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DIÓCESIS DE TRUJILLO IGLESIA NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN DE BOCONÓ Rito de la Ordenación Diaconal de los seminaristas José Humberto Villegas José Luis Ortegano Alexander Ynfante Jean Carlos Valecillos Por imposición de manos y oración Consecratoria del Excmo. Mons. Vicente Ramón Hernández Peña

Rito Ordenacion Diaconal 15-04-11

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Este es el rito para la Ordenación Diaconal usado en la Iglesia Católica

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DIÓCESIS DE TRUJILLO

IGLESIA NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN DE BOCONÓ

Rito de la Ordenación Diaconal

de los seminaristas

José Humberto Villegas

José Luis Ortegano

Alexander Ynfante

Jean Carlos Valecillos

Por imposición de manos y oración Consecratoria delExcmo. Mons. Vicente Ramón Hernández Peña

Boconó, 23 de Septiembre de 2011

RITO DE LA ORDENACIÓN DE DIACONAL

Estando todo dispuesto, se inicia la procesión por la iglesia hacia el altar según el modo acostumbrado. Precede el diácono portador del libro de los Evangelios, con los demás diáconos, si los hay; siguen los ordenandos, los presbíteros concelebrantes y, finalmente, el Obispo, con sus dos diáconos asistentes ligeramente detrás de él. Llegados al altar, y hecha la debida reverencia, se dirigen todos a su respectivo lugar.Los ritos iniciales y la liturgia de la palabra se realizan del modo acostumbrado, hasta el Evangelio.

RITOS INICIALES

Obispo:

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

Todos:

Amén.

SALUDO

El Obispo, extendiendo las manos, saluda al pueblo con la fórmula siguiente:

El Dios de la esperanza que por la acción del Espíritu Santo nos colma con su alegría y con su paz, permanezca siempre con todos ustedes.

El pueblo responde:

Y con tu espíritu.

ACTO PENITENCIAL

Hermanos: para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados.

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Se hace una breve pausa en silencio. Después, hacen todos en común la confesión de sus pecados:

Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra, y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre virgen, a los ángeles, a los santos, y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios nuestro Señor. Amén.

El Obispo concluye con la siguiente plegaria:

Dios Todopoderoso, tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

El pueblo responde:

Amén.

ORACIÓN COLECTA

Oh Dios, que enseñaste a los ministros de tu Iglesia no a ser servidos, sino a servir a sus hermanos, concédeles diligencia y afabilidad en su acción ministerial y perseverancia en la oración. Por nuestro Señor Jesucristo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

El pueblo responde:

Amén.

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LITURGIA DE LA PALABRA

Lectura del profeta Jeremías (Jer 1,4-9)

Recibe esta palabra del Señor: Antes que te formaras en el vientre, te escogí,Antes de que salieras del seno materno, te consagré.Te nombro profetas de los gentiles.Yo repuse: ¡Ay Señor mío! mira no sé hablar,que soy un muchacho.El Señor me contestó: No digas “Soy un muchacho”Que a donde yo te envíe, irás,Y lo que yo te mande lo dirás.No les tengas miedo,Que yo estoy contigo para liberarte.Oráculo del Señor.El Señor extendió la mano me tocó la boca y me dijo:Mira: yo pongo mis palabras en tu boca.

Palabra de Dios.

El pueblo responde:

Te alabamos, Señor.

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Salmo responsorial: Sal 83

Todos: Dichosos los que viven en tu casa.

Anhelando los atrios del Señor,mi alma se ha consumido;todo mi ser de gozo se estremece,por causa del Dios vivo.

Todos: Dichosos los que viven en tu casa.

Hasta el gorrión halló una casa;la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos.¡Tu altar, Señor de los Ejércitos,rey mío y Dios mío!Todos: Dichosos los que viven en tu casa.

Felices los que habitan en tu casay pueden alabarte siempre.Protege, Dios, a nuestro escudo,y mira el rostro de tu ungido.

Todos: Dichosos los que viven en tu casa.

