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7/30/2019 Rodrigo. J. Garca. Los poderes de la sociedad civil
1/634 CUADERNOS DE PEDAGOGA.N385 MONOGRFICO } N IDENTIFICADOR: 385.005
La relevancia de otros discursos sobre educacinLos poderes de la sociedad civil
Numerosas voces defienden un concepto alternativo
de educacin para la ciudadana, para la paz, para la
tica en las relaciones humanas y para la superacin de
las desigualdades sociales y culturales. Se muestran
esperanzadas con el progreso de los sistemas
escolares y desafiantes ante cualquier prejuicio. Sin
embargo, estas referencias no son utilizadas en el
discurso dominante sobre educacin, un discurso
pesimista y que responde a burdos intereses.
FLOR
GARCA
RODRIGO J. GARCA GMEZConsejera de Educacin de la Com unidad d e
Madrid.JOS MOYA OTERO
Universidad de las Palmas de Gran Canaria.
Amb os participan activamente en el Proyecto
Atlntida: Educacin y Cultura Dem ocrticas.
Una mirada a las actuaciones ms
prometedo ras de innovacin edu-
cativa en el Estado espaol ponede m anifiesto la existencia de un cong lo-
merado de actuaciones valiosas, pero algo
aisladas y con escaso conocimiento rec-
proco. En este panorama, se puede en-
tender fcilmente la necesidad d e fomen-
tar nuevos estilos de co laboracin p ara el
desarrollo en red de experiencias, con-ceptos y secuencias corroboradas de
mejora educativa.
Las circunstancias anterio res llevaron, a
comienzos de 2004, a que el recientemen-
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te constituido Foro p or la Educacin P-
blicatratara de facilitar y asentar un en-
tramado de colaboracin y ayuda mutua
para las distintas iniciativas de innovacin
educativa. Para lograr este p rop sito se
ide una dob le estrateg ia. Por una parte,
se pens en la puesta en marcha de un
portal virtual que permitira a cualquier
ciudadano acceder a un lugar pblico, de-
finido colectivamente po r los participantes
y mantener debates en profundid ad sobre
el d ispositivo escolar, su regeneracin y
mejora. Este p rop sito se alcanz co n la
creacin del Portal Innova-Educadores en
Red (actualmente d isponible en la direc-
cin ww w.innova.usal.es), que cuenta con
la participacin de 129 colectivos y de
3.494 usuarios.La segunda estrategia responda a la
necesidad d e profund izar y propo rcionar
estabilidad a ese entramado de colabo-
racin. Por esta razn, en febrero de 2008,
con la colabo racin de todos los colectivos
de innovacin p resentes en el po rtal vir-
tual, se organiz un encuentro denomi-
nadoEntretod@s: Redes de Innovacin.
Esta reunin, celebrada en Mad rid, cont
con la participacin de 72 grupos de in-
novacin de m uy variada procedencia.
Las razones y argumentos manifestadosjustificaran suficientem ente el desarrollo de
las referidas iniciativas. Sin embargo, ad-
quieren to do su sentido, si se entienden en
el entramado de una serie de importantes
circunstancias que afectan al mbito edu-
cativo. Algunas de ellas bien conocidas y
de hecho analizadas con cierta profusin
en la literatura especializada. Entre ellas,
podramos apuntar las siguientes:
- El debate poltico entre partidarios y
det ractores de las do s ltimas leyes org -
nicas de educacin.
- La presencia en medio s de comunica-
cin y crculos profesionales de manifes-
taciones de malestar ante el det erioro del
servicio pblico educativo.
- El enfrentamien to sectorial y corp ora-
tivo ante el actual mod elo de escolariza-
cin del alumnado inmigrante.
- El debate sobre los resultados esco-
lares obtenidos en los ltimos informes
internacionales. El caso del info rme PISA,
por ejemplo.
- La posibilidad de ejercer la objecin
de conciencia, demandada por algunoscolectivos de familias, ante la imp lantacin
de la asignatura Educacin para la Ciuda-
dana y el debate generado por su pre-
tend ida vinculacin con la ideo log izacin
de las conciencias morales infantiles, por
parte del Estado.
