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Feminismo y posmodernismo: Donde la niebla se extiende, de Bertha Balestra Maricruz Castro Ricalde* Resumen: El propósito de este artículo es analizar cómo la novela Donde la niebla se ex- tiende de Bertha Balestra organiza una nueva imagen en la que puede reconocerse el hecho histórico: un fragmento de la historia de la Colonia en México, alejándose del enfoque institucional. Para ello, ofrecerá una historia alternativa, reescrita en los términos del deseo, de '"El nuevo sol". Esta obra conjuga uno de los intereses del posmodernismo -el rechazo a los discursos esencialistas,únicos, fundamentales- con una de las in- quietudes del feminismo: el reconocimiento y la aceptación de la larga historia del sexismo y su enclave en las sociedades contemporáneas. Palabras clave: Posmodernidad,feminismo, poscolonialismo, literatura mexiquense. i bien en la actualidad el debate de la crítica literaria sobre el posmo- dernismo se ha disuelto en uno más general, centrado en la teoría y la S cultura, en ocasiones suele coincidir con los postulados generales sobre la posmodernidad, pero en otras muestra rasgos propios, por ejemplo cuando se conjuga con perspectivas como las del feminismo o bien con las del poscolo- ni al i s m o. Desde la crítica literaria, el posmodernismo se tradujo en una manera de contar, en la que problemas como la verdad científica, la ética, la ley o la historia se cuestionaban de alguna forma. Las prácticas estéticas que la crítica detectó se vinculaban con la parodia, la fragmentación y la autoconciencia, procedimientos a través de los cuales se respiraba una pérdida de la fe en las ideas de progreso y racionalismo, tan peculiares de la modernidad. Sin embargo, no puede hablarse * Profesara rirulai del 1nstimto'~emoIógico y de Estudios Superiores de Monterrep carnpusToluca. Carrco electrónico: [email protected]

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Feminismo y posmodernismo: Donde la niebla se extiende, de Bertha Balestra

Maricruz Castro Ricalde*

Resumen: El propósito de este artículo es analizar cómo la novela Donde la niebla se ex-

tiende de Bertha Balestra organiza una nueva imagen en la que puede reconocerse el hecho histórico: un fragmento de la historia de la Colonia en México, alejándose del enfoque institucional. Para ello, ofrecerá una historia alternativa, reescrita en los términos del deseo, de '"El nuevo sol". Esta obra conjuga uno de los intereses del posmodernismo -el rechazo a los discursos esencialistas, únicos, fundamentales- con una de las in- quietudes del feminismo: el reconocimiento y la aceptación de la larga historia del sexismo y su enclave en las sociedades contemporáneas. Palabras clave: Posmodernidad, feminismo, poscolonialismo, literatura mexiquense.

i bien en la actualidad el debate de la crítica literaria sobre el posmo- dernismo se ha disuelto en uno más general, centrado en la teoría y la S cultura, en ocasiones suele coincidir con los postulados generales sobre

la posmodernidad, pero en otras muestra rasgos propios, por ejemplo cuando se conjuga con perspectivas como las del feminismo o bien con las del poscolo- ni al i s m o.

Desde la crítica literaria, el posmodernismo se tradujo en una manera de contar, en la que problemas como la verdad científica, la ética, la ley o la historia se cuestionaban de alguna forma. Las prácticas estéticas que la crítica detectó se

vinculaban con la parodia, la fragmentación y la autoconciencia, procedimientos a través de los cuales se respiraba una pérdida de la fe en las ideas de progreso y racionalismo, tan peculiares de la modernidad. Sin embargo, no puede hablarse

* Profesara rirulai del 1nstimto'~emoIógico y de Estudios Superiores de Monterrep carnpusToluca. Carrco electrónico: [email protected]

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FEMINISMO Y POSMODERNISMO DONDE LA NIEBLA SE EXTIENDE, DE BERTHA BALESTRA

de una uniformidad teórica al respect0.A partir del estudio de las obras literarias contemporáneas, el posmodernismo podía ser concebido como una época cultural marcada por cierto enfoque apocalíptico respecto del futuro o, simplemente, como un periodo en donde la lógica imperante era la de un capitalismo tardío. Podía ser visto también como una práctica estética marcada por las distupciones e involu- crada en temas de micropoiítica o de la política del deseo. Más cercana al texto deci- sivo deJean Franqois Lyotard, La condición posmoderna, podía considerarse como un rechazo hacia los llamados pensamientos políticos y filosóficos del fundamento.

Desde la segunda mitad del siglo xx, la crítica identificó en los textos literarios que, conceptos como las grandes narraciones (metanarraciones), la unidad y la autonomía del sujeto, o la habilidad de los discursos para estabilizar significados culturales, mostraban ya evidentes signos de debilidad. La crítica literaria posmo- derna registra aspectos muy parecidos a los expresados por las teorías sobre la posmodernidad, al percibir cómo se van diluyendo las grandes narrativas en unas más"pequeñas" y locales. En ellas, los juegos del lenguaje y con el lenguaje se eri- gen en recursos para evidenciar la discontinuidad y la pluralidad de la historia, enfocada como un discurso que juzga la racionalidad de la vida moderna.

