Ser Catequista. Jesús modelo y guía del Catequista

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    Ser Catequista

    Norka C. Risso Espinoza1

    SERVICIO DE CATEQUESIS

    CENTRO SAN JUAN DE DIOS

    CIEMPOZUELOS

    L A VOCACIÓN DEL CATEQUISTA  

    El catequista es un cristiano llamado por Dios para este servicio. Ha de ejercerloconforme al modelo que le ofrece Jesús, Maestro. Movido por el Espíritu lleva a cabo sutarea con una espiritualidad peculiar. Desde su vinculación a la Ilesia reali!a un acto

    eclesial que es, al mismo tiempo, un servicio a los "ombres, lo que le "ace estarconstantemente abierto a sus o!os # preocupaciones.

    Llamado por Dios

    $a vocación del catequista tiene su orien en un llamamiento de Dios a determinadoscristianos a quienes %l quiere encomendar la tarea de catequi!ar. El catequistaresponde a una vocación, a una llamada.

    $as causas inmediatas por las que, de "ec"o, se llea a ser catequista pueden serdiversas& respuesta a una invitación del sacerdote, toma de conciencia de que lo e'ie sucondición de cre#ente, impacto producido por el testimonio de otro catequista, deseo

    de adquirir un compromiso en la reali!ación de la comunidad eclesial... Dios se vale deestas u otras circunstancias como mediaciones para manifestar su voluntad. (ero m)s

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    all) de las circunstancias inmediatas "a# siempre una iniciativa de Dios.

    $a vocación específica del catequista tiene su raí! en la vocación común del (ueblo deDios llamado a trabajar al servicio del desinio salvador del (adre& *Dios quiere quetodos los "ombres se salven # lleuen al conocimiento pleno de la verdad+ - m /,01.

    (or consiuiente, la vocación del catequista brota de su Bautismo  #a que, por 2l, elcristiano se incorpora al (ueblo de Dios. En este campo común de la responsabilidadevaneli!adora de todo cristiano se inscribe el deber de todos de colaborar, seún lacapacidad de cada uno, en la acción catequi!adora de la Ilesia& *$a solicitud por lacatequesis, bajo la dirección de la leítima autoridad eclesi)stica, corresponde a todoslos miembros de la Ilesia en la medida de cada uno+ 3D3- 4401.

    3omo una concreción de esta solicitud por la catequesis, alunos son llamados adesempe5ar el servicio catequ2tico.

    Esta llamada a la tarea de la catequesis est) unida a la atracción producida por Dios enel cora!ón de un cristiano al descubrir en profundidad el Evanelio& *Hijo de "ombre,alim2ntate # s)ciate con este volumen que #o te do#. $o comí # fue, para mi boca, dulce

    como la miel+ E! 6,61. Es posible que, ante la tarea de catequizar, el catequista tengaconciencia de su incapacidad e insuficiencia. También la tuvieron los profetas& *7ome van a creer ni van a escuc"ar mi vo!+ E' 0,-1, decía Mois2s8 *7o s2 "ablar pues noso# m)s que un muc"ac"o+ Jr -,91, manifestaba Jeremías. Esta reacción natural seríalóica si el catequista tuviera que desarrollar con sus solas fuer!as la tarea que se leencomienda. :lvidaría en ese caso que, junto a la invitación a ser catequista, Dios da −−−−aquien posee las cualidades suficientes a juicio de la autoridad de la glesia−−−−  lafuerza para responder ! superar, aun con alegr"a, las dificultades in#erentes alejercicio de esta vocación. $er catequista es una gracia ! un don  # no una funcióndebida, en último t2rmino, a m2rito particular aluno, sino principalmente al misteriode la llamada de Dios. De a"í que la actitud del catequista respecto a la llamada del;e5or, m)s que una decisión "ec"a sólo desde sí mismo, sea una respuesta de fe.

