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UNIVERSIDAD DE VALENCIA INSTITUTO DE LA MUJER MÁSTER EN GÉNERO Y POLÍTICAS DE IGUALDAD MÓDULO: MUJERES Y SALUD SALUD LABORAL Y GÉNERO PROFESORAS: EUGENIA GONZÁLEZ SANJUÁN (TUTORA) ISABEL MONTERO YOLANDA ANDREU ESTRELLA DURÁ FRANCISCO DONAT PRESENTADO PORJANA MAGDALÉNA VLASTNÍKOVÁ JÚLIA ARAÚJO MENDES VALENCIA SEPTIEMBRE/2009

Salud Laboral y Genero

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Trabajo presentado a la asignatura Mujeres y Salud, en el marco del máster en Género y Políticas de Igualdad de la Universitat de València.

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  • UNIVERSIDADDEVALENCIAINSTITUTODELAMUJER

    MSTERENGNEROYPOLTICASDEIGUALDADMDULO:MUJERESYSALUD

    SALUDLABORALYGNERO

    PROFESORAS:EUGENIAGONZLEZSANJUN(TUTORA)ISABELMONTEROYOLANDAANDREUESTRELLADUR

    FRANCISCODONAT

    PRESENTADOPOR:JANAMAGDALNAVLASTNKOV

    JLIAARAJOMENDES

    VALENCIASEPTIEMBRE/2009

  • NDICE

    Introduccin................................................................................................................. 3

    1. Salud y salud laboral............................................................................................... 3

    2. Concepto de trabajo................................................................................................. 4

    3. El enfoque de gnero en la salud laboral: La invisibilizacin de la mujer dentro del concepto de riesgos laborales................................................................................ 6

    4. Los riesgos laborales frente a la realidad de la mujer: Riesgos laborales, extra-laborales y la doble jornada......................................................................................... 8

    4.1. Sectores feminizados y daos especficos....................................................... 10

    4.2. Riesgos derivados de la organizacin del trabajo y el techo de cristal........ 15

    4.3. Acososexual/moral........................................................................................... 16

    4.4. Embarazo, maternidad y salud reproductiva.................................................... 17

    5. Conclusiones (propuestas de cambio)..................................................................... 18

    6. Bibliografa.............................................................................................................. 20

  • Introduccin

    El trabajo ocupa una parcela de gran importancia en la vida de las personas, siendo un

    factor determinante en su salud fsica y mental. Tiene influencia sobre la auto-estima y

    puede provocar situaciones de riesgo al estado psicolgico y fsico en el cual se

    encuentran las trabajadoras y trabajadores.

    La salud laboral sigue siendo un campo paradigmtico en lo que concierne a la equidad

    de gnero. El concepto de trabajo an no est de un todo incorporado a las

    especificidades de los roles asignados socialmente a las mujeres, haciendo con que no

    haya una concepcin integradora entre salud y trabajo que abarque igualmente la

    realidad de mujeres y hombres.

    En este trabajo, pretendemos exponer y cuestionar el concepto de salud laboral, que

    todava sigue invisibilizando y por eso discriminando a las mujeres en la prctica

    laboral. Presentaremos la distinta realidad llevada por las mujeres diariamente, tanto en

    lo que dice respeto al trabajo asalariado cuanto a su vida fuera de este mbito y la

    relacin que hay entre uno y otro. Y, consecuentemente, los riesgos a los cuales las

    mujeres estamos expuestas que, por el principio de organizacin social vigente

    (sexo/gnero) y tambin por las diferencias biolgicas que hay entre hombres y mujeres,

    tienen caractersticas peculiares.

    1. Salud y salud laboral

    En la bsqueda por conceptualizar salud, lo primero que viene a la miente es la

    Organizacin Mundial de la Salud (OMS). Despus de haber superado las visiones

    biologicistas, que asociaban la salud apenas a los aspectos fsicos del ser humano y

    directamente relacionados a la ausencia o no de enfermedades, se atribuy una otra

    mirada al concepto de salud. Actualmente, la OMS considera por salud un estado de

    completo bienestar fsico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o

    enfermedades1.

    1 Disponible en http://www.who.int/peh-emf/research/agenda/es/index.html, accedido el 27/08/09, a las 15h42min

    3

    http://www.who.int/peh-emf/research/agenda/es/index.html

  • De forma ms ampliada, est el concepto ecolgico de salud, que hace especial hincapi

    a la relacin entre las personas y el medio ambiente en el cual estn insertadas,

    entendindose por medio ambiente todo el contexto cultural, socio-poltico y ambiental.

    Desde esta perspectiva, SAN JOS (1992) introduce este concepto como un estado de

    equilibrio entre el medio interno y externo del individuo, estado que tiene en cuenta

    tanto las diferencias genticas como las diferentes condiciones de vida de cada

    individuo y grupo.

