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COLEGIO SAN RAFAEL ARCÁNGEL DEPTO. DE FILOSOFIA Y PSICOLOGÍA L O S A N G E L E S . PROF.: SR. SERGIO POLANCO M. SENSACIÓN Y PERCEPCIÓN. A. LA SENSACIÓN. NOCIÓN DE SENSACIÓN: Tradicionalmente el término sensación ha hecho referencia a la información, más o menos caótica, proce- dente de los sentidos. La sensación es el fenómeno más simple y primario de la vida cognoscitiva o de la percepción del mundo y consiste en la captación consciente de un estímulo. 1. Captación. El individuo al percibir el mundo por medio de la sensación, se comporta de una manera activa. A este respecto debemos considerar los siguientes puntos: Conversión cuantitativa-cualitativa: los estímulos exteriores son realidades físico-químicas cuantificables en longitud, peso, frecuencia, tamaño e intensidad. El individuo los capta en las sensaciones cualitativamente y no cuantitativamente. Ley de energía específica: “un mismo estímulo produce diferentes sensaciones en los diversos sentidos según la natu- raleza de estos, y diversos estímulos actuando sobre un mismo sentido desencadenan una misma sensación”. La energía específica es la capacidad de los sentidos para percibir cierto tipo de estímulos y otros no. El umbral absoluto de la sensación: es el límite mínimo y máximo de intensidad de un estímulo capaz de producir una sensación, más allá de los cuales no se produce sensación alguna. El umbral diferencial: se refiere a la cantidad mínima que hay que agregar o quitar a un estímulo para que se produzca una sensación de intensidad diferente ala anterior. 2. Captación consciente. Para que una sensación se produzca, no basta que los estímulos lleguen a nuestros sentidos, es ne- cesario otro factor primordial: la conciencia. El individuo debe encontrarse alerta psicológicamente para que la sensación se realice. Una persona inconsciente no captará los estímulos, y por lo tanto, no tendrá sensaciones. Leyes de la sensación: Ley de relatividad y contraste: “Una sensación se percibe mejor si contrasta con las anteriores. Es relativa a las anterio- res”. Ley de síntesis: “La sensación, como todo fenómeno anímico, no es un hecho aislado, sino que se percibe dentro de la unidad del estado psíquico presente”. Ley de atención: “Se perciben más intensa y claramente aquellos estímulos a los que prestamos atención especial”. Ley de persistencia o continuidad: “La sensación, una vez que el estímulo ha desaparecido, se perpetúa aún por un tiempo”. 3. El estímulo. Es el factor físico-químico que excita nuestros sentidos. Cada sentido tiene su estímulo específico, el que puede provenir del exterior o del interior de nuestro cuerpo. Según esto hablamos de sensaciones externas o internas respectivamen- te. CONDICIONES DE LA SENSACIÓN: Son aquellos factores que deben estar presentes para que se produzca una sensación. Estas condiciones son: Físicas: el estímulo. Fisiológicas: funcionamiento del órgano receptor y de la corriente nerviosa hasta la zona cortical del cerebro. Psicológicas: la conciencia. B. LA PERCEPCIÓN. NOCIÓN DE PERCEPCIÓN: Nadie duda que recibimos información del mundo que nos rodea a través de los datos que nos proporcio- nan nuestros sentidos. El material de la percepción son los datos del mundo exterior suministrados por las sensaciones. Estos se integran en una representación única y significativa, que constituye el objeto de la percepción. Las sensaciones se reúnen y organi- zan siguiendo ciertas normas y la síntesis organizada es la percepción del objeto. Sin esta organización tendríamos sensaciones aisladas, inconexas, sin orden ni sentido y el mundo se nos presentaría como un caos de colores, luces, tamaños, olores y ruidos. Los diversos estímulos percibidos no tendrían significado de objeto para nosotros. Dicho de otro modo, la percepción sobrepasa lo que puede ser captado por los órganos sensoriales: la percepción (visual, auditiva, táctil, gustativa, olfativa o propioceptiva) se basa

Sensación y Percepción

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Page 1: Sensación y Percepción

COLEGIO SAN RAFAEL ARCÁNGEL

DEPTO. DE FILOSOFIA Y PSICOLOGÍA

L O S A N G E L E S .

PROF.: SR. SERGIO POLANCO M.

SENSACIÓN Y PERCEPCIÓN. A. LA SENSACIÓN.

NOCIÓN DE SENSACIÓN: Tradicionalmente el término sensación ha hecho referencia a la información, más o menos caótica, proce-dente de los sentidos. La sensación es el fenómeno más simple y primario de la vida cognoscitiva o de la percepción del mundo y consiste en la captación consciente de un estímulo.

