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PERCEPCIÓN DE SOLEDAD Y DE RECHAZO POR PARTE DE LOS PARES Y SU
RELACIÓN CON EL AUTOCONCEPTO EN ADOLESCENTES
José Eduardo Moreno y Gabriela Magdalena López
RESUMEN
En este trabajo se estudia la percepción de sí mismo que tienen dos grupos de adolescentes
con alta y baja percepción de soledad y de rechazo por parte de sus pares. Las experiencias de
rechazo y de soledad pueden tener varias consecuencias negativas como la baja de la autoestima, la
agresividad y la depresión. Se seleccionó dos grupos de acuerdo al grado de percepción de soledad
y rechazo por parte de los pares, baja (n=55) y alta (n=55), de una muestra de 220 de adolescentes
de 14 y 15 años de edad de la ciudad de Paraná, Entre Ríos. Se administraron la escala de Soledad
de Richaud de Minzi y la Tennessee Self Concept Scale (TSCS) de Fitts. Se obtuvieron diferencias
significativas en todas las subescalas de la TSCS; se encontró una mayor valoración de sí mismo en
quienes no se sienten rechazados por sus pares y se consideran capaces de hacer amigos. Además se
observó que los adolescentes más críticos de sí mismo se sienten más solos y rechazados.
Palabras clave: adolescencia, autoconcepto, pares
I. Introducción
Las experiencias de rechazo y de soledad pueden tener varias consecuencias negativas
como la baja de la autoestima, la agresividad y la depresión1.
La autoevaluación y el concepto de sí mismo son de gran importancia debido a que están en
íntima relación con la autoestima2. Un nivel bajo de autoestima lleva a la autocrítica, a sentirse
1 Cf. M. C. RICHAUD DE MINZI, “Loneliness and Depresion in Middle and Late Childhood: Its
Relationship to Attachment and Parental Styles”: Journal of Genetic Psychology 167 (2006) 189-
210.
2
incómodo o angustiado. Por el contrario, un nivel de autoestima más adecuado llevará a sentirse
conforme consigo mismo3.
El sí mismo es el centro de las iniciativas y no meramente un lugar asignado o de impacto
de estímulos sociales. Desde el punto de vista cognitivo se considera al autoconcepto como aquella
información que el sujeto tiene de sí mismo, de los comentarios que otros hagan acerca de él o de
los logros en áreas específicas (social, familiar, laboral, personal etc.), que pueden modificar su
nivel de autoestima4. En definitiva, el autoconocimiento, implica un conjunto bastante amplio de
representaciones y de procesos cognitivos autorreferidos5.
A través de las relaciones con los pares los adolescentes buscan cumplir con el mandato de
conexión social, mostrando escaso interés en definir límites psicológicos entre ellos mismos y sus
amigos y, a menudo, en relaciones amistosas “fusionales”. Por lo tanto, la representación que
tengan de sí mismo constituye en esta etapa un tema esencial; por un lado, porque el adolescente
necesita ser reconocido y aceptado por las personas significativas y, por otro lado, porque dicha
percepción incidirá en sus relaciones interpersonales, fuente de reconocimiento y aceptación
fundamentales en esta etapa del desarrollo6.
Este trabajo tiene por objetivo estudiar la percepción de sí mismo que tienen dos grupos de
adolescentes con alta y baja percepción de soledad y de rechazo por parte de sus pares.
1. Concepto de sí mismo
En la evaluación que el sujeto “hace de sí mismo, están en juego su auto-observación, su
comportamiento y sus afectos, su percepción de ser competente para enfrentar situaciones
2 Cf. A. R. MCCONNELL Y L. M. STRAIN, “Content and structure of the Self-concept”: en C.
SEDIKIDES Y S. SPENCER (COMP.), The Self in Social Psychology, New York 2007, 51-73. 3 Cf. D. E. HAMACHEK, Encounters with the self, New York 1978. 4 Cf. H. R. MARKUS Y S. KITAYAMA, “Culture and the self: Implications for cognition, emotion and
motivation”, Psychological Review, 98 (1991) 224-253. 5 Cf. H. R. MARKUS Y E. WURF, “The Dynamic Self-Concept: A Social Psychological Perspective”,
Annual Review of Psychology, 38 (1987) 299-337. 6 Cf. P. MCDOUGALL, S. HYMEL, T. VAILLANCOURT Y L. MERCER “The consequences of childhood
rejection”: In M. R. LEARY (COMP.) Interpersonal Rejection, New York 2001, 213-247.
