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Secuencia. Revista de historia y ciencias
sociales
ISSN: 0186-0348
Instituto de Investigaciones Dr. José María
Luis Mora
México
Lanteri, Sol
Un vecindario federal. Políticas oficiales y "servicios a la patria" en la frontera sur bonaerense durante
el gobierno de Rosas
Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales, núm. 81, septiembre-diciembre, 2011, pp. 95-127
Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora
Distrito Federal, México
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=319127440005
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Página de la revista en redalyc.org
Sistema de Información Científica
Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
, ,,' Sol Larüeri '"
Doctora en H istoria por la UNCPBA, Tandil, y magíster en H istoria Iberoamericana por el CSIC,Mad rid, H a realizado estudios posdoctorales en la U niversitat de Girona, Ha recibido becas ysubsidios de investigación de la Fundació n Antorchas, la uNMdp, la Fundación Carolina y elCONICET. Ha sido docente de H istoria Argentina e Iberoamericana en la UNMdp, la UBAy dietadosemi narios y conferencias en la UAH, la udc y el Instituto Ortega y Gasset , España. Miembro delCONICET y secretaria de la Red de Estudios Rurales en el Instituto Ravign ani , UBA. Miembro dela AsAIH, la SAA y la LASA. SU área de interés es la historia rural del siglo XIX. H a publicado art ículos y capítulos de libros en Argentina y España, como en QllintoSo!, ¡¡'I/tIldo Agrario, Probistoria,Estndios Trasandinos, A 11IIariode Estndios Americanos, Historia Agraria y Revista de Indias.
Resumen
En este trabajo se sostiene que la implementación de políticas singulares de colonización enla frontera sur de Buenos Aires (Azul y Tapalqué) por el gobierno de Rosas contri buyó, juntocon otras cuestio nes, a generar un "vecind ario federal" que legitimó y defendió el territoriofronterizo y la federación rosista mediante elservicio de armas, inclusive hasta su caída en1852. Mediante un análisis cualitativo y cuantitati vo de fuentes complementar ias, se recons-
tru ye el perfil y la praxis efectiva de diversosagentes que intervinieron en el proceso --comocampesinos e indíge nas-, destaca ndo las reciprocidades y contraprestaciones de bienes yrecursos por servicios pú blicos entabladas entreel gobierno y la población vernácula, que complican las lecturas historiográficas tradicionales de corte unilateral y coercitivo en la relaciónentre los caud illos y las sociedades rurales enIberoamérica.
Palabras clave:Frontera sur de Buenos Aires, gobi erno de J uan Manuel de Rosas, polít icas oficiales,
sociedad rural, servicio mil iciano, contraprestaciones y reciprocidades.
Fecha de recepción:junio de 2010
Fecha de aceptación:diciembre de 20 10
A Federal Neighborhood. Official Policiesand "Services to the Nation"
on the Southern Border of Buenos Airesduring Rosas' Government
SolLanteri
P h. D . in H isrory from UNCPBA, Tandil, and MA in Lat in American Histo ry from CSIC, Madrid .H as pursued pos t-doctoral stu d ies at rhe Universiry of G iron a. H as received research g rant s andsu bs idies from Fundación Antorchas , UNMd p, Fu ndación Caroli na and CONICET. H as raughrArgentinean and Lat in Ame rican h istory at UNMdp , UBA and given sem ina rs and lectures ar UAH,udo and th e In stituto Ortega y Gas ser, Spain. Member of CONICET and secrerary of th e N etworkof Rura l Studies of th e Instituto Ravignani, UBA. Member of AsAIH, SAA and LASA. H er field of inrerest is 19[hcenrury rural history. H as published ar ricles and book chapters in Argentina and Spain,in QlIintoSol, MundoAgrario, Probistoria, Estadios Trasandinos, /uutariode Estndios Americanos, HistoriaAgraria and Revista de Indias.
Abstraet
This paper holds thar th e implernenrarion ofun usual colonization po licies on th e southernborde r of Buenos Aires (Azul and Tapalqué) byRosas' governme nt contribu red , among ot herthings, to th e crea tio n of a "federal neighborhood" which leg it im ized and defend ed th e border terri to ry and th e Rosas federa t ion throughthe arm s serv ice, until h is defeat in 1852. Aqualitati ve and quanrirar ive ana lys is of com pl ernen rary sourc es is used to reconstruct th e
p rofil e and effective praxis of va rious agenrsrhar inr ervened in rhe process, such as peasa ntsand ind igenous peopl e, h ighlighting the reciproci t ies and compensations of goods and services by public services esrablished be tweengovernme nt and th e vernacular popularion, tharadd a degree of com plexity to th e trad itiona lunilateral and coercive historiographical inrerpretarions of relations between caudi llos andru ral socie ries in Lat in Ame rica.
Key words:Sourhern border of Buenos Aires, govern me nt of] uan Manuel de Rosas, officia l policies,
rural society, rni li tary serv ices, compensa tio ns and reciprocity.
Final subm iss ion:June 2010
Acceprance:Decemb er 2010
Un vecindario federal. Políticas oficiales y"servicios a la patria" en la frontera sur
bonaerense durante el gobierno de Rosas*
SolLanteri
I NTRODUCCIÓN
La participación de indígenas y campesinos en la conformación de losEstados republicanos y la ciudada
nía en Iberoamérica durante el siglo XIX
está siendo reexaminada por la historiografía desde hace algunos años. Así, cuestiones tales como el servicio armado enlos ejércitos, mil icias o guardias nacionales, su participación en revoluciones olevantamientos, su intervención en losprocesos electorales, la defensa de sus intereses territoriales, sus tradiciones culturales y adscripc iones étnicas frente a lasimposiciones estatales, entre otras, consti-
* Este artfculo constituye un resum en de! capítu lo 4 de mi tesis doctoral en H istoria "Un vecindatia federal. La construcc ión del orden rosisra en lafront era sur de Buenos Aires. Un estudio de caso(Azul y Tapalqu é)", lEH5-UNCPBA, Tandil, Argent ina,2008, que fue d irigid a por e! doctor J orge Ge!ma n(Cosn cnr/Insncu ro Ravignani-u na ), y se entronca con mi proyecto de investiga ción posdocroral y
de ingreso a Carrera de Invest igador Cient ífico de!CONICET. Agrade zco a la doc to ra Flavia Mncías(CO NICET/uNT) por sus aport es temát icos y al licenciado J uan J osé Santos (Insti tuto Ravignani-una) porsu colaboración en la confección del mapa. En estaversión la g rafía de los textos citados fue actua lizaday corregida.
tuyen temas aún abiertos en la agenda historiográfica actual. 1
Para el caso argentino, la renovaciónde los estudios sobre historia política, ruraly de fronteras desde la década de losochenta ha producido fecundos resultados en lo relativo a la complejidad querevistió el proceso de conformación estatal poscolonial luego de la revoluciónindependentista, en vinculación con diferentes agentes y sectores urb anos y rurales.? En este marco, la tem ática de loscaudillismos decimonónicos ha sido reexaminada en el Río de la Plata -tanto parael Litoral como para el Interior- desde
I Entre otros, Escalante, Ciudadauos, 1992;Josephy Nugenr, Eueryday , 1994; Peralta e Irurozqui ,Concordia, 2000 ; Quijad a, Bernand y Schneid er,Homogeneidad, 2000; M all ón, Campesino , 200 3 ;Irurozqui, "Ciudadanos", 2006, pp . 35-46; Ménde z,"Paradojas", 2006, pp . 17-34; Gar da, Estado, 2007;Mandrini, Escobar y Ortelli, Sociedades, 2007, YIanreriy Sanrilli, "Consag rando", 20 10.
2 Estado s de la cuestió n resp ect ivamenre enSábaro, "Ciudadanía", 2000; "Political", 2001; "Vida",2003, pp . 9-22 , y Plleblo, 2005; Garavaglia y Gelman,"M ucha", 1998 , pp. 29-50 ; Frad ki n y Ge lman ,"Recorridos", 200 4, pp . 31-54 ; Fradkin , Historia,2006 ; Mandr ini, "Ind ios", 1992, pp . 59-73; "Fronteras", 1997 , pp , 23-34; "Hacer", 2003, pp. 15-32,YRareo, "Debate", 2003 , pp . 105-1 26.
Secuencia [97] núm. 81, septiembre-diciembre 2011
nuevas perspectivas analíticas que consideran aspectos institucionales, de legalidady legitimidad política y de relación compleja y condic ional con diversos sectorescomo centrales en la constitución de losmi smos, esto por encima de la arbitra riedad, la anarquía y el uso exclusivo de lacoerción que planteaban las visiones tradicionales ancladas en el paradigma sarmientino de "civilización o barbarie'l.' Estas conside raciones son, ergo, extensivasal "caudillo de caudillos",Juan Manuel deRosas, que gobernó la provincia de BuenosAires y la Confederación Argent ina durante 20 años (1829-1832 y 1835-185 2),hasta su caída bajo el Ejército Grande liderado por Justo J osé de Urquiza en labatalla de Monte Caseros, el 3 de febrerode 1852.4
Dentro de esta revisi ón dis ciplinar,pesquisas recientes sobre el ordenamient opolítico y militar en la campaña porteñaindependiente han recalcado el efecto disruptivo de las continuas g uerras y conflieros para el forjamiento y manutenciónde un orden social estable, además de laregularidad con que los sectores ruralesmigrantes y de men ores recursos era nreclutados en el servicio militar provincial, a diferenci a de los que tenían residencia estable. " Se ha planteado asimismola relevancia que insumieron los gastosmilitares en la conformación estatal, quehabría implicado una gran continuidaden el control y reclutamiento de la pobla-
3 Ent re orras Lynch,jlla ll, 1997..j G oldman y Salvarore, Caudillismos , 1998;
Goldman, Nueua , 1998; Fuente, Cbi ldreu, 2000 ;Salvatore, \Vallderillg, 2003; Schm ir, Ruina, 2004;Buchbinder, Caudillos, 2004; Gelman, Rosas, 2005 , yFradkin, Historia , 2006, ercérera.
5 Míguez, "Gu erra", 2003, pp. 17-38.
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ci ón campesina entre los periodos rivadaviano'' y rosista, recayendo tanto en losmigrantes de menores recursos como enlos vecinos domiciliados de la campaña;aunque con una consideración diferentepor parte del gobierno de Rosas que, alcontrario de sus predecesores, habría sidomás deferente y cuidadoso con ellos, porhaber sido cent rales en el mantenimientodel orden estatal.7
La importancia del ejército y la mil icia durante el rosismo ha sido destacada,afirm ándose además su fracaso en tanto"escuelas de disciplina social" impuestaspor el gobierno para fomentar en los paisanos nociones de orden, jerarquía, obediencia y respeto a los derechos de propiedad de corte liberal, planteando unagran interdependencia con el mercado detrabajo, donde habrían aprendido a negociar con sus pa trones ante la escasez demano de obra y recibido paga e incenti vosque hab rían reproducido en su relacióncon estas instituciones públicas. Se ha sosten ido que tanto la estancia como el servicio militar, en vez de haber actuadocomo lugares de confinam iento y de regeneración social y moral , fueron urili zadospor los agentes subalternos -especialmente por la clase "peón de campo", en quienrecayó mayormente el servicio obligatorio- para negociar y resistir el contratocon sus superiores, mediante distintasestrategias ind ividuales y colectivas, generando espacios de nivelación social y decreación de identidades y solidaridades
6 Por per iodo rivadaviano aludimos a los primeros años de la década de 1820, cuando se dieron susranciales reformas en los niveles de la adminisrraciónestata l, Para más deralles véase Ternavasio, "Reformas", 1998 , pp . 159- 199.
