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Nómadas (Col) ISSN: 0121-7550 [email protected] Universidad Central Colombia SERRANO A., JOSÉ FERNANDO "Abismarse en el suelo del propio cuarto". Observaciones sobre el consumo de rock entre jóvenes urbanos Nómadas (Col), núm. 4, marzo, 1996 Universidad Central Bogotá, Colombia Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105118896004 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

Serrano Abismarse

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Nómadas (Col)

ISSN: 0121-7550

[email protected]

Universidad Central

Colombia

SERRANO A., JOSÉ FERNANDO

"Abismarse en el suelo del propio cuarto". Observaciones sobre el consumo de rock entre jóvenes

urbanos

Nómadas (Col), núm. 4, marzo, 1996

Universidad Central

Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105118896004

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�ABISMARSE ENEL SUELO DEL

PROPIO CUARTO�OBSERVACIONES

SOBRE EL CONSUMODE ROCK ENTRE

JÓVENES URBANOS*

JOSÉ FERNANDO SERRANO A.**

* Este artículo retoma algunos aspectos del informe final de la perspectiva antropológica del proyecto de inves-tigación “El rock y las culturas juveniles urbanas”, realizado por el DIUC y Colciencias.

** Antropólogo de la Universidad Nacional de Colombia, Catedrático de la Facultad de Comunicación Social-Periodismo, e Investigador del Departamento de Investigaciones de la Universidad Central.

El consumo de los fenómenos culturales es un ejercicio activo, recreativo y

significante. ¿Qué ofrece el rock a los jóvenes? ¿Cómo se lo apropian? Desde la

mirada de los sujetos protagonistas y resaltando sus voces, este artículo presenta

al lector algunos elementos surgidos de la observación etnográfica de conciertos

y bares rockeros, como los diversos actores involucrados, las imágenes que tienen

unos de otros y las prácticas surgidas en los escenarios de consumo del rock.

“Parecemos nubes que se las lleva el viento”.

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1. Los sujetos.

“la trayectoria que me lleva al rock es la noche,más que el sol, la noche... el rock es lo único que me mo-tiva a escribir o la leer, a otros les quitará las ganas, a míno, esa es la búsqueda, es esa magia lo que me motiva...eso oscuro que no es ni bueno ni malo, porque algunosdicen que el rock en si lo oscuro es malo(sic), no, hay unaperversidad que es lo que me lleva a vivir la vida, si nohubiera ella, entonces viva encerradito en su cuarto... elrock es pérdida del sentido de la vida para vivir mejor... ennuestro medio los masmedia nos dan sentidos, nos impo-ne formas de socializarnos y aquel que sea extraño seráasocial y será el loco que se llevan al manicomio, que man-dan al exilio, el rock me manifiesta una soledad y en ellavivo mi exilio, pero vivo mi magia, soy anómalo ante lasociedad seré manada ante la sociedad...” (Gonzalo, estu-diante de secundaria).

Mayo 11 de 1995. Nos encontramos con Marciay Adriana para hablar de su experiencia comorockeras; visten con pantalón y chaqueta dejean desgastados, botas industriales, sin ma-quillaje, cabello suelto. Con curiosidadante nuestro trabajo y expectativa porlo que les preguntáramos, relataron suhistoria y las historias de otros quecomo ellas ven en el rock un modo devida y no sólo un gusto musical. “Elrock está en uno, le llega con los her-manos y ahí empieza uno aencarretarse. Luego en los conciertoses que realmente uno conoce lo quees el rock. Allí se encuentra resto degente, de todos los estilos. Yo me laparchaba con los calvos y loshardcoreros y me empezaron a invitara sus ensayos... Los metaleros son unachanda, con sus camiseticas...uno estan-do en este cuento critica mucho... acaso yodigo a veces, vacano esos plásticos, ellos vana la 82 y la pasan rico, están en su cuento,engañados o no engañados y son felices así,uno que supuestamente está en la ver-dad, y eso, está más conscientede las cosas que uno depronto se la pasa pensa-do y vive depresivo y no

goza tanto como ellos... yo no soy feliz en ningún lado...de pronto uno los envidia, pero no, feo... será que ese manpiensa tal cosa?, de pronto la felicidad de ellos se basa enconseguir un buen trabajo, tener plata, salir a rumbiar losfines de semana... para mí eso es una felicidad inmunda,sí? para mi la felicidad es otro cuento... de todas manerasuno critica mucho eso...” (Marcia, estudiante de secunda-ria, identificada con el hardcore)

