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SEMANA SANTA EN VALLADOLID: cuna de reyes, pupila de Felipe
II y capital del Reino de Felipe III y Carlos V.
Del 28 al 31 de marzo
Profesora: María Diez Ibargoitia
Visitar Valladolid durante los días centrales de la Semana Santa es conocer la ciudad en su
esplendor. Sus palacios y edificios históricos, engalanados; sus tesoros artísticos, trasladados y
expuestos en los lugares para los que fueron creados, celebrando la villa convertida en ciudad y
más tarde en capital de la Corte Imperial de España.
Declarada de Interés Turístico Internacional, la Semana Santa de Valladolid es una de las
principales exposiciones de imaginería religiosa en el mundo. Asentada en una larga tradición que
hunde sus raíces en el siglo XV, conoció su época dorada en el siglo XVII, cuando se construyen la
mayoría de sus pasos de la mano de los más grandes maestros imagineros que ha tenido España.
La Semana Santa vallisoletana, se convierte en una manifestación cultural que traspasa los límites de lo estrictamente religioso y toca el alma de los que sólo buscan en ella un valor estético. Su imaginería la hace distinta a todas, y en sus pasos procesionales se hace patente la gubia de grandes escultores como son Gregorio Fernández, Andrés Solanes, Pompeyo Leoni, Bernardo y Francisco del Rincón o Juan de Juni.
La ciudad está jalonada de edificios donde se custodian y veneran los "pasos". Así se materializa en las iglesias penitenciales de Jesús, Vera Cruz, y Angustias, además de en museos, conventos (San Quirce y Santa Julita) o iglesias parroquiales (San Martín, Sta. Mª de la Antigua, Santiago…).
Devoción, recogimiento y silencio son los signos de identidad de esta Semana Santa que se ven
reflejados en procesiones tan importantes como la del "Rosario del Dolor", el "Encuentro", o la
magna "Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor" en la tarde-noche del Viernes
Santo. Destacar el "Sermón de las Siete Palabras" como uno de los actos religiosos más
espectaculares que se celebran en la capital vallisoletana.
La explosión artística que vive Valladolid esos días es el reflejo de lo que en cuatro siglos cambió
la capital castellana. En el trascurso de los siglos XIV y XV Valladolid se convirtió en el centro
político de la corona de Castilla. Los monarcas residieron largas temporadas en la villa y diversos
linajes de la alta nobleza, como los Pimentel, los Enríquez, los Sandoval, los Estúñiga o los Vivero
establecieron allí sus residencias.
Valladolid se convirtió en la villa favorita de reyes y nobles y cuanto allí aconteció hasta el siglo
XVIII está estrechamente ligado a la historia de nuestro país. La ciudad es hoy un libro abierto de
historia y arte, es lo que descubriremos en estos días.
Recorreremos algunas huellas de la ciudad antigua y medieval para centrar sobre todo nuestra
atención en los años del Valladolid de Felipe II, de la capital del Imperio de Felipe III y de la ciudad
que albergó a la corte de Carlos I, convirtiéndola en el principal núcleo político del Imperio
carolino.
Son éstos, los tres periodos en los que la ciudad experimentó un auge en la construcción y
desarrollo que llegó a su zenit entre 1540 y 1560. Durante ese tiempo, Valladolid fue sede
frecuente de embajadores y enviados extranjeros que motivó la afluencia de intelectuales y
artistas foráneos, como Shakespeare que se especula pudo visitar la ciudad en 1605 con la
delegación inglesa en misión de paz y donde se piensa pudo conocer a Cervantes. La presencia de
importantes y ricos monasterios favoreció también el asentamiento de orfebres, imagineros y
arquitectos que embellecieron la ciudad.
Nuestro viaje, por tanto, lo dedicaremos a conocer la historia, literatura y arte que convirtieron a
Valladolid en epicentro de la corona castellana. Recorridos que estarán centrados en conocer los
lugares y la vida que allí tuvieron reyes y nobles, las producciones artísticas de imagineros y
arquitectos al servicio de la corte y de la iglesia así como el folclore y tradiciones del pueblo
vallisoletano desde el medioevo hasta nuestros días.
De época antigua y medieval visitaremos los restos de la iglesia colegial de Santa María la Mayor,
iglesia fundada por el conde don Pedro Ansúrez quien recibió de Alfonso VI el señorío de
Valladolid en 1074 para su desarrollo urbano y agrícola. De dicha colegiata quedan tan sólo los
restos de la torre pero en Santa María la Antigua, también templo fundado por el conde,
podremos contemplar más restos románicos y góticos.
