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Heraldo de Aragón l Lunes 9 de enero de 2017 TRIBUNA l 19 EDITA: HERALDO DE ARAGÓN EDITORA, S. L. U. Presidenta Editora: Pilar de Yarza Mompeón Vicepresidente: Fernando de Yarza Mompeón Director General: Carlos Núñez Murias Director: Miguel Iturbe Mach Subdirectores: Encarna Samitier (Opinión), Ángel Gorri (Información). Redactor Jefe: Santiago Mendive. Jefe de Política: José Luis Valero. España, Mundo y Economía: José Javier Rueda. Deportes: José Miguel Tafalla. Cultura: Santiago Paniagua. Internet: Esperanza Pamplona. Cierre: Mariano Gállego. Gerente: José Andrés Nalda Mejino Comercializa: Metha. Gestión & Medios, S. L. Imprime: Impresa Norte, S. L. Distribuye: DASA. Distribuidora de Aragón, S. L. aquí una campanada o aldabona- zo ya es más que necesario. En nuestro trabajo cotidiano, se- guro que también encontramos motivos para pedir un toque de atención. En el mío, la enseñanza universitaria, vemos cómo no se emprende ninguna de las refor- mas necesarias. Los alumnos si- guen sin ver (¿quizá sería más co- rrecto decir ‘saber’?) la necesidad de que cursen másteres para tener la educación superior integral que pretenden. A los profesores hay que insistirles que los másteres ni están pensados exclusivamente para formar investigadores ni son cosa de escuelas de negocios. A las autoridades universitarias, que de- ben afrontar sin más dilación cam- bios que impidan continuar con una tasa de alumnos de poco más del 10% cursando másteres. Clari- dad en los estudios de posgrado y evitar la dispersión en una infini- dad de títulos incomprensibles pa- ra la mayoría. En resumen, en mi casa se precisa una campanada que traiga política universitaria. La ordenación docente no es cosa ni de un año ni de una legislatura. Se necesita de forma inmediata una definición de objetivos y prio- ridades en la Universidad de Zara- goza. Los objetivos, como en toda organización que se precie de bus- car algo posible y no solo una de- claración de intenciones, deberán estar alineados con los medios dis- ponibles, y todo el conjunto indi- cará las prioridades. Parece senci- llo pero, a tenor de lo que se vie- ne haciendo, no debe de serlo tan- L os supersticiosos suelen negarse a decir el número trece. Yo no lo soy y por eso lo he escrito en esta misma línea, pero como quiero que este artícu- lo sea leído, lo he obviado en el tí- tulo para no ahuyentar a los que creen en la superchería. Como deseo de año nuevo, me gustaría escuchar una decimoter- cera campanada. Una acepción de campanada es novedad ruidosa, por lo que pienso que precisamos de algo nuevo y original de ver- dad. Hay muchos aspectos en es- ta realidad cotidiana que nos toca vivir donde se me ocurre que algo fresco será bastante mejor que la mediocridad que nos rodea. En política, creo que no hay que extenderse mucho para ver que las novedades originadas tras la convulsión social de la crisis han sido muy escasas. El mismo y pre- decible presidente de Gobierno, las mismas peleas entre hermanos progresistas y la reaparición del culto a la personalidad como sinó- nimo de liderazgo son las más co- nocidas. Absolutamente nada nuevo bajo el sol. Una campanada en política que supusiera una lla- mada de atención no vendría mal. En el mundo del entretenimien- to, durante los últimos días de 2016 y los primeros del presente, fui- mos inundados de información acerca de las series de TV que de- bíamos ver, de los estrenos cine- matográficos anunciados, de qué autores tenían intención de publi- car obra nueva y todo lo referen- te a cualquier actividad de ocio que se nos ocurra. Nadie puede es- capar de lo programado. Somos meros consumidores. Quizá el problema de la desafección por la cultura no está solo en el IVA. La oferta preparada, cual plato de co- cina que solo precisa de microon- das para su finalización, también tiene mucha culpa. Una vez más, Victimismo Y a se conocía la querencia de las auto- ridades catalanas a saltarse las sen- tencias judiciales sobre los bienes, pero la nueva estrategia adoptada para inten- tar desviar con falsedades la obligación de de- volver lo que no les pertenece genera tanto es- tupor como rechazo. El prestigioso periódi- co económico británico ‘Financial Times’ ha elaborado un reportaje sobre Sijena con algu- nas lagunas que extrañan debido a su ganada credibilidad. Bajo el título ‘La pelea por unas obras de arte medievales reabre la brecha en- tre Cataluña y España’, el periódico trata de hilar un relato dando voz a algunos de sus protagonistas. Más allá del desvío en el enfo- que del artículo, llaman la atención algunas declaraciones de representantes catalanes que se esfuerzan en unir la reclamación ara- gonesa con el rechazo en el