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San Marcos - Capitulo 4 Parábola del sembrador 4.1 Ver el comentario de Mt 13, 1 y Lc 8,4. Marcos nos va a presentar ahora algunas parábolas del Reino de Dios, pues este anuncio de un reino de Dios que comenzaba era la gran novedad del mensaje de Jesús. Se hablaba de vez en cuando entre los judíos de la época de un reino de Dios, pero se había para decir que devolvería la libertad a su pueblo en la tierra de Israel y que castigaría a todos sus opresores. Jesús en cambio sostiene que Dios viene a reinar en medio de nosotros: el reino está aquí, a la puerta. El sembrador salió a sembrar. Había mucha impaciencia por cosechar los frutos de tantos sufrimientos y sangre derramada bajo la ocupación romana, ¡y Jesús volvía a las semillas! Esa es pues la gran paradoja del Evangelio que nos sigue desafiando: el Reino esta allí y con él tenemos todo lo que Dios puede dar en este mundo. Pero también es cierto que todo se queda en esperanzas (Rom 9,24). Después de veinte siglos de cristianismo, el Reino es todavía como un campo que se acaba de sembrar. Una parte de la semilla da fruto y se multiplica (8). El que tiene ojos para ver no puede dejar de constatar cuántas cosas han nacido del Evangelio y nacen aún doquiera es recibido. El reino se lee en la vida y en los ejemplos de los santos conocidos o desconocidos. Puede la cultura occidental renunciar al Evangelio, pero eso no quita que haya nacido de su dinamismo. El Evangelio está detrás de todo lo que se ha emprendido para dar al mundo la unidad y la paz.

San Marcos - Capitulo 4

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- Parábola del sembrador.- Una lámpara en una repisa.- Parábola del grano de mostaza.- Jesús calma la tormenta.

