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Ritual terapéutico y ultrasonido

Oswaldo Torres RodríguezUniversidad de Ayacucho Federico Froebel

tankayllo@yahoo.com

La antropología médica en Perú tiene múltiples problemas que resolver. Uno de estos es la eficacia de las terapias practicadas por las diferentes etnias que ocupan ancestralmente el territorio de los Andes. Desde que Levi-Strauss desarrolló la eficacia simbólica de las terapias, los antropólogos hemos acudido a esta razón para explicar la eficacia de las diferentes modalidades de terapia andina que muchas de estas son altamente complejas. En el caso del ritual terapéutico que hemos analizado fue resultado de la observación directa del ritual de expulsión o desalojo de la enfermedad en la Comunidad Campesina de San Gerónimo que, a la vez, es distrito de la Provincia de Huancayo, del departamento de Junín. El ritual, objeto de nuestro análisis, aparentemente es una especie de exorcismo, cuya práctica no está generalizado. Se describió el ritual tal como observamos y se explica su eficacia con la contribución de la ciencia física.

Palabras clave: ritual, terapia, enfermedad, eficacia, ultrasonido.

Medical Anthropology in Peru has many problems to solve. One of these is the effectiveness of the therapies practiced by the different ethnic groups that ancestrally occupy the territory of the Andes. Since Levi-Strauss developed the symbolic efficacy of therapies, anthropologists have come to this reason to explain the effectiveness of the different modalities of Andean therapy that many of these are highly complex. In the case of the therapeutic ritual that we analyzed, it was the result of direct observation of the ritual of expulsion or eviction of the disease in the Peasant Community of San Geronimo, which is also a district of the Province of Huancayo of the department of Junín. The ritual, object of our analysis, apparently is a kind of exorcism, whose practice is not generalized. The ritual was described as we observe it and its effectiveness is explained with the contribution of physical science.

Key words: ritual, therapy, disease, efficacy, ultrasound.

Resumen 1. Introducción Muchos investigadores de la Antropología Médica

han precisado los problemas que afronta esta rama de la antropología como, por ejemplo, analizar la medicina tradicional en oposición a la medicina académica o científica, la “escasa utilización de la dimensión epidemiológica” y entre estos está el problema de la eficacia (Menéndez, 1988). La propuesta es que no debe permanecer en la mera etnografía que, por cierto, es muy importante, pero requiere ser interpretada no desde la visión del curador s ino con e l apor te de la c iencia contemporánea.

También es cierto que todas las investigaciones han llegado a la misma conclusión de que las etnias quechua y aimara atribuyen las causas de la enfermedad a la naturaleza, a las relaciones familiares y sociales y a las deidades.

Las causas naturales corresponden al entorno natural (no modificado por el ser humano) como el suelo o tierra, los árboles y en su conjunto las plantas, los animales silvestres, ríos, lagunas, ojos de agua (puquiales), bojedales, energías negativas, restos óseos, tumbas humanas de los ancestros (abuelos o gentiles), las montañas que son moradas de las deidades, son los que producen enfermedades de distinto orden, en un momento preciso y no en cualquier instante; el frío y el calor, el aire proveniente de las tumbas y de los restos óseos de los antepasados. Por ejemplo, el japipo (agarrado por la tierra), el alcanzo, puquio (ojo de agua o manantial) que a ciertas horas del día despide emanaciones que afectan la piel produciendo llagas, probablemente son bacterias o virus no conocidas por la ciencia; por lo que, en esas horas, las personas no pueden acercarse a recoger agua, cuyo tratamiento del puquio requiere de ciertos rituales terapéuticos y de medicamentos que los

Abstract

curadores los preparan en base a yerbas, orín humano fermentado, jabón de tocador y otros ingredientes.

