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SAN LUIS. ESCENARIO Y PROTAGONISTAS
Geografía e Historia Mirta L. Fernández
Mónica A. Oliveira
Diego O. Espinosa
1. San Luis, provincia mediterránea
El espacio sanluiseño se despliega entre las latitudes de 37,34º y 36,56º sur. Un vasto
territorio escasamente habitado en el marco mediterráneo de la Argentina.
Sus 76.746 kilómetros cuadrados conforman un enorme rectángulo dentro del cual se
desarrollan grandes ambientes y paisajes que confirman la
diversidad que caracteriza a la provincia de San Luis.
El escenario geográfico dominante se compone de
sierras –modernas montañas labradas en antiguos bloques
macizos- al norte y la extensa planicie pampeana al sur.
Sobre este magnífico soporte natural, el hombre, a lo largo
del tiempo, fue modelando paisajes en los que fue dejando su
impronta de trabajo y civilización. Todo un sello que
garantiza el esfuerzo puesto por la sociedad sanluiseña en pos
del progreso.
El dominio y conquista de este espacio no fue fácil.
Requirió de un largo tiempo donde sociedad y naturaleza
construyeron un diálogo complejo, pleno de tensiones y de
acuerdos. En este permanente intercambio se establecieron
las reglas del juego con el fin de ir diseñando una geografía
cambiante y de cara al futuro, un futuro que, para nuestros
antepasados, pareció lejano e incierto.
Las dificultades se pusieron de manifiesto desde la
primera
hora. Tanto
para aborígenes como para colonos, la tierra
sanluiseña no sería un medio fácil de conquistar.
El tiempo iría en ayuda de ambos y cada uno
supo hacer del mismo el hábitat adecuado a sus
intereses y a su cultura. Cada grupo indígena y
cada tipo de inmigrante que fue llegando a este
suelo, supo sacar provecho de las oportunidades
que el territorio concedía, no sin antes pagar el
duro derecho de apropiarse de sus beneficios.
De esto da cuenta la historia. (Foto. Vista del
piedemonte sanluiseño)
2. La Historia, un medio para entender San Luis
Pensar a San Luis supone tener en cuenta un paisaje cargado de pasado, de historia, un
lugar donde todos nos relacionamos, estrechamos vínculos e interactuamos con ideas,
sentimientos, necesidades, intereses tanto particulares como comunitarios, que en parte coinciden
y en parte divergen.
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Pero esa pluralidad de ideas no ha sido obstáculo para nuestro crecimiento. Estos
diferentes puntos de vista ponen a prueba nuestra tolerancia, virtud fundamental en la vida
comunitaria, pero también ha dado origen a acuerdos normativos de la convivencia.
A través del tiempo, los puntanos hemos ido configurando nuestra sociedad, afirmando
rasgos culturales propios. Pero esta cultura esta en constante modificación porque no se remite
simplemente a lo recibido del pasado, sino que también se nutre de las relaciones presentes, en la
búsqueda de nuevos medios para transformar, mejorar y preservar el modo de vida de la
comunidad.
Nuestra identidad cultural no es estrictamente uniforme, sino que, por el contrario, se
cuenta con un lenguaje común y un espacio de encuentro que posibilita el dialogo de una
multitud de individuos, que advierten de sus gustos, preferencias, necesidades, creencias, etc.
Para entender la cultura legada, usamos la historia.
La historia es el resultado de los que escriben y piensan, los que recrean el pasado de la
comunidad, los que acuden a diversos testimonios, escritos, orales, materiales, gráficos, restos
arquitectónicos, etc. Investigar sobre los problemas históricos, es partir de la observación de la
realidad en su contexto. En definitiva, revisando el pasado, podremos explicar el presente, y
quizás podamos proponer y encarar soluciones futuras.
Pero… ¿qué historia permite comprender la complejidad del mundo en que vivimos?
La respuesta es una historia de procesos. Una historia que de cuenta de los cambios y
movimientos que caracterizan la vida del hombre. Una historia que interrogue el pasado desde el
presente.
Para comprender nuestro mundo, uno de los principales caminos es pensar la historia
desde una perspectiva múltiple.
Otro de los caminos es trabajar con una amplia gama de fuentes.
Y un tercer camino es ampliar los procedimientos que permitan comprender la historia.
Con la memorización no basta, es necesario también plantear problemas, formular hipótesis,
indagar, desarrollar la capacidad de análisis y de síntesis.
Pero comprender y explicar no es el fin último de la enseñanza de la historia. Es
también desarrollar una conciencia histórica que permita reconocernos como parte de una
Historia que se inicio hace mucho tiempo y en la cual ocupamos un lugar, que nos permita actuar
y proyectarnos conciente y efectivamente en la sociedad en que vivimos.
Todas estas consideraciones y otras debemos tener en cuenta a la hora de enseñar
historia, de cualquier tiempo y espacio. Hoy nos toca Historia de San Luis.
Ahora bien, la realidad social, materia prima de la historia, es muy compleja. Una de
las tareas más importantes en la enseñanza de la Historia es que los alumnos puedan pensar esa
realidad. Pero, para pensarla, se necesita ordenarla de alguna manera. De ahí la importancia de
contar con periodizaciones criteriosas.
Pero, debemos tener presente que pueden haber muchas periodizaciones y no sólo una.
Pueden existir tantas como tantos historiadores, profesores, maestros, e incluso alumnos piensan
la historia. Para el caso de Historia de San Luis, proponemos la siguiente:
• Etnohistoria
• Tiempos de Conquista (siglo XVI, primeros años)
• La colonización sanluiseña ( siglo XVII, los comienzos del poblamiento)
• Hacia la organización institucional ( siglo XVIII)
• Vaivenes políticos (siglo XIX.)
• Tiempos Nuevos o actuales (siglos XX).
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3. Un medio geográfico difícil
La aridez
general a la que se
somete todo el
territorio, los
magros suelos que
ocupan enormes
dimensiones, la
escasez del agua,
son algunos de los
elementos que
sirvieron de
escollo ante las
primeras
intenciones de
conquista y de colonización. Esto, sin mencionar la presencia del indígena, que dificultaba
especialmente la ocupación de las planicies. Tal como la bibliografía que desarrollaron
científicos, militares y viajeros hasta principios del siglo XX, San Luís fue en el imaginario
social y político de aquel largo período, una tierra de paso, una travesía peligrosa más que una
tierra promisoria para vivir.
No cabe duda que el tiempo
demostró lo contrario, pero todavía hoy
quedan las secuelas de esa mirada en parte
engañosa y en parte cierta de la oferta del
medio natural. (Foto. Imagen satelital de
la ciudad de San Luís y su sitio)
San Luis se reparte entre sierras y
planicies. El sector norte es serrano.
Participando de la región de las Sierras
Pampeanas –una unidad geomorfológica
que se extiende hasta el Aconquija en
Tucumán- estas montañas se reparten en
todo el espacio septentrional de la
provincia. En San Luis, la composición de
estas montañas puede ser muy antigua. La
sierra de San Luis, el bloque montañoso más grande, está compuesto por un basamento ígneo
metamórfico con materiales rocosos que van del Proterozoico Superior hasta el Paleozoico
(tiempos muy antiguos de la Tabla Geológica). Sin embargo, las montañas formadas en estos
materiales, luego de haber pasado por diversos procesos, conforman modelados modernos,
levantados finalmente con la fuerza del plegamiento andino y que todavía hoy dan cuenta de los
procesos erosivos a los que se encuentran sometidas.
Entre estas sierras – San Luis, Comechingones, Varela, La Estanzuela, San Felipe- y
otras de origen distinto como el discontínuo sistema occidental (Quijadas, El Gigante,
Guayaguas), se explayan espacios deprimidos que en general son resultado de bloques que se
hundieron frente a los que se
elevaron. Forman, según la
denominación serripampeana:
bolsones, llanos y valles. Tal es
el caso de la extensa depresión
“La diversidad ambiental que la pródiga naturaleza ha brindado al conjunto provincial es notable: sierras a las cuales la vegetación accede, organizada en pisos bien definidos por adaptación y especies, profundas quebradas cinceladas en la montaña y donde bosques en galería se exponen con todo su esplendor, vastas depresiones con escasa vegetación que gradualmente se ralea en dirección a extensas salinas. Completan estos ambientes los valles y la enorme planicie pampeana. En estas variadas formas, el hombre ha ido modelando un conjunto de paisajes singulares mediante la marcha de más de cuatro siglos de trabajo y con la ayuda gradual de herramientas, elementales en los primeros tiempos, de tecnología avanzada y de precisión en el presente, y que, en algunos casos, respondiendo a la lógica autodestructiva del modelo neoliberal, pone en riesgo el delicado equilibrio entre hombre y
naturaleza” (Espinosa, D. 2001)
Sierra: cordillera de dimensiones relativamente pequeñas y generalmente de un solo filo o plano cuspidal, con las dos vertientes laterales correspondientes. (Diccionario Ríoduero de Geografía, Madrid, 1974)
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occidental y el valle tectónico de Concarán o Conlara. Este es un extenso corredor alargado
montado sobre un bloque hundido y encerrado entre los sistemas montañosos de San Luis y
Comechingones.
Este juego de bloques elevados y hundidos, son resultado de territorios antiguos que,
debido a su vejez y dureza, no toleraron las fuerzas orogénicas que, en el caso de los Andes,
cordillera construida sobre materiales blandos, sí
pudieron plegarse a grandes alturas. En el caso de
San Luís, la rigidez y resistencia del conjunto
rocoso lo obligó a quebrarse en fragmentos que
ascendieron (montañas) y otros que se hundieron
(valles y depresiones).
Por el sur, a diferencia de este caos
topográfico, bellísimo por cierto y del que saca
provecho hoy la creciente actividad turística, es el
dominio de la planicie.
La extensa llanura responde a la gran unidad
de la pampa, en su sección occidental. En ella los
suelos, que han evolucionado en función del clima y en particular de las precipitaciones, dan
lugar a tierras de secano con muy buenos rendimientos y a una ganadería selecta. Esto, de hecho,
sometido al riesgo frecuente de la sequía y los incendios. Sobre la planicie, de notable arreísmo
(ausencia de cursos de agua), sólo dos ríos incursionan por sus bordes, El Desaguadero Salado
por el oeste, en límite con Mendoza y el Quinto al norte, atravesando la llanura mercedina. Las
aguas superficiales se resuelven entonces solamente con la presencia de numerosas lagunas que
predominan hacia el naciente y que sirven de abrevadero de las numerosas estancias que se
reparten en la región.
El relieve sanluiseño también se enriquece de formas originales. El cerro El Morro, se
localiza en las puertas del vasto valle de Concarán. Esta magnífica montaña de estructura circular
y con engañosa forma de volcán se presenta aislada en la planicie. Con una altura importante,
encierra en su parte más alta una depresión salpicada de pequeños conos de origen volcánico que
se acomodan en anillo en torno a la superficie colapsada. Son varias las teorías sobre su origen,
mucho más llamativas son las leyendas en torno a su presencia. (Foto. Imagen satelital de cerro
El Morro)
Otra forma fascinante a citar como ejemplo es
la sierra de Quijadas, hoy, Parque Nacional (1991).
