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Riego por goteo subterráneo en viñaLa producción mundial de uva asciende a 7,5 millones de hectáreas, según los datos oficiales de la Organización Internacional de la Viña y el Vino. El principal destino de la uva cultivada es la elaboración de vino, seguido por el consumo en fresco, y en menor medida el resto. Las principales zonas productoras de uva son Europa (España, Francia, Italia y Portugal), Asia (Turquía, China e Irán), EEUU y países del Hemisferio Sur (Argentina, Chile, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda).

La mayor competitividad en estos mercados está provocando el abandono de técnicas de riego tradicionales en favor del riego por goteo, tanto en superficie como subterráneo. Concretamente, la práctica de riego por goteo subterráneo (RGS) es la alternativa que ofrece mejores resultados a nivel económico, agronómico y ecológico. El RGS hace posible el uso eficiente de agua, energía y fertilizantes. En cuanto a la producción, se consigue un mayor rendimiento del cultivo, ya que el RGS permite un control preciso de los niveles de humedad y nutrientes.

Además, para rentabilizar el cultivo de uva, se está llevando a cabo la modernización de las explotaciones, mecanizando la mayor parte de las labores de cultivo, especialmente en la formación en espaldera. Con el RGS, al estar la tubería enterrada, se facilita tanto la mecanización del proceso como los desplazamientos del personal.

Existen otra serie de ventajas que hacen que la práctica de RGS sea la más efectiva para el cultivo de la vid:

El RGS reduce notablemente la proliferación de malas hierbas, favoreciendo el desarrollo del sistema radicular y parte aérea de la planta. En el caso de la viña, este aspecto cobra especial interés en zonas donde el nivel de laboreo es bajo y/o se cultiva la viña utilizando cubierta vegetal.

El RGS posibilita el uso de aguas marginales:

- Aguas salinas: al no haber evaporación del agua del suelo, se reduce la acumulación de sales en la zona radicular de la vid.

- Aguas residuales tratadas: al ser el riego subterráneo, el agua no entra en contacto con la superficie, ni con la parte aérea de la vid ni con el usuario.

Por último, al estar la tubería enterrada, queda protegida a la radiación solar UV, vandalismo y daños ocasionados por animales.

A pesar de todas sus ventajas, la complejidad de la práctica de RGS exige conocimientos avanzados de agronomía y/o el asesoramiento técnico de especialistas. Gracias a su amplia experiencia, AZUD y su red de distribuidores homologados en RGS aportan al agricultor la solución agronómica más interesante para el cultivo de la uva: desde los productos más adecuados hasta el asesoramiento técnico para el diseño, instalación, puesta en marcha y mantenimiento de la instalación.

Para una buena práctica de RGS en viña, son necesarios los siguientes elementos:

Caudalímetro que permite el monitoreo continuo del caudal, indicando cuándo realizar las labores de mantenimiento.

Inyector de fertilizantes y productos químicos anti-obturación. Sistema de filtrado AZUD HELIX AUTOMATIC que garantice la calidad del agua que accede al sistema, para la protección de los emisores de riego.

Colectores y válvulas de drenaje final de línea, que permiten agilizar las labores de inspección y mantenimiento. Ventosas y tomas manométricas en diferentes puntos de la instalación.

Tubería emisora específica para RGS con gotero integrado AZUD PREMIER PC AS, altamente resistente a obstrucciones y capaz de autolimpiarse en caso de entrada de suciedad al interior. El marco y caudal de los goteros, así como la profundidad a la que la tubería está enterrada vienen condicionados por el tipo de suelo que tengamos.

La ubicación de la tubería emisora bajo la superficie del suelo implica que la selección adecuada del emisor de goteo es uno de los aspectos claves para aumentar la vida útil del sistema y conseguir uniformidad en los volúmenes de agua aportados por los emisores pertenecientes a un sector de riego.

La experiencia demuestra que la inversión en un sistema de RGS para el cultivo de viña garantiza al agricultor una mayor productividad de su cosecha a un menor coste, siempre y cuando se realicen el correcto diseño, instalación, selección de materiales y mantenimiento de la explotación.

