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Medio: Tiempo Argentino Fecha: 10/04/2011 Título Avanza la integración para evitar el ingreso de capitales especulativos Seminario internacional de la unasur Avanza la integración para evitar el ingreso de capitales especulativos Se resaltó la necesidad de profundizar políticas económicas que diseñen una nueva arquitectura financiera regional. Inversiones, tipo de cambio y el impulso a entidades como el Banco del Sur fueron los temas de debate. Por A. Trinelli y F. Schmalen El pasado jueves y viernes se desarrolló en Buenos Aires el Seminario Internacional Unasur: de la integración política a la integración económica y financiera, organizado por la Comisión Nacional de Valores (CNV), el Centro de Estudios Económicos y Monitoreo de las Políticas Públicas (CEMOP) y el Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (CEFID-AR). Fueron dos días de intenso debate y propuestas por configurar una nueva arquitectura financiera internacional, renovados diseños financieros regionales con la Unasur como clave de una nueva integración política y económica entre los países, el debate cambiario en la dimensión nacional, regional y mundial y la cuestión de las inversiones, el CIADI y los Tratados Bilaterales de Inversión (TBI), entre algunos de los tantos temas que desarrollaron expositores nacionales y extranjeros. La apertura estuvo a cargo de funcionarios argentinos, en un panel integrado por Amado Boudou, Alejandro Vanoli, presidente de la CNV y Juan Carlos Fábrega, presidente del Banco Nación, acompañados por Hebe de Bonafini en su carácter de presidenta de Madres de Plaza de Mayo. Todos coincidieron en resaltar el crecimiento de la Argentina en contraste con la década de 1990, señalando la inconsistencia opositora de vincular la expansión de la economía al “viento de cola” o los supuestos riesgos que actualmente enfrentaría el país de quedar “aislado del mundo” ante el cambio de paradigma surgido desde 2003, que supone basar el desarrollo, anteponiendo los intereses propios a los extranjeros. “Ahora el FMI dice que el Consenso de Washington está muerto. Pero no nos engañemos: en estos organismos son las burocracias las que siguen tomando las decisiones”, advirtió el ministro de Economía, al tiempo que destacó la importancia de avanzar en la creación del Banco del Sur como instancia superadora del Banco Mundial y el BID, con créditos a favor de la producción. En este sentido, Fábrega apuntó que “hoy el Banco Nación cumple su verdadera función: en la actualidad concentra el 22% de los créditos totales, muchos de los cuales se destinan a pymes con tasas muy razonables pero sin por ello perder rentabilidad”, destacando, además, que el banco hoy apenas cuenta con el 0,71% de mora en su cartera, a diferencia de la década de 1990, donde la misma ascendía al 57%. “Esto habla de la calidad de las políticas públicas que se están aplicando, y lo importante que sería contar con una entidad financiera de similares características a nivel regional”, sostuvo el titular del banco.

Seminario internacional de la unasur Avanza la … · PRESIÓN DE LOS PAISES DESARROLLADOS. Por otro lado, varios de los conferencistas apuntaron la ... anticíclicos que resguarden

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Medio: Tiempo Argentino Fecha: 10/04/2011 Título Avanza la integración para evitar el ingreso de capitales especulativos

Seminario internacional de la unasur Avanza la integración para evitar el ingreso de capitales especulativos Se resaltó la necesidad de profundizar políticas económicas que diseñen una nueva arquitectura financiera regional. Inversiones, tipo de cambio y el impulso a entidades como el Banco del Sur fueron los temas de debate. Por A. Trinelli y F. Schmalen El pasado jueves y viernes se desarrolló en Buenos Aires el Seminario Internacional Unasur: de la integración política a la integración económica y financiera, organizado por la Comisión Nacional de Valores (CNV), el Centro de Estudios Económicos y Monitoreo de las Políticas Públicas (CEMOP) y el Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (CEFID-AR). Fueron dos días de intenso debate y propuestas por configurar una nueva arquitectura financiera internacional, renovados diseños financieros regionales con la Unasur como clave de una nueva integración política y económica entre los países, el debate cambiario en la dimensión nacional, regional y mundial y la cuestión de las inversiones, el CIADI y los Tratados Bilaterales de Inversión (TBI), entre algunos de los tantos temas que desarrollaron expositores nacionales y extranjeros. La apertura estuvo a cargo de funcionarios argentinos, en un panel integrado por Amado Boudou, Alejandro Vanoli, presidente de la CNV y Juan Carlos Fábrega, presidente del Banco Nación, acompañados por Hebe de Bonafini en su carácter de presidenta de Madres de Plaza de Mayo. Todos coincidieron en resaltar el crecimiento de la Argentina en contraste con la década de 1990, señalando la inconsistencia opositora de vincular la expansión de la economía al “viento de cola” o los supuestos riesgos que actualmente enfrentaría el país de quedar “aislado del mundo” ante el cambio de paradigma surgido desde 2003, que supone basar el desarrollo, anteponiendo los intereses propios a los extranjeros. “Ahora el FMI dice que el Consenso de Washington está muerto. Pero no nos engañemos: en estos organismos son las burocracias las que siguen tomando las decisiones”, advirtió el ministro de Economía, al tiempo que destacó la importancia de avanzar en la creación del Banco del Sur como instancia superadora del Banco Mundial y el BID, con créditos a favor de la producción. En este sentido, Fábrega apuntó que “hoy el Banco Nación cumple su verdadera función: en la actualidad concentra el 22% de los créditos totales, muchos de los cuales se destinan a pymes con tasas muy razonables pero sin por ello perder rentabilidad”, destacando, además, que el banco hoy apenas cuenta con el 0,71% de mora en su cartera, a diferencia de la década de 1990, donde la misma ascendía al 57%. “Esto habla de la calidad de las políticas públicas que se están aplicando, y lo importante que sería contar con una entidad financiera de similares características a nivel regional”, sostuvo el titular del banco.