    1 Código de Derecho Canónico

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    "a dado el misterio del ?eino de Dios, pero a los que est)n fuera todo se les presenta enpar)bolas+ Mc 0,--1. *ediante esta catequesis, 'es(s introduce a sus disc"pulos enlas diferentes dimensiones de la Buena +ueva& les ense5a a escuc"ar la (alabra viva deDios, *la (alabra del ?eino+ Mt -6,->1, para que todos lleuen a ser realmente*discípulos de Dios+ Jn 9,0

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    El catequista no puede olvidar que el misterio pascual es el contenido fundamentaldel Evangelio, el núcleo esencial del testimonio apostólico.

    $a muerte # la resurrección de Jesús son, por consiuiente, el centro del mensaje que

    transmite la catequesis # la fuente que nutre la vida espiritual del catequista. *7osotrosanunciamos a un 3risto crucificado+ - 3o -,/61.

    (or lo tanto, el catequista "a de tener mu# presente que la transmisión del Evaneliopasa por la cru! # que 2l debe seuir a Jesús, carado con ella. ambi2n 2l "a de saberarrostrar el rec"a!o, la incomprensión, el sufrimiento # la persecución como aloin"erente al servicio del Evanelio& *Dic"osos ser2is cuando os injurien, os persian #dian con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa+ Mt

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    El catequista sabe que es portador de una sabidur"a que viene de Dios.  *7o es lasabiduría de este mundo ni de los príncipes de este mundo+ - 3o /,91, no es la sabiduríade la modernidad, que "o# se pone como criterio del verdadero proreso, sino la delEvanelio. Es la sabiduría que nos comunica el Espíritu& *A nosotros nos lo reveló Dios

    por medio del Espíritu que todo lo sondea, "asta las profundidades de Dios. 7osotrosno "emos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, paraconocer las racias que Dios nos "a otorado+ - 3o /,-@B-/1.

    El catequista "a de ser sensible a una acción del Espíritu que no es uniforme en relacióna los miembros de su rupo catequ2tico, sino que es una acción diferenciada, es un*llamamiento que −Dios−  dirie a cada uno+ 30  6

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    consiuiente una obra del Espíritu ;anto, obra que sólo %l puede suscitar # alimentar enla Ilesia+ 3 4/1.

    b) La espiritualidad del catequista

    El catequista descubre la acción del Esp"ritu $anto no sólo en el catequizando sinodentro de s" mismo, como fuente de la espiritualidad e'iida por su tarea.

    $a propia e'periencia cristiana del catequista desempe5a una función decisiva en sutarea catequi!adora. *En el fondo, F"a# otra forma de comunicar el Evanelio que no seala de transmitir a otro la propia e'periencia de feG+ E7 091. El testimonio de fe delcatequista ! su palabra evangelizadora forman una unidad estrec#a en orden a laeficacia real de la catequesis. En el fondo del catequi!ado late la preunta acerca de laautenticidad de la fe del catequista. *)cita o a randes ritos, pero siempre con fuer!a,se nos preunta& F3re2is verdaderamente en lo que anunci)isG Fivís lo que cre2isGF(redic)is verdaderamente lo que vivísG Ho# m)s que nunca el testimonio de vida se "a

    convertido en una condición esencial con vistas a una eficacia real de la evaneli!ación+E7 491.

    oda espiritualidad cristiana se sustenta, en último t2rmino, en las virtudes teoloales&*El apostolado se ejercita en la fe, en la esperan!a # en la caridad, que derrama elEspíritu ;anto en los cora!ones de todos los miembros de la Ilesia+ AA9 61.

    La /E del catequista se alimenta con la sustancia viva del Evangelio #a que su misiónconsiste en transmitir los aspectos fundamentales del misterio cristiano, constitutivosde lo que es común a todo cre#ente. $a tarea del catequista se circunscribe a iniciar en loesencial de la fe, en lo que es necesario para fundamentarla. 3onstru#e, por tanto, suespiritualidad sobre las certe!as sólidas 3 9@1 del Evanelio.

