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ANO XXXII. Madrid, 25 de Marzo de 1921. NÚM. 6. La Farmacia Moderna REVISTA QUINCENAL, PROFESIONAL Y CIENTIFICA ÓRGANÓ OFICIAL DE LOS COLEGIOS DE FARMACÉUTICOS DE MÁLAGA, SANTANDER, LOGROÑO, CIUDAD REAL, MURCIA, TOLEDO, CÁDIZ, SEVILLA, ALBACETE. BADAJOZ Y GUIPÚZCOA SE PUBLICA LOS DÍAS 10 T 25 DE CADA MES Director: D. LUIS SIBONI Redactor Jefe: D. MODESTO MAESTRE Páginas. Sección profesional..—¿a efecena 69 Manifiesto delaU.F.N 71 Exposición de la U. F. N. al Ministro de la Goberna- ción , 72 Un-gran discurso 73 Sección científica —Homogeneización de los espu- tos tuberculosos por el hipobromito sódico 77 La difteria transmitida por la leche 78 La lucha contra las enfermedades venéreas 78 Inyecciones de éter contra la coqueluche 79 Benzoato de bencilo contra el hipo 79 Pomada de hígado de azufre 79 Formulario 80 Nuestro consultorio 81 Bibliografía 82 Sueltos y noticias 82 DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN: CONCEPCIÓN JERÓNIMA,35 Y 37, 3.° DERECHA M A O IFt 113 CONDICIONES EDITORIALES í. LA FARMACIA MODERNA, que se publica en pliego de 16 páginas de texto, reparte periódicamente Tratados y Estudios especiales. II. El precio de la suscripción, 18 pesetas en toda España y 20 pesetas en Ul- tramar y en el Extranjero. Anuncios y comunicados, a precios convencionales. III. Toda la correspondencia de Administración y Dirección, a D. Luis Sibo- ni, Concepción Jerónima, 85 y 87,3.° derecha, Madrid. Corresponsales: En Barcelona, D. José Vallés y Ribó, calle de Mallorca, número 253, entresuelo, 1.a En Zaragoza, D. Jesús M.a Zuloaga, Don Alfonso I, núm. 8. En Valladolid, D. Eugenio Martin Bellogin, Rinconada, núm. 32,

REVISTA QUINCENAL, PROFESIONAL Y CIENTIFICA

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ANO XXXII. Madrid, 25 de Marzo de 1921. NÚM. 6.

La Farmacia Moderna R E V I S T A QUINCENAL, P R O F E S I O N A L Y C I E N T I F I C A

ÓRGANÓ O F I C I A L D E L O S C O L E G I O S D E FARMACÉUTICOS D E MÁLAGA, S A N T A N D E R , LOGROÑO,

C I U D A D R E A L , M U R C I A , T O L E D O , CÁDIZ, S E V I L L A , A L B A C E T E . BADAJOZ Y GUIPÚZCOA

S E PUBLICA LOS DÍAS 10 T 25 DE CADA MES

Director: D. L U I S SIBONI

Redactor Jefe: D. MODESTO M A E S T R E

Páginas. Sección profesional..—¿a efecena 69

Manifiesto d e l a U . F . N 71 E x p o s i c i ó n de l a U. F . N . a l Ministro de l a Goberna­

c i ó n , 72 Un-gran discurso 73

Sección científica — H o m o g e n e i z a c i ó n de los espu­tos tuberculosos p o r e l hipobromito s ó d i c o 77

L a difteria transmitida p o r l a leche 78 L a lucha contra l a s enfermedades v e n é r e a s 78 Inyecciones de é t e r contra l a coqueluche 79 Benzoato de bencilo contra e l hipo 79 P o m a d a de h í g a d o de azufre 79

Formulario 80 Nuestro consultorio 81 Bibliografía 82 Sueltos y noticias 82

DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN:

CONCEPCIÓN J E R Ó N I M A , 3 5 Y 37, 3.° DERECHA M A O IFt 113

C O N D I C I O N E S E D I T O R I A L E S

í. LA FARMACIA MODERNA, que se publica en pliego de 16 páginas de texto, reparte periódicamente Tratados y Estudios especiales.

I I . E l precio de la suscripción, 18 pesetas en toda España y 20 pesetas en Ul­tramar y en el Extranjero. Anuncios y comunicados, a precios convencionales.

I I I . Toda la correspondencia de Administración y Dirección, a D. Luis Sibo-ni, Concepción Jerónima, 85 y 87,3.° derecha, Madrid.

Corresponsales: En Barcelona, D. José Vallés y Ribó, calle de Mallorca, número 253, entresuelo, 1.a

En Zaragoza, D. Jesús M.a Zuloaga, Don Alfonso I , núm. 8. En Valladolid, D. Eugenio Martin Bellogin, Rinconada, núm. 32,

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T Ó N I G O - R E G O N S T I T O Y E N T E Y A N T I N E Ü R A S T É N I C O

ELIXIR,-MEOIIVA I>E "OAMIAIVA.. OOM:i>UESTO (Damiana, kola, cal asimilable, fósforo glicer o fosfatos.)

E s t e medicamento, tan recomendado y a hoy por la clase m é d i c a , por los maravi l losos resultados que está, produciendo, reanima la n u t r i c i ó n nerviosa, combate l a depres ión mental, producida muchas veces por excesivo trabajo intelectual, siendo de efectos sesruros en l a c u r a c i ó n de l a anemia, debilidad nerviosa, empobrecimiento o r g á n i c o , convalecencia de enfermedades graves, r a ­quitismo escró fu la , fos fa lur ia , tonificando los' centros nerviosos y el c o r a z ó n ; y constituyendo e l m á s poderoso remedio, cura l a neMm«ten¿a .—Pidase siempre E l i x i r Medina de « D a m i a n a * compuesto.

FARMACIA D E MEDINA: Serrano, 36,—MADMI»

I E L M E J O R P U R G A N T E I

Aguas minerales naturales de

C A R A B A N A Depurativas, antibiliosas, antiherpéticas

apROP-iETAi^ios:

Viuda e Hijos de R. J . Chávarri M A D R I D

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AÑO X X X I I L A FARMACIA MODERNA NÚM. 6.

SECCIÓN PROFESIONAL

L A D E C E N A

¿Por qué y por quién se han instituido los Sindicatos farmacéuticos?

E n razonar una cumplida respuesta a la pregunta con que queda epigraflada la presente Decena hemos de ser algo extensos, no sólo porque así lo exige la importancia de los deplorables sucesos ocurridos en Barcelona, sino también por­que tenemos el deber de exponer nuestros juicios, ya que hasta ahora la Prensa profesional, para no entorpecer la actuación de las Instituciones profesionales, se había impuesto un prudente y respetuoso silencio.

No vamos, pues, por no ser este el momento oportuno, a exteriorizar nuestras impresiones sobre detalles de la labor con tan nobles propósitos comenzada por los Sindicatos, puesto que lo que más interesa a todos es puntualizar si la clase farmacéutica, una vez adquirida la convicción de que no puede contar con la ac­ción patronal que le es debida por los Poderes públicos, está en el caso de orga­nizar, por medios adecuados y propios, la legítima defensa de sus derechos, de sus intereses y del sagrado de sus afecciones paternales. ¿Quién duda que lo está y lo sigue estando? Pues qué, los que como nosotros venimos presencian­do, desde 'hace cuarenta años, la orgía en que vive la Administración públi­ca, y tantas veces llamamos a las puertas de ésta en demanda de justicia y de respeto también a los derechos de c iudadanía , tan sagrados e intangibles en nuestra colectividad como en todas la demás, ¿no estamos hartos de conocer to­das las etapas del terrible éxodo que vienen recorriendo los desamparados y cruelmente preteridos farmacéuticos españoles? Y porque lo sabemos, y la amar­ga experiencia hace que coincida nuestra desesperanza con la que sienten núes tros comprofesores, es por lo que hemos epigrañado esta Decena con la pregunta de por qué y por quién se Mín instituido los Sindicatos farmacéuticos.

