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lA PRESENCIA DE ^Z-LALPUJAHUENSES EN LA RECONQUISTA DE NUEVO MÉXICO Rick Hendricks UNIVERSIDAD DE NUEVO MÉXICO

Rick Hendricks - colmich.edu.mx · México y Puebla y la segunda de Zacatecas, ... en efecto, un padrón general del norte de la provincia de Nuevo México. ... Según el informe

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lA PRESENCIA DE ^Z-LALPUJAHUENSES

EN LA REC ONQ UIS TA DE N U EV O MÉXICO

R i c k H e n d r i c k sU N I V E R S I D A D D E N U E V O M É X I C O

ie g o d e V a r g a s e n T l a l p u j a h u a

Al final del siglo xvi, se consideraba el real de minas de Tlalpujahua, situado a unos 170 kilómetros al noroeste de la ciudad de México en el presente estado de Mi-

choacán, como un área importante para la producción de plata y de oro. La zona de explotación minera se extendía a lo largo de la ladera norte de las montañas. Éstas, cubiertas de robles y pinos, llegan a una altura de más de 2 700 metros. En aquel entonces, las ricas vetas producían suficiente mineral para hacer trabajar seis molinos de pisones operando a fuerza de agua y otros trece que funcionaban a fuerza de muías. En 1649 el real contaba con 40 españoles y más de mil indios, negros y mes­tizos. Pero hacia 1679 tanto la producción de metales como el estado de ánimo de los mineros habían caído. Respondiendo a las quejas de los mineros y de sus agentes en México, el arzobispo-virrey fray Payo de Rivera Enríquez, nombró a Diego de Vargas como justicia mayor de Tlalpujahua.1

Para Vargas, que había iniciado su servicio en la Nueva España en 1673 en Teutila, Oaxaca, otra zona minera donde sacaba oro de placeres, Tlalpujahua representaba un desafío. Evidentemente Vargas fue un ad­ministrador apto y hábil. Tal fue su éxito que el virrey Conde de Paredes le dio el título de alcalde mayor, diciendo que Vargas era la persona indicada y hasta imprescindible para el crecimiento de las minas. Entre 1679 y 1684, los ingresos a la Corona en procedencia de Tlalpujahua se triplicaron. Este aumento procedía de dos fuentes. La primera fue una tasa directa del 10% sobre la producción, con 1% adicional para costos de administración de la real hacienda. La segunda fuente fue el mono­polio real del azogue.

Como alcalde mayor, Vargas tenía la responsabilidad de distribuir el azogue a los mineros en su comarca. Antes de su llegada a Tlalpujahua, nunca se transportaba más de 55 quintales de azogue en un año. En cambio, en los cinco años en que esta distribución estuvo bajo el mando

1 John L. Kessell, Rick Hendricks y Meredith D. Dodge, Letters From the N ew World: Selected Correspondence o f don Diego de Vargas to His Family, 1675-1706 (Albuquerque, University of New Mexico Press, 1992), 33.

de Vargas, se transportó un promedio de 122 quintales anuales. Además Vargas siempre pagaba puntualmente sus consignaciones de azogue, que llegaban a la cantidad de 85 mil pesos.

En 18 de junio de 1688, Vargas recibió un título que le nombraba gobernador de Nuevo México, por el cual había pagado 2 500 pesos. En el texto del título se cita su notable servicio en Tlalpujahua como uno de los factores relativos a su nombramiento. El 22 de febrero de 1691 Var­gas tomó posesión del gobierno de Nuevo México, al encontrarse en exilio en El Paso del Río del Norte a raíz de la rebelión de los indios pue­blos de 1680.2