    ;u "ori!onte espiritual normal no es el del teóloo, situado en las fronteras de lainvestiación # de las cuestiones teolóicas abiertas a la e'ploración. ;u vida cristianase nutre de los acontecimientos salvíficos decisivos −sentido # clave de toda laEscritura− # enunciados en el ;ímbolo8 de los valores evan2licos m)s fundamentales,tal como aparecen en las ienaventuran!as # en el ;ermón del Monte8 de las actitudessub#acentes al (adre 7uestro, confiuradoras de toda oración cristiana cf. 33 /6-1.

    $a meditación asidua de estas realidades b)sicas de la fe proporciona a la espiritualidad

    del catequista la solide! de la simplicidad del Evanelio, el o!o profundo de una uena7oticia incesantemente rumiada. ?adicado en lo nuclear común, el catequista −servidorde la unidad de la confesión de fe cf. 33 4-1− es un incansable buscador de la unidadE7 441, #a que su tarea le "ace constantemente centrarse en lo que une a todo cristianom)s que en lo que lo separa.

    La E$%E0+1 del catequista, como virtud que le #ace superar los obst-culos !dificultades in#erentes a su tarea catequizadora, le lleva a asumir # dar sentido alsufrimiento provocado por& las malas disposiciones o limitaciones de los cristianos queno responden al Evanelio como 2l desearía8 su propia falta de fe, creadora de unadistancia dolorosa entre el Evanelio que anuncia # su vivencia real8 los contrasinos de

    6 Decreto Apostolicam Actuositatem Sobre el apostolado de los

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    la comunidad cristiana que contradicen el Evanelio que transmite8 las condicionespobres −# a menudo insuficientes−  en las que "a de reali!ar su tarea8 la oposición oindiferencia de los que deberían apo#arle # el rec"a!o o persecución de los que secierran a la uena 7ueva del ?eino8 la oposición o el descr2dito de la reliiosidad poruna parte de la sociedad que "a cambiado su escala de valores8 la oposición causada o

    bien por la neación de la fe o bien por la indiferencia en el mundo cultural de "o#.

    $a fuer!a que sostiene la esperan!a del catequista viene del mismo Dios& *Esto#contento en las debilidades, ultrajes e infortunios, persecuciones # anustias, sufridaspor 3risto8 pues cuando so# d2bil, entonces so# fuerte+ / 3o -/,-@1. Esta fuer!a de Diosen nosotros es confian!a en la palabra de 3risto que nos dice que el ?eino de Dios essemilla que crece de modo imperceptible Mc 0,/9B/=1, semilla de mosta!a que sedesarrolla "asta convertirse en )rbol # peque5a cantidad de levadura que transformatoda la masa $c -6,-=B/-1.

    asada en la fuer!a de Dios, la esperanza comunica al catequista una energ"a interior

    que se manifiesta en la alegr"a "ntima de saberse ministro del Evangelio   # de serconsiderado dino de padecer por su causa.

    Es precisamente esta alería, este o!o que confiere el Espíritu a

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    Hijo se lo quiera revelar+ $c -@,//1.

    Es menester primeramente permanecer en el silencio de la presencia de Dios, o"rle#ablar largo tiempo, para #ablar luego de 3l a los #ombres.

    (uesto que es propio del catequista transmitir or)nicamente el Evanelio, su oraciónentra5ar) −normalmente−  un elemento de meditación, en el que el conocimiento seafuente de e'periencia cristiana. Esta oración meditativa deber) ser alimentada por unacultura bíblicoBteolóica sólida.

    $a oración del catequista estar) imbuida de espíritu litúrico. ;u tarea de ser iniciadoren la lituria de la comunidad la ejercer) desde unas actitudes celebrativas que suespiritualidad "a de cultivar. Debe saber encontrarse a gusto en la fiesta, en laasamblea lit(rgica, en las celebraciones sacramentales, especialmente en lacelebración de la Eucarist"a.