¿Por qué? Porque sobre ser las disposiciones oficiales, según reciente confe­sión del actual Ministro del Interior, reñejo de la voluntad de los que las dictan, todas ellas están meditadas y elaboradas con vistas, no a los intereses legítimos de los administrados, sino a las conveniencias de los administradores; porque casi todas acusan una lamentable impericia, siendo esta la causa determinante de su general ineficacia; porque todas ellas dejan entre l íneas caminos de atajo para que los intereses creados puedan torcer su espíritu y su letra en beneficio de es­tos mismos y con daño seguro de los de aquellos que debieran ser beneficiados; finalmente, porque una constante defección viene demostrando, y así lo patenti­za también la conducta de los Municipios y de los centros gubernativos provin­ciales, que los mismos que las dictaron son precisamente los que de manera so­lapada obstruccionan, con tiquis miquis burocráticos, su obligado cumplimiento.

¿Acaso no está reciente todavía la disposición oficial en vir tud de la cual pa­recía que se iba a atar corto a los Municipios tramposos, y que los titulares co­brarían, al fin, sus añejos créditos? ¿No hemos visto defraudados, por punto ge­neral, tan legítimos anhelos, gracias a haberse intercalado entre las formalidades

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exigidas para el cobro la expedición, por los Secretarios de los Concejos, de cer­tificaciones acreditativas de esos mismos créditos de los titulares que, por serles negadas y no encontrar tampoco amparo en las Delegaciones de Hacienda, tie­nen que renunciar a percibir la remuneración de sus servicios?

¿No cont inúa también incumplida aquella otra disposición oficial, en méritos de la cual, y después de consignarse en la misma que los créditos de los titulares son de carácter preferente, se ordenaba a los Gobernadores no aprobaran los presupuestos municipales sino aparecían en sus partidas de gastos las consigna­ciones a que tenían derecho las clases médicas? Y siendo de notoriedad qué G-o-bernadores y caciques parece que se han entendido, por conveniencias de la po­lítica, en considerar letra muerta la disposición a que nos referimos, ¿qué medidas ha tomado el Poder central para castigar tales rebeldías y tan criminosos com­padrazgos?

¿Cuáles son también las medidas que ha tomado ése Poder soberano, a pesar de la perseverante y general postulación de los Farmacéut icos , para que sean respetados sus derechos e intereses, tan hondamente lesionados por los industria­les y los contrabandistas de la Terapéut ica? Pues, cuando más , un fresco rocío de vulgares promesas, siempre incumplidas.

Y, ante tales hechos, que constituyen el más negro proceso de una adminis­tración anarquizante y desmoralizadora, todavía pretendep los Poderes públicos imponer a una colectividad tan beneméri ta la penitencia de que se resigne a ver venir hacia sus hogares el espectro de la indigencia, sin acordarse de que el ins­tinto de conservación la obliga a defenderlos. Que es, precisamente, lo que acaba de hacer al atrincherarse en la nueva institución de los Sindicatos. ¿Por voluntad propia? No; pues harto sabido es que agotó todas las corduras en cuantos intentos de reinvindicación efectuara. El Estado, pues, suponiendo que en esa colectividad misma no quedaban rastros del sentimiento de su dignidad, la t ra tó siempre des­pectivamente, y ahora que ve los brotes de ese sentimiento, quiere cercenarlo despiadadamente; y ese mismo Estado que refuerza con disposiciones autorita-

' rias, que no pueden tener eficiencia legal, a los Colegios médicos, a pesar de sub­sistir los Sindicatos creados por los mismos, se niega a hacer extensivas dichas disposiciones a los Colegios farmacéuticos mientras no se disuelvan los suyos.

Lo de siempre: una modalidad más de la ley de castas, que, desde luego, aparece sin autoridad alguna porque carece de ella el funcionario público que oficia de pertiguero en la actuación de las clases médicas.

Mucho nos resta por exponer respecto del conflicto que se ha creado a los farmacéuticos al ponerles en la disyuntiva de resignarse o rebelarse, y habre­mos de hacerlo sin perder de vista que, en la legít ima defensa de nuestra colec­tividad, habremos de concordar siempre la discreción que merece el principio de autoridad, que por todos debe ser respetado, con las naturales vehemencias de quien se siente víctima de inmerecidas injusticias.

Conste, por último, que la clase farmacéutica, al refugiarse en la sindicación, no lo ha hecho para imponerse a los Poderes públicos, sino para recordarles que vienen obligados a respetar sus derechos de c iudadanía , Y conste también que quien ha instituido esos Sindicatos mismos, con sus torpezas legendarias, sus desastrosas normas de gobierno y su funesta justicia distributiva, ha sido el Po­der público.

L . S.

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LA FARMACIA MODERNA 71

M A N I F I E S T O D E L A UNIÚN FARMACÉUTICA NACIONAL

A LOS FARMACÉUTICOS ESPAÑOLES V

Todos conocéis el proceso a que han sido sometidos nuestros queridos compañeros de la Directiva del Sindicato de Farmacéuticos de Barcelona, por haber pretendido encauzar por rumbos de dignidad y decoro el ejercicio profesionfil, lamentablemente bastardeado.

Todos conocéis también la crueldad inusitada, solo aplicada hasta hoy a los profesio­nales del crimen, con que las autoridades han tratado a nuestros compañeros.

Y a todos ha llegado, seguramente, la noticia de la noble y altruista conducta de un venerable compañero nuestro, el Dr. Andreu, cuya generosidad, sinceramente fraternal, exaltando nuestros más delicados sentimientos, bien nos compensa de la tristeza de otros procederes.

La Unión Farmacéutica Nacional no tiene, por tanto, "que haceros historia de lo ocurrido.

Pero si se cree obligada a hacer un llamamiento a vuestros sentimientos de gratitud, para [recogerlos y ofrendarlos en cariñoso homenaje al venerable anciano, que, en momentos angustiosos para nuestros queridos compañeros, les llevó con vi r i l entusiasmo

y con generosidad insuperable el consuelo de su incondicional solidaridad, ofreciendo en su obsequio cuanto es, cuanto tiene y cuanto vale. Ya esta Junta propondrá la forma de concretar nuestra gratitud en un homenaje, si no digno del alto ejemplo a que ha de dedi­carse, si lo bastante expresivo para que el valedor de la clase, en momentos tan críticos, «epa que sus favores no fueron sembrados en terreno ingrato.

Y se cree, asimismo, inexcusablemente obligada esta Junta a estimularos a que mostréis en forma indubitable vuestra solidaridad con los compañeros que lucharon valerosamente en el puesto de peligro a que [nuestra confianza en sus dotes les llevó, «in claudicar ni aun ante el riesgo que más aterra a los hombres honrados: la cárcel.

La Unión Farmacéutica Nacional está, más que satisfecha, orgullosa de la unanimidad y de la virilidad de vuestras protestas contra este latigazo [sufrido por la clase en las dignísimas personas de nuestros compañeros los procesados.

La campaña necesaria para contrarrestar el desprestigio de la Farmacia ante la opinión, consecuencia del proceso incoado contra nuestros compañeros de la Directiva del Sindicato de Barcelona y de los iniciados contra el de Navarra, Guipúzcoa y Alava, y de los que tras de éstos puedan sobrevenir, exige [desembolsos de importancia que es inexcusable deber de la clase farmacéutica costear íntegramente.