Vanoli resaltó el incremento que ha tenido el financiamiento en todos estos años. Aclaró que no solamente este aumento estuvo ligado al consumo, sino también a la producción y a las pymes. “Creo que hay que perseverar en este camino –señaló el presidente de la CNV– e intentar implementar estos mecanismos a escala regional, de manera de replicar esta tendencia en todos los países de Unasur. Hay que elevar los estándares regulatorios internacionales y volver a hacer que el Estado genere instituciones especializadas en la protección del consumidor y la prevención del riesgo sistémico”, añadió. El recorrido del debate también llevó a la participación de funcionarios y asesores extranjeros. Todos coincidieron en la necesidad de profundizar la integración y fortalecer la institucionalidad de la Unasur, cuya flamante nueva secretaria general, María Emma Mejía, fue recibida el jueves pasado por la presidenta Cristina Fernández. También hubo lugar para testimonios de especialistas de zonas geográficas lejanas a la región. Martín Khor, director ejecutivo del Centro del Sur, aportó la experiencia de los países del este de Asia, que pudieron impulsar un desarrollo industrial a partir de sus propias capacidades, evitando el endeudamiento externo. “El desarrollo industrial no es una mala palabra en Asia. Nosotros lo hacemos todo el tiempo”, señaló el experto malayo. Además, en relación con la crisis financiera, destacó que el error de muchos países fue liberalizar sus finanzas: “A partir del momento en que la economía más dinámica de la zona, Corea del Sur, se unió a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) hubo una apertura irrestricta a los mercados, que fue la causa de la penetración en nuestras economías de fondos especulativos”, agregó. PRESIÓN DE LOS PAISES DESARROLLADOS. Por otro lado, varios de los conferencistas apuntaron la presión que se ejerce de parte de los países agrupados en el G-7 para que las naciones emergentes de mayor expansión y crecimiento reciente aprecien sus monedas, de manera de encarecer su producción local, permitiendo un crecimiento en sus niveles de importaciones que permita, justamente, volcar el excedente de producción de países con niveles de demanda efectiva deprimida por la crisis internacional. Otro punto en el cual mostraron coincidencias fue en la vinculación entre la liberalización financiera y la liberalización de las negociaciones comerciales, y los riesgos de una nueva burbuja financiera ante un flujo de capitales como el que se plantea actualmente. Por lo tanto, advirtieron la necesidad por insistir en la regulación y, muy especialmente, en continuar profundizando el proceso de integración, que no solamente permita mantener los estándares de crecimiento vigentes en los países de la región, sino que al mismo tiempo actúen como mecanismos anticíclicos que resguarden sus economías frente a los capitales especulativos. Roberto Feletti se ocupó de relatar los trabajos realizados por el grupo de Integración Financiera de la Unasur desde 2007, hasta arribar al borrador del Estatuto de Consejo Sudamericano de Economía y Finanzas que será sometido en breve a consideración de los delegados de cada país. “El camino recorrido hasta ahora giró en un doble sentido –destacó el viceministro de Economía–: por un lado, la necesidad de un nuevo multilateralismo regional, y por el otro un desacople del multilateralismo global. Esta agenda de trabajo incluyó críticas a la percepción que sobre el desarrollo habían históricamente tenido los organismos multilaterales de crédito, y entre otras cosas buscó coordinar esquemas de acumulación de reservas en todos nuestros países, de manera de aprovechar la solvencia externa de la región.” A su vez, resaltó la necesidad de revisar la ALADI, considerando que no todos los países latinoamericanos tuvieron el mismo comportamiento frente a la crisis. En este sentido, apuntó Feletti, se impone “discutir la necesidad de aprovechar la ecuación energética y alimentaria que tiene el continente, de manera de prescindir de los proyectos de desarrollo a financiar por EE UU, del cual son mucho más dependientes en la actualidad las economías de América Central y América del Norte”. Finalmente, Feletti formuló el