7 Garavaglia, "Ejército", 2003 , pp . 153-187 .
S OL L ANTER I
horizontales y vert icales, aunque atravesados también por d icotomías no igualitari as como vecinos-transeúntes, soldadosde línea-milicianos , etc éte ra."
Con todo, pese al relevante aporte deestas investigaciones, hasta el momentose han realizado escasos estud ios particulares que permitan confrontar estas consideraciones con las realidades locales, especialmente en lo referente al perfil social yla práctica efect iva de los agentes, sob retod o para áreas de frontera. El objet ivo deeste traba jo es analizar la importancia quelas políticas oficiales de colonización enAzul y Tapalqué tuvieron en el desarrollo de un "vecindario federal" que, siendolegalmente excep tuado del servicio militar provincial, defendió mediante el servicio armado al" territorio fro nterizo y alrégimen rosista en las principales coyunturas crít icas que atravesó, inclusive hastasu caída en 185 2. Se intenta desvelar además la composición y el perfil de la milicia y las implicaciones que este servi ciopúblico tuvo en la relación entre el Estadoprovincial y la sociedad rural , especialmente con los grupos campesino e ind ígena,pues si bien la coerción no estuvo ausente, las reciprocidades y contraprestac ionesfueron medulares en su interacción ,
D e esta forma , en primer lugar describiremos los rasgos centrales que presentóla colonización vern ácula, signada por laintervención estatal y la creación de unespacio fronterizo de población civil mayoritar iamente criolla e indígena. Luego,analizarem os la composición y el perfilsocioeconómico que presentó la milicia;
H Salvatore, "Reclutamiento", 1992 , pp. 25-47 ;"Mercado", 1993, pp. 59-92; "Expresiones", 1998,pp. 189-222; "Consolidación", 1998, pp . 323-380,y \'(fcmc!erillg, 2003.
U N VECINDARIO FEDERAL
y finalmente, abordarem os su participaci ón armad a en d efensa del espacioterritorial y del régimen resista en lasprincipales coyunturas crí t icas que atravesó, hasta su finalización en 185 2 .
RESGUARDANDO LA FRONTERA A TRAVÉSDE SU POBLAMIENTO
Si bien la colonización de la campa ña bonaerense se reali zó en diferentes oleadasdesde el periodo colonial, a partir de 1820el Estado provincial de Buenos Aires desarrolló distintas medidas de avance haciael territorio al sur d el río Salado, hastaentonces límite natural con las poblaciones ind ígenas, que se vieron acompañadase incluso precedidas por el poblamientoesponráneo.? En pleno proceso de expansión austral y de forma casi coincidentecon la realizac ión de su campaña militaren el río Colorado, 10 Rosas dispuso la entrega de parcelas públicas de pequeñasmedianas dimensiones en forma de "donaciones cond ic io nadas" en el ár ea rurallindante con el ejido del pueblo de Azul ,establecido oficialmente a fines de 1832 ,mientras el cantón militar de Tapalquéhabía sido erig ido en 183 l.
Las "donaciones condicionadas" constituyeron un a modalidad singular estab lecida desde el Estado provin cial , porquea pesar de que ya había habido asignaciones de tierras realengas o públicas a manosde particulares desde la época colonial, suentrega no había sido tan sistemática niconcentrada geográficamente, además depresentar un tamaño medio mucho más
9 Ban zaro y Lan reri , "Forjando", 2007, pp . 43 5458.
10 Rosas, Diario, 1965.
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reducido, de 2 025 hectáreas cada una.Estas fueron denominadas "condi cionadas" debido a que, para obtener los títulos de propiedad, los pobladores debíancumplir con condiciones de asentamiento reg ula r, puesta en producción y defensaarmada, que se detallan en los decretos de 1829 y 1832 que permitieron estosrepartos .11
Aunque la colonización de la fronteraa través de donaciones sistemáticas de tierras como aliciente para el establecimientode pobladores hispano-criollos constituyó,entre otras, una de las políticas centralesdesarrolladas durante el proceso de construcción del Estado y la nación, tanto enArgentina como en otras regiones deAmérica durante el siglo XIX, su concreción exitosa durante el primer tramo dela centuria en la región bonaerense seadvie rte , segú n la información con quese cuenta hasta el momento, exclusivamente durante el gobierno de Rosasy parala zona de estudio.12
En jun io de 1832, Rosas advi rtió lanecesidad de concretar la normativa de1829 debido a las condiciones de pobrezaque el levantam iento de diciembre de1828 13 y la sequía de 1829-1 832 habían
11 Infesta, Pampa, 2003, y Lanteri , "Vecindario",2008 .
12 Gara vaglia, "P ropied ad", 2004, pp . 65 -106 ;H alperín, Proyecto, 199 5; Gallo , Pampa, 1983 , yDj end eredji an , Agricnlttrra, 2008 . De hecho, hubodiferentes int ent os de fundació n de colonias ruralespara inm igra nt es y criollos por part e de los gobiernos rioplatenses desde finales del dominio hispánicoy du rant e el periodo ind ependiente, en su mayoríatruncados por d iversas razones. Una sínt esis act ualizada en Djend eredjian , Agrim/tllra, 200 8, cap. IV,
pp . 183-243.'-' La "revolución decernbri sta", o sea, el derroca
miento de Manuel Dorrego por una revolución enea-
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prod uc ido en la población ru ral. Pormedio de un nuevo decreto, el gobiernoestableció la voluntad de constituir unapoblación regular en Azul y en la nuevalínea de campos fronterizos del estado,otorgando cuatro leguas de tierra para laconstrucción del ejido del pueblo, que nose permitirían que fuesen disputadas porlos pobladores. Además, se propuso la anulación de los derechos de los enfiteutas!"cuyas tierras estuvieran comprendidas enel área, a cambio de su compensación conuna o dos "suertes de estancia" , que serían otorgadas según las disposiciones deldecreto de 1829. Asimismo, hasta la designación de los juecesde paz, el gobiernose encargaría de nombrar a una personaresponsable para dis t ribuir los terre nospara el ejido y los campos fiscales de Azuly los ejidos de las g uardia s Argentina,Blanca y Mayo.15
El ítem 12° del decreto de 1829 establecía que: "Queclan exentos el poblador, su familia y peones de todo serviciomilitar, que no sea para la defensa de lafrontera en que se halle poblado"; mientras el 14° sostenía: "Se habil itarán porahora de armas a los pobladores; pero en
bezada por el general Juan Lavalle, un itario, con elapoyo de secrores port eños del parti do.
14 La enfiteusis fue una modalidad instaurada de1822 a 1843, qu e consistía en el usufructo de amp liasextensiones de tierras por parte de parti culares conuna renovaci ón temporal pautada a cambio del pagode un bajo canon al Estado, que era su propietario.Infesta, Pampa, 2003 .
15 Decreto del 9 de junio de 1832, en Registro,187 4 , pp . 17- 21. l as g uard ias Arg entina, Blanca"Grande" y Mayo estaban simadas en los actuales partid os de Bahfa Blanca, Ol avarr ía y 25 de Mayo, respect ivamente. l a primera se fun d ó en 18 28 y lasegunda tuvo una corra existencia debido a su situa ción front eriza.
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lo sucesivo estarán obl igados a acudir a ladefensa de sus respectivas fronteras , consus armas y sus propios caballos 't.!? Estascon sideracion es resultan centrales paraentender la voluntad del gobierno de crearuna estruc tura de poblamiento y defensade la frontera que recayera en las propiasmanos de los vecinos' ? que se asentaranen ella, q ue se rían excep t uad os nadamenos que del servicio mili tar provin cialy obligados conforme el tiempo a acud ira la custodia del territorio con sus propiosrecursos. Si bien la estrateg ia de resguardodel espacio provincial mediante la línea defuertes, forti nes y de poblados civiles asícomo la implementación de cuerpos regulares, erc., tiene raigambre colon ial, en lazona de estudio la concreción de las cesiones gratui tas de terrenos fiscales ge neróel esta blecim ient o efectivo de poblacióny la p uesta en marcha de la producciónagra ria, además de la relevanc ia del servicio m il ician o local frente a las fue rzasreg ulares, que como verem os más ade lante, fue un a constante durante todo elperiodo.!"
Esta idea de conver tir al soldado envecino y propietario mediante la ent regade tierras públicas para evitar su migración pos terior a otros partidos luego delcumplimiento de su servicio m ilitar, junto con el esta blec imiento de poblacióncivi l criolla e indígena, puede rast rearseen los escr itos de Pedro Andrés Garcfa,fun cion ari o de importante trayector ia
16 Decreto del 19 de septiembre de 1829, enRegistro, 1874, pp . 17-21.
17 Nos referimos a los pobladores arraigados territorialment e y con obligaciones y derechos adquiridos. Véase Cansanello, "Súbditos", 1995, pp. 113139, YSlÍbdilos, 2003.
IX Lanteri, "Vecindario", 2008.
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rardocoloni al y de las p rimeras décad asindependientes, a quien el mismo Rosasadmiraba y del cual tomó varios aspectospara la definición de sus propios proyectos fronterizos . Como se ha indicado oportunamente, García propugnaba una política de defensa de la front era a través delpoblamiento, que ten ía precedentes en lalínea de fortines de Vértiz o en las propuestas de Azara para la Banda Oriental , asegura ndo su resguardo mediante alarraigo territorial y al cuidado de las familias de estos campesinos-soldados dedicados a actividades productivas y al come rcio con los indios. Adem ás, afirmaba queno sólo constituiría la mejor forma de protección sino la menos onerosa, ya que estafuerza miliciana local no debería ser mantenida constanteme nte por el fisco com oen el caso de las tropas regulares."?
Vemos ent onces que estas cuestio nesfueron revitalizadas por Rosas en su polít ica de fronteras, pues la zona de estudiopareciera adecuarse casi literalmente a suspropuestas, siendo, como destacamos, uncaso singular en el contexto de poblamiento de la campaña bonaerense. F" En unmarco de guerras y conflictos constantes yde precar iedad mat erial del Estado provincial en ciertas coyunturas cr íricas;"cuya soberanía se estaba expandie ndo y
19 Gelman, Funcionario, 1997 , pp. 33.21l Sabemos que en Federación se entregaron cha
cras de cult ivo a tribus ind ígenas, aunque no a lossoldados, que contaban para su subsistencia con unaquinta del Estado de forma colectiva (Ra t to , "Poblamiento", 2002), Yque hubo premios y donacionesen orros partidos, pero no se conoce hasta el momentoun ejemplo concreto de colonización oficial con lasparticularidades del de Azul.
2 1 Míguez, "Guerra", 2003 , pp . 17-38, YHalperín, Guen», 2005.