    DENTRO DE LA IGLESIA  

    $a vocación del catequista tiene una profunda dimensión eclesial. (or un lado, est)entroncado en una tradición viva que le "a precedido. Es sólo un eslabón en una cadenade catequistas que, a lo laro de las eneraciones, "an ido transmitiendo el Evanelio.

    (or otro lado, el catequista est) inserto en una comunidad cristiana concreta #, comomiembro activo de ella, desarrolla un acto eclesial, fundamental para la vida de la Ilesia.

    Esta doble faceta −tradicional # comunitaria− de la dimensión eclesial de su vocación esdecisiva en la confiuración de su identidad como catequista.

    a) Entroncado en una tradición viva

    $a tarea que reali!a el catequista participa de la propia misión de Jesús # se remonta a laIlesia apostólica. En realidad, *el mensaje evaneli!ador de la Ilesia, "o# # siempre, esel mensaje de la predicación de Jesús # de los Apóstoles+ 33 /-1.

    El catequista es, por tanto, testigo ! eslabón de una tradición que 4deriva de losapóstoles5  D4 =1. uien catequi!a transmite el Evanelio que, a su ve!, "a recibido&

    *:s transmití lo que a mi ve! recibí+ - 3o -

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    u2 contacto asiduo con la (alabra de Dios transmitida por el Maisterio de la Ilesia,qu2 familiaridad profunda con 3risto # con el (adre, qu2 espíritu de oración, qu2despeo de sí mismo "a de tener el catequista para poder decir *mi doctrina no es mía+3 91.

    $a acción catequi!adora de los apóstoles es uno de los pilares sobre los que crecen lasprimeras comunidades cristinas& *Acudían asiduamente a la ense5an!a de los apóstoles,a la comunión, a la fracción del pan # a las oraciones+ Hc" /,0/1. *;e encuentra aquí,sin duda aluna, la imaen permanente de una Ilesia que, racias a la ense5an!a de losApóstoles, nace # se nutre continuamente de la (alabra del ;e5or, la celebra en elsacrificio eucarístico # da testimonio al mundo con el sino de la caridad+ 3 -@1. (eropronto los apóstoles comparten con otros su ministerio. Asocian a otros discípulos ensu tarea de catequi!ar. Incluso simples cristianos, dispersados por la persecución Hc"=,01, van por todas partes transmitiendo el Evanelio. 3on ellos la cadenaininterrumpida de los catequistas empie!a a e'tenderse.

    $a Ilesia continúa esta misión de ense5ar de los Apóstoles # de sus primeroscolaboradores. En los silos III # I, :bispos # (astores, los de ma#or prestiio,consideran como parte esencial de su ministerio episcopal ense5ar de palabra o escribirtratados catequ2ticos cf. 3 -/1. inculan directamente a su ministerio la accióncatequi!adora de sus Ilesias para encau!ar mejor, así, su crecimiento # consolidación.Es la 2poca del catecumenado, 2poca luminosa # punto de referencia constante para loscatequistas de todos los tiempos.

    En esta sucesión ininterrumpida de catequistas a lo laro de los silos, la catequesissaca siempre nuevas enerías de los concilios, con los que la fiura del catequista sefortalece.

    El 3oncilio aticano II est) impulsando, una verdadera renovación catequ2tica ennuestros días. Aunque, como es sabido, no elaboró un documento que tratasee'plícitamente sobre la catequesis, sentó −sin embaro− las bases para una renovaciónprofunda de la misma. $os randes documentos conciliares sobre la divina revelaciónD1, sobre la Ilesia $1, sobre la sarada lituria ;31 # sobre la Ilesia en el mundocontempor)neo ;1 establecen los fundamentos de esa renovación # dibujanimplícitamente la fiura de un nuevo tipo de catequista.

    b) nserto en la comunidad cristiana

    Adem)s de saberse entroncado en una tradición viva, el catequista ve confiurada suidentidad por su inserción en la comunidad eclesial. +o es un evangelizador aislado,que act(a por libre. Es como un -rbol arraigado en el terreno firme de la comunidadcristiana. ;ólo desde esa vinculación su acción podr) producir fruto.

