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ROBÓTICA ROBÓTICA PARA EL PARA EL FUTUROFUTURO
INTRODUCCION
El Proyecto Universidad Milenio de las Naciones Unidas examina la forma en la que los humanos y
los Robots se relacionarán en el futuro. Uno de sus escenarios de análisis, nominalmente puesto
en el año 3000, fue llamado "La ascensión y caída del Imperio Robot". En ese escenario,
mirando hacia atrás hasta el día de hoy: Los Robots evolucionaron como los humanos y se
volvieron filósofos, bufones, políticos, oradores, actores, maestros, acróbatas, artistas, poetas y
pastores de los menos adeptos humanos. La sociedad tuvo un nuevo sistema de castas, y los humanos se convirtieron en una raza tolerada y
de alguna manera menospreciados por las máquinas que pudieron desplazarlos y mejorarlos
en cualquier medida de fuerza, vitalidad, velocidad y resistencia.
El argumento más importante hecho en la aplicación de la tecnología genética para mejorar el
desempeño de los humanos mental y físicamente fue " nosotros tenemos que mantenernos a la par con los Robots". Con los recursos escaseando, la selección natural y artificial comenzó a operar en
una manera seria, distribuyendo los recursos disponibles entre aquellos entes que eran los más
aptos para explotarlos, en su mayor parte, los Robots. ¿Cómo pudieron los humanos retomar el
control? La respuesta fue usar la ingenuidad humana, la creatividad, ocultismo, dedicación y
distracción. Tomo algún tiempo, pero funcionó. Esto al final comenzó a estabilizar la población de
Robots.
Muchos desechan tal escenario y lo tachan de optimista y muy orientado a la propaganda tecnológica. Hay muchos ejemplos de Robots desplazando humanos, y,
las tecnologías integradas en el Robot Depredador y los Misiles Crucero de EEUU son ejemplos altamente sofisticados de inteligencia artificial utilizada para
asesinar humanos. Muchos temen a las Armas de destrucción masiva
basadas en pequeños Robots ubicuos. Aún sin una programación maliciosa, los Robots y los
humanos simplemente no tienen la misma tolerancia o conocimientos, conduciendo esto aaccidentes: En
Jackson, (Michigan) el 21 de julio de 1984, un Robot aplastó a un trabajador contra una barra de protección
en la que aparentemente fue la primera muerte relacionada con un Robot en los EEUU. En LongBets, un mercado de futuros, hay predicciones impresionantes que son una autodefensa en contra de
que los Robots serán un elemento estándar en este siglo.
INVESTIGACION
En la década de los 50, el matemático John von Neumann trasladó esta idea al desarrollo de la
tecnología, pronosticando un momento de “singularidad esencial en la historia de la especie después del cual los asuntos humanos, tal y como
los conocemos, ya no podrían continuar”, esto por el grado de avance que alcanzaría la
tecnología.
Recientemente el concepto ha cobrado nueva fuerza en vista de algo que se avecina como un
escenario cada vez más factible: el hecho de que haya dispositivos más inteligentes que un ser
humano, algo que, de entrada, se plantea como inevitable de aquí a 5 años.
Hasta ahora las fronteras entre el mundo digital y el analógico son claras, entre el mundo de las
computadoras y el de los actos humanos. Y si bien hay puentes de comunicación entre ambos —aplicaciones
como Siri para el iPhone, que convierte la voz (analógica) en una respuesta digital— el primer paso
sigue siendo prerrogativa de un ser humano.
Otro ejemplo similar es el de LIDAR, el sistema que controla el automóvil de Google que se conduce solo, aunque igualmente con un control mínimo por parte de una persona. Y si bien por ahora no es viable que
LIDAR se adapte a un dispositivo de las características de un iPhone, si este llegase a
procesar la información que recibe por medio de su cámara fotográfica con la misma precisión que el sistema visual humano, entonces este smartphone
podría conducir por sí mismo el transporte, utilizando una tecnología similar a la que ya forma parte de
nuestra vida cotidiana: la del reconocimiento facial y la del reconocimiento de placas de automóviles.
En este proceso de singularidad están involucradas dos fuerzas igualmente
análogas a las que producen el fenómeno en el universo: por un lado el crecimiento
exponencial y, por otro, la saturación crítica de data.