Muchas de estas circunstancias, como
ya hemos mencionado, han sido objeto
de anlisis y estud io por d istintos autores
en d iversos med ios do cumentales. En esta
ocasin p retendemo s algo distinto: trata-
mos de perfilar determinadas cuestiones
de fond o que subyacen en este contexto
y en cuyo anlisis crtico basan sus posi-
ciones una gran parte de los grupos re-
presentado s en el citadoForo po r la Edu-
cacin Pblica.
Razones para un acuerdo
La educacin, su sentido y su desarrollo,son cuestiones demasiado serias y comple-
jas como para confiarlas, sin ms cautelas,
a las decisiones poltico-administrativas.
Estas decisiones se nutren de eslganes
enunciados desde el discurso dominante
y son emergentes de una serie de condi-
ciones de contexto , como (I) la persistencia
de una accin poltica frvola y muy poco
comp romet ida, (II) la concepcin financie-
ra y especulativa de las relaciones sociales
y econmicas, y (III) los frvolos contenidos
socioculturales sustentados en el espect-culo, orientados po r los medios de op inin
pblica y dirigidos al consumo de produc-
tos irrelevantes y a la aceptacin pasiva de
valores hegemnicos.
En los prrafos que presentamos a con-
tinuacin esbozaremos un anlisis de cada
una de estas tres cuestiones, po r la impo r-
tancia que tienen a la hora de entender los
emergentes concretos en torno a los que
suele girar el deb ate educativo actual, y por
la necesidad de buscar acuerdos y apoyo
mutuo p ara hacer or todas las voces y los
argumentos, y no slo aquellos que son
coincidentes con el discurso dominante.
En cuanto a la accin poltica, coincidi-
mos con lo que desde la literatura social
se describe como una fase postpoltica
de la po ltica , caracterizada po r un estilo
de relacin popularista en el discurso y
marcadamente elitista en la tom a de de-
cisiones. En esta forma d e hacer, el pro -
tagonismo no lo t ienen las ideas, sino las
imgenes difundidas sobre la condicin
personal y determinados eventos de la
vida p rivada d e los lderes.Noam Cho msky coincide con este an-
lisis en una reciente entrevista realizada po r
Vicen Navarro. Este intelectual y activista,
ante una pregunta sobre el fenmeno me-
ditico Obama, respond e: En la campaa,
como apunta acertadamente el Wall Street
Journal, no se ha prestado d emasiada aten-
cin a lo s temas importantes. Las caracte-
rsticas personales son los elementos clave.
Es el carcter de O bama lo q ue es tratado
en po rtada como tem a capital (www.attac-
madrid.org / d/ 9/080807171 232.php).
En cuanto a la concepcin financiera y
especulativa de las relaciones sociales y
econmicas, es preciso resaltar la preo cu-
pante vitalidad de una nueva lgica de
desarrollo econm ico sin reglas , a la
que se refiere Pierre Rimbert en Le Mon-
de Diplomatique(Aot, 2008), asimiln-
dola a lo que el etnlogo Marcel Mauss
definira como un m odo de p roceder en
el que las situaciones irregulares son laregla y las regulares son imposibles .
Desde esta concepcin econ mica es-
peculativa ( economa de casino , como
ha sido d enominada po r entidades como
la Confederacin Sindical Internacional),
se explica la necesidad imp eriosa de asu-
mir riesgos que reporten beneficios a
corto plazo, exigiendo a los gobiernos y
organismos internacionales la desregula-
cin de los mercados que lo haga posible.
Con este tipo de prcticas se llega a primar
lo econmico y las ganancias po r encimade cualquier o tra consideracin. Y como
corolario, en la p rctica, slo son sujetos
de d erechos quienes tienen algo que d e-
fender, es decir, aquellas personas que
disponen de algo con lo que negociar.
De esta manera nos alejamos de la di-
mensin colectiva y universal de los de-
rechos que haban sido considerados
anteriormente de rechos nom inales de las
personas y cuya conquista se haba con-
siderado una caracterstica de las socie-
dades democrticas.