1. Captación. El individuo al percibir el mundo por medio de la sensación, se comporta de una manera activa. A este respecto debemos considerar los siguientes puntos: Conversión cuantitativa-cualitativa: los estímulos exteriores son realidades físico-químicas cuantificables en longitud,

peso, frecuencia, tamaño e intensidad. El individuo los capta en las sensaciones cualitativamente y no cuantitativamente. Ley de energía específica: “un mismo estímulo produce diferentes sensaciones en los diversos sentidos según la natu-

raleza de estos, y diversos estímulos actuando sobre un mismo sentido desencadenan una misma sensación”. La energía específica es la capacidad de los sentidos para percibir cierto tipo de estímulos y otros no.

El umbral absoluto de la sensación: es el límite mínimo y máximo de intensidad de un estímulo capaz de producir una sensación, más allá de los cuales no se produce sensación alguna.

El umbral diferencial: se refiere a la cantidad mínima que hay que agregar o quitar a un estímulo para que se produzca una sensación de intensidad diferente ala anterior.

2. Captación consciente. Para que una sensación se produzca, no basta que los estímulos lleguen a nuestros sentidos, es ne-cesario otro factor primordial: la conciencia. El individuo debe encontrarse alerta psicológicamente para que la sensación se realice. Una persona inconsciente no captará los estímulos, y por lo tanto, no tendrá sensaciones.

Leyes de la sensación:

Ley de relatividad y contraste: “Una sensación se percibe mejor si contrasta con las anteriores. Es relativa a las anterio-res”.

Ley de síntesis: “La sensación, como todo fenómeno anímico, no es un hecho aislado, sino que se percibe dentro de la unidad del estado psíquico presente”.

Ley de atención: “Se perciben más intensa y claramente aquellos estímulos a los que prestamos atención especial”. Ley de persistencia o continuidad: “La sensación, una vez que el estímulo ha desaparecido, se perpetúa aún por un

tiempo”.

3. El estímulo. Es el factor físico-químico que excita nuestros sentidos. Cada sentido tiene su estímulo específico, el que puede provenir del exterior o del interior de nuestro cuerpo. Según esto hablamos de sensaciones externas o internas respectivamen-te.

CONDICIONES DE LA SENSACIÓN: Son aquellos factores que deben estar presentes para que se produzca una sensación. Estas condiciones son:

Físicas: el estímulo. Fisiológicas: funcionamiento del órgano receptor y de la corriente nerviosa hasta la zona cortical del cerebro. Psicológicas: la conciencia.

B. LA PERCEPCIÓN.

NOCIÓN DE PERCEPCIÓN: Nadie duda que recibimos información del mundo que nos rodea a través de los datos que nos proporcio-nan nuestros sentidos. El material de la percepción son los datos del mundo exterior suministrados por las sensaciones. Estos se integran en una representación única y significativa, que constituye el objeto de la percepción. Las sensaciones se reúnen y organi-zan siguiendo ciertas normas y la síntesis organizada es la percepción del objeto. Sin esta organización tendríamos sensaciones aisladas, inconexas, sin orden ni sentido y el mundo se nos presentaría como un caos de colores, luces, tamaños, olores y ruidos. Los diversos estímulos percibidos no tendrían significado de objeto para nosotros. Dicho de otro modo, la percepción sobrepasa lo que puede ser captado por los órganos sensoriales: la percepción (visual, auditiva, táctil, gustativa, olfativa o propioceptiva) se basa

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en la información de los sentidos, pero para que haya percepción tiene que darse una experiencia del fenómeno percibido; es decir, es necesario que la información sensorial se organice de una forma coherente y con un significado para la persona que percibe.

La percepción es un proceso bipolar.

Espontáneamente pensamos que al percibir algo somos totalmente pasivos y receptivos. También pensamos que las cosas emiten “copias” suyas a través del espacio, que son recibidas por nuestros órganos sensoriales. Nada más falso: las cosas no emi-ten “copias” y nosotros no somos pasivos receptores de las mismas. Decía William James –famoso psicólogo y filósofo americano muerto en 1910-: “Parte de lo que percibimos proviene, a través de los sentidos, del objeto que tenemos delante; otra procede siempre de nuestra propia mente”. Es decir, la percepción es un proceso bipolar que depende, en parte, de las características de los estímulos que activan los órganos de los sentidos, y, en parte, de las características de la persona que percibe (experiencias, motivaciones, expectativas, aptitudes, personalidad, etc.). Por ello mismo, no somos puros “espectadores” pasivos cuando perc ibi-mos: la percepción es un fenómeno activo en el que interviene toda la persona, aunque no nos demos cuenta de ello. La percepción es un proceso de información-adaptación.

Es importante conocer la función que realiza la percepción en nuestra vida. En primer lugar, nos facilita información sobre el mundo: gracias a ella estamos en contacto con la realidad.

La información que recibimos acerca del mundo por medio de nuestras percepciones nos permite el desarrollo del pensamien-to puro (ciencia, filosofía, poesía...), pero propiamente está en función de nuestra adaptación al medio en que vivimos, es decir, es-tá en función de la vida y la acción.