    En el caso de la salud laboral, est relacionada a las condiciones a las cuales las

    personas estn sometidas en su ambiente de trabajo durante el ejercicio de las

    actividades laborales y tambin a las enfermedades que pueden derivar del mismo. El

    Convenio sobre seguridad y salud de los trabajadores, de 1981, de la Organizacin

    Internacional del Trabajo (OIT), entiende que el trmino salud, en relacin con el

    trabajo, abarca no solamente la ausencia de afecciones o de enfermedad, sino tambin

    los elementos fsicos y mentales que afectan a la salud y estn directamente

    relacionados con la seguridad e higiene en el trabajo.

    El trabajo tiene influencia directa tanto sobre la salud fsica cuanto sobre la salud

    mental. Puede disminuir o elevar la autoestima de la persona, exponerla a distintos

    riesgos de orden qumico o fsico, sometindola a daos o beneficios en todas las

    esferas de su salud. Las consecuencias pueden ser menor o mayor impacto, pero deben

    de ser evitadas en todos los casos.

    Segn la OIT, a cada ao cerca de 2,3 millones de personas mueren a causa de

    accidentes o enfermedades relacionadas al trabajo. Una prdida que tambin tiene gran

    impacto para la economa, ya que los costos directos e indirectos de stas son de

    aproximadamente 1,25 billones de dlares.

    2. Concepto de trabajo

    Aunque en las ltimas dcadas la discusin sobre los derechos de las mujeres y la

    discriminacin producida por el sistema de organizacin social, donde el gnero juega

    un papel importante, caus muchos cambios no slo en mbitos legislativos pero en los

    4

  • sociales tambin, actualmente falta bastante por avanzar. El modelo de organizacin del

    tiempo lineal (el da dividido por tercios a trabajo descanso ocio) no es sostenible

    para las mujeres, porque sigue marcado por la presencia casi exclusiva de los hombres

    en el mbito social y trabajo remunerado y ignora facto que una gran cantidad de

    mujeres integran la actividad pblica y privada y asumen responsabilidad en esferas

    coexistentes.

    El mundo de trabajo va permanente cambiando, tanto como el concepto del termino

    trabajo. Cuando queremos plantear la relacin entre mujer, salud y trabajo, la visin

    de lo que entendemos como trabajo lleva una importancia bsica. Trabajo de la

    perspectiva global se define como actividad humana realizada para satisfacer las

    necesidades, pero hablando genricamente sobre trabajo, se refiere a slo una parte del

    trabajo trabajo asalariado. Pero esto no es el nico trabajo que existe en la sociedad

    nuestra. Esta perspectiva limitada excluye el trabajo domstico, reproductivo o

    voluntario. Adems el problema es la existencia de cierta jerarqua en la relacin entre

    el trabajo asalariado y el resto de trabajos. Esta jerarqua est regulada legalmente y

    influye la legislativa que trata las relaciones laborales especficos, como por ejemplo la

    proteccin de salud laboral.

    Tanto como el mercado de trabajo donde la tasa de actividad de mujeres subi los

    ltimos aos bastante, tambin la estructura econmica se cambia. Actualmente es el

    sector de servicios el ms fuerte y es importante mencionar que 80%2 de mujeres

    ocupadas se concentra en este sector. Esta observacin nos ayuda entender que tipo de

    condiciones de trabajo determinan la salud laboral de mujeres.

    2 EPA (encuesta de poblacin activa) del Estado espaol, INE 2007

    5

  • 3. El enfoque de gnero en la salud laboral: La invisibilizacin de la mujer dentro

    del concepto de riesgos laborales

    ACCIDENTES EN JORNADA DE TRABAJO CON BAJA,

    SEGN GRAVEDAD, POR SEXO

    1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

    TOTAL 869.161 932.932 946.600 938.188 874.724 871.724 890.872 911.561 924.981LEVES 856.286 920.156 933.484 925.201 862.588 860.304 880.682 902.062 915.574GRAVES 11.771 11.640 12.086 11.886 11.116 10.452 9.255 8.552 8.581MORTALES 1.104 1.136 1.030 1.101 1.020 968 935 935 935

    TOTAL 16,56 17,64 18,50 18,47 20,28 20,41 20,23 20,64 21,78LEVES 16,65 17,74 18,61 18,58 20,42 20,54 20,35 20,76 21,91GRAVES 10,80 11,62 11,02 11,26 10,32 11,04 10,20 10,02 9,65MORTALES 2,36 2,99 2,62 2,82 3,82 3,82 2,78 3,64 3,64

    Am

    bos

    se

    xos

    %

    Muj

    eres

    Fuente: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Anuario de estadsticas laborales.

    Observando la tabla anterior podemos empezar el debate sobre los riesgos laborales. En

    la primera observacin de los datos, acabamos ver que los nmeros de mujeres que

    estaban de baja por causa de su trabajo, ocupan como 20% del importe total. Porque es

    este nmero tan bajo, aunque actualmente la poblacin activa de mujeres no es tan baja

    enfrente a los hombres?3 Otra anlisis discursiva podra ocurrir el termino accidente

    usado en la tabla, como veremos luego.