Su valor conjuga la belleza de una naturaleza
poderosa que ha sabido ser preservada, su valor
paleontológico, su impronta arqueológica, ya que fue
visitado y habitado desde tiempo huarpe y el ser un
hito histórico. La sierra –de tiempos cretácicos, de
origen mesozoico- es un gigante “vaciado”, debido a
la fuerza erosiva que socavó sus entrañas de areniscas
rojas, vulnerables al paso del tiempo y a los agentes
erosivos. Los ríos son ejes de vida en la
provincia.
Si bien la naturaleza no ha sido pródiga en cursos de agua, los que existen han permitido en
muchos casos organizar las pequeñas sociedades, en especial en los bordes serranos desde donde
desaguan depositando en las planicies el rico elemento cargado de sedimentos. En torno a ellos
una profusa literatura y un destacado folklore dan cuenta de la importancia que el agua ha tenido
desde temprano en la historia local. Los más relevantes son el Quinto, el Quines y el Conlara,
debido a que en torno a ellos se han desarrollado pueblos e importantes economías cuyos
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productos en otros tiempos recorrieron el territorio nacional. Se alimentan de una red destacada
de arroyos que atraviesan el espacio serrano para desaguar en las planicies donde culminan con
sus aguas evaporadas o infiltradas en los suelos arenosos y permeables. Cuando no, el agua,
recolectada en embalses sirve de base para una red de canales que llegará a pueblos y ciudades
donde se les dará un mejor uso.
Esta red hidrográfica se compone de arroyos de corto recorrido, escaso caudal y de
régimen simple, es decir, pluvial o pluvio – nival, según el tiempo y la estación. Son en muchos
casos, no obstante, ríos bravos, de caudal violento en sus crecidas. Evidencia de su fuerza
temporaria los lechos tapizados de enormes piedras y bloques arrastrados y redondeados por la
fuerza del agua.
Más allá de las limitaciones aparentes
que muestran, son –junto a las quebradas y
vallecitos que labran- lo más bello del paisaje
natural sanluiseño. Verdaderos paraísos y
magníficos ecosistemas que atrapan al turista y
en especial a los buscadores de escenarios para
fotografiar. (Foto. Sierra de las Quijadas)
Chutunsa, Rosario, Luluara, Luján, San
Francisco, El Tigre, Cortaderas, Los Molles,
son nombres que van quedando en el recuerdo
y que se reafirman cada vez que se cruzan los
numerosos badenes de ruta cuando se va
jalonando la montaña o atravesando la sierra.
El clima, quizás la fuente generadora
de toda forma y paisaje, es fundamental
mencionarlo. En San Luis, es templado
continental. Es decir que las temperaturas si
bien, no son extremas como en climas cálidos
tropicales o fríos, se presentan pronunciadas en las estaciones extremas: en verano, las mismas
pueden ascender por arriba de los 30 grados y en invierno, los días más fríos pueden tener varios
grados bajo cero. Esto es por la influencia continental, ya que en las proximidades del mar, éste
suaviza notablemente la temperatura. (Clima Marítimo u oceánico). Por la misma condición de
continentalidad la humedad llega de modo más limitado. En este sentido, hacia el este, el clima
es de tipo subhúmedo, con precipitaciones que superan los 500 mm. Hacia el oeste, las
precipitaciones disminuyen considerablemente, por debajo de los 300 mm, en especial hacia el
noroeste, donde el desierto es acentuado. Esto es muy importante tanto para el asentamiento
humano, el cual se ve obligado a replegarse hacia los bordes serranos, desde donde captar el agua
necesaria, o hacia el este, donde se acentúa la actividad agropecuaria, que encuentra aquí suelos
y pasturas mejores.
La vegetación natural es respuesta directa al clima. Sometida a los rigores climáticos la
masa forestal varía y se adapta a las condiciones locales. En general un manto boscoso original
se distribuye sobre el territorio. Constituido de árboles leñosos, adopta el nombre local de monte,
formación que en su parte septentrional es parte de la llamada provincia fitogeográfica chaqueña.
Su dispersión y densidad depende naturalmente de las condiciones de humedad imperantes y por
otro, especialmente hoy, a la actividad humana de explotación, que en las últimas décadas,
lamentablemente ha provocado un retroceso acentuado del bioma en cuestión. El daño ya es
irreparable hacia el sur, arrasando con los bosques de caldén, hacia el norte, en busca del
quebracho primero y del algarrobo en tiempos modernos. Del mismo modo hoy, sobre el valle de
Concarán, las explotaciones agropecuarias están deteriorando sensiblemente el monte que cubría
el norte de este valle. Algunas especies relevantes del monte puntano son: algarrobo, quebracho,
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caldén, tala, chañar, espinillo. Entre las arbustivas, la jarilla y el piquillín. Fueron el “oro verde”
que en parte justificó la ocupación del suelo sanluiseño. Una riqueza invaluable que cubrió las
demandas del consumo regional y las necesidades de las pequeñas unidades familiares de otra
época. Hoy, son víctima de la abusiva explotación del modelo de mercado.
Haciendo referencia a la capacidad de adaptación al medio por parte de la flora puntana,
cabe citar las especies halófilas, próximas a las salinas, al oeste de la provincia. Se cuenta con
jume y zampa, que resisten vigorosamente los suelos salinos, olivillos se desarrollan sobre los
suelos extremadamente arenosos, en algunos casos cubriendo y fijando los médanos que en el
pasado ponían en peligro los cuadros de cultivo en el sur.
La diversidad de especies como de formaciones vegetales fue una de las razones que
justificaron la conquista y ocupación de esta tierra. Hoy está en peligro debido a las incorrectas
intervenciones del hombre, en especial en las últimas décadas. Incendios, explotación del bosque
y avance de cultivos, explotación de aromáticas, salinización excesiva de suelos, erosión, son las
causas que ponen en peligro la diversidad biológica del medio natural en San Luis.
Este medio complejo y duro fue el escenario que los primeros habitantes tuvieron que
conquistar. De hecho, la relación que se construyó entre naturaleza y pueblos indígenas fue
estrecha y sustentada en una magnífica capacidad de comprensión y adaptación de los indígenas
al ecosistema.
4. Los primeros actores: indígenas y conquistadores
La presencia del hombre en la actual provincia de San Luis se remonta aproximadamente
a unos 8500 años (unos 6500 ARC., de acuerdo con los resultados de las dataciones radio
carbónicas). Se trata de un grupo que basó sus patrones económicos en la caza y la recolección,
motivos por los cuales se vieron obligados a realizar movimientos cíclicos estacionarios entre las
sierras de San Luís, buscando las zonas altas durante los estíos, y descendiendo a las zonas del
monte durante los inviernos.
Al intento de reconstruir algunos elementos de la historia de estos pueblos indígenas que
vivieron en la región, antes y después del contacto con los europeos, se lo conoce con el nombre
de etnohistoria.
Estos primitivos pobladores dejaron plasmados en su arte rupestre aspectos de su
civilización, pero el arte rupestre es algo más que la mera representación de las formas, es el
producto final de una compleja conducta sintacto - simbólica. En San Luis, gracias a la
investigación de incansables estudiosos como Dora Ochoa de Masramón, Consens, y otros, se
han identificado gran cantidad de yacimientos con hermosas pictografías (pinturas rupestres), y
petroglifos (cursos o incisiones en la superficie de la piedra).
Existieron muchos factores de atracción de nuestro territorio, para la expansión
hispano-criolla. Se pueden distinguir varias etapas en ese proceso de ocupación:
• La primera comienza con la política de expansión de la Capitanía General de Chile y la
corriente colonizadora proveniente del Oeste, que fundara San Luis, en Agosto de 1594,
la ultima de las tres fundaciones decisivas en Cuyo.
• En la segunda etapa se reconoció a la Sierra de San Luis como el lugar de amparo y con
posibilidades de desarrollar una pequeña actividad extractiva. En este periodo se crearon
poblados, estancias curatos y villas.
• Una tercera etapa de ocupación fue alrededor de 1810, a partir de la cual San Luis, se vio
envuelta en los acontecimientos del país. Allí vemos a un San Luis, comprometido con
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los sucesos de Mayo, de la Independencia, de la Confederación, en la etapa de la
anarquía, en la guerra del Paraguay, en el conflicto con las montoneras.
• La cuarta, correspondería al período a partir de 1869, donde se van delimitando los
departamentos, construcciones de obras públicas hídricas de más envergadura, la
construcción de caminos y la aparición del ferrocarril; sólo por mencionar algunos aspectos.
• Finalmente, y ya dentro del siglo XX, tenemos un San Luis con un desarrollo
agropecuario e industrial más importante.
Si partimos del siglo XVI, (1594) podemos decir, que los “fundadores” de la ciudad, es
decir, aquellos de los que existen constancias documentales de haber asistido a la fundación,
son veintiséis, a los que hay que agregar a Juan Gómez Isleño, figura que transita caminos de
leyenda, como los Michilingues que habitaban, según Gez, el valle del Chorrillo, de donde
surgiera el nombre de Koslay, uno de sus caciques y el de la mítica Juana.
Capitanes vinieron del poniente
Por horizontes de nevada piedra,
....................................................
Capitanes de yelmo y armadura
Sobre caballos con la crin espesa,
Que asestaban sus cascos españoles
En este suelo por la vez primera
........................................................
“Aquí será” –dijo una voz de mando
Porque el aire es azul, el agua buena,
Y la montaña nos ofrece amparo
Si el indio quiere provocarnos guerra
.....................................................
El capitán entonces, con la espada
Trazo en el aire una ciudad aérea,
Dibujando la plaza y el ejido.
Acá el Cabildo, mas allá la Iglesia
El Fortín al llegar a las colinas
Allá los ranchos de la soldadesca.
.....................................................
Y después silenciosos Michilingues
Con su jefe, Koslay, a la cabeza,
...................................................
La Hija suya, una hija que tenia
Suaves sus ojos y la cara fresca
..................................................
Miraba sonriente y en sus ojos
Nido le hacia a la mirada
De un soldado español en cuyo pecho
Amor ardía en dolorosa hoguera.
..................................................
Juana Koslay, Juana Koslay, Oh
Madre!
..................................................
Tú fuiste la semilla nuestra
Y nos diste color americano
Centurias antes que la Patria fuera.
...............................................
Oída la primera misa, el fundador procedió a constituir el Cabildo, leyendo los
funcionarios designados por el. Este hecho implico la determinación de la jerarquía (categoría
legal) de la población que se fundaba, sufragánea, por cuanto Mendoza, en la Provincia de Cuyo,
era la ciudad capital, o Metropolitana, constituida en Corregimiento., de ahí que San Luis nació
como una Tenencia de Corregimiento.