Las causas sociales, producto de las relaciones conflictivas no resueltas o mal resueltas y la envidia, conducen a la utilización de la brujería que tiene el propósito de agredir y de lograr la justicia según la convicción de quienes utilizan, produciendo enfermedades, incluso hasta la muerte, para cuyo propósito utilizan muñecos que son símbolos de la persona objeto del daño, preparados con espinas o alfileres colocados en determinadas regiones del cuerpo del muñeco y puestos en determinados espacios como bojedades, pozos, aguas estancadas con la idea e intención de causar daño a la persona como un acto de venganza. En este sentido juega un papel importante también la envidia, emoción destructiva, como causa de la enfermedad. En la brujería se llega a utilizar plantas de alta toxicidad que llega a causar la muerte.

La gente de las etnias quechuas y los migrantes de estos grupos, que residen en la periferia de las ciudades de los Andes peruanos, han asimilado parte de la cultura occidental, atribuyen el origen de sus enfermedades al castigo de deidades por haber transgredido las prohibiciones establecidas. Por ejemplo, las granizadas, los vientos y las heladas se consideran castigos de Dios por faltar el respeto a sus padres. Estas poblaciones tienen, en materia de religión, una práctica bicultural, es decir, el uso alternativo de la religión cristiana y de la prehispánica. Unas veces adoran a Cristo-Dios ingresando al templo católico y otras a las cuevas donde mora Tayta Wamani. Una muestra empírica es el cerro de Akuchimay en la ciudad de Ayacucho Perú que se ubica dentro de la ciudad.

El problema de las investigaciones sobre “medicina tradicional”, “medicina popular” o como quiera denominársela, en la mayoría de los casos queda a nivel de etnografía, que algunos suelen confundir con el folklore, sin alcanzar el nivel de la Antropología Médica. Para alcanzar este nivel requiere una explicación de los diagnósticos y las terapias, sobre todo atendiendo a razones de su eficacia.

El propósito de la presente investigación es explicar la

eficacia del ritual terapéutico mediante la teoría del sonido producido por las barras de acero al golpearlas. Este componente está estrechamente conectado con los demás componentes del ritual terapéutico formando una unidad compleja que es posible reconocer sin mayor dificultad.

Al revisar las publicaciones sobre medicina tradicional, como por ejemplo, sobre Shamanismo, brujería y poder en América Latina (Idoyaga, 2000), Culturas, Enfermedades y Medicina (Idoyaga, 2002) y la compilación hecha por la misma investigadora y publicada en dos tomos sobre las investigaciones realizadas en medicina tradicional en la Argentina (2007) y Polia (1996) en el norte peruano, no dan cuenta de este tipo de ritual, excepto la investigación que Torres realizó en el 2004 en cuyo informe sugirió que las barras metálicas producen ultrasonido y que debía de buscar la explicación en otros campos de la ciencia, sobre todo en las investigaciones de las ciencias físicas y sus aplicaciones de la teoría acústica en la medicina. Por su parte Cáceres (2015) reunió 12 artículos de distintos autores incluidos los suyos en un volumen denominado “Tejiendo las bases Teóricas del sistema médico indígena andino" que expone el panorama de las investigaciones actuales en esta materia y las conclusiones a las que arribaron, cuyo trabajo no logra extraer las ideas comunes y t a m p o c o e s t a b l e c i ó e n q u é c o n s i s t e l a interculturalidad en materia de salud y deja esto para otros investigadores.

Pazos (2015) describió los modelos explicativos de la enfermedad y entre éstos la de la biomedicina que tiene un modelo de explicación racional, en cambio los pacientes adoptan sus propias explicaciones de acuerdo a su marco cultural que no, necesariamente, coincide con la del médico y consideró que es un problema de comunicación, pero genera conflictos y tensiones en el tratamiento de las enfermedades. Esta afirmación deriva de la teoría del relativismo cultural.

Hernández y Muñoz (2012) indicaron que, el

ultrasonido, además de aplicarse en el diagnóstico, se usa para realizar curaciones de los “cartílagos, músculos, piel, tejido óseo y tendones” y precisa que la recuperación del estado de salud depende de la intensidad, de la duración del tratamiento y de la absorción del tejido. Más adelante estableció las consecuencias positivas que produce en las células y tejidos tratados con ultrasonido.