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La producción mundial de uva asciende a 7,5 millones de hectáreas, según los datos oficiales de la Organización Internacional de la Viña y el Vino. El principal destino de la uva cultivada es la elaboración de vino, seguido por el consumo en fresco, y en menor medida el resto. Las principales zonas productoras de uva son Europa (España, Francia, Italia y Portugal), Asia (Turquía, China e Irán), EEUU y países del Hemisferio Sur (Argentina, Chile, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda).

La mayor competitividad en estos mercados está provocando el abandono de técnicas de riego tradicionales en favor del riego por goteo, tanto en superficie como subterráneo. Concretamente, la práctica de riego por goteo subterráneo (RGS) es la alternativa que ofrece mejores resultados a nivel económico, agronómico y ecológico. El RGS hace posible el uso eficiente de agua, energía y fertilizantes. En cuanto a la producción, se consigue un mayor rendimiento del cultivo, ya que el RGS permite un control preciso de los niveles de humedad y nutrientes.

Además, para rentabilizar el cultivo de uva, se está llevando a cabo la modernización de las explotaciones, mecanizando la mayor parte de las labores de cultivo, especialmente en la formación en espaldera. Con el RGS, al estar la tubería enterrada, se facilita tanto la mecanización del proceso como los desplazamientos del personal.

Existen otra serie de ventajas que hacen que la práctica de RGS sea la más efectiva para el cultivo de la vid:

El RGS reduce notablemente la proliferación de malas hierbas, favoreciendo el desarrollo del sistema radicular y parte aérea de la planta. En el caso de la viña, este aspecto cobra especial interés en zonas donde el nivel de laboreo es bajo y/o se cultiva la viña utilizando cubierta vegetal.

El RGS posibilita el uso de aguas marginales:

- Aguas salinas: al no haber evaporación del agua del suelo, se reduce la acumulación de sales en la zona radicular de la vid.

- Aguas residuales tratadas: al ser el riego subterráneo, el agua no entra en contacto con la superficie, ni con la parte aérea de la vid ni con el usuario.

Por último, al estar la tubería enterrada, queda protegida a la radiación solar UV, vandalismo y daños ocasionados por animales.

A pesar de todas sus ventajas, la complejidad de la práctica de RGS exige conocimientos avanzados de agronomía y/o el asesoramiento técnico de especialistas. Gracias a su amplia experiencia, AZUD y su red de distribuidores homologados en RGS aportan al agricultor la solución agronómica más interesante para el cultivo de la uva: desde los productos más adecuados hasta el asesoramiento técnico para el diseño, instalación, puesta en marcha y mantenimiento de la instalación.

Para una buena práctica de RGS en viña, son necesarios los siguientes elementos:

Caudalímetro que permite el monitoreo continuo del caudal, indicando cuándo realizar las labores de mantenimiento.

Inyector de fertilizantes y productos químicos anti-obturación. Sistema de filtrado AZUD HELIX AUTOMATIC que garantice la calidad del agua que accede al sistema, para la protección de los emisores de riego.

Colectores y válvulas de drenaje final de línea, que permiten agilizar las labores de inspección y mantenimiento. Ventosas y tomas manométricas en diferentes puntos de la instalación.

Tubería emisora específica para RGS con gotero integrado AZUD PREMIER PC AS, altamente resistente a obstrucciones y capaz de autolimpiarse en caso de entrada de suciedad al interior. El marco y caudal de los goteros, así como la profundidad a la que la tubería está enterrada vienen condicionados por el tipo de suelo que tengamos.

La ubicación de la tubería emisora bajo la superficie del suelo implica que la selección adecuada del emisor de goteo es uno de los aspectos claves para aumentar la vida útil del sistema y conseguir uniformidad en los volúmenes de agua aportados por los emisores pertenecientes a un sector de riego.

La experiencia demuestra que la inversión en un sistema de RGS para el cultivo de viña garantiza al agricultor una mayor productividad de su cosecha a un menor coste, siempre y cuando se realicen el correcto diseño, instalación, selección de materiales y mantenimiento de la explotación.

