8
Actas XIV Congreso AIH (Vol. I). Maria do Carmo PARENTE SANTOS. Santiago de Compostela: es... - Santiago de Compostela: Espacio de religiosidad y conflicto Maria do Carmo Parente Santos UERJ EN LA SEGUNDA DÉCADA del siglo IX, en día no determinado, fue encontrado en el agreste y aislado reino cristiano el sepulcro del discípulo más joven de Cristo, el apóstol San Tiago. Este descubrimiento-y más aun, la creencia en la santidad de los despojos--dio al pequeño reino una gran fuerza moral en un momento vivido de permanente lucha contra los mulsulmanes considerados como enemigos no solamente de los visigodos, mas de toda la cristiandad. La naciente realeza asturiana se puso llenó de júbilo con la noticia del descubri- miento y por eso presentó al santo apóstol, cuyo cuerpo había sido encontrado, como protector de los ejércitos cristianos en la lucha contra los paganos. Así, de una manera bastante rápida, se fue creando una vehemente devoción dirigida al bondoso patrono, devoción alimentada por el relato de la aparición de Santiago en la batalla de Clavijo (834) vestido con armadura, luchando al lado de los guerreros cristianos Santiago ganó el epíteto de matamoros y en el lugar del descubrimiento del cuerpo, Alfonso 11, el Casto, ordenó edificar una iglesia que aunque simple en el tamaño y en los materiales utilizados, demostraba, sin embargo, el interés de los soberanos por estimular la devoción al santo. En el siglo XII la tensión siempre latente entre la nobleza gallega y el poder real no tardó en expresarse en violentos conflictos cuyo escenario fue la ciudad de Santiago. Para entender lo que ocurrió es necesario conocer a los personajes del caso. Para eso hemos buscado la ayuda de la Historia Compostelana, aunque sepamos de las críticas que ha recibido esta obra por los que afirman no ser ella imparcial, puesto que Diego Gelmírez fue arzobispo de la Catedral Compostelana, y uno de los comprometidos en los acontecimientos que ordenó que la escritura de la obra. Aunque es justa la observación, estamos seguros de que su lectura puede ser útil desde que ella se realice considerándose la ya mencionada crítica. El arzobispo Diego Gelmírez tuvo una destacada actuación ante el arzobispado compostelano. Fue un hombre enérgico y ambicioso que hizo todo para enaltecer la basílica de Santiago poniéndola por encima de cualquier otra ubicada en territorio peninsular, disputando esta primacía a la Catedral de Toledo, que tenía a su favor la tradición; para alcanzar a su objetivo no vaciló en tomar actitudes que, observadas bajo la óptica contemporánea, pueden ser consideradas moralmente discutibles. El robo de reliquias de santos que se encontraban en otras iglesias de Galicia e incluso en territorio del Condado de Portugal es bastante ilustrativo de la estrategia utilizada para conseguir sus intentos. Creía que el aumento de despojos sagrados dentro de su catedral iba a -11- Centro Virtual Cervantes

Santiago de Compostela: Espacio de religiosidad y conflicto · «Un pío latrocinio». La relación de Diego Gelmírez con la nobleza gallega quedó confusa después de ... no quedó

  • Upload
    lexuyen

  • View
    213

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Actas XIV Congreso AIH (Vol. I). Maria do Carmo PARENTE SANTOS. Santiago de Compostela: es...-

Santiago de Compostela: Espacio de religiosidad y conflicto

Maria do Carmo Parente Santos UERJ

EN LA SEGUNDA DÉCADA del siglo IX, en día no determinado, fue encontrado en el agreste y aislado reino cristiano el sepulcro del discípulo más joven de Cristo, el apóstol San Tiago. Este descubrimiento-y más aun, la creencia en la santidad de los despojos--dio al pequeño reino una gran fuerza moral en un momento vivido de permanente lucha contra los mulsulmanes considerados como enemigos no solamente de los visigodos, mas de toda la cristiandad.

La naciente realeza asturiana se puso llenó de júbilo con la noticia del descubri-miento y por eso presentó al santo apóstol, cuyo cuerpo había sido encontrado, como protector de los ejércitos cristianos en la lucha contra los paganos. Así, de una manera bastante rápida, se fue creando una vehemente devoción dirigida al bondoso patrono, devoción alimentada por el relato de la aparición de Santiago en la batalla de Clavijo (834) vestido con armadura, luchando al lado de los guerreros cristianos Santiago ganó el epíteto de matamoros y en el lugar del descubrimiento del cuerpo, Alfonso 11, el Casto, ordenó edificar una iglesia que aunque simple en el tamaño y en los materiales utilizados, demostraba, sin embargo, el interés de los soberanos por estimular la devoción al santo.

