3
Jaime G. Velázquez Á Federico García Lorca: L/anto por Ignacio SÍlnchez MeJías. Ed. facs. del manuscrito au- tógrafo. Institución Cultural de Cantabria. Es- paña, 1983 Como se sabe. la obra de Federico Gar- cía Larca fue objeto. durante mucho tiempo. de un descuido editorial real- mente lamentable. En parte. ese des- cuido fue consecuenc ia del proceso de mitificación al que fue sometida la figu- ra del poeta. sobre todo a partir de su muerte en los primeros días de la Gue- rra Civil Española: para los franquistas lo mismo que para sus enemigos. Larca sus espléndidas incursiones en él. no le restaron modestia para dejarnos más de cien ilustraciones de hongos. en su mayoría acuarelas. ni esa llaneza para exponer adecuadamente tan extraño tema. El riesgo era enorme. pero Tabla- da lo enfrentó con buena fortuna. Y ahora. Andrea Martínez. encargada de la edición. considera que el libro se de- fiende bien de los embates de la cien- cia: "Al cotejarlo con la amplia biblio- grafía especializada. bajo su confusión aparente resultó válido en su mayor parte. y sus pocos errores e imprecisio- nes. de importancia secundaria. pudie- ron ser fácilmente rectificados". Esdig- no de rivalizar con los mejores tratados actuales. Es un libro concebido por un esplén- dido artista. Imagino a un crítico de ar- tes pláticas. a un botánico y a un crítico de literatura discutiendo acerca de este libro . un autént ico hongo -"manjar ali- menticio y exquisito" o tentación vene- nosa -. frente a la aburrida y pusiláni- me librería mexicana. Banquete inter- disciplinario. ¿Qué harían ellos con este derroche inusitado?También imagino a un poeta que acepta una cantidad de nombres. naturales y artificiosos. con los cuales da inicio a poemas sádicos. voraces o románticos. Y es que Tablada creó en español los nombres de. los hongos. dotándolos de una original in- tensidad. Pero lo mejor del libro es sin duda su generosidad -la del autor. la del editor- ; hace pensar en que no es imposible ver editadas en esta década las demás obras de Tablada. era un símbolo político que había que rebatir o defender; para muy pocos era un poeta a quien había que leer. Así. la demagogia se conjugaba con la indife- rencia para producir una edición de las Obras completas que era cualquier cosa menos que completa o fiel: una edición plagada de erratas y confusio- nes. donde los textos suprimidos o cor- tados eran casi tantos como los textos reproducidos en su integridad. Y si se agrega a esto el hecho de que la mayo- ría de las ediciones de tirada masiva también se basaron en esta misma edi- ción de las Obras completas (por no de- cir nada de las traducciones fundadas en ella). uno empieza a vislumbrar las dimensiones del atropello cometido. Efectivamente. sería muy difícil encon- trar a otro poeta de la categoría de Lar- ca cuya obra fuera tan maltratada por sus editores como lo fue durante tanto tiempo la suya. Afortunadamente. en los últimos años se ha hecho mucho por corregir esta situación. Con la muerte de Franco en 1975 desapareció no sólo la censura sino también el pretexto que tenían los unos y los otros para no ver en el poeta más que su valor político. Es decir. con la instauración de la democracia en Es- paña. Larca pudo empezar a ser valora- do no por lo que representaba sino por lo que había escrito. Y. desde luego. al volver a la obra del poeta . los lectores se dieron cuenta en seguida de la nece- sidad urgente de que se estableciera el texto de una forma mucho más rigurosa y completa. Una de las llamadas de atención más vehementes en este sen- tido fue la que publicó Daniel Eisenberg en su brillante libro sobre Poeta en Nueva York: Historia y problemas de un texto de Lorca (Arie!. Barcelona. 1976). Allí. además de sentar las bases para la futura edición crítica de uno de los tex- tos más difíciles del poeta (difícil no só- lo de interpretar sino también de esta- blecer). Eisenberg se refirió a las terri - bles deficiencias que padecía en gene- ral la edición entonces vigente de las Obras completas (la de Aguilar) . En un apéndice de su libro presentó una lista de nada menos que 41 textos de Larca. ya publicados. que no habían sido reco- gidos en las Obras completas; y a esta lista agregó otra en que señaló los nu- merosísimos manuscritos inéditos -de poemas. cartas. discursos . obras de teatro. etc.- que también seguían sin recogerse. Lamentándose a la vez de la arbitrariedad con que anteriormente se c. •• oe •• Para leer a Lorca Por el mundo pictórico de Hiroshi- gué. hace largos años que transito. como infat igable peregrino: con la rama de un abeto de sus selvas, hice mi báculo ; el agua de sus lluvias trai- go en el calabazo atado a la cintura; he cosido las conchas recogidas en sus mares en la parda esclavina del romero. y la nieve de sus crepúscu- los ha caído ya sobre mis cabe- llos ...1 Ahora , de regreso. como esos pia- dosos labr iegos japoneses. que re- tornan al cabo de largos años a su al- dea. después de cumplir la " peregri- nación de los Cien Templos" . vaya hacer. con mis manos, un templo vo- tivo al ánima venerable y creadora del mundo. al genio de ese dem iurgo amarillo. al espíritu del " Kami" Hi- roshigué ... En realidad , Tablada tenía 43 años de edad cuando escribió lo anterior. en 1914. y viv iría 31 años más; El flor ile- gio. su primer libro de poemas, había quedado demasiado lejos de su obra posterior. realizada entre los 47 y los 57 años. En los retratos del poeta cua- rentón no hay canas visibles, por lo que esos largos años de que habla. esa nie- ve crepuscular es exactamente una me- táfora del esfuerzo que por fin le permi- tió acercarse a su maestro Edmundo de Goncourt Y continuar "en parte" los in- terrumpidos estud ios de éste sobre pin- tores japoneses. Tablada confesaba el ánimo con que se había propuesto es- cribir el libro al madurar sus estudios artísticos. lo cual ocurr ió no sólo en un sentido intelectual sino. como ahora podemos ver. tamb ién prá.ctico. ués de 1914 dio conferencias . escribió sobre pintura yen 1927 publi - una Historia del arte en El conocimiento del mundo prctonco. ra colorista . una imagen objetiva y bri- llante.) Esa fascinación por los misteriosos hongos. "manjar de los césares y tós igo de sus venganzas ", de considerable im- portancia entre los aztecas. como el maíz o el maguey, explica en parte el deber que Tablada cumplía con su in- vestigación : "poner un platillo más en la mesa de los humildes" , Pero ese de- ber " patrio" que él se impuso no existi- ría sin el lado plástico del que habla en el prólogo (Torii, pórtico sagrado) de su monografía sobre el genial Ychiriusai Hiroshigué : 49

