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EL DÍA, domingo, 3 de mayo de 2015 p1 revista semanal de EL DÍA del domingo “JUAN ESTÁ HOSPITAL MILITAR STA CRUZ. SU ESTADO ES SATISFACTO- RIO PIENSA Y HABLA PERFECTA- MENTE. ESTÁ DE BUEN HUMOR. TIENE TRES DEDOS DE LA MANO ALGO QUEMADOS. RESTO DEL CUERPO BIEN. MUY CONTENTA. SALUDOS. MA LUISA”. Versión personal de lo ocurrido Recopilando información para es- cribir este artículo, mi hermana María, que vive en Palma, me dijo que con- servaba una carta que había mandado a mis padres y hermanos unos días después del accidente, carta que yo no recordaba. Esta es la transcripción: La Laguna, 13 de mayo de 1965. Queridos padres y hermanos: Como os dije ayer por el telegrama me encuentro ya bien y ayer me die- ron el alta en el hospital, sólo tengo ahora cura ambulatoria, que no es otra cosa que curarme cada unos cuantos días las quemaduras, que ya apenas si se notan. Si la letra no es muy buena es porque tengo algunos dedos de la mano derecha con unos esparadrapos. Por lo demás, aquí sigue todo bien, el tiempo es estupendo, quizá un poco de calor, aunque en La Laguna hace un tiempo estupendo, ni frío ni calor. Respecto al equipaje os debo decir que se salvó muy poca cosa, exacta- mente: el escudo de Artillería, el libro A mis hijos María José, Juan, Julio y Luisa, cuya existencia pendió de un hilo, emulando a George Bailey en “¡Qué bello es vivir!” S iempre tuve intención de escribir las vivencias del fatal accidente. Hace unas sema- nas empecé a memorizar y recopilar datos con la inten- ción de dar una versión de los hechos que en cientos de ocasiones había rela- tado a mis familiares y amigos. Han pasado cincuenta años y, sin embargo, el accidente, a pesar de que sólo duró unos segundos, permanece vivo. El viaje Después de disfrutar de mis pri- meras vacaciones en Mallorca, em- prendí viaje de regreso a Tenerife el 3 de mayo de 1965. Embarqué a las 10 de la noche hacia Barcelona. Al día siguiente, tomé el tren expreso con destino Madrid. A las 9:45 de la ma- ñana estaba en la capital de España. Creo recordar que la facturación la hi- ce en la plaza de Neptuno y que me trasladé al aeropuerto en autobús de Iberia. El lector se preguntará por qué hice un viaje tan complicado. La respuesta es muy sencilla. Como teniente de Artillería entonces, mi sueldo era austero; un billete ida y vuelta a Madrid valía alrededor de dos sueldos y medio; a esto había que aña- dir el precio del viaje Madrid-Palma con su vuelta. No obstante, por cuenta del Estado, el Ejército me proporcionaba billete por vía marí- tima hasta el puerto de la Península más cercano a Mallorca (Barcelona) y me permitía utilizar su valor para adquirir el billete de avión y, aun así, aboné 700 ptas. más los billetes de tren y de barco. Al llegar a Barajas escribí dos pos- tales, una a mi novia, María Luisa, que estaba en Tenerife y me había prome- tido que me recibiría en Los Rodeos, y la otra, a mis padres y hermanos, que estaban en Palma. Cómo conoció la noticia mi familia La fatídica noche del 5 de mayo, después del siniestro (que narraré más adelante) y salir del avión en llamas, me encontré en un descampado con un montón de focos iluminando el lugar que me encandilaban. Me dirigí hacia ellos cayendo en una zanja de la que me sacaron las personas que es- taban al otro lado. Había varios taxis. Uno de ellos me invitó a subir, me trasladó a la Casa de Socorro de La La- guna, donde me atendieron y ordena- ron mi traslado al Hospital Militar de Santa Cruz. Quise agradecer el gesto del taxista y no recuerdo si lo conse- guí. Lo cierto es que le dejé la tapicería ensangrentada. Mi novia, que me esperaba en el ae- ropuerto, vivió el horror del accidente y, al no localizarme en la terminal, te- mió lo peor y regresó a su casa. En- tre tanto, al salir de la casa de Soco- rro, un amigo, Juan Carlos Tejedor, me reconoció e informó a los familiares de María Luisa. Mientras tanto, mi madre, en Palma, con su intuición, ha- bía conectado la radio para escuchar las noticias de las doce, pero se que- dó dormida y afortunadamente no re- cibió la fatal noticia. Alrededor de las dos de la madru- gada, desde el hospital militar, mi en- trañable compañero Augusto Escolar, que se ofreció a velarme aquella no- che, envió un telegrama a mis padres a instancia mía. Poco a poco fue fun- cionado el ‘correveidile’ y María Luisa tuvo la certeza de que estaba vivo y la entereza de enviar otro telegrama alrededor de las 4 de la madrugada. Finalmente, los telegramas llegaron a destino a primeras horas de la ma- ñana junto con la edición del perió- dico Baleares y mis padres quedaron tranquilos. Debo recordar al lector que en casa todavía no había teléfono. Al día siguiente, María Luisa me visitó y pudo enviar un nuevo telegrama: PRIMEROS PASOS en las Escuelas Pías: los recuerdos de un alumno en el 75 aniversario del centro que se abrió en el Quisisana. 6/7 Los restos del avión esparcidos en un terreno contiguo a la pista. Captura de pantalla del noticiario NO-DO (archivo de RTVE). Texto: Juan Tous Meliá 50 años de la tragedia del Superconstellation “Santa María” Relato de un superviviente del accidente del 5 de mayo de 1965 en el aeropuerto de Los Rodeos.

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EL DÍA, domingo, 3 de mayo de 2015 p1

revista semanal de EL DÍAdel domingo

“JUAN ESTÁ HOSPITAL MILITAR STACRUZ. SU ESTADO ES SATISFACTO-RIO PIENSA Y HABLA PERFECTA-MENTE. ESTÁ DE BUEN HUMOR.TIENE TRES DEDOS DE LA MANOALGO QUEMADOS. RESTO DELCUERPO BIEN. MUY CONTENTA.SALUDOS. MA LUISA”.

Versión personal de lo ocurridoRecopilando información para es-

cribir este artículo, mi hermana María,que vive en Palma, me dijo que con-servaba una carta que había mandadoa mis padres y hermanos unos díasdespués del accidente, carta que yono recordaba. Esta es la transcripción:

“La Laguna, 13 de mayo de 1965.Queridos padres y hermanos:Como os dije ayer por el telegrama

me encuentro ya bien y ayer me die-ron el alta en el hospital, sólo tengoahora cura ambulatoria, que no es otracosa que curarme cada unos cuantosdías las quemaduras, que ya apenas sise notan. Si la letra no es muy buenaes porque tengo algunos dedos de lamano derecha con unos esparadrapos.

Por lo demás, aquí sigue todo bien,el tiempo es estupendo, quizá un pocode calor, aunque en La Laguna hace untiempo estupendo, ni frío ni calor.

