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Diego L. García ruido invierno

ruido invierno - Diego L. García

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Diego L. García

r u i d o i n v i e r n o

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2015, Diego L. García

Licenciado por Creative Commons Argentina

Esta obra está licenciada bajo la Licencia Creative Commons

Atribución –SinDerivadas 3.0 Unported.

Para ver una copia de esta licencia, visite

http://creativecommons.org/licenses/by-nd/3.0/

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Prólogo

En este libro de Diego García corren dos alegatos, uno local, histórico, que habla

de la patria niña y violada, del rancho de la Madre acribillado por los fusiles del progreso;

el otro, más profundo y que lo abarca, es un alegato por la poesía, acorralada en la era

cibernética por el monstruo de la repetición mecánica y el sinsentido.

La poesía se marca a contraluz, en el espejo que revierte los signos con ironía, o

se abre paso por sí misma con la violencia del amor, como cuando le habla a su hijo

Elián: diamante tus ojos / y la palabra que guardan / dulce voz diciendo / el mundo… diamante tus ojos / tu alma / el deber de ser luz. O bien, en otro poema, con

reminiscencia de Juan L. Ortiz: como navegar un río sin ver // la orilla / como ser navegado // por el río / ser el río…En el fondo es un solo alegato, el del poeta en el

mundo terminal de la civilización prepotente y antrópica, en el mundo de las máquinas,

de las cintas, de las superficies textuales, donde todo parece dispuesto para que nada sea dicho.

Textos españoles antiguos, de Berceo, Baena y otros, respaldan la condena

implícita y explícita del poeta; textos que ya denuncian, muy atrás, la codicia y el

desenfreno, por las bocas el oro regalado. Se marca el contraste del paisaje ruidoso –invierno ruido- con el deleitoso monte,

senda escondida del poeta – La poesía no pacta con la sociedad del mercado, con la fiel obediencia o la cinta del éxito.

Hartmann, y luego Kusch, hablan del patio de los objetos.

Marcado por un destino de poeta, Diego niega la insectificación del hombre, que

parece más y más programada en la compleja trama de los tiempos.

El oro como un hilo consistente enlaza los distintos momentos de una historia de

progresivos sometimientos. Extraña paradoja: el oro que fue materia de custodias y

pectorales, es ahora el oro de la moneda de caras iguales, jugada a la inequidad.

Tiempo de injurias, tiempo inhumano: hasta el lenguaje parece apenas

recuperable.

La poesía, dialogo con el silencio, se oculta o se muestra apenas, envuelta en

ropajes de ironía.

Las palabras de Diego se muestran capaces de perforar el ruido, asomándose a

una zona de origen y de vida en que el poeta se siente deshacer en el poema, siendo

huella, casa del Verbo, mar, sentido.

Que estas palabras acompañen las suyas es no poca ventura.

Graciela Maturo

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“toda la çiençia del mundo está colgada de un fylo” Ferrant Manuel

(Cancionero de poetas antiguos que fizo é ordeno é compuso é acopiló el judino Johan Alfon de Baena, 1430 ca – 1445)

el hilo de la ciencia no puede

soportar el peso de las imágenes saturadas

la nieve del invierno / el blanco paisaje

nada hay posible más que lo dado / el agua

servida a quien no tiene sed / el hilo que cede

y deja caer la máquina que nombra

una realidad en serie / copia de sí misma / ahuecada

por las termitas de lo inconsciente

la máquina estalla contra el suelo / sus partes

quedan expuestas / un artefacto demasiado grande

para su monótono hacer / repetir el nombre

que el rey ha elegido

para ocultar su rostro

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“La Argentina, por su independencia recíproca, es, desde el punto de vista económico, una parte integrante del imperio británico.” Julio Argentino Roca (h), 1933

