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San Juan de los Lagos, Jal. Abril de 2014 Nº 391

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Centro Diocesano de Pastoral

Morelos 34. A. P. 21Tel. (395) 785-0020 Fax. (395) 785-0171

Correo-E: [email protected]: [email protected]

47000 San Juan de los Lagos, Jal.

Responsable:

Comisión diocesana de Pastoral Litúrgica

Diócesis de San Juan de los Lagos.

SUMARIO:

La Eucaristía es el culmen de la liturgia, donde se encuentra la mayor riqueza litúrgica.Se pide la participación activa de los fieles en la misa.

Sacrosanctum Concilium 2

Mensaje del Señor Obispo ............................................................................... 1

Presentación ...................................................................................................... 3

Indicaciones metodológicas .................................................................... 4

TEMAS:

1. Año de la Celebración Gozosa de la Fe ..................................................... 5

2. La Dinámica de la Fe en la Celebración Litúrgica .................................. 13

3. La Dignidad de los Espacios y Objetos Litúrgicospara la Celebración Gozosa de la Fe ....................................................... 20

4. La Música y el Canto en la Celebración Gozosa de la Fe ...................... 24

5. La Acción Pastoral sobre las Fiestas de la Piedad Popular ..................... 29

Celebración Conmemorativade los 50 Años de la «Sacrosanctum Concilium» ................................... 34

Examen sobre la «Sacrosanctum Concilium» ............................................... 40

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FORMACIÓN Y ANIMACIÓN LITÚRGICA

Que la paz que Cristo Resucitado vino a traera sus apóstoles y a su Iglesia penetre profunda-mente en cada uno de nosotros –sus actualesenviados– para llevar paz, esperanza y gozo anuestros hermanos.

«Celebrar al Señor es nuestra alegría y nuestrafortaleza». Este es el lema para la VI Semana deformación y animación litúrgica para nuestradiócesis, y me alegro muchoque esta experiencia se vayaconsolidando y se vaya ha-ciendo tradición en nuestrascomunidades, porque nos dala posibilidad de que ofrezca-mos y potenciemos un espa-cio más para la formación denuestros agentes de la pasto-ral litúrgica, para que vaya-mos creando conciencia de lanecesidad de la formación, re-cordemos que la formaciónnos ayuda a renovarnos, a dar-le sentido, visión y garantía engran medida a la eficacia denuestro servicio pastoral.

En este año la VI Semanade formación y animaciónlitúrgica se contextualiza en el «Año de la cele-bración gozosa de la fe», el cual adquiere delmisterio pascual de Cristo toda la fuerza de sudinamismo y la alegría es su consecuencia por elmisterio de la salvación realizado en los hombres.La alegría es uno de los dones de Cristo resucita-do a sus discípulos, signo de su presencia enmedio de ellos y uno de los frutos del EspírituSanto (cfr. Jn 20, 20; Gal 5, 22-23; DD 55-58). ElMisterio Pascual de Cristo debe ser, pues, el hiloconductor y transversal que inspire, oriente ylleve a buen término todas nuestras actividadespastorales.

Como objetivo para la VI Semana de forma-ción y animación litúrgica se propone:

«Realizar la VI Semana de formación y anima-ción litúrgica en el Año de la celebración gozosa dela fe, para que aprovechando este tiempo de graciay santificación, continuemos motivando a nuestrascomunidades a celebrar su fe».

Los temas para esta semana son los siguientes:1. El año de la celebracióngozosa de la fe2. La dinámica de la fe en lacelebración litúrgica3. La dignidad de los espacioslitúrgicos para la celebracióngozosa de la fe4. La música y el canto en lacelebración gozosa de la fe5. La acción pastoral sobre lasfiestas de la piedad popular

Les recuerdo que además dela edición en físico del Boletínde Pastoral, se puede disponertambién de su edición digital,consultando la página de la dió-cesis y el perfil «Liturgia San

Juan» en Facebook que ha creado la CODIPAL, ala cual se anexará un archivo en PDF con los temasen power point y una presentación sobre el MisalRomano III edición, esperando les ayude paraconocerlo más, porque desde la próxima VigiliaPascual será obligatorio su uso.

Por otro lado, quisiera aprovechar la oportuni-dad para recordar el programa que a niveldiocesano nos hemos propuesto para este añopastoral:1. Estudio de los principios y normas que inspira-

ron la reforma y el fomento de la sagrada

MENSAJE DEL SEÑOR OBISPOPARA LA VI SEMANA DE FORMACIÓN

Y ANIMACIÓN LITÚRGICA

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FORMACIÓN Y ANIMACIÓN LITÚRGICA

liturgia a la luz de la Sacrosanctum Conciliumy la segunda parte del Catecismo de la IglesiaCatólica.

2. Llevar a cabo la campaña por una celebracióndigna de nuestra fe.

3. Estudiar en el segundo semestre de este añopastoral 2013-2014 el proyecto de Directoriode los sacramentos.

4. Organizar y realizar muy bien las celebracio-nes eucarísticas diocesanas que tenemos du-rante este año.

5. Estudio y promoción del Misal Romano IIIedición.Sobre el estudio del

Instrumentum Laboris enrelación con los Sacra-mentos, quiero subrayarla importancia que de de-bemos dar a los sacramen-tos, ya que estamos en untiempo privilegiado, en el «Año de la celebracióngozosa de la fe», y los sacramentos son el centrode la celebración de nuestra fe, especialmente laEucaristía, si Dios nos permite en el siguientesemestre profundizaremos los sacramentales.

Además de los cinco puntos, anteriormenteseñalados, y que nos hemos propuesto a niveldiocesano, quiero recordar algo que ya habíadicho:

«Poner especial atención en la celebracióngozosa del Domingo, como «Día del Señor»: queaún los alejados y los enfermos lo vivan así,apoyándose especialmente en los Ministros ex-traordinarios de la Sagrada Comunión. El añolitúrgico, especialmente con la celebración delAdviento-Navidad y la celebración del MisterioPascual, será la columna vertebral de este año.

Entre otras iniciativas para este Año gozoso dela Fe, propongo prestar especial acompañamien-to a los actos de Piedad Popular: las FiestasPatronales, las peregrinaciones (especialmentediocesanas); la vida de oración, tanto personal,familiar como comunitaria.

Aprovechar este «Año» para mejorar los ser-vicios litúrgicos: coros, monitores, acólitos; así

como los espacios sagrados y los libros litúrgicos.Que especialmente la Pastoral LitúrgicaParroquial dé seguimiento a todas estas iniciati-vas y a los siguientes retos:a) Lograr que la fe sea la fuente de la alegría

popular y motivo de fiesta aun en las situacio-nes de sufrimiento.

b) Propiciar la mutua relación entre la liturgia y lapiedad popular, que pueda encausar los anhe-los y la necesidad de oración.

c) Favorecer las expresiones religiosas popularescon participación masiva por la fuerza

evangelizadora que poseen (cfr. Circular n.16/13, 10 de octubre de 2013).Agradezco de antemano a la CODIPAL que

nos ha preparado el contenido de este Boletín, yespero que en este año todas las comunidades seesmeren por llevar a cabo esta semana de forma-ción y animación litúrgica.

Que Cristo resucitado nos ilumine y fortalezcacon su Espíritu, para que bajo su inspiraciónpodamos profundizar en su Misterio Pascual,ayudados por celebración de nuestra fe, tanto enla liturgia como en la piedad popular.

Que María, la llena de gracia y de alegría, nosacompañe a celebrar a su Hijo muerto y resucita-do.

En nombre de Dios, todo poderoso, los bendi-go de corazón, y les deseo una feliz fiesta deresurrección.

+ Felipe SALAZAR VILLAGRANAObispo de San Juan de los Lagos

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FORMACIÓN Y ANIMACIÓN LITÚRGICA

En este «Año de la celebración gozosa de la fe»,la liturgia como fuente y cumbre de la vida cristianay las manifestaciones populares de nuestra fe, son ydeben ser los lugares y acciones más propicias paraque la vida del cristiano se fortalezca y se forme.

Los temas de esta VI semana de formación yanimación litúrgica son una propuesta excelente paratodos los fieles de nuestra diócesis, especialmentepara quienes se interesan por la liturgia, a fin de quepor su medio podamos profundizar en el sentido yrazón de nuestra fe. La nota especial debe ser laalegría del encuentro con Dios que en su Hijo se hahecho presente y operante en medio de nosotros. Enla liturgia, que no es un mero recuerdo sino conme-moración, renovamos, actualizamos y prolongamosel acontecimiento de nuestra salvación por medio deritos y preces que alegran, reavivan, dan sentido yhacen operante la vida de la gracia.

Cada encuentro nos ira introduciendo en el senti-do y el porqué de la preparación y celebración de lossacramentos y la piedad popular.

El primer tema es una invitación a recuperar elsentido de la fiesta en cada una de nuestras celebra-ciones, a vivir la alegría de nuestra fe. Vivimos en unmundo en crisis continua en distintos campos, polí-tica, económica, social y también religioso, quere-mos reflexionar como la digna celebración del Mis-terio Pascual de Cristo en la liturgia y la religiosidadpopular actualizan la salvación realizada por Dios enJesucristo con el poder del Espíritu Santo. Por lo quecada celebración es un momento privilegiado para lacomunidad, es epifanía, es punto de llegada delcamino evangelizador y catequético y punto de par-tida para el compromiso misionero y testimonial delcristiano. El cristiano que celebra su fe con alegríaviviendo el misterio da sentido a su vida. Las suge-rencias que encontraremos en éste tema podrán muybien ayudarnos a cuidar el «antes», el «en» y el«después» de cada una de nuestras acciones litúrgicasy de piedad popular.

En el segundo tema que se titula: la dinámica de lafe en la celebración litúrgica, encontraremos que orary celebrar la fe, confesarla, vivirla y trasmitirla dansentido al ser y que hacer de la Iglesia y del cristiano.

Ninguna acción del creyente queda al margen de lafe. Ningún acto de fe queda encerrado en sí mismo.

Para celebrar con decoro y alegría la liturgiadebemos dar importancia a la dignidad de los espa-cios y objetos litúrgicos utilizados para la celebra-ción, por eso, el tercer encuentro nos muestra comoel arte litúrgico está al servicio de las celebraciones yde la asamblea celebrante contribuyendo a que todolo referente al culto sea digno, decoroso y bello. Todolo que le pertenece a Dios debe mostrar la belleza dela cual participa, el buen mantenimiento, la limpieza,la buena distribución de los espacios sagrados, suproyección o reconstrucción, la restauración debenser bien planeadas y organizadas, para que puedanreflejar la dignidad y la importancia de lo sagrado.

También la música y el canto, nos dice el cuartotema, como expresiones de ideas, sentimientos ydeseos interiores; de alegría, de dolor, de tristeza y deamor contribuyen a expresar nuestra postura de ala-banza y glorificación de Dios que inunda con sumisterio y le da al hombre una experiencia que solocon el canto se puede celebrar. Nuestra oración, siquiere ser palabra expresiva de la fe y la alegríacristiana, se convertirá en el canto de oración que oray alaba a Dios en comunidad creando un clima másfestivo y solemne para la liturgia.

En el quinto tema se nos invita al aprovechamien-to de las fiestas populares para que, respondiendo ala necesidad del ser humano, sean utilizadas paradarle identidad a la comunidad, para darle sentido ala vida del ser humano y a la comunidad a la quepertenece. Que en un ambiente de libertad responsa-ble sean un evento empapado por la vida de Dios. Esnuestro deseo que las fiestas patronales y las fiestasde religiosidad popular contribuyan al gozo de laalegría cristiana.

Así pues, nuestra comisión diocesana de Liturgiapone en sus manos este material esperando que sea deprovecho para la formación de los equipos de liturgiay para la vivencia de este año de la celebracióngozosa de la fe.

P. Miguel Ángel Padilla GarcíaCo-coordinador de la CODIPAL

Presentación

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FORMACIÓN Y ANIMACIÓN LITÚRGICA

1. Les recordamos una vez más que esteespacio de estudio y formación va dirigidoespecialmente a los agentes de pastoralde nuestra diócesis, sacerdotes y laicosmiembros del equipo de pastoral litúrgicaparroquial, pero que debe estar abierto atodos los miembros de la comunidadparroquial, ya que puede ser laoportunidad para que otros se integren ycolaboren en la pastoral litúrgica de laparroquia.

2. Contenidos de la V Semana de formacióny animación litúrgica están inspirados enel Año de la Fe y de la identidad Cristianaque estamos celebrando.

3. El lema para esta V Semana es:«Celebremos la fuerza y la belleza de la fe».

4. Retomar la evaluación de la IV Semana deformación y animación litúrgica para verqué nos puede servir de esa experiencia yahora lo implementemos.

5. Hacer publicidad a la semana, utilizandoavisos, carteles, invitaciones, etc.

6. Planear la semana entre el sacerdoteasesor del equipo de pastoral litúrgica,parroquial y el mismo equipo.

7. Pensar y preparar un lugar adecuadopara la realización de la semana.

8. Utilizar la computadora, el cañón y lostemas del Boletín de Pastoral.

9. Distribuir muy bien el tiempo de cadasesión, calculando que el tema no pase deuna hora y cuarto.

10. Preparar bien los momentos de la Oracióninicial y final, aunque sean breves.

11. Seguir el método Ver, Pensar, Actuar,Celebrar como están estructurados lostemas, tratando cada día de enlazar untema con el otro.

12. A la luz del contenido y la reflexión de lostemas, revisar cómo está funcionando elequipo de pastoral litúrgica parroquial,cómo es asesorado, cómo está suprogramación y organización y quenecesidades tiene, etc.

13. De lo estudiado en la semana, es buenollegar a compromisos concretos y realizaruna programación, o si esta ya se tiene, esbueno integrar en ella tales compromisoscomo fruto de la misma.

14. Realizar la evaluación de la semana paradetectar los aciertos y los errores, einformar de ello a la CODIPAL a través delcoordinador decanal de pastoral litúrgica,ya sea parroquia por parroquia o haciendoel vaciado de todo el decanato, o enviarladirectamente al coordinador o secretariode la Comisión Diocesana.

15. Sugerimos se concluya la semanacelebrando la Eucaristía para agradeceral Señor el trabajo realizado en bien detoda la comunidad, y al término de lamisma se dedique un tiempo para conviviry se comparta la experiencia vivida.Esperamos que estas indicaciones,

además de las que ustedes puedan preverles ayuden a realizar con mucho éxito estaV Semana de Formación y AnimaciónLitúrgica.

De antemano los felicitamos y lesauguramos una buena V Semana deFormación y Animación Litúrgica. Lesrecordemos que el buen desempeño denuestro trabajo pastoral dependerá muchode cómo sea preparado, coordinado yrealizado, de nosotros dependerá el rostroque le queramos dar a la Pastoral Litúrgica.

Gracias por su empeño y colaboración.Equipo CODIPAL

 

INDICACIONES METODOLÓGICASDE LA VI SEMANA DE FORMACIÓN Y ANIMACIÓN LITÚRGICA

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FORMACIÓN Y ANIMACIÓN LITÚRGICA

1. Objetivo

Reflexionar en el «Año de la celebracióngozosa de la Fe», para que celebrando lafuerza y la belleza de nuestra fe promo-vamos la nueva evangelización y demosun nuevo rostro de Iglesia.

2. Oración inicialIndicación: se coloca una paloma, una ima-

gen u otro símbolo del Espíritu Santo.Canto: ¡Qué alegría cuando me dijeron, va-

mos a la casa del Señor…!Guía: En verdad es justo y necesario, es nues-

tro deber y salvación darte gracias siempre y entodo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopodero-so y eterno. Porque de talmanera gobiernas a tu Igle-sia, que en todo lugar y encada momento, le proporcio-nas lo que más le conviene.No cesas, en efecto, de asis-tirla con la fuerza del Espíri-tu Santo, para que, confiadasiempre a ti en el amor, niabandone la plegaria en latribulación, ni deje de dartegracias en el gozo, por Cris-to, Señor nuestro. Por eso,unidos a los coros angélicos,te aclamamos llenos de ale-gría, diciendo: Santo, Santo,Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos estánel cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo.Bendito el que viene en nombre del Señor. Ho-sanna en el cielo (cfr. MR, III edición, «La accióndel Espíritu Santo en la Iglesia», 515).

Guía: ahora quien guste exprese al EspírituSanto una petición, y todos nos unimos al final

diciendo: ¡Ven Espíritu Santo! Al final conclui-mos este momento recitando: Gloria al Padre…

I. VEAMOS

1. ¿Qué tanta alegría le produce celebrar su fetanto en la liturgia como en la piedad popular?

2. ¿Cómo influye en su vida esta alegría?3. ¿Cómo manifiesta su alegría que le ha

generado al celebrar su fe?

II. PENSEMOS

1. «Año de la celebración gozosa de la Fe»La «nueva evangelización» en sentido muy

amplio ha llegado a al-canzar innumerablessignificados hasta elpunto que se ha podidodecir que «es un térmi-no omnicomprensivoque se aplica a menudoa todo el quehacer de laIglesia». Es por ello queen el «Año de la cele-bración gozosa de laFe» queremos intensi-ficar el anuncio delEvangelio al mismotiempo que celebramosnuestra fe.

El «Año de la cele-bración gozosa de la Fe» se contextualiza en elaño de la Liturgia por el 50° aniversario de la«Sacrosanctum Concilium», lo cual nos invita ala recuperación del sentido de la fiesta, a alegríade la fe, la esperanza en un mundo en crisis. Y sepropone como contenido evangelizador: La cele-bración del Misterio Pascual de Cristo en la

TEMA 1: Año de la CelebraciónGozosa de la Fe

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FORMACIÓN Y ANIMACIÓN LITÚRGICA

liturgia (Sacramentos y sacramentales) (cfr. VPlan Diocesano de Pastoral 193).