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consolidando en la frontera sur, la utilización de recursos existentes como tierraspúblicas y los m igrantes que iban estableciéndose con el incentivo del repartogratuito no constituye un a cuestión menor, ya que de este modo podía disponerde sus ingresos para utili zarlos en otrosfrentes, controlando el gasto fiscal sin dejarde atender sus principales objetivos . Elaparato coercitivo oficial y su control recaerían, por consiguiente, en el plano local-con estricta y d irecta incumbencia delgobierno provincial- y, además, se articularía el espacio austral al proceso de expansión ganadera. 22
Según nuestra pesquisa, hemos comprobado que a fin de hacer más efectivala asignación de las suertes, el ros ismoanuló los derechos de los enfiteutas establecidos in sitn desde 1820, no los indemnizó con suertes ni con otras tierras segúnesta blecían los decretos respectivos, nopermitió ni siquiera que otros pobladores"unitarios" fueran considerados como talesy estableció claramente que no se permitiría que personas de esta tendencia política admi nistrasen o sirviesen en los establecimientos de las suertes, teniendo lasautoridades locales un papel destacado enel proceso. Esto porque la distribución delas suertes era de vital importancia política para el rosismo, en cuanto le permit íaampliar su base social en un a coyunturade fortalecimiento de sus bases de poder,además de contribuir a expandir la soberan ía oficial sobre el territorio austral eincorporar tierras y recursos al procesopecuario en marcha."
La implementación de las donacionesestuvo estrechamente vinculada a la pol í-
22 H alperín , "Expansión", 196 3, pp. 57 -110.23 Lanceri, "Vecindario", 2008.
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tica indígena g ubernamenral.i" El "negocio pacífico de ind ios" consistió en unacontraprestación de b ienes y serviciosentre el gobierno y alg unas t ribus q ueim p li có que , a cambio d e asis tenciamédica para sus caciques y ent regas periódic as de ganado (equino y vacuno), vestimenta y "vicios de costumbre" (yerba,azúcar, ag uard iente, tabaco, sal , etc.), los"indios amigos" debían ayudar en las milicias provinciales y en las campañas contra los "unitar ios'? ", cumplir servicios dechasque y laborales, custodiar las fronteras y controlar a los "indios aliado s" ylos "indios enem igos" establecidos en laprovincia.i "
En el marco de estos acuerdos inter étnicos, las tribus de "indios amigos" de loscaciques Catriel y Cachul m igraron enagosto de 18 32 del esta blec im iento deRosas , "Los Cerrillos " -en Monte, donde estaba n asentados con sus to lde ríasdesde la década de 1820- a Tap alqué,donde permanecieron por muchos años,incluso hasta finales de la centuria pese a
24 Lanteri, "Pob ladores", 2002, pp. 11-42 ; "Esrado", 2005, pp. 251 -283, Y"Verdad era" , 2007.
25 Para la parricipació n de gmpos indígenas en lasm ili cias y conflicro s criollos de faccio nes duranrelas primeras décadas indepe ndienres véase Bechi s,"Fuerzas", 1998, pp . 29 3- 317.
26 Los primeros fuero n los que conciliaron rrarados de paz (orales, como era cosru mbre del gobernador) y esraban esrablecidos denrro de la zona de fronrera cercana a los fuertes o pueblos, como las rribus delos caciques Venancio, Catrie l y Cachul, que esruvieron asenrados en Azul y Tapalqué; los seg undos comprend ieron los grupos qu e se ubicaban en las pam pas fuera del rerrirorio provi ncial y realizaban rareasde espionaje para el gobierno , y los úlr imos, fueron losque no pactaron con esre y pudi eron manrener suauro nomía polít ica y territorial, como los indios tanqueles. Rano, "Experiencia", 2003, pp. 19 1-222.
SOL LANTERI
algunos interreg nos.V Antes de la fundación del pueblo de Azul estaban establecidas en el lugar las tolderías de Venancio,que partic ipó de la expedición fund adorade Bahía Blanca en 1828 y migraría luegoallí, dado el gra n crecimie nto demográfico de aquel, en la década de 1830, queestaba ya "invadiendo las tolderías".28
La región de Azul , Tapalqué e Independencia fue el centro del "negocio pacífico" dentro de la provincia de BuenosAires. En Tapalqué había 2 638 aboríge nes asentados en 1832 (899 indios de pelea, 970 mujeres y 769 niños); 2650 en1836, y 1 833 hacia 1840 (655 indios depelea, 658 mujeres y 520 niños respect ivamente), luego que malones previos diezmaron en par te a la población de "indiosamigos" . Sin em bargo, mani festó paratodas las fechas la mayor cantidad de estossobre los otros fuertes como Federación,Mayo, Independencia y Bahía Blanca;"?not ándose de forma ostensible la nada desdeñable fuerza militar indígena acompañada de signi ficativas estruct uras familiares. Acorde al censo provincial efectuadoen 1854, Tapalqué albergaba la significativa cifra de "6 000 indios", frente a unapoblación criolla local, mucho más redu cida, de 515 habitantes.é''
La numerosa población indígena coexistió con la criolla de una forma bastantearmónica pese a algunos periodos conflict ivos durante el periodo. Si bie n huboasentamiento "blanco" previo en la regiónmediante el usufructo enfitéutico desde eldecenio de 1820, el establecimiento de
27 Ianreri y Pedrotta,"Mojones", 2009, pp. 101-129.28 Rano, "Negocio", 1994, p. 39, las cursivas son
mías.29 Rano, "Experiencia", 200 3, p. 210.3(1Primer, 1872, p. 18.
U N VECINDARIO FEDERAL
población criolla fue notable en la primeramitad del siglo y concomi tante al poblamiento de las "suertes de estancia" a partir de 1832, con una tasa de crecimientoporcentual anual del 4. 1% ent re 1838 y1854, sin gra ndes ajustes territoriales."
Las suertes fueron rápidamente ocupadas y puestas en producción por partede dist intos tipos de pobladores dedicados a actividades productivas y comerciales, siendo en su mayoría productorespeq ueños y medianos, aunque junto conotros muy gra ndes con diversificación enla campaña. Tanto el análisis del perfilsocioeconóm ico como el de la tenenciade la tierra a nivel local coinciden en estepunto, incluso hasta 1860. 32 Con todo,aunque la mayoría de los donatarios pudopoblar, poner en producción sus camposdes de el m ismo m omento en que losadquirieron del fisco y aun transferir susderechos de posesión sin haber obtenidolos títulos formales, fue a partir de la leydel 21 de octubre de 185733 y en las décadas siguientes que pud ieron legitimarsus derechos como propieta rios legalesmediante la escrituración, ya sea los donatarios originales, sus herederos u otros pobladores posteriores.34
Vale destacar finalme nte que la adj udicación de los terrenos estuvo en manosde las autoridades vernáculas designadaspor el gobierno provincial. El estudio del
3 1 Lanreri, "Pobladores", 2002 , pp . 11-4 2.32 Ianteri, "Estado", 2005, pp. 251-283; "Pobla
dores", 2002, pp . 11-42, Y"Vecindario", 2008.33 Esta norma permitió el acceso legal a los cam
pos, en caso de que [os pobladores hubiesen cumplidocon las condiciones de poblamiento y defensa armadaestablecidas por el decreto de 1829.
3·1 Infesta, Pampa, 2003 ; Lanreri, "Vecindario",2008 , y Estado , 2009-20 11 Y20 11-20 12.
103
elenco regional de au toridades políticas,rel ig iosas y m ilit ar-milicianas ha desvelado la relevancia de las relaciones personales y familiares en su designación porparte del gobernador, además de la estabilidad de sus funciones durante el periodo.La resignificación del vínculo y la con fianza, a través de incentivos materialesy/o sim bólicos como tierras fiscales, ascensos, medallas, exenciones impositivas, etc,fue constante, si bien tam poco faltó laimposición de coerción, de particular relevancia en Azul y Tapalqué dado su carácter de frontera, donde hubo una importante diversidad socioétnica y un dominioestatal en construcción personalizado principalmente en las autoridades regionales.P
H ab iendo descrito entonces las caracterís ticas centrales del poblamiento local,a continuación analizaremos los rasgos quepresentó la milicia.
COMPOSICIÓN y PERFIL DE LA tvULICIA
Según hemos referido hasta aquí, la singular política de colonización vernáculageneró que en esta región fronteriza hubiera mayoría de fuerzas milicianas sobreregulares, estando además exentas de realizar el servicio armado provincial. Lanorma legal q ue regía para la composició n y ordenamiento de aq ue llas . teníaanclaje en el periodo rivadaviano que, asícomo otro utillaje institucional proveniente de esta etapa, fue revitalizada por elrosismo. Vale subrayar que en 1821, entreel conj unto de reformas efect uadas por la"feliz experiencia" para paliar el gasto fiscal, una vez term inada la guerra de Ind e-
35 Lanteri, "Vecindario", 200 8.
104
pend encia, la reforma militar implicó labaja de más de 200 oficiales del ejército delínea y su pase a retiro conforme a la antigüedad de su servicio y la reorganizaciónde l servicio miliciano para acompañara las fuerzas regulares, que se orientaron ala defensa de la frontera en plena etapa deexpansión ganadera.36
La ley de milicia de diciembre de 1823estableció la dist inción entre la activa yla pas iva, recayendo la primera sobre loshombres preferentemente solteros conarraigo en el país, o los casados que ruvieran menos hijos, entre los 17 y los 4 5años, para suplir la insuficiencia del ejér cito permanente -que tenía la poderosaBuenos Aires a dife rencia de otros Estados provincia les- para la defensa y seguridad del territorio. El enrolamiento seharía con la intervención de la justicia civila ocho años de servicio pero sin estar obligada una misma fuerza a prestar más deseis meses de servicio de armas continuoy, m ientras este durare, recibirían la misma paga que el ejército regular en cumplimiento del código militar. En tanto, lam ilicia pasiva comprendería a los habitantes de entre 4 5 y 60 años y sería convocada sólo ante casos de invasión o rebe lión . Fuera del alistamiento activose encontraban los enfermos impedidosde cump lir el servicio y los extranjerost ranseúntes, entre otros. ?"
A partir de este momento fueron creados los regimientos de caba llería de milicias de campaña, que llegaron a ser seisen total, formados por cuatro escuadronescada uno, y a su vez cada escuadrón pordos compañías, con d istinta jur isd icción ,
36 Ternavasio, "Reformas", 1998 , pp. 159-199.37 Cansanello, Slíbditos, 2003, p. 80, YRegistro,
1874.
SOL LANTERI
según los partidos, y compuestos de unaplana regular y una miliciana con sus respectivos jefes y oficiales. Las fuerzas milicianas fueron creadas para complementarel auxilio de las regulares cuando les fuerarequerido y tenían una gran variedad detareas que consistían en actividades desde la asiste ncia m ilitar o a los jueces yotras au to ridades locales , la vigilanciade cárceles y polvorines, hasta el transporte de víveres y animales , la participación enguardias, celadores del campo en partidasmenores, etc.; pues fue justamente la versatilidad su característica común. Además,recibían adoctrinami ento regular en el usode las armas y de la discip lina militar, reglado incluso por el Registro Ofi cial dela Provin cia:" así com o también continuas arengas militares desde las cuales seles trataban de imponer normas y valorescomo fide lidad, obedi encia a la causa ysus autoridades, etc. Vale cit ar a modo deejemplo el discurso de inicio a la miliciade in fantería efectu ado por Manuel Capdevila en 1846, quien proclam aba:
¡Mi[jtares! Qu e nos queda sólo en fama vuesrros primeros ensayos, ya es llegada la ocasión de hacer resplandecer el juramenro queprestaro n los padres de la parria. Consrancia,m ilirares, el valor y la forraleza un ida a lavir tud y subordinación; deben ser vues rradivisa. Si esto efectuases y cumplieses conrecti tud . H abeis llenado los deseos del que
3H Por ejemplo, según los decreros núm . 1 691 ,del 26 de agosro de 1845; núm. 1696, del 25 deocrubre, y n(101. 1697 , del 26 de ocrubre del corriente, Registro, 1874, pp. 49-51 y 57-59, respecrivarnente; el núm . 1749, del 19 de septiembre de1846, ibid., pp. 58-59 , y el núm . 1801 , del 12de julio de 1847, que modificó los anter iores, ibid. ,1'1'. 73-79.