Metaleros, hardcoreros, alternos, calvos, gomelos,son algunas de las posibilidades de ser que se encuentranhoy en las culturas juveniles urbanas, creando cada unaimágenes propias y de los otros, las cuales se encuentran yconfrontan de modo especial en el rock. Para quienes seidentifican prioritariamente con éste, es el reflejo de su rea-lidad, del mundo que les tocó vivir y hacen de él un patróncon el cual definir los estilos de su vida, calificándose comorockeros. “El rock refleja la realidad social, los problemasque tenemos los jóvenes, cosas así... yo llegué en esta épo-ca, me tocó vivir estos años, la música cambia con la gen-

te, con la época, me tocó vivir esta época, megustó, la estoy viviendo... en la música pue-

do reflejar mis pensamientos...” (Julio,estudiante pereirano)

A lo largo de las charlas llevadasa cabo para esta investigación losjóvenes insistían en que para ellosel rock es algo que los embargatotalmente, desde la mañana has-ta la noche, siendo a su vez re-creación, goce, fuente de cono-cimiento, modo de expresión desentimientos y necesidades, asícomo una forma de ver el mundo.Por eso se me refirió con frecuen-

cia la crítica a quienes no toman unaposición ante lo que hacen sino que

se dejan llevar por las modas, sin co-nocer lo que está detrás de cada estilo

y lo que eso implica; ser decadente escopiar un estilo porque los demás lo hacen.Uno de los jóvenes me señalaba que el serrockero implica, no tanto el escuchar rock,como el “ser inquieto ante la vida, no con-

formarse con lo que se ofrece, sino es-tar moviéndose todo el tiempo, pero

no por modas”.

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3 de febrero, London Bar. A laentrada del bar, mientras espe-raba que saliera más gente parapoder entrar, conversé con unjoven que ayudaba en el controlde la entrada por parte del gru-po actuante, Agony. Vestía de unmodo informal, sin las típicascamisetas negras de los

metaleros; tenía 24 años. “La verdad, a mi ya no me gustamucho esta música; yo ahora escucho más regaee y cosascomo Café Tacuba o la Maldita. Yo fui uno de los punquetosduros, pero eso se volvió mucha pantalla y qué vá... En-tonces supe de los Skin; en esa época, cuando yo empecécasi nadie sabía de ellos, apenas éramos unos pocos queteníamos correspondencia con gente de otras partes; teneruna chaqueta antiflama era muy de pa’rriba, por que va-lían sus buenas lucas, y tocaba traerlas de fuera; ahora seconsiguen en cualquier parte. Yo me la pasaba por aquípor Chapinero , por detrás de Lourdes o por la 34, cerca alos puentes y fui uno de los que salían a patiar locas yvagos. En esas fue cuando nos agarramos con los hippiesde Lourdes y casi los sacamos. Esos manes ya están fuerade moda. Eramos los RU, los Perros Rojos, los REA, yluego aparecieron los SHARP y otros y El Movimiento sefue desintegrando1 . Yo me salí y los manes me buscaronun rato para cascarme, hasta que me les enfrenté. Ahoraunos de ellos están en los krishnas o se volvierondesechables y todo se volvió moda. La gente no sabe dequé se trata el asunto y se lo putiaron.”

Movilidad sería un término posible para acercar-se a la forma como hoy se construyen las culturas juveni-les urbanas; en periodos de uno o dos años los jóvenespasan por variados estilos, algunos hasta contradictorios.Diversidad es otra de sus características, dado el númeroy las posibilidades que toman sus modos de ser, entendi-dos como formas de presentarse y representarse ante sí yante los demás, como ideas y concepciones acerca de suentorno y en general como un modo de relación y com-prensión.

“mi prima tenía un novio radioactivo y ella poreso sólo bailaba house y escuchó Doors y se volvió hippiey se consiguió sus pantalones bota campana y se abrió elpelo y se pintó los labios de negro... y conoció un tipo igua-lito al de The Cure y se compró sus botas guerreras y pan-talones ajustados y se volvió alternativa... ahoritica siguecon su salsa... no tiene una vaina definida; a donde se la

lleve la corriente... últimamente de un año para acá a todola gente le dió por raparse sin saber nada, no estoy de acuer-do con la decadencia...” (Rodrigo, Univ. Jorge Tadeo Lo-zano, UJTL)

Cada forma de ser tiene sus características, cono-cidas por quienes son parte de la cultura rock; esto implicaimágenes de unos y otros que permiten acercarnos a lacomprensión del sentido de grupo y de las diferencias ge-neradas al ser parte o al estar excluído de la identificacióncon los estilos.