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El Cabildo es la expresión simbólica de la unidad administrativa, se puede afirmar que
casi no”había materia en la vida colonial que no alcanzaran sus brazos”, según el historiador
chileno Julio Alemparte. Dictaron leyes y reglamentos acerca del abasto, regadío, higiene,
comercio, vialidad, docencia, costumbres, moralidad, etc. Es importante destacar que de las
atribuciones del cabildo, que abarcaban todos los asuntos de la comunidad, nacieron los tres
poderes del estado provincial. El Alcalde de Primer Voto se convirtió en Gobernador y Capitán
General en 1820; la justicia elemental de los alcaldes ordinarios se transformo en el Poder
Judicial, y el Capitulo de Regidores se transformo en la Honorable Sala de Representantes, actual
Legislatura.
El proceso de sedimentación de la población fue lento y aparece vinculado, además de la
unidad administrativa (el Cabildo); a la unidad territorial (delimitada por la jurisdicción); a la
unidad religiosa, (simbolizada por la Iglesia mayor)
5. La sierra. Fondo de escenario de la primera fundación
La sierra, forma dominante en el paisaje no sólo lo es por su figura espectacular
dominando el horizonte, también constituye parte de un mecanismo inevitable para explicar el
complejo sistema natural que allí funciona y que hasta fue decisivo en el asentamiento. Bajo la
tutela de la sierra de San Luís, se llevó a cabo la fundación española, de manos de Chile, de la
futura capital de la provincia, en 1594.
El conjunto serrano se encuentra dominado por la sierra de San Luis, una unidad granítica
moderna que se localiza en el centro norte del territorio. Le continúa la del Comechingones, de la
misma naturaleza y espectacularidad, para después repartirse el territorio serranías menores de
origen diverso. Este conjunto compartimenta el espacio en bolsones, llanos y valles que
completan el espectro morfológico. Las montañas mayores –San Luis y Comechingones-
levantadas durante la era Terciaria, no sólo modelaron un espacio de orden fragmentario -propio
de bloques elevados y bloques hundidos- sino que por su propia configuración constituyen un
soporte climático e hídrico primordial. La forma adoptada de bloque basculado hacia el este y
con sus frentes de falla enfrentando hacia el poniente la masa andina, con alturas que alcanzan
los 2200 m, dan lugar a rampas naturales que permiten el ascenso de las masas húmedas del
Atlántico. Estas condensan en altura y contribuyen al aumento promedio de las precipitaciones
en todo el sector
noreste del territorio,
alimentando los
numerosos ríos y
arroyos que
descienden en todas
direcciones, en busca
de las depresiones.
(Gráfico. Bloque
diagrama de la sierra
de San Luis)
La vegetación
se ordena en función
del gradiente de las
precipitaciones y la
humedad, el abrigo de
las quebradas donde el bosque en galería se entrampa en los bordes serranos, y la altura, que
define para el caso de la sierra de San Luis y de los Comechingones una disposición en pisos
bien definida. A medida que se asciende hacia el antiguo bastión histórico de la sierra de San
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Luis, se pasa del conjunto arbóreo y arbustivo del monte, propio de las planicies y en franco
retroceso, a los bosquecitos exuberantes de las pequeñas quebradas labradas por los arroyos,
luego viene el “escalón” arbustivo dominante localizado arriba de los 1000 metros y, finalmente,
los coironales herbáceos (entre 1000 y 1500 m) de los niveles más altos, tapizando las pampas de
altura.
Los ríos modelan los macizos graníticos encajándose en las formas rejuvenecidas por los
procesos geológicos y forman una compleja red hídrica de escasos caudales que toman dos
direcciones principales para el caso de la sierra de San Luis: norte y sureste. Un sistema de fallas
coronado por domos de origen
volcánico –sistema de Carolina
(cerros Tomolasta, Sololosta entre
otros), cerros del Rosario- y que
remata en el cerro el Morro ya en
la planicie, obra de divisoria para
los cursos de agua que, en el mejor
de los casos movilizan caudales de
hasta 5 m3/s. Los ríos que
descienden por la gradual
pendiente oriental, son colectados
finalmente por el Conlara,
encajado sobre una fractura que
constituye el límite este de la sierra
y que ha definido toda una cultura
de asentamientos humanos y de
agricultura bajo riego tradicional. (Foto. Quebrada y arroyo serrano)
Para el caso de la falda occidental, enormes frentes de falla caracterizan a la sierra de San
Luis y la de los Comechingones. Los cortos ríos modelan en ellos profundas quebradas y
descienden en un patrón subparalelo dominante que al entrar en contacto con las depresiones
gravo arenosas se insumen rápidamente, luego de haber depositado los materiales transportados
en pequeños conos aluviales que descansan sobre la unidad pedemontana.
Es en estos elementos descriptos donde se configura la fórmula básica de asentamiento,
propio del modelo vigente en el conjunto de las sierras pampeanas, excelentemente descriptas
por Daus. Es el piedemonte serrano entonces, conocido como la “costa” donde aparecen las
localidades, ordenadas en un rosario de pueblos cuyo sitio conjuga el agua de los ríos y arroyos,
antes que esta desaparezca en los espesos suelos de valles y depresiones, los escasos suelos
aportados por el transporte de los cursos de agua, el abundante aporte de la vegetación y el
macizo protector de la sierra, tanto como moderador climático como ante las incursiones
indígenas. Se dispusieron así, de este modo, los pueblos del faldeo occidental de la sierra de San
Luis: Villa de la Quebrada, Nogolí, San Francisco, Luján y Quines, mientras que para la falda
occidental del Comechingones, los pueblos desde Merlo hasta la Punilla constituyeron los de la
“costa” sanluiseña: además de los citados, Los Molles, Cortaderas, Villa Larca, Papagayos, Villa
del Carmen.
6. La colonización sanluiseña
Dos grandes etapas se pueden reconocer en la historia del poblamiento sanluiseño. La
primera corresponde al norte de la provincia, extendiéndose desde los tiempos de la conquista
hasta mediados del siglo XIX.
La planicie sureña debió esperar mucho tiempo para su ocupación efectiva. Los
factores históricos son complejos pero la ausencia del agua superficial y el peligro del indio
10
como dominantes justifican plenamente el retraso de la incorporación del sur a la organización
espacial del territorio.
Los primeros tiempos fueron difíciles. Desde la fundación, y por dos largos siglos, se
puede decir, las condiciones imperantes y el aislamiento fueron dos factores que limitaron el
asentamiento humano.
Así, llegamos al siglo XVII, con los duros comienzos del poblamiento. Las primeras
preocupaciones del Cabildo, se centraban en conseguir que el Gobernador de Chile confirmara la
fundación realizada por Jofré, y limitara las aspiraciones mendocinas, deslindando las
jurisdicciones en el Desaguadero y liberaran a los indios puntanos de trabajos y dependencias
fuera de sus tierras. Otra preocupación era el límite con Córdoba. Estos hechos demuestran que
San Luis quería ser más que un fortín o lugar de
paso. La población, fue en aumento hasta 1630,
año en que esta jurisdicción sufrió los efectos de
la peste introducida desde el Tucumán y el
Litoral. Por otra parte, el cabildo se preocupó
porque las vecindades se otorgasen a moradores
puntanos, y no a quienes vivían en San Juan o
Mendoza. (Foto. Ilustración del Cabildo de San
Luis)
En este siglo vio la luz un pueblo que sería
llamado a tener gran importancia histórica en
tiempos venideros, nos referimos a San Francisco.
El Capitán Francisco Sánchez Chaparro, vecino
de San Juan, solicitó el 5 de Abril de 1673, al
Gobernador de Chile (Don Juan Henríquez) le
hiciera merced de 10.000 leguas cuadradas “que
están vacías, en un valle que llaman San Francisco, en la jurisdicción de la ciudad de San Luis de
la Punta”. Para 1864, el núcleo de la población antigua (que ahora se denomina Banda Sud) se
agrupaba alrededor de la plaza que hizo delinear el entonces gobernador Barbeito y se componía
de 48 vecinos. La construcción de un templo del otro lado del río, dio origen a la Villa Nueva o
Banda Norte.
Otro poblado que en este siglo tiene su origen es San José del Morro, que surgió de la
capilla construida aproximadamente en la primera mitad de este siglo por don Pablo Suárez.
El Morro es un topónimo que aparece en un expediente levantado en Córdoba en Octubre
de 1614, el cual relata acontecimientos que datan de 1580. Según el padre Cabrera este lugar era
conocido con anterioridad a la conquista hispánica como tierra de Cambatac, donde señoreaba el
Cacique Coyumel.
Durante estos tiempos San Luis soporto estoicamente las repetidas maloqueadas.
En cuanto al cauce religioso, y siguiendo a Verdaguer, se sostiene que “el convento
dominico de San Luis de Loyola, fue fundado, según parece, a principios del siglo XVII por el
Prior del Convento de Mendoza y Vicario Provincial de los conventos de Cuyo Acacio de
Naveda, quien en 1603 nombro vicario del convento de San Luis al Pbro. Antonio Garcés”.
También fue importante la labor evangelizadora desplegada por la Orden de los
Predicadores.
Los Mercedarios cimentaron la advocación de Nuestra Señora de la Merced.
Llegado el siglo XVIII, San Luis se encontraba preocupado por afianzar su jurisdicción.
El indio continuaba siendo una de sus preocupaciones , por eso se establecieron en diversos
parajes destacamentos militares, cuyos integrantes además de cumplir con su función especifica,
cultivaron la tierra y criaron ganado mayor y menor. Así nacieron pequeñas poblaciones que
11
fueron adquiriendo mayor importancia al concentrarse junto a oratorios y pequeñas capillas
construidas por particulares. De este modo surgieron, entre otros, Renca y Santa Bárbara.
A mediados del siglo XVIII, la Iglesia del Sr. De Renca era parte indisoluble de la
fisonomía y del espíritu de la región y además era visitado asiduamente por los obispos y
delegados de Chile.
Ya hacia 1810, cuenta con una escuela de primeras letras que daba albergue a los
primeros doce alumnos. Se puede decir que desde el siglo XIX tenemos a Renca como uno de
los lugares más interesantes y pintorescos de la provincia.
Pa lo pagos de Renca
Voy con mi bayo
3 de mayo se acerca
Fiesta del año
Fiesta del año. Si
De los puntanos.
De día promeseando
Luego cantando
Y de noche en las carpas
Ya estoy prendido,
Empinando unos tacos
Muy divertido
En una cueca luego,
Mucho me empeño,
Porque yo soy puntano
Criollo renqueño.
(Gato) José A. Zabala
Es muy importante destacar, en el ámbito religioso, la labor desplegada por los jesuitas
establecidos en La Estanzuela. Cuando fueron expulsados por Real Cedula de Carlos III en
1767, de España y de todo territorio americano, quedó una biblioteca formada por más de 300
volúmenes en latín, romance, portugués, francés. Expulsados los jesuitas, los dominicos de
inmediato tomaron a su cargo la enseñanza de las primeras letras.
En 1776, se creo el Virreinato del Río de la Plata, el cuarto y último de los establecidos
en América Española. En ese entonces, la Provincia de Cuyo fue separada de la Gobernación de
Chile, y agregada al Virreinato como parte de la Provincia de Tucumán .No obstante, durante 33
años, eclesiásticamente continuo bajo la jurisdicción del obispado de Santiago. (Verdaguer).