U N VECINDARIO FEDERAL
hoy com o delegado sup remo de la naciónpreside vuerros desrinos.t?
Asimismo, ha sido señalado que sibien en la práctica muchas veces la mi licia se mezclaba con el ejército regular ypod ía ser receptora de las mismas carenciasmateriales y/o abusos por parte de la oficialidad, recibían otro trato y respeto, dadoel carácter simbólico que implicaba la contrapartida de su servicio público obligatorio en un derecho como el de votar y formar parte de la "ciudada nía" coetánea, oel de avecindarse y trabajar, etc., contandocon un capital social distinto al de los soldados regulares, menos enraizados terri rorialrnente."?
En la zona de estudio observamos queestos argumentos son acertados, pues estosvecinos-milicianos no sólo fueron receptores de las cesiones gratuitas de las suertes sino que participaron en gran medidaen la legitimidad del régimen a nivel electoral," constituyendo adem ás el pilar donde se asentaba la defensa territorial de lareg ión por sobre las fuerzas regulares. Enun ámbito fronterizo con gran magnitudindígena y con personas capaces de armarse y rebelarse constantemente o de nocooperar con las asistencias requeridas porsu eventual incompatibilidad con el trabajo rural u otras razones , el consenso , ladeferencia y las reciprocidades debían serparticularmente contempladas, además dela coerción impuesta por el régimenmediante las autoridades locales.
39 AI-IPBA, Ju zgado de Paz de Azul y Tapalqué, 9de enero de 1846, 39-1-3A.
40 Cansan ello , Stíbditos, 2003; Salv aror e,\,(lclllderi/lg, 2003, y Sábaro, Pueblo, 2005.
4 1 Lanreri, "Fronrera", 2008, pp. 15-40, YLanteriy Santil li, "Consagrando", 20 10_
105
Entonces, en la región fue predominante la fuerza miliciana por sobre la regular, aunque hubo algunos piquetes de líneade los regimientos 3°, 5° Y6° de mil icias de campaña , que tuvieron jurisdicción en el sur.42Según un estado de fuerzaenviado por el coronel en jefe del 6° Regimiento de Milicias Patricias de Campaña, Prudencio Rosas, que bimestralmentelo hacía a su hermano menor el gobernador, le comentaba que durante el periodocorrespondiente a septiem bre y octubrede 1835 la cantidad de fuerza enroladahabía estado compuesta por la significativasuma de 1 226 milicianos entre los escuadrones 1° de Quilmes, 2° de San Vicente,3° de Ensenada y 4° de Magdalena, más289 patricios de infantería (entre soldadosy ofi ciales) ent re la 1" Compañía deQuilmes y la T de Ensenada. Por su parte,el escuadrón de línea de dicho regimientose encontraba en su hacienda de SantaCatalina, en Azul, compuesto por dos compañíascon un total de 435 individuos.v' Esimportante destacarademás que fue el propio Prudencio el encargado de reorganizar a los regimientos 5° y 6° y nomb rary disciplinar a sus oficiales, luego de la depuración de los cuadros que realizó Rosasa partir de la crisis producida al interiordel federalismo porteño y la campaña enel río Colorado entre 1833 y 1834.44
42 El 5° Regimiento fue creado en 1826 con jurisdicción en el parrido de Mansalva, y el 6° Regimientorenía jurisdicción en los parrido s más ausrrales conforme la expansión fronteriza, y su plana mayor residía en Azul, comandada por Prudencia Rosas.
43 Carra de Prudencia Rosas a Juan Manuel deRosas, hacienda de Sama Caralina del Azu l, 2 denoviemb re de 1835, en AGN, x, 25-1-4.
4·1 Lanteri, "Vecindario", 2008, y Gelman y Lanreri, "Sistema", 2010, pp . 8 1-98 .
106
Asimismo, en los primeros años de lacolonización regional hubo un importantecrecimiento de la población mil itar entre1836 y 1838 por decisión política, pasando la tropa de estar compuesta por 92individuos a estarlo por 607 y la familia detropa de 19 a 22, contribuyendo al notable aum ento poblacional registrado en elpartido en el breve lapso de agosto de1836 a febrero de 1838, en que fueronefectuados los padrones respect ivos, yconstituyendo 22.2% del total de habitantes del part ido en 1838 . Est a cifracorresponde con la que se ha registradopara el estudio de los malones de 1836 y1837, de 660 milicianos de los regimientos 5° y 6° en Azul y Tapalqué para estaúltima fecha,45 y tambi én con la del juzgado de paz de Azul, que destacó la existencia de 655 milicianos al 1 de junio de1838.46
El carácter civil y local de las fuerzasmilicianas puede apreciarse mejor conalgunos datos cuantitativos que hemospodido recabar. Veamos entonces la información que tenemos sobre la 1"Compañíadel 5° Escuadrón del 5° Regimiento deMilicias de Caballería de Campaña en servicio activo alrededor de 1840 (cuadros 1a 6).
¿Qué revelan estos cuadros? En primer lugar, comprobamos que representanuna muestra acabada de la realidad sociallocal,47 siendo los miembros de la compañía tanto fuerza de trabajo como propi etarios rurales, antiguos militares , post i-
45 Rarro, "Soldados", 200 3, pp. 142-143.·16 Carra de Capdevila a Corvalán, Fuerre Azul, 1
de junio de 1838, en AGN, x, 20-10 -1. De los 655efectivos, 550 eran de caballería activa, 25 de infanrería acriva y 80 de la milicia pasiva.
·17 Cansanello, SlíbdilOS, 2003 .
SOL LANTERI
Cuadro l . Ocupación
OClfpación Ntim. %
Capataz 27 21.9Peón 27 21.9Propietario 26 21.1Militar 14 11.4Postillón 11 8.9Otros 13 10.6S/D 5 4.1
Total 123 100.0
Fuente: AHPBA, J uzgado de Paz de Azul,1839-1842, 39-1-1".
Cuadro 3. Edades
Cohorte de edades Ntilll. %
15-20 22 17.921-30 47 38.231-40 33 26.841-50 16 13.0+50 5 4.0
Total 123 100.0
Fuente: AHPBA, Juzgado de Paz de Azul ,1839-1842, 39-1-1".
Fuente: AHPBA, Juzgado de Paz de Azul ,1839-1842, 39- 1 - 1~
llones, etc.48 En segundo lugar, observamos que los reclutados eran mayoría desolteros pero también hombres casados yviudos, y con un piso etario menor al estipulado para el reclutamiento según la leyde l 17 de di ciembre de 1823 (20-45
Condición
Solt eroCasadoViudo
Total
Cuadro 2. Estado civil
Ntinr.
7843
2
123
%
63.434.9
1.6
100.0
años), e incluso excediéndole, aunque conparte en la milicia pasiva."? En tercer lugar, en cuanto a su perfil socioétnico, huboun predominio de "trigueños" sobre "blancos" pero con aporte de ot ras etn ias, concasi 60% proveniente de Buenos Aires,aunque con gran caudal de migrantesinternos e incluso de países linderos. Finalmente , todos estaban domiciliados enlos distintos cuarteles del partido, aunquecon preeminencia de los circundantes alfuerte de Azul .
Estos rasgos son similares a los presentados por la 2' compañía y asimismo porla milicia de infantería del mismo escuadrón para ese entonces, pues sabemos quede la primera, 49 sobre 80 personas provenían de Buenos Aires, pero también dela campaña y del interior; 54 eran solteros y 24 estaban casado s; tenían entrequince y 56 años de edad; había 45 "tri gueños", 30 "blancos" y el resto eran "pardos y morenos", y todos tenían domicilio
4H L1. cantidad de dependientes registrada se debea que algunos lo eran de los mismos propietarios registrados en el escuadrón, aunq ue seguramente otrosdeben haber sido personeros de sus pat rones.
U N VECINDARIO FEDERAL
4Y L1. ley estableció un piso de 17 años para lainfantería y de 20 para la caballería.
107
Cuadro 5. Procedencia geográfica
Fuente : AHPB A, Juzgado de Paz de AZLII,1839-1842, 39-1-1 ".
Fuente: AHPBA , J uzgaelo ele Paz ele Azul ,1839-1842, 39-1-1".
Patria N lílll. %
Buenos Aires 72 58.5Córdoba 17 13.8Santiago del Estero 14 11.4Santa Fe 6 4.9Tucumán 4 3.2Meneloza 2 1.6Puntano 1 0.8Entre Ríos 1 0.8Salra 1 0.8Caramarca 1 0.8Chile 1 0.8Paraguay 2 1.6O riental 0.8
Total 123 100.0
Cuadro 6. Domicilio
Lllgar Nlílll. %
Arroyo Azul ~ ? 26.0J-Fuerte Azul 1 0.8Loma Verde 22 17.8Arroyo Chapaleofú 21 17.1Arroyo de Los Huesos 13 10.6Las Cortaderas 10 8.1Gualicho 8 6.5Mostazas 8 6.5Cacharí 5 4.1Tres Lagunas 2 1.6Posta de Génova 1 0.8
Tota l 123 100.0
Fuente: AHPBA , Juzgado de Paz ele AZLII ,1839 -1842 , 39- 1-1".
19 Y40 años.'? Vale destacar que los perfiles anteriores son afines a los registradostambién para Azul, mediante otra fuentesimilar, y a los de las regiones de Areco-en la campaña porteña- y el oriente de laprovincia de Entre R íos.?'
Pese a la parquedad de fuentes existentes para la reconstrucción del perfilsocial de la milicia , la muestra obtenidapermite establecer que la ciudadanía armada coetánea, lejos de haber sido censataria, fue mucho más laxa y ampli a en lapráctica que lo que estipulaba la legislación, movilizando a una gran cantidad dehombres en momentos arduos y agluti-
53.644 .0
1.60.8
%
100.0
6654
21
123
Nlílll.
Cuadro 4. Condición étnica
Etnia
TrigueñoBlancoPardoMor eno
Toral
en la región. En tanto, de los ocho milicianos de infantería del fuerte Azul, seis eransolteros y dos estaban casados, seis eran"blancos" y dos "trigueños" y tenían entre
50 AH PBA, J uzgado de paz de Azul y Tapalqué,1839-1842, 39-1- 1A, ca, 1840.
5 1 Salvarore, \Vdl/deril/g, 2003, p. 471; Garavaglia,"Ejércico", 2003, p. 182, YSchmi t, Rllil/el, 2004, p.178, respectivamente.