En 1996, Berta Balestra Apilar publicó una novela corta llamada Donde la niebla se extiende. Un ano antes había obtenido una mención honorífica en el con- curso"Juan Ru1fo"para primera novela, gracias a la obra Con una sola mirada tuya. En ambos casos, los personajes principales son mujeres y la trama se enclava en épocas consideradas como decisivas para la historia. En la primera, en el siglo XVI, cuando los frailes se dan a la tarea de evangelizar a los indios -mexicas, matlazincas y otomíes- del centro de México. En la segunda, durante la vida de Jesús, cuando la existencia de la protagonista Ruth corre paralela, o algunas veces de manera perpendicular, a los acontecimientos relatados en el Nuevo Tes- tamento. En ambos casos, obtenemos una visión localizada de hechos que sí acaecieron, enmarcados por el discurso ficticio de quien los cuenta.

No hay un afán de verdad histórica detrás de las narraciones de Bertha Bales- tra. Por el contrario, ella elige como personajes centrales a dos mujeres que, dadas las características de los periodos elegidos, son seres de los que no se esperaría pala- bra alguna. La autora, sin embargo, decide darles voz y, mediante anécdotas en- clavadas en el transcurrir de io cotidiano, la historia va configurándose poco a poco.

El propósito de este trabajo es analizar cómo la novela Donde la niebla se extiende organiza una nueva imagen en la que puede reconocerse el referente histórico: la historia de la Colonia en México, alejhdose del enfoque insritucional y ofreciendo una historia alternativa, reescrita en los términos del deseo, de"E1 nuevo sol", como se designa en el último capítulo del texto.

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La obra de esta autora combina uno de los intereses del posmodernismo -el rechazo a los discursos esencialistas, únicos, fundamentales- con una de las inquietudes del feminismo: el reconocimiento y la aceptación de la larga historia del sexism0 y su enclave en las sociedades contemporáneas. En la denominación de Nancy Fraser y Linda Nicholson (1992), su novela contribuye a integrar un fe- minismo posmoderno. Para ello, Balestra matiza su trama mediante la narración de una vida específica, marcada por la temporalidad y un enfoque genealógico. Su modo de atención es comparativo y no universalizador, puesto que las leyes generales y abarcadaas nada dicen a las colectividades cambiantes y diferentes. Nociones compactas, institucionales, son reemplazadas por unas plurales, que intentan abarcar la complejidad de las construcciones relativas a la identidad so- cial, y en las cuales el género es un hilo conductor tan sobresaliente como la edad, la etnia y la clase. Esta manera de considerar el feminismo parte de la diversidad de las necesidades y las experiencias de las mujeres, y plantea que no hay una solución única a los problemasgenerados por las relanones entre el colonizador y el colonizado.

El referente y el referido

Donde la niebla se extiende cuenta cómo Xochiquetzal prefiere ser entregada por sus padres alos franciscanos antes que morir sacrificada para complacer a Huitzi- lopochtli. La novela tiene un marco histórico reconocible: la construcción del convento San Juan Bautista de Metepec. A partir de lo que Jitrik designa como referente, lo que'éxiste previa y autónomamente fuera, residente en el discurso histórico"( Jitrik, 1995: 54-55), Balestra va elaborando, a través de los mecanismos de representación, un referido.' El resultado es una novela que da vida a imáge- nes sólidamente asentadas en el discurso histórico oficial, peto interpeladas en su papel de lectura totalizadora del pasado. Veámos cómo inicia el texto:

Canto de primavera. Dicen que el árbol de la vida, como este [sic] que estoy pintando ahora, se inventó hace poco tiempo, y que tal vez ni sucedió en este lugar, en Metepec, pero yo sé bien cómo fue... (Balestra, 1996: 13)?

I

' Para Jirrik (1995: 53), lo referido es lo'konstruido con el materid remmado o desde donde se par- riú, mediante cicxos procedimientos propios de la narración novelirricZ. Debido a la frecuencia con la que citaremos de este rexto, sólo asentaremos el número de la página, cuando de ésre rianscribamos i pún fragmenro.

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FEMINISMO Y POSMODERNISMO DONDE LA NIEBLA SE EXTIENDE, DE BERTHA BALESTRA

La narradora opone s u versión a las que aceptan que a esa artesanía típica de Metepec le corresponde un origen temporal y espacialmente distinto. Frente al “Dicen”, en donde el sujeto es indefinido y, por eso mismo, impuesto como legíti- mo e incontestable, está el discurso de un“yo”, cuya genealogía puede ser rastreada. Ha sido la abuela, y la abuela de ésta y‘quién sabe cuántas abuelas para atrás’’, quie- nes mediante la palabra le han heredado una historia familiar, y al mismo tiempo colectiva, a la descendiente de Xochiquetzal. De este modo, no se ambiciona fotjar una narración totalizadora y única, sino una basada en una tradición que se re- monta a siglos atrás y que recupera la voz silenciada de dos grupos usualmente marginados: las mujeres y los indígen.as.