    Cuando hablamos de prevencin uno de los aspectos que se deben tener en cuenta es la

    evaluacin inicial de riesgos. En esta prctica preventiva, y en relacin al tema de

    gnero es frecuente que nos encontremos dos problemas.

    Por un lado la misma concepcin de los riesgos y cmo stos se estudian supone un

    primer sesgo en la valoracin de los problemas de salud en el trabajo, es decir, que

    aquello que no se contempla como riesgo no es tenido en cuenta, por lo que no es

    identificado como tal ni evaluado en relacin al posible dao que pueda producir.

    Reflexionemos sobre un ejemplo: qu entendemos por esfuerzo fsico y cmo lo

    valoramos? En la prctica predominante de la prevencin se considera que un trabajo

    requiere esfuerzo fsico cuando supone la manipulacin peridica, aunque con

    3 43,52 % mujeres de la poblacin activa total, INE II. trimestre 2009

    6

  • frecuencia no elevada, de objetos que se caracterizan por su elevado peso; y estos tipos

    de trabajo son habitualmente realizados por hombres. Por el contrario, aquellos trabajos

    que suponen posturas inadecuadas o manipulacin de objetos no demasiado pesados,

    pero con unas frecuencias pequeas (a veces de segundos) no es habitual considerarlo

    esfuerzo fsico, cuando en realidad est suponiendo un peso acumulado excesivo. Por

    ejemplo una costurera que est manipulando tejidos durante toda la jornada laboral

    puede llegar a un peso acumulado de varios cientos de kilos. Este tipo de trabajo no es

    considerado como una tarea que requiere esfuerzo fsico; a nadie se nos escapa que

    estamos hablando de ocupaciones extremadamente feminizadas.

    Por otro lado nos encontramos con otra problemtica: partir de que el conjunto de la

    poblacin es homognea y que no existen diferencias entre diversos colectivos

    laborales. Y esta falsa concepcin nos conduce a que riesgos especficos que afectan a

    colectivos concretos no sean valorados ni tenidos en cuenta. Por ejemplo cuando

    hablamos de las diferencias de gnero en el mundo laboral existen caractersticas que

    son prcticamente especificas del colectivo de mujeres y que pueden incidir

    negativamente en la salud (como vemos luego, por ejemplo la doble jornada, acoso

    sexual, situaciones discriminacin).

    La realidad, lo que pasa en el da al da en las empresas, es que los anteriores factores de

    riesgos no son mencionados nunca de manera especfica. Tambin cabe sealar que en

    las metodologas desarrolladas, tanto al nivel institucional, como de mutuas y otros

    servicios de prevencin, con el fin de sistematizar mtodos que faciliten la evaluacin

    de riesgos en ninguno de ellos se contemplan estos riesgos como condiciones de trabajo

    que se deben identificar.

    Por tanto la actuacin preventiva sobre los accidentes de trabajo se realiza en los

    puestos de trabajo ocupados por hombres, donde se concentra este tipo de dao a la

    salud, mientras que se infravaloran una serie de riesgos presentes en el trabajo que son

    importantes y que poco a poco inciden en la salud de la poblacin trabajadora: aquellos

    riesgos que producen enfermedades profesionales y patologas relacionadas con el

    trabajo. Estas polticas dirigidas casi exclusivamente a los riesgo de seguridad (a los

    7

  • accidentes de trabajo), apenas actan sobre los riesgos que tienen prioridad en los

    sectores feminizados.

    Estas diferencias de gnero que forman parte de un extenso conocimiento de la

    sociologa y otras ciencias no han sido contempladas en la construccin del

    conocimiento y metodologa de trabajo relacionadas con la prevencin de riesgos

    laborales. De manera que stas contemplan y tratan a la poblacin trabajadora desde una

    falsa homogeneidad basada en el modelo masculino.

    4. Los riesgos laborales frente a la realidad de la mujer: Riesgos laborales, extra-

    laborales y la doble jornada

    A partir de los aos 70, cuando la Economa del Desarrollo empez a tener en cuenta y

    a valorar la insercin de la mujer al mercado laboral y surgieron los primeros enfoques

    de mujeres y desarrollo, stos resaltaban la creciente participacin de la mujer en la

    economa y su importancia, pero en ningn momento han tenido en cuenta las

    consecuencias de ese proceso.

    La insercin laboral de la mujer no vino acompaada por los cambios necesarios en las

    relaciones sociales y roles de gnero. Las tareas del mbito privado, del cuidado de la

    familia y del hogar aun son adscritas a las mujeres, la llamada co-responsabilidad aun

    no ha sido alcanzada y la consecuencia de estos hechos es que las mujeres terminamos

    asumiendo una carga de trabajo mucho ms elevada, una doble jornada que incluye el

    trabajo para el aumento/mantenimiento de los ingresos familiares y el trabajo

    domstico.