Y, al efecto de reunir fondos suficientes, la Unión Farmacéutica Nacional abre Una suscripción entre los farmacéuticos españoles y las personas y entidades que con éstos simpaticen, que divide en tres partes para su más eficaz resultado:

1. ° Cuotas de entidades farmacéuticas, especialmente los Colegios, que se ruega se acuerden y remitan a la mayor brevedad para atender a los primeros gastos, a la Teso­rería de la U. F. N. , Serrano, 74, por cheque o giro postal.

2. ° Cuotas individuales, que cada Colegio recaudará abriendo cada uno una suscrip­ción entre sus colegiados y estimulándoles por los medios que consideren más eficaces a contribuir a ella en la mayor cuantía posible; y

3. ° Medios indirectos, entre los cuales la Junta directiva de la U. F. N. estudia el aumento de 1 por 100 en el importe de las facturas que expidan los almacenes de drogas y especialidades durante un mes.

Es preciso que la clase farmacéutica se apresure a dar una prueba gallarda de su

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solidaridad con los compañeros procesados, inspirándose, si no para igualarlos en todo su altruismo, si para aproximarse a ellos todo lo posible, en el alto ejemplo del Dr. Andreu ofreciendo toda su fortuna, si es precisa, para salvar a nuestros compañeros, y en el de éstos, rindiendo a la clase, sin regateos, cuanto el hombre de honor en más estima.

Por la Unión Farmacéutica Nacional, el Secretario, Gustavo López García.—V.0 B.* el Presidente, José-Eraso.

EXPOSICIÓN D I R I G I D A A L E X C M O . S R . MINISTRO D E L A GOBERNACIÓN

La Unión Farmacéutica Nacional, entidad constituida por la Federación de todos loa Colegios farmacéuticos provinciales de España, declarada Corporación oficial por Real orden de 21 de Noviembre de 1915, y que protestó enérgicamente en manifiesto dirigido a la opinión pública, contra la injusta crueldad co n que fueron tratados sus dignisimos compañeros de la Directiva del Sindicato de Barcelona, se abstuvo, sin embargo, de pro­testar ante los Poderes públicos, hasta poder hacerlo con la mayor autoridad que habla de tener su protesta, ratificada expresamente por los presidentes de los Colegios federados.

Reunidos éstos en el día de ayer en Junta plena con la Directiva de la Unión Farma­céutica Nacional, trajeron a ésta acentos de la más viva indignación de todos los farma­céuticos de España, que la obligan a comparecer ante V. E., y, con el mayor respeto y la máxima energía, presentarle la protesta casi unánime de los farmacéuticos españoles contra el despiadado modo con que han sido tratados dignos compañeros nuestros, culpables, cuando más, de un discutible delito de coacción, seguramente en grado infe­rior a otros muchos que se ponen en práctica a diario por personas honorables, con abso­luta impunidad y tranquilidad de conciencia.

T cumple un deber esta Junta al proclamar ante V. E. que, si a cometerse tal discu­tible delito ha podido llegarse, ha sido en persecución de un ideal de dignificación profe­sional, que, con fuerza irresistible, ha impuesto a los farmacéuticos dignos y honrados el espectáculo de la desmoralización a que ha conducido a la Farmacia la negligencia en el cumplimiento de las leyes que regulan su ejercicio.

Excmo Sr.: La Unión Farmacéutica Nacional ha pedido reiteradamente a los Poderes públicos el cumplimiento severo de las leyes que rigen en el ejercicio de la Farmacia, la persecución del intrusismo, que usurpa sus legítimas utilidades, con perjuicio gravísimo para la salud pública, y el sometimiento a procedimientos correctos y decorosos de los farmacéuticos que hacen de su augusta profesión innoble industria o bajo comercio.

Ha pedido, muy especialmeute, la concesión de facultades coercitivas a los Colegios, para que éstos puedan imponer a todos sus colegiados normas éticas por ellos olvidadas.

T sólo cuando se ha visto desairada en sus legítimas pretensiones, es cuando ha deci­dido buscar en sus fuerzas propias los medios coercitivos que sistemáticamente se la han negado, antes de consentir en la completa prostitución de esta p rofesión, que debiera ser colocada en primera línea de consideraciones y respetos sociales por su misión huma­nitaria, y es objeto de escarnio y desprecio por la sociedad a quien sirve noble y honra­damente.

Esta es la génesis de los Sindicatos farmacéuticos, que han venido a cumplir una misión purificadera, merecedora de todo apoyo por cuantos tengan interés en la bondad del servicio farmacéutico, que es la sociedad en pleno.

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Y por esto, Excmo. Sr., venimos a pedir a V. E. que cese la persecución de que son objeto estas Asociaciones farmacéuticas, y que se las consienta el ejercicio de su misión de escrupulosa limpieza del ejerciciu farmacéutico.

Pero aún ha de añadir a este ruego la entidad que suscribe otro para un caso eon-•creto, denunciado por el representante del Colegio de Alava. Se trata del funciona­miento, en Vitoria, de una Farmacia municipal, contraria a todos los preceptos legales vigentes.

Si la ley es algo más que un espantajo que sólo asusta a los tímidos, pero del que se burlan los audaces, no debe continuar un momento más infringida por el Ayuntamiento de Vitoria y por otros muchos que igualmente la contrarían con el tácito consentimiento de los Poderes centrales.

En resumen: la Unión Farmacéutica Nacional, con la expresa y firme ratificación de poderes recibida de todos los Colegios en la reunión ayer celebrada, demanda de V. E,:

1. ° Cesación de la persecución de que son objeto los Sindicatos farmacéuticos. 2. ° Concesión de facultades coercitivas a los Colegios, entre las cuales pide expresa­

mente la de suspensión temporal del ejercicio profesional. 3. ° Cierre de las farmacias municipales. Todo lo cual confía en alcanzar del notorio celo de V. E. por los intereses públicos, en

cuyo beneficio principalmente lo solicita la entidad firmemente. Madrid, 21 de Febrero de 1921.—Por la Unión Farmacéutiba Nacional.—V.0 B.0, el

Presidente, José Eraso.—El Secretario, Gustavo López Garda.

U N G r R A N D I S C U R S O

EL REACTIVO BIOQUÍMICO ( C o n t i n u a c i ó n . )

¿Cómo dudar que los efectos producidos por los fármacos tienen su origen en verdade­ras reacciones químicas, si variando gradualmente la composición de aquéllos responden en modo correlativo los fenómenos fisiológicos? La fenilpirazolona, derivada del pirrol, no es analgésica, pero por bimetilación produce la antipirina dotada de aquella propiedad, e introduciendo el grupo amínico en su molécula como punto de enlace para una nueva metilación, resulta, el piramidón, en el cual están exaltadas las virtudes de su generador incluso la diaforética que, en el caso de no ser beneficiosa, puede suprimirse combinán­dolo con el ácido canfórico, antihidrótico muy enérgico. El ácido barbitúrico, por ser ureído, es somnífero, aunque ligeramente; pero esta acción se va acrecentando en la serie progresiva de los derivados biraetílico, bietilico y bipropílico, siendo los dos últimos el veronal y el proponal, respectivamente, medicamentos bien conocidos por su gran poder hipnótico; y a la inversa, cuerpos tan enérgicamente hipertensores como la pituitrina ex­traída de la hipófisis cerebral y la agmatina aislada del cornezuelo de centeno, al combi­narse con el carboxilo, grupo de la función ácida, tórnanse inactivas, convirtiéndose la primera en histidina, y en arginina la segunda, bases exónicas constituyentes de las ma­terias albuminoideas. Pero, ¿a qué citar más hechos si la Academia tiene entre sus publi­caciones como obra premiada la del catedrático de la Facultad de Farmacia D. Obdulio

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74 L A FARMACIA MODERNA

Fernández, en la que, al exponer los Principios bioquímicos de la Farmacodinamia sin­tética, examina minuciosamente la trascendencia de los cambios de composición química a la virtud terapéutica? En todas sus páginas se patentiza que los grupos funcionales de las moléculas, que son los órganos químicos de las reacciones, determinan los fenómenos fisiológicos respondiendo a su acción la materia viva como el combustible a la del com­burente, el álcali a la del ácido y el alcohol a la del eterificante; pero en esta innegable correlación nos hallamos en el caso del que conoce las condiciones en que se produce el arco iris, ignorando la composición de la luz solar.