Muy probablemente junto con él llegó un grupo de personas -la mayoría de ellos hombres jóvenes solteros- que había salido de sus ho­gares en Tlalpujahua en noviembre de 1690 para reunirse con Vargas en Nuevo México. Hasta ahora ha sido posible identificar 14 individuos ligados de alguna manera u otra con Tlalpujahua y que vinieron a Nue­vo México en la década de 1690; 13 para juntarse con Vargas y una pa­riente que vino después. Aunque este número tan pequeño pueda pare­cer insignificante, pone a Tlalpujahua en segundo lugar después de Sombrerete y antes de Zacatecas, Fresnillo, Durango, Cuencamé y Pa­rral como lugar de origen de los soldados reclutados por Vargas para la fase militar de la reconquista de Nuevo México.3 Hay que recordar tam­bién que estos otros lugares se situaban justamente en el camino real que unía México y Santa Fe. No fue sino hasta las dos grandes oleadas de pobladores que llegaron a Santa Fe en 1694 y 1696, la primera de México y Puebla y la segunda de Zacatecas, que otros lugares en la Nueva España superaron a Tlalpujahua.4 Aun así, a causa de su estrecha relación con el gobernador, la gente que vino de Tlalpujahua tuvo un

2 Ibid, 34-38.

3 John B. Colligan, "Vargas' 1693 Recruits for the Resettlement of New México,"

Genealogical Journal: Society ofH ispanic Histórical and Ancestral Research 2 (1995): 169-

215.

4 Los colonos reclutados en México en 1693 por fray Francisco Farfán formaron

66 1 /2 familias, unas 234 personas. La mayoría de ellos vino o de la capital y sus

contornos o de Puebla y sus alrededores. Los pobladores que Juan Páez Hurtado

reclutó en los reales de minas en la región de Zacatecas y Sombrerete en 1695, fueron

impacto en la Colonia muy por encima de lo que sería normal esperar de cualquier otro grupo de tamaño semejante. Casi todos contrajeron buenos matrimonios poco tiempo después de su llegada a Nuevo México y con sus cónyuges entraron de lleno en la élite local.

El carácter militar de este grupo consta desde un principio y queda aún más claro con el transcurso del tiempo. Ninguna de las personas que vinieron de Tlalpujahua figura en la muestra general de todos los pueblos de la región de Paso del Norte que se llevó a cabo en diciembre de 1692 y enero de 1693 en vísperas de la repoblación de la colonia río arriba, aunque sabemos que estuvieron en Nuevo México antes de estas fechas.5 Con la singular excepción de Juan de Tafoya Altamirano, ninguno de los hombres participó en la distribución de herramientas y ganado en abril de 1697.h La lista de esta distribución es, en efecto, un padrón general del norte de la provincia de Nuevo México.

Dado el carácter esencialmente militar de este grupo, no es de sor­prender que apenas conozcamos estos individuos a grandes rasgos. Es decir, la vida de un soldado por lo general pasa sin mucho comentario. Figura en una que otra muestra, en una diligencia matrimonial o en una certificación de servicio. Por fortuna algunos de estos soldados partici­paron en acciones donde sus actividades fueron suficientemente nota­bles para merecer mención en los autos de guerra de Diego de Vargas o de otros jefes militares. Y en el caso del único civil, estaba envuelto en intrigas y crímenes nefandos, de tal manera que dejó una huella bas­tante clara en las páginas de la historia de la época.

unas 40 familias con aproximadamente 145 individuos. John L. Kessell, Rick Hen­dricks y Meredith D. Dodge, To the Royal Crown Restored: The ]oum als o f don Diego de Vargas, N ew Mexico, 1692-1694 (Albuquerque: University of New Mexico Press,

1995), 256-295. John B. Colligan, The Juan Páez Hurtado Expedition o f 1695: Fraud in Recruiting Colonists for N ew Mexico (Albuquerque: University of New Mexico Press,

1995), 23-24.

5 Kessell, Hendricks y Dodge, To the Royal Crown Restored, 33-97.

* Diego de Vargas, Distribución de bastimentos y ganado, Santa Fe, 1 de mayo

de 1697, Spanish Archives of New Mexico, New Mexcio State Records Center and

Archives, Santa Fe, New Mexico (s a n m ), 11:65. Hay otra versión en el Archivo

General de Indias, Sevilla, España, (a g í) Audiencia de Guadalajara 142:20. Ambos

documentos son variantes de un original que no se ha encontrado.