108 S OL LANTERI
nando a un amplio espectro socioétnico yeconómico, al igual que lo sucedido con laciudada nía electoral en el ámbito rioplatense, y comparable -con las salvedadesrespectivas- a la Francia revolucionaria,en contraposición a otras lat itudes iberoamericanas, de ostensible carácter restric tivo. V
H abiendo analizado la composición yel perfi l de la milicia, veamos ahora suparticipación efectiva en las principalescoyunturas críticas que atravesó el régimen hasta su finalización en 1852.
"HASTA DERRAMAR LfI ÚLTIMA GOTA
DE SANGRE . . . JJ DEFENSA ARMADA DEL
TERRITORIO Y DE LA FEDERACIÓN ROSrSTA
El apoyo de ciertas figuras a la federaciónrosista, que fueron esenciales a nivel local,puede rastrearse ya desde el levantamientode 1829 que llevó a Rosas al poder provincial y desde la campaña militar en el ríoColoradodurante 1833-1834, central también para el accesoa su segunda gobernación.53 Además, las fuerzas milicianas ylos "indios amigos" de la región tuvieronun importante desempeño en la defensade la frontera sur durante la fuerte coyuntura de malones ocurrida entre octubre de1836 y enero de 1837. Según se ha plan teado, Azul y Tapalqué presentaban unagran cantidad de efectivos sobre otraszonas de la campaña como Federación, 25de Mayo, Independencia y Bahía Blanca.
52 Ternav asio, Reuolnciiin, 2002; Rosanvallon,Consagración, 1999 ; Lanreri, "Frontera", 2008, pp .15-40 . Lant eri y Santilli , "Consagrando", 2010 , yMalamucl, Legitimidad, 2000 .
5.\ Lanteri, "Vecindario", 2008, y Gelman y Lanteri , "Sistema", 20 10, pp . 81-98.
U N VECINDARIO FEDERAL
Aquellos partidos aunaban 1 311 en 1836,sobre un total general de 4 081; es decir,concentrando 32.1%, de los cuales 899(68.6%) eran "indios amigos", 390 mili cias (29.7 %) y sólo 22 (1.70%) fuerzasregulares. Para 1837 el guarismo se habíaincrementado pero manteniendo las proporciones anteriores; de un total de 1 613individuos, 900 eran "indios am igos "(56%),660 milicianos (40.7%) y sólo 53soldados regu lares (3.3%), reuniendo lamayoría de las fuerzas mili tares con respecto a los otros partidos, con 36.4%sobre un monto total de 4427, siguiéndole Bahía Blanca con 24 .2%, aunqueexclusivamente con fuerzas de línea e"indios amigos".54
La significativa defensa terr itoria l deestas fuerzas locales ante las invasionesde "indios enemigos" chilenos en coalición con ranqueles, boroganos, etc., sucedida en esa coyu ntura puede hacerseextensiva también a otro episodio críticopara la estabilidad del régimen, generadoesta vez fundamentalmente dentro de susprop ias filas, como fue el levantamientode los Libres del Sud en octubre de 1839.Este suceso - causado, entre otras cuestiones, por los efectos negativos que elbloqueo francés al puerto por teño estabaocasionando a los interesesdel sector ganadero exportador, la reforma fiscal y de enfiteusis, así como por el masivo reclutamiento mil itar gubernamental- ha sidoreexaminado recientemente, proponiéndose que constituyó la expresión más dramática de una coyuntura de crisis de lasbases de sustentación del poder de Rosas.Se ha subrayado, además, que este episodio y la invasión de Lavalle en 1840 pusie-
5'1 Rareo, "Soldados", 2003 , pp. 132 Y142-143.
109
ron de manifiesto que la capacidad decoerción mili tar del gobierno residía másen los apoyos sociales que podía obtenerque en un cuerpo separado sujeto a aquelo al Estado, y se destacó la relevante actuación que tuvieron las tropas de PrudencioRosas y los "indios amigos " de Azul y Tapalqué en el dominio de los sublevados yen la defensa de la causa federaP5
Según nuestra propia pesquisa, hemospodido establecer que en vísperas de labatalla de Chascomús -sucedida el 7 denoviembre de 1839 y que definió en granmedida el triunfo de las fuerzas federalesoficiales sobre las enemigas-, el total deefect ivos q ue tenía la prov incia enterade Buenos Aires en la frontera y en lacampaña, a principios de ese mes , ascendía a 6 736 personas , siendo mayoría delínea - tal como podía costear el solventeEstado de Buenos Aires en comparacióncon el resto de los Estados prov inciales dela confederación-56, pero con un importante componente de fuerzas milicianasen los reg imientos de mi licias de caballería, especialmente en el 5° y el 6°, con jurisdicción en el área austral.??
Si consideramos que el total de pob lación de la campaña para 1838 ha sido estimado en 88232, 58 estaríamos refiriendoque el servicio activo habría incluido aproximadamente 7.6% del total, pero si se
ss Gelm an, "Rebelión", 2002, pp . 113-144 , YRosas, 2009 .
S6 Gelman y Ianreri, "Sistema", 2010, pp. 81-98.S7 Sin considerar a las fuerzas urbanas, sino sólo
a los regimienros de campaña y las guarniciones defronrera. N o figura la canridad de "indios amig os"en las listas de revisra consulradas. AGN, IJI, Listas deRevisra, 1839, cajas 133, 134 Y 135.
5H Moreno y Mateo, "Redescubrimienro", 1997,pp. 4 1.
110
tomara sólo al conjunto de hom bres en lacohorte de edad respectiva (17-45 años),este último guarismo sería mucho mayor.Vale advertir que los totales recabados sonen gran medida coherentes con los destacados para 1837 y 184 1, pues para la primera fecha las fuerzas milicianas de losseis regimientos de milicias de campañafue estimada en un total de 2267 individuos, y para la segunda en 1 576 , aunquejunto a las fuerzas reg ulares esta cifraascendía a 4 054; y según nuestros datosel monto de milicianos de los seis regimientos de caballería de campaña era de2269 para 1839, y junto con los veteranos ascendía a 4 368.59
Si ajustamos aún más la información,advertimos que en la zona de estudio tenían jurisdicción los regimientos 3°, 5° y6°, así como el de D ragones, Escolta deGobierno e infantería de marina, implicando para Azul sólo dos escuadrones demi licias del fuerte , con 31 efectivos quese encontraban a cargo del servicio de lascaballadas del escuadrón de línea del 6°reg im iento y del ganado del estado, delas yeguas y del estaqueo de los cuerosdel consumo, y 29 efectivos recorriendoel campo al exterior de las sierras bajo elmando del coronel Ventura Miñana. Entanto, en Tapalqué el escuadrón de línea
59 Para 1837 la composición miliciana fue muyparecida a la que registramos en 1839 en los seis regimienros de campaña, excepto en el 3°, que fue mayoren 1839, y en el 5°, que lo fue en 1837: 1° Reg .150/162; 2° Reg. 480/414; 3° Reg. 470/85 1; 4° Reg.290/250; 5° Reg. 317/105; 6° Reg. 560/487, respectivamenre. Rareo, "Soldados", 2003, p. 142. En cama,en 1841 las proporciones qu e pudimos esrablecersegún los datos disponibles serían: 1° Reg. 162/128;2° Reg. 4 14/497; 3° Reg. 851/262; 6° Reg. 487/369,por lo que se observa coincidencia también salvo en el3°. Garavaglia, "Ejército", 2003, p. 181.
SO L L ANTERI
del 3er. regimiento sumaba 264 personasen sus tres compañías, más su plana mayorcon 44 y 84 milicianos al servicio, comprendiendo las fuerzas mi licianas del regimiento un total de 251 efectivos entre lasdos compañías del 4° escuadrón y la planamayor. Por su parte, del 5° reg im ientohabía 103 milicianos de caballería y lasfuerzas veteranas in sitn aunaban once individuos del Regimiento de Dragones; 378entre los tres escuadrones del Regimiento Escolta del Gobierno; 20 artilleros y18 infantes de marina. Finalmente, había además en la región 313 milicianosdel 2° escuadrón del 6° regimiento en elfuerte Independencia y 232 del escuadrónde línea de l "campament o en marcha",junto con 31 milicianos. Es decir, que enla zona de estudio, según las list as derevista , el monto total era de 1 809 hombres, de los cuales 967 eran regulares y842 milicianos, que correspondería casia 27 % del total ge neral de fuerzas mi litares provinciales en 18 39, ya 2 1.6%de las regulares y 37 .1% de milicianos,respectivam enre.P"
Empero, por más que esta haya sidola composición mil itar-m iliciana de la ptovincia y de la zona a inicios del mes denoviembre de 1839 ; como es sabido y hasido destacado, se produjo una gran movilización social, autónoma e impuesta, desde el mismo momento del descubrimiento del levantamiento de los estancieros afines de octubre y su relación con la invasión de Lavalle desde Urug uay en 1840,dentro de una ardua coyuntura que yahabía comenzado en 1838 con el bloqueofrancés del puerto, y si bien la batalla deChascomús fue importante para sofocar la
GO Lanreri, "Vecindario", 2008.
U N VECINDARIO FEDERAL
rebelión, el proceso duró varios días, inclusive meses, hasta principios de 1840.6 1
Según una carta de Luis Gómez, capitán encargado del cantón Tapalqué,a Vicente González, coronel en jefe del3er. reg imiento, escr ita el 2 nov iembre1839, le decía:
El que firma, señor coronel, riene el placer decom uni car a vuesrra señoría que los caciqu es, capiranejos y demás indios amigos queen esre punro se hallan , en el momenro desaber la sub levación ocasionada por hombres enreramenre y desnaruralizados enemigos declarados de nuesrro sisrema federa l,se agolparon anre mí pid iéndome les hicierasaber lo que había y por consigui enre ofreciéndose a servir en un roda como asimismoobligaron al vecino don Isidro J urado qu eles vend iese cañas pa ra armar lan zas, loqu e ha renido don Isidro el cederles rodaslas qu e ellos han necesirado. En una palabra, señor coronel , rodas esrán pronros a laprimera voz qu e se les llame, siendo en auxilio y pro tecci ón de nuesrro ilusrre restauradar y sagrada causa, habiendo romado elinfrascripro las medidas qu e le han parecidomás convenienres .s?
En efecto, se produjo una importantecongregación voluntaria y compulsiva depersonas en toda la campaña, dispuesta asofocar la rebelión, con directivas precisasde par te del gobernador, su oficialidad yotras figuras sobre las medidas a tomar,ostensibles en los diversos intercam biosepistolares. El edecán Corvalán sosteníael 4 de noviembre en virtud d el alis -
6 1 Saldías, Historia, 1968 ; Carran za, Reuolnci á»,1988; Gelman, "Rebelión", 2002, pp. 113-144, YRosas, 2009.
62 Carranza, Reuolsciá», 1988, pp . 158- 159 .
111
tarn ienro que: "y a las demás divisiones yescuadrones mandados reunir; corren lospaisanos y los soldados licenciados a incorpordrselesdiariamente".63
Elll de noviembre, Corvalán le escribía al juez de paz Capdevila q ue ha bíarecibido orden de Rosas para avisarle quehab ía tomado su nota del 5 de noviembre do nde le indicaba que al rec ibi r lanoticia de la sublevación:
no omitió un instante en trasmitirla de modo que al mismo tiempo ordenó la reuniónde los vecinos y se puso en camino paraesepunto donde se hallacon todos los vecinosque ha podido reunir dispuestos a defenderel punto hasta derramar la última gota desangre, continuandose la reunión de la milicia y vecinos para los efectos que más convenga en beneficio a la sagrada causa federal,libertad de la patria y sosténde su excelencia el digno gobernador que nospreside.r"
Como se advierte, los oficiales hacenexplícita su lealtad a la causa y a la figuradel gobernador, llegando incluso a comprometer hasta su propia vida, lo que hasido des tacado como la expresión másradical de adhesión entre las distintas afecciones e identidades que tuvo el federa lismo ros ista.P?