Vale más un día en tus atriosque mil fuera de ellos;yo prefiero el umbral de la casa de mi Dios,al lujoso palacio del perverso.¡Oh, Señor de los Ejércitos,dichoso quien confía en ti.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (Hech 6,1-7)

En aquellos días, como aumentaba mucho el número de los discípulos, hubo ciertas quejas de los judíos griegos contra los hebreos, de que no se atendían bien a sus viudas en el servicio de caridad de todos los días.

Los Doce convocaron entonces a la multitud de los discípulos y les dijeron: “No es justo que, dejando el ministerio de la palabra de Dios, nos dediquemos

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a administrar los bienes. Escojan entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a los cuales encargaremos este servicio. Nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra”.

Todos estuvieron de acuerdo y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y éstos, después de haber orado, les impusieron las manos.

Mientras tanto, la palabra de Dios iba cundiendo. En Jerusalén se multiplicaba grandemente el número de los discípulos.

Palabra de Dios.

El pueblo responde:

Te alabamos, Señor.

Evangelio según san Lucas (Lc 22,24-27)

En aquel tiempo, los discípulos se pusieron a discutir sobre cuál de ellos debería ser considerado como el más importante. Jesús les dijo: “Los reyes de los paganos los dominan, y los que ejercen la autoridad se hacen llamar bienhechores. Pero ustedes no hagan eso, sino todo lo contrario: que el mayor entre ustedes actúe como si fuera el menor, y el que gobierna, como si fuera un servidor. Porque, ¿quién vale más, el que está a la mesa o el que sirve? ¿Verdad que es el que está a la mesa? Pues yo estoy en medio de ustedes como el que sirve”.

Palabra del Señor.

El pueblo responde:

Gloria a ti, Señor Jesús.

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PRESENTACIÓN DE LOS DIÁCONOS

Comienza, seguidamente, la Ordenación de los diáconos. El Obispo se acerca si es necesario a la sede preparada para la ordenación, y se hace la presentación de los candidatos.

MonitorA partir de este instante se inicia el Rito de la Ordenación diaconal. El Pbro. Ender Zapata, llama a los aspirantes al diaconado.

El Pbro. Llama a los ordenandos, diciendo:

Acérquense los que van a ser ordenados diáconos.

José Humberto Villegas Castro de la Parroquia San José de Tostos.

José Luis Ortegano Vieras de la Parroquia San Alejo de Boconó.

Alexander Manuel Ynfante Briceño. De la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Campo Alegre.

Jean Carlos Vallecillos. De la Parroquia María Auxiliadora de Valera

E inmediatamente, los llama nominalmente, y cada uno responde:

Presente. Y se acercan al Obispo, a quien hacen una reverencia.

MonitorEl Presbítero Ender Zapata presenta ante el Obispo los candidatos, pidiendo en nombre de la Iglesia que se les conceda el Orden del diaconado.

El Pbro prosigue:

Reverendísimo Padre, la santa Madre Iglesia pide que ordenes diáconos a estos hermanos nuestros.

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El Obispo le pregunta:

¿Sabes si son dignos?

Y el Pbro. responde:

Según el parecer de quienes los presentan y después de consultar al pueblo cristiano, doy testimonio de que han sido considerados dignos.

El Obispo:

Con el auxilio de Dios y de Jesucristo, nuestro Salvador, elegimos a estos hermanos nuestros para el Orden de los diáconos.

Todos manifiestan su aceptación, diciendo:

Te damos gracias, Señor.

MonitorAhora nos disponemos a escuchar la homilía de nuestro Pastor.

HOMILÍA

Terminada la homilía, todos se levantan; y se da continuación a la institución de los ministerios.

CONTINÚA LA ORDENACIÓN DIACONAL

MonitorDentro del Rito del Orden de los diáconos, los aspirantes son interrogados para asumir el compromiso de entrega al Pueblo de Dios y en presencia del Arzobispo y de todos los fieles, manifiestan la voluntad de cumplir su Ministerio, según el deseo de Cristo y de la Iglesia bajo la autoridad del Obispo.