Hablar de la celebración gozosa de la fe, noslleva antes que nada a profundizar en la celebra-ción litúrgica y de la piedad popular, y de algunoscomponentes de la misma para que sea realmenteuna celebración gozosa de la fe.a. Celebrar y celebración

La celebración es un concepto, mejor, unarealidad, que encierra una enorme riqueza hu-mana y teológica. Desde el primer punto devista, aparece como el resultado y la acumula-ción de una experiencia multisecular y universal

que la presenta como uno de los actos mássublimes que el hombre puede realizar social-mente. Desde el otro punto de vista, la celebra-ción es, ante todo, una gracia y una posibilidadde encuentro con el misterio de la salvación quetransforma toda la existencia de un hombre y deuna comunidad.

Las palabras Celebrar y Celebración. Estaspalabras proceden del latín: celebrare = celebrar,acudir a un lugar, reunirse, celebratio = celebra-ción, reunión. Posteriormente pasan a significarel objeto de la reunión: la fiesta, el juego, el culto.Finalmente se carga de matices honoríficos yreligiosos tanto a nivel del objeto como de las

manifestaciones externas, indica, pues, una ac-ción colectiva realizada con solemnidad, muchasveces de carácter religioso.

En el latín cristiano. En la traducción latina dela Biblia expresa diversos matices, que van desdeel objeto de la celebración (la Pascua, el nombredel Señor, etc.) a la propia acción celebrativa (elritual, etc.). En los Santos Padres se usa unasveces para referirse a las fiestas y espectáculos,en sentido colectivo y popular, y otras veces a losactos propios de los cristianos, así por ejemplo, eltérmino se reservará para designar el cumpli-miento ritual del sacrificio eucarístico o la con-

memoración por la eucaristíade algún misterio de la salva-ción en Cristo. En los libroslitúrgicos aparece constante-mente con significados y mati-ces actualmente en estudio.

En su aproximación antro-pológica. Unos autores subra-yan en la celebración su carác-ter de medio interpersonal derelación y de encuentro: la aper-tura del yo personal en un con-texto comunitario que aglutinay transforma: la celebraciónpolariza la totalidad de la per-sona en torno a un determinadovalor, transmite un mensaje através de sus elementos inte-grantes, y puede actuar de cata-

lizador moral. Otros autores ponen el acento en ellenguaje celebrativo: por ser fundamentalmenteacción y vida la celebración es una realidad noreducible a conceptos. Otros subrayan su carácterde juego, de ocio, de fiesta.

En el campo teológico. Para Odo Casel lacelebración es la epifanía de lo divino en la acciónritual: esta presencia hace posible al hombre lacomunicación con el misterio y la participaciónen él. La celebración cristiana se apoya en unapalabra, que es respuesta a la lectura litúrgica dela Palabra, que anuncia la acción divina. El actosacramental es siempre el mismo, aunque el as-pecto del misterio conmemorado sea diferente,

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FORMACIÓN Y ANIMACIÓN LITÚRGICA

porque la representación del misterio excluyetoda dramatización que no sea la acción simbóli-ca cuyo significado se expresa en la oración de laIglesia. La presencia del misterio confiere a lacelebración un carácter de actualidad y de inser-ción en la vida y en el tiempo de los hombres.Finalmente, la presencia renovada y actual delmisterio de salvación confiere a la liturgia cristia-na un valor escatológico.b. La celebración litúrgica

Antes de definir lo que es la celebraciónlitúrgica conviene hacer dos aclaraciones. Prime-ra, que no es lo mismo liturgia que celebración.La liturgia es el culto de una vida cristiana hechafidelidad a Dios y expresada y santificada en unosactos sacramentales que actualizan la presenciade la salvación, la celebración por su parte es elmomento en que tiene lugar esta actualización.Segunda aclaración. No es lo mismo celebraciónque ceremonia. La celebración es la representa-ción en el plano local-temporal del ejercicio delsacerdocio de Cristo, bajo un régimen de signos,y la ceremonia es un elemento necesario de lacelebración, el aspecto externo y expresivo delsentimiento religioso.

Después de las aclaraciones anteriores ahora sipodemos decir que la celebración litúrgica es elmomento expresivo, simbólico, ritual ysacramental de la liturgia, el acto que evoca yhace presente la salvación realizada por Dios enJesucristo con el poder del Espíritu.

La celebración litúrgica entendida así llega aser y a convertirse en el momento privilegiado dela comunidad, como momento fundante, espacioy lugar genético de la experiencia espiritual cris-tiana a través y mediante el lenguaje de la celebra-ción (los textos y los ritos o palabra y sacramen-to), en epifanía de su fe, actualización del miste-rio de Cristo, punto de llegada de todo caminoevangelizador y catequético y punto de partida detodo el compromiso misionero y testimonial de lacomunidad cristiana.

Esta definición que acabamos de dar, sobretodo en su segunda parte, abre una reflexión denaturaleza específicamente teológica sobre lacelebración.

Lo primero que salta a la vista en el conceptode celebración que hemos dado es el carácter delacto, de acción expresiva, ritual, etc., que tieneque realizar la Iglesia para hacer presente y actualel ministerio de salvación. Una teología de lacelebración que no comprenda este dinamismode la representación y actualización del misteriode salvación precisamente por medio de unaacción y de unos signos, no se ajusta a la visiónque el Concilio Vaticano II nos ha ofrecido de laliturgia en la línea de la historia de la salvación ycomo momento último y sintético de ésta.

La celebración es, por consiguiente, una ac-ción, la acción por excelencia que debe cumplir laIglesia desde la glorificación de Cristo hasta suparusía o manifestación al final de la historiahumana. No es la única acción que debe realizarla Iglesia, pero sí es la acción fuente y culmen detodas las demás acciones, como la evangeliza-ción, la catequesis, la llamada a la conversión, lacaridad, el servicio a los hombres y la transforma-ción de las realidades terrenas (cf. SG 7; 9; etc.;LG 10-11: AG 5-6; AA 3-4; etc.).

Esta acción aparece como un diálogo y unintercambio que tiene como interlocutores a Diosy al hombre, a Cristo y a la comunidad eclesial.En este diálogo juega un papel especialísimo laproclamación de la Palabra de Dios, y un papel nomenos importante la respuesta de la Iglesia hechacántico y plegaria, sin que podamos olvidar el ritocomo forma exterior, comunicativa, expresiva ysacramentalmente eficaz de la intervención deDios y de la acogida y de la fe del hombre.

Todo esto nos invita a ver en la celebración tresdimensiones:

1ª La dimensión de misterio, o la celebracióncomo medio de presencia y de intervenciónsalvadora de Dios, es presencia y actuación deDios en la vida de su pueblo y de cada uno de losque participan en la acción litúrgica, para trans-formarlos y santificarlos a imagen de Jesús. Estaintervención se produce siempre de acuerdo conun movimiento cristológico-trinitario: todo donviene del Padre, por el Hijo, en el Espíritu Santoy en la Iglesia y en el Espíritu vuelve al Padre pormedio de Jesús.

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FORMACIÓN Y ANIMACIÓN LITÚRGICA

2ª La dimensión de obra en acto, o la celebra-ción como acción o ejecución de un ritualsacramental, es obra de la Iglesia, mediadora dela salvación, que descompone la misteriosa pre-sencia del acontecimiento de salvación en unavariedad de ritos y fórmulas que lo ponen demanifiesto y lo realizan. En cuanto acción con-creta la celebración comprende cuatro elemen-tos: un acontecimiento que motiva la celebración,una comunidad que se hace asamblea, una situa-ción festiva que todo lo invade y un ritual que seejecuta.

Aplicando aún más a la celebración litúrgicacristiana los cuatro elementos que integran laacción celebrativa, hemos de decir que el aconte-cimiento es siempre Cristo, su vida y su obra,singularmente, su muerte y resurrección; la co-munidad es siempre la Iglesia, el Pueblo de Diosque se hace asamblea; la situación festiva es laalegría de saber que el Señor está presente y actúaen medio de los suyos: esta alegría caracteriza lostiempos cristianos de la celebración; y el ritual essiempre una acción sacramental con mayor omenor grado de eficacia, según se trate de unsacramento en sentido estricto o de un actosacramental en sentido amplio.

3ª La dimensión de vida, o la celebracióncomo cauce vital para la Iglesia y para cadacristiano. Al hacer participar a todos y cada unoen un acontecimiento de salvación, se convierteen un programa de vida, proyectándola hacia laperfecta consumación en los cielos nuevos y en latierra nueva.c. La celebración litúrgica gozosa, festiva

En distintos autores encontramos diversasaproximaciones a la definición de fiesta. Lo «noútil», lo lúdico. Una imitación del hacer divino.La afirmación de la vida y del mundo. Lo opuestoal tiempo ordinario. Una expansión y una dilata-ción del ser humano. La fiesta es, pues, el «hoy»de una «ayer» –y, en el caso cristiano, también deun «mañana»– primordial.

La historia de la humanidad conoce una varie-dad amplísima de fiestas, pero en todas hay algoque es como su común denominador. Es la atmós-fera que envuelve y caracteriza la celebración de

la fiesta y todos y cada uno de sus momentos. Lafenomenología señala que la fiesta no es sino unaforma de vivir el tiempo, una manifestación deltiempo; por supuesto que del tiempo como reali-dad simbólica y sacral, religiosa.

En la fiesta se condensa el tiempo sagradoabriendo al hombre a la dimensión trascendentedel tiempo divino. De este modo la fiesta se vivecomo un don, como una gracia, como una posibi-lidad de liberación total que hace crisis del tiempoordinario, de la existencia de cada día. En la fiestael hombre recupera su referencia a lo divino, surelación con el misterio, a través de las accionessimbólicas y festivas de la celebración que leabren a la fiesta que no acaba, a la eternidad sinfin.

Todo lo que anteriormente se ha dicho tiene suaplicación a la fiesta cristiana, como entornoambiental de una celebración. Pero todavía debe-mos destacar lo que es peculiar de una celebra-ción festiva en el marco del cristianismo. Lo quesigue ya no es solamente una recogida de lasaportaciones de la fenomenología sino que esreflexión a la luz de la teología de la liturgia. Laliturgia cristiana es una realidad humano-divina,dotada de elementos visibles e invisibles, pero desuerte que lo humano y visible está ordenado a lodivino e invisible.

La teología sin descuidar el dato antropológicoy apoyándose en él, ayuda a penetrar en el signi-ficado salvífico de las acciones y de las formasrituales ofreciendo una visión iluminadora desdela revelación y desde la fe.

Como notas específicas de la fiesta cristianapodemos señalar:

1ª Símbolo de la presencia del Señor en mediode los suyos. El centro de toda conmemoración esel misterio de Cristo evocado: en acontecimien-tos de su vida y en otras manifestaciones de lavida de la Iglesia (la santidad, la muerte, etc.).

2ª Valor prefigurativo y escatológico: comofigura de lo que está por venir, como prenda yanticipo de la vida eterna.

3ª El culmen de toda fiesta cristiana es lacelebración de la eucaristía: la actualización del

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misterio de Cristo se produce simultánea yunitariamente en la proclamación de la Palabra yen el rito sacramental; la fiesta cristiana se apoyaen la Palabra divina escrita y proclamada; elLeccionario o Biblia litúrgica es el libro-testimo-nio común que recoge la tradición de la Iglesia; enla acción eucarística se hace presente el enteromisterio de salvación; en los sacramentos laanámnesis-epíclesis del misterio de Cristo es unaprofesión hecha con pala-bras y gestos que realizanlo que significan; laanámnesis-epíclesis escomo un año litúrgico ensíntesis; la eucaristía es laPascua de la Iglesia.

4ª El tiempo de celebra-ción cristiana por excelen-cia es el domingo: su ori-gen es anterior a cualquierfiesta o tiempo litúrgico;los diversos tiemposlitúrgicos, organizados pos-teriormente, descansan so-bre los domingos.

5ª La fiesta cristiana sevive a través del año litúr-gico que tiene su culmenen la Pascua. El año litúrgi-co es entendido como lacelebración festiva del misterio de Cristo, desdesu encarnación hasta su glorificación, en el cualveneramos la memoria de la Santísima VirgenMaría y de los Santos, y los acontecimientos de lavida familiar y social.2. Propuestas para vivir el «Año de la celebra-

ción gozosa de la Fe»El «Año de la celebración gozosa de la Fe»

adquiere del misterio pascual de Cristo toda lafuerza de su dinamismo, y la alegría es su conse-cuencia por el misterio de la salvación realizadoen los hombres. Recordemos que la alegría es unode los dones de Cristo resucitado a sus discípulos,signo de su presencia en medio de ellos y uno delos frutos del Espíritu Santo (cfr. Jn 20, 20; Gal 5,22-23; DD 55-58).

Para que podamos aprovechar este tiempo degracia y salvación, se sugieren: primero, algunosaspectos de manera general, cada comunidadparroquial vea qué es lo que más necesita o legustaría implementar durante este año; y segun-do, al final se presenta un programa en cincopuntos que queremos impulsar a nivel diocesano.Para la asesoría y materiales que puedan ser útilesal respecto se podrán consultar a la CODIPAL.

A nivel general se sugiere a cadacomunidad parroquial:1. Potenciar la pastoral y los minis-terios litúrgicos en nuestras comu-nidades para que fortalezcamos losequipos de liturgia y de piedad po-pular, recordando que la pastorallitúrgica es verdadera y auténticacuando nos hace entrar en el miste-rio de Cristo mediante una partici-pación activa, consciente, fructuo-sa y decorosa, para que edifique-mos el Cuerpo místico de Cristomediante la santificación de loshombres y el culto y la alabanza aDios.2. Estudiar la SacrosanctumConcilium y la segunda parte delCatecismo de la Iglesia Católica,para que podamos profundizar enlos principios y normas que inspi-

raron la reforma y el fomento de la sagradaliturgia. Se sugiere también estudiar losprenotandos de los sacramentos, por ejemplo,los del Bautismo para los que imparten lacatequesis prebautismal, los de la Confirma-ción para los que imparten la catequesis depreparación a este sacramento, los de la Euca-ristía para los de la primera Comunión y parael equipo de liturgia.

3. Estudiar el proyecto del Directorio de lossacramentos para enriquecerlo y tener crite-rios comunes.

4. Promover la catequesis mistagógica para queseamos introducidos en el misterio de Cristo(cfr. CEC 1074-1075). Como ejemplos de ca-tequesis mistagógicas tenemos en la Liturgia

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de las Horas: De las Catequesis de Jerusalén,n. 20, 21 y 22, atribuidas a Juan y Cirilo deJerusalén (cfr. Liturgia de las Horas, II, 580-581, 595-596 y 609-610).

5. Llevar a cabo la campaña por una celebracióndigna de nuestra fe, recordando que la digni-dad de lo que celebramos tiene su fundamentoen el Misterio Pascual de Cristo, y que en loslibros litúrgicos tenemos las normas y el mo-delo a seguir acomodándolo a las necesidadesy al bien espiritualde nuestros fieles(cfr. IGMR 352).

6. Promover la forma-ción del equipo deproclamadores dela Palabra de Diosen las parroquiasdonde no se tengan.

7. Cuidar la limpieza,el buen estado ydignidad de los es-pacios celebra-tivos, los vasos sa-grados, los libros,vestiduras y objetos litúrgicos.

8. Adornar con pendones que contengan leyendasalusivas al «Año de la celebración gozosa de laFe».

9. Potenciar la celebración de nuestra fe a travésde la liturgia como de la piedad popular, ya queambas son dos formas validas (cfr. Directoriosobre la piedad popular y la liturgia 11).

10. Celebrar las tradiciones religiosas y expresio-nes de piedad popular que promuevan loauténticamente humano y cristiano.

11. Explotar la dimensión evangelizadora y so-cial tanto de la liturgia como de la piedadpopular, la cual se consigue con una buenacelebración.

12. Valorar la celebración litúrgica, ya que ésta esmomento fundante, espacio y lugar genéticode la experiencia espiritual cristiana a través ymediante el lenguaje de la celebración, porello hay que tener presente:

a. Cuidar el «antes», el «en» y el «después» de lamisma que sugiere la pastoral litúrgica. Ojaláque en el «después» de la celebración propi-ciáramos la convivencia con los que ha parti-cipado en ella.

b. Destacar la belleza de la celebración en todomomento, porque la belleza litúrgica es elsímbolo de los símbolos del mundo, como loque permite la transformación del tiempo y delespacio «en el templo santo, misterioso, que

brilla con una belle-za celestial».c. Presidir con fe,sentido eclesial, artey dignidad en nom-bre de Cristo y de laIglesia, transparen-tado los gestos deCristo sacerdote.d. Promover la par-ticipación plena,consiente, activa ydecorosa.e. Ejercer la

ministerialidad litúrgica, cuidando que cadacual, ministro o fiel, haga todo y sólo aquelloque le corresponde según la naturaleza de laacción y las normas litúrgicas (cfr. SC 28).

f. Explotar el lenguaje litúrgico de la celebraciónen toda su plenitud, el cual es importanteporque, une el cielo con la tierra, lo humanocon lo divino, hace visible y tangible lo invisi-ble, inmanente lo trascendente, humano lodivino, es medio, instrumento y vehículo delencuentro con el misterio de Cristo, expresa lapresencia sacramental de la gloria de Dios.

g. Cuidar la proclamación de la Palabra de Dios,pues es Cristo mismo el que habla cuando selee en la Iglesia la Sagrada Escritura (cfr. SC7), ella es el alma de la propia evangelizacióny del anuncio de Jesús a todos (DA 248), yademás, porque para la mayoría de los cristia-nos el momento de la celebración es el únicomomento de contacto con la Palabra de Dios,y finalmente, porque éstos crecen y se edificancon su escucha atenta.