En este contexto sera legtima la pre-
gunt a que hace 150 aos ya se haca David
Hume. A Hum e le intrigaba la facilidad con
que son gobernados muchos por pocos ,
la implcita sumisin con que los hombres
entregan su destino a quienes los gobier-
nan. Lleg a la conclusin de que los go-
biernos perviven sobre la base del control
de la opinin pblica, un principio que
define a los gobiernos ms despticos y
ms militaristas, al igual q ue a los ms libres
y ms populares. Cuando el recurso a la
violencia est limitado, el consentimientode los gobernados debe conseguirse me-
diante estratagemas que la opinin liberal
y prog resista denomina manufactura del
consentimiento (Chomsky, 1996).
7/30/2019 Rodrigo. J. Garca. Los poderes de la sociedad civil
3/636 CUADERNOS DE PEDAGOGA.N385}
Encaja, en estas circunstancias, ese te r-
cer elemento de anlisis que citbamos
al iniciar este apartado : los frvolos conte-
nidos socioculturales sustentados en el
espectculo, orientados por los medios
de opinin pblica y dirigidos al consumo
de productos irrelevantes y a la aceptacin
pasiva de valores hegemnicos. La men-
cionada manufactura del consentimien-
to se apoya en plataformas de unificacin
de la op inin pb lica, en las que los lde-
res polticos son utilizados y stos, a su
vez, las utili zan para convencer y justif icar
acciones, que p ueden incluso ser contra-
rias a los intereses de las mayoras. Para
conseguirlo distraen las conciencias con
entretenimientos y frivolidades llamativas
o mo rbo sas, mientras blanden las band e-ras de los principios reconocidos cultural-
mente como superiores. Se enmascaran
los intereses subyacentes bajo supuestos
valores colectivos, tratando d e dar la im-
presin de que se busca exclusivamente
el bien g eneral, tal y como ironiza Choms-
ky (1996): Como cuando un padre imp i-
de que un nio eche a correr entre la
circulacin callejera .
Una vez hechas las anteriores reflexio-
nes, se entiende mejor la necesidad de
hacer or ot ras voces, que aport an anlisisy argumentos que nos ayudan a pensar
sobre la realidad en la que estamos in-
mersos. Por tratarse de puntos de vista
alternativos y crticos, quedan habitual-
mente ensordecido s por el discurso nico;
la falta de eco meditico explica la ten-
dencia a p ermanecer escasamente divul-
gado s y aislados entre s. Tomar conciencia
de esta situacin es una razn fundamen-
tal para buscar acuerdos y apoyo s mutuos
entre quienes pueden apo rtar una visin
ms lucida y plural al discurso social y
educativo.
Ros subterrneos
El discurso actualment e mantenid o so-
bre la cuestin escolar, que enmascaraalgunas de las claves que hemos comen-
tado en el apartado anterior, nos traslada
una visin pesimista, presentada como
inevitable, sobre la realidad educativa. Se
trata de convencer a la opinin pblica
de que las respuestas que se implantan
en los sistemas sociales y educativos para
hacer frente a pro blem as tan graves como
el cambio climtico, la pobreza, la injus-
ticia escolar, el fracaso de los estudian-
tes, son las nicas capaces de resol-
verlos. Se nos traslada un determinadoanlisis (generalment e simplista y fcil de
difundir) sobre lo que su-
cede en el terreno econ-
mico, poltico, cultural y
educativo com o si fuera
evidente y el nico po-
sible. Se transmite la
sensacin de que ya
est tod o estudiado y
parece incuestionable
que la solucin que se
le da es obvia y la nica
posible. Cualquier otra
prop uesta que se preten-
da razonar, se considera
a priori improcedente, anticuada, poco
realista o m alintencionada.
El transcurso de los acontecimientos nos
muestra, sin emb argo, de manera pertinaz,
lo desacertado (e interesado) de esa visin
nica. El deterioro de las circunstancias
sociales se encuent ra dem asiado presen-
te y pone en evidencia grandes dosis de
injusticia. La explicacin que se facilita,
desde los grupos sociales que se sienten
ms favorecidos po r la situacin, es la tan
repetid a teora de los efectos colaterales
inherentes al progreso humano: un mal
menor necesario para mantener nuestras
cuotas de bienestar. En este entorno no
se considera necesario que los sistemas
educativos fomenten la reflexin, el pen-
samiento alternativo o las habilidades departicipacin y/o transformacin de la rea-
lidad, aunque nominalmente se reco-
nozca su valor. Se considera que el obje-
tivo d e la educacin de los ciudadanos y
ciudadanas es primo rdialmente fo rmarlos
para la adquisicin de una cultura instru-
mental que les permita su incorporacin
productiva al tipo de realidad social, po-
ltica y econmica establecida.
