18
GNOSIS EDICIÓN 219 AGOSTO DE 2012 - WEB: www.acegap.org EL EGÓLATRA: ENEMIGO DE SÍ MISMO Y ÓBICE PARA LA SALVACIÓN DE SU PRÓJIMO EL VOCABLO “GNOSIS” ES GRIEGO Y SIGNIFICA “CONOCIMIENTO”; EN LAS PALABRAS “DIAGNOSIS”, “DIAGNÓSTICO”, ENCONTRAMOS LA GNOSIS EN LA ETIMOLOGÍA. PUBLICACIÓN MENSUAL DE LA ASOCIACIÓN DE CENTROS DE ESTUDIOS GNÓSTICOS, ANTROPOLÓGICOS, PSICOLÓGICOS Y CULTURALES. A. C. REPRESENTACIONES DEL EGO EN DIFERENTES CULTURAS “LA GNOSIS HA SIDO OBJETO DE LA MALA INTERPRETACIÓN DE LOS NECIOS Y DE LA TERGIVERSACIÓN INTERESADA DE LOS PILLOS”: KIPLING (IF) DISTRIBUCIÓN GRATUITA MÍSTICA - CULTURA GNOSCE TE IPSUM: HOMBRE, CONÓCETE A TI MISMO Y CONOCERÁS EL UNIVERSO Y A DIOS

RG Edicion 219 Agosto 2012 - acegap.org · Introducción l término ... Y según nos afirman las mismas enseñanzas cristianas, el vino nuevo, ... miedos, lascivia, ignorancia, envidia,

  • Upload
    leduong

  • View
    215

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

GNOSIS EDICIÓN 219 AGOSTO DE 2012 - WEB: www.acegap.org

EL EGÓLATRA: ENEMIGO DE SÍ MISMO Y ÓBICE PARA LA SALVACIÓN DE SU PRÓJIMO

EL VOCABLO “GNOSIS” ES GRIEGO Y SIGNIFICA “CONOCIMIENTO”; EN LAS PALABRAS “DIAGNOSIS”, “DIAGNÓSTICO”, ENCONTRAMOS

LA GNOSIS EN LA ETIMOLOGÍA.

PUBLICACIÓN MENSUAL DE LA ASOCIACIÓN DE CENTROS DE ESTUDIOS GNÓSTICOS,

ANTROPOLÓGICOS, PSICOLÓGICOS Y CULTURALES. A. C.

REPRESENTACIONES DEL EGO EN DIFERENTES CULTURAS

“LA GNOSIS HA SIDO OBJETO DE LA MALA INTERPRETACIÓN DE LOS NECIOS Y DE LA TERGIVERSACIÓN INTERESADA DE LOS PILLOS”: KIPLING ( IF)

DISTRIBUCIÓN GRATUITA

MÍSTICA - CULTURA

GNOSCE TE IPSUM: HOMBRE, CONÓCETE A TI MISMO Y CONOCERÁS EL UNIVERSO Y A DIOS…

ASOCIACIÓN DE CENTROS DE ESTUDIOS GNÓSTICOS, ANTROPOLÓGICOS, PSICOLÓGICOS Y CULTURALES. A. C .

Matrícula Cámara de Comercio S0-500484 de 2004 - Personería jurídica 1294 de 1990. NIT. 800-160659-0

Web: www.acegap.org

REVISTA GNOSIS 219 AGOSTO DE 2012

GNOSIS es un funcionalismo muy natural de la Conciencia Superlativa del Ser, una “Philosofía Perennis et Universalis”. A través de la GNOSIS encontramos la senda de la Revolución de la Conciencia, que tiene tres factores: 1°. TRANSMUTACIÓN DE LA SUSTANCIA SEMÍNICA EN ENERG ÍA CREADORA por medio de la clave “conexión del Phalo-útero sin eyacular jamás el “Ens Seminis”. 2°. DESINTEGRACIÓN DE TODOS LOS ELEMENTOS INHUMANOS que llevamos en nuestro interior como la lujuria, ira, orgullo, pereza, codicia, gula, envidia, etc., etc. 3°. SACRIFICIO POR LA HUMANIDAD: Esta es la Ley del Cristo Cósmico. Él se sacrifica desde el amanecer de la existencia para que todos los seres humanos tengamos vida en abundancia. ESTA PUBLICACIÓN ES PARTE DE UNA MISIÓN ESPECIAL, S OSTENIDA POR PERSONAS DE BUENA VOLUNTAD Y ESTÁ ANIMADA POR EL ANHELO DE AYUDAR A C ONQUISTAR LOS VALORES ETERNOS DEL SER ÍNTIMO.

PORTADA _______________________________________________________________

Estudio del Ego

n la presente edición la Revista Gnosis, quiere mostrar a través de la Psicología Revolucionaria Gnóstica, cómo el Ego animal que llevamos alojado en nuestra psiquis, es un conjunto de “Yoes” o elementos inhumanos e infrahumanos que debemos aniquilar para que

surja en nosotros, el verdadero Hombre, es decir, el Ser interior profundo. El Ego, o los “Yoes”, están constituidos por una serie de iras, orgullos, envidias, temores, glotonerías, lujurias, codicias, preocupaciones, pasiones, etc., etc. Muchas culturas antiguas le llamaron “apéndices” o “agregados psicológicos” porque lo consideraban como algo ajeno a la auténtica naturaleza íntima, que es el Ser o el Hombre Interior, que se manifiesta por medio de los Valores de la Conciencia, que son un conjunto de “Virtudes”, como el amor, sinceridad, generosidad, justicia, belleza interior, templanza, sabiduría, etc., etc. La expresión de la Conciencia (que es una partícula de Dios en nosotros), es obstruida por los múltiples “Yoes” que condicionan su acción. Por ejemplo: la sinceridad es absorbida por los “Yoes” del orgullo; el amor es sustituido por el odio; la valentía por la temeridad; la paz interior por las preocupaciones, las ansiedades o los temores, y así, casi sin término.

E

Introducción

l término ególatra se utiliza para hacer referencia a un tipo de personalidad que se caracteriza por una constante auto-admiración y veneración, en cantidades fuera de lo

normal y que pueden en algunos casos llegar a ser patológicas. El término ególatra proviene del griego y “significa adoración a sí mismo”. “Dentro de la enseñanza Gnóstica tiene especial importancia el trabajo propuesto de la eliminación de defectos. La Gnosis Samaeliana es, a este respecto, tajante”. “El V. M. SAMAEL AUN WEOR explica bajo diversos puntos de vista y argumentos, la necesidad de eliminar todos y cada uno de nuestros “Yoes” (defectos psicológicos) para encontrar la auténtica felicidad y paz interior. El énfasis puesto en esa “muerte psicológica” de nuestros Egos, puede resultar llamativa para el estudiante esoterista neófito, acostumbrado a que se le hable de amor, paz, felicidad, poderes, etc., y no de la necesidad de eliminar aquello que impide que esas cualidades y poderes se manifiesten en nosotros”. “En cambio, quienes han estudiado las doctrinas arraigadas en las más antiguas tradiciones saben de la importancia de la eliminación del Ego. Tanto los textos budistas e hinduistas como también las enseñanzas cristianas esotéricas o sufíes insisten en este punto”. “El aspirante a la alta espiritualidad debe operar como el Cristo cuando expulsa a latigazos a los mercaderes del templo. Esos mercaderes están de hecho simbolizando los Egos o defectos que, encaramados en nuestra personalidad, nos hacen infelices e ignorantes”. “En alquimia se nos dice que para cultivar nuestra tierra interior, debemos primero eliminar la mala hierba, debemos enterrar profundamente el arado, removiendo aquello que debe ser cosecha. Y según nos afirman las mismas enseñanzas cristianas, el vino nuevo, aquel que es producto de la transmutación, no se echa en odres viejos (los viejos esquemas en los que se apoya el Ego)”. “El trabajo psicológico gnóstico que se presenta ante el aspirante es arduo y difícil. La desintegración de nuestros defectos (odios, miedos, lascivia, ignorancia, envidia, etc., etc.) es un trabajo permanente que demanda nuestra mejor voluntad y el mayor de los esfuerzos. Pero sólo a través de este trabajo el ser humano se libera, y consigue la auténtica felicidad y paz”. “Los demás caminos, aquellos que predican el amor, la alegría, la paz, etc., sin pasar por el estudio y la eliminación de nuestra esclavitud psicológica, aunque positivos en un comienzo, están destinados al fracaso”. “La muerte psicológica es la plataforma sobre la que se edifican estos valores. A decir del V.M. SAMAEL AUN WEOR “Sólo con la muerte adviene lo nuevo”.