La primera es clara en sus efectos: en la
existencia de desarrollos como Siri cuyo contexto presupone su perfeccionamiento y
aun su superación —es decir, los mismos recursos que hicieron posible el
reconocimiento vocal pueden hacer posible el visual si el problema es solo un asunto de
capacidades (de megabytes versus gigabyte).
Por otro lado, la acumulación de información ha provocado que los dispositivos computacionales
adquieran habilidades inicialmente solo humanas. Fue el vasto acervo de sitios en Internet lo que
permitió la singularidad de lectura de las máquinas, y lo mismo para la voz y Siri y el desarrollo de la singularidad visual (en vista de las 72 horas de
video que se postean cada minuto en YouTube): en junio pasado, Google conectó 16 mil procesadores
en una máquina gigante de aprendizaje neural, dejando que esta navegara libremente en YouTube, teniendo como resultado que la red aprendió por sí misma a reconocer gatos. ¿Cómo fue esto posible? Casi de la misma manera en que un niño aprende a reconocer lo que observa con mayor frecuencia. En este caso, como se sabe, Internet es esencialmente
el imperio de los felinos domésticos. Lo sorprendente es que la computadora reconoció a
estos animales de entre una lista de más de 20 mil elementos.
Igual de sorprendente es Da Vinci, un robot cirujano que asiste en las operaciones de bypass gástrico con movimientos mucho más precisos
que los que quizá será capaz nunca un médico. Si tan solo pudiera ver, sin duda sería el mejor
cirujano existente. Si a eso añadimos la habilidad del diagnóstico —ya desarrollada en el prototipo Watson, que de entrada está por encima del 45%
de error que un médico humano tiene al dictaminar la enfermedad de un paciente—
entonces la triada de la salud estaría completa, y quizá, en un futuro no muy distante, haya
hospitales ocupados enteramente por seres robóticos cargados con un tipo especializado de
software (una versión en circuitos y partes móviles de un estudiante graduado en medicina).
Y si bien en este panorama se deben tener en cuenta otro tipo de circunstancias (en especial las
sociopolíticas y económicas: por lo regular la vanguardia tecnológica se encuentra también en el
puñado de países que se presentan como los de mayor desarrollo económico), sin duda la
posibilidad planteada por von Neumann y otros investigadores representa uno de los mayores
desafíos para nuestra especie, la misma que en épocas pasadas generó discursos de orgullo y amor
propio exacerbado.
¿Seremos desplazados por nuestras propias creaciones en la falsa supremacía de este mundo?
¿Terminarán las máquinas con el horizonte de posibilidades de los asuntos humanos?
ROBOTS SEXUALES DEL
FUTURO
“para 2050 los robots sexuales se convertirán en los principales protagonistas del sexo”
David Levy es uno de los gurus de la inteligencia artificial, profesor de la
universidad de Maastrich y que vuelve al primer plano de la actualidad por un libro
transgresor y provocador sobre el futuro que nos espera a través de las aplicaciones
prácticas de la robótica. Un futuro que nos acerca a las predicciones de la ciencia ficción y a los amoríos de películas tales como la de
“Blade runner”, un futuro que ya parece estar aquí a través de un libro que acaba de
publicar Paidós sobre “Sexo y amor con robots” y en el que hace la predicción de que en unos cuarenta años estarán ya disponibles
los primeros robots para uso sexual.
Y yo estoy seguro de que será así y lo estoy porque la ciencia avanza en función del beneficio económico y no tanto de las
necesidades más “elevadas” del pueblo llano. Es por eso que existe Internet -gracias a la pornografía y a los negocios- y no tanto por
esa mística de la red global en la que algunos aun creen, aunque es cierto que gracias a la pornografía y a los negocios -aun militares- algunos podemos escribir blogs como este que no podríamos escribir en ningún otro
lugar. Pero hay que despertar amigos y este post es un post-despertador, en él analizaré precisamente lo que dice Levy y lo que dicen
también otros ingenuos que aun no han entendido en qué mundo viven.
Vivimos en un mundo donde no existe eso que se ha llamado “igualdad de oportunidades” y me estoy
refiriendo ahora a las oportunidades sexuales, esa actividad que tanto tiempo y energías consume en
los humanos. Las reglas de acceso de un sexo a otro son reglas no escritas, desdibujadas y ocultas en la trama de la sociabilidad, de la cultura y de las
convenciones sociales. A ello hay que sumar las mentiras y la hipocresía que existe en los temas
distributivos de hembras y hombres, las diferentes expectativas que los humanos tenemos del otro sexo y la ignorancia de las reglas que debemos
poner en marcha para negociar una relación que nos satisfaga. Los feos y las feas, los bajitos, los pobres, los “mala patas” y de carácter difícil lo
tienen muy complicado para agenciarse una pareja satisfactoria, como los enfermos, los viejos o los
aburridos.