San Luis, se afianzaba en su economía. Existen varios testimonios del quehacer de los
pobladores que evidencian que además de la ganadería, practicaban la artesanía de la madera,
que se vendía tanto en San Juan como en Mendoza. También la jurisdicción puntana era rica en
especies silvestres, como guanacos, avestruces y venados, base de una primera explotación de los
ecosistemas naturales.
La toponimia permite conocer otros datos, por ejemplo, la Majada y Cuchicorral. Si el
primero prueba la existencia de cabras y ovejas, el segundo certifica que el cerdo también
brindaba su aporte a la economía puntana. Las mulas, criadas principalmente en las cercanías del
Morro, Paso Grande y Saladillo, fueron preciados artículos para el intercambio comercial con las
provincias del norte.
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El ganado cimarrón prosperaba, y los puntanos detrás de el recorrían asombrosas
distancias., llegando a Sierra de la Ventana, Litoral Atlántico, Melincue, etc. Para capturar al
ganado cimarrón se organizaban las vaquerías
Los documentos también consignan frutales y cultivos que daban importancia en sus
chacras. En cuanto a la industria se testimonia que las mujeres trabajaban en el tejido de ponchos
y frazadas que se conducían a Chile y de allí retornaban lencería y otros efectos en cambio.
Paralelamente a la tejeduría, se desarrolló la artesanía del cuero.
Alrededor de 1785, se fomentó el laboreo de yacimientos auríferos en las Sierras de San
Luís, particularmente en el paraje donde Sobremonte hizo delinear la población de Carolina .En
1797, vio la luz la Villa de Melo, (actual Merlo) en memoria del Virrey don Pedro Melo de
Portugal.
Para esta época San Luis mantenía un activo comercio con las provincias limítrofes,
basado principalmente en su producción ganadera; si bien en el territorio, la capital económica
era Renca, ubicada en el borde oriental de la sierra de San Luis, y que superaba las 3500
personas en su jurisdicción, mientras que, nuestra ciudad, la futura capital de la provincia, no
llegaba a las 700 personas.
7. Historia institucional en el siglo XIX
Así estaba San Luis cuando comienza el siglo XIX, época de notables vaivenes
políticos y decisivo impacto en la historia del país. San Luis también fue protagonista.
Durante las invasiones inglesas, no solo contribuyo con hombres, sino armas y
municiones y otros donativos. Pero estas invasiones le trajeron otras inquietudes. Recibió 50
prisioneros británicos y más tarde otros 40 que la ciudad de Mendoza no quiso recibir. Se
convirtió en cárcel mediterránea.
Producida la Revolución de Mayo, a San Luis le cupo la gloria de ser la primera
provincia que se adhirió a la misma, al decir de Víctor Saa. Es sabido que la circular del 27 de
Mayo de 1810, enviada por La Primera Junta de Gobierno invitaba que las provincias enviasen
sus diputados para que se incorporaran a ella, conforme y por orden de llegada a la Capital. El
diputado electo por San Luis fue don Marcelino Poblet.
Hacia 1812, (4 de Agosto), se concluyo el padrón mandado a confeccionar por el
entonces Teniente Gobernador don José Lucas Ortiz. La población total de San Luis y la
campaña alcanzaba 16.878 habitantes de los cuales 7813 eran varones y 9065 mujeres. El total
general se hallaba formado por los siguientes grupos sociales: 10890 españoles americanos, 25
españoles europeos, 4491 indios y 1472 negros.
Conforme a los acontecimientos que se estaban desarrollando en Buenos Aires, el
gobierno de esa provincia había resuelto la formación de un escuadrón de Granaderos a Caballo.
San Luis colaboró con 204 hombres, sobre un total de 476 individuos que componían el pie de
fuerza del Regimiento de Granaderos, en Diciembre de 1812. En el combate de San Lorenzo, el
tributo de sangre puntana también fue el mayor, de los 14 granaderos muertos en la mañana del
3 de Febrero de 1813; 3 eran puntanos, y se llamaban Januario Luna, Basilio Bustos y José
Gregorio Franco. Descansan hoy, definitivamente en el templete del “Monumento al Pueblo
Puntano de la Independencia”. San Luís lo había dado todo en aras de la libertad y la
independencia, y cuanto San Martín solicitaba de la pobreza y miseria, San Luís lo entregaba:
cartucheras, y pólvora, caballos y mulas, charqui y frutas secas y otros menesteres. Ese
sacrificio y esa entrega quedaron reflejadas para la eternidad en los sentidos, dolorosos pero
bellos versos del poema “Digo el llamado“ de Antonio E. Agüero.
Corría el año 1813 y en Buenos Aires se convocaba a la Asamblea General, cuyo
principal objetivo era sancionar una Constitución, (que no logra), pero da una gran obra
legislativa en todos los ordenes de la vida de gran trascendencia y que muchos de esos
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principios están contenidos en nuestra constitución Nacional. Por San Luís, fue designado a esa
Asamblea Augusto José Donado.
Otro hecho que merece destacarse es que Juan Martín de Pueyrredon, que fuera
confinado a esta ciudad después de la Revolución del 8 de Octubre de 1812, llego a esta en los
primeros días de 1813 y adquirió a don Maximiliano Gatica las tierras de La Aguada y por
mediación de Dupuy (entonces Gobernador) fue elegido representante por San Luis ante el
Congreso de Tucumán.
Así se llega al año 1820 cuando la provincia de San Luís declara su autonomía. Le
correspondió a Don José Santos Ortiz conducir el destino de esta provincia. Le sucedió después
de 8 años Don Prudencio Vidal Guiñazu. Su gobierno estuvo signado por la lucha entre federales
y unitarios y por los malones (indígenas del sur).
El furor de los enfrentamientos entre unitarios y federales, quedaron reflejados en
cientos de coplas populares, como esta que solían cantar los federales puntanos:
“el general Lavalle
con toda su gente
no sirve para nada
ese indecente”
Por cierto que los cánticos unitarios no se quedaron atrás en inventiva ni en
agresividad:
“Lorito verde
Lorito real
Mas vale ser perro
Que federal”
Lentamente pero sin pausa San Luís continuaba avanzando.
El Gobernador de San Luis, Pablo Lucero, en 1851 viajo a San Nicolás de los Arroyos
para participar de la reunión que formaría el preliminar de la Constitución Nacional. Los
diputados por San Luis a ese Acuerdo fueron los doctores Delfín Huergo y Adeodato Gondra.
El gobernador Lucero gobernó por 14 años, desplegó una interesante y fecunda labor y falleció
en San José del Morro. Una actitud para destacar: fue el primero en estas tierras en venerar la
memoria de San Martín. Una de sus acciones importantes fue la de introducir la imprenta en
1848. A los pequeños avisos pronto le siguieron hojas enteras y el último domingo de 1858 ya
durante el gobierno constitucional de Justo Daract se publico el primer periódico: La Actualidad.
`Pronto aparecerían otros periódicos, que representaban las distintas ideologías y corrientes de
pensamiento de la clase gobernante de San Luis y que conseguía adeptos en la sociedad puntana,
como por ejemplo: “El Porvenir”,”El Centinela Puntano”, “El Oasis,” “El Loro” ,”El Telégrafo”
“La Independencia, “La Reforma “ y muchos mas.
En 1855, el 29 de Septiembre, el Senado y la Cámara de Diputados de la
Confederación Argentina, reunidos en Congreso, sancionaron una ley por la que se aprobaba la
Constitución de la Provincia de San Luis, la que recibió varios cambios hasta el presente.
En la década del 60, llega a la presidencia de Nación el General Bartolomé Mitre. Y en
San Luis, hay un clima de ebullición por varios hechos políticos. En esas circunstancias llega al
poder el Coronel Juan Saa, conocido como “Lanza Seca”. A ‘el lo encontramos como interventor
en San Juan tras el asesinato del Gobernador Virasoro; lo encontramos también en Pavón y en el
alzamiento de los caudillos, junto a “ Chacho” Peñaloza y Felipe Varela.
Otros hechos destacados de esta década lo constituyen la creación del Colegio de
Niñas, bajo la dirección de Doña Rosario Lucero de Saa; y la instalación del Colegio Nacional,
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creado por Decreto del primero de Diciembre de 1868 e inaugurado el Jueves 6 de Mayo de I869
con 37 alumnos bajo la dirección del Pbro. Norberto Laciar.
El progreso era lento pero firme. Lo demuestran varios hechos, que permiten evaluar el
cambio en el paisaje urbano y la evolución de las instituciones sociales, de los cuales
mencionaremos algunos a titulo ilustrativo:
• En 1878 se decide la apertura de la actual Plaza Coronel Pringles, conociéndola
primero como “Potrero de los Reyramos” y luego como “Parque Pringles “y
“Plaza de las Flores”. En el futuro, debido a su posición estratégica y equidistante
entre la Actual Plaza Independencia –primer centro ocupacional-, la primera
Estación de Trenes ubicada donde actualmente se emplaza el Rectorado de la
Universidad Nacional de San Luis y la apertura de la Avenida diagonal, hoy Pte.
Arturo Illia, adquirió importancia hasta convertirse en el centro neurálgico de la
ciudad.
• En el ámbito educativo es interesante destacar la sanción el 17 de Abril de 1872
de la primera Ley de educación con que contó San Luís, la cual declaraba
obligatoria la instrucción primaria y determinaba un fondo propio para las
escuelas y la instalación de bibliotecas populares. Esta ley es anterior a la que
sanciono el Congreso en Buenos Aires y mereció las felicitaciones de Sarmiento.
También en este aspecto, pero allá por 1884 se crea la Escuela Normal de Niñas
actualmente el Centro Educativo Nº 2 “Paula D. de Bazán”. La edificación con su
importante arquitectura embellece junto a otros edificios públicos como el Banco
Hipotecario y su sobria esbeltez, una de las esquinas de la Plaza Pringles, la que
va cobrando rápida importancia.
• La Iglesia Catedral anuncia enriquecer aún más la Plaza cuando el 25 de Mayo de
1883 se coloca la piedra fundamental sobre la cual se levantará años después su
soberbia mole, cuya arquitectura hace de la misma una de las catedrales más
bellas de Argentina y Latinoamérica. (Foto. Imagen de la catedral de San Luís)
• En 1881, San Luis entra en la era del ferrocarril. En ese año se inaugura la
Estación de Trenes, la que posibilitó el
intercambio comercial y de
comunicaciones y a la vez determinaba el
surgimiento de pueblos a su vera, que poco
a poco se iban insertando en la estructura
productiva. Al lado de la estación y en
donde hoy se levanta la Terminal de
ómnibus “Juan Martín de Pueyrredon” se
formó el paseo público denominado “Plaza
Colon”.
• La sociedad puntana concentraba sus
actividades recreativas en lugares abiertos
como la Plaza o el Teatro del Club Social,
creado este ultimo en 1880. Era el lugar de
reunión de lo más granado de la población.