No patria / tradición / identidad

sólo

el hambre del niño hecho polvo

el desierto de su sed

el padre partido

No

gaucho / civilización / cabildo

sólo la madre

en el rancho acribillado

país

sombra del oro

siembra comida por los cuervos

No

próceres / bandera / gesta

sólo la boca que perdura

abierta a la nada / villa

de luna ensangrentada

juego

donde las palabras

se venden

al escaso valor de nuestras voces

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ver el fondo / desde el fondo / textura

de piedras rodando en la mañana / aún

con los sueños transpirados del día / ver

algo más que el café / a centímetros del diario

años luz del fondo / mapa como un punto

en la nariz / nada más que palabras

dichas y desdichas / desierto lleno de espejos

negros / la primera luz abre a fuerza

de mover las raíces una puerta en el árbol /

a pesar de la poda siniestra / a pesar

de que la distancia entre la taza y “el mundo”

sea un dogma irrefutable del todo / vida

entrevisto relámpago en la enramada /

el fondo emerge a pesar

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“…dos mil combatientes de inválidos y niños a quienes hubo que poner barbas postizas para quitarles su aspecto infantil” Juan E. O’Leary

1870 / decir Europa / noches de exceso

en Covent Garden / no decir

Asunción / olor a padre

muerto en la noche del niño / tierra

arrasada / hambre no dicha

número de bajas / página en el manual

la triple alianza / proyecto de masacrar lo otro

ambición del siervo / sometido

al yugo de oro / al asombro pútrido

rancio París en la postal tuerta del criollo

champaña en los ojos mudos de la dama

y allá (tan acá)

los perros velando cuerpos

vendidos a los buitres del después

el silencio grande / hondo en el futuro

yermo de la civilización

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“los Ranqueles (…) se han reducido en la actualidad a menos de seiscientas lanzas” Cita atribuida a J. A. Roca en Roca, L. Lugones, 1938.

reducir / no nombrar sino por sinécdoque

no decir el padre muerto / la casa hecha

cenizas / el pronombre involuntario

se han reducido / solos / por

obra ex machina / sin culpa

seiscientas lanzas / no

niños torturados / madres desaparecidas

lanzas del miedo a mirar

las palabras verdaderas / el sueño oscuro

del general / la patria

y las palabras de la patria

que se caen

por el peso de los muertos

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“Welcome my son, welcome to the machine” Pink Floyd

bienvenido, hijo / la máquina está lista

para des/hacerte idéntico /

para abrirte el abismo donde pondrás

tu pie ciego / aturdido por las palabras

que comprás alrededor del corral

¿no escuchás

al buen roger allá / diciéndote

que corras / que

la distancia está en vos /

o acaso querés que las garras de acero

te atrapen en la noche

cuando no puedas pensar ya / sea

muy tarde para decir /

y el balbuceo no alcance para

nombrarte siquiera?

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“Ven a mí con tu dulce luz alma de diamante” Luis Alberto Spinetta

a Elián

diamante tus ojos

y la palabra que guardan /

dulce voz diciendo

el mundo / las hormigas de la realidad

trabajan en días larguísimos

traman las cuevas del amor /

la ley / los finales del juego

recogen alimento

para leer los inviernos / las máscaras /

la música de las noticias

diamante tus ojos

tu alma / el deber de ser luz

en nuestras lámparas / vidas

lo que damos

un todo insuficiente

alas de cera para entrar al laberinto

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“Soñemos, alma, soñemos…” Calderón de la Barca, La vida es sueño

como navegar un río sin ver

la orilla / como ser navegado

por el río / ser el río

y pretender llegar / soñar

la orilla / el sueño de la orilla

interminable / aparente / incierto

movido por la corriente / la fe

en que el río es agua y puede

transportar una balsa / un cuerpo /

y raramente al revés / la balsa

transportar un río / el cuerpo

ser soñado / ver

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“Los omnes cobdiciosos del aver monedado, que por ganar riqueza non dubdan fer peccado, metránlis por las vocas el oro regalado, dizrán que non oviessen atal aver ganado” Gonzalo de Berceo, “Los signos del juicio final”, s. XIII