    El hecho es que no se puede esperar por una revolucin social instantnea en las

    relaciones de gnero, divisin sexual del trabajo etc, y tampoco se puede esperar por

    una regulacin espontnea que favorezca la situacin de la mujer en el mercado laboral.

    En el caso de la salud laboral de la mujer, la doble jornada acta fuertemente en las

    8

  • condiciones que suponen mayores o menores riesgos a su salud. En trminos generales,

    las horas dedicadas al trabajo domstico y al cuidado de la familia son equivalentes a las

    dedicadas al trabajo remunerado, siendo que el domstico no sufre variaciones en

    vacaciones o das festivos (BARAANO, 1992).

    Esas dos jornadas no cuentan con un intervalo para descanso entre una y otra, al

    contrario las actividades desempeadas suelen venir seguidas, haciendo con que la

    mujer cargue demasiadas horas de esfuerzo seguido. A compatibilizar esas dos cargas

    de trabajo, la mujer se somete a a ms riesgos psicosociales, tales como el estrs o la

    depresin, y un mayor agotamiento fsico, e incluso pudiendo generar bajas en el

    sistema inmunolgico, dejando a la mujer ms propensa a contraer enfermedades.

    Entre las incidencias sobre la salud mental prevalecen la cardiopata isqumica, el ictus,

    el cncer, las enfermedades musculoesquelticas y gastrointestinales, la ansiedad y los

    trastornos depresivos, los accidentes y el suicidio, agresividad, irritabilidad, fatiga o

    alteraciones de la concentracin, o sntomas psicosomticos como alteraciones del

    sueo, sensacin continua de cansancio, cefalea y falta de memoria (RIVAS, 2008).

    El trabajo domstico, adems, tambin supone una mayor tendencia a sufrir accidentes

    visto que la mujer est en constante contacto con productos qumicos e inflamables,

    objetos cortantes, cargando pesos y ejerciendo actividades de movimientos repetitivos.

    stos, sin embargo, no estn caracterizados como riesgos laborales.

    El rendimiento de la mujer en el mbito de su trabajo remunerado muchas veces se ve

    afectado por la responsabilidad que carga la mujer en el desarrollo de sus tareas como

    madre y cuidadora (en muchos casos no solamente de hijas y hijos, pero tambin de las

    personas mayores de la familia), ama de casa y esposa, causando ms absentismo y

    ocasionando peor desempeo laboral por la fatiga consecuente. En este caso, la mujer

    que ocupa estos papeles se ve en desventaja con relacin a sus otros/as compaeros/as

    de trabajo, resultando en una insatisfaccin personal y consecuentes trastornos

    psicolgicos.

    Por otro lado, en la bsqueda por reconocimiento profesional, la mujer puede relajarse

    de sus roles familiares socialmente designados, ocasionndole el sentimiento de

    9

  • culpabilidad por creer que est fallando con sus obligaciones domsticas. En este

    caso, la mujer tambin termina por sufrir una serie de trastornos psicolgicos,

    suponiendo igualmente riesgos a su salud.

    Las mujeres que intentan no dejar ninguna laguna uno y otro mbito son justamente las

    que se encuentran bajo un alto nivel de presin y estrs y que, tarde o temprano, les

    resultar agotador y las consecuencias recurrirn sobre su salud fsica y mental.

    Visto que la doble jornada es un factor de riesgo determinante en la salud de la mujer y,

    en consecuencia, en su rendimiento y bienestar en el ambiente de trabajo, hacen falta

    mecanismos de proteccin a las mujeres en este sentido.

    La Ley 39/1999 de 5 de noviembre para promover la conciliacin de la vida familiar y

    laboral de las personas trabajadoras, por ejemplo, apenas lleva en consideracin casos

    especficos de embarazo, lactancia, adopcin o muerte de familiares, concedindole a la/

    el trabajadora/or una determinada cantidad de das u horas (como es el caso de la

    lactancia) para cada caso. Sin embargo, la doble jornada asumida por la mujer es un

    ejercicio constante y, por consiguiente, demanda especial atencin y mecanismos

    legales que puedan favorecer a las mujeres en la prevencin y cuidado de su salud ante

    la variedad y gravedad de riesgos que supone dicha realidad.

    4.1. Sectores feminizados y daos especficos

    Despus de la definicin del trabajo y reconocimiento del concepto del riesgo laborar,

    vamos a ver ahora los daos especficos de los puestos ocupados tradicionalmente por

    mujeres. Con respeto a la segregacin horizontal4 y vertical5 del mbito laboral,

    existen diferentes riesgos laborales. Los riesgos en que se encuentran expuestos los

    hombres estn relacionados con la seguridad y higiene, mientras las mujeres corren los

    riesgos relacionados con organizacin del trabajo y la economa. Los hombres se

    concentran en sectores de industria construccin, minera, metal donde se ocurren ms

    los riesgos de accidente o exposicin a txicos. Y las mujeres trabajan mayoritariamente

    4 Cuando se las mujeres encuentran en sectores de trabajo determinados (PL, 2008)5 Segregacin por diferentes tareas que ambos tienen asignadas dentro un mismo sector (PL, 2008)

    10

  • en el sector de servicios (sanidad, educacin) donde el riesgo presenta patologas

    musculo-estticos y los riesgos derivados a la organizacin del trabajo inadecuada.