E

La egolatría: una anormalidad del pensar y sentir del ser humano

l Ego es pluralizado, múltiple, son entidades psicológicas viviendo dentro de nosotros mismos, en nuestra psiquis; viéndolos con el sentido psicológico de la Auto-

observación, percibimos nuestra imagen multiplicada millones de veces. Unos son “útiles”, y otros son inútiles; unos son “buenos”, otros son malos; unos son intelectuales, otros son sentimentales, otros instintivos, etc., etc., pero sean lo que sean, dentro de ellos, está embotellada partículas de Conciencia, indispensables para poseer nuestra Alma. Cuando cualquiera de estos se está manifestando; sea éste de lujuria, ira, gula, envidia, codicia, pereza, miedo, preocupación, etc., etc., cree ser el único, entra uno y sale otro; y nosotros no caemos en cuenta de esta grave situación. El “Yo” es energético, por eso tanto el V. M SAMAEL AUN WEOR como la Psicología oficial le denominan catexis suelta; y en este momento de bancarrota de todos los valores Eternos del Espíritu, es la energía que ejecuta todas las actividades de la vida

mecánica, “del mundo”, como dice el evangelio Crístico. Esta catexis suelta también hace lo que quiere con nuestro organismo o cuerpo físico. El “Yo” es mecánico pues está condicionado, manipulado por leyes mecánicas como la Recurrencia, el Eterno Retorno, la Involución, etc., etc., por lo tanto, él no puede escaparse jamás del carril donde está funcionando, es decir, de lo conocido a lo conocido; contrario a nuestro Real Ser, que funciona de lo conocido a lo desconocido. El “Yo” es hipnótico, pues nos engaña y nos hace ver las cosas como no son. Por ejemplo, puede hacernos creer que amamos, que somos honorables, castos, caritativos, etc., auncuando un momento después, odiemos, robemos dinero o la honra de nuestro prójimo,

forniquemos o adulteremos, o seamos crueles con nuestro semejantes, incluso, practicando la “explotación del hombre por el hombre, etc. El “Yo” ejerce hipnotismo en nuestra psiquis, es decir, en nuestra forma de pensar y sentir; y hasta nos lleva a que creamos que lo que enseña la Gnosis son sofismas, dándonos una cantidad de evasivas con tal que no aceptemos librarnos de ellos, para seguir en la vida haciéndonos creer que todo va bien y bajo nuestro control. En cierta ocasión una profesora dijo a sus alumnos (después que amablemente permitiera en su cátedra universitaria de psicología, que diéramos unas explicaciones sobre la pluralidad del “Yo” y la urgente necesidad de aniquilarlo) que ella disentía de esta opinión, porque si el “Yo” se eliminara también tendríamos que eliminar sus pensamientos, sus sentimientos, sus acciones, sus deseos, y así, entonces ¿cómo nos iríamos a superar, que le vamos a dejar a nuestros hijos, a la sociedad? En verdad, la egolatría siempre va a defender al Ego. La mencionada “educadora”, no escuchó (porque el Ego no quiere escuchar estas cosas) que si eliminamos el Ego, surge el Ser, Dios dentro de nosotros, y Él conoce de verdad todas las ciencias, y Él se haría cargo

E

de organizar un gobierno auténtico, una sociedad verdaderamente humana y un individuo absolutamente íntegro. Si estudiamos exhaustivamente, con tesón de clérigo los libros Sagrados y reflexionáramos las Enseñanzas del Círculo Consciente de la Humanidad Solar entregadas por un Krishna, un Buda Gautama, un Pablo de Tarso, un Santiago, el apóstol, un Jesús de Nazareth, etc., encontramos en éstos, una unidad. Ellos quieren la aniquilación del pecado, del error, del Ego, o sea, de los “Yoes” que viven a expensas de nosotros. Verbigracia, Jesús de Nazareth, no pierde un instante, para enseñar a través de parábolas que si no extirpamos el pecado (que es el mismísimo Ego) no podemos entrar al “Reino de los Cielos”. ¿Acaso no fue eso lo mismo que enseñara Mahoma, Santhideva, Milarepa, Viracocha, Quetzalcóatl y que enseña el Budismo Zen, el Budismo Chan, el Sintoísmo, y cincuenta mil Maestros de Sabiduría más? Entonces, ¿Por qué tanta alharaca contra la Gnosis? ¿Por qué se acusa al gnosticismo de estar amargando la existencia de la gente? En verdad, todo lo que usted, amable lector (a), encuentra en la Gnosis, son las mismas enseñanzas de los Maestros que constituyen el Círculo Consciente de la Humanidad Solar; pero develadas, por los auténticos gnósticos, como el V. M. SAMAEL AUN WEOR, para que el “pueblo” las capte y las lleve a la práctica. Eso de que los gnósticos mueren repentinamente, o que viven en la miseria y pobreza, o que se vuelven alcohólicos, enfermizos y viven una vida apretada y de angustia, son conceptos de gentes vivarachas, pillas, que ignoran que la doctrina gnóstica se fundamenta en los Libros Sagrados, entre ellos la Biblia. Esos son los conceptos de los ególatras que endiosan al Ego, que es el demonio en toda su presencia; equivocados sinceros que creen en el “pastor” que lo guía que es un ciego que está con la Conciencia dormida, atrapada por el Ego sin saberlo, pues no sabe que no sabe, ¿qué puede saber sobre las Enseñanzas de nuestro señor el Cristo? Ellos son expertos en compaginar versículo con versículo, artículo con artículo, para llegar siempre a un fin, recolectar el diez por ciento de los salarios de sus pobres y ciegos miembros, que nunca le han sacado las cuentas de sus recaudos, y jamás se han preguntado; ¿qué hace Dios con tanto dinero y en qué banco se lo consignan? Si alguien les pidiera a estos “pastores”, comercializadores de alma, que vayan a trabajar como sus feligreses y que no cobren el mal llamado diezmo, los veríamos renunciar; porque a ellos les interesa sólo el dinero. Es que entre la cadencia del verso se esconde el “el Yo”; el “Yo” se disfraza de santo, de pastor, de sacerdote, de anacoreta y habla del Cristo, auncuando en la práctica esté en contra del Redentor del Mundo. El “Yo” es gregario, porque trabajan en grupo como los pandilleros, siempre actúa con “Yoes afines”, por ejemplo se pueden asociar los celos con la lujuria; la mentira con el robo; la fornicación con el adulterio… En el ámbito de lo pseudo-religioso existen sofismas perversos como aquellos que dicen que al eliminar el Ego no podemos evolucionar espiritualmente ¿Acaso el Ego puede ser espiritual? ¿Acaso el Ego puede entrar al Cielo? ¿Acaso los conocimientos del Ego pueden salvarnos y llevarnos al seno del Padre? ¿Cuándo se han mezclado el agua con el aceite? ¿Acaso el Reino de Dios y el Reino del infierno son uno solo?