Respecto al equipaje os debo decirque se salvó muy poca cosa, exacta-mente: el escudo de Artillería, el libro

A mis hijos María José, Juan, Julioy Luisa, cuya existencia pendió deun hilo, emulando a George Bailey

en “¡Qué bello es vivir!”

Siempre tuve intención deescribir las vivencias del fatalaccidente. Hace unas sema-nas empecé a memorizar yrecopilar datos con la inten-

ción de dar una versión de los hechosque en cientos de ocasiones había rela-tado a mis familiares y amigos. Hanpasado cincuenta años y, sin embargo,el accidente, a pesar de que sólo duróunos segundos, permanece vivo.

El viajeDespués de disfrutar de mis pri-

meras vacaciones en Mallorca, em-prendí viaje de regreso a Tenerife el3 de mayo de 1965. Embarqué a las 10de la noche hacia Barcelona. Al díasiguiente, tomé el tren expreso condestino Madrid. A las 9:45 de la ma-ñana estaba en la capital de España.Creo recordar que la facturación la hi-ce en la plaza de Neptuno y que metrasladé al aeropuerto en autobús deIberia. El lector se preguntará por quéhice un viaje tan complicado. Larespuesta es muy sencilla. Como

teniente de Artillería entonces, misueldo era austero; un billete ida yvuelta a Madrid valía alrededor de dossueldos y medio; a esto había que aña-dir el precio del viaje Madrid-Palmacon su vuelta. No obstante, porcuenta del Estado, el Ejército meproporcionaba billete por vía marí-tima hasta el puerto de la Penínsulamás cercano a Mallorca (Barcelona) yme permitía utilizar su valor paraadquirir el billete de avión y, aun así,aboné 700 ptas. más los billetes detren y de barco.

Al llegar a Barajas escribí dos pos-tales, una a mi novia, María Luisa, queestaba en Tenerife y me había prome-tido que me recibiría en Los Rodeos,y la otra, a mis padres y hermanos,que estaban en Palma.

Cómo conoció la noticia mi familiaLa fatídica noche del 5 de mayo,

después del siniestro (que narraré másadelante) y salir del avión en llamas,me encontré en un descampado conun montón de focos iluminando ellugar que me encandilaban. Me dirigíhacia ellos cayendo en una zanja dela que me sacaron las personas que es-taban al otro lado. Había varios taxis.Uno de ellos me invitó a subir, metrasladó a la Casa de Socorro de La La-guna, donde me atendieron y ordena-ron mi traslado al Hospital Militar de

Santa Cruz. Quise agradecer el gestodel taxista y no recuerdo si lo conse-guí. Lo cierto es que le dejé la tapiceríaensangrentada.

Mi novia, que me esperaba en el ae-ropuerto, vivió el horror del accidentey, al no localizarme en la terminal, te-mió lo peor y regresó a su casa. En-tre tanto, al salir de la casa de Soco-rro, un amigo, Juan Carlos Tejedor, mereconoció e informó a los familiaresde María Luisa. Mientras tanto, mimadre, en Palma, con su intuición, ha-bía conectado la radio para escucharlas noticias de las doce, pero se que-dó dormida y afortunadamente no re-cibió la fatal noticia.

Alrededor de las dos de la madru-gada, desde el hospital militar, mi en-trañable compañero Augusto Escolar,que se ofreció a velarme aquella no-che, envió un telegrama a mis padresa instancia mía. Poco a poco fue fun-cionado el ‘correveidile’ y María Luisatuvo la certeza de que estaba vivo yla entereza de enviar otro telegramaalrededor de las 4 de la madrugada.

Finalmente, los telegramas llegarona destino a primeras horas de la ma-ñana junto con la edición del perió-dico Baleares y mis padres quedarontranquilos. Debo recordar al lector queen casa todavía no había teléfono. Aldía siguiente, María Luisa me visitóy pudo enviar un nuevo telegrama:

PRIMEROS PASOS en lasEscuelas Pías: los recuerdos de unalumno en el 75 aniversario del centroque se abrió en el Quisisana.�6/7

Los restos delavión esparcidos enun terreno contiguoa la pista. Captura depantalla del noticiarioNO-DO (archivo deRTVE).

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Texto: Juan Tous Meliá

50 años de la tragedia delSuperconstellation “Santa María”

Relato de un superviviente del accidente del 5 de mayo de 1965 en el aeropuerto de Los Rodeos.

domingo, 3 de mayo de 2015, EL DÍAp2

“Actualidad nacional. La catástrofeaérea de Los Rodeos. Entierro de lasvíctimas en Tenerife”.

Mi estancia en el hospital fue corta.Ingresé el mismo día 5 con “quema-duras de 1º y 2º grado en ambas ma-nos con heridas contusas, heridas con-tusas en región parietal y frontalderecha, contusión nasal con proba-ble fractura y ligero estado de shock”,según el certificado médico que obraen la causa al folio 258.

Nada más ingresar, el páter me vi-sitó, vio el estado de shock en que es-taba y me administró la extremaun-ción. El día 12 el médico que meatendía prescribió “cura ambulatoria”y pude salir a pasear. Tenía unas in-mensas ganas de vivir. En la calle, connumerosas vendas protegiendo mismanos y un aparatoso vendaje en lacabeza, los viandantes me decían:“¡Menuda escapada!”. Sin duda me re-lacionaban con el accidente. Final-mente, el 24 de mayo quedé curado,útil y apto para el servicio.

Declaración ante el juezEl día 18, el juez instructor, acom-

pañado del secretario de la causaabierta sobre el accidente, me tomódeclaración. Recuerdo que la conver-sación fue larga y distendida. Me con-tó los numerosos accidentes que ha-bía sufrido y que de uno de ellos casi“lo sacaron con pala”. También habla-mos sobre las peculiaridades del Su-perconstellation. Una de ellas era que,cuando el piloto ordenaba al aviónque se elevar, éste lo hacía, pero sufríaun desplazamiento transversal –comosi derrapara–, circunstancia que expli-caría el impacto de la cola con la palaexcavadora; y, otra, que estos aviones,en el argot de la profesión, recibían elsobrenombre de “trimotores del At-lántico” pues en la travesía del Atlán-tico aterrizaban con algún motor pa-

rado. Pienso que,debido a ello y paraaumentar la autono-mía, les montaronunos depósitos suple-torios en los extremosde las alas.

También lecomenté al juez doscuestiones: una, queel equipaje de cabinaiba sin proteger y fueuna de las causas demis heridas en lacabeza y de que algu-nos pasajeros perdie-ran el sentido; y laotra, que las bandejasque estaban en losrespaldos de los asien-tos eran metálicas yde bordes afilados.Ambos defectos fue-ron corregidos, sinpoder precisar si fuedebido a mis suge-rencias.