    Poblacin ocupada de mujeres, segn el tipo de ocupacin (%)

    Direccin de las empresas y de la administracin pblica

    Tcnicas prof esionales cientif icas e intelectuales

    Tcnicas y prof esionales de apoy o

    Empleadas de tipo administrativ o

    Trabajadoras de serv icios de restauracin, personales, proteccin y v endedoras

    Trabajadoras cualif icadas en agricultura y pescaArtesanas y trabajadoras cualif icadas de industrias

    manuf actureras, construccin y minera (excepto operadoras)

    Operadoras de instalaciones y maquinara, montadorasTrabajadoras no cualif icadas

    Fuerzas armadas

    Fuente: Elaboracin propia a partir de datos de la Encuesta de poblacin, INE II. Trimestre de 2009

    Ahora vamos a enfocar en unos ejemplos de daos a la salud especficos para las tareas

    mayoritariamente desarrolladas por mujeres6:

    Las trabajadoras de las escuelas infantiles o guarderas tienen graves problemas de

    espalda y dolores musculares producidos por la atencin constante a menores, con

    frecuencia los cogen en brazos, el mobiliario est diseado pensando en el tamao del/la

    menor y no en las trabajadoras. Tienen un requerimiento afectivo constante y sienten

    que su trabajo est poco reconocido socialmente, bajo el estereotipo que estn cuidando

    de nios y nias como lo han hecho siempre las mujeres.

    Las cajeras de supermercados y las camareras de piso en hoteles, dos ocupaciones

    totalmente feminizadas en el sector comercio/hostelera, manifiestan el esfuerzo fsico y

    el ritmo intenso como los factores de riesgos que ms les afectan. El mantenimiento de

    posturas forzadas, el elevado ritmo de trabajo, la falta de pausas, los equipos de trabajo

    antiguos y pesados, y la alta presin de jefes, mandos intermedios y los propios clientes,

    tienen como consecuencia un elevado nmero de bajas por lumbalgias, citicas,

    trastornos musculo-esquelticos de muecas, hombros o codos. Las bajas son tan

    6 Condiciones de trabajo en la Unin Europea. Fundacin para la mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo. 1996

    11

  • continuas que les producen secuelas psicolgicas.

    Las empleadas de hogar y trabajadoras de la limpieza, realizan trabajos de constante,

    aunque leve, esfuerzo fsico: desplazamiento de mobiliario, utilizacin de equipos de

    trabajo, posturas forzadas para llegar a determinadas zonas. Utilizan productos de

    limpieza de elevada toxicidad, sin formacin sobre stos ni sobre los posibles efectos

    acumulativos y potenciadores que tienen al emplearse varios de ellos de forma

    simultnea. Se desplazan por diversos centros de trabajo a lo largo de la jornada y en

    horarios muy dispares: la limpieza de determinados centros de trabajo viene

    determinada por el cese de actividad en ellos, por lo que se realiza en horarios

    intempestivos al finalizar la jornada habitual o antes de que esta comience. Con

    frecuencia presentan tendinitis y degeneracin de los discos invertebrales.

    Las trabajadoras de la salud, principalmente auxiliares de clnica y enfermeras, as

    como las trabajadoras de servicios sociales, educadoras y auxiliares de ayuda a

    domicilio, realizan un trabajo muscular dinmico de levantamiento de pesos:

    manipulacin de pacientes, personas con minusvalas y personas mayores. La

    caracterstica especfica de este requerimiento es que se trata de seres vivos que pueden

    reaccionar y moverse, no son objetos inanimados, con lo que las exigencias son

    diferentes. Adems en este tipo de empleos las mujeres son el colchn emocional de la

    sociedad, lo que genera ms tensin y agudiza los riesgos de origen musculo-

    esqueltico.

    En las empresas de fabricacin de porcelana decorativa, donde la plantilla est formada

    mayoritariamente por mujeres, stas se quejan de ritmos elevados, incomodidad por

    falta de espacio, movimientos repetitivos, trabajo montono y rutinario y alta atencin

    visual. El ritmo de trabajo viene marcado por tiempos establecidos de antemano, al

    finalizar la jornada se deben haber producido un nmero determinado de piezas, en caso

    contrario hay una merma salarial. En estas trabajadoras es frecuente el sndrome del

    tnel carpiano, ya que las tareas de pintado, pegado, montaje, conllevan movimientos

    constantes de extensin-flexin de la mueca a ritmos elevados.