Consecuente en el criterio de convencer por paradigmas, voy a presentar el de la anes­tesia clorofórmica trazado en parte con hechos positivos y en parte con inferencias lógicas educidas de observaciones bien comprobadas, constituyendo un tipo de explicación verda­deramente científica.

El anestésico inhalado se va incorporando a la sangré en la pequeñísima proporción que en ella se disuelve, y al recorrer el organismo se acumula en proporciones crecientea en los órganos que contienen materias en que aquél es más soluble. Las materias disol­ventes son los lipoides (grasas, lecitinas, colesterina, etc.), de los cuales el sistema nervioso es el más rico, exceptuando el tejido adiposo fisiológicamente inerte para el efecto anes­tésico, aunque grao fijador del cloroformo. Este se acumula en mayor proporción en el bulbo que en el cerebro, y en desiguales proporciones en la substancia blanca y en la gris relacionadas con los respectivos contenidos en lipoides, pero con la diferencia aparen­temente paradójica de que la segunda, de menor contenido lipoideo, se satura del anesté­sico a los dos minutos y medio, necesitando treinta y cinco la primera, diferencia que tiene su razón de ser en la del riego sanguíneo de los dos territorios cerebrales: la sus­tancia blanca está menos vascularizada, y recibiendo el cloroformo por el aflujo sanguí­neo, su minoración es la del anestésico.

Introducido éste en el protoplasma de la neurona, ¿cómo actúa para producir la aboli­ción de la sensibilidad? Dubois ha visto que envueltas las plantas en vapor de cloroformo, se desprende de ellas gran cantidad de agua que se condensa sobre sus hojas. Los filamen­tos nerviosos de perros morfinizados, según observaciones de Cajal, muéstranse modifica­dos como consecuencia de ana deshidratación, y los experimentos de D. Obdulio Fernández con mezcla de lipoides dotada de gran hidrofilia, le confirmaron el poder deshidratante del cloroformo; y relacionando estos hechos con el muy conocido d3 la suspensión de la vida de ciertos infusorios, como los Paramcecium, y de otros animales más complejos, los rotí­feros, por desecamiento con la posibilidad de reanudarla al recuperar el agua que de sus protoplasmas se había desprendido, se llega a la probable conclusión de que el cloroformo actúa sustrayendo agua de las células en que más especialmente se fija. Por otra parte, se registra el hecho de que los valores del proceso metabólico de los diferentes tejidos son proporcionales a su contenido acuoso: en los tejidos duros el cambio material es lentísimo, y de los blandos es caso notable el eritrocito por su parvedad en agua, y en conexión con ella, la de su casi imperceptible metabolismo hasta el punto de haber sido denominado momia celular, y análogamente en la neurona, como en toda célula disminuirá y hasta se suspenderá el cambio material por pérdida de agua, del vehículo indispensable para las reacciones de la actividad fisiológica, siendo el fenómeno transitorio si efectúa en condi­ciones de reversibilidad comojla reanudación de la vida de los rotíferos desecados.

Infiérese de los datos precedentes que los lipoides del tejido nervioso absorben y acu­mulan cloroformo; que éste deshidrata los protoplasmas de las neuronas en proporciones que, por la aglomeración de sus micelas, se dificultan las reacciones químicas intracelula-res, y por escasez de vehículo los^cambios metabólicos, siendo su consecuencia ostensible la no producción de los actos vitales, que en estado normal son resultantes de componentes físico-químicas originadas en la continua actividad de la materia viva, y en el anormal de la suspensión producen, en caso reversible, la anestesia, y en el irreversible, la muerte.

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Decían Berthelot y Claudio Bernard, en sus controversias con Pastear sobre la causa de las fermentaciones, que en el orden lógico era'un retroceso explicar fenómenos quími­cos por actos vitales, y en la Farmacodinamia representa igual retroceso aquietarse el espíritu con explicaciones sintomáticas sin anhelar el conocimiento de la reacción bioquí­mica de la mutua acción de la molécula medicamentosa y de los factores moleculares inte­grantes de la materia viva con el propósito, que nunca ha de ser olvidado, de poner en ecuación los dos términos del sistema químico generador de la acción terapéutica.

Examinando con igual criterio la acción selectiva de los órganos para determinados cuerpos obtiénfense datos suficientes en algunos casos, y muy probables en otros, para ex­plicarla como efecto de la constitución química de la materia plasmadora de los elementos histológicos. Se sabe desde los primeros tiempos de la Toxieología que los venenos metá­licos son retenidos por el hígado, atribuyéndolo a una misión funcional encomendada a la glándula registradora y defensora de todo lo que puede ser nocivo al organismo al pene­trar en su medio interno; pero el análisis químico ha mostrado que la célula hepática es muy rica eu nucleoproteidos, y que éstos, por su acidez debida al ácido fosfórico del grupo prostético, se salifican fijando metales, como lo comprueba la obtención de nucleínas metá­licas para uso medicinal por procedimiento biológico.

Las magnas investigaciones de Fischer para despejar la incógnita de la estructura mo­lecular de los albuminoides descubrieron en los edificios químicos formadores del complejo sistema de la materia viva, no sólo aminoácidos perfectamente neutros por saturación in­terna de los grupos funcionales antitéticos, el amínico y el carboxílico, sino también otros fuera de la neutralidad, ya mouoaminados y bibásicos, como el ácido glutámico, ya bibá-sicos y monoaminados, como la lisina, y según sus relativas proporciones, será ácida o bási­ca la reacción del albuminoide. El acetato plúmbico precipita igualmente la albúmina de la clara de huevo y la del suero sanguíneo, pero el ácido carbónico descompone el albu-minato de la primera y no el del segundo, diferencia motivada, sin duda alguna, por ma­yor contenido en aminoácidos del tipo del ácido glutámico en la serina que en la ovoalbú-mina. Si una y otra estuviesen en el organismo constituyendo diferentes órganos, y a ellos llegara cualquier compuesto plúmbico, en el primer instante fijarían igualmente el metal;

' pero el ácido carbónico producido sin tregua en las oxidaciones intraorgánicas determi­naría que en último término todo el plomo se acumulase en la serina, simulando una acción selectiva la que es resultado de una sencilla afinidad química.

