Santa Elena Y El Hallazgo De La Cruz De Cristo

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    Santa Elena y el hallazgo

    de La Cruz de CristoSaint Helen and the finding of The True CrossEn el presente artculo se analiza la trayectoria vital de Santa Elena, madre del emperador Constan-

    tino. Se trata de un personaje clave de la Historia pues fue la descubridora de la Cruz de Cristo. Las

    ideas expuestas en esta investigacin son el resultado del estudio pormenorizado de las fuentes

    escritas de la Antigedad Tarda en las que se habla de la Santa, as como la informacin que en

    stas se ofrece ha sido completada con los datos aportados por otro tipo de fuentes, como son las

    numismticas y las epigrficas.

    In the present article is explained the life of Saint Helen, mother of the emperor Constantine. She was the woman who

    discovered the Cross of Christ. The ideas exposed in this investigation are the result of a detailed study of the written

    sources of the Late Antiquity in which one speaks about her and this information has been completed by numismatic

    and epigraphic sources.

    Palabras clave:Santa Elena. Constantino. Lignum Crucis. Eusebio de Cesarea. Roma. Tierra Santa.

    Key Words: Saint Helen. Constantine. Lignum Crucis. Eusebio of Cesarea. Rome. Holy Land

    RECIBIDO10 de julio de 2006

    ACEPTADO27 de abril de 2007

    ISSN: 1885-365X

    PGINASDe la 38 a la 50

    INVESTIGACIN

    Mara Lara MartnezUniversidad de Alcal

    [email protected]

    AUTOR

    1. Introduccin

    Santa Elena naci en Drepanum (Bitinia) hacia el 250 d.C., por lo que el comienzo desu vida se encuentra dentro del perodo conocido como la Anarqua militar. Esta etapa,que abarca desde la muerte del emperador Alejandro Severo (208-235), hasta la llegadaal poder de Diocleciano (c. 245-313) en el ao 284, se caracteriza por la acumulacin dediversos problemas que fueron alterando la estabilidad del Imperio.

    Por un lado, se tuvo que hacer frente a los enemigos externos, que eran tanto los per-sas como los pueblos que protagonizaron las invasiones del siglo III. A su vez, entre losaos 250 y 252 tuvo lugar la llamada Peste de San Cipriano, denominada as porquees este obispo de Cartago, nacido all hacia el ao 205 y fallecido en el 258, quien ofreceinformacin sobre ella. En el transcurso de estas dcadas se sucedieron una veintena deemperadores legtimos y ms de cincuenta usurpadores, pues iban siendo proclamadospor los ejrcitos acantonados en las fronteras y provincias.

    Decio (c. 190-251), quien aadi a su nombre el de Trajano, fue emperador desde el

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    249 hasta el 251, fecha en que las tropasproclamaran a Treboniano Galo (c. 206-253), por lo que Elena naci en la pocadel mandato imperial de Trajano Decio.Hasta el ascenso al poder de Diocleciano

    pervivira esta situacin de inesta-bilidad pero, desde ese mo-

    mento, y hasta el 305, aode su abdicacin, sterealiz un conjunto dereformas con el ob-jetivo de acabar conuna serie de proble-mas que haban idosurgiendo durante la

    Anarqua militar. Por

    ello, se puede afirmarque Diocleciano fue el

    primer emperador verda-deramente fuerte despus de

    Alejandro Severo.En la poca que tradicionalmente ha

    sido conocida como Bajo Imperio o Anti-gedad Tarda se produjo una transforma-cin radical de las estructuras estatales. Elnuevo emperador fue consciente de queera necesario emprender reformas, siendola principal la operada en el plano polticocon la creacin de la tetrarqua, sistemaen el que el poder estaba distribuido entredos Augustos y dos Csares.

    En un primer momento, en marzo del286, Diocleciano le otorg a Maximiano (c.250-310) el ttulo de Csar y, en abril delmismo ao, lo nombr Augusto, inicin-dose as la diarqua pero, al percatarseambos de la insuficiencia de este sistema,

    pues eran incapaces de contener los ata-ques persas en Asia, de terminar con lasusurpaciones en Britania y de poner fin alas incursiones de francos y germanos enOccidente, decidieron dar paso a la tetrar-qua.