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La producción mundial de uva asciende a 7,5 millones de hectáreas, según los datos oficiales de la Organización Internacional de la Viña y el Vino. El principal destino de la uva cultivada es la elaboración de vino, seguido por el consumo en fresco, y en menor medida el resto. Las principales zonas productoras de uva son Europa (España, Francia, Italia y Portugal), Asia (Turquía, China e Irán), EEUU y países del Hemisferio Sur (Argentina, Chile, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda).

La mayor competitividad en estos mercados está provocando el abandono de técnicas de riego tradicionales en favor del riego por goteo, tanto en superficie como subterráneo. Concretamente, la práctica de riego por goteo subterráneo (RGS) es la alternativa que ofrece mejores resultados a nivel económico, agronómico y ecológico. El RGS hace posible el uso eficiente de agua, energía y fertilizantes. En cuanto a la producción, se consigue un mayor rendimiento del cultivo, ya que el RGS permite un control preciso de los niveles de humedad y nutrientes.

Además, para rentabilizar el cultivo de uva, se está llevando a cabo la modernización de las explotaciones, mecanizando la mayor parte de las labores de cultivo, especialmente en la formación en espaldera. Con el RGS, al estar la tubería enterrada, se facilita tanto la mecanización del proceso como los desplazamientos del personal.

Existen otra serie de ventajas que hacen que la práctica de RGS sea la más efectiva para el cultivo de la vid:

El RGS reduce notablemente la proliferación de malas hierbas, favoreciendo el desarrollo del sistema radicular y parte aérea de la planta. En el caso de la viña, este aspecto cobra especial interés en zonas donde el nivel de laboreo es bajo y/o se cultiva la viña utilizando cubierta vegetal.

El RGS posibilita el uso de aguas marginales:

- Aguas salinas: al no haber evaporación del agua del suelo, se reduce la acumulación de sales en la zona radicular de la vid.

- Aguas residuales tratadas: al ser el riego subterráneo, el agua no entra en contacto con la superficie, ni con la parte aérea de la vid ni con el usuario.

Por último, al estar la tubería enterrada, queda protegida a la radiación solar UV, vandalismo y daños ocasionados por animales.

A pesar de todas sus ventajas, la complejidad de la práctica de RGS exige conocimientos avanzados de agronomía y/o el asesoramiento técnico de especialistas. Gracias a su amplia experiencia, AZUD y su red de distribuidores homologados en RGS aportan al agricultor la solución agronómica más interesante para el cultivo de la uva: desde los productos más adecuados hasta el asesoramiento técnico para el diseño, instalación, puesta en marcha y mantenimiento de la instalación.

Para una buena práctica de RGS en viña, son necesarios los siguientes elementos:

Caudalímetro que permite el monitoreo continuo del caudal, indicando cuándo realizar las labores de mantenimiento.

Inyector de fertilizantes y productos químicos anti-obturación. Sistema de filtrado AZUD HELIX AUTOMATIC que garantice la calidad del agua que accede al sistema, para la protección de los emisores de riego.

Colectores y válvulas de drenaje final de línea, que permiten agilizar las labores de inspección y mantenimiento. Ventosas y tomas manométricas en diferentes puntos de la instalación.

Tubería emisora específica para RGS con gotero integrado AZUD PREMIER PC AS, altamente resistente a obstrucciones y capaz de autolimpiarse en caso de entrada de suciedad al interior. El marco y caudal de los goteros, así como la profundidad a la que la tubería está enterrada vienen condicionados por el tipo de suelo que tengamos.

La ubicación de la tubería emisora bajo la superficie del suelo implica que la selección adecuada del emisor de goteo es uno de los aspectos claves para aumentar la vida útil del sistema y conseguir uniformidad en los volúmenes de agua aportados por los emisores pertenecientes a un sector de riego.

La experiencia demuestra que la inversión en un sistema de RGS para el cultivo de viña garantiza al agricultor una mayor productividad de su cosecha a un menor coste, siempre y cuando se realicen el correcto diseño, instalación, selección de materiales y mantenimiento de la explotación.