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EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL SECUNDARIO BAJO DICTADURA Y LAS JUVENTUDES COMUNISTAS: UN CASO DE RADICALIZACIÓN POLÍTICA DE MASAS EN CHILE (1983-1988) 1 Rolando Álvarez Vallejos * Resumen La década de los años ochenta ha sido estudiada por politólogos y sociólogos que han enfatizado el proceso de unidad de la oposición, que terminó cristalizando en los acuerdos cupulares entre ésta y la dictadura y el inicio de la “transición pactada” a la democracia. Desde otro ángulo, este artículo indaga sobre las car acterísticas de uno de los movimientos sociales surgidos en esa década, que buscaron terminar anticipadamente con el régimen militar por medio de la movilización social y la legitimación de la violencia política. Evaluada como una táctica sectaria y minoritaria, la experiencia histórica del movimiento estudiantil secundario demuestra como la izquierda chilena conjugó sus tradiciones políticas previas al golpe de estado de 1973, con la implementación de formas radicales y violentas de lucha social. Así, el histórico aliancismo de la izquierda chilena, junto a las expresiones de acción directa y violencia política, se combinaron para dar forma a un masivo y poderoso movimiento estudiantil secundario. La existencia de este proceso implica reconocer no necesariamente la factibilidad del derrocamiento de la dictadura, como la masividad y legitimidad al interior de algunos movimientos sociales de las formas más radicales de lucha contra el régimen militar. Palabras Claves Movimiento Estudiantil, Violencia Política, Movimientos Sociales, Izquierda, Alianzas, Movilización Social. La trayectoria histórica de la izquierda chilena sufrió un profundo revés el 11 de septiembre de 1973. En el caso de los comunistas, significó la crisis de su línea gradualista, basada en la tesis que desde dentro del Estado burgués se podrían producir cambios estructurales sobre el capitalismo. Aliado con sectores “progresistas” de la burguesía –se decíase realizaría la revolución chilena. Esto implicó que en la práctica, la izquierda chilena desarrollara prácticas políticas pragmáticas y amplias, que más allá de la ortodoxia discursiva, le permitió sumar al proceso a amplios sectores sociales. 2 De la mano de la represión, la dictadura trajo nuevos golpes a la izquierda, lo que se tradujo en el exilio, la prisión, la muerte y la desaparición de un gran número de sus simpatizantes, militantes y dirigentes. Junto con ello, la antigua Unidad Popular entró en un proceso de autocrítica acerca de las causas de la derrota de dicha experiencia y acerca cómo terminar con la dictadura. El mundo socialista inició su proceso de “renovación”, que terminó en la práctica con el abandono del marxismo y abriendo paso a la salida pactada de la dictadura. Por su parte, los comunistas protagonizaron junto a otros sectores políticos y sociales las expresiones más radicales de lucha contra la dictadura, aparentemente dejando atrás su tradicional moderación política previa al golpe militar de 1973. En el debate sobre el cambio de línea del PC hecho público en 1980, se ha enfatizado especialmente el supuesto quiebre que éste habría implicado con sus tradiciones históricas. Además, se ha señalado que la violencia política desplegada por los comunistas y los movimientos sociales durante el ciclo de las “Protestas Nacionales” contra la dictadura (1983-1986) no contribuyó a la recuperación de la democracia en Chile. Por el contrario, habría sido funcional a la estrategia de la dictadura para justificar su perpetuación. 3 En el fondo, la cuestión se resume en una tesis fundamental: que las formas extra-institucionales o anti-sistémicas de lucha contra la dictadura eran inviables, sin respaldo popular y que la única salida posible era pactar con el régimen militar. En el caso de los partidos de izquierda, los socialistas serían los que habrían “aprendido” esta lección y no así los comunistas, los que habrían abandonado su tradicional

Rolando Alvarez Movimiento Estudiantil Secundario y Dictadura 1983 1988

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  • EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL

    SECUNDARIO BAJO DICTADURA Y LAS

    JUVENTUDES COMUNISTAS: UN CASO DE

    RADICALIZACIN

    POLTICA DE MASAS EN CHILE

    (1983-1988)1

    Rolando lvarez Vallejos*

    Resumen La dcada de los aos ochenta ha sido estudiada por politlogos y socilogos que han enfatizado el proceso de

    unidad de la oposicin, que termin cristalizando en los acuerdos cupulares entre sta y la dictadura y el inicio de la

    transicin pactada a la democracia. Desde otro ngulo, este artculo indaga sobre las caractersticas de uno de los movimientos sociales surgidos en esa dcada, que buscaron terminar anticipadamente con el rgimen militar por medio de la movilizacin social y la legitimacin de la violencia poltica. Evaluada como una tctica sectaria y minoritaria, la experiencia histrica del movimiento estudiantil secundario demuestra como la izquierda chilena conjug sus tradiciones polticas previas al golpe de estado de 1973, con la implementacin de formas radicales y violentas de lucha social. As, el histrico aliancismo de la izquierda chilena, junto a las expresiones de accin directa y violencia poltica, se combinaron para dar forma a un masivo y poderoso movimiento estudiantil secundario. La existencia de este proceso implica reconocer no necesariamente la factibilidad del derrocamiento de la dictadura,

    como la masividad y legitimidad al interior de algunos movimientos sociales de las formas ms radicales de lucha contra el rgimen militar.

    Palabras Claves Movimiento Estudiantil, Violencia Poltica, Movimientos Sociales, Izquierda, Alianzas, Movilizacin Social.

    La trayectoria histrica de la izquierda chilena sufri un profundo revs el 11 de septiembre de

    1973. En el caso de los comunistas, signific la crisis de su lnea gradualista, basada en la tesis que desde

    dentro del Estado burgus se podran producir cambios estructurales sobre el capitalismo. Aliado con

    sectores progresistas de la burguesa se deca se realizara la revolucin chilena. Esto implic que en la prctica, la izquierda chilena desarrollara prcticas polticas pragmticas y amplias, que ms all de la

    ortodoxia discursiva, le permiti sumar al proceso a amplios sectores sociales.2 De la mano de la

    represin, la dictadura trajo nuevos golpes a la izquierda, lo que se tradujo en el exilio, la prisin, la

    muerte y la desaparicin de un gran nmero de sus simpatizantes, militantes y dirigentes. Junto con ello,

    la antigua Unidad Popular entr en un proceso de autocrtica acerca de las causas de la derrota de dicha

    experiencia y acerca cmo terminar con la dictadura. El mundo socialista inici su proceso de

    renovacin, que termin en la prctica con el abandono del marxismo y abriendo paso a la salida pactada de la dictadura. Por su parte, los comunistas protagonizaron junto a otros sectores polticos y

    sociales las expresiones ms radicales de lucha contra la dictadura, aparentemente dejando atrs su

    tradicional moderacin poltica previa al golpe militar de 1973.

    En el debate sobre el cambio de lnea del PC hecho pblico en 1980, se ha enfatizado especialmente

    el supuesto quiebre que ste habra implicado con sus tradiciones histricas. Adems, se ha sealado que

    la violencia poltica desplegada por los comunistas y los movimientos sociales durante el ciclo de las

    Protestas Nacionales contra la dictadura (1983-1986) no contribuy a la recuperacin de la democracia en Chile. Por el contrario, habra sido funcional a la estrategia de la dictadura para justificar su

    perpetuacin.3

    En el fondo, la cuestin se resume en una tesis fundamental: que las formas extra-institucionales o

    anti-sistmicas de lucha contra la dictadura eran inviables, sin respaldo popular y que la nica salida

    posible era pactar con el rgimen militar. En el caso de los partidos de izquierda, los socialistas seran los

    que habran aprendido esta leccin y no as los comunistas, los que habran abandonado su tradicional

  • sensatez poltica y se habran dejado arrastrar por una radicalidad poltica sin sentido. Acostumbrados a

    miradas histricas desde arriba, estos anlisis desconocen las trayectorias concretas de los movimientos sociales de la dcada de los ochenta, los que movilizaron a cientos de miles de hombres y mujeres contra

    la dictadura. De esta manera, se impone una historia poltica protagonizada por la clase poltica, restndole historicidad a los movimiento sociales, reducidos a meros instrumentos o marionetas de la

    ingeniera poltica de los idelogos de la salida negociada de la dictadura.4

    Desde el punto de vista histrico, es posible encontrar esta incompatibilidad entre organizaciones

    que incorporaron la violencia como parte de su accionar y los movimientos de masas? Lo que este trabajo quiere demostrar es que dicha incompatibilidad no solo no existi, sino que movimientos sociales amplios

    y de masas incorporaron algunas de las formas ms violentas de lucha contra la dictadura. A travs del

    examen del Movimiento Estudiantil Secundario durante la dcada de los aos ochenta, es posible apreciar

    como se amalgam la lucha de masas con formas radicales de lucha. Por su parte, la presencia

    hegemnica de las Juventudes Comunistas al interior del Movimiento Secundario de la poca, demuestra

    como la apuesta de este sector de la izquierda chilena, que no sigui la lnea de la renovacin socialdemcrata, combin sus tradicionales mtodos de lucha, que enfatizaba el trabajo de masas, con las

    nuevas formas que incluan la violencia poltica. Es decir, la dicotoma entre giro o continuidad de la lnea poltica del PC, analizada a nivel de su cultura poltica, se demuestra como un reduccionismo

    analtico que desconoce la existencia de un proceso ms complejo, a saber, la combinacin y sntesis

    entre las tradiciones y las nuevas incorporaciones de mtodo y formas de lucha.

    En un sentido ms amplio, el examen del Movimiento Estudiantil Secundario permite apreciar la

    falacia histrica que significa explicar el fin de la dictadura en torno a los acuerdos y reuniones entre notables representantes de la clase poltica y la dictadura. En el caso de los secundarios, el protagonismo de masas juvenil no solo fue un factor que constituy la movilizacin de miles, sino que, junto al resto de

    la oposicin de masas al rgimen, ayud a generar condiciones que determinaron el trmino de la

    dictadura.

    El movimiento juvenil en torno al cual se articul la reconstruccin y desarrollo de la Federacin de

    Estudiantes de Santiago (FESES), labor en donde tuvo una destacada actuacin las Juventudes

    Comunistas, se bas en la combinacin de formas radicales de lucha y a la vez lgicas de accin poltica amplias y pragmticas, lo que permiti el surgimiento de un movimiento de masas legitimado poltica y

    socialmente al interior del movimiento estudiantil secundario de la poca. En un periodo catalogado de

    extrema ortodoxia, los comunistas utilizaron su tradicional pragmatismo junto con una praxis ligada a lo

    que el PC entenda por lucha de masas, lo que les permiti encabezar un significativo movimiento de masas. La experiencia de la FESES demostr que una praxis radicalizada no entorpeci de manera

    decisiva el desarrollo de la lucha de masas y el trabajo unitario con otras fuerzas polticas (incluso con la

    Democracia Cristiana) y los independientes. Desde nuestra perspectiva, estimamos que las JJ.CC.

    recogieron el acervo poltico histrico del PC, utilizando un discurso (y en algunos casos, una praxis) de

    mltiples orgenes: la tradicional lucha de masas previa a 1972; el nuevo orgullo partidario revolucionario (armado) y el nacionalismo de izquierda. En torno a estas variables es posible explicar la hegemona comunista sobre el movimiento secundario del periodo en cuestin, en oposicin a las miradas

    que reducen al PC a la ortodoxia poltica y al aislamiento de las masas.