Un tema sobre el que el propio Marx hubo de pronunciarse cuando sus seguidores
imaginaron el socialismo como un edén exclusivo para hombres: donde la libre
accesibilidad a las mujeres sería su premio en la tierra a su proselitismo. Marx -y cito de
memoria- salió al paso en sus “Manuscritos” de esta idea decepcionando a algunos sobre en qué consistía el socialismo e igualando a los que lo pensaban en clave de repartición de hembras con la codicia de los explotadores
capitalistas. Marx no acabó de resolver el gran tema del ser humano ¿Por qué él si y yo no? o
¿qué tiene ella que no tenga yo?
Las reglas sobre las que se basan los intercambios sexuales son- para aquellos que aun lo sepan- estas
dos: la belleza y el poder. Sin ninguna clase de belleza o poder está usted condenado a pasar la mano por la
pared, amigo/a. Y además una contradicción: los hombres buscan el sexo anónimo y las mujeres el compromiso, una dificultad añadida para que el
socialismo en el que pensaban las mujeres se asemeje en algo el socialismo inventado por los hombres.
Es por eso que han tenido tanto éxito las sexual dolls, las muñecas siliconadas e hinchables que dicen que
están haciendo furor en China tal y como comenté en este post. Pero todo mejora y ahora estas muñecas
están siendo perfeccionadas para que tengan espacios de su cuerpo vibrátiles e incluso que tengan voz propia para comunicarse aun con jadeos u onomatopeyas con
su dueño. Todo es cuestión de tiempo y llegará a construirse una de esas muñecas hechas al gusto de
los hombres que competirán con las mujeres “verdaderas” al menos en prestaciones.
Es evidente que es una muñeca siliconada pero la ingenieria está avanzando a pasos agigantados tal y como predecía la ley de Moore y es esta predicción la que sirve de pretexto al libro de Levy que asegura un futuro de robots de quita y pon diseñados
para cultivar nuestros deseos sexuales más abyectos.
El gran obstáculo que existe entre los
humanos para una relación sexual satisfactoria es la existencia de dos
subjetividades bien distintas, la del hombre y la de la mujer, que son difícilmente
compatibles al menos en el largo plazo, es por eso que Levy prevee un gran futuro para la industria de la robótica con fines sexuales.
¿Se imaginan ustedes qué sucedería si pudieramos diseñar un robot con apariencia humana para nuestros escarceos
sexuales?
El asunto que plantea Levy es que esos robots con apariencia humana serian tan parecidos a nosotros, los humanos de
verdad que serian difícilmente reconocibles. La ingeniería robótica ya ha avanzado lo suficiente para saber que un robot necesita moverse para ser realmente inteligente, para tener una conciencia recursiva que es lo que diferencia al humano de una mascota. Mi perro tiene una mente pero no sabe que
tiene un Yo independiente del mio, ni siquiera tiene una subjetividad, simplemente tiene instintos que llevan a repetir
constantemente una serie de rutinas y a saber que soy yo quien le da de comer. Mi perro no me ama como un ser humano pero la palabra “amor” en un perro carece de sentido, tampoco es posible sustituirla por la palabra “interés” porque los perros no tienen intereses sino
simplemente instintos y es su instinto gregario y territorial el que le lleva a reconocerme como macho alfa de su manada. Y me seguirá reconociendo como tal aunque lo maltrate, no le
de de comer o le abandone.
El problema de las mascotas es que aprenden muy poco y no son capaces de
sentir lo que yo siento, ni de adelantarse a mis deseos, son bastante torpes en eso y
sobre todo son incapaces de tener sentimientos o emociones parecidas a los de los humanos. Lo que plantea precisamente Levy es que los robots del futuro tendrán
sentimientos y podrán diseñarse con emociones concretas según el gusto del
consumidor, al tiempo que los robots serán capaces de “leer” la mente de sus dueños o sea que tendrán una “teoria de la mente“. Evidentemente no se tratará de emociones
genuinas, como sucede en los humanos, será un “como si”, una simulación pero
indistinguible de las emociones “verdaderas”que poseemos algunos de
nosotros.
Lo que nos lleva a plantearnos qué es una emoción genuina y una emoción simulada.