3
problemáticas, su habilidad para obtener respeto y aceptación de los demás y para hacer valer sus
derechos como persona”7.
La auto-evaluación y el concepto de sí mismo de cada persona son de gran importancia
debido a que están en íntima relación con su autoestima. Un nivel de autoestima bajo lo lleva a la
autocrítica, a sentirse incómodo o angustiado. Por el contrario, un nivel de autoestima más
adecuado lo lleva a sentirse conforme consigo mismo.
Para Fierro8 el concepto de sí mismo es central en la identidad personal; más que un
concepto, es un conjunto de conceptos, de representaciones, de juicios descriptivos y valorativos
acerca del propio sujeto.
Atendiendo a los diferentes contenidos del sí mismo, suelen distinguirse cuatro dimensiones,
a saber: corporal, psíquica, social y moral.
En definitiva, el autoconcepto es autoconocimiento e implica un conjunto bastante amplio de
representaciones y de procesos cognitivos auto-referidos. Precisamente esta categorización del
autoconcepto como autoconocimiento permite acercar la psicología de origen clínico y
fenomenológico, a una psicología objetiva de los procesos cognitivos.
De acuerdo a Fierro la adolescencia es una etapa en que la preocupación por el propio físico
pasa a primer plano. Los principales aspectos de esta preocupación y, en su caso el descontento,
refieren a su propia deficiencia física o bien al atractivo corporal. Estos dos elementos son muy
importantes para la autoestima en la adolescencia.
No sólo la imagen del propio físico adquiere relevancia; toda la representación de sí mismo
pasa a constituir en esta etapa un tema fundamental, ya que el adolescente tiene necesidad de
reconocimiento por parte de los otros, necesita ver reconocida y aceptada su identidad por las
personas adultas o compañeros significativos para él. Este reconocimiento y aceptación es lo que le
asegura un concepto positivo de sí mismo.
Existe una imagen popular que asocia la adolescencia con la generosidad. Así, el niño a
medida que crece, es capaz de un descentramiento respecto de sus propios esquemas cognitivos, y
7 S. FRANCHI, “El autoconcepto desde el punto de vista cognitivo”: Interdisciplinaria 9 (1990) 84. 8 Cf. A. FIERRO, “Autoestima implícita: Su medición y sus correlatos”: Evaluación Psicológica 2
(1986) 73-98.
4
llega a un descentramiento respecto de sus propios intereses. En todo caso, es verdad que las
actitudes altruistas se confirman a lo largo de la etapa adolescente.
2. Soledad
La soledad sería parte inherente de la condición humana, de acuerdo a los autores consultados en
una exhaustiva revisión de la literatura académica y no académica. La universalidad de la misma podría
surgir, como lo considera la teoría de Baumeister & Leary 9 de la necesidad de pertenencia, de establecer
lazos sociales con otros.
Peplau y Perlman10 consideran la soledad como un fenómeno que abarca dos componentes
relacionados: un componente cognitivo que incluye la discrepancia entre el deseo de relaciones
sociales y las que de hecho se tienen, ya sea cuantitativa o cualitativamente; y un componente
emocional que incluye las experiencias emocionales de desorientación, pérdida y soledad.
Las investigaciones refuerzan la hipótesis de que un patrón estable de percepción de soledad
presenta una seria amenaza para la salud mental y el funcionamiento psicosocial de un individuo.
Rockach y Brock11, afirman que la soledad crónica está relacionada a estilos disfuncionales
de afrontamiento. Las personas que sufren soledad presentan dificultades para establecer relaciones
interpersonales y consigo mismas, lo cual pone en riesgo su equilibrio emocional. Las
investigaciones de Rokach y Brock indican que la soledad es un problema significativo para
personas de todas las edades y circunstancias. Sin embargo, Coppo y Maristany12 consideran que
son los adolescentes los más expuestos a este sentimiento. Esto puede encontrarse relacionado con
9 Cf. R. F. BAUMEISTER Y M. R. LEARY, “The Need to Belong: Desire for Interpersonal
Attachments as a Fundamental Human Motivation”, Psychological Bulletin 117 (1995), 497-529. 10 Cf. L. A. PEPLAU Y D. PERLMAN (COMP.), Loneliness. A Sourcebook of Current Theory,
Research and Therapy, New York 1982. 11 Cf. A. ROKACH Y H. I. BROCK, “The effects of gender, marital status, and the chronicity and
immediacy of loneliness”: Journal of Social Behaviour and Personality 4 (1995) 1-16. 12 Cf. A. COPPO Y M. MARISTANY, “Construcción del guión personal: psicoterapia con adolescentes
y sus familias”: en H. FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Integración y salud mental : el proyecto Aiglé 1977 -
2008 Bilbao 2008, 273-301.
5
las altas expectativas a las que están sometidos los adolescentes en la sociedad actual, con las
diversas presiones y con las exigencias de ser alguien que no quieren o no se sienten capaces de ser.