El siguiente textoes la declaración quefigura al folio 115 de lacausa:

“DECLARACIÓN DEL TENIENTEDE ARTILLERÍA E.A. DON JUANTOUS MELIÁ.- En la ciudad de LaLaguna a dieciocho de Mayo de milnovecientos sesenta y cinco.

Ante SSª y de mí el Secretario com-pareció el expresado al margen, quienenterado de la obligación que tiene dedecir verdad, y de las penas señaladasa los reos de falso testimonio, juró porsu honor ser veraz en sus manifesta-ciones y preguntado a tenor del artí-culo 596, del Código, dijo que se llamacomo se ha expresado, mayor de edad,de profesión Militar Teniente de Arti-llería E.A. y que no le comprende lasdemás generales de la Ley.

PREGUNTADO: diga si venía depasajero en el avión siniestrado ymanifieste lo que viera o notara en laúltima parte del vuelo y en el accidente,dijo:

Que sí, que venía sentado a laizquierda del avión, aproximada-mente a la altura de los planos, y juntoa una ventanilla. Que al llegar aSanta Cruz de Tenerife pudo apreciar,desde su asiento, las luces del puerto,las cuales vió por la parte posterior delos planos. Que recuerda cuando elavión empezó la primera maniobra deaterrizaje, durante la cual oyó primerodisminuir la intensidad de los motoresy luego oyó como aumentaba ésta brus-camente y sintió como el avión ascen-día con un ángulo muy pronunciado.Notó que después el avión viraba, y enuno de estos virajes volvió a ver lasluces de una Ciudad, que aseguraeran de Santa Cruz, porque reconociólas del puerto. En la segunda manio-bra de entrada y durante el planeo, violuces, pero que estas no pertenecían ala pista y que además no notó que elavión pusiera las ruedas en la misma.No recuerda haber oído cambios en elrégimen de los motores, pero si re-cuerda que posteriormente el avión

de Astronomía y Astro-náutica que por cierto estácompletamente man-chado, el collar de perlasMajórica con algunas per-las quemadas y el broche,todo lo demás está inser-vible, de la maleta no hanaparecido ni los rastros,los trajes completamentequemados, camisas, pija-mas, ropa blanca nisiquiera han aparecido, lagorra apareció aplastaday de color negro, los apun-tes de Geología y los librosdel selectivo ni rastro,menos mal que yo estoysano y salvo, pues siemprees mejor eso que no lo con-trario. Dicen que me vana indemnizar a razón deuna 1.000 ptas. por kg,calculo que unas 20.000ptas., pero sobre eso no hadicho nada la compañíaIberia. ¡Ah! el carrete conlas fotografías de la ensai-mada no ha aparecido.

En unas pocas líneas osvoy a explicar cómo ocu-rrió la odisea: salimos de Barajasaproximadamente a las 17h 45 m, conuna hora de retraso. Debido, quizá, aque no se había cargado por completo,el viaje fue completamente normal,pues el avión respondía a los mandosde los pilotos. Yo iba sentado en el cen-tro del avión a la altura de las alas.

El avión llevaba 48 personas entrepasajeros y tripulación, el último ba-lance fue: 32 muertos y 16 su-pervivientes.

Las luces de balizaje de la pista nose veían con la niebla pero sí los focosde las máquinas que trabajaban allí.El piloto se creyó que los focos eran lasluces de niebla de la pista y se fuedirecto hacia ellos, cuando quiso darsecuenta la rueda derecha del avión rozóla máquina excavadora y el piloto per-dió el dominio del avión y quiso ace-lerar motores para subir de nuevo[quedó grabado en el magnetófono:“motores y arriba”] y entonces la coladel avión chocó con algo y se despren-dió y entonces apareció una zanja, lacual hizo que el tren de aterrizaje sequedara allí. Imaginaros lo que vendríadespués, el avión quedó completamen-te destrozado. Fueron lo máximo 3 se-gundos, me encontré sentado con unmontón de escombros encima y aunos dos metros el fuego, me quité elcinturón (que me salvó la vida, pues sino lo hubiera llevado por inercia hu-biera aparecido encima del fuego) yreptando por debajo de los escombrosme fui hacia atrás, intenté romper elcristal de la ventana con los zapatos sinconseguirlo, intenté abrir una puertade emergencia sin conseguirlo tampocoy por último grité: “Si alguien ve unasalida, por aquí detrás que avise” ypoco después oí una voz que decía:“Aquí hay una salida”. Me lancé haciaella y aparecí en un campo arado y yame llevaron en un coche al hospital,primero a La Laguna y después al hos-

pital militar de Santa Cruz. Desde queintentó aterrizar hasta que me quité elcinturón no me di cuenta más que deun ruido sordo y nada más, lo que ocu-rriera en esos momentos no se ha po-dido comprobar, todo son suposiciones,pues los que estaban en el aeropuertoesperando y debido a la niebla no vie-ron nada, sólo oyeron un choque muyfuerte, ni siquiera vieron las llamas.

Afortunadamente yo no tengo naday ni siquiera recuerdo cómo me hice lasheridas que ya están cicatrizadas.

Desearía que fuerais a AlmacenesBauzá y como el sastre debe tener lasmedidas del uniforme de verano, a versi me podría hacer otro igual (saha-riana, pantalón y gorra). El precio erade 2.346 ptas. pues nos hizo el 10%,quizá si le decís a Bauzá que el uni-forme se quemó en el avión nos haceel 11% o el 12%. Decirle que lo hagacuanto antes y me lo enviáis, pues aquíhace ya calor. Si el tío sastre me puedehacer unos pantalones de tergal tam-bién me vendrían bien, pero recordarleque los haga un poco más anchos pordetrás, aunque lo más importante esel uniforme de verano, cuando esté meavisáis.

Ya me diréis cómo le va a la cocinala mesa nueva y las dos sillas, puessupongo que estarán hechas.

Y nada más, si alguien pregunta pormí, decirle que estoy bien, si me datiempo voy a escribir a algunos parien-tes para que estén tranquilos, pues su-pongo que se habrán enterado de lacatástrofe.

Un fuerte abrazo.Juan”.

Sepelio de las víctimasNo viví el sepelio de las víctimas,

pero hace unos meses mi hijo Juliolocalizó en internet el impresionantevídeo que publicó el NO-DO el 17 demayo de 1965, nº 1167A, con el título:

EN PORTADA

Entierro de lasvíctimas en Tenerife.Captura de pantalladel noticiario NO-DO(archivo de RTVE).

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EL DÍA, domingo, 3 de mayo de 2015 p3EN PORTADA

para extender tu alabanza y tu gloriay para solucionar sin peligro los pro-blemas humanos. Y fomente en lasalmas de todos los que en él naveganel pensamiento y el deseo del cielo.Por Cristo Nuestro Señor, amén.

Oh Dios, que consagraste todo lo dela tierra por el misterio de la Encar-nación, derrama, te pedimos, tu ben-dición sobre este avión, que lleva elnombre de María. Que bajo la pro-tección de la Virgen Bendita todos losque vuelen en él lleguen felizmentea su destino y vuelvan sanos a su ho-gar. Por el mismo Cristo Nuestro Se-ñor, amén” (Francisco Escartí enAerolíneas: “De Madrid a Nueva York,con Iberia y la bendición de Spell-man”, 13 de abril de 2015).