    El 1 de marzo del ao 293 Diocleciano,en Nicomedia, y Maximiano, en Miln,nombraron como Csares a Galerio (c.250-311) y a Constancio Cloro (225-306)de sus respectivos territorios. Dioclecianose identific con Jpiter, el padre de losdioses en el panten romano, y Maximia-

    no con Hrcules. Con esta vinculacin re-ligiosa se plasmaba quin era el ms im-portante en todo el sistema tetrrquico.

    Diocleciano fij su residencia en Nico-media y se encarg de la frontera perso-egipcia. A su Csar, Galerio, se le entregel control de Tracia y de los Balcanes, es-tableciendo ste como capital Tesalnica.Por su parte, en la Pars Occidentis, Maxi-miano se qued con Italia, frica e Hispa-nia y se instal en Trveris.

    A Constancio Cloro se le encomendarael control de Britania y de la Galia. Cons-tancio lleg a ser Augusto de la parte occi-dental del Imperio en el 305, al igual que leocurrira a Galerio en Oriente a raz de las

    dimisiones de Diocleciano y Maximiano.A partir de entonces los nuevos Csaresseran Severo (fallecido en el 307) en Oc-cidente y Maximino Daya (c. 280-313) enOriente.

    Durante la primera etapa de la tetrar-qua Diocleciano promovi reformas mi-litares, fronterizas, econmicas, fiscales,administrativas, territoriales. En el 303 sedecret la persecucin de los cristianos, locual fue lgicamente criticado por los au-tores cristianos en sus escritos. No obs-tante, conviene indicar que el verdaderopromotor de estas persecuciones que, so-bre todo se dieron en Oriente,fue Galerio.

    En julio del 306, alfallecer ConstancioCloro en Britania, elhijo que ste tuvocon Santa Ele-

    na, Constantino(272/273-337),fue proclamadosucesor por lastropas de su padre.De este modo, Seve-ro pas a ser Augusto,por lo que Constantino y,el hijo de Maximiano, Majencio,se disputaron el ttulo de Csar. Tras lamuerte de Severo lucharon por ser Augus-tos, venciendo finalmente Constantino.Mientras tanto, Galerio expidi el Decreto

    En la

    poca bajoimperioseprodujo unatransformacinen las

    estructurasestatales

    En el 303 se

    decret lapersecucin

    de loscristianos

    de Tolerancia en el 311, por el que se vol-vi a permitir a los cristianos la prctica desu culto, siempre que no alteraran el ordenestablecido.

    En el 312 el ejrcito de Constantinoatraves los Alpes y derrot a las

    tropas de Majencio en Turny en Verona. Quedaba

    abierto as el camino ha-cia Roma, lugar en elque se producira unenfrentamiento entreambos en octubre delmismo ao, conocidocomo la batalla delPuente Milvio.

    A Majencio, que ha-ba consultado los libros

    sibilinos, se le dijo que elenemigo de Roma iba a morir,

    por lo que pens que fallecera suadversario. Sin embargo, algunas fuentescristianas sealan que Constantino tuvoun sueo, y otras afirman que fue una vi-sin conjunta de todo su ejrcito, dondepudo apreciar un aro solar con dos letrasmarcadas: la ji y la rho. Constantinomand grabar este signo en su yelmo yen el estandarte o labarum, estando ah elorigen del crismn. Tambin, otras fuentessealan que vio escrito el lema Hoc signovincas. Majencio falleci y Constantinoqued como Augusto de Occidente.

    A la muerte de Galerio, Licinio (c. 265-324) y Maximino Daya se disputaron elttulo de Augusto de Oriente, venciendo elprimero, por lo que a partir de entonces ya

    no habra tetrarqua y, hasta el 324, per-maneceran Licinio y Constantino comoAugustos de cada parte del Imperio.