Esto ocurre en la cultura occidental, en la que por un lado se considera un valor ser miembro
de un grupo o comunidad, y por el otro se impulsa a los individuos a ser ellos mismos a
diferenciarse del resto. La tensión entre estos dos mandatos sociales; conexión social e
individuación es mayor en la adolescencia que en cualquier otra etapa de la vida; ya que las
expectativas de que una persona conforme un grupo de pares, tenga amigos íntimos, se involucre
sentimentalmente con alguien del otro sexo; alcanzan su pico en esta edad, aunque la independencia
sea identificada como tarea central de esta etapa.
Dos modelos teóricos han emergido considerando la etiología e implicaciones de la soledad
en la adaptación de la juventud: el modelo de la necesidad social y el modelo de la discrepancia
cognitiva. De acuerdo al modelo de necesidad social (Bowlby, Fromm Reichman, Sullivan, Weiss),
los seres humanos tienen una universal y básica necesidad de contacto social, por ejemplo:
compañía, intimidad, pertenencia y apego. Cuando esta necesidad no se satisface, el individuo
experimenta soledad. Por esto, la soledad es el resultado de un déficit de hecho en la extensión y
calidad de los contactos sociales.
En contraste, el modelo de discrepancia cognitiva (Paloutzian, Janigan, Peplau y Perlman),
distingue entre el nivel de deseo de contacto social y el que de hecho se tiene. Los individuos
experimentan soledad sólo si el grado de contactos interpersonales es menor al grado de sus deseos
de contacto. A mayor discrepancia, mayor será el sentimiento de soledad. Específicamente la
ausencia de amistades y la presencia de relaciones negativas como rechazo de pares y victimización
predicen soledad13.
Los adolescentes tienden a describir la experiencia de soledad con adjetivos específicamente
negativos, mientras que las personas mayores tienden a identificar los aspectos positivos,
vinculándola a conceptos como reflexión, autoconocimiento, paz y tranquilidad.
3. Rechazo por parte de los pares
13 Cf. S. R. ASHER, J. T. PARKHURST, S. HYMEL Y G. A. WILLIAMS, “Peer rejection and loneliness
in childhood”: In S. R. ASHER & J. D. COIE (EDS.), Peer rejection in childhood New York 1990,
253-273.
6
La experiencia de ser rechazado supone una situación estresante para el adolescente con
consecuencias negativas en su ajuste psicosocial. Se han realizado numerosos estudios que intentan
explicar los correlatos asociados al rechazo, tanto en la infancia como en la adolescencia. Uno de
los resultados más destacados en estas investigaciones hace referencia al estrecho vínculo entre el
comportamiento violento y el rechazo en el grupo de iguales14.
II. METODOLOGÍA
1. Sujetos
El presente estudio se realizó en la ciudad de Paraná, provincia de Entre Ríos, con adolescentes de
14 y 15 años de edad de nivel socio-económico medio, comprendiendo a 220 alumnos de seis
colegios secundarios. Seleccionándose para este trabajo dos grupos, según el grado de percepción
de soledad y rechazo por parte de los pares: bajo (n= 55) y alto (n=55). Es decir que se seleccionó
de la muestra el 25% de los que obtuvieron bajo o alto puntaje en la subescala de rechazo por pares
y en la escala de soledad.
2. Instrumentos
2.1. Tennessee Self Concept Scale (TSCS). William Fitts15 se propuso obtener una escala de
administración fácil y masiva, que a su vez fuera multidimensional en la descripción del concepto
de sí mismo. Construyó esta escala compilando una larga lista de ítemes de autodescripciones,
basándose en ítemes de otros instrumentos como, por ejemplo, los de R. J. Balester16; como también
de auto descripciones de pacientes y personas en general. La TSCS contiene 100 afirmaciones
descriptivas del sí mismo. De ellas, 90 se refieren al concepto de sí mismo y las 10 restantes a la
crítica de sí mismo. Los sujetos deben responder puntuando según una escala de 1 a 5 de acuerdo al
grado de ajuste que ellos perciban entre lo asignado por el ítem y el concepto que tienen respecto de
cada aspecto de sí mismo. Respecto a la consistencia interna, versión 1991, se obtuvieron