    12

  • En el puesto de trabajo de administrativa o auxiliar administrativa, el trabajo con

    pantallas de visualizacin de datos ocupa un porcentaje relevante del tiempo de trabajo,

    caracterizado por movimientos repetitivos de manos, posicin sentada mantenida

    durante mucho tiempo, esfuerzo permanente visual, y carga mental por el gran volumen

    de informacin que se maneja. En una encuesta de percepcin subjetiva realizada a

    trabajadoras de administracin en empresas de sectores tradicionalmente masculinos,

    construccin y transporte, stas manifestaron como problemas el etiquetado vitalicio de

    secretarias, desvaloracin e insuficiente remuneracin respecto al grado de

    responsabilidad, realizacin de tareas de categoras superior a la contratada, criterios de

    promocin arbitrarios, que en la realidad se traducen en la imposibilidad de

    promocionarse para las mujeres.

    El sector textil y confeccin, que concentra un nmero importante de trabajadoras, stas

    ocupan los puestos de trabajo donde los requerimientos fsicos parecen menores:

    corte, confeccin, punto, calcetines, mientras que los hombres estn en cabecera (hilo,

    tela y tintas), cadenas de montaje y almacenes. Las trabajadoras sufren trastornos

    musculo-esquelticos por movimientos repetitivos, posturas forzadas y ritmo elevado.

    Sin embargo esta patologa pasa inadvertida frente a los problemas musculo-

    esquelticos de los hombres, que tienen su origen en la manipulacin de cargas y

    maquinaria pesada. En las fases de estampacin hay una exposicin elevada a sustancias

    txicas, que se ve fuertemente aumentada por las condiciones climticas.

    No es difcil identificar que todos los danos especficos a trabajos feminizados tiene un

    comn denominador problemas musculo-esquelticos y derivados a de la

    organizacin del trabajo. Las mujeres sufren algn tipo de molestia musculo-esqueltica

    en 76,3% enfrente a 65,6% de hombres7.

    7 Condiciones de trabajo en la Unin Europea. Fundacin para la mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo. 1996

    13

  • Molestas musculoesquelticas segn el gnero. III ENCT

    01020304050

    Cuell

    o

    Zona

    dor

    sal

    Zona

    lum

    bar

    Pier

    nas

    Pies

    Hom

    bros

    Hombres

    Mujeres

    Fuente: III Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el

    trabajo. 1999

    Como vemos en la tabla estas patologas se presentan en diferentes zonas corporales en

    hombres y mujeres: mientras que los primeros se ven ms afectados en la zona baja de

    la espalda, zona lumbar, las mujeres localizan ms molestias en el cuello, zona dorsal,

    lumbar y miembros superiores. Esto es as por que los trabajadores varones estn ms

    expuestos a manipulacin de cargas pesadas, y las mujeres realizan trabajos repetitivos

    que afectan fundamentalmente al cuello, hombros y extremidades superiores .

    Porque esta sintomatologa es difcil de identificar, est tambin fuera de las actuaciones

    preventivas. Adems se supone que las exigencias emocionales y afectivas de

    determinados trabajo feminizados son naturales en las mujeres y no es el tema de

    riesgo laboral. A esta manera se los riesgos hacen invisibles y la salud de la mujer peora

    cada vez.

    Las mujeres por otro lado estn expuestas en otro tipo de riesgo: las tareas y trabajo

    domstico y trabajo de cuidado de persona, que tambin tiene muchos factores de riesgo

    comn con los riesgos derivados a trabajos remuneradas de las mujeres.

    Otro grupo son mujeres que trabajan en sectores no regularizados de economa

    sumergida, como por ejemplo manufacturas de textil, calzado, elementos elctricos, que

    realizan este trabajo en el domicilio o lugares clandestinos bajo de condiciones precarias

    y donde es encuentran totalmente desprotegidas frente a los riesgos.

    14

  • 4.2. Riesgos derivados de la organizacin del trabajo y el techo de cristal

    Respecto a los riesgos derivados de la organizacin del trabajo, las mujeres manifiestan

    falta de control y autonoma, ritmos excesivamente acelerados, asignacin de tareas que

    se superponen en el tiempo, tener que dar respuestas a demandas de diferentes personas,

    servir de tapn entre la institucin y los clientes y supervisin agresiva por parte de

    superiores. Estos riesgos dan origen a problemas de estrs y ansiedad que en las mujeres

    tienen una prevalencia significativa.

    Primer riesgo que puede causar depresin, insatisfaccin y desmotivacin es el facto

    que las mujeres mayoritariamente ocupan los puesto ms bajos que es su nivel de

    formacin8 - la discriminacin laboral que padecen las mujeres, reflejado en la

    asignacin de las categoras ms bajas, la menor remuneracin y escasas posibilidades

    de promocin. Otro factor que puede causar estado emocionalmente difcil que afecta la

    salud tambin es el reconocimiento bajo de su trabajo y la desvalorizacin social de la

    tareas femeninas tradicionalmente realizadas en el mbito domestico9. El modelo de

    organizacin social entiende el salario de la mujer como una ayuda del ingreso mayor

    del hombre. Tambin son las mujeres que mayoritariamente dejan su puesto de trabajo

    en caso de necesidad de cuidar los miembros de la familia. Los dos factores

    cuestionados anteriormente presentan un factor depresogno que se llama el techo de

    cristal10.