El ser humano no puede escuchar más allá de los 120 decibeles que en física se considera como el “umbral del dolor” y que el ultrasonido se genera por vibraciones de la más alta frecuencia producidas por dist intos materiales. En el mundo natural encontramos que las ballenas, delfines y murciélagos se comunican mediante el ultrasonido. El oído humano no puede percibir el ultrasonido. Según Pérez Montiel el ultrasonido tiene muchas

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aplicaciones como detectar submarinos o bancos de peces en el mar, determinar el desarrollo fetal y el sexo del nuevo ser, para detectar imperfecciones en el funcionamiento de todo tipo de artefactos o maquinarias como en el caso de naves espaciales y en la limpieza de grasas almacenadas en las superficies de los objetos (2017, pp. 155 – 158)

Suen (2012) reportó que el ultrasonido cura úlceras varicosas, cuya revisión bibliográfica desde 1960 hasta fines del siglo XX le permitió llegar a la conclusión de que los resultados de nuevas investigaciones son más alentadores en la curación de ciertas enfermedades como las úlceras.

Gardiol y Tejerina (1995) describieron la aplicación del ultrasonido en el diagnóstico del cáncer a las g l á n d u l a s m a m a r i a s y d e t e c t a r l a s “microcalcificaciones mediante el ultrasonido.

Grau, Santos y García (1998) llegaron a la conclusión que la aplicación del ultrasonido en la terapia de los dolores musculares y articulares dieron por resultado que el 85 % de los pacientes recuperaron la salud perdida.

Cáceres (2008) mostró que el susto en el Cusco, Andahuaylas, Ayacucho y Huancavelica es producto del miedo, situación en que penetra al cuerpo la enfermedad y expulsa al “alma”, “animu” o “espíritu” de la persona; por lo que, la terapia consiste en extraer o expulsar el mal o la enfermedad del cuerpo y devolverle el alma y una de las fases del ritual es el baño en infusión de yerbas y al final prepara “wawa” de pan, objeto en que se aloja el espíritu que causó la enfermedad. El autor explica que la terapia es de carácter simbólico sin establecer, con claridad, cómo se produce esta curación. Es Levi-Straus, quien explica, con la mayor claridad, la eficacia simbólica. La terapia del susto es lo más semejante que se halló con el ritual terapéutico que es objeto de nuestro análisis porque ambos rituales se dedican a expulsar el mal del cuerpo del paciente de diferentes modos.

Torres (2004) reportó sobre el ritual de terapia mediante el ultrasonido producido por las barras metálicas de acero teniendo como fundamento la teoría acústica precisando que en la edad media cuando se presentaba la epidemia de la peste se tocaba las campanas día y noche y los roedores, como ratas y ratones, abandonaban las ciudades. Además, indicó que la forma de campana y la aleación de bronce con el oro producen ultrasonido de la más alta frecuencia; sin embargo, no tenía un mayor sustento

en investigaciones realizadas sobre la eficacia de la aplicación del ultrasonido como ahora.

Disderi (2006) describió los relatos de las personas entrevistadas, pero no estuvo presente en ningún de las terapias y menos en el ritual de la brujería. Su investigación se sustentó en la teoría etiológica de la enfermedad, cuya causa esencial radica en la envidia y los celos. El daño afecta corporal y psíquicamente. Existen algunos elementos iguales que utilizan los brujos del Ande peruano como las velas, tierra de cementerio para causar daño a personas que son envidiadas y la explicación queda a nivel del simbolismo. Estos hechos causan estrés en las personas creyentes y dan la idea de ser perseguidas.

Peretti (2010) describió que las “enfermedades culturales” como el susto donde la persona afectada pierde el “alma” que los nativos de Guatemala denominan tsuul. Esta causa de la enfermedad es igual en muchos grupos étnicos de América, cuyo tratamiento en cada etnia tiene sus propias pecul iar idades y también prec isa que las “enfermedades culturales” solo pueden ser curadas por los curadores de la misma cultura. También esta idea está difundida en varios países de América Latina.