Las fastuosas fábricas de los dominicos: San Pablo y San Gregorio serán de obligada visita. El
convento de San Pablo gozó del apoyo de las reinas doña Violante y doña María de Molina. Su
fachada - telón la convierte en un verdadero retablo donde la escultura cumple un misión
destacada. Y el Colegio de San Gregorio, destinado a la formación teológica de los dominicos y
sede, desde 1933, del Museo Nacional de Escultura, que recorreremos.
Última estación de nuestro recorrido medieval será el convento de San Benito, de fundación real
y muestra grandiosa del conservadurismo gótico, sin asomo de renacimiento.
Cofradías y señores particulares erigieron retablos en las capillas de su fundación donde se
importaron retablos flamencos de los talleres de Bruselas, Amberes y Malinas. Crucifijos o
Vírgenes con el Niño donde se acentúa el patetismo, con exhibición de llagas. Los sepulcros se
colocan en los muros dentro de los arcosolios y exentos. Capillas enteras producidas en el
medioevo dedicadas a la finalidad funeraria donde las familias manifestaban de esta manera las
exequias y la notoriedad. Arte y religiosidad se ponen de acuerdo. La ostentación de la Edad
Media queda manifiesta en estos ejemplos. Los escultores ponen su gubia al servicio de los
arquitectos. Artesanos de la tierra colaboran con foráneos. Esculturas, relieves y escudos
constituyen un gran repertorio.
La Edad Moderna supuso para Valladolid el ápice de su poderío, por lo que será a lo que más
tiempo dediquemos en nuestro viaje. Valladolid en el siglo XV era un gran centro comercial (la
Plaza y Mercado Mayor), junto con la Chancillería y la Universidad, para reunir lo más prestigioso
de la nobleza española que vivía en torno a la Corte.
Los principales maestros de las distintas artes van de un lado a otro, reclamados por una exigente
clientela. Maestros de Burgos, Salamanca y la Corte, tras su asentamiento en Madrid, dejan
muestra de su actividad en tierras vallisoletanas.
En Valladolid vamos a ver la primera fase de la arquitectura renacentista “la plateresca” cuyo
amanecer se produce a través de la ornamentación. Y esto acontece especialmente en las
portadas. Son múltiples los edificios que recorreremos con este sello como por ejemplo el Colegio
Mayor de Santa Cruz fundado por el cardenal Mendoza.
Palacios con portadas avaladas con escudos, grandes balcones y ventanas, lo que indica la
seguridad de los tiempos. Amplios zaguanes, patios porticados, cubiertas con artesonados. Los
grandes arquitectos participaron en la construcción de estos palacios, Carlos V, por ejemplo,
ordenó al arquitecto real Luis de Vega que construyese su palacio en Valladolid. El arquitecto de El
Escorial, Juan de Herrera, creó un nuevo tipo de edificio cuando se incorporó a la obra de la
nueva Catedral, al convertirse Valladolid en sede episcopal. Su clasicismo se fue difundiendo por
la ciudad en otras obras como las de los templos de cofradías de las Angustias y la Vera Cruz.
El gran acontecimiento urbanístico se produjo en 1561 cuando, al arder la Plaza Mayor, intervino
Felipe II para afrontar la reconstrucción, con recursos y nuevas ideas, constituyéndose el centro
cívico fundamental, donde tendremos el privilegio de tener la sede de nuestro hotel en este viaje.
Si la arquitectura contó con los arquitectos más señeros de la época, en torno a la escultura se
formaron varios talleres que produjeron las más relevantes obras de imaginería que conoce
nuestro arte. Alonso Berruguete, Francisco Rincón o Juan de Juni establecieron sus talleres en la
ciudad llevando a cabo cuantos encargos recibían del Rey, los nobles o la Iglesia. El esplendor de
la producción escultórica del siglo XVI se prolongó sin solución de continuidad a lo largo del siglo
XVII. Sin duda, la estancia de la Corte determinó una nueva expansión. En Valladolid estuvo
Pompeyo Leoni encargándose de los bultos orantes del duque de Lerma y de su mujer y Gregorio
Fernández atraído por el ambiente cortesano de comienzos de siglo.
Formó un taller muy completo, que le permitió atender enorme demanda. Se admiraba en sus
figuras que parecían “vivas”. Tuvo la más selecta clientela. Felipe III le encargó el Cristo de El
Pardo y el duque de Lerma el del convento de San Pablo de Valladolid.
De su taller salieron la mayor parte de los pasos procesionales de Valladolid: Camino del calvario,
de la Piedad, del Azotamiento y del Descendimiento, que en estos días podremos contemplar
para el lugar para el lugar y función para los que se crearon: para su veneración y contemplación
en las calles de la ciudad. La escultura del siglo XVII en Valladolid no es sino consecuencia del
influjo de Gregorio Fernández.