“Los podridos o los hardcoreros son tipos deca-dentes, que no esperan nada... es una decadencia, es pasarde la libertad que le puede ofrecer una identidad a una anar-quía que no tiene sentido... andar uno en esos planes estú-pidos, inclusive retacando... es tan vacío... ellos son un sinsentido, una anarquía sin sentido, una cosa es la música...hay gente que sabemos llevar la influencia de la música...eso lo lleva a uno a algo descomplicado... los radicales sondecadentes... yo estoy en contra de quienes piensan quecon ponerse botas negras y fumar marihuana sonmetaleros... lo alternativo no me gusta, tal vez porque loconocí cuando estaba con los calvos, mi odio no es contrala música, sino con la gente que se deja llevar por eso... yoconocí a un sardinito de 14 años, andaba con una camisetanegra, cochina, con botas y me decía que un metalero te-nía que estar cochino para serlo, eso lo lleva uno por den-tro... el más decadente es el que menos sabe... Una vezhicieron en el tunal la semana por la paz... hicieron un con-cierto de metal con rap, obviamente hubo un choque deideologías... si es metal es metal y si es rap es rap... choquede ideologías no paga... ahora los calvos no paga... yo digoel RU de hace años... ahora todo parchecito de barrio bienquiere ser eso, son los amigos que se rapan al tiempo y secompran chaquetas y se la pasan sembrando el terror en elbarrio, pero vienen al centro y se ponen sus Bosi y suchaqueticas de jean...”(Rodrigo, UJTL)

El rockero se va haciendo gradualmente, acumu-lando un bagaje de experiencias y conocimientos que de-terminan su percepción del fenómeno rock. De quienesempiezan la colección de discos, ir a los primeros concier-tos, gritar y brincar por el grupo de su preferencia, hastaquienes llevan años en la escena2 y conocen los detalles deese mundo, hay muchas diferencias.

Por lo común el rockero se hace en su grupo fami-liar, lo cual sugiere una relación interesante entre quienes

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pertenecen a familias que a su vez conocieron el rock ensu juventud —por la época del hippismo— y aquellas queproceden de otros hábitos culturales. Al hacer memoria desu historia, muchos rockeros recuerdan cómo aprendie-ron de hermanos mayores o de sus tíos a conocer los nom-bres de los grupos, sobre todo los clásicos como BlackSabbath, a distinguir los temas “buenos”, y en fin, a crearun “gusto” al respecto. Otros se iniciaron con el surgimientode la difusión masiva del rock, bien sea con la creación delas primeras emisoras especializadas y el boom del rock enespañol, o en grandes eventos como los conciertos promo-vidos por la Alcaldía Capitalina a mediados de los ochen-ta.

“ El rock es búsqueda... la música es amplia, comola vida, hay de todo... uno debe oír muchas cosas, ser abier-to, no ser moralista; las pintas y esas vainas son artificia-les... con el rock se trata de buscar cosas nuevas siempre,porque la música es uno mismo, es encontrarse con el in-terior, con la ciudad, con lo visceral... ser rockero es ser lamúsica.” (Diego, Academia Superior de Artes de Bogotá,ASAB).

De ese momento inicial de acceso en adelante,señalan los rockeros, lo que siguió en su vida fue un ejer-cicio constante de búsqueda de sonidos diferentes, nuevosy más acordes con un gusto que se especializaba; por locomún es esta búsqueda la que aleja a los rockeros conquienes realicé mi exploración etnográfica, de las redescomerciales, como las emisoras y tiendas masivas, y loslleva a explorar otros canales de circulación, como tiendasespecializadas y sitios de encuentro.