La verdad del asunto es que no lo sabemos, ¿es el cariño de una prostituta genuino o
ficticio? En este caso es muy fácil, pero ¿qué sucede en el resto de los supuestos humanos
donde está en juego una emoción? Si descontamos el amor de una madre por sus
hijos -amor egoísta donde los haya- ¿podemos estar seguros de que el cariño que alguien
nos tiene es verdadero lejos de ese supuesto de la maternidad?, ¿existe algún supuesto que
diluya esta duda? Y en cualquier caso ¿qué significa una emoción verdadera de una
simulada? Pondré un ejemplo del corazón, ¿el amor de Carla Bruni por Nicolas Sarkozy es
verdadero o simulado?
¿POR QUE SER ROBOT?
Porque ser robot tendrá algunas ventajas morales sobre el ser humano, para empezar y dado que no podrán tener emociones genuinas como nosotros,
carecerán de libre albedrío. No podrán decidir salvo en aquello que les hayamos enseñado a
decidir, podrán por tanto mostrarse enamorados si usted quiere un robot enamorado o como
bailarines si lo que usted desea es un acompañante bailarín (el ideal de las mujeres). Sus emociones serán simulacros pero usted no podrá discriminar el amor verdadero del fingido de tan parecido que le resultará, además usted podrá
acabar enamorado de uno de esos seres buenos, dóciles y sin subjetividad que terminará por
hacerles la vida más fácil, sencilla y feliz y si usted lo desea podrá programarlos para hablar de
filosofia o incluso para discutir si esa es su pasión.
Dicho de otro modo, los robots serán con total seguridad una realidad en el tiempo en
que los ingenieros descubran como implementarlos de los circuitos necesarios y de hecho es muy probable que nos cambien
la vida, ¿quién optará entonces por un humano? La ventaja metafísica de
relacionarse con un robot es que al carecer de libertad el robot no podrá nunca ser
ambivalente (amar y odiar al mismo tiempo a alguien), pero la libertad no debe
confundirse con el concepto sistémico de “condiciones de libertad del sistema” que
significa si el azar podrá o no contribuir a la conducta de la máquina. Podremos elegir el
grado de incertidumbre que exigimos a nuestro robot pero él nunca será libre.
No podrá odiarnos si no está programado para ello pero podrá enfadarse si nos
apetece tener en casa una máquina parecida a lo que entendemos como “calor humano”.
Ingenieros neerlandeses han conmocionado al mundo con la afirmación de que en pocos años las famosas prostitutas de Ámsterdam
serán reemplazadas por robots.Esta revolución tecnológica será posible
gracias a la labor de los ingenieros que han creado una nueva generación de androides,
hechos de un material resistente a las bacterias.
SEXO CON BENEFICIOS EN LOS ROBOTS
Sexo más seguro, desaparición de la prostitución infantil, reducción de las
enfermedades de transmisión sexual… todo son ventajas en ese terreno según
impulsores.
Además, los autores de la idea aseguran que este tipo de prostitución resolverá muchos
problemas. Por ejemplo, privará a los hombres del sentimiento de culpabilidad
ante su pareja, ya que “después de realizar un acto sexual con un robot probablemente
no lo considerarán como infidelidad”.Al principio, utilizar los servicios de un robot
en Ámsterdam será posible en clubes especiales que funcionarán bajo el sistema
‘todo incluido’.
No obstante, este tipo de ‘entretenimiento’ no estará al alcance de todos los bolsillos,
ya que el servicio costará alrededor de 7.500 de euros. Por este precio el cliente tendrá la posibilidad de elegir cualquier
nacionalidad del androide con una inmensa variedad de sus características
morfológicas. A mediados de abril de este año los
investigadores Ian Yeoman y Michelle Mars de la Universidad de Wellington de Nueva Zelanda publicaron un informe, en el que
afirman que “para el 2050 los robots sexuales se convertirán en los principales
protagonistas del sexo”.
Un grupo dirigido por el científico japonés Hiroshi Ishiguro, uno de los
investigadores más exitosos de robots con apariencia humana, ha creado un nuevo modelo, denominado Geminoid-DK. Este robot es el ingenio más avanzado en este
ámbito; en las fotos es casi imposible distinguir si se trata o no de un hombre, y hasta se mueve de un modo muy parecido
a un ser humano. Los investigadores sostienen, que ahora se ocupan de hacer
que sus movimientos sean aún más naturales.