conjunto de Es- paña por el proceso soberanista. El redoble del absurdo lo protagoniza el conservador del Museo de Lérida, Alberto Velasco, con un co- mentario falaz e hiriente. «Los movimientos de Sijena para recuperar las obras de arte na- cen de un profundo anticatalanismo en Ara- gón». Menos victimismo y más respeto a la ley. Que de eso se trata. E n Podemos todos se po- nen a parir y todos tie- nen razón. Es su drama. El ruido de facas. Hace poco, Juan Carlos Monedero puso negro sobre blanco su prefe- rencia por un régimen caudi- llista para el partido. Ya me di- rán si no cómo debe interpre- tarse la advertencia de que «si cae Iglesias, cae Podemos». Equivale a reconocer que este partido no sobrevivirá si se so- mete al escrutinio democráti- co. No todos piensan. Le faltó tiempo a Íñigo Errejón para de- clarar que en Podemos nadie es imprescindible: «Y cuando digo nadie, quiero decir nadie». Algunos comentaristas he- mos admitido nuestra incapa- cidad para encontrar el meollo ideológico del debate interno en Podemos. Miguel Urbán, que encabeza una de las tres corrientes de opinión, declara: «Lo que me preocupa es que la disputa es por sillones y por el poder». Y añade: «El problema es que la gente no entiende el debate porque no lo entende- mos ni nosotros mismos». Tampoco son voces extrañas las que acusan a la dirección en Baleares de usar métodos «co- rruptos y gansteriles». Provie- nen de la propia organización y nos remiten al chantaje que los responsables de la comi- sión de garantías ejercían so- bre los miembros del llamado sector crítico. «Si eres buena niña, te buscaremos un traba- jo»; frase registrada por un mi- crófono furtivo como prueba de los métodos empleados pa- ra frenar el atrevimiento de una dirigente regional, Carmen Azpilicueta, que quiso ascen- der en la escala jerárquica. Un episodio más en el dra- ma-rap de Iglesias y Errejón, que bate récords de taquilla en vísperas del cónclave del par- tido y escandaliza a la abuela de Podemos, Teresa Torres. Hasta el punto de inspirar la carta del ‘volvamos al amor’ que Iglesias le dirigió a Errejón. Aquel se mostró teatralmente avergonzado y pidió perdón a «los que confiasteis en noso- tros, como Teresa, y pensasteis que éramos diferentes». Craso error. Nada nuevo bajo el sol en una crisis de partido, donde es habitual el llamamiento a lavar los trapos sucios en casa y a mantener la unidad. Mecanis- mos de respuesta habituales de la vieja política, de la que ya forma parte Podemos. 12+1 campanadas to. Hemos leído que en determi- nadas titulaciones ha habido un índice de suspensos elevadísimo en primer curso. Se han tomado medidas, siempre discutibles, pa- ra paliarlo, pero un ligero detalle ha quedado al margen. En esa titu- lación, como en casi todas, el índi- ce de suspensos en primer curso es varias veces superior al del res- to. Se proponen clases de refuer- zo, tutorías y otras acciones. Lo que no se comprende de ninguna forma es que, a pesar de que año tras año las notas con las que ac- ceden los alumnos a la universi- dad crecen de forma sostenida, es- to no se traduce en mejora de es- tos indicadores. No niego que ha- ya algún compañero que exija de- masiado a los alumnos, pero la mayoría pedimos casi siempre el mismo nivel. Entonces, ¿cómo es posible que alumnos cada vez más valorados fracasen en mayor me- dida? Tengo mi propia respuesta, pero este asunto pertenece a la po- lítica académica que solicito, ya que la desconexión entre las ense- ñanzas secundaria y universitaria es generalizada y debe tratarse de forma conjunta. Sí pienso que necesitamos esa campanada en la Universidad. Campanada que debe proceder de un conjunto amplio de profesores, PAS y alumnos que quieran que la institución deje este letargo ino- perante y peligroso en el que nos metimos hace ya tiempo, y que los recortes han puesto más a la luz. Como el mar, cuando la marea ba- ja sale a la luz todo lo que hemos arrojado y que pensamos que ha desaparecido. No es así, está allí, en el fondo, recordándonos que antes o después deberemos lim- piarlo. En lo que a las generaciones venideras respecta, esta campana- da quizá debiera ser la más fuerte. Ana Isabel Elduque es catedrática de la Universidad de Zaragoza Ruido de facas en Podemos «Que la Universidad deje este letargo inoperante y peligroso en el que nos metimos hace ya tiempo, y que los recortes han puesto más a la luz» VITICOR HOY, LUNES 9 Santiago Mendive CON DNI Antonio Casado LA FIRMA I Por Ana Isabel Elduque En casi todos los campos de la vida social nos vendría bien que el nuevo año hubiese llegado con una campanada de más, un toque de atención que alterase la inercia y la rutina. En la enseñanza universitaria esa campanada extra es todavía más necesaria