El ególatra no le interesa auto-conocerse

l ególatra, que es aquel que endiosa al Ego, debido a no anhelar con todas sus fuerzas íntimas el desarrollo del sentido de la Auto-Observación mediante el uso continuo,

jamás podrá ver todos esos “Yoes” que sirven de fundamento básico a su temperamento individual, ya sea este último sanguíneo o nervioso, flemático o bilioso. Auncuando el ególatra no lo crea, detrás de su temperamento que posee y entre las más remotas profundidades de su psiquis, se alojan las creaciones diabólicas más execrables, los más distintos “Yoes” con sus más diversos matices de formas espeluznantes. Ver tales creaciones, observar esas monstruosidades del infierno dentro de las cuales se halla prisionera, embotellada, condicionada la Conciencia del ególatra, será imposible sin el desarrollo siempre progresivo de su sentido de Auto-observación íntima. En tanto el ególatra no haya aniquilado esas aberraciones psicológicas de lo más profundo, continuará siendo algo que no debería existir: Una deformidad, una abominación. Lo más grave de todo esto es que el ególatra no cae en cuenta de sus propias abominaciones, sino que se cree bello, justo, buena persona y hasta se queja de la incomprensión de los demás, lamenta la ingratitud de sus semejantes, dice que no lo entienden, llora afirmando que le deben, que le

han pagado con moneda negra, y hasta protesta airadamente contra el Gnosticismo lanzando contra él, epítetos altisonantes como eso es una “mafia espiritual”, está tan equivocado porque cree que con sólo leer un libro sagrado es más que suficiente para estar a la diestra de Dios Padre; pero, sus abominaciones psicológicas, ¿a quién se las deja? El ególatra debe comprender que sólo el sentido de la Auto-observación íntima le permitirá verificar por sí mismo y en forma directa la existencia o no, del Ego, y el Trabajo secreto mediante el cual en tiempo dado está

disolviendo tal o cual “Yo” (posiblemente descubierto en condiciones difíciles y cuando menos lo sospecha). Señor ególatra: ¿Habéis pensado alguna vez en la vida lo que más agrada o desagrada? ¿Habéis reflexionado sobre los resortes secretos de vuestras acciones mecánicas? ¿Por qué queréis tener una bella casa? ¿Por qué deseáis tener un automóvil último modelo? ¿Por qué queréis estar siempre a la última moda? ¿Por qué codiciáis no ser codicioso? ¿Qué es lo que más le ofendió en un momento dado? ¿Qué es lo que más os halagó ayer? ¿Por qué os sentisteis superior a fulano o a fulana de tal, en determinado instante? ¿A qué hora se sintió superior a alguien? ¿Por qué te engreísteis al relatar tus triunfos? ¿No pudiste callar cuando murmuraban de otra persona conocida? ¿Recibisteis la copa de licor por cortesía? ¿Aceptaste consumir droga o alcohol no teniendo el vicio, posiblemente por el concepto de educación o de hombría? ¿Estás seguro de haber sido sincero en aquella conversación? Y cuando te justificas a tí mismo, y cuando te alabas, y cuando contaste tus triunfos y lo relataste repitiendo lo que antes dijiste a los demás, ¿comprendiste que eres vanidoso?

E

El ególatra, por su condición de serlo, por adorar a su querido Ego, por estar identificado con el “Mi Mismo”, no cae en cuenta que estas creaciones infernales, que esas aberraciones psíquicas que desgraciadamente le caracterizan, son más monstruosas que las bestias más horrendas que existen en el fondo de los mares o en las selvas más profundas de la tierra. El ególatra no entiende por su condición de serlo, que su mente caótica y desequilibrada no puede alterar ningún defecto de tipo psicológico que lleva en su interior; obviamente, el entendimiento del ególatra, que va de lo conocido a lo conocido, puede darse el lujo de asegurar que el Ego, el “Yo” psicológico pluralizado del cual el Gnosticismo Universal hace énfasis en su aniquilación, es un sofisma de distracción, una teoría más. El ególatra está convencidísimo que su erudición libresca, que la información que tiene sobre las sagradas escrituras, ya sean estas de oriente o de occidente, del norte o del sur, que la absoluta seguridad de estar bien documentado, que el sectarismo intransigente con pleno convencimiento y cosas por el estilo, le van a dar el pasaporte para experimentar la realidad; pero éste no capta que en el fondo de sí, prosigue eso que ignora: el Ego, maldiciones, monstruosidades que se esconden tras el rostro venerable, tras la pose pietista, bajo el ropaje santísimo del líder religioso, etc., etc. Jamás el ególatra, por su condición de serlo, es sincero consigo mismo, y si pertenece a una secta religiosa muerta o a la iglesia fracasada, se pregunta ¿qué es lo que quiero: he entrado aquí por mera curiosidad o si de verdad es para extirpar el pecado, los errores psicológicos tal como el Cristo lo señala en sus Evangelios? Entonces, si no es por esta cuestión, el ególatra se está engañando a sí mismo, está defendiendo su podredumbre, está procediendo hipnóticamente. En las religiones más venerables de la sapiencia divina existen millones de ególatras, equivocados sinceros, que de verdad quieren salvarse pero que no están dedicados a la desintegración de sus abominaciones interiores. Son muchos los ególatras que suponen que mediante las buenas intenciones es posible llegar a la santificación. Ciertamente en tanto no se trabaje con intensidad sobre esos “Yoes” que en nuestro interior cargamos, ellos continuarán existiendo bajo el fondo de la mirada piadosa y de la buena conducta del ególatra. Al ególatra le ha llegado la hora de saber que es un malvado disfrazado con la túnica de la santidad; un lobo con piel de oveja; un caníbal vestido con traje de caballero; un verdugo escondido tras el signo sagrado de la cruz, de la Biblia, etc… Analizando detenidamente al ególatra llegamos a la conclusión lógica éste es un ser instintivizado, es decir, que solamente es impulsado por “Yoes” que manipulan a su antojo su Centro Instintivo. Su querido Ego no tiene individualidad alguna, es una suma de factores de discordia, una suma de pequeñas catexis sueltas -energías psíquicas egoicas-. Cada pequeño “Yo” de los que constituyen la legión denominada Ego, tiene realmente su propio criterio personal, sus propios proyectos, sus propias ideas y su propia retórica…

El ególatra es una máquina, pero no lo sabe… El ególatra no puede hacer, pero sueña que hace… El ególatra es una legión de “Yoes”; pero cree tener un “Yo” permanente…

l ególatra no se conoce. No conoce ni sus límites ni sus posibilidades. No conoce siquiera hasta qué punto no se conoce.