~SEÑAShongos. "manjarde los césares y tósigo de sus venganzas", de considerable im portancia entre los aztecas. como el maíz o el maguey, explica en parte el deber que Tablada

  • Upload
    others

  • View
    3

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: ~SEÑAShongos. "manjarde los césares y tósigo de sus venganzas", de considerable im portancia entre los aztecas. como el maíz o el maguey, explica en parte el deber que Tablada

~SEÑAS

Jaime G. Velázquez

Á Federico García Lorca: L/anto por IgnacioSÍlnchez MeJías. Ed. facs . del manuscrito au ­tógrafo. Institución Cultural de Cantabria. Es­paña, 1983

Como se sabe. la obra de Federico Gar­cía Larca fue objeto. durante muchotiempo. de un descuido editorial real­mente lamentable. En parte. ese des­cuido fue consecuenc ia del proceso demitificación al que fue sometida la figu­ra del poeta. sobre todo a partir de sumuerte en los primeros días de la Gue­rra Civil Española: para los franquistaslo mismo que para sus enemigos. Larca

sus espléndidas incursiones en él. no lerestaron modestia para dejarnos másde cien ilustraciones de hongos. en sumayoría acuarelas. ni esa llaneza paraexponer adecuadamente tan extrañotema. El riesgo era enorme. pero Tabla­da lo enfrentó con buena fortuna. Yahora. Andrea Martínez. encargada dela edición. considera que el libro se de­fiende bien de los embates de la cien ­cia: " Al cotejarlo con la amplia biblio­grafía especializada. bajo su confusiónaparente resultó válido en su mayorparte. y sus pocos errores e imprecisio­nes. de importancia secundaria. pudie ­ron ser fácilmente rectificados". Es dig­no de rivalizar con los mejores tratadosactuales.