    En el ao 313 se celebr en Miln unareunin entre ambos, que se sell con unenlace matrimonial, recurso que ya habasido empleado en la estructura tetrrquicaanterior, pues Galerio se haba casado conValeria (hija de Diocleciano) y ConstancioCloro se haba separado de Elena, paracontraer matrimonio con Teodora (hija deMaximiano). En esta ocasin, fue Licinioquien se despos con Constanza, herma-

    na de Constantino.Esta reunin de Miln es importante por-

    que de ella sali la decisin de la toleranciade cultos, pero realmente en la misma nose emiti el Edicto de Miln. Los Augustosdeberan comunicar dicha medida a los go-bernadores de las provincias, de tal formaque el texto que conocemos del Edicto deMiln es el contenido de una carta enviadaal gobernador de Bitinia (Asia Menor). Sibien con Diocleciano se haba instauradouna teologa imperial basada en el culto aJpiter, Hrcules y Mitra, Constantino per-mitir tanto el culto pagano como el cristia-no, pero el establecimiento del cristianis-mo como religin oficial del Imperio no se

    producir hasta el ao 380, con el Edictode Tolerancia de Teodosio.

    Por su parte, Constantino derrot a Li-cinio en Adrianpolis y Crispolis en el324, restablecindose la unidad del Im-perio bajo su autoridad. ste incluira ensu ttulo el trmino Caesar, que ya habasido adoptado por los emperadores altoim-periales desde Augusto, y el de Flavius,que era el nombre de la dinasta a la quepertenecieron Vespasiano, Tito y Domicia-no. As, sera llamado Caesar Constanti-nus Flavius y los emperadores cristianostardoantiguos e, incluso, los bizantinos ylos reyes germnicos de Occidente, asu-miran en su ttulo la palabra Flavius.

    A pesar de que los senadores romanoshaban apoyado a Majencio, Constanti-no no tom represalias hacia ellos. Esteemperador, que ha pasado a la Historiacomo Constantino I y como Constantino

    el Grande, inici el proceso de cristiani-zacin de la topografa, que es apreciableen Roma, adems de en otros lugares. Enla Urbe, a pesar de ser la ciudad paganapor excelencia, empezaron a construir-se iglesias y edificios cristianos entre losaos 312 y 325, siendo la dedicada a SanPedro la mayor de estas baslicas, que fueconstruida en el solar de un antiguo centrode culto a dicho santo.

    La mayora de la aristocracia romana si-gui siendo pagana, pero algunas familias,como la de Junio Baso y la de los Anicios,

    Licino venci

    a MaximinoDaya porlo que yano habra

    tetrarqua

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    se hicieron cristianas y acompaaron alEmperador a Constantinopla. Esta ciudadfue fundada como la Nea Roma en elespacio en el que antes estuvo instaladauna colonia griega llamada Byzas, que

    despus Septimio Severo habaampliado, dndole el estatu-

    to de colonia romana.Fueron varias las ra-zones que llevaron aConstantino a creardicha ciudad, des-tacando sobre todoel hecho de queRoma haba dejadode ser el centro geo-

    grfico del Imperio yse encontraba alejada

    de las fronteras imperia-les.

    Constantinopla, que fue consa-grada el 11 de mayo del 330, adquiri unimportante desarrollo en el transcurso deuna centuria, pasando de 2.000 2.500habitantes a 300.000. Desde su funda-cin, el emperador Constantino residiraen ella la mayor parte de su vida, hasta sumuerte en el 337.

    En la etapa de Constantino se fue rati-ficando el distanciamiento del emperadorcon respecto al resto de la poblacin, locual se plasm tanto en sus desplazamien-tos cotidianos por Constantinopla, comoen el hecho de que determinadas mate-rias (seda, prpura y marfil) slo podanser empleadas por l. Se inici tambin unestricto ceremonial de la corte, controla-

    do por un eunuco que ostentaba el cargode Praepositus Sacri Cubiculi. Del mismomodo, en el siglo IV se produjo una impor-tante burocratizacin de la administracin,as como una notable reforma econmicay fiscal.

    Respecto a la relacin de Constantinocon la Iglesia cabe decir que aunque lslo dio libertad de culto (pues el cristia-nismo no pas a ser la religin oficial delImperio hasta el Edicto de Tesalnica delao 380, siendo emperador Teodosio), sinembargo eximi del pago de impuestos a

    los eclesisticos, les permiti heredar, lesconcedi el derecho de exilio y les otorgla Praescriptio Fori, por la que se les dabael derecho de ser juzgados por tribunalesreligiosos, operando tambin dicho criterioen el caso de pleitos entre stos y civiles.