En estos procesos el parche, o grupo de amigos,ocupa un lugar importante, ya que les permite el intercam-bio de ideas y de conocimientos, así como compartir laexperiencia de consumo; con el término parche se desig-na tanto al lugar donde se reúne un grupo de amigos, algrupo mismo como a la actividad realizada en conjunto.Así, se habla de los amigos del parche, de ir al parche o deparchar con determinadas personas. El parche se caracte-riza por generar un alto sentido de pertenencia e identidadentre quienes lo componen, así como una cierta adscrip-ción territorial: el parche del Quiroga, el del Centro Co-mercial del Tunal, son algunos de esos ejemplos, o bien laexpresión parchar con los skin o los hardcoreros, hacien-do referencia al hecho de estar con ellos o simpatizar consus actividades; es en el parche donde, cómo y con quiense vive la experiencia de ir a los conciertos, reunirse a es-

cuchar música, tocar o formar una banda o sencillamente,“pasar el rato”.

2. Los territorios

El rock es movimiento. No sólo el movimientoproducido por el ritmo pegajoso y el golpeteo de los instru-mentos, sino porque las formas en que los sujetos lo con-sumen también lo son. Los bares son abiertos y cerrados alpoco tiempo de su funcionamiento por razones como pro-blemas con el vecindario, dificultades administrativas y demanejo o por simple aburrimiento; los conciertos de losgrupos de la escena local se llevan a cabo en lugares a loscuales de seguro no se volverá, algunas veces porque lossitios son averiados y no vuelven a ser alquilados o bienporque quienes los organizan prefieren sitios nuevos ydesconocidos; el rockero carga su música consigo entre lamaleta junto al walkman y es posible que a lo largo decierto tiempo vaya cambiando de géneros predilectos y deestilos.

La experiencia del consumo, entendida como laapropiación de los fenómenos culturales, se desarrolla endeterminadas condiciones y espacios, de acuerdo con nor-mas y reglas conocidas por quienes hacen parte de tal con-texto. He denominado escenarios de consumo a los espa-cios o ámbitos en los cuales se realiza tal experiencia, nonecesariamente limitados a un territorio físico, sino quepor decirlo así, son un territorio que “se lleva con sigo”, yaque puede ser recreado y repetido en diferentes sitios ycondiciones.

Por walkmans, casas, cuartos, garajes, tiendas es-pecializadas, parques desocupados, esquinas, callejones,bares, salones comunales y estadios, de día o de noche,solos o en grupos, los parches van llevando su música ysus formas de relación, en territorios más o menos perma-nentes, más o menos públicos, algunos individuales, otrosmasivos.

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3. Las experiencias del consumo.

Tribus, masas, emociones.

“En el concierto siento algo que horitica está fal-tando, es la manada, porque ahí es donde uno pierde eseser social, y danza con los demás o poguea con los demás,ese antibaile que es negativo que lo nominen baile, porquejustamente constituye para mi negar eso, el baile del com-promiso... la emoción también es un contagio, si tu tienesuna gran cantidad de gente que es analgésicos(sic) queviven como con posición de aspirina, o sea sin dolor, sinmovimiento, también tu te contagias; yo me acuerdo unavez que trajeron un grupo en un festival de esos que sellama Stanamin de Rusia yo estaba ahí parado y resultésaltando, estaba hablando con un amigo y fue extrañísi-mo, sí? fue inconsciente, esa emotividad fue inconscientey después ya no importó hablar con él porque ya estabacon el sonido que me enviaban porque ese sonido va paraese grupo, ese conglomerado y que ese conglomerado seaeso, masa... es lo que yo te había dicho, que hace la mana-da? la manada va de cacería en junta, cazan la música,cazan el sonido, cazan esa batería, la masa no, porque esmuy viable, si la masa se deja llevar por esa emoción serámanada y serán nuevamente guerreros ante las aspiracio-nes que la cotidianidad nos vive cercando, nos vive ne-gando...” (Gonzalo, estudiante de secundaria)

3 de Febrero London Bar Arriba, en el bar, se oíauna sola voz, que al unísono seguía los temas del grupo.El público debía estar moviéndose de un modo tal que lasrejas del primer piso del local se zarandeaban de un lado aotro. El coro era constante. En un momento, el dueño sepreocupó porque el techo se estaba agrietando por la dure-za del baile... Apenas subí, las gafas se me empañaron yme quedé por un momento sin ver. Las paredes se sentían

húmedas de sudor. El aire era difícil de respirar: una mez-cla de cigarrillos de diversas calidades, sudor por la exte-nuación del baile, el encierro propio a un sitio sin ventila-ción y hecho para 80 personas, con más de 200, algo demarihuana, y más sudor... no había espacio para moverse,por lo que queriéndolo o no, todos estabamos «poguian-do»: en la pista, dando saltos, los jóvenes chocaban sushombros entre sí, se empujaban unos a otros, en un movi-miento acelerado y concéntrico ... al rato un joven vino ala barra donde yo estaba, literalmente el sudor le escurría achorros por el rostro enrojecido y el cabello largo, me viósin mirarme, con una expresión de extenuación pidió aguay volvió al pogo donde lo perdí de vista.