por las bocas el oro / dirán luego

qué palabras / qué piedras de llanto

empujarán vanamente / en el campo

será inaudible el lamento / los pájaros

comiendo las migas del sol / el aroma

de la madera / el fuego / el agua clarísima

de quienes no han ganado / regalado oro

las bocas descansando en la leche

de las risas / el alba siendo día

en la cuenta / yendo con todo el peso

del trabajo / el sueño lento / la música

que los grillos dejan bajo la almohada

en huecos sin monedas / sin

nada que tragar

una ofrenda de silencio

la felicidad en la piel del pan

el amor lejos de las palabras

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“El poema es una llave al infinito, a lo distinto, a lo verdaderamente real” Julio Cortázar

a Graciela Maturo

pres/cencia de lo evidente

hasta que el cruce de la carne y la luz abre /

la palabra como alguien que oye

tras la puerta el dictado lejano de su nombre /

atrapa destellos de sí en lo otro

vislumbra su Rostro / visita

en la desnudez de la primera luz

casi deshecha la traición de los objetos

casi / a salvo en la penumbra / grieta

por donde caen las estatuas / los lobos /

los reyes / las risas / de las máscaras /

las armas / los precios de cielos novísimos /

virtuales / y dejan

que el ritmo de las olas diga /

y el salto de la hoja quiebre / el peso

de las piedras / ausencias en lo evidente

paso al centro / llave total

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“El nuevo año ha consumido ya la luz del primer día” Arthur Rimbaud,

poema escrito originalmente en latín, 1854

el nuevo año / el día / llama que alumbra

lo que va perdiéndose / lo siempre en viaje

hacia el abismo de la memoria / despedida

del primer patio / la desnudez

de las primeras palabras /

la fruta nueva / la música

de los pájaros sin poema / los pájaros

verdaderos / despedida de la primera oscuridad /

la flor naciendo en el asombro / los libros

y sus piezas incompletas / el amor de los perros

y la noche / el muro callado de otros ojos /

el mar del día que trasciende /

toda despedida como un diluvio imprevisto /

y nos empapa en la inconsciencia fría

de haber olvidado las luces anteriores / primitivas

chispas robadas / un asomo al jardín /

la resaca de cada intento fallido / albas

en que la roca se desliza hacia nosotros /

nuevamente / aún con otros rostros / aún

a la espera del primer llanto

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los días van comiéndose las sobras

y con los recuerdos de las sobras hemos construido

esta ciudad / este abismo de palabras / fotos

para perdernos en el trayecto de regreso

¿a dónde iremos antes? / ¿hasta dónde

el lento bocado del miedo / la trampa

de lo que vemos interminable en sus bordes?

pronto / los platos caen al suelo y estallan

y el dibujo / mandala / abandona nuestro

punto de vista /

y somos en uno de los aros

concéntricos parte que viaja en el desarme /

perdida unidad / oh pasado / un silencio

que baja la cabeza y sigue / acomoda

el cuello de su abrigo para afrontar

el frío próximo / los años

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“al ritmo de la inmensa mecánica celeste” Rubén Darío, “Coloquio de los Centauros”

qué otra cosa queda del poema / el objeto

rozado con ojos fríos / coloquio

entre la insignificancia de lo próximo

y el nombre de esa distancia nula / qué

otra cosa queda / en el no leer

al Poeta antiguo /

en decir la materia que nos forma /

qué otra cosa sin escuchar la presencia

del ritmo / cantar el orden de la Noche / beber

la estrella reflejada en el agua / no

el orden evidente / la fuerza de la apariencia

que rige los pasos de este tiempo /

la Noche / espacio de lo que no tiene forma

y que cabe sólo en los silencios de la trama /

en los huecos que el ruido cede

con indiferencia / el ojo ebrio de Polifemo

esperando la lanza / el golpe que logre

sacar del encierro a los hombres

remeros contra la furia /

innombrados tripulantes de la vida

y el amor de lo pequeño

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“Il y a un autre monde, mais il est dans celui-ci”