    Al catequi!ar actúa como portavo! de la Ilesia, transmitiendo la fe que ella cree,celebra # vive& *3uando el m)s "umilde catequista K...L reúne su peque5a comunidad,aun cuando se encuentre solo, ejerce un acto de Ilesia # su esto se enla!a medianterelaciones institucionales ciertamente, pero tambi2n mediante vínculos invisibles #raíces escondidas del orden de la racia, a la actividad evaneli!adora de toda la Ilesia+

    E7 9@1.

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    El catequista, por tanto, deber) poseer una viva conciencia de pertenencia a la Ilesia #aque la catequesis no puede reali!arse si no es a partir de una sintonía # comuniónprofundas con ella cf. 33 -6=1.

    En una 2poca como la nuestra, en la que *no faltan cristianos # aun rupos o

    movimientos que K...L llean a perder o a debilitar e'cesivamente el afecto eclesial # lacomunicación real con la Ilesia concreta de la que forman parte+ D =  661, elcatequista desempe5a en este punto un papel decisivo& *Es imposible una verdaderarenovación de la catequesis sin un sentido eclesial sano, como es mu# difícil recuperar elaut2ntico sentido eclesial sin la catequesis+ 33 -6=1.

    Este sentido eclesial es vivido # alimentado, de ordinario, por el catequista en unacomunidad cristiana inmediata parroquia, comunidad eclesial de base...1. En lacomunidad inmediata los cristianos nacen a la fe de la Ilesia # van nutri2ndose en ella.En la comunidad cristiana inmediata el Espíritu suscita carismas # servicios diferentes#, entre ellos, el servicio de la catequesis. El "ori!onte # la meta de todo catequista es

    convertir al catequi!ando en un miembro activo # responsable de la comunidadcristiana.

    En unos tiempos en los que *la función educadora de la familia cristiana se "a debilitadonotablemente # "a aumentado sobremanera la influencia disreadora del ambiente+D 601, la catequesis #a de fomentar el sentido comunitario de la fe ! #a de crearespacios comunitarios de talla #umana donde poder educar ! vivir una fepersonalizada.

    Esta tarea se reali!ar) mejor si se fomenta en el catequista la conciencia de pertenenciaal rupo de catequistas, que "a de constituir en la comunidad cristiana un verdadero

    ermen de vida eclesial. 7o pocos catequistas encuentran, de ordinario, en el rupo decatequistas −seún su propia confesión−  la realidad m)s profunda de la vida de laIlesia # de su misión. El testimonio de unión fraterna que dic"o rupo manifieste es,por otra parte, un factor decisivo en la tarea catequi!adora de la comunidad.

    En resumen, el sentido eclesial del catequista −confiurador de su identidad− est), así,abierto # vinculado tanto a la glesia universal ! particular como a la comunidadcristiana inmediata ! al grupo de catequistas con los que act(a.

    ;olamente estando enrai!ado en la misión de Jesús # de los Doce, # entroncado en latradición # vida de la Ilesia, el catequista producir) fruto abundante en un mundo que,"o# m)s que nunca, necesita a Dios.

     A L SERVICIO DE LOS HOMBRES 

    Hombre de Ilesia # en vinculación cordial con ella, el catequista est) abierto a losproblemas del "ombre de nuestro tiempo # de nuestra sociedad, así como a la personaconcreta del catequi!ando a quien sirve.

    a) .pertura del catequista a lo #umano

    8 Testigos del Dios vivo. Reflexión sobre la misión e identidad de la Iglesia en nuestra sociedad

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    El catequista no es un ser aislado que transmite una tradición muerta. (ara transmitir elEvanelio, que es interpelación actual al "ombre, necesita estar abierto a los problemas# deseos del "ombre # del entorno social en que vive.