A lo largo de su texto, la protagonista realiza una equivalencia: la palabra y el barro. Así, si los indígenas no pueden expresarse o comunicarse con los españoles, ni defenderse de ellos con una lengua común, esto no impide que puedan ha- blar a través de sus pinturas y sus escul.turas de barro. Si retomamos a Foucault, la historia se transforma en una especie de islas múltiples del discurso, alejadas de un enfoque único, pues ni con la palabra ni con el barro el personaje femenino puede“hacer dos cosas iguales”. Éste cuenta cómo vivió durante esos años al lado de los Erailes Pedro y Benigno, consciente de que la historia es como el barro: se acomoda a los deseos de quien los forja. La‘tierra buena para el barro”de Metepec, puedo -dice Xochiquetzal-“convertirla en cualquier figura que se me ocurra” ( p 17). Más adelante habla del placer que le da trabajar con él, pues a éste:

Ledoyforma,color,puedomirarlo,tocarlo.iQuédiferenciaeltrah~o delacasa’ ?Cuándo se va a ver todo lo que hace uno allí! ;Sólo la comida y para lo que dura! (p. 21).

Desde el inicio de la novela, la narradora cuestiona la tradición que le dicta cómo debe ser una mujer, cómo vivir y cuándo morir. Xochiquetzal formula una pregunta retórica que implica la ausencia de reconocimiento a las tareas do- mésticas. Éstas no son visibles. Acaso la comida, pero ella tiene un destino: ser consumida. Las labores femeninas, entonces, se diluyen en la nada de la abstrac- ción, en la cual se funda s u invisibilidad. La protagonista del pasado enuncia sus actividades: desgranar y moler maíz, hilar, ocuparse en el telar, cargar a los herma- nitos. Pero además, cuidar que no la violaran y así no quedar marcada para siem- pre. AI trabajo fisico, real, se le suma la sensación de vivir acosada, en peligro, en una sociedad en donde es más sencillo renegar de la feminidad y andar vestida de hombre. Por eso, la relatora del presente de la historia no espera a tener nietas, ”para seguir la costumbre“, y así fungir como el eslabón familiar. Quizá no las

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tenga,"la vida pasa tan aprisa': y prefiere contársela a quien la escucha: una persona que llega a su taller y la ve creando un árbol de la vida, lleno de flores, mariposas y pájaros.

Quien acude averla, tal vez una Bertha Balestra depape1,una Bertha referida, un cliente posible, se funde en la figura del receptor, cuya condición de escucha/ lector es alentada por las interpelaciones de la dueña de la voz. Le dirá"Te lo voy a contar todo" (p. 13): lo invitará:"Pero pasa, puedo seguir hablando mientras trabajo" (p. 39); le preguntará"+Sabes qué encontré?' (p. 41). De esta forma, el procedimiento escogido cumple una doble función. Por una parte, concibe a quien escribe como a un perpetuador de la memoria, en una época en donde el sentido del tiempo se ha colapsado. En un periodo en el cual el aquí y el ahora es lo único que importa, en donde la inmediatez prevalece como un valor de la posmoder- nidad, el texto de Bertha Balestra recuerda que si bien el novelista no promueve elgrund récit de la modernidad, en los términos de Lyotard, ni una representa- ción definitiva de la verdad, tampoco Arma que 'él mundo existe sólo en y a través de un solo sujeto" (Owens, 1988: 107). Por el contrario, convoca a varios interlocutores, a múltiples voces, en un afán por pluralizar la historia. En este caso, pluralismo no es sinónimo de indiferencia, como proponen las visiones más pesimistas de la posmodernidad, sino el reconocimiento de la existencia de Otros: los del pasado y los del presente, los indígenas (matlazincas, otomíes, me- xicas, toltecas), los españoles (y dentro de éstos, conquistadores, encomenderos, distintos tipos de frailes), los varones y mujeres. A ninguno de ellos se le confi- gura como equivalente o intercambiable, debido a que la novela evita caer en un enfoque binario de los malos y los buenos, los españoles y los indígenas, las mu- jeres y los hombres.

Por orra parte, el procedimiento elegido también le confiere un papel al lector, especialmente a la lectora, al convertirla en una nieta más de la protagonista. El receptor es conminado a apropiarse del relato y llevarlo por dentro. El efecto de- berá ser multiplicador y cohesionador; va en pos del Otro necesario para conformar un cuerpo cultural. La existencia de un Otro sugiere una percepción heterogénea y no monolítica de la realidad contada.

AI no caer en un enfoque reduccionista, el texto de Balestra desestabiliza los significados culturales institucionaiizados. Ser mujer, como hemos anticipado, es uno de ellos. Indígenas y españoles la condenan a la muerte,en forma real y fi- gurada, por su mera condición sexual. Aquéllos, al elegirla para sacrificarla por ser virgen y descendiente de la nobleza texcocana. Los sacrificios de jóvenes varo- nes al dios de la guerra, Huitzilopochtli, habían resultado vanos y se opta por una doncel1a:"igual es lo que quiere", dice tin sacerdote. Las creencias y los deseos, no

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FEMINISMO Y POSMODERNISMO: DONDE LA NIEBLA SL EXTIENDE, DE BERTHA BALESTRA

sólo femeninos sino de todo un pueblo indígena, poco importan para los de- tentadores del poder. Fueran éstos los españoles ("los hijos de Quetzalcóad") o los mexicas (a los cuales se les pagaba tributo), tanto los texcocanos como los matlazincas -derrotados ambos- debían someterse a la voluntad del colo- nizador. La sangre de la joven parecería ser la del sometido, la del condenado, por una historia que se resigna a dividir al mundo en vencedores y vencidos. El per- sonaje femenino se resiste a seguir un destino aparentemente trazado.