siguiente interrogante: “¿Conviene ir a buscar ahorro en moneda extranjera que luego obligue a arbitrar en el presupuesto entre la moneda local y la deuda en divisas con los riesgos cambiarios que eso implica, o se pueden colocar títulos en moneda local y financiarse con los propios recursos? Sin dudas, hay que avanzar en esquemas de desdolarización del comercio regional”, concluyó. Además, la intervención de Antonio Simoes, director general de la Cancillería de Brasil, apuntó a resaltar lo importante que fue para la región el incremento del comercio Sur-Sur y la ampliación de los mercados internos, además de no dejar dudas sobre cuál será la política para la región de parte de la principal economía de Sudamérica en el nuevo gobierno de la presidenta Rousseff: “Debemos comprender la nueva realidad basada en nuestras propias capacidades. Esta pasa por convencernos de la necesidad de trabajar cada vez más juntos”, destacó el funcionario brasileño. < Eudomar rafael tovar, vicepresidente del banco central de venezuela “Herramientas como el Banco del Sur son mecanismos para frenar los embates de la crisis financiera” –¿El retraso en la creación del Banco del Sur es por un problema de fondeo de compatibilidad con las instituciones que hoy funcionan como BNDES? –El desarrollo de este proyecto necesita de apoyo técnico y político. Nos hemos atrasado debido a las complicaciones de agenda y a los temas de interés. Es una herramienta para el desarrollo de nuestra región en el marco de Unasur, y va a ser un aporte complementario en el ámbito de las otras instituciones que existen. El financiamiento se dará con los ahorros internos de nuestras economías, que generalmente se van afuera. Se podrán distribuir y dirigir a nuestra región, sin tener que pedir préstamos con altas tasas de interés. –En el panel se dijo que está en marcha el proceso de desdolarización regional. ¿Podrá fondearse con bonos en monedas locales? –No sólo eso. También con aquellos países que quieran colocar sus ahorros en nuestra región. Sumamos un agregado que complementa la capacidad de inversión de la región. –El FMI ahora planteó que es necesario un control en el flujo de los capitales internacionales, ¿por qué toman esta política? –Hay que ver cómo está la situación de la hegemonía de los EE UU en el FMI. Con el dólar depreciado totalmente, la capacidad de señoriaje que tienen sobre la moneda induce a que haya un flujo de capitales enorme y muy volátil que impacta sobre la economía. Ellos pretenden realizar un control sobre algo que promovieron. Es contraproducente, porque tener un flujo de capital tiene cierta importancia a la hora de conseguir liquidez en algunas actividades. Por eso se hace más importante desenvolver mecanismos alternativos, como el Banco del Sur y el Sucre que permiten desacoplarse de monedas fuertes para financiar las actividades productivas de la región. –En su país una resolución reciente permite al Ejecutivo acceder a datos sobre cuentas bancarias, ¿es para controlar la posible especulación alrededor de un modelo de tipo de cambio diferenciado? –En el caso de Venezuela hay un control administrado de divisas que está funcionando y nos ha dado muy buenos resultados. Si no lo hubiéramos hecho, muchos de los especuladores hubieran actuado. Ha sido muy eficiente para nuestra política interna. La resolución que mencionás, no busca controlar este ámbito, tiene fines de carácter interno, a los efectos de evitar algunas transacciones que se salen de lo normal.