Llama la atención la similitud entre estos relatos ylo expuesto por maffesoli (1990: El tiempo de las tribus.Barcelona: Icaria) en su análisis de la época actual, al se-ñalar la presencia del “tribalismo” como una forma de serde las sociedades contemporáneas. Dice el autor que las“tribus” de hoy se oponen a las también presentes masas,al estar fundamentadas en una adscripción local, solidaria,con fuertes sentimientos de pertenencia, e impregnada derituales; en su obra, las relaciones sociales se dan entre“personas”, entendidas como máscaras que se quitan y seponen, y que son fluctuantes en sus formas de adscrip-ción. La sociedad se debate en el vaivén entre las masas ylas tribus, por lo cual las formas de ser social se caracteri-zan menos por la estabilidad y más por la fluidez, las con-vocatorias puntuales y la dispersión de lo masivo a lo par-ticular y viceversa.

“Este grupo es una verraquera!!”, “Qué nota deconcierto!!”, “Aquí uno viene a sentirse bien”, “Se sienteuna energía...!!”, “Es que uno brinca y salta y grita y hacelo que se le da la gana!!”, son sólo algunas de las expresio-nes que surgen cuando se pregunta a los jóvenes por susexperiencias en los conciertos y sitios de consumo del rock.Sensación y emoción son los término más recurrentes aldescribir su experiencia, resaltando la dificultad de ponerel palabras lo que eso es. Por ello afirmo que el consumode rock es principalmente una experiencia emotiva, endonde la afectación, el compromiso, la implicación, la es-pontaneidad, lo no verbal, la excitación y la identificaciónson las claves con las cuales se crea este modo específicode apropiación del fenómeno cultural.

“Cuando uno se conecta a los audífonos y pone elcassette que más le gusta, sólo hay que dejarse llevar porla sensación”, pues no tiene sentido hacerlo y estar pen-

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sando en cuentas, tareas pendientes y otras cosas. Risas,depresiones, gritos, silencios prolongados, rabias y amo-res, evidenciadas en una variedad de expresiones no ver-bales, son sólo algunos de los sentimientos que giran entorno a los escenarios de consumo del rock y que éste per-mite aflorar, haciendo de los escenarios de consumo luga-res privilegiados para la expresión de las emociones. “Esque cuando uno escucha el hardcore y le cuenta las por-querías de esta sociedad le da a uno una rabia que le pro-voca salir a patiar a todo el mundo”; “cuando siento lamúsica retumbando dentro de mi cabeza no hay nada afue-ra, el mundo desaparece, pero a la vez le entra todo.., esuna verraquera”; “a mí me gusta el ritmo del metal porqueuno se acelera y empieza a moverse con la música yme gusta el hardcore, sobre todo en espa-ñol, porque las letras le cuentan a unolo que es su sociedad”.

Los términos parahablar del rock aluden a ex-periencias que “envuel-ven”, que embargan alsujeto en su totalidad,sin que éste puedacontrolar o actuarsobre ellas, sino que“la música llega yse lo lleva a uno yuno no sabe qué espero ahí está”. Sibien estas “sensa-ciones” se dan des-de los escenariosmás íntimos y pri-vados de consumo,es en los lugares ma-sivos y públicos don-de las emocionesafloran con mayor faci-lidad, tal vez por el efectode contagio que tiene el hacerparte de un grupo amplio, que tien-de a ser efímero, cambiante e inesta-ble, como Weber define a las “comuni-dades emocionales”(Citado porMaffesoli, 1990).