Xochiquetzai prefiere ser entregada a los franciscanos a ser inmolada Su inten- ción no es traicionar a su gente, sino, sencillamente, escapar de la muerte. Su tra- dición le dice que es un honor haber sido escogida parae1 sacrificio, sin embargo, la palabra aprendida, la poesía de su antepasado Nezahualcóyotl,':..sólo una vez perecemos, sólo una vez aquí en la tierra..,", la dota de un sentido diferente a lo establecido, a lo aceptado durante tanto tiempo. La palabra, entonces, se convierte en el vehículo para cuestionar lo consuetudinario y cambiar su rumbo. El dominio ejercido por la costumbre es debilitado al no ser continuado e, incluso, rechazado, tal y como propone el discurso de la posmodernidad. La trasgresión es doble tanto por el simple hecho de no aceptar la tradición como por haber sido una mujer la que la violenta, Esto constimye a Xochiquetzal como sujeto, pues se niega ser un objeto de sacrificio, representación de cualquier otra mujer, de cual- quier otro tipo de ofrenda. Su vida no es permutable, no la considera como una monedalobjeto de cambio.

La constitución como sujeto es transitoria, al convertirse Xochiquetzal en "Francisco", pues escapó de la muerte física, pero no de una muerte simbólica. Para poder acompañar a los frailes, como intérprete de la lengua matlazinca, el personaje femenino debe despojarse de toda marca que revele su género. Foucault (1984: 152), advirtió sobre cuánto tiempo se intentó'átar a la mujer a su propia sexualidad a fuerza de repetirle que sólo era sexo. Esta convicción ya la tiene la protagonista desde los doce años, por eso prefiere asumir una personalidad masculina, antes que verse obligada a esconderse de los varones para evitar que la violen. A su edad, es vestida como hombre, con un sayal duro; le cortan su larga y gruesa trenza; su sexualidad es totalmente reprimida. Su nombre indígena tam- poco es conservado; pudo habérsele otorgado una versión masculina del mismo, sin embargo, los religiosos optan por asignarle uno español y profundamente en- raizado en la usanza católica.

La figura central, entonces, comienza a vivir una situación en donde encar- na vidas diversas, en donde es, pero al mismo tiempo no es. Su existencia se enclava firmemente dentro de la perspectiva posmoderna, en donde el mundo in- tenta ser aprehendido a través de una cultura plural, rodada de estiios, conocimientos

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e historias múltiples. Así, es y no es mujer, es y no es indígena, vive y no en el pre- sente, es fruto de distintas alianzas. Como descendiente de los texcocanos, por parte de s u padre, y de los marlzincas, por la de s u madre, Xochiquetzal cues- tionará la devoción hacia el dios de la guerra, con la misma perplejidad con la que describe la crueldad de muchos encomenderos españoles y la ambición de al- gunos frailes. S e sentirá escindida entre dos culturas: la propia y la ajena, con la que comienza a familiarizarse. Sin embargo, no puede aceptar totalmente ninguna de las dos. Su vida registra un amalgamamiento similar a la del edificio religioso de San Francisco, aún en pie en Metepec, por el cual Llegaron a la re- gión los monjes. Ella es restigo de s u construcción, como certificará s u descen- diente, por quien se conoce esta historia.

El convento, la festividades y el árbol de la vida darán cuenta de esa cultura heterogénea, en donde deja de verse la realidad como una entidad monolitica. San Francisco hie levantado con piedra y no con el adobe, como era antigua usanza en Metepec. A diferencia de la inventiva indígena, en donde cada figura de barro es distinta a la anterior, el edificio religioso debía ser"igua1 al de sus hermanos de otros lugares" (p. 18). Si el espanol busca la semejanza, el indígena pugnará por la diferencia. Los franciscanos del lugar consienten, sin embargo, cierta flexi- bilidad. Una y otra vez, la voz narrativa hablará de excepciones, de matices, a fin de evitar un planteamiento maniqueísta y de polarización.

El convento mezclará piedras de sitios lejanos con otras tomadas de las pirá- mides de la zona o de las casas de los principales. En sus cimientos, el templo católico se estructurará con elementos propios de la cultura occidental y si- multáneamente con marcados rasgos del saber indígena. Las imágenes paganas se confundirán con las católicas, los techos serán de tezontle y los muros se im- pregnarán de tonos multicolores, tan distintos a los de sus gemelos conven- tuales en Europa. Un proceso parecido se registrará en la cultura indígena, pues irá adoptando conocimientos que le eran desconocidos, como lo insinúa Xochiquetzal:

El convento estaba hermoso, con su patio en medio, sus columnas de tezontle bien co- lorado, techos altos, esm arcos y bóvedas que antes no sabíamos construir ... ( p 22).