    Esta apertura a lo "umano es una e'iencia del Espíritu #a que es %l *quien "acediscernir los sinos de los tiempos −sinos de Dios− que la evaneli!ación descubre #valori!a en el interior de la "istoria+ E7 41. ;in la catequesis que 2l imparte, los militantes cristianos nopodrían desarrollar en el mundo una acción comprometida realmente evan2lica.

    (or otra parte, junto a esta dimensión social, la catequesis colabora a una inserción m)s"umana del cristiano en la trama de lo cotidiano. 3entrado como est) el Evanelio en elamor, con los innumerables aspectos de esta dimensión cristiana fundamental - 3o-6,-B-61, la vida evan2lica en la que inicia el catequista proporciona una "onda densidad"umana en la vida diaria.

    Es obvio que para desarrollar todo ello se necesita que el catequista sea un *e'perto en"umanidad+ (ablo I, en la :71, asumiendo la solicitud fundamental de la Ilesiapor el "ombre, que tanto inculca Juan (ablo II cf. J A7 (A$: II, 3arta enc. Redemptorhominis K?HL -61.

    b) .l servicio de la maduración personal de la fe

    $a acción catequ2tica es un servicio, # un servicio educativo a unos "ombres concretos.El catequista reali!a su tarea atento no sólo al mensaje del Evanelio sino al "ombre a

    quien catequi!a.

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    Esta atención al "ombre empie!a por conocer a los cristianos de su rupo catequ2tico&conocer su modo de ser, sus circunstancias personales, sus e'periencias "umanas m)sprofundas, su entorno familiar, el ambiente # medio en que viven... u2 importante espara un catequista conocer, por ejemplo, cómo "a tenido luar en concreto el despertarreliioso de un ni5o en la familia, despertar que −por desracia− no siempre se da "o#N

    cf. 3 ->,0/1 u2 importante, iualmente, es estar atento a los interroantes concretos# a las e'periencias "ondas del joven o adulto de su rupoN

    En esta misma línea es fundamental que el catequista conozca no sólo el presente delcristiano sino también su pasado, para poder integrarlo en el proceso de lacatequización.

    El catequista "a de procurar que todo ese pasado −rico # ambiuo− sea tenido en cuentapor el cristiano para discernirlo, purificarlo, asumirlo # reorani!arlo a la lu! delEvanelio.

    El servicio educativo del catequista no se detiene en las personas aisladas. Educatambi2n la relación concreta que se va estableciendo entre ellas, es decir, la vivenciacomunitaria del rupo catequ2tico.

    El catequista "a de conocer la din)mica concreta de su rupo, las tensiones que suren,cómo va madurando, los momentos dinami!adores, la situación de cada miembro en ladin)mica rupal.

    ;u función como catequista es facilitar que esa vivencia comunitaria va#a creciendo #madurando, movida por ese motor vitali!ador que es el amor fraterno.

    El servicio educativo que presta el catequista no "a de ser considerado aisladamentesino en vinculación con la acción educadora de aquellas personas que tambi2n ejercensu influencia en los mismos sujetos que 2l.

    Ha de saber, por tanto, situar su acción catequi!adora dentro de la m)s amplia tarea dela educación "umana # cristiana de aqu2llos a quienes catequi!a.

    Esto le llevar) a relacionarse con esos educadores& padres, maestros, profesores dereliión, responsables de movimientos, sacerdotes...