    Adems, en el 325 convoc el primerconcilio ecumnico, el Concilio de Nicea,para tratar de acabar con el problema delarrianismo. Esta hereja, que defenda laexistencia de una especie de jerarquadentro de la Santsima Trinidad, pues sos-tena que el Hijo no era igual al Padre, sinoun ser intermedio, ni Dios ni Hombre, habasurgido a partir del presbtero alejandrinoArrio (256-336). Todos los emperadores

    posteriores fueron partidarios de la uni-dad de la Iglesia, pues la identificaban conla unidad del Imperio. Incluso, Juliano elApstata, que fue pagano, quiso tambincrear una especie de Iglesia pagana.

    En la poca de Constantino se iniciaronlas peregrinaciones a Tierra Santa (en lasque particip su propia madre), fenmenoque desde entonces gozara de una enor-me importancia. En este sentido, convienepuntualizar que, dependiendo de si se vi-sitaban los lugares en los que haba pre-dicado Cristo o si se acuda a territoriosmencionados en la Biblia, la denomina-cin de dichos viajes era distin-ta. As pues, es preciso se-alar que en el primerode los casos se tratade peregrinacio-nes a los Ipsissi-ma Loca y, en el

    segundo, a TerraSancta. Adems,en el propio sigloIV surgieron yaitinerarios de estosviajes, destacandoel Itinerario de Burdeos(333) y el de la monjaEgeria, de poca de Teodosio.

    Egeria vivi a finales del siglo IV y prin-cipios del siglo V y es conocida a partir desu descripcin escrita del viaje que reali-z entre los aos 391 y 394. Egeria sali

    Roma habadejado deser el centrogeogrfico del

    imperio.

    En la poca deConstantino las

    peregrinacionesa Tierra Santagozaran

    de enormeimportancia

    de la Gallaecia y se dirigi a Tierra Santa,pasando en su peregrinacin por Egipto,Constantinopla y Asia Menor. Su Itinera-rio es una fuente muy interesante, ya queofrece numerosos datos acerca del estado

    que presentaban en esa poca losSantos Lugares, el monacato

    palestinense y la liturgia derito oriental.

    El fenmeno de lasperegrinaciones noslo llev consigoconnotaciones reli-giosas, sino que tam-bin supuso cambiossociales, culturales y

    desarrollo econmico,pues las zonas visitadas

    prosperaron. Tambin pro-pici el inters por las reliquias

    y por los relicarios, tales como lasampullae y unos crucifijos llamados encol-pia, que albergaban en su interior trozos detela o de huesos de los santos. Del mismomodo, fueron apareciendo hospederas deperegrinos, denominadas xenodochia.

    En cualquier caso, la intervencin de losdiversos miembros de la familia imperialen asuntos de ndole religiosa no se limitslo a la esfera poltica. Como se explicarms adelante en este artculo, la madre deConstantino sent un precedente al visitarlos Santos Lugares y fundar iglesias, puesa partir de su accin, empezaron a viajar aTierra Santa multitud de personas siguien-do su ejemplo. As, algunas cristianas adi-neradas fundaron centros religiosos que

    ellas mismas dirigieron y las santas Paula,Fabiola, Marcela y Melania realizaron tam-bin el correspondiente viaje a Jerusaln yBeln (Cameron, 1998: 81).

    Por ltimo, cabe destacar que la con-versin de Constantino es un asunto po-lmico. Como miembro de la tetrarquaparticip en condicin de Herculius dela ideologa religiosa que sustentaba elsistema. Despus fue devoto del culto alSol-Apolo y desde el 315 las monedasconstantinianas ofrecen smbolos cristia-nos que pueden mostrar su acercamiento

    a esta religin.Como ponen de manifiesto las decisio-

    nes polticas, a partir del 324 ya era real-mente cristiano, pues no mostr reparoalguno en agradecer a Dios la victoria,en reprochar a los soldados que hicieransacrificios en honor de Jpiter Capitolino,en recomendar a sus sbditos que se con-virtieran a la nueva fe y en prohibir a losfuncionarios en el ao 330 que realizaraninmolaciones a los dioses (Roldn, 1995:455). Todo parece indicar que fue bautiza-do cuando se encontraba en el lecho demuerte.