Como ha sucedido a lo largo d e la his-
toria, por debajo de este discurso domi-
nante se entonan otras voces que, a mod ode ros subterrneos, fluyen entre no so-
tros, mo strando o tras visiones alejadas de
esta interesada construccin de la realidad
social y educativa; ofrecen otros formatos
de posibles respuestas a las situaciones
presentadas como irremediables.
Se dira que tenemos la sensacin de
haber pasado antes po r todo esto. El fi-
nal de la historia , la perfeccin y la
irrevocabilidad de los hechos y las de-
cisiones se han p roclamado muchas otras
veces, y siempre, en falso.
Facilitar la presencia y modos de relacin
y coconstruccin de nuevas ideas proce-
dentes de colectivos y movimientos de
innovacin educativa que surgen en la so-
ciedad civil, es una necesidad urgente ante
la falta de imag inacin, de rigor y de t ica
puestas de m anifiesto po r el actual discur-
so hegemnico sobre la educacin.
Somo s conscientes de las posibilidades
de las redes sociales para sustent ar nue-
vas form as de re lacin, para denunciar la
injusticia y p ara construir colectivamente
un conocimiento tico sobre la realidad.Estas prcticas permitiran, quiz, que la
ciudadana tomase conciencia de q ue sus
intereses son d efendib les si se acta con-
junt amente. Colaborar en el desarrolloFLOR GARCA
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de lo s poderes de la sociedad civil ha sido
un inters promovido activamente por el
citado Foro po r la Educacin Pblica.
Conceptos y vivenciasconstruidos desde las redes
Este apartado recoge los planteamien-
tos innovadores de corte socioeducativo,
urdidos y d esarrollados por d istintos co-
lectivos, mo vimientos, grupo s represen-
tados en el Portal Innovay presentes, en
su da, en el congreso Entretod@s. Resal-
tamos, como caracterstica compartida, en
mayor o menor g rado, el inters de estos
colectivos por teorizar y desarrollar expe-
riencias de colaboracin entre las organi-zaciones de la sociedad civil y las escuelas,
a la hora de pensar y articular una nueva
definicin de los sistemas educativos.
En otro artculo posterior se describe,
de la mano d e sus prot agonistas, una de-
finicin de ident idad m s precisa de cada
uno de estos colectivos. En este momen-
to nos ocupamo s de resaltar algunas ideas
y prcticas relevantes que comp onen una
imagen alternativa de la facilitada por el
discurso actualmente hegem nico sobre
la educacin.Antes de continuar, debemos aclarar
que existen otras aportaciones innovado -
ras, presentes en el portal virtual y expues-
tas en su da en el citado congreso que,
po r considerarse m s ceidas a la gestin
y desarrollo d e tareas ms especficamen-
te escolares, no son coment adas en este
documento ; sus conceptos, experiencias
y estrateg ias se tratan con cierta extensin
en otro trabajo incluido en este nmero
monogrfico.
Com enzamos nuestros comentarios re-
comendando la lectura detenida de las
reflexiones elaboradas desde las redes y
colectivos de innovacin q ue comentare-
mos muy brevemente a continuacin; de
ninguna forma esta breve resea pretende
agot ar la riqueza de las diferen tes aporta-
ciones ni debe sustituir una consulta de-
tallada de las mismas. Para este pro p sito,
el Portal Innovaofrece una excelente op or-
tunidad. En este sitio virtual es posible
encontrar conceptos y experiencias tiles
que sitan la realidad escolar en una di-
mensin ms razonable y al servicio deuna ciudadana comprometida con una
sociedad justa, y debatir sobre ellos.
Algunos colectivos de innovacin edu-
cativa definen la escuela como un lugar
de investigacin y de innovacin, un la-
boratorio de ideas y un territorio para el
dilogo escolar y social.
