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sidad por el Imperio del Sol Na-ciente, situado en el otro confín del globo. Además, me atraía in-tensamente conocer y viajar en el Ferrocarril más rápido del mun-do: el Tokaido

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Page 1: sidad por el Imperio del Sol Na-ciente, situado en el otro confín del globo. Además, me atraía in-tensamente conocer y viajar en el Ferrocarril más rápido del mun-do: el Tokaido

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Sólo losupe ran USA

y u^ss.Su fórmula

trabajo, cu^ura,ahorro, inversión

y austeridad .La empresa

es la segundafam ilia

del japonés.

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Metro de Osaka. Estación de Umeda. A la izquierda, Ginza de noche, corazón de Tokio. Abajo, Kyoto: Pabellón de Oro, reflejándose sobre el lago.

APON es, sin du-da, uno de lospaíses que másatractivo ofrecenpara ser visita-dos. Mientras que,por un lado, esla tercera poten-cia económicamundial; por otro,

conserva muchas tradicionespeculiares de su historia. En elJapón de hoy conviven el futu-ro y el pasado del país, la revo-lución industrial y unas costum-bres exóticas. Sus ferrocarrilespresentan también un fuerte con-traste. Junto a las nuevas líneasde alta velocidad, allí llamadasShin Kansen, por los que secircula a 210 kilómetros por ho-ra, existe la Red Nacional Con-vencional, toda ella de vía es-trecha. El presente artículo, yen su continuacibn, se nos pre-senta la realidad del Japón dehoy, el país, sus costumbres ycuriosidades, y, desde luego, susferrocarriles. Son las impresio-nes recogidas en un reciente via-je realizado al Imperio del SolNaciente por nuestro colaboradorJusto Arenillas, doctor ingeniero

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del departamento de Materialde Tracción.

INTRODUCCION

Un español, habitante del ex-tremo occidental del Viejo Con-tinente, donde terminaba anta-ño el mundo conocido en el cabode Finisterre, no puede dejar desentir cierta atracción y curio-sidad por el Imperio del Sol Na-ciente, situado en el otro confíndel globo. Además, me atraía in-tensamente conocer y viajar en elFerrocarril más rápido del mun-do: el Tokaido Shin Kansen. In-fatigable viajero y estudioso, Ja-pón era un objetivo inevitable.Así, pues, en la pasada primave-ra, ponía pie, por vez primera, entierra nipona, después de volarsobre las blancas fulgurantescumbres de Grcenlándia y Alas-ka, donde brillaba un espléndi-do sol mientras España dormía.Japón es hoy día la tercera

potencia económica mundial, yaque su producto nacional brutoes sólo superado porlos EstadosUnidos y la URSS. Pero su ritmode crecimiento es de los más

elevados del mundo, por lo quelas diferencias con esos paísestienden a anularse. Pero no poresto debemos pensar que se tra-ta de un país opulento. Su rentanacional .per cápita. no es mu-cho mayor que la de nuestropaís. Muchos hablan del .mila-gro japonés• a causa del fabu-loso y rápido desarrollo econó-mico conseguido. No existe tal.milagro^. La causa de ese des-arrollo es el propio pueblo ja-ponés.

EL PAIS

Japón no es una nación ex-tensa. Su superficie es inferiora la de España. Sin embargo, esun país muy poblado y su nú-mero de habitantes triplica alnuestro. Además, Japón es muymontañoso, por lo que los ja-poneses se ven obligados a vivir,principalmente, en las zonascosteras. Así, tenemos la regiónllamada Tokaido, que se extien-de desde Tokio a Osaka y enla que viven más de 40 millo-nes de personas, es decir, casila mitad de los japoneses. To-kio, con 11 millones y medio dehabitantes, se sitúa, junto conNueva York, a la cabeza de lasmetrópolis mundiales. Osaka si-gue a Tokio, con una poblaciónsimilar a la de Madrid, y es unaciudad muy comercial, que biennos puede recordar a nuestraBarcelona, incluso por algunosaspectos del modo de ser de susgentes. Otras ciudades importan-tes son Yokohama, Nagoya, Kyo-to, Kobe y Kitakyshu, aglomera-ciones urbanas todas ellas conmás de un millón de habitan-tes. La región del Tokaido esuna de las de mayor densidadde población de todo el mundo.En ella se desarrolla la mayorparte de la actividad financie-ra e industrial del país.

EI pueblo japonés es muy disciplinado. La nueva juventud de este prósperopero austero país ha heredado de sus mayores un buen bagaje de virtudes cívicas.