A esto se suma la creación del Parque
Centenario en el Este de la ciudad, un importante lugar de esparcimiento. El
primero de estos lugares (el Teatro) se perdió irremediablemente ya que donde se
encontraba, en la intersección de las calles San Martín y Belgrano, hoy funciona
el Supermercado Aiello. El segundo, sufrió transformaciones, porque el parque
fue luego la Chacra Experimental donde se hicieron importantes cultivos de vides,
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frutales y especies forestales, y a fines de 1995 se convirtió en el “Parque de las
Naciones”.
Coincidente con el progreso que pregonaban los hombres de Buenos Aires, los de San
Luis hicieron lo propio. Era la época de los dos gobiernos de Zoilo Concha, de Mauricio
Orellano, de Videla, del Interventor Daniel Donovan, y Laurentino Quiroga. Era la época del
“Centro Unión y Progreso” que se fundo en el Colegio Nacional, y que con disertaciones
semanales buscaba responder a los fines de la educación.
En ese entonces, por ley, se dio nombre a los 8 departamentos de la Provincia” La
Capital, Coronel Pringles, General San Martín, General Belgrano, Ayacucho. General
Pedernera, Chacabuco y Junín.
Por aquellos años aparecieron la primera novela titulada “Raquel” del Dr. Arturo
Domínguez y el primer libro de versos: “Penumbras” de Emeterio Perez.
Tratando de cuidar la moral de las jóvenes, se dicto un decreto destinado a reprimir la
vagancia de las mujeres y se estableció para ella el “boleto de conchavo”, y “las que se
encontrasen sin este boleto, vagando o en los bailes, permitidos o no, serian conducidas a la Casa
del Buen Pastor”.
8. Ingresando al siglo XX
San Luis sigue preocupada por el progreso, a medida que la ciudad crece lentamente va
incorporando nuevos elementos que influyen en su fisonomía edilicia, a la vez que algunos
servicios importantes cambiara su funcionalidad y dinámica.
Surge el Boulevard Norte, el cual se llamara Avenida Quintana y hoy Avenida Illia, que
con el tiempo se convertirá en uno de los paseos mejor registrados por la vecindad en sus
recorridos, rompiendo con el esquema de la cuadrícula que se venia respetando desde su
fundación. Apenas comenzado el siglo, la Intendencia Municipal permite a San Luis conocer el
cemento armado a la vez que inaugura el alumbrado a gas en la sección sur.
La vida social sigue incorporando elementos para distraer a los puntanos, en este caso
fundándose el Velo Club Puntano. Las actividades religiosas y culturales siguen tomando las
calles de la ciudad, como en 1912, cuando se deja inaugurada la estatua ecuestre del Coronel
Juan P. Pringles, en la Plaza homónima, obra del escultor Rafael Radogna.
Esta breve reseña no agota la enumeración de eventos, acontecimientos y otros
elementos de carácter arquitectónico y escultórico que enriquecieron el patrimonio cultural y
edilicio de nuestra ciudad. Es oportuno mencionar aquí el edificio de la Casa de Gobierno,
verdadero palacio de líneas renacentistas italianas o la magnifica Escuela Lafinur, ubicada donde
antiguamente fue lugar terminal de carretas.
Para los años 1900 en la región sur fueron creados los partidos de Vicente Dupuy y Justo
Daract, también se delinearon los pueblos de Buena Esperanza y Fortuna. Paralelamente se
formo otra población que se llamaría Presidente Quintana y que hoy es Juan Llerena.
No obstante todos estos acontecimientos que la clase gobernante halló progresistas la
situación socioeconómica de la población de San Luis, no era de las mejores. Al respecto se
puede citar en 1908 la realización de la primera manifestación obrera de la ciudad, a la que
obviamente le siguieron muchas más, constante que sigue hasta nuestros días, al igual de lo que
ocurre en el resto del país. Ya por ese entonces el fotógrafo José La Vía, a través de su tarea
transmitía su mensaje provincial más allá de los límites de San Luis
Este siglo XX, en sus albores, trajo a la Firma Cappa y Gazzari, que realizó la primera
exhibición de vistas cinematográficas, con tanto éxito que tuvieron que abrir un salón para tal
efecto.
En el ámbito de la salud, allá por la segunda década del siglo XX (precisamente en 1922)
se creó en la ciudad de San Luis la Asistencia Pública, que contó con lugar propio, farmacia y
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ambulancia, cuyo servicio era gratuito. En el interior de la provincia, todavía era muy extendida
la práctica del curanderismo. También en este aspecto se realizaban campañas sanitarias para
contrarrestar la hidatidosis, el chagas y la brucelosis.
En esta etapa la educación también era preocupación, y se puede constatar con números:
en 1922 habían 73 escuelas y 5000 alumnos, y en 1926 el número de escuelas ascendió a 106 y la
población escolar a 8000. Se crearon luego, escuelas unipersonales, escuelas de categoría 3.
jardines de infantes,, no solamente en la Ciudad de San Luis, sino para Villa Mercedes, Los
Puquios, El Chañar, Las Vizcacheras, Escuela Normal en Concarán ; el ciclo de agrónomos con
orientación en granja en la Escuela Técnica Nro. 4 Aerotécnica de San Luis.
En lo político, tanto a finales del siglo XIX y comienzos del XX, San Luis, soporto varias
intervenciones federales por distintos motivos (irregularidades en los Poderes de Gobierno. o por
profundas disputas entre partidos políticos).Además, los avatares políticos de Buenos Aires, por
ejemplo los golpes de estado también repercutieron en San Luis como era de esperar.
Llegado el año 1973 se firmo el Acta de Reparación Histórica entre las provincias de San
Luis, La Rioja, y Catamarca, lo que significo el comienzo de una serie de reivindicaciones
económicas, y entre ellas los proyectos de radicación industrial; que se fueron concretando a
partir de 1983 con suerte muy diversa. Con el tiempo, muchas de ellas, terminada el plazo de
promoción industrial, levantaron las instalaciones, dejando en la provincia muchas familias sin
trabajo, y a los gobiernos un problema a solucionar.
También este siglo vio adelantos en las obras hídricas, que beneficiaron la potencia
eléctrica de la provincia. Y, así, San Luis avanzaba, lenta, dolorosamente, pero sin pausa, cuando
llegado 1976, se produce el último Golpe de Estado que dejó, además de muertos y
desaparecidos, y justamente por eso, rencores, odios que aun hoy palpitan en la sociedad
argentina.
En 1983, el país vuelve a la democracia, en el orden nacional con el Dr. Raúl Alfonsín,
referente máximo del radicalismo; y en nuestra provincia, con el Dr. Adolfo Rodríguez Saa,
exponente del justicialismo.
La provincia comienza una nueva etapa, hay incremento económico como consecuencia
de la promoción industrial, (a la que hicimos referencia), aumenta la población a raíz de las
migraciones de países limítrofes y su arraigo en la Ciudad. Se hacen viviendas, en un principio
con la ayuda del Fondo Nacional de la Vivienda (FONAVI), y luego con otros planes.
En educación se sanciono el decreto 846, que dispuso la regionalización de las tareas
educativas y culturales, creando seis regiones: San Luis Capital; Villa Mercedes, Nueva Galia,
Concarán, Paso Grande y Luján
En una nueva Reforma de Nuestra Constitución se crearon la Cámara de Senadores y e
Cargo de Vicegobernador, entre otras modificaciones.
En nuestros días tenemos un San Luis que avanza, que quiere lograr un rango importante
entre las demás provincias argentinas, lo hace muchas veces con dolor, con broncas, con alegrías,
con pasiones encontradas, pero se debe hacer .Desde sus orígenes, su transitar por la historia fue
difícil, y hoy en este mundo globalizado debemos reafirmar nuestra identidad, y sentido de
pertenencia. Nuestros hijos merecen lo mejor.
En esta apretada síntesis de la Historia sanluiseña quedaron muchísimos aspectos que son
interesantes de estudiar y que nos ayudan a conocer, entender a nuestro pueblo grande, como por
ejemplo: la música, el folclore, los inmigrantes, el arte en todas sus manifestaciones, el desarrollo
económico, el turismo urbano y rural, y mucho más.
Encontramos hoy un San Luis preocupado por fortalecer la política tecnológica, por unir
las diferentes regiones con una extensa red caminera, por participar cada vez más en el mercado
exportador, por insertarse efectiva y eficazmente en el proceso de la globalización. Estar inserto
en este proceso significa para la provincia, adoptar políticas activas como por ejemplo,
desarrollar mas intensamente la agricultura en la pampa húmeda y extender sus límites , lo que a
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sus vez implica trasladar la ganadería a regiones pampeanas periféricas, desarrollar con mas
fuerza la industria agroalimentaria, mejorar la provisión de agua de riego. También este proceso
de globalización debe hacer implementar políticas tendientes a reafirmar nuestro sentido de
pertenencia al lugar, rescatando lo autóctono, la tradición, y con políticas activas respecto al
turismo ambiental, dado que el paisaje combina armoniosamente montañas, planicies, espejos de
agua; también al turismo cultural-educativo atrayendo inversores provinciales, nacionales e
internacionales y desarrollando una activa propaganda y difusión en todos los ámbitos.
Las vicisitudes sufridas por nuestros antepasados, desde la conquista y colonización,
nuestra circunstancia como posta y lugar de avanzada en el “desierto” la inseguridad frente al
indio, no doblegaron a la primera sociedad puntana. Gracias a ella y a su permanencia es que
contamos hoy con una ciudad pujante que solo nos pide que la conozcamos para quererla y
defenderla, que aprendamos a vivirla y a protegerla de otros ataques, aquellos que hacen a la
marginalidad, a la incultura, a la soberbia, al odio. Debemos ser ciudadanos comprometidos, con
protagonismo, para corregir actitudes y situaciones que van en desmedro de nuestra comunidad.
La memoria nos proporciona identidad. La historia, es la memoria de los pueblos…
9. Las regiones y sus ambientes
Sobre el vasto cuadrilátero provincial, y como resultado de la combinación de formas
provenientes del variado dispositivo natural y por otra parte, de la gestión humana desplegada en
el tiempo, se reconocen las siguientes regiones:
La sierra de San Luís
La sierra es un referente indiscutible en la geografía sanluiseña: su silueta es parte
indiscutible del paisaje y además, fue un hito en el proceso histórico de ocupación en estas
tierras. “Cabe señalar que Renca, localizada sobre el borde oriental del macizo serrano y al
borde del Conlara, fue la verdadera capital económica del territorio, mientras la ciudad se debatía
entre malones y tiempos de subsistencia. Renca era el centro de acopio más importante y hacia
allí se dirigían los productos tanto serranos como de un ámbito importante de la región cuyana.