Las comunid ades de aprendizaje, por
ejemp lo, p retenden t ransformar las insti-
tuciones educativas en laboratorios co-
lectivos (familiares, pro fesorado, alum na-
do, personal no docente, asociaciones,
entidades, etc.) de investigacin, de en-
sayo y d e valoracin d e nuevas iniciativas
org anizativas y curriculares para hacer p o-
sible el sueode que el aprendizaje que
todos queremos para nuestros hijos e
hijas est t ambin al alcance de todas y
cada una de las nias y nios. La preten-
sin de una escuela para todos les lleva
a plantear una actuacin que les es pro pia:
la formacin de las familias. Se entiendeque m ejorando la formacin de las fami-
lias se avanza en el aprendizaje de los
estudiantes y en sus po sibilid ades de xi-
to. En este caso, se refieren tamb in a una
formacin claramente distinta a la que
suele ser habitual; es una accin d e eman-
cipacin, en respuesta a las necesidades
y a las demandas manifestadas por las
propias familias.
Otras redes, como la formada por las
Escuelas Democrticas Atlntida, se em-
pean en hacer de la institucin educati-va un lugar p ara la convivencia democr-
tica, en dond e el estilo y la gestin de las
relaciones permitan subvertir lo obvio, lo
que siempre se ha considerado proce-
dente en tod a relacin educativa. Desde
el Proyecto At lntida: Educacin y Cultu-
ra Demo crticas, se valora la investigaci n
en el aula sob re los procesos de aprendi-
zaje que supongan la formacin de una
moral autno ma y el desarrollo de un jui-
cio propio en todos y cada uno de los
estud iantes. La escuela sera esa instituci n
cientfica y tica en la que, en el modo
riguroso d e ejercer su tarea, encontrara
inspiracin el trabajo colectivo de cons-
truccin (agentes sociales, familias, pro-
fesionales y estudiantes) de un entorno
social justo, prom otor de soluciones crea-
tivas para la transferencia de poder a la
ciudadana.
En este contexto de ideas, la red Es-
cuelas del Movimiento Cooperativo de
Enseanza seafirma en su cooperativismo
como soporte de la do cencia y del apren-
dizaje, identificndose con los valoresdem ocrticos de justicia, libertad, solida-
ridad, espritu emprendedor y laicidad.
Este modelo de desarrollo cooperativo,
segn este movimient o d e escuelas, ne-
cesita contar con uno s profesionales cuya
actitud difiera de los actuales comporta-
mientos neocorporativos, presentes y de-
fendid os desde el discurso do minante. Es
necesario un profesorado con un perfil
equilibrado emocionalmente, capaz de
entender al alumno y de adaptarse a sus
necesidades []; un pro fesorado dinam i-
zador y gestor de aula, antes que infor-
mado r, sin olvidar su papel d e educador
en valores [] que investigue y que inno -
ve en el aula .
Otros colectivos y redes de escuelas
que repiensan e investigan con o tras ideas
alternativas, ausentes en e l d iscurso actual,
establecen un cont inuo entre la ed ucacin
formal y no formal, lo que unido a la labor
no intencional, ejercida por los ciudadanosde un b arrio o localidad, confo rmaran ese
conjunto de acciones educativas con in-
fluencia significativa en el d esarrollo d e la
personalidad d e los ms jvenes.
En esta lnea, las experiencias de la red
Ciudad es Educadoras nos facilitan nume-
rosas prop uestas y prcticas acerca de las
po sibilidades educadoras de las ciudades,
grandes o p equeas, y de cmo pueden
tambin incidir en ellas fuerzas e inercias
deseducadoras. De una forma u otra, la
ciudad presenta elementos imprescindi-bles para una formacin integral; desde
una visin ilusionada y genero sa, la ciudad
pod ra ser un agente educativo perma-
nente, plural y polidrico, capaz de con-
trarrestar los factores deseducativos .
LABORAFORO. Equipo de los Presu-
puestos Particip ativos de Sevilla avanza en
este p ropsito un p oco m s, y hace posi-
ble la accin educadora del entorno. La
educacin, afirma este equipo, no se rea-
liza nicament e en las instituciones esco-
lares, la participacin ciudadana y el pro-
tagonismo de los jvenes se convierten
en autnticas herramientas de desarrollo
humano. Este colectivo llega a definir que
una accin educativa es innovadora si es
capaz de promover el protagonismo de
los ms jvenes, como sujeto s y personas
con capacidad para reflexionar, dialogar,
negociar y tomar decisiones sobre t odo s
aquellos aspectos que las afectan en la
vida cotid iana de su barrio y ciudad.