Ju a n d e A ld e r e t e

Juan de Alderete, hijo de Juan Alderete y de doña María Galindo,7 nació en Tlalpujahua hacía 1674. Se les hicieron las diligencias matrimoniales a Alderete y a doña María Ana Lucero de Godoy en julio de 1691 en El Paso del Río del Norte. Doña María, una niña de 14 años en 1691, fue una nativa de Nuevo México residente en el real de San Lorenzo y la hija del alférez Francisco Lucero de Godoy y de doña Josefa Sambrano de Grijalva, miembros de la élite local.

Durante la investigación, Alderete dijo que él y su padre habían sali­do de Tlalpujahua en noviembre de 1690 para reunirse con las fuerzas militares de don Diego de Vargas. Sus testigos fueron otros soldados, también procedentes de Tlalpujahua: José Montiel, que conocía a Alderete desde hacía doce años en Tlalpujahua y era su pariente, y Nicolás García Carabajal, quién le conoció a lo largo de diez años en la casa de sys padres en Tlalpujahua. Ambos añadieron que los tres habían servido juntos bajo el mando de gobernador Vargas durante los últimos seis meses.8 No sabemos más de Juan Alderete, el padre.

En 1694 la participación de Juan de Alderete, el hijo, en una acción, mereció una nota de aprobación de su superior. En abril de ese año, Alderete fue uno los defensores de Santa Fe frente a un fuerte ataque de indios Taños o Teguas. Según el informe de la batalla, Alderete salvó la vida a dos muchachos españoles y a una india.9 Hacia abril de 1697 ocu­paba un puesto de soldado en el presidio del Paso, ocupación a la cual se dedicó durante la siguiente década.

7 Cabe especular que doña María fuera pariente de don Francisco Gregorio

Galindo, teniente de Zitácuaro. Alberto Carrillo Cázares, Partidos y padrones del obis­pado de Michoacán, 1680-1685 (México: El Colegio de Michoacán/Gobierno del

Estado de Michoacán, 1996), 236.

8 Archive of the Archdiocese of Santa Fe (a a s f ), Diligencia matrimonial (d m ),

1691:4.9 Luis Granillo a Diego de Vargas, Santa Fe, 17 de abril de 1694, s a n m 11:55.

10 Los soldados del presidio del Paso, Poder, Santa Fe, 17 de abril de 1698,

Colección de documentos de Zacatecas en la Biblioteca Clements (c z b c ). Los solda­

dos del presidio del Paso, Sustitución de poder, El Paso, 20 de abril de 1708, c z b c .

Una vez establecido en El Paso, Alderete se convirtió en un paterfa- milias importante, vivió hasta 1731.11 Un hijo suyo, José Antonio Alde­rete, tuvo trece hijos, y con el tiempo los Alderete llegaron a ser una de las más distinguidas familias en El Paso.12

Jo sé M o n t ie l

Hijo de Gregorio Montiel y de Francisca González de Aragón, José Montiel nació hacia 1672 en Tlalpujahua. Casó con doña Juana Lucero de Godoy en junio de 1696. Doña Juana, que tenía 17 años en este año, fue hija de Francisco Lucero de Godoy y de doña Josefa Sambrano, por tanto era hermana de María Ana Lucero de Godoy, la esposa de su paisano, Juan de Alderete. Un testigo de Montiel fue Cristóbal de Tafoya Altamirano, también nativo de Tlalpujahua.13 Montiel sirvió en las tropas del presidio del Paso de 1691 a 1697 y en el presidio de Santa Fe hasta 1714.14 No fue por azar que Montiel recibió la orden de arrestar a Juan de Tafoya en El Paso del Norte al ser éste condenado por sedicioso. Tampoco es de sorprender que dijera que no podía encontrarle y que se había fugado a Chihuahua, cuando en realidad el reo estaba más al norte, en Nuevo México.15

11 Juan de Alderete fue enterrado en la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe

en 23 de febrero de 1731. Archivo de la Catedral de Ciudad Juárez, Colección de

microfilm de la Universidad de Texas en El Paso (a c q ).

12 La primera esposa de José Antonio fue Lutgarda Durán, vecina de Ysleta.

Juntos tuvieron seis hijos. José Antonio casó en segundas nupcias con María

Manuela Ruiz, viuda de Joaquín Domínguez. Tuvieron siete hijos. José Antonio

Alderete, Testamento, El Paso, 7 de junio 1763, Archivo Municipal de Ciudad

Juárez, Colección de microfilm de la Universidad de Texas en El Paso (a c j ) , rollo 7,

libro 1,1763, imágenes 179-82.