El ególatra ha visto que el ser humano ha inventado numerosas máquinas, y sabe que a veces se necesitan años de estudios muy serios para poder servirse de una máquina complicada o para gobernarla. Pero en cuanto se trata de sí mismo, olvida este hecho, aunque él, como todos sus semejantes, sea una máquina más complicada que todas las que se han inventado. El ególatra está lleno de ideas falsas sobre sí mismo. Ante todo, no se da cuenta que es realmente una máquina. ¿Qué quiere decir, que el ególatra como todos los seres humanos sea una máquina? Quiere decir que no tiene movimientos independientes ni interior ni

exteriormente. Es una máquina puesta en movimiento por impresiones o impactos exteriores y por influencias interiores. Todos los movimientos, actos, palabras, ideas, emociones, humores y pensamientos son provocados por influencias exteriores, pero el ególatra cree realizar esto espontáneamente; sin caer en cuenta que en sí mismo es un autómata con cierta provisión de recuerdos y de experiencias anteriores.

El ególatra también se arroga el poder que puede hacer. Este es el primero de los falsos poderes que piensa que tiene. Todo lo que cree hacer, en realidad le sucede. El ególatra piensa, lee, escribe, ama, detesta, emprende guerras, combate, etc., en realidad, todo esto le sucede. El ególatra no puede pensar, hablar ni moverse como quiere. Es una marioneta, como todo los seres humanos, tirada aquí y allá por hilos invisibles. Pero él como ególatra, por serlo, no lo comprende así. Si por un instante, o segundo, observara su lamentable estado, podría aprender mucho sobre sí mismo, y tal vez las cosas empiecen a cambiar para él. Pero como no puede, debido a su endiosamiento al Ego, por lo tanto, su mecanicidad, no la acepta como un hecho, entonces no puede tener conocimiento de sí y esto hará que las cosas no cambien para él. Así pues, el ególatra es una máquina, pero una máquina muy especial, y es una máquina especial porque si observara su letal situación llegaría a descubrir por sí mismo que es una máquina. Y si se da plena cuenta de ello puede hallar los medios para cesar de ser una máquina. El ególatra, para dejar de cargar esta triste realidad, debe saber que él como todos sus semejantes, no es uno, sino que es muchos; pues no tiene un “Yo” único, permanente e

E

inmutable. Cambia continuamente. Un momento es una persona, en el momento que sigue es otra, poco después una tercera, y así sucesivamente. Lo que le crea a él la ilusión de su unidad o de su integridad es, por una parte, la sensación que tiene de su cuerpo físico, por otra parte su nombre, que en general no cambia, y por último cierto número de hábitos mecánicos implantados en él por la educación, o adquiridos por imitación. Al tener siempre las mismas sensaciones físicas, al oírse llamar siempre con el mismo nombre y el hallar en sí los hábitos e inclinaciones que siempre ha conocido, se imagina permanecer el mismo. En realidad no existe unidad en el ególatra ni en el ser humano en general, no hay un centro único de comando, ni un “Yo” permanente; cada idea, cada sentimiento, cada deseo, cada “Yo” sigue automáticamente a tal otro y algunos aparecen acompañados de otros. Pero no hay en ellos ni orden ni sistema. Algunos grupos de “Yo” tienen entre sí lazos naturales que el ególatra ni remotamente sospecha, por ser ególatra, auncuando esos lazos se deben a asociaciones accidentales, recuerdos fortuitos o asociaciones totalmente fantásticas. Cada uno de esos “Yo” representa en un momento dado, una ínfima parte de las funciones psicológicas del ególatra y del ser humano en general, pero cada uno de esos “Yo”, cree representar al todo. Cuando el ególatra dice “Yo”, tiene la impresión de que habla de él en su totalidad, pero en realidad, hasta cuando cree que es así, no es sino un pensamiento pasajero, un sentimiento pasajero o un deseo pasajero. Unos minutos después puede haberlo olvidado completamente y expresar con la misma convicción una opinión, un punto de vista o intereses opuestos. Lo peor es que el ególatra por endiosar al Ego, no cae en cuenta de tal cosa. En la mayoría de los casos da crédito al último “Yo” que ha hablado, mientras un nuevo “Yo”, a veces sin relación alguna con el presente, expresa con más fuerza, su opinión o su deseo. El ególatra, por su condición de adorar al Ego, no cae en cuenta que olvidó a su divinidad interior y que está bebiendo en la copa de la locura, pues se ha revelado en contra de su propio Ser, su Mónada o Dios íntimo. El ególatra así como el total del género humano está aprisionado en muchas entidades tenebrosas que le arrebataron poco a poco su luz verdadera, y esto ha sido la desgracia de esta pobre humanidad. Este ha sido una desgracia que se ha ido perpetuando en la raza humana a través del ciclo de los retornos del Ego, fortificándose en este proceso dentro de la criatura humana, y disminuyendo, cada vez más, el porcentaje de Conciencia. El ególatra, debido a su fascinación con su propio Ego animal, no alcanza a percibir que el dolor que embarga a la humanidad actual, que la mantiene en la desesperación espantosa, se debe a los defectos de tipo psicológico que lleva en su interior, pues cada uno de ellos origina el dolor, la miseria, la enfermedad y lo que es peor, hace sufrir a los demás. El Ego, el elemento inhumano que el ególatra tanto adora, lo tiene sumido en un estado de sueño de la Conciencia, como a todo su prójimo, en todas sus contradicciones que cubren la extensión de su triste vida, lo peor es que actúa en el sueño y no sabe que duerme. La vida humana se basa en el sueño, pero el ególatra niega la posibilidad de despertarse; no entiende esta idea, por lo tanto no ve la realidad como es, y por decirlo así, no lo toma al pie de la letra…

El ególatra y su querido subconsciente

l ególatra, por causa de serlo, considera que su querido Ego, no puede ni debe ser aniquilado, ni siquiera por considerarse como “elementos subhumanos, inhumanos e

infrahumanos” que lo alejan del crecimiento espiritual; y su ignorancia es tan letal, que lo considera parte dizque de un ser no espiritual que nos da conocimientos nuevos, experiencias nuevas, alternativas nuevas. ¡Cómo es el Ego! Lo negro lo ve blanco, lo blanco lo ve negro. No conoce el ególatra que el Ego sabe más por viejo que por Ego, pues él repite lo que conoció en el ayer, no tiene nada del presente. Y para agravar el asunto de su ignorancia, piensa el ególatra, que si eliminamos el Ego, separaremos el cuerpo de la mente, o sea, que no sabe que la mente, la que nos proporciona todos los dolores tanto físicos como psicológicos, es algo fatal; pero él la ve sagrada y dizque nos ayuda a madurar, a crecer, a alcanzar la perfección espiritual y que nos guía hacia lo divinal. Esto es tanto como decir, la mente es nuestro Ser íntimo, el Dios que está en medio de nosotros.