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h. Poner mucho empeño en la homilía, tanto en supreparación como en su proclamación, aten-diendo para ello: al contexto literario y teoló-gico del texto bíblico (contexto exegético), alcontexto litúrgico o celebrativo (contexto li-túrgico) y al contexto pastoral-existencial-es-piritual de la comunidad (contexto pastoral),porque ésta es un elemento deconexión y de entronque entrela Palabra que es proclamaday el rito que cumple lo que hasido anunciado, y además,porque la homilía, como todala celebración, introduce en elmisterio de Cristo, de la Igle-sia y de la vida cristiana másallá de la celebración.

i. Motivar a la participación conel ministerio de la música y elcanto.

j. Explotar el clima gozoso y fes-tivo que brota de celebrar yentrar en contacto con el mis-terio pascual de Cristo.

k. Proyectar la celebración ex-hortando al compromiso so-cial de nuestra fe.

13. Potenciar la espiritualidadlitúrgica, y la espiritualidad popular para queseamos insertos en el misterio de Cristo. Laespiritualidad litúrgica es un estilo de vidaforjado en los valores de la celebración. Laespiritualidad popular brota de la vivencia delas expresiones de la piedad popular porqueésta es lugar de encuentro con Cristo (cfr. DA263).

14. Promover la dimensión evangelizadora y fes-tiva cristiana de las fiestas patronales, ya queen ellas se unen: la liturgia y la piedad popular;celebraciones y actos piadoso-devocionales,contenidos bíblico-litúrgicos y piadoso-devocionales, lo más objetivo con lo más sub-jetivo, la razón con el sentimiento, lo universalcon lo local, el culto con las tradiciones.

15. Motivar a la oración personal y comunitaria,y la adoración eucarística sacerdotal, tomando

en cuenta los grupos, asociaciones y movi-mientos que se dedican a la adoración delSantísimo Sacramento.

16. Promover la visita de la imagen peregrina deNuestra Señora de San Juan de los Lagos y delas otras imágenes como un momento evange-lizador, de oración y de fiesta en nuestras

comunidades.Programa que queremos

impulsar a nivel diocesano:1. Estudio de los principios ynormas que inspiraron la re-forma y el fomento de lasagrada liturgia a la luz de laSacrosanctum Concilium yla segunda parte del Catecis-mo de la Iglesia Católica.2. Llevar a cabo la campañapor una celebración digna denuestra fe.3. Estudiar en el segundo se-mestre de este año pastoral2013-2014 el proyecto de Di-rectorio de los sacramentos.4. Organizar y realizar muybien las celebracioneseucarísticas diocesanas quetenemos durante este año.

5. Estudio y promoción del Misal Romano IIIedición.Además de estos cinco puntos que nos hemos

propuesto a nivel diocesano, el Señor Obispo nospropone también:

«Poner especial atención en la celebracióngozosa del Domingo, como «Día del Señor»: queaún los alejados y los enfermos lo vivan así,apoyándose especialmente en los Ministros ex-traordinarios de la Sagrada Comunión. El añolitúrgico, especialmente con la celebración delAdviento-Navidad y la celebración del MisterioPascual, será la columna vertebral de este año.

Entre otras iniciativas para este Año gozoso dela Fe, propongo prestar especial acompañamien-to a los actos de Piedad Popular: las Fiestas

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Patronales, las peregrinaciones (especialmentediocesanas); la vida de oración, tanto personal,familiar como comunitaria.

Aprovechar este «Año» para mejorar los ser-vicios litúrgicos: coros, monitores, acólitos; asícomo los espacios sagrados y los libros litúrgicos.Que especialmente la Pastoral LitúrgicaParroquial dé seguimiento a todas estas iniciati-vas y a los siguientes retos:a) Lograr que la fe sea la fuente de la alegría

popular y motivo de fiesta aun en las situacio-nes de sufrimiento.

b) Propiciar la mutua relación entre la liturgia y lapiedad popular, que pueda encausar los anhe-los y la necesidad de oración.

c) Favorecer las expresiones religiosas popularescon participación masiva por la fuerzaevangelizadora que poseen (cfr. Circular n.16/13, 10 de octubre de 2013).Para animar y llevar a cabo estas actividades,

se ha diseñado un logotipo que identifique estaaño; aprovecharemos todos los espacios de for-mación y difusión, por ejemplo el Boletín dePastoral; se ha creado un perfil en Facebook,llamado «Liturgia San Juan», donde ustedes po-drán encontrar los artículos ylas diversas comunicacionespara darle seguimiento a las di-versas actividades de este año.

ConclusiónEsperamos que el «Año de la

celebración gozosa de la FE»sea un tiempo de gracia y salva-ción que nos ayude a evangeli-zar y a ir al encuentro de Cristoy de los hermanos, que nos pro-yecte más allá de la celebración misma, que nosde un poco de optimismo, alegría y paz ahora queen nuestro mundo existe tanto miedo, inseguri-dad, tristeza y dolor, entonces será posible quedemos un nuevo rostro de Iglesia, de una Iglesiaque haga más cercano, creíble y atractivo el idealcristiano para la mujer y el hombre de hoy.

III. ACTUEMOS

Ahora que hemos estudiado este tema,concreticémoslo en algunos compromisos.1. De las propuestas que se hacen para vivir el

«Año de la celebración gozosa de la Fe», ¿Quéhemos realizado y qué podemos implementar?

2. ¿Qué tenemos que hacer para seguir poten-ciando la campaña por una celebración dignade nuestra fe, tanto en la liturgia como en lapiedad popular?

3. ¿Qué tenemos que hacer para que nuestrascelebraciones, tanto en la liturgia como en lapiedad popular, nos infundan alegría y forta-leza para la vida?

IV. CELEBREMOS

Indicación: se reúnen todos formando un cír-culo. Se coloca al centro una imagen de Cristo yde la Santísima Virgen María. Con anticipaciónse entrega a cada uno una flor que irán dejandoal frente de las imágenes al concluir la recitaciónde la oración, luego se toman de la mano yterminan recitando la consagración a la Santísi-ma Virgen María.

Guía: En verdad es justo ynecesario, es nuestro deber ysalvación darte gracias siem-pre y en todo lugar, Señor, Pa-dre santo, Dios todopoderosoy eterno. Pues, aunque no ne-cesitas de nuestra alabanza, esdon tuyo el que seamos agra-decidos; y aunque nuestrasbendiciones no aumentan tugloria, nos aprovechan paranuestra salvación. Por Cristo,

Señor, nuestro. Por eso, unidos a los ángeles teaclamamos llenos de alegría: Santo, Santo, Santoes el Señor, Dios del universo. Llenos están elcielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo.Bendito el que viene en nombre del Señor. Ho-sanna en el cielo (MR, III edición, «La alabanza,don de Dios» 542).

Todos: Oh Señora mía… Dulce Madre…

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OBJETIVO:

Reflexionar sobre las dimensiones de lafe como creyentes: fe confesada, fe cele-brada, fe vivida y fe comunicada; paracrecer en la profundización de nuestra fey celebrarla con gozo.

ORACIÓN INICIALMonitor: En el nombre del

Padre… La oración es un de-ber esencial para el cristiano,de ella hacemos nuestra reglade vida, al seguir libremente aCristo, su ejemplo y enseñan-za. La oración constituye uncompromiso especial para cre-cer en la fe, en la esperanza, yllevar a perfección el manda-miento del Amor. Como decíaS.S. Juan Pablo II, «en la Liturgia y en la oraciónpersonal se nos concede la gracia de intuir aquelrostro que no podremos ver nunca directamentedurante nuestra existencia terrena», a través de laoración personal intuimos el rostro de Dios.

CANTO:UN SOLO SEÑOR, UNA SOLA FE.

UN SOLO BAUTISMO,UN SOLO DIOS Y PADRE.

Llamados a guardar la unidad del Espíritupor el vínculo de la paz, cantamos y proclamamos.

(UN SOLO SEÑOR…)

Monitor: Recorramos paso a paso el caminoque nos lleva a Jesús, acercándonos cada vez mása la meta, donde Él nos espera al final del camino,pero aunque no lo veamos, también nos acompa-

ña durante nuestro recorrido, porque Jesús esnuestro Camino, nuestra Verdad y nuestra Vida.Nuestra confianza en Él es la garantía de éxito. Alcomenzar este encuentro con el Señor, dirijámo-nos a Él con una fe llena de gozo.

TODOS: CONTIGO, SEÑOR, EN LA FE.

Coro 1: Para apoyarte en aque-llo que, para el mundo y paranosotros, Tú tienes pensado.

Y trabajar, sin desmayo ni tre-gua, para que muchos o algu-nos encuentren su felicidaden Ti.

TODOS: CONTIGO, SEÑOR, ENLA FE

Coro 2: Porque, cuando medices «sígueme» siento que,todavía, no te conozco lo sufi-cientemente.

Que soy cristiano sin saber lo que significa, yque me da miedo seguirte por lo que elloimplica

TODOS: CONTIGO, SEÑOR, EN LA FE

Coro 1: Porque, cada día, nos das una oportu-nidad para seguirte. Una hora para decir«sí» o «no».

Porque, siendo jóvenes, mayores o ancianos,Tú pasas por la orilla de nuestra vida

pidiendo algo tan grande como personas quecrean, esperen y te amen a Ti, Señor.

TODOS: ¿DARÉ MIS PRIMEROS PASOS, SEÑOR?

Coro 1: ¿Dejaré algo por Ti? ¿Haré algo por tuReino?

¿Sacaré mis excusas para quedarme sentadoen lo mío?

TEMA 2: La Dinámica de la Feen la Celebración Litúrgica

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TODOS: ¿CÓMO DAR MIS PRIMEROS PASOS,SEÑOR?

TODOS: ¡Ah! ¡Ya lo sé, Señor!

Dejando que Tú, conviertas todo lo que en mí,Señor está un tanto desorientado y perver-tido.

¡Gracias, Señor!

INTRODUCCIÓNCon la reflexión de este tema queremos anali-

zar los cuatro conceptos de la lex orandi, lexcredendi, lex vivendi y lex communicandi, (lo quese ora, lo que se cree, lo que se vive y lo que secomunica) y ver su relación desde su dinámica enla celebración litúrgica ya que la Litúrgica es elcentro o lugar privilegiado en el que la fe se pone«al rojo vivo». Esta dinámica comienza en elencuentro evangelizador con la Iglesia, se explicaen los contenidos teológico catequéticos, se con-centra en las formas y ritos de la celebración, serealiza en los compromisos concretos de la vida,y tiende a comunicarse de nuevo en dinámicaevangelizadora. Por eso conviene reflexionarsobre este dinamismo en este tema.

I. VEAMOS

Echemos un vistazo a nuestra realidad antes dedar paso a la reflexión de nuestros contenidos:1. ¿Vivimos y celebramos nuestra fe como fibra

y fortaleza del alma?2. ¿Nuestras celebraciones litúrgicas dan signi-

ficado a nuestra vida, nuestra familia ynuestra comunidad? ¿Fortalecen nuestra fe?

3. ¿Damos importancia a los contenidosevangelizadores de la Liturgia que nos impul-san al compromiso evangelizador?

II. PENSEMOS

1. La identidad cristiana.Hablar de la identidad cristiana, es referirnos a

«lo que hay que creer», «lo que hay que celebrar»,«lo que hay que vivir», «lo que se debe transmi-tir». Todo lo que implican estas dimensiones

constituye el ser y el aparecer de la Iglesia y delcristiano. La verdad plena de la vida y la misióncristianas, no consiste en la realización concen-trada y única de una de estas dimensiones, sino enla realización complementaria, equilibrada y re-mitente de todas y cada una de ellas, segúnsituaciones y necesidades. Este ideal, sin embar-go se ha visto y se ve no cumplido con frecuenciaa lo largo de la historia y en la actualidad. Estamosconvencidos de que una de las tareas eclesialesmás importantes en el momento actual, es recu-perar el equilibrio en la concepción y realizaciónde estas dimensiones de la misión de la Iglesia.Podrá potenciarse más un aspecto y otro de lamisión, pero nunca deberá suponer esto un des-equilibrio fundamental en la realización de lasdiversas tareas que implica la misión, y menosaún olvido de alguna de ellas.

Al expresarnos de este modo, no nos referimossolamente al plano pastoral o litúrgico. Una au-téntica reflexión sobre la identidad cristiana soloresulta verdadera cuando considera esencial ensu comprensión la expresión celebrativa o«mistagogía» (iniciación cristiana), dejándosepromover e interrogar por la pastoral y la vida, ycuando el lenguaje en que se expresa ayuda tam-bién a una transmisión vivencial de aquello quedesde la razón se explica y se propone. Pero, ¿quéimplican estas dimensiones señaladas? Podemosseñalar los siguientes aspectos:1.- Lo que hay que creer (lex credendi). Nos

referimos a la esencia de la fe, sus contenidoscentrales, teniendo en cuenta el referente bí-blico, y la interpretación permanente de latradición y del Magisterio, así como el sentirde los fieles (sensus fidelium) (CEC 11).

2.- Lo que hay que celebrar (lex orandi). Es todala Liturgia y los sacramentos, que implica lapráctica consciente de los conocimientos del«ars celebrandi» (el arte de celebrar), supe-rando automatismos; es dar vida a los ritos,hacer: elocuentes los signos, introducir el mis-terio que significan, desplegando desde ellostoda su fuerza evangelizadora y educativa, y ala vez integrar en la reflexión teológico de lariqueza experiencial y mistérica (SC 21).

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3.- Lo que hay que vivir (lex vivendi). Se trata decreer celebrando la fe, celebrar creyendo elmisterio, vivir lo que creemos y celebramos,para poder celebrar lo que vivimos. La cohe-rencia de la vida cristiana, cuya verificaciónprincipal es el amor, no puede encerrarse ni enprácticas ni en normativas morales, aunqueestas sean necesarias. Entre rigorismo y laxismo(poco valor y respeto por las normas), debeimponerse el principio de la «coherencia»(Sacramentum caritatis 4).

4.- Lo que hay que transmitir (lexcommunicandi). Lo que creemos,celebramos y vivimos, no sólotiene un destino personal y co-munitario, tiene también una des-tinación social y universal. Y estoexige que tengamos siempre lapregunta: ¿Quiénes son nuestrosdestinatarios? ¿Con qué lengua-je y medios debemos transmitír-selo, de modo que sea compren-sible y acogido? Implica integraren la reflexión teológica, en lacelebración litúrgica y en el tes-timonio de la vida, los nuevosretos y las nuevas posibilidadesde la comunicación.Desde esta distinción decimos que es desde lo

litúrgico-sacramental donde es posible y necesa-rio explicar la identidad de lo cristiano, es decir,de los contenidos teológicos fundamentales: des-de la antropología, la teología fundamental, elmisterio de Dios, la cristología, la eclesiología,las diversas realidades sacramentales, la moral yla pastoral. Se trata de la aplicación de la didácticade los sacramentos (conformada por el mensaje,signos, métodos, emisor y receptor), como prin-cipio hermenéutico de la teología. Para ello esnecesario admitir, desde el principio, la estructu-ra sacramental de la revelación y de la historiasalutis (historia de la salvación), lo que significasimplemente:a). Que Dios se revela a través de mediaciones,

adaptándose pedagógicamente a la capacidaddel hombre.

b). Que esta relevación sucede en una relaciónentre creación y alianza.

c). Que ello implica una complementariedad deacontecimientos, presencia salvífica de perso-nales, y dinámica reveladora de palabras ysignos. Esto aporta una riqueza de perspectiva,una mayor cercanía al misterio, una implica-ción de lo humano y creatural, una vivenciaespiritual, una referencia celebrativa, que nopuede dejar de considerarse en el interior en la

reflexión de aquello queoramos, creemos, vivi-mos y comunicamos.2. Historia breve y vici-situdes de una relación.2.1.- Nuevo Testamento

En el Nuevo Testa-mento aparece claramen-te que martirya, leito-urgia y diakonía (el testi-monio, la liturgia y la ca-ridad) se relacionan deforma complementaria yremitente. La Palabraanunciada y creída sehace oración y alabanza,y se acredita en el servi-

cio y la caridad en la vida. Con otras palabras, laacción litúrgica ritual, implica la predicación dela fe y conlleva el servicio diaconal.2.2.- Próspero de Aquitania y el principio «lex

orandi, lex credendi» («La ley de la oraciónes la ley de la fe»).Esta comprensión bíblica de la continuidad de

la misión de Cristo por parte de la comunidadapostólica, recibió una formulación original en surelación teología-liturgia, en lo que ha venido aser un adagio eclesiástico famoso: «lex orandi,lex credendi», el principio se atribuye a Prósperode Aquitania (c. 435-442), quien en su obraIndiculus Caelestini (Dz. 246), escribiendo con-tra los pelagianos, lo formulaba así: «ut legemcredendi, lex statuat supplicandi», es decir, que elcontenido de la oración esté en armonía con elcontenido de la fe, y que la misma oración sea unreferente teológico del contenido de la fe. La

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oración de la Iglesia viene a ser la «reguladoctrinae apostolicae» («La regla de la doctrinaapostólica») (Cf. 1Tim 1, 2-6), que Prósperoconcreta en el principio «lex orandi, lex credendi».2.3.- Edad Media

La Edad Media supuso un cierto distancia-miento entre Liturgia celebrada y la Liturgiavivida, entre los ritos sacramentales y la reflexióno especulación teológica de las escuelas; movidapor una lógica argumentativa propia del momen-to. No obstante, la relación entre Liturgia y teolo-gía no queda olvidada, resaltando el valor cultualde alabanza que implican los sacramentos, consi-derados como «protestationes fidei» («expresiónde la fe mediante la palabra y el actuar»).2.4.- Escuela de Salamanca

En algunos casos, como es el de los autores dela escuela de Salamanca (Vitoria, Cano, Soto), serecurre a textos litúrgicos significativos, que con-tienen y expresan la fe de la Iglesia en el sacra-mento. Así Francisco de Vitoria, siguiendo aSanto Tomás (Sr III, q. 60, a.3), al referirse a laEucaristía, dice: «O sacrum convivium!, in quoChristus simitus, recolitur memoria passioniseius» («¡Oh, sagrado convite!, en el que Cristo estomado –y– se rememora la pasión de Cristo»):Aquí se expresa la primera causa de la santifica-ción, que es la pasión de Cristo, de la cual hace-mos memoria y participamos.