13 AASF, DM, 1696:28.

u Cuentas de los sueldos de los cincuenta soldados del presidio del Paso de

abril 1696 a junio de 1697, 25 de julio de 1697, Santa Fe, Archivo General de la Na­

ción, México, Historia 37:1. Juan Ignacio Flores Mogollón, Junta de guerra, Santa Fe,

6 de julio de 1714, s a n m n:206. Diego de Vargas, Certificación, El Paso, 19 de abril de

1691, c z b c .

15 Rick Hendricks "Spanish-Indian Relations in El Paso del Norte in the Early

Eighteenth Century: The "Rebellion" of 1711," Proceedings o f Jomada Mogollon Confe- rence ix, El Paso, 1995 (El Paso, Centro de Investigaciones Arqueológicas, 1996).

N ic o l á s G a r c ía C a r a b a j a l

Nicolás García Carabajal vino a Nuevo México mientras Diego de Vargas servía en Tlalpujahua. Figuró entre los veteranos del presidio de El Paso en 1684.,h En la rebelión de los indios pueblos de 1696, García fue nom­brado cabo. En el difícil verano de ese año, un tiempo de guerra viva en que el futuro de la presencia española en Nuevo México estaba definiti­vamente en juego, García fue el correo del gobernador Vargas y llevaba y traía mensajes sobre las provisiones para las tropas en campaña.17

García seguía ocupando el mismo puesto de cabo en el presidio de El Paso en 1702.18 Al igual que su paisano, Juan de Alderete, Nicolás vino a ser un importante padre de familia. Casó con María de la Sema con quien tuvo al menos cuatro hijos. Sus descendientes formaron una de las más importantes familias en la región de El Paso.

La primera esposa de Miguel García Carabajal fue Josefa Martín. Tuvieron un hijo, Leonisio Carabajal. Su segunda esposa fue María Padilla, hija de Antonio Padilla y de María Candelaria del Río. Miguel y María tuvieron cinco hijos. Juan García Carabajal, hermano de Miguel, casó con Ana María de Ortega y ellos tuvieron cinco hijos.19

María de la Sema fue enterrada el día 4 de diciembre de 1739; Nicolás lo fue el día 26 de febrero de 1743.20

Ju a n P á e z H u r t a d o

Sin lugar a dudas, la figura más destacada que vino de Tlalpujahua a Nuevo México fue Juan Páez Hurtado. Nació en Villafranca y los Pala­cios en la provincia de Sevilla en España en 1668. Hacia 1684 estaba en

16 Kessell, Hendricks y Dodge, To the Royal Crown Restored, 171 nl5.

17 Diego de Vargas, Autos de guerra, Pueblo de Zia, 4 de agosto de 1696, SANM

11:60.

18 Kessell, Hendricks y Dodge, To the Royal Crown Restored, 171 nl5.

19 Miguel García Carabajal, Testamento, El Paso, 6 de junio de 1763, f. 175-78.

Juan Garcia Carabajal, Testamento, El Paso, 12 de julio de 1763, f. 196-98.

20 Acq.

Tlalpujahua casado con Pascuala López Vera. Ahí tuvieron una hija, Rosa María López.21

No sabemos cuándo Páez Hurtado salió de Tlalpujahua, pero en 1692 servía como soldado en Parral. Llegando a El Paso en 1692, sirvió como el alférez del gobernador Diego de Vargas. Páez Hurtado fue uno de los hombres de confianza de Vargas. Como tal, Vargas le escogió para llevar a cabo el reclutamiento de colonos para Nuevo México. En 1695 reclutó unas 40 familias en el tercero y último gran movimiento de pobladores de la Nueva España a Nuevo México en la década de 1690.

