracia verdadera, a abatir la corrup-ción y la impunidad.

Seguir pugnando por el casti-go a los responsables de la represión de 1968 y de 1971 sería un buen puente entre los estudiantes de aquel entonces con los estudiantes del “# yo soy 132”.

Por: José de Jesús Calderón Hernández

02JUNIO 2012 percepciones

0 6Junio 2012 percepciones

La indiferencia en el ser humano con respecto a su propio ser y a sus cambios representa, desde mi perspectiva, el acabose de la singularidad del hombre. Que el hombre deje de ser espontáneo, lo lleva a ser un “ser” que se determina, esta determinación repre-senta su �n ya que signi�ca su inmovilidad. El hombre es acción, movimiento; pero desde hace un tiempo ha decidido sacri�car gran parte de estas cuestiones a cambio de confort, esto con la �nalidad de esforzarse menos y desgastarse lo menos posible; en algún senti-do moverse lo menos posible.

Retomemos ahora la idea de la responsabilidad y el cambio. El

hecho de hacerme responsable de estos cambios, de este darme

cuenta y dar cuenta de mi metamorfosis, me signi�ca tener

conciencia y hacerme consciente de mis transformaciones a través de

las acciones que realizo.

En estos tiempos evadimos involuntaria-mente y en algunos casos, voluntariamente, el hecho de hacernos conscientes de nuestras acciones y por tanto responsables de los mismos. El tema de la conciencia en las accio-nes humanas representa para mí una cuestión capital en las transformaciones humanas. El hombre debe ser consciente de sus metamor-fosis para poder dar cuenta de ellas y así lograr un mejor desarrollo de su ser.

No todos queremos darnos cuenta de estas transformaciones porque quizás no las com-prendemos ó tal vez porque nosotros no cambiamos sino que más bien nos cambian.

En la actualidad hay circunstancias que cam-bian al hombre sin que este se dé cuenta y que lo llevan a realizar cambios programados por otros individuos que quieren aprovecharse de estas transformaciones. Un ejemplo de esto es el marketing indiscriminado que intenta mol-dear una �gura única del hombre, que utilice tal o cual marca y que piense de una determi-nada manera; encerrar al hombre y terminar con su singular forma de ser: el ser que cambia.

Así pues tenemos que este tipo de circunstancias que comienzan a mol-dear a un hombre ad hoc y lo despo-jan de esa espontaneidad y de sus posibilidades de ser, pasan para muchos inadvertidas y son tomadas con toda naturalidad por parte de las personas, las cuales comienzan a realizar, tal vez, su última transforma-ción, la de mimetizarse con estas ideas y entonces el cambio deja de serlo y se convierte en inmovilidad.

El hombre debe entonces despertar de este letargo, activarse ante esta inmovilidad y comenzar a pensar, el pensamiento es acción, la re�exión es praxis. Spinoza nos recuerda en el II axioma de la segunda parte de su libro Ética que “El hombre piensa” y por ende debe tener conciencia de sus acciones y re�exionar sobre ellas. La re�exión consciente de su ser lo lleva a responsabilizarse del mismo y entonces poder darse cuenta de su metamorfosis y así de esta forma ayudar a sus iguales para que inicien su re�exión propia y a través de ella apropiarse o re-apropiarse de su ser y por ende, de sus transformaciones.

La responsabilidaddel cambio

La responsabilidaddel cambio

2da. parte

Foto por: Archivo Túnika, metamorfosis

Como dijimos en un

principio el hombre

cambia sin embargo,

este cambio ¿puede

cesar? Qué es lo que

hace que este cambio

ya no se dé.

Como dijimos en un

principio el hombre

cambia sin embargo,

este cambio ¿puede

cesar? Qué es lo que

hace que este cambio

ya no se dé.

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