    2. Flavia Iulia HelenaUna vez explicado el contexto histrico enel que vivi Santa Elena, se analizar sutrayectoria vital a la luz de las fuentes dela Antigedad Tarda en las que se hacereferencia a ella.

    Flavia Iulia Helena naci en Drepanum(Bitinia) hacia el ao 250 y, respecto a suorigen, cabe decir que en el Breviario deEutropio, escritor pagano del siglo IV, seafirma que Constantino naci ex obscu-riore matrimonio.

    San Ambrosio en el discurso que pro-nunci en los funerales de Teodosio en el395 seal que Elena proceda del msbajo nivel social del Imperio yque haba encontrado lastres cruces del Glgo-ta o Calvario. Se tra-ta del primer autorque escribi sobre

    el descubrimientode la Vera Cruz y,adems, apunt queElena haba sido sta-bularia, lo cual quieredecir literalmente quetrabajaba en las caballerizas,aunque tambin se puede entender queserva en una posada. Leyendo a Zsimoencontramos que Constantino fue hijo delemperador Constancio Cloro y de una mu-jer de baja condicin social.

    En general, todas las fuentes escritas

    Lasperegrinacionestambin supusocambiossociales,

    culturales y

    econmicos

    Elenaproceda del

    ms bajonivel socialdel imperio

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    coinciden en mencionar el origen humildede Elena, as como en el hecho de questa conoci a Constancio cuando traba-jaba en una posada en Bitinia, quiz inclu-so en su localidad natal, Drepanum. Elena

    lo acompaara en las campaasde Serbia, donde nacera

    Constantino, concreta-mente, en Naissus, y

    en las de Trveris yYork.

    La emperatrizes denominada enlas fuentes comouxor, concubina oconiunx, es decir,

    como esposa, con-cubina o cnyuge.

    Concretamente, se ladefine como concubina en

    la Crnica Gallica, en la Crnicade Prspero de Tiro y en el sptimo librode las Historias contra los paganos deOrosio, mientras que cnyuge y progeni-tora se la llama, por ejemplo, en algunasinscripciones (Dessau, 1979:160).

    En este sentido, conviene indicar queElena y Constancio Cloro debieron de te-ner una relacin estable entre el 270, aoen torno al cual se conoceran, y el 289,en que Constancio se cas con Teodora.Su matrimonio con esta ltima, hija delAugusto Maximiano, sera fruto de susdeseos de ascender en la carrera polticadentro de la tetrarqua. Con ella tendraseis hijos: Flavius Dalmatius, Iulius Cons-tantius, Hannibalianus, Constantia, Anas-

    tasia y Eutropia.El hecho de que Elena y Constancio no

    estuvieran oficialmente casados suscit lacontroversia con respecto a su sucesin.De acuerdo a la ley sucesoria, Constan-tino tena menos derechos de heredar eltrono que sus hermanastros, pero se sabeque despus de que Constancio Cloro seseparara de Elena, el joven Constantinopermaneci en la corte de Nicomedia (Dri-jvers, 1992: 91).

    Se desconoce si Elena lo acompadurante ese tiempo o, si por el contrario,

    estuvo en otro lugar. En el 306, cuandoConstancio Cloro muri en York, sus tro-pas proclamaron a Constantino sucesorde su padre y, desde entonces, se piensaque Elena pudo permanecer en la corte deConstantino.

    Por ello, cabe la posibilidad de que vi-viera en las dos ciudades en las que lacorte estuvo regularmente: Trier (Trveris)y Roma. Aunque la actividad de las mu-jeres en esta poca estaba circunscrita almbito privado, no ocurra lo mismo conlas madres, esposas, hermanas e hijas delos emperadores, que ocupaban una des-tacada posicin en la corte imperial.

    En el otoo del 324 o en el 325, Cons-

    tantino la honr con el ttulo de Augusta,el cual ostentara hasta su muerte, acae-cida hacia el 330. En algunas fuentes epi-grficas aparece como Dominae nostraeFl(aviae) Iu[l](iae) / Helenae piissimaeAug(ustae) (Dessau, 1979:160).