«Mens impletur gratia» («El alma se llena degracia»): Aquí ve la causa segunda de nuestrasantificación, que no es otra cosa que el mismodon de Dios, que embarga el alma.

«Et futurae gloria nobis pignus datus» («Y senos da una prenda de la futura gloria»): Expresala tercera causa de nuestra santificación, que es laprenda de la gloria futura.

La explicación es digna de ser resaltada, nosolo porque aplica las tres dimensiones del sacra-mento que ya propone Santo Tomás: la dimen-sión memorial (signum rememorativum), la di-mensión pre-sencial eficaz (signumdemonstrativum), y la dimensión profética oescatológica (signum prognosticum), sino tam-bién porque relaciona la explicación teológica

con la expresión y celebración litúrgica. Sin em-bargo, no podemos dejar de señalar que MelchorCano, en su famosa obra De locis theologicis(Acerca de los lugares teológicos), apenas consi-dera la importancia de la Liturgia como locustneologicus (un lugar teológico).2.5.- Magisterio

Aunque la referencia al principio «lex orandi,lex credendi» ha estado siempre presente en elMagisterio de la Iglesia, es sobre todo a partir dePío XII, y en los documentos más recientes,donde se ha recuperado su uso, su interpretacióny su actualidad. También Pío XII, al definir eldogma de la lnmaculada Concepción recurre alprincipio «lex orandi, lex credendi».

Será sobre todo, la Constitución sobre la Litur-gia (Sacrosanctum Concilium), emanada del Con-cilio Vaticano II, la que indique cómo la Liturgiay los sacramentos son la expresión de la fe de laIglesia, aunque no se cite expresamente el princi-pio. «La Liturgia… contribuye en sumo grado aque los fieles expresen en su vida y manifiesten alos demás el misterio de Cristo y la naturalezaauténtica de la verdadera Iglesia» (SC 2). Y,refiriéndose a la naturaleza de los sacramentosafirma: «No solo suponen la fe, sino que a la vezla alimenta, la robustecen y la expresan por mediode palabras y cosas; por esto se llaman sacramen-tos de la fe» (SC 59).

El nuevo Catecismo de la Iglesia Católica,insiste que la fe expresada en la Liturgia es lamisma de la fe de la Iglesia: la fe de la Iglesia esanterior a la fe del fiel, el cual es invitado aadherirse a ella. Cuando la Iglesia celebra lossacramentos confiesa la fe recibida de los apósto-les, de ahí el antiguo adagio: «Lex orandi, lexcredendi» («La ley de la oración es la ley de lafe») o: «legem credendi lex statuat supplicandi»(«La ley de la oración determine la ley de la fe»),según Próspero de Aquitania. La ley de la oraciónes la ley de la fe, la Iglesia cree como ora. LaLiturgia es un elemento constitutivo de la tradi-ción santa y vida (Cf. DV 8; CEC 1124).

Por eso ningún rito sacramental puede sermodificado o manipulado a voluntad del ministroo de la comunidad. Incluso la suprema autoridad

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de la Iglesia no puede cambiar la Liturgia a suarbitrio, sino solamente en virtud del servicio dela fe y en el respeto religioso al misterio de laLiturgia. (Cf. CEC 1125).

Considero importante señalar que el PapaBenedicto XVI, en la exhortación apostólica«Sacramentum caritatis» (34), incide en la rela-ción mutua Liturgia-teología, expresando esteprincipio: «El sínodo delos Obispos ha reflexio-nado mucho sobre larelación intrínseca en-tre fe eucarística y cele-bración, poniendo de re-lieve el nexo entre lexorandi y lex credendi, ysubrayando la primacíade la acción litúrgica.Es necesario vivir la Eu-caristía como misteriode la fe celebradoauténticamente, tenien-do conciencia clara de que el intellectus fidei(«intelección de la fe») está originariamente siem-pre en relación con la acción litúrgica de laIglesia».3. La dinámica de la fe desde la celebración3.1.- Necesaria ampliación del principio histó-

rico.Desde siempre, la Iglesia ha definido la iden-

tidad cristiana como la aceptación de aquello quehay que creer, como la celebración de aquello quehay que orar, y como la práctica de aquello quehay que vivir. Así lo recuerda el Catecismo de laIglesia Católica con la estructura de desarrolloque propone (13-17). Teniendo en cuenta y, sinque sea necesario recurrir a otros testimonioshistóricos, puede concluirse la necesidad de am-pliar el antiguo principio binomial con un nuevoprincipio trinomial: «Lex orandi-lex credendi-lex vivendi». Pues la ley de la fe y la ley de laoración solo cumplen su pleno objetivo cuandollegan a ser vida y a vivirse, cuando se dejaninterrogar y vivificar por la misma vida y eltestimonio en el mundo. Si es necesario creer paracelebrar, también es necesario celebrar para vi-

vir, a la vez que es necesario vivir para creer ycelebrar en autenticidad y en verdad. Se trata detres secuencias que se implican y remiten mutua-mente en la dinámica de la vida cristiana.

Dando un paso más, y teniendo en cuenta algoasí como el «cordón umbilical» que conexiona einterrelaciona estos tres principios, hay que pre-cisar una nueva ampliación, que se formularía

como la lex communi-candi. Entendemos portal, aquella ley que haceposible y activa las ante-riores, ya que supone lacomunicación y la trans-misión del Evangelio atodos los niveles, por loque se posibilita, tanto elque haya fe, como el quese pueda celebrar esta feen la Liturgia y los sacra-mentos, y el que el sujetoo la comunidad celebran-

te tenga impulso y motivación para vivirlo.Es importante la comunicación que conlleva el

anuncio del Evangelio, la evangelización y predi-cación/la catequesis, y la enseñanza, la teología yel Magisterio… dado el avance y las inmensasposibilidades de los medios de comunicación,que urge emplear con nuevos medios, nuevosmétodos, nuevos lenguajes y nuevos símbolos, demanera que llegue a todos.3.2.- Integralidad teológica: complemen-

tariedad litúrgico-vital.Veremos ahora como se interrelacionan e inte-

gran los diversos principios enunciados en eldiscurso teológico, de modo que se salve al mis-mo tiempo su especificidad y sucomplementariedad, en orden a una reflexión yvivencia del contenido revelado.3.2.1.- «Lex credendi»

Si la lex credendi debe ser la lex orandi, ¿Quées lo que de la lex credendi debe quedar expresadoen la lex orandi? ¿Cómo y cuándo debe expresar-se? La forma original y variada de expresión, condistinta densidad de contenido doctrinal, a través

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de los diversos elementos que constituyen laacción litúrgica: palabras y signos, gestos y mo-vimientos, canciones y oraciones…, y en contex-tos (espacios y tiempos) también diferenciados.Los elementos más significativos: el símbolo dela fe, y las bendiciones y fórmulas que acompa-ñan al rito esencial de los sacramentos.

¿Cuál es el contenido de fe que puede o debecontener la celebración litúrgica? El contenidoestá en relación con la fiesta que celebra, (ej.Pentecostés), el tiempo litúrgico en que se encua-dra (ej. Adviento), la circunstancia propia que lamotiva (fiesta patronal, aniversario de bodas).

¿El contenido se puede enriquecer con ele-mentos particulares o inculturados? Solo en lamedida en que no contradice lo dispuesto por laIglesia, depende del tipo de celebración, y si sehace en la debida proporción y el adecuado mo-mento (ej. Testimonio de un enfermo, confirma-do, esposo).

¿Qué aporta pues la lex credendi a la lexorandi? Aporta un mejor conocimiento de sucontenido y de su misterio; el criterio para suarmonía con la recta doctrina; la conscienciasobre la riqueza de lo que celebra; la prevenciónal peligro de reducción a ritualismo o magia; larelativización de los elementos y formas cultura-les propios de una época; el recuerdo de lasexigencias éticas de la celebración; la recta for-mulación oracional del misterio celebrado; laapertura a la integralidad y unidad de dimensio-nes del misterio; la referencia a su comprensiónpluridimensional (o interdisciplinar); la necesi-dad, a veces, de una formulación de sus expresio-nes; y en una palabra la integración del symbolon(símbolo) con el logos (palabra) y con la praxis(uso).3.2.2.- «Lex orandi»

¿Cuál es la aportación específica de la lexorandi a la lex credendi, de la Liturgia a lateología? No solo el contenido del misterio; sinotambién la presencia viva del mismo misterio, surepresentación actualizadora, la acción del mis-mo Cristo y de la Iglesia in actu, (en el hoy) lapresencia y anticipo del eschaton (el final). La

Liturgia, es el único lugar de realización y expe-riencia del objetivo escatológico. De otro modo:la Liturgia aporta a la teología el contenido siste-mático de la fe, la acción viva, la representaciónsignal del misterio; la contemplación y admira-ción estética; el gozo y la fiesta de un compartirla fe con diversas palabras, signos y gestos; lasíntesis simbólica de la vida; la expresión enpalabra visible o rito verbal de la fe; la concentra-ción en lo fundamental no controvertido de dichafe; un lugar imprescindible para la determinaciónde la esencia teológica de la fe; el testimonio fiel,permanente y vivo de la fe histórica de la Iglesia;la crítica contra la posible violencia del logosteológico, del discurso racionalista y testificantede una comunidad que, con sus respuestas ygestos, con su participación activa y ministerial,con su palabra y su testimonio se convierte enespacio hermenéutico vivo de la doctrina de la fe.Por todo ello, el intellectus fidei (conocimiento dela fe) está originariamente siempre en relacióncon la acción litúrgica de la Iglesia, y el splendorveritatis Dei (el esplendor de las verdades deDios) encuentra un lugar privilegiado en la mis-ma Liturgia.3.2.3.- «Lex vivendi»

El Papa Benedicto XVI, ha propuesto enSacramentum caritatis un esquema al hablar de laEucaristía, como «misterio que se ha de creer» (laparte), «misterio que se ha de celebrar» (2ª parte),y «misterio que se ha de vivir» (3ª parte) (n. 4).Puede explicarse esta relación de la Liturgia conla vida en un doble movimiento: de la vida a laLiturgia, y de la Liturgia a la vida.

De la vida a la Liturgia. Porque venimos aparticipar en la Liturgia desde nuestra vida y connuestra vida. No dejamos la vida a la entrada dela Iglesia, sino que la introducimos en la mismaIglesia que se reúne en oración. A ella venimoscon nuestras alegrías y tristezas, con nuestroséxitos y fracasos, con nuestra salud o enferme-dad, con nuestros miedos y esperanzas y, sobretodo con nuestro pequeño amor encendido en lafe, para encontrarnos con el gran amor dispuestoa misericordia.

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De la Liturgia a la vida. Si necesitamos viviren la fe para poder celebrar, también necesitamoscelebrar para poder vivir en la fe. Si la celebraciónasume nuestra vida en Cristo, también nos impul-sa a transformar la vida en Cristo. Celebramosporque vivimos en la fe y para llevar la fe a todoslos momentos de la vida: el personal, el familiar,el social, el político, el cósmico o creatural y elhistórico. Por eso la SC definió la Liturgia, sobretodo la Eucaristía, como «culmen fuente», nosolo de la vida personal, sino también de la vidacomunitaria y eclesial (Cf. n. 10)

¿Cómo expresar y verificar esta relación fe-Liturgia-vida? Según las situaciones y circuns-tancias, en las introducciones (moniciones), enlas peticiones, en los símbolos que pueden acom-pañar la celebración (ofrendas, carteles…), en lostestimonios, sobre todo en la homilía, e incluso enla elección de textos bíblicos adaptados, o enalguna oración especial. El movimiento de laLiturgia a la vida, depende de las personas, peropuede concretarse en compromisos colectivos,en gestos compartidos (ej. Campaña contra elhambre, colectas, manifestaciones…).3.2.4.- «Lex communicandi»

¿Qué aporta la lex communicandi o pastoralactualizada en sus medios a la lex credendi, a lalex orandi, y a la lex vivendi? Aporta a las otrasdimensiones realismo para superar la abstracciónintelectualista; referencia a los problemas con-cretos de la vida, para superar el encerramiento dela identidad; revisión del lenguaje de la fe, para nocaer en la absolutización de unas fórmulas oexpresiones; propuesta de nuevas pedagogías,para proceder a una adaptación real a la cultura denuestro mundo: apertura de nuevas potencialida-des de comunicación y transmisión, para no ence-rrarnos en sistemas caducos de evangelización;estímulo para renovar el compromiso de misiónaplicado a las nuevas situaciones, realidades ymedios; mayor atención a los «signos de lostiempos», o momentos de kairós (tiempo de Dios)en los que la humanidad se juega su futuro;llamada a una conversión eclesial y personal, quereconozca a la vez su limitación, su misión, y sudependencia, en definitiva, de la gracia y de lamisericordia de Dios.

4.- ConclusiónLa dinámica de la fe en la celebración es una

dinámica interrelacionada con los diversos mo-mentos en que la fe es confesada, celebrada,vivida y comunicada. Ninguna acción del creyen-te queda al margen de la fe. Ningún acto de fequeda encerrado en sí mismo. Solo una fe «encirculación interdimensional operativa» puedeser una fe integral.

III. ACTUEMOS

A la luz de lo reflexionado en este tema,tratemos de aterrizarlo en nuestra pastoral, demanera especial para la práctica en las celebra-ciones litúrgicas:

1. ¿Qué ideas fuerza te ha dejado este tema?

2. ¿Qué haríamos para continuar el dinamismo denuestra fe en las celebraciones litúrgicas?

3. ¿Cómo podemos favorecer la comunicación ytransmisión de la fe desde la Liturgia?

IV. CELEBREMOS

Monitor: La oración es el encuentro de la sedde Dios, y la sed del hombre –decía San Agustín-y es nuestro modo de agradecer al Señor la re-flexión de este tema y litúrgicamente glorifica-mos al Señor invocando al Espíritu Santo: que esel pedagogo de la fe del pueblo de Dios; queprepara la asamblea para el encuentro con Cristo;y que hace fructificar el don de la comunión en laIglesia.

Nos unimos a Cristo, recordando su Palabra:«Les aseguro que si dos de ustedes se ponen deacuerdo en la tierra para pedir algo se lo dará miPadre del cielo. Porque donde dos o tres estánreunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio deellos» (Mt 18, 19-20).

CANTO:AL REUNIRNOS EN NOMBRE DEL SEÑOR,

CRISTO ESTÁ ENTRE NOSOTROS.Enséñame a seguir tus sendas, Señor;

indícame, mi Dios tus caminos. (AL REUNIRNOS…)

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1. OBJETIVO

Descubrir la importancia de la dignidadde los espacios y objetos litúrgicos utili-zados para la celebra la liturgia a fin deque podamos celebrar gozosamente nues-tra fe.

2. ORACION:

GUIA: Escucharemos ahora un pasaje dondeJesús en una acción simbólica purifica eltemplo. Con sus acciones y palabras, Jesúspone de manifiesto la degradación a quehabía llegado la institución del templo en sutiempo, que era sin duda alguna la másimportante del judaísmo. Para mostrar elestado en que se encuentra Israel, Jesús sedirige a su mismo centro y reclama unaconversión profunda, un regreso a la alian-za de amor con Dios. La respuesta a estaacción tan significativa es la oposición deloa sacerdotes y los maes-tros de la ley, que se venamenazados en sus inte-reses.

LECTOR: Del Santo Evange-lio Según San Mateo, 21,12-13.

Jesús entró en el templo yechó a todos los que esta-ban allí vendiendo y com-prando, tumbó las mesasde los que cambiaban di-nero y los puestos de losque vendían las palomas,y les dijo: Está escrito: Mi

casa es casa de oración, pero ustedes la hanconvertido en cueva de ladrones. Palabra deDios.

TODOS: Señor, que sepamos respetar y cuidarcon dignidad el templo, tanto aquel de nues-tra persona como también el templo físicoque hemos construido para ti, para darteculto. Que respetemos la dignidad de nues-tro cuerpo y la dignidad de los espaciossagrados en los que se reúne la asambleacomo pueblo de Dios para darte un culto enEspíritu y Verdad. Y que sepamos ver conrespeto y decoro todos los objetos dedica-dos a tu culto.

I. VEAMOS

Leer el siguiente comentario: «Francisco, re-construye mi Iglesia…»

Cuenta la historia que en el Medioevo, cuandoFrancisco Bernardone se dirigía a pelear a una

batalla, pasando por la de-rruida iglesia de San Damiánescuchó una voz que le de-cía: «Francisco, reconstruyemi Iglesia».

El joven pensó que Diosle pedía que reconstruyera eledificio que estaba cayéndo-se, tanto así que desertó y sededicó a recolectar piedraspara la obra, pero no pudoimaginar que lo encomenda-do era una labor más titánica.

La reconstrucción que serequería no era estética, sino

TEMA 3: La Dignidad de los Espaciosy Objetos Litúrgicos

para la Celebración Gozosa de la Fe

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humana, moral y espiritual, tarea que llevó ade-lante con no más herramientas que su mismotestimonio de pobreza, humildad y santidad. Notuvo que salir a la calle a protestar contra el papay las autoridades eclesiásticas o cerrar vías parapresentar demandas, sino sólo hacer lo propiocon sencillez y valentía y esperar que Dioshiciera Su parte.

Ochocientos años después, ¿quién no ha oídohablar de San Francisco de Asís? El mismo jovenque decepcionó a su padre al decirle que no queríaser comerciante como él, que le entregó su ropa yle recordó que «desnudo vine al mundo» y co-menzó a vestir como un mendigo; el mismo queamaba a los animales y a la naturaleza; el mismoque era feliz en su pobreza y que se desprendiótanto de los placeres terrenales que llegó decir:«Deseo poco, y lo poco que deseo, lo deseopoco…»; el mismo que sólo le pedía a Dios ser«instrumento de su paz».

