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Bolívar, quien, al enterarse de los planes de Miranda de abandonar el territorio, participó en su arresto en el puerto de La Guaira: "Yo no lo arresté para servir al rey sino para castigar a un traidor". La estrategia de Bolívar fue entonces huir hacia Curazao, desde donde partió a Cartagena. Su intención, arropada en el manto de un discurso deslumbrante, era encontrar apoyo en las fuerzas neogranadinas para emprender en Venezuela la reconquista de la República. "Yo soy, granadinos, un hijo de la infeliz Caracas, escapado prodigiosamente de en medio de sus ruinas físicas, y políticas": con estas palabras prosiguió el Manifiesto de Cartagena, carta de presentación de Bolívar ante el Soberano Congreso, en el cual hace un diagnóstico de la derrota al tiempo que ofrece sus servicios al ejército de esa región. Los vecinos lo acogieron otorgándole el rango de Capitán de Barrancas. Bolívar libró unas cuantas batallas, incluso desobedeciendo órdenes, y bajo el mismo procedimiento emprendió su arremetida hacia Venezuela. Se inició en mayo de 1813 la Campaña Admirable, gesta que consistió en la reconquista de los territorios del occidente del país y en forma simultánea los de Oriente a cargo de Santiago Mariño hasta entrar triunfalmente en Caracas en agosto del mismo año. ¡Vuelve la República! A su paso por Mérida le llamaban "el Libertador", y con ese nombre fue ratificado por la municipalidad de Caracas, que le nombró, además, capitán general de los ejércitos de Venezuela. La guerra de liberación Estaba claro que la naturaleza de la guerra era cambiante, lo cual no tardaría en demostrarse nuevamente. La astucia con la cual Bolívar intentó polarizar los bandos a través del Decreto de guerra a muerte de 1813 ("Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes. [...] Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables"), no fue suficiente para mitigar las diferencias existentes entre los ejércitos de pardos y negros frente a la gesta emancipadora. La furia de los ejércitos llaneros, al mando del asturiano José Tomás Boves, obligó al éxodo de Caracas en julio de 1814. La República cae nuevamente. En la batalla de Araure (5 de diciembre de 1813)

Simón Bolívar 6

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Page 1: Simón Bolívar 6

Bolívar, quien, al enterarse de los planes de Miranda de abandonar el territorio, participó en su

arresto en el puerto de La Guaira: "Yo no lo arresté para servir al rey sino para castigar a un

traidor".

La estrategia de Bolívar fue entonces huir hacia Curazao, desde donde partió a Cartagena. Su

intención, arropada en el manto de un discurso deslumbrante, era encontrar apoyo en las fuerzas

neogranadinas para emprender en Venezuela la reconquista de la República. "Yo soy,

granadinos, un hijo de la infeliz Caracas, escapado prodigiosamente de en medio de sus ruinas

físicas, y políticas": con estas palabras prosiguió el Manifiesto de Cartagena, carta de

presentación de Bolívar ante el Soberano Congreso, en el cual hace un diagnóstico de la derrota

al tiempo que ofrece sus servicios al ejército de esa región. Los vecinos lo acogieron otorgándole

el rango de Capitán de Barrancas.

Bolívar libró unas cuantas batallas, incluso desobedeciendo órdenes, y bajo el mismo

procedimiento emprendió su arremetida hacia Venezuela. Se inició en mayo de 1813 la Campaña

Admirable, gesta que consistió en la reconquista de los territorios del occidente del país y en

forma simultánea los de Oriente a cargo de Santiago Mariño hasta entrar triunfalmente en

Caracas en agosto del mismo año. ¡Vuelve la República! A su paso por Mérida le llamaban "el

Libertador", y con ese nombre fue ratificado por la municipalidad de Caracas, que le nombró,

además, capitán general de los ejércitos de Venezuela.

La guerra de liberación

Estaba claro que la naturaleza de la guerra era cambiante, lo cual no tardaría en demostrarse

nuevamente. La astucia con la cual Bolívar intentó polarizar los bandos a través del Decreto de

guerra a muerte de 1813 ("Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes.

[...] Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables"), no fue suficiente para mitigar

las diferencias existentes entre los ejércitos de pardos y negros frente a la gesta emancipadora. La

furia de los ejércitos llaneros, al mando del asturiano José Tomás Boves, obligó al éxodo de

Caracas en julio de 1814. La República cae nuevamente.

En la batalla de Araure (5 de diciembre de 1813)