    Adems, Constantino acu monedascon el retrato de su madre, siendo pruebade ello una moneda de bronce procedentede Trier (Trveris) en la que aparece enel anverso la imagen de la emperatriz yla leyenda Fl(avia) Helena Augusta, ascomo en el reverso se aprecia una Secu-ritas y la leyenda Securitas reipublic(a)e.

    En el 326 Constantino mandasesinar a su hijo Crispo ya su esposa Fausta. Seha especulado mu-cho sobre la muertede ambos y algu-nos historiadores

    mantienen queCrispo pudo morirenvenenado enPola, en mayo del326, debido a queel Emperador queraque lo sucedieran susotros tres hijos (Constan-tino, Constante y Constancio),y no su hijo mayor, que haba sido fruto desu relacin con su concubina Minervina.

    Sin embargo, la explicacin ms acep-tada sobre sus muertes es la de Zsimo

    La

    emperatrizesdenominadacomo uxor

    La actividadde las

    mujeresestaba

    circunscritaal mbito

    privado

    y la de Zonaras. Ambos aluden a la exis-tencia de un idilio amoroso entre Crispo yFausta, lo cual motivara que Constantinoordenara estrangular a su hijo. Elena, alver lo que le haba ocurrido a su nieto ma-

    yor, se entristeci por su prdiday Fausta fue asesinada

    tambin en el 326.Poco despusElena, cuya con-versin al cris-tianismo pudodeberse en granmedida a Lucia-no de Antioqua,emprendi su pe-

    regrinacin a Pa-lestina. El bigrafo

    de Constantino, Euse-bio de Cesarea (c. 275-

    339), seala que Elena quisodar gracias a Dios por su hijo y por susnietos, de modo que con presteza juvenillleg aquella prudentsima anciana a lasprovincias orientales y a Tierra Santa paravenerar el suelo que haba pisado el Sal-vador (EUSEBIO DE CESAREA, Vida deConstantino: III, 42).

    Otros autores que relatan el viaje deElena a Tierra Santa son Rufino, Scratesde Constantinopla, Sozomeno, Teodoretode Ciro, Tefanes, San Ambrosio, Paulinode Nola y Sulpicio Severo.

    Respecto a la ciudad de Jerusaln, cabedecir que ya los eclesisticos reunidos enel Concilio de Nicea, en el ao 325, habandecidido que el obispo de Iulia Aelia Capi-

    tolina debera tener cierta consideracin.ste es el nombre que Adriano, empera-dor de la dinasta Aelia, le haba dado aJerusaln tras la revuelta juda, en el ao135 d.C., cuando tambin se reorganizla provincia de Judea bajo el nombre deSiria-Palestina, siendo ocupada por doslegiones. Su denominacin hebrea eraHierosolima y ya en el ao 70 d.C. Tito ha-ba tomado Jerusaln tras un duro asedio,destruyendo la ciudad y el templo.

    Cuando Santa Elena decidi viajar a Je-rusaln haca casi tres siglos que no se

    saba nada de la Santa Cruz ni del lugarexacto del Calvario. Adems, los terremo-tos y las guerras haban modificado la to-pografa de la ciudad. Elena, teniendo yauna edad avanzada, mand hacer exca-vaciones en varios lugares hasta dar conel Calvario y con la Cruz.

    Rufino afirma que a la madre de Cons-tantino se le revel en una visin quedeba ir a Jerusaln, lugar donde encon-trara despus la Santa Cruz que estabaenterrada, pues se haba erigido encimaun monumento a Venus. Igualmente Te-fanes habla de que en una visin se le or-den viajar a Jerusaln, a fin de sacar a laluz los sagrados smbolos que haban sido

    enterrados por los impos.Igualmente, Scrates de Constantinopla

    explica que Elena fue dirigida por unossueos a Jerusaln y que, gracias a suiniciativa, fueron descubiertas tres cruces.Junto a ellas apareci tambin la inscrip-cin en hebreo, latn y griego que mandcolocar Poncio Pilato sobre la Cruz de Je-ss.