La Asociacin Cultural Norte Joven co n-
jug a formacin, desarrollo personal y la
bsqueda de sentido en el aprendizaje,favoreciendo la integracin sociolaboral
de los colectivos de jvenes ms desfa-
vorecidos y de adultos que han experi-
mentad o una situacin d e fuerte exclusin
7/30/2019 Rodrigo. J. Garca. Los poderes de la sociedad civil
5/638 CUADERNOS DE PEDAGOGA.N385}
social. Esta asociacin, con una visin in-
tegral del proceso educativo, adapta las
enseanzas profesionales, sociales, cultu-
rales y las configura en torno al aprendi-
zaje de d istintos oficios (auxiliar de ayuda
a domicilio, font anera, cocina, depend ien-
te de comercio, etc.). Dirige su accin
formativa a la obtencin del g raduado en
Educacin Secundaria y a la incorpo racin
y mantenimiento del empleo. Adems,
No rte Joven p articipa en foros sociales y
mantiene un contacto continuado con
empresas y agentes sociales.
Ot ro colectivo como CIMAS hace de la
participacin un recurso educativo y de
investigacin. Desde esta red de investi-
gacin y desarrollo ciudadano se entien-
de q ue son los movimient os sociales y no
las universidades particularmente algunos
grupos de iniciativas sociales, culturales,
econmicas, artsticas, etc. los que en
realidad d esarrollan una gran capacidad
para innovar, tanto en la definicin de
nuevos problemas como en cuanto a en-contrar algunas respuestas imaginativas
y eficaces para cada caso concreto.
Desde el discurso habitual y hegem ni-
co en educacin, la escuela deb e ocupar-
se del entrenamiento de los estudiantes
en habilidades instrumentales portadoras
de unos determinados valores hegemni-
cos coherentes con una cultura occidental-
cristiana. Las prct icas de enseanza deben
ser fundamentalmente acadmicas, pro-
motoras de esfuerzo individual y de la
comp etit ividad necesaria para alcanzar el
xito acadmico. El resto de cuestiones,
valores y aspiraciones entran en el campo
de lo p rivado o individual y no deben ser
objeto de tratamiento escolar. La sosteni-
bilidad del medio ambiente, la paz coti-
diana o la ms lejana, la justicia y la supe-
racin de la pobreza no son materia
curricular y, por tanto, no deben ser con-
tenidos con relevancia acadmica.
Para algu nas redes de escuelas, sin em-
bargo, como la de Centros Sostenibles
de Cantabria, el conocimiento, el cuidad o
y el disfrute de los ecosistemas ms cer-
canos es algo primordial como valor a
promover desde la planificacin y el de-
sarrollo curricular.Para otros colectivos, la educacin
como vivencia cotidiana de relaciones
pacficas, fundamentada en el ejercicio
respetuo so de los derechos humanos, se
convierte en una clara referencia para los
aprendizajes escolares, los modos de
organizar la enseanza y su relacin co n
el entorno. Para Intermn Oxfam, por
ejemplo, el o bjetivo d e la educacin se
encuentra en la promo cin de p rcticas
valiosas de colabo racin, d entro d e un
amplio movimiento global, con el pro-
psito de hacer posible la erradicacin
de la injusticia y la pobreza, y de lograr
que todos los seres humanos puedan
ejercer plenamente sus derechos y dis-
frutar de una vida digna.
En paralelo a ellos, Educadores pola
Paz realiza un esfuerzo muy importante
por alumbrar nuevas concepciones, teo ras
y prcticas en el tan necesitado t ema de
la paz y la no violencia, y representa, jun-
to a ot ras org anizaciones, el comp rom iso
con uno d e los grandes temas pendientes
para la sociedad futura.