    Otro factor que debe ser incluido en los riesgos laborares derivados a la organizacin de

    trabajo es el ritmo de trabajo comn para las ocupaciones femeninas. Trabajos en sector

    de servicios, con atencin al pblico, prestacin de servicios personales, donde el ritmo

    viene bsicamente de los necesidades del cliente o usuario, mientras las trabajadoras en

    manufacturas estn debajo la presin de los lmites de la salida de produccin.

    8 17,7% de las mujeres manifiestan tener un nivel de estudios superior al necesario para desempear el puesto de trabajo (III Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el trabajo. 1999)

    9 7.6% de mujeres percibe que su puesto de trabajo es considerado de poca o ninguna importancia, frente al 5,2% de los hombres (III Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el trabajo. 1999)

    10 Una superficie invisible construida mediante elementos que no estn escritos ni sujetos a normas o leyes objetivas, sino a un conjunto de expectativas, actitudes o valoraciones latentes que dificultan la promocin de estas mujeres a posiciones de poder.

    15

  • La supervisin agresiva por parte de mandos superiores tambin es un factor de riesgo

    que las mujeres manifiestan como muy presente en algunos sectores de produccin y

    est muy vinculado al mantenimiento del ritmo productivo. Tiene especial presencia en

    industrias manufactureras y en la prestacin de servicios a travs del telfono.

    4.3. Acoso sexual/moral

    Cuando se habla de acoso sexual y acoso moral es comn relacionarlos directamente a

    un delito, y generalmente esta consideracin se da cuando el acoso se convirti en

    agresin fsica. Lo que no se suele tener en cuenta es que el acoso suele empezar con

    actos de violencia psicolgica (acoso moral), que pueden tener distintos niveles de

    gravedad, pero que en todos los casos son factores estresores y, por lo tanto, situaciones

    de riesgos a la salud.

    Las mujeres son las ms expuestas a estos riesgos en el ambiente laboral. Segn datos

    de la XV Encuesta Europea sobre Condiciones de Trabajo, un 8% de las mujeres con

    edad entre 15 y 29 aos sufren algn tipo de acoso moral o fsico, contra un 4% de los

    hombres, comprobando la vulnerabilidad de las mujeres. Entre los 30 y los 49 aos, el

    porcentaje cae para un 6% de las mujeres, pero entre los hombres se mantiene en un 4%

    (RIVAS, 2008).

    El acoso, sea moral o sexual, son formas inadecuadas y violentas del ejercicio del poder

    con el objetivo de generar un estado de sumisin por parte de la vctima. Tambin se

    puede sumar a otros tipos de conductas abusivas tales como la homofobia o el racismo.

    En el ambiente laboral es frecuente que el acosador ocupe un puesto superior a lo de la

    vctima, aunque tambin es comn se de entre compaeros y compaeras. En el caso de

    la mujer como vctima, se queda claro que el sexo y los estereotipos que se le asocian

    son los motivos reales del acoso. La relacin de dominacin existente entre hombres y

    mujeres (tambin entre heterosexuales y homosexuales, entre blancos y

    negros/indgenas/etc, entre personas sin discapacidades y las con discapacidades fsicas

    y/o mentales etc) es la base del acoso.

    El acoso moral es el maltrato psicolgico, simblico y puede ir desde formas muy

    16

  • sutiles, como es caso de los chistes, hasta a insultos verbales, abuso de poder etc. El

    acoso sexual tambin abarca formas de violencia moral y puede llegar hasta las

    agresiones fsicas, que tambin pueden ir desde roces innecesarios hasta el

    mantenimiento de relaciones sexuales sin el consentimiento de la vctima.

    Los dos tipos de acoso tienen repercusiones en la salud fsica y psicolgica de la

    vctima: potenciacin del surgimiento de enfermedades generales, apata, desgana,

    pesadillas, baja autoestima, ansiedad, dificultad de respiracin etc. La UE considera el

    acoso sexual como un riesgo emergente en la seguridad y la salud en el trabajo, cuando

    debera estar calificado como riesgo laboral, facilitando los mecanismos legales de

    actuacin en contra y las bajas seran por accidente laboral y no por enfermedad comn,

    como lo es actualmente (ALONSO, 2009).

    4.4. Embarazo, maternidad y salud reproductiva

    Como ya dicho, las funciones biolgicas distintas a cada uno de los sexos hacen con que

    las mujeres sean distintamente afectadas a determinados riesgos laborales.

    Considerando la salud reproductiva, la exposicin a determinados factores pueden

    convertirse en riesgos an mayores.