Suele considerarse 1,000 Hs el límite audible para el ser humano percibido con cierto dolor. Pasado este límite puede generar afecciones a este órgano (Boix, 2011: 33); y, Giani precisó que los 20,000 Hs es el límite hasta donde llega a percibir el oído humano y superior a esta medida se considera ultrasonido.

Existen varios conceptos que requieren una delimitación precisa; por lo que, es indispensable definirlos y eliminar cualquier otra interpretación. Sin tener una noción clara de los conceptos, con los cuales se elabora el presente informe, no es posible una comprensión adecuada del trabajo:

Ritual En el ritual terapéutico se usan frutos secos, en forma

de tornillo, que denominan kuti que traducido al español significa volver hacia una situación del pasado. Se define el ritual terapéutico como un instante de transición de un estado de enfermo a un estado de salud, de un momento crítico a un momento de tranquilidad. Este momento crítico puede durar días, meses o años parar retornar al estado de salud. Visto de esta manera el ritual terapéutico es un rito de pasaje de una situación de enfermo a una situación de salud. El volver a una

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situación anterior, el curador suele denominar kutiy que significa volver a un estado anterior con la ayuda del curador, quien establece el procedimiento a seguir. Si no se sigue este procedimiento no hay curación. El diccionario de Antropología afirma que el ritual “Le da a la gente un sentimiento de control sobre los hechos perturbadores y amenazantes; un exorcismo puede expulsar realmente a los espíritus, pero sin eliminar el sentimiento de impotencia y desesperación asociado con la enfermedad” (Barfield, 2010: 452)

Terapia El ritual terapéutico entre los quechuas y aimaras

siempre va precedido de la invocación a las deidades prehispánicas (apus) y al dios cristiano, sobre todo en las poblaciones aculturadas, quienes invocan a ambas deidades su intervención en la recuperación de la salud perdida. En el ritual la coca es el intermediario que trae el mensaje que revela el bien o el mal al curador o curadora.

La terapia está estrechamente vinculada al valor moral del bien y del mal. El bien significa gozar de salud y el mal estar enfermo.

Es el procedimiento que sigue para curar una

enfermedad. Este proceso va de lo más simple a lo más complejo. En la biomedicina y en la andina se establecen protocolos que corresponden a una especie de ritual porque en ambos se cumplen normas establecidas.

Enfermedad Existen varias definiciones de enfermedad

diferenciadas por lo que adoptaremos la definición más comprensible como […] “trastorno o alteración del cuerpo o de la mente que provocará un malestar de las funciones vitales normales […] Siempre se utilizó sinónimos para definirla como padecimiento, mal, dolencia, patología, daño, anormalidad, desequilibrio, desorden, alteración” (Quintero, 2012 pp. 31-32). En los Andes peruanos el daño es un concepto más preciso que la población usa para definir la enfermedad producida por la brujería y no para referirse a la enfermedad en general. Esta definición en parte concuerda con la definición de las etnias quechua y aimara que delimitan la enfermedad como introducción de los espíritus malos al cuerpo, apropiación del ánimo o alma del ser humano por la naturaleza o castigo de las deidades por desobedecer lo prohibido que altera la vida social de la persona y de la familia. Efectivamente, es común en los Andes peruanos utilizar los conceptos de mal y daño. Sin

embargo, en los Andes peruanos, la enfermedad es la penetración de algo en el cuerpo o la apropiación del alma o del espíritu.

Cada pueblo o etnia define lo que entiende por salud y enfermedad. Así tenemos que en la Guinea Ecuatorial la enfermedad atribuye al castigo de dios que según Arazandi (20149) informó “[…] que en Barquina Faso, para los Bisa, la aparición de la enfermedad se considera como una sanción de los ancestros o las fuerzas sobrenaturales, por una conducta reprobada por la sociedad, robo, falta de respeto a los mayores, cometer adulterio, etc.” (p. 239).

