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Síndrome del Emperador ¿Qué es el síndrome del emperador? La falta de autoridad de los padres es uno de los motivos de este maltrato que ejercen los hijos sobre sus padres. Definimos el síndrome del emperador como el maltrato que algunos niños y adolescentes ejercen sobre sus padres. También, puede darse en personas adultas, pero es menos frecuente. Hay que distinguir entre el maltrato psicológico mediante desprecios, ironías, insultos, ridiculizando a los padres, riéndose de ellos o haciéndoles sentir malos padres y culpables de sus fracasos y desgracias. Por otro lado, nos encontramos ante el maltrato físico que es el caso extremo de síndrome del emperador. Causas que lo originan - Carencias educativas. La ausencia de normas en la familia o el incumplimiento de las mismas, una educación excesivamente permisiva, no corregir conductas inapropiadas y la falta de autoridad de los padres, son factores que favorecen el desarrollo del síndrome del emperador en los hijos. - Temor a los propios hijos y a sus reacciones. Cuando los niños son pequeños hay ocasiones en las que los padres ceden a sus caprichos por temor a sus reacciones. En ellos prima el deseo de evitar una rabieta, un enfado o una discusión frente al esfuerzo de imponerse y educar. De esta forma, son los niños quienes empiezan a dominar las situaciones. - Carencia de criterios morales. Se trata de niños que no se plantean si lo que hacen está bien o mal, no tienen empatía, son egoístas porque no les importa lo que puedan sentir sus padres, no sienten compasión por los demás, sólo buscan su bienestar y satisfacer su deseo más inmediato. Estos niños han recibido un tipo de educación carente de criterios morales, por lo que es muy difícil que en ellos nazca el sentimiento de culpa. No obstante, no podemos olvidar que la moral se adquiere pero que gran parte de ella es algo innato al ser humano. - Mayor permisividad social. Tanto en el colegio como en la sociedad los profesores y nuestros mayores se sienten prácticamente sin autoridad, se siente incapaces de imponerse y conseguir que la convivencia sea llevadera en las aulas o incluso en las calles. Actualmente somos víctimas del acoso escolar en las aulas y del botellón en las calles. Cómo enfrentarse al síndrome: 1.- Desarrollar de manera intencionada y sistemática las emociones morales y la conciencia de los hijos, dándoles oportunidades para que practiquen actos altruistas y que extraigan lecciones morales. 2.- Establecer límites firmes que no toleren la violencia y el engaño. 3.- Prestar ayuda para que desarrollen habilidades no violentas que satisfagan su gran ego.

Síndrome del emperador

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Síndrome del Emperador

¿Qué es el síndrome del emperador? La falta de autoridad de los padres es uno de los motivos de este maltrato que ejercen los hijos sobre sus padres. Definimos el síndrome del emperador como el maltrato que algunos niños y adolescentes ejercen sobre sus padres. También, puede darse en personas adultas, pero es menos frecuente. Hay que distinguir entre el maltrato psicológico mediante desprecios, ironías, insultos, ridiculizando a los padres, riéndose de ellos o haciéndoles sentir malos padres y culpables de sus fracasos y desgracias. Por otro lado, nos encontramos ante el maltrato físico que es el caso extremo de síndrome del emperador. Causas que lo originan - Carencias educativas. La ausencia de normas en la familia o el incumplimiento de las mismas, una educación excesivamente permisiva, no corregir conductas inapropiadas y la falta de autoridad de los padres, son factores que favorecen el desarrollo del síndrome del emperador en los hijos. - Temor a los propios hijos y a sus reacciones. Cuando los niños son pequeños hay ocasiones en las que los padres ceden a sus caprichos por temor a sus reacciones. En ellos prima el deseo de evitar una rabieta, un enfado o una discusión frente al esfuerzo de imponerse y educar. De esta forma, son los niños quienes empiezan a dominar las situaciones. - Carencia de criterios morales. Se trata de niños que no se plantean si lo que hacen está bien o mal, no tienen empatía, son egoístas porque no les importa lo que puedan sentir sus padres, no sienten compasión por los demás, sólo buscan su bienestar y satisfacer su deseo más inmediato. Estos niños han recibido un tipo de educación carente de criterios morales, por lo que es muy difícil que en ellos nazca el sentimiento de culpa. No obstante, no podemos olvidar que la moral se adquiere pero que gran parte de ella es algo innato al ser humano. - Mayor permisividad social. Tanto en el colegio como en la sociedad los profesores y nuestros mayores se sienten prácticamente sin autoridad, se siente incapaces de imponerse y conseguir que la convivencia sea llevadera en las aulas o incluso en las calles. Actualmente somos víctimas del acoso escolar en las aulas y del botellón en las calles. Cómo enfrentarse al síndrome:

1.- Desarrollar de manera intencionada y sistemática las emociones morales y la conciencia de los hijos, dándoles oportunidades para que practiquen actos altruistas y que extraigan lecciones morales. 2.- Establecer límites firmes que no toleren la violencia y el engaño. 3.- Prestar ayuda para que desarrollen habilidades no violentas que satisfagan su gran ego.