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San Marcos - Capitulo 4Parbola del sembrador 4.1 Ver el comentario de Mt 13, 1 y Lc 8,4.Marcos nos va a presentar ahora algunas parbolas del Reino de Dios, pues este anuncio de un reino de Dios que comenzaba era la gran novedad del mensaje de Jess. Se hablaba de vez en cuando entre los judos de la poca de un reino de Dios, pero se haba para decir que devolvera la libertad a su pueblo en la tierra de Israel y que castigara a todos sus opresores. Jess en cambio sostiene que Dios viene a reinar en medio de nosotros: el reino est aqu, a la puerta. El sembrador sali a sembrar. Haba mucha impaciencia por cosechar los frutos de tantos sufrimientos y sangre derramada bajo la ocupacin romana, y Jess volva a las semillas!Esa es pues la gran paradoja del Evangelio que nos sigue desafiando: el Reino esta all y con l tenemos todo lo que Dios puede dar en este mundo. Pero tambin es cierto que todo se queda en esperanzas (Rom 9,24). Despus de veinte siglos de cristianismo, el Reino es todava como un campo que se acaba de sembrar. Una parte de la semilla da fruto y se multiplica (8). El que tiene ojos para ver no puede dejar de constatar cuntas cosas han nacido del Evangelio y nacen an doquiera es recibido. El reino se lee en la vida y en los ejemplos de los santos conocidos o desconocidos. Puede la cultura occidental renunciar al Evangelio, pero eso no quita que haya nacido de su dinamismo. El Evangelio est detrs de todo lo que se ha emprendido para dar al mundo la unidad y la paz. Esas y muchas otras cosas han nacido de la Palabra, pero han tenido que madurar ene el corazn de las personas de fe. A ustedes se les ha dado el misterio del Reino de Dios (11). Jess recuerda a los discpulos que si estn con l, recibiendo de l la palabra de Dios, lo deben a una gracia de Dios que los ha escogido para recibir y transmitir el anuncio del Reino. Y ya que han respondido al llamado y se han integrado en el grupo de los discpulos, el Maestro les revelar poco a poco la manera de actuar de Dios. Pero nosotros, con facilidad, en vez de detenernos en esta generosidad, tomamos la frase en sentido contrario y nos preguntamos: De modo que Dios ha querido que los dems no vean ni entiendan?No les llegan ms que parbolas. Los que no han sido llamados a encontrarse con Cristo, o que, habiendo sido llamados se desentienden, viven en un mundo donde no estn sin la luz de Dios, sino que sta les llega en parbolas, es decir a travs de intermediarios y de limitaciones humanas. El Evangelio, pues, dar alguna luz incluso a los que no se comprometen con l, pero de un modo adaptado a su capacidad, ya que viven en un mundo de verdades a medias. El versculo 10 cita un importante texto de Isaas (6), que ser retomado por Jn 12,40 y He 28,26. Pero para entenderlo hay que tener presente que el profeta utiliza una forma gramatical propia del hebreo y difcil de traducir al castellano. Dios dice al profeta ms o menos esto: Endurceles el corazn, hblales para que aunque escuchen no entiendan. Pero esto debiera entenderse as: T slo logrars que se endurezca su corazn; hablaras, pero de hecho escucharan y no querrn entender. En ningn caso quiere Dios que alguien se equivoque o permanezca en la ignorancia. Cmo comprendern las dems parbolas? Los apostales mismos eran incapaces de comprender cosas muy sencillas. Jess nos pone en guardia frente a una visin simplista: por un lado los discpulos, y por otro, los de afuera. Jams terminaremos de comprender los misterios del reino y menos de entrar en l; la frontera entre discpulos y gente de afuera pasa por medio de cada uno de nosotros; Jess lo recordara en la parbola de la cizaa. Tal vez deberamos preguntarnos qu sacamos de las lecturas del Evangelio: una invitacin a ser mejores, o el lento descubrimiento de los misterios de Dios? Vamos siempre a los textos que cuadran con nuestras ideas o estamos dispuestos a escuchar absolutamente todo?14. Ver comentario de Mt 13,18.Con la parbola del Sembrador, Jess propone una visin del Reino de Dios totalmente distinta a la que se tena entonces. Es una realidad nueva que brota del corazn de quienes han sabido recibir la palabra de Dios: conversin a la verdad y perseverancia en el bien. La semilla puede ser una palabra del Evangelio. Pero tambin son semillas los consejos que recibimos y las sugerencias de nuestra conciencia. A veces nos parece que el Evangelio no viene mucha fuerza para transformar la vida, pero, Por qu hemos pisoteado tantas semillas que el viento haba trado a casa? Todo depende de nosotros. Jess nos habla del treinta, del sesenta y del ciento por uno (20): la palabra escuchada transforma nuestra vida y da eficacia a nuestros esfuerzos para salvar al mundo. Nadie sabr decir lo que puede una persona libre en el sentido en que habla el Evangelio. Si algo ha sido ocultado. La palabra acta en el secreto corazn, pero, cuando descubrimos la transformacin que obr en nuestra vida, con gusto pregonamos a Cristo y damos a conocer a los dems el secreto que nos hizo felices: Ef 2,4; Col 3,3; Fil 2,10. Una lmpara en una repisa 21. Presten atencin a lo que escuchan. Jess nos llama la atencin: Ustedes pierden el tiempo si tan slo me escuchan y no dejan que lo que han escuchado de m d su fruto. La medida con que ustedes midan se usar para medir lo que reciban, es decir, que si empiezan a poner en prctica lo que han escuchado, recibirn de Dios nuevas fuerzas y conocimientos. Y si no tienen nada, es decir, si no producen frutos, de nada les servir esa fe que les enseado;... ustedes que leen mi evangelio, pregntense antes de seguir ms adelante....Una lmpara en una repisa 26. En toda poca los hombres se impacienten: Se realizar pronto el Reino de la Justicia? Se acabaran pronto la violencia y la corrupcin? Jess contesta: ahora mismo estn ya actuando las fuerzas invencibles que hacen madurar al mundo y que llevan adelante al Reino. SemillasCuntas semillas se tiran al viento! Una moda nueva, una cancin, un nuevo artefacto, un programa radial... Algunas semillas han crecido hasta constituir corrientes poderosas que movilizan a las masas. Pero sepamos descubrir los comienzos humildes de la obra de Dios: el encuentro de algunas personas de buena voluntad para solucionar un problema comunitario; un gesto fraterno en un ambiente cerrado; un primer esfuerzo para sonrer a la vida despus de una decepcin... La semilla crece, y la persona que recibi la Palabra se siente ms segura en el camino por el que Dios la conduce. Parbola del grano de mostaza30. Ver comentario de Mt 13, 31. Jess calma la tormenta 31. En las dos ltimas parbolas Jess mostr la fuerza y el crecimiento irresistible de Reino; ahora, como para dar una seal visible del mismo, pasar a la otra orilla del lago, es decir, a la orilla pagana del lago Genezaret. Los dos milagros que realizar mostraran que su victoria sobre el demonio sobre pasa las fronteras de Israel. En la mentalidad juda, el mar es el smbolo de los poderes demoniacos, un recuerdo constante del caos primitivo, donde se mueven los monstruos marinos de los que slo Dios, que es Todopoderoso, puede burlarse: Behemot, Leviatn y Rahab. Al ordenar al mar; Cllate! Cllate!, al igual que hace con los demonios (Mc 1,25), Jess reafirma su poder divino sobre las fuerzas del mal. Ante tantas fuerzas del mal que los atacan, en medio de las tempestades que se levantan, los hombres se preguntan, a veces, si Dios no est dormido. Pero Jess est all; no se asombra tanto del miedo de los discpulos ante la tempestad, cuanto de su falta de fe; nicamente la confianza en la victoria de Jess, Hijo de Dios, sobre las fuerzas del mal, puede permitirles superar ese miedo. Pero en cuanto descubren en Jess ese poder divino, los apstoles son presa de un gran susto, como Moiss ante la zarza ardiendo (Ex 3,1), como Isaas cuando tiene la visin en el templo (Is 6,5), y como todos aquellos a quienes Dios se manifiesta de un modo particular; ms que un amigo o un maestro, Jess se les manifiesta en la verdad de su ser. Y ese temor de descubrir a Dios tan cerca de ellos, se hacia ms fuerte que l temor que haban tenido frente a la tempestad, algunos minutos antes.