Esta delimitación de enfermedad deriva de su concepción del universo o del cosmos que lo entienden como “un espacio de relaciones de entidades: del Nzama (Dios), pasando por las fuerzas sobrenaturales (espíritus y ancestros), llegando al mismo Hombre […] Pero, este cosmos se rige por las normas establecidas por el ser creador, Nzan-Nvele […] Además, los seres de l cosmos están jerarquizados”, cuya jerarquía los obliga a vivir en armonía y para realizarse como ser humano requiere de los demás estos sean superiores o inferiores y la unión de lo masculino, que tiene el carácter positivo, y lo femenino, que tiene el signo negativo, generan el equilibrio cósmico no puede realizarse si no se encuentra interconectado (p.241), siendo la enfermedad fruto de la desobediencia. La religión práctica la curación mediante el exorcismo. Esta concepción de la enfermedad tiene semejanzas en gran parte con la noción de enfermedad en los Andes peruanos. Por un lado, estos datos pertenecen, en su condición de castigo, al campo de la antropología jurídica y por otro, como causa de la enfermedad, al campo de la antropología médica,

Eficacia Se entiende por eficacia “la capacidad de lograr el

efecto que se desea o se espera” (Real Academia Española, 2001). En este sentido, el curador andino está totalmente convencido que su forma de curar logra restablecer la salud de su paciente.

Ultrasonido El sonido y el ultrasonido son producidos por

frecuencia de las vibraciones de diferentes materiales o instrumentos. “Los ultrasonidos son generados por fuentes sonoras que vibran a una frecuencia superior a 20,000 ciclos/s. El oído humano no puede percibir el ultrasonido” El mismo autor preciso que el intervalo de intensidades audibles por el hombre

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queda comprendido en un rango de 0 a 120 dB” (Pérez, 2017, p. 155)

Hipótesis Si las barras de acero, al golpearlas, producen

ultrasonido es probable que el ritual de terapia de expulsión del mal o enfermedad cure la inflamación de los músculos y de las articulaciones.

Método Está investigación tal como se presenta se ubica en el

estudio de casos, el nivel de investigación es descriptivo comparativo. La técnica que se utilizó para recoger los datos fue la observación del ritual terapéutico, usado para curar a uno de sus pacientes, luego se analizó el ritual terapéutico, y se escogió uno de los componentes para comparar con otras investigaciones que se realizaron en el campo de la Física y en las aplicaciones del sonido y ultrasonido en la medicina occidental de cuya similitud se infirió la eficacia del ritual.

II. Resultado El ritual terapéutico que a continuación se describe,

aparentemente, es un hecho raro y escasamente practicado en el valle del Mantaro del Departamento de Junín – Perú. El valle del Mantaro es uno de los valles más grandes de la sierra peruana donde el comercio entre las comunidades campesinas y las ciudades es intensa, además de las ferias que se realizan en ciudades menores que las de Huancayo, Concepción, Jauja y Chupaca, están los mercados de cada distrito.

En 2004 me encontraba investigando la nutrición y rendimiento académico en dos instituciones educativas de nivel primario en el distrito de San Jerónimo, de la provincia de Huancayo, (ubicado en el seno del valle del Mantaro), del departamento de Junín. Me contactó, con el curador, un amigo, radicado en el mismo distrito, quien sabía del interés que tenía por la medicina tradicional. Por recomendación de este amigo, el curador me invitó a una de sus sesiones de terapia a cuyo ritual acudí en la fecha y hora señalada al lugar indicado. Me hizo ingresar a la casa, a una sala, donde ya se encontraba el paciente de unos 50 años. Padecía de inflamaciones de las rodillas y probablemente de ruptura del líquido sinovial que había acudido a médicos generales y traumatólogos en Huancayo y luego cuando no pudieron curarlo acudió a una clínica privada ubicada en Miraflores de Lima, le hicieron una serie de exámenes y análisis que no dieron ningún resultado, cuya situación lo obligó a buscar otra alternativa en la

medicina tradicional porque se encontraba casi incapacitado para caminar.