Cada animal percibe en su medio especialmente aquello que le permite sobrevivir, lo cual demuestra el carácter adaptativo de la percepción. Si el hombre posee una riqueza perceptiva tan grande es porque es el más desvalido de todos los animales y neces i-ta utilizar más medios que ningún otro. Como dice el antropólogo Arnold Huelen, el hombre compensa sus carencias de adaptación al ambiente por medio de la acción. Cuando el hombre mira en torno suyo, lo que percibe son objetos en los que “se insinúan” mú l-tiples utilizaciones y posibilidades de instrumentalización. Nos “cargamos” de percepciones, las guardamos en la memoria y al lí las tenemos como “disponibles” para cuando nos hagan falta. El mundo es nuestro –de la humanidad- porque al percibirlo lo ponemos ya a nuestra disposición. La percepción es un proceso de selección.

La función adaptativa de la percepción explica su carácter selectivo: un animal percibe únicamente lo que interesa a su super-vivencia. Tomados por separado, la mayoría de los animales poseen órganos receptivos más finos que el hombre. Sin embargo, el mundo del hombre es mucho más rico que el de cualquier animal particular: sólo el hombre tiene “mundo”.

Además, no solamente no podemos percibir sino una mínima parte de los posibles estímulos; aun los que nos llegan son de-masiados y tenemos que seleccionar entre ellos. El cerebro no puede procesar toda la información que recibe.

COMO PRECIBIMOS: La percepción es un acto originario por el que percibimos un objeto. Fue la Escuela de la Forma (o Gestalt) la

que destacó este aspecto al insistir en el carácter de “totalidad” de lo percibido: lo percibido es una “Gestalt”, es decir, una forma, una figura estructurada. a. Configuración.

1. Fondo-Figura: Según la Escuela de la Forma, lo que percibimos es una figura que se destaca sobre un fondo. La figura se impone por sí misma.

2. Leyes de agrupación de los estímulos: Tendemos a agrupar los diferentes estímulos y sensaciones correspondientes en un todo determinado, siguiendo los criterios de continuidad, proximidad, semejanza, contraste y cierre.

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Ley de continuidad: Tendemos a percibir las líneas ocultas de las que los sentidos no nos proporcionan in-formación. En toda percepción tratamos de encontrar una unidad, un sentido.

Ley de proximidad: Entre varios estímulos que son iguales, nuestro cerebro tiende a agrupar aquellos que están más próximos físicamente entre sí.

Ley de semejanza: Nuestra percepción tiende a ver agrupados los elementos que son semejantes entre sí por forma, color, posición o cualquier otra característi-ca.

Ley de contraste: El máximo relieve perceptivo de una figura se obtiene por el máximo contraste entre ella y sus próximas.

Ley de cierre: Nuestra manera de percibir tiende a considerar como figuras cerradas aquellas en que al-gunos trazos o elementos no están completos. A ve-ces, el cierre no se produce tanto por efecto de la for-ma del objeto cuanto por el influjo de nuestros precon-ceptos.

b. Factores subjetivos.

Muchas veces percibimos lo que estamos dispuestos a percibir, lo que queremos percibir, lo que nos interesa, lo que esperamos percibir, lo que hemos aprendido a ver. Es decir: en la percepción influyen las motivaciones, las expectativas, los hábitos, los re-cuerdos, las experiencias anteriores, la cultura, el aprendizaje, la propia personalidad. Todos estos factores subjetivos intervie-nen de la siguiente manera: En la selección de datos: atendemos a aquello que nos interesa y pasamos por alto todo lo demás. En la interpretación de los datos: las expectativas determinan lo que vamos a percibir. En el contenido de la percepción misma: los deseos, los recuerdos, las situaciones afectivas se añaden a la percepción;

no percibimos simplemente, por ejemplo, a “mi vecino”, sino a “mi amable vecino, que siempre está dispuesto a hace rte un favor”.

Por otro lado, la cultura ejerce un papel fundamental en el momento de percibir. Nos han enseñado a percibir y este

aprendizaje determinará toda nuestra actividad perceptiva posterior. Además, el percibir es algo sometido a un proceso de enriquecimiento, desde las percepciones rudimentarias del recién

nacido hasta el refinamiento perceptivo del catador de vinos… Un factor absolutamente fundamental en la percepción es la significación. Sólo cuando ocurre esto se puede decir que ha

tenido lugar la percepción en sentido propio.

BIBLIOGRAFÍA:

1. Del Lago Romo, Gerardo: “PSICOLOGÍA”. Alfa Ediciones. Chile. 2. Arroyo Pomeda, Julián et al: “FILOSOFÍA”. Editorial Santillana. Madrid, España. 3. Tejedor Campomanes, César: “INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA”. Ediciones SM. Madrid, España.