Es un libro concebido por un esplén­dido artista. Imagino a un crítico de ar­tes pláticas. a un botánico y a un críticode literatura discutiendo acerca de estelibro . un auténtico hongo -"manjar ali­menticio y exquisito" o tentación vene­nosa-. frente a la aburrida y pusiláni­me librería mexicana. Banquete inter­disciplinario. ¿Qué harían ellos con estederroche inusitado? También imagino aun poeta que acepta una cantidad denombres. naturales y artificiosos. conlos cuales da inicio a poemas sádicos.voraces o románticos. Y es que Tabladacreó en español los nombres de. loshongos. dotándolos de una original in­tensidad. Pero lo mejor del libro es sinduda su generosidad -la del autor. ladel editor- ; hace pensar en que no esimposible ver editadas en esta décadalas demás obras de Tablada.

era un símbolo político que había querebatir o defender; para muy pocos eraun poeta a quien había que leer. Así. lademagogia se conjugaba con la indife­rencia para producir una edición de lasObras completas que era cualquiercosa menos que completa o fiel: unaedición plagada de erratas y confusio­nes. donde los textos suprimidos o cor­tados eran casi tantos como los textosreproducidos en su integridad. Y si seagrega a esto el hecho de que la mayo­ría de las ediciones de tirada masivatambién se basaron en esta misma edi­ción de las Obras completas (por no de­cir nada de las traducciones fundadasen ella). uno empieza a vislumbrar lasdimensiones del atropello cometido.Efectivamente. sería muy difícil encon­trar a otro poeta de la categoría de Lar­ca cuya obra fuera tan maltratada porsus editores como lo fue durante tantotiempo la suya.

Afortunadamente. en los últimosaños se ha hecho mucho por corregiresta situación. Con la muerte de Francoen 1975 desapareció no sólo la censurasino también el pretexto que tenían losunos y los otros para no ver en el poetamás que su valor político. Es decir. conla instauración de la democracia en Es­paña. Larca pudo empezar a ser valora­do no por lo que representaba sino porlo que había escrito. Y. desde luego. alvolver a la obra del poeta . los lectoresse dieron cuenta en seguida de la nece­sidad urgente de que se estableciera eltexto de una forma mucho más rigurosay completa. Una de las llamadas deatención más vehementes en este sen­tido fue la que publicó Daniel Eisenbergen su brillante libro sobre Poeta enNueva York: Historia y problemas de untexto de Lorca (Arie!. Barcelona. 1976).Allí. además de sentar las bases para lafutura edición crítica de uno de los tex­tos más difíciles del poeta (difícil no só­lo de interpretar sino también de esta­blecer). Eisenberg se refirió a las terri ­bles deficiencias que padecía en gene­ral la edición entonces vigente de lasObras completas (la de Aguilar) . En unapéndice de su libro presentó una listade nada menos que 41 textos de Larca.ya publicados. que no habían sido reco­gidos en las Obras completas; y a estalista agregó otra en que señaló los nu­merosísimos manuscritos inéditos -depoemas. cartas. discursos . obras deteatro. etc.- que también seguían sinrecogerse. Lamentándose a la vez de laarbitrariedad con que anteriormente se

c. •• oe •••

Para leer a Lorca

Por el mundo pictórico de Hiroshi ­gué. hace largos años que trans ito .como infatigable peregrino: con larama de un abeto de sus selvas, hicemi báculo; el agua de sus lluvias trai­go en el calabazo atado a la cintura;he cosido las conchas recogidas ensus mares en la parda esclavina delromero. y la nieve de sus crepúscu ­los ha caído ya sobre mis cabe­llos . . . 1

Ahora, de regreso. como esos pia­dosos labr iegos japoneses. que re­tornan al cabo de largos años a su al­dea. después de cumplir la " peregri­nación de los Cien Templos" . vayahacer. con mis manos, un templo vo­tivo al ánima venerable y creadoradel mundo. al genio de ese demiurgoamarillo. al espíri tu del " Kami" Hi­roshigué . . .

En realidad, Tablada tenía 43 años deedad cuando escribió lo anter ior. en1914. y viv iría 31 años más; El flor ile­gio. su primer libro de poemas, habíaquedado demasiado lejos de su obraposterior. realizada entre los 47 y los57 años. En los retratos del poeta cua­rentón no hay canas visibles, por lo queesos largos años de que habla. esa nie­ve crepuscular es exactamente una me­táfora del esfuerzo que por fin le permi­tió acercarse a su maestro Edmundo deGoncourt Y continuar "en parte" los in­terrumpidos estud ios de éste sobre pin­tores japoneses. Tablada confesaba elánimo con que se había propuesto es­cribir el libro al madurar sus estudiosartísticos. lo cual ocurr ió no sólo en unsentido intelectual sino. como ahorapodemos ver. tamb ién prá.ctico. ~e~:

ués de 1914 dio conferencias . escribió~rtíCUloS sobre pintura yen 1927 publi ­có una Historia del arte en Mé~ic? .