Curiosamente, el cardenal habíainaugurado, el 30 de mayo de 1952 elcolegio de San Francisco de Palma deMallorca, donde terminé el bachille-rato en 1957.

Sobreseimiento de la causaEl 27 de diciembre de 1966, recibí

la notificación preceptiva que seordenaba en la causa instruida, la nº8/965. Ésta se custodia en el MandoAéreo de Canarias, Paseo de Chil, nº301, de Las Palmas de Gran Canaria,y se compone de algo más de 600 fo-

lios.Transcripción de la Notificación

sobre los Considerando y Resultandode la Causa 8/965 (el tiempo haborrado algunas palabras del encabe-zamiento):

“[...] CAUSA NÚMERO 8/965, INS-TRUIDA CON MOTIVO DEL ACCI-DENTE [...] POR EL AVION SUPER-CONSTELLATION EC-AIN DE LACOMPAÑIA IBERIA, DE LA QUE ESJUEZ INSTRUCTOR EL COMAN-DANTE DEL ARMA DE AVIACIÓN(S.V.) DON ARTURO ALOT MONTES.

CERTIFICO: Que a los folios que seexpresan de la aludida Causa existenlas siguientes actuaciones:

Al folio 462, 462 v. y 463.- DICTA-MEN DEL ILTMº SR. AUDITOR DEESTA ZONA AEREA EXCMº SR.: Exa-minada la presente Causa número8/965 y, RESULTANDO, Que el día 5 deMayo de 1.965, el avión Superconste-llation EC-AIN de la Compañía Iberiatripulado por DON VICENTE GARCIAJULIA como primer piloto, DON GERO-NIMO GARCIA MELLADO como se-gundo piloto, radiotelegrafista DONENRIQUE GONZALEZ PERUCHO ymecánico DON TOMAS TOFIÑO GO-MEZ y ocupado por cuatro tripulantesauxiliares y cuarenta pasajeros despuésde haber efectuado normalmente el

vuelo IB-401 Madrid-Tene-rife y en contacto con laTorre de Control del Aero-puerto de Los Rodeos, fueautorizado por ésta a las20:35 horas, para efectuaruna aproximación por lapista 30. e informado deestar el Aeropuerto bajomínimos meteorológicos,información que se com-pletó con el correspondien-te parte.- En su consecuen-cia, el piloto decide dar unapasada muy bajo, viendo lacabecera de la pista 30 des-pejada, pero no el resto de lamisma, y metiendo motoresvuelve a elevarse nueva-mente sobre las 21:06 horas,oyéndose el ruido de losmotores y en la Torre deControl del Aeropuerto ysus alrededores, autorizado

para una nueva aproximación y des-pués de haber comunicado que seencuentra en final, notifica a la Torre,a las 21:17 horas “Motores al aire”, cho-cando inmediatamente una pata deltren de aterrizaje y parte trasera infe-rior del fuselaje con una mototraílla yun tractor que se encontraban debi-damente balizados en las proximida-des de la pista, dejando algunos restosdesperdigados y cayendo definitiva-mente [...] unos 300 metros del primercontacto, deslizándose sobre terrenosde labor de propiedad privada, en losque causó diversos daños e incen-diándose, el Aeropuerto proporcionóinmediatamente los auxilios perti-nentes. A consecuencia del accidenteresultaron muertos el primer pilotoDON VICENTE GARCIA JULIA, cincotripulantes y 26 pasajeros y lesionados2 tripulantes y 14 pasajeros que sufrie-ron heridas o contusiones de diversagravedad.- RESULTANDO: Que alestar el Aeropuerto de los Rodeos bajomínimos meteorológicos, la decisióncorrecta del piloto del avión siniestradoen su vuelo IB-401 debió ser la mismaque adoptó el del avión IB-111 que pro-cedente de Las Palmas para Tenerifedecidió regresar a Las Palmas porimposibilidad de tomar tierra en Tene-rife debido al tiempo, decisión de la que

el piloto Señor GARCIAJULIA fue informado pre-viamente por el Control deCanarias; si bien no es deextrañar que hiciese algunaspasadas sobre el Aeropuerto,dado que, por la variabili-dad de condiciones meteo-rológicas en el mismo, pudie-ran presentarse súbitamentecondiciones mas favorablespara el aterrizaje, y en estesentido se manifiesta laTorre de Control del Aero-puerto en su comunicacióncon IB-401, en la que comocondición previa para laautorización del aterrizaje lepide “Notifique campo a lavista autorizando, mientrastanto las aproximaciones.-RESULTANDO: Que como

entró en contacto brusco conel suelo, y que al primero osegundo choque se apagaronlas luces interiores del avión.Salió con dificultad y con supropio pie, recibiendo pocodespués ayuda.

PREGUNTADO: Que efec-tos traía en su equipaje, dijo:Que llevaba una maleta y unacartera de mano, conte-niendo ropa y efectos perso-nales con un peso aproxi-mado de 16 kilos.

PREGUNTADO: Si tienealgo más que manifestar,dijo: que no.

En este estado S. Sª dispusodar por terminada la pre-sente declaración y leída quefue por el declarante, laencuentra conforme y firmacon el Sr. Juez de lo que yo elSecretario, doy fe”.

FiniquitoRecuerdo, sin precisar fecha, que

me personé en la sede de Iberia, enla avenida de Anaga en Santa Cruz,donde guardaban los objetos perso-nales de los pasajeros. Quise verloscon la intención de reconocerlos;pero, al tocarlos, un fuerte olor a que-roseno y a aceite me recordó el acci-dente y desistí. Sólo rescaté los obje-tos que cito en la carta anterior. Creorecordar que el interlocutor con Ibe-ria fue el señor Llorca, que, como eslógico, veló por los intereses de lacompañía. No quise pleitear, la alegríade vivir me llenaba de felicidad.Finalmente, el 24 de noviembre de1965 firmé el finiquito en dos docu-mentos: uno de 20.000 ptas. comoindemnización por la pérdida de unamaleta (que conservo) y, otro, de30.000, por daños y perjuicios. Al fini-quitar y en alguna otra ocasión ex-presé el deseo de que Iberia me tra-tara como pasajero distinguido, perono hubo lugar. También le pedí unamaqueta, réplica de la Santa María,que Iberia había repartido a las agen-cias de viaje, sin éxito. No obstante,mi mujer localizó una Santa María enuna juguetería y me la regaló. Fue mijuguete hasta que los hijos se encar-garon de hacerla añicos.