    Se examinar la trayectoria del Movimiento Estudiantil Secundario desde sus orgenes en 1983

    hasta 1988, cuando alcanza su mayor presencia a nivel nacional. Siempre bajo conduccin hegemnica

    comunista, rastrearemos el comportamiento de la praxis (radical y de masas) y el discurso (lucha de masas, revolucionaria y nacionalista) de dicha colectividad durante el periodo.

    SEGURIDAD PARA ESTUDIAR, LIBERTAD PARA

    VIVIR!: LOS SECUNDARIOS EN LOS TIEMPOS DE LAS PROTESTAS

    NACIONALES (1983-1986)

    Por medio de un trabajo subterrneo y annimo de reconstruccin del tejido social, el movimiento

    estudiantil secundario comenz a tener capacidad de presin y salida pblica a partir de 1983. En mayo

    de ese ao se inici el ciclo de las Protestas Nacionales, generadas en el marco de la debilidad relativa de

    la Dictadura por efecto de la crisis econmica que azot a la mayora del pas, agudizada por aos de

    neoliberalismo radical y ajuste automtico5. Montada sobre la ola generada por este ciclo de

    movilizacin y desobediencia civil, surgieron las primeras organizaciones que posteriormente

  • encabezaran el movimiento secundario. Juan Alfaro, militante comunista desde 1980-81, cuando slo

    tena 11 aos, fue trasladado a militar en el Liceo de Aplicacin, lugar en donde estudiaba. All se

    encontr con la Agrupacin de Estudiantes Medios (AEM), que coordinaba los primeros movimientos de

    los liceos: Surgen los panfleteos del recreo, que los haca la Jota poblacional, porque no haba

    organizacin estudiantil comunista en la media. Eran cabros que iban al liceo del barrio6. Por esta razn que el origen del movimiento estudiantil secundario de los 80 estuvo en la periferia de Santiago, en los liceos territoriales. Hasta 1983, an no era el tiempo del protagonismo de los liceos del sector

    central de la ciudad.

    En una fecha indeterminada entre 1981 y 1982, se crearon los llamados Comit Democrtico, ms

    conocidos por su sigla CODE. La Jota los defina como el organismo poltico ms amplio y unitario de

    los estudiantes, clara expresin de la voluntad de jugarse por los cambios...las tareas que el CODE hoy

    debe abordar son las siguientes: -la recuperacin, democratizacin y conduccin de los organismos

    naturales: Federacin, centro de alumnos, etc.; -la aplicacin y organizacin de la autodefensa y formas

    de lucha para-militar, asumiendo decididamente la desestabilizacin y guerra psicolgica como

    expresiones superiores de la desobediencia civil (7 ). Como explica Juan Alfaro, en sus orgenes el

    CODE se convirti en una suerte de orgnica paralela a los centros de alumnos...(los) que generalmente

    eran designados por los rectores (8 ). Por esta razn, y a pesar de ser una poca de fuerte represin al

    interior de los liceos y colegios, los CODE eran abiertos, en ningn caso clandestino. Pero en los hechos,

    los CODE se transformaron en Asambleas de Izquierda, ya que desde sus inicios, la Democracia Cristiana se rest de participar en ellos. Las diferencias a nivel nacional, se reprodujeron en el movimiento

    secundario, provocando que la Democracia Cristiana buscara crear sus propios espacios de participacin.

    Por este motivo, en los CODE participaban militantes e independientes de izquierda y en general los

    jvenes con posturas polticas radicales.

    De esta manera, en el marco de la activacin de las organizaciones entre los estudiantes secundarios,

    las juventudes polticas de izquierda (MIR, JJ.CC., PS-Almeyda, Izquierda Cristiana), concurrieron a la

    creacin de la Coordinadora de Estudiantes de Enseanza Media (COEM). Sin embargo, y reproduciendo

    la experiencia de los CODE, no se logr sumar a la Democracia Cristiana, constituyndose el COEM en

    la organizacin de los estudiantes secundarios de izquierda de Santiago. Este a su vez se subdividi en

    cuatro zonales, distribuidos geogrficamente: en la zona norte el Movimiento de Estudiantes Democrticos (MED); en el sector central, el Frente Unitario Democrtico de Enseanza Media

    (FUDEM); en la zona oriente la Unin de Estudiantes Secundarios (UES) y en la zona sur la

    Organizacin de Estudiantes Secundarios (ODES). Estos zonales tenan como funcin ser los

    coordinadores de los organismos de base del COEM, los CODE. En sus inicios, como recuerda Juan

    Alfaro, el COEM se reduca a una mesa poltica que ni siquiera se reuna regularmente.

    Junto a la aparicin del COEM y sus zonales, surgi la Asociacin Secundaria de Estudiantes

    Cristianos (ASEC), dependiente de la Democracia Cristiana y la minscula Agrupacin Democrtica de

    Estudiantes (ADE), de la Juventud Social-Demcrata (9 ). De este modo, en 1983 nacieron las

    organizaciones que al confederarse en 1986, daran origen a la Federacin de Estudiantes Secundarios de

    Santiago (FESES).

    Una de las primeras salidas pblicas del COEM fue una conferencia de prensa a mediados de 1984.

    El pliego reivindicativo era caracterstico de esta primera fase del desarrollo del movimiento secundario,

    en donde lo poltico tena ms preponderancia que lo gremial. En el contexto de las Protestas Nacionales,

    se exiga que se nombre un Ministro en Visita para investigar las muertes de los jvenes en las ltimas

    protestas. Las demandas gremiales eran bsicamente maximalistas y genricas, es decir su satisfaccin

    implicaba cambios polticos de fondo y an no abordaban las particularidades de cada Liceo: inscripcin

    gratuita para los alumnos que rindan la P.A.A.; creacin de una comisin especial de las autoridades que

    proponga las soluciones concretas a los jvenes que no ingresan a la universidad; alimentacin para todos

    los colegios sin excepcin. Tambin se enunciaban demandas que seran emblemas de las luchas de los

    aos por venir: que se elimine del carnet la lnea de microbuses a emplear; fijar el pasaje escolar en el

    10% del adulto (dos pesos en lugar de siete) y la extensin de ste al Ferrocarril Metropolitano; fin al decreto 741 de 1974, que faculta a los directores de establecimientos para elegir a los integrantes de los

    centros de alumnos (10 ). En las primeras manifestaciones convocadas por la naciente organizacin

    secundaria estuvieron ausentes dos caractersticas esenciales de las que ocurrieron en el ciclo 1985-1988:

    la masividad, que desbordaba la capacidad represiva de Carabineros y la radicalidad, manifestaba en el

    uso de la violencia en la lucha callejera.

  • En 1984, en funcin de poder articular un movimiento de masas, las Juventudes Comunistas

    comenzaban a reflexionar en torno a la manera como desarrollar un movimiento estudiantil de masas en

    la Enseanza Media. La tradicional tendencia reformista del PC, de preocupacin por demandas

    inmediatas, comenzaba a aflorar, ganndole poco a poco terrenos a las demandas polticas. En todo

    caso, durante los aos 1985 y 1986, tuvieron mucho mayor protagonismo este ltimo tipo de demandas,

    acompaado de una manifiesta radicalizacin de la accin poltica. Para el caso de los jvenes

    comunistas, este giro se relacion con las definiciones polticas hechas por el PC. A fines de 1984 se

    realiz el llamado Pleno de enero del 85 del Comit Central del PC. All se estableci que en Chile

    maduraban las condiciones para una salida revolucionaria de la Dictadura, y que la forma ms probable del enfrentamiento sera un levantamiento o sublevacin que involucrara a la mayor parte de la

    poblacin, a las fuerzas polticas y sociales y sectores de las FF.AA. que estuviesen en contra de la

    dictadura. De ah que el esfuerzo principal de los comunistas deba ser mantener la vigencia de la

    movilizacin social (11 ). Esta tesis fue conocida entre la militancia comunista de la poca como la

    Sublevacin Nacional. En este marco, que visualizaba una va insurreccional para terminar con la

    dictadura, los comunistas asignaron un papel relevante a los estudiantes secundarios.

    Un informe interno del PC sealaba al respecto: la Jota debe tener como tarea principal para el 86

    colocar la lucha de los estudiantes secundarios al mismo nivel de los universitarios y poner en

    movimiento a los 700.000 estudiantes o ms que hay en el pas... En Santiago hay 280.000 (estudiantes

    secundarios). Si solo sacramos 80.000 haramos tambalear a la dictadura y el pas entero se vera conmovido. Esto obliga a la Jota a hacer un plan especial. Por su parte, la Direccin de la Jota estimaba

    que la mayor contribucin que puede plantearse el movimiento juvenil en el camino al Paro Nacional

    Prolongado es la concrecin de un Paro Nacional Estudiantil Prolongado y Combativo, y esto se

    constituir para nosotros en el Esfuerzo Principal. Por esta razn, para la Jota el frente estudiantil es el

    de principal importancia respecto del aporte de la Jota a la Sublevacin Nacional (12 ). Es por eso que la

    Direccin de la Jota pas a considerar desde 1985 a la enseanza media como el detonador de la

    Sublevacin Nacional.

    Tras la estructuracin del COEM en 1983, en la Jota secundaria haba quedado la frustracin de no

    haber podido incluir a la Democracia Cristiana en la direccin de dicho organismo. La ASEC, ms que un

    rival poltico que poda debilitar al COEM, era el smbolo de no haber podido concretar la unidad de toda la oposicin a la dictadura. En efecto, la Rebelin Popular haba amalgamado el tradicional

    aliancismo de los comunistas, que hunda sus races en la dcada de los 30, cuando se cre el Frente

    Popular. Tras el derrocamiento del rgimen de la Unidad Popular, el PC se haba jugado durante por casi

    siete aos por formar un Frente Antifascista contra la dictadura. La tesis parta de la definicin del

    rgimen como fascista, lo que haca pertinente la paradoja de buscar alianza con un partido que

    mayoritariamente haba complotado con la derecha para derrocar a Salvador Allende. El giro hacia la

    rebelin popular no haba quitado urgencia a la necesidad de la unidad ms amplia de la oposicin

    (13 ).

    Aunque desde sus inicios la Democracia Cristiana rechaz los mtodos violentos de lucha contra la

    dictadura, para la Jota era ms importante el objetivo poltico final: el trmino de la dictadura. El

    pragmatismo comunista, la importancia de la negociacin poltica, no desapareci con la rebelin popular, ni siquiera en su militantes que slo conocan la cultura poltica comunista tradicional (pre

    1973) por voces de los adultos. Juan Alfaro vea as las cosas: El problema comn tanto para ellos como para nosotros era la dictadura, no era ni el centro de alumnos democrtico, ni nada. Partamos de eso en

    principio. Eso era suficiente para poder articular con ellos una organizacin antidictatorial. En ese minuto

    haba que salir a la calle a dejar la cagada y hacer barricadas. Ellos estaban en la misma nuestra en ese

    sentido. Ahora, si entrbamos al rea chica, de ver de qu manera haba que derrocar a la dictadura, claro,

    haba matices importantes; pero en vez de sumar para poder derrocarla, restbamos. A nosotros nos

    interesaba sumar y no debilitar el movimiento estudiantil. La DC aportaba liceos por lo que haba que

    trabajar con ellos(14 ). La unin del izquierdista COEM, la democratacristiana ASEC (Asociacin Secundario de Estudiantes Cristianos) y la ADE (Asociacin Democrtica de Estudiantes) origin en

    mayo de 1985 el Comit Pro-FESES. Este fue la expresin de la mesa poltica que posteriormente dio origen en 1986 a la FESES. Es as como una fuerza poltica como la Jota, que viva en esos aos (como

    ya veremos), la fase de mayor radicalizacin de su praxis poltica de su historia, no vea incompatible la

    unidad con sus antiguos enemigos polticos. La fusin de lo nuevo (lo militar) con lo viejo (aliancismo

    y negociacin) se haca en funcin del histricamente criticado pragmatismo (o realismo, segn la

    mirada) comunista.