Después de la muerte de Vargas en 1704, Páez Hurtado fue nom­brado gobernador interino hasta marzo de 1705. De esta fecha hasta 1717, ocupó todos los puestos militares importantes en la provincia, incluso el de general. Dirigió una notable campaña contra los apaches faraones en 1715. De 1717 a 1724 Páez Hurtado sirvió por segunda vez el puesto de gobernador interino y de 1731 a 1736 por la tercera y últi­ma vez. Fue nombrado alcalde mayor de Santa Fe en 1739. Murió en la capital novomexicana en 1742.22

Ju a n d e T a f o y a A l t a m ir a n o

Un nativo de Tlalpujahua, Juan de Tafoya Altamirano, fue uno de tres hijos de Juan de Tafoya Altamirano de Estrada y de Felipa Jaguada de Ulloa (también nativos de Tlalpujahua) que vinieron a Nuevo México para servir con el Gobernador Vargas. En fecha que desconocemos, casó con Josefa Pacheco. Ella murió antes de 1701. En 1708 Tafoya casó en segundas nupcias con doña María Durán y Chaves, hija del capitán don Fernando Durán y Chaves, cabeza de la familia quizás más distinguida de su época, y de su esposa doña Lucía Hurtado.23

21 Colligan, Juan Pdez Hurtado Expedition, 4.

22 John L. Kessell y Rick Hendricks, By Force o f Arms: The Journals o f don Diego de Vargas, N e w Mexico, 1691-1693 (Albuquerque, University of New Mexico Press,

1992), 300 n3. Colligan, Juan Pdez Hurtado Expedition, 5-11.

B AASF, DM, 1708:3.

Cuando Juan vino de Tlalpujahua a Nuevo México trajo consigo a Francisco Martín, un indio otomí. Martín había sido un sirviente en la hacienda del padre de Juan de Tafoya, situada entre Tlalpujahua y Maravatío. Esto hecho se dio a conocer en 1711 cuando Martín dio tes­timonio en una causa contra su amo por ser sedicioso y traidor.24

Según los autos del proceso, Juan de Tafoya había viajado a México con una carta del custodio de Nuevo México, fray Juan de Tagle. Fray Juan y Tafoya se quejaban al virrey de los excesos cometidos por los ofi­ciales de la provincia, desde el gobernador hasta las justicias locales. El custos indicó que los indios de Nuevo México estaban a punto de suble­varse. A su vuelta a la provincia, al llegar al Paso del Norte, Tafoya les dijo a los líderes locales que un juez vendría para escuchar sus quejas en contra de los oficiales. Pero un sirviente, Piro de Tafoya, les dijo a los orincipales de los indios Sumas, Mansos y Piros otra versión del relato: según él, un oficial vendría de México para matarles y llevar a sus mujeres e hijos presos a la capital novohispana. El resultado de estos relatos fue la huida de la gran mayoría del estos indios a las montañas cercanas. Sólo con la intervención del general Antonio de Valverde Cosío fue posible negociar una paz y evitar una rebelión sangrienta.

Después de una larga investigación en El Paso y de una revista de la misma por las autoridades en México, Tafoya fue condenado in absentia, pues se hallaba fugitivo. Era culpable de sedición por haber divulgado rumores maliciosos en contra de los oficiales de Nuevo México y por haber fomentado la sublevación de los indios, ya que fue responsable de las acciones de su sirviente.

Juan de Tafoya había escapado río arriba, más adentro en la provin­cia de Nuevo México. Días después de que el fiscal del virrey en México empezara su revista de los informes sobre las actividades sediciosas de Tafoya, el gobernador de Nuevo México, el Marqués de la Peñuela, dio orden para su detención. Tafoya había viajado de pueblo en pueblo escondiéndose en las iglesias y causando dificultades. Al igual que hizo en El Paso del Norte, Tafoya relataba lo del juez que vendría para inves­tigar los excesos de los oficiales locales. Eventualmente fue atrapado en

24 Hendricks, "Spanish-Indian Relations."

la iglesia del pueblo de Nambé. Aunque podía haber sido condenado a muerte, sabemos que esta sentencia no fue aplicada. Al final de cuentas sus provocaciones no trajeron consecuencias insuperables, y la pena de muerte fue aplicada rarísimas veces en Nuevo México. Años después, Juan y sus dos hermanos hicieron varias peticiones para mercedes de tierras en Nuevo México, todas sin éxito.