En el siglo XII la tensión siempre latente entre la nobleza gallega y el poder real no tardó en expresarse en violentos conflictos cuyo escenario fue la ciudad de Santiago. Para entender lo que ocurrió es necesario conocer a los personajes del caso. Para eso hemos buscado la ayuda de la Historia Compostelana, aunque sepamos de las críticas que ha recibido esta obra por los que afirman no ser ella imparcial, puesto que Diego Gelmírez fue arzobispo de la Catedral Compostelana, y uno de los comprometidos en los acontecimientos que ordenó que la escritura de la obra. Aunque es justa la observación, estamos seguros de que su lectura puede ser útil desde que ella se realice considerándose la ya mencionada crítica.

El arzobispo Diego Gelmírez tuvo una destacada actuación ante el arzobispado compostelano. Fue un hombre enérgico y ambicioso que hizo todo para enaltecer la basílica de Santiago poniéndola por encima de cualquier otra ubicada en territorio peninsular, disputando esta primacía a la Catedral de Toledo, que tenía a su favor la tradición; para alcanzar a su objetivo no vaciló en tomar actitudes que, observadas bajo la óptica contemporánea, pueden ser consideradas moralmente discutibles. El robo de reliquias de santos que se encontraban en otras iglesias de Galicia e incluso en territorio del Condado de Portugal es bastante ilustrativo de la estrategia utilizada para conseguir sus intentos. Creía que el aumento de despojos sagrados dentro de su catedral iba a

-11- Centro Virtual Cervantes

Actas XIV Congreso AIH (Vol. I). Maria do Carmo PARENTE SANTOS. Santiago de Compostela: es...-

112 MARIA Do CARMO PARENTE SANTOS

producir un aumento en la afluencia de peregrinos y no vaciló en practicar una acción tan espantosa, considerándose que Diego Gelmírez tenía una alta posición en la jerarquía eclesiástica. Sin embargo, el autor de Historia Compostelana clasificó tal hecho como «Un pío latrocinio».

La relación de Diego Gelmírez con la nobleza gallega quedó confusa después de la muerte de Alfonso VI. Ello porque su único hijo varón había muerto aun adolescente luchando contra los almorávides en la batalla de Údes. Como no tenía descendiente varón, el monarca dejó su trono a Urraca, su hija, bajo la condición de que Urraca se casaría con el monarca de Aragón, Alfonso 1 y entregaría el trono al hijo de este matrimonio cuando éste llegase a la edad apropiada para gobernar. Pero Urraca ya estaba casada con el noble Alfonso Raimundes y tenía con él un hijo. Así, el correcto y sensato Alfonso VI-según algunos autores contemporáneos afirman y la propia Historia Compostelana narra-reservó para este nieto el reino de Galicia. Esta versión es bastante plausible teniéndose en cuenta que el niño ya ostentaba el título de Conde de Galicia y que en esta región se había criado en casa del conde de Traba.

Durante el reinado de Alfonso VI la nobleza se prestó a obedecerle y la situación ya mencionada parecía ser suficiente para impedir que se manifestasen luchas. Pero no fue esto lo que ocurrió. Hubo varios acontecimientos imprevisibles siendo el más importante la discordia establecida entre Urraca y su marido, que era acusado por ella de practicar una política en favor de Aragón, pues él había entregado numerosos castillos a la nobleza.

El conflicto establecido entre los dos reinos resultó en una violenta guerra civil donde varia facciones de la nobleza se enfrentaron con tanta violencia que cambió la vida de la población de estos territorios. Siendo Santiago de Compostela la ciudad más importante de Galicia, no quedó exenta de esta guerra. Su obispo Diego Gelmírez fue bastante activo en los acontecimientos y se puso al lado de los que defendían el derecho del pequeño Alfonso Raimundes, no solamente al trono gallego, mas también al trono castellano.