¡Qué locura! Eso de hablar sobre lo que la mente jamás ha conocido, ni conocerá, es la madre de todas las locuras. El ególatra no conoce que el Ego está constituido por elementos subjetivos que él mismo ha creado y que no nos traen la felicidad real del Ser, o ¿acaso nos hacen felices las manifestaciones de odio, envidia, celos, ira, resentimiento, etc., etc.? El ególatra, adora tanto a su querido Ego, que no alcanza a percibir que cada elemento que es eliminado nos hace libre de sufrimientos; si por ejemplo,

eliminamos el odio quedamos libre de ese sufrimiento que nos proporciona y esa libertad nos permite conocer lo que es el amor; si aniquilamos el fanatismo religioso, quedamos libre de los celos religiosos, de la intolerancia, del irrespeto hacia nuestro prójimo, y esa libertad nos permitirá accionar el don de comprender que cada religión tiene una parte del conocimiento de la divinidad, verbigracia: el budismo nos da el conocimiento de nuestra Buda Intimo. ¿Y quién es el Buda Interior? Nuestro Padre que está en secreto. El cristianismo nos enseña la acción de nuestro Cristo Íntimo. ¿Y quién es el Cristo Íntimo? Es el Fuego Sagrado de nuestro Padre que está en secreto; es el primogénito de la creación tanto en el Macrocosmos como en el Microcosmos Hombre; Él es quien desde las profundidades de la Conciencia nos ha de salvar. Si toda la humanidad eliminara de su interior psicológico, incluyendo, obviamente, al ególatra, crearíamos en nosotros el Hombre Interior Crístico, en vez de llevar cargando este fardo de pecados, de problemas, conflictos, sufrimientos, etc., creados por el Ego. ¿Cómo viviríamos sobre la faz de la Tierra si todos aniquiláramos el “Yo” del robo, por ejemplo?

E

Ahora, si extirpáramos la violencia, el odio, el terrorismo, la envidia, la codicia, la ira, el miedo, etc., etc., etc., ¿acaso no viviríamos en un paraíso? Viviríamos en un mundo pletórico de justicia, científico, ético, en un solo término, espiritual, o sea, donde el Espíritu Santo reinaría; y no la mente caótica de los millones de “Yoes” que en su conjunto forman el Ego, y que se impone miserablemente… El ególatra no alcanza a percibir, a tocar, a palpar que lo más importante es dejar de soñar. Los sueños, tanto con el cuerpo físico activo o pasivo, en realidad sólo son meras proyecciones del Ego, y por lo tanto son ilusorios, no sirven. Es precisamente el Ego quien proyecta sueños y obviamente esos sueños resultan inútiles; lo que necesita el ególatra, como toda la humanidad en general, es transformar el subconsciente en consciente. El ególatra, como cada uno de nosotros, necesita eliminar radicalmente, no sólo los sueños, sino la posibilidad de soñar y eso es algo grave; es incuestionable que tal posibilidad existe mientras existan elementos subjetivos o el Ego dentro de nuestra psiquis. Necesitamos una mente que no proyecte. El Ego es proyectista y proyecta sueños y estos son vanos o ilusorios. Cuando decimos, mente proyectista, no estamos refiriéndonos a nuestros proyectos, como los que hace un arquitecto que traza los planos para un edificio; o un ingeniero que traza los proyectos para construir un gran puente o una carretera; no, cuando hablamos de mente proyectista queremos referirnos, cuando el Ególatra o cualquiera de nosotros permitimos que el subconsciente, no sólo proyecte casas, edificios o cosas por el estilo; no; aclaramos, cuando proyecta nuestros propios recuerdos, nuestros propios deseos, nuestras propias emociones, pasiones, ideas, experiencias, etc., etc. La mente proyectista, proyecta sueños, y es claro que mientras el subconsciente exista, existen las proyecciones; cuando el subconsciente concluya, cuando se ha transformado en consciente, las proyecciones concluyen; ya no pueden existir, desaparecen. Si queremos nosotros, si quiere el ególatra, llegar a la auténtica iluminación, es necesario y urgente, transformar al subconsciente en consciente; indubitablemente, tal transformación sólo es posible aniquilando el subconsciente. Pero el subconsciente es el Ego, entonces hay que aniquilar al Ego, y eso es precisamente, lo que el ególatra no quiere; él no anhela que su subconsciente deje de existir, para que en su lugar venga su Conciencia objetiva, real y verdadera. En otros términos, mientras exista cualquier elemento subjetivo, subconsciente, por insignificante que este sea dentro de nosotros mismos aquí y ahora, la posibilidad de soñar continúa; pero cuando termina cualquier elemento subjetivo, subconsciente, por insignificante que este sea, cuando ya no queda en nuestra psiquis ningún elemento subconsciente, el resultado es la Conciencia objetiva, la iluminación auténtica y verdadera. Un Individuo que posea Conciencia objetiva, un Individuo que haya eliminado el subconsciente, vivirá en los mundos suprasensibles completamente despierto y mientras su cuerpo físico duerme en la cama, él se moverá en los mundos suprasensibles a voluntad, viendo, oyendo y palpando las grandes realidades de los mundos superiores. El ególatra, sin embargo, sueña que es consciente; su Ego proyecta que es un individuo consciente. ¡Pobre ególatra! Si no cambia vivirá metido en esa ilusión…

El V. M. SAMAEL AUN WEOR nos platica sobre la falacia del “Yo Superior y del Yo Inferior”

Ante todo es indispensable que analicemos cuidadosamente esta cuestión del Ego. Diversas escuelas de tipo pseudo-esoteristas y pseudo-ocultistas enfatizan la idea descabellada de un “Yo” doble: Al primero lo denominan "Yo Superior"; al segundo se le califica como "Yo Inferior". Nosotros decimos que "superior" e "inferior" son dos secciones de una misma cosa. Mucho se ha hablado sobre el "Alter Ego", y hasta se le alaba y se le deifica considerándosele Divino. En nombre de eso que es la Verdad, se hace indispensable decir que “Yo Superior e Inferior” son dos aspectos del mismo Ego, y que por lo tanto alabar al primero y subestimar al segundo resulta, fuera de toda duda, algo incongruente”. “Enfocando directamente esta cuestión, mirando al Ego tal como es en sí mismo y sin esta clase de arbitrarias divisiones (Superior e Inferior), es claro que nosotros hacemos una diferenciación correcta entre lo que es el "Yo" y lo que es el "Ser". Podría objetársenos que tal diferenciación no es más que otro concepto emitido por el intelecto. Aquellos que nos escuchan hasta buscarán escapatorias, aseverando que un concepto más o un concepto menos en cuestiones de alta Filosofía, es algo que no tiene la menor importancia. Hay quienes inclusive pueden darse el lujo de escuchar estas afirmaciones y luego olvidarlas, para poner atención en algo que sí consideran de importancia. Las gentes de Conciencia dormida suelen pasar por alto afirmaciones de este tipo, debido a que ya están cansadas con tanta teoría. Esas personas se dicen a sí mismas: "¿Qué importa una teoría más? ¿Qué importa una teoría menos?” “Nosotros debemos hablar con plena franqueza y basarnos en hechos, en experiencias directas, y no en simples opiniones de tipo subjetivo. Voy a decirles, amigos míos, lo que me consta, lo que he visto y oído, y si ustedes quieren aceptar mis aseveraciones, bien lo hacen, mas si quieren rechazarlas, es cosa de ustedes... Todo ser humano es libre para aceptar o rechazar, o interpretar las enseñanzas como bien quiera. En el principio de mi actual reencarnación, yo también, como muchos de ustedes, había leído variados libros pseudo-esotéricos y pseudo-ocultistas. Buscando como ustedes lo han hecho, pasé por diversas escuelas y conocí multitud de teorías. Es ostensible que a fuerza de tanto leer y releer, llegué también a creer en la existencia de los dos “Yoes”: El Superior y el Inferior”. “Los distintos preceptores me decían que había que dominar al “Yo Inferior” por medio del “Yo Superior”, para poder llegar algún día al Adeptado. Confieso francamente y sin ambages, que yo estaba completamente convencido de la existencia de los tales dos “Yoes”. Afortunadamente, un acontecimiento místico trascendental vino a sacudirme intensamente en el fondo de mi Alma... Sucedió que una noche cualquiera, no importa la fecha, ni el día, ni la hora, hallándome fuera del Cuerpo Físico, en forma completamente consciente y positiva, vino a mí, mi Real Ser Interno, el Intimo. Sonriendo, el Bendito me dijo: -"¡Tú tienes que morir!" Estas frases del Íntimo me dejaron perplejo, confundido, anonadado. Con un poco de temor, interrogué a mi Ser Interior (Atman), diciéndole: -"¿Por qué tengo que morir? ¡Déjame vivir un poco más; yo estoy trabajando por la humanidad!"... “Todavía recuerdo aquel instante en que el Bendito, sonriendo, me repitiera por segunda vez: -"¡Tú tienes que morir!" Después, el Adorable me mostró en la Luz Astral aquello que debía morir en mí mismo. Entonces vi al “Yo” Pluralizado formado por multitud de entidades tenebrosas, verdadero enjambre de sujetos perversos, Agregados Psíquicos de distinta clase, demonios vivientes personificando errores. Así fue, amigos míos, cómo vine a saber que el “Yo” no es algo individual, sino una suma de Agregados Psíquicos, un total de múltiples Yoes pendencieros y gritones. Alguno de estos representan la ira, otros la codicia, aquellos la lujuria, estotros la envidia, estotros el orgullo; después continúan la pereza, la gula y todos sus infinitos derivados. No vi realmente en el Ego nada digno de ser adorado, ningún tipo de Divinidad, etc.”