63 1bid, p. 164, cursivas en el original.&1 Carra de Corvalán a Capdevila , Buenos Aires,
10 de noviembre de 1839, en AGN , x, J uzgado depaz de Azul, 20-1O- l.
65 Salvarore, "Expresiones", 1998, pp . 189-222.El auror mosrró la existencia de distintos ripos de "serfederal" en la comunidad políti ca coetánea, pese alcarácter de unanimidad y al discurso orgánico e igualirario del gobierno, d istingu iendo ent re "federales deopinión", de "bolsillo" y de "servicio" y estableciendoun orden de prioridad , donde sostuvo que para medir
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Sin embargo, más allá de estas act itudes y de la pro nta reuni ón de los dist intosgrupos socioérnicos para el servicio de armas, los nunores y la incertidumbre sobrela fide lidad de algunas figuras fueroncomunes, inclusive has ta de conocidosfederales como el m ismo Prudencia Rosasy Manuel Morillo, ten iendo el gobiernoque emplear distintas estra tegias para aseg urar sus in tereses , como promesas deresarcimientos m ater ial es u honores ,cuando no también, di rec tamente, elespionaje y la coerción mediante el confinamiento, ejecucionesJ¿ú blicas o amenazas de expropiaciones . ()
la afección al régimen, aún más impo rtante qu e las"apariencias" federales (vestimenta de los paisanos ala usanza gaucha, uso de las insigni as federales comola divisa y el cinti llo pun zó, realización de adulacionespúblicas, erc.) eran las contribuciones mareriales, siendoel cumplimiento del servicio mi litar el prin cipal facror para ponderar la cuesrión. Los "federales de bolsi110", habrían estado conformados prin cipalmente porlos grand es estancieros y los pequeños-medianos productores-propietarios rurales, contrapuesrosa los "federales de servicio", que habrían parricipado en la causafederal medianre otro ripo de asisrencias más compromeridas, como la intervención armada en la miliciay/o en el ejérciro regular, que recayó en los secroresmedio s y subalternos. Sobre las identidades y experiencias federales y unitari as en la provincia puedenconsultarse también los trab ajos de J . Gelm an , R.Fradkin , F.H errero e 1. Zubizarrera, ent re orros.
66 El 11 de noviembre, Rosas recomend aba quese prem iase al médico de la tropa Manuel Ramos, aloficial de Tapalqué Pedro Ramos, a varios alcaldes ya los coroneles García y Miñana por su labor realizadaen la defensa de la causa, centrales en la zona de esrudio, véase Gelman, "Rebelión", 2002, pp. 113-144.En ot ra m isiva del mismo día, Corvalán le comentaba a Capdevila, luego de la información sobre unpreso, que "los adjuntos impresos de una proclam ade su excelencia dice el exce lentísi mo supe rio rGobernador que puede ver si algun oponenre al efecro
SOL LA NTERI
En tanto, el 12 de ese mes el edecánle refería al juez de paz que había recibidosu carta sobre la toma del fuerte Independencia por los sublevados y que habíanganado en la batalla de Chascomús , perocom o los dispersos se habían fugado aDolores y de allí a Independencia y el ejército los segu ía persiguiendo "de muerte",le decía en su virtud que:
Debe usted , por lo tant o mante nerse firm een ese pu nto y defenderlo con roda bizarr íay ardoroso ent usiasmo, con tanta más razóndesde que el excelentísi mo marcha ya a ocupar roda esa part e de la Campaña. Tambiénordena su excelencia qu e los indi os am igosrodas con sus familias, se replieguen a esep untO, a fin de que rodas las fuerzas cristianas y los ind ios formen una respetable fuerzaque pueda defenderse en caso necesario.v?
y mandaba para ese fin chasques a Tapalqué. Vemos aquí, nuevamente, la importancia de los "indios amigos" y de losvecinosdel lugar en el amparo del régimen.
Al día sig uiente , el juez Capdevilaescribía a Corvalán agradeciendo las felicitaciones del gobernador por el triunfosobre los unitarios . Según exponía:
El infrascrip ro ha recibido la nora de 8 delque rige, en qu e su excelenci a nuestro ilus-
marcha de oculro, a ver si 10 5 desparrama por el campoen que ande o se asegure alguna part ida de 10 5 paisanos sublevado, a quienes rienen enganados los salvajes unitarios amarinados en Dolores y Mansalva".Carta de Corvalán a Capdevila, Buenos Aires, 11 denoviembre de 1839, en AGN, x, Ju zgado de paz deAzul, 20-10-1.
67 Carta de Corvalán a Capdevila, Buenos Aires,12 de noviembre de 1839, en AGN, x, J uzgado depaz de Azul, 20-10-1.
U N VECINDAR IO FEDERAL
t re restau rador de las leyes, me felicita y aroda este virru oso federal vecindario por eltriunfo obtenido por las armas libres de ladignidad am ericana contra los m iserabl esesclavos salvajes unitarios, cuyo triunfo yfeli citación hi ce prese nte a este virtuosoy federal distinguido vecinda rio [. .. ] y dana su excelenc ia juntamente con el qu e suscribe las mas expresivas gracias por las distinciones con que somos favorecidos lo quevues tra señoría tendrá a bien elevar a conocimie nto de nuestro ilus tre restaurador delas leyes.68
Además , Capdevila agregaba :
En este momenro que son las tres de la tardeacab a de rec ibir el que firm a la nota queincluye del ten iente coronel don BernardoEcheverr ia que el día 13 del corr iente marcho de este punro con el mayor don EugenioBu sros y cua trocientos indios amigos - yciento y tantos soldados de este punto y Tapalqu é- y un ap ra [sic] de Arrillerfa aromara los enem igos de la libert ad e independ encia americana los salvajes uni tario s sublevados el indi cado fuerte y corta rles la retiradahacia bahía Blanca a los derrotados en Chascom us, segú n lo hab ia indicado era conveniente esta medid a el ciudadano don PedroRosas y Belg rano ."?
Se advierte otra vez en esta misiva latrascendencia de los soldados e "indiosamigos" de la zona de estudio en el proceso , sum and o más de 500 efectivosen conjunto, y constituyendo, junto con
(,"Carca de Capdevila a Corvalán, Fuerre Azul, 13de noviembre de 1839, en ibid.
69 Carca de Capdevila a Corvalán, Fuerte Azul, 15de noviembre de 1839, en ibid.
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Monte, los bastiones más fieles en el resguardo del r égimen."?
Una vez asegurado el triunfo, el gobierno otorgó premios en tierra y honoresa los oficiales y soldados que se mantuvieron leales a la causa durante la sublevación."! En el m ismo mes, Capdevilasostenía que había recibido la nota del 18
en que me felicita por orden de su excelencia nuestro ilustre restaurador de las leyes, ya roda este virtuoso y federal vecindario incluyéndonos diez ejemplares de la gaceta deaqu ella fecha cuyas prósperas notici as y artícu los importantes a nuestra sag rada causade la independencia y dignidad americanase presente a todo este decidido y federalvecindario haciendo formar roda la mi liciade mi mando acantonada en este punto qu eunos y otros prorrumpieron en vivas a nuestro ilustre restaurador de las leyes, a la sagrada causa federal a la independencia y dignidad americana, acompañados de repetid asdianas, retr ibuyendo por el órgano de vuestraseñoría mis cordiales felicitac iones y las deroda este decidido y federal vecindario paraque se dign e elevarlo a nuestro ilustre restaurado r de las leyes.?
7 0 Según decía el mismo Vicente Gon zález algobernador "porque unos salteadores como esos, esvergüenza que tengan asustada media campaña, peroel Monte, excelent ísimo señor, firme y consta ntedefensor de la importante persona de vuest ra excelencia y de la federación, a más de las pru ebas qu eciene dadas, espera rarificarlas lanceando y acuchillando a esos salvajes un irarios afrancesados". Cartade Gon zález a Rosas, Monte, 4 de noviembre de1839, en Carranza, Revolución, 1988, pp . 163-164 .
7 1 Ley del 9 de noviembre de 1839, Registro,1874, pp . 118-119.
n Cartade Capdevila a Corvalán, Fuerte Azul, 25de noviembre de 1839, en AGN, x ,J uzgado de paz deAzul, 20-10-1.
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Estas congratulaciones y resarcimientos se hicieron extensivos a los "ind iosamigos", cruciales en el sofocamiento de larebelión. J uan Ortiz de Rosas, el propiohijo del gobernador, escribía al juez depaz de Azul :
para decir a usted que ha mandado [elgobernador, SI] felicitar al cacique Catrié , y rodaslos demás caciqu es amigos, por los nuevos eimportantes triunfos obtenidos, por nu estras armas, sobre los salvajes unitarios, por elgeneral Pacheco, y el general Aldado; y quehaga n una función, para dar g racias a D ios,por la protección que nos presta debiendoocurrir a usted por roda lo preciso para ella.En su virtud , su excelencia ordena a usted lede a dicho caciq ue Cat ri é roda cuenro precise para ella .73
Aunque vale destacar también que losmismos "indios amigos" cometieron robosen las estancias de la región aprovechandolos desmanes de la coyunt ura, y su "altanería" tuvo que ser negociada por Rosascon los caciques , premiando con ganadosegún su jerarquía a los que no lo hubieran hecho, y contemplando aquel a partir de ento nces, de forma más objetiva, lacontrapartida no deseada que implicabael auxilio mi litar de la fuerza nativa.?" La
73 Carcade Juan Ortiz de Rosas al Juez de paz deAzul, Sant os Lugares, 20 de enero de 1840, en ibid.
7·1 Vale advertir asimismo que la revuelca habíamenguado el armamento y las muni ciones con quecontaba la zona, y escando siempre larenre el peligroen la fronte ra, había que volver a armarse. El 30 denoviembre de 1839, una carta de Corvalán a Capdevila le comunicaba que había recibido su nora dondele avisaba al superior gob ierno "que hacen falta 200carabinas, 300 sables, y 6 000 carruchos carabina abala para armar la milicia y vecinos del part ido, parala defensa de nuest ra sagrada causa federal, y la de
SOL LANTERI
rebelión de los estancieros y la invasiónde Lavalle produj eron , además, unaampliación de la base social del régimeny un agudo conflicto entre Rosasy las elites que se habían situado ent re sus filasenemigas, favoreciendo una mayor separación del Estado y la sociedad y la consolidación de un importante ejército federalcont rolado por una oficialidad depurad ay adep ta al gobernador, qu e se orientóhacia el control de las provincias disidentes del inrerior.?"