Santiago Mendive Victimismo Yprensa.unizar.es/noticias/1701/170109_z1_1.pdflas mismas peleas entre hermanos progresistas y la reaparición del culto a la personalidad como sinó-nimo

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Page 1: Santiago Mendive Victimismo Yprensa.unizar.es/noticias/1701/170109_z1_1.pdflas mismas peleas entre hermanos progresistas y la reaparición del culto a la personalidad como sinó-nimo

Heraldo de Aragón l Lunes 9 de enero de 2017 TRIBUNA l 19

EDITA: HERALDO DE ARAGÓN EDITORA, S. L. U. Presidenta Editora: Pilar de Yarza MompeónVicepresidente: Fernando de Yarza MompeónDirector General: Carlos Núñez Murias

Director: Miguel Iturbe MachSubdirectores: Encarna Samitier (Opinión), Ángel Gorri(Información). Redactor Jefe: Santiago Mendive. Jefe de Política: José Luis Valero. España, Mundo y

Economía: José Javier Rueda. Deportes: José MiguelTafalla. Cultura: Santiago Paniagua. Internet: EsperanzaPamplona. Cierre: Mariano Gállego.

Gerente: José Andrés Nalda MejinoComercializa: Metha. Gestión & Medios, S. L.Imprime: Impresa Norte, S. L.Distribuye: DASA. Distribuidora de Aragón, S. L.

aquí una campanada o aldabona-zo ya es más que necesario.

En nuestro trabajo cotidiano, se-guro que también encontramos motivos para pedir un toque de atención. En el mío, la enseñanza universitaria, vemos cómo no se emprende ninguna de las refor-mas necesarias. Los alumnos si-guen sin ver (¿quizá sería más co-rrecto decir ‘saber’?) la necesidad de que cursen másteres para tener la educación superior integral que pretenden. A los profesores hay que insistirles que los másteres ni están pensados exclusivamente para formar investigadores ni son cosa de escuelas de negocios. A las autoridades universitarias, que de-ben afrontar sin más dilación cam-bios que impidan continuar con una tasa de alumnos de poco más del 10% cursando másteres. Clari-dad en los estudios de posgrado y evitar la dispersión en una infini-dad de títulos incomprensibles pa-ra la mayoría. En resumen, en mi casa se precisa una campanada que traiga política universitaria. La ordenación docente no es cosa ni de un año ni de una legislatura.