Sin extenderme, no quiero dejar pasar a los pintores que llegaron a Valladolid con el círculo regio
y que dejaron obras que no nos perderemos: Carducho, Pantoja de la Cruz, Pedro Pablo Rubens
o Diego Valentín Díaz que policromó algunas de las principales obras de Gregorio Fernández.
Continuaremos los recorridos reparando en los intelectuales y literatos que pasaron sus días en la
ciudad del Esgueva y que contribuyeron con su sabiduría popular y sus estudios a crear un
entorno cultural e intelectual ah doc al desarrollo comercial, político y artístico de la ciudad. En
ella encontramos a Fray Luis de León, a Santa Teresa o San Juan de la Cruz, a Lope de Rueda, que
inaugura el primer corral de comedias de la ciudad.
La Universidad y la Chancillería en el siglo XVI dieron lugar a teológos, médicos poetas,
historiadores, traductores de griegos, seguidores de Petrarca y humanistas vallisoletanos. Con el
retorno de la capitalidad a la ciudad se sucedieron idas y venidas de literatos de la talla de
Quevedo o de su antagonista Góngora, que ahí se hicieron enemigos y cruzaron sus primeras
armas. Y como no, Cervantes, que llegó a Valladolid después de su paso por la cárcel sevillana.
Mucho hay de Valladolid en la obra de Cervantes y eso también lo conoceremos en la visita a su
museo.
Dejaremos para otro viaje lo pertinente a los siglos XVIII, XIX y XX que fueron de crisis, primero y
de recuperación, después. Con importantes personalidades y cambios profundos en la era de la
industrialización. Sí conoceremos y comentaremos lo que encontremos en el camino, la obra de
Ventura Rodríguez para el Seminario de Valladolid de 1759, el pasaje Gutiérrez o el Mercado del
Val. Queda otra Valladolid por descubrir. Por el momento, introduzcámonos en la que configuró
su historia, la que la colmó de gloria y la que pasó a escribir la tradición y el folclore que regeneró
la edad contemporánea.
PRESENTACION: el 28 de marzo a las 09.00 hrs. Para salir a las 09.30 en la estación de tren de Atocha antes del control. Nuestro precio incluye: - Tren en clase turista Madrid-Valladolid-Madrid en base a Tarjeta Dorada
*Suplemento Sin tarjeta dorada: 13 euros.
- Bus Gran Turismo para todo el recorrido.
- Estancia en el hotel NH Ciudad de Valladolid o similar, en régimen de alojamiento y desayuno.
- Profesor acompañante: María Diez Ibargoitia.
- Guía local en todo el recorrido y las visitas.
- Tickets de entrada en todas las visitas
- Receptores electrónicos individuales para mejor seguimiento de las visitas.
- Seguro de asistencia y cancelación.
- Documentación de viaje. El precio No Incluye: - Todos los extras de carácter personal
- Propinas guía local y chófer
- Todo lo no especificado en “el Precio Incluye”
IMPORTANTE: Nuestros viajes son privados y exclusivos para Viajar con Arte. Las compañías aéreas y los hoteles nos exigen un depósito para confirmar las plazas aéreas y el número de habitaciones en los hoteles que os ofrecemos.
RESERVAS ANTES DEL 12 DE MARZO (PLAZAS LIMITADAS)
1º PASO: INGRESO DE RESERVA DE 250 EUROS PARA GARANTIZAR LA RESERVA DEL HOTEL.
Personalmente en Viajes Paraíso Mar (C/ Duque de Sesto, 6). De lunes a Viernes de 09.30 a 13.30
// 17.00 a 20.00. Sábado de 10.30 a 13.30.
- Mediante Transferencia Bancaria en la cuenta de la Caixa ES20 2100 1573 05
0200276471 – poner en el concepto NOMBRE + APELLIDOS + VALLADOLID
Precio por persona 16 Personas
Habitación doble 415 €
Suplemento individual 185€
2º PASO:
- Enviar comprobante de pago a [email protected]
2º PAGO ANTES DEL 21 DE MARZO - RESTO VIAJE
Este viaje está sujeto la ley de Viajes Combinados, (VER APARTADO EN NUESTRA WEB
“CONDICIONES GENERALES DE VIAJES” Apartados 4.2 y 4.5) teniendo las siguientes condiciones
especiales de Gastos de Anulación: Gastos de Gestión: 60€ - Gastos de anulación:
- Desde 45 días antes hasta 31 días antes de la salida: 40 %
- Desde 30 días antes hasta 22 días antes de la salida: 60%
- Desde 21 días antes de la salida hasta 5 días antes de la salida: 75 %
- Desde 4 días hasta la salida: 100 %
La Dirección Técnica de este viaje corresponde a VIAJES PARAISO MAR, S.A. CICMA
697, con domicilio en la calle Duque de Sesto, 6, Madrid Teléfono: 91 578 03 92 (referencia Viajar
con Arte – Valladolid)