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1 Sesenta y seis escudos hacen una familia Para Jesús Adriano, Carlos y José Yo sueño con los ojos Abiertos, y de día Y noche siempre sueño. Y sobre las espumas Del ancho mar revuelto, Y por las crespas Arenas del desierto, Y del león pujante, Monarca de mi pecho, Montado alegremente Sobre el sumiso cuello, -Un niño que me llama Flotando siempre veo! José Martí. Sueño despierto. Primero llegó Kypie y la casa de la palmera llegó con ella. Cada sombra que pasaba, cada roce de sus patas o su cola le obligaba a ocultarse, pues pese a su relativa sordera, veía y se sentía muy bien. De modo que escondida en su caparazón de veintidós escudos verde-gris, aguzaba sus sentidos mientras cada escama de su piel le alertaba del peligro. Kypie es una auténtica tortuga de orejas rojas, escurridiza o tortuga japonesa como le suelen llamar los conocedores, que abriendo enormes ojos buscaba lugares, seres u objetos conocidos, se esforzaba más y más; de arriba-abajo; derecha-izquierda, sin que nada apareciera. Pues como el miedo no le permitía sacar el cuello más allá de su nariz, esta Chelonia marina nada lograba ver. Era tal su temor que su ovoide plastrón subía y bajaba sonando como timbal al tocar la tierra y aunque sus ojos persistentes recorrían, nada conocido aparecía. Ni un hueco oscuro en la arena blanca ni una burbuja transparente, sostenida en el verde esmeralda de líquenes y algas. Tampoco Trachemys scrita elegans alguna nadando junto a ella. Kypie recordaba, no obstante, con dificultad aquel viaje largo a través del túnel. Leguas tuvo que viajar antes de poder nadar en las aguas tibias del lago Jackson, ¡ah!, sí que era tan reconfortante el sol de la Florida y sentirse cobijada por el calor familiar. Ante este recuerdo Kypie no pudo hacer ya más, porque una lágrima que resbalaba por su placa gural, se llevaba su maravilloso recuerdo del

Sesenta y Seis Escudos Hacen Una Familia Revisado 2014

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Cuento de Adriana Rojas Córdoba

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    Sesenta y seis escudos hacen una familia

    Para Jess Adriano, Carlos y Jos Yo sueo con los ojos

    Abiertos, y de da Y noche siempre sueo.

    Y sobre las espumas Del ancho mar revuelto,

    Y por las crespas Arenas del desierto,

    Y del len pujante, Monarca de mi pecho, Montado alegremente

    Sobre el sumiso cuello, -Un nio que me llama Flotando siempre veo!

    Jos Mart. Sueo despierto.

    Primero lleg Kypie y la casa de la palmera lleg con ella. Cada sombra que pasaba,

    cada roce de sus patas o su cola le obligaba a ocultarse, pues pese a su relativa

    sordera, vea y se senta muy bien.

    De modo que escondida en su caparazn de veintids escudos verde-gris,

    aguzaba sus sentidos mientras cada escama de su piel le alertaba del peligro. Kypie

    es una autntica tortuga de orejas rojas, escurridiza o tortuga japonesa como le

    suelen llamar los conocedores, que abriendo enormes ojos buscaba lugares, seres u

    objetos conocidos, se esforzaba ms y ms; de arriba-abajo; derecha-izquierda, sin

    que nada apareciera. Pues como el miedo no le permita sacar el cuello ms all de

    su nariz, esta Chelonia marina nada lograba ver.

    Era tal su temor que su ovoide plastrn suba y bajaba sonando como timbal

    al tocar la tierra y aunque sus ojos persistentes recorran, nada conocido apareca.

    Ni un hueco oscuro en la arena blanca ni una burbuja transparente, sostenida en el

    verde esmeralda de lquenes y algas. Tampoco Trachemys scrita elegans alguna

    nadando junto a ella.