Francisco marcó un rumbo evangélico de cari-dad y servicio a la humanidad y enseñó que ricono es el que más tiene, sino el que menos necesita.Su amor por la creación lo inspiró para su Cánticoa las Criaturas, al Hermano Sol, la Hermana Lunay, ¿por qué no «a la Hermana Muerte» si implicauna vida mejor?

Como Cristo, no necesitó un gran ejército oriquezas para hacerse escuchar y reconstruir lavida de la Iglesia, sino sólo su humildad, algo quenos falta a muchos sobre todo cuando estamos enel poder. El mismo papa lo recibió entonces y lepermitió fundar su congregación, los francisca-nos o capuchinos, que serían sus herederos espi-rituales y continuadores de su obra.

Viéndolo de cerca, el papa Inocencio II recor-dó que había visto a Francisco en un sueño: LaBasílica de San Juan Letrán, la parroquia delpapa, estaba inclinándose peligrosamente haciaun lado, cuando, felizmente, un monje, con as-pecto de mendigo, la sostuvo con su hombro eimpidió que se derrumbara.

Posteriormente, la Iglesia Católica fue sacudi-da por escándalos, guerras, divisiones internas, elCisma de Oriente y la Reforma de Lutero y pormomentos pareció venirse abajo, pero era evi-

dente que a medida que era despojada de poderestemporales, crecía en autoridad moral y espiri-tual; perdió la mitad de Europa, pero recibió larecién descubierta América y se extendió a Áfri-ca, Asia y Oceanía. El ejemplo de Francisco lahabía sostenido y esa era la reconstrucción quellevaría adelante, pero que no entendió cuando sela encomendaron.

PREGUNTAS:1. ¿Cómo contribuyó San Francisco a la edifica-

ción de la Iglesia Universal?.2. ¿Cómo podemos nosotros contribuir a la obra

de la construcción de la Iglesia Universal?

II. PENSEMOS

La pastoral sobre el arte litúrgico no debereducirse solo a la atención, cuidado y ornato delos edificios religiosos y de los objetos y utensi-lios de culto, sino que debe extenderse al decorode los mismos a fin de que los misterios que secelebran sean bien representados y desarrolladoscontribuyendo así a la celebración gozosa de lafe. Es más, todo aquello que es designado a serviral culto sagrado debe ayudar eficazmente a lacatequesis y evangelización; es decir, están alservicio de las celebraciones y de la asambleacelebrante para que contribuyan a que estas seandignas, decorosas y bellas.

La celebración de los divinos misterios tieneuna dinámica que conlleva un orden y una armo-nía, tanto en lo que se refiere al lugar, como aldesarrollo de la acción. Por lo que los espaciosponen de manifiesto la jerarquía, el oficio o elservicio que cada uno de los miembros del cuerpomístico desempeña como la presidencia en lascelebraciones, el anuncio de la palabra de Dios, lacomunión y la participación o el servicio al altar.«Todos, ministros y fieles, cumpliendo cada unocon su oficio, hagan todo y sólo aquello que lescorresponde; de ese modo, por el mismo orden dela celebración se hará visible la Iglesia constitui-da en su diversidad de órdenes y ministerios(INSTITUCION GENERAL DEL MISAL RO-MANO, 288. En adelante IGMR)

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De una manera especial, la liturgia eucarística,como toda la liturgia en general, se realiza porsignos externos, sensibles, con los que la fe sealimenta, se robustece y se expresa, se debe ponertodo el esmero posible para que sean selecciona-das y ordenadas aquellas formas y elementospropuestos por la Iglesia que, según las circuns-tancias y personas y lugares, favorezcan más

directamente la activa y plena participación delos fieles y respondan mejor a su aprovechamien-to espiritual (IGMR n. 5). Todo está pidiendo unesmerado esfuerzo para proceder siempre congusto estético, delicadeza y dignidad. Hay querevisar y proceder siempre con decoro de unhumilde servicio para gloria de Dios y edifica-ción de los hombres.

Todo aquello que se refiere a los espacioslitúrgicos y aquello que sirve al culto divino ha dedistinguirse por su dignidad, que no quiere decirnecesariamente riqueza; y por su adecuación alfin al que están dedicados. Todo debe ser funcio-nal, noble y grato a la vista. Aun en las cosas demenor importancia han de tenerse en cuenta lasexigencias del arte. En todas deben estar asocia-das la noble sencillez y la limpieza tan necesariaen nuestras iglesias y sacristías.

Debe predominar el buen gusto, el sentidoestético y la funcionalidad litúrgica, en modo derealizar la instalación eléctrica, el montaje deequipos de sonorización, calefacción, depósitos

de bancos y asientos para los fieles, en la coloca-ción de imágenes, cuadros, jarrones, candeleros,flores, velas y otros utensilios, destacando lacalidad, la veracidad de los materiales y evitandocualquier muestra de falsedad.

Para el diseño de los espacios, la remodelación,la adaptación de los mismos, los cambios deimágenes, utensilios y objetos no hay que proce-

der caprichosamente, es nece-sario pedir los debidos permi-sos y las asesorías para obte-ner un mejor diseño de losnuevos espacios y adaptaciónde los ya existentes; la sustitu-ción de objetos de culto anti-guos, ya que muchos son devalor histórico y artístico, porotros modernos o más funcio-nales, o cuando los objetos sus-tituidos no se pueden acomo-dar a las normas litúrgicas vi-gentes, lo que tiene lugar enrarísimas ocasiones. Los obje-tos de culto no por ser viejos

son «menos litúrgicos», ni por ser modernos son,ya por eso, «más litúrgicos».

El presbítero, el retablo, el altar, la sede, elambón, el bautisterio o la pila bautismal, el sagra-rio y todos los espacios requeridos para el cultodeben ser programados y diseñados teniendo encuenta su importancia y su sentido focal, asícomo su colocación correcta e iconografía nece-sarias para su interpretación simbológica y valorartístico. No hay que proceder a la ligera al elegirlos elementos del presbiterio ya que su belleza, laiconográfica y su lectura simbológica son impor-tantes para su dignidad. También habrá que tenersumo cuidado al elegir el material y sus formas,evitando las desarmonías que ofenden la sensibi-lidad y el buen gusto artístico. Es importante teneren cuenta los criterios de arte, pero no puede serel arte por el arte el que prevalezca, pues el arteestá al servicio de la vida cristiana. Hemos de darsoluciones definitivas, asesoradas, funcionales,correctas y de buen gusto a los presbiterios denuestros templos, sin romper la belleza y la armo-nía del espacio. Nada se haga sin el asesoramien-

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to de la Vocalía de Arte Litúrgico a fin de que todose haga conforme a las normas establecidas por laliturgia y el arte sagrado.

Los vasos sagrados han de ser de materialessólidos y dignos, prefiriendo los que son irrompi-bles e incorruptibles. Los destinados a contener laSangre del Señor deben tener la copa de materialque no absorba los líquidos y, si son de materialoxidable, deben revestirse con baño de oro.

En lo tocante a vestiduras sagradas hay uncampo muy interesante para el arte, tanto en loque se refiera a la materia y forma de las mismas,como al modo de llevarlas, de vestirlas. Tambiénen el vestir las vestiduras sagradas hay que tenergusto y cuidado.

Las vestiduras sagradas deben constituir eldistintivo propio del oficio que desempeña elministro y contribuir al decoro de las mismasacciones sagradas. La nobleza y belleza de cadavestidura ha de buscarse no en la abundancia delos adornos sobreañadidos, sino en el materialque se emplea y en su corte (IGMR 297-310). Nocabe duda que la cuidadosa manera de vestir losornamentos sagrados contribuye a que las cele-braciones sean más dignas. Hay ornamentos an-tiguos, retirados del culto, arrumbados en arma-rios y bodegas, con peligro a deteriorarse. Estosornamentos, ya tengan valor artístico, ya carez-can de él, deben ser recogidos y custodiados enlugares limpios y preservados de humedades,animales y posibles robos.

Respecto a los libros litúrgicos también serequiere una pastoral de buen gusto. Conviene irretirando las hojas sueltas y los libros tamaño debolsillo o «misalitos» en las celebraciones y hayque sustituirlos por los Misales, Rituales yLeccionarios oficiales. Estos, además de ser másdignos por su presentación son seguros en sucontenido. La Iglesia siempre ha tenido una granveneración a los Libros litúrgicos, cuidando deque fueran dignos e incluso elegantes y ricos. Eldesembolso económico que esto supone para lasparroquias e iglesias ha de ser considerado ungasto necesario y urgente en el presupuesto. Aque-llos que ya no sirven para el culto, que se están

estropeando en rincones entre trastos y papelesviejos, deben ser recogidos y preservados espe-rando que se creen los lugares propios para que nose pierdan o se desintegren de forma indecorosa.Lo que ha servido para el culto de Dios merecerespeto y no dedicarse a uso profano.

Es un reto para nuestra iglesia diocesana lacreación de lugares o museos donde se pueda deuna forma decorosa preservar todo aquello que yano se usa o que quizá pueda caer en manosequivocadas.

III. ACTUEMOS

1. En este año de la celebración gozosa de la fe:¿Cómo podemos colaborar en la dignidad de losespacios y objetos sagrados?

2. ¿Cómo contribuyo a la edificación, el respetoy la dignidad de la Iglesia y del templo?

IV. CELEBREMOS

GUIA: La liturgia nos ofrece un espacio muypropicio para aprender a dignificar los espacios ylos objetos dedicados a Dios.

Respondemos todos:

R: Escúchanos Señor.1.- Pidamos por nosotros y aquellos que se dedi-

can al diseño, la construcción, reconstrucción,remodelación y mantenimiento de los espa-cios litúrgicos.

R: Escúchanos Señor.2.- Pidamos por todos aquellos que colaborar por

medio del arte para mostrarnos la belleza ydignidad de lo sagrado a través de los objetoslitúrgicos.

R: Escúchanos Señor.3.- Para que todos juntos por medio de la belleza

que participa de Dios, sepamos celebrargozosamente nuestra fe.

R: Escúchanos Señor.GUIA: Ahora todos juntos recitemos la ora-

ción que Cristo nos enseñó: Padre nuestro…

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1. Objetivo

Descubrir la música y el canto al serviciode la Liturgia y de la piedad popularcomo signos gozosos del encuentro en-tre Dios y los hombres, para valorar yfomentar más su presencia en la celebra-ción de nuestra fe.

2. OraciónLectura Bíblica (Cf. 1 Cro 16, 23-34):

Cante al Señor toda la tierra, de día en díaanuncien su salvación.Proclamen su gloria en-tre las naciones y digansus maravillas entre lospueblos. Adoren al Se-ñor todas las familiasde la tierra. Reconoz-can su poder. Den glo-ria a su santo nombre.Haya júbilo en el cieloy en la tierra; diganentre las naciones: ElSeñor reina. Que resue-ne el mar y cuanto lollena. Alégrese el cam-po y todo lo que en élvive. Y salten de gozotodos los árboles, gócense delante del Señor queya viene, viene para juzgar a la tierra. Alaben alSeñor porque es bueno. Porque es eterna su mise-ricordia».

Por unos momentos en silencio recordemos de3 cosas que hayan sido tan significativas en nues-tra vida que nos hayan hecho alabar a Dios,reconocer su presencia, dirigirle un pensamiento,una oración o hasta un canto…

Canto:ALABARÉ, ALABARÉ,ALABARÉ, ALABARÉ,

ALABARÉ A MI SEÑOR. (2)

1. Somos tus hijos, Dios Padre eterno,tú nos has creado por amor;te adoramos, te bendecimos

y todos cantamos en tu honor.

2. Todos unidos, alegres cantamosgloria y alabanzas al Señor.

¡Gloria al Padre!, ¡gloria al Hijo!y ¡gloria al Espíritu de amor!

IntroducciónSan Agustín acon-

seja: «No te preocupespor las palabras, comosi éstas fuesen capacesde expresar lo que de-leita a Dios. Canta conjúbilo. Éste es el cantoque agrada a Dios, elque se hace con júbilo.¿Qué quiere decir can-tar con júbilo? Darsecuenta de que no pode-mos expresar con pa-labras lo que siente elcorazón. En efecto, los

que cantan, ya sea en la siega, ya en la vendimiao en algún otro trabajo intensivo, empiezan acantar con palabras que manifiestan su alegría,pero luego es tan grande la alegría que los invadeque, al no poder expresarla con palabras, pres-cinden de ellas y acaban en un simple sonido dejúbilo.

El júbilo es un sonido que indica la incapaci-dad de expresar lo que siente el corazón. Y estemodo de cantar es el más adecuado cuando se

TEMA 4: La Música y el Cantoen la Celebración Gozosa de la Fe

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trata del Dios inefable. Porque, si es inefable, nopuede ser traducido en palabras. Y, si no puedestraducirlo en palabras y, por otra parte, no te eslícito callar, lo único que puedes hacer es cantarcon júbilo. De este modo, el corazón se alegra sinpalabras y la inmensidad del gozo no se ve limi-tada por unos vocablos. Cantadle con maestría ycon júbilo.»- ¿Qué nos hacen pensar

estas palabras de SanAgustín?

I. VEAMOS

Respondamos y com-partamos las siguientespreguntas:- ¿Dónde y cómo apren-

demos la manera decomunicarnos con losdemás?

- ¿El lenguaje hablado essuficiente para expre-sar todo lo que sentimos, pensamos y cree-mos? ¿Qué otras formas de lenguaje utiliza-mos?

- ¿Crear música, con nuestra voz o con instru-mentos, nos ayuda a expresarnos? ¿En quésituaciones preferimos «cantar» a solamentehablar?

- ¿Qué tipo de música escuchamos y en quésituaciones?

- ¿Nos gusta bailar? ¿Por qué bailamos? ¿En quésituaciones bailamos o danzamos?

II. PENSEMOS

a. La Expresión humana.La persona humana se consolida a base de

relaciones, los podemos llamar también «encuen-tros». El encuentro más elemental es el del «YO»con un «TÚ». Este encuentro abarca todas lasmanifestaciones del YO.

Después del nacimiento (primer encuentro: elbebé que nace con el doctor, la mamá, el mundo

exterior), el ser humano mientras crece, perosobre todo en los primeros años de la infancia, vahaciendo suyos todos los medios, recursos, nor-mas, reglas que regirán la forma como realizarásus relaciones a lo largo de toda la vida.

Es a lo largo de este proceso donde se aprendeque algo básico para sobrevivir es la capacidad de

«expresión», comomanifestación de queYO-estoy-presente,como puesta en evi-dencia de la propiaidentidad frente a larealidad que lo rodea,si no se «expresa», elYO no existe para losdemás. Se cae en lacuenta de que todoslos movimientos, so-nidos, gestos que rea-liza frente a susinterlocutores, tienenun significado parti-

cular (por ejemplo, el bebé que llora para que loalimenten, lo cobijen; el tono de voz para pediralgo, para que le perdonen un error, etc.).

De esta forma, gracias a las propias experien-cias internas y a los encuentros que cada día setienen, se va ampliando el abanico de expresionescon las que nos ponemos en contacto con elmundo que está a nuestro alrededor. Incluso, sellega a una extraña percepción de que hay realida-des dentro de nosotros que no pueden ser simple-mente expresadas como información, en base apalabras frías.

Es entonces cuando surge la necesidad quellamamos comúnmente «expresar nuestros senti-mientos», que no puede ser una mera recitaciónde estados físico psicológicos de la persona. Eneste punto es donde la gran mayoría de los sereshumanos ha descubierto en la música un vehículovalioso para darle cauce a todas esas situacionesque parecen tener lugar más en nuestro espírituque en nuestro cuerpo.

Se llega a decir que «de dolor se canta»; que«no es un buen cumpleaños el que no tiene un

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buen ‘baile’»; que «se expresa mejor un senti-miento con una canción», etc. La música viene aser uno de los instrumentos con el cual la personalogra transportar su mundo interior a la realidadexterior que lo envuelve.

El canto y la música resultan altamente agra-dables y gratificantes; expresan las ideas y lossentimientos, las actitudes y los deseos interiores;la alegría y el amor, el dolor y la tristeza. Muchasveces su poder expresivo llega hasta donde nollegan las palabras. No solo expresan, sino querealiza, encarnan yalimentan las actitu-des interiores y lossentimientos, refor-zando las palabras. Elcanto crea comuniónpor encima de edades,razas, fronteras y cul-turas, une y da cohe-sión al grupo de per-sonas. Crea una at-mósfera de sintonía yde concordia. El can-to hace fiesta y es unsímbolo. El canto y lamúsica ayudan a tras-pasar fronteras y a darun color festivo a la celebración del misterio (cfr.A. ALCALDE, Música y Espiritualidad, DossiersCPL 113, Barcelona 2009, p. 10).

Testimonio Bíblico: (2 S 6, 1-5)David reunió entonces a todo lo mejor de

Israel, unos treinta mil hombres, y se dirigió aBaala de Judá, acompañado de todo su pueblo.Quería traer el Arca de Dios sobre la cual ha sidopronunciado el Nombre de Yavé Sabaot, quien sesienta en ella sobre los Querubines. Sacaron elArca de Dios de la casa de Abinadab, en la cumbrede la colina, y la pusieron en una carreta nueva.Uza y Ajío, los hijos de Abinadab, conducían lacarreta; Uza iba al lado del Arca de Dios y Ajíoiba delante de ella. David y todos los israelitasbailaban delante de Yavé con todas sus fuerzas;cantaban al son de guitarras, arpas, tamboriles,címbalos y toda clase de instrumentos.

b. El canto expresa y realiza nuestras actitudesinterioresEl canto expresa las ideas y los sentimientos,

las actitudes y los deseos. Es un lenguaje univer-sal, uno de los signos de la expresión del que elhombre echa mano con mayor naturalidad –juntoa la palabra, el gesto, el movimiento y la danza–para manifestar su dolor y alegría, su protesta o sutriunfo. Porque tiene un poder expresivo quemuchas veces llega a donde no llega la solapalabra.