    Cul de las tres cruces era la de Je-sucristo? Para resolver este dilema, elobispo de Jerusaln, Macario, pidi queacercaran cada una de ellas a una mu-jer enferma que estaba a punto de morir.Cuando las dos primeras toca-ron el cuerpo de la enfer-ma su estado no vari,pero con la tercera lamujer recobr inme-diatamente la sa-lud. Este hecho se

    interpret como elsigno divino quemostraba cul erael Lignum Crucis(SCRATES DECONSTANTINOPLA,Historia Eclesistica,I, 17 y RUFINO, HistoriaEclesistica: X, 7). En el lugardel hallazgo la madre del Emperador man-d construir un templo, la baslica del San-to Sepulcro (SCRATES DE CONSTAN-TINOPLA, Historia Eclesistica, I, 17).

    La conversinde Elena alcristianismose debi aLuciano de

    Antioquia

    Elena fue

    dirigida porunos sueos

    a Jerusalny fueron

    descubiertas

    tres cruces

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    Adems, segn Eusebio de Cesarea laemperatriz hizo consagrar otros dos tem-plos a Dios, uno junto a la cueva del Na-cimiento, en Beln, y otro sobre el montede la Ascensin.

    Poco despus, Constantino(quien segn Scrates de

    Constantinopla utiliz losclavos que haban su-jetado las manos de

    Cristo a la Cruz parahacer las bridas desu caballo y un yel-mo) honr la iglesiade la Natividad conoblaciones imperiales,

    acrecentando la mag-nfica liberalidad de su

    madre con objetos de oroy plata, as como con velos,

    a la vez que realiz ofrendas parael oratorio de la Ascensin (EUSEBIO DECESAREA, Vida de Constantino: III, 43).

    Asimismo, durante su peregrinacin aTierra Santa, adems de promover el des-cubrimiento de la Santa Cruz, Elena ayudeconmicamente a las comunidades cris-tianas de esos territorios y a los pobres.

    De nuevo Eusebio de Cesarea nos ofre-ce informacin sobre ello, pues mantieneque, mientras recorra todo Oriente con elboato de la autoridad imperial, reparti mildones a los habitantes de cada ciudadque visitaba, prestando especial atencina los pobres y abandonados. A su vez, li-ber a muchos oprimidos por los padeci-mientos de las crceles y de las minas y

    rescat a otros sometidos al abuso de laprepotencia y al destierro. (EUSEBIO DECESAREA, Vida de Constantino: III, 44).

    Al tiempo que realizaba estas prcticascaritativas, frecuentaba con asiduidad lasiglesias y las ornamentaba con esplndi-dos objetos. En definitiva, estaba atenta acualquier necesidad que surgiera entre lamultitud que la rodeaba y haca patente sufe en Dios.

    Es preciso diferenciar la tradicin queatribuye a Santa Elena el hallazgo de laSanta Cruz y que est confirmada por las

    fuentes citadas, de los relatos legendariossurgidos en torno a este acontecimientoen el siglo V. Concretamente, aparecierondos leyendas, ambas de origen sirio: la deProtonike y la de Judas Cyriacus.

    La leyenda de Protonike describe cmola Santa Cruz fue descubierta por Proto-nike, poco despus de la Ascensin deCristo. Se consider a Protonike esposadel emperador Claudio, cuyo mandato seextendi entre el 41 y el 54 d.C., pero losestudios histricos demuestran que, aun-que Claudio tuvo varias mujeres, ningunade ellas se llam as, por lo que se tratarade un nombre simblico. En consecuen-cia, en esta versin tambin se vinculaba

    el descubrimiento de la Cruz de Cristo auna mujer, pues lo que se haca era adap-tar la historia de Elena al siglo I, cambian-do los personajes.

    Por su parte, la leyenda de Judas Cyria-cus sera la ms popular, alcanzandouna enorme difusin en la Edad Mediaen Europa. Las primeras versiones estnen siraco, griego y latn. En ella se hablade que la Cruz fue encontrada por Elena.Segn La leyenda dorada de Jacobo dela Vorgine (siglo XIII), Judas fue el judoque, tras permanecer seis das en el inte-rior de un pozo, confes la ubicacin de laVera Cruz.

    Al poco tiempo de re-gresar de Tierra San-ta, Elena falleci enRoma hacia el 330,teniendo alrededorde ochenta aos.