  • La idea de no constituir inmediatamente la FESES se basaba en la pretensin de ganar presencia en

    una mayor cantidad de liceos y colegios, ya que hacia el primer semestre de 1985, cuando nace el Pro-

    FESES, an el movimiento era muy incipiente. Los cuatro zonales del COEM aportaban organizacin en

    alrededor de 70 liceos y presencia o direccin de los Centros de Alumnos en unos 10 (Liceo de

    Aplicacin, Amuntegui, Andacollo, Liceo 7 de hombres, entre otros). La ASEC estaba menos

    organizada en los liceos y colegios, pero diriga o tena presencia en unos 10 centros de alumnos

    (Teresianas, Liceo A-12, Claretiano, Instituto Nacional, Seminario Menor, entre otros). Finalmente la

    ADE tena dirigentes en slo 5 liceos (15 ).

    Como lo reflejan las palabras de Juan Alfaro, el origen real del Pro-FESES fue la lucha poltica

    contra la dictadura. Las palabras de Vctor Osorio, representante de la Izquierda Cristiana en la mesa de la

    naciente organizacin federada, lo confirman: Un punto bsico de acuerdo entre los dirigentes y sus

    bases es el deseo de que el sistema educacional chileno vare sustancialmente hacia otras formas de

    enseanza ya que la formacin secundaria trata de reproducir la estructura social existente y se nos ha

    atomizado para que no podamos organizarnos. Por su parte Patricio Rivera, representante de la

    Democracia Cristiana, sealaba que estaban por eliminar la instrumentacin ideolgica que ha hecho el

    gobierno de la enseanza, al igual que desechar los valores histricos militares que han inculcado (16 ). El

    privilegio de las demandas nacionales por sobre las locales son evidentes. El discurso deca para mejorar

    la Enseanza Media, hay que cambiar el gobierno, razn por la cual la reivindicacin cortoplacista an

    no tena un papel relevante.

    A principios de julio de 1985, el Pro-FESES inauguraba su presencia en un lugar que sera el

    escenario natural de su desarrollo, la calle: Para exigir el trmino de las expulsiones de alumnos y la

    contestacin del petitorio entregado hace ya dos meses al Ministro de Educacin, donde piden se derogue

    el decreto que permite a los directores designar a los centros de alumnos junto a una aclaracin de los

    criterios usados para el otorgamiento de becas alimenticias, el Comit Pro-FESES desarroll el pasado

    jueves 27 la jornada de protesta estudiantil Ricardo Mansilla, joven asesinado en el ao 83" (17 ). Sin

    embargo, su estreno para la opinin pblica vendra un par de semanas ms tarde, al producirse la toma

    del Liceo A-12 Arturo Alessandri Palma, ubicado en la comuna de Providencia.

    Para entender lo ocurrido en la toma del Liceo A-12, es necesario ubicarse en el contexto poltico de la poca. El PC, en medio del Estado de Sitio decretado por la dictadura en noviembre de 1984, haba

    empezado a desarrollar (tardamente, como dice Moulian, porque el ciclo de protestas tenda a decrecer en

    masividad) las condiciones de posibilidad de la salida ms probable a la dictadura, la Sublevacin

    Nacional. Por esta razn, el factor militar cobr gran protagonismo durante el ao 1985. Evidentemente

    que el fortalecimiento y las acciones del Frente Patritico Manuel Rodrguez era solo un aspecto de esta

    poltica. Lo real fue que el conjunto de la estructura partidaria (Partido y Juventud) vivi un proceso de

    compenetracin con lo militar, razn por la cual este aspecto se hizo habitual (e indispensable) en la

    prctica poltica de masas de los comunistas. Surgieron las Milicias Rodriguistas (MR) y en la enseanza

    media los Comit de Autodefensa de Masas (CAM).

    Ambos organismos para-militares tenan caractersticas distintas, pero los una ser expresin de la

    combinacin de discursos y praxis del trabajo poltico de los jvenes comunistas. En el caso de las Milicias Rodriguistas, stas no dependan del FPMR, aparato armado del PC, sino que de las comisiones

    militares de las direcciones regionales de la Jota y el partido. La idea de las Milicias Rodriguistas era que

    se constituyeran en cada frente de masas (poblaciones, universidades, liceos, industrias, campo, etc.,) con

    el fin de desarrollar modalidades ms elevadas de lucha contra la represin. Su orientacin era masificar

    expresiones radicales de lucha callejera y estaban fuera de su mbito acciones militares ms complejas.

    Lo llamativo de las MR (y tambin del FPMR) era la apelacin a la patria y hroes nacionales para

    justificar la lucha armada contra la dictadura. Esto, que para muchos puede resultar contradictorio con el

    activo internacionalismo de los comunistas chilenos, no haca ms que recoger antiguas prcticas de los

    comunistas (y de la izquierda chilena en general) consistente en incluir lo nacional para construir su

    discurso poltico. En este caso, la interpelacin nacionalista de los comunistas buscaba disputar el

    bombardeo meditico de la dictadura, que los tildaba de antipatriotas o agentes del extranjero. Para entrar en la disputa ideolgica acerca de lo nacional, los comunistas intentaron demostrar su

    nacionalismo, su raigambre en la Patria, su apego a lo chileno, su relacin ms ntima con la historia de

    Chile; es ms, se proyectaron como los herederos de la heroica lucha de uno de los Padres de la

    Patria, el guerrillero heroico Manuel Rodrguez. El rgano de difusin de las Milicias, conectaba as

    la lucha por la Independencia del dominio colonial espaol con la lucha contra la dictadura: hoy

    nuevamente la figura de Manuel Rodrguez se alza para combatir otro rgimen terrorista y servil del

  • extranjero. Como ayer Marc del Pont, hoy Pinochet no podr esclavizar al pueblo chileno y entregarlo a

    manos extranjeras (18 ).

    Resulta evidente como se hace una interpretacin de la historia de Chile, para de tal manera

    ajustarla a la coyuntura de lucha contra el rgimen militar. De este modo, los comunistas construyeron un

    discurso de raigambre nacionalista para justificar la radicalizacin de su accionar poltico. El uso de este

    nacionalismo radical de izquierda por parte de los comunistas, es una muestra de cmo se

    amalgamaron en los aos 80 aspectos tradicionales del discurso poltico comunista (el discurso nacional)

    con aspectos absolutamente nuevos, como era la lucha armada. Evidentemente no hay pura ortodoxia marxista-leninista en el discurso comunista de los 80, sino que una interpelacin ms compleja y llena de

    matices.

    En efecto, porque el nacionalismo radical de los comunistas fue complementado por una jerga

    revolucionaria, que recogi lo ms granado de la historia de los movimientos guerrilleros del mundo. La

    terminologa militar se introduca en los informes polticos. La capucha, la molotov, las bombas de ruido,

    los mercurios (quema de microbuses de locomocin colectiva), las planificaciones, las instrucciones

    militares, etc., demostraban que los comunistas eran verdaderos revolucionarios. Como es sabido,

    dentro la izquierda radical, los comunistas chilenos son histricamente criticados por su moderacin. Este

    giro revolucionario vena a desmentirlo. Lo que para algunos era un cambio en la tradicin comunista,

    dentro del imaginario partidario era slo la ratificacin de una larga tradicin revolucionaria, proveniente de los tiempos de Luis Emilio Recabarren. El uso de las armas, indudablemente algo nuevo en la historia

    del PC, era slo llenar un vaco histrico de la considerada lnea siempre revolucionaria de los

    comunistas.

    La masificacin de la radicalidad en la lucha callejera por parte de los secundarios se manifest en

    que inclusive la ASEC (democratacristiana) tena un grupo de autodefensa, con linchacos, con pauelos,

    que era celeste con el smbolo de la ASEC (19 ). Desplegando su radicalidad, la Jota compensaba su cara

    menos simptica para los jvenes puntudos, es decir, su permanente vocacin aliancista, reflejado en

    las negociaciones al interior del Pro-FESES y luego en la FESES con sectores que no eran de izquierda,

    bsicamente democratacristianos.

    As se estructur un complejo entramado discursivo y de accin poltica, en la que se entremezclaron aspectos aparentemente incompatibles (lucha de masas, bsqueda de alianzas con el

    centro y nacionalismo con trabajo militar; inmediatismo reivindicativo con lo revolucionario) y que a la

    Jota de la enseanza media al menos, le dio buenos resultados. Esta variedad discursiva le permiti a los

    jvenes comunistas tener algo que decirle a gran parte de los jvenes secundarios: al revolucionario

    radicalizado, pero tambin a aquel que slo tena vagas nociones de la poltica y del momento que viva el

    pas, pero que quera un liceo mejor. Como veremos, el discurso reformista de la Jota le permiti

    penetrar en sectores menos politizados y tambin sacarlos a la calle. La vieja tradicin del pragmatismo

    iluminado previo a 1973 funcion incluso en tiempos de lucha radical.

    Los Comit de Autodefensa de Masas (CAM) fueron una creacin de la Jota, y su manifestacin en

    la Enseanza Media fue slo una de sus mltiples expresiones de desarrollo. La idea de los CAM era que

    surgieran en las organizaciones de base, ya fueran estudiantiles, poblacionales, lugares de trabajo, etc. Su caracterstica era que tena una expresin abierta, muy incluyente, pudindose incorporar militantes de

    todos los sectores y por cierto independientes. Su funcionamiento y dirigentes deban ser designados

    democrticamente por los integrantes de organizacin social de la cual dependa. Su pertrecho deba ser

    bsicamente armamento casero. Sus principales funciones deban ser defender a los dirigentes y planificar

    la defensa de actividades callejeras, como marchas, muralismo y caravanas. En el territorio, deba realizar

    planes de defensa del territorio e intentar neutralizar lo ms posible la accin de las fuerzas policiales.

    Finalmente, los CAM realizaban acciones de protesta audaces, como fogatas, barricadas, incorporando a

    la mayor cantidad de gente. En el caso de la Enseanza Media, los CAM eran los que diseaban los

    complejos planes de toma de liceos y su respectiva defensa, como as tambin la defensa de las marchas,

    para lo cual planificaban, a travs de la estructuracin de grupos de choque, la lucha contra la polica (20 ).

    Orin Aramayo fue encargado de autodefensa de la Unin de Estudiantes Secundarios (el zonal

    oriente del COEM). Segn l la autodefensa era evidente. Nosotros ramos vctima de ataques. ramos

    agredidos en los colegios. Haba una agresin hacia el movimiento, haba una agresin hacia las

    manifestaciones estudiantiles, ante las que haba que defenderse. Ahora, esto tuvo un desarrollo que no

    slo se dedicaba a defenderse de ciertos ataques, sino que se generaban acciones para que no se

    produjeran los ataques. Eran barricadas, piedras, hondas, molotov. Ese era el tenor de la autodefensa de

  • masas. Tambin buscbamos poder fsicamente contrarrestar la represin. Varias veces nos enfrentamos

    con xito a pacos (Carabineros) de civil y de uniforme en la Alameda (21 ). Los integrantes de los

    CAM, producto de un cierto grado de especializacin y la estrecha solidaridad interna que requera un

    grupo que realizaba las acciones ms audaces en la calle, formaron una mstica especial dentro del

    movimiento estudiantil secundario. Fueron los CAM los que partir de 1985 impulsaron la lucha callejera,

    la vanguardia de las tomas y auto-tomas de los liceos, en definitiva, los que dieron esa caracterstica

    radicalizada al movimiento estudiantil secundario, de gran salida meditica en los medios afines a la

    dictadura.