Pero el canto nosólo expresa, sinoque realiza la actitudinterior. No es algoque meramenteacompaña o adornaa la expresión, sinoque él mismo, juntocon la palabra, y aveces sin la palabra–porque los instru-mentos musicalesson como una pro-longación de la vozhumana– encarna laactitud interior y elsentimiento, hacién-

dolos vivos y humanos. El canto no sólo nos sirvepara dar noticia de una idea o un sentimiento, sinoque los realiza y los alimenta Cuando Jesús sedirigió a curar a la hija del jefe judío… vio a losflautistas y el alboroto de la gente, expresando elluto (Mt 9,23).

Por eso también en el terreno religioso y deculto se ha empleado siempre el canto, y enconcreto, en nuestra celebración cristiana. En laliturgia el canto tiene una función clara: expresanuestra postura ante Dios (alabanza, petición) ynuestra sintonía con la comunidad y con el miste-rio que celebramos.

Si nuestra oración tiene que ser algo más querutina o cumplimiento de un deber, si quiere serpalabra expresiva de la fe o de la alegría cristiana,es connatural que muchas veces –cuando su gé-nero lo pida– se convierta en canto. El canto

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contribuye a que la oración sea más plena, másenglobada en la persona total del que ora.

«No ha de ser considerado el canto –dice laIntroducción a la Liturgia de las Horas n. 270–como un cierto ornato que se añade a la oración,como algo extrínseco sino más bien como algoque dimana de lo profundo del que ora y alaba aDios». Con el canto «la oración adopta unaexpresión más penetrante… el misterio de laliturgia se manifiesta más claramente» (MusicamSacram 5).

Un salmo que se queda sólo en palabras más omenos mecánicamente recitadas, cuando su natu-raleza invita a una actitud poética y musical,puede resultar una oración a medias: el canto lepuede dar una plenitud expresiva que engloba alhombre también con su sentimiento y su capaci-dad estética, con razón San Pablo exhorta devarias maneras a las primeras comunidades cris-tianas.

Cantos de pasión y penitencia, cantos de triun-fo y euforia: si están medianamente adaptadostambién en su lenguaje musical, son un medio,efectivo por demás, de sintonía con el misteriocelebrado. Un amén final puede ser dicho, senci-llamente; como también un aleluya. Pero canta-dos, con el género de música que pide una acla-mación comunitaria, son ciertamente más expre-

sivos y eficaces. El canto no sólo dice lo quesentimos sino que alimenta nuestra actitud inte-rior, nos mueve, materializando de algún modolos sentimientos interiores.c. El canto hace comunidad

La instrucción sobre la música sagrada (MS5), además de recordar que con el canto «laoración adopta una expresión más penetrante»,afirma que «el misterio de la sagrada liturgia y sucarácter jerárquico y comunitario se manifiesta

más claramente; mediante la unión delas voces se llega a una más profundaunión de corazones»…

El canto «pone de manifiesto de unmodo pleno y perfecto la índole co-munitaria del culto cristiano» (IGLH270), Ya San Pablo exhortaba: «Cuan-do se reúnan, reciten salmos, himnosy cantos espirituales, cantando y cele-brando al Señor de todo corazón» (Ef5,19).

Es algo que pasa notoriamente enlos niveles humanos y sociológicos:cantar en común une. Lo experimen-tamos en cualquier sobremesa o mitinpolítico o acontecimiento deportivo.Cantar crea una atmósfera de sintonía,es un signo de solidaridad y comu-

nión, por encima de edades y culturas. Un himnonacional conserva todavía una evidente fuerza deunión, renovando continuamente la razón de serdel grupo y recordando sus raíces. Cantar encomún ayuda a salir de sí, a superar perspectivasmeramente personales para incorporarse a lascomunitarias.

Cantar, dentro de la celebración cristiana, estambién algo de todo eso, pero aplicado a lacomunidad eclesial.

Nuestra fe no es sólo asunto personal privado:somos comunidad y el canto es uno de los mejoressignos y factores de nuestro común sentir. Sinperder nada de la profundidad personal de cadauno, estas actitudes se hacen de la comunidad. Laeducación decididamente individualista que he-mos recibido explica la reticencia que algunos

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todavía pueden sentir por el canto, precisamenteporque el cantar con otros nos hace salir un pocode nosotros mismos y sumarnos a la expresióncomunitaria en la única celebración.d. El canto hace fiesta

Un valor del canto es también el de crear unclima más festivo y solemne: «ya sea expresandocon mayor delicadeza la oración o fomentando launidad, ya sea enriqueciendo de mayor solemni-dad los ritos sagrados» (SC 112), «desde la belle-za de lo sagrado el espíritu se eleva más fácilmen-te a lo invisible, y toda la celebración prefiguracon más claridad la liturgia santa de la nuevaJerusalén» (MS 5).

El canto hace fiesta. Este era uno de los valoresque ponía de relieve san Pío X, aunque segura-mente los cánones de «solemnidad» y de fiestaeran distintos de los nuestros. Ahora, la verdaderasolemnidad y festividad está, no tanto en unoscantos polifónicos por parte de la coral –aunquees un elemento que sigue teniendo sus momentosoportunos y su sentido pedagógico– sino en unacomunidad que toda ella participa también en elcanto. La celebración en común, y cantada, esa esla fiesta: «nada más festivo y más grato en lascelebraciones sagradas que una asamblea quetoda entera, exprese su fe y su piedad por elcanto» (MS 16). El canto es precisamente uno delos factores privilegiados de esa participaciónfestiva. Dice el apóstol Santiago: «¿Está algunoentre vosotros afligido? Haga oración. ¿Estáalguno alegre? Cante» (Sant 5,13).

Nuestra liturgia tiene necesidad de mejorar sutono festivo. No hace falta que se convierta en unreventón, pero tampoco tiene que parecerse a unvelatorio o a una reunión de sociedad anónima enel sentido estricto de la palabra. Necesitamos unacelebración más oxigenada y variada. Y esto lopuede dar el canto bien realizado. A este aspectocontribuye de una manera especial el sentidofestivo con que las celebraciones de la piedadpopular ensalzan el valor y la riqueza de la fe, delas tradiciones, del encuentro con Dios y con losagrado. Las danzas, los cantos «informales» conmelodías sencillas, formas rítmicas no tan acadé-

micas, los gritos y aclamaciones espontáneas,son también una contribución enorme a la cele-bración de la fe.

En el estadio o en la calle o en la sobremesafamiliar cantamos, aclamamos, manifestamosnuestros sentimientos. Salvadas las proporcio-nes, ¿por qué en nuestra celebración se cierrannuestros labios o se frunce el ceño ante unaaclamación viva o un ritmo más movido o tal vezunas palmadas que acompañen el ritmo de uncanto por parte de los jóvenes?, ¿es que no esta-mos convencidos de que lo que celebramos esdigno de alegría y de fiesta? Los novios másserios, que en su vida se han dedicado una serena-ta, quieren música para su boda: sin música lesparecería poca la fiesta. Los cristianos, que so-mos continuamente invitados a un banquete debodas, o a la alabanza lírica de los salmos, ¿porqué tenemos tan poca «necesidad» de canto y demúsica festiva en la celebración? «El canto es unaseñal de euforia del corazón. Incluso recuerdaesta motivación el gozo que será ya pleno en laasamblea definitiva del cielo, en que la liturgiaserá vivida en su plenitud» (MS 5).

III. ACTUEMOS

Respondamos por equipos las siguientes preguntas:

- ¿Qué podemos hacer para mejorar la calidaden el canto y la música de nuestras celebra-ciones de fe?

- ¿Qué espacios necesitamos crear o aprovecharen nuestra parroquia o comunidad para quequienes gusten de realizar estas expresionesmusicales las realicen con mayor dignidad?

- ¿Cómo promover que tanto el canto, como lamúsica y la danza nos ayudan a reforzar elsentido comunitario de nuestra fe y nuestroencuentro con Dios y no son solo gustospersonales o signos de ostentación?

IV. CELEBREMOS

Se invita a que los presentes realicen algunas acciones degracias espontáneas por lo recibido durante este encuentro.

Se finaliza cantando el Padrenuestro…

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1. Objetivo

Revisar la modalidad como aprovecha-mos el potencial festivo de nuestras cul-turas para dinamizar las tradiciones yvalores cristianos de nuestras comunida-des.

2. Oración InicialPara estar contigo,

Señor, me libero de mimochila (mis preocupa-ciones), me quito los len-tes (mis visiones), olvi-do mi agenda (mis ne-gocios), guardo la plu-ma en el bolsillo (misplanes), arrincono el re-loj (mi horario), me des-pojo de mi ropa (misambiciones), me des-prendo de mis joyas (misvanidades), renuncio a mi anillo (mis compromi-sos), me quito los zapatos (mis ansias de huída),dejo, también, mis llaves (mi seguridad); todopara estar contigo, el único Dios verdadero.

Y, después de estar contigo, tomo las llaves,para poder abrir tus puertas; me calzo los zapatos,para andar tus caminos; me coloco el anillo, paracomprometerme contigo; me adorno con las jo-yas, para asistir a tu fiesta; me visto la ropa, parasalir a tu amplio mundo; recupero mi reloj, paravivir al compás de tu tiempo; tomo mi pluma,para escribir tus pensamientos; recobro la agen-da, para no olvidar tus citas conmigo, y mis citascontigo, a lo que soy muy propenso; me pongo lasgafas, para poder ver el mundo a tu modo; y cargo

mi mochila, para llevar y sembrar tus promesas.Renuévame, Señor, con la fuerza de tu Espíritu;no permitas que la rutina nuble el luminoso mun-do en que me has puesto para anunciar el Evange-lio. Amén.

I. VEAMOS

1. Las fiestas populares son un fenómeno pre-sente en todas lasculturas, puesresponden a unconjunto de ne-cesidades huma-nas entre las quepodemos enume-rar las siguientes:a) Identidad. Lasfiestas expresanel alma de lospueblos, su sen-sibilidad y su his-

toria; se trasmite de padres a hijos, y se absorbeen la atmósfera local en que se vive; es unatradición muy específica única.

b) Sentido de la vida. Las personas expresan conla fiesta que la vida es buena, que posee unabelleza y un valor en sí misma; e incluso eldolor y la privación poseen un sentido. Lasfiestas son un espacio para la vida, para con-templarla y vivirla. En ellas aparecen las espe-ranzas de las personas y las respuestas a laspreguntas más profundas.

c) Trascendencia. Las fiestas son una ruptura conel tiempo ordinario, un contraste con la rutinadiaria; en ellas irrumpe otro tiempo, el ocio,evocación de la vida feliz y eterna, y se estable-

TEMA 5: La Acción Pastoralsobre las Fiestas

de la Piedad Popular

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ce un contraste con el trabajo mediante eljuego, se afirma el ser sobre el hacer, lo espi-ritual sobre lo material, aparece lo diverso, eldeseo de lo nuevo y lo pleno. Por eso la fiesta,de suyo, es una realidad religiosa, un eventoempapado por la vida de Dios.

d) Libertad. Las fiestasrevelan la  vitalidad  de  lospueblos; su salud se puedemedir por los valores y cali-dad de sus fiestas; en ellashay lugar para vitalidad ex-presiva de la alegría, el can-to, el baile, el color, la ima-ginación, la intuición, elafecto y el deseo. En las fies-tas aparece la moral de lospueblos, sus reglas y prácti-cas se flexibilizan y se actúacon toda comodidad.

e) Fraternidad. En las fiestas sesupera la soledad y el indivi-dualismo, y aparece la co-munión, la armonía, el en-cuentro entre personas, laacogida, el respeto, la acep-tación. Y así brilla con ple-nitud la belleza de la vida.En la fiesta destaca el valorde lo in-útil, frente al mate-rialismo, de la generosidad y el dispendio enatención a la fraternidad y la vida humana.Es oportuno distinguir entre fiesta y diversión.

Un parque acuático, un circo, una charreada, latelevisión, el cine o el fútbol son diversiones: soneventos con un objetivo netamente comercial, aligual que la kermés o la feria; no son fiesta,aunque se celebren en ámbitos de fiesta.

2. Hay fiestas de distinto tipo: laicas, religio-sas, familiares, sociales; no todas nos interesan enel presente tema. Nos ocuparemos solamente delas fiestas en el ámbito de la piedad popular. Perode cualquier modo necesitamos distinguir losconceptos: religiosidad popular, piedad popu-lar, laicismo, fiestas familiares y fiestas popu-lares.

a) Religiosidad popular. Religiosidad se refiere ala dimensión religiosa presente en las personasy los pueblos, una visión de la trascendencia yel mundo, una síntesis específica (cfr. DPPLn.10). Es el modo como el pueblo vive losagrado, especialmente mediante prácticas ri-tuales y experiencias colectivas que se trasmi-

ten en el ámbito familiar y so-cial. Es una fuente de riquezapara la fiesta, es el pan del que sealimenta la liturgia. Entre noso-tros hay muchos ejemplos de re-ligiosidad de origen no cristia-no, sino pagano, o que se handesvinculado del cristianismo(halloween, despedida de solte-ro); enumeramos las limpias, lasbrujerías, los horóscopos, losamuletos y los carnavales.b) Piedad popular. La piedad po-pular es el conjunto de manifes-taciones cultuales no litúrgicas,nacidas del genio de un pueblo,con las que expresa su fe cristia-na (cfr. DPPL n.9). Podríamosdecir que es el resultado de laevangelización de la religiosi-dad popular, su purificación ycomplementación con la fe cris-tiana. Entre ellas están las pere-grinaciones, el uso de imágenes,

luces cohetes, mandas, oraciones y devocio-nes como el rosario o el viacrucis.

c) Laicismo. El laicismo es la pretensión deconstruir una sociedad sin religiosidad públi-ca, relegándola al ámbito privado. Hay fiestaslaicas nacidas generalmente con la ilustracióny la revolución francesa, como la ferias (delvestir, ganaderas, artesanales…), los días (delmaestro, de la madre, de la bandera…); peratambién en ámbitos mercantiles como el díadel amor y la amistad o el baby shower.

d) Fiestas familiares. Fiestas familiares son aque-llas celebraciones que impactan al núcleo so-cial familiar. Quince años, bautismo, matri-monio, funeral, comunión.

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e) Fiestas populares. Las Fiestas populares soncelebraciones que realizan comunidades loca-les más amplias o menos amplias. Se trata defiestas patronales, peregrinaciones a santua-rios, o tiempos como navidad o cuaresma.3. Las fiestas con las que celebramos nuestra fe

tienen una historia. Varios aspectos de ellas sedesarrollaron a partir de las fiestas judías, cuyoorigen agrario vegetal fue sustituido por el me-morial de un acontecimiento salvífico: el éxodo.Pero las fiestas cristianas surgen del misteriopascual de la muerte y resurrección de Cristo;este es el acontecimiento nuclear que va restandofuerza a las celebra-ciones judías, en lasque también partici-paban los primeroscristianos. La cele-bración específicade los cristianos erael primer día de lasemana, el día seño-rial («domingo» vie-ne de dominus, se-ñor); este día era eldía del Señor porqueera el día de la resu-rrección, y el día en que se hacía presente; es lacelebración gozosa de que resucitó y está connosotros, el día en que inicia la nueva creación, eldía de la salvación, el hoy. Por eso el domingorelativiza todos los tiempos, cultos y lugaresjudíos; es la fiesta cristiana, memorial de la pas-cua salvadora.

Y a partir del domingo se desarrolló la vigiliapascual, aniversario de la resurrección, único díasacramental y mistérico, sobre todo a partir delsiglo IV. Luego apareció la cincuentena pascual,prolongación y desarrollo de esta fiesta, inclu-yendo la ascensión del Señor y la venida delEspíritu Santo. Y la Cuaresma, el tiempo depreparación.

Otras fiestas, como Navidad y Epifanía, no soncelebraciones de aniversario, sino tiempos queaprovechan el simbolismo del solsticio de invier-no para comenzar el año litúrgico (que incluye el

Adviento como su preparación) y expresar unsimbolismo teológico-espiritual. Simultáneamen-te se van desarrollando otras fiestas, como lasmemorias de los mártires, la Theotokos (Madrede Dios) y las témporas y rogativas.1. ¿Cuáles rasgos de las fiestas están presentes

en nuestras celebraciones?2. ¿Qué tipo de fiestas existen en nuestra

comunidad?

II. PENSEMOS

1. Hemos dicho que las fiestas en el ámbito dela piedad popular,pueden ser familia-res o populares.¿Cómo podemosactuar sobre ellas enmodo que cumplana cabalidad su ra-zón de ser? Antesde responder a estapregunta, es preci-so recordar algunosaspectos sobre la li-turgia, que es el nú-cleo de la celebra-

ción cristiana; y el centro de la liturgia es elmisterio pascual de Cristo, núcleo del Evangelio.La liturgia, por tanto, ha de medir la calidad deestas fiestas populares.

2. Pero también la liturgia ha de aprender de lasfiestas. El Concilio Vaticano II insistió en quela liturgia es celebración; la designa como «ce-lebración litúrgica» (SC 7, 14, 21, etc.); estosignifica que hay que superar el formalismo fríoy el verbalismo, así como el aire didáctico omoralizante, que se han difundido entre nosotros.De ahí se desprende la necesidad de que todanuestra liturgia adquiera un tono festivo, para locual mucho ayuda el simbolismo, el gozo de lamúsica, el canto y otros recursos; pero tambiénrequiere asumir la vida con sus gozos y dolores,y transformarla; la celebración litúrgica no puedeser una cápsula fuera de la historia, sino algo vivo,en contacto con la libertad, el bien y la belleza;

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porque toda celebración incide en toda la existen-cia; en la celebración se presentan símbolos ygestos de la vida cotidiana, de la vida; por eso es«fuente y cima» de la vida cristiana (SC 10).