Si albúminas al parecer casi iguales se diferencian en modo notable en su constitución íntima, como lo revelan la diferente estabilidad de sus albuminatos y los diferentes valo­res de sus poderes rotatorios, los proteidos celulares determinantes de la variedad de for­mas de los seres vivos muestran más profundas diferencias, y a ellas deben atribuírselas denlos medicamentos según las especies animales en que actúan. Las inyecciones de sul­fato de eserina en dosis elevadas, en el hombre producen miosis y en en el caballo mi-driasis; la digitoxina en dosis mortales paraliza el corazón de la rana en sístole y el de los animales homotermos en diástole; los conejos pueden comer impunemente hojas de be­lladona, y para el hombre son muy dañinas. Suele explicarse esta diversidad de acción por diferencias anatómicas y fisiológicas, como la del papeljdel vago en la inervación car­díaca; pero aquéllas no excluyen ni postergan la causa química bien manifiesta en el modo de obrar las sustancias simpatomiméticas, según la constitución de sus moléculas formadas de núcleo bencénico con grupo aminico en posición g en la cadena lateral, a semejanza de la adrenalina, y ampliadas con mayor intensidad de efecto a la serie del naftaleno por el profesor D. Antonio Madinaveitia, en un trabajo realizado en mi labora­torio, inspirado por el criterio de la Farmacodinamia sintética que conceptúa a la mate­ria viva, respondiendo conforme a su estructura química a la acción química del reacti­vo medicamentoso.

No es otro el fundamento de la quimioterapia de Ehrlich, buscando sustancias que

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sean parasitotrópicas y no sean organotrópicas, porque si todos los protoplasmas fuesen químicamente iguales, tal empeño sería absurdo. El fundador de este tratamiento tera­péutico enuncia el axioma corpora non agunt nisi fixata, y para la fijación supone gran variedad de quimiorreceptores específicos, que en último análisis es forzoso referirlos a grupos funcionales químicos, análogos a los fijadores de los colorantes histológicos que llegan al mayor grado de fijeza en los casos de ácido-resistencia, producidos por una ele­vada proporción de ácidos grasos libres, y en general, todo régimen curativo, cuanto más eficaz sea, tanto más penétrará en la raíz de los procesos fisiológicos constituida por un sistema de reacciones bioquímicas.

«Las observaciones de Sachs, primero, y las de Hertwig, después, revelaron a los dos investigadores que las respectivas proporciones de masa citoplásmica y nuclear conteni­das en las células son constantes para cada especie, deteniéndose el crecimiento del nú­cleo en el punto en que la relación cuantitativa es la específica. Esta constancia fué ele­vada a la categoría de ley biológica, denominada en alemán con la palabra compuesta Kernplasmarelation, y basta enunciarla para pensar inmediatamente en las reacciones reversibles productoras de equilibrios químicos y adquirir la creencia de que la síntesis de la materia viva está sometida a las leyes generales de los procesos químicos.» Esto es­cribí en el año 1916, al discurrir sobre los fundamentos de la Bioquímica, y el transcurso del tiempo afirma cada vez más la conclusión antes sentada.

La obra primordial de todo organismo es la propia formación, constituyendo su indi­vidualidad dentro de las condicionen del tipo especifico, las cuales sólo pueden conser­varse mediante autorreguladores que, cuantitativa y cualitativamente, gradúan en todo momento la labor sintética de la asimilación, y aquéllos, en lo que a la cantidad se refie­re, son los equilibrios químicos correspondientes a las reacciones limitadas, que de este género son las de los procesos fisiológicos. Las crecidas cantidades de glucosa, producto de la digestión de las féculas, no pasan a perturbar la normal presión osmótica de la sangre, porque la célula hepática retiene y condensa el exceso eu forma de glucógeno, para que ulteriormente se vaya desdoblando en la proporción en que la glucosa desaparece del lí­quido nutritivo de los órganos por su consumo como materia termógena. Y a tan impor­tante hecho, ya descubierto por Cl. Bernard, deben añadirse los de las variaciones en el grado de ionización de los humores, creciendo si éstos se diluyen y menguando si se concentran para mantener la isotonia del organismo y los todavía más notables de que los agentes por antonomasia bioquímicos, las cimasas, obran descomponiendo o sinteti­zando, según ia relativa proporción del cuerpo complejo y del sencillo, y hasta llegan al extremo de desaparecer y aparecer con la ausencia y la presencia de las substancias de que son transformadores específicos. El Bacillus amylobacter, que destruye las plantas mal conservadas en los herbarios porque digiere la celulosa, no produce el fermento di­gestivo si se le cultiva en un medio rico en glucosa, y las células del epispermo del em­brión de la cebada no producen diastasa mientras tienen azúzar a su disposición, pero al agotarse aparece el fermento sacarificando el almidón del endospermo.

En tal extensión se muestra la síntesis de la materia viva, sometida a las leyes gene­rales de los procesos químicos, que, como éstos, requiere condiciones especiales de tem­peratura. No se produce reacción alguna en el cero absoluto, y muchas sólo comienzan en un punto determinado por encima del cero de la escala termométrica, aumentando su ve­locidad con los incrementos térmicos. El desarrollo del huevo de las aves no se efectúa sin llegar a cierta temperatura, y el de los animales heterotermos, como el de la rana, que puede efectuarse en amplia escala de temperaturas, fué observado por Peter y Loeb en­tre 3o y 22°, y ambos han visto, con pequeñas diferencias en los resultados, que la velo-

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cidad del desarrolle guardaba con los aumentos de temperatura la misma relación que se muestra en la velocidad de las reacciones químicas en general.

Seria prolijo exponer todos los hechos que revelan analogía y hasta identidad del des­arrollo y nutrición de los organismos, o sea de la síntesis de la materia viva y de los pro­cesos químicos estudiados ¿n «¿íro; y evitando la fatigosa acumulación de testimonios, voy a limitarme al examen del misterioso fenómeno de la asimilación, en el cual parece haher algo más que la química de las reacciones conocidas y legisladas al ver el exquisi­to discernimiento con que cada célula, ya sea la autónoma de los protoorganismos o la confederada en cada uno de los órganos de los individuos pruricelulares, transforma las materias extrañas de los varios alimentos en la que le es peculiar,

{Continuará.)

SECCION CIENTÍFICA

BACTERIOLOGÍA

Homogeneización de los esputos tuberculosos por medio del hipobromito sódico.

El reconocimiento del bacilo de Koch, cuando éste se presenta en abundancia en los expresados esputos, no ofrece dificultad alguna, pero no sucede lo mismo cuando contie­nen un escaso número de aquél. La elección de las porciones más concretas del esputo en las que, generalmente, se encuentra el bacilo en mayor número, cuando no localizado so­lamente en ellas, facilita su reconocimiento en no pocas ocasiones, y es éste el medio que se recomienda con preferencia a otros que, sobre no ser tan expeditos, pueden alterar más o menos profundamente el carácter ácidorresistente de dicho bacilo.

Los numerosos métodos propuestos para homogeneizar los esputos están fundados, to­dos ellos, en la liquefacción de éstos, mediante un líquido alcalino (potasa, sosa, amoniaco o carbonato sódico, disueltos en agua) seguido de la centrifugación de ésta, durante un cuarto de hora, a una velocidad de 1.200 vueltas por minuto.

De este modo, se obtiene la sedimentación de los elementos figurados; y si se quiere que este líquido tenga una densidad mayor que la de los bacilos (de 1.010 a 1.080), aña­diéndole cloruro de sodio se pueden reunir éstos en la superficie del líquido centrifugado y, mejor aún, si se adiciona éter de petróleo. En este último caso, pueden recogerse los bacilos en la capa de separación de ambos líquidos; por el contrario, si se hace menos denso el líquido por la adición de alcohol, los bacilos se reúnen en el fondo del tubo en el que se centrifugó aquél.

Hace ya varios años que empleo para homogeneizar los esputos, y obtengo así exce­lentes resultados, el hipobromito sódico que se usa de ordinario para determinación de la urea, preparándolo con 1 c. c. de bromo, 10 de lejía de sosa y 10 de agua.