Lana, tejidos, minerales que luego, por el valle enfilaban hacia el norte, el Alto Perú, obligados a
seguir el largo derrotero signado por la metrópoli española.” (Espinosa, 2001)
La presencia de la sierra de San Luis fue desde los primeros tiempos de conquista, el
escenario panorámico que acompañó la vista de los primeros colonos. Este “bastión” serrano
brindó la necesaria protección frente al
peligro del indígena y “es en ella o en
torno a ella que se configuró el primer
esquema de asentamiento”. Con sus
casi 4.000 km2 es un original espacio
recorrido por una densa red hídrica,
compuesta de ríos y arroyos que genera
todo un estilo de vida. (Foto. Una vista
de la sierra sanluiseña)
Unidad propiamente sanluiseña,
este extenso territorio de forma oval,
tiene orígenes geológicos singulares: es
una unidad moderna hecha sobre
materiales antiguos, de origen paleozoico. Su morfología se asemeja al resto de las sierras
pampeanas: “una ladera oriental extensa y de escasa pendiente, alterada –en el caso de la de San
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Luis- por dos niveles topográficos, uno, el más alto, propio de la penillanura rejuvenecida, y otro
inferior, donde se localizan pampas de altura. Los ríos han profundizado el relieve general a
medida que el conjunto sufría los movimientos de ascenso, que se resuelve en extensos y
pronunciados cañadones. La falda occidental constituye un frente de falla, pronunciado y
enhiesto, generándose así una estructura disimétrica de marcada pendiente hacia el occidente y
una suave y escalonada hacia el oriente. Todo el conjunto ha sufrido las fracturas que obran a
modo de divisoria de aguas. Desde allí, los ríos toman dos direcciones generales: norte y
sureste.” (Espinosa, 2001)
Desde las fracturas han aparecido conos de origen volcánico cuyos conjuntos más
relevantes se localizan próximos a La Carolina, y en el borde oriental de la sierra: los Cerros del
Rosario. También el Morro es parte de este conjunto de formas.
Toda la región serrana presenta un aspecto rural y tranquilo cuyo espacio se reparte entre
coironales cuyo tono amarillento contrasta con el tono grisáceo de las figuras pétreas de los
cerros dominantes. Donde los arroyos atraviesan el terreno, los cortes profundos muestran la
riqueza de los espesos suelos que se reparten entre las rocas y que aflora del conjunto granítico.
Allí, en los vallecitos labrados por los cursos de agua, se levantan las escasas viviendas rurales
rodeadas de pequeños montecitos al abrigo de las temperaturas imperantes, que por lo general
presentan promedios mucho más bajos que en el resto del territorio sanluiseño.
De todos modos el paisaje cambia gradualmente desde las planicies al centro de la sierra.
Los pisos de vegetación se definen mostrando primero y en los terrenos más bajos, el denso
monte xerófilo para finalmente dar lugar al estrato herbáceo que domina en las mayores alturas.
Por el oeste, y labrando la acentuada pendiente de la montaña los ríos trabajan profundas
quebradas donde el bosque en galería da lugar a paisajes de encanto. Tal es el caso de las
entradas serranas trabajadas por ríos como el Amieva, el Nogolí y el Claro.
La sierra de San Luis es un mundo tranquilo de puesteros y mineros de tradición. Una
sociedad que rápidamente se pierde frente al avance del tiempo y la modernización creciente. No
hace mucho el paisaje rural mostraba extensas estancias y puestos demarcados por pircas –toda
una ingeniería serrana- donde viejos pirquineros practicaban la búsqueda del oro sobre los
lechos poco profundos de los arroyos, en su intento de revivir la fiebre del oro que tuvo en otras
épocas –siglos XVIII y XIX- momentos de auge y dinamismo.
Ovejas y vacunos a la orilla de desolados caminos es la señal de una economía presente en la
sierra asociada a la explotación de minerales. Las rocas de aplicación, especialmente el granito
da lugar a canteras repartidas, muchas en torno a Potrerillos, extraen el granito de excelente
calidad.
Las regiones educativas incluidas dentro de esta unidad geográfica descripta son la
Región V (que se corresponde íntegramente con el Departamento Lib. Gral. San Martín), y la
Región I, en su sector correspondiente al área que abarca casi la totalidad del Departamento
Coronel Pringles.
El noroeste seco
Sobre un extenso ángulo noroeste de la provincia y localizándose entre la depresión del
río Desaguadero y la sierra de San Luis, se extiende la dilatada depresión que alberga este
espacio provincial.
La drástica disminución de las precipitaciones, que quedaron entrampadas en el sistema
serrano, hace de esta unidad la más seca del territorio. Las lluvias oscilan entre 400 y 250 mm de
este a oeste y con ello se configura un espacio donde domina un monte denso xerófilo tanto
arbóreo como arbustivo y donde las especies adaptadas resisten la escasa humedad y los sectores
salinos. Chañares, talas y algarrobos por citar algunas especies, asociadas a piquillines y otros
arbustos conforman parte de la rica diversidad de este conjunto vegetal. Hacia el noroeste es el
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dominio de las jarillas; la vegetación
en esa dirección se torna escasa en
formas y densidad. (Foto. Parque
Nacional Sierra de Las Quijadas)
Los lechos secos de los arroyos
que han dejado su caudal a pocos
kilómetros de haber abandonado la
sierra, sólo se activan luego de las
escasas tormentas que se desencadenan
en el verano. Es el momento oportuno
para desviar agua hacia las represas,
fuente invalorable para puestos y
estancias dispersas en la región. De
todos modos, la presencia de agua subterránea permite que algunas empresas con capitales
puedan bombear agua para asegurar cultivos y ganadería, en un proceso de inversiones nuevo del
que sólo pocos participan.
La estructura física de la unidad cierra en una depresión central longitudinal cuya
divisoria de aguas localizada a mitad de recorrido del territorio orientando la red hidrográfica de
lechos secos hacia el norte, en dirección a las Salinas Grandes, mientras que hacia el sur el
sistema culmina en la Salina del Bebedero.
Circuitos productivos muy distintos se yuxtaponen en el sector. Puesteros y grandes
empresarios practican sus economías en un marco de aparente escasez signada por el agua.
Los puesteros dan forma a una unidad económica de carácter familiar muy frecuente en la
región. Todo un poli rubro donde se combina ganadería vacuna de baja calidad, cría de cabras,
leña y carbón, asociados a escasos cultivos para el consumo familiar. Pozos para el agua de uso
humano y represas para el riego y los animales. Parte de la producción (vacunos sin control
sanitario, cabritos, leña) se inserta en los circuitos económicos sin garantías ni control, pero
aliviando la situación socioeconómica de sus
participantes. De este modo se garantizan
medios de inserción social, tal como la
escolaridad, asistencia sanitaria, compras, etc.
Nuevos actores se suman al panorama
del noroeste, además de los empresarios locales,
que han practicado una ganadería de difíciles
resultados, aparecen ahora nuevos inversionistas
que impactan el sector con cultivos alternativos,
mejoras ganaderas y tecnologías de avanzada en
el manejo del agua subterránea. (Foto. Río San
Francisco, en la localidad homónima)
La minería tiene su expresión máxima en La Calera, localidad que surge como pueblo
minero en torno a la extracción de cal para cemento y áridos. Su población evolucionó
notablemente en el último censo, dato que consigna la importancia de la extracción del mineral.
Es el único núcleo poblacional significativo en el oeste de la región.
Al este, un sector vinculado a la sierra de San Luis, es el que concentra la mayoría de los
habitantes y los pueblos más significativos. Se organizan a modo de rosario –de norte a sur-
comandando sus propios oasis; asentados sobre los arroyos que descienden de la sierra y
conformando centros de servicio con un margen de población que oscila entre los 2000 y 5000
habitantes para los más grandes: Luján, San Francisco, Quines, Candelaria.
A excepción de estos núcleos, mayoritarios a los mil habitantes, que crecieron con ritmo
acentuado en el último censo nacional, toda la región es deficitaria en población. El censo de
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1991 indicó una profunda pérdida demográfica en los departamentos que componen esta región
así como para los departamentos de la sierra.
Es una región de frágil ambiente. A las viejas prácticas económicas, donde la tala
indiscriminada y la expansión del caprino provocaron daños severos al ecosistema, se suman
ahora prácticas especulativas que ponen en serio riesgo al sector. El noroeste es un espacio
valorable y que depende de severos cuidados para aprovechar sus posibilidades económicas que,
por cierto, no son pocas.
Las regiones educativas que quedan enmarcadas dentro del noroeste son la
Región VI, que coincide con el Departamento Ayacucho y parte de la Región I en su sector
noroccidental.
El valle de Concarán
Entre la sierra de Comechingones al este, y la sierra de San Luis, por el oeste, se
encuentra esta unidad original cuya morfología se pone en duda. Dice Gaignard “¿Valle? ¿Alta
planicie? ¡Digamos que un pedazo de pampa en el corazón de la montaña! Una llanura agrícola
y pastoral pero que tiene ya un estilo “serrano” íntimamente ligada durante siglos a la vida y
evolución de la montaña” (Gaignard, R. 1966) En efecto, ocupando unos 4000 km2 de superficie
y con alrededor de un centenar de kilómetros de
extensión de norte a sur, esta enorme fosa
geológica (graven) bien delimitada por las
unidades serranas ya señaladas, conforma un
valle de origen tectónico.
La entrada al valle está indicada por el
gran centinela: el cerro del Morro, silueta
original en la literatura geológica y que deparó
más de una hipótesis sobre su aparición en
superficie. De allí y hacia el norte el valle
adquiere una estructura singular nada difícil de
describir pero no por ello exenta de
complejidad. (Foto. El valle de Concarán en una
ilustración de una obra de Ochoa de Masramón)
Este espacio semi cerrado se compone de
dos frentes laterales, uno lo constituye el
Comechingones, un enorme abrupto de falla,
parte de “una tectónica brutal y reciente” (de
origen moderno), cincelado por la densa red de
arroyos que desciende y que rápidamente se
insume antes de entrar en contacto con las
gruesas series sedimentarias. Por el otro
extremo, el occidental, el río Conlara, inevitable
colector de los arroyos que descienden de la
sierra de San Luis, pone límite al valle a la vez que establece contacto con el revés de cuesta de
la montaña citada, que desciende gradualmente hacia el valle. En el centro de estos notables
límites, está la planicie, una fosa rellena que conforma el soporte del valle, toda una planicie
central salpicada hacia el sur por serranías menores (de San Felipe, La Estanzuela, Tilisarao,
Naschel) No sólo las sierras marcan la diferencia entre la sección norte y la sección sur del valle,
se suman las diferencias climáticas y la vegetación. Sobre el norte el monte –un bosque seco de
sotobosque espinoso- todavía gana terreno a la ganadería y a las modernas instalaciones
21
agrícolas mientras que en el sur la planicie se cubre de una cubierta herbácea –un coironal-
dominante sobre la cual se reparten isletas de monte
La valoración del territorio y el poblamiento –el que actualmente alcanza alrededor de 30 a
35.000 habitantes- cobraron patrones distintos según las épocas y con la aparición del ferrocarril.
Los pueblos son un dato interesante sobre la modalidad del asentamiento.
La región mantuvo su tranquilidad provinciana casi hasta el presente; apenas “rozada por
las grandes corrientes de circulación”, se permitió una vida tranquila que los cambios presentes
ya no le dejan continuar. No obstante en los viejos tiempos de la colonia, el ritmo del valle fue
otro, cuando la dinámica circulatoria vinculaba a Cuyo y al territorio en cuestión con tierras del
virreinato del Perú.