    Feto x Madre

    El periodo del embarazo provoca cambios en el cuerpo de la mujer que hacen con que

    ella est ms vulnerable a la accin de agentes txicos, a determinadas condiciones

    laborales y tambin a la carga de trabajo que puede soportar.

    Sin embargo, las protecciones existentes a la mujer embarazada estn direccionadas,

    ms que nada, a resguardar la integridad del feto, dejando de lado factores de riesgos

    que producen dao primariamente a la salud de la madre, tales como: la ampliacin que

    se produce en la jornada del trabajo domstico y familiar y cuidados especiales con la

    salud durante el embarazo, como atencin mdica peridica, incluso en el periodo

    postparto, cursos de preparacin al parto y los horarios para la lactancia; y la no

    adecuacin del puesto de trabajo a la mujer embarazada.

    17

  • Trastornos en el ciclo menstrual

    En situaciones de estrs, uno de los cambios ms frecuentes en la salud de la mujer es lo

    del ciclo menstrual, sin embargo no hay indicadores de salud que contemplen este

    aspecto (ALONSO, 2009). Los trastornos del ciclo menstrual tampoco son considerados

    como enfermedad laboral y como no hay estudios que establezcan las relaciones entre el

    aumento del estrs y sus interferencias en la menstruacin, las mujeres seguimos sin

    proteccin legal es este aspecto.

    Es frecuente, incluso, atribuir el estrs a los trastornos del ciclo menstrual,

    desconsiderando, al mismo tiempo, la importancia de tratar el estrs provocado por las

    condiciones laborales y la importancia de los cambios en la menstruacin para la salud

    de las mujeres. Un reflejo de esto est en la siguiente afirmacin de la Enciclopedia de

    Salud y Seguridad en el Trabajo de la OIT:

    Con demasiada frecuencia, las dificultades que aparecen como consecuencia de un estrs excesivo o de problemas evitables y susceptibles de tratamiento son justificadas por los profesionales sanitarios, miembros de la familia, supervisores y compaeros de trabajo e incluso por las propias mujeres como reflejo del ciclo menstrual o de un cambio de vida y, por consiguiente, se dejan sin tratamiento11.

    5. Conclusiones (Propuestas de cambio)

    Ante la divisin sexual del trabajo y a la incorporacin, a su jornada diaria de trabajo,

    de responsabilidades que extrapolan el mbito del trabajo asalariado; ante el papel

    reproductivo asignado como responsabilidad exclusiva de la mujer; y ante la cantidad

    de aspectos que aun no han sido asumidos como riesgos laborales para las mujeres, es

    lgico afirmar que sufrimos muchos ms riesgos de accidentes y enfermedades

    laborales, simplemente porque la invisibilizacin de la situacin de desventaja que juega

    la mujer en la sociedad y que se reproduce en el ambiente laboral no permite el

    reconocimiento de varios aspectos como riesgos y enfermedades, imposibilitando la

    prevencin de los mismos y dejando a las mujeres en una situacin de casi constante

    vulnerabilidad en en los ambientes de trabajos.

    11 LAST, P. A. La salud de la mujer. Captulo 15 Proteccin y Promocin de la Salud.

    18

  • Est claro que el gran cambio, el que proporcionar todos los dems, es el cambio en la

    organizacin social con base en sistema sexo/gnero. Un cambio, claramente, a largo

    plazo. Pero que ni se puede esperar por tal cambio en inercia, ni tampoco lo lograremos

    si, antes y poco a poco, no se vayan tomando medidas para temas especficos que vayan

    asegurando equidad de derechos entre mujeres y hombres.

    En lo que se dice respeto especficamente al mantenimiento de la buena salud laboral de

    las mujeres, hay medidas muy objetivas que pueden disminuir la exposicin de las

    mujeres a algunos de los factores de riesgos tratados en este trabajo:

    La ampliacin de los permisos de licencia por paternidad tienen efecto sobre la

    co-responsabilidad en el papel reproductivo, disminuye la carga de trabajo

    extra-laboral sobre las mujeres y contribuye a la deconstruccin de los

    estereotipos genricos.

    Alteraciones en la Ley de Prevencin de Riesgos Laborales que contemplen,

    entre otras: los riesgos especficos a puestos de trabajo feminizados; el estrs y

    sus consecuencias, entre ellas los trastornos en el ciclo menstrual, como

    enfermedades laborales; ampliar las medidas de proteccin a la maternidad y que

    stas no sean pensadas apenas teniendo el feto como sujeto principal.

    Otro tema importante es la participacin de las mujeres como Delegadas de

    Prevencin, Delegadas Sindicales y miembros del Comit de Seguridad y Salud.

    Esta implicacin directa permite visibilizar los problemas que afectan a las

    mujeres, tanto como la bsqueda de los soluciones.

    19

  • 6.Bibliografa

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    (comp.). Mujer, Trabajo, Salud. Madrid: 1992, Trotta.

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    MORENO, N. Mujer y trabajo. Problemtica actual. Valencia: 2001, Germania.

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