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COMPROMISO DEL CELIBATO

Obispo:

Queridos hijos: han venido libremente a pedir la Orden del Diaconado; ejercerán este ministerio observando el celibato, que es a la vez signo y constante estímulo de caridad pastoral y fuente de fecundidad espiritual en el mundo.

Movidos, pues, por el amor a Cristo y en una entrega total a Él, vivirán en este estado, consagrados al Señor de una manera nueva y más excelsa. Así, estarán unidos a Cristo de todo corazón, se dedicarán al servicio de Dios y de los hombres, con mayor libertad de ánimo y con mayor entrega podrán así ejercer este ministerio de salvación.

De esta manera, por sus conductas y ejemplo, darán testimonio a los hermanos de que Dios debe ser amado sobre todas las cosas, preferido entre todas las personas y servido en todos los hombres, nuestros hermanos.

Por tanto, ¿quieren, ante Dios y ante la Iglesia, en Señal de su entrega a Cristo, el Señor, guardar perpetuamente el celibato por el Reino de los cielos y para el servicio de Dios y de los hombres?

Los elegidos:

Sí, quiero.

Obispo:

Que el Señor les conceda perseverar en su santo compromiso.

Los elegidos responden:

Amén.

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EXAMEN

Después, el Obispo pregunta simultáneamente a todos los elegidos, de pie ante él, diciendo:

Queridos hijos: Antes de entrar en el Orden de los diáconos deben manifestar ante el pueblo su voluntad de recibir este ministerio.

¿Quieren consagrarse al servicio de la Iglesia por la imposición de mis manos y la gracia del espíritu Santo?

Los elegidos:

Sí, quiero.

Obispo:

¿Están dispuestos a desempeñar, con humildad y amor, el ministerio de diáconos, como colaboradores del Orden sacerdotal y en bien del pueblo cristiano?

Los elegidos:

Sí, estoy dispuesto.

Obispo:

¿Están dispuestos a vivir el misterio de la fe con alma limpia, y de palabra y obra proclamar esta fe, según el Evangelio y la tradición de la Iglesia?

Los elegidos:

Sí, estoy dispuesto.

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Obispo:

¿Quieren mantener y fomentar el espíritu de oración, que corresponde a su manera de vida y, en este espíritu, según su estado, cumplir fielmente con la celebración de la Liturgia de las Horas, en nombre de la Iglesia, más aun, en nombre de toda la humanidad?

Los elegidos:

Sí, quiero.

Obispo:

¿Quieren imitar siempre en sus vidas el ejemplo de Cristo, cuyo cuerpo y sangre servirán en el altar?

Los elegidos:

Sí, quiero hacerlo, con la ayuda de Dios.

MonitorSeguidamente, los elegidos se acercan a la sede y de rodillas ante el Pastor de esta Iglesia Diocesana, ponen las manos juntas entre las del Obispo. Así, los elegidos manifiestan públicamente su compromiso y configuración a Cristo cabeza y esposo de la Iglesia, para estar unidos y de todo corazón al servicio de Dios y de los hombres.

Seguidamente, cada uno de los elegidos se acerca al Arzobispo y, arrodillado ante él, pone sus manos juntas entre las manos del Arzobispo.

¿Prometes respeto y obediencia a mí y a mis sucesores?

El elegido:

Prometo.

El Obispo concluye:

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Dios, que comenzó en ti la obra buena, él mismo la lleve a término.

SÚPLICA LITÁNICA (LETANÍAS)

MonitorViene el momento de la postración, signo de humildad y pequeñez del hombre ante Dios. Mediante este gesto, los elegidos piden la fuerza y la protección de Dios Padre, para ejercer el Ministerio que hoy la Iglesia les confiere. Nosotros, como partícipes de esta celebración, nos unimos en oración, cantando las letanías de los Santos, pidiendo que Dios consagre; bendiga y santifique a estos hermanos nuestros, elegidos para el Orden del diaconado.

Seguidamente, todos se levantan. El Obispo, dejando la mitra, de pie, con las manos juntas y de cara al pueblo, hace la invitación.