Se necesita de forma inmediata una definición de objetivos y prio-ridades en la Universidad de Zara-goza. Los objetivos, como en toda organización que se precie de bus-car algo posible y no solo una de-claración de intenciones, deberán estar alineados con los medios dis-ponibles, y todo el conjunto indi-cará las prioridades. Parece senci-llo pero, a tenor de lo que se vie-ne haciendo, no debe de serlo tan-

L os supersticiosos suelen negarse a decir el número trece. Yo no lo soy y por eso

lo he escrito en esta misma línea, pero como quiero que este artícu-lo sea leído, lo he obviado en el tí-tulo para no ahuyentar a los que creen en la superchería.

Como deseo de año nuevo, me gustaría escuchar una decimoter-cera campanada. Una acepción de campanada es novedad ruidosa, por lo que pienso que precisamos de algo nuevo y original de ver-dad. Hay muchos aspectos en es-ta realidad cotidiana que nos toca vivir donde se me ocurre que algo fresco será bastante mejor que la mediocridad que nos rodea.

En política, creo que no hay que extenderse mucho para ver que las novedades originadas tras la convulsión social de la crisis han sido muy escasas. El mismo y pre-decible presidente de Gobierno, las mismas peleas entre hermanos progresistas y la reaparición del culto a la personalidad como sinó-nimo de liderazgo son las más co-nocidas. Absolutamente nada nuevo bajo el sol. Una campanada en política que supusiera una lla-mada de atención no vendría mal.

En el mundo del entretenimien-to, durante los últimos días de 2016 y los primeros del presente, fui-mos inundados de información acerca de las series de TV que de-bíamos ver, de los estrenos cine-matográficos anunciados, de qué autores tenían intención de publi-car obra nueva y todo lo referen-te a cualquier actividad de ocio que se nos ocurra. Nadie puede es-capar de lo programado. Somos meros consumidores. Quizá el problema de la desafección por la cultura no está solo en el IVA. La oferta preparada, cual plato de co-cina que solo precisa de microon-das para su finalización, también tiene mucha culpa. Una vez más,

Victimismo

Y a se conocía la querencia de las auto-ridades catalanas a saltarse las sen-tencias judiciales sobre los bienes,

pero la nueva estrategia adoptada para inten-tar desviar con falsedades la obligación de de-volver lo que no les pertenece genera tanto es-tupor como rechazo. El prestigioso periódi-co económico británico ‘Financial Times’ ha elaborado un reportaje sobre Sijena con algu-nas lagunas que extrañan debido a su ganada credibilidad. Bajo el título ‘La pelea por unas obras de arte medievales reabre la brecha en-tre Cataluña y España’, el periódico trata de hilar un relato dando voz a algunos de sus protagonistas. Más allá del desvío en el enfo-que del artículo, llaman la atención algunas declaraciones de representantes catalanes que se esfuerzan en unir la reclamación ara-gonesa con el rechazo en el conjunto de Es-paña por el proceso soberanista. El redoble del absurdo lo protagoniza el conservador del Museo de Lérida, Alberto Velasco, con un co-mentario falaz e hiriente. «Los movimientos de Sijena para recuperar las obras de arte na-cen de un profundo anticatalanismo en Ara-gón». Menos victimismo y más respeto a la ley. Que de eso se trata.

E n Podemos todos se po-nen a parir y todos tie-nen razón. Es su drama.

El ruido de facas. Hace poco, Juan Carlos Monedero puso negro sobre blanco su prefe-rencia por un régimen caudi-llista para el partido. Ya me di-rán si no cómo debe interpre-tarse la advertencia de que «si cae Iglesias, cae Podemos». Equivale a reconocer que este partido no sobrevivirá si se so-mete al escrutinio democráti-co. No todos piensan. Le faltó tiempo a Íñigo Errejón para de-clarar que en Podemos nadie es imprescindible: «Y cuando digo nadie, quiero decir nadie».