“Al llegar a esta parte de mi exposición, no sería extraño que algunos asistentes objetaran mis palabras, diciéndome: -"Posiblemente usted, señor, vio a su “Yo Inferior”, suma de Agregados Psíquicos, como afirma el Budismo Oriental. Bien distinto sería su concepto si hubiera percibido al “Yo” Superior en toda su grandeza". Conozco muy bien, amigos, las diversas formas de intelectualización que ustedes tienen, sus escapatorias, sus evasivas, sus distintas justificaciones, sus reacciones, sus resistencias, el deseo de hacer resaltar siempre todo lo que tenga sabor a Ego. Es claro que el Ego no tiene ganas de morir y que quiere continuar en alguna forma exquisitamente sutil, sino, además, en las formas más densas y groseras. A nadie le puede gustar ver su querido “Yo”, reducido a polvareda cósmica, así porque sí, porque un fulano cualquiera lo dijo en una sala de conferencias. Es apenas normal que el Ego no tenga ganas de morir y que busque filosofías consoladoras que le prometan un rinconcito en el Cielo, un puesto en los altares de las iglesias, o un "más allá" lleno de infinita felicidad”. “Lamentamos de verdad tener que desilusionar a las gentes, pero no nos queda más remedio que ser, dijéramos, lapidarios, francos y sinceros en estas cuestiones tan graves. Como quiera que a los Gnósticos nos gusta hablar con hechos concretos, claros y definitivos, no tendré ahora ningún inconveniente en narrar otro suceso insólito, con el propósito de demostrarles que el “Yo Superior” no existe... Otro día, estando en profunda meditación, de acuerdo con todas las reglas que manda el Jnana-Yoga, entré en algo que se conoce como Nirvi-Kalpa-Shamadi. Entonces abandoné todos los Cuerpos Suprasensibles y penetré en el Mundo del Logos Solar, convertido en un Dragón de Sabiduría. En tales momentos Logoicos, más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente, quise saber algo sobre la vida del Gran Kabir Jesús; fue precisamente en ese instante cuando me vi a mí mismo convertido en Jesús de Nazaret, haciendo milagros y maravillas en la Tierra Santa. Todavía recuerdo aquel instante en que fuera bautizado por Juan en el Jordán... Me vi dentro de un templo a las orillas de ese río; "el Precursor" estaba vestido con hermosa túnica, y al acercarme a él mirándome fijamente exclamó: -"¡Quítate Jesús tu vestidura, porque voy a bautizarte!" Pasé al interior del Santuario, y echando sobre mi cabeza el aceite de la unción y después un poco de agua, oró y yo me sentí transformado”. “Lo que siguió después fue maravilloso. Sentado en un salón vi tres Soles Divinales: El primero era el Azul del Padre, el segundo el Amarillo del Hijo, y el tercero el Rojo del Espíritu Santo. He ahí los Tres Logos: Brahma, Vishnú y Shiva. Al salir de aquel estado estático, al regresar a mi Cuerpo Físico, mi confusión fue tremenda. "¿Yo, Jesús de Nazaret? ¿Yo, el Cristo? ¡Válgame Dios y Santa María! ¡Un mísero pecador, un gusano del lodo de la tierra que ni siquiera es digno de desatarle las sandalias al Maestro, convertido así porque sí en Jesús de Nazaret"! Bastante preocupado por todo esto, resolví volver a entrar en meditación y repetir la experiencia mística, cambiando únicamente el motivo de ella: Ahora, en vez de querer saber algo sobre la vida de Jesús, me interesé por Juan y el bautismo del Nazareno”. “Vino después el estado místico anterior; abandoné todos los Cuerpos Suprasensibles, y quedé nuevamente en el estado Logoico. Una vez que ya volví a tal estado, fijé mi atención con mayor intensidad en Juan el Bautista, y he aquí que me vi entonces convertido en Juan, haciendo las cosas del Precursor, bautizando a Jesús, etc., etc., etc. Al perder el éxtasis, al regresar al Cuerpo Físico, entonces comprendí que en el Mundo del Logos, en el Mundo del Cristo, no existe ningún tipo de Yo Superior ni de Yo Inferior”. “Es urgente que todos los aquí presentes comprendan que en el Cristo todos somos Uno, y que la herejía de la separatividad es la peor de las herejías”. “Amigos míos, todo en este mundo en que vivimos pasa: Las ideas pasan, las personas pasan, las cosas pasan. Lo único estable y permanente es el Ser, y la razón de ser del Ser es el mismo Ser. Distingan ustedes pues, entre lo que es el “Yo” y lo que es el Ser”.

PARA VIVIR SIN DROGAS ________________________________________________

El “Dick”

l coordinador General de la Cátedra Antidrogas de la República de Venezuela, Hernán Matute, hizo un llamado a las autoridades a investigar la aparición de una nueva droga

denominada “Dick” que produce daños severos. “Esta sustancia mata neuronas, es una mezcla química. Esta nueva droga es una sustancia orgánica de olor medianamente agradable, líquido transparente que se usa como disolvente, fumigante, desengrasante, para curtir cueros, quitar manchas, se usa como refrigerante, componente de aerosoles, para el soplado de espumas, etc.” “Tiene efecto narcótico, puede causar inconsciencia y hasta ocasionar la muerte. Si esta sustancia es aspirada entra muy fácil a los pulmones y puede dañar otros aparatos y sistemas internos; si se expone la piel, puede ocasionar quemaduras. En los ojos puede ocasionar dolor e irritación de la córnea. Es un producto carcinogénico para los humanos”. También señaló que produce arritmia, derrame cerebral y causa problemas graves en los sistemas renal y respiratorio. Este nuevo alucinógeno es el sustituto de la droga conocida como “Popper”. El “Dick” es el nombre utilizado para el cloruro de metileno, que tiene un costo