    Kypie recordaba, no obstante, con dificultad aquel viaje largo a travs del

    tnel. Leguas tuvo que viajar antes de poder nadar en las aguas tibias del lago

    Jackson, ah!, s que era tan reconfortante el sol de la Florida y sentirse cobijada por

    el calor familiar. Ante este recuerdo Kypie no pudo hacer ya ms, porque una

    lgrima que resbalaba por su placa gural, se llevaba su maravilloso recuerdo del

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    hogar. Se limit slo a doblar ms su cuello lateralmente hasta que su pelvis se uni

    a su caparazn.

    Y as permaneci tres noches, pero al tercer amanecer, decidi que deba

    abandonar la terraza y explorar. Sin duda no poda quedarse ah para siempre, tena

    que saber dnde se hallaba. Quiz el recuerdo del tnel y darse cuenta que estaba

    viva, sobreviviente en estos tiempos en que vivir es realmente una proeza, si se

    piensa en la amenaza de los depredadores naturales antiquelonios, de los humanos

    come huevos y los palangres que anualmente matan a 400,000 tortugas en los

    mares del mundo; Kypie saba que era afortunada al mantener frreo su caparacho.

    Empez a desplazarse lenta y sigilosamente hasta llegar al fondo del

    estanque, pero bueno, es un lujo llamarle estanque, ya que no rebasa ms all de

    los tres centmetros de profundidad. No obstante para una pequea tortuga, puedes

    convertirse en un estanque formal. Varias horas le cost recorrer de punta a punta y

    de terraza a piedra y palmera, su nuevo hogar.

    Cada da se acostumbraba ms a ese lugar que ahora le acoga. Tomaba

    extensos ratos el sol, coma una vez al da. Una dieta balanceada a base de harina

    de pescado, hidrato de camarn, hidrato de carne, huevo, leche, harina de trigo,

    avena, levadura de cerveza, calcio sin fsforo y un complemento vitamnico,

    contena todo lo necesario para crecer.

    Luego se dispona a descansar tirada a la sombra de la palmera, y por la

    noche; volva a dormir plcidamente. Vida menos agitada que sta, seguro no haba.

    Sin embargo, como no hay paz que dur cien aos ni guerra que pierda

    tregua, al cabo de aproximadamente veinte das, lleg un nuevo habitante a la casa

    de la palmera, se trataba de Dalie, una preciosa, activa y verde tortuga proveniente

    de Hainan1. Que segn relato contado por ella misma, Dalie descenda directamente

    de la tortuga de Fangrong. Considerada el reptil viviente ms antiguo, pues cuenta

    con 500 aos de edad, hecho que la convierte en una joya de la naturaleza. Ha

    sobrevivido en libertad desde el siglo XVI hasta nuestros das, lo cual es una

    maravilla.

    Debo reconocer que la belleza de la Trachemys jeroglfica es inigualable, a

    cualquiera que la vea seguramente la transportar a la tierra de Mao Tse-Tung y su

    mgica y legendaria elegancia.

    1 Hainan es una provincia insular situada en el mar de China meridional donde se localiza el estrecho de

    Qiongzhou situado a 460 kilmetros al suroeste de Hong Kong.

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    Dalie se adapt con inusitada rapidez a la rutina establecida por Kypie,

    agregando una actividad ms, porque debido a su agilidad, ella trepaba, bajaba y

    corra..., o debo escribir, nadaba?, con dotada ligereza que desconcertaba a Kypie,

    quien no atinaba ms que esconder su cabeza.

    Dalie bailaba todo el tiempo, en la terraza, sobre la coraza de la Trachemys

    californiana o en la punta de la roca. Slo ah se le poda ver quieta cuando

    estirando suave y pausadamente su pata trasera en gran relev, semejante a

    delicada bailarina de la pera de Pekn apuntando con su nariz a la salida del sol.

    Seguramente Dalie traa el gusto por el arte de la danza en sus venas,

    heredada de sus antepasados. Tena una vitalidad a prueba de hiperactivos, por lo

    que cierto da, en tanto Kypie y ella tomaban su sesin de sol, Dalie dirigi su fija

    mirada hacia la lejana y descubri que all en la distancia, se alineaban hileras de

    altos y frondosos rboles, por lo que cerrando y abriendo sus ojitos y avivando sus

    fosas nasales para poder percibir el aroma a tierra hmeda que le invitaba a viajar;

    se dej seducir y se aventur hacia la arboleda, no sin contar con la temerosa

    complicidad de Kypie.