Oremos, hermanos, a Dios Padre Todopoderoso, para que derrame generosamente sus dones sobre estos elegidos para el ministerio del diaconado.

Los cantores comienzan las letanías

Entonces los elegidos se postran en tierra y se cantan las letanías

Señor, ten Piedad, Señor, ten PiedadCristo, ten Piedad, Cristo, ten PiedadSeñor, ten Piedad, Señor, ten PiedadSanta María, Madre de Dios, ruega por nosotros San Miguel, ruega por nosotros San Rafael, ruega por nosotrosSantos Ángeles de Dios, rueguen por nosotros San Juan Bautista, ruega por nosotros San José, ruega por nosotros Santos Pedro y Pablo, rueguen por nosotros San Andrés, ruega por nosotros San Juan, ruega por nosotros Santa María Magdalena, ruega por nosotros San Esteban, ruega por nosotros San Ignacio de Antioquía, ruega por nosotros

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San Lorenzo, ruega por nosotros Santas Perpetua y Felicidad, rueguen por nosotros Santa Inés, ruega por nosotros San Gregorio, ruega por nosotros San Agustín, ruega por nosotros San Atanasio, ruega por nosotros San Benito, ruega por nosotros Santos Francisco y Domingo, rueguen por nosotros San Buenaventura, ruega por nosotros Santo Tomás de Aquino, ruega por nosotros San Juan de la Cruz, ruega por nosotros San Francisco Javier, ruega por nosotros San Juan María Vianney, ruega por nosotros San Juan Eudes, ruega por nosotrosSanta Catalina de Siena, ruega por nosotros Santa Teresa de Ávila, ruega por nosotros San Isidro Labrador, ruega por nosotros San Alejo ruega por nosotros Santa Rosa de Lima, ruega por nosotros San Juan Bosco, ruega por nosotrosSanto Domingo Savio ruega por nosotros Santa Teresita del Niño Jesús, ruega por nosotros Beato Juan XXIII ruega por nosotrosBeata Laura Vicuña ruega por nosotrosBeata María de San José, ruega por nosotros Beata Candelaria de San José, ruega por nosotros Beata Teresa de Calcuta ruega por nosotrosBeato Juan Pablo II ruega por nosotros Venerable Dr .José Gregorio Hernández, ruega por nosotros Todos los Santos y Santas de Dios, rueguen por nosotros

Muéstrate propicio, líbranos SeñorDe todo mal, líbranos SeñorDe todo pecado, líbranos SeñorDe la muerte eterna, líbranos SeñorPor tu encarnación, líbranos SeñorPor tu muerte y resurrección, líbranos SeñorPor la efusión del Espíritu Santo, líbranos Señor

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Nosotros que somos pecadores, te rogamos óyenosPara que gobiernes y conserves a tu santa Iglesia. te rogamos óyenos

Para que asistas al Papa y a todos los miembros del clero en tu servicioSanto, te rogamos óyenos

Para que concedas paz y concordia a todos los pueblos de la tierra, te rogamos óyenos

Para que nos fortalezcas y asistas en tu Servicio Santo, te rogamos óyenos

Obispo:

Para que bendigas † a estos elegidos, te rogamos óyenos

Para que bendigas † y santifiques †a estos elegidos, te rogamos óyenos

Para que bendigas †, santifiques † y

Consagres † a estos elegidos, te rogamos óyenosContinúa el coroJesús, Hijo de Dios vivo, te rogamos óyenosCristo, óyenos, Cristo, óyenosCristo, escúchanos Cristo, escúchanos

Acabadas las letanías, el Obispo (de pie), con las manos extendidas, dice:

Señor y Dios nuestro,escucha nuestras súplicas,confirma con tu gracia este ministerio que realizamosy bendice a quienes elegimospara tu servicio.

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Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:

Amén.