Es muy sencilla la técnica que sigo: en un matraz de cuello largo, de vidrio resistente al fuego, coloco 5 c. c. de esputos y medio de hipobromito; agito fuertemente, le dejo en reposo y repito la agitación de vez en cuando durante dos o tres horas. Si el esputo tiene demasiada consistencia, como sucede con aquellos que son muy purulentos, se añade un 15 por 100 de agua y otro tanto de hipobromito. Transcurrido ese tiempo, se le adicionan

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unas gotas de alcohol y se centrifuga, tomando para hacer las preparaciones la porción reunida en el fondo del tubo.

Si se quiere hacer más rápida la operación, caliéntese dicha mezcla a unos 45 a 50°, du­rante el tiempo necesário para fluidificar todo el esputo, o se le hierve unos minutos si queremos ultimar la operación en menos tiempo.

Este procedimiento es tan rápido y de tan excelentes resultados como otros que se re­comiendan y no exige un reactivo especial, puesto que la disolución de hipobromito se encuentra en todos los laboratorios de análisis. Por otra parte, el bacilo de Koch no se al­tera nada en su forma, aunque permanezca durante tres días en contacto con el líquido.— J. Kóhovin.—{Journ. Pharm. Chim.)

L a difteria transmitida por la leche.

En reciente trabajo publicado por el Dr. J. Henry, del Departamento de Sanidad de Massachusett (E. U. A.), se exponen los numerosos casos de difteria habidos, durante el verano último, en una importante población americana, cuyo origen fué debido exclusi­vamente al consumo de leche contaminada de bacilos diftéricos, pues se logró averiguar que dos vacas de una de las más importantes ieeherias de dicha población tenían infecta­das las mamas por el bacilo diftérico y que dicha infección fué transmitida por uno de los hijos del dueño que, estando atacado de difteria, procedió a ordeñar a dicha vaca.

T E R A P É U T I C A

Sobre la lucha contra las enfermedades venéreas .

Las circunstancias y condiciones particulares creadas por la guerra en estos últimos años han sido la causa de que dichas enfermedades, de preferencia la sífilis y la bleno­rragia, hayan aumentado en notable y hasta aterradora proporción. Para evitar el con­tagio y la propagación de las mismas se han puesto en práctica numerosos medios, algu­nos de los cuales han dado resultados notables y, entre éstos, el denominado medio pro­tector, propuesto por Roux y Metchnikoff, para asegurar la profilaxis antisifllítica, y que, posteriormente, se ha hecho extensivo a las demás enfermedades venéreas.

Consiste el procedimiento de desinfección recomendado en el empleo de la siguiente preparación antiséptica:

Timol • 1,75 gramos. Calomelanos 25 » Vaselina.... 23,25 Lanolina 50 »

Una simple aplicación sobre la mucosa genital en la hora que sigue al acto carnal, pero precedida aquélla de un lavado con agua, asegura evitar el contagio.

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Empleo de las inyecciones de éter contra la coqueluche.

El tratamiento que actualmente da, al parecer, mejores resultados para combatir di­cha dolencia es la inyección intramuscular de éter a la dosis de 1 c. c. para los niños de ocho meses, que se puede aumentar hasta 2 c. c. Debe repetirse la inyección cada dos días; debiendo advertirse que las complicaciones bronconeumónicas no constituyen una contraindicación de este tratamiento; antes al contrario, parece ser que las hace des­aparecer.

Empleo del benzoato de bencilo contra el hipo.

Aconseja M. Machet el empleo de este nuevo antiespasmódico contra el hipo persisten­te, como consecuencia de las observaciones hechas por el mismo en varios individuos en los que hablan fracasado los procedimientos que de ordinario se utilizan para estos casos.

Se emplea, al efecto, la disolución alcohólica de benzqato de bencilo al 20 por 100, a la dosis de 1 a 2 c. c, diluido en agua o én leche. No ofrece ventaja alguna utilizar como vehículo el jarabe o un elixir; en cambio, no se le debe administrar en cápsulas, por pro­ducir irritaciones y no ser su acción tan rápida.—Med. Record, 1920, pág. 271.

FARMACOTEGNIA

Pomada y disolución a base de hígado de azufre.

La pomada de Helmerich, tan usada durante muchos años en el tratamiento de la sarna, es reemplazada actualmente en algunos hospitales franceses por la pomada de Milian, que es una mezcla de lanolina anhidra, vaselina, óxido de zinc y aceite de vase­lina,, a todo lo cual se incorpora una disolución de polisulfuro de sodio.

La fórmula de Millet ha sido modificada por el profesor Dubrenille, quien aconseja esta otra, más sencilla y de idénticos resultados:

Lanolina •••••• gramós. Grasa de cerdo 100 » Polisulfuro de potasio 30 » Agua destilada 60 »

Se mezcla la lanolina con la grasa de cerdo; separadamente, se disuelve el polisulfuro en agua ligeramente caliente; por último, se filtra esta disolución a través de algodón y se incorpora a la mezcla de grasas.

Consérvase bieii en frascos llenos y bien cerrados y, solamente transcurrido algún tiempo, se forma una cápa cuyo espesor no suele exceder de uno a dos milímetros. Dicha capa es de color blanco, y débese a la transformación del sulfuro en hiposulflto, que en nada perjudica al empleo ulterior de esta pomada.

No obstante, según M. Labat, puede evitarse dicha alteración preparando la pomada en el acto de despacharla y teniendo preparada únicamente la disolución acuosa del po­lisulfuro, que deberá disolverse en el doble de su peso de agua.

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Este autor ha estudiado, desde el punto de vista de dicha alteración y sus aplicacio­nes ulteriores en terapéutica, la disolución del polifculfuro potásico. Se sabe que el Codex menciona dos hígados de azufre: uno, a base de potasa, y el otro, de sosa. Para el trata­miento de la sarna es indiferente emplear cualquiera de los dos, pero se utiliza de prefe­rencia el sódico, por^ser su precio menos elevado que el potásico.

El hígado de azufre potásico se prepara industrialmente fundiendo una mezcla, en proporciones convenientes, de azufre y de carbonato potásico; se forma con ambos pro­ductos una mezcla también de trisulfuro potásico e hiposulfito potásico, siempre que la temperatura no exceda de 180°, porque si es mayor se transforma parcialmente el hipo­sulfito en sulfato.

Las reacciones son las mismas si se quiere preparar el hígado de azufre sódico, pero sólo se debe operar a una temperatura de 280°, siendo debido a ello la dificultad de obte­nerle exento de sulfates, si bien el compuesto sódico obtenido contiene mayor cantidad de polisulfuro que el hígado de azufre potásico razón por la cual se prefiere el primero.

Cuando se disuelve el hígado de azufre en dos veces su peso de agua para preparar la pomada antes expuesta^ se obtiene un líquido de color pardo, y si el producto contiene mucho sulfato no tarda en depositarse éste, cristalizado, en el ¡fondo del frasco; cristali­zación que es tanto más rápida cuanto más baja es la temperatura.

En su consecuencia, cuando se haga esta disolución es conveniente dejarla en reposo en sitio fresco y, transcurridos algunos días, decantar este líquido. Envasada en frascos llenos y bien cerrados, se conserva sin alterarse y permite preparar una pomada más eficaz.

Del mismo modo podrá utilizarse esta disolución para baños sulfurosos, diluida en tres veces su peso de agua.—Bull. Soc. Pharm. de Burdeos.

F O R M U L A R I O

Pildoras aloéticas compuestas.