    Declar herede-ros a su nicohijo y a sus nie-tos, distribuyendoentre ellos las pro-piedades personalesque posea repartidaspor todo el Imperio. Eu-sebio de Cesarea relata queConstantino estuvo junto a ella en el lechode muerte y que le coga las manos en laagona.

    En la Prosopographia Imperii Romani

    Elena ayudeconmica-mente a lascomunidades

    cristianas

    La leyendade Protonike

    describecmo laSanta

    Cruz fuedescubierta

    y en la Prosopography of the Later Ro-man Empire se dice que Santa Elena fueenterrada la Va Labicana de Roma. Sucadver fue inhumado en la villa imperialcercana a la iglesia de los Santos Pedro yMarcelino, en el mausoleo ad duas lauros,mandado construir para la familia imperialinmediatamente despus de la victoria so-bre Majencio. Se puede contemplar la hi-ptesis de que el sarcfago de prfido enque fue depositado su cuerpo no hubierasido realizado expresamente para ella,sino para un emperador, pues aparecenesculpidas en l escenas blicas.

    Constantino le dio a Drepanum, ciudadnatal de su madre, el nombre de Hele-

    npolis y erigi estatuas en su honor enRoma, Constantinopla, Milium, Saepinum,Salernum y en Sicca Veneria en frica.La urna de prfido que alberg sus restospas en 1627 al claustro de San Juan deLetrn, en tiempos de Urbano VIII, y luegoal Museo Vaticano, bajo el pontificado dePo VI (1775-1799).

    Hay quienes suponen que su cuerpohabra sido trasladado desde Roma hastaConstantinopla dos aos despus de sufallecimiento, mientras que otros mantie-nen que sus restos fueron llevados desdeRoma hasta la abada de Hautvillers, enla dicesis de Reims. En 1821 pasaran ala cofrada del Santo Sepulcro de Pars,siendo depositados en la iglesia de SaintLeu.

    Elena fue canonizada en el siglo IX y laIglesia celebra su festividad el 18 de agos-to. En las pinturas y esculturas aparece

    representada con la corona y el manto

    imperial o con tocas de viuda, llevando al-guno de los instrumentos de la Pasin deCristo: la cruz, la corona de espinas y losclavos.

    3. Conclusiones

    La fuente escrita ms importante acercade Santa Elena es la Vida de Constantinode Eusebio de Cesarea, en cuyo libro III,42-47 se explica el viaje que sta realiz alas provincias orientales del Imperio en tor-no al 327/328, destacando especialmentesu permanencia en Palestina. El bigrafode Constantino resalt su carcter piadosoy caritativo y el apoyo que prest a las co-

    munidades cristianas y a todos los nece-sitados de los territorios por los que pasen su peregrinacin, as como que por suiniciativa se construyeron iglesias en losSantos Lugares.

    Los autores cristianos posteriores toma-ron como base fundamental dicho relatoy la informacin ofrecida por todos estosescritos se complementa con las fuentesepigrficas y numismticas, las cuales seincrementaron notablemente desde queConstantino le concedi a su madre el t-tulo de Augusta.

    En conclusin, el hallazgo de la SantaCruz llevado a cabo por Santa Elena consti-tuye un acontecimiento de gran importancia,adems de por su relevancia en el mbitodel cristianismo, por servir de prembulo ados fenmenos socio-religiosos y cultura-les ampliamente desarrollados en los siglosposteriores: el trfico de reliquias y las pe-

    regrinaciones a Tierra Santa.

    Notas al pie1 Significa Con este signo vencers.2 En Constantinopla, el hipdromo y el palacio imperial estaban comunicados por el palco imperial, llamado kathis-ma. Del mismo modo, el emperador poda ir a la primitiva iglesia de Santa Sofa a travs del recinto palaciego sinnecesidad de tener que salir al exterior.3 Bitinia es una regin de Asia Menor limtrofe con el mar de Mrmara, el Bsforo y el mar Negro.4 Significa a nuestra seora Flavia Julia Elena pisma Augusta.

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    INVESTIGACIONES

    Santa Elena y el hallazgo de La Cruz de Cristo porMara Lara y Laura Lara

    48 INVESTIGACIONES

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    Santa Elena y el hallazgode La Cruz de Cristo

    Mara Lara Martnez y Laura Lara Martinez

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