3.2. POGO, BARES, CONCIERTOS.

“El rock es una salida a mis depresiones... me fas-cina la (música) protesta, le dice a todo el mundo las vai-nas... visto de negro porque ya no puedo vestir de otromodo, toda mi ropa es negra, me siento mal si me visto enotro color... el negro es la negación de los colores... el rockes olvido de los problemas, cuando me siento mal, escu-cho y me olvido de las cosas... en el pogo uno bota la ener-gía mala... el rock es una clase de música para gente muyfuerte, que no sean débiles, hay gente débil que le da mie-do oír el rock...” (Tibizay, rockera de Kennedy)

“El pogo es un desenfreno de energías... estamostodos muy cargados... yo creo que todos

vivimos con energías reprimidas y lamúsica es como ese canal a que

uno(sic) pueda botar lo quecarga... imagínese una buena

canción y entonces es comoese desenfreno y explotaren energías y esecontacto... no se... a míme gusta... yo se que esmasoquista... me pareceagradable... hayintensidades depogo...” (Francisco,UJTL)

Ya de noche yluego de algunas horasde preparación, losrockeros asisten a los

conciertos de bares y salo-nes. Los conciertos de gara-

je son sólo para el parche, nose avisan públicamente y sólo

unos pocos saben cuando y dondevan a ser. Para anunciar otros concier-

tos están las tiendas de discos, los pos-tes y paredes de la ciudad como muros

de publicidad. Con la pinta correspondien-te al evento y/o del gusto y ya “entonadito”con unas cervezas, se dispone el ingreso;cuando se sabe como, es posible conseguiruna rebaja en la entrada al concierto, sobretodo en salones y escenarios ocasionales; losbares tienen tarifas fijas. Requisado y con el

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brazo sellado, como seña de que ya se entró al territoriodel concierto o el bar, inicia otra experiencia de consumo.

La distribución de las personas dentro del espaciodel evento corresponde también a las diversos modos deapropiación que se presentan; así, algunos prefieren estarfrente al escenario, en primera fila, que es por lo generaldonde se hace el pogo, mientras otros se ubican a los la-dos, como rodeando a los pogueros y otros prefieren laparte trasera, a veces cerca de la salida. Desde cada lugarse tiene una percepción diferente del evento y se estable-cen relaciones particulares entre el público y entre éste ylos músicos.

En los conciertos de bares y tabernas la comuni-cación entre unos y otros es más estrecha, no sólo por laescasa distancia física —el público está literalmente al bordedel escenario— sino también por el reconocimiento entreunos y otros y el ambiente de “comunidad/común-unidad”que se da. El vocalista ofrece el micrófono para que al-guien siga la canción, a veces baja del escenario y pogueacon los demás, mira directamente a los sujetos y usa térmi-nos coloquiales y cotidianos que el público recibe con al-borozo. A su vez algunos asistentes suben al escenario yse lanzan al público en una práctica conocida como slam;unos siguen con sus manos los toques del baterista o elguitarrista, mientras otros esperan para completar las te-mas o volver al pogo.

En el bar se conversa, se escucha música, a vecesse toma algo y se baila, siendo ésta la actividad que másconvoca a los asistentes. En cuanto a esto, el pogo es des-de hace un tiempo la modalidad de baile que identifica alos bares rockeros. Se caracteriza por el alto contacto cor-poral entre los participantes, generalmente del mismo sexo,por lo común hombres, aunque en algunos lugares se or-ganizan pogos de mujeres; sólo las más guerreras —tér-mino usado para las mujeres que se desenvuelven con pro-piedad en el medio rockero— entran en los pogos de hom-bres. Existen varias modalidades de pogo, como el ir sal-tando de un lado a otro, ensimismado y con los ojos cerra-dos y chocar los hombros unos contra otros, o el arrojarsedesde afuera hacia un centro imaginario, empujándosemutuamente a veces con los brazos sobre el pecho; tam-bién se da el tomar impulso y saltar lo más alto posiblepara tocarse en el aire entre varios, como en una especiede duelo en el cual los sujetos se miran fijamente y se ha-cen muecas, como retándose. El pogo es un baile aglome-rado, en donde desaparece cualquier distancia entre los

sujetos y el contacto es total, llegando incluso a golpes yempujones. Como todo el que se mete al pogo sabe a loque se arriesga, un golpe de más debe ser aceptado.

“Hay gente que sólo va a los conciertos a divertir-se, a pasar el rato; otro van a buscar tropel y a patiarse concualquiera que los mire mal; otros van a ver las bandas ypor amistad con ellos... Hay de todo... Antes era diferenteporque uno veía a los que eran pero ahora hay gente quese disfraza para ir a los conciertos y eso es otra cosa...”(Ricardo, rockero de Fontibón).