Es tanto lo que ella admite haber aprendido de los frailes, que se siente obligada 'á enseñarles las cosas nuestras". Hablará también de las caras indígenas de los

ángeles y de los rostros demoniacos con facciones deespanoles,o de algunosdíoses indígenas pintados o esculpidos dentro del lugar, incluso a sabiendas de los dé- rigos, a pesar de que fingían no darse por enterados. En la cosmovisión de los

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FEMINISMO Y POSMODERNISMO: DONDE LA NIEBLA SE EXTIENDE, DE BERTHA BALESTRA

indígenas se injertarán creencias occidentales; éstas se verán transformadas por el contacto matlazinca. El espacio de Metepec, entonces, adquiere una fisonomía distinta, cincelada por la obra de ambas culturas.

En forma semejante a la de los emplazamientos arquitectónicos, las fiestas católicas se animaban con danzas rituales indígenas y en un mismo día se conme- moraba a algún santo europeo junto con fechas señaladas en la tradición autóc- tona. Así, el día del bautizo de Xochiquetzal, en el que ella se convirtió en Fran- cisco, no sólo se celebró al santo de ese nombre, sino'él principio de la cosecha y a la serpiente sagrada, deidad que nunca se me salió del corazón", confiesa la na- rradora. De aqui que, aún en la acnialidid, para los maclaancas y sus descendientes, San Francisco sea el encargado de calmar los aguaceros torrenciales.'

A pesar de la pluralidad que esgrime la teoría posmodema, por lo general dentro de ésta son ignorados aspectos como el género y la raza. Las relaciones entre el poder y el conocimiento para construir la noción del Otro, así como la del sujeto colonizado, también deben ser abordados desde el contexto de la pos- modernidad. En este sentido, el diálogo con el discurso feminista puede ser su-

mamente fructífero. El tejido de estas dos orientaciones, feminismo/posmoder- nismo, aparece hilado muy estrechamente en la obra de Bertha Balestra. Su historia habla no de una sino de varias cultur.is dominantes, en donde la mujer aparece como ausencia. Xochiquetzal puede ser mediadora, intercesora, paño de lágrimas de las indígenas, precisamente porque no es ella, sino es él, Francisco, el intérprete de los frailes Pedro y Benigno.

En su papel de Francisco, Xochiquetzal puede enunciar y no sólo ser enun- ciada. En el texto, se formulará una poética de la palabra, a partir de los cuestiona- mientos acerca de su valor y su función. Primero, gracias a ella la joven puede librarse de ser sacrificada. Es decir, la palabra tiene en este caso un peso salvador, redentor. Después, el aprendizaje de las palabras de s u antepasado Nezahualcó- yotl y su repetición continua en su nueva vida no sólo expresan la importancia de la oralidad en la cultura indígena, sino de cómo ésta es un bastión para con- servar las tradiciones y uno de los ligamentos más fuertes hacia las raíces.

Donde la niebla se extiende recurre en forma constante a la obradel rey texcocano. Sus versos actuarán como voz dialogante con Xochiquetzai, le expiicarán el mundo,

' En la región madazinca, cuando los temporales son abundantes en extremo, se conserva la costurn- bre de'pancr una cera bendita a la entrada de In capilla y a un lado de una cruz se prende copal en un slhumerio, el campanero del pueblo hace sonar Ins campanas mientras el aguacero continúa (Mimda, 1993 87). El tanido de las camparias es una manera de recordarle a San Francisco que se Ileve"la mala agua", tan p q u d i d como k escasa del líquido. Es evidente el sincretismo en este rind, en donde se madan elementos marcadamenre prehispánicas con oms heredados de k Colonia.

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pondrán en su boca las expresiones de alegría y dolor que por sí misma no en- cuentra, propiciarán que los religiosos españoles comprendan mejor el pensa- miento indígena y, finalmente, hingirán como un canto de esperanza que promete un mañana. La intertextualidad se convertirá, entonces, en un preciado recurso del texto para que éste pueda convocar a un ser histórico y que sus palabras se erijan en una matriz del relato.

Muy pronto, Xochiquetzal se pregunta qué palabra debe transmitir:"La de ellos, la nuestra, jserán diferentes palabras, o la misma en distintas lenguas?" ( p 22). La solución la va encontrando cuando debe traducir la doctrina católica a los pobladores de Metepec: al percatarse cuán difícil es encontrar una equiva- lencia exacta de pensamiento a pensamiento, al caer en la cuenta de lo'kasi impo- sible' de explicar los conceptos occidentales, ella decide"inventar un poco, para no quedarme callada". El silencio es un arma de doble filo, pues podría indicar la inunLdad de sus servicios. De aquí que la creación de significados, el uso de la pa- labra, recupere ese poder salvador primigenio para ella.

No hay delito alguno en la búsqueda de cómo trasvasar los contenidos ambi- cionados par los frailes. Xochiquetzal advierte que, en efecto, las palabras pueden ser semejantes y son las lenguas las que varían. El trasfondo de las enseñanzas católicas se encontraba ya en los poemas del tata texcocano:"Se trataba de que Dios es uno solo, que no se puede ver, que vive en el Cielo"(p. 20),jno es semejante esto a los versos formulados por Nezahualcóyotl?

Dios, el señor nuestro, por todas partes es invocado, Por todas partes es también venerado, Se busca su gloria, su fama en la tierra, Él es quien inventa las cosas, Él es quien se inventa a sí mismo: Dios (p. 20).

