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¡Si pudiera, como él, otro soñador existir! ¡Si pudiera, como él, otro soñador existir! Luchó a pesar de que un verdadero ejército, como otros países, no tenía. Ni armas, ni una alianza, ni el apoyo de la misma oligarquía Y aun así una guerra peleó, y ganó Más de una bandera luego se alzó para apoyarle, hermanos de otros países bajo el mismo estandarte de libertad, quienes en Juan encontraron más que un burgués, encontraron un compañero con su misma visión, visión que se transformó en realidad. ¡Si pudiera nombrar a alguno que mereciera el aprecio que el merecía! no temido como otros líderes, sino querido por sus subordinados. Demostró el valor de un país. Un país de hijos libres. Un país de labradores y personas comunes. Un país, en el cual a sus habitantes no lograron arrancar de raíz. Si pudiera devolver el tiempo de forma arbitraria, sin pedirle permiso al reloj o al calendario, viajaría para evitar aquel terrible día en que el más honorable del país fue traicionado. Traicionado por las ansias de poder de unos pocos, lo sé, la dosis hace el veneno y este veneno, si bien fue pequeño, fue tan horriblemente potente que logró acabar con el defensor de la patria, el cual siempre será recordado por su hacer. Es curioso ver las formas en las que los héroes suelen ser traicionados: El gran Shaka, por su locura fue dominado. William Wallace, traicionado por un compañero. Y nuestro Juan Mora, alguien inigualado en su época, por la insensatez de sus compatriotas fue fusilado. La verdadera Independencia no la trajo una carta, la trajo Juan Mora y que aquellos que nunca un arma habían tocado, que nunca una guerra habían peleado, pero que a luchar por la libertad de la patria se aventuraron. -José Morales Vargas

Si Pudiera Como Él Otro Soñador Existir

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Poema ganador del concurso de poesía de la semana morista, escrito por José Morales Vargas

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Page 1: Si Pudiera Como Él Otro Soñador Existir

¡Si pudiera, como él, otro soñador existir!

¡Si pudiera, como él, otro soñador existir! Luchó a pesar de que un verdadero ejército, como otros países, no tenía. Ni armas, ni una alianza, ni el apoyo de la misma oligarquía Y aun así una guerra peleó, y ganó Más de una bandera luego se alzó para apoyarle, hermanos de otros países bajo el mismo estandarte de libertad, quienes en Juan encontraron más que un burgués, encontraron un compañero con su misma visión, visión que se transformó en realidad. ¡Si pudiera nombrar a alguno que mereciera el aprecio que el merecía! no temido como otros líderes, sino querido por sus subordinados. Demostró el valor de un país. Un país de hijos libres. Un país de labradores y personas comunes. Un país, en el cual a sus habitantes no lograron arrancar de raíz. Si pudiera devolver el tiempo de forma arbitraria, sin pedirle permiso al reloj o al calendario, viajaría para evitar aquel terrible día en que el más honorable del país fue traicionado. Traicionado por las ansias de poder de unos pocos, lo sé, la dosis hace el veneno y este veneno, si bien fue pequeño, fue tan horriblemente potente que logró acabar con el defensor de la patria, el cual siempre será recordado por su hacer.

Es curioso ver las formas en las que los héroes suelen ser traicionados:

El gran Shaka, por su locura fue dominado.

William Wallace, traicionado por un compañero.

Y nuestro Juan Mora, alguien inigualado en su época,

por la insensatez de sus compatriotas fue fusilado.

La verdadera Independencia no la trajo una carta,

la trajo Juan Mora y que aquellos

que nunca un arma habían tocado,

que nunca una guerra habían peleado,

pero que a luchar por la libertad de la patria se aventuraron.

-José Morales Vargas