IMPOSICIÓN DE MANOS

MonitorLa imposición de manos y la oración consecratoria son el centro de la Ordenación diaconal. Con este gesto es invocado el Espíritu Santo en su plenitud, ya sea para realizar una curación, transmitir una gracia, un carisma o consagrar a un elegido para una función determinada.

Este gesto era utilizado por las primeras comunidades cristianas, especialmente por los apóstoles; así, este poder se ha ido transmitiendo de generación en generación.

Cada elegido se levanta; se acerca al Obispo, que está de pie delante de la sede, y se arrodilla ante él. El Arzobispo le impone en silencio las manos sobre la cabeza.

ORACIÓN CONSECRATORIA

Después de la imposición de manos del Arzobispo, estando los elegidos arrodillados ante él, el Obispo, sin mitra, con las manos extendidas, dice la Plegaria de Ordenación:

Asístenos, Dios todopoderoso,De quien procede toda gracia,Que estableces los ministerios Regulando sus órdenes;Inmutable en ti mismo, todo lo renuevas;Por Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestroPalabra, sabiduría y fuerza, con providencia eterna todo lo proyectasy concedes en cada momento cuanto conviene.

A tu Iglesia, cuerpo de Cristo,

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enriquecida con dones celestes variados, articulada con miembros distintos y unificada en admirable estructurapor la acción del Espíritu Santo, la haces crecer y dilatarse como templo nuevo y grandioso.Como un día elegiste a los levitas para servir en el primitivo tabernáculo, así ahora has establecido tres órdenes de ministros encargados de tu servicio.

Así también, en los comienzos de la Iglesia,los apóstoles de tu Hijo,movidos por el Espíritu Santo,eligieron, como auxiliares suyos en el ministerio cotidiano,a siete varones acreditados ante el pueblo,a quienes, orando e imponiéndoles las manos,les confiaron el cuidado de los pobres,a fin de poder ellos entregarse con mayor empeñoa la oración y a la predicación de la palabra.

Te suplicamos, Señor, que atiendas propicioa estos tus siervos,a quienes consagramos humildementepara el orden del diaconadoy el servicio de tu altar.

ENVÍA SOBRE ELLOS, SEÑOR, EL ESPÍRITU SANTO,

PARA QUE FORTALECIDOS

CON TU GRACIA DE LOS SIETE DONES,

DESEMPEÑEN CON FIDELIDAD SU MINISTERIO.

Que resplandezca en ellos

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un estilo de vida evangélica, un amor sincero,solicitud por pobres y enfermos, una autoridad discreta, una pureza sin tachay una observancia de sus obligaciones espirituales.

Que tus mandamientos, Señor, se vean reflejados en sus costumbres, y que el ejemplo de sus vidas suscite la imitación del pueblo santo;que, manifestando el testimonio de sus buenas conciencias, perseveren firmes y constantes con Cristo, de forma que, imitando en la tierra a tu Hijo que no vino a ser servido sino a servir, merezcan reinar con él en el cielo.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,que vive y reina contigoen la unidad del Espíritu Santoy es Dios por los siglos de los siglos.

El pueblo responde:

Amén.

IMPOSICIÓN DE LA ESTOLA, DALMÁTICA

Acabada la oración Consecratoria el Obispo, con la mitra puesta se sienta. El ordenado se pone de pie. El padrino le coloca la estola según el modo diaconal y lo reviste con la dalmática.

MonitorDesde este momento, Juan Cancio Márquez, José Luis García, Oscar Contreras, Robinson Rondón y Edison Montilla son diáconos, por ello reciben las insignias propias de este Orden. Los diáconos son ayudados a revestirse por: sus padrinos.

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La estola: Es una banda larga y estrecha que cuelga del cuello, utilizada por los diáconos en forma diagonal para la celebración de los sacramentos.

La dalmática: Vestidura que representa el reinado de Cristo, y que el diácono se coloca sobre la estola para el ejercicio de su ministerio.

ENTREGA DEL EVANGELIARIO

MonitorA continuación, el Arzobispo, hace entrega del Libro de los Evangelios a los nuevos Diáconos para la proclamación de la Palabra de Dios, como signo del ministerio que han de vivir.