14 Cf. K. A. DODGE, J. E. LANSFORD, V. S. BURKS, J. E. BATES, G. S. PETTIT, R. FONTAINE, ET AL.
“Peer rejection and social information-processing factors in the development of aggressive behavior
problems in children”: Child Development 74(2003), 374-393. 15 Cf. W. H. FITTS, Tennessee Self Concept Scale, Manual, Los Angeles 1991. 16 Cf. R. J. BALESTER, The Self Concept and Juvenile Delinquency, Doctor’s thesis Vanderbilt
University, Nashville 1956.
7
coeficientes alpha de Cronbach de .60 a .90. Se utilizó la traducción y adaptación argentina de
Migone de Faletty & Moreno17.
La TSCS es una escala auto-administrable tanto de uso individual como colectivo, para
sujetos mayores de 12 años con estudios primarios completos.
La escala estudia dos dimensiones del autoconcepto:
a) marco de referencia interno que comprende las variables:
Identidad: este puntaje hace referencia a como el sujeto describe su identidad básica, como
él es según como se percibe a sí mismo.
Autosatisfacción: se refiere al grado de aceptación o satisfacción consigo mismo. Una
persona puede tener un puntaje alto en identidad, describirse a sí mismo muy bien pero sentirse mal
consigo a causa de sus altas expectativas y normas exigentes. O por el contrario, tener una alta
satisfacción de sí mismo u baja opinión de sí (identidad).
Percepción de la conducta propia: refleja lo que hago, la manera de actuar. Mide la
percepción de la conducta propia, la percepción de los modos operativos del sujeto.
b) marco de referencia externo que comprende las variables:
-Sí mismo físico: este puntaje refleja la imagen que posee el sujeto de su cuerpo, su
apariencia física, su estado de salud, sus habilidades físicas y su sexualidad.
-Sí mismo ético: describe la imagen de sí mismo desde un marco de referencia ético-moral.
Es decir, el grado de fortaleza moral, los sentimientos de ser una persona buena o mala, el grado de
satisfacción con su conducta moral.
-Sí mismo personal: refleja el sentido individual de valía personal, su sentimiento de
adaptación personal y la evaluación que realiza de su personalidad con independencia de su cuerpo
y de sus relaciones con los demás.
-Sí mismo familiar: refleja los sentimientos de adecuación y valoración como miembro de
una familia. Se refiere además a la percepción de sí mismo en relación al círculo más inmediato de
personas (familiares y amistades).
17 Cf. R. C. MIGONE DE FALETTY Y J. E. MORENO, “Tennessee Self Concept Scale. Un estudio sobre
la imagen de sí mismo en adolescentes escolarizados argentinos”: Interdisciplinaria 2 (1991) 169-
183.
8
-Sí mismo social: refleja el sentido de adaptación y valoración personal en la interacción
social y en la relación interpersonal.
-Crítica de sí mismo: refleja la capacidad del sujeto de tener autocrítica.
Además, provee una evaluación general del autoconcepto mediante un puntaje total.
2.2. La Escala de Soledad de Richaud y Sacchi 18 adaptación del Rokach & Brock Loneliness
Questionnaire y de Marcoen & Brumage Loneliness Scale 19.De esta escala se analiza en este
trabajo solamente la dimensión de sentimientos de soledad y de rechazo con los pares. Esta
subescala refleja los sentimientos de tristeza por no ser queridos por sus compañeros, ser
discriminados o rechazados en los juegos grupales y sobre todo carecer de amigos. Comprende
ítemes como por ejemplo: “Me siento excluido por mis compañeros”,”Dudo de que alguien me
quiera” o “Me siento triste por no tener amigos”.
3. Procedimientos estadísticos
Los datos fueron ingresados y procesados por medio del programa Statistical Package for the Social
Sciences (SPSS) 15.0 para Windows. Los sujetos fueron subdivididos en dos grupos, según el grado
de percepción de rechazo de pares, bajo y alto según lo puntajes de la escala de soledad. Para el
análisis de los datos se realizó un análisis univariado de variancia (ANOVA) y un análisis
multivariado de variancia (MANOVA), para determinar si existían diferencias significativas en la
percepción de si mismo según el grado de rechazo por parte de pares.