    LOS CAUCES Y SIGNOS DE LA VOCACIÓN DEL CATEQUISTA  

    $a vocación del catequista, como decíamos m)s arriba, llea a trav2s de caminosordinarios, con ocasión de circunstancias mu# diversas. A"ora queremos determinar loscauces # sinos a trav2s de los cuales toma cuerpo esa llamada& las necesidades decatequi!ación que tiene la Ilesia, el llamamiento interior para asumir esta tareareistrado en un cierta inclinación por ella1 unido a unas cualidades requeridas, elllamamiento personal de la autoridad eclesial que, previo discernimiento, confiere lamisión de catequi!ar.

    a) Las necesidades de catequización

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    Dios llama a la tarea de catequi!ar a trav2s de la imprescindible necesidad decatequi!ación que tiene toda comunidad cristiana. En efecto, tanto el primer anunciodel Evanelio como la catequesis est)n al servicio de un mensaje que no sure,primariamente, de las necesidades interiores del ser reliioso del "ombre sino que vienede Dios. Es el mismo Evanelio, ratuitamente ofrecido por Dios, el que pide ser

    comunicado # profundi!ado.

    En las circunstancias actuales esta necesidad es muc"o ma#or, incluso −diríamos− apremiante # concierne no sólo a los ni5os # jóvenes sino tambi2n a los adultos. En unmundo proresivamente seculari!ado, que no ofrece apo#os a la fe # a la vida cristiana,son muc"os los cristianos necesitados de una fundamentación de su fe mediante unproceso catequ2tico de formación cristiana interal. *na minoría de edad cristiana #eclesial no puede soportar las embestidas de una sociedad crecientemente seculari!ada+Juan (ablo II en ranada, =/1.

    3onforme a una nueva sensibilidad que est) apareciendo en la sociedad, verdadero

    *sino de los tiempos+, queremos destacar tambi2n la necesidad de una catequesis paralos deficientes tanto psíquicos como sensoriales cieos o sordos1. $a Ilesia tiene laresponsabilidad de educar en la fe a tantos # tantos minusv)lidos bauti!ados # deproporcionarles una catequesis adecuada a su situación. $as comunidades cristianas"an de saber interar en su seno a estos "ermanos en la fe, incorpor)ndolos a ladin)mica normal de la vida eclesial, sin "acer de ellos alo aparte. Adem)s debe ser unestímulo el "ec"o de que el anuncio del Evanelio a los desvalidos es arantía de que el?eino de Dios #a est) presente en la comunidad.

    Este llamamiento de la Ilesia para intensificar la catequesis, en sus diversasmodalidades, como *primer objetivo+ # *prioridad+ insosla#able en nuestro que"acer

    pastoral, reclama la necesidad de diversos tipos de catequistas& de adultos, de jóvenes,de ni5os, de la tercera edad, de deficientes, de novios en orden al matrimonio, de padresen orden al bautismo de sus "ijos, de emirantes, de marinados... En este sentido lallamada de la Ilesia no es sólo una llamada en2rica a ser catequista sino que −deacuerdo a la inclinación # aptitud de cada uno− se dirie a desarrollar diversos tipos decatequistas.

    Esta apremiante necesidad de catequi!ar e'ie, sin duda, un ran número decatequistas. $o reconocemos. (ero un ran número de catequistas no satisfar)convenientemente a las necesidades de la evaneli!ación en el mundo actual si no est)nencuadrados, animados # diriidos por catequistas dedicados de una manera estable aeste servicio # dotados de una ran preparación.

    Ante este conjunto de necesidades, el ideal sería que cada comunidad cristiana pudierasuscitar # formar sus propios catequistas, respondiendo así a sus propias necesidades decatequi!ación. 3omo esto no es siempre posible, corresponde a la Ilesia particular latarea de orani!ar una adecuada pastoral de catequistas, mediante la que se suscitenvocaciones, se les forme de manera adecuada, se les distribu#a con equilibrio, se lesatienda con esmero # se les otorue el debido reconocimiento eclesial.

    b) La atracción por la catequesis ! las cualidades requeridas para su ejercicio

  • 8/20/2019 Ser Catequista. Jesús modelo y guía del Catequista

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    Ser Catequista

    Norka C. Risso Espinoza15

    SERVICIO DE CATEQUESIS

    CENTRO SAN JUAN DE DIOS

    CIEMPOZUELOS

    oda la comunidad cristiana, particularmente sus pastores, es responsable frente a estaurente necesidad de catequi!ación. El cristiano que percibe esta necesidad se siente,muc"as veces, personalmente interpelado en su interior para comprometerse en la tareade catequi!ar. A trav2s de esta inclinación, unida a las cualidades indispensables # a laaceptación de los pastores de la Ilesia, es Dios mismo quien llama.