Aloes pulverizado 2 gramos. Raíz de jalapa 0,50 »

» de escamonea 0,50 » Extracto de belladona. 0,20 > Jabón amigdalino. 2 »

Hágase 50 pildoras.

Pildoras de sublimado.

Bicloruro de mercurio : . . . ., 0,0l gramos. Extracto de opio 0,01 »

» de genciana 0,05 » Polvos de regaliz, e s.

Hágase una pildora.

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] > 3 " i J L e s t r o G o n s u L l t o r i o

.—¿Cómo podré conseguir una disolución perfecta en la siguieíite fórmula?

Salicilato sódico 8 gramos. Acido acetilsalicílico 6 » Jarabe de regaliz 30 » Agua destilada 120 >

En este caso, lo que cumple ha|pr es lograr la disolución del ácido acetilsalicílico, puesto que el salicilato sódico es perfectamente soluble. Basta, al efecto, añadir citrato de sosa, en la proporción de cuatro gramos de éste por cada uno de ácido acetilsalicílico, de conformidad con lo afirmado por J. A. Becke en Journal American Fharmaceuticol Association, pág. 520, del año 1920. Creemos, desde luego, que la adición del citrato no ofrece inconveniente alguno desde el punto de vista terapéutico.

Puede también emplearse, en lugar del ácido acetilsalicílico, la hidropirina o la kal-mopirina, sal cálcica y sódica, respectivamente, de dicho ácido, que se encuentran en el comercio con dichos nombres, o con el de «aspirina soluble» y, más frecuentemente, con este último la sal cálcica.

Ambas son muy solubles en el agua, y es conveniente su empleo en casos como el que usted detalla, pero recomendando al médico que sólo formule la cantidad que necesite consumir el enfermo durante el menor número posible de días, porque las disoluciones de las sales del ácido acetilsalicílico son muy poco estables, y tanto es así que, transcurridos unos días de haber sido preparadas, se descomponen transformándose en el salicilato res­pectivo y en ácido acético libre, adquiriendo la solución, que antes era insípida, sabor marcadamente ácido.

El empleo de la aspirina soluble tiene en terapéutica una ventaja sobre el del ácido acetilsalicílico; ésta, la de no provocar dolores faríngeos ni gástricos, cual acontece con este último, y muy principalmente en aquellas afecciones gástricas acompañadas de so­breproducción de ácidos.

La sal cálcica contiene un 90 por 100 de ácido acetilsalicílico y un 10 de calcio, y para preparar disoluciones debe adquirirse el producto en polvo y no en tabletas, porque éstas contienen algo de almidón que impide el que resulten completamente transparentes.

{ (. / ; *** , / . . ,

6.—Cuando los papeles de yoduro sódico llevan algunos días de estar preparados, tan-to los papeles como el yoduro toman color amarillo, debido, según he tenido ocasión de comprobar, a que se descompone el yoduro, quedando yodo libre. ¿Podría decirme a qué obedece esta descomposición y cómo podría evitarla? He de advertir que, ensayado pre­viamente el yoduro, ha resultado perfectamente puro.

No depende del yoduro ni mucho menos de las impurezas que pudiera acusar éste la descomposición que puntualiza usted. Todo ello obedece, indudablemente, y así lo hemos podido comprobar, al papel en que ha sido envuelto.

En efecto, para blanquear la pasta con que está fabricado se emplean, conforme ex­pusimos ya en esta Revista, los hipoeloritos sódico y cálcico, y si el papel contiene algo de éste, lo cual nada de extraño tiene, actúa sobre el yoduro, dejando yodo en libertad. Y es

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tanto más fácil esto, por cuanto el yoduro sódico es muy higroscópico, licuándose fácil­mente; por esto, no nos explicamos que en vez de ser administrado en papeles no lo sea en disolución o en jarabe.

También puede experimentar esta descomposición el yoduro potásico, aunque no con tanta intensidad, por ser menos higrométrico que aquél.

Oníct práctica para el análisis de alimentos y reconocimientos químicos más corrientes, por*M. Leprince y R. Lecoq. Un volumen de 750 páginas, editado en París por Vigot Freres.—Precio, 40 francos.

Los autores han efectuado una recopilación de todos los métodos analíticos más senci­llos, prácticos y, a la vez, de gran exactitud, que se encuentran diseminados en las prin­cipales obras de análisis, después de haberlos comprobado en numerosos casos.

Importantísimo ha sido el servicio que, durante la pasada guerra, han prestado los laboratorios militares, no sólo en el reconocimiento de productos alimenticios y en el de los toxicológicos, sino también en el análisis especial de explosivos o de otros productos de aplicación a las artes militares.

M. Leprince y R. Lecoq, incorporados durante dos años a uno de dichos laboratorios, han colaborado en todos sus servicios y, como resultante de los trabajos que realizaran personalmente, han publicado la presente obra, en la que se encuentran descritos con toda clase de detalles los métodos analíticos de los productos que, en la práctica corrien­te, interesa mucho analizar.

Consta la expresada obra de cinco partes: 1.a Análisis agronómicos. 2.a Análisis de café, cacao, condimentos, etc. 3.a Análisis de materias grasas. 4.a Análisis de bebidas fermentadas y. destiladas. 5.a Análisis de alimentos propiamente dichos (carne, pescados, leche, quesos, etc.)-

Resumiendo: constituye dicha obra un trabajo de exposición sencilla y muy completa, que no dudamos recomendar a cuantos se dedican a trabajos de química analítica.

Formulario de los medios de cultivo empleados en microbiología, por el Dr. Deribere-Desgardes.—Editor: M. L. Francois, Boulevard Saint Germain, 11, París. —Precio, 4 francos.

Resulta un Manual muy práctico, en el que están reunidas todas las fórmulas de los medios de cultivo para el estudio de diversos microorganismos (bacterias, hongos, leva­duras y protozoarios), siendo, por consiguiente, de gran utilidad práctica, lo mismo al bacteriólogo como a cuantos se dediquen a industrias especiales, entre otras, a la de fa­bricación de cervezas, vinos, quesos, etc.

Una sentencia Incumplida durante cinco años.—El Tribunal Provincial de lo Conten-cioso-Administrativo de Almería dictó sentencia en 6 de Julio de 1914, confirmada por la Sala tercera del Tribunal Supremo en 17 de Noviembre de 1915, por la que se condenaba a un Ayuntamiento de dicha provincia a abonar al farmacéutico titular la dotación que

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debió percibir durante el tiempo que estuvo suspendido en sus funciones por la,expregada Corporación municipal.

Desde aquella fecha, el profesor a que aludimos, basándose en que la ley determina que las sentencias se lleven a debido cumplimiento en corto espacio de tiempo, ha venido recurriendo a las autoridades judiciales y gTibernativas para que diesen efectividad a la mencionada sentencia; pei-o todo fué en vano, debido, sin duda alguna, a la presión ejer­cida por un conocido político sobre determinados funcionarios.

. En vista de ello, el profesor de referencia se,decidió a entablar demanda contra la au­toridad gubernativa por haber incurrido en responsabilidad civil. Ante tal rasgo de ener­gía del despojado y perseguido profesor, el pánico cundió por las filas del caciquismo pro» vinoial y, después de reproches recíprocos entre los que habían creado, situación tan pe­ligrosa a los funcionarios que le servían, se ha cumplido la sentencia, entregando al acreedor cinco o siete mil pesetas que se le adeudabfin.

No se olvide que han transcurrido cinco años de»de que las debió percibir, y que las ha hecho efectivas sin exigir a los deudores los intex-eses de demora.