También conservo algúnsello de la colección que seeditó en 1955 (edifil. 1169-79)con las imágenes del avióny de la nao Santa María, paraconmemorar la inaugura-ción de la línea Madrid-Nueva York, el 3 de agosto de1954, el mismo día que Co-lón zarpó de Palos de Mo-guer. El Santa María fuebendecido por el cardenalFrancis Spellman, el 20 dejunio de 1954, con estas pa-labras pronunciadas en latín:“Oremos. Oh Dios, quecreaste todas las cosas ydestinaste al servicio delhombre todos los elementosdel mundo, bendice, te roga-mos, este avión. Que sirva

Primer telegramadel herido JuanTous, que intentóentregar a las 2:30horas del 6 de mayo.

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Croquis de perfil yen planta hecho porel autor, explicandográficamente laversión sobre elaccidente.

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domingo, 3 de mayo de 2015, EL DÍAp4

Causa.- Vuelva a su Instructor paracumplimiento de lo interesado.- LasPalmas de Gran Canaria, 5 de Noviem-bre de 1.966.- EL GENERAL JEFE DELA ZONA.- Isidoro López de Haro yPérez-Musoll.- Firmado y rubricado.-Hay un sello estampado en tintacolor violeta en el que se lee: ZONAAEREA DE CANARIAS Y A. OCCI-DENTAL.- GENERAL JEFE. - - -

Y para que conste, a efectos de noti-ficación a DON JUAN TOUS MELIA,expido el presente testimonio con elVºBº del señor Juez en la Base Aéreade Gando, a los veintisiete días del mesde Diciembre de mil novecientos se-senta y seis”.

En nota oficial se decía que el piloto“tenía en su haber más de trece milhoras de vuelo y había aterrizado enel propio aeropuerto de Tenerife cer-ca de setecientas veces (Mº del Aire,La Vanguardia, 21/05/1965).

A veces me hago la pregunta: ¿quéhubiera ocurrido si no hubiera habidoni excavadoras ni focos?

Para terminar, un recuerdo emo-cionado a los que murieron en la tra-gedia. El número de fallecidos fue de32 y el de los que sobrevivieron, de 16.Entre los primeros: dieciséis españo-les, seis ingleses (tres de Londres yotros tres de Manchester), cinco sui-zos (de Zürich), dos alemanes (de Dü-sseldorf), dos italianos y un holandés.Entre los supervivientes: once espa-ñoles, tres ingleses, un holandés y unalemán residente en Tenerife. En mipágina de Facebook reproduzco la lis-ta que sigue, con la intención de iden-tificar a los no localizados:

Ramón Felipe Ginesta, de Tenerife,hostelero. No loca-lizado

Juan TousMeliá, de Tenerife.Teniente de Arti-llería, vive enTenerife. Soy yo.

Nemesio PeñaOrtega, de Las Pal-mas. No localizado

Alberto SoláCapdevilla, de Bar-celona, jefe deventas de HarryWalker, falleció el

11/04/2002 a los 89 años.Carmen García Carrero, de Madrid.

Empresaria, vive en Pamplona.Félix Claveríe Rodríguez, Tenerife.

Joyero. Falleció hace unos añosJacinto Lorenzo Guerra de Tenerife.

Empresario, vive en Tenerife.Raimundo (Raimon) Galí Herrera de

Barcelona. Escritor, falleció el28/04/2005 en Barcelona, a los 88años.

Julio Alonso Letona, de Sidi Ifni,con residencia en Madrid. Empresa-rio, vive en La Palma.

Manuel Rueda Valverde, auxiliar devuelo. Vive en Madrid.

María Eugenia Méndez Vigo, aza-fata. Vive en Madrid.

Dorote Gertrude Griffiths, inglesa.No localizada.

Frank Birmingham, de Londres. Nolocalizado.

Joan, señora de Birmingham, deLondres. No localizada.

Per Halvorsen, de la KLM, de Rotter-dam. No localizado.

Wolfgang Kühn, de Tenerife. Em-presario alemán. Vive en Tenerife.

Relaciones con IberiaA pesar de todo, mi compañía fue

siempre Iberia. Volé en Caravelle, DC-9, B-727. Sólo una vez me entró ciertazozobra. Fue en un vuelo Madrid-Tenerife. Era un viejo reactor desven-cijado, creo que un Jumbo B-747, conlos asientos raídos y un capitán pilotorubio, desgarbado y de mejillas colo-radas. Además, ni él ni gran parte dela tripulación hablaba español. Al pa-recer, era un avión de una compañíairlandesa alquilado por Iberia.

Después del accidente no tuve pro-blemas en volver a viajar, ni tuve ne-cesidad de psicólogo. No obstante, meentró una enorme curiosidad por co-nocer el funcionamiento del avión.Cuando los asientos no estaban nu-merados procuraba sentarme a la al-tura de las alas; ahora lo hago en lasprimeras filas, no a la altura de lasalas, ya que los asientos son más carosdebido al espacio más amplio por lasituación de las puertas de emergen-cia.

Como profesor de la Academia Ge-neral Militar tuve que impartir algu-nas clases sobre el empleo de los misi-les y esto me introdujo en elapasionante mundo de la aeronáutica.Siempre que puedo, compruebo la po-sición de los flaps en el momento deiniciar el despegue, tiempo que tardaen adquirir la velocidad de despeguey cuánta pista queda en ese momento;detecto la recogida del tren de aterri-zaje y que la inclinación del aparatocon respecto al horizonte no seamuy elevada para que no entre en pér-dida. Durante el vuelo me tranquilizaque en la pantallita de los televisoresfiguren los datos del mismo, algunospilotos los muestran. En cuanto al ate-rrizaje, momento en que se inicia eldescenso, se suele notar un pequeñocambio en el rugido de los motores yen los oídos, y normalmente lo anun-cian por los altavoces. Suele ser 20 ó30 minutos antes del aterrizaje y,cuando se está a punto de entrar enpista, es importante observar la posi-ción de los flaps y estar atento a laaproximación y a cómo mide tierra elpiloto para que las ruedas la toquencon suavidad.

Doy gracias a la Divina Providenciaque me ha permitido prolongar la viday vivir días llenos de felicidad juntoa mis familiares y amigos.

BIBLIOGRAFÍA-Cartas, telegramas y documentos perso-

nales.-Causa 8/965 custodiada en el Juzgado del

Mando Aéreo de Canarias.-NO-DO del 17 de mayo de 1965, nº 1167A.-Periódicos ABC, La Vanguardia, El Día y La

Tarde de los días 6 a 24 de mayo de 1965.-Francisco Escartí en Aerolíneas: “De Madrid

a Nueva York, con Iberia y la bendición deSpellman”, 13 de abril de 2015.

consecuencia de sus observacionespersonales en la primera aproxima-ción, el piloto Señor GARCIA JULIAdebió considerar que podría llevar aefecto el aterrizaje iniciándolo con unexceso de velocidad, que le impidiótomar tierra en el primer tercio de lapista, donde eran mejores las condi-ciones visuales, y al acercarse a la pista,empeorando la visibilidad y sin saberexactamente que longitud de pista que-daba ante el avión, decidió frustrar elaterrizaje con un retraso que resultainexplicable. En el momento de metermotores el avión chocó con la moto-traílla y tractor cuya posición balizadaen el Aeropuerto no puede estimarsecomo factor determinante del acci-dente.- RESULTANDO: Que el parecerdel Señor Coronel Instructor de la Infor-mación Sumaria de Vuelo, obrando alfolio 138 de las actuaciones es de queel accidente se produjo por “infracciónde los reglamentos e instruccionesdictadas para el vuelo sobre territorioNacional o de las normas internacio-nales que se hallan en vigor enEspaña”. .../...