    Fu2 cualidades b)sicas son 2stasG :bviamente "ablamos aquí de las cualidades previasa la formación, es decir, de aquellas disposiciones b)sicas sobre las que cristali!ar)n m)starde las disposiciones propiamente catequ2ticas # que −como metas de dic"aformación− m)s adelante describiremos.

    (ara discernir una aut2ntica vocación los responsables de la comunidad eclesial tendr)nen cuenta si se dan estas disposiciones&

    ajo el punto de vista de su condición de cre#ente, el candidato debe "aber "ec"o laopción cristiana de fondo, estar iniciado en lo m)s elemental de la fe # vida cristianas,

    vivir en comunión cordial con la Ilesia # cumplir sus mandamientos, # estar dispuestoa llevar adelante el proceso de madure! cristiana # eclesial.

    n "ombre o una mujer que est)n aún indecisos respecto a su opción cristiana, queinoran lo m)s elemental de la fe, que tienen criterios o valores opuestos a los delEvanelio # no est)n dispuestos a renunciar a ellos, que no practican o que sientendespeo respecto a la Ilesia, no pueden aspirar a ser catequistas.

    ajo el punto de vista de la motivación por la que el candidato quiere ser catequista,debe aceptar la tarea de catequi!ar precisamente como una tarea fundada en sucondición de cristiano # al servicio de la edificación de la Ilesia # de su misión.

    uien quisiera asumir esta tarea por alcan!ar una sinificación social, por af)n deprotaonismo, por tener una ocupación con la que llenar el tiempo, por encontrar unaactividad donde adquirir amios... sin que apare!ca para nada como motivo el servicio alEvanelio # a la Ilesia, no puede ser catequista.

    ajo el punto de vista de sus cualidades "umanas, el candidato debe o!ar de una ciertamadure! # equilibrio, particularmente con una capacidad para la relación # el di)loo #con la suficiente apertura al mundo. Habr) de saber trabajar en rupo # colaborar conotros catequistas # educadores. Hablando en eneral, parece necesario que el candidato"a#a alcan!ado la ma#oría de edad, aunque −e'cepcionalmente−  puede darse talmadure! en quienes se acercan a ella.

    $os responsables de la comunidad cristiana "abr)n de discernir o probar la autenticidad# verdad de las cualidades # motivaciones que impulsan al candidato a ofrecerse paraeste servicio. Es necesario que se den desde el principio, siquiera de una forma erminal,pero con las suficientes arantías de que a trav2s de un proceso de formación podr)ndesarrollarse. $a capacidad de someterse a 2l # los loros que se va#an adquiriendo sontambi2n caminos por los que llea la vocación al catequista.

    c) La misión conferida al catequista

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    El catequista, para ejercer su servicio en nombre de la Ilesia, "abr) de recibir unamisión o encaro oficial de la autoridad eclesial, previo discernimiento de suscualidades # de la formación recibida. (ara este discernimiento la autoridad contar), deordinario, con el juicio del rupo de catequistas # de alunos miembros de lacomunidad.

    RESUMIENDO

    PARA  REFLEXIONAR

    F(or qu2 so# catequistaGF3ómo so# servidor fiel de la (alabraGF3u)les son los rasos m)s sinificativos que me confiuranGFEn qui2n se apo#a la rande!a de mi calidad de catequista, de testio del ?eino,de ministro de la Ilesia, de aente salvaciónG

    Norka C. Risso EspinozaCentro San Juan de Dios – Ciempozuelos

    http://pastoralsanitaria.blogspot.com.es/