III. RESULTADOS
En el Anova se obtuvieron diferencias significativas, F (1, 106)= 38,57 y p= .0001, entre los
puntajes totales de la escala de Sí Mismo (TSCS) según bajo o alto sentimientos de soledad y
rechazo por parte de los pares (ver gráfico 1). Siendo mayor la valoración de sí mismo en los
adolescentes con bajos sentimientos de soledad y rechazo (M= 348,88; DS= 25,63) que en los de
alta soledad y rechazo (M=313,34; DS= 30,76). No se obtuvo diferencias según sexo (p= .66) ni
interacción entre sexo y pares (p= .81).
18 Cf. M. C. RICHAUD DE MINZI Y C. SACCHI, “Adolescent loneliness assessment”: Adolescence 156
(2004) 701-710. 19 Cf. A. MARCOEN Y M. BRUMAGNE, “Loneliness among children and young adolescents”:
Developmental Psychology 21 (1985) 1025-1031.
9
Gráfico 1. Promedios del puntaje total en la Escala de Sí Mismo según grado de rechazo por
parte de los pares.
RECHAZO por parte de los PARES
Alto rechazoBajo rechazo
Media Sí m
ismo puntaje total
360
350
340
330
320
310
300
En el análisis multivariado de varianza (Manova) se obtuvieron diferencias significativas en
todas las subescalas de la TSCS, FHotelling (6, 101)= 7,02 y p= .0001, según bajo o alto
sentimientos de soledad y rechazo por parte de los pares. Siendo mayor la valoración de sí mismo
en todas las subescalas del TSCS en los adolescentes con bajos sentimientos de soledad y rechazo,
excepto en la de crítica de sí mismo que dió un resultado inverso. Es decir que los adolescentes más
aceptados por sus pares (bajo rechazo) tienen una mayor valoración de su Sí mismo físico, Sí mismo
ético, Sí mismo personal, Sí mismo familiar y Sí mismo social; pero en cuanto a la Crítica de sí
mismo obtienen un menor puntaje, son menos críticos de su persona (ver tabla 1 y gráfico 1).
10
Tabla 1. Diferencias de medias y desvíos de los puntajes de las escala de Sí Mismo según el
grado de rechazo por parte de los pares.
Escalas de SI MISMO (TSCS)
Bajo rechazo pares Alto rechazo pares F p
M DE M DE Self físico 71,20 7,16 63,23 8,18 27,86 .0001 Self moral 66,41 6,51 61,50 6,40 13,21 .0001 Self personal 69,32 6,89 61,41 8,52 27,65 .0001 Self familiar 72,32 6,99 65,00 8,09 23,71 .0001 Self social 69,52 8,42 62,18 7,04 20,08 .0001 Self crítico 30,18 5,20 34,09 5,08 12,44 .001
n 55 55
Gráfico 2. Medias de los puntajes de las escala de Sí Mismo según el grado de rechazo por parte de
los pares
Escalas de la Tennessee Self Concept Scale
Self Crítico
Self Social
Self Familiar
Self Personal
Self moral
Self físico
Medias
80
70
60
50
40
30
20
PARES
Bajo rechazo
Alto rechazo
11
IV. CONCLUSIONES
El propósito principal del presente trabajo fue analizar la relación entre la percepción de
rechazo y soledad por parte de pares y sus consecuencias en el autoconcepto. Se encontró un mayor
nivel de autoconcepto y valoración de sí mismo en quienes perciben en menor medida ser
rechazados por sus pares, ya que en el grupo con baja percepción de rechazo se encuentran
promedios más altos en las subescalas de autoconcepto. Un resultado importante del trabajo es que
estas diferencias se dan en todas las dimensiones del autoconcepto. Otro dato a destacar es que los
adolescentes más críticos de sí mismo se sienten más solos y rechazados.
Si bien es esperable un cierto nivel de crítica de sí mismo, es decir, que es positivo que toda
persona realice juicios críticos de sus acciones y su modo de ser, parecería que los alumnos más
rechazados efectúan una mayor crítica de sí mismo, pero la misma no redunda en modificaciones en
las otras escalas del autoconcepto. De este modo la crítica de si mismo pasado cierto nivel tendría
un carácter más inhibitorio que promotor de cambios.
12
CV breve José Eduardo Moreno
Licenciado en Psicología (UBA)
Doctor en Psicología (Universidad del Salvador)
CIIPME – CONICET (Grupo vinculado UCA Paraná)
Gabriela Magdalena López
Licenciada en Psicopedagogía (UCA)
CIIPME – CONICET (Grupo vinculado UCA Paraná)