Cada ordenado, ya con sus vestiduras diaconales, se acerca al Arzobispo, quien le entrega, ante él arrodillado, el libro de los Evangelios, diciendo:

Recibe el Evangelio de Cristo,del cual has sido constituido mensajero;ten presente que debes creer la palabra de Diosque proclamasy hacer de ella norma de tu vida.

ABRAZO DE PAZ

MonitorCon el abrazo de la paz, el Obispo manifiesta su alegría al recibir a estos hermanos nuestros al ministerio del diaconado; el Clero también le manifiesta su alegría y bienvenida.

El Obispo dice:

La paz del Señor esté siempre con ustedes.

El pueblo responde:

Y con tu espíritu.

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Luego, si se juzga oportuno, el diácono añade:

Dense fraternalmente la paz.

LITURGIA EUCARÍSTICA

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre Santo, tu Hijo lavó los pies a sus discípulos para darnos ejemplo; recibe los dones de nuestro servicio y concédenos que, al hacer de nuestras vidas una oblación espiritual, a imitación de Cristo, con diligente entrega sirvamos a los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.

El pueblo responde:

Amén.

PREFACIO

V. El Señor esté con ustedesR. Y con tu espírituV. Levantemos el corazónR. Lo tenemos levantado hacia el SeñorV. Demos gracias al Señor, nuestro DiosR. Es justo y necesario

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios Todopoderoso y Eterno.

Que constituiste a tu único Hijo Pontífice de la Alianza nueva y eterna, por la unción del Espíritu Santo,

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y determinaste, en tu designio salvífico, perpetuar en la Iglesia su único sacerdocio.

Él no sólo confiere el honor del sacerdocio real a todo su pueblo santo, sino también, con amor de hermano, eliges a los hombres de este pueblo, para que, por imposición de manos, participe de su sagrada misión.

Ellos renuevan en nombre de Cristo el sacrificio de la redención, preparan a tus hijos el banquete pascual, presiden a tu pueblo santo en el amor, lo alimentan con tu palabra y los fortaleces con los sacramentos.

Tus sacerdotes, Señor, al entregar su vida por ti y por la salvación de los hermanos van configurándose con Cristo, y han de darte así testimonio constante de fidelidad y amor.

Por eso, nosotros, Señor con los ángeles y los Santos cantamos tu gloria diciendo:

Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA III

El obispo, con las manos extendidas, dice:s

anto eres en verdad, Padre,y con razón te alaban todas tus criaturas,ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas todo, y congregas a tu pueblo sin cesar,

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para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin manchadesde donde sale el sol hasta el ocaso.

Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice

CC

Por eso, Padre, te suplicamos que santifiques por el mismo Espírituestos dones que hemos separado para ti,

Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente,

diciendo:

de manera que se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro,

Junta las manos.

que nos mandó celebrar estos misterios.

En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo requiere la naturaleza de éstas.

Porque él mismo,la noche en que iba a ser entregado,

Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue

tomó pan,y dando gracias te bendijo,lo partióy lo dio a sus discípulos, diciendo:Se inclina un poco.

“Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo,

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que será entregado por ustedes”.

Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.Después prosigue.

Del mismo modo, acabada la cena,

Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó el cáliz, dando gracias te bendijo, y lo pasó a sus discípulos, diciendo

Se inclina un poco.

“Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados.

Hagan esto en conmemoración mía”.

Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.

Luego dice una de las siguientes fórmulas:

CP Éste es el Sacramento de nuestra fe.

Y el pueblo prosigue, aclamando:

Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!

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Después el obispo, con las manos extendidas, dice:

CC

Así, pues, Padre,

al celebrar ahora el memorialde la pasión salvadora de tu Hijo, de su admirable resurrección y ascensión al cielo, mientras esperamos su venida gloriosa, te ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo.

Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia,

y reconoce en ella la Víctimapor cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad, para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristoun solo cuerpo y un solo espíritu.