En verdad podemos creer que también los habitantes de Santiago de Compostela que no pertenecían a la nobleza admitían la ascensión al trono del hijo de la primera boda de Urraca porque el padre del niño había tenido una actitud bastante simpática defendiendo a los comerciantes de la ciudad de la ambición de los nobles que les arrebataban el dinero y los vehículos cuando éstos ejercían su actividad fuera de los muros de la ciudad. Después de exponer la injusticia sufrida por los comerciantes el cronista narra como el yerno de Alfonso VI, delante de una multitud de caballeros y nobles, prohibe la realización de tal práctica y además amenaza con un castigo quienes violasen la prohibición:

Y todo aquel que, lleno de soberbia e hinchado por el orgullo de su arrogancia, intentara violar de alguna manera este edicto corroborado con su sello, debería devolver por partida doble todo lo que hubiera tomado como prenda y pagar sesenta sueldos por su atrevida imprudencia, según aseguró el mismo cónsul y lo confirmó por escrito. 1

1 Rey, Emma Falque (ed). Historia Compostelana. Madrid: Akal, 1994 p.118

-11- Centro Virtual Cervantes

Actas XIV Congreso AIH (Vol. I). Maria do Carmo PARENTE SANTOS. Santiago de Compostela: es...-

SANTIAGO DE COMPOSTELA ... 113

Este episodio demuestra la importancia del comercio en la vida de la ciudad. Los que practicaban tal actividad eran entonces reconocidos como ciudadanos y así, merecedores de la protección del representante del rey. La actividad ejercida por ellos era muy importante para el desarrollo del reino y por eso no debían ser más explotados por la nobleza.

La lectura de la Historia Compostelana nos hace ver que el poder real otorgó muchos beneficios a la ciudad Santiago. Alfonso VI le otorgó a Santiago el derecho de acuñar monedas. Esta tan gran regalía fue obtenida para que Diego Gelmíres pudiera tener recursos suficientes para terminar la magnífica obra que estaba realizando en su basílica. Después, el obispo organizó la casa de la moneda con el objetivo de evitar la falsificación de monedas. Aunque tal generosidad difícilmente pudiera ser superada, la lectura de la obra aquí analizada demuestra que el mencionado santuario se enriqueció con donaciones hechas por nobles y caballeros.

Como sucedía en otras regiones de la cristiandad esta práctica realizada por personas ricas en su lecho de muerte correspondía a la idea de que la realización de obras piadosas aumentarían las oportunidades de entrar en el reino del cielo. El autor de la Historia Compostelana narra como Diego Gelmírez consiguió ahorrar un gran patrimonio par su basílica:

Y puesto que el mismo pastor siempre estaba dispuesto a adquirir bienes para su iglesias, consiguió solícitamente de Arias Aloiti de la cuarta parte de la iglesia de San Verísimo de Arcos y la mitad de la iglesia de la de San Jorge de Vila Nova y a orillas del Ulla la iglesia de San Juan de Cova junto con sus siervos y conservó atentamente lo conseguido con solicitud vigilante; pues como es sabido que es gran virtud adquirir bienes justamente, de la misma manera consideran los sabios virtud no inferior conservar prudentemente lo adquirido.2

Además, el obispo, previendo con la sutil habilidad de su inteligencia los futuros males, como si estuviera seguro de los acontecimentos sucesivos, para que los pobres no fueran oprimidos por el intolerable peso de un paroquiano nuestro, a saber , del cónsul Pedro, el cual acostumbraba a devastarlo todo como hacen los enemigos, cambió la villa obtenida por testamento de manos de Onega Ectaz por otra en Aona con el hermano de éste, García, allí, es decir, en Aona, adquirió por su justo precio la villa de Pedro Péres, que había querido comprar el conde, quien, llevado por la codicia, ardía como un horno encendido. Entonces el obispo compró la villa, llamada Ova, por seicentos sueldos a Pedro Pérez a quien pertenecía, y de esta manera escapó de los desafueros del conde.3

Estos dos pequeños fragmentos revelan el carácter astuto del obispo compostelano, sin embargo, también demuestran que su poder no estaba establecido solamente por el hecho de estar tan bien ubicado en la jerarquía eclesiástica mas en bases económicas

2 op. cit. p. 129 3 ldem. p. 130

-11- Centro Virtual Cervantes

Actas XIV Congreso AIH (Vol. I). Maria do Carmo PARENTE SANTOS. Santiago de Compostela: es...-

114 MARIA Do CARMO PARENTE SANTOS

firmes. De los bienes de los cuales disponía se consideraba el derecho de explotación de mano de obra servil. Además de eso, en el segundo fragmento queda clara la tensión existente entre él y la nobleza motivada por la disputa de tierras.