–Uno de los problemas claros de la economía venezolana es la inflación. Europa y China acaban de subir las tasas de interés. ¿Con qué política el gobierno venezolano viene afrontando el problema y qué impacto pueden tener estas subas de las tasas internacionales? –Nuestro problema de inflación es estructural y coyuntural. No es un secreto que lo que más impacta es el rubro alimentos. Venimos tomando medidas macro y microeconómicas con los entes que tienen que ver con el tema en aras de tratar de abatir el flagelo. Ya conseguimos resultados favorables. En marzo fue de 1,4% que, comparativamente con el mes anterior que fue de 2,4%, marca una desaceleración. Hay que considerar que ese seguimiento nos está ayudando, porque hemos encontrado nichos que requerían de apoyo entre el Ejecutivo y el Banco Central. Estamos haciendo todos los esfuerzos y lo estamos logrando. Se verifica una desaceleración en casi todos los rubros. La economía venezolana tiene un problema estructural que surge de los problemas de producción en la parte agrícola, que se vio agravada por la crisis de emergencia que se dio por la lluvia. Ahí vamos con inversiones para incrementar la oferta en el sector. El objetivo es lograr una inflación de un dígito en el mediano plazo. –Se dice que la crisis financiera está llegando a su fin. Sin embargo, el precio del oro sigue creciendo, lo que siempre ha sido un indicador, al menos, de desconfianza en el mercado de capitales. ¿En qué etapa estamos? –Estamos todavía en medio de la crisis financiera. De hecho el déficit fiscal que presenta EE UU, el endeudamiento y el brote inflacionario mundial van a tener efectos en el mercado mundial. Va a haber incrementos de tasas de interés, lo que va a traer un impacto sobre las deudas de muchos países que no van a poder pagar, y eso acarreará problemas mayores. Un elemento clave es la debilidad que tiene el dólar que, comparativamente con la fortaleza del euro, plantea una contradicción que llevará a los EE UU a tener que subir también los intereses, con efectos sobre América Latina. Por eso hay que tomar mecanismos como el Banco del Sur, Sucre etcétera, para frenar los embates que pudieran producirse. Pedro silva barros, instituto de investigación económica aplicada de la presidencia de brasil “Hemos combinado una política monetaria ortodoxa con medidas heterodoxas” –El gobierno brasileño ha tomado medidas y existen presiones para que tome otras tendientes a frenar el crecimiento de sus importaciones. ¿Qué impacto tienen en la integración regional y en particular en el Mercosur? –Está relacionado con el comercio con otros países del mundo, en particular con los EE UU. Brasil hace 8 años tenía un superávit comercial de 8 mil millones de dólares, y hoy tiene un déficit creciente. No está vinculado con el comercio regional donde, a pesar de ser Brasil el que tiene la moneda más valorizada, sigue teniendo superávit con todos los países, excepto Bolivia y, en algunos meses, con Chile. Con la Argentina son 90 meses consecutivos de superávit. Las medidas adoptadas son el aumento de impuestos sobre operaciones financieras. Pero, más importante que estas medidas coyunturales es fortalecer los procesos de integración productiva y esto está avanzando bastante. En 2003, Brasil inauguró una política de sustituir importaciones de otros países del mundo por Sudamérica. Esta política fue exitosa en términos comerciales. En 2008, con la nueva política industrial de Brasil fue diseñada la política de desarrollo productivo que para la integración productiva en otros países de la región proveyó financiamiento público brasileño de productos exportables hacia Brasil.

–Lo que están planteando es actuar sobre la tasa de interés para que se produzca, al menos, un freno al ingreso de capitales especulativos y una pequeña devaluación del real. Pero China aumentó sus tasas y Europa también. ¿Eso jugaría a favor de Brasil y no sería necesario bajar la tasas porque se reduciría por sí mismo ese flujo de capitales? –En teoría, si aumenta la tasa en otros lugares, la tendencia sería una desvalorización del cambio en Brasil, pero la diferencia de la tasa sigue siendo muy grande. Por eso no hay previsión de cambiar el modelo monetario de Brasil que tiene centro en las tasas de interés. Esto no va a cambiar. Pero Brasil, en el momento de la crisis, ha combinado una política monetaria bastante ortodoxa, con otras políticas sectoriales heterodoxas como la de la Banca pública, que en plena crisis ha ampliado bastante el crédito. Además, el gobierno, al mismo tiempo que hace un ajuste fiscal de 30 mil millones de dólares, aporta al BNDES una cifra equivalente. Hay un programa de 1 millón de viviendas. Hay políticas que permiten afrontar la inflación con medidas no tradicionales como el sistema de ajuste de tarifas públicas. Otra cosa que está en negociación sería sacar del índice que determina la tasa de interés el componente de los precios de los alimentos (commodities) que tiene que ver con el mercado internacional y puede llevar a decisiones equivocadas. –¿Es compatible el Banco del Sur con el Banco Nacional de Desarrollo? –Sí, claro, mi disertación va a ser precisamente sobre ese posible dilema, pero es absolutamente compatible. –El FMI planteó que va a aplicar un control al capital financiero? ¿por qué lo hace? –El FMI quedó muy desacreditado en la crisis internacional y ahora quiere recuperar su espacio. Para eso son profesionales. Es un movimiento. Siempre los países han podido controlar el movimiento de capitales y eso nunca ha sido una restricción formal del Fondo. Cambia la posición pública para tratar de mantenerse como un instrumento de concertación en las finanzas internacionales.