El conocimiento del mundo prctonco.

ra colorista . una imagen objetiva y bri­llante.)

Esa fascinación por los misteriososhongos. "manjar de los césares y tósigode sus venganzas " , de considerable im­portancia entre los aztecas. como elmaíz o el maguey, explica en parte eldeber que Tablada cumplía con su in­vestigación: "poner un platillo más enla mesa de los humildes" , Pero ese de­ber " pat rio" que él se impuso no exist i­ría sin el lado plástico del que habla enel prólogo (Torii, pórt ico sagrado) de sumonografía sobre el genial YchiriusaiHiroshigué:

49

Page 2: ~SEÑAShongos. "manjarde los césares y tósigo de sus venganzas", de considerable im portancia entre los aztecas. como el maíz o el maguey, explica en parte el deber que Tablada

había intentado fijar los textos, Eisen­berg así dio una idea muy clara de lastareas que hacía falta hacer.

El libro evidentemente encontró ecoentre mucha gente interesada en lapoesía contemporánea. porque en losúltimos siete u ocho años, gracias a unaserie de estudios textuales. se ha trans­formado la visión que tenemos de laobra de larca. Este trabajo ha sido em­prendido principalmente por los edito­res de las "Obras de Federico Garcíalarca", una nueva colección que empe­zó a publicar en 1981 en Madrid AlianzaEditorial. Hasta la fecha son nueve losvolúmenes editados (o, por lo menos,son nueve los volúmenes que han llega­do a México): Primerromancero gitano ;Yerma ; Diván del Temerit; Llanto porIgnacio Sánchez Mejía y Sonetos; Lacasa de Bernarda Alba; Primeras can­ciones, Seis poemas galegos y Poemassueltos; Canciones; LB zapatera prodi­giosa ; Poema del cante jondo: y Episto­lario l . En cada caso la edición se ha en­cargado a especialistas en la materia,que han depurado los textos con todo elrigor y la precisión .que uno esperaríaencontrar en una edición crítica. No só­lo corrigen las erratas sino también, alhacerlo. explican los criterios seguidospara fijar la edición. señalan las varian­tes. y proporcionan datos adicionalespara aclarar las dudas con respecto altexto. El logro que esto representa esinmenso: por primera vez el lector pue­de acercarse a estos textos con con­fianza. Y. desde luego. esta edición deAlianza tiene otra ventaja importante:cada volumen se vende independiente­mente y a un precio bastante accesible(la edición de Aguilar, además de sermala. se vendía a un precio inalcanza­ble para el lector común y corriente).

Pero la colección de " Obras de Fede­rico García lorca" no es la única mues­tra 'del trabajo editorial llevado a cabo.Fuera de esta serie han aparecido va­rios libros importantes que han ayuda­do a establecer o completar el texto dela obra de lorca. Entre ellos habría quemencionar las ediciones de El público yla Comedia sin título preparadas porRafael Martínez Nadal y Marie laffran­que. respectivamente (Seix Barral. Bar­celona. 1978); la publicación por Fran­cisco García larca. en su libro Federicoy su mundo (Alianza Tres, Madrid.1980). del texto de tres conferenciasinéditas de su hermano; la edición críti­ca del Libro de poemas llevada a cabopor lan Gibson (Crítica. Barcelona.

RESEÑAS

1981); así como el rescate. por partede Piero Menarini, del guión inédito deLo/a la comediante, la deliciosa óperacómica en que había trabajado larca, aprincipios de su carrera, en colabora­ción con Manuel de Falla (Alianza Tres,Madrid, 1981). Desde luego. todavíaqueda mucho por hacer; pero. gracias aestas y otras publicaciones ahora po­demos guardar la esperanza de contaralgún día con una edición verdadera­mente completa de las obras del poeta.