menos elevado al “Popper”. El señor Matute hizo un llamado a los centros de salud a brindar información a los medios de comunicación y las autoridades de casos de sobredosis para que los toxicólogos y las autoridades puedan crear planes que permitan disminuir el consumo de estupefacientes. Además, aseguró “que en los últimos

años se ha producido un ingreso “alarmante” de drogas en las instituciones educativas y explicó que utilizan a niños para captar a otros pero la respuesta de las autoridades ha sido débil”. Hasta hace pocos años, pensaba la sociedad estadounidense que esa plaga tenía muy poco que ver con ellos; limitaban sus estragos al otro hemisferio. Hace poco tiempo dos congresistas de USA presentaron un seco informe sobre algunas indagaciones hechas en Vietnam, sobre cómo el consumo de drogas alcanzó proporciones epidémicas entre los soldados estadounidenses. Auncuando algunos creen que haber sido un soldado en Vietnam fue una situación extrema y que sus tensiones pueden explicar su precipitada difusión. Como también se piensa que los jóvenes dentro de los Estados Unidos tienen sus propias tensiones, para las cuales la droga es la peor respuesta posible, pero que otras drogas son inofensivas y no ofrecen verdaderos problemas psicológicos. ¿Pero, qué de cierto hay en ésto? A poco tiempo apareció una entrevista en "Los Ángeles Times" con un psiquiatra de la Universidad de California en Berkeley, el Dr. Harvey Powelson, que contenía algunas terribles noticias acerca de los efectos de ciertos estupefacientes considerados "inofensivos" en jóvenes que él había estudiado profesionalmente en los últimos años. El Dr. Powelson notó, entre los que usaban estupefacientes como la marihuana constante y largamente,

E

síntomas de apatía, desorientación y confusión. Su informe provino claramente de la creciente evidencia de su experiencia con esos jóvenes, y tanto más renuentemente cuanto sus impresiones anteriores presentaban la que ciertos estupefacientes eran básicamente inofensivos. Ahora tenemos una notable confirmación del testimonio de Powelson en un estudio de dos psiquiatras de Filadelfia, los doctores Harold Kolansky y William Moore, publicado en la revista de la asociación Médica Americana. De 250 pacientes que ellos han visto en los últimos meses que usaban estupefacientes como la marihuana, había 138, de 13 a 24 años de edad que la usaban frecuentemente, no habían usado otra clase de drogas pero tenían ciertas afecciones mentales. Sus conclusiones están de acuerdo con las de otro doctor, Arthur Kornshaber, quien reportó sobre adolescentes que usaban marihuana y algunos, otras drogas. Los resultados son muy desalentadores... Las leyendas juveniles en USA, que dicen que fumar marihuana unas pocas veces a la semana no es diferente a beber unos cocteles sociales o fumar cigarrillos moderadamente, simplemente no son exactas. Los jóvenes pacientes de la marihuana fueron hallados apáticos, pasivos, distraídos, deprimidos, desorientados en su memoria y con otras funciones mentales perturbadas o dañadas. Algunos médicos resumen todo eso como un patrón de distorsión de la personalidad, otros como una seria retardación en proceso de la madurez. Pero sea lo que fuere lo que ocurra, parece deberse a un efecto tóxico sobre el sistema nervioso y cuando termina el uso de estupefacientes los síntomas disminuyen. El Dr. Kolansky resume su punto de vista vivamente diciendo que el adolescente que usa marihuana por ejemplo, "Está jugando con una ruleta rusa doméstica". Y el Dr. Kornshaber dice que ella causa algo así como "una lobotomía frontal química". Esta es una forma dura de hablar, pero si nos saca a algunos de nosotros de nuestra actitud complaciente hacia los estupefacientes será útil para los jóvenes y la sociedad entera o ninguno de esos estudios pretende ser una experiencia controlada bajo condiciones de laboratorio, lo cual es muy difícil de hacer con quienes usan drogas. Una descripción científica de las consecuencias del uso de las drogas, lo encontramos en el siguiente informe: Detrimentos físicos y morales. Sus efectos físicos son: Vértigo, náuseas, sequedad de las mucosas, opresión cefálica, bradipnea (respiración lenta). Más tarde aparecen crisis sudorales, midriasis (dilatación de la pupila), polaquiuria (orina con frecuencia) e imposibilidad de mantenerse de pie. Desde el punto de vista psíquico, las drogas, provocan algunas, primero euforia (sensación de bienestar), luego delirio alucinatorio, liberación de las inhibiciones y aparición de impulsos irresistibles, y, finalmente, abstracción y sueño. En este período son notables los errores de tiempo y espacio. El uso prolongado de algunos estupefacientes conduce a un estado psíquico crónico que se evidencia por irritabilidad acentuada y propensión, en sujetos predispuestos, a psicosis de tipo esquizofrénico (locura). Las consecuencias sociales son análogas a las del alcoholismo crónico: decadencia generalizada, disminución de la capacidad para el trabajo, entre otras. No por ignorancia, sino a sabiendas, el uso de drogas esclaviza a sus adictos, provoca invalidez, deformidades y retrasos mentales en sus hijos y en sus descendientes más inmediatos.

FRENTE MUNDIAL DE SALVACIÓN DEL PLANETA __________________________

Peleas de perros

Las peleas de perros son una práctica ilegal que se realizan de forma encubierta en muchas ciudades”.

“Estas peleas suelen ser organizadas por gente sin escrúpulos, desequilibrados mentales y por gente muy acomplejada, que necesita sentirse "grande" de alguna manera y no les importa sacrificar sus perros en el intento e, incluso, adiestrar a sus animales para la lucha, sabiendo que van a morir en ella”. “Estos perros se convierten en animales agresivos, imprevisibles, inestables, desequilibrados, con los nervios a flor de piel. En ocasiones, incluso, acaban volviéndose contra sus propios dueños”. “Las "técnicas" de adiestramiento son de lo más cruel y abusivas: dejar a los animales horas colgados de una cuerda por sus propios dientes para fortalecer la mandíbula, hacerles correr en una cinta andadora horas y horas para desarrollar su musculatura, descargas eléctricas en el ano para desatar su agresividad antes de los entrenamientos y peleas, etc.” “Sin alimento, a oscuras, golpeados y drogados, los perros comienzan a ser

entrenados a los tres meses de vida, alcanzando la madurez para la pelea a los dos años.” “El proceso degenerativo es duro. El perro, generalmente de conducta noble, es maltratado para que odie al mundo. Se les adiestra para matar comenzando a atacar los puntos débiles del rival: las patas y el hocico. "Es habitual que para el entrenamiento se les ate a un coche y se les obligue a correr con el fin de que fortalezcan las piernas; se les hace la noria, consistente en perseguir un cacho de carne que gira en círculo; o

la goma, método con el que el perro salta y se queda en vilo, mordiendo un objeto y girando sobre sí mismo en el aire para reforzar la mandíbula". “Para fomentar el instinto asesino, los entrenadores utilizan cachorros, gatos y otros animales pequeños como carnada. Estos animales pequeños son inmovilizados, y los perros que, anteriormente fueron castigados y privados de alimento, los matan.” “Los amos del animal suelen rociar con productos tóxicos a su perro para que el rival merme su potencial al mezclar el compuesto químico con la saliva. Esta conocida trampa ha hecho que los perros sean lavados antes de las peleas como medida de precaución. Los más listos embadurnan de vaselina al cánido para que el agua no haga ningún efecto.” “Todos estos animales por sus dueños para la lucha acaban por convertirse en máquinas de matar, por culpa de los imbéciles degenerados que les entrenan para ello.” Existen muchas formas de ateísmo; son variadas las formas mentales del materialismo. Existen sujetos que dicen ser ateos-materialistas y. sin embargo. le temen por ejemplo a las hechicerías, a las brujerías; respetan a la naturaleza, pero a su modo; cuando se les habla de asuntos espirituales o religiosos, se declaran ateos; su ateísmo es una forma nada más incipiente.