    En julio de 1985 se produjo la toma ms emblemtica de todo el moviendo secundario de los 80: la

    del Liceo A-12 Arturo Alessandri Palma, ubicado en el Parque Bustamante. Sobre el origen de la toma,

    la idea era convertirla en un hecho poltico para dar a conocer el recin conformado Comit Pro-FESES.

    Se estimaba que provocando un gran impacto pblico a nivel nacional, el lanzamiento del Pro-FESES

    sera conocido en todo el pas. Como explica Juan Alfaro nosotros hicimos una toma con pliego de

    peticiones y ese pliego de peticiones, teniendo el liceo tomado, lo bamos a negociar con la autoridad

    competente, en este caso el Ministro de Educacin. Pedamos democratizar los centros de alumnos, rebaja

    del pasaje escolar, pase escolar en el metro, etc. Incluso haba un Comit Negociador, en el que estaba

    Lorenz Maxwell (22 ). Esta idea de toma se basaba, a diferencia de la del Liceo Industrial Alemn y de

    otras que se haban producido en aos anteriores, en el ingreso masivo de estudiantes de otros liceos y

    colegios (todos activistas pertenecientes a las estructuras zonales del COEM), lo que requera una coordinacin con los estudiantes del liceo. Adems del COEM, se sum la ASEC (23 ) y la ADE,

    cumplindose el acuerdo a nivel de la juventudes polticas del Comit Pro-FESES para efectuar la toma a

    nombre de ella. La mezcla de generar hechos polticos con alianzas polticas amplias, pero con mtodo

    heterodoxos respecto a la tradicin moderada comunista, queda muy bien ejemplificada en este evento.

    La toma se inici a las 08:00 de la maana del 10 de julio de 1985. Tras intensas negociaciones con

    carabineros (obviamente que la pretendida negociacin con el ministro de educacin nunca ocurri),

    recin a las 11 de la maana la polica desaloj por la fuerza la toma, con un resultado de 315 detenidos y

    millonarios destrozos (24 ). De esta manera, el Pro-FESES haba logrado su objetivo poltico, que era

    demostrar la existencia de un movimiento estudiantil secundario contrario a la dictadura. La errtica

    conducta de carabineros, que permiti a los jvenes permanecer largas tres horas con el liceo tomado, ayud a agravar los hechos. Los efectos de estos hechos fueron insospechados y seguro que ni el ms

    optimista de los nveles dirigentes secundarios haban pensado que sera un factor decisivo para la cada

    del ministro de educacin Horacio Arnguiz.

    La reaccin del gobierno fue doble. Primero habl su vocero, el Ministro Secretario General de

    Gobierno Francisco Javier Cuadra, quien sealaba que los acontecimientos de ayer fueron muy graves,

    muy delicados y que detrs de esas acciones estuvo presente el Partido Comunista (25 ). Por su parte,

    como represalia a la toma el Ministro de Educacin Horacio Arnguiz, en una precipitada decisin que le

    costara muy caro, decidi cerrar definitivamente (sic) el Liceo A 12, bajo la argumentacin de que no

    voy a aceptar estas actitudes de violencia. En una agitada conferencia de prensa, un iracundo Arnguiz

    le deca a los periodistas que consultaban sobre los costos de tan drstica medida: Qu creen ustedes

    que deba hacerse? felicitar a los muchachos o a sus padres, que son los principales responsables?. Arnguiz sell su suerte ese da no slo por esta medida, sino por desafortunadas declaraciones.

    Irnicamente aludi a la presencia de alumnos de colegios pagados o llamados de Iglesia, agregando,

    en tono amenazador que llamar al Vicario de Educacin el prximo lunes; frente al dao que se le

    haca a los alumnos de cuarto medio, dijo son muy pocos, no hay problemas (26 ). El broche de oro vino

    das ms tarde, cuando en la nica entrevista que concedi el ministro en esos das, deslig

    responsabilidad por la toma, endosndosela a la alcaldesa de Providencia, Carmen Grez (27 ).

    Tras una semana muy agitada, la pugna entre la alcaldesa Carmen Grez y el ministro Arnguiz se

    resolvi a favor de la primera, ya que el lunes 29 de julio, a solo tres semanas de la toma y del cierre

    definitivo del Liceo A-12, era reabierto. Asimismo, y de manera muy sintomtica, ese mismo da

    renunciaba a la cartera de Educacin el Ministro Arnguiz. La presencia de la alcaldesa Grez en el acto cvico que decretaba la reapertura del liceo, ratificaba el triunfo personal que haba obtenido sobre

    Arnguiz. Consultada por los periodistas sobre esta renuncia, la alcaldesa recalcaba que no tengo

    opinin; sobre si la responsabilidad de lo que ocurriese en Liceo A-12 era de la Municipalidad de

    Providencia, responda que no, mientras estaba el Ministro. Nosotros obedecamos instrucciones del

    Ministerio. El Ministerio estaba dando rdenes (28 ). Comentando los ajustes ministeriales hechos por

    Pinochet, la editorial de La Segunda diferenciaba los dos cambios producidos: uno por enfermedad

  • (Modesto Collados) y otro por evidentes contradicciones habidas en el episodio del Liceo 12 de

    Santiago 29 .

    A esas alturas, los dirigentes del Pro-FESES y los jvenes partcipes del movimiento secundario,

    estaban eufricos. Disfrutaron con la agona de Arnguiz y su posterior salida. El Pro-FESES gan

    prestigio ante el estudiantado con una accin audaz, no de masas, pero que tuvo efectos inusitados. Con la

    cada de Arnguiz, los secundarios consagraron la legitimidad y justeza de la toma externa como un

    medio adecuado para el desarrollo de la lucha estudiantil. En su estreno en sociedad, el movimiento

    secundario se bautiz de la mano de la radicalidad y el uso de la violencia como herramienta poltica. Sin embargo, el reemplazante de Arnguiz anunciaba tiempos difciles para los secundarios. Sergio Gaete

    sera el ministro de la mano dura y de la municipalizacin. Su nombre pronto estara en boca de los

    jvenes estudiantes secundarios.

    El segundo semestre de 1985 estuvo marcado para el movimiento secundario por dos hechos

    principales. El primero fue la activa movilizacin social de los secundarios y el segundo, la realizacin de

    la 1 Convencin del Comit Pro-FESES. Ambos acontecimientos, a la luz del desarrollo de la estrategia

    de las JJ.CC., eran la manifestacin de las dos vas de desarrollo del discurso poltico. En el caso de la

    movilizacin social, era reflejo de la continuacin de estrategias radicales, con una fuerte presencia de lo

    militar (CAMs, Milicias Rodriguistas, etc.) en la lucha contra la dictadura. Por su parte, la 1 Convencin

    responda a la necesidad de ir ms all de las demandas generales, bsicamente de ndole poltica, que hasta el momento el Pro-FESES haba levantado. La importancia del trabajo de masas, de contar con el

    respaldo de las mayoras, era una tarea que el movimiento secundario no descuid, a pesar de la tentacin

    vanguardista que manifestaban acciones como las del Liceo A-12. Justamente, las consecuencias de esta

    ltima toma, reforz la necesidad del trabajo de masas, producto de la oleada represiva que tuvo como

    consecuencia dicha accin.

    La Enseanza Media particip en todas las grandes manifestaciones del segundo semestre de 1985.

    En el marco de la Jornada de Movilizacin del 4 de septiembre de 1985, convocada por el Comando

    Nacional de Trabajadores, el Pro-FESES llam a una Jornada de Ingobernabilidad (30 ). Al da siguiente

    de este llamado, se produjeron auto-tomas en los Liceo 7 de hombres y Amuntegui, junto a lucha

    callejera en las esquinas de Cumming con la Alameda y en Avenida Espaa con la Alameda. La semana anterior, el 28 de agosto se haba ocupado el Liceo Barros Borgoo y se haban producido

    enfrentamientos con la polica en Cumming con la Alameda; el 29 una auto-toma en el Liceo de

    Aplicacin, que termin con unos 200 alumnos detenidos (31 ).

    Los meses siguientes continuaron la tnica movilizadora que desde la toma del Liceo A-12 segua el

    Pro-FESES. A fines de septiembre, era violentamente reprimida una toma del Liceo A-4, realizada por el

    FUDEM. Demostrando la dureza de la represin, carabineros solo dio 10 minutos para desalojar

    pacficamente el liceo. Cuando los jvenes se disponan a hacerlo, las fuerzas policiales ingresaron al

    establecimiento, aprovechando golpear brutalmente a los varones a quienes se encerr en el Casino y

    luego procedi a detenerlos. La toma termin con 52 detenidos (32 ). A principios de octubre, en el marco

    de una protesta universitaria, la prensa consignaba la presencia de los jvenes de enseanza media,

    aglutinados en el Comit Pro-FESES. Ms tarde, el 8 de octubre, los secundarios se plegaban con marchas de apoyo a las movilizaciones preparatorias de un paro nacional universitario (33 ).

    Demostrando una vez ms la centralidad de las demandas nacionales por sobre las de tipo gremial,

    el Pro-FESES se pleg a la convocatoria para realizar una Jornada de Protesta Nacional hecha por el

    Comando Nacional de Trabajadores (CNT) los das 4 y 5 de noviembre. Las principales exigencias

    hechas por la agrupacin sindical eran la libertad de seis de sus principales dirigentes, y respuesta del

    gobierno a las exigencias reivindicativas de corte social y econmico. El dirigente comunista del Pro-

    FESES, Lorenz Maxwell expresaba a travs del comit, la opinin del PC: Consideramos que el rol de

    los estudiantes en un proceso de cambio debe ser un detonador movilizador, dar un golpe impulsor que

    impacte a los sectores sociales, que atraiga la solidaridad de estos sectores y darles un impulso, para que

    todos acudan a las convocatorias del CNT. Las razones por las que se plegaba a la protesta el Pro-FESES eran porque las condiciones actuales del pas se reflejan tambin en los liceos: condiciones de

    hambre y miseria, que estn dadas por la cesanta de nuestros padres, imposibilidad de acceso a la

    educacin superior, represin estudiantil. Todo ello vinculado a la situacin estudiantil (34 ). Como ya

    dijimos, el PC haba definido un importante papel a los secundarios dentro de su estrategia de

    Sublevacin Nacional, como agentes que podan desencadenar ingobernabilidad, primer paso para la

    insurreccin que pondra fin a la dictadura. Este papel detonador y vanguardista de los secundarios, el

  • Comit Pro-FESES lo trat de asumir a cabalidad, a travs de la generacin de ingobernabilidad y

    caos en el centro de Santiago. El da de la movilizacin, los estudiantes secundarios desfilaron por la

    Alameda hacia el Ministerio de Educacin, observndose una paralizacin casi completa de los

    establecimientos fiscales y municipales (35 ).