.../... CONSIDERANDO: Que los he-chos relatados en los anteriores resul-tando[s] son constitutivos de un delitode imprudencia, previsto en el Artículo65 de la Ley Penal y procesal de nave-gación aérea, de 24 de Diciembre de1964, a consecuencia del cual se pro-dujeron muertes, lesiones y dañospropios y a terceros.- CONSIDERANDO:Que de conformidad con lo establecidoen el Artículo 12 de la mencionada LeyPenal y procesal de navegación aérea,es aplicable como supletorio el CódigoPenal en cuanto se refiere a las dispo-siciones generales sobre la responsa-bilidad criminal.- CONSIDERANDO:Que de conformidad con lo dispuestoen el Artículo 85 de la misma Ley Penaly procesal de navegación aérea, son deaplicar en cuanto al procedimiento yen lo no previsto en ella, los preceptosdel tratado tercero del Código de Jus-ticia Militar.- CONSIDERANDO: Quédel delito descrito en el primer consi-derando, aparece como presunto res-ponsable en concepto de autor el Co-mandante de la aeronave siniestradaDON VICENTE GARCIA JULIA, falle-cido en el mismo accidente.- CONSI-

DERANDO: que de acuerdo con lo esta-blecido en el número1º del Articulo 112del Código Penal, la responsabilidadPenal se extingue por muerte del reo yes jurisprudencia reiterada del Tribu-nal Supremo que por tal debe enten-derse al presunto culpable.- CONSIDE-RANDO: Que conforme a lo dispuestoen el número 5º del Articulo 719 del Có-digo de Justicia Militar, procede decla-rar el sobreseimiento definitivo cuando,con arreglo a las leyes, se haya extin-guido la acción penal.- Vistos los arti-culo citados, sus concordantes y demásde general aplicación, PROCEDE: QueV.E. acuerde el sobreseimiento defini-tivo de la presente causa.- Si V.E. asílo acuerda, volverán las actuaciones asu Instructor, previos los trámites deestadística que ha de practicar la Se-cretaría de Justi-cia, parac u m p l i m i e n t o ,notificación, cursodel correspon-diente testimonioal ConsejoSupremo de Justi-cia Militar, deacuerdo con lo pre-venido en elnúmero 12 del Artí-culo 52 del CódigoCastrense; entregaa cada uno de losinteresados en el procedimiento de lostestimonios de particulares obrantes enel mismo que les afecte, a efectos deconocimiento para poder reclamar ensu día las correspondientes responsa-bilidades civiles que sean exigibles, ynueva elevación en consulta sobrearchivo.- No obstante V.E. resolverá.-Las Palmas de Gran Canaria, 5 deNoviembre de 1.966.- EL AUDITOR DELA ZONA.- Francisco de la TorreTorres.- Firmado y rubricado.- Hay unsello estampado con tinta color vio-leta en el que se lee: ZONA AEREA DECANARIAS Y A. OCCIDENTAL .- AUDI-TORIA. - - -

Al folio 463.- ACUERDO DELEXCMº. SR. GENERAL JEFE DE ESTAZONA.- de conformidad con el prece-dente Dictamen de mi Auditor y suspropios fundamentos, ACUERDO: Elsobreseimiento definitivo de la presente

EN PORTADA

Avión de juguete,representaciónexacta delaccidentado, exceptolos depósitossuplementarios.

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Dibujo que figuraal margen de la carta,con la situación delasiento del autor.

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EL DÍA, domingo, 3 de mayo de 2015 p5

domingo, 3 de mayo de 2015, EL DÍAp6

Farmacéutico, que nunca nos olió amedicina, y por la Clínica Barajas, quepresumía de un frondoso patio arbo-lado y donde eran expertos en todolo relacionado con la garganta, narizy oídos; y la Clínica García-Estrada,muy experta en paritorios; y, enfrente,casi pegada, la Clínica Bañares, espe-cializada en urología; más arriba, enla calle Benavides, estaba emplazadauna de las primeras estaciones de ser-vicio (gasolineras) de la isla. El padreCarlos no tenía problemas en cruzar,con todos nosotros, la Rambla, por-que el tráfico de vehículos casi no exis-tía. Así podíamos echarle una mira-dita a los escaparates de la DulceríaLa Gloria y extasiarnos con sus artís-ticas tartas y pasteles. Y nos aden-trábamos en la calle General Goded,donde habitaban Domingo PérezMinik y su esposa y, al lado, el

estanquito de do-ña Jacinta, quetenía de todo; yenfrente, la traserade los talleres delas guaguas de-nominadas “Ex-clusivas”; cruzan-do la calle GómezLandero, a la iz-quierda, estaba eledificio que acogíala Gaceta de Arte,que tutelaban dosi n t e l e c t u a l e s ,Eduardo Wester-dahl y el citado Pé-rez Minik, cuyosegundo apellidohabía cambiadoya que antes eraHernández . Al fi-nalizar la calle Ge-neral Goded, seencontraba la

mansión que albergaba el consuladode Francia y, subiendo un poco, elerguido torreón de la Eléctrica, siem-pre mirando, con orgullo de vence-dor, a Horacio Nelson. Allí, el padreCarlos se quedaba solo al despedir alúltimo alumno, que vivía en Gene-ral Sanjurjo.

Nuestros ídolos futbolísticosPor aquella lejana época, nuestros

ídolos futbolísticos no eran los Zarra,Gainza, Panizo, Basora, Ramallets, etc.,que Matías Prats, con su inconfundiblevoz, había mitificado a través de lasondas. Nuestros auténticos ídolos delbalompié (así se escribía algunasveces) eran los integrantes del equipode las Escuelas Pías, “los mayores”,que tan dignamente nos representabanen el torneo denominado Galardónde Centros de Enseñanza, que orga-

La foto nos la envió, hace yamucho tiempo, Fernando,un amigo de la infancia, deaquel lejano, muy lejano,Colegio del Niño Jesús, de

Primera Enseñanza, de las EscuelasPías, que estuvo ubicado en la calle25 de Julio, de Santa Cruz. Esta ins-tantánea que, en 1948, plasmó la cá-mara de Adalberto Benítez, la hemosvuelto a mirar una y otra vez. Y la son-risa siempre acompañó a la visión. Estedocumento gráfico, igualmente, lo hanvisto varios compañeros de la épocay, en efecto, se han reído, entreotras cosas, de nuestros elaboradospeinados, de raya a un lado. Y paranuestra satisfacción y orgullo, tam-bién nos han dicho que viendo taldocumento gráfico les ha dado laimpresión de estar frente a pequeños“gentlemen”, pues la disciplina –quese intuye–, la elegancia –que se apre-cia– y la limpieza, constituían el tríp-tico típico de una época distante.