    Sin preocuparse por la captura y trfico ilegal que amenazaba a las tortugas,

    Dalie trep al caparacho de Kypie y escal el muro hasta encontrarse en el borde

    que separaba la casa de la zona externa. Y cuando volte hacia abajo, perdi el

    equilibrio, para -en menos que cae una tortuga-, Dalie dio tremendo conchazo en el

    pavimento. Su espritu aventurero pudo ms y no tard en ponerse patas-uas y as,

    camin y camin hasta el anochecer.

    Al principio todo le pareca sorprendente, inclusive, encontr a su paso una

    colonia de hormigas que laboriosas terminaban la construccin de lo que sera la

    Escuela de artes del Olimpo. Ah, ya s que estn pensando!, pero no, no se

    confundan con el Olimpo de los dioses griegos, as es llamada la comunidad de

    rastreros e insectos de esta lacustre regin. Dalie emocionada entabl conversacin

    con ellas y enseguida prometi volver para dar una funcin de danza a beneficio del

    Olimpo.

    Prosigui su camino, pero al caer la noche, la oscuridad pint de negro los

    verdes y frondosos rboles que Dalie vino a buscar, esto la lleno de decepcin y

    como ya no saba por donde regresar se ocult en lo ms parecido que encontr a

    una cueva, asegurndose de guardar muy bien sus cuatro patas, su corta cola y su

    cabeza dentro de su caparazn, as permaneci toda la noche, acompaada slo

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    por su soledad, permaneci inmvil aunque realmente no pudo conciliar el sueo

    profundo.

    Para entonces Kypie ya se hallaba muy triste y preocupado porque Dalie no

    volva, aunque esa sensacin no era nueva para ella, pues ya antes su familia se

    haba separado y hasta hoy no haba vuelto a encontrarlos.

    De esta forma pasaron dos lunas, pero al segundo sol, por alguna extraa

    razn, Dalie fue encontrada seca y sedienta por la cuadrilla de la limpieza, quien de

    inmediato la regres al pequeo estanque para tratar de hidratarla, regresaba al

    hogar. Una vez Kypie y Dalie estaban juntas, chocaron sus corazas de felicidad y

    Dalie no desaprovech la oportunidad para danzar y cuando en pleno chas se

    encontraba, sus ojos descubrieron una tercer tortuga que las observaba tmidamente

    asomndose apenas entre su pequeo caparazn.

    Kypie, al darse cuenta de su presencia, la present explicando que como

    pareca que Dalie nunca volvera, los dueos de la casa de la palmera decidieron

    traer a Lucas, la pequea tortuga procedente de la zona costera del Golfo de

    Mxico, la cual haba sobrevivido a los palangres de los barcos camaroneros.

    Lucas haba nacido en las arenas de un criadero muy cerca de Tecolutla,

    Veracruz, igual que sus diecinueve hermanas. Nadaron mar adentro cuando una

    redada de anzuelos apareci. Tuvieron que luchar entre camarones, huachinangos y

    pulpos para zafarse; Lucas siendo una pequea tortuga an, pudo salir entre el

    tejido de la malla. Nad y nad con todas sus fuerzas superando peligros y

    esquivando manchones de aceite hasta llegar a la playa donde un humano la atrap

    y la meti en un bote con agua para llevarla a vender, como generalmente sucede

    con la mayora de las tortugas acuticas, a una tienda de mascotas.

    Al terminar el relato Kypie, Dalie y Lucas se miraron fija y quietamente, como

    slo pueden hacerlo las tortugas penetrando en sus corazones. Descubrieron

    entonces que compartan un enorme deseo de supervivencia y una gran soledad

    tambin, por lo que se unieron en una montaa de caparazones con sesenta y seis

    escudos juntos formando una verdadera familia, porque las tres saban lo mucho

    que se necesitaban y que por eso, no se separaran nunca ms.

    Adriana Rojas Crdoba