    Sin embargo, el desgaste del movimiento, el aumento de la represin y la naturaleza misma del

    movimiento secundario (proximidad de las vacaciones), hizo que hacia fines de noviembre la

    movilizacin de los secundarios decayera. Sin embargo, la realizacin del Primera Convencin del

    Comit Pro-FESES, efectuada los das 30 de noviembre y 1 de diciembre de 1985, busc ser un importante avance en la elaboracin particular de la problemtica de la enseanza media y el diseo de

    polticas ms particulares hacia el interior del movimiento.

    De todas maneras, la exitosa realizacin de la Convencin, en la que participaron 76 liceos con 135

    delegados de Santiago de los Centros de Alumnos y los CODE, coron un buen ao para el movimiento

    secundario. Las principales resoluciones del torneo fueron, en primer lugar, la necesidad de democratizar

    la educacin, a travs de mayor participacin de los padres, estudiantes y profesores en los problemas

    estudiantiles. En segundo lugar, las reivindicaciones de la Enseanza Media eran la democratizacin de

    los centros de alumnos, por medio de elecciones directas, con presentacin de listas y programas,

    realizacin de foros y asambleas en donde cada candidato diera a conocer sus planteamientos; se exiga el

    fin de la represin contra los estudiantes y el no ingreso de la fuerza pblica a los establecimientos educacionales; renuncia del Ministro de Educacin Sergio Gaete y de Pinochet. Finalmente, se repetan

    viejas demandas: rebaja del pasaje escolar, inscripcin gratuita en la Prueba de Aptitud Acadmica, becas

    alimenticias y de vestuario para todos los estudiantes que lo necesitaran, rebaja de matrculas en los liceos

    y gratuidad para los padres cesantes, salario digno para los profesores, entre las principales (36 ). Como es

    posible apreciar, el nfasis en la Convencin fue la lucha a nivel nacional, en donde la solucin de la

    problemtica de la EM se asociaba al trmino de la dictadura. De ah que la palabra democratizacin

    ocupara un papel central en el cuerpo de resoluciones.

    El Partido Comunista y otros sectores de oposicin a la dictadura definieron el ao 1986 como el

    decisivo para derrocar a la dictadura. La perspectiva era, como ya le hemos explicado, que a travs de

    una progresiva movilizacin social de masas, se desencadenara una sublevacin nacional, en donde el pueblo en la calle provocara una crisis poltica de la dictadura, la divisin dentro de las fuerzas armadas y

    la cada del rgimen. Es en este punto en donde se entrecruzan la antigua tradicin de la importancia de la

    lucha de masas en la poltica comunista con la novedosa importancia de la radicalidad y del factor militar

    en la lucha poltica. El ao 1986 marc, en este sentido, un segundo gran punto de desarrollo del

    movimiento secundario, tras la toma del A-12: la lucha contra la municipalizacin, en donde la Jota, a

    travs de dirigentes como Juan Alfaro, alcanz altsima presencia de masas.

    En febrero de 1986, la Direccin de las JJ.CC. fijaba el objetivo poltico principal de la enseanza

    media para el ao decisivo: Forjar el puo de hierro que golpear al tirano en pleno mentn: EL PARO

    NACIONAL ESTUDIANTIL PROLONGADO. El llamado que haca la Jota era el paro por sus

    reivindicaciones, por la unidad de la oposicin, por la salida de Gaete y Pinochet...(llamamos) a organizar

    los Comits de Autodefensa de Masas y las Milicias Rodriguistas por liceos y cursos, de tal modo que la represin se melle los dientes frente a los estudiantes organizados...a desarrollar la unidad sin exclusiones

    del conjunto de los estudiantes, de Enseanza Media, tras el objetivo de echar a Pinochet el 86...a luchar

    por la solucin definitiva de las problemas econmicos: matrculas, pasaje escolar, vestuario, PAA,

    sueldos de los profesores, cesanta de los padres, el HAMBRE... (37 ).

    Tras un fracasado intento de toma en el Liceo Jos Victorino Lastarria, a comienzos del mes de abril

    se hicieron vox populi los rumores que hablaban de la privatizacin de centros tan emblemticos como el

    Instituto Nacional y el Liceo Barros Arana, comenz a remecer hasta los sectores ms apticos y

    temerosos de los secundarios y, ms importante aun, a los profesores, agrupados en el recientemente

    democratizado Colegio de Profesores (38 ).

    El proceso de municipalizacin de la educacin fiscal se enmarc dentro de lo que los economistas

    neoliberales llamaron las modernizaciones que llevara a cabo la dictadura militar. Estas implicaban la

    nocin de un estado subsidiario, que abandonaba su histrica funcin como palanca del desarrollo

    nacional en reas tan sensibles como el industrial, la salud y la educacin. Es as que a travs del Decreto

    Supremo n 13.063 del ao 1981, se dio inicio a este proceso. El traspaso de los liceos fiscales a los

    municipios fue progresivo. Esto explica que haya explotado de manera masiva la oposicin a esta poltica

  • recin en 1986, porque ese ao fue elegido por el rgimen para iniciar el proceso en los liceos fiscales

    tradicionales o histricos, como el Instituto Nacional, el Liceo de Aplicacin, el Jos Victorino

    Lastarria, entre otros. Es as, mientras en otros sectores, como el poblacional, tocaba techo en su

    desarrollo, el movimiento secundario recin iniciaba su despegue movilizador en 1986.

    Las movilizaciones contra la municipalizacin se iniciaron en el mes de mayo. El principal

    argumento, tanto de los profesores como de los estudiantes, era que significaba una va rpida a la

    privatizacin. Al respecto, Juan Alfaro declaraba que a la municipalizacin sigue la privatizacin, es

    decir, cuando la municipalidad no pueda seguir manteniendo a los liceos estos pasarn a manos privadas. Nos afecta en cuanto a la calidad de la educacin que recibimos, que se supedita a los medios con que

    cuenta una determinada municipalidad, por lo tanto la educacin va a ser ms clasista an, porque

    evidentemente la educacin en Las Condes va a ser muy distinta a la de Pudahuel (39 ).

    Bajo este argumento, a partir del paro convocado para el 15 y 16 de mayo, el camino hacia lo que

    los comunistas vislumbraban como el Paro Estudiantil Prolongado, detonador de la Sublevacin

    Nacional, estaba a la vista. El ejemplo del Liceo Valentn Letelier era el ideal para los comunistas. El

    primer da de paro se realiz una auto-toma, se luch contra la fuerza policial en base a bombas molotov

    lanzadas desde el interior del Liceo y, ante el ingreso de Carabineros huyeron por una puerta posterior, sin

    registrarse detenidos. El da 16 se realiz una nueva auto-toma y se convers con los profesores las

    implicancias de la municipalizacin. El tercer da, se acord seguir en paro un semana ms, durante la cual se desarrollaron actividades y por cierto lucha callejera contra carabineros y numerosos cortes de

    vas en avenida Recoleta (40 ). Esta movilizacin tuvo un carcter ascendente hasta los primeros das de

    junio, cuando alcanz su punto de mayor desarrollo. Antes de ella, alumnos y profesores paralizaron

    clases en diversos establecimientos educacionales, en perspectiva de una paralizacin prolongada hasta

    que se tenga una respuesta (41 ). La primera semana de junio registr la mayor movilizacin conjunta de

    profesores y alumnos durante la dictadura militar: Ms del 80% de los establecimientos de la capital,

    paralizaron sus labores el mircoles pasado (4 de junio) y continuaron en similar situacin el resto de la

    semana. De parte de los estudiantes asimismo, hubo paro activo prolongado. Esto es, los jvenes fueron a

    sus colegios, donde realizaron asambleas, marchas internas, salidas callejeras junto a apoderados e

    incluso profesores y enfrentaron la fuerza represiva. Un promedio de 300 jvenes fueron detenidos...En

    Santiago, pararon 162 liceos y escuelas bsicas. En provincia, la paralizacin abarc todo lo largo del pas (42 ). La semana siguiente se prolong la movilizacin, con 4.000 profesores marchando en las calles

    y manifestaciones callejeras diarias de los secundarios, con un promedio de 300 menores de edad

    detenidos cada da (43 ).

    Si bien la movilizacin estudiantil fue enorme (se habl en medios opositores de ms de 80 mil

    secundarios en la calle en una semana) y que los dirigentes comunistas, en especial Juan Alfaro, jugaron

    un rol destacadsimo, las clculos comunistas de sacar 80 mil secundarios diarios a la calle durante varios

    das seguidos, demostr ser inviable. En el punto de mxima movilizacin, con dirigentes estudiantiles y

    de profesores comunistas (Jorge Pavez, Guillermo Scherping) muy legitimados ante sus bases, los

    clculos del PC quedaron evidentemente fuera de toda medida. Un informe interno de la Jota confesaba

    que con ocasin del paro del 2 y 3 de julio, apenas a unas semanas de las grandes manifestaciones contra

    la municipalizacin, el copamiento del centro no se cumpli...no obstante, los estudiantes que logramos conducir (un nmero extraordinariamente bajo) dieron que hacer a la represin en las vas principales,

    contribuyendo a paralizar la locomocin (44 ).

    Asimismo, la movilizacin contra la municipalizacin dio cuenta de la incapacidad de los

    comunistas de conducir a las masas en funcin de su estrategia del Paro Estudiantil Prolongado. Juan

    Alfaro clamaba desesperado en ese entonces yo siempre lo repito, las estructuras no dan abasto, las

    masas estn pidiendo ms pelea. Para sacar la FESES deben comprometerse todos, mientras nos

    demoremos, las cosas se agudizan (45 ). Es real que la Jota fue superada por un movimiento social que se

    activ en muchas partes sin la presencia de los activistas del Pro-FESES. Pero su importante presencia en

    los liceos del centro de la ciudad, la hizo aparecer con una presencia hegemnica al interior del

    movimiento. Con todo, la inviabilidad de la tesis de la Sublevacin Nacional, la que requera de niveles de movilizacin que sencillamente nunca llegaron a producirse ni siquiera en sectores tan activos como

    los secundarios, no impide comprobar que formas de lucha radicales no eran incompatibles con

    movimientos de masas. El llamado a todas las formas de lucha no fue sinnimo de un aislamiento

    comunista ante las masas. La Jota legitim el uso de la fuerza y la violencia como un mtodo de lucha de

    masas, lo que se expres en las innumerables auto-tomas, bombas falsas, de ruido, de humo, mercurios,

    etc., los CAM por liceo, que se desarrollaron explosivamente en torno a la movilizacin contra la

  • municipalizacin. La leccin que dejaron las jornadas de junio de 1986 en el movimiento secundario,

    fueron que la masividad se ganaba al darle importancia a las demandas gremiales, matizando la demanda

    poltica

    El segundo semestre de 1986 estuvo marcado por el fin de las acciones de corte voluntaristas

    gatilladas ms por la coyuntura nacional que las demandas gremiales de los estudiantes. En este sentido,

    el estado de sitio decretado luego del atentado del 7 de septiembre de 1986 contra Pinochet, provoc el

    reflujo del movimiento secundario.