El poder de Diego Gelmírez era el de un señor feudal pues tenía a su disposición mano de obra servil y riqueza suficiente para imponer su voluntad a los habitantes de la ciudad. Aunque el autor siempre resalte que lo que el obispo decidía era el resultado de su preocupación por el bienestar común, muchas de esas decisiones deben haber causado contrariedad en algunos pues representaban un peso financiero como ocurrió cuando determinó que cada casa ubicada en perímetro urbano pagara un sueldo en monedas. La disculpa fue que era necesario reconstruir las torres del Castillo de Oeste, pues sin ellas la región quedaría a la expuesta a invasiones de árabes y normandos. Mas la población se sentía oprimida por el impuesto; la Historia Compostelana resalta que hubo beneficiados. Sin embargo, los campesinos de la región estaban obligados por lo menos dos veces al año a trabajar en la reconstrucción de las torres, lo que era un trabajo muy penoso. Mas volvamos a la crisis ocurrida con la muerte de Alfonso VI que repercutió fuertemente en Galicia y trajo violencia y destrucción para la población de Santiago de Compostela. Ello porque el obispo Diego Gelmírez formó parte activa en las articulaciones que tenían por objetivo retirar del poder a la reina Urraca para que el conde de Galicia, el joven Alfonso Raimundes, pudiera ocupar el trono. Para alcanzar este objetivo se alió con el conde de Traba llegando a apelar al papa Pascual 11 a fin de que el sumo pontífice declarara la boda de Urraca con Alfonso de Aragón inválida por cuestiones de parentesco. Se trataba entonces de una estrategia para liberar a la región Gallega del dominio de Aragón.

Lo que debería ser un interés común de toda la nobleza de Galicia encontró oposición en la imagen de una coalición conocida como hermandad. Su objetivo era oponerse al conde de Traba, cuya hegemonía en la región era vista con preocupación por los nobles que formaban parte de ella, pues tenían miedo al aumento del poder de este conde que de esta manera iba a amenazar sus propios intereses.

Podemos decir que la actuación del obispo en los acontecimientos fue ambigua, o sea, aunque apoyara el conde de Traba no aceptando el gobierno de Urraca no tuvo dudas en hacerse jefe de la Hermandad. Tal vez su actitud pueda ser comprendida cuando atendemos al hecho de que gran parte de los nobles que formaban parte de ella eran sus conocidos, llegando incluso a recibir de sus manos pago por servicios militares, pudiendo ser considerados feudatarios de la iglesia de Santiago de Compostela. Sin embargo, la actitud ambigua del obispo le llevó a él a ser preso por sus feudatarios en un episodio que pone de relieve que no siempre el respecto a un miembro de la iglesia era suficiente para ponerlo a salvo de actitudes más violentas. La narración de cómo el obispo fue tratado por sus aliados pone de manifiesto qué débil era la posición de un prelado, cuando no se encontraba rodeado de sus soldados:

Estos, que iban aparentemente en son de paz y entablaron conservación con ellos de forma fraudulenta, atacaron terriblemente con un grupo armado su morada y campamento. De donde, embriagados con la hiel de la traición y ofuscados por las nieblas de su ceguera, no sólo arrebataron todo el ajuar del prelado, sino también-lo cual suena terrible a los oídos humanos-pusieron sus sacn1egas manos en su capilla:

-11- Centro Virtual Cervantes

Actas XIV Congreso AIH (Vol. I). Maria do Carmo PARENTE SANTOS. Santiago de Compostela: es...-

SANTIAGO DE COMPOSTELA ... 115

repartiéndose entre ellos la casulla a pedazos con la misma rapacidad insaciable de los lobos, no dudaron en conservarla para utilizarla para sus depravados usos, pues con esta casulla deshonraron sin demora alguna, aun queriéndolos adornar, los bordes y cinturones de sus vestidos. Partiendo en tres pedazos también el cáliz de oro, en el que se inmola el cuerpo del señor, hostia de nuestra salvación, no temieron reclamar para sí de manera excecrable aquél la parte inferior, ése la parte superior y éste lo restante. Finalmente, de igual manera partieron el ara de plata y el crucifijo esculpido con admirable mano del orífice.4

Este episodio termina con el encarcelamiento del obispo por cinco días y su posterior libertación. A impulsos de su ausencia de la ciudad ocurrieron muchos actos violentos que debían expresar un malestar social que la presencia del enérgico prelado no permitía que se manifestasen:

En la ciudad de Compostela aquellos, para quienes siempre suele ser odioso el amor a las buenas costumbres, habían llegado de repente a tan gran insolencia, que se atrevían a levantarse contra los religiosos con nefanda conspiración y no dudaban en atacar a los clérigos sin respeto ni temor alguno.5

Diego Gelmírez, como representante de la iglesia ejercía un poder de coerción moral sobre los ciudadanos y como señor feudal un poder económico. El yugo espiritual podía ser aguantado más fácilmente, pues siglos de cristianismo habían marcado la sensibilidad colectiva, de manera que si la imagen del obispo como un guía moral era algo natural e incluso deseable, lo mismo no ocurría con el poder económico ejercido por él.

La ambigüedad marcó las relaciones de la población de Santiago de Compostela con Diego Gelmírez, pues en algunos momentos el autor de la Historia Compostelana afirma que su llegada a la ciudad era motivo de júbilo y en otras, también queda claro que el pueblo descargó sobre él su rabia llegando a amenazarlo de muerte.

Despues que el mencionado obispo puso fin a sus palabras, de repente todo el pueblo bramó y se levantó entre ellos un murmullo disonante. Pues algunos, cuya preocupación era examinar con más deligencia lo justo y saludable, alaban las palabras del reverendo padre, pero otros, a los que empujaba al abismo una causa peor, no examinada por la norma de la justicia, y cuyo grupo era el más numeroso, querían tirarle piedras o atacarle. Pero se presentron los soldados del prelado, excitados por tan gran tumulto, y protegieron a su señor por todas partes con su grupo armado. Entonces el prelado, protegido por la multitud de sus soldados, salió incólume y regresó rápidamente a su campamento.6

4 op. cit. p. 162 5 Idem. p.168 6 op. cit. p.215

-11- Centro Virtual Cervantes

Actas XIV Congreso AIH (Vol. I). Maria do Carmo PARENTE SANTOS. Santiago de Compostela: es...-

116 MARIA Do CARMO PARENTE SANTOS

El comportamiento ambiguo del prelado aumentó el grado de inestabilidad en la política del reino de Galicia tomando la violencia social más intensa. Así es comprensi-ble la actitud de los ciudadanos que, aunque sabedores de la enemistad entre el obispo y Urraca, no dudaron en facilitar la entrada de la reina en Santiago de Compostela.

El obispo se protegió en las fortificadas torres de la iglesia lo que nos revela que las iglesias del medioevo servían no solamente para oraciones pero con sus gruesas paredes, serían como un lugar de abrigo. En la Historia Compostelana, el autor revela que las obras eran hechas con el objetivo de proteger la comunidad de los enemigos de la fe cristiana, como si solamente se debía temer al enemigo externo.

Sin embargo, la lectura del fragmento siguiente nos revela que las fortificaciones mucha veces fueron utilizadas para la protección de un enemigo más próximo; en este caso, el obispo buscó protegerse de los propios ciudadanos de Compostela:

Entretanto la reina se dirigió a Compostela, sin saberlo el obispo, con un gran ejército de soldados de a pie y de a caballo; Y algunos compostelanos le salieron al encuentro aclamándola y rogándole que entrara en la ciudad sin demora. Cuando el obispo tuvo noticia de esto, ya el ejército de infantería y caballería de la reina habían hecho su aparición por todas partes, reconoció la falta de fidelidad de los traidores, vio que ni tenía apoyo ni le era útil ningún consejo. ¿Qué hacer? Vio contrarios, advirtió que los que creía que iban a ayudarle y que estaban de acuerdo con él, le eran totalmente adversos; sin embargo fuerte en la adversidad, ordenó que las torres y la obra de la iglesia de Santiago fueran fortificadas para, al menos allí, poder resistir a los enemigos. Finalmente entró la reina en Compostela y todas las cosas , que habían sido del obispo, fueron entregadas al saqueo en cualquier lugar, donde pudieron ser encontradas, fuera de las torres de la iglesia.7

Los ciudadanos Compostelanos eran hostiles con su obispo pero esto no era algo constante, o sea, la hostilidad existía motivada por la actitud del prelado que creía tener el derecho de dominar todo el negocio que se ejecutara en la ciudad.