El curador, de sexo masculino, de unos cuarenta años, cuya dedicación principal era la agricultura y su segunda actividad era curar cuando las personas le solicitaban. En esa ocasión observé el ritual que consistía en lo siguiente:

1. El diagnóstico se realiza mediante cirios de colores y cigarro marca Inca o Nacional. Las velas se colocan en un plato de arcilla y al estar encendidas chorrean y se mezclan las ceras líquidas. Cada color tiene un significado y representa una enfermedad. La predominancia de color gris en la mezcla significará enfermedad y la forma torcida en que termina el cigarrillo encendido significa estar mal. Tan luego se culmina con el diagnóstico se introducen una variedad de yerbas como la ruda, arrayan, marco, manzanilla, malva y ajo macho al agua que está hirviendo. En esta infusión, tibia, se baña al paciente.

2. Después del baño el paciente es ahumado, quemando incienso que significa purificación.

3. En seguida el paciente es puesto de pie, el curador ordena que tome con sus manos dos objetos metálicos, preferentemente de acero, y golpee con fuerza dichos objetos y en cada golpe debe pronunciar fuera diablo o demonio con voz firme conjuntamente con el curador. Esta operación se ejecuta por un tiempo no menor de treinta minutos.

4. Después de este acto, el curador realiza aspersión en las cuatro esquinas de la habitación con agua bendita recolectada de cuatro templos, hecho con el que finaliza el ritual.

5. Este ritual se ejecuta en la casa del paciente que debe ir a la cama a descansar.

Era un día viernes. Al preguntarle por qué hasta el día

martes y porque no el sábado o el domingo. Dijo que los días propicios para la curación son los días martes y viernes debido a la presencia de mayor energía positiva. Este ritual se asemeja al exorcismo; por eso, fue una sorpresa y surgió la interrogante: ¿por qué este ritual sería eficaz en la curación? Como fenómeno aparentemente tiene mucha semejanza con el exorcismo por la forma y los elementos que intervienen en el ritual.

III. Discusión Hay dos conceptos muy marcados: el concepto de

penetración de la enfermedad en el cuerpo y el de la apropiación del alma como teorización de la causa de la enfermedad. La penetración de la enfermedad al cuerpo puede ser por invasión de bacterias o virus y su alojamiento en determinados órganos del cuerpo

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que es la vez apropiación del alma, pensamiento que obedece a la concepción dualista del ser humano que tienen las etnias quechua y aimara. Esta noción de penetración se encuentra también en la biomedicina. Ambas medicinas, la tradicional y la biomedicina, comparten la noción de penetración y de expulsión, pero con otros términos. Sin la expulsión del invasor no hay recuperación de la salud

Los principales elementos de que se compone el mencionado ritual son: Las velas encendidas, los colores de las velas, el baño en infusión de hierbas, el incienso, golpear metal de acero, expulsión del demonio, aspersión de agua bendita y los días martes y viernes, el sonido y ultrasonido. Reflexionar sobre el significado de cada uno de estos componentes y obtener las inferencias pertinentes nos conduce a un mayor entendimiento sobre este caso que se está tratando y que no escapa de la cosmovisión de las etnias quechuas y aimaras.

El sustento de salud y enfermedad tiene estrecha relación con la visión del mundo y de la vida que tienen los quechua y aimara en su concepción del universo y de la Tierra que los considera como seres vivos, razón por la cual el ser humano y la Tierra (Pacha mama) establecen comunicación con los otros entes que son parte de su entorno; por eso, es indispensable la práctica de la reciprocidad entre el ser humano, la Tierra y las deidades.

El viajero quechua o aimara, antes de ocupar un lugar, ofrece la ofrenda, pago o despacho a la tierra para no ser afectado en su salud. Es un principio esencial mantener una relación de respeto con la naturaleza y el universo que se plasma en la práctica de convivencia armónica entre las personas (familia y sociedad), entre la naturaleza y las deidades. Esta relación algunos investigadores consideran un enfoque ecológico que es el campo de investigación de la antropología ecológica (Di Silva, 2014). De igual manera García (2015) describe, con precisión, las relaciones del ser humano con la naturaleza, las relaciones con la familia, la comunidad y con el mundo espiritual en cuyo desarrollo abordó la constitución del individuo como parte de la familia, de la comunidad y del universo, estableció el modo de conocer al destacar las percepciones y la organización del saber articulando a las bases morales del mundo andino.