C r ist ó b a l d e T a f o y a A l t a m ir a n o

Cristóbal de Tafoya nació en Tlalpujahua, probablemente hacia 1673. En 1698 casó con Isabel de Herrera, una nativa de Nuevo México de veinte años de edad, la hija de Juan de Herrera y de Ana López del Castillo, ambos nativos de Nuevo México.25

Tafoya había sido uno de los primitivos pobladores de la villa de Santa Cruz de la Cañada en 1695. En el verano de 1696, cuando los españoles luchaban por sofocar una nueva rebelión de los indios pue­blos, Cristóbal participaba de una manera tan notable que recibió elo­gios de todos sus superiores y un ascenso en el campo de batalla.

En junio las fuerzas españolas atacaron la mesa de San Diego donde los indios Jémez se habían refugiado. En la refriega, no lograron matar ningún rebelde ni hacerles bajar de su mesa. De salida rumbo al pueblo de San Juan, los indios tendieron una emboscada que atrapó a las tropas españolas. Tafoya sufrió una herida en la cara, pero esto no le impidió matar a cuatro de los enemigos. Su capitán le mandó al pueblo de Zía para que lo recuperara. Al mismo tiempo hizo una recomendación al gobernador Vargas, pidiendo que a Tafoya le nombrara cabo por su ser­vicio meritorio. En vista de esta petición, Vargas concedió el título de cabo de escuadra y alférez de campaña a Tafoya, añadiendo que le esti­maría y favorecería en el futuro conforme a su servicio a la corona.2*

25 AASF, DM, 1698:6.

2Í> Fernando Durán y Chaves a Diego de Vargas, Bernalillo, 1 de julio de 1696;

Miguel de Lara a Diego de Vargas, Pueblo de Zía, 1 de julio de 1696; Diego de Var­

gas a Miguel de Lara, Santa Fe, 6 de julio de 1696; Miguel de Lara a Diego de Vargas,

Pueblo de Zía, 8 de agosto de 1696, s a n m n:60. Baltasar de Tovar, Respuesta del fis­

cal, México, 20 de septiembre de 1696, a g í , Audiencia de Guadalajara 141:19.

Efectivamente, tuvo una larga carrera militar, que incluyó su partici­pación como alférez en la exitosa campaña contra los Utas y Comanches en 1719.27

A n t o n i o d e Ta f o y a A l t a m ir a n o

El menor de los hermanos Tafoya Altamirano fue Antonio. Nació en Tlalpujahua hacia 1679. En 1697 se casó con María Luisa Godines, una nativa de México de 17 años de edad. Ella fue la joven viuda del sar­gento mayor Alonso García de Noriega II, que fue muerto por los Apa­ches.28 Como sus hermanos, Antonio siguió una carrera militar. Su par­ticipación más notable fue como cabo en la expedición encabezada por Juan Páez Hurtado contra los apaches limitas o chipaines en 1715.29 Cuando murió en 1753 Antonio era un alférez jubilado.

Uno de sus hijos, Felipe, siguió los pasos del padre y aun lo superó. Padre de una numerosa familia que contaba once hijos con sus dos esposas, Felipe ocupó importantes puestos tanto civiles como militares: fue alcalde mayor de Santa Fe y teniente general del reino de Nuevo México. Además fue una especie de médico, uno de los muy pocos en ese período.30

A g u s t í n M á r q u e z

De Agustín Márquez sabemos casi nada. En 1717 cuando fue sometido a la diligencia matrimonial con su prometida, Francisca de la Piña, Márquez dijo ser nativo del real de Tlalpujahua. En aquel entonces tra­bajaba en las labores del general Antonio de Valverde Cosío. Agustín

27 Alfred Bamaby Thomas, A fter Coronado: Spanish Exploration Northeast o f N ew M exico , 1696-1727 (Norman, University of Oklahoma Press, 1935), 103,126.