    En agosto se lanz oficialmente la FESES, tras un ao de vida del Comit Pro-FESES. Su

    nacimiento no estuvo exento de problemas polticos entre sus componentes. En primer lugar,

    originariamente la FESES debi haber surgido meses antes, sin embargo problemas internos del COEM

    respecto a cmo integrar a la Democracia Cristiana, hicieron fracasar el primer intento constitutivo de la

    Federacin. Recin en agosto, con la asistencia de representantes de 98 liceos, se dio el vamos oficial a la

    FESES. Para zanjar las diferencias, se acord que la mesa ejecutiva quedara compuesta por una directiva

    provisoria colegiada, con representantes de cada juventud poltica. El principal objetivo de la naciente

    organizacin era lograr la democratizacin de los centros de estudiantes a la vez que luchar por las

    reivindicaciones propias de su sector (46 ). La mesa ejecutiva qued constituida de la siguiente manera:

    Juan Alfaro (JJ.CC.), secretario ejecutivo metropolitano; Jos Sabat (JDC), secretario metropolitano de

    integracin; Marcos Guerrar (MIR), secretario de relaciones nacionales; Vernica Fruhbrodt (Juventud Socialista-Almeyda), secretaria orgnica y de departamentos y Vctor Osorio (Izquierda Cristiana)

    secretario ejecutivo de coordinacin y delegado ante la Asamblea de la Civilidad.

    Apenas conformada la FESES, se pleg al paro nacional convocado para los das 4 y 5 de

    septiembre de 1986. Es necesario recordar el contexto poltico de ese paro. Tras la exitosa movilizacin

    del 2 y 3 de julio, en parte de la oposicin comenz a ganar terreno la postura de una salida pactada con la

    dictadura y el fin de la estrategia movilizadora. El hallazgo de los arsenales pertenecientes al Partido

    Comunista en agosto de 1986, provoc un virtual quiebre entre la oposicin de centro, aglutinada en la

    Alianza Democrtica y el Movimiento Democrtico Popular (MDP), en donde estaba la izquierda

    histrica (comunistas, miristas, socialistas de Almeyda). Por esta razn, el llamado a paro los das 4 y 5

    de septiembre se dio en un marco de retroceso (definitivo) de la estrategia que buscaba derrocar a Pinochet a travs de una va insurreccional, postura compartida, con matices, por los partidos agrupados

    en el MDP.

    Los comunistas, cuya tctica contemplaba la realizacin del atentado a Pinochet el 7 de septiembre,

    se la jugaron por generar los das 4 y 5 ingobernabilidad. Por eso que la FESES, hegemonizada por la

    Jota, convocaba (una vez ms) a un PARO PROLONGADO DE LA ENSEANZA MEDIA, que nos

    llevar a conseguir nuestras ms sentidas reivindicaciones. La idea aprobada en la mesa ejecutiva de la

    FESES, era iniciar las movilizaciones el da 28 de agosto, con una marcha nacional de la EM e

    ingobernabilidad en los liceos (auto-tomas) para que el da 29 se iniciara el Paro Prolongado de

    Enseanza Media, que desembocara en el da 4 de septiembre (inicio del Paro Nacional) en un

    copamiento del centro por parte de la enseanza media (47 ). Aunque hoy parezca descabellado, es

    probable que el PC evaluara seriamente la posibilidad que en este Paro Nacional se desencadenara la Sublevacin Nacional (48 ).

    A pesar de los esfuerzos, los comunistas evaluaban que si bien la Jota haba sido el motor del paro

    de la EM, los aliados no estuvieron. Incluso muchos avances se dieron a pesar de ellos. Respecto al

    papel jugado por la FESES, se constataba que en el ejecutivo se ponen con los acuerdos, cuando llegan,

    pero a la hora de lo que hubo desaparecen (49 ). El resultado de estas situaciones fue un paro activo,

    pero muy lejos de las necesidades que requera la Sublevacin Nacional.

    Al da siguiente del atentado, Juan Alfaro junto a otros dirigentes de la FESES se tomaron la sede de

    la UNESCO en Chile y otras representaciones diplomticas. Sin embargo, ese mismo da la casa de

    Alfaro fue allanada por los organismos de seguridad del rgimen. Este alcanza a esconderse, pasando a vivir en semi-clandestinidad durante casi tres meses. Es as como la recin nacida FESES qued semi-

    paralizada en los meses siguientes al atentado a Pinochet.

    En este contexto, de claro reflujo del movimiento secundario, la FESES intent un recurso

    desesperado para levantar la moral del alicado movimiento: una nueva toma externa ahora en el Liceo

    Daro Salas, fijada para el da 5 de noviembre. En pleno estado de sitio, la osada tendra un alto costo

  • humano para algunos dirigentes de la FESES y marcara el agotamiento de esta modalidad de

    movilizacin. Como era la tnica, minutos antes de las 08:00 de la maana entraron unos 150 estudiantes

    que no eran del liceo y procedieron a atrincherarse dentro del establecimiento. Entre esa hora y las nueve

    de la maana, la directiva de la FESES concurri a hablar con el Ministro de Educacin, Sergio Gaete,

    quien no los recibi. Carabineros procedi rpidamente, y apoyado del carro lanza-aguas y numerosas

    bombas lacrimgenas, desaloj la toma. Se incautaron los tpicos objetos destinados a la defensa del

    movimiento: bombas molotov, hondas, linchacos y palos (50 ).

    Fueron detenidos 168 jvenes, quienes pasaron una noche repartidos en diversas comisaras del centro de Santiago y liberados a la maana siguiente. La novedad radic en que 16 de los detenidos, los

    nicos mayores de 18 aos, fueron puestos a disposicin de la Primera Fiscala Militar, acusados de

    infringir la ley de control de armas y explosivos. Finalmente, cuatro estudiantes fueron declarados reos,

    tras los cinco das legales que tena la fiscala para resolver su situacin procesal. Luego de un mes

    recluidos en dicho recinto, el 5 de diciembre de 1986 obtuvieron su libertad bajo fianza (51 ).

    El impacto por la prolongada detencin de los jvenes secundarios signific el fin de las

    movilizaciones durante el resto del ao. Desde este hecho, se prohibi a los estudiantes de 18 o ms

    participar en este tipo de acciones y, adems, produjo que estas prcticamente cayeran en desuso, porque

    el riesgo que comportaba para quienes participaban en ellas, era evidentemente alto. El fracaso de la toma

    del Daro Salas marca el fin de la estrategia ms politizada de la FESES, en la que las acciones eran determinadas en base a la agenda nacional o, como en el caso de la toma del Daro Salas, como un intento

    (audaz) de levantar la movilizacin, cuando la realidad indicaba que era imposible hacerlo. Tras este

    fracaso, la tarea fue rearticular el movimiento secundario sobre nuevas bases.

    EL MOVIMIENTO SECUNDARIO RENACE:

    LA HORA DE LAS LUCHAS GREMIALES (1987-1988)

    Si durante los aos 1983 y 1986, el movimiento secundario bas su convocatoria a partir de la

    pugna poltica a nivel nacional, los aos siguientes se produjo un importante matiz hacia las demandas de

    corte gremial. Aunque no se abandon la demanda del fin de la dictadura, sta comparti protagonismo

    con las reivindicaciones propias del movimiento estudiantil secundario. La democratizacin de los centros

    de alumnos, el aumento de las becas y la disminucin del pasaje escolar estuvieron desde los inicios en los pliegos de los secundarios, pero jams lograron entre los aos 1983-1986 generar un hecho poltico

    por s mismo. Solo la municipalizacin de los liceos histricos haba logrado generar un movimiento

    basado en la problemtica propia de los secundarios.

    El cambio del cuadro poltico fue el marco en donde tuvo que moverse el movimiento secundario.

    El fracaso de la estrategia insurreccional contenida en la poltica de rebelin popular de masas de los

    comunistas, haba dado paso a una salida pactada, en donde lo poltico-electoral restaba protagonismo a la

    movilizacin social. Sin embargo, el PC aun no se resignaba a esta derrota y hasta el da 5 de octubre de

    1988, da del histrico plebiscito del Si y el No a Pinochet, se la jug por la Sublevacin Nacional.

    Con todo, la estrategia comunista debi asumir en parte el cambio del cuadro poltico en los aos 1987 y

    1988, por lo que su trabajo poltico intent incorporar las demandas locales de los secundarios como

    agente movilizador. Esta combinatoria entre la demanda poltica y la gremial caracteriz al movimiento secundario en los ltimos aos de la dictadura.

    Un informe interno de las Juventudes Comunistas que planificaba el trabajo poltico del ao 1987,

    parta reconociendo que los inicios de aquel ao, era un periodo de reconstruccin, tanto desde el punto

    de vista interno de la Jota, como a nivel del trabajo de masas. Se estableca que era necesario unir la

    lucha reivindicativa a la lucha global de las masas. Haba que crear canales de expresin de las

    inquietudes de los jvenes secundarios, cuyo rasgo central es el espritu juvenil, reflejado tanto en su

    rebelda, como tambin en sus intereses culturales, deportivos, intelectuales, etc. Se enfatizaba la idea

    que era necesario generar instancias al interior de la organizacin, que le permitan al estudiante ser

    partcipe y actor fundamental de ella (52 ). En este punto es importante resaltar que, si meses despus se

    comenzaron a considerar los pliegos internos de los liceos como herramientas para organizar a los estudiantes, otorgndole una relevancia que no haban tenido en el periodo anterior, no es necesariamente

    por la supuesta clarividencia de un reducido equipo de direccin. Evidentemente que el cambio del

    escenario poltico fue decisivo en este giro, porque a partir de 1987 resultaba ms difcil gatillar

    movilizaciones respecto a aos anteriores. Parte importante de la oposicin haba abandonado la opcin

  • de derrocar a Pinochet, por lo que el PC y su Juventud debi echar mano a su proverbial pragmatismo

    para seguir alimentando la ilusin de la Sublevacin Nacional: Si lo jvenes no protestan por lo

    nacional, por qu lo harn?: por los pliegos internos y locales. El pragmatismo comunista se manifest

    en la combinacin de tcticas reformistas (negociacin con la autoridad) y otras revolucionarias (la Sublevacin Nacional).

    El movimiento secundario inici debilitado el ao 1987 tanto por los efectos de la represin del ao

    anterior, como por el abandono de sus responsabilidades de algunos de los integrantes de la mesa de la

    FESES. Con todo, los zonales del COEM siguieron funcionando, aunque con mayor actividad la Unin de Estudiantes Secundarios (UES) (zona oriente) y el Frente Unitario Democrtico de Enseanza Media

    (FUDEM) (zona centro). En el caso de la primera, eran frecuentes las marchas que se iniciaban en Plaza

    uoa, en donde participaba el activo de la UES y desplegaban su notoria presencia los CAM

    (barricadas, molotov, miguelitos, peinetas, bombas de humo, autos cruzados en la calle, apedreamiento

    de bancos considerados imperialistas y, para terminar, enfrentamiento con la polica). Por su parte, el

    FUDEM era muy activo, especialmente en dos lugares foco, las esquinas de Ricardo Cumming con la

    Alameda y San Diego con Avenida Matta. Tambin se desarrollaban peridicas acciones de protesta y

    movilizacin, aunque por lo peridicas y falta de masividad, no eran cubiertas por la prensa (53 ).

    La accin meditica ms llamativa realizada por la FESES en el 1987 fue la toma externa

    efectuada en el Liceo Industrial Chileno Alemn, ubicado a media cuadra de la Plaza uoa. Esta toma, la ltima de su tipo, era heredera, en cuanto a su metodologa, a la ya entonces mtica toma del Liceo A-

    12, a la frustrada toma del Liceo Lastarria y a la costosa toma del Liceo Daro Salas. Sin embargo, su

    motivacin era distinta, ya esta actividad se legitim ya no tanto en funcin de generar un hecho poltico

    contra la dictadura, sino que por la problemtica interna del liceo, en pugna con la ASIMET (Asociacin

    de Industriales Metalrgicos), sostenedora del establecimiento.