Es evidente q ue todo este d iscurso se
convierte, a los odos del p lanteamiento
dominante, en una retrica prog resista queimpedira realmente m ejorar las cond icio-
nes econmicas y de bienestar de nuestra
sociedad y que nos hundira en la igno-
rancia y la incompetencia. La escuela de
FLOR
GARCA
7/30/2019 Rodrigo. J. Garca. Los poderes de la sociedad civil
6/6{N385 CUADERNOS DE PEDAGOGA. 39
hoy debe dejarse de otras tareas que la
distraen y centrarse en lo fundamental, de-
finido p rincipalmente com o el aprendiza-
je de una correcta expresin escrita (para
esto disponemos de los ejercicios de dic-
tado), el dominio de las operaciones de
clculo (ya contamo s con los cuadernillos
de p rob lemas) y la famil iarizacin con unas
ciencias sociales, que permit an a los estu-
diantes disponer de una cultura general
sobre algunas fechas de acontecimientos
relevantes para la formacin d e una cierta
conciencia nacional.
Los movimientos de innovacin socio-
educativos no renuncian al aprend izaje y
dominio por los estudiantes de ninguna
de las habilidad es invocadas en el d iscur-
so d ominante, son consideradas igualmen-te competencias necesarias e imp ortantes;
difieren, sin embargo , en el sentido tico
que estos aprend izajes deb en incorpo rar,
en la finalidad, la sensatez y multicultura-
lidad que debe significar todo proceso
de aprendizaje y en el modo integrador,
dialogado, cientfico y de colaboracin
con el que se organice.
Utilizando esta concepcin d el aprendi-
zaje, algunas fundacio nes y org anizaciones,
como la Fundacin Secretariado Gitano,
insisten en la normalizacin de la atencineducativa y en la incorporacin como re-
ferencia curricular de las aportaciones y
valores de otras culturas. El discurso do-
minante, en demasiadas ocasiones, se ha
manifestado de manera displicente, ya que
atender a esta pretensin podra suponer
una p rdida de tiempo para los profe-
sionales y para el alumnado mayoritario
que asiste a las instituciones escolares.
Por otra parte, algunos colectivos de
profesionales se revelan y se organizan
autnom amente, tratando de mejorar su
desarrollo profesional, creando espacios
virtuales en los que pued a surgir la inno-
vacin ed ucativa. Es el caso d e Aulab log .
com, que con respecto al uso d e las tecno-
logas de la informacin y la com unicacin
pretend e huir d el celularismo tradicional,
recobrando el inters por la colaboracin,
el apoyo p rofesional mutuo y el desarro-
llo de red es sociales de ed ucadores com-
prometidos.
Podremos observar que todas estas
ideas pretenden encontrar nuevas res-
puestas a problemas y situaciones, algu-nas viejas y otras inditas, en contextos
globalizados de una gran complejidad.
Para ello, se valen de nuevas estrateg ias,
como la creacin y el desarrollo de red es
sociales, utilizan la imaginacin y la tica
como soporte de las ideas y promueven
la elaboracin colectiva del conocimiento
como m todo de trabajo. La adop cin y
la experimentacin de este tipo de apor-
taciones no parecen pelig rosas, a prime-
ra vista; sin emb argo, p od emo s constatar
que su presencia en el discurso ms ex-
tendido mediticamente es escasa. En
este trabajo hemos pretendido facilitar
algunas claves explicativas y, al mismo
tiemp o, d escribimos iniciativas que reve-
lan una cierta rebelda y que pretenden
colaborar a superar esta situacin.
X Castell, Manuel (s.f.): Internet y la
sociedad red , en Lli inaugural del
Programa de Doctorat sobre la Societat
de la Informaci i el Coneixement.
Universitat Oberta de Catalunya (dis-
ponible en http://www.uoc.es/web/
cat/articles/castells/print.html).
X Chomsky, Noam (1996): Consenti-
miento sin consentimiento: la unifor-
macin de la opinin pblica(dispo-
nible en http://kamita.com/misc/nc/
textos/consen.htm).
X Vidal-Beneyto, Jos (2005): Por una
Europa poltica, social y ecolgica.
Madrid: Foca Ediciones.
X Portal Innova. Educadores en Red
http://innova.usal.es/index.phpX Congreso Ent ret od@s. Redes de
Innovacin
http://innova.usal.es/index.php
para saber ms
monog r f i c o