Si se descompone en sus partes este ritual terapéutico encontramos el fuego, las velas de colores y el cigarrillo como elementos de diagnóstico y resultado

de este diagnóstico está la enfermedad ubicado en una parte del cuerpo donde se introdujo el diablo o demonio que es símbolo, en este caso, del mal o de la enfermedad. Los componentes del acto terapéutico son las dos barras de acero, cuyo efecto es el sonido y el ultrasonido y el uso del agua bendecida, elemento religioso cristiano, incorporado a la terapia andina, purificador del ambiente en que vive el paciente, que son medios utilizados para expulsar al demonio o la enfermedad. Una vez expulsado o desalojado el demonio o diablo, es decir el mal o la enfermedad, que tomó posesión de un lugar en el cuerpo, vuelve al estado de salud, razón por la cual nuestro interés en resolver el problema de la eficacia de este ritual desde la teoría acústica que es objeto de investigación de la ciencia Física y no solo desde la eficacia del símbolo.

Esta modalidad de terapia se encuentra ubicado en el paradigma de conocimiento de la etiología de enfermedades en el mundo andino, cuya causa de la enfermedad puede ser de origen natural, social o sobrenatural; en este caso, representado por el demonio que invade el cuerpo del ser humano en una parte específica que le produce alteración de su salud, manifestado en la inflamación de los músculos de la rodilla y de las articulaciones, cuya inflamación excesiva e hinchazón de los tejidos musculares de la rodilla y dolores de los huesos que lo incapacitan para caminar. El entorno social que le rodea son parientes cercanos con una firme convicción en la utilización de la brujería para producir la enfermedad como efecto de la envidia; por eso, los médicos no pueden curar.

El baño es un símbolo de limpieza que tiene el propósito de limpiar el cuerpo. Tiene el significado de eliminar la suciedad o sea la enfermedad. El suqupay o succionar es la acción de extraer la enfermedad que es una práctica generalizada en los Andes peruanos y tiene el significado de extraer o expulsar la enfermedad que tiene estrecha semejanza con este ritual, materia de nuestro análisis, la de expulsar el mal o demonio que simboliza lo sucio que es igual a enfermedad. La suciedad también se castiga como lo testimonia la danza de los Wakones de Mito en el valle del Mantaro.

Las investigaciones realizadas por Gardiol y Tejerina (1995), Grau, Santos y García (1998), Boix (2011), Giani (2011), Hernández y Muñoz (2012), Suen (2012), Pérez (2017) y Jauset (2011/2018) confirman que el sonido y ultrasonido se aplican en la terapia de diferentes enfermedades humanas y que están plenamente asociadas en la regulación de ciertos

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neurotransmisores.

Al comparamos con las investigaciones sobre medicina tradicional que se revisó no encontramos esta modalidad de terapia practicada y menos la explicación de la eficacia que no sea la simbólica. Cercano a esta práctica terapéutica (especie de exorcismo) sería la curación del susto por succión. El curador o la curadora se llena la boca de agua preparada con una serie de ingredientes y chupan ciertas partes de la cabeza del niño o niña asustado y lo arrojan en la convicción de que así extraen la enfermedad; sin embargo, esta comparación, no conduce a ninguna explicación. La semejanza radica que, en ambas formas de terapia, existe la idea de expulsión de la enfermedad o del mal.