Mas hay otras formas de materialismo y ateísmo: El tipo Marxista-Leninista, incrédulo, escéptico; en el fondo algo busca ese materialista ateo, quiere sencillamente desaparecer, no existir, aniquilarse íntegramente, no quiere saber nada de la Mónada Divina, del Padre que está en secreto, lo odia. ¿Qué es lo que realmente quiere ese sujeto? ¿Qué es lo que busca con su ateísmo? ¿Cuál es su anhelo? Su anhelo es rechazar el Auto-Conocimiento, la Auto-Gnosis, no valora el Conocimiento Propio, y lo consigue porque al fin termina como un sujeto fracasado, sin saber quién es, de dónde viene, para dónde va, cuál es la causa de su existencia, por qué vive, para qué vive... Hay gentes que se dicen católicas, evangélicas, adventistas, gnósticas, etc., y, sin embargo, en sus exposiciones son crudamente materialistas, ateas; pero van a sus cultos, comulgan, se confiesan; ésta es otra forma de escepticismo. Si analizamos todas las formas habidas y por haber de escepticismo y materialismo, descubrimos que son millones, porque sencillamente son mentales, cosas de la mente; es decir, el escepticismo y el materialismo son de la mente y no del Ser. Cuando alguien ha pasado más allá de la mente, se ha hecho consciente del Auto-conocimiento que no es del tiempo; obviamente un sujeto así, no puede ser ni materialista ni ateísta. Aquel que alguna vez ha escuchado al Padre que está en secreto, está más allá del tiempo, más allá de la mente. El ateísmo es de la mente, pertenece a la mente que es como un abanico. Lo que hay de real está más allá de la mente. El ateísta y el materialista son ignorantes, jamás han escuchado al Padre Intimo, nunca han escuchado en forma directa (es decir, sin intervención de la mente ni de los llamados Libros Sagrados) la Palabra Divina. En la mente es donde se gestan el ateísmo y el materialismo y toda forma de escepticismo; estas son formas de la mente, formas ilusorias que no tienen ninguna realidad. Lo que verdaderamente es real no pertenece a la mente; lo que ciertamente es real, está más allá de la mente. Independizarnos de la mente es importante para conocer lo real, no para conocerlo intelectualmente, sino para experimentarlo real y verdaderamente. En la mente lo que hay es ignorancia. La Real Sabiduría no está en la mente; por eso cae y cae en tantos errores graves. Cuán necios son aquellos que hacen propagandas mentalistas, aquellos que prometen poderes mentales, que le enseñan a otros a dominar la mente ajena... La mente no ha hecho feliz a nadie; la verdadera felicidad está mucho más allá de la mente. Uno no puede llegar a conocer la felicidad hasta que no se independice de la mente. La mente es materia física o metafísica, pero materia. Por eso es que no puede hacernos dichosos. Para conocer la auténtica felicidad, la verdadera sabiduría, debemos salirnos de la mente y vivir en el mundo del Ser, eso es lo importante. No negamos el poder creador de la mente; es claro que todo lo que existe es mente condensada. Pero, ¿qué ganamos con eso? ¿Acaso la mente nos da la felicidad? Podemos nosotros hacer maravillas con la mente, crearnos muchas cosas en la vida; los grandes inventos son mente condensada, pero este tipo de creaciones no nos han hecho felices. Lo que necesitamos es independizarnos de la mente, salir de ese calabozo de la materia porque la mente es materia. Hay que salirnos de la materia, vivir en función del Espíritu, como Seres, como criaturas felices más allá de la materia. A nadie le hace feliz la materia, la materia siempre es grosera aunque asuma formas hermosas... El tema tratado en el presente artículo es el resultado del materialismo que campea en esta sociedad caduca, degenerada, carente de valores espirituales…

El Querido Ego Por: SAMAEL AUN WEOR

omo quiera que superior e inferior son dos secciones de una misma cosa, no está de más sentar el siguiente corolario: "Yo Superior, Yo Inferior" son dos aspectos del

mismo Ego tenebroso y pluralizado. El denominado "Yo Divino" o "Yo Superior", "Alter Ego" o algo por el estilo, es ciertamente una triquiñuela del "Mí Mismo", una forma de auto-engaño. Cuando el “Yo” quiere continuar aquí y en el más allá, se auto-engaña con el falso concepto de un “Yo Divino e Inmortal”...Ninguno de nosotros tiene un "Yo" verdadero, permanente, inmutable, eterno, inefable, etc., etc., etc. Ninguno de nosotros tiene en verdad una auténtica Unidad de Ser; desafortunadamente ni siquiera poseemos una legítima Individualidad. El Ego aunque continúa más allá del sepulcro, tiene, sin embargo, un principio y un fin. El Ego, el “Yo”, nunca es algo individual, unitario, unitotal. Obviamente el “Yo” es "Yoes". “En el Tibet Oriental a los "YOES" se les denominan "Agregados Psíquicos" o simplemente "Valores" sean estos últimos positivos o negativos. Si pensamos en cada "Yo" como una persona diferente, podemos aseverar en forma enfática lo siguiente: "Dentro de cada persona que vive en el mundo, existen muchas personas". Incuestionablemente, dentro de cada uno de nosotros viven muchísimas

personas diferentes, algunas mejores, otras peores... Cada uno de estos “Yoes”, cada una de estas personas lucha por la supremacía, quiere ser exclusiva, controla el cerebro intelectual o los centros emocional y motor cada vez que puede, mientras otro lo desplaza... La Doctrina de los Muchos “Yoes” fue enseñada en el Tibet Oriental por los verdaderos Clarividentes, por los auténticos

Iluminados... Cada uno de nuestros defectos psicológicos está personificado en tal o cual “Yo”. Como quiera que tenemos millares y hasta millones de defectos, ostensiblemente vive mucha gente en nuestro interior. En cuestiones psicológicas hemos podido evidenciar claramente que los sujetos paranoicos, ególatras y mitómanos por nada de la vida abandonarían el culto al querido Ego. Incuestionablemente, tales gentes odian mortalmente la doctrina de los muchos "Yoes". Cuando uno de verdad quiere conocerse a sí mismo, debe Auto-observarse y tratar de conocer los diferentes "Yoes" que están metidos dentro de la personalidad. Si alguno de nuestros lectores no comprende todavía esta Doctrina de los Muchos "Yoes", se debe exclusivamente a la falta de práctica en materia de Auto-observación. A medida que uno practica la Auto-observación Interior, va descubriendo por sí mismo a muchas gentes, a muchos "Yoes", que viven dentro de nuestra propia personalidad. Quienes niegan la Doctrina de los Muchos “Yoes”, quienes adoran a un “Yo” Divino, indubitablemente jamás se han Auto-observado seriamente. Hablando esta vez en estilo Socrático diremos que esas gentes no sólo ignoran sino además ignoran que ignoran. Ciertamente jamás podríamos conocernos a sí mismos, sin la Auto-observación seria y profunda. En tanto un sujeto cualquiera siga considerándose cono “Uno”, es claro que cualquier cambio interior será algo más que imposible.

C