3. La celebración primordial, según el Conci-lio, es el domingo: «El domingo es la fiestaprimordial, que debe presentarse e inculcarse a lapiedad de los fieles, de modo que sea también díade alegría y de liberación del trabajo» (SC 106).También el Papa Juan Pablo II, en su CartaApostólica Dies Domini (1998) subraya la impor-tancia de que sea festiva la celebración domini-cal, porque el domingo «Es el día de la evocaciónadoradora y agradecida del primer día del mundoy a la vez la prefiguración, en la esperanza activa,del ‘último día’, cuando Cristo vendrá en sugloria» (DD 1); recuerda que la liturgia es invita-ción al gozo de las mujeres que encuentran a Jesúsresucitado, el arder del corazón de los discípulosde Emaús, es eco del gozo de los Apóstoles. ElPapa pide que la eucaristía dominical se prepare«con especial esmero», y «dar a la celebración elcarácter festivo», atendiendo especialmente a lacalidad del canto (DD 50); también pide «llevar elsigno de la alegría con la que los discípulosacogieron al Maestro: ‘Los discípulos se llenaronde alegría al ver al Señor’ (Jn 20,20) […] Elcarácter festivo de la Eucaristía dominical expre-sa la alegría que Cristo transmite a su Iglesia pormedio del don del Espíritu» (DD 56), y cita aPablo VI: «la alegría cristiana es por esencia unaparticipación espiritual de la alegría insondable,a la vez divina y humana, del Corazón de Jesu-cristo glorificado» (Gaudete in Domino). Si tene-mos en cuenta que el domingo es el modelo de lacelebración cristiana, podremos comprender elalcance de estas palabras sobre las demás cele-braciones litúrgicas.

4. Nosotros, como Iglesia particular, hemosoptado por atender las tradiciones y piedadpopular de las comunidades (VPDPSJL nn.92-98); y hemos señalado que esa «espiritualidadpopular» (DA 263) «debe ser promovida y apro-vechada por la pastoral litúrgica, sobre todo en sudimensión espiritual, armonizándola con la litur-gia de acuerdo a los criterios del magisterio»

(VPDPSJL n.98). Además, hemos optado porunos rasgos de Iglesia, entre los que están larenovación de su lenguaje y estructuras (VPDPSJLn.137), y la celebración gozosa de su fe y suesperanza (VPDPSJL n.145).1. ¿Qué podemos hacer para que nuestra liturgia

sea celebración, para que adquiera un tonofestivo y vigorice la fe?

2. ¿Cuáles signos festivos debemos cuidar en lascelebraciones litúrgicas?

III. ACTUEMOS

1. Hemos visto ya los rasgos de las fiestas engeneral, y las hemos clasificado. También vimosque la liturgia también es fiesta, cuya originalidadconsiste en contener y expresar el núcleo de la fe(el misterio pascual), del cual se deriva la piedadpopular y hacia el cual la piedad popular esatraída. Ahora nos preguntamos: ¿qué podemoshacer para que nuestras fiestas litúrgico-fami-liares y litúrgico-populares renueven su vigory así contribuyan a afianzar la identidad cristianade la sociedad?

2. Las fiestas son el núcleo de la piedad popu-lar; son también el medio privilegiado por el cualel pueblo creyente se vincula con la Iglesia.Nuestra acción pastoral sobre ellas incluye lossiguientes aspectos con el fin de que sean activi-dades generadoras de cristianos adultos, testi-gos de la fe.a) Conocer y evaluar las fiestas. Si conocemos la

fiesta, podremos mejorarla. Adquirir un cono-cimiento global de preparación y realización,así como de su significado (sin prejuicios),identificando los aspectos a evangelizar, reco-nociendo que no hay valores químicamentepuros. Es particularmente importante conocerlas vivencias personales, porque el sentido dela fiesta se juega en la experiencia, especial-mente de los protagonistas y de toda la familia;también importa saber quiénes las impulsan:en el caso de las fiestas familiares, organizado-res de eventos (desde bodas a funerales), fotó-grafos, catequistas, diseñadores de trajes (debautismo, de novia, de quinceañera), músicos,

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cantores y DJ’s, padrinos, sacerdotes cele-brantes, decoradores y hasta notarios. En elcaso de las fiestas populares: celadores, cohe-teros, danzantes, vendedores (de imágenes,novenas, velas), arreglistas, cantores y coros,comités, comerciantes, etc.

b) Incluir elementos antropológicos en las fiestas.La identidad cultural y cristiana de las perso-nas y sus familias debe aparecer con claridaden la fiesta; dos factores podrían impedirlo: lamasificación, y hacerlas cosas «diferentes»sin motivo. La fiestadebe ser un momentode gozo por la bellezade la vida, las celebra-ciones deben ser mo-mentos intensos debelleza y de amistad;lo impiden las prisas,el ritualismo frío y laausencia de amabili-dad, que provoca te-mor. Hay que asegurarse de que realmente lafiesta sea otro tiempo, otra atmósfera: el ador-no del templo, el encuentro respetuoso con laspersonas, la alegría y la paciencia, la presenciadel deseo de Dios; lo contrario es el materialis-mo y la rutina, que arruinan la fiesta. En lafiesta debe haber espacio a la libertad, la es-pontaneidad, el juego; la presencia de normasy más normas mata la fiesta. Finalmente, lafraternidad y la generosidad son otro signo quehay que cuidar; evitar las exclusiones, el inte-rés monetario, el descuido de los pobres y elascetismo.

c) Jerarquizar acciones en las fiestas y Acentuarel misterio cristiano. El centro no es laquinceañera, sino el Dios de la vida; el centrono es la novia, sino Cristo que da su vida por laIglesia; el centro no es el santo patrono, sinoCristo, su amigo; el centro no es lo que yo lepido a la Virgen, sino Cristo que nos es dadopor el Padre. Importa que en las fiestas hayaexperiencia auténtica de fe, en sintonía con lasactitudes de Jesús; esto nos llevará a relativizarprácticas y lugares. Hay que destacar los mis-

terios del Señor, su buena noticia, su modo derelacionarse con el Padre y con el hombre. Hayque insistir en el amor misericordioso de Dios,en el oído atento a la voluntad de Dios y a suPalabra, en el mandamiento del amor, en laconversión personal y social, en el domingo yla celebración de los sacramentos.

d) Elaborar un programa de acción. No todo lopodemos hacer en un día o en un año; esnecesario trazar una ruta con el objetivo de

formar cristianosadultos. No setrata de crear de-vociones, sino detrasmitir la expe-riencia de fe; nose trata de inven-tar, sino de inte-grar elementosya presentes en lacultura; no se tra-ta de hacer lascosas solo, sino

de contagiar a los agentes del propósito evan-gelizador; no se trata de hacer por tradición,sino de trasmitir una buena noticia; no se tratade espiritualizar las fiestas, sino de encarnar elEvangelio en las culturas.Si analizamos las fiestas a la luz de estos cuatro

aspectos, por ejemplo, una fiesta de quince años,una comunión o una peregrinación, nos daremoscuenta que realmente nuestras fiestas podrían sermuy diferentes, más ricas, más fuertes, más evan-gélicas. Seguramente es una labor sugestiva paraun equipo de reflexión pastoral en las comunida-des; ojalá alguno quiera y pueda hacerlo.1. ¿Qué propuestas podemos implementar en

nuestros equipos que organizan las fiestas ennuestra comunidad?

2. ¿Qué otra actividad o modalidad podríamosincluir?

IV. CELEBREMOS

Pidamos la gracia de la renovación, cantando:«Renuévame, Señor, con tu Espíritu»

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FORMACIÓN Y ANIMACIÓN LITÚRGICA

RITOS INICIALES

CANTOSeñor, quién entrará, en tusantuario, para alabar (bis).

El de manos limpias,de corazón puro,

que no es vanidosoy que sabe amar.

Señor, yo quiero entrar,en tu santuario para alabar (bis).

Dame manos limpias,un corazón puro,no ser vanidoso,

enséñame a amar.

Señor, ya puedo entrar, en tu santuario para alabar (bis).Tu sangre me lava, tu fuego me quema,

tu Espíritu Santo inunda mi ser.

SALUDOEn el nombre del Padre, y del Hijo, y del

Espíritu Santo.R/. Amén.La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor

del Padre y la comunión del Espíritu Santo esténcon todos ustedes.

LECTURAS

MONICIÓNPreparémonos a participar en esta celebración

para darle gracias al Señor por el 50º aniversariode la SC. Escucharemos algunos textos de laSagrada Escritura y otros de la constitución de laSagrada Liturgia.

De la carta a los hebreos (Hb 10, 12-23)Cristo después de haber ofrecido por

los pecados un único Sacrificio, se sentó

para siempre a la derecha de Dios, don-de espera que sus enemigos sean pues-tos debajo de sus pies. Y así, medianteuna sola oblación, él ha perfeccionadopara siempre a los que santifica.

El Espíritu Santo atestigua todo esto,porque después de haber anunciado:«Esta es la Alianza que haré con ellosdespués de aquellos días, dice el Señor:Yo pondré mis leyes en su corazón y lasgrabaré en su conciencia, y no me acor-daré más de sus pecados ni de sus iniqui-dades». Y si los pecados están perdona-dos, ya no hay necesidad de ofrecer porellos ninguna oblación.

Por lo tanto, hermanos, tenemos ple-na seguridad de que podemos entrar enel Santuario por la sangre de Jesús,siguiendo el camino nuevo y vivienteque él nos abrió a través del velo delTemplo, que es su carne. También tene-mos un Sumo Sacerdote insigne al frentede la casa de Dios. Acerquémonos, en-tonces, con un corazón sincero y llenosde fe, purificados interiormente de toda

Celebración Conmemorativade los 50 Años de la

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mala conciencia y con el cuerpo lavadopor el agua pura. Mantengamos firme-mente la confesión de nuestra esperan-za, porque aquel que ha hecho la prome-sa es fiel.

Palabra de Dios.

De la constitución sobre la Sagrada Liturgia(n. 7)

«… se considera la Liturgia como elejercicio del sacerdocio de Jesucristo.En ella los signos sensibles significan y,cada uno a su manera, realizan la san-tificación del hombre, y así el CuerpoMístico de Jesucristo, es decir, la Cabe-za y sus miembros, ejerce el culto públi-co íntegro. En consecuencia, toda cele-bración litúrgica, por ser obra de Cristosacerdotes y de su Cuerpo, que es laIglesia, es acción sagrada por excelen-cia, cuya eficacia, con el mismo título yen el mismo grado, no la iguala ningunaotra acción de la Iglesia».

Aclamación: Tú eres sacerdote para siempre,mediador entre Dios y los hombres

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:«Tú eres sacerdote eternosegún el rito de Melquisedec».Aclamación: Tú eres sacerdote para siempre,

mediador entre Dios y los hombres

De la carta del apóstol san Pablo a los cris-tianos de Roma (Rm 12, 1-2)

Hermanos, los exhorto por la miseri-cordia de Dios a ofrecerse ustedes mis-mos como una víctima viva, santa yagradable a Dios: este es el culto espi-ritual que deben ofrecer.

No tomen como modelo a este mun-do. Por el contrario, transfórmense in-teriormente renovando su mentalidad, afin de que puedan discernir cuál es lavoluntad de Dios: lo que es bueno, lo quele agrada, lo perfecto.

Palabra de Dios.

De la constitución sobre la Sagrada Liturgia(n. 14)

«La santa madre Iglesia deseaardientemente que se lleve a todos losfieles a aquella participación plena,consciente y activa en las celebracioneslitúrgicas que exige la naturaleza de laLiturgia misma y a la cual tiene derechoy obligación, en virtud del bautismo, elpueblo cristiano, «linaje escogidosacerdocio real, nación santa, puebloadquirido» (1 Pe., 2,9; cf. 2,4-5). Alreformar y fomentar la sagrada Litur-gia hay que tener muy en cuenta estaplena y activa participación de todo elpueblo, porque es la fuente primaria ynecesaria de donde han de beber losfieles el espíritu verdaderamente cris-tiano, y por lo mismo, los pastores dealmas deben aspirar a ella con diligen-cia en toda su actuación pastoral, pormedio de una educación adecuada…».

Aclamación: Pueblo de reyes, asamblea san-ta, pueblo sacerdotal, pueblo de Dios, bendice atu Señor.

Te cantamos mediador entre Dios y los hombres,te alabamos, oh Ruta viviente del cielo.

Te cantamos, Sacerdote de la Nueva Alianza,te alabamos, Tú eres nuestra paz por la sangre de la cruz.

Aclamación: Pueblo de reyes, asamblea san-ta, pueblo sacerdotal, pueblo de Dios, bendice atu Señor

De la primera carta del Apóstol san Pablo alos cristianos de Corinto (11, 23-26)

Hermanos, lo que yo recibí del Señor,y a mi vez les he transmitido, es losiguiente: El Señor Jesús, la noche enque fue entregado, tomó el pan, diogracias, lo partió y dijo: «Esto es miCuerpo, que se entrega por ustedes.Hagan esto en memoria mía».

De la misma manera, después de ce-nar, tomó la copa, diciendo: «Esta copaes la Nueva Alianza que se sella con miSangre. Siempre que la beban, háganloen memoria mía».

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Y así, siempre que coman este pan ybeban esta copa, proclamarán la muer-te del Señor hasta que él vuelva.

Palabra de Dios.De la constitución sobre la Sagrada Liturgia

(n. 48)«La Iglesia, con solícito cuidado,

procura que los cristianos no asistan aeste misterio de fe como extraños y mu-dos espectadores, sino que compren-diéndolo bien a través de los ritos yoraciones, participen conscientes, pia-dosa y activamente en la acción sagra-da, sean instruidos con la palabra deDios, se fortalezcan en la mesa del Cuer-po del Señor, den gracias a Dios, apren-dan a ofrecerse a sí mismos al ofrecer lahostia inmaculada no sólo por manosdel sacerdote, sino juntamente con él, seperfeccionen día a día por Cristo me-diador en la unión con Dios y entre sí,para que, finalmente, Dios sea todo entodos...».

Aclamación: Es mi cuerpo, vengan a comer,es mi sangre, vengan a beber, porque soy la vida,yo soy el amor, a tu amor eterno llévanos Señor.

Como Cristo nos amónadie pudo amar jamás;al morir en una cruznos dio su paz y libertad.Pero al fin resucitópor la fuerza de su amory salió de su sepulcro vencedor.Aclamación: Es mi cuerpo, vengan a comer,

es mi sangre, vengan a beber, porque soy la vida,yo soy el amor, a tu amor eterno llévanos Señor.

LECTURA Y REFLEXIÓN PERSONAL

Cada quien lea en silencio y medite el siguien-te texto, subrayando alguna frase o idea, al finalcuando se indique si alguna persona quiere com-partirla lo hará libremente.

El primer documento aprobado por los obisposconciliares, aproximadamente 2200, fue la Cons-

titución Sacrosanctum Concilium (o SagradoConcilio) (SC), sobre la Liturgia. La renovaciónde la Liturgia era una exigencia unánime, fruto delas transformaciones traídas por el movimientolitúrgico iniciado al final del siglo XIX. El movi-miento rescató elementos de la Escritura, delorigen del cristianismo y de la tradición de laIglesia, dando a la Liturgia un estatuto teológicoy revelando toda su riqueza. Los documentos dePío X, Tra le sollecitudini (1903), y de Pío XII,Mediator Dei (1947), ya apuntaban a la necesidadde renovación de la Liturgia, justificada, teológica,histórica y pastoralmente. Durante la presenta-ción del texto de la Sacrosanctum Conciliumhubo 328 intervenciones orales y 625 escritas,pero el documento fue aprobado sin controver-sias el 4 de diciembre de 1963 con 2, 158 votos afavor y cuatro en contra.

La promulgación de este documento fue unmarco en la vida de la Iglesia, fundamental parala promoción y el desenvolvimiento de la Litur-gia. Se le devolvió la verdadera importancia ycentralidad en la vida cristiana, pues es la másperfecta expresión del misterio de Cristo y denuestra unión con Dios: «La liturgia contribuyeen sumo grado para que los fieles expresen en lavida y manifiesten a los otros el misterio de Cristoy la auténtica naturaleza de la verdadera Iglesia,que es simultáneamente humana y divina, visibley dotada de elementos invisibles, empeñada en laacción y dada a la contemplación» (SC 2).

La Sacrosanctum Concilium está dividida ensiete capítulos. En el primero encontramos sufundamentación teológica, la parte más impor-tante y profunda del documento. La Liturgia espresentada en el horizonte de la Historia de laSalvación, cuyo fin es la redención humana y laperfecta glorificación de Dios. Ella es sacrificio,memorial del misterio pascual, renovación de laalianza. Es «simultáneamente la meta para la cualse encamina la acción de la Iglesia y la fuente dedonde emana toda su fuerza» (SC 10). Sobre lapresencia de Cristo, el núm. 7 nos esclarece:

«Para realizar tan grande obra, Cristo estásiempre presente en su Iglesia, especialmente enlas acciones litúrgicas. Está presente en el sacri-

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ficio de la misa, ya sea en la persona del ministro,pero sobre todo en las especies eucarísticas. Estápresente con su dinamismo en los sacramentos,de modo que cuando alguien bautiza, es el mismoCristo que bautiza. Está presente en su Palabra,pues es Él quien habla al ser leída en la Iglesia laSagrada Escritura. Está presente, en fin, cuandola Iglesia reza y canta (Mt 18,20)» (SC 7).