La foto del curso¡Cómo no íbamos a estar “emper-

chados” si un día antes el padre LuisRosales, el vicerrector del colegio, noshabía dicho: “Mañana haremos la fotodel curso y después iremos al cine”.¡Cómo no íbamos a estar contentosy bien presentados si era domingo,el día de la “matinée” infantil, dondetendríamos la oportunidad de ver enla pantalla a Fu-Manchú, Tom Mix,Buffalo Bill, El Hombre Invisible, Tar-zán, Chita, etc. ¡Cómo pateábamosaquellos suelos de madera cuando el“chico salvador” aparecía en panta-lla, persiguiendo a “los malos de lapelícula”, que casi siempre eran losindios del pintorreado Toro Sentado.

Luego, a la salida de la sala cinema-tográfica, nos atiborrábamos en los“carritos” de la Rambla con cucuru-chos de papel que contenían chufas,algarrobas, tamarindos y “piluri-nes”

En fila india, cogidos de la mano yen parejas

Con esta foto, tomada, como ya he-mos apuntado, en el patio del cole-gio, en 1948, por el experto AdalbertoBenítez, nos ha surgido la remem-branza de aquellos lejanos años don-de el sacerdote escolapio padre Car-los Izco nos llevaba, al mediodía, enfila india, cogidos de la mano, por pare-jas, a nuestros respectivos domicilios.Nuestro grupo partía, en su primertramo, de la calle Pérez de Rozas hastala Rambla del General Franco. Y ental trayecto pasábamos por el Centro

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Texto: Antonio Salgado Pérez

Ante unas Bodas de Brillantes (1940-2015)

AQUELLOS PRIMEROS PASOS ENLAS ESCUELAS PÍAS

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Edificio del Colegiodel Niño Jesús.Observen el “tráfico”de la calle MéndezNúñez, aledaña a 25de Julio, dondeestaba la entradaprincipal del centrodocente.

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El padre LuisRosales en su clase

de Aritmética

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Curso 1947-1948.Colegio del NiñoJesús, de PrimeraEnseñanza, de lasEscuelas Pías. A laderecha, elvicerrector, padreLuis Rosales.

EL DÍA, domingo, 3 de mayo de 2015 p7

las plataneras!”, nos recomendabannuestras pacientes madres. Porque pla-taneras, muchísimas plataneras y muypoca luz era lo que resaltaba en aque-lla umbrosa vía que se ufanaba de supeculiar Clínica Zerolo, de curiosomaderamen.

¡Qué respeto y ¿temor? nos infun-día Guarapo, aquel hombre pequeño,delgado, de pelo canoso, muy ágil ydesaliñado, como en cierta ocasiónlo definió el escritor Cirilo Leal. Eraun personaje de pocas palabras, ma-lamente vestido, con sombrero de paja.Nunca hablaba, pero parecía que siem-pre se estaba riendo. Su cabaña, muycerca del Quisisana estaba hecha dediferentes hojarascas. Todos losniños lo conocíamos. Nos dijeron quese llamaba Guarapo por las bebidasque preparaba con la savia de las pal-meras, árboles que escalaba con agi-lidad y velocidad simiescas. En el recreonos arremolinábamos a su alrededorpara que nos diera los dátiles que guar-daba en una lata.

¿Aquí se sana o se cena?El Quisisana –se llamó así porque

era un nombre de moda en Italia,relacionado con la actividad de la saludy reposo–, como algunas veces lo iden-tificamos en nuestras conversaciones,siempre estuvo, para nosotros, en lasfaldas de Los Campitos, luciendo supeculiar estructura de color cirio. Enépocas pretéritas, reyes y príncipes

fueron allí en busca de tranquilidady aislamiento. Fue ideado por el alu-dido Enrique Wolfson Ossipoff, un ricohacendado judío de origen ruso,nacionalizado inglés. Banquero,agente de seguros y consignatario debuques, se estableció en Santa Cruzpor casualidad. Y se fijó en un arqui-tecto de postín, Mariano Estanga, paraque construyera lo que siempre ha sidouno de los edificios más distinguidosde la capital. Lo que se ideó como man-sión particular terminó siendo, pordeterminados avatares de la vida, elGran Hotel Quisisana, durante déca-das el más lujoso de la capital, de estiloneogótico, semejante a un castillo vic-toriano, por expreso deseo de su pro-pietario, y que se inauguró el 5 dediciembre de 1904, como nos lo re-cuerda el historiador y escolapioJuan Arencibia de Torres. Y el públicoisleño enseguida le inventó a aquelhotel de peculiar silueta y nombre estechascarrillo: ¿aquí se sana o se “sena”(cena)?

Nuestro empacho de calendarioMis compañeros de aquella lejana

Primera Enseñanza no eran ni mejo-res ni peores que los de ahora. Éra-mos, sencillamente, diferentes, connuestro fijador capilar; con nuestrospantalones cortos o bombachos; conel semblante expectante y tranquilode aquellos domingos de “matinée”infantil, como epílogo y premio a nues-tra habitual y anual foto del curso, queen aquella lejana y entrañable oca-sión estaba integrado por AlejandroPlasencia, Álvaro León, AntonioGonzález, Antonio Preckler, Diego Ta-bares, Eduardo Hermoso, FernandoDíaz, Fernando Morales, Francisco Ace-vedo, Jaime Nóbrega, José M. Padrón,José Manuel Arriaga, Joaquín Cárdenes,José Ravelo, Juan Alfredo Amigó, JuanCarlos Pisaca, Juan Manuel Reverón,Julián Pérez, Julio García, LuisMarrero, Luis Romero, Manuel Asen-sio, Miguel Ángel Barbuzano, MiguelPego, Pablo Julio Roldán, Pedro Gar-cía, Pedro José Fernaud, Pepito Mar-tínez, Roberto Pérez, Teodoro Fragosoy otros compañeros que –discul-pen– nuestro empacho de calenda-rio y el tiempo han borrado de nues-tra memoria y de nuestra visión.

El padre RufinoGutiérrez, deinolvidable recuerdo,exrector de lasEscuelas Pías.

���nizaba el Frente de Juventudes. Eraun equipo formado por un portero,tres defensas, dos medios volantes ycinco delanteros (dos extremos, dosinteriores y un centro delantero). Aúnrecordamos, con alborozo, las increí-bles “palomitas” de aquel guardametapalmero que todos conocíamos porIsidro. Y la finura, en fintas, de ErnestoTudela; la velocidad de Acordagoi-coechea, Mesa y Nazario; la fortalezafísica de Ricardo Viejo y Juan Anto-nio Jiménez; y los impecables rema-tes de Borges, Cobiella y José Ángel.¡Cómo aplaudíamos cuando en dife-rentes campos de fútbol nuestros ído-los doblegaban a rivales de la cate-goría de San Ildefonso, Instituto o Tiner-feño Balear! Este último equipo teníaen el bullicioso Generoso a un delan-tero del perfil del actual Messi.