    Fue as como el 24 de junio de 1987, minutos antes de la 08:00 de la maana, cerca de 200

    secundarios que no eran del Liceo (todos menores de 18 aos, como indicaba la experiencia del Daro

    Salas), se tomaron el establecimiento. La crnica de prensa relataba que los jvenes ingresaron con las

    caras cubiertas, portando piedras y mochilas con material contundente. En actitudes agresivas,

    intimidaron a los docentes, encerrando a algunos en salas de clases. Como era tpico en este tipo de acciones, Carabineros encontr lienzos, palos, bombas molotov y linchacos (54 ). A diferencia de otras

    ocasiones, las autoridades reconocieron que no se trataba solo una accin externa. ngel Fantuzzi,

    director de la Corporacin que administraba el Liceo, deca respecto al origen de la toma, que fue gente

    extraa, con complicidad de algunos que estn adentro, que no estn conforme con todo lo que hemos

    hecho los industriales metalrgicos por darles educacin, deportes, momentos gratis (55 ).

    A mediados de 1987, los dos sobrevivientes activos de la mesa ejecutiva de la FESES, Juan Alfaro y

    Jos Sabat, informaban la convocatoria a elecciones para renovar la mesa de la Federacin. Adelantaban

    que ms all de la crtica, queremos ser una juventud que propone, segn el dirigente demcrata

    cristiano. En este sentido, anunciaban que uno de los objetivos del II Congreso de la FESES sera ante

    todo acelerar el proceso de democratizacin de los centros de alumnos, mediante el desarrollo de

    movilizaciones contra el decreto 736 que impide las elecciones libres y universales. Las otras demandas tambin eran histricas: becas alimenticias, rebaja del pase escolar, inscripcin gratuita de la PAA (56 ).

    La decisin de levantar esta demanda como central del movimiento secundario, junto a factores polticos

    nacionales, sera clave para la explosin de masas de la FESES en 1988.

    Los das 21 y 22 de agosto se realiz el evento de los secundarios, que cont con la presencia de

    unos 200 estudiantes, entre los cuales haba 125 delegados de distintos colegios y liceos de la regin

    metropolitana. Los candidatos a la nueva mesa eran Luis Alvarez (JDC), Kiriakos Markar (JJ.CC.),

    Fernando Hormazabal (JS Almeyda), Genaro Cuadros (MAPU) y Rodrigo Julio (IC). Finalmente, en un

    resultado que no llam a sorpresas, el candidato comunista fue electo con la primera mayora de los votos

    emitidos por los delegados, asumiendo con el cargo de secretario general de la FESES. Los otros

    candidatos quedaron en la directiva, asegurndose as la representacin amplia (bsicamente dada por la presencia de la JDC) de la FESES (57 ). Kiriakos Markar, alumno del Liceo de Aplicacin y con dos

    aos de militancia comunista, se converta en el sucesor de Juan Alfaro.

    1988 marc el mejor momento de la lucha iniciada por el movimiento secundario desde 1983

    cuando se cre el Coordinador de Organizaciones de Enseanza Media (COEM). Por primera vez un

    organismo superestructural de la enseanza media, como la mesa ejecutiva de la FESES, cobr tal grado

  • de legitimidad ya no solo entre el estudiantado, sino que entre las autoridades del rgimen, que estas

    ltimas se vieron en la obligacin de reconocerla como interlocutor vlido y se sentaron en la mesa de

    negociacin junto a un dirigente juvenil comunista. No hay que olvidar que el objetivo estratgico de la

    Jota durante todo el ao (hasta el plebiscito del 5 de octubre) era (todava) la sublevacin nacional, lo que

    no le impidi encabezar una movilizacin eminentemente gremial, aunque con claras consecuencias

    polticas.

    Tras los Trabajos Voluntarios realizados durante el verano nuevamente en la zona mapuche, el mes

    de marzo dio inicio a las actividades de la FESES. Como siempre ocurra, el retorno a clases se caracterizaba por la rearticulacin de los centros de alumnos, de los Comit Democrticos (CODE) y las

    juventudes polticas. Sin embargo, eso no significaba la desmovilizacin total. Con ocasin de la marcha

    del 8 de marzo del Da Internacional de la Mujer, la FESES participaba aportando unos 500 estudiantes.

    En las esquinas de la calle Lira con Diagonal Paraguay se realiza una barricada con 6 neumticos y se

    logran mantener dos lienzos hasta las 19:30 hrs.. Dejando de manifiesto la evolucin radical del trabajo

    de autodefensa de masas, un piquete de ADM lanza una granada casera al zorrillo (carro policial),

    impactndole en las ruedas y otro piquete realiza rescate de detenidos. El da 11, con el uso de bombas

    falsas y de humo, se alter las clases en el Liceo 7 de Hombres, en los liceos mixtos 5 y 8 y en el

    Industrial Chileno-Alemn, entre otros (58 ). Por otro lado, se produjeron movilizaciones por demandas

    especficas de la Enseanza Media, que anunciaban el movimiento que se vena: marcha del Liceo Barros

    Borgoo por problemas de infraestructura; ataques a la locomocin colectiva en el Liceo 9 por el valor del pasaje escolar y peticin de su extensin al Ferrocarril Metropolitano, en base a metradas

    (copamiento) de las estaciones Estacin Central y Universidad de Chile, por alumnos del Liceo

    Amuntegui e Instituto Nacional respectivamente (59 ). Marzo, si bien no tan masivo en sus salidas

    callejeras, si marc la tnica de lo que sera el movimiento secundario a lo largo de 1988, en base a dos

    dimensiones: radicalidad en los mtodos de lucha y centramiento en la reivindicacin estudiantil como

    herramienta para movilizar a los estudiantes.

    El 6 de abril se realiz una marcha (Carnaval) con ocasin de la llamada semana Pinkgina

    Chascona, destinada a celebrar a los nuevos alumnos que ingresaban a la enseanza media. Mientras

    marchaban por el bandejn central de la Alameda, se desataron los incidentes producto de la detencin

    del mximo dirigente de la FESES, el comunista Kiriakos Markar (60 ). Tras ser liberado, en conferencia de prensa Markar comenzaba a demostrar su oratoria y dominio de los medios, que lo convirti en el

    Presidente de la FESES con mayor presencia meditica. Anunciando lo que seran las conclusiones del

    Segundo Encuentro Nacional de Dirigentes de Enseanza Media, sealaba que no se descarta la

    posibilidad de convocar a un paro nacional de alumnos de enseanza media, con el propsito de llamar la

    atencin de las autoridades sobre los problemas de los jvenes: falta de locales adecuados y de material

    pedaggico, expulsiones de alumnos y exoneraciones de profesores y mal trato durante las

    manifestaciones realizadas en demanda de mayores beneficios. Adems, rechaz las amenazas del

    alcalde de Santiago, Gustavo Alessandri, en el sentido que se reprimiran las manifestaciones

    estudiantiles. Desafiante, justificaba el uso de la violencia por parte de los estudiantes como modo para

    responder cuando se ataca a estudiantes con subametralladoras o se asesina a otros (61 ).

    El giro hacia las demandas estudiantiles era evidente. La Jota entenda que la vieja estrategia de politizarlo todo, de invertir todo el discurso del movimiento secundario en fuera Pinochet, Democracia

    Ahora, como haba ocurrido en el periodo 1983-1986, haba quedado obsoleta. Al respecto, Kiriakos

    Markar declaraba que los estudiantes no se movilizan por cosas netamente polticas. Participan porque

    tienen hambre, porque tiene problemas...Hay que ser francos. No todos los estudiantes se movilizan

    porque se vaya Pinochet. Nosotros eso lo tenemos claro. Por eso, debemos movilizarnos en torno a los

    problemas que tenemos en cada colegio. El 46 de La Cisterna protestar porque despidieron al profesor

    buena onda. Otro, porque quiere becas alimenticias. El de ms all lo har porque el gimnasio est en

    mal estado o porque no funcionan los laboratorios. En cambio, otro liceo se movilizar porque quiere un

    Centro de Alumnos democrtico (62 ).

    El discurso del segundo Presidente de la FESES revelaba, sin ambages, un nuevo nfasis en el modo de interpelar y construir el movimiento estudiantil secundario. Aunque la demanda reivindicativa propia

    de los secundarios siempre estuvo presente desde los orgenes del COEM y luego del Pro- FESES, en

    1988 esta pas a ocupar un lugar central. Es probable que la coyuntura del plebiscito del 5 de octubre

    pusiera en el centro del quehacer social las demandas democratizadoras. Empero, no se debe restar

    importancia a la madurez que hacia 1988 alcanz el movimiento secundario, que luego de ms de 4 aos

    de despliegue, fue capaz de cristalizar un discurso, de legitimar unos dirigentes, de validar unos mtodos

  • de lucha asumidos y validados por amplios sectores. En 1988, en medio del aislamiento que a nivel

    poltico empezaba a sufrir el PC, al excluirse del Comando por el No, en el mundo social, como en el caso

    de la FESES, se registraba una organizacin muy amplia, que iba desde el Movimiento Juvenil Lautaro

    hasta la Juventud Demcrata Cristiana, junto a miles de independientes.

    Durante el mes de mayo se produjeron grandes movilizaciones de estudiantes secundarios. Estas

    tuvieron su inicio cuando el 18 de abril se produjo una toma simblica del Liceo Barros Borgoo. Una

    semana ms tarde, el 25 de abril, unos 700 estudiantes del Liceo de Aplicacin se negaron a entrar a

    clases para discutir en una asamblea pblica el cambio del sistema de eleccin indirecta de los dirigentes del Centro de Alumnos. Al no ser autorizados, Carabineros entr al Liceo, deteniendo a los cabecillas de

    la manifestacin, entre los que se contaba Kiriakos Markar (expulsado del Aplicacin) y Nelson Soza,

    mirista, dirigente estudiantil del Liceo y la FESES. Sin embargo, tres horas ms tarde, con gran

    despliegue de prensa, ambos dirigentes estudiantiles eran recibidos por el alcalde Alessandri (63 ).

    Por el lado de los dirigentes estudiantiles, le plantearon la necesidad de elegir democrticamente los

    centros de alumnos, aumento de las becas alimenticias y la no aplicacin de un nuevo plan alcaldicio.

    Este propona la aplicacin de sanciones a los alumnos de los colegios municipales que participaran en

    tomas y auto-tomas (actos violentistas, en la jerga de El Mercurio). El resultado de las conversaciones

    fue que ambas partes estudiaran sus demandas, en la caso de Alessandri en particular el tema de las

    becas, y no el de la generacin de los centros de alumnos porque no es de mi competencia...solo es resorte del Ministerio de Educacin (64 ). Este punto fue el primer xito poltico de la FESES, porque, al

    igual que con la toma del Liceo A-12, los secundarios lograron meter una cua al interior de la

    autoridades de gobierno. En efecto, consultado el subsecretario de educacin Ren Salam sobre el

    reglamento alcaldicio de la Municipalidad de Santiago, deca que llamar a Carabineros cada vez que los

    alumnos protestan nunca ha sido la poltica del Ministerio de Educacin. La poltica siempre ha estado

    centrada en el dilogo. Marcando distancias con Gustavo Alessandri, agregaba que nuestro propsito es

    educar y no llamar a Carabineros, por supuesto. Si quedaban dudas acerca de su opinin respecto a los

    planes del alcalde de Santiago, terminaba diciendo que los alcaldes no pueden hacer lo que ellos

    quieran para mantener el orden en sus Liceos (65 ).