El capítulo II retorna este tema, pero trataespecíficamente del misterio eucarístico comomemorial de la muerte y resurrección de Cristo.Una de las mayores preocupaciones del Concilio,en sintonía con el movi-miento litúrgico, fue re-visar los ritos, tomándo-los más simples y signi-ficativos. El ritual de laMisa fue simplificado yla liturgia de la palabraampliada. La homilíapasó a ser más valoriza-da, pues es «la exposi-ción de los misterios dela fe y de las normas de la vida cristiana» (SC 52).Las renovaciones hechas a los otros sacramentosson enfatizadas en el capítulo III y se refierenprincipalmente a la revisión de los rituales, reali-zada con esmero en los años siguientes.

El capítulo IV se ocupa del Oficio Divino,cuya recitación es incentivada y el mayor cambioes el uso de la lengua vernácula. El uso de lalengua propia de cada país fue una de las princi-pales transformaciones traídas por el Concilio yaplicada a toda la Liturgia. Este tema es tratado enlos núms. 36 y 54 del documento, también elcapítulo I. Ahí también se dice que la celebracióncomunitaria es preferible a la individual (SC 27),incentivándose a la presencia y participaciónactiva de los fieles.

La participación siempre mayor y más activade los fieles en la Liturgia fue el plan de fondo queincentivó las principales renovaciones del Conci-lio. Hoy, analizando el número siempre decre-ciente de fieles que van a la Iglesia regularmente,la preocupación vuelve. Según el último censorealizado por la Iglesia de México, apenas el

18.7% de la población es practicante, a pesar deque el 82.71% se declara católico. Eso representauna caída en la participación de los fieles en tornoal 5.83%, al año 2000 que se realizó la investiga-ción anterior.

Esta situación debe hacer a la Iglesia, que en elfondo somos todos los cristianos, repensar suconstitución y renovarse, rescatando y actuali-zando las indicaciones del Concilio. A lo largo deestos 50 años muchas cosas fueron hechas, perola necesidad de renovación es siempre actual.Una vez aprobada, la Sacrosanctum Concilium

influyó decididamenteen toda la Iglesia, en elmodo de pensar, de en-señar, de mirar hacia susinstituciones y hacia elmundo. Le imprimióuna nueva dinámica quecontinúa viva y convo-ca a la Iglesia a estaratenta al lenguaje de sutiempo y lugar. Se man-

tiene siempre actual la necesidad de formar alclero y al pueblo, conforme lo indican los núms.14 al 20. Para esto fueron creados los diversoscentros de liturgia, las semanas de formación yotras diversas iniciativas.

Tenemos todavía los capítulos V, VI y VII, quetratan respectivamente del Año Litúrgico (cami-no a través del cual la Iglesia recuerda y revive elmisterio pascual de Cristo), la música y el artesacro, que deben contribuir para la belleza ydignidad del culto.

El Concilio nos mostró que la Liturgia es elmomento privilegiado del encuentro con Dios,enseñó a valorar y redescubrir el valor de laPalabra y de la Eucaristía y la importancia de laoración y del silencio, de la reflexión bíblica, dela fuerza que viene de la Eucaristía (cfr. DARLEI

ZANON, SSP, Para leer el Concilio Vaticano II,Paulinas, México 2013, 9-13).

Ese mismo día, 4 de diciembre de 1963, elPapa Pablo VI en el discurso de clausura de lasegunda sesión del concilio promulgaba la cons-titución de la Sagrada Liturgia con estas palabras:

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«Venerables hermanos: Ha llegado la hora declausurar esta segunda sesión del Concilio Vati-cano II.

Ya habéis estado mucho tiempo lejos de vues-tras sedes, en las que el ejercicio de vuestrasagrada misión exige vuestra presencia, vuestroconsejo y vuestra actividad. Ya se ha realizado eltrabajo emprendido durante este tiempo del Con-cilio; trabajo serio, continuo y largo a causa de lascelebraciones religiosas, de los estudios y de lasreuniones. Ya hemos entrado en los sagrados díasdel Adviento, en los que nuestros corazones sepreparan a celebrar dignamente la memoria del«nacimiento» de nuestro Señor Jesucristo…

Conviene, pues, que de nuevo interrumpa-mos el curso de las importantes reuniones con-ciliares. Conviene que nos despidamos cordial yfraternalmente… Pero no queremos hacerlo sinantes haber dado gracias a Dios por sus benefi-cios concedidos en este período de tiempo tanfavorable...

Antes de que terminemos nuestros trabajos, noestá fuera de lugar el que digamos una palabrasobre ellos y tomemos conciencia de su desarro-llo y de sus resultados… Pero esto sería demasia-do largo y no permitiría exponer completamentetodo, pues muchas de las realidades de este Con-cilio pertenecen a aquella esfera de la gracia y dela intimidad personal a la que no siempre hay fácilacceso. Se añade a esto el que muchos de losfrutos de los trabajos todavía no están maduros,sino que, como semillas enterradas en los surcos,aguardan del fruto y de la ayuda divina un autén-tico y favorable desarrollo…

Las opiniones que se escucharon en este Con-cilio fueron muchas, variadas e incluso diversas,pero eso en nada impide nuestra satisfacción.Incluso esto manifiesta claramente que las discu-siones en las reuniones fueron profundas y degran importancia y que se trataron con una increí-ble seriedad y libertad, como ya dijimos antes.

Por lo demás, esta difícil y compleja discusiónde ninguna manera ha quedado sin fruto abundan-te. En efecto, el primer tema que se trató, y que encierto sentido es el más importante de todos por sunaturaleza y dignidad en la vida de la Iglesia, el de

la sagrada liturgia ha llegado a feliz término y hoylo promulgamos de manera solemne. Esto since-ramente nos alegra mucho. Vemos, en efecto, queen este asunto se ha respetado el orden debido alas cosas y a los deberes. De esta manera hemosprofesado que hay que darle a Dios el lugarprincipal, que estamos obligados en primer lugara dedicarnos a dirigir súplicas a Dios. Hemosprofesado que la sagrada Liturgia es la primerafuente de aquel contacto con Dios en el que se noscomunica la vida misma de Dios. La Liturgia esla primera escuela de nuestro espíritu, es el pri-mer don que tenemos que entregar al pueblocristiano unido a Nos en la fe y en la práctica dela oración. La sagrada Liturgia es finalmente laprimera invitación al género humano para quesuelte su lengua común en santas y verdaderaspreces, para que sienta aquella fuerza indecible,renovadora del espíritu que reside en cantar connosotros las alabanzas de Dios y en la esperanzade los hombres por Jesucristo y en el EspírituSanto.

No queremos pasar en silencio el honor de quegoza el culto divino entre los cristianos de laIglesia oriental ni el cuidado exquisito con el quese realizan las celebraciones religiosas. Para es-tos cristianos, la sagrada Liturgia fue siempre unaescuela de vida y una llama de amor cristiano.

Por tanto, valdrá la pena conservar este frutodel Concilio, pues debe estimular la vida de laIglesia y en cierto modo caracterizarla. La Igle-sia, en efecto, es ante todo una comunidad religio-sa, es una comunidad orante, es un pueblo flore-ciente por el esplendor de su interioridad y por elcultivo de la religión. Todo esto se alimenta conla fe y con la gracia sobrenatural.

Sin duda, ahora estamos simplificando algu-nas formas de culto para hacerlas máscomprensibles a los cristianos y más adaptadas allenguaje actual Sin embargo, no pretendemoscon ello dar menos importancia a la oración nicolocarla detrás de las otras preocupaciones delsagrado ministerio y de la actividad pastoral, niquitarle nada de su fuerza simbólica ni de suantigua elegancia artística. Intentamos purificarla sagrada Liturgia para que esté más de acuerdo

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con las características propias de su naturaleza,para que esté más cerca de las fuentes de suverdad y gracia y, finalmente, para que se con-vierta más fácilmente en un tesoro espiritual delpueblo.

Para conseguir felizmente esto, no queremosque nadie quebrante las reglas de la oraciónpública de la Iglesia introduciendo cambios enprivado o ritos particulares. No queremos quenadie se tome la libertad de usar a su antojo laConstitución sobre la sagrada Liturgia, que ahorapromulgamos, antes de que se den las normasoportunas y seguras sobre ello y que se apruebenlegítimamente los cambios que hayan dispuestolos Consejos que se crearán para esto. Por tanto,la magnífica oración de la Iglesia ha de resonar entodo el mundo en una misma armonía. Que nadiela perturbe, que nadie la profane».

PRECES

Tener preparado un brasero encendido e ir colocando incienso amedida que se nombra a cada persona:

MONICIÓN

Oremos por los que nos abrieron el camino:Próspero Gueranger, abad gracias SeñorSan Pío X, papa gracias SeñorLambert Beauduin, monje gracias SeñorPío XII, papa gracias SeñorOdo Casel, monje gracias SeñorCipriano Vagaggini, monje gracias SeñorOremos por los que continuaron el camino:Pablo VI, papa gracias SeñorAníbal Bugnini, religioso gracias SeñorVirgilio Noé, obispo gracias SeñorAimé Martimort, presbítero gracias SeñorSalvatore Marsili, monje gracias SeñorAchille Maria Triacca, religioso gracias Señor

(Pueden incluirse aquellos que han sido los grandes promotoresde la reforma litúrgica en nuestro país)

Y ahora oremos por nosotros,Para que nuestras celebraciones litúrgicas re-

flejen nuestra fe, anímanos, Señor.Para que estemos abiertos a una constante

formación litúrgica, anímanos, Señor.Para que tengamos una profunda participación

en el Misterio de Cristo, anímanos, Señor.Para que nuestras celebraciones nos llenen de

alegría y esperanza, anímanos, Señor.Animados por el Espíritu del Señor resucitado,

cantemos la oración que Jesús nos enseñó: PA-DRE NUESTRO…

ORACIÓNDios de eterna misericordia,

cada vez que celebramos el Misterio pascual detu Hijo,

tú reavivas la fe del Pueblo santo;

acrecienta en nosotros los dones de tu gracia,

para que comprendamos, verdaderamente,

la inestimable grandeza

del Bautismo que nos purificó,

del Espíritu que nos regeneró

y de la Sangre que nos redimió.

Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tuHijo,

que vive y reina contigo en la unidad delEspíritu Santo

y es Dios, por los siglos de los siglos.

BENDICIÓNQue el Señor los bendiga y los proteja. R/.

Amén.Haga brillar su rostro sobre ustedes y les otor-

gue su misericordia. R/. Amén.Vuelva su mirada hacia ustedes y les conceda

la paz. R/. Amén.Y la bendición de Dios todopoderoso, del

Padre, del Hijo ? y del Espíritu Santo, desciendasobre ustedes y permanezca para siempre.

R/. Amén.

Los ministros se retiran con música de órgano.

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EXAMEN DE CONCIENCIA SOBRE LA

«Sacrosanctum Concilium»A CINCUENTA AÑOS DE SU PROMULGACIÓN

Siguiendo el texto de la SC (sería útil tenerlo en las manos), propongo un examen deconciencia sobre este documento a cincuenta años de su promulgación. Se proponenpuntos de reflexión, para apreciar a nivel diocesano, decanal y parroquial sobre larealidad de la aplicación en nuestro medio de los diversos temas propuestos.

SC n. 5-6: ¿Hasta dónde se percibe la celebraciónlitúrgica como un momento salvífico, en lalínea de la Historia de la Salvación?

SC n. 7: ¿Cómo se estima entre nosotros lapresencia de Cristo a través del que preside lacelebración, a través de la Palabra de Dios y delas especieseucarísticas? ¿Através de los Sacra-mentos? ¿A travésde la asamblea re-unida?

SG n. 7: ¿Hasta dóndese comprende quées Liturgia? ¿O enqué se suele enten-der que está la esen-cia de una celebra-ción litúrgica?

SC n. 10: ¿Hasta dón-de es la celebración litúrgica punto de llegadade todo proceso evangelizador y catequético,cumbre de nuestra actividad total en la Iglesiay punto de partida de todo compromiso social?

SG n. 10: ¿Hasta dónde es la celebración litúrgicafuente de espiritualidad, tanto sacerdotal, comodel pueblo cristiano?

SG 11 y 30-31: ¿Apreciamos, y en qué grado, laparticipación del pueblo en las celebracioneslitúrgicas?

SG n. 13: ¿En qué grado los ejercicios piadosos dela piedad popular se derivan, se relacionan,preparan y proyectan a la celebración litúrgica?

SG n. 14: ¿Cuáles suelen ser los recursos másusuales para fomentar entre los fieles la parti-cipación en las celebraciones litúrgicas?

SG n. 15-19: ¿En quécampo y en qué aspec-to conviene potenciarla formación litúrgicaen nuestra diócesis: enel Seminario, en el Pres-biterio, en las comuni-dades religiosas, en elpueblo cristiano?SG n. 20: ¿Hasta quégrado se han utilizadolos Medios de comuni-cación social para laeducación y participa-

ción litúrgica? ¿Qué perspectivas y necesida-des se presentan?

SG n. 22: ¿Cómo está en nuestro medio el respetoa la autoridad en materia litúrgica, o lo que sele conoce como derecho litúrgico, o respeto alas normas litúrgicas? ¿Qué abusos se suelendar? Sugerencias para corregirlos.

SG nn. 24, 35 y 51: Grado de estima de la Bibliacomo fuente de la Liturgia. Aprecio, conoci-miento y uso de los nuevos Leccionarios. Apre-

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cio y uso de moniciones explicativas. Aprecioy realización de las Celebraciones de la Pala-bra de Dios (¿todavía las llamamos«paraliturgias»?).

SC n. 25: Aprecio y uso de losnuevos Rituales para losSacramentos.

Sc nn. 26 y 27: ¿Cómo se palpael sentido comunitario delas acciones litúrgicas? ¿Seprefiere a lo individual? ¿Semasifican o se particulari-zan sin ningún criterio o ra-zón pastoral sólo por favo-recer a ciertas personas?

SC n. 28-29: Evaluar el ejercicio de los diversosministerios en la celebración, comenzandocon el de la presidencia, grupo deproclamadores de la Palabra. Perspectivas.

SC nn. 33-34: ¿Cómo percibimos los ritos de lacelebración: son breves, claros, sin repeticio-nes, adaptados a la capacidad de los fieles y sinnecesidad de muchas explicaciones?

SC n, 35: Apreciación sobre el uso de la cateque-sis litúrgica en nuestro medio.

SC n. 36: Juicio sobre el uso de la lengua vernáculaen la Liturgia; sobre los textos que usamos.

SG nn. 37-40: ¿Cómo usamos las posibilidadescelebrativas que nos ofrecen ya los libroslitúrgicos? ¿Tratamos de acomodarlas a bienespiritual común del pueblo de Dios más que anuestras preferencias personales? ¿En qué lí-nea o hecho podríamos sugerir unainculturación de la Liturgia en nuestro medio?

SG n. 41: ¿Cómo sentimos a nuestro Obispo, elgran liturgo de la Diócesis? Sugerencias.

SC n. 2: ¿Cómo apreciamos la celebración de nuestrafe a través de la liturgia y la piedad popular ennuestra propia parroquia? Sugerencias.

SG nn. 45-46: ¿Estimamos a la ComisiónDiocesana de Pastoral Litúrgica en cada unade sus vocalías: liturgia, música, arte litúrgico,ministerios litúrgicos, santuarios y piedad po-pular y causas de los santos?

SG n. 52: Aprecio y calidad de la homilía ennuestro medio. Sugerencias.

SG n. 53: Uso y abuso de la Oración universal ennuestro medio.

SG n. 55: Juicio sobre laSagrada Comunión bajolas dos Especies.SG n. 57: Aprecio y usode la concelebración en-tre nosotros.SG n. 59 ¿Cómo evalua-mos la percepción e in-teligencia de los signoslitúrgicos de parte de lospresbíteros y los fieles?

SG n. 60 y 72: Evaluación sobre el recto uso y lapromoción de los Sacramentales entre noso-tros.

SC nn. 83-101: Evaluación sobre la Liturgia delas Horas: sobre nuestra fidelidad a esta ora-ción de la Iglesia de parte de los presbíteros;sobre el fomento y la difusión de esta oraciónentre el pueblo; sobre la proyección de estaoración en nuestra espiritualidad.

SG nn. 102-111: Evaluación sobre el Año Litúr-gico: hasta dónde es percibido. Su vivencia enlos tiempos fuertes: Adviento-Navidad-Epifa-nía y Cuaresma-Triduo Sacro-tiempo Pascual.¿Tratamos de ofrecer una formación perma-nente a nuestros fieles como discípulos y mi-sioneros a través del año litúrgico?

SC nn. 112-121: Apreciación sobre el canto y lamúsica en nuestras celebraciones. Carencias.Defectos. Necesidades. Propuestas.

SC nn. 122-130: Apreciación sobre el arte litúr-gico. ¿Se consulta a la Vocalía de arte litúr-gico para las construcciones oremodelaciones? ¿Los espacios litúrgicos seencuentran en buen estado y son dignos?¿Usamos los «lugares» fundamentales (al-tar, sede, ambón, coro, nave...)? Criteriosobre ornamentos, vasos sagrados y otrosobjetos de culto; sobre la ambientación dellugar sagrado de la celebración.

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El «Año de la celebración gozosa de la Fe» adquiere delmisterio pascual de Cristo toda la fuerza de su dinamismo, y laalegría es su consecuencia por el misterio de la salvación realizadoen los hombres. Recordemos que la alegría es uno de los dones deCristo resucitado a sus discípulos, signo de su presencia en mediode ellos y uno de los frutos del Espíritu Santo (cfr. Jn 20, 20; Gal 5,22-23; DD 55-58).

Que el «Año de la celebración gozosa de la FE» sea un tiempode gracia y salvación que nos ayude a evangelizar y a ir al encuentrode Cristo y de los hermanos, que nos proyecte más allá de lacelebración misma, que nos dé un poco de optimismo, alegría ypaz, ahora que en nuestro mundo existe tanto miedo, inseguridad,tristeza y dolor, entonces será posible que demos un nuevo rostrode Iglesia, de una Iglesia que haga más cercano, creíble y atractivoel ideal cristiano para la mujer y el hombre de hoy.