Simulacros Cuerpo

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  • 7/24/2019 Simulacros Cuerpo

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    Simul acros de cuerpo

    Por Horacio Prez-Henao

    De manera espectacular, las revistas dirigidas a hombres muestran cuerpos deslumbrantes de mu-

    jer. En realidad no son cuerpos; son imgenes de cuerpo. Fotografas que resultan de una puesta en

    escena que conjuga colores, luces indumentarias y un pretendido erotismo. Sin embargo, ante

    Maxim,Don Juan, Stuffo Soho(por ejemplo), algunos hombres creen, excitadamente, estar frente a

    cuerpos de carne y hueso. Equvoco maysculo que delata, en consecuencia, la falta de malicia para

    identificar los intrngulis editoriales de publicaciones-smbolode una poca en la cual, segn Guy

    Debord, lo que antes fue vivido directamente ahora es mera representacin; espectculo. Y aunque

    no estamos descubriendo nada nuevo, digamos que este tipo de revistas (como el cine, la televisin

    y la publicidad) construyen simulacros de cuerpo, que ignoran las mltiples realidades corporales

    encarnadas por fuera de sus pginas.

    Ilustremos lo anterior con la edicin 55 de Soho1. En su portada, la actriz y modelo argentina

    Lorena Meritano sale desnuda, cubriendo los senos y el pubis con los brazos. En el interior de la

    revista, la mujer, de botas negras hasta la rodilla, medias veladas, pezones muy erectos y una dimi-

    nuta tanga, se deleita en gastadas poses erticas, idnticas a las de tantas otras modelos: mirada

    perdida, boca entreabierta y el infaltable dedo ndice en los labios. El cuerpo, exento de tacha, pare-

    ce irradiar luz. No obstante, ese cuerpo-imagende papel est lejos del cuerpo-carneihueso de Lore-

    na Meritano. As me consta. Esta es la historia.

    Aeropuerto El Dorado. Vuelo Avianca 1356, Bogot-Miami. Mi silla, 11-B (pasillo). Su silla

    (la de Lorena), 11-A (ventana). El avin despega, yo leo. Ella tambin. An no la reconozco. Su

    apariencia es desaliada. Durante el viaje se levanta de su asiento, recorre el avin. La veo caminar,

    su figura no me resulta atractiva (la vestimenta tampoco le ayuda). Regresa con una mujer y, para-

    das, hablan por un instante. Aguzo el ojo y el odo y me doy cuenta de que mi compaera de vuelo

    ha sido Lorena Meritano. Aeropuerto de Miami. Ella sale, se pierde entre la gente. Yo salgo, tengo

    otro vuelo. Fin de la historia. Esto para decir que los cuerpos de revistas son imgenes elaboradas

    tcnicamente con el propsito exclusivo de engolosinar a hombres. A esos que en la vida diaria

    cuando piensan en mujeres lo hacen en clave de ngeles forzadamente erotizados; es decir, actrices

    y modelos voluptuosas que se ganan la vida posando ante las cmaras.

    1http://www.soho.com.co/Edicion/55

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    No hay duda de que cualquier mujer podra imitar las apetecidas cualidades buscadas por los

    lectores de Soho, pero no habr emulacin que valga. Porque, en este caso, el ojo masculino lo que

    persigue es el mismsimo cuerpo-imagen. Un cuerpo que, gracias a los efectos de lentes, flashes,

    lmparas, filtros, telones de fondo, decorados y muchophotoshop, luzca deseable. En el imaginario

    de los devotos de Maxim, Stuff, Don Juan y Soho, por otro lado, no caben cuerpos terrenales de

    mujeres que montan en bus, que trabajan de pie ocho horas en supermercados, que cuidan de sus

    hermanos menores, que sudan, que huelen, que les da gripa y a las que ningn fotgrafo pagara si

    ensearan un pezn. Esos cuerpos no son erticos; los de las revistas s.

    Y qu es lo ertico en esas publicaciones? Acaso la aprobacin de la vida hasta en la

    muerte como lo defina Georges Bataille? O la metfora del sexode la que hablaba Octavio Paz?

    No. En las pginas de esas revistas asistimos a un erotismo que funciona como dispositivo comer-

    cial, apuntalado en las lgicas del espectculo. Y todo espectculo, dice Jess Gonzlez Requena,

    exige la mirada de un espectador sobre un cuerpo que se exhibe; es lo que sucede en un concierto,

    un partido de ftbol, una funcin de circo o una sesin de strip-tease. Cmo se da, entonces, la

    relacin espectacular si en las revistas no se exhibe un cuerpo real sino imgenes del mismo? La

    mirada del lector dota de realidad a esecuerpo-imagen, sobre la base de la algaraba del mundo del

    espectculo, conformado por modelos, actrices, excesos de luz, alfombras rojas y fama. Ese implci-

    to contrato entre publicaciones y espectadores no es ms que uno de los variados filones de una

    industria dedicada a la construccin de simulacros en los que, como lo advirti Baudrillard, el refle-

    jo anula el objeto. Por ello el lector, a pesar de que en el mundo de la vida encuentra cuerpos de

    mujer extraordinariamente hermosos y deseables, se decanta, en preferencia, por los pubis, los cu-

    los, las piernas, los labios y las tetas de papel erotizadosen serie.

    Algunos dirn que muy a pesar de las citas y autores anotados, las ideas expuestas aqu exa-

    geran los posibles efectos de las revistas en mencin. Al fin y al cabo, los lectores cortejan, se ena-

    moran, se excitan y se casan con mujeres de verdad. Y que, adems, ver las atractivas imgenes

    publicadas representa escasamente una entretencin y goce momentneos. Pero el asunto no se re-

    suelve as de fcil. Disciplinas como losEstudios culturalesy lasRepresentaciones corporaleshace

    tiempo investigan e intentan explicar los alcances del uso del cuerpo femenino en los medios de

    comunicacin (entre ellos las revistas masculinas). En lo fundamental, sealan cmo los mass me-dia, a travs delcuerpo-imagen, fortalecen el estereotipo de un cuerpo objeto sexual, cmo su valo-

    racin es fragmentada (tetas, culo, abdomen, labios) y, en definitiva, cmo, al idealizar cualida-

    des que rayan en la ficcin, niegan el cuerpo carneihuesofemenino.

    De este modo, los anlisis acadmicos develan los entresijos de una representacin corporal

    atravesada por un esquemtico erotismo. Un simulacro en el que la figura de la mujer es un cdigo

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    ms en el lenguaje comercial-publicitario que no slo genera rditos, sino que se arroga el derecho a

    establecer, por ejemplo, quin es la mujer ms sexy del planeta o por qu la belleza la portan, en

    exclusiva, modelos y actrices: mujeres jvenes, sensuales, rubias, blancas, altas y delgadas. As

    pues, descifrar los meandros de la sociedad del espectculo, de la que participamos, permitira com-

    prender lo que resta del mundo cuando se guardan las cmaras, se acaban las poses y se cierra la

    revista. Es por esto que prefiero a la Lorena Meritano del viaje a Miami, y no a la que sale en Soho.

    Si bien la conoc en los cielos, no era un ngel.