Diego Gelmírez, se aprovechaba de todas las oportunidades presentadas para buscar una identificación con sus feligreses, usando para esto, el incentivo cada vez mayor del culto a Santiago, que funcionaba como un elemento catalizador de la unión de los compostelanos. A través de él, los antagonismos y las tensiones sociales eran disminuidas lo que por consiguiente, significaba el fortalecimiento del obispo.

Ejemplo de lo que arriba está afirmado es el episodio en que la supuesta cabeza de Santiago traída de Jerusalén por el arzobispo de Braga, Mauricio Burdín es llevada en procesión a la basílica por Diego Gelmírez y la población en júbilo. El análisis de lo ocurrido es muy importante para los que desean comprender los instrumentos utilizados por el obispo para mantener su poder, las concesiones mutuas que él y la reina Urraca tuvieron que hacer a fin de atraer la simpatía de los habitantes de Compostela sufridos com los horrores de una guerra civil.

Podemos creer que el objetivo de Mauricio Burdín al llevar la cabeza, que fuera

7 Jdem. p.259

-11- Centro Virtual Cervantes

Actas XIV Congreso AIH (Vol. I). Maria do Carmo PARENTE SANTOS. Santiago de Compostela: es...-

SANTIAGO DE COMPOSTELA ... 117

robada por él de una pequeña iglesia de Jerusalén, haya sido el de desprestigiar el santuario Compostelano. Mientras tanto, cuando llegó, encontrando la región sacudida por la guerra civil, depositó el sagrado cráneo en el monasterio de San Zoilo de Carrión. No sabemos cómo, ,pero este cayó en manos de la reina Urraca cuando ella creía que era mejor celebrar la paz con el obispo de Compostela. Así, le ofreció la reliquia al obispo para que la depositara en la basílica, donde se encontraba el cuerpo de Santiago. Diego Gelmírez parece haber percibido que la ocasión era excelente para, con esto, renovar la fe de los ciudadanos y, por ello, no le importó aceptar la cabeza de Santiago cuando él afirmaba que ya estaba depositado el cuerpo completo de Santiago en el santuario:

Después que el obispo llegó al monte del Gozo, esto es a Milladoiro, le salieron al encuentro el clero y el pueblo de toda la ciudad venerando com suma alegría el precioso tesoro. Y el próprio obispo, descalzo y cantando salmos junto con los conónigos entró en Compostela. ¡Oh, cuánta alegría del clero y del pueblo!.8

Algo queda bastante claro-los ciudadanos de Santiago de Compostela convivían frecuentemente con situaciones de conflicto y ni las iglesias ni la propia basílica estaban seguras de los saqueos y desórdenes. Le incendiaron el santuario de Santiago cuando Diego Gelmírez les ordenó que entregasen sus armas en respeto al sitio dónde estaban. Debemos resaltar que estos hombres eran miembros de la hermandad, ciudadanos de Santiago de Compostela. El ardor de la batalla hacía los hombres se olvidaran de toda su devoción:

Es tomada la iglesia del Apóstol con frecuentes asaltos, vuelan las piedras, las flechas, los dardos sobre el altar y se lleban a cabo sacn1egos combates por parte de los traidores ¿A qué no se atreverán manos infames? Los perversísimos atacantes pegan fuego a la iglesia de Santiago y la encendían por uno y otro lado, pues no poca parte de la iglesia estaba cubierta con tablas y paja. ¡Oh, maldad! La iglesia del apóstol, tan venerada y tan digna, arde y ningún honor se le da a tan apreciado patrono. ¡Oh, dolor! La llama de la iglesia del apóstol sube a lo alto y por todas partes se ofrece un horrendo espectáculo. Todos los que están presentes, tanto hombres como mujeres, temerosos de Dios, lloran y gimen y maldicen a los autores de tan gran crimen .. ¡Oh! ¡ Cuánto era el llanto de los peregrinos que desde diversas regiones habían venido a venerar el cuerpo de apóstol!9

Todos estos conflictos ocurridos en el ámbito urbano demuestran que la religión cristiana y la adoración a un santo no impedían la explosión de la violencia social. Violencia que resultaba de conflictos de intereses distintos y de un fenómeno que no era exclusivo de la ciudad de Santiago de Compostela: la insatisfacción de una parte de la población con el poder y dominio ejercido por el obispo.

8 op. cit. p.268 9 ldem. p.273

-11- Centro Virtual Cervantes

Actas XIV Congreso AIH (Vol. I). Maria do Carmo PARENTE SANTOS. Santiago de Compostela: es...--11- Centro Virtual Cervantes