División de Azul y batalla de Caseros
Luego de la extinción de la rebelión delos hacen dad os se produjo un lapsode relativa estabilidad hasta mediados deldecenio de 1840, con el comienzo del bloqueo anglofrancés (1845-1848) y el sitioa Montevideo, en que la movilización yel gasto militar estatal se incrementaron-aunque de forma proporcional con respecto a la etapa anterior, ya que el ejército de 1841-1844 no se anuló durante laépoca de guerra permanente-, alcanzando 61.95% del total respectivo duranteel periodo entre 1845 y 1848.76 En 1845,
nuest ro ilustre restaurador de las leyes, en caso necesario, y conera los indios enem igos", pud iendo elgobierno daeles sólo 200 lanzas con bandero las, 40tercerolas y 2 000 carruchos de carabina. N ótese quelas cifras son coincidenees con la de la fuerza mi litarmi liciana reg ional reg ist rada, Gelman, "Rebelión",2002, pp . 113- 144 .
75 Gelman, Rosas, 2009. Sobre el sistema mili tarmil iciano del rosismo y de los gobiernos de la etapafederal puede consulta rse Gelm an y Laneeri, "Sistema", 20 10.
76 Los gascas militares habrían comprendi do32.20% en el periodo 1822-1824 ; 35.17% en 18351836; 55.74% en 1837- 1840; 43.75% en 1841-1844;
U N VECINDARIO FEDERAL
tenemos datos de que en Azul había 591hombres de mili cia reunida en los cuarteles del partido , ent re caballería e infantería, además de 28 personas del piquetede "indios amigos", cinco artilleros y 14soldados argentinos , que segu ían constituyendo el pilar de la defensa territorialregional así como de las actividades productivas en plena expansión ganadera,teniendo las autoridades locales un importante papel en la compa tibilidad de losrecursos humanos para estos dos frentes."
Sabemos también que los "indios amigos" se alistaron para servir en esa coyuntura . Según una carta enviada por PedroRosas y Belgrano al edecán Corvalán ,fechada en el fuerte Azul el 1 de noviembre de 1845 , le decía que:
habiéndose le presentado voluntaria mente10 5 indios que hay en este punto para seralistados como la milicia, 105 he arregladohasta la superior disposición de su excelencia, haciendolo pasar revisra al Lenguarazqu e hace cinco años sirve al Estado a lasinmedia tas ordenes del que firrna.?"
En el marco de la importante movilización de recursos humanos para el servicio de armas que se produjo en esa coyuntura, Pedro Rosas y Belgrano escribía aCorvalán en febrero de 1846 que por or-
6 1.95% en 184 5-1848 y 53.07 % en 1849-1850,según Halperín, Guerra , 2005 , p. 245 .
77 Estado de fuerza del Fuer te Azul , 31 de diciem bre de 1845, en AHPBA, J uzgaclode paz de Azuly Tapalqué, 1843-1845, 39- 1-2A.
78 AHPBA, Juzgado de paz de Azul y Tapalqu é,1843- 1845, 39-1-2B. El lenguaraz era Dororeo Arroyo, receptor de una suerte de estancia y sufraganreen las eleccio nes . Lanteri , "Vecindario", 2008 , Y"Frontera", 2008, pp . 15-40.
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den de Narciso del Valle remitía al mili ciano de la l a compañía del 1er. escuadrón, Concepción Fredes, engrillado comoperteneciente al regimiento de su mandoy agregaba:
que tanto este como otros mu chos mil icianos del Escuadron 5° del Fuerte Azul , quehan sido tomados y alisrados en el regimiento núm. 5° son de aquel escuadr ón:pero como la línea divisoria es el Arroyo Chapaleufúy este lo pasan de una y ot ra banda los trabajadores, no ha querido el que firma incomodar las inmensas atenciones de su excelencia con esra clase de reclamaciones, dejandosolo al superior coronel don Narciso delValle dirija sus quejas a la superioridad.??
En tanto , el 6 de agosto de ese mismoaño, mediante una orden del día, el mismo comandante Pedro Rosasdisponía quetodos los capitanes y oficiales de compañía sirvieran en el campamento de ladivisión a partir del día siguiente, y que ,excluyendo los días de fiesta o sagrados,harían ejercicios un día la tropa y otro díalos oficiales de armas respectivamente. Asimismo, establecía categóricamenteque no se contemplaría ninguna excusasalvo su propio consentimiento como comandante.P"
79 Carta de Pedro Rosas a Manuel Corvalán ,Fuerte Azul, 4 de febrero de 1846, en AHPBA,J uzgadode Paz de Azul y Tapalqu é, 1846 -1847 , 39-1-3A. Ladeno minación de "trabajadores" para los mi licianosy la estrec ha relaci ón ent re el servicio militar y elmercad o de trabajo fue des tacada por Salvatore,"Reclutamiento", 1992, 1'1'. 25-47; "Mercado", 1993,pp. 59-92 , Y \'(/(lllderillg, 2003.
HU Orden del d ía de Pedro Rosas y Belgrano,Azul , 6 de agosto de 1846, en AHPBA,Juzgado dePaz de Azul y Tapalqu é, 1846 -1847 , 39- 1-3A.
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De hecho, a part ir de abril de 1846 laDivisión del Azul, que aunaba las fuerzaslocales, comenzó a ten er paga mensua lregular por sus servicios, inclusive hastajulio de 1851 , por cuenta del comisariopagador del sur don Tomás Blanco y Arguibel ."! Valesubrayar el estipendio regular a los milicianos activos, semejando losucedido con el ejército de línea - a diferencia del periodo rivadaviano, cuandosólo cobraban cuando estaban en campaña- que fue destacado también en laprovincia para el año 1841. 8 2 Esta cuestión se alejaría en parte de lo planteadopor la ley militar de 182 3 y denota laimportancia que la mi licia de fronte ratenía para el gobierno rosista y la solvencia del Estado provincial porteño , quepodía canalizar event ualmente recursospara defensa en tiempos arduos.P''
La división se encontraba a cargo delpropio Pedro Rosasy Belgrano, hijo adoptivo del gobernador, juez de paz y comandante de milicias de todo el partido yadesde 1840, estando conformada por unaplana mayor que presidía, junto con otrosoficiales, dos compañías de cuatro escuadrones cada una, más una de infant ería,un piquete de artillería y otro piquete deindios. Esta estructura se mantuvo duranteel lapso, así como su plana mayor, aun-
H1 AGN , 111 , D ivisión del Azul , Rend ición deCuentas, 1846-1851, 17-9-6 . El expediente terminael 27 de julio de 185 1 y sabemos que encontrándoseaprobado, volvió a contaduría firmado por Insiarre el3 de enero de 1852. No encontra mos la fecha exactade su creación, pOt más qu e posiblement e se hayadenom inado así ant es a las guarniciones locales, perofigura a part ir de marzo de 1846 con ese nombre enel Departamento de Gu erra del Registro Oficial.
82 Garavag lia, "Ejército", 2003, p. 181.H3 Gelman y Lanteri, "Sistema", 20 10, pp. 8 1-98.
SOL LANTERI
que seguramente debió haber habido rotación entre la tropa miliciana, para evitarel recargo y poder compatibilizar el servicio armado con el trabajo rura l. Sin em bargo, con base en el análisis nominal delas listas de revista, hemos tom ado comoaño testigo el de 185 0 - por ser uno de losmás completos en información serial entrelos meses de enero a septiembre y estarmás cerca de 1852- y pudimos comprobar q ue se produ jo una escasa ro taciónentre la tropa miliciana. Asimismo, hemosverificado que pese a esta situación, ladeserción en todas las fuerzas de la divisiónfile casi nula, de sólo 22 soldados y un sarge nto, entre centenares, durante el lapsoentre 1846 y 185 1, cuestión que difiere,en líneas generales, de la resistencia de lapoblación rural a integ rar las un idadesmilicianas planteada habitualmente, y quese explicaría, entre otras motivacionesposibles, por la gran fidelidad de los oficiales y soldados a la federación rosista y elincentivo de la paga regular recibida juntoa otros recursos en coyu nturas crí ticas.
De hecho , pese a que -como vimoslos vecinos de la zona de estud io estabanexentos de realizar el servicio militar pro vincial, salvo la defen sa ar mada local ,advertimos que se movili zaron en amparode la causa inclusive hasta para el propiocombate de Caseros, que recordemos, puso fin a la experiencia rosista . En noviembre de 1851, meses desp ués del conocidopronunciamiento de Urquiza de mayo,desde el campamento del Potrerillo, partido de Mansalva, Pedro Rosas le solicitaba armas y municiones a Antonino Reyesen virtud de la misiva recibida por el propi o gobernador el 21 de junio de 1849para eq uipar a la divi sión de su mando, ytambién por haberse acrecentado esta conindivid uos presentados espontáneamente
U N VECINDARIO FEDERAL
a ella.84 Es más, el mismo día de la batalla de Caseros, el 3 de febrero de 1852,desde el campamento en las Tres Cruces,Pedro Rosas le escribió nuevamente a Reyes para avisar a Rosas -que todavía eradenom inado como "superior go bernadory jefe supremo de la Confederación Arge ntina"- que había arribado su misiva sobrelas municiones y el vestuario para equipar a la guarnici ón.f"
Con base en el examen de la composición de la división y su plana mayor enlos pro legómenos de la batalla de Caseros,a pri ncipios de febrero de 1852 en el campamento del Potrerillo, hemos podido determinar que la d ivisión estaba al mandode Pedro Rosas y otros ayudantes, junto con los oficiales que comandaban losescuadrones de las distintas compañías yel pique te de ind ios. Vale destacar q uemuchos de ellos habían sido beneficiados con las suertes de estancia donadasa partir de 1832, o recibido otros premiosmateriales y ho nores como contraprestaciones a sus servicios, como tierras fiscales en otros lugares de la provincia,medallas, ascensos, exenciones impositivas, erc érera.f"
H'¡ Carta de Pedro Rosas y Belgrano a Anr oninoReyes, campamenro del Porrerillo, 5 de noviemb re de1851, en AHPBA, Juzgado de paz de Azul y Tapalqu é,1850-1851 , 39-1- 5.
H5 Carta de Pedro Rosas y Belgrano a Anr oninoReyes, campa menro en las Tres Cruces, 3 de febrerode 18 5 2 , en AHPBA, Juzg ad o de Paz de Azu l yTapalqu é, 18 52- 1855, 39-1-6.
Hú Esto s son los casos del mi sm o Pedro Rosas,Marcos J osé Gari , Sixto Zarza, Prudencia O yuela yPedro Rerolaza de la plana mayor, y Santiago Espinosa,Marias Cabrera , Manuel Revilla, J osé Baigorria, Gerón imo López,J osé Ni eves, Leandro Coronel, BacilioV ásquez. Tusro Marrínez, Andrés Espínclola, DonaraCruz , Mar iano Silva, Dororeo Arroyo, encre var ios
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En segundo lugar, cabe subrayar laimportante cant idad de efectivos alistados en armas para entrar en combate endefensa de la causa a principios de febrerode 1852, como se observa en el cuadro 7-excediendo además el plazo de su remuneración, si consideramos que habría finalizado, según el expediente , en julio de1851- , sumando 1 086 individ uos enconjunto (y sin poder contar el piquetede artillería), cifra casi idént ica a la recabada sobre la misma guarnición para enero(1 082) y mayor a la de m arzo de esemismo año (870).87 Considerando que eltotal de población de Azul , con base enel censo provincial de 1854 , fue de 5 912personas, de las cuales 3 439 eran hombres, estaríamos hablando de que 31.6%de ellos se habría movilizado en ese entonces, lo que ascendería casi a 53% si seto ma ra la franja eraria de 15-60 años,const ituida por 2 060 varones, es decir,más de la mitad de los mismos.:" Esteguarismo es realmente notable, pues sabemos por ejemplo que el Batallón Restaurador, compuesto por m ilicias urbanasporteñas, tenía 512 efectivos en diciembre de 185 1,89 y si consideramos que se haestablecido un total de fuerzas federalesque fueron cong regadas a partir de noviembre de 1851 de "no menos de 10 000hombres",90 estaríamos hablando - concierto margen de error pero no de tendencia general- de que la División del Azul
ot ros del resto de las compañías y piquetes de ladivisión.
s7 Esta baja seg uramente se debió a muertes,deserciones, etc., suced idas luego de la batalla deMonte Caseros.
ss Primer, 1872.S9 AGN, IlJ, Listas de Revista, 1851- 1852, caja258.90 Salvarore, "Consolidación", 1998, pp. 377-378.