C1

Que él nos transforme en ofrenda permanente,

para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos:con María, la Virgen Madre de Dios los apóstoles y los mártires,y todos los santos,por cuya intercesión confiamos obtener siempre tu ayuda.

C2

Te pedimos, Padre,

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que esta Víctima de reconciliacióntraiga la paz y la salvación al mundo entero.Confirma en la fe y en la caridada tu Iglesia, peregrina en la tierra:a tu servidor, el Papa Benedicto XVI,a nuestro Obispo Vicente Ramón Hernández Peña,

El Obispo, cuando celebra en su diócesis, dice:

a mí, indigno siervo tuyo,Cuando celebra un Obispo que no es el Ordinario, dice:a mi hermano N., Obispo de esta iglesia de N.,

a mi, indigno siervo tuyo,

al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos, y a todo el pueblo redimido por ti.

Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia.

Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el mundo.

C3

A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria,

Junta las manos.

por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes.

Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:

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Por Cristo, con él y en él,a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo,todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.

El pueblo aclama:

Amén.

Después sigue el rito de la comunión

RITO DE LA COMUNIÓN

Una vez que ha dejado el cáliz y la patena, el Arzobispo, con las manos juntas. Dice:

El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado; digamos con fe y esperanza:

Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:

Padre nuestro…El Arzobispo, con las manos extendidas, prosigue él solo:

Líbranos de todos los males, Señor,y concédenos la paz en nuestros días,para que, ayudados por tu misericordia,vivamos siempre libres de pecadoy protegidos de toda perturbación,mientras esperamos la gloriosa venidade nuestro Salvador Jesucristo.

Junta las manos.

El pueblo concluye la oración, aclamando:

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Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.

Después el Arzobispo, con las manos extendidas, dice en voz alta:

Señor Jesucristo,que dijiste a tus apóstoles:"La paz les dejo, mi paz les doy",no tengas en cuenta nuestros pecados,sino la fe de tu Iglesiay, conforme a tu palabra,concédele la paz y la unidad.

Junta las manos.

Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

El pueblo responde:

Amén.

El Arzobispo, invita a la preparación para la comunión entonando el canto del cordero:

Nos preparamos para la comunión entonando el canto del Cordero.

Mientras tanto se canta o se dice:

Cordero de Dios…

El Arzobispo hace genuflexión, toma el pan consagrado y. sosteniéndolo un poco elevado sobre la patena, lo muestra al pueblo, diciendo:

Este es el Cordero de Dios,que quita el pecado del mundo.Dichosos los invitados a la cena del Señor.

Y, juntamente con el pueblo, añade:

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Señor, no soy dignode que entres en mi casa,pero una palabra tuyabastará para sanarme.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Señor, que, alimentados con el pan y el vino celestiales, seamos fieles predicadores del Evangelio, dispensadores de tus ministerios y, con solícita caridad, guiemos a los hombres a la salvación eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.

El pueblo responde:

Amén.BENDICIÓN FINAL

Enseguida, el Arzobispo, con las manos extendidas bendice a los neo-diáconos y a la asamblea.

El Señor esté con ustedes.

Asamblea:

Y con tu espíritu.

Que Dios, que los ha llamado al servicio de los hombres en su Iglesia, les conceda un gran celo apostólico hacia todos, especialmente hacia los pobres y afligidos.

El pueblo responde:

Amén.

Que Él, que les ha confiado la misión de predicar el Evangelio de Cristo, les ayude a que, viviendo según su Palabra, sean testigos suyo sinceros y convencidos.

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El pueblo responde:

Amén.

Que Él, que les hizo dispensador de sus sacramentos, les conceda ser imitadores de su Hijo Jesucristo, para ser en el mundo ministros de la unidad y de la paz.

El pueblo responde:

Amén.

Y que a todos ustedes, que están aquí presentes, los bendiga Dios

Todopoderoso, Padre, † Hijo, † y Espíritu † Santo.

El pueblo responde:

Amén.

El Diacono hace la invocación final.

La alegría del Señor sea nuestra fuerza. Podemos ir en paz.

El pueblo responde:

Demos gracias a Dios.

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