Finalmente, el modelo periférico de asentamiento dominó para el valle, centrándose de
este modo, localidades y población rural más densa, en los bordes de esta región: sobre el
piedemonte serrano del Comechigones por un lado y el valle labrado por el río Conlara en el
borde occidental.
El poblamiento fue de norte a sur -esquivando la presencia del indígena-, y de este a
oeste. Así, los pueblos más antiguos del valle se encuentran en ese orden, al norte y sobre la
“costa” de los Comechingones. Tal es el caso de Merlo, Piedra Blanca o Cortaderas. A modo
general, los pueblos de la costa son anteriores a los pueblos del Conlara.
Respondiendo al modelo de
asentamiento propio de la región
serripampeana, se acomodan en hilera,
hilvanados por el camino, y festoneando la
sierra. Captando los escasos suelos útiles
para los cultivos y el agua de pequeños
arroyos antes que se infiltren en la pila
sedimentaria de la planicie del valle. (Foto,
una vista del faldeo de los Comechingones)
Son hoy pequeñas localidades que
evolucionan gracias a algunas inversiones
privadas predominantemente asociadas al
turismo generado desde Merlo. Si bien
históricas, su prosperidad había muerto con la aparición del ferrocarril, hacia fines del siglo XIX.
La línea férrea se localizó sobre el borde occidental, a lo largo del Conlara. Fue así que los
pueblos de ese margen vallista evolucionaron y crecieron desproporcionadamente y, hacia ellos,
se produjo un proceso migratorio que fue definitivo. Hoy son los “pueblos” más grandes de la
pampa interserrana: Santa Rosa, Concarán, Tilisarao, Naschel y La Toma. Asentados en su
mayoría sobre el borde del Conlara, funcionaron, gracias al ferrocarril, como centros acopiadores
de la producción serrana y núcleos de servicio para el área bajo riego.
En el borde este del vallel, sólo Merlo, es una excepción, “sacada de su enclaustramiento
de más de un siglo (desde fines del siglo XVIII a fines del XIX), por los viejos caminos primero
y finalmente por la actividad turística” (Es tanto la localidad más grande de las del margen de los
Comechingones como de toda la región (con más de 15.000 habitantes) A la vez, se comporta
como el núcleo de mayor crecimiento (2.580 habitantes en 1980), lo que aparejó un ritmo de
crecimiento superior al 150% en la última década intercensal.
La dinámica del conjunto ha cambiado sustancialmente en los últimos tiempos. La
tranquilidad del valle se vio alterada por el turismo que reactivó la parte oriental del espacio
mientras que al occidente, la localización de las industrias –iniciada hacia 1984- reactivó los
pueblos del Conlara.
22
Los pueblos tuvieron un notable crecimiento demográfico a la vez que expandían sus plantas
urbanas, y sumaban las complicaciones propias de las ciudades. Aprovisionamiento de agua,
escasos servicios, etc.
Las vías de circulación fueron pavimentadas generando verdaderos circuitos que
entramaron los dos márgenes del valle. Por otro lado, la frontera hasta el momento insalvable de
Mapa regional de la provincia de San Luís.
(Espinosa, D. 2001)
los Comechingones ha sido superada con el circuito de Merlo hasta la provincia de Córdoba,
verdadera obra de ingeniería. Con esto, el mundo del valle queda definitivamente inserto en los
circuitos de transportes de orden regional y nacional. Equipamientos tales como terminales de
ómnibus, asfalto y el proyecto recientemente aprobado de aeropuerto internacional entre Santa
Rosa y Merlo completarán las comunicaciones.
23
A las obras públicas se suman las inversiones de particulares. En general empresas de
punta que compran tierras e invierten enormes capitales en busca de una eficiente producción
tanto de cultivos tradicionales como de especies alternativas. Para ello, se instalan sistema de
riego computarizado y controlado vía satélite como es en el caso del corredor Santa Rosa –
Merlo. De hecho, son formas especulativas innovadoras en San Luis.
La región educativa que se identifica con esta unidad geográfica del valle es la Región IV
que abarca los departamentos Junín y Chacabuco. El sur del valle corresponde a la Región II.
La planicie meridional
El sur de San Luis presenta un paisaje nuevo y muy particular. Es el resultado del
encuentro entre el medio físico de las planicies, “un verdadero retazo pampeano” (Zamorano, M.
1989) y de una ocupación humana tardía. Con excepción del norte de la región, estrechamente
vinculada a las sierras y a la ciudad de San Luis (con cuatro siglos de existencia), y donde la
actividad agropecuaria se remonta a la práctica de las primeras vaquerías, el resto, una vasta y
dilatada llanura, corresponde a un modelado nuevo por parte del hombre.
Con mayor nivel de resolución, se pueden identificar tres grandes ambientes en la región:
al norte, el conjunto de la planicie pedemontana y la llanura mercedina; al este, un espacio más
proclive a las precipitaciones y en
donde la provincia fitogeográfica
bonaerense introduce una estepa
herbácea conveniente a la ganadería;
finalmente, hacia el oeste de la
región, un espacio de monte en
donde la sequedad aumenta en
dirección a la depresión del río
Desaguadero. Allí el monte más
abierto y asociado a especies
arbustivas da lugar a estancias más
grandes y numerosos puestos a la vez
que gradualmente disminuye la
capacidad ganadera debido a las
dificultades del medio. (Foto.
Planicie con caldenar)
La primera unidad se encuentra estrechamente asociada a la vida serrana con la cual
mantuvo permanentes contactos y es en donde se asienta el corredor urbano industrial que
articula a las ciudades más grandes de la provincia: San Luis y Villa Mercedes, a las que se suma
otro centro importante, otrora significativo en el rol ferroviario: Justo Daract. Entre la vieja
práctica agropecuaria en el sector que ha transformado profundamente la cubierta vegetal a
medida que la organización rural cobraba forma y el impacto de la radicación industrial que tuvo
lugar en la década del ochenta, con los asentamientos fabriles y la expansión de los centros
urbanos, el espacio verdadero motor de la vida provincial, conforma hoy un eje urbano industrial
sobre un corredor bioceánico de primer nivel.
La ganadería se asocia al secano, con predominio de maíz, sorgo y oleaginosas, entre
otras. Los campos dan lugar a importantes estancias y a una destacada cuenca lechera que sirve a
las necesidades de la sociedad urbana.
El este es más húmedo y las condiciones de fertilidad de los suelos aumentan. La
organización ganadera se desarrolla en estancias donde la unidad promedio es de 10.000 a
20.000 ha. Los planteles de ganado son de elevada calidad y constituye una zona de cría
24
significativa donde, además de las razas tradicionales, se implantan nuevas en búsqueda de
nuevas experiencias en el sector (transplante de embrión, adecuación a cabañas, etc.)
Por el contrario, los asentamientos conforman en el sector una débil red de pueblos que
no alcanzan mayor desarrollo. Al sur de Villa Mercedes, ciudad a la que el sur estuvo
fuertemente vinculado antes del desarrollo de nuevas vías pavimentadas, las localidades son el
resultado del ferrocarril. La cabecera departamental de Gobernador Dupuy apenas alcanza los
mil habitantes: Buena Esperanza.
Los pueblos, pequeños y encerrados entre las grandes y vigorosas unidades de
explotación cubren servicios mínimos y carecen de verdaderas áreas de influencia. En esa
quietud dominante, los pocos lazos provienen
de relaciones interprovinciales. Tiempos
difíciles y una actividad que no genera fuentes
de trabajo, la emigración fue una constante en
décadas, esto hizo que muchos sanluiseños se
radicaran en La Pampa o el sur de Mendoza,
donde formaron familias. De este modo, las
relaciones de parentesco se acentúan entre los
pueblos sureños de San Luis y los de La
Pampa, al punto que, tanto los intercambios
comerciales, culturales y de otra índole, se
desarrollan con más fuerza entre ellos que con
el resto de la propia provincia. (Foto. Nueva
Galia, foto antigua)
Hacia el oeste, y sólo en Gobernador Dupuy, la red pueblos se mantiene con escasos
habitantes (apenas unas decenas de pobladores ocupando caseríos de otros tiempos, que
comparten el espacio con el avance de la modernización a través de la obra pública (acueducto,
pavimento, algunos barrios) y por medio de la inversión privada, la cual se entusiasma con
algunos años buenos en lluvias. Sólo Unión alcanza un nivel demográfico significativo, el resto
es un enorme desierto.
Las regiones educativas que se localizan en el marco de las planicies son: la Región I,
que se comparte con la sierra y el noroeste, la Región II que casi íntegramente solapa el
Departamento Gral. Pedernera y la Región III que coincide con el Departamento Gobernador
Vicente Dupuy.
10. La cultura en San Luis
Debemos tener presente que la cultura es el legado más preciado de una sociedad,
entendida como una totalidad que abarca: conciencia como nación, el patrimonio territorial, la
herencia histórica y el conjunto de valores que animan su vida social. La cultura, por tanto, es
continua recreación de ese caudal.
Las comunidades tienen una historia que, con el paso del tiempo se nutre de
acontecimientos, hechos, logros, reflejados luego en formas concretas y muchas veces
monumentales como grandes edificios tanto públicos como privados, los que reflejan el alma de
la comunidad.
La ciudad, es una de las expresiones más elevadas y complejas de la cultura humana. En
ella se acumulan los rasgos y sentimientos distinguidos de las generaciones que la habitaron y la
habitan, y por lo tanto, sus riquezas históricas, artísticas y documentales forman parte de su
patrimonio cultural.
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Debe haber una importante y efectiva participación de la comunidad en la difusión del
patrimonio cultural. Esto nos lleva, no sólo a reconocernos parte de la cultura del grupo al cual
se pertenece, sino que permite la posibilidad de ser capaz de informar a nuestros ocasionales
visitantes de aquellos lugares que puede recorrer, a los efectos de ver y comprender el pasado y
el presente del lugar en que vivimos.
La ciudad de San Luis, es cabecera de un territorio mediterráneo, lugar de convergencia y
de gravitación hoy regional. Hasta el siglo pasado, San Luis, había sido simplemente un puesto
de avanzada en el “desierto argentino”. Si recorremos hoy sus calles rescataremos, con una
mirada inquisitiva detalles de la ciudad ancestral y podremos disfrutar de todo ello, que forma
parte de la memoria y hace nuestra identidad y el de la ciudad.
Lo mismo pasa, con toda seguridad, en cada una de nuestras localidades con trayectoria
histórica, unos más extensos que otros.
Con asiduidad se reduce el término cultura a las expresiones artísticas; actividad de
representantes excepcionales de toda la comunidad, seres que poseen el privilegio de expresar
en acciones concretas el paisaje, el sentir, el dolor y otros sentimientos y valores, que el común
de la gente no puede o no se anima a hacerlo. Estos artistas, y otros que con sus manos tejen
hilos, produciendo telas, frazadas, ponchos alfombras, y otros que hacen todo tipo de artesanías,
con arcilla, piedras varias, alambres, maderas y otros nobles elementos que en manos diestras,
de hombre y mujeres creativas, nos recuerdan nuestro pasado, nuestra tradición.