Xochiquetzal/Francisco va comprendiendo que el problema no radica en los vocablos sino en las ideas. Por eso, ella puede aprender rápidamente el español, pero no puede entender con igual rapidez la manera de pensar de los francis- canos y mucho menos la de los encomenderos. S i la palabra no basta, el arte irá más allá. Así, ante la dificulrad de que la entiendan quienes la escuchan, ella decide trabajar con el barro y representarles las historias bíblicas. De aquí surgi- rá el árbol de la vida, en donde junto con la Trinidad católica moldeará a la ser- piente, a Adán y a Eva. Pero no estarán solos estos personajes: el mundo indígena los acompaiiará hasta cubrirlos casi del todo: aves, mariposas, flores, envolviendo el tronco con su fiesta multicolor. El origen de este producto tan típico de la región

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fEMlNlSMO Y POSMOOERNISMO: DONDE LA NIEBLA SE EXTENDE, DE BERTHA BALESTRA

encontrará así una explicación, recuperando el papel de la mujer en las prácticas cotidianas de la época colonial y proponiendo la expresión artística como la pa- labra vinculadora de dos culturas.

Una visión poscolonialista

Aunque el poscolonialismo no fue estudiado como tal sino hasta finales de la década de los años serenta? los fenómenos relacionados con él pueden ser seña- lados en la expansión del Imperio Romano o en la conquista de América, por poner dos ejemplos. Sin embargo, los movimientos de independencia de las colo- nias africanas y asiáticas le dieron consistencia teórica a esta visión. Edward Said, pot ejemplo, examinalas formas de la representación cultural tanto en las antiguas colonias como en los países colonizadores. Su objetivo es demostrar que las cons- trucciones del pensamiento europeo en tomo del Oriente son paradigma de todas las estructuras colonizadas y coloniales. En ellas, el Otro es un enigma y, simul- táneamente, la cultura colonizada actita como el fiel de la balanza que afirma la identidad del poder imperialista, colonial (cf. Said, 1996: 350).

La obra que analizamos intenta debilitar el mito del enigma, del Otro exótico y diametralmente opuesto. Su título se refiere a la región del Valle de Toluca, en donde la niebla, provocada por la abundancia de agua y humedad, caía desde la tarde y sólo se levantaba hasta entrad.€ la mañana. La neblina, dice Xochiquer- zal son'ésas nubes que deja bajar el cieIo, aprovechando que el sol se descuida, y se agacha a besar a la tierra, a juntarse con ella" ( p 30). A pesar de ella, no hay nada misterioso o vago en el lugar. La narradora habla de las costumbres, de la vida cotidiana, de los pesares y las alegrías de s u pueblo, pero también de las de los compañeros de s u nueva vida como intérprete. Las bondades y las injusticias aparecen en el pueblo indígena y en los colonizadores. Unos y otros son elemen- tos del relato de cada uno de los capítulos del texto.

No hay tampoco un sentido único en el título. No se habla del periodo colonial como uno de oscuridad y temor, pues no se idealiza la historia ptevia a la llegada de los españoles. S e trata, más bien, de un cuestionamiento hacia el orden gene- rado, sin ningún tipo de nostalgia hacia el ayer. La protagonista lo formulará de la siguiente manera:"iMejor le hubiera hecho caso a mi corazonada! Eso pasa cuando obedece uno a la nostalgia y trata de volver al pasado: no se puede recu-

' Se considera d libro Orientallrmo. de Edward Said, publicado en 1978, como d primero en articular el concepto y concederle un espacio.

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perar, aunque sea cercano" (p. 42). Profundamente triste porque su maestro, fray Pedro, ha muerto, reflexionará también sobre lo absurdo de tratar de'kambiar cosas enraizadas así de hondo, las creencias de un pueblo". El resultado es la decepción y el arrepentimiento; la ansiedad y la desazón posmoderna de la que hablaba Toynbee.

El hilo del relato implica la conciencia del tiempo que transcurre, conforme va avanzando la historia. Comienza cuando la descendiente de Xochiquetzai está creando árboles de la vida, continúa (fundiendo pasado y presente) cuando estáela- borando mesas de banquete '2e puros difuntos, charros y adelitas descarnados, árboles de la muerte en los colores de la tierra y la ceniza" ( p 36), y finaliza con el modelado de soles"sonrientes, grandes y chicos, naturales y pintados" (p. 39). El tiempo del trabajo en barro es marcado con el título de los tres capítu1os:"El árbol de la vidá',"El árbol de la muerte"y"E1 nuevo sol".

Vemos, entonces, en la estructura del libro, un enfoque dirigido hacia una in- tegración de supuestos contrarios: vida, muerte y nuevo sol. El primer capítulo no está dedicado, como una narración anclada en una visión binaria, a los indí- genas y el segundo a los españoles. Ambos están presentes en cada uno de los apartados y las representaciones culturales en el texto ocupan un sitio central. A la dominación mexica le sucede la espanola. En los dos periodos, se conserva la línea entre los vencedores y los vencidos, aunque la autora procura no establecer esta división en forma rígida. Así, dentro de los espaíioles hay curas y franciscanos bondadosos, reyes con buenas intenciones y también bastante ignorantes de la situación real del territorio sometido, así como encomenderos avariciosos y crue- les. Dentro de la misma Iglesia católica, el Santo Oficio siembra un terror equi- vaiente al de los administradores de los senoríos, quienes se llevan a los indios forzándolos a trabajar las tierras sin importar lo lejanas que estuvieran de sus lu- gares de origen.