Pero no solo este deporte susten-taba las fibras escolares, pues tam-bién se venían cosechando grandestriunfos en atletismo, gimnasia edu-cativa, natación, tracción de cuerda,ciclismo y ajedrez y, en el citado Galar-dón de Enseñanza, había un capítuloespecial para los coros, recitados, expo-sición de arte y obras teatrales.

El silbato del padre RamónAllá arriba, rompiendo el aire se-

reno de la mañana, sonaba la señal,el silbato del prefecto, el padre Ra-món. Era un aviso acústico muy cono-cido. Era una señal que aceleraba ca-denciosos pasos matinales por unsinuoso camino y por una familiar esca-lera de piedra.

Colegio de las Escuelas Pías. Incon-fundible estructura desde todos lospuntos de la capital santacrucera. Teníade todo: palacio, castillo y colegio. Bajolas clásicas almenas, albergados enamplias y espaciosas aulas, que te-nían como telón de fondo el pedagógicocolor esperanza –innovación quedesterró al sufrido azabache de las piza-rras–, muchas generaciones tinerfe-ñas tuvimos la dicha de recibir los pri-meros consejos, las primeras repri-mendas, las bases de una futura for-mación y la más férrea disciplina estu-diantil. Para nosotros, en aquellas leja-nas épocas, constituía solo unrecuerdo el nombre del padre MorenoGilabert, el primer rector que tuvie-ron las Escuelas Pías en Tenerife, en1940. Pero sí gozamos a otros líderes,encarnados en la bondad del padreTuriel, en la delicadeza del padre Gon-zalo y en la enérgica presencia del inol-vidable padre Rufino, por nombrar untrío excepcional de rectores. Como nosha recordado el periodista Agustín M.González, “el 17 de octubre de 1940,con media docena se sacerdotesescolapios y 256 alumnos, comenzaronlas clases del Colegio de las EscuelasPías de Santa Cruz”. O sea que el pró-ximo otoño habrá Bodas de Brillan-tes; y es que el Quisisana, como cen-tro docente, cumple 75 años.

Intuimos que esta efemérides ya latendrá muy en cuenta la Asociaciónde Antiguos Alumnos del Quisisana,que preside Celestino Concepción conlas inestimables colaboraciones de

Jesús Pedreira, Jaime Merelo, JesúsG. Serrera, José Bastarrica, José Her-nández y otros que, por cierto, aca-ban de celebrar, hace unos días, conel habitual éxito, sus actos anuales deconfraternización.

Con la foto que me envió Fernan-do hemos vuelto a recordar aquellapegadiza tonadilla de “el reloj lo hizoel relojero y el mundo lo hizo Dios”;aquellos ejercicios espirituales, dondeel eterno fuego del infierno hasta nosquemaba por el énfasis que poníannuestros entrañables sacerdotes esco-lapios, que, con el Catecismo, siem-pre nos recordaban aquella trilogía demundo, demonio y carne, donde gra-vitaba la figura melancólica del fun-dador, san José de Calasanz, que inmor-talizó el mismísimo Goya.

¡Que viene la guagua de Correos!Gracias, amigo Fernando, por brin-

darnos, en forma de documentográfico algo que, de nuevo, nos ha tras-ladado a nuestras calles del sector deSalamanca, aún sin asfaltar, sin piche;cuando veíamos circular a cuatro co-ches seguidos era, seguro, una boda.Y la pelota de trapo era la principalprotagonista de aquellos partidos que,de vez en cuando, se interrumpían,con aquella exclamación de: “¡Paren,que viene la guagua de Correos”!

“¡No pases de noche! por la calle deEnrique Wolfson, si quieres que note salgan los chupasangres de entre

Nuestros ídolosfutbolísticos; alfrente, Isidro, el

extraordinarioguardameta.

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El silbato del padrePrefecto aceleracadenciosos pasosmatinales por unsinuoso camino y poruna familiar escalerade piedra.

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domingo, 3 de mayo de 2015, EL DÍAp8

Pedrode Guezala��� Nace en La Laguna el 7 de octu-bre de 1896. Perteneciente a una fami-lia enraizada desde generaciones enSanta Cruz de Tenerife, su nacimiento ytemporadas de infancia en La Laguna yTegueste dejarán en él un regusto por lotípicamente isleño.

Se inicia como pintor con el acuarelistaFrancisco Bonnín y viaja en 1920 aMadrid, donde se matricula en la EscuelaSuperior de Bellas Artes y recibe tambiénlecciones de Sorolla, acudiendo a tertu-lias de poetas y pintores y frecuen-tando los estudios de éstos, especialmenteel de José Aguiar, con cuya pinturamuestra evidentes afinidades.

A su regreso asiste en Tenerife a varioscursos en la Escuela de Artes y Oficiosde Santa Cruz. Es entonces cuandocomienza a proliferar su verdadera acti-vidad pictórica: ilustraciones en revistas,bocetos para carteles, vinculación al Cír-culo de Bellas Artes y su primer premio:medalla de oro en artes decorativas, porla realización de una vidriera para el pabe-llón tinerfeño de la Exposición Ibero-americana de Sevilla, en 1929. Su parti-cipación en XII Salón de Otoño deMadrid propicia que el jurado lo propongapara miembro de la Asociación de Escul-tores y Pintores.

En 1932 gana por oposición la plaza deprofesor de Dibujo de la Escuela de Náu-tica de Santa Cruz de Tenerife. Es en esemomento cuando comienza su carrera deperito aparejador, que culmina en 1938.En el futuro sería delineante en el estu-dio del arquitecto José Enrique MarreroRegalado, con quien también comparteafinidades estéticas.

En 1938 contrae matrimonio con MªBelén Martel Perdomo y, por iniciativade su esposa, expone su primera “maga”,la cual se vende inmediatamente, lo quele inclina a cultivar también, con ciertosentido comercial, un género de pinturade mucha demanda, basado en las cam-pesinas tinerfeñas. Especialmente fecun-das fueron para él las décadas de los 40y 50, tanto en ventas como enperfeccionamiento de estilo, en cosechade buenas críticas y en obtención de pre-mios. Realiza entonces no menos de veinteexposiciones individuales y colectivas nosólo en Tenerife, sino también en Las Pal-mas (Galería Wiott) y en Madrid.

Falleció el 30 de marzo de 1960, y partede su extensa obra fue adquirida a los fami-liares por el Ayuntamiento de Santa Cruzde Tenerife para formar parte de los fon-dos del Museo Municipal de Bellas Artes,donde puede contemplarse todavía.

Serie “Pintores canarios”, cuadro nº 13(técnica mixta sobre papel de acuarela)

www.eldia.es/laprensawww.eldia.es/laprensa

Revista semanal de EL DÍA. Segunda época, número 978