Una de las aportaciones más recien­tes a estos esfuerzos editoriales, y laque motiva la presente nota. es la publi­cación facsímil del manuscrito del Llan­to por Ignacio Sánchez Mejía (Inst itu-

-ción Cultural de Cantabria • . ; 982).Como se sabe, lorca escribió esta ele­gía en octubre de 1934, con motivo dela cogida mortal sufrida por su amigoSánchez Mejía, dos meses antes. en laplaza de Manzanares. Dividido en cua­tro secciones ("la cogida y la muerte " ."la sangre derramada". "Cuerpo pre­sente" y "Alma ausente"), el poema nosólo evoca la figura del amigo reciénmuerto. sino que a éste lo va convirtien­do en el héroe de un rito trágico, para

. luego, en la mejor tradición elegíaca,terminar afirmando la sobrevivencia deltorero en la imagen de él que el poemamismo ha dejado plasmado. El Llanto,así. resume perfectamente la visión trá­gica que tenía lorca de la vida y poreso. así como por la perfección de suforma , siempre ha sido consideradacomo una de las obras maestras de suautor.

El poema fue publicado por la Edito­rial Cruz y Raya en marzo de 1935.Poco después, lorca decidió regalar elmanuscrito a otro amigo suyo, JoséMaría de Cossío. autor de Los toros enla poesía castellana (Madrid. 1931). Es­te. a su vez, cedió el documento a laDiputación Provincial de Santander,que ahora, en edición de Rafael Górnez.se encarga de su reproducción facsímil.

Al hacer su transcripción. Gómez se­ñala 'las erratas que se introdujeron enla edición de Cruz y Raya (erratas yaidentificadas como tales en la nuevaedición del Llanto publicada por Alian­za); son pequeñas y su rectificación nocambia mucho nuestra lectura del poe­ma. Mucho más reveladoras son las nu­merosas 'variantes que se registran. lascuales nos permiten seguir al poetamientras va tachando y corrigiendo ensu búsqueda de la expresión adecuada.Ya que el manuscrito corresponde a la

50

última etapa en la elaboración del poe­ma. estas enmiendas afectan más eltono que el significado (aunque, desde .luego. sería imposible hacer una distin­ción absoluta entre ambas cosas). Esinteresante notar , por ejemplo, cómo elsiguiente verso de la tercera sección:

la muerte lo ha pintado de terribles .azufres

se convierte en:

la muerte lo ha cubierto de pálidosazufres

quedando así libre de su carga hiperbó­lica. En este caso se trat a de cambiarsolamente dos palabras : pero, a veces.en su intento por evitar una dicción tri­llada, el poeta cambia totalmente la fra­se. En los últimos versos del poema. porejemplo, en un princ ipio Larca había es­crito lo siguiente:

Tardará mucho en nacer si es quenace

un andaluz tan claro y tan maravillo­so

Yo digo para luego quien era con vozlimpia

bajo la muchedumbre mate de losolivos

versos que, con un solo golpe de pluma.dejó totalmente transformados:

Tardará mucho tiem po en nacer, si esque nace,

un andaluz tan claro . tan rico de aven­tura.

Yo canto su elegancia con palabrasque gimen

y recuerdo una brisa triste por los oli­vos.

En el segundo verso el adjetivo " mara­villoso ", que resulta bastante vago eimpreciso. se sustituye por una expre­sión mucho más gráfica : " tan rico enaventuras", que además sirve muchomejor para subrayar el carácter heroicoque el poeta ve en su amigo . Pero es enlos dos últimos versos de la estrofadonde vemos más claramente la riguro­sa disciplina a la que Larca sornetiósúpoema. la expresión " Yo digo para lue-'go quien era", que es a la vez borrosa ypedestre , desaparece por completo _dela versión definitiva. Es cierto que al ha­blar de "palabras que gimen " , lorca 00:

rre el riesgo de caer en lo melodramáti­co. pero en el contexto el verbo "gemir"no resulta exagerado. El cambio intro~ '

Page 3: ~SEÑAShongos. "manjarde los césares y tósigo de sus venganzas", de considerable im portancia entre los aztecas. como el maíz o el maguey, explica en parte el deber que Tablada

ducido en el último ver so sirve paraamort ig uar cualqu ier exceso que pudie­ra hacerse sentir en el verso anterior :qu ien g im e. a f in de cuentas. no es elpoeta sino la naturaleza. " una br isa tri s­te po r lo s o livos" . De est a manera Larcaimpide que su propia per sona se inter­ponga ent re el lector y la figura del ami­go evocado .