Said sostiene que el imperialismo mantiene su poder mediante la designación de un espacio discursivo (cf. Segarra, 2000: 78). Éste silencia y convierte en invisi- bles todas aquellas perspectivas que no concuerdan con los marcos de referencia forjados. De aquí que el sirnbolicmo de'él nuevo sol", portador de un renacer, de una época distinta en la cosmovisión indígena, sea simplificado e n d presente al de esas piezas de barro, tan demandadas, sobre todo por'iimpáticai'. Hay quienes "les encuentran significados profundos, complicados" ( p ~ 39), explica la narra- dora del presente, quien mimetiza s u voz con la del pasado. A las dos, Tonatiuh les augura"mejores tiempos, días llenos de floridos cantos", similares a los de su

abuelo Nezahualcóyotl.

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FEMINISMO Y POSMOOERNISMO: DONDE LA NIEBLA SE EXTIENDE, DE BERTHA BALESTRA

El poscolonialismo da lugar a distintos ámbitos literarios en donde, si bien se usa la lengua del antiguo colonizador, se habla desde una perspectiva ideológica e imaginaria diferente. La crítica europea tradicional se ve impotente para lidiar con la problemática suscitada por esta situación y es cuando surge una teoría crítica poscolonial. Frantz Fanon, Homi Bhabha, Gayatri Ch. Spiv&, Tzvetan Todorov, Félix Guanari o Gilles Deleuze son algunos de los estudiosos más representativos, cuyos textos son fundamentales para comprender esta línea de pensamiento.

La colonialización, como es de suponerse, tiene un impacto real en la psicología y la conformación económica de la sociedad en los países colonizados. Eviden- temente, los pobladores de éstos están fuera del poder económico y social. Su existencia se desarrolla, incluso, al ma.rgen de la vida de su región. En forma se- mejante al indígena conquistado, entonces, viven los clérigos de Metepec. Cuando Xochiquetzal va al convento de Zinacantepec a pedir ayuda, el edificio religioso que se despliega ante sus ojos sólo se parece al suyo por la estructura. La rique- za de la ornamentación es una metonimia del poder que ahí se ejerce. Las decisiones políticas y económicas de la región se toman desde allá y a partir de la voluntad de los encomenderos. Las diferencias saltan a 1avista:el de Metepec fue construido con la cooperación de todos, razonará el personaje; en Zinacantepec, el dine- ro provino de los españoles. Las repercusiones son obvias: en aquél los monjes se integran más rápidamente a la comunidad indígena, pues actúan como un fiel de la balanza de las ambiciones de riqueza de los encomenderos; en éste,"el que paga quiere siempre mandar, y no dejaban a los frailes hacer s u trabajo solos'' (p. 33). La colonización, por lo tanto, 110 se refiere únicamente a una situación de conquista de un grupo humano sobre otro, sino a una de opresión incluso dentro de un mismo colectivo.

La ideología colonial funciona por oposiciones binarias: colonizador/colo- nizado, blanco/negro, trabajadorlperezoso, capadincapaz, civilizadolsalvaje, progreso/miseria, entre otros. Esta trampa ideológica ha sido eludida en la novela de Balestra, por lo menos al no polarizar al español y al indígena, al no confe- rirle al primero los atributos positivos (trabajador, capaz ...) y al segundo, los ne- gativos. Incluso, hay momentos en donde el mundo indígena pareciera poseer un orden, dictado por la naturaleza y la intuición, más humano, en donde se da prioridad a la sensualidad v i d : los colores, los sonidos, las formas. Hay una diver- sidad mayor de intereses en los matlazincas (familia, religión, costumbres, arte, etcétera) y una mucho menor en los espanoles. Divididos en dos básicamente, frai- les y encomenderos, aquéllos 0brarán"para ganarse el cielo", en la esfera de las acciones para difundir la religión católica; éstos, movidos por el oro,por la riqueza.

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Una manera de revertir los efectos de la colonización del siglo xx es la exal- ración de los vaíores ancestrales con el objetivo dc evitar el desarraiga p~~ciubi - do por ella (losjóvcncs. por ejcmplo, que no reconoceu conw parre de s u tradición histórica la de su propio pueblo, sino la del país conquistador). De aquí que Iia- yamos visto, en ese siglo, a lo largo de varias décadas, una especie de valoración de 1a”negritud: el jazz, la poesía afroantillana, el arte africano, por citar algunos. De un modo muy ponderado, Bertha Balestra resuelve la confusión de su protago- nista, en cuanto a su identidad (?indígena? ?espanola?), cuando ésta decide re- cordar su herencia de nobles y sabios, enorgullecerse de su condición de mujer e indígena, sin ningún tipo de confrontación con la cultura hispana.