28 AASF, d m , 1697:19.

29 Thomas, A fter Coronado, 88, 91.

30 Fray Angelcio Chavez, The O rigins o f N ew Mexico Families in the Spanish Colonial Period in Two Parts: The Seventeenth (1598-1693), and the Eighteenth (1693- 1821) Centuries (Santa Fe, William Gannon, 1975), 291.

fue el hijo de Lucas Márquez y de Andrea de Espinosa, también de Tlalpujahua. Francisca era originaria de Querétaro, viuda de Gabriel de Lira e hija de José de Piña y de Juana de San Antonio.11 En el inventario pormenorizado de los bienes de Valverde Cosío que se hizo en 1728, Agustín Márquez no figura.32

Jo s e f a G o n z á l e z d e A r a g ó n

La conexión de Josefa González de Aragón Coronel y Salinas con Tlalpujahua fue menos estrecha que la de los soldados que vinieron para servir bajo Vargas, pero no por eso menos interesante. Obviamen­te, por sus apellidos, González de Aragón, podemos decir que Josefa fue pariente de José Montiel, hijo de Francisca González de Aragón, y por lo tanto de Juan de Alderete. Josefa era miembro de un grupo de colonos reclutados en México en 1693. En la capital de la Nueva España, en la parroquia de Santa Catalina Mártir, Josefa casó con Tomás Girón de Tejeda el 4 de julio de 1683. Su marido era hijo de Diego Girón de Tejeda y de María Zúñiga y Gómez Cervantes.

Josefa era de Querétaro, hija de Francisco González de Aragón y de su segunda esposa, Gertrudis Coronel. Su padre era el hijo de Alonso González de Aragón y de Isabel de Rojas, vecinos del real de Tlalpuja­hua. En 11 de julio de 1651, casó con Catalina de Herrera, la hija de Juan de Herrera y de Leonor Beltrán, en Querétaro. En 1 de mayo del si­guiente año, José González de Aragón, el hijo de Juan González de Aragón y de María de Ortiz, también de Tlalpujahua y probablemente un primo de Francisco, casó con María de Orduña en la iglesia de San Francisco en Querétaro.

Los hijos de Tomás y Josefa fueron: Dimas; María y Nicolás, quien vino a Nuevo México con su esposa. Josefa murió en Santa Fe, y el 25 de

31 AASF, DM, 1717:8.

32 Rebeca A. Gudiño Quiroz, Don Antonio Valverde y Cossío, gobernador de Nuevo México. Una aproximación a su vida pública y privada, Cuaderno de trabajo, 24 (Ciudad

Juárez: Unidad de Estudios Regionales, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez,

1994).

octubre de 1694, Tomás casó en segundas nupcias con Antonia Domínguez de Mendoza, la viuda de Andrés Hurtado.11

C o n c l u s i ó n

En la década de 1690, un pequeño grupo de individuos dejó sus hoga­res en Tlalpujahua, Michoacán para emprender un largo y difícil viaje a Nuevo México. En su mayoría, ellos vinieron como soldados rasos para reunirse con el gobernador novomexicano, don Diego de Vargas. Por su juventud, es muy improbable que sirvieran bajo el mando de Vargas en Tlalpujahua. Sin embargo, ciertamente habían tenido noticias de sus tiempos de éxito en la comunidad. Tal vez sus padres u otros parientes hayan formado parte de las tropas que comandaba. Sin lugar a dudas, Nuevo México prometía nuevas oportunidades más allá, en la lejana frontera del norte.

Una vez en Nuevo México, este grupo participó con sus armas y su brío en la fase militar de la reconquista de la provincia, perdida desde hacía 12 años ante los rebeldes indios pueblos. Casi de inmediato hicieron buenos matrimonios y de esa manera entraron directamente en contacto con la élite local. Probablemente, la facilidad con que contra­jeron estas uniones con las hijas e hijos de la élite se deba al hecho de que esas personas de Tlalpujahua formaban parte, hasta cierto punto, del séquito del gobernador. Es decir, eran personas de su confianza y por lo tanto tenían cierta influencia sobre él o al menos aparentaban te­nerla. Mediante estos matrimonios, desde un principio y todavía en la primera generación de la reconquista, la gente de Tlalpujahua ocupaba un puesto de importancia dentro de la colonia. Así, ellos y sus muchos descendientes jugaron un papel vital en la siguiente etapa de la historia de Nuevo México, la consolidación de la reconquista militar con la sub­secuente repoblación civil de la provincia.

33 Kessell, Hendricks y Dodge, To the Royal Crown Restored, 322 n40