ROMPIENDO EL SILENCIO

La familia había tenido que mudarse a un nuevo hogar a causa del trabajo del padre. Al principio todo fue normal, pero días después, al filo de la media noche, despertaron alarmados por una serie de ruidos que venían desde el cuarto de la más pequeña de la familia, acudieron de inmediato a ver lo que ocurría y encontraron a la niña golpeando la pared con uno de sus juguetes. Estaba muy agitada, derramando lágrimas de desesperación, entre lo poco que pudieron entenderle fue que alguien le pedía que lo hiciera.

La actitud de la pequeña logró asustar a su hermana que no era tan mayor, y para calmarlas, sus padres las llevaron a dormir con ellos en la misma habitación.

Al siguiente día cada quien volvió a su cuarto, dejando lo ocurrido atrás. Pero una semana después; encontraron a la niña golpeando el mismo lugar con un martillo. Cuando el padre siguió los ruidos se dio cuenta de algo curioso, la construcción era de madera, pero extrañamente aquel muro en el interior de la habitación de la niña estaba hecho de concreto.

Viendo como los dedos de su pequeña hija sangraban tras intentar con sus propias manos arrancar unos minúsculos pedazos de cemento que había logrado remover con el martillo, tuvo un extraño sentimiento, que se agravó cuando ella le gritaba que alguien seguía pidiéndole ayuda desde dentro.

Ya fuera por creerle o por que no se dañase mas, el hombre corrió por un pico y lo azotó con todas sus fuerzas contra el muro varias veces, hasta que de pronto, una pequeña y esquelética manita se asomó entre los escombros, descubriendo así un terrible secreto…

Las autoridades informaron que años atrás una niña desapareció en el barrio y aquellos eran sus restos.