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habría comprendido per se un monto cercano a 10% del total.?'
Si bien no sabemos a ciencia cierta quetodos ellos hayan combatido efectivamente en la batalla de Monte Caseros, puesha sido señalado reiteradamente qu e lasg uarn iciones resistas no llegaron a darplena batalla frente al Ejército Grande liderado por Urquiza,92 el hecho de que hayanestado movilizándose en armas por la campa ña durante meses par a defenderal régimen en esa coyuntura no es menor,y recordemos que tampoco estaba contemplado por el decreto de 1829, que sóloplanteaba la defensa armada de la fronteralocal, intentando resguardarla mediante lafijación geográfica de la pob lación.
De hecho, no todos los oficiales otroralea les al gobie rno se aperso narop enCaseros, como el mentado caso de AngelPacheco, aunque Pedro Burgos, el fundador del fuerte Azul en 1832 y compadredel gobernador, murió en el transcurso del
9 1 Por su part e, e! comando en jefe de! ejércitoestimó un total de 7 500 soldados en la División Norte, 5 800 efectivos en la División Cent ro, 2 800 en laSud, 17 800 soldados en la ciudad -enrre mi licianosde policía y tropas veteranas- y 12 700 veteranos más,alojados en Palermo y Santos Lugares, lo que bajaríael porcentaje relativo de la División Azul dentro de lasfuerzas rosisras, aunque no su relevancia casuística.Comando, Reseña, 1971, p. 385 . Por otro lado, decíaCarranza en su estud io sobre 1839, refir iénd ose aVicente Gonz..í.lez y Pedro Burgos: "Este, dejando unaparte del sur a su cuidado, sClbie/ldoPOI' élqlledebía CO/l/ClI' siellljlreCO/l la diIJi.rió/I delAZIII, se contra jo a reconcentrar las fuerzas de! norte y oeste, en expecrnrivade las ulterioridades de ese pronunciamiento, que calificó de 'brote aislado, que no era de extrañar en unpueblito como e! de Dolores, plagado de uni rariossalvajes desde su fund aci ón'... Carranza, Reiolncidn,1988, pp. 131-1 32, las cursivas son mías.
92 Halperín, Reuohuidn, 1998; Salvatore, \íf,1/I
deri/lg, 2003; Sarmiento, CCllllp((J/a, 1997, entre otros.
SO L LANTER I
Cuadro 7 . D ivisión de Azul , febrero de 1852
Compañia Escnadrán Oficialidad Soldados Totales
1a 1° 40 73 1132° 26 76 1023° 23 82 1054° 24 79 103
2a 1° 24 89 1132° 23 81 1043° 24 74 984° JO 77 100-J
Compañíade Infantería 36 98 134Piquere de Indios 24 82 106
Plana Mayor 8 8
Toral 275 811 1086
Nora: no figura el piquete de artillería.Fuente: AHPBA, Juzgado de Paz de Azul y Tapalqué, 1852-1855,39-1-6.
cornbare.f" En fin, como decía elocue nte mente otro oficial federa l --que sí sobrevivió a la bata lla y UIVO funciones luego de lacaída del régimen- al mismo J uan Manuelde Rosas durante su exilio inglés, desdeSan Nicolás, más de veinte años desp ués:
Sabe usted que he sido militar y no polírico;como tal, mi adhesión siempre es profundahacia usted y mi más ínt imo deseo seríaverlo y abrazarlo, pero ya que esto es imposibledesdeaquí tengo el placer de saludarlo,deseándole roda la felicidad y que cuentecon el profundocariñode su másafectísimoservidor y amigo."!
9.' CU[Qlo, Nnero, 197 1.9·1 Carta de Prudencio Arnold a J uan Manuel de
Rosas, San Ni colás, 20 de abril de 1873, en Arnold,SOÚkll~, 1970 ,p. 126.
U N VECINDARIO FEDERAL
CONCLUSIONES
En el marco del estud io de la conformación esta ta l posindependiente en vinculación con la sociedad rural en el Río de laPlata, en este t rabajo hemos establecidola importancia que tuvieron las políticasoficiales de colonización local implementadas por el gobierno de Rosas en una porción de la frontera sur de Buenos Aires enel desarrollo de un "vecindario federal", quesiendo legalmente exceptuado del servi cio mi litar provincial, defendió medi anteel servicio armado el territorio fronte rizoy el rég im en en las principales coyunturas críticas que atravesó, inclusive hasta sucaída en 1852. Hemos desvelado ademásla composición y el perfil de la milicia y lasimplicaciones q ue este servicio públicotuvo en la relación entre el estado provin-
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cial y la sociedad rural, especialmente en loreferido a los gmpos campesino e indígena.
Como d emostramos , la p restaciónm iliciana exclus ivame nte para la defensareg ional fue medular y estuvo instituidanorm arivamente desde el inicio de la colonización oficial , en contrapartida a laentrega de tierras p úblicas, lo que contribuyó a diluir el plano castrense en el civil,que consti tuyó el p ilar del ord enamientopúbl ico, anclado en la figura del vecino ."D e hecho , advertimos cómo en un contexto de construcción estatal y de precariedad material , el rosismo se valió fundamentalmente d e recursos y factoresexistentes, así como de relacion es persona les y de parentesco, para constru ir sudo minio en la frontera, tratando de controlar el gasto fiscal, m ismo qu e se orientóprincipalmente a los cuerpos vetera nos ya otros frentes en una época de g ue rraconstante.P"
El significativo apego al rosismo y sudefensa mediante el servicio de armas quehem os comp robado, tanto de parte de lasauto ridades como de otros gmpos sociales,y la gran afección de este "vecindario federal" al régimen desde sus inicios e inclusive hasta su caída en 1852, puede entende rse, en g ran medida, por intercam biosde bienes y recursos por servicios públicos, además de otras prácti cas discurs ivasy de disciplina social, que coadyuvaron acimentar un senti do de pert enencia al sistem a federal identificado con la patria.?"Esta afección no sólo se dio entre Rosas ylas autoridades locales sino también entreestas y los di ferentes sectores de la socie-
9) Cansanello, SlÍbdifos, 2003.96 Halperín, Gnerra , 2005 .97 Myers, Orden, 1995, y Salvatore, "Expresiones",
1998, pp . 189-222.
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dad vernácula, quien es, m ás allá de lacoerción eventualmente ejercida, tambiénrecibieron incentivos y contraprestacionesa sus serv icios públicos, como el auxiliomiliciano, la intervención en los comic iosanuales, en fiestas y liturgi as religiosas ypatrióticas y mediante contribucionesmateriales no forzosas a la causa.?" En estesentido, se adv ierte de form a ostensible elcompo nente "clasista" y la multipli cidadde suj etos que involucró el federal ismorosista , que ap untó especialme nte a sectores medios y subalternos,"? tanto criolloscomo indígenas, aptos para ser movili zados políticamente, a partir de ciertos alicientes y resarcimientos efectuados.
De hecho, a partir de la entrega de tierras fiscales, ganado, exenciones imposit ivas, el frecuente desarrollo de festiv idadesy rituales, prácticas discursivas de adhesióna la fig ura del gobernador y a la enteracausa federal resista, y de un organizadosistema de representación político-electoral basado en el "unanirnismo", ent re otrascuest iones, se generaron espacios de interrelación, homogenización y cont rol social,de pa rti cular relevancia en Azul y Tapalqué dado su carácte r de frontera, dondehubo una importante diversidad socioérnica y un domi nio estatal en construcciónpersonalizado funda me ntalme nte en lasautori dades regi onales, que fue ostensiblem ente exitoso para el go bierno , a juzgar por la notable adhesión y leg it im idadotorgada por la sociedad vernácula. I00
En este sentido, es dable destacar lavariedad y amplitud de los sectores socia-
9S Lanreri, "Vecindar io", 2008; "Frontera ", 2008,pp. 15-40, Y"Const rucci ón", 2009.
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Océano Atlántico
Fuente: Elaboración prop ia con base en Infesta, Pampa, 2003, p. 16.
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les que participaron en la constitución dela ciudadanía armada vernácula, siendotanto propietarios como dependientesrurales, de dist into origen étn ico e inclusopertenecientes a tribus indígenas y ampliando el piso etario estipulado por lalegislación en épocas de necesidad dehombres. Estas cuest iones refieren a lalaxitud de la ciudadanía armada coetánea,a la no correspondencia directa entre lanorma y la praxis y a la arbitrariedad de lasautoridades encargadas del reclutamiento,de forma coincidente con lo sucedido respecto a la ciudadanía electoral en la frontera, las cuales estuvieron lejos de ser restrictivas en la región rioplatense, comopasaba de forma concomitante en otraslatitudes iberoamericanas.l '"
Las consideraciones expuestas se alejan entonces de las tesis que planteabanel Estado rosista como la "estancia ampliada en exten sión" -con un monopolio exclusivo de la fuerza y los recursos por partedel gobernador y sus acólitos frente a lossectores más desprotegidos de la pir ámidesocial, carentes de derechos, participaciónpolítica e intervenc ión en los asuntospúblicos-,10 2 por otra que se focaliza enlas interacciones y reciproc idades regulares entre el gobierno y los distintos sectores socioétnicos, que fueron medularesen la construcción del orden fronterizomediante su praxis social, ya sea voluntaria o compulsiva.103
Esto no implica negar la existencia decoerción y clientelismo, sino entenderlos
IlI I Ternavasio, RellO!IIcilíll, 2002; Lanreri, "Fronrera", 2008, pp. 15-40 ; Lanteri y Sanrilli, "Consagrando", 20 10, y Malarnud, Legitimidad, 2000.
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como parte constitutiva de esas relacionescomplejas y condicionales entre los distintos sectores y agentes rurales con el caudillo y el orde n esta ta l in depe ndiente.Implica, asimismo, considerar a sectoressubalternos, como indígenas y campesinos, como agentes dinámicos y hacedoresde los procesos coetáneos, part icipantes dela constitución del republicanismo decimonónico con relativa independenciahasta fines de la centuriaI04 y como ciudadanos efectivos del Estado nacional argentino desde entonces hasta la actualidad.Implica, en fin, a la luz del bicentenario dela Revolución de Mayo que inició la experiencia soberana de la república, concebirsus recientes reclamos sectoriales, territoriales y de restitución de restos humanosy bienes patrimoniales al Estado nacionalcomo una deuda a saldar que ya lleva doslargos siglos de lucha e historia.
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