Algunos comentaristas he-mos admitido nuestra incapa-cidad para encontrar el meollo ideológico del debate interno en Podemos. Miguel Urbán, que encabeza una de las tres corrientes de opinión, declara: «Lo que me preocupa es que la disputa es por sillones y por el poder». Y añade: «El problema es que la gente no entiende el debate porque no lo entende-mos ni nosotros mismos». Tampoco son voces extrañas las que acusan a la dirección en Baleares de usar métodos «co-rruptos y gansteriles». Provie-

nen de la propia organización y nos remiten al chantaje que los responsables de la comi-sión de garantías ejercían so-bre los miembros del llamado sector crítico. «Si eres buena niña, te buscaremos un traba-jo»; frase registrada por un mi-crófono furtivo como prueba de los métodos empleados pa-ra frenar el atrevimiento de una dirigente regional, Carmen Azpilicueta, que quiso ascen-der en la escala jerárquica.

Un episodio más en el dra-ma-rap de Iglesias y Errejón, que bate récords de taquilla en vísperas del cónclave del par-tido y escandaliza a la abuela de Podemos, Teresa Torres. Hasta el punto de inspirar la carta del ‘volvamos al amor’ que Iglesias le dirigió a Errejón. Aquel se mostró teatralmente avergonzado y pidió perdón a «los que confiasteis en noso-tros, como Teresa, y pensasteis que éramos diferentes». Craso error. Nada nuevo bajo el sol en una crisis de partido, donde es habitual el llamamiento a lavar los trapos sucios en casa y a mantener la unidad. Mecanis-mos de respuesta habituales de la vieja política, de la que ya forma parte Podemos.

12+1 campanadas

to. Hemos leído que en determi-nadas titulaciones ha habido un índice de suspensos elevadísimo en primer curso. Se han tomado medidas, siempre discutibles, pa-ra paliarlo, pero un ligero detalle ha quedado al margen. En esa titu-lación, como en casi todas, el índi-ce de suspensos en primer curso es varias veces superior al del res-to. Se proponen clases de refuer-zo, tutorías y otras acciones. Lo que no se comprende de ninguna forma es que, a pesar de que año tras año las notas con las que ac-ceden los alumnos a la universi-dad crecen de forma sostenida, es-to no se traduce en mejora de es-tos indicadores. No niego que ha-ya algún compañero que exija de-masiado a los alumnos, pero la mayoría pedimos casi siempre el mismo nivel. Entonces, ¿cómo es posible que alumnos cada vez más valorados fracasen en mayor me-dida? Tengo mi propia respuesta, pero este asunto pertenece a la po-lítica académica que solicito, ya que la desconexión entre las ense-ñanzas secundaria y universitaria es generalizada y debe tratarse de forma conjunta.

Sí pienso que necesitamos esa campanada en la Universidad. Campanada que debe proceder de un conjunto amplio de profesores, PAS y alumnos que quieran que la institución deje este letargo ino-perante y peligroso en el que nos metimos hace ya tiempo, y que los recortes han puesto más a la luz. Como el mar, cuando la marea ba-ja sale a la luz todo lo que hemos arrojado y que pensamos que ha desaparecido. No es así, está allí, en el fondo, recordándonos que antes o después deberemos lim-piarlo. En lo que a las generaciones venideras respecta, esta campana-da quizá debiera ser la más fuerte. Ana Isabel Elduque es catedrática de la

Universidad de Zaragoza

Ruido de facas en Podemos

«Que la Universidad deje este letargo inoperante y peligroso en el que nos metimos hace ya tiempo, y que los recortes han puesto más a la luz»

VITICOR

HOY, LUNES 9 Santiago Mendive

CON DNI Antonio Casado

LA FIRMA I Por Ana Isabel Elduque

En casi todos los campos de la vida social nos vendría bien que el nuevo año hubiese llegado con una campanada de más, un toque de atención que alterase la inercia y la rutina. En la enseñanza universitaria esa campanada extra es todavía más necesaria