Paul Éluard

mundo otro / lo otro lejano como

los dedos de adán y dios que se espejan

como se espeja el sol en los jazmines /

acá / la tierra renovándose de lluvia

agua de la edad de oro / ángeles del principio

en el espacio medio / entre-reflejo

raíz naciendo en la carne / lo que resta

esas migajas / humanidad /

lenguaje precario para desprenderse

de sí mismo / para

saldar el puente hacia / el misterio /

la imagen verdadera / la palabra anterior

a las palabras / sólo

las gotas que bajan / mojan / el pan /

la luz / el silencio del sueño /

en este otro mundo que somos

sosteniendo aquel detrás / solidarios

con el reverso

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“Los dioses que dispensan a los reyes de las leyes, para vengarse de ello, y acordarles, tal vez que son mortales, los castigan con los remordimientos” Hamleto, rey de Dinamarca, 1772,

versión de D. Ramón de la Cruz.

los reyes y las leyes / los dioses plurales

todo límite / palabra amoldada a decir

lo sometido / el estado quieto

al que no vengará un fantasma / sombra

de una idea / la voz del otro lado

la memoria / el desfigurado Hamleto

que ha perdido la voz / el nombre

en nombre de los poderes plurales

la lengua por sobre todo /

la firma que se abre / expande

hasta ocupar el sentido / hasta

repetir y borrar la aspereza

que incomoda / hasta dejar pulcra

la escena y ya no haya preguntas

sólo aplausos y el telón oculte

las muecas de verdad / la desnudez

de un mundo inefable

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“Más tú por qué retornas a tanto ruido? ¿Por qué non sales o subes al deleitoso monte qu’es principio e ocasión de todo placer?” Enrique de Villena

Versión de la Divina Comedia, 1401-1500?

¿por qué retornar

al ruido de las palabras / al ruido

que corre bajo las palabras como un río

animal que brama y deforma

las piedras a su paso /

por qué

no subir al confort de lo dicho /

a la televisión / las redes / las publicidades/

por qué descender

a la poesía que no pacta

con la oferta de realidad / con la moda

de creer demasiado en el poeta /

por qué

arrojarse al viaje de las sombras

y no firmar el virtual placer de ser imagen /

bufón de quien esperan

un canto dócil /

por qué

el ruido / la pena

por qué?

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“Al intentar taponar toda carencia, la sociedad de mercado, congela al deseo y por lo tanto a la búsqueda que éste sostiene, fabricando esclavos con apariencia de rebeldes” Ernesto Vetere

taponar con objetos en serie / aturdir

con ruido invierno / aquietar las imágenes

por un paisaje confortable / un cielo en oferta /

no hay deseo / un todo al alcance

de un click / un todo precario a punto

de desmoronarse / el esclavo

es tan feliz como un insecto en un frasco

no quiere fugarse de las palabras

que come diariamente / no quiere

fugarse al sabor de no ser comido / no ser

dicho por las mismas palabras que

alimentan su apariencia / rebelde

vacío de negaciones / fiel

a la cinta que produce su éxito:

taponar los desiertos

donde el silencio pesa

y no hay búsqueda posible

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“…cada vez más se me aparece mi idioma como un velo que uno debe rasgar para acceder a las cosas que están detrás (o a la nada que está detrás)” Samuel Beckett, carta a Axel Kaun, 1937

la lengua tuerce

imágenes contra las noticias /

cómo invertir en Miami / dice CNN

es ley lo decible

a fuerza de comprar una sintaxis

como casa en sombras

o comida intacta en las góndolas /

¿cuál es el precio

de las palabras que fallan /

cuál la culpa del demonio

que muerde los bordes /

voz que no ha podido nombrarse

voz que emerge / a golpes

de piedra / desesperada por

el pan / el aire / o la nada

que le dé un sentido

tras el velo

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“Aulam repertam auri plenam Euclio Vi summa servat, miseris adfectus modis” Plauto, “Aulularia”