El árbol de la vida que el personaje femenino trabaja, en las líneas finales del rexto, habla de esa condensación cultura, en donde plasma una historia“nuestr2, que habla de una tradición occidental a través de materiales autóctonos. En sínte- sis, s ial colonizado siempre se le definepor negación’(p0r lo que no es en lugar de por lo que es) y én plural‘ (como colectivo supuestamente homogéneo) lo cual lo deshumaniza” (Segarra, 2000: 73). Balestra lo reivindica y focaliza su texto en una historia personal que se convierte en una colectiva. No se centra en el fraile poderoso o en el señor de gran riqueza: por el contrario, se detiene en los ausentes de la historia institucional, en una trama impregnada de cotidianidad Sus personajes, por lo tanto, los configura como profundamente humanos, do- tados de un nombre propio y una problemática particular.

Los Otros, en la novela de Bdestra, se localizan tanto del lado de los españoles como del de los indígenas. Los únicos Otros que no se mueven, que experimentan una especie de “momificación”, pues la colonización no los transforma, son los varones, en su relación con el otro género. De esto son conscientes los propios fran- ciscanos, quienes insisten en catequizar a los niríos y, especialmente, a“las ninas, que luego ensenarán a sus hijos” (p. 20). Sexualidad y reproducción persisten como ejes que despojan a la mujer de cualquier otro tipo de atributo. Incluso, el bondadoso fray Pedro es incapaz de vencer este tipo de momificación, a pesar de darse cuenta de ello. Así, al agonizar, le confesará a Xochiquetzal su remordi- miento por haber tenido siempre presente que ella no era un varón. Más allá de su invaluable ayuda como intérprete, como aliada incondicional, el religioso no perderá de vista que ser mujer significa ser un cuerpo para ser poseído.

El Otro también se manifiesta en un plano textual. En una obra literaria co- lonial, la lengua local suele aparecer sólo para darle una nota de color, exótica, al relato, a la disquisición. Por lo general, aparece marcada tipográficamente y es traducida. De esta forma se le propone como lo Otro, como lo ajeno. Esto sucede debido a que el texto ha sido construido para ser leído en la metrópoli y no en la

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FEMINISMO Y POSMODERNISMO: DONDE LA NIEBLA SE EXTIENDE, DE BERTHA BALESTPA

periferia. Acontece de manera inversa con las obras poscoloniales: en éstas, no hay una jerarquización cultural, sino una explicitación de la distancia cultural, de la alteridad existente (Segarra, 2000). Por ejemplo, los términos propios no requieren de una traducción, pues así el lector puede percibir mejor la diferencia cultural, la diversidad de la misma.

En la novela que analizamos, la autora se vale de la diferenciación tipográfica y de la traducción porque desde un inicio se aclara quién es el lector implícito: el cliente que acude a comprar piezas artesanales a Metepec. Pero éste tiene una ca- racterística que desdibuja la frialdad de la relación comercial y es la atención hacia la palabra. AI acudir al taller, quien escucha no sólo puede adquirir una obra de barro, sino una historia personal y colectiva de la cual está impregnada. Por eso los poemas de Nezahualcóyotl son transcritos en la lengua española apren- dida por Xochiquetzal, sin embargo, los rérminos cotidianos, los más cariñosos y cercanos, se conservan en su lengua original.

En ocasiones, Balestra se valdrá de frases explicativas, insertas en el correr del texto, para que el lector desconocedor de la lengua indígena siga el hilo de la narración. Pero una vez aclarado el significado, usualmente gracias al contexto, el término se incorpora en forma fluida a la novela, en el entendido de haher in- volucrado al lector en ese mundo sincrético, vivido por la protagonista. La trama de Donde 14 niebla se extiende introduce, con precisión, esa alteridad, esa diferen- ciación entre los espacios habitados por Xochiquetzal.

Hemos procurado establecer las relaciones entre posmodernismo y fcmenis- mo, estrechándolas a través de la noción del poscolonialismo. Las tres orienta- ciones se entretejen en la visión que Bertha Balestra propone en su obra. En ella, la historia es descrita desde una perspectiva múltiple, a través de una mujer indí- gena que habita el territorio del colonizador. Éste, no obstante, no es sólo el del español, sino también el del mexica o el de su propio pueblo, el matlazinca, al despojarla de una voz por el hecho de ser mujer. El patriarcado, entonces, puede considerarse en el marco que hemos definido, como una forma de co- lonialización.

En las tres tendencias críticas, hay también un interés en la vinculación sujeto/otro,endondelaexistenciadearnbos nose resuelveenlaarenadeldominante/ dominado. En esa constante interrogante sobre su identidad, sobre cómo amal- gamar su ser indígena con el aprendizaje de la cultura española, Xochiquetzal se percibe como un’revoltijo nuevo”, como un nuevo sol en donde el par indígena/ español culmina en un mestizaje orgulloso de su doble origen. Un mestizaje, pro- pone el texto, en donde nunca más hubiera que avergonzarse por ser mujer o indígena. De aquí la voluntad de recuperar esas voces olvidadas, silenciadas, por

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el poder conquistador: las voces de las abuelas, las emisarias de la oralidad, que conjugan la práctica con la teoría: el trabajo cotidiano con el canto, con la perpe- tuación de la historia, su historia.

El deseo de la voz narrativa, finalmente, es consonante con el enfoque de la posmodernidad, dado que su objetivo es invitar a tomar la palabra a los Otros, alos que proceden de espacios diversos -políticos,geográficos o económicos- no pertenecientes al orden hegemónico.

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