“Los conciertos son la oportunidad para gritar yhacer todo lo que uno quiera, hasta pegarle al de al lado, ynadie le puede decir nada, porque uno va con el grupo. Esque en el pogo la gracia es estar en grupo, con el parche.Poguiar es transmitir energía; cuando uno se estrella conalguien es como pasarle toda esa energía y recibirla delotro. No es darse por darse; a mí me gusta el pogo fuerte,no como esas gomelitas que les da miedo que las toquen.Es desfogarse, sacar todo lo que uno tiene dentro, sacartoda la rabia fuera de uno.” (Marcia, aficionada al hardcore).

Con los anteriores testimonios tomados de char-las y entrevistas, quiero ilustrar cómo para los rockeros laexperiencia de consumo es no sólo muy emotiva, sino queademás implica un cambio en el sujeto y un forzamientodel ser. La música “transporta”, “trasmite”, “transforma”,“uno ya no es uno cuando la música se lo lleva”, “en elconcierto uno quiere empujar más fuerte, saltar más alto,gritar más duro, y entonces se descontrola...”, términos quealuden a la irrupción de un nuevo estado, alcanzado luegode trascender el actual, en el cual la expresión de senti-miento es máxima, para luego salir “fresco” y “relajado”.

El rock es una experiencia compleja; no basta condescribirlo como una actividad lúdica o recreativa, puessupone también formas de organización y producción, crea-ción de conocimientos especializados y sobre todo una di-versidad de sensaciones y emociones que embargan a lossujetos y alteran los sistemas perceptivos. Estas sensacio-nes incluyen cambios fisiológicos por el baile constante yla exudación, el efecto del sonido y las vibraciones del can-to, la saturación de imágenes por la creación de los esce-narios, las luces y los videos, el resultado olfativo de unaatmósfera pesada por el cigarrillo y otras sustancias, el con-sumo de licor y alucinógenos, y todo lo que implica paralos sujetos participar de un evento como el descrito. Elconsumo del rock empieza con el cuerpo mismo y se irra-

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dia a todas las dimensiones de la personalidad, tanto indi-vidual como social.

Al crear en los escenarios de consumo del rockuna ruptura con el “mundo de fuera” en el cual impera laestructura, la norma estipulada en códigos y al trascenderlo cotidiano y la cultura dominante, se permite ver lo limi-tada y relativa que ésta es, creando por eso ante los garan-tes del orden esa sensación de que “el rock es una amena-za”. Por algo es que existe una cierta relación entre movi-mientos juveniles de protesta, con movimientoscontraculturales y expresiones del rock. Lo cual no quieredecir que “por naturaleza” el rock sea contestatario, sinoque más bien, si de naturaleza se trata, ésta es plástica y seadapta a lo que los sujetos deseen expresar, sea protesta onormatividad.

Finalmente, propongo considerar al rock y lo queen torno suyo crean las culturas juveniles como un canalde comunicación con la sociedad en general, para verla,representarla y hablarle desde él, en una experiencia sinfronteras fijas y cuya prioridad es el movimiento, la posibi-lidad de asombrarse y de descubrir.

“Ellos (los grupos favoritos) tienen una concien-cia musical en lo que hacen, una responsabilidad en ese

instrumento, como Jimmi Hendrix amaba su guitarra, ellosaman lo que tocan... en nuestro medio sólo está permitidola letra like y de suavidad no vive el hombre, es músicapa´patinaje, pero uno también busca la aspereza, porqueuno también busca para salirse del quicio, de caerse, deabismarse aunque sea en el mismo suelo de su propio cuar-to, en el mismo suelo de la mesa de la taberna, abismarseen la botella...”(Gonzalo, estudiante de secundaria).

Citas

1 Estas son algunas agrupaciones dentro del MovimientoSkin Head o Cabezas Rapadas; SHARP= Skin HeadsAgainst Racial Prosecution; REA= Rapados en contra dela explotación Animal; RU= primero Rapados Unidos,luego se llamarán Respuesta Unica.

2 Los rockeros denominan a su actividad como laescena, haciendo referencia a los conciertos, even-tos, producciones musicales, lugares de encuentro y engeneral el mundo del rock, tanto a nivel internacionalcomo local. La actividad en la escena y su calidad soncalificadas por los diskjockeys (DJ) de las emiso-ras y los programas especializados en rock como el sín-toma del estado de la cultura rock.