\^_ '^^-Vista aérea de Kyoto.

Cuatro islas principales com-ponen el Imperio del Sol Na-ciente. La mayor en importanciay extensión es Hondo. La sigueen superficie Yeso, la isla máspobre. Entre Hondo y Yeso seestá construyendo el túnel sub-marino de Seikan para dar pasoa una Shin Kansen, y que con54 kilómetros de longitud seráel mayor del mundo, incluido eldel canal de la Mancha. Al Surdel archipiélago encontramosKyushu, la isla de los enamora-dos japoneses, pues alií pasansu luna de miel. Es esta la úni-ca ocasión en su vida en quela mujer japonesa usa sombre-ro, por lo que las felices parejasson identificadas inmediatamen-te. La cuarta isla es Shíkoku,que forma con Hondo el marInterior, Parque Nacional degran belleza.

Dada la forma alargada del ar-chipiélago nipón, nos encontra-mos con distancias de 2.000 ki-lómetros entre los extremos sep-tentrional y meridional, distan-cias que contrastan con la pocasuperficie del pais y que produ-cen diferencias climatológicasmuy notabies entre Yeso y Kyus-hu. Estas distancias exigen tam-bién una extensa red de trans-portes.

HISTORIA Y RELIGION

No podemos comprendre a unpueblo sin conocer su historiay su religión. Podrá agradar ono, estarse de acuerdo o discon-forme con la idiosincracia y cos-tumbres del mismo, pero siem-pre se debe intentar compren-derle para llegar así a la amis-tad y entendimiento entre lasgentes y los diversos países.

La historia nipona se caracte-riza por su aislamiento del restodei mundo, favorecido por lawndición insular dei país. Sóloen tres períodos históricos seestablecen contactos exterioresen los que Japón asimila los co-nocimientos de las civilizacionesextranjeras. En los sigios V y VIde nuestra era llegan, proceden-tes de China y Corea, la cultu-ra y escritura chinas, así comoei budismo, que Japón transfor-ma hasta convertirlas en genui-namente niponas. La siguienteinfluencia extranjera proviene depaíses muy lejanos: España yPortugal. En la segunda mitaddel siglo XVI, los portuguesesintroducían las armas de fuegoy los españoles, por medio deSan Francisco Javier, el cristia-nismo. Tokugawa, el Shogun (go-bernador militar) que regía losdestinos dei Japón en aquel en-tonces, prohibió el cristianismo eimpidió la entrada a los extran-jeros, norma que parmaneció vi-gente hasta 1853, en que, por in-fluencia norteamericana, el paísse abrió al comercio internacio-nal. Tokugawa pacificó el paísque sufría cruentas guerras civi-les, y creó las bases que rigie-ron la vida japonesa durante másde dos siglos y medio. Duranteesa época se construyeron losmás famosos castillos de Japón,que en este viaje hemos tenidoocasión de visitar.

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Siete siglos seguidos estuvoJapón bajo el signo feudal im-puesto por el Shogun, que ejer-cía el poder efectivo, mientrasque el Emperador residía en lacapital del Imperio, en Kyoto.Este sistema feudal se derrumbócon la restauración Meiji de 1868,que restableció la completa so-beranía del Emperador. El Em-perador Meiji se propuso conse-guir, en unas pocas décadas, eldesarrollo tecnológico y cultu-ral de Occidente. Esta es la ideaclave para comprender el Japónactual: en un siglo ha recorridoel camino que Occidente tardóvarios en hacer. Por eso, el Ja-pón actual es una mezcla deprogreso y tradición.

El sintoísmo es la religión pri-mitiva del Japón. En ella se con-sidera que la Naturaleza es Dios.El budismo nos dice que se con-seguirá la felicidad, el «nirva-na^► , cuando se obtenga la pazy relajación total del espíritu.El japonés actual pertenece, si-multáneamente, a ambas religio-nes, aunque exteriormente nose practica ninguna de las dos.Pero su idiosincracia está im-pregnada de ambas. El cristianis-mo está poco extendido en Japón.