Socialización de las boticas en Austria.—Con este tentador epígrafe, y con fruición mal disimulada, nos larga la noticia siguiente una Revista médica:

«El Gobierno ha decidido apoderarse de todas las boticas y droguerías, y ha nombra­do un Comité de peritos con el fin de estudiar los métodos que mejor convengan. La opi­nión pública era adversa desde hace tiempo a las boticas, debido a los altos precios que cobraban por las medicinas y el gran lucro a costa de los enfermos. A pesar del aumento rápido de los precios de los medicamentos, que por lo general tienen que importarse del extranjero, el público se convenció de que los precios eran demasiado altos. La influencia socialista es todavía lo suficientemente poderosa en el Gobierno para, por lo menos, jac­tarse de desear mejorar el asunto, y se ha decidido que, dentro de un año, todas las boti­cas pasen a poder del Estado. Todo boticario que desee retirarse, deberá ofrecer su botica al Estado, y no se concederán licencias nuevas a ningún boticario particular. De modo que dentro de algunos años todo el negocio pertenecerá al Estado.»

Y a los médicos, porque así estarán justificados hasta cierto punto los botiquines clan­destinos que explotan en sus domicilios, alcanzando de esta suerte el ideal que siempre persiguieron, el de que todo quede en casa.

Los médicos de Sociedades.—Vemos con gusto que los módicos, verdaderos peones de brega de las mal llamadas Sociedades benéficas, que a tantos aventureros e industriales enriquecieron, se han convencido, al fin, de que teníamos razón cuando les decíamos que ellos eran la única causa eficiente de que prosperasen tales Centros de explotación. Estos médicos, en efecto, contando con el apoyo de su Colegio y de su Sindicato, han retirado sus servicios, según dice la Prensa política, a aquella famosa sociedad intitulada «La Es­peranza», que viene funcionando hace muchos años en la Plaza del Progreso, y han cons­tituido lo que se llama un igualatorio, en el que es de suponer se procederá con más pie­dad que en todas esas Empresas, que bien pudiéramos llamar dé «Pompas fúnebres».

Veremos ahora si todavía subsisten desdichados que tengan valor para reemplazar a estos víctimas de la Beneficencia industrial.

Tema interesante.—En el programa de premios para el año 1921 de la Sociedad Espa­ñola de Higiene, figura el de Roel sobre este tema: «Adulteraciones alimenticias. Medios, prácticos de conocerlas y modo de evitarlas. Acción del Estado y del individuo.»

El premio ofrecido es de 500 pesetas, con diploma de socio correspondiente, nnaccésit de 250 y menciones honoríficas.

Las Memorias que aspiren a recompensa en este premio Roel no deben exceder de tres pliegos de impresión, sin tener menos de dos. El tipo y condiciones de impresión son las de las publicadas hasta aquí. Deberán estar escritas precisamente en español, en aten­ción a que su principal objeto es la divulgación de estos conocimientos entre las clases populares.

Los trabajos que se presenten al concurso se remitirán al Secretario general de la So­ciedad, Excmo. Sr. D. Nemesio Fernández-Cuesta, calle del Arenal, 20, entresuelo, hasta el día 80 de Septiembre inclusive, de tres a siete de la tarde.

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Curso de conferencias.—Invitado por la Facultad de Farmacia de Madrid para expli­car un curso breve y dirigir trabajos de laboratorio relacionados con la alimentación, se encuentra en esta corte el Dr. Teodoro Paul, Director del Instituto Farmacéutico de Munich.

El sábado, 5 del corriente mes, expuso el Dr. Paul sus trabajos acerca del poder dul-corante comparado del azúcar de caña, de la dulcina y de la sacarina.

Este estudio fué sugerido por las necesidades de la guerra, pues, a consecuencia del bloqueo, Alemania se vió súbitamente privada de cuanto necesitaba para la vida de BUS habitantes, y en seguida comenzaron las pesquisas de orden químico para buscar susti­tuciones a los alimentos que se importaban, o que, produciéndose en grandes cantidades en el país, habían de ser objeto de aplicaciones militares. Esto último aconteció con el azúcar, que Alemania suministraba a Inglaterra a 22 marcos los 100 kilos, puesto en el mercado de Londres, y que se consumía en proporciones extraordinarias en el interior; pero no existiendo aceites que saponificar para el aprovechamiento de la glicerina nece­saria a la preparación de explosivos, hubo que pensar en obtenerla del azúcar, y, por consecuencia, reemplazar este hidrato de carbono por dulcorantes sintéticos, sulfinidas obtenidas de los productos de refinación de los alquitranes (tolueno) resultantes de desti­lar el carbón de piedra, etc.

El profesor Paul agradeció a la Facultad de Farmacia de Madrid el honor que se le dispensaba por invitarle a explicar un curso breve, mostrándose satisfechísimo de su es­tancia en España y del desenvolvimiento científico alcanzado en los últimos años.

Las experiencias las hizo sobre veinte alumnos, que bebieron alternativamente vino, agua y las disoiuciones de azúcar y de dulcorantes artificiales en diversos grados de concentración.

El miércoles siguiente, día 8, continuaron las experiencias con veinte nuevos alumnos para cotejar los resultados con los hoy obtenidos y deducir la fórmula para el cálculo del poder dulcorante- . *

Versó la que diera, con proyecciones, el día 17, sobre «La historia y estado actual de la teoría atómica».

Necrología.—Nos sorprende dolorosamente la noticia, dada por El Restaurador Far­macéutico, de haber fallecido en Barcelona, tras breve enfermedad, nuestro querido ami­go y Subdelegado de Farmacia D. Juan Comabella y Maluquer.

Nos asociamos de todas veras a las tristezas de su querida familia, enviándole sentidí­simo pósame por tan irreparable pérdida.

Pésame.—En Alba de Termes ha fallecido la respetable Sra. D.a Emilia Pollo, esposa de nuestro muy estimado amigo y comprofesor D. Francisco Barés. Reciban nuestro pó­same muy sentido el Sr. Barés y demás familia de la finada.

Dentófllo infantil Santoyo.—Posee bien marcadas y ostensibles las tan cacareadas como problemáticas virtudes de cierto producto extranjero que ha hecho fortuna entre nos­otros, más que por su dudosa eficacia, por lo sugestivo de su propaganda. Calma inme­diatamente, sin ningún peligro, el prurito de las encías, sosegando al niño y a la madre, facilitando el brote de los dientes y evitando los graves accidentes que suelen ser conse­cuencia de aquel verdadero martirio. Los niños, después de las primeras veces, solicitan con vehemencia su aplicación, que es tópica. Dos pesetas frasco, lo mismo en las farmacias que por correo certificado. Por mayor, grandes descuentos. Prospectos gratis. Los pedi­dos, al Dr. Santoyo, Subdelegado de Linares (Jaén). En Madrid, Barcelona y demás pobla­ciones importantes, se halla en los principales almacenes de drogas o especialidades.

Los «Llünoldes Serra», primera sal litínica que se elaboró en España para la obten­ción de sabrosísima agua de mesa, es uno de los preparados que mayor margen deja al farmacéutico.

Se expenden en cajas de 12, 50 y 100 paquetes, a propósito estas últimas para detallar, con el mayor beneficio posible, paquetes sueltos.

Productos farmacéuticos garantizados.—Laboratorio del Dr. Sastre y Marqués, Hospi­tal, 109, y Cadena, 2, Barcelona. Casa fundada en 1855.

^Establec imiento t i p o g r á f i c o Nieto y C o m p a ñ í a . — T u t o r , 16, t e l é f o n o 20-42 J .