Actualmente hay varios “centros culturales”, y ya no hay pueblo o municipio que no
desarrolle su propio proyecto, de acuerdo a sus recursos y posibilidades.
También son parte de la cultura, otras manifestaciones como la música, el teatro, la
literatura y el periodismo.
Como obviamente todas estas manifestaciones son muy extensas de desarrollar, se ha
decidido incorporar una breve reseña de algunas de ellas, así como la referencia a algunos
representantes de las distintas manifestaciones, que valen sólo como ejemplos. Naturalmente,
cada una de nosotros podemos hacer aporte, de acuerdo a la localidad a la que se pertenece.
Noticias de la pasada centuria y primeras décadas de la presente, nos hablan de que en San
Luis se tocaba la guitarra, el acordeón, el mandolín, la flauta y se enseñaba piano y canto. Así
son los inicios del movimiento musical. En 1906 se inauguró en San Luis el primer
conservatorio de piano; y en Villa Mercedes el primer conservatorio fue fundado y dirigido por
la Señora Margarita Tomás de Rivas.
El “Orfeón Puntano” tuvo su origen gracias a la labor de Augusto Muller y 24 “Jóvenes
entusiastas”. En 1932 se formó la primera Orquesta Típica Excelcior.
Tenemos un interesante cancionero folklórico sanluiseño, compuesto por centenares de
sanluiseños, poetas y músicos que desde distintos ángulos y posibilidades hicieron y cultivaron
lo que hoy representa la identidad de la música y el canto nuestro.
Músicos e instrumentalistas contemporáneos lo son: Alejandro Canale Canova; Olga
Muller de Daract; Velia Vilchez, Alicia Rotondó de Aman; Ana María Di Genaro.
Otra manifestación artística es la pintura. Una de las primeras exposiciones colectivas de
artistas plásticos, que se efectuó en San Luis, es probable que haya sido la organizada por el
Ateneo de la Juventud: “Primer Congreso de Escritores y Artistas Cuyanos” – 1937, en el Club
Social. Allí participó Nicolás Antonio de San Luis, con 5 esculturas. Es el comienzo de la
institucionalización de la cultura en San Luis.
26
La Escuela Superior de Bellas Artes “Nicolás Antonio de San Luis”, fue creada en 1956,
como dependencia de la Dirección de Cultura. Se enseñaba, piano, danzas folklóricas, danzas
clásicas, violín, dibujo, lectura y dicción.
Las manifestaciones vanguardistas en la plástica puntana, también tuvo sus representantes:
Gaspar Di Gennaro, con obras de gran realismo; Carlos Sanchez Vacca, expresionista; Dalmiro
Sirabo y otros.
En 1965 se celebra en nuestra provincia el “Primer Salón Nacional de San Luis”
auspiciado por la Asociación de Empleados del Banco Provincia. En 1970, se realiza la 1º
Bienal Puntana de Artes Plásticas, organizada por la Dirección General de Cultura, siendo
Director el Señor Mario Cecil Quiroga Luco.
El grupo “Antares” integrado por ex alumnos de la Escuela de Bellas Artes de San Luis,
cobró relevancia a partir de su 1º exposición en 1972. Irma Lozano, una de sus representantes,
se destaca en la pintura que tiende a la no figuración. Yolanda Pérez Chávez, que tiene
abundante obra muy expresiva y difícil de caracterizar; Roberto Arrieta; demuestra un marcado
acento expresionista; su obra es figurativa con tendencia humanista y social. También se
mencionan a Daniel Orellano; Angela Toledo; Liliana Zelikson y muchos más.
También la ciudad de Mercedes, cuenta con un movimiento pujante dentro de la plástica;
solo referenciamos a tres representantes: Yolanda Lía Accetta, Aldo Peroza y Nora Valdéz.
En los últimos años del Siglo XIX y principio del Siglo XX, como complemento de la
enseñanza en los colegios, se incorpora la pintura y el dibujo.
Sólo, como ejemplo de grandes pintores y esculturas, haremos una breve referencia a:
� Rafael Radogna: que pese a no ser puntano, lo consignamos, porque es el autor del
“Monumento al Coronel Juan Pascual Pringles”, en la Plaza homónima, y que fuera
inaugurado en 1912. Era escultor y pintor, nacido en Italia en 1879, realizó estudios de
Arte en Roma y ejerció la docencia en la Escuela Nacional de Artes y Oficios.
� Nicolás Antonio, nacido en Italia en 1895. Siendo niño su familia se radicó en San
Luis. Sus estudios de arte los realizó becado por el Gobierno de la Provincia de San
Luis, en la Academia Nacional de Buenos Aires, en 1918. Murió en febrero de 1960.
� Miguel Nevot, nació en Fortín del Patria (Dixonville) San Luis – 1912. Es autor entre
otros, del “Monumento a Sarmiento”, en Avellaneda, Buenos Aires. Murió en Capital
Federal en 1980.
Pasando ahora a otra manifestación cultural como es la
literatura, podemos decir, sin temor a equivocaciones, que
San Luis, por el número de habitantes, cuenta con una
pléyade de hombres y mueres que cultivan el arte de
escribir.
En la historia de esta disciplina se mencionan en San
Luis, 4 revistas “Literarias”.
El Centro Juan Crisóstomo Lafinur, edita en 1890 la
“Revista Lafinur” dirigida por el Dr. Nicolás Jofré. Alcanzó
solo 15 números su publicación. En 1907 reaparece y lo
hace bimestralmente hasta 1910.
El 1º de junio de 1932 aparece la revista “IDEAS”,
órgano del “Ateneo de la Juventud” J.C.Lafinur y dirigida
por Victor Saa. (ver Foto). Era una revista mensual. Su edición alcanzó 78 números hasta
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noviembre de 1938. Allí colaboraron Gilberto Sosa Loyola, Berta Elena Vidal de Battini,
Reynaldo Pastor, Polo Godoy Rojo y Antonio E. Agüero.
En la mitad del Siglo XX, se crea la Asociación de Empleados del Banco de la Provincia
de San Luis y se funda la “Revista San Luis”; el primer número apareció en marzo de 1948. Allí
encuentran espacio las publicaciones de Plácido Horas, Pedro Humberto González, Juan G.
Vivas, Antonio E. Agüero, César Rosales, Jesús Liberato Tobares y muchos más. De esa revista
se editaron 37 números.
La única revista realmente “Literaria” de San Luis es Virorco.
La novela ha sido un género de escasa producción en San Luis. La poesía por el contrario
ha alcanzado un gran desarrollo y los “movimientos literarios” o “generaciones literarias” se
reconocen por sus poetas. En estos géneros se mencionan, entre otras obras, las siguientes:
“Raquel” de Arturo Domínguez en 1886; “Carmen” de Felipe
Velásquez, 1914; “Theodora” de Juan Llerena s/d; “Eleodora” de
Rovira Vilela, 1916; “Insula Criolla” de Gilberto Sosa Loyola, 1924;
“Campo Gaucho” de Polo Godoy Rojo, 1961; “Los Prisioneros del
Oasis” de Américo Guiñazú, 1964; “Fuegos Encontrados” de Paulina
Movsichoff, 1982, etc. (Foto. Polo Godoy Rojo)
Otras manifestaciones culturales lo constituyen el teatro y el
cine, que mencionaremos a continuación.
En teatro, San Luis, ha demostrado una conducta inestable.
Hasta mediados del siglo XX, las actividades en este sentido
constaban principalmente de las presentaciones que venían de otras partes. Importantes
conjuntos teatrales, elencos de zarzuelas, magos y variedades.
En 1943, la llegada de la radio proveyó de una nueva modalidad: el radioteatro, al
principio retransmisiones de Buenos Aires, luego parecieron los locales. Al finalizar cada ciclo,
“la novela” era llevada a una sala teatral en la ciudad y a la mayoría de los pueblos del interior y
hasta algunas localidades de Provincias vecinas. Algunos de los integrantes de éstas: Orlando de
Luca, Luis Gatto, Hector Meñica Smith, José Dimas Leiva, Lucía de Val y muchos otros.
El movimiento teatral de San Luis, se centra en el teatro Independiente; en 1950 aparece el
conjunto “Atalaya” un grupo conformado entre otros, por: Pascual Racca; Alfredo Samper; Pilar
C.de Negroni; Antu - Co Fernandez; este último a veces ofició de director y realizó bellísimos
decorados.
Otros conjuntos aparecieron posteriormente. Así por ejemplo en 1986 surgió el “Grupo de
Expresión Popular”. Un desprendimiento de este conjunto lo constituye el “Grupo Silencio”
formado por Eduardo Arias y Santiago –Lalo- Chade y María Herminia Semprino.
En esta actividad teatral, resalta la figura de Oscar Di Sisto, actor y dramaturgo.
Con respecto al cine; decimos que el sábado 17 de abril de 1897 en el teatro del Club
Social se ofrecieron por primera vez, vistas cinematográficas, como parte de un espectáculo de
ilusionismo a cargo de Dr. Faure Nicolay, un artista viajero.
Las crónicas registran también otros lugares donde se exhibían cintas. En el Liceo
Artístico ubicado en la calle Belgrano 855, funcionaron los Biógrafos con bar, llamadas el
“Centenario” y “Pringles”.
La primera sala de cinematografía comercial continua fue “El Victoria”, que funcionó
durante 12 años, ubicado en calle Rivadavia 678/88 entre los años 1905-1917.
En 1918 se inauguró el Cine Sportsman de la calle Rivadavia.
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En 1937, los señores Jaime Canta y José San Juan efectúan la apertura del Cine Opera,
también se cita al cine San Luis, desde 1949 a 1966. En 1949 se inauguró el Cine Gran Rex y en
1956 abrió sus puertas el Cine Roma perteneciente a la Sociedad Italiana.
Actualmente todas las Salas Cinematográficas están concentradas en San Luis Shopping
Center; o el Cine Center. Las demás salas han desaparecido como tales y sus instalaciones han
sido ocupadas para otras funciones.
Por razones de extensión de este cuadernillo, se hizo imperioso reducir todas las
expresiones culturales casi exclusivamente a San Luis. Pero, esta tarea puede ser incentivo para
que cada una realice en su localidad una tarea similar, pero ampliamente superadora.
Esta reseña por las distintas manifestaciones culturales de San Luis, es sólo una muestra de
lo mucho que se hizo, y de lo mucho que faltó consignar. Pero, quede claro que todas las
individualidades artísticas, o grupos que se expresaron, trabajaron para reflejar las tradiciones,
el sentir de un pueblo, y eso es nada más y nada menos que Cultura; entendida en fin como el
conjunto de aspectos que confieren identidad al grupo humano. Uno de los rasgos
fundamentales que configura la cultura es nuestra historia; por eso, conocerla es un deber, ya
que nada se respeta, ni valora, sino se conoce.