EL «MILAGRO. JAPONES

Japón es un país con escasosrecursos naturales. El principalproducto agrícola es. el arroz.sobre el que pesa el problema dela superproducción. Los dos ter-cios de la superficie del paísestán cubiertos por bosques, porlo que la madera ha sido el ma-terial típico tradicional para laconstrucción de las casas y tem-plos japoneses. Por esto, tam-bién la producción de papel esabundante, ocupando el tercerlu^ar del mundo. Los recursosm^nerales son muy pobres.Por consiguiente, la economía

japonesa ha de basarse en la in-

dustria y en un floreciente co-mercio internacional, el cual sedesarrolla, principalmente, conlos Estados Unidos. Pur ello laindustria superligera se ha des-arrollado mucho en el país. Así,tenemos el caso de la óptica yla electrónica. Pero también laindustria pesada ha adquiridoproporciones gigantescas. Japónes el primer constructor navaldel mundo y el segundo en auto-móviles. También en productosbásicos, como el acero y la ma-quinaria eléctrica ocupa puestosde vanguardia.

Como ya dije, no existen nin-gún «milagro.. El japonés esmuy organizado y planea y pro-yecta sus actuaciones hasta elmás mínimo detalle. Además, elpueblo japonés es culto, muy tra-bajador y austero. Estas son,simplemente, las causas del im-presionante desarrollo alcanza-

Trende contenedoresremolcadopor unalocomotora

° eléctrica^^^`^;..^ de la serie EF 65.

Hiroshima.

do por Japón. Desarrollo que secifra en la tasa de crecimientodel 11 por 100 anual durante ladécada de los 60, valor doble,e incluso triple, del correspon-diente a otras naciones indtts-trializadas.

PAIS DE CONTRASTES

Pero s e r í a erróneo sacar laconclusión de que el aponés vi-ve en la opulencia. I^o, todo locontrario, el pueblo ja^onés viveausteramente. E f e c t i v a m ente,aunque el desarrollo económicoes muy rápido, Japón no cuentacon una riqueza social acumula-da en el pasado, como sucede enlos países occidentales. Como vi-mos en su historia, Japón termi-na su época feudal hace un si-glo. Por ello tiene que quemar

^Un templo japonés de la época feudal.

las etapas realizando fuertesinversiones en la infraestructu-ra del país. Así tenemos que latasa de formación bruta de ca-pital es la mayor del mundo.Japón ahorra e invierte muchoy consumo poco, pero, aun así,el bienestar conseguido actual-mente es fabuloso comparadocon el de tiempos pasados.

Gran parte de las Shin Kan-sen discurren por estructurasmuy elevadas, que permiten ob-servar fácilmente el país. Circu-Lando a 210 kilómetros por horaen el tren más revolucionariodel mundo, me sentía deprimidoal ver las pequeñas, apiñadasy austeras casas de los japone-ses. Pero dentro de esas casi-tas no falta el televisor, proba-blemente en color. Esto es Ja-pón: desarrollo sin infraestruc-tura social. Una sensación simi-lar se siente al viajar por lasautopistas elevadas, de peaje,que atraviesan Tokio y Osaka,creando paisajes urbanos convarios niveles de autopistas quenos hacen creer estar en unaciudad de película de ciencia-ficción.

IDIOSINCRASIA JAPONESA

El japonés siempre sonríe. Pa-rece estar educado para no mo-lestar a los demás y guardarsepara sí sus sentimientos si éstosson desagradables para los quele rodean. Por eso también essilencioso y limpio en los luga-res públicos.

A pesar del desarrollo econó-mico conseguido, muchas tradi-ciones se conservan. Si se visitauna casa particular o se entra.en un templo o un restaurantejaponés, es necesario descalzar-se a la entrada. Y en el restau-rante, al estilo japonés, habráque sentarse en el suelo, y lacomida bien puede ser pescadocrudo acompañado con «sake.,la bebida nacional obtenida delarroz. Pero si el turista prefiereun restaurante estilo occidentalo chino, le será muy fácil en-contrarlo.

La empresa es la segunda fa-milia del japonés. En ella entrade joven y en ella permaneceráhasta morir. La entrega a la em-presa es tan grande que a ve-ces es dificil delimitar dóndetermina la persona y la fami-lia y dónde empieza la empresa.

Hiroshima es una visita emo-cionante. Un sencillo monumen-to, en el que depositamos unasflores, señala el lugar de la prI-mera explosión a t ó m i c a delmundo, el 6 de agosto de 1945.La ciudad de hoy, totahnente re-construida s o b r e sus cenizas,transmite su mensaje, que esel del pueblo japonés, al cora-zón de los visitantes: «Paz paratodas las gentes..

Esto es Japón y sus habitan-tes: un pueblo que merece nues-tro respeto y amistad.

Justo Arenillas MelendoDoetor in0onlore.

DsyWwranto do Matarlal y Tr^eelón

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