Las va riant es nos per mi ten formaruna idea. por muy superf icial qu e sea.de los c rit er ios estét icos que per seguíaLarca. po r lo me nos durante esta úl ti maetapa en la composic ión de su poema.Pero ta m b ién no s ayu dan a penetra r enel signific ado de algunos de sus versosmás en ig m át icos. ¿Qué quería decir.por eje m p lo . a l escribir de Ignacio: " Elaire co m o lo co deja su pecho hun di­do " ? A nt es de llegar a esta for mulacióndefin it iva el po eta había desechadocuatro ve rsiones diferentes.

El o lv ido ya viene con milla res dehormi gas

El olvido lo cubre con millares deho rm igas

El aire como loco abandona supecho

El a ire como loco deja su pechohe ndido

Y. al leer estas var ian te s. el lector seub ica con m ás precisión dentro de la vi-

Federico García Lorca

sión del poeta . Desde luego. no se pue ­de establecer una equivalencia exactaentre una imagen y ot ra; pero la asocia ­ción que evidentemente existía paraLarca entre " el aire" y " el olv ido" nosayuda a entender en qué sent ido podríaestar " hundido" el pecho de Ignac io. asícomo las variantes " abandona" y "hen­dido" subrayan la violencia latente enlas palabras " deja" y "hundido" respec ­t ivamente (violencia que resulta aúnmás patente en la imagen de las " hor­migas" invasoras int roducidas en la pri­mera versión). En fin. el cotejo de lasvariantes ofrece una forma muy prove­chosa de adentra rse en el cuerpo deltexto.

Además de la reproducción del ma­nuscri to y su transcripción. el libro traeuna serie de textos que echan más luzsobre el poem a y su autor . o que ayu ­dan a documentar la amistad que unía aSánchez Mejías con Larca y otros poe­tas desu generación. De especial interéses la reproducción facsímil de dos car ­tas inéditas a José María de Cossío:una de Larca. en que anunc ia su pro­yecto de incluir. al frente de la ediciónde su poema. una serie de lemas sobrela muerte. lema s que pensaba tomar dela obra de Villa Ión. Albert i. Bergamín yAleixa ndre (entre otros). y la otra de AI­ber ti. escrita en Moscú en el momentode enterarse éste de la muerte del tore-

51

ro (conmovido por la suerte d u mi ­go. al regresar a España. Alb rt i t m­bién habría de escr ibir una elegla S n­chez Mejías. su hermosa Verte y no v r ­te) . Aco mpañan estas cart as unopoemas-dibujos del mismo Alb rt i (se­

bre Lorca. de Cossío y Sánchez Mejl si:una nota de de Cossío sobre " El t mtaurino y la Generación del 27": unbreve evocación de Larca por DémAlonso (" Federico en mi recuerdo" l : unelegante comentario de J orge Guill nsobre " Los símbo los de la muert nLlanto por Ignacio Sánchez M e/ías" : Vun inte resante ensayo de Gerardo Di otitulado "El llanto. la música V otro r •cuerdos" . De este último me llamó es­pecialmente la atención el siguiente p •rrafo en que habla de sus conversacio ­nes con Larca:

Uno de los temas que volvían unavez y otra a nuestros labios era el dela libertad est imativa para divertir­nos con la música llamada mala. eincluso con la poesía que a tantossantones indignaba porque la conde­naban sin remisión por las mismasingenuidades que a nosot ros nos en­cantaban.

¿Notendríamos aquí conf irmación de lapresencia en Larca de cierta act it udcampoactitud que gran parte de la c riti­ca ha pasado por alto. pero que result aimprescindible para entender la est én­ca del poeta en toda su complejida d ?¿No hay en mucha de la poesía de t.or ­ca una estilización irón ica que coincidecon este gusto suyo por la música ma la.por las formas artísticas que ya han d .jada de serv igentes? No digo que amuy notoria en su Llanto. pero si enotras obras suyas. sobre todo en el Ro­mancera gitano. (Jaime Gil de Biedmse ocupa de este tema. con su carac t .rística lucidez. en una entrevista r cog i.da en El homosexual ante la soci d denferma. Tusquets. Barcelona. 19 78 .)

Desafortunadamente. no es po Iblcomentar aquí todos los punt os d mt ­rés que contienen los ensayos m nCIO­nadas. Unos son más sustancial s QU

otros. pero todos ayudan de algun ma ­nera a enriquecer nuestro ccno cimi ntodel poeta y de su tiempo. Así form n unsugestivo apéndice a un trab ajo qu yde por sí const it uye una aport CI6n

muy valiosa a la nueva bibliografi a lor ·quiana.

James Valender