La eficacia simbólica está estrechamente relacionada con la eficacia del sonido y del ultrasonido que dan por resultado la curación del paciente. Jauset (2011) informó que “Los neurotransmisores son los agentes químicos que controlan nuestros estados emocionales”. El bienestar emocional lo proporciona el nivel adecuado de serotonina que controla el dolor. La dopamina tiene la función de generar conductas “placenteras y gratificantes (P. 69) y afirmó que es “Evidente, pues, que el entorno moldea el entramado de las neuronas. No solamente aumentan las sinapsis, sino las células glía y la capacidad de aprendizaje” (P. 71) El uso del sonido en la terapia está más generalizado de lo que se suele tomar en consideración en la academia contemporánea, cuya tradición se remonta a épocas que corresponden a las primeras formaciones de ciudades. Hoy se conoce como “sonoterapia, catalogada como terapia vibracional […] basada en el uso de la voz y de sonidos de instrumentos tales como cuencos tibetanos o de cuarzo, los gongs, los didgeridos, las campanas, los crótalos tibetanos y los diapasones, entre otros” (P. 96)

En el continente africano, asiático y americano estaba generalizado la terapia mediante el sonido acompañado del canto. La voz humana es un elemento tranquilizador. En este sentido, observé en una clínica de salud separar a los recién nacidos de sus madres, colocarlos en cunas y llevarlos a otro ambiente como parte del protocolo médico donde los recién nacidos se encuentran en situación de soledad y una de las bebés lloraba y no se calmaba, la abuela se le acercó y le habló. Al escuchar la voz, la bebé dejó de llorar y se calmó.

En la Amazonía peruana, en grupos humanos

nativos, se sigue usando el sonido y los cantos en el ritual terapéutico que, según Jauset Berrocal (2018), “Los sonidos graves corporales producen un efecto calmante, tranquilizador […] Los sonidos rítmicos con tambores, de instrumentos de percusión, generan la producción de endorfinas, dopamina y oxitocina, originando un estado eufórico” (Pp. 72 - 73)

Hernández y Muñoz (2012) describieron los efectos que producía el ultrasonido en el cuerpo humano: “Aumento de temperatura. Aumento del flujo sanguíneo y de la regeneración tisular. Cambios en la permeabilidad de las células y de las membranas tisulares. Cavitación. Disminución de la rigidez articular y la contractura. Efectos antiálgico y espasmolítico. Efectúa un micromasaje celular y estimula las funciones celulares. Genera mayor facilidad para la difusión de sustancias. Hace penetrar agua en los coloides. Incrementa el metabolismo local. Incrementa la flexibilidad de los tejidos ricos en colágeno. Puede transformar geles en soles. Vasodilatación” (p. 269)

Las investigaciones descritas que anteceden a nuestra investigación del problema de la eficacia del ritual apoyan y explican la eficacia del ritual terapéutico mediante el uso del sonido y ultrasonido que produce el acero al golpearlo como los precisan Hernández y Muñoz, Suen, Gardiol y Tejerina, Grau y García. Estas investigaciones confirman sobre la aplicación del ultrasonido en el diagnóstico y en la terapia de tejidos blandos y óseos.

Empero, no solamente el ultrasonido es la energía que explica la eficacia de la curación de enfermedad sino también el sonido que Jauset precisa como “terapia vibracional basado en el uso de la voz y sonidos producidos por ciertos instrumentos (2011: 96).

En el campo de la neurociencia es harto conocido que los neurotransmisores son los que controlan nuestras emociones; pero, también, los sonidos producen efectos emocionales que influyen en la producción de neurotransmisores.

Conclusiones 1. El diagnóstico realizado por el curador, que es

parte del ritual, estableció que la causa de la enfermedad era la brujería hecha por razones de envidia y que por este motivo los médicos no podían curar.

2. La curación de la enfermedad tenía que realizarse

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logrando sacar o desalojando al diablo para cuyo propósito tenía que golpear dos barras metálicas en varias sesiones de aplicación del ritual. Esta idea de expulsión o desalojo de la enfermedad lo comparten todos los curadores de las etnias quechua y aimara.

3. La eficacia del ritual radica en la utilización del sonido y ultrasonido que el curador no tenía conocimiento y la explicación que dio fue que aprendió de su padre.

RECOMENDACIÓN Al haberse probado la eficacia del ritual terapéutico

mediante el uso del ultrasonido se puede devolver a las Comunidades quechuas o Comunidades Campesinas construyendo un artefacto que produzca ultrasonido y que su manejo sea simple y continuar con la práctica del ritual terapéutico.

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