el avaro Euclión guarda su olla de oro

la cuida de sus monstruos / de sus bocas

que escupen pequeñas imágenes de sí mismo

no duerme / teme a la daga del sueño / a la Noche

no habla / tiembla

con el amor de las palabras / aúlla /

es lobo cuando la carne está servida /

no caza / ama la piedad de los dioses /

envidia el pan del mendigo

el avaro Euclión no es sino su olla de oro

ni el sol / ni los perros / ni la risa de los niños

recorren las cuevas de su tiempo /

tiempo que no sabe

va royendo su existencia / ego compactado

en una moneda de oro

que gira en el aire

y por cualquiera de sus caras

el precio será justo

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“aquel cielo de cantos y de vuelos no pertenece al mundo” Amadeo Gravino, “la infancia”

con lentitud de infancia un eco ilegible

migajas / un-café-con-leche embalsamado

en palabras que reproducen

el menú de lo real /

un-café-con-leche a la espera de la noche

la hora cálida en que las torres del día

ceden con lo dicho / y no hay más que sombras

el café no es signo / no hay nombres

sólo hechos / desmoronándose

ya

quedando en ruinas / un lenguaje

apenas recuperable

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“El Decir de un poeta permanece en lo no dicho” Martin Heidegger, “El habla en el poema”

no hay palabra para ocupar los huecos

que la nieve deja en el invierno /

no hay más que una farsa para contentar

al espectador de sí mismo / poeta

que a ciegas ignora las huellas / las voces

que ya derribaron las murallas de su decir

la tradición lo traiciona / lo borra antes

que la nieve sea /

no hay imagen para ocupar los huecos

ni carteles / ni telenovelas / ni ofertas

el vacío rompe

desde abajo

deja que la poesía sea

un diálogo con el silencio

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“ceñido de hiedra, ruidoso” “Himno a Dioniso”, Antología Palatina, IX

el ruido es vida / voz del ritual

forma sin ley de la palabra

siempre bárbara / filosa

sin embargo

el ruido puede perderse en el ruido

no ser más que un fragmento

de sí mismo / un ánfora quebrada

por la sequedad del museo

entonces

el tíasos aturde y no hay ritual

Dioniso es un nombre

en el manual de mitología /

la hiedra trepa

por el muro del absurdo / cortada

porque sí / ruido invierno

dicho en serie

nada

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dispara / el oro por las bocas

su deseo pesa más que lo real

lo arrastra como pez en anzuelo

afilado / no opone resistencia / es

en su pecera / fiel mascota de la muerte

dispara / es todo lo que tiene

bajo la manga / no hay palabra ni control

ley de tragarlo todo / aun

su cuerpo domesticado a la aridez /

rancio estado del alma / escribió

Jerónimo de Estridón / sus días en el desierto

bastaron para tocar el vacío / nada

halló en la nada / tras el último bocado

otra vez el yo / pena de ser

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en la casa quedan

voces que corren por los fondos

con ojos de niño lejano

voces que nombraban al amor

mate cocido / tango / tarde bajo la parra

voces que no dicen / gritan

su propia ceniza

voces oscuras como el silencio de los cuervos

voces sabias como perros / palomas / ciruelos

voces con sabor a océano / a campo

con el calor de junios antiguos

voces que ya nadie escucha y arrasan

las topadoras de lo rancio

voces que saltan en los patios

dibujados con piedras / ranas / hormigas felices

voces confundidas entre llanto / barro / cañas

voces ahogadas en la noche que retumba

en el pozo donde no caben ya

las

palabras

voces enterrándose / esperando

que el viento llegue para limpiar el dolor

y no queden más que surcos

surcos y pájaros

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el mar / el olor de los árboles

¿estoy des/cribiendo / cayendo

en el ruido invierno /

o emergiendo de las palabras a

la zona desierta /

el murmullo ab/origen / el espacio

exterior al punto /

margen donde el poema produce /

estoy / siendo máquina acaso

dejándome decir por la espuma

que toca nuestros pies /

dejándome deshacer en el poema

siendo huella? / mar

un acá tan fuerte que nada

dicho

puede ser parte /

de alguna forma de sentido

material en este yo

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