    Una medida represiva torpe, como la de Alessandri, absolutamente contraproducente en un ao electoral, cuando ni siquiera exista un movimiento particularmente fuerte en la Enseanza Media,

    encontr a una organizacin estudiantil en un buen pie, con dirigentes legitimados y con disposicin de

    sacar provecho a la fisura y ahondarla hasta doblarle la mano al alcalde. Recordemos que la movilizacin

    callejera y la ingobernabilidad era la funcin esencial que los comunistas vean en la Enseanza Media,

    como detonante de la Sublevacin Nacional, en la que todava confiaban se podra producir. Es as

    como la direccin comunista de la FESES, gracias a la hegemona legitimante que posea, condujo al

    movimiento a las ms grandes manifestaciones callejeras de los secundarios desde la lucha contra la

    municipalizacin en 1986. La diferencia es que las de 1988 fueron originadas ntegramente por demandas

    propias de los estudiantes y que no se sumaron, como haba ocurrido en 1986, los profesores. La batalla

    por la democratizacin de los centros de alumnos y el fin a la represin en lo liceos, la dieron solo los

    estudiantes.

    La declaracin de guerra entre la FESES y el alcalde Alessandri se produjo menos de una semana

    ms tarde, cuando el 29 de abril se estall una nueva auto-toma en el Liceo de Aplicacin. Desde las 8 a

    las 11 de la maana, unos 700 estudiantes ocuparon las dependencias del establecimiento, hasta que

    fueron desalojados por Carabineros. Nuevamente Markar, Soza y el dirigente integrante de la Juventud

    Socialista (Almeyda), Leonel Saavedra fueron detenidos. In situ, el alcalde Alessandri seal la

    posibilidad de presentar una querella en contra de los tres dirigentes, por su presunta responsabilidad por

    los daos producidos en el emblemtico Liceo y que en ningn caso estas actitudes iban a cambiar el

    reglamento que est propiciando la Municipalidad a los establecimientos educacionales (66 ). Das ms

    tarde, la FESES convocaba a un paro los da 10 y 11 de mayo en protesta contra las polticas

    educacionales del gobierno y la postura represiva del alcalde Alessandri (67 ).

    El jueves 5 de mayo se produce una auto-toma en el Liceo Amuntegui, violentamente desalojada

    por Carabineros, con 18 estudiantes lesionados y ms de 80 detenidos. La accin era en protesta por las

    malas condiciones en que funcionan y para pedir el trmino del decreto 736 que impide las elecciones

    directas de los centros de alumnos...por las malas condiciones de los baos (son insalubres, el mal olor

    impide entrar); la falta de laboratorios (estn cerrados desde hace varios aos) y la remodelacin del

    sector antiguo del establecimiento (las obras estn detenidas)...(68 ). Las demandas polticas, como el

  • fin de la dictadura o las de carcter anti-sistemticas, aunque existentes, haban perdido fuerza ante las de

    corte populista, como las planteadas por los alumnos del Liceo Amuntegui. Al respecto, el nuevo

    nfasis gremial del movimiento secundario era ratificado por Kiriakos Markar, que en una columna de

    opinin del oficialista diario La Tercera explicaba el fondo de los reclamos de los estudiantes medios:

    Nosotros estamos pidiendo cosas simples y factibles. Nosotros no somos como la Revolucin Francesa

    (mayo 68. N.A.), en que decan seamos realistas, pidamos lo imposible; nosotros somos realistas y

    pedimos cosas posibles...Se pide algo tan viejo como que hay que comer para poder estudiar, por lo tanto

    pedimos becas alimenticias o como que en el pasaje escolar se pague el 10 por ciento del pasaje adulto,

    porque siempre haba sido as...Nosotros pedimos pasaje libre o rebajado en el Metro, siendo propiedad estatal an...algo tan viejo como es el derecho a elegir democrticamente a los centros de alumnos... (69 ).

    Este discurso, criticado por los sectores ms radicalizados de la FESES por reformista, demostr el

    tremendo potencial movilizador que tena y, adems, el pragmatismo comunista, que no tena problema

    en utilizarlo junto a su perspectiva de la Sublevacin Nacional. La necesidad de las masas lo

    justificaba.

    En un hecho indito, al da siguiente de la toma del Liceo Amuntegui, cuando unos 15 alumnos del

    liceo todava estaban detenidos, acusados de agresin a carabineros, el alcalde Alessandri se hizo presente

    en una Asamblea pblica de estudiantes, profesores padres y apoderados del Liceo. Como era obvio, fue

    duramente increpado. Al ir subiendo el tono de las palabras en contra de las polticas de su municipalidad,

    el alcalde amenaz no me busquen por la fuerza!...Bsquenme por el dilogo, bsquenme por la peticin civilizada!. Ante los abucheos y gritos de los asistentes, afirm que seguira enviando la fuerza

    pblica cada vez que los alumnos se tomen algn liceo (70 ). Ante la doctrina Alessandri, el

    Amuntegui decretaba un paro de actividades. El 7 de mayo, reflejando el impacto pblico del problema,

    el diario La Tercera brindaba su espacio Frente a Frente a Kiriakos Markar, en representacin de los

    estudiantes secundarios y al alcalde Alessandri, que una vez ms ratificaba su represiva doctrina. A esas

    alturas, la legitimidad de los dirigentes de la FESES era incontrovertible.

    El 10 de mayo fue el primer da de la movilizacin convocada por la FESES. Se registraron

    movilizaciones y se suspendieron las clases en importantes liceos del centro de Santiago: Liceo Valentn

    Letelier, Gabriela Mistral, Barros Borgoo y Amuntegui. En el Liceo A-47 Augusto DHalmar de uoa, encapuchados entraron a agitar el liceo e intentar una auto-toma, lo que no ocurri. Ms tarde la polica incautaba 18 bombas molotov, escondidas en salas de clases y los baos (71 ). Al da siguiente,

    Carabineros reprimi a unos 500 estudiantes que se haban reunido en las inmediaciones del Amuntegui,

    que iniciaba su tercer da de paro en protesta por la detencin de 12 alumnos (todos pasados a la justicia

    militar) desde la toma del da 5.

    Finalmente, ante la prolongacin de las manifestaciones estudiantiles, el alcalde Alessandri tuvo que

    llegar a un acuerdo con la FESES dos das despus de las movilizaciones del 10 y 11 de mayo. La FESES

    obtuvo del alcalde dos demandas muy importantes: Primero, la flexibilizacin del decreto 736, que

    permita generacin de dirigentes de una manera ms democrtica y, segundo, el compromiso que la

    fuerza pblica no ingresara a los liceos, dando paso a mecanismos expeditos de comunicacin entre los

    estudiantes y la Municipalidad. Por su parte, la FESES, que pensaba convocar a un paro desde el lunes 16

    de mayo, llamaba a los estudiantes a deponer las movilizaciones (72 ). Junto a la toma del Liceo A-12 en 1985 y las movilizaciones contra la municipalizacin en 1986, este conflicto fue el tercer gran hito del

    MES en los aos 80 y el primero basado fundamentalmente en las demandas estudiantiles.

    A partir de junio, la Jota decidi impulsar las movilizaciones en contra del Ministro de Educacin,

    Juan Antonio Guzmn, ya que una de las autocrticas de las jornadas de mayo era que el enemigo se

    haba centrado en Alessandri, sin afectar directamente al MINEDUC (73 ). Para ello, la FESES avanz en

    la elaboracin de una mirada ms profunda de la problemtica estudiantil, gracias a lo cual comenzaran a

    hablar de la crisis de la educacin chilena. Kiriakos Markar explicaba as la visin de la FESES:

    Segn la subsecretara de Educacin, hasta 1984, del milln 187 mil 368 jvenes entre 14 y 19 aos en

    edad escolar, slo 637 mil 92 se encuentran en el sistema educacional. Esto quiere decir que casi el 50%

    de los adolescentes que debieran estar en la educacin secundaria hoy no estn. Por este motivo, adems por el alto costo de la inscripcin para rendir la Prueba de Aptitud Acadmica y por la exigencia de un

    aporte extraordinario en estructura, mobiliario, bibliotecas y becas alimenticias, la FESES llamaba a una

    paralizacin durante los recreos el da 5 de julio (74 ). Registrada esta protesta, el 7 de julio se realiz una

    marcha hacia el MINEDUC para entregar las demandas estudiantiles al Ministro Guzmn. Esta termin

    con el enfrentamiento entre los estudiantes y Carabineros (75 ). Con todo, la movilizacin contra Guzmn

    no tuvo ni la fuerza ni la magnitud de las jornadas de mayo en contra de Alessandri, por lo que no se

  • cumpli el objetivo de desestabilizarlo.

    En agosto de 1988 se renov la directiva de la FESES por tercera vez desde su creacin dos aos

    antes. Participaron 125 colegios y 190 delegados con derecho a voto. Como siempre ocurra, la

    expectativa se centr en quienes sucederan a la exitosa mesa ejecutiva encabezada por Kiriakos Markar.

    Tras aos de hegemona comunista, las JJ.CC. nuevamente ganaron la presidencia. Los resultados fueron

    los siguientes: Daniel Nez (JJ.CC.) 78 votos; Leo Saavedra (JS-Almeyda) 32 votos; Danw Valle (JDC)

    20 votos; Nelson Soza (MIR-Poltico) 16 votos; Paula Montero (IC), 10 votos; Rodrigo Andrade (COR) 9

    votos; Claudia Cabezas (JS-S.Allende) 4 votos (76 ).

    Las conclusiones del evento se resumieron en un pliego llamado Exigencias Mnimas de los

    Estudiantes de la Enseanza Media, que recoga viejas demandas, como la democratizacin de los

    centros de alumnos, aumento del nmero de becas, gratuidad de la P.A.A., el fin de la represin, la

    disminucin del pasaje escolar y su extensin al metro, con otras de carcter ms globales, como la

    reivindicacin del Estado como ente protagnico de la labor educativa de todos los chilenos y el aumento

    del presupuesto educacional, entre otras.

    Despus del 5 de octubre, la perplejidad hizo presa del PC y su Juventud. Ahora si convencidos de

    la derrota de la Sublevacin Nacional, sera la hora de las evaluaciones, las recriminaciones y los

    quiebres. El movimiento estudiantil secundario registr sus ltimas tomas y auto-tomas a fines de 1988. La crisis en que se sumi la direccin de las JJ.CC. en 1989 y la bancarrota total de las tesis

    insurreccionalistas, marcaron el declive definitivo de la FESES. Su accionar callejero y radical ya no

    caba en el contexto de la Transicin Pactada. El triunfo del NO, significaba el fin del enfrentamiento y de

    todas las formas de lucha. Tras administrar la agona de la FESES durante un ao, Daniel Nez

    entregaba la presidencia a Rodrigo Pizarro, comunista del Liceo A-13 de Santiago, ltimo Presidente del

    principal organismo de los estudiantes de Enseanza Media durante los aos ochenta.

    REFLEXIONES FINALES

    El fenmeno de radicalizacin poltica del PC, tan extrao a una largusima trayectoria de

    moderacin y parlamentarismo, fue sin duda uno de los aspectos ms destacados de la poltica chilena en

    el dcada de 1980. La espectacularidad de algunas acciones armadas realizadas ya sea por sus propios

    aparato